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Investigación en Psicoanálisis
¿Qué significa investigar?, ¿qué implicaciones existen en este proceso?, y sobre todo ¿para
qué investigar en psicoanálisis en estos tiempos?, son las preguntas que intentaré responder
en el presente ensayo. Para construir las respuestas me apoyaré en Freud, Lacan, Althusser,
Bachelard y Heidegger. Freud, indudablemente, por ser el arquitecto de esta ciencia nueva;
Lacan, porque propone un retorno a Freud; Althusser, Bachelard y Heidegger, porque
indudablemente dialogaron con el psicoanálisis o fueron tocados por él.
La definición más comúnmente aceptada sobre el proceso de investigar es la de buscar
vestigios, marcas, senales, indicios o huellas, que otros han dejado. Y en tanto proceso la
investigación nunca puede ser acabada. Freud se considera a sí mismo un “explorador” un
“descubridor”, incluso un “arqueólogo” más que un inventor.
Para Heidegger la esencia de la ciencia moderna descansa en la investigación. Y cómo es
que lo logra: mediante “el conocimiento, en tanto que investigación, le pide cuentas a lo
ente acerca de cómo y hasta qué punto está a disposición de la representación. La
investigación dispone de lo ente cuando consigue calcularlo por adelantado en su futuro
transcurso o calcularlo a posteriori como pasado. En el cálculo anticipatorio casi se instaura
la naturaleza, en el cálculo histórico a posteriori casi la historia. Naturaleza e historia se
convierten en objeto de la representación explicativa. Dicha representación cuenta con la
naturaleza y ajusta cuentas con la historia. Sólo aquello que se convierte de esta manera en
objeto es, vale como algo que es. La ciencia sólo llega a ser investigación desde el
momento en que se busca al ser de lo ente en dicha objetividad”. (Heidegger, Le época de
la imagen del mundo, 1958). En este mismo escrito “La época de la imagen del mundo”,
Heidegger nos recuerda que la ciencia griega nunca fue exacta, porque en su esencia no
necesitaba serlo, es decir no se lo preguntaba.
La ciencia moderna se plantea que para serlo, se requiere una técnica, que desde Descartes
ha dejado de ser la de la religión. ¿Qué es la técnica moderna?, se pregunta Martin
Heidegger para abordar la investigación instrumental y objetiva. Él mismo responde que
“es un hacer salir lo oculto”. Hacer salir lo oculto de las fuerzas de la naturaleza, a las que
sin duda hace referencia el propio Freud a la hora de construir su teoría, le corresponde al
hombre. Y ¿Cómo se hace salir lo oculto? “hacer salir lo oculto pertenece a un albergar y a
un ocultar. Pero ocultado está, y siempre está ocultándose, lo que libera, el misterio. Todo
hacer salir lo oculto viene de lo libre, va a lo libre y lleva a lo libre. La libertad de lo libre
no consiste ni en la desvinculación propia de la arbitrariedad ni en la vinculación debida a
meras leyes. La libertad es lo que oculta despejando, y en su despejamiento ondea aquel
velo que vela lo esenciante de toda verdad y hace aparecer el velo como lo que vela”.
(Heidegger, Conferencias y Artículos , Barcelona). Este hacer salir lo oculto, tendría como
finalidad alcanzar la verdad.
La verdad que se busca en el Psicoánalisis dice Lacan “no puede ser aprehendida a través
de la ‘mera observación’, sino que requiere de interpretación, y obedece a leyes distintas a
las de un discurso que pueda ser sometido a valores epistémicos (de verdad o falsedad)
entendidos a partir de una lógica predicativa. De este modo, ‘la palabra auténtica tiene otros
modos, otros medios, que el discurso corriente’. (Lacan, 1975)
Ser verdadero remite a ser descubridor, dice Heidegger, y esto último conduciría al Dasein
(Ser y tiempo), que “por sí mismo viene desoculto”. Ser verdadero implicaría la libertad, y
asumir una posición ante la libertad.
Luego entonces investigar sería desocultar la verdad, esa verdad de la cual dice Heidegger,
no es la evidencia, no es la corrección, y sobre todo el error no es la falsedad, sino una
forma de la no-verdad, intrínseca al ocultamiento.
Freud estableció que el Psicoánalisis es el nombre: “1) de un procedimiento que sirve para
indagar procesos anímicos difícilmente accesibles por otras vías; 2) de un método de
tratamiento de perturbaciones neuróticas, fundado en esa indagación, y 3) de una serie de
intelecciones psicológicas, ganadas por ese camino, que poco a poco se han ido coligando
en una nueva disciplina científica.” (Freud, 1920). Disciplina científica que hace uso de la
empiria, y que recurre a la prueba y error, como manera de ir construyendo su cuerpo
teórico.
El psicoanálisis es una ciencia a ojos de Louis Althusser, porque “posee una teoría y una
técnica (método) que permiten el conocimiento y la transformación de su objeto en una
práctica específica” (Althusser, 1996). Los procesos anímicos tienen manifestaciones
inconscientes, y este será el objeto del cual se apropia para hacer investigación, es decir la
investigación del psicoanálisis es la investigación de las manifestaciones de lo inconsciente.
Pero la investigación inherente al psicoanálisis enfrenta resistencias, cuando trata de
indagar los procesos anímicos, que darían un saber a la verdad del sujeto. Un saber, qué
dirá Foucault, modifica al sujeto por aquello que conoce y por el trabajo que realiza para
conocer. Quizá por eso se opte la mayoría de las veces un camino menos sinuoso, al que
recorrió Freud. Porque pareciera que la apuesta en la actualidad es conformarse con un
psicoanálisis plagado de lugares comunes, de aforismos, de imposturas, que sustituyen el
conocimiento por ese saber, que trastoca, que atraviesa, y que modifica la subjetividad.
Ante esto justo sería acudir a Gastón Bachelard para quien el espíritu científico exige, a
quien se dedica a la investigación –y los psicoanalistas, deberían hacer investigación-
asumir la actitud de un perenne aprendizaje, para ambicionar ser un eterno escolar. Porque
“ni fracaso radical ni éxito definitivo. Por el mismo hecho de sus progresos el pensamiento
científico vive constantes transformaciones de sus bases. Nos es preciso, pues, conducir la
atención a esa franja donde el espíritu aparece dividido entre satisfacciones globales e
insatisfacciones parciales, donde muchas cosas andan, pero alguna no”. (Bachelard, 1979).
Recordar que justamente de las cosas que no andan, se habrá de ocupar el vienés, y lo hace
como el filósofo lo propone, siempre dispuesto a aprender y aprehender, “por medio de la
observación se averigua algo nuevo ora aquí, ora allí; los fragmentos no concuerdan al
comienzo. Se lucubran conjeturas, se crean construcciones auxiliares que uno retira cuando
no se corroboran” (Freud, Obras Completas Tomo XXII, 1932). Para lograrlo, no queda
otro camino, dice Freud, que la paciencia.
Paciencia que se debe tener ante el reinado de los clanes en psicoanálisis que intentan cerrar
los diques, y decir que nada se puede investigar ya, porque la última palabra fue dicha por
Lacan. Una última palabra que como él mismo diría no es sino repetición. Por qué no
habría de seguir el mismo camino de la prueba y el error, la investigación psicoanalítica de
hoy. Acaso la arquitectura actual de la cultura no está engendrando nuevas maneras de
subjetivar. Si nos quedamos con las certezas, con los actos de fe, estaremos apostando a la
construcción no de un saber, ya no de una ciencia, de un catecismo.
Retornemos a Freud, como lo propone Althusser, a ese Freud maduro que por maduro es
joven. Al Freud de Más allá del principio de Placer, que nos advierte: “hay que estar
preparados para abandonar un camino que se siguió por un tiempo, si no parece llevar a
nada bueno. Sólo los creyentes que piden a la ciencia un sustituto del catecismo
abandonado echarán en cara al investigador que remodele o aun rehaga sus puntos de
vista”.
BibliografíaAlthusser, L. (1996). Escritos sobre psicoanálisis: Freud y Lacan. México: Siglo XXI .
Bachelard, G. (1979). El Racionalismo Aplicado . Buenos Aires: Paidós .
Freud, S. (1920). Obras Completas Tomo XVIII. Amorrortu.
Freud, S. (1932). Obras Completas Tomo XXII. Amorrortu .
Heidegger, M. (1958). Le época de la imagen del mundo. Santiago de Chile: Ediciones de los Anales de la Universidad de Chile.
Heidegger, M. (Barcelona). Conferencias y Artículos . 1994: Ediciones del. Serbal.
Lacan, J. (1975). Seminario 22 inédito.