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Real Academia Española
Preparación para la visita a la RAE de l@s alumn@s de sexto de primaria del CEIP Mario Benedetti
por Ángel Jiménez
Introducción
• La Real Academia Española (RAE) es unainstitución privada que tiene una misión: «velarpor que la lengua española, en su continuaadaptación a las necesidades de los hablantes,no quiebre su esencial unidad» (artículo primerode sus estatutos). Su escudo resume con un lemadel siglo XVIII sus fines originales: “Limpia, fija yda esplendor” a la lengua española.
• Entre las funciones principales de la RAE la másimportante es la elaboración del Diccionario dela lengua española (DRAE), que fija norma y es elreferente para el resto de diccionarios deespañol. Hace unos meses se publicó la 23.ªedición y se está terminando su edición digital.
• Tanto el DRAE como otros diccionarios y recursosde la RAE están disponibles gratuitamente en laRed (rae.es).
Los académicos
• La Academia actualmente cuenta con cuarenta y seis plazas de miembros de número
(académicos que ya ocupan su sillón porque han leído su discurso de ingreso). Estos
cuarenta y seis académicos ocupan el sillón que les designan con una letra del alfabeto
que puede ser mayúscula o minúscula. Los sillones están en la sala de plenos, a la que se
conoce entre los trabajadores de la RAE como la bañera por su forma ovalada.
• Para ser nombrado académico primero tiene que quedar un sillón libre, solo queda libre
cuando muere un académico, y en segundo lugar tiene que haber un grupo de tres
académicos que propongan a una persona que los tres a la que consideren apropiada por
sus méritos profesionales y por sus escritos. Los tres presentan esa candidatura al resto
de los académicos en un pleno y después se procede a la votación secreta de todos los
académicos. Si no hay mayoría de votos será rechazado. Si hay empate entre varios
candidatos, se volverá a votar.
Los académicos se reúnen en sesión plenaria, presidida por el director, todo
los jueves del año menos en vacaciones. Desde su creación la RAE ha tenido
veintinueve directores. El primero fue el marqués de Villena (1713 a 1725) y el
actual es Darío Villanueva, desde finales del año pasado.
Historia
Todo empezó hace tres siglos, cuando en 1713 había un grupo de ocho amigos muy cultosque solían reunirse para charlar de forma informal en la biblioteca del palacio de uno deellos, el duque de Villena (Juan Manuel Fernández Pacheco), en la Plaza de las DescalzasReales de Madrid. En una de esas tertulias se quejaban de que en España no existía ningúngran diccionario como los que ya había en Francia, Italia y Portugal. Y allí mismodecidieron crear una Academia para elaborar un diccionario de la lengua castellana a la quellamarían Academia Española. Ese mismo día 3 de agosto de 1713 levantaron acta ypidieron protección real a Felipe V, que se la dio en octubre de 1714. Se pagarían 60.000reales al año a la Academia para sus publicaciones y no pasarían censura previa.
Tras trece años de actividad frenética, entre
1726 y 1739, comienzan a publicar en seis
tomos un fantástico primer diccionario de la
lengua española que hoy se conoce como el
Diccionario de Autoridades porque cada
entrada lleva muchos ejemplos de
importantes escritores del pasado. En esos
orígenes el objetivo de estos ocho amigos a
los que se unieron otros dieciséis era fijar el
idioma siguiendo el modelo de la Academia
italiana della Crusca (1582) y el de la
francesa (fundada por el cardenal Richelieu
en 1635).
Estos veinticuatro académicos continuaron
publicando obras como la Ortografía de 1714 y
la Gramática de 1771, bajo el auspicio de todos
los reyes que se fueron sucediendo: Felipe V,
Fernando VI, Carlos III y Carlos IV.
Carlos III declaró la Gramática de la Academia
como libro de texto para la asignatura de lengua
en todas las escuelas.
Después la Academia viviría la guerra napoleónica y
muchos otros importantes acontecimientos históricos.
Si durante el siglo XVIII los académicos habían sido
en su mayoría hombres eruditos y nobles ilustrados, en
el siglo XIX y principios del XX serán principalmente
escritores, profesionales, abogados y excelentes
intelectuales que además tendrán la doble condición de
diputados y académicos en momentos políticamente
complicados. Hubo historias muy dramáticas entre los
académicos, historias de expatriaciones, de división de
la comunidad académica entre patriotas, afrancesados
y chaqueteros, cientos de anécdotas que están llenando
libros durante la celebración de este tercer centenario
que estamos celebrando desde octubre de 2014.
En el primer cuarto de siglo XIX comienza otro hecho importante para la Academia, la
independencia de las Repúblicas americanas y la no ruptura de aquellas con la lengua
común. Se puede decir que en cierto modo la política lingüística panhispánica comenzó
entonces, dura hasta nuestros días y ha brillado con figuras tan importantes como Andrés
Bello y Rufino José Cuervo.
En 1894 se inauguró el edificio actual de la Real
Academia Española. Por fin tenía un edificio propio,
hasta entonces habían estado en el edificio del antiguo
Estanco del Aguardiente, en la calle Valverde hoy
Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Aquí se producirían grandes cambios con las nuevas
concepciones lingüísticas y filológicas con don
Ramón Menéndez Pidal a la cabeza.
En todos estos grandes cambios académicos faltaron
las mujeres y no fue porque ellas no estuvieran
preparadas.
En 1784 por recomendación de Carlos III ingresó
como académica honoraria (es el primer paso para
pasar a ser numeraria) Doña María Isidra de Guzmán
y de la Cerda, primera mujer doctora por la
Universidad de Alcalá.
La primera mujer académica fue Carmen Conde que
íngresó en 1976. Actualmente hay seis académicas.
En la primera mitad de siglo XX se crean centros académicos y literarios en Américaunidos con fuertes lazos a los españoles. Escritores, poetas, filólogos, científicos dedistintas disciplinas en España y América serán los nuevos académicos. Hombresbrillantes de las generaciones del 98, del 27 o del 36. Con la guerra civil españolamuchos académicos tuvieron que irse a América exiliados, pero les guardaron sussillones para cuando volvieran, solo volvió Salvador de Madariaga (letra M).
Entre 1930 y 1996 crece mucho el Fichero
General.
Este fichero está compuesto por diez
millones de papeletas, léxicas y
lexicográficas, ordenadas alfabéticamente en
cajones. Desde época temprana los equipos
de lexicógrafos que pasaron por la Academia
fueron escribiendo estas fichas en las que
anotaban manualmente las palabras de los
libros que consultaban y las anotaciones
sobre las mismas.
Recientemente el Fichero General ha sido
digitalizado y es una importantísima
herramienta para trabajar con el Nuevo
diccionario histórico del español (NDHE).
Con la era digital se han producido profundas transformaciones. Bajo la supervisión de
algunos académicos entran en la Academia jóvenes que provienen de la lingüística
informática, la lingüística computacional y la tecnología lingüística, tres componentes
nuevos que junto a los tradicionales dan lugar a una serie de aplicaciones antes
inimaginables. Aparece la lingüística de corpus. De esta forma ha sido posible la creación
de herramientas fundamentales para la lexicografía actual como son el CORDE, el CREA
y el CORPES, para estudiar por fin las palabras, no de una manera aislada, sino en la red
de relaciones que se establecen entre ellas.
En lingüística, se llama corpus a un conjunto formado por miles de textos (novelas, obras
de teatro, guiones de cine, noticias de prensa, ensayos, transcripciones de noticiarios
radiofónicos o televisivos, transcripciones de conversaciones, discursos, etc.) y cientos de
millones de formas. Son empleados habitualmente para conocer el significado y
características de palabras, expresiones y construcciones a partir de los usos reales
registrados. Dado el tamaño que poseen, los corpus tienen que estar en formato
electrónico.
Estas herramientas nos permiten ser mejores detectives con las palabras para investigar
cómo se forman, cómo se desarrollan semánticamente (significado), cómo se combinan
entre sí. Por ejemplo podemos ver como recordar fue sinónimo de despertar, así lo vemos
por ejemplo en el comienzo de las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique:
Recuerde el alma dormida,/ avive el seso y despierte. Ese recordar por despertar se oye
hoy en algunos pueblos españoles y americanos, lo encontramos por ejemplo en Borges
(Hubiera preferido recordarse con el sol ya bien alto).
El CORDE es el Corpus Diacrónico del Español
(CORDE) es un corpus textual de todas las épocas
y lugares en que se habló español, desde los inicios
del idioma hasta el año 1974, en que limita con el
Corpus de Referencia del Español Actual (CREA).
El CORDE tiene hoy 250 millones de registros de
textos de todo tipo. El CREA tiene 160 millones de
registros de textos orales y escritos desde 1975
hasta hoy.
Actualmente se está elaborando El CORPES, que
es el Corpus del siglo XXI.
Funcionamiento
Actualmente la RAE tiene dos edificios en Madrid: el
edificio institucional en la calle Felipe IV, junto al Museo
del Prado, y el Centro de Estudios de la RAE y de la
Asociación de Academias de la Lengua Española
(ASALE), en la calle Serrano.
Los lexicógrafos que trabajan para la Academia están en su
mayoría en el segundo edificio desde hace pocos años,
ellos son los encargados de sacar adelante el trabajo que
les encarga el académico responsable de cada
departamento. En el departamento del DRAE, por ejemplo,
el trabajo del lexicógrafo es como el de un policía que
investiga las palabras. Vigila si una palabra ha muerto en
alguna de sus acepciones (significados) o en todas, si ha
cambiado de significado en alguna de sus acepciones o en
todas, si nació y ha alcanzado el estado de madurez
necesario para llevarla a la comisión, si a una palabra le ha
crecido una nueva acepción, si una definición presenta
irregularidades que hay que corregir, si se detectan
definiciones de diferentes épocas con diferentes criterios
para una misma categoría, etc.
Después de su investigación, cada
jueves acude a unas reuniones
(comisiones) en el otro edificio,
donde se encontrará con un grupo
reducido de académicos. En cada
grupo el lexicógrafo presenta a
los académicos el trabajo
realizado en torno a una serie de
palabras para discutir su
propuesta y que los académicos la
lleven al pleno, que se celebra
todos los jueves por la tarde y
está integrado por todos los
académicos.
Actualmente hay trece comisiones, entre ellas las dedicadas a ciencias sociales, vocabulario
científico y técnico, ciencias humanas o cultura.
En esa sala de plenos, tras aprobar las actas de la sesión anterior, redactadas por el secretario, se
tratan los temas generales y de régimen interno. Cuando el director indica que es el turno de
«papeletas», se presentan enmiendas y sugerencias de nuevas entradas para el Diccionario.
Después se examinan las propuestas formuladas por las diversas comisiones y se vota.
La Junta de Gobierno es el máximo órgano rector de la Academia. Está formada por los
académicos que han sido elegidos por sus compañeros para ocupar los cargos de director,
vicedirector, secretario, censor, bibliotecario, tesorero y dos vocales. Se eligen cada cuatro años
(dos en los vocales) y son prorrogables solo una vez.
Bibliotecas
La RAE cuenta con tres bibliotecas
espectaculares. La más importante es la
conocida como Biblioteca de la Academia
con unos fondos valiosísimos como un
manuscrito del Libro del Buen Amor del
siglo XV.
Las otras dos guardan los legados de
Antonio Rodríguez-Moñino y de Dámaso
Alonso ambos con multitud de autógrafos,
primeras ediciones, dibujos, grabados, etc.
Publicaciones
Además del DRAE, en la Academia se elaboran otras obras
como: el diccionario panhispánico de dudas, el Diccionario del
estudiante y el Nuevo diccionario histórico del español (NDHE).
Además la Nueva Gramática y la Ortografía de la lengua
española (2010), También es muy importante la colección de
ediciones conmemorativas de obras fundamentales de la
literatura en la que se han publicado hasta la fecha El Quijote,
Cien años de soledad, La región más transparente, Pablo
Neruda. Antología general, Gabriela Mistral en verso y prosa y
La ciudad y los perros.
Diccionario histórico
El español es uno de los pocos idiomas más importantes que no tiene un diccionario
histórico, la Academia comenzó con este proyecto en el siglo pasado y lo va haciendo de
forma gradual, en distintas etapas, ofreciendo resultados parciales cada cierto tiempo.
Con el Nuevo diccionario histórico se pretende presentar de forma organizada la evolución
de las palabras a lo largo del tiempo, la historia de cada palabra, que nos permita interpretar
los textos del pasado. Con él sabremos en qué momento nace una palabra, qué significados
tenía en cada momento de su evolución, cómo va cambiando de significado si lo hace,
cuando muere o resucita. Así, por ejemplo, el cañón denominado lombarda (seguramente
porque venía de Italia) se transformará a partir del siglo XV en bombarda, y de ahí saldrán
luego bombardear, bombardero o bombardeo, y hasta se llegará a encontrar en bomba la
acepción de proyectil, una acepción de esta palabra distinta a la que tenía antes que era el
utensilio que servía para producir el riego. De esta manera en la red que une unas palabras
con otras encontramos anudados por un lado a la lombarda, al avión que bombardea, al
que lanza las bombas y al que se apunta a un bombardeo; y por el otro lado se enlazan la
bomba hidráulica y el que la utiliza, que ya no es un bombardero sino un bombero.
El Histórico se basa en métodos de la lingüística, la filología y la informática. Está pensado
como un diccionario electrónico para que permita presentar la evolución de las palabras
teniendo en cuenta las relaciones genéticas, morfológicas o semánticas que las palabras
mantienen entre sí en una red de conexiones.
Español al día
El departamento de “Español al día” es el encargado de la elaboración del Diccionario de
dudas y también el que resuelve las preguntas lingüísticas de la gente que escribe o llama a
la Academia con alguna duda. La inmensa mayoría se reciben y contestan por correo
electrónico y por Twitter.
Estas son algunas de las dudas más frecuentes:
¿Llevan tilde el adverbio solo y los pronombres demostrativos?
¿Lleva tilde la conjunción o entre cifras?
¿Cómo deben escribirse los extranjerismos?
¿Cuál es el participio correcto: imprimido/impreso, freído/frito, proveído/provisto ?
¿Cómo se escribe el plural de las siglas ONG y DVD?
¿Se puede poner tilde en las mayúsculas?
¿Mayúscula o minúscula cuando escribimos los meses, los días de la semana y las
estaciones del año?
Muchas de las dudas se refieren a la última Ortografía publicada por la Academia en
2010. A este respecto comenta José Antonio Pascual que “las normas ortográficas, aunque
sean obligatorias, no tienen una fecha de entrada en vigor, sino que se van imponiendo
poco a poco. De ahí que quien crea que es incapaz de vivir sin la tilde en este o en solo, no
deba preocuparse y pueda persistir en su obsesión, porque, haga lo que haga, las normas
terminarán imponiéndose una vez que las aprendan los escolares. Es lo que ha ocurrido
siempre: mi padre mantuvo el acento en fué y yo terminé perdiéndolo, adaptándome a una
norma a la que a él ya no pudo adaptarse”.
Solución a las dudas de la diapositiva anterior:1. Se recomienda escribir siempre sin tilde el adverbio solo y los pronombresdemostrativos, incluso en casos de posible ambigüedad.2. La conjunción o es un monosílabo átono y, por tanto, debe escribirse siempre sin tilde,aparezca entre palabras, cifras o signos.3. Los extranjerismos y latinismos crudos (no adaptados) deben escribirse en cursiva4. Los verbos imprimir, freír y proveer tienen dos formas válidas de participio.6. En español, las siglas son gráficamente invariables en plural, aunque pluralicennormalmente en el habla: las ONG (pron. [las oenejés])7. En español es obligatorio tildar las mayúsculas cuando les corresponde llevarlasegún las reglas de acentuación gráfica.8. Los nombres de los meses, los días de la semana y las estaciones del año se escribencon minúscula inicial.
El trabajo del lexicógrafo
Un diccionario es un repertorio en forma de libro o soporte electrónico que recoge en
orden alfabético las palabras o expresiones de una lengua acompañadas de su
definición. Los que se encargan de esta labor son los lexicógrafos, que realizan su tarea
de una manera científica y técnica.
El lexicógrafo tiene que hacer un ejercicio de veracidad, reflejar unos usos lingüísticos
reales. Tiene que proporcionar los datos necesarios para que la sociedad identifique la
existencia de usos lingüísticos inconvenientes, que habría que eliminar desde la
educación. Ese es un trabajo que el diccionario no puede hacer. A veces ocurre que la
Academia recibe quejas de colectivos o de gente por determinadas definiciones como
en el caso de la acepción 5ª de gitano que remite a trapacero: “el que con astucia,
falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto”. ¿Debe un diccionario
ocultar que la gente utiliza esa palabra con varios significados y uno de ellos es
despectivo? ¿Debe censurar esa realidad?
El respeto hacia los demás no puede enseñarse desde un diccionario. Somos los
hablantes los que usamos el lenguaje para hacer bien o para hacer daño. El lexicógrafo
está fuera de los usos que demos a la lengua, solo los recoge y los lleva al diccionario.
El hecho de que una acepción aparezca en el diccionario no es por capricho del
lexicógrafo sino por la obligación de introducir en el diccionario los usos del español
en la lengua real.
Otras veces es la Academia la que aconseja determinado
uso, como ocurrió con la aparición y uso abrumador de la
palabra selfie. Al ser un anglicismo se recomendó
castellanizarla con autorretrato o autofoto, pero los
españoles prefirieron seguir usando la palabra inglesa.
Antiguamente los neologismos (nuevas palabras) solían
entrar despacito por lugares como el Camino de Santiago,
hoy entran miles de neologismos a una enorme velocidad a
través de Internet o de las redes sociales: eurozona,
ciberespacio, interfaz, twitter, chat.
Para que estas palabras entren en la Academia son
necesarias dos cosas fundamentales, la primera es el uso:
una palabra tiene que haberse usado mucho y la segunda es
que tiene que demostrarse su uso en distintos tipos de textos.
No se trata solo de que una palabra se use frecuentemente,
sino de que su uso no se reduzca a un determinado tipo de
textos (solo en poesía, solo en blogs o solo en programas del
corazón en televisión). Los lexicógrafos siguen métodos
muy estrictos para medir esto. Lo mismo ocurre para hacer
desaparecer palabras o acepciones de una palabra en el
DRAE y quede en el Histórico.
El léxico pasivo
El léxico pasivo son aquellas palabras que no usamos, pero que normalmente podemos
entender por el contexto; tanto las que se utilizaron en el pasado como las que utilizan
hoy otras personas. Por ejemplo Galdós hablaba de escaleras de palo para referirse a
escaleras de madera y llamaba transparentes de una ventana a unos visillos, u oímos en
un programa de radio la palabra chinero, para referirse a un tipo de alhacena, nos
encontramos con palabras que somos capaces de entender, pero que quizá no las
usemos. Son palabras que están ahí a nuestra disposición, para lo que queramos hacer
con ellas. Son como tesoros con los que podemos utilizar nuestra libertad de elección
para usarlos o no en lo que escribimos o para jugar con ellas cuando hablamos con otras
personas, en definitiva, para encontrar las miles de palabras que están ahí esperando a
que las utilicemos no solo tenemos que leer, también hay que saber escuchar. Estar
atentos de cómo las usan los otros y, sobre todo, tenemos que sentir el gusto por
recuperar todas las palabras posibles para nuestro uso, para disfrutar con ellas.
Para terminar os invito a ver este video sobre la Academia.
https://www.youtube.com/watch?v=XG0m505n_WE