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DOCUMENTO TÉCNICO Nº2FEBRERO 2011
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LA INFLACIÓN BAJO EL RÉGIMEN DE TIPO DE CAMBIO COMPETITIVO
Andrés Asiain
DOCUMENTO TÉCNICO Nº2 - FEBRERO 2011
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DirectoraFelisa Miceli
IntegrantesAndrés Asiain
Agustín CrivelliLorena PuteroJorge Marchini
Graciela BarbieriGraciela Orfeo
Gustavo Kun SabóAdrián González
Ramón Torres
Grupos de InvestigaciónAlejandro Rofman
Rodrigo LópezCecilia GárganoDiego Mansilla Guido Perrone
Valeria MutuberríaAgustín Mario
Emilio Rodríguez
CorrecciónMaría Gabriela Ini
Las opiniones vertidas en el presente Documento Técnico son responsabilidad exclusiva del autor. El CEMOP no necesariamente coincide con las mismas. Para consultas dirigirse a [email protected]
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ÍNDICE
Resumen Ejecutivo 7
Introducción 11
1- Dinámica de precios bajo el régimen de cambio competitivo 12
2- La evolución de los precios de la canasta de consumo 17
3- Tipo de cambio, precio internacional de las materias primas y retenciones 19
4- La mesa de los argentinos ante la “sojización” del campo 24
5- Los salarios 29
6- La competitividad industrial 32
7- Las políticas de estabilización tradicionales 38
8- Concentración de mercados y márgenes de ganancia 42
9- El combate a la inflación bajo un régimen de tipo de cambio competitivo 45
10- Conclusión 48
11- Anexo I - La inflación en la opinión de la academia y los actores sociales 51
12- Anexo II - La historia inflacionaria 53
12.1- Industrialización e inflación estructural (1946-1974) 57
12.2- La alta inflación, (1975-1991) 59
12.2.1- Elementos claves de la dinámica inflacionaria 60
12.2.2- El fracaso de los planes de estabilización 63
12.2.3- La hiperinflación 64
12.3- La Convertibilidad (1991-2001) 66
13- Bibliografía 68
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LA INFLACIÓN BAJO EL RÉGIMEN DE TIPO DE
CAMBIO COMPETITIVO
RESUMEN EJECUTIVO
El contexto de excepcional crecimiento de la economía Argentina en los últimos
años ha venido acompañado de un incipiente proceso inflacionario que se ha instalado
como uno de los principales problemas a resolver. La inflación es un problema en
cuanto afecta a dos de los pilares del modelo económico en curso (Fraschina, 2010). Por
un lado, carcome el valor real del tipo de cambio industrial. Por el otro, impide la
concreción de una distribución más justa de los ingresos al deteriorar el poder de
compra de los salarios, jubilaciones, asignaciones, planes de empleo, etc.
El reciente movimiento ascendente en el nivel general de los precios fue el
resultado de incrementos en los precios de los distintos sectores y factores de la
producción, cuyo movimiento no fue homogéneo. Más específicamente, la devaluación
del peso en 2002 generó un alza importante en los precios relativos de los productos
agropecuarios que se profundizó a partir de 2007 a causa del aumento de sus precios
internacionales. En segundo lugar y en menor medida que los precios agropecuarios, el
establecimiento de un tipo de cambio real elevado permitió el incremento de los precios
de los productos industriales. Pese a acelerar su marcha ascendente hacia finales del
período, el incremento del salario ha sido menor que el de los precios agropecuarios y
manufactureros, aunque superior al de los servicios que fueron los que más terreno
perdieron en esta nueva etapa.
Estos ajustes de precios sectoriales y factoriales tienen como causa subyacente la
tensión entre:
1. la distribución del ingreso que resultó del establecimiento de un tipo de
cambio real elevado en un contexto de elevados precios internacionales de
las materias primas;
2. las aspiraciones de los asalariados por recuperar el poder de compra de sus
ingresos (y, en menor medida, las de los empresarios del sector de servicios).
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Dinámica del proceso inflacionario bajo el régimen de tipo de cambio competitivo.
Respecto a la evolución de la canasta de consumo con la que se suele medir la
inflación, el período se caracterizó por un alza permanente del costo de sus
componentes. Los principales saltos inflacionarios se corresponden, en primer lugar,
con la devaluación de 2002 que impactó especialmente en el costo de los bienes
transables que la componen; y en segundo lugar, a partir de 2007, con el alza
internacional de las materias primas que se transfirió al precio interno de los alimentos.
El impacto inflacionario de la devaluación y el encarecimiento internacional de
las materias primas intentó contenerse mediante la aplicación de derechos de
exportación a los hidrocarburos, la soja, el maíz y el trigo, fundamentalmente. Si bien
esa política fue efectiva en términos de desacoplar el precio interno de dichos bienes
respecto a su valor en el mercado mundial, sólo lo hizo parcialmente debido a que, en
general, las tasas no se ajustaron en forma tal de absorber plenamente las variaciones
del cambio y el precio internacional (entre otros motivos, por la exitosa oposición de los
empresarios del sector).
En las últimas décadas la producción agropecuaria argentina se caracterizó por el
avance de la soja frente a otros productos, gracias a la alta rentabilidad asociada al uso
de nuevos paquetes tecnológicos y su elevado precio internacional. Ello impone a futuro
un desafío a las políticas de reducción del precio interno de los alimentos. Más
específicamente, se requieren políticas sectoriales que permitan abastecer el mercado
interno con alimentos baratos sin reducir la rentabilidad de su producción frente a la
soja (que casi no se consume en el país).
Los resultados de los intentos de los trabajadores de recomponer el poder
adquisitivo de sus ingresos variaron de acuerdo al tipo de empleo. Los privados
TCN ALIMENTOS
INDUSTRIA
SALARIOS
SERVICIOS
COMPETITIVIDAD
INDUSTRIAL
PRECIOS EXTERNOS
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registrados comenzaron pronto la carrera detrás de los precios – gracias a la
intervención estatal vía aumentos por decreto- superando el nivel real de fines de la
convertibilidad a partir de comienzos de 2005. El alza del salario de los privados no
registrados fue lenta al comienzo y se aceleró en los últimos años. Esa evolución parece
explicarse por los cambios en el mercado de trabajo generados por la reducción del
desempleo y las políticas de ingresos indirectos destinadas al sector informal. Los
trabajadores del Estado fueron los grandes perdedores, cediendo sus salarios más de un
20% del poder de compra respecto a los finales de la convertibilidad.
Pese al aumento del costo salarial, la competitividad industrial pudo mantenerse
gracias a la devaluación real del precio de las manufacturas frente a las de los EEUU y
Brasil, facilitada por el incremento de la productividad laboral, el abaratamiento relativo
de la energía eléctrica y el contexto de fuerte expansión de la actividad que permitió la
obtención de una elevada rentabilidad, manteniendo (o reduciendo si se toma como base
al año 2002) el margen empresarial sobre los costos.
Las políticas tradicionales de estabilización mediante la reducción del gasto
público y con él, del nivel de actividad, buscan ampliar el desempleo para reducir el
poder de negociación de los sindicatos. De implementarse, afectarían a uno de los
pilares del proceso de crecimiento de los últimos años: la búsqueda de una más justa
distribución del ingreso. Y ello podría afectar el segundo pilar, la competitividad
industrial, si el menor nivel de ingresos salarial deprime la demanda y el nivel de
actividad económica, reduciendo las economías de escalas industriales.
Otras medidas más heterodoxas como la regulación de precios en la industria y
los servicios pueden ser útiles para reducir la rentabilidad extraordinaria de algún sector
particular. Sin embargo, no pueden constituir una solución general a la inflación que
surge del corazón de un modelo que tiene como uno de sus objetivos el desarrollo
industrial mediante el mantenimiento de una elevada rentabilidad para los empresarios
del sector.
La contención de la inflación en el corto plazo debe descansar sobre la reducción
del precio interno de las materias primas frente a su valor internacional. Como ya se
mencionó para el caso de los alimentos, las medidas que se tomen deben evitar agudizar
el avance de la soja dentro de la producción agrícola de las últimas décadas.
En el largo plazo, la estabilidad de precios requiere la implementación de
políticas de desarrollo industrial. Así, a medida que la industria incremente su
productividad relativa frente al sector primario podrá ir reduciéndose el nivel del tipo de
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cambio real sin afectar su competitividad. De esa manera se abarataría el precio interno
de los productos del agro y los hidrocarburos, moderándose sus rentas extraordinarias y
permitiendo el incremento no inflacionario del poder adquisitivo de los salarios.
De lo contrario, el salario real implícito en la pauta cambiaria continuará siendo
menor al que aspiran los asalariados. De esta manera, el éxito de los trabajadores en la
conquista de aumentos salariales que les permitan acceder a un mayor nivel de ingresos
deteriorará la competitividad industrial. A su vez, los intentos de preservarla conducirán
a nuevas devaluaciones del peso que impactarán encareciendo el precio interno de los
alimentos y otros transables, con el consiguiente deterioro del salario real. Así, se corre
el riesgo de permanecer en un espiral tipo de cambio-salario sin lograr mantener el tipo
de cambio real industrial a un nivel competitivo ni mejorar el poder adquisitivo de los
salarios. La manifestación de la dificultad para consolidar esos pilares de un modelo de
desarrollo industrial con inclusión social será un alza permanente de los precios.
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LA INFLACIÓN BAJO EL RÉGIMEN DE TIPO DE
CAMBIO COMPETITIVO1
INTRODUCCIÓN
El contexto de excepcional crecimiento de la economía Argentina en los últimos
años ha venido acompañado de un incipiente proceso inflacionario que se ha instalado
como uno de los principales problemas a resolver. La inflación es un problema en
cuanto afecta a dos de los pilares del modelo económico en curso (Fraschina, 2010). Por
un lado, carcome el valor real del tipo de cambio industrial. Por el otro, impide la
concreción de una más justa distribución de los ingresos al deteriorar el poder de
compra de los salarios, jubilaciones, asignaciones, planes de empleo, etc.
Adicionalmente, al ir acompañada de variaciones de precios e ingresos relativos
genera inestabilidad y malestar social, disminuye el horizonte de planeamiento
económico y las inversiones productivas, fomenta la sustitución del uso de la moneda
local como reserva de valor, por el dólar u otros activos que afectan la capacidad local
de implementar políticas monetarias y dificulta las decisiones de consumo (Heymann,
1986a).
En este trabajo se muestra que la inflación en la etapa actual es la manifestación
de la tensión existente entre los dos pilares del modelo económico en curso: el tipo de
cambio industrial competitivo y la búsqueda de una más justa redistribución del ingreso.
Tensión que fue agudizada, a partir del 2006, por el incremento del precio internacional
de los alimentos.
En la sección que sigue se describen las principales características del proceso
inflacionario actual y se esboza una hipótesis interpretativa del mismo. Luego se analiza
con mayor detalle la dinámica de los precios de la canasta de consumo. Se pasa luego a
estudiar el impacto de las devaluaciones y el alza internacional del precio de las
materias primas sobre los precios internos. Después se describe la evolución reciente de
los salarios y de la competitividad industrial. En las últimas secciones se discuten las
políticas de estabilización a la luz de las hipótesis, que este trabajo sostiene, sobre las
causas de la inflación. Tras una breve conclusión se incluyen 2 anexos. El primero,
1 Se agradecen los comentarios y la colaboración para la obtención de información a Agustín Crivelli,
Bulrich Campos S.A., Demian Panigo, Emmanuel Aggis, Ernesto Mattos, Felisa Miceli, José Luis
Nicolini, Luis Mutuberría, Mariana Gonzalez y Valeria Mutuberría.
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presenta las diversas explicaciones que se han dado sobre el fenómeno inflacionario
actual, tanto desde el ámbito académico como desde el de los principales actores
sociales. El segundo, describe brevemente la historia inflacionaria del país desde
mediados del siglo pasado hasta el fin de la convertibilidad.
1- DINÁMICA DE PRECIOS BAJO EL RÉGIMEN DE CAMBIO
COMPETITIVO
Entre los años 2002 y 2010, la inflación anual promedio fue del orden del 13%,
aunque con importantes variaciones según los años. Como se observa en el gráfico 1,
entre comienzos de 2002 y mediados de 2003, se verificaron las mayores tasas de
inflación asociadas a la fuerte devaluación del peso que dio por finalizada la
convertibilidad. Le siguió un período de baja inflación que se interrumpió a mediados
de 2007. Comenzó allí una etapa de inflación moderada, que tras una breve
desaceleración en 2009, continúa hasta el presente.
Gráfico 1 - Índice de precios al consumidor. En niveles y tasas de variación anual y
mensual. Base 2000=100. Enero 2001- abril 2010.
0
50
100
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Inflación mensual
Inflación anual
Nivel de precios(eje derecho)
(tasas) (nivel)
Nota técnica: se utilizó el IPC del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7 provincias del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA) en base a información de la
Dirección de Estadísticas Provinciales (DEP). La inflación mensual se obtuvo como la diferencia logarítmica entre el IPC de un mes
respecto al anterior. La inflación anual se obtuvo mediante la diferencia logarítmica de un mes respecto al mismo mes del año pasado.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y CENDA.
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Este despertar inflacionario ha dado lugar a variadas hipótesis interpretativas
(ver anexo I) y hasta han existido quienes alertaron sobre un posible desborde
hiperinflacionario2. Sin embargo, cabe decir que en comparación con la historia
inflacionaria del país los niveles de inflación actuales son moderados y no existen
desequilibrios estructurales - especialmente en el sector externo- que hagan posible
siquiera imaginar un escenario hiperinflacionario (ver anexo II).
El reciente movimiento ascendente en el nivel general de los precios fue el
resultado de incrementos en los precios de los distintos sectores y factores de la
producción, cuyo movimiento no fue homogéneo (ver gráfico 2). Más específicamente,
la devaluación del peso en 2002 generó un alza importante en los precios relativos de
los productos agropecuarios que se profundizó a partir de 2007 a causa del aumento de
sus precios internacionales. En segundo lugar y en menor medida que los precios
agropecuarios, el establecimiento de un tipo de cambio real elevado permitió el
incremento de los precios de los productos industriales. Ello ha sido consecuencia no
sólo del encarecimiento de los insumos importados o provenientes del sector primario,
sino también del relajamiento de la competencia externa que un tipo de cambio más
elevado significa. Pese a acelerar su marcha ascendente hacia finales del período, el
incremento del salario ha sido menor que el de los precios agropecuarios y
manufactureros, aunque superior al de los servicios que han sido los que más terreno
han perdido en esta nueva etapa.
2 Por ejemplo, los ―escenarios posibles‖ planteados por el Estudio Broda & Asoc. (2002, p.33), o
declaraciones más recientes del ex presidente Carlos Menem (canal 26, 12/03/2010) y del ex ministro de
economía, Domingo Cavallo (La Nación 27/09/2010).
http://www.youtube.com/watch?v=vw8jcuXKNBUhttp://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1073197
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Gráfico 2 - Salarios, tipo de cambio (TCN), precios agropecuarios, manufactureros
y de servicios. Índices de valores nominales. Base IV trimestre de 2001=100.
Octubre 2001 – mayo 2010.
0
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Salario TCN Agropecuarios
Manufacturas Servicios
Nota técnica: el salario tomado es el nivel general (que promedia el del sector público con el privado registrado y no registrado). El
TCN es respecto al dólar. Los precios agropecuarios y manufacturados fueron tomados del índice de precios al por mayor. Los servicios constituyen un promedio ponderado de los servicios que intervienen en el IPC (tomados del INDEC hasta el 2006 y luego
del promedio de Jujuy, Salta, La Pampa, Entre Ríos y Neuquén) y del precio de la energía eléctrica para la industria. Las
ponderaciones fueron de (2/3) y (1/3) respectivamente. Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
Esta evolución de los diferentes precios no es independiente entre sí, sino parte
integral de un conjunto de acciones y reacciones que dieron origen a la dinámica
inflacionaria del período bajo estudio. Si bien en el proceso inflacionario han
intervenido múltiples elementos, algunos muy coyunturales, es conveniente para su
mejor comprensión presentar en forma esquemática los elementos centrales que
intervinieron en ella.
Para ello es necesario tener presente que los mecanismos de conformación de
precios son muy diferentes según el sector económico que se trate. Por un lado, el
precio de las importaciones y de los productos primarios de exportación se determina a
partir del precio que rige en el mercado internacional, convertido a pesos a la tasa de
cambio vigente. La imposición de aranceles a la importación actúa como un incremento
del tipo de cambio importador, al encarecer internamente los productos extranjeros en
forma proporcional a la tasa que deban pagar para ingresar al país. Por el contrario, los
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precio mercado mundial
tasa de cambio peso/dólar
arancel a la importación/derechos
de exportación
precio interno
de bienes
importados y
primarios
de exportación
precio interno
de bienes industriales y
servicios no regulados
costos de producción (salariales, insumos importados, primarios,
industriales y de servicios)
margen empresarial (condiciones
de demanda y de competencia)
derechos a la exportación actúan como una reducción del tipo de cambio exportador
para el producto al que se aplican, reduciendo su precio interno al disminuir la
rentabilidad de su venta al exterior:
Para los productos industriales y gran parte de los servicios no regulados, la
conformación de precios se determina a partir de la aplicación de un margen sobre los
costos de producción. Los costos pueden ser los salarios desembolsados, la compra de
insumos primarios, importados o provenientes de otras industrias y los servicios. El
margen que se aplica depende de las condiciones de demanda y de competencia:
Existen además una serie de precios cuyo establecimiento depende de
condiciones muy particulares. Los salarios cuya determinación es muy compleja,
depende, entre otras causas, de condiciones institucionales del mercado de trabajo y del
nivel de desempleo3. Los precios de los servicios regulados, por ejemplo, se fijan a
partir de la negociación de tarifas entre la entidad estatal correspondiente y la empresa
que lo provee. Los precios de los servicios personales están compuestos básicamente
por los salarios de quienes los proveen. Los precios de corto plazo de las frutas y
verduras y, hasta cierto punto, algunos cortes de carne, depende de las condiciones de
demanda y oferta sujetas a grandes variaciones estacionales. Y la lista podría seguir con
las condiciones específicas para la determinación del precio de la vivienda urbana, la
tierra, del financiamiento, etc.
Sin embargo, con las pocas herramientas desarrolladas se puede intentar
―racionalizar‖ la evolución de los principales precios presentadas en el gráfico 2. La
devaluación del peso en 2002 generó un encarecimiento inicial de los precios
agropecuarios (moderado por la imposición de retenciones) y, en menor medida,
3 Sobre la evolución del mercado de trabajo en los últimos años, consultar Panigo y Neffa (2009).
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industriales (vía costos de insumos importados y el relajamiento de la competencia
externa). La pérdida del poder adquisitivo del salario estimuló la pelea por aumentos
salariales que buscaron recomponerla. En primer lugar, fueron los aumentos por
decreto, y luego la negociación en paritarias facilitadas por un contexto de elevada
actividad económica que disminuyó los niveles de desempleo y fortaleció el poder de
negociación obrero. Durante este período inicial, los servicios se ajustaron en forma
similar a los salarios.
A partir de mediados de 2006, el alza del precio internacional de las materias
primas encareció aún más los precios internos agropecuarios con su consiguiente
impacto en los costos industriales y en el precio de los alimentos. Ello intentó
neutralizarse mediante la implementación de las retenciones móviles, pero el gobierno
debió dar marcha atrás ante la oposición simultánea de las patronales agropecuarias, los
grandes medios privados de comunicación y la oposición partidaria (que incluyó, a
partir de allí, a varios de quienes integraban hasta ese momento el oficialismo –entre
ellos el vicepresidente Julio Cobos-). A partir de allí se exacerbó la puja distributiva y
se sucedieron los incrementos nominales de salarios que buscaron recomponer su poder
adquisitivo. Los servicios se ajustaron en forma más moderada debido al impacto de los
fuertes subsidios estatales a parte de los servicios públicos.
Entre 2003 y finales de 2008, el tipo de cambio peso/dólar se mantuvo estable.
Este período coincidió con la depreciación de la moneda norteamericana respecto de las
principales monedas del mundo, lo que significó una leve devaluación implícita del
peso frente al real y el euro, entre otras monedas. A partir de finales de 2008 comienza a
devaluarse el peso frente al dólar en el intento de recomponer la competitividad
industrial perdida por la inflación interna acumulada y la momentánea depreciación del
real. Tras una breve pausa durante la crisis económica internacional de 2009, el impacto
inflacionario de la devaluación del peso y una nueva alza del precio mundial de las
materias primas comenzaron una nueva ronda inflacionaria.
A partir del análisis anterior, podemos afirmar que el espiral inflacionario surgió de
los continuos ajustes de precios sectoriales y factoriales que tienen como causa
subyacente la tensión entre:
la distribución del ingreso que resultó del establecimiento de un tipo de cambio
real elevado - que forma parte del núcleo del modelo económico de los últimos
años – en un contexto de elevados precios internacionales de las materias
primas;
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las aspiraciones de los asalariados por recuperar el poder de compra de sus
ingresos (y, en menor medida, las empresas del sector de servicios).
En la ilustración 1 se presenta en forma esquemática la hipótesis sobre la dinámica
inflacionaria de los últimos años. En la próxima sección se analiza la evolución de los
precios de la canasta de consumo de la población.
Ilustración 1 - Dinámica del proceso inflacionario bajo el régimen de tipo de
cambio competitivo.
2 - LA EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS DE LA CANASTA DE
CONSUMO
En esta sección nos concentraremos en el análisis de la evolución de los precios
de la canasta básica de consumo (IPC), con la que suele medirse la inflación y que
resulta la de mayor relevancia para la población en general. En el gráfico 3 se presenta
su evolución y se detallan 4 aperturas: el nivel general, los alimentos y bebidas, la
indumentaria y equipamiento del hogar y los servicios.
TCN ALIMENTOS
INDUSTRIA
SALARIOS
SERVICIOS
COMPETITIVIDAD
INDUSTRIAL
PRECIOS EXTERNOS
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Gráfico 3 - Índice de precios al consumidor. Apertura según nivel general,
alimentos y bebidas, indumentaria y equipamiento y servicios. Índices de valores
nominales. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
0
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General
Alimento y bebida
Indumentaria y equipamiento
Servicios
Nota técnica: el nivel general se calculó tomando el IPC del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7 provincias del CENDA. Las principales aperturas fueron construidas especialmente para este trabajo por su autor, sobre la base
de las estadísticas de precios de Jujuy, Salta, La Pampa, Entre Ríos y Neuquén.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, CENDA y Dirección de Estadísticas Provinciales.
Como puede observarse en el gráfico 3, en un contexto general de alza
permanente de todos los precios, los alimentos y bebidas y la indumentaria y el
equipamiento del hogar han incrementado sus precios en mayor medida que los
servicios, desde la devaluación del peso de 2002. Ello se debió al mayor componente de
transables en aquellos agrupados, cuyo precio está determinado por el precio
internacional y el tipo de cambio.
A partir de mediados de 2007 se observa que los alimentos y bebidas pasaron a
crecer en forma aún más acelerada. Como se muestra en la próxima sección, este hecho
coincidió con el alza internacional del precio de las materias primas cuyo intento de
neutralización por parte del Estado Nacional fracasó al deber dar marcha atrás con las
―retenciones móviles‖. Para tener una dimensión del impacto inflacionario de tal
coyuntura, vale destacar que desde mediados de 2007 a mediados de 2010, el 40% del
incremento del IPC se explicó por el alza de los alimentos y bebidas. A eso debería
sumarse el efecto inflacionario indirecto (más permanente) que generó al agudizar la
tensión entre el tipo de cambio y las aspiraciones distributivas de los asalariados.
En resumen, el período se caracterizó por una inflación permanente de la canasta
de básica de consumo. Los principales saltos inflacionarios se corresponden, en primer
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lugar, con la devaluación de 2002 que impactó especialmente en el costo de los bienes
transables que la componen. En segundo lugar, a partir de 2007, por el alza
internacional de las materias primas que se transfirió al precio interno de los alimentos.
3 - TIPO DE CAMBIO, PRECIO INTERNACIONAL DE LAS
MATERIAS PRIMAS Y RETENCIONES
El impacto del alza internacional de las materias primas y del tipo de cambio
sobre el precio interno de los alimentos y bebidas se visualiza en el gráfico 4. En el
mismo se observa que la evolución de las materias primas no energéticas - valuadas en
pesos según la cotización del dólar de cada mes- se comportó en forma similar al precio
interno de los alimentos y bebidas. Ambos subieron con la devaluación del peso en
2002 y volvieron a aumentar con el alza internacional de las materias primas a partir de
mediados de 2006.
Durante 2008, los precios internos crecieron más aceleradamente que los
externos, seguramente por el impacto inflacionario del conflicto en torno a la
imposición de retenciones móviles y la momentánea apreciación del dólar4. Tras una
pausa generada por el impacto de la crisis de 2009 sobre los precios internacionales, los
alimentos y bebidas volvieron a incrementar su precio por el efecto combinado del alza
del dólar y de los precios internacionales de las materias primas.
4 El traslado de las variaciones en la cotización del dólar a los precios de los alimentos y bebidas es
menos fuerte que el de las materias primas no energéticas. De ahí que cuando el peso se devalúa (revalúa)
frente al dólar, la distancia entre ambas líneas en el gráfico, se incrementa (reduce).
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Gráfico 4 – Índices del precio interno de los alimentos y bebidas en pesos y del
precio internacional de las materias primas no energéticas valuados en pesos según
cotización mensual del dólar. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo
2010.
0100200300400500600700800900
2001M
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M4
Commodities por tcn
Alimentos y bebidas
Nota técnica: el precio de los alimentos y bebidas se calculó tomando datos del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó las estadísticas de Jujuy, Salta, La Pampa, Entre Ríos y Neuquén.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Dirección de Estadísticas Provinciales y FMI.
Una de las principales herramientas de política económica que se utilizó para
evitar el alza de los precios internos por las devaluaciones y alza del precio
internacional de las materias primas fueron los derechos de exportación, más conocidos
como retenciones. Este tributo disminuye la rentabilidad de las ventas al exterior,
deprimiendo de esa manera el precio al que el productor está dispuesto a vender en el
mercado interno. Su eficacia al respecto ha sido notoria, tal como se deduce de los
gráficos 5, 6, 7 y 8. En ellos se presenta el precio internacional e interno de la soja,
trigo, maíz y el petróleo frente al teórico (obtenido mediante el descuento de las
retenciones al precio internacional). La relativa coincidencia entre el precio interno real
y el teórico muestra la eficacia de la política de retenciones para disminuir el precio
interno de esos productos.
-
21
Gráfico 5 - Precio de la soja internacional (Chicago), interno (Rosario),
internacional descontadas las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje
derecho). Pesos corrientes por tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
0%
20%
40%
60%
80%
100%
120%
140%
160%
180%
200%
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
1600
1800
2000
20
00
M1
20
00
M8
20
01
M3
2001M
10
20
02
M5
2002M
12
20
03
M7
20
04
M2
20
04
M9
20
05
M4
2005M
11
20
06
M6
20
07
M1
20
07
M8
20
08
M3
20
08
M1
0
20
09
M5
20
09
M1
2
teórico
Rosario
Chicago
retenciones
Nota técnica: el precio de Chicago fue transformado a pesos al tipo de cambio corriente promedio mensual. El precio teórico fue calculado descontando la tasa de retenciones al precio de Chicago valuado en pesos
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Bolsa de Rosario
Gráfico 6 - Precio del trigo internacional (Chicago), interno (Rosario),
internacional descontadas las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje
derecho). Pesos corrientes por tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
0%
50%
100%
150%
200%
250%
300%
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
200
0M
1
20
00
M9
20
01
M5
20
02
M1
200
2M
9
20
03
M5
20
04
M1
20
04
M9
200
5M
5
20
06
M1
20
06
M9
20
07
M5
200
8M
1
20
08
M9
20
09
M5
20
10
M1
teórico
Rosario
Chicago
retenciones
Nota técnica: el precio de Chicago fue transformado a pesos al tipo de cambio corriente promedio mensual. El precio teórico fue
calculado descontando la tasa de retenciones al precio de Chicago valuado en pesos.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Bolsa de Rosario
-
22
Gráfico 7 - Precio del maíz internacional (Chicago), interno (Rosario),
internacional descontadas las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje
derecho). Pesos corrientes por tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
0%
20%
40%
60%
80%
100%
120%
140%
160%
180%
200%
0
100
200
300
400
500
600
700
800
900
20
00
M1
20
00
M9
20
01
M5
20
02
M1
20
02
M9
20
03
M5
200
4M
1
20
04
M9
200
5M
5
20
06
M1
200
6M
9
20
07
M5
200
8M
1
20
08
M9
20
09
M5
20
10
M1
teórico
Rosario
Chicago
retenciones
Nota técnica: el precio de Chicago fue transformado a dólares al tipo de cambio corriente promedio mensual. El precio teórico fue calculado descontando la tasa de retenciones al precio de Chicago valuado en pesos.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Bolsa de Rosario
Gráfico 8 - Precio del petróleo internacional, interno, internacional descontadas
las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje derecho). Pesos corrientes por
tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
0%
50%
100%
150%
200%
250%
300%
350%
400%
450%
500%
0
500
1000
1500
2000
2500
3000
2000M
1
2000M
9
2001M
5
2002M
1
20
02
M9
20
03
M5
20
04
M1
2004M
9
2005M
5
2006M
1
2006M
9
2007M
5
2008M
1
2008M
9
2009M
5
20
10
M1
Internacional
Teórico
Interno
Retenciones
Nota técnica: el precio de internacional es el del Golfo de México (WTI) y fue transformado a pesos al tipo de cambio corriente
promedio mensual. El precio interno es el promedio nacional que publica la secretaría de energía. El teórico fue calculado descontando la tasa de retenciones al precio WTI valuado en pesos.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Secretaría de Energía.
-
23
En el caso del trigo (gráfico 6), por momentos, su precio interno se ubicó por
debajo del teórico debido al cierre momentáneo del registro de exportadores y otras
restricciones cuantitativas. En el caso del petróleo (gráfico 8), sobre el que a partir de
diciembre de 2007 rigen retenciones que fijan un precio interno máximo de 264 dólares
el m3, la diferencia entre el precio interno y teórico parece responder a acuerdos
privados entre las extractoras y las refinadores pertenecientes a un mismo grupo
propietario. Sin embargo, más allá de estas leves divergencias, la evidencia empírica es
contundente en cuanto a la efectividad de las retenciones para diferenciar el precio
interno del internacional. Pero si fueron efectivas, ¿por qué no eliminaron la presión
inflacionaria?
En primer lugar, como se evidencia en los gráficos 6 a 8, las retenciones
amortiguaron el alza del precio interno de las materias primas generado por la
devaluación del peso y el alza de su precio internacional, pero en ningún momento lo
neutralizaron. Es decir, las tasas de retenciones nunca se ajustaron de forma tal que
eliminaran totalmente el impacto de las variaciones cambiarias y de los precios externos
sobre el precio interno de los bienes. Cuando se intentó la neutralización mediante la
aplicación de retenciones móviles (a comienzos de 2008), la respuesta fue una violenta
protesta de las patronales agropecuarias que oblió al gobierno a dar marcha atrás al
proyecto. De esta manera, puede afirmarse que la política de retenciones tendió a
suavizar el impacto inflacionario de la política de tipo de cambio competitivo en un
marco de elevado precio internacional de las materias primas. Pero, las tasas de los
derechos de exportación nunca se ajustaron de forma tal de eliminar plenamente esa
presión.
La utilización de las retenciones como herramienta de estabilización de precios
presenta otras dificultades, aparte de la oposición de los sectores empresariales que son
gravados por las mismas. Èstas tienen que ver con la dinámica productiva de los
sectores que se ven afectados por ella. Nos detendremos brevemente a estudiar algunas
de estas dificultades en relación a su aplicación en el sector agropecuario. Respecto al
sector de los hidrocarburos, su dinámica fue analizada en el primer documento técnico
del CEMOP (Mansilla y Perrone, 2010).
-
24
4 - LA MESA DE LOS ARGENTINOS ANTE LA “SOJIZACIÓN”
DEL CAMPO
Desde mediados de la década del ‗90 hasta el presente, la producción
agropecuaria del país fue concentrándose cada vez más en la de soja. Cómo se observa
en el gráfico 9, el total de hectáreas sembradas con cereales y oleaginosas pasó de 22
millones a 32 en los últimos 15 años, mientras que la siembra de soja se elevó de 6
millones a 18 en igual período. La superficie sembrada de soja respecto a todos los
cereales y oleaginosas avanzó del 27 al 56% en una década y media. Téngase en cuenta
que la actividad ganadera que es quien más terreno cedió a la oleaginosa (especialmente
en la zona pampeana), no está incluida en el gráfico5.
Gráfico 9 - Superficie sembrada de cereales y oleaginosas. En millones de
hectáreas. Campañas 1979/80 a 2008/09.
0
5
10
15
20
25
30
35
79/80 82/83 85/86 88/89 91/92 94/95 97/98 00/01 03/04 06/07
Soja Resto
Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Este proceso se disparó por el abaratamiento de los costos de la producción de
soja que permitió la aplicación de nuevas tecnologías (tanto por el incremento del rinde
por hectárea como por los menores gastos de siembra y cosecha), en el marco de una
fuerte alza de los precios internacionales de la misma (Azcuy Ameghino, 2000; Bisang,
5 Desplazándose hacia tierras marginales o formas técnicas más intensivas en capital. Ver al respecto
Paruelo, J.M., J.P. Guerschman y S.R. Verón (2005).
-
25
2003; Panigo, 2010). La sojización de la producción agropecuaria se refleja también en
los números del comercio exterior. Así para 2009, casi uno de cada cuatro dólares que
ingresaban por exportaciones a la economía, fueron generados por el complejo sojero
(ver cuadro 1).
Cuadro 1 - Participación del complejo soja en las exportaciones. Dólares corrientes
y porcentajes. Año 2009.
U$S % del total
Harina y "pellets" de la extracción de aceite de soja 8.209 15%
Aceite de soja, en bruto incluso desgomado 3.194 6%
Porotos de soja, exc. para siembra 1.690 3%
Total selección 13.093 23%
Total Exportaciones 55.750 100%
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.
El hecho de que el consumo interno de soja sea muy bajo, puede llevar a pensar
que ya no rige la conflictiva relación entre la producción agropecuaria de exportación y
el consumo interno de alimentos, tradicional en el desenvolvimiento de la economía
argentina. Así podría suponerse que el aumento del precio interno de la soja, producto
de la devaluación y su encarecimiento internacional, en nada afecta a quienes no
consumen soja. Sin embargo ello no es así. La sojización del campo no anula el
conflicto entre la exportación agropecuaria y el consumo interno, sino que lo
complejiza en varias direcciones.
Por un lado, porque la sojización del campo lleva al desplazamiento de otras
producciones como el maíz, trigo, ganadería, tambos, frutas y verduras. Ello es así no
sólo por los elevados márgenes de la soja generados por su precio internacional y las
nuevas tecnologías que intervienen en su producción, sino también, porque la
producción de soja compite con las demás en cuanto a la utilización de un insumo
básico no reproducible: la tierra. Como se observa en el gráfico 10, el valor de la
hectárea en la zona núcleo de la provincia de Buenos Aires se incrementó fuertemente
en los últimos años, pasando de u$s4.000 la hectárea en 2001 a casi 13.000 en 2010.
Daza (2009) muestra que la evolución del precio de la tierra tiene una fuerte correlación
con el margen bruto de la producción de soja.
-
26
Gráfico 10 - Valor de la hectárea en la zona núcleo de la provincia de Buenos
Aires. Dólares por hectárea. Abril 2000-marzo 2010.
Fuente: Compañía Argentina de Tierras SA.
La elevada rentabilidad de la producción de soja para la exportación encarece la
producción de alimentos por otra vía pocas veces considerada: el encarecimiento de los
insumos agrícolas como los abonos y fertilizantes. El incremento de su precio no parece
tener vinculación con alguna restricción de oferta como en el caso de la tierra, sino
fundarse en la política de formación de precios de empresas con poder de mercado.
Como se observa en el gráfico 11, el precio de los abonos y fertilizantes desde mediados
de 2002 parece calcar la evolución del precio de la tierra presentado en el gráfico 106.
Puede decirse que las empresas proveedoras de abonos y fertilizantes fijan el precio
midiendo el bolsillo de sus clientes, o en términos más técnicos, de acuerdo a la
elasticidad precio de la demanda7.
6 La correlación entre el precio de los abonos y fertilizantes con el precio de la tierra, parece mucho más
fuerte que su correlación con el precio interno del petróleo – uno de sus principales insumos- según se
observa de la comparación de los gráficos 8, 10 y 11. 7 Siendo los métodos de producción relativamente fijos, un incremento en el precio de la soja y
consiguientemente en los márgenes brutos de su producción, vuelve más inelástica respecto a los precios
a la demanda de abonos y fertilizantes. Ello permite a los oligopolios que lo proveen incrementar su
precio sin que hayan variado sus costos de producción, obteniendo de esa manera su tajada en la renta
agropecuaria.
-
27
Gráfico 11 - Precio interno básico mayorista de los abonos y fertilizantes agrícolas.
Índice valores nominales. Base 1993=100. Abril 2000- marzo 2010.
0
100
200
300
400
500
600
7002000M
4
2000M
12
2001M
8
2002M
4
2002M
12
2003M
8
2004M
4
2004M
12
2005M
8
2006M
4
2006M
12
2007M
8
2008M
4
2008M
12
2009M
8
Fuente: elaboración propia en base a INDEC.
De esta manera, las políticas de reducción del precio interno de alimentos como
el trigo, la leche, el maíz y la carne frente a su precio internacional, pueden terminar
acelerando la sojización del campo al reducir aún más la rentabilidad de esas
producciones frente a la soja. De ahí que las políticas de abastecimiento interno de
alimentos sean complejas y requieran tomar en cuenta el avance de la soja dentro de la
producción agropecuaria.
Las posibles medidas para lograr un abastecimiento interno en materia
alimentaria a precios más económicos son múltiples. Subsidio a la producción de
alimentos internos; retenciones diferenciadas que graven a la soja en forma más
pronunciada; intervención estatal en la producción y comercialización de alimentos ya
sea mediante juntas reguladoras, empresas estatales o bien en base a acuerdos con
empresas privadas o de la economía social; subsidios a la importación de alimentos;
distribución de alimentos en la población de menores recursos económicos subsidiada
por el Estado; etc.
Algunas de ellas se aplican actualmente con variados resultados. Así sucede con
las compensaciones a la cadena del trigo-pan, los $0,20 por litro leche que reciben los
tamberos por sus 3.000 primeros litros de producción o los subsidios para la compra de
granos utilizados para engorde en la producción avícola (ver cuadro 2). También se
-
28
ensayaron acuerdos de precios con grandes hipermercados aunque los resultados en este
sentido han sido muy limitados. El Plan de Seguridad Alimentaria que promueve el
Ministerio de Desarrollo Social alcanza a aproximadamente 1.836.899 personas8.
También se grava a la soja con mayores derechos de exportación que a los demás
granos, aunque la diferencia porcentual no es lo suficientemente amplia como para
desincentivar el avance de la oleaginosa.
De todas maneras y sin despreciar los esfuerzos realizados hasta el presente, la
evidencia de una inflación impulsada por el alza de los alimentos muestra que estas
medidas han sido insuficientes y que se requiere avanzar más ampliamente con ellas.
Claro que esto no es simple ni una cuestión exclusivamente técnica. Existen muchos
intereses en juego y seguramente algunos de ellos se verían afectados por una
intervención estatal más decidida.
Cuadro 2 - Compensaciones estatales a diversos eslabones de la cadena
agropecuaria (pagos autorizados). Millones de pesos corrientes. Primer semestre
de 2010.
Rubro TOTAL PAGOS IMPORTE ($)
Productores lecheros 29.883 303.703.816,40
Faenadores avícolas 115 372.569.660,75
Molinos de trigo 240 534.762.476,76
Feed lots 385 364.950.875,03
Criadores de Terneros Overos 13.082 2.981.200,00
Harina de Maíz 3 1.287.751,91
Productores de trigo 23 325.154,66
TOTAL 43.731 1.580.580.935,51
Fuente: ONCAA.
8 Según informa el ministerio en http://www.desarrollosocial.gov.ar/planes/pa/default.asp.
http://www.desarrollosocial.gov.ar/planes/pa/default.asp
-
29
5 - LOS SALARIOS
Los salarios generales emprendieron su carrera detrás de los precios con cierta
demora a causa del gran desempleo existente en 2002. Sin embargo, estuvieron a punto
de alcanzarlos a mediados de 2006 y comienzos de 2009. Pero el salto en los precios
que generó el alza internacional de las materias primas y la momentánea moderación en
el incremento de salarios producto del impacto local de la crisis internacional, parecen
haberlo impedido. De esta manera, la mayoría de los trabajadores todavía no han
logrado recuperar el valor real de sus ingresos tras la desvalorización que les imprimió
la inflación que acompañó la devaluación del peso en 2002 (ver gráfico 12).
Gráfico 12 – Salario nominal, real e índice de precios al consumidor. Índice. Base
IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
0
50
100
150
200
250
300
350
400
20
01…
20
02M
4
20
02…
20
03M
4
20
03…
20
04M
4
20
04…
20
05M
4
20
05…
20
06M
4
20
06…
20
07M
4
20
07…
20
08M
4
20
08…
20
09M
4
20
09…
20
10M
4
Salario Real
Salario Nominal
IPC
Nota técnica: el IPC se calculo tomando datos del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7
provincias del CENDA. Los salarios corresponden al nivel general que pondera los ingresos de los privados registrados y no registrado y de los empleados públicos, que informa el INDEC.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
En el gráfico 12 también se observa cómo la carrera de precios y salarios se
acelera a partir de mediados de 2006, coincidiendo con el período de aceleración de la
inflación que se visualizaba en el gráfico 1. Ello concuerda con la hipótesis esbozada
anteriormente de que el alza del precio internacional de los alimentos exacerbó la puja
distributiva y con ella la inflación.
La trayectoria del salario real general es el resultado promedio de la evolución
de las remuneraciones de los trabajadores privados registrados, no registrados y del
sector público. La evolución de los ingresos reales de cada uno de ellos ha sido muy
-
30
dispar. Como se observa en el gráfico 13, tras una caída del ingreso real de los tres tipos
de salarios por efecto de la inflación provocada por la devaluación del peso en 2002, el
primero en recuperar su poder de compra fue el salario del trabajador privado registrado
cuya remuneración real a partir de 2005 osciló entre un 8 y un 18% por encima del nivel
de fines de la convertibilidad. Cabe destacar que en un principio su ascenso escalonado
reflejó los incrementos salariales por decreto de los primeros años de la gestión
Kirchner, mientras que a partir de 2005-6 su dinámica quedó determinada por la
evolución del salario negociado en paritarias, los acuerdos obtenidos en el marco del
Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, y la trayectoria de los precios de la canasta
de consumo (Panigo y Neffa, 2009)9.
Gráfico 13 - Salario real de los trabajadores privados registrados, no registrados y
del sector público. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo
2010.
0
20
40
60
80
100
120
140
20
01
M1
0
20
02
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20
02
M1
2
20
03
M7
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04
M2
20
04
M9
20
05
M4
20
05
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20
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20
08
M3
20
08
M1
0
20
09
M5
20
09
M1
2
Privado registrado Privado no registrado Público
Nota técnica: el salario real se calculó tomando el índice de salario del INDEC, deflactado por el IPC del INDEC hasta diciembre de
2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7 provincias del CENDA. Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
Respecto al ingreso real del trabajador privado no registrado, su recuperación
fue lenta y recién se aceleró desde finales de 2007 deteniéndose en niveles apenas
menores que los previos a la devaluación de 2002. Los grandes perdedores fueron los
9 En http://www.mecon.gov.ar/download/infoeco/apendice3c.doc, se enumeran las medidas adoptadas por
el Gobierno Nacional a efectos de mantener una política de ingresos que procure recuperar el nivel de
ingreso real de los trabajadores.
http://www.mecon.gov.ar/download/infoeco/apendice3c.doc
-
31
trabajadores del Estado, cuya remuneración real permaneció, a lo largo del período, más
de un 20% por debajo de los niveles de comienzos de siglo. Como se destaca en el
gráfico 14, la dinámica de los ingresos reales de los diferentes trabajadores se produjo
en el marco de un alza nominal permanente de los salarios y los precios, que se aceleró
desde comienzos de 2007. En esa carrera, los sueldos de los empleados públicos han
quedado rezagados.
Gráfico 14 - Salario nominal de los trabajadores privados registrados, no
registrados y del sector público, y evolución del IPC. Índices. Base IV trimestre
2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
0
50
100
150
200
250
300
350
400
450
2001…
2002…
2002…
20
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…
2003…
2004…
20
04
…
20
05
…
2005…
2006…
20
06
…
2007…
2007…
2008…
20
08
…
2009…
2009…
2010…
Privado registradoPrivado no registradoPúblicoIPC
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
En resumen, en un contexto de permanente alza nominal de los salarios y los
precios, la recuperación del valor real de los salarios varió de acuerdo al tipo de empleo.
Los privados registrados comenzaron pronto la carrera detrás de los precios – gracias a
la intervención estatal vía aumentos por decreto- superando el nivel real de fines de la
convertibilidad a partir de comienzos de 2005. El alza del salario de los privados no
registrados fue lenta al comienzo y se aceleró a en los últimos años, esa evolución
parece estar determinada por la dinámica del mercado de trabajo, a medida que se
redujo el desempleo y las políticas de ingresos indirectos destinadas al sector informal.
Los trabajadores del Estado fueron los grandes perdedores, cediendo sus salarios más de
un 20% del poder de compra respecto de los de finales de la convertibilidad.
-
32
6 - LA COMPETITIVIDAD INDUSTRIAL
Tras su incremento por la devaluación del peso en 2002, la competitividad
industrial frente a los principales socios comerciales, se mantuvo por encima de los
niveles de la convertibilidad a lo largo del período bajo análisis. Ello se debió a que la
permanente devaluación nominal del peso frente a las monedas de los principales socios
comerciales, compensó una inflación interna del precio de las manufacturas superior a
la de la competencia (ver gráfico 15).
Gráfico 15 - Tipo de cambio nominal frente a los principales socios comerciales
(TCN), real (TCR), precio interno de las manufacturas (Pm) y de los principales
socios comerciales (P*m). Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 –
mayo 2010.
0
50
100
150
200
250
300
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20
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M1
0
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M4
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0
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03
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03
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0
20
04
M4
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M4
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05
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06
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0
20
07
M4
20
07
M1
0
20
08
M4
20
08
M1
0
20
09
M4
20
09
M1
0
20
10
M4
TCN P*m Pm TCR
Nota técnica: el TCR industrial se obtuvo calculando el tipo de cambio real con Brasil, Unión Europea, EEUU y China, a partir del
TCN y los índices de precios mayoristas de manufacturas respectivos (para Brasil se utilizó el índice de precios mayorista general y
para China el IPC). Luego se los ponderó según su participación relativa en el promedio de las importaciones de los 12 meses
anteriores.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
La competitividad de la industria en términos de precios internacionales no fue
homogénea según los distintos socios comerciales. Para tener un panorama más
detallado del tipo de cambio real industrial conviene desagregarlo. En el gráfico 16,
presentamos el tipo de cambio real industrial con 4 países que constituyen los
principales orígenes de las importaciones de manufacturas. Allí se observa que la
competitividad de la industria argentina con Brasil y EEUU se acrecentó respecto a los
-
33
niveles de la convertibilidad, se mantuvo en niveles similares con la Unión Europea,
mientras que con China descendió10
.
Gráfico 16 - Tipo de cambio real industrial con Brasil, EEUU, Unión Europea y
China. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
Nota técnica: ver gráfico 15. Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
Esta evolución de la competitividad real se produjo como resultado de una
importante devaluación del peso frente a todas las monedas, acompañada sin embargo,
de una mayor inflación interna de los precios de las manufacturas (gráficos 17 y 18).
Gráfico 17 - Cotización del peso respecto al dólar, real, yuan y euro. Octubre 2001
– julio 2010. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
Fuente: elaboración propia en base a Bank of Canada.
10
Este último resultado debe matizarse por haberse estimado utilizando el índice de precios al
consumidor de China, en lugar del mayorista de manufacturas.
-
34
Gráfico 18 - Índices de precios de Argentina, Brasil, EEUU, Unión Europea y
China. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
0
50
100
150
200
250
300
350
400
4502
00
1M
10
20
02
M4
20
02
M1
0
2003M
4
20
03
M10
2004M
4
20
04
M10
2005M
4
20
05
M10
20
06
M4
20
06
M1
0
20
07
M4
20
07
M10
2008M
4
20
08
M10
2009M
4
20
09
M10
2010M
4
ArgentinaBrasilUnión EuropeaEEUU
Nota técnica: para Argentina, Unión Europea y EEUU se utilizaron los índices de precios mayoristas de manufacturas respectivos, para Brasil el mayorista general y en el caso de China el IPC, por no disponerse de otra información..
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
Para analizar la evolución de los costos laborales de la industria en términos de
su competitividad internacional, hemos construido un índice de costo salarial
multilateral. Este índice considera la evolución del salario por obrero industrial y su
productividad, deflactada por la evolución ponderada de los precios manufactureros de
Brasil, EEUU, Unión Europea y China, valuados en pesos. Como se observa en el
gráfico 19, el costo salarial multilateral descendió abruptamente con la devaluación de
2002 para luego crecer lentamente manteniéndose en 2009 un 30% por debajo del
último trimestre de convertibilidad. El menor costo salarial multilateral se debe al
incremento en la productividad laboral, ya que el nivel de salarios en relación a los
precios de las manufacturas de la competencia externa recuperó los niveles del último
trimestre de 2001.
-
35
Gráfico 19 - Costo salarial multilateral, producto por trabajador industrial y
salario industrial en relación al precio en pesos de las manufacturas del exterior.
Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – julio 2010.
0
20
40
60
80
100
120
140
160
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
2002 2003 2004 2005 2006* 2007* 2008* 2009*
Cto. Salario multi. Salario/ precios externos
Prod. por trabajador
Nota técnica: la información de evolución del salario (S), el producto físico manufacturero (Q) y los obreros ocupados en la industria (L) se tomaron de la Encuesta Industrial Mensual del INDEC. Los precios internacionales en pesos (ePi) se tomaron
multiplicando el TCR industrial por los precios internos de las manufacturas. Las fórmulas para calcular los indicadores son:
i) Salario/precios externos: S/ePi ii) Prod. por trabajador: Q/L iii) Cto. Salario multi.: (i)/(ii)
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
No se dispone de información sobre la evolución de los requerimientos físicos
de insumos no salariales de la actividad industrial. Por ello presentaremos sólo la
evolución de sus precios en relación a los precios de los productos industriales de los
principales socios comerciales valuados en pesos. Su representatividad en la evolución
de los costos no salariales de la industria depende crucialmente del supuesto de que no
existieron variaciones relevantes en su rendimiento físico. De la observación del gráfico
20 se destaca que la principal fuente de competitividad ha sido el abaratamiento relativo
de la energía eléctrica, aunque esta conclusión debe matizarse por la existencia de
restricciones cuantitativas en la provisión de energía para la industria durante parte del
período11
. El precio de los insumos agrícolas e importados fluctuó por encima (en los
primeros años) y por debajo del precio de las manufacturas extranjeras (al finalizar el
período), por lo que no ha constituido una fuente de competitividad para la industria
local frente a la externa.
11
Sobre el funcionamiento del sistema energético nacional durante el período bajo análisis, consultar
Mansilla y Perrone (2010).
-
36
Gráfico 20 - Precios internos mayoristas agrícolas, de productos importados y de la
energía eléctrica en relación al precio en pesos de las manufacturas del exterior.
Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – julio 2010
0
20
40
60
80
100
120
140IV
I II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
IVI II III
2002 2003 2004 2005 2006* 2007* 2008* 2009*
Agrícolas Importados Energía
Nota técnica: los precios internacionales en pesos (ePi) se tomaron multiplicando el TCR industrial por los precios internos de las
manufacturas. Los precios internos agrícolas (Pa), de productos importados (Pm) y de la energía eléctrica (Pe) son aperturas del
índice mayorista del INDEC. Las fórmulas para calcular los indicadores son: i) Agrícolas: Pa/ePi ii) Importados: Pm/ePi iii) Energía: Pe/ePi
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
Respecto al margen empresarial sobre los costos (mark up), en el gráfico 21 se
observa que tras un incremento en el año 2002 – que refleja un intento de compensar
por ese lado las pérdidas por menores ventas y por la situación financiera de la crisis –
permaneció estable en un 31-2%. Sin embargo, las crecientes ventas asociadas a la
expansión económica del período (que refleja la tasa bruta de ganancia) permitieron
mantener una elevada tasa neta de ganancia que fluctuó entre el 13 y el 19% anual a
partir de 2003.
-
37
Gráfico 21 - Margen bruto sobre ventas, tasa bruta de ganancia y tasa neta de
ganancia en las manufacturas. Porcentajes. 2001 – 2008.
0%
20%
40%
60%
80%
100%
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
margen bruto tasa bruta tasa neta
Nota técnica: el margen bruto (mark up) fue obtenido como el resultado bruto (ventas – costos primos) sobre los costos primos (compras de insumos y demás gastos asociados a la producción). La tasa bruta de ganancia se calculó como el resultado bruto sobre
el patrimonio neto al cierre del período. La tasa neta de ganancia se calculó como las utilidades contables sobre el patrimonio neto,
ambos al cierre del período. Las utilidades contables se obtienen deduciendo al resultado bruto, los gastos administrativos, financieros, y otros no asociados directamente a las cantidades producidas.
Fuente: elaboración propia en base a AFIP.
En conclusión, podemos afirmar que la competitividad de la industria se
incrementó respecto del período de la convertibilidad gracias a la devaluación real del
precio de las manufacturas en relación a las de los EEUU y Brasil, facilitada por el
incremento de la productividad laboral, el abaratamiento relativo de la energía eléctrica
y el contexto de fuerte expansión de la actividad que permitió la obtención de una
elevada rentabilidad manteniendo (o reduciendo si se toma como base al año 2002) el
margen empresarial sobre los costos.
La relevancia del contexto de expansión de la actividad para la competitividad
industrial puede ser aún mayor, si se tiene en cuenta que no sólo mejoró la rentabilidad
al aumentar la velocidad de rotación del capital invertido (entre otras razones por una
mayor utilización de la capacidad instalada y de otros gastos fijos por unidad de
producto), sino que podría ser la causa del incremento de la productividad industrial (de
la que sólo tenemos información sobre la reducción de las horas hombre por unidad de
producto)12
. Desde este punto de vista, las políticas de ―enfriamiento‖ de la economía
que suelen proponerse para estabilizar los precios podrían tener un efecto
contraproducente que muy pocos toman en cuenta: el incremento de los márgenes sobre
ventas y una menor productividad, con su consiguiente impacto en los precios de la
industria.
12
Como lo afirma el conocido ―efecto Kaldor-Verdoon‖ de la literatura sobre organización industrial.
-
38
7 - LAS POLÍTICAS DE ESTABILIZACIÓN TRADICIONALES
A la luz de los desarrollos anteriores, se pueden discutir las medidas de política
económica para combatir la inflación. Es bueno empezar por las recomendaciones más
escuchadas. Éstas suelen reposar sobre una interpretación del incremento general de
precios como un exceso general de demanda frente a una oferta que no puede crecer a la
misma velocidad (ver anexo I). En consecuencia, las propuestas que suelen derivarse de
dicho diagnóstico son una serie de medidas tendientes a disminuir la demanda o bien
incentivar la oferta.
Respecto a la demanda, la posición ideológica de quienes suelen presentar estas
recomendaciones políticas tiende a descargar el peso de la reducción de la demanda
sobre el gasto público (Frenkel, 2008). Aunque existen excepciones que ponen el acento
sobre el gasto privado de los sectores de elevados ingresos (Lozano y Raffo, 2007). En
cuanto a la oferta, suele mencionarse la ―falta de seguridad jurídica‖ como la principal
causa de una reducida inversión que no permite expandir en tiempo y forma la
capacidad productiva.
Sin embargo, estas hipótesis no parecen sustentadas por la evidencia empírica.
En el gráfico 22 se presenta la evolución del nivel de uso de la capacidad instalada
promedio de la industria frente a la inflación anual de los precios manufactureros, entre
enero de 2006 y noviembre de 2010. A simple vista puede observarse que no existe una
relación clara entre ambas variables.
-
39
Gráfico 22 - Nivel de uso de la capacidad instalada y tasa de variación anual de los
precios. Porcentajes. Enero 2006-noviembre 2010
-0,5%
0,0%
0,5%
1,0%
1,5%
2,0%
2,5%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
20
06
M1
20
06
M5
20
06
M9
20
07
M1
20
07
M5
20
07
M9
20
08
M1
20
08
M5
20
08
M9
20
09
M1
20
09
M5
20
09
M9
20
10
M1
20
10
M5
20
10
M9
uso capac.
(inflación)
Nota técnica: la inflación anual se calculó como la tasa de variación del índice de precios mayoristas manufactureros de un mes respecto al mismo mes del año pasado.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC.
Por otro lado, en el gráfico 23 se presentan la información de incrementos de
precios y el nivel de uso de la capacidad instalada de las principales aperturas de la
industria. Como se observa, no existe una correlación clara entre ambas variables. Los
sectores manufactureros que registraron mayores incrementos de precios entre los
primeros tres trimestres de 2010 e igual período de 2005, no necesariamente se
corresponden con aquéllos que presentaban un mayor nivel de utilización de su
capacidad instalada a finales de ese período.
-
40
Gráfico 23 - Incrementos de precios y nivel de uso de la capacidad instalada en la
industria. Principales aperturas. Porcentajes. I-III trimestres 2005–I-III trimestres
2010
Alimentos y bebidas
Textiles
Prod. papel
Refinación de petróleoProd. Químicos
Caucho y plástico
Minerales no metálicos
Metales básicas
Metal mecánica
90%
95%
100%
105%
110%
115%
120%
65% 70% 75% 80% 85% 90% 95% 100%
(var. precios)
(uso capac.
Nota técnica: el incremento de precios se calculó como la variación relativa de precios de cada sector entre el nivel promedio de los
tres primeros trimestres de 2005 y 2010. El nivel de uso de la capacidad instalada se corresponde al promedio de los primeros tres trimestres de 2010. La información de precios de los productos de papel es el promedio simple de las categorías Papel y cartón y
Edición e impresión, mientras que el nivel de uso de la capacidad instalada se corresponde al de Papel y productos de papel. . La
información de precios de Metal mecánica es el promedio simple de las categorías Máquinas y equipos y Máquinas y aparatos eléctricos, mientras que el nivel de uso de la capacidad instalada se corresponde al de Metal mecánica excluyendo automóviles y los
Automóviles.
Respecto a la inversión, el período bajo análisis muestra la superación de los
niveles de inversión real por unidad de producto respecto al máximo alcanzado en los
años `90 (período donde reinaba la ―seguridad jurídica empresarial‖). La consolidación
de un proceso de crecimiento económico sostenido con amplias tasas de rentabilidad
(ver cuadro 5 en la próxima sección) parece pesar más que la ―seguridad jurídica‖ en las
decisiones de inversión. De esta manera, desde 2003 se evidencia un importante
incremento en la capacidad productiva de la economía, dado por una mayor tasa de
inversión sobre un nivel de ingresos ampliamente incrementado (ver gráfico 23)13
.
13
Amico y Fiorito (2010) argumentan que la inversión se encuentra determinada por el nivel de
incremento de la demanda bajo el esquema clásico del ―acelerador‖.
-
41
Gráfico 24 - Inversión real total y en equipos durables de producción en relación al
nivel de producto (columnas, eje izquierdo), y stock de equipos durables de
producción (línea, eje derecho). Porcentajes y pesos de 1993. Años 1997 (máximo
de los noventa) y 2002-2009.
0%
5%
10%
15%
20%
25%
1997 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
0
5.000
10.000
15.000
20.000
25.000
30.000
35.000
40.000
45.000
Equipos
Total
Stock equipos
Fuente: elaboración propia en base a INDEC.
Pero analicemos las políticas de reducción del nivel de demanda como forma de
combatir la inflación a la luz de la hipótesis de nuestro trabajo. Estas políticas podrían
tener un efecto deflacionista sólo en caso de debilitar a los sectores del trabajo en su
capacidad de lograr incrementos de salarios. Es decir, el objetivo detrás de las políticas
de reducción del gasto y con él, del nivel de actividad, sería ampliar el desempleo y de
esa manera reducir el poder de negociación de los sindicatos. Así, bajo la consigna de
combatir la inflación se estaría afectando uno de los pilares del proceso de crecimiento
de los últimos años: la búsqueda de una más justa distribución del ingreso. Y ello podría
afectar el segundo pilar: la competitividad industrial se vería afectada, si el menor nivel
de ingresos salarial deprime la demanda y el nivel de actividad económica, reduciendo
las economías de escalas industriales.
Otra propuesta de estabilización que implica sacrificar el exitoso modelo
económico de los últimos años, es la apreciación cambiaria. Se argumenta que un tipo
de cambio más reducido disminuiría la presión de las materias primas internacionales
sobre el nivel de precios internos (Frankel, 2008 y 2010). Sin embargo, el tipo de
cambio impacta también sobre la competitividad de la industria relativamente menos
productiva que el agro. El costo de semejante política de estabilización nos lo muestra la
-
42
experiencia de la convertibilidad: desindustrialización, desempleo y un déficit externo
insostenible en el largo plazo.
Cuadro 3 - Desempleo, subempleo, pobreza e indigencia durante la convertibilidad
y su crisis. Porcentajes de personas. 1992-2002
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Desempleo (A) 7 9,3 12,2 16,6 17,3 13,7 12,4 13,8 14,7 18,3 17,8
Subempleo (B) - 4,1 5,4 7,7 8,5 8,1 8,4 9,1 9,3 10,7 13,8
(A+B) - 13,4 17,6 24,3 25,8 21,8 20,8 22,9 24 29 31,6
Pobreza (*) 17,8 16,8 19 24,8 27,9 26 25,9 26,7 28,9 35,4 54,3
Indigencia (*) 3,2 4,4 3,5 6,3 7,5 6,4 6,9 6,7 7,7 12,2 24,7
(*) GBA
Fuente elaboración propia en base a INDEC.
8 - CONCENTRACIÓN DE MERCADOS Y MÁRGENES DE
GANANCIA
Otro tipo de políticas más heterodoxas de estabilización hace hincapié en la
necesidad de regular los precios para evitar la aplicación de márgenes excesivos. La
elevada concentración que caracteriza a los mercados en el capitalismo corporativo
moderno, permite a las empresas aplicar amplios márgenes sin temor a verse
enfrentados a competidores que les disputen el mercado. De ahí que en una economía
con estas características, la búsqueda de una determinada redistribución del ingreso
requiere la regulación de los márgenes de rentabilidad empresarial.
En el caso Argentino, la formación de precios difiere según los sectores. En
términos muy simplificados, el sector primario toma los precios del mercado mundial;
la industria y algunos servicios los forman aplicando un margen sobre los costos; y en el
caso de los servicios públicos, sus tarifas se encuentran reguladas por el Estado. La
forma de regular la rentabilidad en el sector primario la abordaremos en la próxima
sección, ya que ella constituye la política central para la estabilización de precios en la
actualidad. Pasemos a estudiar la evolución de la rentabilidad en la industria y algunos
servicios claves.
En el cuadro 4 se presenta la información de los márgenes aplicados sobre los
costos de producción en diferentes sectores. En el mismo se observa que tras un brusco
incremento en 2002, los márgenes descendieron a niveles similares a los de fines de la
-
43
convertibilidad. Es sorprendente que industrias que lideraron los incrementos de los
precios como la de Alimentos y Bebidas no muestren incrementos significativos en los
márgenes sobre los costos. Excepto casos como el de los metales comunes (que
aumentó fuertemente su mark up), el incremento de los márgenes como hipótesis
explicativa de la inflación parece ser insuficiente.
Cuadro 4 - Margen sobre los costos (mark up) aplicados en sectores seleccionados.
Porcentajes. 2001-2008
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Industria manufacturera 32% 41% 34% 31% 32% 35% 32% 31%
Alimentos y bebidas 29% 28% 20% 24% 25% 25% 27% 29%
Textil, confección, cuero y
calzado 24% 35% 25% 24% 26% 30% 26% 27%
Papel y productos de papel 34% 39% 44% 39% 37% 37% 37% 36%
Sustancias y productos químicos 58% 80% 66% 56% 58% 60% 57% 52%
Caucho y plástico 26% 36% 32% 27% 24% 25% 24% 24%
Vidrio 36% 28% 51% 49% 49% 50% 44% 39%
Metales comunes 30% 79% 63% 60% 56% 57% 49% 43%
Autos y sus partes 9% 32% 33% 14% 15% 17% 16% 15%
Electricidad, gas y agua 54% 72% 58% 39% 41% 41% 39% 42%
Construcción 28% 37% 31% 31% 30% 31% 32% 33%
Comercio 27% 25% 25% 27% 28% 27% 29% 30%
Nota técnica: el margen bruto (mark up) fue obtenido como el resultado bruto (ventas – costos primos) sobre los costos primos
(compras de insumos y demás gastos asociados a la producción).
Fuente: elaboración propia en base a AFIP.
Sin embargo, el mantenimiento de los márgenes en niveles similares o aún
superiores a los de finales de la convertibilidad no significa que los diversos sectores
hayan mantenido niveles de rentabilidad similares a los de aquellos años. En el cuadro 5
se presenta la tasa de ganancia en los mismos sectores en que antes analizamos los
márgenes sobre los costos. En este cuadro se observa un incremento espectacular de la
rentabilidad empresarial en todos los sectores excepto los servicios de electricidad, gas
y agua, donde disminuye.
La clave para explicar la aparente paradoja entre márgenes similares con tasas de
ganancia tan diferentes, se encuentra en la expansión de la actividad económica que
permite una mayor velocidad de recuperación del capital y una drástica disminución de
-
44
los gastos fijos por unidad de producto. Ello conduce a pensar que podrían regularse los
precios (con la consiguiente reducción de los márgenes empresariales) en algunos
sectores donde se están obteniendo tasas de rentabilidad extremadamente elevadas.
Incluso, en el caso de regularse los precios de ciertas industrias básicas como los
metales comunes, mejoraría la competitividad de las demás industrias que utilizan sus
productos como insumos.
Sin embargo hay que tener en cuenta que más allá de la regulación de algún
sector puntual, la elevada rentabilidad promedio de la industria es uno de los objetivos
explícitos del modelo económico en curso. De lo contrario, más sencillo que regular los
precios sería apreciar el tipo de cambio, incrementando el peso de la competencia
externa sobre la industria local.
Cuadro 5 - Tasa de ganancia en sectores seleccionados. Porcentajes. 2001-2008
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Industria manufacturera 4% 11% 14% 13% 16% 22% 19% 18%
Alimentos y bebidas 5% 12% 9% 7% 7% 12% 15% 18%
Textil, confección, cuero y calzado 5% 9% 17% 10% 11% 21% 13% 10%
Papel y productos de papel 4% -9% 16% 11% 11% 15% 14% 15%
Sustancias y productos químicos 6% 7% 18% 15% 19% 23% 22% 20%
Caucho y plástico 6% 4% 15% 14% 15% 17% 15% 11%
Vidrio 2% 0% 8% 15% 18% 21% 20% 21%
Metales comunes 6% 26% 14% 29% 25% 29% 26% 23%
Autos y sus partes 1% 0% 15% 7% 14% 28% 18% 17%
Electricidad, gas y agua 4% 4% 3% 1% 0% 9% 4% 0%
Construcción 4% 3% 7% 5% 9% 18% 15% 15%
Comercio 7% 7% 17% 12% 15% 24% 18% 19%
Nota técnica: la tasa neta de ganancia se calculó como las utilidades contables sobre el patrimonio neto, ambos al cierre del período. Las utilidades contables se obtienen deduciendo al resultado bruto, los gastos administrativos, financieros, y otros no asociados
directamente a las cantidades producidas.
Fuente: elaboración propia en base a AFIP.
En resumidas cuentas, los controles de precios pueden ser útiles para redefinir la
distribución del ingreso y la tasa de rentabilidad al interior de la industria y los
servicios. Sin embargo, no parecen ser suficientes para resolver el corazón de las
presiones inflacionarias originado en el elevado precio de los bienes primarios internos,
consecuencia del establecimiento de un tipo de cambio al nivel ―industrial‖ en un
contexto de encarecimiento internacional de las materias primas.
-
45
9 - EL COMBATE A LA INFLACIÓN BAJO UN RÉGIMEN DE
TIPO DE CAMBIO COMPETITIVO
A partir de la hipótesis esbozada en este trabajo sobre las tensiones que desatan
la inflación bajo la política de tipo de cambio industrial competitivo, se derivan dos
grandes líneas de políticas de estabilización de precios (ver ilustración 2). La primera,
de corto plazo, descansa fundamentalmente sobre la reducción del precio interno de
ciertos bienes claves como los alimentos y el petróleo, en relación a su valor
internacional. Estos son sectores que gozan de una extraordinaria rentabilidad
determinada conjuntamente por su elevada productividad relativa (producto de la
explotación de un recurso natural no renovable) y por los altos precios tomados del
mercado mundial al tipo de cambio general.
El tipo de cambio competitivo busca reflejar la competitividad industrial
relativamente menor a la de estos sectores. Pero de esa manera, acentúa la rentabilidad
extraordinaria de los mismos al elev