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Día Mundial del Corazón
Prevengamos las enfermedades cardiovasculares
Hoy es el Día Mundial del Corazón, una oportunidad para reflexionar
acerca de nuestro estilo de vida y recordar que las elecciones que
hagamos en el presente determinan la calidad de nuestra salud y
bienestar futuro.
Las patologías cardiovasculares representan una de las principales
causas de mortalidad alrededor del mundo, diferentes investigaciones
han mostrado que la existencia de ciertas características individuales,
denominadas factores de riesgo, se asocia con mayor probabilidad
de sufrir este tipo de enfermedades.
Entre los factores de riesgo más importantes se encuentran la edad
avanzada, el consumo de cigarrillo, la elevación de la presión arterial,
el incremento en los niveles de colesterol y la presencia de diabetes
mellitus.
Otros factores menos significativos son la
raza, el género, la obesidad, el
sedentarismo, el tipo de personalidad, el
estilo de vida, las condiciones del medio
laboral, los antecedentes familiares, los
trastornos hormonales de la menopausia
y el aumento en el nivel de triglicéridos,
entre otros.
Algunas de las condiciones mencionadas
hacen parte de la naturaleza del individuo
y no pueden ser revertidas (factores no
modificables) mientras que otras están
relacionadas con el estilo de vida y/o con
alteraciones orgánicas que pueden ser
eliminadas o controladas mediante
cambios de actitud y/o intervención
médica (factores modificables).
Los factores no modificables son los
genéticos (el riesgo aumenta cuando
existen antecedentes de enfermedad
cardiovascular en familiares en primer
grado de consanguinidad), el género
La prevención es la mejor
herramienta para reducir la
mortalidad por enfermedad
cardiovascular. Entre los
factores de riesgo se
incluyen:
Los factores no
modificables son los
genéticos (el riesgo
aumenta cuando existen
antecedentes de éstas en
familiares en primer grado
de consanguinidad); género
masculino (más frecuentes
antes de los cincuenta años
por el efecto protector de
los estrógenos femeninos
hasta la aparición de la
menopausia) y la edad
(después de los cuarenta
años en el hombre y de los
cincuenta en la mujer).
Los factores modificables
son el tabaquismo, el
exceso de colesterol en
sangre, la presencia de
hipertensión arterial,
diabetes mellitus y
obesidad, el sedentarismo y
algunos trastornos de
orden psicológico y
afectivo.
(mayor frecuencia en el sexo masculino antes
de los cincuenta años por el efecto protector de
los estrógenos femeninos hasta la aparición de
la menopausia) y la edad (después de los
cuarenta años en el hombre y de los cincuenta
en la mujer).
Los factores modificables son el tabaquismo, el
exceso de colesterol en sangre, la presencia de
hipertensión arterial, diabetes mellitus y
obesidad, el sedentarismo y algunos trastornos
de orden psicológico y afectivo.
El consumo de cigarrillo es el factor más
difundido alrededor del mundo, los fumadores
tienen un riesgo dos veces mayor de
enfermedad cardiovascular y tres veces mayor
probabilidad de muerte después de un infarto
cardíaco, así mismo, la exposición crónica al
humo del cigarrillo de que son objeto los
fumadores pasivos aumenta en una proporción
variable el riesgo de estas patologías.
El exceso de colesterol, una sustancia grasa
que circula normalmente en el organismo, lleva
Recuerda:
La hipertensión trae como
consecuencia un incremento en
el trabajo del corazón y
ocasiona una lesión directa de
las paredes de las arterias que
predispone a la formación de
placas de grasa y a la
obstrucción del flujo de sangre
en los órganos afectados.
Niveles de tensión arterial por
encima de los valores normales
aumentan el riesgo de infarto
cardíaco en un treinta por
ciento y de trombosis o
hemorragia cerebral en un
cuarenta y cinco por ciento.
La diabetes mellitus produce
daño de los vasos sanguíneos y
arteriosclerosis acelerada que
dan lugar a un incremento
significativo del riesgo de
enfermedad cardiovascular, en
algunos estudios se ha
demostrado que una proporción
cercana al ochenta por ciento
de los pacientes diabéticos
puede presentar hipertensión
arterial, infartos cardíacos y
accidentes vasculares
cerebrales en algún momento
de su vida.
Cuida tu corazón
al depósito del mismo en las paredes de los vasos sanguíneos y a la
disminución consecuente del flujo de sangre a los tejidos.
Una fracción del colesterol, denominada HDL (Colesterol de Alta
Densidad), arrastra la sustancia al hígado y favorece su eliminación
del organismo, mientras que la otra fracción, denominada LDL
(Colesterol de baja Densidad), lo transporta por la circulación y
promueve el depósito en las células y las arterias.
La hipertensión trae como consecuencia un incremento en el trabajo
del corazón y ocasiona una lesión directa de las paredes de las
arterias que predispone a la formación de placas de grasa y a la
obstrucción del flujo de sangre en los órganos afectados. Niveles de
tensión arterial por encima de los valores normales aumentan el riesgo
de infarto cardíaco en un treinta por ciento y de trombosis o
hemorragia cerebral en un cuarenta y cinco por ciento.
La diabetes mellitus produce daño de los vasos sanguíneos y
arteriosclerosis acelerada que dan lugar a un incremento significativo
del riesgo de enfermedad cardiovascular, en algunos estudios se ha
demostrado que una proporción cercana al ochenta por ciento de los
pacientes diabéticos puede presentar hipertensión arterial, infartos
cardíacos y accidentes vasculares cerebrales en algún momento de su
vida.
La obesidad está presente en la tercera parte de los casos de
enfermedad cardiovascular, el exceso de grasa corporal incrementa al
doble el riesgo de estas patologías como consecuencia del aumento
en el trabajo del corazón y de la mayor predisposición a la aparición de
diabetes mellitus, aumento del colesterol sanguíneo y arteriosclerosis
generalizada.
La mayor parte de los pacientes con obesidad no llevan a cabo
ninguna actividad física, hecho que determina un riesgo adicional,
teniendo en cuenta que su organismo es más vulnerable frente a
quienes practican ejercicio en forma regular.
Las personas con ansiedad, depresión o estrés severo también se
encuentran expuestas a un riesgo dos veces mayor de enfermedad
cardiovascular que las personas normales. La ansiedad es uno de los
principales factores de riesgo para hipertensión arterial y otras
patologías relacionadas especialmente en el sexo femenino; la
depresión se encuentra asociada con actitudes nocivas (consumo
excesivo de dulces o harinas en la dieta, tabaquismo, alcoholismo)
que predisponen a tales condiciones clínicas.