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EL LENGUAJE
LENGUAJE HUMANO
El lenguaje humano se debe a adaptaciones evolutivas que se dan exclusivamente en
seres humanos de la especie Homo Sapiens. La conducta lingüística en los humanos
no es de tipo instintivo sino que debe ser adquirido por contacto con otros seres
humanos. La estructura de las lenguas naturales, que son el resultado concreto de la
capacidad humana de desarrollar lenguaje, permite de comunicar ideas y emociones
por medio de un sistema de sonidos articulados, de trazos escritos y/o de signos
convencionales, por medio de los cuales se hace posible la relación y el
entendimiento entre individuos. El lenguaje humano permite la expresión
del pensamiento y de exteriorización de los deseos y afectos.
La capacidad humana para el lenguaje tal como se refleja en las lenguas naturales es
estudiada por la lingüística. Se considera que la progresión de las lenguas naturales
va desde el habla, y luego por la escritura y, finalmente, se instala una comprensión y
explicación de la gramática. Desde el punto de vista social e histórico el lenguaje
humano ha dado lugar a idiomas que viven, mueren, se mudan de un lugar a otro, y
cambian con el paso del tiempo. Cualquier idioma que deja de cambiar o de
desarrollarse es categorizada como lengua muerta. Por el contrario, cualquier idioma
por hecho de no ser una lengua muerta, y formar parte de las lenguas vivas
o modernas, está sufriendo continuamente reajustes que acumulativamente son los
responsables del llamado cambio lingüístico.
Hacer una distinción en principio entre un idioma y otro es por lo general
imposible.4 Por ejemplo, hay algunos dialectos del alemán que son similares a ciertos
dialectos del Holandés. La transición entre las lenguas dentro de la misma familia
lingüística a veces es progresiva (ver dialecto continuo).
Hay quienes hacen un paralelismo con la biología, donde no es posible hacer una
distinción bien definida entre una especie y la siguiente. En cualquier caso, el desafío
real puede ser el resultado de la interacción entre las lenguas y las poblaciones..
El pre lenguaje es un sistema de comunicación que se aprecia en el lenguaje de
los bebés, y que constituye la base de la adquisición de éste. Se da a través y
mediante un conjunto de cualidades necesarias para que el bebé pueda adquirir el
lenguaje, y constituyen capacidades neurofisiológicas y psicológicas entre las que
destacan percepción, motricidad, imitación y memoria.
El lenguaje es una capacidad o facultad extremadamente desarrollada en el ser
humano; es un sistema de comunicación más especializado que los de otras
especies animales, a la vez fisiológico y psíquico, que pertenece tanto al dominio
individual como al social, y que nos capacita para abstraer, conceptualizar,
y comunicar. Según Ferdinand Saussure, en el lenguaje humano estructurado
debe diferenciarse entre lengua y habla:
a) Lengua: llamada también idioma, especialmente para usos extralingüísticos.
Es un modelo general y constante para todos los miembros de una colectividad
lingüística. Los humanos crean un número infinito de comunicaciones a partir
de un número finito de elementos, por ejemplo a través de esquemas o mapas
conceptuales. La representación de dicha capacidad es lo que se conoce
como lengua, es decir el código. Una definición convencional de lengua es la
de "signos lingüísticos que sirve a los miembros de una comunidad de
hablantes para comunicarse".
b) Habla: materialización o recreación momentánea de ese modelo en cada
miembro de la colectividad lingüística. Es un acto individual y voluntario en el
que a través de actos de fonación y escritura, el hablante utiliza la lengua para
comunicarse. Son las diversas manifestaciones de habla las que hacen
evolucionar a la lengua.
El dialecto se refiere a una variante geográfica de un idioma (por ejemplo
el español dominicano hablado en la República Dominicana y el español hablado
en Madrid). Los idiomas se expresan con rasgos distintivos en cada región o grupo
social. Estos rasgos distintivos pueden ser de tipo fónico, morfológico, sintáctico,
semántico, y pragmático.
EL LENGUAJE, UN PRODUCTO SOCIAL
Todo ser humano nace (salvo patologías) con la capacidad fisiológica de emitir sonidos y de articularlos de una manera determinada, es decir, de hablar, y con la capacidad intelectual de aprender a hacerlo y de utilizarlo.
Pero estas capacidades adquieren sentido exclusivamente si tenemos en cuenta la dimensión social del hombre. Solo pueden desarrollarse en un marco colectivo donde se hace posible el proceso de aprendizaje y necesaria su utilización para la interrelación con el resto de la comunidad.
El lenguaje surge como respuesta cultural a una necesidad colectiva: la de comunicarse con los otros miembros del grupo. Pero, para que esta comunicación sea posible, es necesario haber creado un sistema de signos que sea común para todos ellos.
El lenguaje es, en consecuencia, un objeto producido por el hombre que vive en sociedad. Si el ser humano como ente individual tiene la capacidad de aprender una lengua y de utilizarla, como ente colectivo tiene la capacidad de crear sistemas de comunicación para expresarse y entenderse.
EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE
El hombre que dejó de ser simio: el nacimiento del Lenguaje Humano
Toda vez que nos paramos a pensar en los orígenes de nuestra especie, siempre surgen
las mismas cuestiones. ¿Cuál es el momento preciso en que nuestros ancestros
homínidos dejaron de serlo y se convirtieron en hombres? ¿Es la aparición del lenguaje el
punto de partida para considerar el origen de la humanidad? Y de ser así ¿Cómo y cuándo
se produjo?
Para solventar tales cuestiones, muchos antropólogos se remiten a la comparación de
tres de las especies más cercanas y representativas, en términos evolutivos, a nosotros: el
“Homo Apharensis”, el “Homo Erectus” y por último, el “Homo Sapiens”.
¿En qué parte de la evolución surge el lenguaje?
No obstante, antes de analizar esas tres especies, cabe esclarecer una serie de ideas o
hipótesis relacionadas con la aparición del lenguaje. ¿Nace el lenguaje por la mera
evolución y adaptación de nuestro aparato fonador? ¿Surge acaso como resultado del
desarrollo del intelecto? ¿O quizás debamos su origen a la fusión de ambas
características?
Parece lógico pensar que, en efecto, para que se produzca el lenguaje debe existir
primero un órgano fónico capaz de emitir y articular sonidos. Por tanto, en cuanto la
evolución permitió una cierta, aunque tosca, herramienta biológica para sustentar el
lenguaje entre nuestros lejanos ancestros, éste, debiera haber nacido. ¿Pasó realmente
así?
Si nos remitimos a una especie contemporánea como la del chimpancé, con la
cual compartimos un alto porcentaje de genes, podemos responder a dicha pregunta.
El aparato fonador del chimpancé, si bien no es igual al nuestro, si puede articular sonidos.
Si bien esto es así, los chimpancés no han desarrollado un lenguaje semejante al nuestro.
Es más, aunque éste no se haya originado espontáneamente, tampoco es factible
enseñárselo.
Pese a tener cierta capacidad fónica para articular sonidos, el chimpancé jamás ha
desarrollado un lenguaje. Algunos pensaran que los chimpancés sí pueden comunicarse,
cierto, pero no debemos confundir ese término con lenguaje. Todo animal se comunica de
una u otra forma con sus semejantes, pero sólo los humanos tenemos un lenguaje.
Con lenguaje se refiere al acto de utilizar la lengua como un sistema estructurado de
comunicación que permite elaborar y comprender un número infinito de mensajes. Esto
los chimpancés no lo tienen, por lo que aquellas antiguas teorías que vinculaban la
aparición de un aparato fonador capaz de articular sonidos como la chispa que inició la
creación de un lenguaje están más que superadas.
Sin embargo, podría enseñárseles un lenguaje signado similar al de los sordomudos,
que constituyen de facto una lengua con las mismas posibilidades de expresión que las
lenguas naturales habladas, excepto, lógicamente, las derivadas del sonido. No obstante,
en este punto, todos los intentos científicos por hacerlo posible han logrado unos
resultados paupérrimos, unas pocas expresiones gestuales acompañadas de algún
sonido, nada que podamos catalogar como un verdadero lenguaje.
El lenguaje no es algo innato en el chimpancé, pero aún intentando enseñárselo de
forma artificial, tampoco es posible. La razón parece residir en que la inteligencia de estos
animales no es suficiente para el desarrollo de un lenguaje como el humano.
Del mismo modo, el Apharensis, muy parecido a nuestro chimpancé actual, tampoco
pudo desarrollar esa capacidad lingüística y, pese a que era bípedo y poseía ciertos
rasgos lejanos con la humanidad, su comportamiento mental, social y comunicacional lo
catalogan más como animal que como hombre.
El siguiente paso evolutivo al que se hará referencia es el del Homo Erectus, el cual
sí poseía además de un aparato fonador adecuado, un cerebro que, aunque de capacidad
inferior, era semejante al nuestro. Es una especie que posé inteligencia y que tiene cierta
capacidad para interactuar y modificar su entorno. El Homo Erectus hace uso de la
fabricación de herramientas para cazar y puede operar sobre las piezas abatidas a fin de
obtener de las mismas todos sus recursos.
La facilidad para obtener alimentos hace que obtengan grandes cantidades de proteínas,
lo que conlleva nutrientes para las neuronas. Con el paso de los siglos su capacidad
mental aumenta y mejora su sinapsis. Además, esta especie poseía cierta capacidad de
toma de decisiones y podría resolver problemas (aunque de sencilla calificación).
En adición a lo anterior, descubrieron el fuego como herramienta de defensa, como
fuente de calor y su aplicación alimentaria en la cocción de la carne. Todos estos datos
apuntan ya a una combinación de aparato fonador e inteligencia. ¿Alcanzaron el lenguaje?
Parece ser que, aunque quizás tuvieran acceso a algún tipo de protolenguaje gutural, lo
cierto es que no se le puede considerar lenguaje propiamente dicho. Poseían un aparato
fonador adecuado, una cierta inteligencia, como demuestra el uso del fuego y de
herramientas y aún así nada indica que generasen el primer lenguaje humano.
La última especie a la que se hece referencia es la de un antecesor muy cercano, el
primer Homo Sapiens, al que algunos científicos aún catalogan como “Homo Sapiens
Arcaico” . Un ser con una apariencia muy similar a la nuestra, con un aparato fonador
idóneo para la articulación de palabras y un intelecto superior a sus antecesores.
Sin embargo, para muchos antropólogos, en sus inicios el Homo Sapiens Arcaico,
aunque muy cercano, tampoco es totalmente humano y tampoco ha desarrollado el
lenguaje que hoy conocemos. ¿Afirmamos entonces que no bastan la conjunción de
aparato fonador e intelecto para que aparezca el lenguaje humano moderno? ¿Se necesita
un tercer elemento desencadenante?
En la evolución del Homo Sapiens existe un periodo de transición provocado por un
cambio radical y repentino de las condiciones climáticas de nuestro mundo que originó la
caída de las temperaturas y con ella la reducción de las fuentes de alimento. Es en esta
fase cuando se reducen el número de especies paralelas de homínidos y cuando se
supone que la población de Homo Sapiens se redujo alarmantemente hasta rayar las
cifras de la extinción. Es precisamente en este momento que algo cambia en la mente de
aquel antecesor, algo que le llevaría a crear y desarrollar un lenguaje humano.
Es en éste periodo cuando los miembros de los grupos de Homo Sapiens parecen
tomar consciencia de sí mismos y cuando fortalecen sus relaciones unos con otros.
Necesitan aunar esfuerzos para sobrevivir y se origina por primera vez, quizás por esa
situación de premura, la creatividad.
Al mismo tiempo se tiene conciencia de la necesidad de actuar como grupo para
obtener alimento. Nace la urgente necesidad de coordinación, ya no bastan unos cuantos
gruñidos guturales, hace falta una comunicación más especializada y ese es el factor
desencadenante de la aparición del lenguaje humano. Además surge, como ya hemos
mencionado, la creatividad, la abstracción y algo muy importante en la evolución de la
comunicación: “el tenerse algo que contar”, la necesidad de transmitir el aprendizaje.
Parece algo nimio, pero surge la necesidad de transmitir conocimientos mediante
algo más que la simple imitación y esto, junto a esa necesidad de organización y
coordinación, hace que se desencadene el proceso comunicativo que nos llevará al uso
del lenguaje.
Ya se tenía la capacidad fónica, se tenía la inteligencia, solo hacía falta un factor
desencadenante, la necesidad de coordinación y de organización para sobrevivir, el tener
algo que transmitir oralmente. En definitiva, la necesidad de elaborar y comprender un
número infinito de mensajes.
LENGUAJE ANIMAL Y HUMANO
Diferencias entre el lenguaje animal y el humano
Aunque las hormigas y las abejas, como otros animales sociales, interactúan y se comunican intensamente, lo hacen mediante estímulos físicos (visuales, olfativos, químicos...) y gestos, no mediante actos simbólicos. Gruñir, piafar, barritar, crotorar, cloquear..., no son como hablar, aunque los seres humanos puedan también hacer, a veces, algo parecido. Los hombres nos comunicamos mediante signos que nos sirven para decirnos lo que son las cosas, pero también para mentir. Los animales no pueden mentir.Los lenguajes animales se diferencian de los lenguajes humanos porque éstos son convencionales, simbólicos y productivos, y el que utilizan los animales no.
a) El lenguaje humano (LH) es aprendido, no innato, por eso en distintos países se hablan distintos lenguajes, mientras que los becerros berrean de manera parecida en todos sitios. Las abejas no van a la escuela para aprender a comunicarse. Los animales nacen sabiendo o saben por instinto, mientras que los hombres tienen que ser adiestrados en determinadas convenciones para poderse comunicar
b) LH está doblemente articulado, esto quiere decir que las unidades propiamente descriptivas, significativas, los enunciados, las oraciones, proposiciones o frases, están compuestas de otras, las palabras, y estas por fin de sonidos, que por sí mismos carecen de significado lógico.
c) El lenguaje humano es creativo y abstracto. Nos permite producir nuevas realidades, puramente mentales, abstractas (ideas, esencias, categorías, clases lógicas...), referirnos a ellas y operar con las mismas. Esta característica hace del lenguaje un poderoso instrumento de conocimiento. Con las palabras podemos referirnos a las cosas en su ausencia.
d) El lenguaje humano es histórico. Esto quiere decir que evoluciona (está vivo) de un modo distinto a como evolucionan las cosas naturales. En cierta medida, su desarrollo está condicionado por nuestros actos de voluntad, por los intereses y aspiraciones de una comuni-dad.
PROPIEDADES DEL LENGUAJE HUMANO
A lo largo de la historia ha habido diferentes lingüistas que han propuesto criterios definitorios del lenguaje, como Charles Hockett (1960) y John Lyons (1977). Años más tarde, Gerge Yule (1998) propondrá seis propiedades únicas del lenguaje humano.De acuerdo con la lista de propiedades propuesta por Yule, las características del lenguaje humano serían las siguientes:1.- Desplazamiento: los usuarios del lenguaje humano pueden ser capaces de producir mensajes referentes al presente, al pasado o al futuro, ya otros sitios diferentes al espacio inmediato.2.- Arbitrariedad: entendida como la inexistencia de conexión natural entre una forma lingüística y su contenido, es decir, las formas del lenguaje humano no tienen porqué adecuarse a los objetos que denotan.3.- Productividad: este rasgo indica que el lenguaje tiene un número posible de emisores infinito. Para situaciones nuevas o nuevos objetos los usuarios de lenguaje manipulan sus recursos lingüísticos para producir y comprender nuevas expresiones y oraciones.4.- Transmisión cultural: es el proceso por el que una lengua pasa de una generación a otra. Las personas no heredamos la lengua de nuestros padres, sino que la aprendemos dentro de una cultura, o de otros hablantes o signantes.5.- Carácter discreto: los fonemas de las Los y las LSs tienen un carácter discreto, es decir, son discriminables y se oponen entre sí de forma absoluta. Así, dos signos o dos palabras pueden tener como diferencia un único fonema y dar lugar a dos significados diferentes.6.- Dualidad de estructuración: el lenguaje está organizado en dos niveles: un nivel físico formado por un número limitado de elementos, los fonemas, que no tienen significado intrínseco; y un segundo nivel en el que los fonemas se combinan para formar palabras o signos que transmiten significado. Esta dualidad es uno de los rasgos que más contribuye a hacer del lenguaje un sistema económico ya que, con un conjunto limitado de sonidos o parámetros distintos, podemos producir una gran cantidad de combinaciones (palabras o signos) de significados diferentes.Según Yule, estas son las propiedades que pueden considerarse los rasgos fundamentales del lenguaje humano. Tiene además otras muchas propiedades como son por ejemplo: reciprocidad (cualquier emisor puede ser también receptor), evanescencia (las señales desaparecen con gran rapidez) y otras muchas que no se van a detallar aquí.