Rafael Velásquez Plaza, Instituto de Filosofía
PUCVSeminario Hegel
Resumen
En este breve trabajo, pretendo mostrar de manera concisa el traspaso de la subjetividad kantiana,
que escinde la realidad en niveles epistemológicos y ontológicos, a la “unidad” entre estos campos
establecida por Hegel en la Ciencia de la lógica, tomada como: “Ciencia del pensar en cuanto tal”,
“Metafísica”: la ciencia de los principios objetivos del Ser expresado en pensamientos. Entre otras
consideraciones necesarias para realizar tal cometido.
Uno de los problemas fundamentales ante el cual el revolucionario de desván Friedrich
Hegel se enfrentó, fue la justa en contra de lo que se estableció en la filosofía occidental,
naturalizándose a su vez en la concepción y determinación del hombre en el mundo y su
relación con éste, el cual se expresó determinantemente en su íntimo contexto práctico e
intelectual a través de los filósofos Kant, Schelling entre otros, un problema de carácter
epistemológico y ontológico el cual Hegel logra desvelar y superar.
Con Kant heredero del cartesianismo en cierta medida, se realiza la escisión entre, el
conocimiento dado en el orden de la subjetividad y el absoluto. Lo primero entendido como:
entendimiento que determina de manera abstracta, unilateral a través de categorías a priori,
a modo de representación todo aquello que se presenta en el orden experiencial al sujeto; y
lo segundo (el absoluto): como lo externo, el objeto, o también llamado por aquél como
“cosa en sí (ding an sich)”vuelto, cerrado en sí mismo, impenetrable incognoscible de
manera interna en su realidad intrínseca, el cual se presenta al sujeto, se manifiesta
(phainesthai) se aparece ante él y se determina, se clasifica, se “norma” de manera
fenoménica, según como se aparece y experimenta ante, y en él mismo, a través de un
aparataje instrumental de conceptos meramente subjetivos.
Este modo de representar y determinar la realidad es heredera casi directa del cartesianismo
(como dije anteriormente) en cuanto nace de la búsqueda de un establecimiento de una
certeza (ego cartesiano) como resguardo ante la dudosa e inescrutable realidad que está
afuera, en el ámbito de la naturaleza, entendida (bajo el supuesto de la escisión), como una
realidad (objeto) que no se posee ni se logra conocer, sino que; incapaz de realizarla en
cuanto conocimiento, el sujeto se resguarda en la certeza de su subjetividad y a partir de
ésta, y con Kant especialmente, se estructura y se explaya de manera sistemática un
entramado de categorías interpretativas para abarcar y estructurar aún más lo que puede
alcanzar el sujeto, pero sin alcanzar el conocimiento real de la inescrutable “ding an sich”,
Siendo entonces clara la escisión de Sujeto-Objeto cerrados ambos en sí mismos en distintos
niveles, separando a su vez el plano epistemológico y el ontológico, tomando al primero
cómo el plano del intérprete de lo “aparente” que a su vez está en las mismas
determinaciones del sujeto, y al segundo como el plano de lo “real” que no se muestra.
Pensamos entonces que el “ilustrísimo” idealismo de Kant en vez de lograr un conocimiento
efectivo de la realidad mediante el entendimiento, atrapó, anuló, determinó al sujeto en el
no-conocimiento de lo real, atrapándolo a sí mismo en el conocimiento y justificación de su
propia parcela de estructuras “a priori” como lo único conocido.
Torretti dice: “La filosofía crítica de Kant se funda en la doctrina de la idealidad
trascendental del espacio y el tiempo y en la deducción o justificación de la validez objetiva
de las categorías. En la presentación de ambas Kant recurre al distingo entre la cosa en sí y
el fenómeno, entre los entes tal y como existen por sí mismos, independientemente del
ejercicio de nuestra facultad de conocer y los entes tal y como se muestran en el contexto de
la experiencia construida en ese ejercicio”.1
Para romper con el dualismo o escisión Sujeto-Objeto Kantiano, es preciso tomar en cuenta
que para Hegel lo verdadero, lo conocido, lo real debe ser racional a la vez:
1 Torretti, R., Manuel Kant. Estudio sobre los fundamentos de la filosofía crítica, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2005, p 657
“Lo que es racional, eso es efectivamente real, y lo que es efectivamente real, eso es
racional”2 Esta proposición es impensable para el modo reflexivo-subjetivista de los
círculos kantianos, ya que apunta a una unificación de la realidad con el pensamiento del
objeto y el sujeto, en cuanto la realidad es pensamiento en sí mismo y para sí. Para entender
lo que respecta a la concepción en torno a la realidad, o más bien, Para distinguir los dos
modos de realidad que se muestran en Kant y Hegel, es necesario para éste último denotar
bajo diversos conceptos lo que se comprende o se debe comprender como aquélla.
Por una parte se denota el concepto de “Realidad (Realität)” y por otra, la “Realidad
Efectiva (Wirklichkeit)”. La primera corresponde a aquella realidad fenoménica presentada
de manera inmediata a la experiencia y determinada mediante categorías del entendimiento a
modo unilateral, (recordemos también lo que sucede en las ciencias positivistas); Y la
segunda hace referencia a la realidad del pensar filosófico, del pensar lo verdadero, el pensar
especulativo o a la realidad de la Ciencia Lógica, que es a su vez, el conocimiento de la
forma o el modo en como se desenvuelve la realidad en cuanto efectiva.
En la Ciencia de la lógica, Hegel enfatiza la necesidad de retomar esta ciencia desde el
principio, y a su vez estructurar un nuevo modo de llevar a cabo el tratamiento científico,
obviando por lo demás la destrucción de los formalismos unilaterales del kantismo en
cuanto en ellos no se realiza la Ciencia. Esto lo expresa a través de tal sentencia :“Si la
filosofía ha de ser ciencia, no puede tomar prestado al efecto su método, según he
recordado ya en otro lugar, de una ciencia subordinada, como es la matemática, ni
tampoco darse por satisfecha con aseveraciones categóricas de la intuición interna o
servirse de una argumentación raciocinante fundada en la reflexión externa”3 Con esto deja
más que claro que la Ciencia aquella no ha de ser instrumentalizada, o más bien,
determinada en su proceder epistemológico a partir de estructuras emanadas de otras
ciencias. Sino que ella debe ser en sí misma una Ciencia con su propio método, el cual a su
vez se expresa en su propio contenido material; Mas bien dicho, método y contenido,
conocimiento y realidad efectiva aunados, uno con respecto al otro, afirmando que lo que es
2 Enciclopedia de las ciencias filosóficas en compendio, Alianza, Madrid, 1999. Traducción de Ramón Valls Plana, § 63 G.W.F.Hegel. Sistema de la lógica objetiva, Prólogo a la primera edición. Traducción de Félix Duque
efectivamente real ha de ser racional, realidad como pensamiento, pensamiento que es
sistema lógico en el cual se muestra aquella. Podemos llamarla también “Ciencia del pensar
en cuanto tal”, “Metafísica”: la ciencia de los principios objetivos del Ser expresado en
pensamientos. Campos epistemológico y ontológico aunados y articulados en una sola
realidad.
“No es de recibo decir que la lógica abstraiga de todo contenido y se limite a enseñar las reglas del
pensar, sin poder comprometerse con lo pensado ni atender a la disposición de éste. Pues como el
pensar y las reglas del pensar deben ser el objeto de la lógica, ésta tiene ya inmediatamente en ellos
su contenido peculiar y en ellos aquel segundo elemento constitutivo del conocimiento: una materia,
de cuya disposición se ocupa”4
La lógica como ciencia de la realidad en cuanto pensada o en cuanto expresada en pensamiento, no
puede estar escindida de ésta, en la medida que lo que es pensado, es a su vez el contenido mismo
del pensar. Por lo que podemos decir también que en la medida que ciencia y realidad están
aunadas, la Lógica como ciencia no se ha de quedar en una “representatio”, en una suerte
de cáscara imaginaria de la realidad puesta por el sujeto a modo de regla , la cual intenta
resguardar sin más la certeza de las determinaciones estructuradas en su ámbito; Sino que
debe alcanzar la verdad en el contenido, en la realidad efectiva, la cual es esquiva para el
modo de entender del círculo kantiano, que permanece lejana en un “en sí, que se estructura
o se determina a través de formas vacías del pensar.
En el prólogo a la segunda edición Hegel da unas palabras concisas para referirse a lo que
pretende realizar con la Ciencia, la cual como ya sabemos no debe encontrarse escindida de
la realidad efectiva y estructurada a partir de entramados subjetivistas que se limiten a
abordar la realidad de manera fenoménica y unilateral, aplicando formas vacías e ignorando
absolutamente la verdad de aquella. Hegel muestra más claramente que lo que pretende
hacer como necesario, es elaborar la Ciencia no como la de otrora, sino que en un nuevo
proceder, “exponer el reino del pensamiento filosóficamente, esto es en su propia actividad
inmanente o, lo que es lo mismo, en su desarrollo necesario”5
4 Ibid Introducción.5 Ibid. Prólogo a la segunda edición
Ahora bien, ante la nueva propuesta hegeliana, más bien dicho, ante la búsqueda de la
realización de la verdad en cuanto expresión de la realidad entendida bajo el concepto de
Wirklichkeit a través de la ciencia Lógica, “Ciencia del pensar en cuanto tal” o
“Metafísica” : entendida como ciencia del Ser expresado en pensamientos, la que a su vez
rompe con la no-ciencia alcanzada por el formalismo unilateral kantiano cabe preguntarse:
¿Por qué el entendimiento en apariencia se mantiene firme en su estatus de separado y
separador entre lo que es efectivamente real, tomado por Kant como la “ding an sich”, y lo
fenoménico, aquel pseudo conocimiento de la realidad según como se determina a través de
las categorías a priori emanadas supuestamente de la experiencia sensible?
Desde Hegel podemos abrazar una cierta respuesta en torno tal cuestionamiento, cuando en
primera instancia comienza describiendo tal situación, tal problema, donde el entendimiento
reflexionante, aquél que abstrae, separa y determina según categorías de la sensibilidad se
impone a la conciencia, generando un acto de renuncia a la razón, la cual ha de quedar en el
plano de las meras “elucubraciones mentales”. Y que en tal acto de renuncia de la razón a sí
misma viene a perderse el concepto de la verdad; quedando solamente restringida al
conocimiento de la verdad subjetiva (de las formas del entendimiento) lo cual sabemos bien
no es verdadera. Aún así dice que tal estancia del entendimiento tiene un fundamento más
profundo que se muestra en la “intelección del necesario antagonismo de las
determinaciones del entendimiento consigo mismas”6 Donde la reflexión que consiste en
sobrepasar lo inmediato determinado o determinaciones del entendimiento, hace que éstas
entren en referencia y sobre ésta referencia mostrar su contradicción, y así a través de este
paso negativo lograr el verdadero concepto de razón, no como razón restringida a la
subjetiva a modo kantiano, sino que como razón que articula y muestra la verdad en su
desarrollo en la medida que es real-racional.7
Lamentablemente tal contradicción, derivada del posicionamiento y referencialidad de las
determinaciones que mostraría el verdadero concepto de razón, según Hegel, hace creer a la
intelección que la razón misma es la que incurre en contradicción consigo misma; no
6 Ibid Introducción7 Cfr. Ibid
reconociendo la contradicción como un acto que superaría el ordo de las determinaciones
unilaterales y limítrofes del entendimiento, posicionando a la razón por sobre estas para
articularlas y develarlas. Sino que tomando la contradicción como un error, dice Hegel “En
vez de dar a partir de aquí el último paso hacia lo alto, el conocimiento dado lo
insatisfactorio de las determinaciones del entendimiento, ha vuelto a huir a la existencia
sensible, pretendiendo tener en ésta algo sólido y acorde”8
Lamentablemente tal posicionamiento unilateral del sujeto a partir de sus determinaciones
fijas, deja a éste nuevamente cerrado en sí mismo, viendo la realidad (Realität), como
aquello que se aparece o aparenta ser según lo determinado fenoménicamente, generando
imposiciones subjetivas a lo largo de la historia, imposiciones que se han transformado en
leyes inmutables, que han determinado la realidad para muchos como algo que es tal, pero
ilusorio, y que a la vez se ha tornado como defensa de ideologías deterministas, impositivas
de normas morales, que hacen ver al deber en la obediencia y no en la conciencia de la
situación en cada individuo como parte constituyente e integradora de un todo social. Que
rompe con la libertad de este, a favor de los intereses de los entendimientos deterministas de
nuestros sistemas, “testarudos del poder” y otros “cancerberos de la ley” sin conciencia de
sus propias unilateralidades subjetivas ni de sus propias determinaciones morales que
coartan en suma, su libertad de ser real.
Bibliografía
Torretti, R., Manuel Kant. Estudio sobre los fundamentos de la filosofía crítica, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2005
G.W. Hegel Enciclopedia de las ciencias filosóficas en compendio, Alianza, Madrid, 1999. Traducción de Ramón Valls Plana
G.W.F.Hegel. Sistema de la lógica objetiva. Traducción de Félix Duque
Lectura Complementaria
8 Ibid.
Duque, F., Historia de la filosofía moderna, La era de la crítica, Akal Ediciones, Madrid, 1998