1
LECTURA DE LA SITUACIÓN CONTEXTUAL
CON LOS OJOS DE LA FE1
Pbro. Francisco Silva
“Cada creyente sabe que sólo en la fe le es posible
interpretar la realidad en la verdad”2.
La lectura de la realidad con los ojos de la fe y una con
ojos simplemente socio-cultural, presenta diferencias
sustanciales a la hora de proyectar la pastoral, o presentar
los desafíos o tendencias a los cuales responder. Con la fe
es descubrir la presencia de Dios en la vida cotidiana que
nos ayuda a leer desde dentro hasta descubrir un poco
más el misterio. Para lograrlo se debe entrar en un
proceso e interrelación con las ciencias siempre
respetando la asimetría a favor de la fe para buscar juntos
los desafíos.
No se puede dejar de lado un aspecto de notable importancia en nuestros días: el cambio
cultural, el cambio epocal que se ve en la situación socio-cultural general. Es de notar que el
cambiamiento se está dando tan rápido y radical que no deja nada ni nadie indiferentes. El
cambio que se da en nuestro país es más veloz que el cambio que se dio en Europa, pues en
Europa pudieron vivir un largo período de la modernidad e ir pasando paulatinamente a la
postmodernidad (o hiper o ultra o supermodernidad como lo llaman algunos) y que dentro de
ésta los cambios se están dando rápidamente; sin embargo, en nuestro país la modernidad no
se la pudo vivir bien ya que se sufrió un período largo de dictadura que favoreció la estructura
social-familiar más tradicional.
Al caer la dictadura nos encontramos con una libertad que hasta ahora no la sabemos
vivir bien, no la sabemos compartir, ni respetar y las propuestas que se dan desde el ámbito
social-cultural penetran más rápido de lo que podemos imaginar. Por ello, el peligro es más
grande para nosotros (que ya debemos vivir las dinámicas de la sociedad postmoderna) en
confrontación a las sociedades de antigua cristiandad.
1 Todo este material fue preparado por Pbro. Francisco Silva como parte de la elaboración de la tesina (no
editada) para acceder a la Licenciatura en Teología Pastoral: “Pastoral de Juventud en el estilo de la animación.
Orientaciones proyectuales para la Iglesia en Paraguay”. Pero nos dará también algunas luces para entender al
“hombre” de hoy; sin embargo no absolutizando porque es un trabajo direccionado al ámbito juvenil. 2 TONELLI R., Fede (sguardo di), en MIDALI M.-TONELLI R., Dizionario di Pastorale Giovanile, Elledici,
Leumann (Torino) 19922, 407
2
Se sabe también los cambios que se están viviendo (y con alegría) al interno de la
Iglesia, un cambio que ya viene de muchos años antes del concilio Vaticano II, por ejemplo
de los movimientos bíblico, litúrgico, catequístico, de la doctrina social de la Iglesia, de la
evangelización y nueva evangelización, hasta llegar al proyecto cultural3 de nuestros días.
Se buscará mirar con la fe en profundidad los cambios que se dan dentro y fuera de la
Iglesia para colaborar a la mejor educación de las nuevas generaciones y prospectar en un
futuro próximo, teniendo personas mejor capacitadas que nosotros mismos. Hace recordar a
un gran teólogo de los últimos tiempos: Romano Guardini4, quien planteaba que desde la
Weltanschauung se puede ver mejor la realidad.
Por ello, se presenta una visión de la vida postmoderna (o hiper o ultra o supermoderna)
que podría ayudar a partir con ojos críticos la realidad (y de la que principalmente los jóvenes
son los protagonistas más activos). Ayudaría a ver la sensibilidad que tienen los jóvenes en
diversos aspectos de la vida e interpretaciones que se hacen con relación a ello.
La postmodernidad no es sólo un tema a tratar sino una situación a estudiar y a
profundizar para dar respuestas desde nuestro ser cristiano, recogiendo lo positivo y
enfrentando lo negativo que trae consigo. La postmodernidad conlleva algunos valores, pero
también está promoviendo antivalores (de los que muchas veces no nos damos cuenta). En
América Latina donde el 70 % son jóvenes menores de 24 años vale la pena invertir tiempo,
talento y dinero para su formación integral a fin de concientizarlos y entusiasmarlos por
Cristo.
La masa de jóvenes ha aumentado entre 1960 y el 2000, de 519 millones a 1.128
millones; los jóvenes entre 15 y 24 años de edad representan el 19 % de la población mundial.
En el tercer mundo, tres de cuatro personas tienen menos de treinta años. Se calcula que
dentro de poco tiempo, en África, Asia y América Latina habrá 512 millones de adolescentes,
entre 5 y 14 años, superando así el total de la población europea.
Esto influye de modo dramático sobre las relaciones entre los jóvenes y la sociedad,
entre los jóvenes y los adultos. Y como los jóvenes van siendo la mayoría de la población
mundial se van imponiendo en la cultura de los pueblos, ya que la sociedad de consumo los
tiene como principal destinatario, invirtiendo a todos los niveles para que lleguen a consumir
lo que la misma produce.
3 Para profundizar estos ámbitos ver LANZA S., La parrocchia in un mondo che cambia. Situazioni e
prospettive, OCD, Roma 2003; Cf. LANZA S., Convertire Giona…, 31-100. 4 Se puede ver toda su obra, pero particularmente en este caso GUARDINI R., La visione cattolica del mondo,
Brescia 1994, 33: “Ver con Sus ojos. Medir con Sus criterios... Actitud distante y penetrante al mismo tiempo...
Mirada de la Weltanschauung. Sólo el hombre que cree ve el mundo. Lo ve por lo que es. Lo ve entero... ve las
esencias” y no sólo de modo superficial. Sólo la fe hace participar de algo más grande de lo que se ve y sucede.
El creyente, viviendo en el mundo pero no siendo del mundo, mira en profundidad y amplitud. Esto le ayuda a
tener una relación crítica con la realidad.
3
La palabra post-modernidad indica en su misma terminología una referencia expresa a
la modernidad. La modernidad fue gestándose durante los últimos cuatro siglos, a partir del
Renacimiento, para lograr su pleno afianzamiento en los siglos XIX y XX5. En la actualidad
vivimos un fenómeno ya postmoderno.
Algunas características de la propuesta postmoderna6
Este proyecto postmoderno es muy ambiguo. Parte, inicia desde la crisis de la
modernidad, orientándose hacia la gestación de un nuevo modo de ser de la sociedad.
Presento algunas características dignas de analizarlas.
Inmediatez7: Imposibilidad de percibir los procesos y posponer los resultados. Es
querer todo ya. Se busca informar al instante, adelgazar en una semana, viajar rápido. No vale
la pena sacrificar el hoy para conquistar el mañana. Se vive el presente. El pasado ya fue y
tampoco hay proyectos hacia delante. No hay una historia que se dirija hacia una meta.
Tampoco hay que escapar del presente, sino sólo disfrutarlo (carpe diem: aprovecha y disfruta
el día). Sin embargo, en la modernidad se pensaba en los proyectos, en el futuro, en las
utopías, en transformar el mundo.
Hedonismo8: La búsqueda del placer ante todo y como valor supremo. Importante es
disfrutar y pasarla bien. Incapacidad para darle sentido a lo dificultoso, al sacrificio, al dolor,
a la crisis, a lo difícil. No hay tabúes. No hay prohibiciones y hay que probarlo todo. Aquello
que no sea placentero, ya sea una relación personal, un lugar, una materia, se descarta. Sin
embargo, anteriormente los tabúes y prohibiciones hacían de control en una sociedad más
tradicional para que no haya descontrol y reducirse sólo al placer las relaciones (aunque ya se
iba manifestando paulatinamente una sociedad más liberal).
5 Cf. IRIARTE, G., Post-modernidad, Neoliberalismo y Globalización, Verbo Divino, Cochabamba 1999, 14-15.
6 Gran parte de este apartado he consultado en INSTITUTO ALFONSIANO, XII SEMANA ALFONSIANA (26 al
29 de agosto, 2002). Ética y educación, una invitación a repensar la educación ética (Cuadernillo para
acompañar la reflexión), dirigida por los profesores Juan Carlos López Olmedo y Mario Hernán Odorisio,
Asunción 2002, 4-11. También he agregado otras características a partir de la experiencia teórico-práctica con el
correr de los años. Otros textos estudiados: IRIARTE, G., Post-modernidad..., 14ss.; BOTERO J. S.,
Posmodernidad y juventud. Riesgos y perspectivas, San Pablo, Bogotá 2002; VÉLEZ CORREA J., Evangelizar
la Posmodernidad desde América Latina, Centro de Publicaciones del CELAM, Santafé de Bogotá 2000. G.
IRIARTE presenta un trabajo desde su experiencia en Bolivia en la educación popular para enseñar a la gente a
tener criterios ante los grandes desafíos que se presentan en el Continente Latinoamericano y BOTERO, un
trabajo desde una realidad más europea. Son trabajos valiosos, pero se nota la polaridad en las propuestas que
para nosotros no está del todo correcta, sino sólo parcialmente (ya que desde el Instituto “Redemptor Hominis”
se plantea la “reciprocidad dialéctica asimétrica entre el dato de fe y la situación socio-histórico-antropológica”
y, por ende, una relación circular). El riesgo es dividir o presentar dos mundos opuestos, polares y alternativos,
por ejemplo, la fe de la vida, la cultura del Evangelio, los valores de los antivalores, los buenos de los malos, etc.
Sin embargo, a través del principio de Encarnación se sabe que en la realidad no es así. Normalmente en la vida
cotidiana se vive el proceso recíproco, no dos mundos totalmente opuestos. 7 Cf. ROJAS E., El hombre light. Una vida sin valores, Temas de hoy, Madrid 2002
18, 28-29.132-134. Este autor
merece el mismo comentario que IRIARTE y BOTERO. 8 Ver éste y otros aspectos en BAUMAN Z., Amor Líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos,
Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 2005; cf. BORÁN J., Os Desafios Pastorais de uma Nova Era.
Estratégias para fortalecer uma fé comprometida, Paulinas, Säo Paulo 2000, 46-47; cf. BORÁN J., El futuro
tiene nombre: Juventud, Paulinas, Santafé de Bogotá 19962, 17-118; cf. ROJAS E., El hombre light..., 21-25.57-
70.
4
Globalización9: Usos, costumbres, modas y valores se universalizan a través de los
medios de comunicación social. Sabemos enseguida lo que sucede en cualquier lugar del
mundo. Los productos, las técnicas, el arte, se convierten en fenómenos de consumo a los que
cualquiera puede acceder (si los paga). Adquirimos palabras y gestos que son de otro contexto
y otras culturas. Sabemos que este fenómeno tiene sus pro y contra.
Se piensa que el Estado10
es un mal administrador, no como antes que se planteaba un
Estado paternalista y un excesivo centralismo (aunque la tendencia en Latinoamérica gira de
nuevo en torno a las ideologías de izquierda –en Paraguay no se da aún del todo ese
fenómeno-, motivadas por la pobreza y marginación que genera el sistema capitalista actual).
Aparece el neoliberalismo quien propone el mercado total, y quien regula el equilibrio de la
economía. La ley de la competitividad hace que sobrevivan los más fuertes. Es un capitalismo
salvaje, pues no importa las consecuencias, con tal de ganar más y más. Aparece el gran
capital transnacional globalizado. Una de las consecuencias es la lógica de la exclusión ya
que el dinero se concentra en pocas manos.
Pluralismo11
: Coexisten distintos modos de pensar, actitudes, ideas. Todas son válidas y
verdaderas. Se manifiesta mayor respeto por las minorías y por las diferencias culturales. Se
acepta la heterogeneidad, el disenso, la disconformidad, la diferencia que la vida nos ofrece.
Es una especie de politeísmo de valores. Un joven en este contexto dice: “Yo opino de este
modo, vos de otro, y está todo bien”. Aunque este fenómeno ha entrado lentamente, poco
tiempo atrás se respetaba a los educadores, a los padres, a la Iglesia. Las instituciones
educativas por excelencia eran (y lo siguen siendo todavía en algunas zonas, especialmente
rurales, del país) la familia, la Iglesia, la escuela y la sociedad; sin embargo, hoy tenemos
también otros diferentes lugares educativos12
, como la calle, los amigos, la televisión, el
Internet, etc.
Despolitización: No hay proyectos movilizadores. Todo está regido por el vacío. “La
sociedad es así y no hay por qué cambiarla”, se escucha decir hoy día a mucha gente. No hay
lugar para la renovación ni para los cambios sociales. Cada vez menos jóvenes participan de
estructuras partidarias porque quienes las dirigen viven insertos en la corrupción y en impartir
falsas promesas. Anteriormente se vivía con proyectos ideales, participando en
movilizaciones, debatiendo por un mañana mejor13
.
9 Se puede profundizar viendo: CELAM, Globalización y Nueva Evangelización en América Latina y el Caribe.
Reflexiones del CELAM 1999-2003, Centro de publicaciones del CELAM, Bogotá 20042; DECOS-CELAM,
Cultura de la Imagen. Desafíos Pastorales, Centros de publicaciones del CELAM, Bogotá 2001, 55-62;
BAUMAN Z., La globalización. Consecuencias Humanas, Fondo de Cultura Económica, México 20012;
BORÁN J., Os Desafios..., 13-24. 10
Cf. IRIARTE, G., Post-modernidad..., 14-15 11
BORÁN J., El futuro..., 86-93.143-145. 12
Cf. POLLO M., Le sfide educative dei giovani d’oggi, Elledici, Leumann (Torino) 2003, 147-160. 13
Cf. BORÁN J., El futuro..., 25ss.
5
Ecologismo: Legítima preocupación por la defensa y preservación del medio ambiente.
Hay una nueva conciencia global por la ecología, aunque a veces lo verde es una moda más.
No hay cambios de fondo que posibiliten nuevos modos de vida. La única manera de penetrar
en la mentalidad de la gente para la promoción, defensa y preservación del medio ambiente es
de manera gradual en la formación de la conciencia.
Pragmatismo: Es el mundo de la practicidad. Lo que no es útil no sirve. Sobre todo
aquello que no es útil ya mismo. “¿Para qué sirve esto?”, preguntan los alumnos con relación
a una materia del colegio o universidad. Todo lo relacionado con lo humanístico, en el ámbito
escolar, parece no tener valor para este tipo de gente. Dentro de la enseñanza ha perdido peso
los ámbitos de educación humana, porque no son aspectos que darán de comer.
Individualismo14
: Cada uno opina como quiere, hace lo que quiere y tiene su propia
moral. El lema es: “el mínimo de coacciones y el máximo de elecciones privadas posibles, el
mínimo de austeridad y el máximo de disfrute”. Es el culto a la liberación personal. Hay una
cultura narcisista centrada en la propia realización emocional. Casi todo se privatiza e
interesa conocer lo privado. Son símbolos el walk-man, los juegos electrónicos, los celulares,
la justicia por mano propia15
. Sin embargo, no mucho tiempo atrás, se tenía una sociedad
centrada en torno a la Iglesia, donde se vivía más la solidaridad y la ayuda mutua.
Fragmentariedad16
: Es la cultura del zapping, donde nada dura, donde todo es efímero.
Predomina el collage y la sucesión de fragmentos, a veces, sin sentidos entre sí. Así, la vida es
una cadena de sensaciones que pasan y que hay que disfrutarla a toda costa (zapping, zipping,
greazzing, flipping, chanel surfing).
Irracionalismo17
: El postmodernismo está desencantado de la razón. En este contexto
hoy día se cree más de lo que se piensa. Sin embargo, aprovecha sus logros (tecnología,
informática, comunicación, investigaciones científicas, etc.). La razón ya no puede ser
totalizante y fundante. Por ello, se debe renunciar a las respuestas últimas, éstas no las hay. Se
queda solamente con un pensamiento débil, poco riguroso. Este irracionalismo se refleja
también en las creencias mágicas, los horóscopos y los juegos de azar. Es una tendencia como
reacción a la excesiva centralidad sobre la razón en la sociedad de nuestros padres. En
contrapartida tenemos el sentimentalismo: Es válido sólo aquello que se siente y gusta. De ahí
que cuestan las opciones permanentes, pues hay inconstancia continua. Nace en contrapartida
a la centralidad en la razón y en los conceptos de la sociedad anterior y donde se valoraba
sólo lo técnico-científico y la inteligencia lógico-matemática.
14
Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 42-44; cf. BORÁN J., El futuro..., 103-105. 15
Esto está surgiendo principalmente en los últimos tiempos en nuestro país ya que tenemos una justicia
(administrada por el Poder Judicial) corrupta, la cual normalmente favorece a los poderosos y a quienes tienen
mayor influencia socio-económico-política. Pero también notamos que se están cometiendo arbitrariedades en
querer administrar la justicia por mano propia (especialmente cuando se entra en experiencias de venganza) sin
que haya un juicio, sin que las demás personas puedan defenderse y confrontarse con dignidad. 16
Cf. BORÁN J., El futuro..., 93-95; cf. ROJAS E., El hombre light..., 71-80. 17
Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 24-28.
6
Corporalismo: Preocupación obsesiva y excesiva por el cuidado del cuerpo. El modelo
social es el cuerpo adolescente. El cuerpo es lo más presente y de uno mismo. Es un objeto de
disfrute. Todo el mundo se cuida haciendo dietas, andando a gimnasios y cirugías. Adultos
que se visten como adolescentes y adolescentes que buscan mostrar más y más el propio
cuerpo. Existe un mayor predominio por la estética que por la ética. La producción estética
(imagen, música, cine, etc.) se encuentra integrada a la cultura oficial de la sociedad como una
mercancía más. Se busca lo bello, lo creativo, lo que está bien hecho.
Antiidealismo: No más utopías. Nada de grandes relatos (cosmovisiones globales
portadoras de sentido). Basta de grandes palabras: libertad, hombre, justicia, igualdad. Todo
intento de explicar en profundidad la realidad es manipulador y totalitario, porque nadie tiene
la verdad para los demás, sino sólo la propia verdad. Los grandes sueños hacia una
prospectiva de vida ha pasado de moda.
Aceleración18
: Los acontecimientos se devoran unos a otros. Nos saturamos de
informaciones; no permite a una noticia durar ni al destinatario reflexionar sobre ella. Ni
siquiera los logros personales duran. Se vive en un ritmo que impide una verdadera calidad de
vida y que perjudica la salud. Este fenómeno afecta más fuertemente a nuestra sociedad que
siempre estuvo habituada a vivir encerrada y tranquila (lo que ha cambiado más velozmente
después de la caída de la dictadura en Paraguay en 1989).
Consensos blandos19
: Es mucho más difícil un compromiso para toda la vida, ser fiel a
personas, ideas o proyectos. Se tiene dificultad para los consensos fuertes, definitivos y
universales. Sólo caben arreglos temporales, locales y, por lo tanto, rescindibles. Esto trae
como consecuencia la falta de responder a una llamada fuerte para toda la vida, por ejemplo,
para la vida sacerdotal, religiosa, consagrada e incluso para la vida matrimonial.
Facilismo: Se busca todo lo soft y light, nada que requiera esfuerzo. La palabra clave es
relax, cero stress. Las propuestas son: aprender sin esfuerzo, adelgazar sin esfuerzo, ganar
millones en un instante, etc. No se tiene en mente, como nuestros padres lo tenían, vivir el
sacrificio, las dificultades de cada día, que la vida implica también dolor y esfuerzo para ir
logrando los objetivos.
Cultura de la imagen20
: Saturación de imágenes. Búsqueda del impacto y lo
espectacular. Cultura del video-clip. En este ámbito la televisión crea adicción si se pasa
mucho tiempo delante. Sólo basta apretar un botón y seguir el programa o el film, o bien
cambiar de canal. De ahí viene Zapping: Palabra sajona que indica golpear, disparar
18
Cf. ROJAS E. El hombre light..., 82-84. 19
Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 40-42. 20
Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 34-37; cf. DECOS-CELAM, Cultura de la Imagen..., 22-23: “Al cine, cuyos
inicios coincidieron con los del mismo siglo y que logró primero la captación y reproducción de imágenes en
movimiento y luego les incorporó el sonido le sucedió en su segunda mitad la televisión con todos sus
posteriores y más recientes desarrollos neotecnológicos, representados actualmente en los avances de la
telemática –es decir, la unión e las telecomunicaciones vía satélite con la informática de las computadoras-”.
7
rápidamente. Síndrome del mando a distancia. Esto representa una nueva forma de consumo,
un interés por todo y por nada; se produce una bulimia de novedades y el mando a distancia
tiene efecto sedante (invita al ocio y al relax). Carlos Díaz presenta algunos rasgos de los
jóvenes postmodernos21
que también nos pueden ayudar a seguir con una mirada profunda de
la realidad.
El hombre light22
se parece mucho a los productos light de nuestros días: comidas sin
calorías, cerveza sin alcohol, azúcar sin glucosa, tabaco sin nicotina, mantequilla sin grasa; un
hombre superficial, sin sustancia, sin contenidos; un joven incapaz de hacer una opción
fundamental que le confiera unidad, sentido y validez a su existencia; incapaz de asumir un
compromiso con realidades que trasciendan la propia esfera personal. Aún en la edad adulta
ese hombre será un perpetuo adolescente23
.
Light también puede significar un hombre a-crítico y lezeferista, es decir, amigo del
dejar hacer: “se embriaga con su licor, se droga con sus estupefacientes, se obnulia con su
visión desordenada de la sexualidad, se deja arrastrar por la cadena del consumo... Cae en las
redes de lo que critica. El homo postmodernus es el homo consumens, y por esto mismo, homo
a-criticus24
.
El relativismo va gestando la aparición del joven light, un personaje frívolo, superficial,
descafeinado, un sujeto materialista cuya biografía se concentra en cuatro capítulos:
hedonismo, consumismo, permisividad, relatividad.
Perfil del hombre light25
: Bien informado, con escasa educación humana; todo le
interesa, pero, a nivel superficial; no le da mucha importancia a su integridad; busca aparecer
21
DIAZ C., Escucha, posmoderno, Paulinas, Madrid 1985. En este caso, particularmente, en las páginas 56-57,
presenta algunas características o manifestaciones de los jóvenes de la postmodernidad a tener en cuenta, que nos
puede dar también una llave de lectura: - “Happiness now, queremos la felicidad aquí y ahora. Esta
absolutización tiene su manifestación americana en el juvenil sexo, auto, carrera, que es reclamo de lo imposible.
- Preferir el tópico, aceptar la televisión como imperativo de comportamiento. Pensar se convierte para el joven
posmoderno en aterrorizador.
- Esta fascinación por lo discontinuo, por lo puntual, por lo no uniforme, tiene como consecuencia la ruptura del
tiempo, la resistencia a cualquier forma de definitividad.
- Con fuerzas para pasar del pasado y con ánimos para negar el futuro, sólo queda el presente entre el vértigo y el
éxtasis.
- Presenta normativamente sus propias vivencias en forma de máximas o sentencias, mientras que asegura que
del viejo, ni el consejo.
- En lugar de creer lo que es digno de credibilidad, se traga lo increíble, siempre y cuando le digan que no se lo
crea, y muy especialmente siempre y cuando sea su padre el que le recomiende creer. Sólo a tus compañeros
creerás.
- Telón de fondo: rechazo de la trascendencia, apuesta por la total inmanencia.
- Culto a la no-normatividad. Antes se decía lo que no está prohibido está permitido, ahora se dice lo que no está
permitido está prohibido. Culto a la no-solidaridad, a excepción de la solidaridad con el propio grupo, y
confusión de solidaridad con grupalidad. Culto a la dispersión, a la cultura no-unificada, que, por contrapartida,
resulta unificada en la no-unificación. Culto al no-culto de los otros, y auto cultivo del narcisismo de cariz
neorromántico”. 22
Cf. ROJAS E., El hombre light..., 13ss. 23
Cf. GASTALDI I., Modernidad, posmodernidad y nueva era, en Medellín 23 (1997) 90, 615-616. 24
JIMÉNEZ M., J. D., Posmodernidad: ¿el encanto desilusionado o la ilusión del desencanto?, en Religión y
Cultura 38 (1992), 379. 25
Cf. ROJAS E., El hombre light..., 15-17.
8
como el más atractivo, el que gana más, etc.; es frívolo, acepta todo; carece de criterios
sólidos; su norma de conducta es la vigencia social, la moda.
La era del plástico: La era del plástico se caracteriza por ser desechable, se pone de
manifiesto la característica especial de los objetos que es la de usar y tirar.
El impacto no se limita sólo al cuerpo y el sexo, sino también a lo visual. Muchos de
nuestros contemporáneos se nutren casi exclusivamente de las imágenes que aportan los
medios. Cada vez más, la mirada a lo universal pasa por la ventana de la televisión.
Nuestra sociedad, apoyada en la imagen, busca trascender la existencia cotidiana, eludir
la soledad, pero los medios vacían de contenido y significado la realidad, sumergen a los
individuos en la banalidad de las imágenes llamativas y en la inmediatez superficial de las
informaciones convertidas en espectáculo. Se pierde la profundidad vital y se ciega la
sensibilidad por los valores sustantivos.
La sociedad de consumo, aliada de la postmodernidad, hace el mayor número de
víctimas entre la juventud, porque de este modo asegura el éxito del consumismo a largo
plazo.
De ahí que es importante reflexionar algunos efectos a largo alcance: ¿Cómo serán las
parejas y familias del año 2030?, ¿qué clase de políticos, gobernantes y dirigentes sociales
tendrá la sociedad al cabo de tres o cuatro décadas?, ¿qué tipo de pensadores y de mentores de
la comunidad humana se está fraguando en este clima de postmodernidad?, las nuevas
generaciones ¿sabrán construir una sociedad mejor que la presente?, una sociedad sin
proyectos de futuro, sin memoria histórica, ¿podrá subsistir?, ¿no se podría decir que la
sociedad postmoderna está abocada al suicidio, si tenemos a la vista el horizonte que va
trazando la postmodernidad?
Sin embargo, así como se ve en las sociedades europeas, al parecer la tendencia a caer
en la depresión o en un callejón sin salidas no es tan cierto, no se tiene más una sociedad
totalmente en contra de la Iglesia o totalmente indiferente (realmente nunca lo fue y
seguramente nunca lo será). Algunos dicen que lo peor ha pasado, pero que la Iglesia tiene
que presentarse aliada al ser humano, haciendo su opción por él, que se vea que lo ama y
quiere su bien (que podríamos llamarlo salvación) para que la gente se acerque de nuevo a
vivir los grandes valores y a experimentar una vida eclesial de comunión.
¿Cuál será la actitud a asumir? Hay un nuevo modo de entender la existencia humana.
Habrá que prepararse para enfrentar creativamente a fin de seguir proponiendo los valores de
siempre, pero de un nuevo modo. Recreando, resignificando, buscando nuevas formas de
proponer para que lo bueno siga siendo bueno. Respetando a las personas por lo que son y no
por lo que tienen u ofrecen (o puedan ofrecer) a la Iglesia.
9
Educar en nuestro tiempo no es tanto hacer discursos cuanto dar testimonio. El joven de
la época postmoderna está harto de palabras, pero sí es positivamente sensible al buen
ejemplo, a la acogida, al respeto.
Tengamos presente que en los años recientes normalmente (y hasta hoy muchos lo
hacen) se presentaba una situación como contrapuesta al ideal, como por ejemplo:
marginalidad, desadaptados, refugio en el privado, lucha por la identidad, sin padres ni
maestros, etc., que dicen parte de la verdad pero también presentan límites al ser
absolutizados. Es bueno valorizar muchas categorías pero también relativizar en relación a la
especificidad de las situaciones y unicidad de cada joven.
Se ha escuchado a muchos adultos decir que los jóvenes son un problema para la
sociedad, que no se insertan en la marcha o proceso social, que son violentos. Tal vez en los
últimos tiempos esta situación se ha acentuado, pero hay que ver las causas y no mirar sólo
desde ese punto de vista, pues al mismo tiempo que son violentos, se ven ansias enorme de
soñar con una vida mejor, de promover y luchar por una sociedad más justa, donde haya
menos pobres, etc. Es mirar y ver la dificultad de algunos grupos de jóvenes de integrarse en
el tejido social a causa de mecanismos sociales marginantes. Por ejemplo, la presencia en la
sociedad de grupos de marginados como ser los alcohólicos, los violentos o patoteros, los
toxicodependientes26
, manifiesta desadaptación desde el punto de vista de los jóvenes, pero
desde el punto de vista de la sociedad, estructuras marginantes (cf. estructuras de pecado).
En estos años se utilizaron varias categorías que hacen referencia a la identidad: la lucha
por la identidad, el refugio en lo privado, la cotidianidad, subjetividad/subjetivismo, etc. El
acentuar lo privado en contrapartida a lo social, que fue muy fuerte en décadas pasadas,
demuestra la crisis de las ideologías27
y del compromiso social. Normalmente se ha visto esto
de modo negativo, pero también quienes interpretan positivamente, que se manifiesta como
una revolución silenciosa aportando nuevos valores. Es una especie de sobrevivir a la
complejidad socio-cultural fortaleciendo el pequeño mundo vital. Normalmente el refugio en
lo privado28
está en desacorde de reglas, de los valores objetivos, de la continuidad. Así se es
más sensible a la dimensión subjetiva que universal y objetiva de los valores morales. Que se
abran a lo universal, objetivo, general, global, es hacer una fatiga enorme.
También hacen fatiga para abrirse al pasado y al futuro. Todo se concentra en el
presente, sería como una versión moderna del carpe diem. Es una generación de la vida
cotidiana, del hoy, del presente29
, sin padres ni maestros y de escasa capacidad proyectual30
.
26
Cf. Un trabajo hecho sobre el consumo de drogas en estudiantes: OBSERVATORIO PARAGUAYO DE
DROGAS (OPD)-SECRETARÍA NACIONAL ANTIDROGA (SENAD), Consumo de sustancias psicactivas en
estudiantes. Resultado de la encuesta nacional sobre prevalencia de consumo de drogas, factores de riesgo y
prevención en jóvenes escolarizados de 12 a 18 años, Senad, Asunción 2004. 27
Cf. BORÁN J., Os Desafios..., 40-42. 28
Cf. BORÁN J., El futuro..., 104-105. 29
Cf. ROJAS E., El hombre light…, 28-29. 30
Cf. POLLO M., Animazione culturale, Elledici, Leumann (Torino) 2002, 43.
10
Hay una tendencia a consumar la experiencia, fragmentadas31
entre sí y no conectadas con el
acontecimiento de la vida que se expresa en un historia que tiene un sentido. La
fragmentariedad dice la experiencia interior de los jóvenes y también el hecho cultural de una
sociedad que ha perdido un centro unificante32
. La fragmentariedad cultural y la segmentación
de la propia vida interior están íntimamente relacionadas.
El proceso de la propia identidad es mucho más fatigoso respecto al pasado. Los
jóvenes viven múltiples experiencias y pertenencias con referencia contemporáneamente a
una varia o contradictoria gama de valores.
En cuanto a la identidad un asesor y/o animador se pregunta/n: “¿Por qué hay veces que
soy un tigre, en la familia soy un salvaje, en la vida afectiva una mariposa, y en la fe un
canguro? ¿Cómo puedo hacer y vivir en unidad? ¿Por qué me siento dividido?” Tantas veces
el rol de animador y/o asesor lo absorve pero siente que no lo hace crecer; llena una parte de
su vida pero no lo hace madurar; le hace modular y conjugar un camino de fe, una opción de
compromiso pero luego llega a la indiferencia y a la apatía. No se puede orientar un arco
importante de la vida de un joven sólo sobre qué debe hacer para los demás sin vivir los
propios problemas afectivos, las propias exigencias de fiesta, gratuidad, de realización
personal en un grupo de pares. Sin decir que tantas veces para la joven edad, los animadores
y/o asesores están dentro de los mismos problemas que viven los jóvenes a quienes
acompañan.
Se impone así un primer delicado compromiso personal de acoger las ambigüedades,
desenmascarar los motivos de comodidad, denunciar las visiones mortificantes de animación
y sintonizarse siempre más sobre una correcta colocación educativa de la figura del animador
y/o asesor. Procurar el encuentro entre el porqué y el quién es para que nazca un verdadero
animador, una persona realizada y educadora liberante. Las motivaciones profundizadas,
orientadas, unificadas llegan a ser coeficientes de madurez humana, inscriptas en un contexto
más amplio de opción fundamental de los valores, en un horizonte donde se mira la
existencia. Así nace una espiritualidad que se desarrolla y se abre y un servicio que se pueda
vivir en la sociedad como amor por la vida.
Después de la época de la dictadura, donde los animadores y/o asesores se interesaban
ante un objetivo común, el sistema dictatorial, y por ende, en un contexto político, parece que
31
Cf. BORÁN J., El futuro..., 93-95; cf. ROJAS E., El hombre light..., 71-80. 32
Cf. LANZA S., La parrocchia in un mondo che cambia: le grandi sfide socio-culturali e religiose, en
PONIFICIUM CONSILIUM PRO LAICIS, Riscoprire il vero volto della parrocchia, Libreria Editrice Vaticana,
Città del Vaticano, 15-54, particularmente la página 25: “È necessario riequilibrare l‟azione pastorale in senso
missionario: da autoreferenziale, tutta concentrata all‟ombra del campanile, essa è chiamata ad assumere uno
stile di missione; non come fatto eccezionale o di emergenza, ma come propria normalità quotidiana e
dimensione costante… Si tratta, allora, di passare dal paradigma della appartenenza (intesa come cura delle
anime che appartengono alla parrocchia) a quello della evangelizzazione e della missione, cioè da una Chiesa di
servizi a una Chiesa di servizio (economia della salvezza): per la Chiesa non ci sono i vicini o i lontani, ma
persone da raggiungere là dove esse vivono”; cf. LANZA S., Il rinnovamento della parrocchia, en SERVIZIO
NAZIONALE PER IL PROGETTO CULTURALE DELLA CONFERENZA EPISCOPALE ITALIANA,
Ripensare la parrocchia, Dehoniane, Bologna 2004, 117-130.
11
el mundo juvenil se redujo a centrarse en sus problemas personales, en su pequeña
cosmovisión, donde se siente alguien reconocido y valorado en la vida. Actualmente hay poca
atención hacia un proyecto de sociedad, a los ideales inspiradores para actuar arriesgándose.
Normalmente piensa en grande, con sus ideales muy elevados, piensa cambiar la sociedad
pero seguramente accionando sólo en su pequeño círculo.
La centralidad de la subjetividad o la fundación subjetiva del propio itinerario de
madurez son las reacciones necesarias al pluralismo y policentrismo cultural y al consecuente
relativismo de los valores. Además, la falta de propuestas significativas y la pretensión de una
neutralidad ética de la sociedad no favorecen para formarse una subjetividad fuerte. Vemos
que está en crisis el tiempo noético33
o el sentido histórico de la temporalidad. Se pierde el
sentido de la unidireccionalidad y de la progresividad del tiempo y se hace camino una
concepción circular y casi de reversibilidad del tiempo.
La adolescencia se mueve más por una dimensión socio-cultural que biológica. La
problemática está ligada a la identidad, pero el proceso de identidad no es afrontado y
permanece incompleto. Aparenta como el tiempo de adaptarse al cambiamiento continuo
concentrándose en el compromiso de autorrealización y reelaboración personal de las
propuestas de vida.
Relacionalidad
Las nuevas generaciones tienen un fuerte sentido de relacionalidad34
en conexión con
ámbitos de autorrealización. Por ejemplo, en la escuela o colegio, el joven rinde más si su
maestro o profesor logra una relación cercana y gratificante. Se puede dar lo mismo en el
trabajo, quien es tratado como persona, como alguien y no sólo como número, producirá
mucho más para el servicio abocado.
La dimensión afectivo-sexual35
es vivida en conexión a la problemática de la identidad;
tiene significados de conocimientos de sí, búsqueda de reconocimiento y de seguridad. La
relación de pareja exige respeto, comunicación, comprensión y fidelidad. Los sentimientos
son criterios guías y de evaluación en la sexualidad y afectividad, valen más que compartir
valores, proyectos y hasta vale más que compartir la misma fe. En una sociedad compleja la
pareja da seguridad, pero cada vez que pasa el tiempo es más flexible, se caracteriza por la
cohabitación ligera sin proyectarse mucho al futuro y a la definitividad de la vida. Los jóvenes
en este ámbito buscan espacios más autónomos, informales, extrainstitucionales. Mientras el
espacio afectivo tiene grande significado, los otros espacios relacionales van perdiendo
significatividad. No llegan a ser lugares, pues no dan sentido de pertenencia y no llegan a
crear identificación.
33
Cf. POLLO M., Animazione cultuale…, 39-51. 34
Cf. FONTANA U., Relazione, segreto di ogni educazione, Elledici, Leumann (Torino) 2000, 38-39. 35
Cf. GASTÓN de MEZERVILLE, Madurez sacerdotal y relgiosa. Un enfoque integrado entre Psicología y
Magisterio, Tomos I y II, CELAM, Santafé de Bogotá 1999.
12
Valores de tipo relacional-afectivo y autorrealizativo expresan los adolescentes. Esta
dimensión afectivo-relacional es la más determinante para la formación de la identidad.
Por un lado “estamos en la era de la comunicación y de la posibilidad de entrar en
contacto con el mundo entero, por otro, jamás como hoy seguramente son así difundidos el
sentido de la incomprensión y de la fatiga a establecer relaciones humanas profundas y
duraderas”36
.
Otro aspecto fundamental es el grupo37
o la pequeña comunidad38
. Hace tres funciones
progresivamente: autonomía, relacionalidad y reconocimiento de la propia identidad. La
amistad es el filtro fundamental de la madurez del adolescente. Pero muchos no se sienten
respetados y comprendidos por sus amigos. Entre los coetáneos y la familia, influye más la
familia para enfrentar las situaciones nuevas aunque con la tendencia a buscar hacer siempre
más solos.
La escuela y el colegio, tienden a ser pensados sólo como lugar de socialización que
como lugar fundamentalmente de cultura. A medida que crecen, escogen lugares no
institucionales.
La relación con los adultos39
“Muchos sondeos sobre los jóvenes presentan la insignificancia de los adultos para la
mayoría de los jóvenes. Para estos jóvenes los adultos, en efecto, no son modelos ni a imitar
ni a rechazar, no son ocasión de encuentro ni ocasión de desencuentro, son sólo simplemente
insignificantes”40
. Y esto es grave. Pues el principal agente en la educación juvenil no es
tenido en cuenta como se debe porque se fue vaciando de contenido ante el educando, y en
muchos casos, no llega a comunicar en las cosas básicas de la vida. Hay jóvenes quienes se
lamentan que son controlados por sus padres o tutores, y no llegan a entablar una relación de
fe y confianza. Entonces cada vez que pasa el tiempo, la distancia se alarga, y cuanto más
distantes son, más difícil será acortarla.
En ocasiones, inclusive, el adulto se interesa casi siempre (y en algunos casos siempre)
de sus problemas y su mundo. “Esta ausencia de un verdadero interés del adulto por la vida de
36
CURRÒ S., Il giovane al centro. Prospettiva di rinnovamento della Pastorale Giovanile, Paoline, Milano
1999, 61 [Traducción al español: El joven en el centro. Perspectivas de renovación de la Pastoral Juvenil,
Paulinas, Madrid 2005]. 37
Cf. POLLO M., Comunicazione educativa, Elledici, Leumann (Torino) 2004, 105ss. 38
Cf. CELAM-SEJ 9, Civilización del amor. Tarea y Esperanza. Orientaciones para una Pastoral Juvenil
Latinoamericana, Santafé de Bogotá 19972, 191-198. Es interesante cómo este material latinoamericano presenta
el proceso que debe pasar una comunidad juvenil (pequeño grupo), así como una persona humana: su
nacimiento, la primera infancia, la adolescencia, la juventud, la adultez y la muerte-resurrección. Cada etapa
presenta unas características similares a las propias del ser humano en su proceso correspondiente. 39
Cf. POLLO M., Comunicazione…, 87-103. Particularmente en la página 89: “Ogni processo educativo
autentico richiede la disponibilità dell‟educatore a educarsi mentre educa. Questa affermazione è divenuta molto
popolare, in questi ultimi anni, sotto la spinta in modo particolare delle pedagogia della liberazione” (cf.
también: FREIRE P., La pedagogia della liberazione, Mondatori, Milano 1971, citado en POLLO M.,
Comunicazione…, 89). 40
POLLO M., Le sfide educative…, 61.
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los jóvenes es un gran límite para la socialización, en cuanto el adulto es el primer otro
importante, del cual el joven hace experiencia”41
. Pero el joven busca un referente, un modelo
que le pueda decir algo a su vida.
“El egoísmo generacional no se reflexiona sólo en la dirección adulto/joven sino
también en la dirección adulto/anciano, anciano/joven y joven/anciano”42
. Sin embargo, es
lindo ver a personas adultas que no tienen dificultad de comunicarse con cualquier tipo de
gente (condición socio-económico-educacional), respetando y dando lugar a cada persona
como se merece, sea para uno interesante o no lo que dice o hace. “Es necesario superar el
secuestro de la edad, la incomunicabilidad generacional, que es fruto y cobertura de la
inconsistencia de los adultos. El joven busca figuras de referencia significativas. No podemos
permitir que su expectativa permanezca desilusionada”43
. Y entrar en esta escuela, nos lo
debe/n enseñar el animador y/o asesor para romper las barreras.
Los jóvenes buscan adultos educadores, creíbles y preparados. No es cierto que no
quieran saber nada de los adultos. Sabemos que el conflicto (vivido más intensamente en el
período de la adolescencia) es necesario. La educación necesita del conflicto (no exagerado o
exasperado) y de la diversidad, necesita de la palabra dicha del adulto. Últimamente se hace
más complicada la educación de los hijos cuando los padres están ausentes, principalmente
por motivo de trabajo. Esta experiencia se acentúa en la realidad urbana donde ambos padres
deben ir a trabajar y dejan a los hijos con una o criada o empleada. Además, se nota las crisis
familiares (separaciones matrimoniales principalmente), la ausencia de una buena
comunicación desde sus inicios, estilos educativos acentuados o de permisivismo o de
autoritarismo, y la crisis de relación con las instituciones.
Los jóvenes siempre quieren crecer hacia la madurez pero no reciben propuestas
consistentes de los adultos (especialmente en nuestro país, donde la corrupción de las
personas quienes ofrecen servicios en las instituciones públicas, éstas guiadas por los adultos,
ha llegado a niveles estructurales) para una vida de sueños. En mis últimos años de
experiencia como educador de los jóvenes, comprendí que ellos buscan referentes, que les
acoja, les entienda, que no sean como ellos, que tenga algo que decir a sus preguntas, a sus
inquietudes, que sea capaz de descender a sus realidades profundamente (que con el proceso
de Encarnación de Dios al mundo se entiende y se vive maravillosamente) para alzarles,
elevarles hacia una vida más integrada y madura.
El sentido de los valores en los jóvenes
Muchas personas dicen que los jóvenes no viven los valores en la vida, sin embargo,
esto no es cierto, pues muchos de los valores comparten con los de los adultos. La diferencia
41
POLLO M., Le sfide educative…, 62. 42
POLLO M., Le sfide educative…, 62. 43
LANZA S., La parrocchia..., 312.
14
está en la jerarquización de los mismos dando una mayor valencia a la dimensión subjetiva.
Los valores de la solidaridad, de la caridad son subordinados a los personales como la familia,
el amor, la amistad, la libertad.
Toleran mucho más la moral individual44
, sobre todo sexual, basada en la libertad
personal y en el recíproco consenso; sin embargo, no toleran la violación de los derechos
humanos. Al parecer, expresan neutralidad ética e indiferencia hacia la dimensión afectivo-
sexual, pero la realidad no es así. Viven los valores de la sinceridad, de la unidad de afectos,
de la reciprocidad. Y son muchos más positivos y optimistas para afrontar una vida de valores
que los adultos.
El sentido religioso en los jóvenes
El sentido religioso es muy complejo y hasta contradictorio. Se ven señales de
persistencia o despertar religioso, y por otro lado, se ven señales de la secularización y de la
desafección religiosa. Parece que los dos fenómenos están creciendo. La religiosidad de los
jóvenes es connotada siempre menos por la pertenencia eclesial y siempre más por elementos
legados a la subjetividad. Es una religiosidad que se vive en lo privado45
y en orientación a lo
subjetivo. Es sentida más como respuesta a las necesidades psíquicas subjetivas que como
respuesta del sujeto a una provocación o llamada trascendente. Y, además, fatiga a aceptar la
mediación de la comunidad y de un horizonte objetivo de la fe.
La postmodernidad, débil y relativista, ha descafeinado46
la religión, ha minado su
fundamento, ha pulverizado y suavizado su dureza y su vigor. Ahora, en muchos casos, la fe
es un elemento más en el mercado de preferencias. Para el pensamiento postmoderno la
muerte de Dios representa, a la vez, la liquidación del humanismo.
La religiosidad postmoderna es antropocéntrica, sociológica o ambiental, a la medida, a
la carta, light, blanda, baja en calorías. Es un colage o un cóctel que cada cual se fabrica
según sus ideas, gustos, tradición o costumbre social, al margen de la fe en sí misma.
Ciertamente, estas características todavía no han llegado en su plenitud en nuestros ambientes,
sin embargo, en las zonas urbanas (particularmente en las instituciones universitarias) crecen
paulatinamente.
Las características de esta religiosidad: extremadamente cómoda, es emocional y anti-
intelectualista, alejada de la Iglesia-institución, carente de confianza en sus líderes. Pero por
otro lado, existe una tendencia a vivir con mayor radicalidad por algunos jóvenes la fe en la
vida cotidiana. Especialmente llegan a vivir en contexto de madurez integral cuando la
comunidad de fe se presenta hospitalaria, que recibe en su seno a todos los miembros sin
44
Cf. BORÁN J., Os desafios..., 42-44. 45
Cf. ROJAS E., El hombre light…, 99ss. 46
Cf. ROJAS E., El hombre light…, 13.81.
15
distinción, una comunidad educante tratando a todos por igual. Cuando se sienten amados por
una comunidad mamá con pechos generosos para dar el nutrimento y protección a sus hijos.
Muchos cuando piensan en la religión, lo hacen separando de la realidad, de la vida
cotidiana. Parece que está en conexión con la tendencia socio-cultural a relegar la religión en
lo privado, llegando a no tener influencia en lo social. Podemos decir que es un mosaico de
creencias y de prácticas, en que se encuentran mezclados elementos culturales, religiosos y
antropológicos, provenientes de muchas y muy distintas tradiciones culturales y religiosas.
Los fenómenos religiosos encuadrados en la nueva religiosidad presentan fuertes rasgos de
religiosidad pagana y oriental, y se parecen muy poco a la religión cristiana tradicional. Es
una fe ingenua, crédula, facilona, puesta en cosas y no en algo sustancial.
La separación entre fe y moral se detecta también entre los jóvenes más cercanos a la
experiencia eclesial. El problema no se concentra tanto en el tema de creer o no creer, sino en
creer y de sus implicancias en el estilo de vida. En muchas ocasiones piensan que es normal
encontrar personas que dicen creer una cosa y viven de otra manera. Aunque sienten la
llamada inmensa a superar esa crisis y vivir en un contexto de donación, cosa imposible en un
ambiente donde no se favorece el proceso hacia una vida íntegra y auténtica. Por un lado, no
quieren aceptar una experiencia religiosa que pasase por los vínculos comunitarios e
institucionales estrechos, y por otro lado, buscan experiencias comunitarias emotivamente
fuertes y no muy exigentes; lo emotivo y lo sensacional aparecen como elementos importantes
en la vida del joven.
Nuestra mirada hacia los jóvenes es educativo-pastoral. Nuestra mirada no se reduce
exclusivamente al ámbito religioso, ni tampoco se limita a un sector de la vida del joven
simplemente, sino que va en dirección a toda la vida juvenil y a sus expresiones. Es decir,
asumir toda la vida y sus problemáticas, si es posible de manera integral.
En estos últimos tiempos es difícil tener una visión unitaria del mundo de los jóvenes.
Cada vez que pasa el tiempo es más complicado hablar de cultura juvenil47
por la complejidad
y profundidad del tema.
La edad, por ejemplo, no se reduce más sólo al ámbito biológico sino al psico-social-
cultural. El pasar a la etapa adulta tiene algunas expresiones psico-sociales (por ejemplo,
autonomía personal, tener constituida una familia, independencia económica...). Pero los
cambios que se fueron dando en Europa, también se dan de a poco en nuestro país. Y
últimamente en nuestro país los cambios son mucho más acelerados hacia una sociedad más
moderna y tecnológica que tiempos atrás.
Muchos jóvenes ven a la Iglesia como una institución referencial, en quien pueden creer
y recurrir cuando necesitan (al menos todavía así se da esta experiencia en varias partes de
47
Cf. BORÁN J., El futuro…, 65-140; BORÁN J., Os desafios…, 57-77.
16
nuestro país). Pero podría ser un peligro el hecho de reducir la pastoral a aspectos que están a
la moda dentro de la sociedad. Tienen sed de Dios y lo quieren encontrar, pero no un Dios
lejano y castigador (como tal vez se enseñaba antiguamente dentro de la catequesis) sino un
Enmanuel (Dios-con-nosotros). “Los jóvenes, también el joven consumista, no tienen piedad
por aquellas instituciones „simbólicas‟ que decaen en el sistema mercantil... aunque si después
se dejan ilusionar por aquellas formas de religiosidad que no se interesan a la salvación
(eterna), sino a la sensación (inmediata) de bienestar (salud... fitness)”48
.
Se encuentran también signos de una auténtica experiencia religiosa y de una capacidad
de acoger los valores religiosos como significativos y resignificantes para la vida. En muchas
ocasiones (sobre todo dentro de la Iglesia), los valores religiosos les conducen a opciones
significativas de solidaridad. Y varios jóvenes rompen los esquemas tradicionales, tienen
ganas de superarse y presentar una propuesta nueva, de modo nuevo, más atrayente para los
mismos jóvenes. Sueñan con la Iglesia más comprometida, abierta y misionera y con una vida
donde se viva la tolerancia, el respeto, la justicia y el amor.
Ante todo lo expuesto nos queda vivir la misión encomendada con convicción, con
amor generoso, entusiasmando en la narración de nuestra historia acogida y salvada por
Cristo. Así la misión permanente se presenta como una gran oportunidad para encarnar la
salvación de Dios en nuestro mundo personal, familiar y comunitario.
48
LANZA S., La parrocchia…, 301.