Eje central del Antiguo Régimen:
monarca concentraba todos los
poderes en su persona.
El rey no tenía ningún tipo de control
ni compartía la soberanía, sólo era
aconsejado por consejeros, ministros
y otros funcionarios.
Para conservar el poder, el rey debía
respetar los privilegios tradicionales
de la nobleza y el clero: señoríos.
En Inglaterra y Holanda se
produjeron revoluciones a finales del
siglo XVII que habían implantado
sistemas con representación
parlamentaria.
Durante el siglo XVIII, en las
monarquías absolutas, los reyes
fueron conscientes de la necesidad
de introducir mejoras siguiendo las
nuevas ideas ilustradas: despotismo
ilustrado.
La Guerra de Sucesión Española (1700-1713) y el Tratado de Utrecht:
Fue un conflicto internacional que afectó a las principales potencias europeas: lucharon por el trono español.
Tratado de Utrecht tuvo consecuencias para el conjunto de Europa:
▪ Gran Bretaña fue la gran vencedora: gana Gibraltar y Menorca, además de beneficios comerciales.
▪ La casa real francesa (Borbón) accede al trono español.
▪ Significó el declive del Imperio español: se pierden Flandes, Nápoles, Cerdeña y Milán.
▪ Francia y los Imperios austríaco y ruso se consolidan como grandes potencias.
Fin de los Austrias en España y
consolidación de diversas potencias
económicas en Europa: nueva época en las
relaciones internacionales.
Escasos enfrentamientos militares gracias
a una política de pactos, como los Pactos
de Familia entre Francia y España contra
Reino Unido.
Gran expansión colonial durante este
período.
Enfrenta, entre otras,
a Austria y Prusia apoyadas
respectivamente
por Francia e Inglaterra.
Causas principales: lucha por la
hegemonía europea y expansión
por América del Norte.
El control de los territorios
americanos era una fuente de
conflicto para las potencias
europeas
Expansión colonial implica:
Aumento del comercio.
Aumento del prestigio
internacional.
Vasto imperio colonial desde el siglo XVI.
Importancia económica: metales preciosos.
Durante el siglo XVIII se acometen reformas encaminadas a asentar
el poder real en las colonias.
Portugal poseía un imperio colonial desde el siglo XV, que incluía colonias en América, África y Asia.
Importancia de Brasil (productor de cacao, azúcar, metales preciosos…) y la ruta de las Especias.
En África y Asia establecieron factorías comerciales.
La gestión colonial se realizaba mediante compañías comerciales privadas que no estaban sometidas al Estado.
Primeras colonias inglesas siglo XVII (Costa norteamericana).
Comienza la penetración británica en India.
Importancia del Canadá,
colonia desde siglo XVII.
Expansión posterior
hacia el Sur (Luisiana).
Otras: algunas
posesiones en Caribe e
India.
Gestión colonial también a través de compañías privadas.
Dos ámbitos de influencia:
América: Brasil y Costa Este de Norteamérica (hasta finales del XVII), Caribe.
Asia: Indonesia, Ceilán.
Dos tendencias:
Algunos confiaban en el sistema de la monarquía absoluta despotismo ilustrado.
Otros (la mayoría) criticaron de lleno el absolutismo.
Mayoría de pensadores pertenecían a la clase burguesa, privada de privilegios políticos a pesar de su poder económico.
Principal aportación: El poder de los gobernantes no procedía de una supuesta soberanía de origen divino, sino de un pacto o contrato político acordado con los gobernados.
Fue uno de los ideólogos del parlamentarismo inglés a finales del XVII.
Defendía el sistema monárquico parlamentario inglés como sistema político más perfecto.
Principal aportación: separación de poderes. Legislativo: en manos de un
parlamento. Ejecutivo: en manos del rey y sus
ministros. Judicial: ejercido por tribunales
legalmente constituidos. Principal obra: ‘El espíritu de las
leyes’.
Era partidario de la libertad política que sostenían los ilustrados ingleses.
Principal aportación: libertad religiosa y de pensamiento frente a la ignorancia y el fanatismo.
“En Francia, un noble es muy superior a un negociante. Yo no sé sin embargo quién es más útil a un Estado; el señor bien engalanado que sabe con precisión a qué hora se levanta el rey, y que se da aires de grandeza, o un negociante que enriquece a su país, da órdenes en El Cairo, y contribuye a la felicidad del mundo.”
Voltaire. Cartas filosóficas. 1734.
Principal aportación: defendió la libertad y la igualdad, así como el principio de soberanía nacional: el poder reside y emana del pueblo.
Principal obra: ‘El contrato social’.
“Renunciar a la libertad es renunciar a ser hombre, a los derechos y a los deberes de la humanidad.La verdadera igualdad no reside en el hecho de que la riqueza sea absolutamente la misma para todos, sino que ningún ciudadano sea tan rico como para poder comprar a otro y que no sea tan pobre como para verse forzado a venderse. Esta igualdad, se dice, no puede existir en la práctica. Pero si el abuso es inevitable, ¿quiere eso decir que hemos de renunciar forzosamente a regularlo? Como, precisamente, la fuerza de las cosas tiende siempre a destruir la igualdad, hay que hacer que la fuerza de la legislación tienda siempre a mantenerla.”
Jean-Jacques Rousseau. El contrato social. 1762.
Doctrina económica desarrollada desde el siglo XVI en Europa.
Principales características: Considera que la riqueza de un país depende de la
cantidad de oro y plata que tenga dentro de sus fronteras.
Para poder exportar es necesario impulsar las manufacturas, sometidas a una estricta reglamentación estatal.
A fin de conseguir los mencionados objetivos la economía ha de ser regulada por el Estado (aranceles, creación de manufacturas…).
Fisiócratas defienden que la agricultura es el motor económico de un territorio los demás sectores son estériles.
Economía está sujeta a un orden natural y, por tanto, el Estado ha de intervenir lo menos posible en ella.
Principal autor: Quesnay.
La riqueza de un Estado depende de la libertad de sus comerciantes total libertad para la iniciativa y empresa privadas.
Interés personal ha de sustituir la intervención del Estado.
Mercado se rige por la ley de la oferta y la demanda.
“Cada individuo en particular pone todo su cuidado en buscar el medio más oportuno de emplear con mayor ventaja el capital de que puede disponer. Lo que desde luego se propone es su propio interés, no el de la sociedad en común; pero esos mismos esfuerzos hacia su propia ventaja le inclinan a preferir, sin premeditación suya, el empleo más útil a la sociedad como tal. (...)Ninguno por lo general se propone primariamente promover el interés público, y acaso ni aún conoce cómo lo fomenta cuando no lo piensa fomentar. Cando prefiere la industria doméstica a la extranjera sólo medita su propia seguridad; y cuando dirige la primera de modo que su producto sea del mayor valor que pueda, sólo piensa en su ganancia propia; pero en éste y en otros muchos casos es conducido como por una mano invisible a promover un fin que nunca tuvo parte en su intención.”
Adam Smith. La riqueza de las naciones. 1776.