1
ARTE EN PERSPECTIVA PSICOSOCIAL
ANGIEE CAROLINA OSORIO BETANCOURT
UNIVERSIDAD CATÓLICA POPULAR DEL RISARALDA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA PRÁCTICAS ACÁDEMICAS
PEREIRA 2011.
2
Arte en Perspectiva Psicosocial
Angiee Carolina Osorio Betancourt
Informe de Práctica Académica
Gina Marcela Arias Rodríguez Psicóloga Social
Universidad Católica Popular del Risaralda Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Programa de Psicología Prácticas Académicas
Pereira 2011
3
Dedicatoria.
A mi madre, por sus afectos incondicionales que han sido aliento y fuego interno.
A todos los cómplices del camino que me han enseñado que en este país de sueños rotos, el arte
más que una herramienta es una alternativa vital.
4
Agradecimientos.
Se expresan agradecimientos a:
La fundación cultural Rayuela de Bogotá, por colorear de inspiración las búsquedas desde los
horizontes del arte y la psicología.
La fundación cultural Crearte de Pereira, por hacerle mérito a su nombre y permitirme crecer allí.
Claudia López, por vivir y amar el arte.
Gina Arias y Diana Betancourt por los aprendizajes, la confianza brindada y la fuerza que
emanan como seres.
5
Tabla de Contenido.
Introducción. .................................................................................................................................... 9
1. Presentación de la Organización o Sitio de Práctica. ................................................................ 9
1.1 Organigrama ......................................................................................................................... 112. Diagnóstico del Área de Intervención o Identificación de las Necesidades. ............................ 11
3. Ejes de Intervención. .................................................................................................................. 13
4. Justificación de los Ejes de Intervención. .................................................................................. 14
5. Marco Teórico ............................................................................................................................ 15
5.1 Introducción al Marco Teórico. ........................................................................................... 155.2 Teatro Efímero: Una Experiencia a Dialogar. ...................................................................... 155.3 La Vida un Valor Transgredido. ........................................................................................... 205.4 La Perspectiva Psicosocial: un Compromiso Social y Político. ........................................... 245.5 Arte y Convivencia para la Paz. ............................................................................................ 275.6 El Rol del Psicólogo Social en Actividades de Gestión Cultural. ........................................ 31
6 Propuesta de Intervención. ...................................................................................................... 33
6.1 Eje I. ...................................................................................................................................... 336.1.1 Nombre del eje de intervención. Apoyo en procesos de gestión cultural con enfoque psicosocial. .............................................................................................................................. 336.1.2 Objetivo general del eje.. ................................................................................................ 336.1.3 Objetivos específicos del eje. ......................................................................................... 336.1.4 Estrategias de acción para alcanzar los objetivos.. ......................................................... 346.1.5 Procedimiento desarrollado. ........................................................................................... 346.1.6 Población con la que se está desarrollando el eje. .......................................................... 386.1.7 Cronograma de actividades planteadas para práctica II. ................................................ 386.1.8 Presentación y análisis de resultados. En términos de las acciones logradas: ................ 39
6.2 Eje II ...................................................................................................................................... 416.2.1 Nombre del eje de intervención. Arte en perspectiva psicosocial. ................................. 416.2.2 Objetivo general del eje.. ................................................................................................ 416.2.3 Objetivos específicos del eje. ......................................................................................... 416.2.4 Estrategias de acción para alcanzar los objetivos.. ......................................................... 416.2.5 Procedimiento desarrollado. ........................................................................................... 416.2.6 Población con la que se está desarrollando el eje.. ......................................................... 43
6
6.2.7 Cronograma de actividades. ........................................................................................... 436.2.8 Presentación y análisis de resultados. A partir de las acciones implicadas en este eje: . 44
6.3 Dificultades presentadas. ...................................................................................................... 447. Conclusiones. ............................................................................................................................. 45
8. Recomendaciones. ...................................................................................................................... 46
9. Referencias. ................................................................................................................................ 47
10. Apéndices. ................................................................................................................................ 48
7
Lista de Apéndices.
Apéndice 1. Equipo de Crearte. ................................................................................................................................... 11Apéndice 2. Sesiones de trabajo. .................................................................................................................................. 36Apéndice 3. Material Fotográfico. ............................................................................................................................... 49
8
Síntesis.
Este documento da cuenta del proceso de práctica adelantado en la fundación cultural Crearte, en
la ciudad de Pereira, durante el primer período del año 2011; en el que, se conjuga desde la praxis
los horizontes del arte y la psicología social en el proyecto general de sumarse a las iniciativas
para la construcción de una cultura de paz en Colombia.
Descriptores: Arte, intervención psicosocial, convivencia pacífica, dignidad humana.
Abstract.
This document describes the process of practice advanced in the Cultural in Foundation Crearte,
in the city of Pereira, during the first period of 2011, in which is, conjugated from the praxis the
horizons of art and social psychology in the overall project to join to the efforts to build a culture
of peace in Colombia.
Descriptors: Art, psychosocial intervention, peaceful coexistence, human dignity.
9
Introducción.
La Fundación Cultural Crearte es una organización del sector no gubernamental, nacida en la
región cafetera en julio de 1990, que ha trabajado en esencia la promoción del arte como un eje
vital de la cultura y la sociedad, generando para esto, espacios de creación y acción cultural.
Entendiéndolo como una posibilidad de libre expresión del pensamiento, se visiona promover
procesos donde el arte sea una metodología de trabajo hacia la creación pero también la
incidencia social.
Actualmente, Crearte hace el ejercicio de plantear conversaciones para re-pensarse como
agente social, valorando su interés y su campo de acción desde las posibilidades que ofrecen las
estrategias creativas e interesada en servirse de sus fortalezas en este aspecto, para emprender
acciones sociales dotadas con intencionalidad desde el trabajo artístico. El lugar de practicante
del área de psicología social, ha permitido aportar en estos diálogos en la idea de fortalecer la
proyección ético-política implícita en el pensar no sólo el cómo sino el para qué de la acción;
conversaciones fundamentales que se declaran en proceso constante de retroalimentación, pero
que en permitieron en el proceso de práctica, clarificar una apuesta fundamental: que el arte tiene
por hacer y decir ante el reto de construir una cultura de paz en unas condiciones contextuales
propias de nuestro país, que le son, plenamente antagónicas. Esta reflexión sembrada a la luz de
otras experiencias, es esencial porque a partir de ella se articulan las acciones propias del proceso
a documentar acá, planteadas para un período de cinco meses, que va del 22 de febrero al 22 de
julio de 2011.
1. Presentación de la Organización o Sitio de Práctica.
La Fundación Cultural Crearte es una organización del sector no gubernamental, nacida en la
región cafetera en julio de 1990, que ha trabajado en esencia la promoción del arte como un eje
vital de la cultura y la sociedad, generando para esto, espacios de creación y acción cultural,
compromiso en torno al cual reseñan las siguientes como actividades más notorias:
10
Como antecedente se da origen en 1989 a la Escuela de artes escénicas en el barrio La pradera
(Dosquebradas). Entre las dinámicas de creación artística se realizan presentaciones de la obra
recreativa y teatral “En tu día te regalamos una muñeca”; se constituye el taller integral para
niños y jóvenes en las áreas del teatro, títeres, música, expresión corporal, literatura, artes
plásticas en convenio con las empresas diferentes empresas; se crea el Grupo Teatral Crearte, con
el cual se han montado las siguientes obras “La ceremonia” de Gilberto Martínez, “El despetar”
de Darío Fo, “Los recuerdos de la abuela”, “Don Pincel y la Casa de los Cien Colores” del
escritor pereirano Nelson Espinosa.
La dirección general de la fundación está a cargo de una psicóloga y maestra de artes
escénicas quien desde 1996 asume la dirección del Grupo Escuela de Teatro del Instituto de
Cultura al Fomento al Turismo de Pereira, ligado este proceso a la Fundación se generan doce
puestas en escena. En 1999 en la idea de aportar en procesos de transformación social desde el
arte realizó montajes con temas de prevención en salud en convenio con el Instituto Municipal de
Salud, creando cuatro montajes. Desde 1999 después de tener experiencias de participación desde
las propuestas de ritual teatral y teatro del invisible retoman la idea de hacer una puesta en escena
asumiendo la dirección de obras cortas, dentro de las cuales resaltan: “La mujer que llegaba a las
seis” de García Márquez, “El cerdo de Oro” de Mario Fratti; además realiza 25 presentaciones de
la obra “El madrigal” por todo del departamento de Risaralda. Después de esto figura la
ejecución de una obra infantil con contenido ambiental por parte del Grupo Teatral Crearte,
denominada “¡¿Y si no fuera un cuento?!” en la inquietud de promover consciencia social a
través del arte.
Crearte se plantea como misión “promover el arte como un espacio apropiado para la
expresión de todo pensamiento por medio del Teatro, títeres, música, expresión corporal,
literatura, artes plásticas e involucrando la sociedad, el pensamiento creativo y el desarrollo de las
actuales generaciones.” (Mejía, Fundación Cultural Crearte); y, leyendo el arte leído como una
posibilidad de expresión libre del pensamiento se visiona promover procesos donde el arte sea a
su vez forma de aprendizaje, de expresión y de transformación. Actualmente la idea es pensar y
actuar desde el arte para incidir en contextos comunitarios y espacios públicos, desde este campo
de acción donde el arte se orienta en clave de acción social se articula la práctica; así la fundación
11
cuenta el área de psicología social apoyada además por la directora, y, con un colectivo artístico
que surgió inicialmente en la idea del Grupo Teatral Crearte, pero que desde entonces se ha
transformado y se reorganiza también en la idea de permitir la reflexión en torno al hacer arte con
intencionalidades más a la de expresión estética en sí misma. Hoy en día, este grupo base que
empieza a reorganizarse cuenta con cuatro jóvenes artistas del proceso del Grupo Escuela.
1.1 Organigrama.
Apéndice 1. Equipo de Crearte.
Fuente: Elaboración Propia.
2. Diagnóstico del Área de Intervención o Identificación de las Necesidades.
Las condiciones del inicio de la práctica tienen que ver con la situación en la que se encuentra la
fundación desde el momento mismo de arranque. La historia de Crearte como una entidad
12
encargada en la promoción del arte y la cultura, señalan una trayectoria importante en el campo
de la formación y creación artística por sus diferentes procesos pedagógicos adelantados, en los
que figura una escuela de artes, el proceso del Grupo Escuela y la conformación antigua de un
Grupo de Teatro Base, es decir, un colectivo de artistas propiamente ligado a la fundación que en
el momento estaba desarticulado. La directora de la fundación, Claudia López de Mejía, quien ha
sido un agente clave en todo el proceso por haber liderado todas las iniciativas a lo largo de la
existencia de Crearte, plantea en conversaciones sostenidas para identificar el estado actual de la
fundación y su idea al recibir una practicante en el área de psicología social que, Crearte ha
tenido intereses e iniciativas de generar procesos de intervención en contextos comunitarios
desde el arte, que no se han fortalecido por sostener dinámicas de creación artística que
consumieron mucho tiempo, como el proceso del Grupo Escuela; pero que actualmente su interés
bordaba por retomar este camino de posibilidades de acción social desde el arte; en esta vía, su
idea de la práctica apuntaba al fortalecimiento de estos procesos.
Es así, que se evalúa primero la importancia del Grupo Base de Teatro y se propone
convocarlos pues representan un apoyo en los procesos que se piensen de creación e incidencia.
Se organiza de esta forma, una sesión en la que se pretendía generar acuerdos, compromisos y en
la que se socializa la experiencia de exigibilidad de derechos desde el arte, agenciada por la
fundación cultural Rayuela en Bogotá, para, movilizar a través de ésta un espacio de diálogo que
en primera medida, tenía la intención de recoger significaciones sobre la razón de ser de la
fundación cultural Crearte y por tanto sobre su apuesta social; y, en segunda medida direccionar
el diálogo hacia el horizonte de arte y acción socio-política, por lo que se orienta la reflexión de
tal socialización bajo la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las condiciones de la vida en el contexto
social, político, cultural del que hacemos parte?
El arte desde acá es puesto en la mira de dos preguntas: ¿qué hacemos? elementos de
creación, elementos estéticos-, y ¿con qué sentido lo hacemos? –intencionalidad; pues como
puede entenderse, un proceso de creación artística no implica necesariamente que se piense un
sentido de la acción. Considerar en esta dirección, que desde allí se pueden plantear prácticas
como la de Rayuela postulada como una práctica que fusiona el horizonte de la práctica artística
con el de las prácticas contra-hegémonicas, plantea que a través de este se pueden establecer
13
procesos de incidencia social que movilicen la toma posición frente a los ordenes sociales que
marginalizan, excluyen y oprimen.
Esta sesión de trabajo y su continuidad en los siguientes encuentros, fueron esenciales para el
diagnóstico de las necesidades de la fundación porque concertadamente con los actores de la
misma, se develan dos apuestas fundamentales en Crearte, primero, una inquietud marcada por
generar consciencia social a través del arte, y segundo en relación a asumir el arte como una
posibilidad para fomentar el libre pensamiento y la libre expresión. El compartir la experiencia de
Rayuela, genera sensibilidad ante la condición de la vida como un valor amenazada en un
contexto como el nuestro caracterizado por las violencias, las inequidades, las injusticias (etc.), y
despierta –de acuerdo a las aseveraciones de los implicados- una motivación a tomar
posicionamiento crítico y político desde el arte; de forma que, se acuerda una nueva
consolidación del Grupo Base con quienes asistieron (cuatro jóvenes actores), y encuentros de
trabajo periódicos que desde tienen el matiz de pensar el arte desde su implicación y compromiso
social y político. Estos diálogos clarifican tanto la visión social de la directora de la fundación
como de los artistas involucrados, apunta a generar procesos donde se defienda la vida y la
dignidad humana desde el arte, como posibilidad de mediar en la búsqueda de transformaciones
sociales. En uno de estos encuentros afirma la directora: “Como artistas somos defensores de la
vida”.
3. Ejes de Intervención.
Los diálogos sostenidos para evaluar la necesidad a intervenir en el acompañamiento desde el
proceso de práctica, situaron con especificidad una demanda por generar un acompañamiento que
fortaleciera esa apuesta por pensar y hacer desde la responsabilidad social del arte ante los retos
y conflictos que plantea la sociedad actual Esto como directriz general y en la mira de las
posibilidades actuales de acción en la fundación, se da origen al planteamiento de los dos ejes de
intervención.
El primer eje titulado “Apoyo en procesos de gestión cultural” comprende las actividades de:
A. Diseño y planeación de proyectos de intervención psicosocial con comunidades vulnerables.
14
B. Ejecución de proyectos adelantados por la fundación con comunidades vulnerables. C. Demás
actividades propias de los procesos de gestión y agenciamiento de propuestas (como visitas y
acuerdos institucionales, promoción de los programas a intervenir, convocatorias de los
participantes, preparación de informes, etc.).
Bajo el segundo eje “Arte en perspectiva psicosocial”, se contempla la iniciativa puesta en
marcha de un espacio interno de trabajo con el nuevo Grupo Base de Teatro y la directora de la
fundación, organizado en encuentros periódicos y cuyos objetivos centrales pasan por generar
reflexión y acción desde el arte en el campo de la defensa a la vida y la dignidad humana.
4. Justificación de los Ejes de Intervención.
A continuación se plantea en términos concretos las razones que dan origen a los dos ejes de
intervención previamente mencionados. El primer eje de intervención (““Apoyo en procesos de
gestión cultural”) nace como condición esencial del construir propuestas desde el arte como un
campo que no es del todo usual o común para hacer intervención psicosocial; esencial en la
medida que lo integran todas las acciones que si no se ejecutan imposibilitan la materialización
de las propuestas. Novedoso, en la medida en que las posibilidades del arte están puestas en la
mira de incidir en la vida social, pública y comunitaria, trascendiendo de una esfera simplemente
estética, a un campo pensado para generar efectos concretos; es decir, se explora el arte como
metodología de intervención psicosocial, y desde allí se plantea la orientación de las acciones de
gestión. La utilidad en este sentido se corresponde con la efectividad del arte como metodología
de acción, pues, cercano a la vida cultural y a los lenguajes sociales llega efectivamente como
una estrategia no tradicional que desde el espíritu lúdico apela a la movilización de objetivos
definidos.
El segundo eje (“Arte en perspectiva psicosocial”) nace en la idea de generar un proceso de
fortalecimiento a nivel interno de la fundación de la visión socio-política del arte, proyectado a
partir de múltiples encuentros de trabajo, hacia la creación de un montaje artístico en el campo de
los derechos humanos para movilizar crítica social y generar opinión pública. Esto es novedoso
en la medida que se parte del análisis de una experiencia de exigibilidad de derechos desde el arte
15
adelantada en Bogotá, para empoderar un proceso propio donde el devenir abre campo a las
significaciones, al dialogo continuado, a la exploración de mensajes sociales desde el cuerpo y las
posibilidades del arte. Útil resulta en dos sentidos: primero, en cuanto permite apropiar desde el
hacer mismo del artista una posición crítica desde la que se reconozca un sentido y una intención
al poner el arte en con unos matices políticos en la escena de lo social; y por otro, por la
efectividad de los lenguajes del arte en la movilización en el ámbito público, de símbolos y
mensajes que se cifran en la apuesta por construir y despertar acciones hacia una cultura pacífica.
5. Marco Teórico
5.1 Introducción al Marco Teórico.
La construcción de este marco teórico tiene precisamente que ver con los diálogos a la luz de los
cuales se empieza a organizar la experiencia de acción y que dan cuenta de la base misma del
proceso de intervención. Se parte por el relato de la experiencia de teatro efímero, una propuesta
de exigibilidad de derechos y resistencia agenciada por la fundación cultural Rayuela en la ciudad
de Bogotá; de esta, se abre paso a un apartado sobre la vida como un valor esencial al hablar de
derechos humanos, transgredido además por los valores de un modelo de sociedad que en su
tendencia al individualismo promueve la injusticia y la indiferencia social; para avocar en una
reflexión que sitúa el arte en perspectiva psicosocial, es decir, que plantea la forma en que se
piensa para accionar en la dimensión de la defensa a la vida y la dignidad humana, pues de
acuerdo a los diálogos desde la fundación cultural Crearte, el horizonte claro de acción tiene que
ver con fortalecer procesos para aportar en la construcción de una cultura de paz; por último se
suma un apartado sobre la importancia del trabajo del psicólogo social en actividades de gestión
cultural en esta perspectiva.
5.2 Teatro Efímero: Una Experiencia a Dialogar.
El compartir la experiencia de trabajo que adelanta la fundación cultural Rayuela en la ciudad de
Bogotá, específicamente en su propuesta de “Teatro efímero”, posibilitó generar reflexiones
sobre la dimensión socio-política del arte, que es esencial tanto para el caso de Rayuela como
16
para Crearte en sus búsquedas actuales, pues, se trata de perspectivas de acción donde el arte
adquiere un nivel de compromiso mayor a la expresión por expresión estética meramente y se
sitúa en el plano de intencionalidades definidas que hacen de él una fuerte estrategia para incidir
en contextos específicos.
La fundación cultural Rayuela, nacida en 1996 en la capital, desde sus inicios se liga al arte
comunitario en el campo de los derechos humanos; dedicándose al agenciamiento de estrategias
creativas, dispositivos pedagógicos e iniciativas de actuación pública direccionadas a promover
la inclusión, el desarrollo social, la apropiación de los derechos humanos, abordando además
como su campo fundamental de trabajo, el tema de la memoria en nuestro país en relación a la
apuesta por aportar en la promoción y construcción de una cultura de paz.
Dentro de sus procesos, “Teatro efímero” se asume como un antecedente que esclarece
posibilidades de incidencia desde el teatro en un campo minado por los lenguajes de la violencia.
Se trata de una propuesta de exigibilidad de derechos y resistencia civil al autoritarismo y a la
violencia con hombres y mujeres jóvenes, y deviene en una experiencia de formación y de
actuación pública en el campo de los derechos humanos que surge en el 2004 en respuesta al
creciente número de homicidios de jóvenes en el sector de Altos de Cazucá, y que gracias al
apoyo de Save the Children Suecia y War Child Holanda, ha sido replicada en Bogotá, Medellín
(Antioquia), Puerto Caicedo (Putumayo), Líbano (Tolima), Barranquilla (Atlántico), La Dorada
(Caldas), y Ocaña (Norte de Santander).
En el 2003 Save the Children Canadá convoca a tres organizaciones: la Corporación Siembra,
la Corporación Taller de Vida y la Fundación Cultural Rayuela, para agenciar el proyecto
“Procesos educativos en la construcción de paz con niños, niñas y jóvenes afectados por el
conflicto armado en Colombia”; se tenía la intención general de promover y construir
experiencias de educación formal y no formal, y, escenarios de incidencia política que motivaran
la participación de niñas, niños y jóvenes, su inclusión y expresión pública desde un enfoque de
derechos humanos; Rayuela es invitada a trabajar en el municipio de Soacha, mientras las otras
en Usme.
17
Dentro de esta iniciativa de trabajo donde las acciones las orientan a promover la participación
de la comunidad hacia un proyecto cultural que favoreciera la paz y la convivencia, Rayuela
recurre como estrategia a los lenguajes artísticos, y es dentro de ella que va surgir teatro efímero
como respuesta a la situación vivida por los hombres y mujeres jóvenes en Altos de Cazucá,
víctimas de asesinatos permanentes en la zona atribuidos a una campaña de ‘limpieza social’ por
parte de paramilitares del Frente Capital de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) y
asumido por la administración municipal como ‘guerra entre pandillas’ (Rubio y Torres, 2006).
En el transcurso del mes de diciembre de ese año, 30 personas iban asesinadas y en el sector
se rumoraban nuevas jornadas de ‘limpieza’. Rayuela consideraba necesario promover una
propuesta para resistir a la violencia y al miedo impuesto, pero que emergiera y se expresara a
partir de la movilización de la misma comunidad. Bajo esta idea dan curso a una propuesta de
animación sociocultural llamada ‘Cazucá también vive Navidad’, que fue una especie de festival
itinerante en el que se celebraban las novenas con la comunidad reuniendo a artistas de todo el
sector. En el fondo esto pretendía llegar a la comunidad y buscar su expresión pública en un
contexto de control e imposición a través del miedo y el autoritarismo; se relata que fue “[…] una
propuesta de acción social cuyo propósito fundamental fue hacer presencia en la zona en un
momento de crisis, movilizar a la comunidad y buscar su expresión pública. Nosotros
pensábamos: si los violentos quieren encerrar a la gente valiéndose del miedo, la única respuesta
posible es que la gente salga, que se “tome” la calle, que “desobedezca”. Entonces recurrimos a
nuestro lenguaje fundamental: el arte.” (Rubio y Torres, 2006, 92)
Los resultados fueron satisfactorios, se movilizaron 2500 personas durante los ocho días del
evento; y es partir de esta experiencia que, según reseñan Rubio y Torres (2006), empieza a
tomar forma la idea de generar un movimiento de resistencia civil juvenil para hacer frente a la
limpieza social y al autoritarismo en Altos de Cazucá. Así, teatro efímero nace en la idea de
generar acción social a través del arte en defensa de la vida de los hombres y mujeres jóvenes;
planteado como un teatro político, un teatro que irrumpe en la cotidianidad, que es “efímero” en
la calidad de la contundencia y rapidez para tomar los espacios y circular mensajes en clave de
resistencia y convivencia, y luego desvanecerlo: un teatro que deviene sin aviso, sin preparación
18
del escenario, porque el escenario puede ser la calle, el parque, la avenida, cualquier lugar; pero
un teatro que vuelve a aparecer en otro espacio, para reafirmarse como un acto de resistencia.
En este sentido, como se pretendía propiciar la aparición y la expresión pública de los jóvenes,
buscaban generar en ellos capacidad de acción dotada de apropiación de sentido; el proceso se
organizó en la experiencia de talleres que darían como resultado las acciones públicas, y, se
orientó bajo tres ejes temáticos: político, psicosocial y expresivo. En los talleres exploraban las
implicaciones de atreverse a romper los silencios impuestos, para lo que fue valiosa la posibilidad
de nombrar colectivamente, de posicionarse juntos frente a la comunidad; se configuran los
mensajes a escenificar en los espacios públicos, pero también se da lugar a la expresión de las
subjetividades, a la emergencia de significados en relación al autoritarismo y la violencia, y, la
apropiación de sentidos de la acción. La apuesta planteada entonces, asume a los jóvenes de los
contextos como sujetos-actores de sus propias vidas, en el entendimiento que la violencia los
atravesaba en su experiencia personal, íntima, vital; deviene así en un trabajo que se orienta a
entrecruzar la política, los derechos humanos con la experiencia personal bajo la directriz que el
primer territorio de paz es el propio cuerpo.
Es preciso considerar además que Teatro efímero, aunque nace en ese contexto de trabajo en
Altos de Cazucá, continúa más allá de esta experiencia en la intención de generar propuestas
escénicas para irrumpir en el ámbito público con intervenciones en diferentes escenarios
(parques, calles, vehículos de transporte público, etc.) para circular mensajes que reivindican la
vida y la dignidad humana. En esta perspectiva de trabajo desde el arte, Teatro efímero se liga a
las acciones de memoria adelantadas por la fundación Rayuela, de las cuales son representativos
los “Monumentos a la Dignidad y la Memoria” como una propuesta de trabajo sobre el tema de
memoria que plantea la posibilidad de visibilizar los daños y dimensionarlos; consiste en la
puesta en espacio público de bloques blancos que representan víctimas caídas por la violencia en
Colombia y que crean en el espacio dispuesto la sensación de un cementerio.
Ambas propuestas (la de teatro como los monumentos), en ocasiones convergen para decir
“No más”, para resistir a la aceptación de las violencias, a la indolencia ante la realidad social
velada por los juegos sistemáticos de ocultamiento; es una negación rotunda a la indiferencia y a
19
la validación de cualquier justificación de las muertes, pues ninguna, ninguna desde la visión
social y política de Rayuela es aceptable. La apuesta fundamental entonces: romper los silencios,
disputarse las calles, las consciencias, capturar las sensibilidades jugando con los lenguajes del
arte; haciendo así con el valioso campo de lo simbólico para invitar desde allí a que la
reconstrucción de las memorias de lo sucedido genere posibilidades de apropiación, de
resignificación y construcción de apuestas de acción.
De esta forma, la experiencia de Teatro efímero reivindica el arte como un lenguaje a través
del cual es posible movilizar contenido social y político, que, adquiere el matiz de resistencia en
una voz que reclama por la dignidad y la vida. El teatro aquí, aparece no como un fin en sí
mismo, sino como un medio de expresión y de acción política; que, con unos objetivos definidos,
sirve de estrategia para dar forma a acciones en la perspectiva de construcción de un proyecto
social de una cultura de paz; además, los efectos de las acciones alcanzadas por la fundación
Rayuela, dan cuenta que los lenguajes del arte apelan a la sensibilidad y posibilitan que las
personas en general lean, descifren, se interroguen, interpreten, apropien y jueguen con los
símbolos que se prestan en la disposición del espacio público.
Es por esto que, a partir de los diálogos tejidos con este referente desde la fundación cultural
Crearte, el arte se visibiliza como una opción de incidencia social, de denuncia, como un acto de
resistencia a las violencias e inequidades; y es visto como una opción viva e inspiradora para
tomar acción. Así, la experiencia de Rayuela en el proceso de acompañamiento de la práctica
permite unos primeros quiebres en las conversaciones, unas primeras rutas de acción para
sostener la construcción del compromiso socio-político de la fundación Cultural Crearte, para
empezar visionar y asumir posibilidades de actuación desde el arte en la consideración que la
lucha social por la construcción de una cultura de paz en nuestro país, estructuralmente
demarcado por las violencias, las inequidades y las injusticias, no le pertenece sólo algunos, sino
que nos implica a todos como sujetos políticos, constructores también de la realidad social de la
que hacemos parte.
Las reflexiones asumidas desde la fundación cultural Crearte implican entonces asumir la vida
como un derecho amenazado, la inminencia y la importancia de generar alternativas desde el arte
20
para la paz y la valoración de una perspectiva de trabajo en derechos humanos para la búsqueda
de reivindicar la dignidad humana. Los procesos actuales en los que se empieza a implicar esta
visión tienen que ver con los dos ejes de la práctica, por un lado la gestión de proyectos sociales,
educativos y culturales desde el arte, y por el otro, con la construcción de una acción pública para
abordar y generar opinión en las temáticas de derechos humanos.
5.3 La Vida un Valor Transgredido.
Quitar no es lo mismo que dar, verde no es lo mismo que amarillo así como asesinato no es igual
a respeto, violencia a dignidad o, muerte a vida. Los fenómenos de la naturaleza permiten
visualizar una tendencia en ella a la vida; las plantas, los animales, hasta los organismos
microscópicos son testimonio de un cierto orden que impulsa a la supervivencia de las especies y
que se compagina con la idea de la muerte de manera natural para mantener el equilibrio en el
inicio constante de nuevos ciclos. Para los antiguos griegos esta tendencia a la vida era llamada
Eros; pero, en la naturaleza humana podría decirse que Eros coexiste con su contracara, Thanatos,
el impulso a la muerte, a la destrucción: hechos antiguos como actuales, presentes en toda la
historia humana, como las batallas de conquista, las grandes guerras y todo tipo de violencias,
dan cuenta de relaciones y sucesos donde rige un thanatos trastocado por los juegos de poder
donde la vida se anula, se convierte en un signo tachado.
En la Colombia de hoy son muchos los eventos de la vida social que hacen ver la muerte
taponada hasta el fondo por dolor, miedo y sufrimiento; los antiguos ritos de transición de
indígenas antepasados han sido despojados de su sacralidad, la muerte saqueada de su cauce
natural; prueba de ello son las huellas de sangre que dejan los torbellinos de violencia, sombras o
invisibilidades ante los brillos de los grandes centros de adoración actuales: fábricas, industrias,
centros comerciales, etc; que parecen fomentar el espíritu creciente engendrado en la masa, la
petición a ser un individuo; voz que se agita y llega como un llamado a ser diferente de los
demás, un llamado a discrepar y a diferir.
La experiencia de Rayuela ejemplifica un contexto donde la muerte encuentra complicidad
obligada a los silencios que impone el autoritarismo y el miedo, se muestra como un relato donde
21
si a los jóvenes los matan ‘por algo será’, porque ‘quién sabe en qué habrán estado metidos’,
validando implícitamente su muerte; y es que, ¿deberían aceptarse los asesinatos y la violencia
bajo cualquier excusa o justificación? Esto invita a pensar sobre el valor de la vida en nuestra
sociedad y en los tiempos actuales, a lo que se le suma las condiciones de la cacería armada, en
los juegos de poder.
Luis de la Corte, Amalio Blanco y Manuel Sabucedo en “Psicología y derechos humanos”
(2004), plantean que una forma de ordenamiento del mundo social y la existencia particular
humana, tiene que ver con la entrega a ideales y valores que se acogen, desmantelan o sostienen
en la sociedad misma, y que son también encarnados por sujetos concretos. Desde acá plantean
que como seres humanos tenemos la capacidad para gestar actitudes y formas de actuación que
van en contra de la vida misma, como es posible visibilizar en múltiples experiencias como las
guerras de religión, los totalitarismos o los procesos de inquisición y conquista; es decir, ponen
de plano que estas posiciones que atentan contra la vida tienen un nivel de implicación que es a la
vez social como personal, que tiene cimientos en relaciones estructurales sociales, pero
concretadas en las experiencias y acciones de los sujetos.
Para estos autores la cultura occidental, los entornos sociales actuales bajo el modelo
imperante proliferan un tipo de identidad social individualista “<<egocéntrica>>”, es decir, que
promueve la diferenciación, la distinción, la distancia entre las personas. Plantean así, que
cuando este individualismo se asocia al declive de la solidaridad social, acompañado por el
modelo de sociedad occidental donde predomina una economía de mercado (industrialización,
urbanización, secularización) el sostenimiento pasa “por el consumo, la explotación de los
propios placeres, la búsqueda del bienestar y el disfrute del ocio.” (De la Corte, Blanco y
Sabucedo, 2004, 43)
En esta misma dirección, para el sociólogo Zygmunt Bauman (1943), en la sociedad actual el
vivir está del lado de una supervivencia que tiende a “lo no desechable”, es decir, a un curso
donde los individuos están invitados a cambiar de identidad una y otra vez en función del ritmo
de un mundo globalizado, donde, lo medios de comunicación, la publicidad, los anuncios
comerciales, son algunos ejemplos de la forma en que se movilizan complejos aparatos
22
ideológicos; se trata de una sociedad donde la competición se hace global, pero donde no todos
tienen las mismas posibilidades de responder, porque, las mayores posibilidades las tienen
quienes permanecen en el peldaño más alto del poder global, siendo conveniente a este modelo
las condiciones de desigualdad, de inequidad y de injusticia social.
Bauman (1943) dirá entonces que el arte de la vida líquida supone la aceptación de la
desorientación, la inmunidad al vértigo, la tolerancia a la ausencia de itinerario y dirección;
siendo esto parte de las tramas ideológicas de la sociedad capitalista que hacen sentir su
hegemonía en su objetivación desde las prácticas sociales, en las que enmascara su naturaleza
injusta y explotadora, en la mira de mercantilizarlo todo, instalándose como un dispositivo en las
subjetividades; así, los sujetos se vuelven actores de un sistema que desde esta perspectiva
pretende cosificar, volver todo objeto de consumo. La reflexión que se suscita en este sentido,
permite visibilizar que las dinámicas actuales de la sociedad influyen decisivamente en las formas
mismas de vincularnos como humanos y por tanto, en el valor a la vida atribuido, fomentado y
construido en las mismas relaciones sociales y de poder; caracterizadas desde el modelo
capitalista, según el autor, por las lógicas individualistas, de automatismo y masificación, que
reiterando, son encarnadas por sujetos concretos y por el sostenimiento de formas de
relacionarnos.
Asimismo, el tema de los Derechos Humanos íntimamente ligado a las reflexiones sobre el
valor de la vida, en la actualidad, da cuenta de grandes violaciones que visibilizan que el
reconocimiento jurídico es importante pero no lo es todo; los sucesos reiterados siguen dando
cuenta de la posibilidad de poner la vida en la dimensión más baja. La discusión previa, da cuenta
que no se trata tan solo de una estructura social violenta sino también de personas moviéndose en
los lenguajes de la violencia.
Para De la Corte, Blanco y Sabucedo (2004), los derechos humanos no sólo son la pretensión
de garantizar la integridad física, emocional y psicológica de los sujetos aislados, sino que,
también implican la idea de estructura social y convivencia, porque es el marco donde se efectúan
las relaciones de respeto o no la vida y la dignidad. Así, plantean que los valores o principios que
justifican los derechos humanos son la libertad, la igualdad y la solidaridad, y sobre estos
23
principios devienen en una propuesta ética que se coincide con el supuesto de igual dignidad de
todas las personas, de forma que,
“{…} la propuesta ético-política de los derechos humanos no nació en 1948 sino que fue
surgiendo a través de un proceso histórico aún en marcha, que algunos
nos atrevíamos a definir como la historia del descubrimiento de aquellas necesidades e
intereses que son comunes a toda la humanidad y a su especie y cuya insatisfacción
siempre ha generado y podría seguir fomentando sufrimiento, frustración, odio y
violencia a lo largo de todos los tiempos.” (De la Corte, Blanco y Sabucedo, 2004, 16)
Siguiendo esta idea, en el curso de la historia se va materializando una especie de conciencia
por la vida (lo que los autores llaman “conciencia humanitaria”), de la que sería un despliegue la
Declaración de los Derechos teniendo en cuenta que los terrores contra la vida son históricos;
siendo así que después de la segunda Guerra Mundial el 10 de diciembre de 1948, los
representantes de las Naciones Unidas suscriben la ‘Declaración Universal de los Derechos
humanos’ en busca del reconocimiento y aceptación del valor intrínseco de toda vida humana, lo
que equivaldría a hablar de dignidad. Más las violaciones perpetuadas desde entonces a la
actualidad dan cuenta que hay una implicación profunda de los contextos y de los valores
implicados en ellos; es decir, que el orden social plantea unas condiciones para que se den, y
formas de despliegue de respeto o no a estas bases o garantías que representan los Derechos
fundamentales.
Además, hablar de una “conciencia humanitaria”, para ellos, implica la posibilidad de destacar
las semejanzas entre las personas fomentando la capacidad de identificarse con el <<otro>> (más
allá de factores como género, cultura o clase social); dirán, “{…} exige la elevación de la vida al
más alto rango ético y la consiguiente subordinación de cualquier otro valor moral o creación
humana a las propias exigencias vitales.” (De la Corte, Blanco y Sabucedo, 2004, 15). Por tanto,
desde esta visión del asunto, el respeto a la vida implica el reconocimiento del otro como
semejante y próximo, y, un compromiso con valores universales.
24
Para Cornelius Castoriadis (1997), la conciencia explícita de sabernos creadores de nuestras
leyes, implica la posibilidad de cambiarlas; en relación a esto, habla de autonomía política en dos
ámbitos, en el de la deliberación colectiva y en el individual, que se ligan al pensar a los sujetos
como actores y constructores en el ejercicio libre de la reflexión y deliberación; libre dirá en la
medida que hay una posibilidad efectiva de participar en la discusión, deliberación y formación
de las leyes de su sociedad; precisamente eso pone en vía de considerar la perspectiva desde la
que se plantean posibilidades de actuación hacia unas condiciones estructurales caracterizadas
donde la vida es un valor amenazado. Tal que:
“Una estructura social como la que está vigente desde hace siglos, construida sobre la
cultura de la opresión, la fuerza y la imposición, vulnera los aspectos fundamentales de la
dignidad de las personas, incluso cuando no llegan a producirse situaciones de conflicto
abierto. La violencia enraizada en el sistema social hace que se desarrolle una <<ética de
la violencia>> y que los individuos adopten estrategias que perpetúen estas conductas,
justificando agresiones –más o menos soterradas- basadas en aspectos como el género, la
raza o la edad de las personas. Por eso es necesario –es vital- lograr la transición de esa
cultura de la violencia e imposición a una cultura de paz y no violencia.” (De la Corte,
Blanco y Sabucedo, 2004, 11).
5.4 La Perspectiva Psicosocial: un Compromiso Social y Político.
El apartado anterior permite dar contexto a la perspectiva dentro de la cual se inscribe el proceso
de práctica en la fundación cultural Crearte, donde hay una apuesta social y política por generar
procesos de transformación social desde el arte. A continuación se plantea brevemente qué
entender por una lectura en clave psicosocial, situada práctica social y política.
Hablar de lo psicosocial, implica un posicionamiento crítico frente a la acción social como
posibilidad de pensar y hacer frente a situaciones de conflicto social tan amplias como la guerra,
la desigualdad, la injusticia, y las violencias en general, en búsqueda de transformaciones y
bienestar para los seres humanos. Hay un antecedente de este término en los esfuerzos de las
disciplinas científicas y psicológicas de la segunda mitad siglo XX, que, buscaban explicarse
25
fenómenos colectivos e individuales alrededor del contexto bélico, en relación a preguntas por
sus efectos en los individuos y en las dinámicas relacionales. Cercano le es en este sentido el
concepto de “trauma” según Castaño, Jaramillo y otros (1998), pues dirán que bajo la fuerte
influencia del pensamiento freudiano, el concepto de ‘trauma individual’, posibilita pensar en las
huellas que los eventos de la vida instauran en las personas; indicando que es preciso considerar
que bajo esta mirada se focaliza y da prioridad a un devenir psíquico individual en discrsos
médicos y psicológicos en perspectiva patologizante; por lo que resultaba insuficiente a la
comprensión de los fenómenos y dinámicas entre individuos y grupos.
Acompañando a los esfuerzos de teorización, el trabajo social recibe una fuerte influencia de
los contextos históricos en los que se fueron sucediendo movimientos sociales y políticos de
defensa a la vida en articulación con el discurso de los derechos humanos que es propio de la
modernidad, y al que lo psicosocial termina íntimamente ligado en la posibilidad de un marco
ético-político del trabajo social (Castaño, Jaramillo y otros, 1998); quedando claro que esto exige
una postura crítica frente a los fenómenos sociales, la distribución y el orden social, para situar la
acción en la defensa de la dignidad y la vida, en tanto que:
“Los conceptos de autonomía, libertad y respeto sustentan la ética del trabajo psicosocial.
Estos conceptos se erigen en principios en la concepción moderna de la persona; la
dignidad como autonomía y como inherente a todo ser humano adquiere una categoría
ética, política, jurídica y psicológica. La dignidad es el valor fundante intrínseco de los
Derechos Humanos […]” (Castaño, Jaramillo y otros, 1998, 22)
Pensar en esta vía lo psicosocial, invita a considerar en un lugar especial la vida, tanto como
horizonte de la acción (en la defensa de condiciones dignas) como valor universal que atraviesa
todo contenido y objetivo de la acción misma en los procesos de intervención; implicando así,
una posición orientada a la búsqueda y fomento de condiciones donde se respeten las
posibilidades de expresión de la autonomía y la voluntad humana, involucradas en la noción de
dignidad. Asimismo, la perspectiva psicosocial plantea considerar la forma en que se acuña lo
individual y lo colectivo, pues desde acá, no se tratan de asuntos aislados, superpuestos o con
intercambios unidireccionales; el término psicosocial plantea por el contrario,
26
“{…} una forma de comprensión de los fenómenos humanos en una perspectiva
relacional, en lo referente al sujeto y a su entorno afectivamente relevante, en donde se
construyen los símbolos, significados y significantes de manera interactiva. Denota
igualmente, la forma de comprensión de fenómenos desde lo subjetivo y desde lo social a
tiempo que, permite delinear unas formas de acción que en la práctica se expresan a través
de herramientas que igualmente abordan estas dos dimensiones.” (Fundación Dos
Mundos, “Modelo editado”, 9).
Se trata entonces de un dialogismo implícito que ubica el concepto en el ámbito de lo
relacional, el cual supone por una parte, la consideración del entramado de relaciones del que
hacemos parte, como estructurante para los sujetos en la condición de seres sociales (simbólica y
culturalmente atravesados), y, proporciona el reconocimiento de los marcos circunstanciales
específicos en los que se desenvuelve cada sujeto, teniendo efectos en las formas particulares de
habitarse y habitar el mundo.
Siguiendo este abordaje, el componente interactivo de lo relacional plantea considerar a los
sujetos, no como receptores pasivos o individuos aislados, sino como constructores y agentes de
acción social, con las posibilidades de dialogar con sus circunstancias vitales y ejercer influencia,
modificar o transformar las situaciones que le influyen. Así, sujeto humano y entorno socio-
cultural se influyen mutuamente en los planos de la interacción propia del encuentro con el otro,
de la construcción y participación de vínculos y grupos sociales; tal que, “{…} lo cultural, lo
político, lo económico, lo social, lo religioso, la perspectiva generacional y de género, los juegos
de poder implícitos y las implicaciones en el ámbito de tejido social, cobran una mayor
relevancia en la comprensión y construcción del concepto.” (Fundación dos mundos, “Modelo
editado”, 8).
Leída así una praxis psicosocial, hay en juego a un compromiso ético y político con la acción
y la palabra, que se articula a una lectura social que busca afianzarse en la posibilidad de pensar
desde el campo del arte (en las posibilidades de actuación de la fundación cultural Crearte), la
defensa a la vida y dignidad humana; lo cual, pone en juego unos componentes en dinamismo y
relación, un contexto, un panorama de acción y lectura en el marco de la construcciones creativas
27
posibles; así para concluir este apartado es importante considerar que: “El trabajo psicosocial no
es un trabajo terapéutico adicionado a un trabajo social, es una posición de solidaridad y de
respeto para con los que sufren que exige un conocimiento de los mecanismos y de las
condiciones sociales, económicas, políticas y culturales en que éstos se encuentran y que
perpetúan su sufrimiento.” (Castaño, Jaramillo y otros, 1998, 46).
5.5 Arte y Convivencia para la Paz.
A continuación se plantean unas reflexiones que sitúan el arte en perspectiva psicosocial, en tanto
iniciativa que articula el accionar en la dimensión de la defensa a la vida y la dignidad humana,
pues, de acuerdo a los diálogos desde la visión política de la fundación Crearte, el horizonte al
que se apuesta es, fortalecer y aportar procesos hacia la construcción de una cultura de paz.
Como se planteó en uno de los apartados previos, el tema de las violencias involucra hablar
tanto de la sociedad como de los actores concretos que hacen parte de ella; porque, no es un
fenómeno en abstracto, sino que tiene manifestaciones concretas que dan cuenta de la
transgresión a la vida y la dignidad; pero también, esto permite situar que esas acciones concretas
pueden ser fomentadas por relaciones de poder que las ampara, fomenta valores y actitudes
concretas que dan continuidad a esos lenguajes de la violencia en el establecimiento de vínculos
interpersonales. Es ante este reto, que la perspectiva psicosocial confabula con el arte en la fusión
de un horizonte que pretende ser a la vez práctica social y política.
En este sentido, los escenarios de violación a los derechos fundamentales como garantías para
promover “{…} lo que cabría llamar una <<vida digna>> de ser vivida” (De la Corte, Blanco y
Sabucedo, 2004, 15); son, claramente escenarios de despliegue de relaciones de poder
tranversalizadas por condiciones contextuales propias. Siguiendo a Foucault, una relación de
poder, es un modo de acción que actúa sobre las acciones de los individuos; es, “una acción sobre
la acción” (Foucault, 1988,14); es decir, no se ejerce directamente o en exclusividad del uso de
la coacción sobre las personas, sino más bien sobre sus acciones gracias a ejercer influencia
sobre los cuerpos y las subjetividades, así sobre la forma de construir vínculo, de relacionarse.
28
Más, Foucault señala que la libertad es un elemento fundamental al ser entendida como el
“campo de posibilidades” que tiene el individuo para accionar, para reaccionar, para comportarse.
Importante en la medida que, “El poder se ejerce únicamente sobre “sujetos libres” y sólo en la
medida en que son “libres”” (Foucault, 1988, 15), por lo cual para que el poder se ejerza, debe
existir la libertad; pues si no hablaríamos sólo de relaciones de violencia donde lo que se da
únicamente es coerción. La relación de poder existe precisamente cuando el individuo o el
colectivo, tiene la posibilidad de desplazamiento, de decisión y de escape. Esto posibilita en
inicio, plantear el arte como acción social en sí misma, como un ejercicio propiamente político en
tanto se ejerce a través de él la libertad de expresión, la posibilidad de tomar posición, de ejercer
acción en la esfera social y pública.
En la especificidad de la práctica en Crearte, el teatro deviene en el campo artístico de mayor
énfasis por sus procesos propios, y pensado actualmente en la perspectiva de generar a través de
él incidencia social. En este sentido, la perspectiva de Augusto Boal, desde elementos de su
Teatro del Oprimido posibilita identificar en él una opción socio-política de incidencia, que
media la postura crítica y la asunción de responsabilidades ante la construcción de realidad social.
Para Boal el teatro es asumido como lenguaje que se sirve del cuerpo humano como fuente
esencial de sonido y movimiento que articula la acción; en el que además se viabiliza el manejo
de símbolos valederos para una comunidad o grupo social específico. Para que la intervención
con teatro no sea una acción coercitiva Boal propone en vez de aplicar técnicas teatrales a la
gente, la aplicación de un sistema teatral que empiece por el cuerpo mismo de las personas que se
dispongan a participar como sujetos actores de la acción; pues, su apuesta fundamental que los
medios de producción del teatro le deben ser dados al pueblo para que sean por éste utilizados.
“El teatro es una actividad que no guarda una relación esencial con las construcciones,
escenarios y plateas, u otras estructuras aparatosas y superfluas. El teatro -o la teatralidad-
es esa propiedad humana que permite que el sujeto pueda observarse a sí mismo, en
acción. El conocimiento de sí que adquiere de esta manera le permite ser el sujeto (el que
observa) de un objeto, que es otro sujeto: él mismo. Esta capacidad le permite imaginar
variantes a su acción, inventar alternativas.” (Boal, 2002, 26)
29
Para Boal el teatro permite mirarse en el acto de mirar; mirarse en acción, mirarse en
situación; y es, mirándose que se comprende lo que es, se descubre lo que no es y se imagina lo
que se puede llegar a ser; esto lo plantea como una composición tripartita: el yo-observador, el
yo-en-situación, y el yo-posible (el no-yo, el Otro). Esta perspectiva del teatro implica “{…} el
estudio de las múltiples relaciones existentes entre los hombres y las mujeres que viven en
sociedad, y no se limita a la contemplación de cada individuo solo, tomado por separado. El
teatro es un diálogo de palabras y acciones, es conflicto, contradicción, enfrentamiento.” (Boal,
2002, 31) Abordando entonces el teatro como lenguaje, el objetivo que Boal (1980) se plantea,
es, permitir que las personas se dispongan a intervenir en la acción, asumiendo plenamente su
papel de sujetos.
Ahora bien, en la vía de los intereses en los que se enmarca la práctica, hacerle frente al
campo de la defensa a la vida y la dignidad humana desde el arte, supone pensar en proponer ante
las violencias y los desequilibrios sociales, los lenguajes creativos del arte en clave de
convivencia pacífica. Esta perspectiva se confabula con un decir de Humberto Maturana sobre el
amor, para él, el amor, “{…} es el dominio de conductas relacionales a través de las cuales el
otro surge como un legítimo otro en convivencia con uno; y la agresión es el dominio de las
conductas relacionales a través de las cuales el otro es negado como legítimo otro en convivencia
con uno”. (Maturana, 2001, 11).
Asumiendo esto, el arte como campo comunicativo ha de ser pensado en articulación con las
intencionalidades que orienten y delimiten una actuación social, que como se ha establecido
desde la práctica, se piensa en clave de aportar a la construcción de una cultura pacífica. Al
buscar abordar el tema de la convivencia desde la perspectiva psicosocial Carlos Arango Cálad,
proporciona unos planteamientos que sirven de base, pues concibe una psicología de la
convivencia como: “{…} como el proceso de reconocimiento, elaboración, fortalecimiento y/o
transformación de nuestros vínculos interpersonales de tal forma que hagan posible la realización
de la vida.” (Arango, 2001, 8)
30
Para este autor ignorar el tema de la violencia en nuestro país, es desatender lo evidente,
planteando que es preciso generar apuestas que contribuyan a que la convivencia se construya
desde otros lugares que permitan la resolución de conflictos de forma pacífica, disminuyendo de
este modo la utilización de las formas violentas. Este autor, permite además poner de plano que
las interacciones humanas, dan cuenta de las formas y procesos en que esas violencias se
perpetúan; dirá:
“La convivencia se refiere a la manera como vivimos colectivamente. Nuestras relaciones
con nosotros mismos, los demás y la naturaleza, son la consecuencia en un primer
momento de nuestro aprendizaje y en un segundo momento de la forma como consciente
y deliberadamente optemos por construir nuestro mundo. El criterio último de calidad de
la convivencia es la vida misma. Que la vida se exprese en toda su riqueza en nuestro
medio ambiente, que respetemos la vida de los demás y sus formas de ser diferentes, que
permitamos la realización plena de nuestros seres amados y nos permitamos a nosotros
mismos vivir plenamente, depende de la capacidad que hayamos desarrollado para
aceptarnos a nosotros mismos plenamente y para vincularnos afectivamente con los
demás y con la vida como una totalidad.” (Arango, 2001, 19).
Al hablar en este plano de interacciones, alude a los procesos de construcción e intercambio
de símbolos y significados; pero que suponen además el reconocimiento entre los sujetos de un
grado de afectación e influencia mutua, que cualifica que, aquello que se supone interno y
particular sea a la vez social y cultural. Desde acá, mientras que, subjetivamente las personas
reproducen un programa familiar, social o cultural a partir de mensajes y experiencias
interiorizadas mediante la identificación con ciertos modelos, a partir de los cuales regulan
relaciones (amor, amistad, colaboración y ayuda mutua o de odio, competitividad, conflicto e
intolerancia); objetivamente, hay reproducción y mantenimiento de valores, mitos y creencias por
parte de las instituciones sociales (familia, escuela, empresas, medios de comunicación); que bajo
la lógica imperante –dirá- sostienen el consumo, el clientelismo, el individualismo, la
intolerancia.
31
Para Arango (2001) pensar en la transformación de las relaciones hacia relaciones de
convivencia pacífica, implica la transformación en esas formas de identificación y relación
humana, visto esto como un proceso colectivo en el que las instituciones desempeñan una papel
crucial; y, plantea que ante la resolución no violenta de los conflictos se ha propuesto la
negociación y la mediación que implican de cierta forma hablar de educación para la paz, la cual
exige pensar en la resolución creativa de los conflictos. Teniendo en cuenta estas reflexiones, el
accionar desde la práctica se basa en la consideración que, los lenguajes del arte, del cuerpo, del
ser, pueden ser abordados como un campo que permite múltiples posibilidades de expresión y
comunicación para generar procesos de incidencia social; interpretados así, como una vía esencial
de trabajo que juega un lugar valiosísimo en la escena de lo social y no sólo de lo privado o en su
condición meramente estética, sino como posibilidad para agenciar proyectos de cambio y
empoderar procesos de movilización tanto subjetiva como social.
5.6 El Rol del Psicólogo Social en Actividades de Gestión Cultural.
Este último apartado que conforma el marco teórico que da sustento al proceso de práctica en la
fundación cultural Crearte, plantea la importancia del trabajo del psicólogo social en actividades
de gestión como compromiso con un proyecto de cultura y sociedad.
Según se ha planteado, la perspectiva psicosocial plantea una forma de comprensión a los
fenómenos humanos en una perspectiva relacional, es decir, no se aísla a los sujetos de sus
procesos de interacción, sino que hay una implicación dinámica y profunda en lo referente a la
relación con el entorno afectivamente relevante, en donde se construyen los símbolos,
significados y significantes de forma interactiva; y por tanto se trata de un dialogismo implícito
que proporciona el reconocimiento de los marcos circunstanciales específicos en los que se
desenvuelve cada sujeto, las dinámicas propias del grupo de participantes, en general, las formas
particulares de habitarse y habitar el mundo.
Hay en este sentido un interés por el sujeto como partícipe y constructor de las relaciones
sociales, en las que, los ejercicios de poder están íntimamente ligados a la condición misma de
seres sociales; siguiendo a Foucault (1988), suponen acciones para dirigir la acción del otro e
32
involucran además una experiencia de sujeción encarnada: a las ideologías, a las lógicas que
estabilizan y auto-sostienen a través de los individuos concretos, estructuras injustas; que
mantienen una suerte de sujeción a la subjetividad, para la cual, la conciencia crítica sería
fundamental. Es en esta vía que como parte importante de las tensiones sociales se encuentran las
posibilidades de resistencia, oposición y rechazo, como expresiones en contra de las relaciones
desiguales y de dominación; frente a esto queda claro gracias a los apartados previos que elarte
en esta vía fue asumido tanto estrategia para el accionar, como un canal en la generación de
cauces creativos para buscar incidir y apelar ante las dimensiones históricas, sociales y políticas
propias de lo humano.
Lo anterior esboza la importancia de pensar y reflexionar sobre el ejercicio ético y político de
la acción desde el rol del psicólogo social; esto a nivel teórico implica la forma de pensar las
relaciones de poder y las realidades sociales, pero a nivel práctico compromete la actuación a las
mismas implicaciones ético-políticas. Es así que, las actividades de gestión cultural en el marco
de realización de proyectos creativos para hacer frente a un compromiso social ante un proyecto
de cultura pacífica en el contexto colombiano, se piensan como indispensables en la medida que
son procesos y/o condiciones propias de su agenciamiento en la vida en sociedad para ponerlos
en curso como procesos efectivos en construcción.
De esta forma, se plantea la práctica como un ejercicio constante de reflexión-acción
dinámico, que plantea la toma de posicionamiento crítico ante las condiciones actuales de
nuestra sociedad, la cual, por sus mecanismos construidos, sostiene unas formas que van del
lado de la inequidad en la repartición de los recursos, del predominio de un grupo sobre otro, de
la presencia de los lenguajes de la violencia y la transgresión a la vida y la dignidad. Esta visión
del asunto matiza la forma en que es pensada cada acción, es decir, la intencionalidad que la dota
de un sentido; este compromiso socio-político que se intenta efectuar desde los campos del arte,
bien se compagina al siguiente decir de Martín-Baró, al plantear que:
“{…} una Psicología popular requiere la exploración de nuevas formas de conciencia en
un trabajo conscientizador que se aboque no sólo a una praxis transformadora del mundo
material, sino sobre todo a una praxis transformadora del mundo social {…}. La
33
Psicología popular reclama, por necesidad, una Psicología política, es decir, una
Psicología que tome en cuenta el poder social en la configuración del psiquismo humano
y que, por tanto, contribuya a construir un nuevo poder histórico como requisito de una
nueva identidad psicosocial de las mayorías hasta hoy dominadas.” (Martín-Baró, 1998,
341)
Lo anterior en términos breve, sitúa tanto el reconocimiento del peso político que tiene el
conocimiento científico y la producción de éste, como el compromiso como actores frente a la
realidad social; derivándose de aquí la inminencia de asumir una postura ético-política para
pensar en las posibilidades de generar procesos de liberación en las pequeñas acciones, en las
intervenciones y el trabajo en contexto, al rugido de la conciencia crítica, a la desnaturalizar de
los sistemas opresores, y a pensar y problematizar posibilidades de cambio desde los tejidos
sociales y relacionales.
6 Propuesta de Intervención.
A continuación se explican cada uno de los dos ejes planteados para el proceso de
acompañamiento a la fundación cultural Crearte en calidad de practicante de psicología con
enfoque social.
6.1 Eje I.
6.1.1 Nombre del eje de intervención. Apoyo en procesos de gestión cultural con enfoque
psicosocial.
6.1.2 Objetivo general del eje. Brindar acompañamiento desde el enfoque psicosocial en los
procesos de elaboración, gestión y ejecución de proyectos sociales, educativos y culturales que
adelante como iniciativas la fundación cultural Crearte.
6.1.3 Objetivos específicos del eje.
34
- Acompañar propositivamente la creación, diseño y ejecución de propuestas sociales,
culturales y educativas desde el enfoque psicosocial que puedan ser agenciadas por la
fundación en perspectiva real de ejecución a corto, mediano y largo plazo.
- Acceder a fuentes de documentación claves sobre convocatorias abiertas de proyectos
en el marco cultural a los que la fundación pueda aspirar bajo el horizonte del arte en
contextos de intervención en escenarios sociales.
- Establecer comunicación y contacto con instituciones y/o líderes de las cuatro
comunidades elegidas para la ejecución del programa para familias “Por una calidad de
vida, familiar y social: en nuestra casa… a lo bien”, que adelanta la fundación
actualmente, para establecer acuerdos u obtener información.
6.1.4 Estrategias de acción para alcanzar los objetivos. Documentación bibliográfica y virtual,
junto con visitas a instituciones que han servido de informantes claves (Alcaldía, Gobernación,
Ministerio de Cultura). Bitácora como instrumento donde se registra las actividades eventuales
realizadas en el proceso de gestión cultural.
6.1.5 Procedimiento desarrollado.
• Revisión de fuentes bibliográficas, material virtual, visitas a instituciones para la consulta
de convocatorias de interés a nivel regional y por cooperación internacional.
• Después de la búsqueda precedente, de acuerdo a los intereses de la fundación Crearte, se
selecciona la convocatoria Estímulos 2011 agenciada por el Ministerio de Cultura, por su
apuesta al apoyo de procesos de creación, gestión e investigación artística. Para aplicar a
esta convocatoria en el campo de “Beca para jóvenes creadores” se diseña en trabajo
conjunto, una propuesta social, educativa y artística con jóvenes de la institución
educativa Hugo Ángel Jaramillo, perteneciente a la comuna del Café de Pereira, en la
búsqueda de fomentar las relaciones de convivencia pacífica y potenciar cualidades de
liderazgo y emprendimiento desde el arte, que titulamos: “Cuerpos en escena pincelando
paz”.
35
• Este eje también comprende todas las actividades que se acompañan en relación a los
procesos de gestión y ejecución, en el marco del programa de intervención social “Por una
calidad de vida familiar y social: en nuestra casa… a lo bien!” agenciado por la fundación
cultural Crearte. Así las acciones realizadas para su cumplimiento comprenden:
Visitas institucionales:
- Inicialmente para promover el programa en los centros educativos, establecer el interés
de participación y fijar así el acuerdo con cuatro instituciones representativas de sectores
comunitarios diferentes.
- Sostener diálogos con representantes de las instituciones para coordinar lo referente a la
ejecución del programa.
- Realizar visitas de socialización del programa con los estudiantes para motivar y
convocar la participación con sus familias.
Apoyo en la coordinación y en el manejo de las dinámicas grupales: esto durante las
sesiones de ejecución del programa, para propiciar el diálogo y la reflexión sobre las
relaciones de convivencia en la familia.
Diseño y ejecución del taller vivencial: “Nuestra casa: semillas de paz”
Apoyo desde la perspectiva psicosocial en la construcción de informes sobre el proceso:
- Plantear reflexiones sobre los resultados del programa, a nivel de las dinámicas y las
conversaciones logradas con las personas de los contextos comunitarios intervenidos.
- Participar en la planeación y ejecución del foro de cierre de la experiencia que tendrá
lugar el día Lunes 20 de junio, y al que están invitados los centros educativos y las
personas participantes de la experiencia.
Participación activa en las dos sesiones de ejecución del programa replicadas en los cuatro
sectores comunitarios a intervenir a través de los acuerdos con instituciones educativas. A
36
continuación se grafican y se plantean concretamente en qué consistieron las dos sesiones
en que consistió el proceso de intervención.
Apéndice 2. Sesiones de trabajo.
Fuente: Elaboración propia.
Sesión 1: Socio-drama Participativo: <<Soy dueño de mi mismo>>
- Se presenta una obra de teatro que plantea dinámicas familiares en un marco de conflictos
en las relaciones: por un lado plantean una pareja con problemas de diálogo, tienen dos
hijos, un adolescente homosexual que lo mantiene en secreto y un joven entrando a la
adultez que consume marihuana ocasionalmente y dejó a su novia en embarazo; y por el
otro está la situación de la casa de su novia, personaje que vive con su abuela y su padrastro
porque la madre está fuera del país trabajando, ella es abusada sexualmente por su
padrastro y la abuela aunque lo sabe no dice nada.
37
- Se establece una dinámica de trabajo grupal donde se modula la conversación para
reflexionar sobre las situaciones actuadas, estimulando la participación activa y el debate.
Para esto se genera una interlocución con los actores desde sus personajes, a los que se les
puede preguntar y apelar.
- Después de conversar sobre las situaciones y los conflictos, se plantea la posibilidad de
adecuación de los finales de acuerdo a lo que el público desee ver frente a las formas de
resolver los conflictos representados.
- Los actores escenifican las rutas de resolución propuesta.
- Se dialoga sobre la aplicación de esas posibles soluciones en situaciones de la vida
cotidiana para generar en esta vía reflexiones de cierre.
Rol de la practicante: Modular el diálogo, el debate, la participación, orientar las
reflexiones.
Sesión 2: Taller vivencial “Nuestra casa: Semillas de paz”
Se orienta un taller vivencial bajo los siguientes objetivos:
- Generar un espacio simbólico de trabajo a través de la ambientación y disposición de
símbolos elusivos a las relaciones interpersonales, específicamente al vínculo.
- Estimular un ambiente de confianza entre los participantes mediante actividades en
relación a la lúdica teatral.
- Abordar las nociones de espacio personal y espacio compartido (dimensión pública y
privada), mediante el trabajo corporal, la estimulación de los sentidos, el manejo del
espacio, y el encuentro con los otros.
- Generar una dinámica de trabajo para el planteamiento de situaciones conflictivas en las
relaciones familiares y de rutas posibles para su solución pacífica, fundamentada en la
perspectiva de Boals desde su Teatro del Oprimido.
Rol de la practicante: Diseño y ejecución del taller
38
6.1.6 Población con la que se está desarrollando el eje. Para la ejecución del programa “Por una
calidad de vida familiar y social: en nuestra casa… a lo bien” se eligen cuatro sectores y por
sector un colegio representativo a través del cual se realizaron las convocatorias a las familias por
sector para participar de las dos sesiones de las que consta la intervención: Centro – Colegio la
Inmaculada; Kenedy- Colegio Kenedy; Cuba – Colegio Juan XXIII; Deogracias Cardona.
6.1.7 Cronograma de actividades planteadas para práctica II.
Activi
Dades
Febrero Marzo Abril Mayo Junio
1º 2º 3º 4º 1º 2º 3º 4º 1º 2º 3º 4º 1º 2º 3º 4º 1º 2º 3º 4
º
Consulta
s
“convoca
torias” y
reunione
s para
escribir
proyecto
s
X X X X X X x x
Visitas a
centros
educativ
os y/o
líderes
comunita
rios
X X X X X X X X X X
Ejecució
n
sesiones
del
X X X X
39
program
a ““Por
una
calidad
de vida
familiar
y social:
en
nuestra
casa… a
lo bien””
Cierre
Program
a de
intervenc
ión.
X X
6.1.8 Presentación y análisis de resultados. En términos de las acciones logradas:
Se participa en el diseño y elaboración de una propuesta de intervención social, cultural y
educativa denominada “Cuerpos en escena pincelando paz” para la convocatoria
Estímulos 2011 en la Beca “Jóvenes creadores”.
En el marco del programa de intervención social y familiar “Por una calidad de vida
familiar y social: en nuestra casa… a lo bien!”:
- Se realizan dos encuentros con el grupo de Teatro ‘La Escafandra’ para coordinar el
proceso de intervención conjunta en los contextos comunitarios.
40
- Se participa en la coordinación y ejecución de cuatro talleres desde la técnica de
“Sociodrama participativo”, abierto a grupos familiares, en las instalaciones de los
colegios: Kennedy, (comuna Kennedy) Juan XXIII (Cuba), Deogracias Cardona, La
Inmaculada (centro).
- Se diseña y ejecutan tres talleres vivenciales (“Nuestra casa: semillas de paz”) en las
instalaciones de los colegios: Kennedy, La Inmaculada, Juan XXIII, con la participación
de personas de los sectores comunitarios.
En términos cualitativos, las reflexiones que las personas de las comunidades aportaron en las
experiencias permitieron durante las sesiones:
Plantear que el diálogo y la comunicación en las familias es la base para transformar
positivamente cualquier conflicto.
Un cambio positivo en la familia implica una “toma de posición” y un cambio de
actitudes en pro de la resolución pacífica: cada cual puede aportar desde sí mismo.
La familia es un espacio de responsabilidades, deberes y derechos; y es un entorno de
afectos que nos aporta en la construcción de seres humanos.
La familia es el núcleo básico del sistema social, pero el sistema también incide en las
realidades que se viven dentro de la familia.
Los valores cultivados en el núcleo familiar son plataforma de las relaciones a nivel
personal, familiar y social.
El amor, la comprensión, la solidaridad y el respeto fueron los valores esenciales
enunciados para superar las diferencias, los resentimientos y los conflictos.
Según lo anterior, en la valoración de la experiencia en conjunto con la directora de la fundación
se plantea que a través de ella se logró:
Sensibilizar desde la lúdica teatral frente a las relaciones de convivencia en la familia.
Generar diálogo, discusión y reflexión con los participantes.
Construir conjuntamente alternativas de solución pacífica y dialogada de conflictos.
41
6.2 Eje II
6.2.1 Nombre del eje de intervención. Arte en perspectiva psicosocial.
6.2.2 Objetivo general del eje. Fortalecer la perspectiva psicosocial y política de la fundación
para el trabajo desde el arte en contextos para la construcción conjunta y motivada de un sentido
de acción social cada vez más claro.
6.2.3 Objetivos específicos del eje.
- Socializar la experiencia de trabajo en el campo de derechos humanos que realiza la
fundación cultural Rayuela en Bogotá desde el teatro.
- Generar un espacio de trabajo con el grupo base y la directora de constante
retroalimentación, discusión y reflexión crítica sobre nuestros contextos social y
políticos y las posibilidades de acción desde el arte.
- Motivar una acción de incidencia pública con el grupo base de la fundación cultural
Crearte en materia de derechos humanos.
6.2.4 Estrategias de acción para alcanzar los objetivos. Documentación bibliográfica. Grupo de
discusión. Talleres vivenciales y sensibilizadores. Bitácora personal para el registro de los
avances logrados en el proceso de montaje de la acción pública.
6.2.5 Procedimiento desarrollado. Se convoca a través de la directora a estudiantes del proceso
antiguo del Grupo Escuela, ligados con anterioridad al proceso de Crearte, para reintegrar la
propuesta del Grupo Base de Teatro de la fundación. Durante el transcurso del tiempo se trabaja
con cuatro jóvenes con formación teatral y artística y con la directora de la fundación y también
actriz Claudia López.
- Se planea un encuentro semanal para dar curso a los objetivos de este eje. A cargo de la
practicante está la dirección de las sesiones y la orientación hacia la construcción de la
puesta pública; cada sesión es manejada a manera de taller.
42
- Se lleva a cabo un encuentro de socialización de la experiencia de trabajo adelantado por
la fundación cultural Rayuela. Que sirve como referente clave en todo este proceso
orientado a nivel interno de la fundación en el trabajo conjunto y de co-implicación con
los integrantes del Grupo Base de Teatro y la directora de la fundación, plantea la
posibilidad de fortalecer un espacio de de implicación de la dimensión política desde el
arte, por lo que desde es definido por los siguientes objetivos:
Generar reflexión sobre valor de la vida y la dignidad humana en el contexto social actual
y bajo la influencia del modelo capitalista imperante.
Plantear crítica social y construir en conjunto mensajes susceptibles a ser traducidos por
los lenguajes del arte, es decir, desde la mediación simbólica que éstos posibilitan.
Configurar una acción simbólica flexible para contextos públicos que permita movilizar
opinión frente a la temática de derechos humanos.
Realizar una convocatoria para que personas externas a la fundación se vinculen a la
puesta pública.
- A partir de esto y teniendo en cuenta la experiencia de Rayuela, se clarifican tres
componentes o ejes que transversalizan las reflexiones y el sentido de las dinámicas de
trabajo para este eje.
Eje psicosocial: Plantea la posibilidad de pensarnos como seres humanos a la luz de
lo vivido, que, comprende la correlación de la experiencia personal a la vez que la
experiencia colectiva (social, relacional), y, permite en su reconocimiento orientar
al devenir de significados personales y colectivos en las discusiones planteadas
frente al tema de los derechos y la dignidad humana; para configurar en el proceso
unos símbolos y unos mensajes comunicativos para la puesta pública.
Eje expresivo: Comprende el abordaje del cuerpo como un campo de
significaciones desde el que tienen lugar las acciones creativas y se tejen las
posibilidades comunicativas. Para el manejo de este eje se vinculan los saberes
frente al campo artístico de las personas implicadas.
43
Eje político: Que liga de cierta forma los dos ejes anteriores abarcando la
intencionalidad del accionar mismo, en tanto ejercicio crítico no sólo a nivel
reflexivo sino para buscar incidir en el ámbito público y generar a este nivel opinión
en el campo de los derechos humanos.
6.2.6 Población con la que se está desarrollando el eje. El trabajo fundamental de este eje es en
conjunto con la directora y el grupo base de teatro, integrado hasta el momento con cuatro
jóvenes (tres mujeres y un hombre) que pertenecieron al proceso del Grupo Escuela. Pero se
plantea como un proceso que apunta hacia el ámbito de lo público y por tanto a que incida en los
ciudadanos en general presentes en los escenarios de la acción.
6.2.7 Cronograma de actividades.
Activi
Dades
Marzo Abril Mayo Junio Julio
1º 2
º
3º 4
º
1º 2º 3º 4º 1º 2º 3º 4º 1º 2º 3º 4º 1º 2º 3
º
4
º
Reuniones/tall
eres con
grupo base y
directora.
X X X X X X X X X X X X X X X
Proceso de
montaje de la
acción pública
X X X X X
Convocatoria
para
involucrar
personas en la
acción
X X
Ejecución X X
44
acción de
incidencia
pública
6.2.8 Presentación y análisis de resultados. A partir de las acciones implicadas en este eje:
Se convoca y reorganiza el actual Grupo base de Teatro de la fundación.
Se han planeado y realizado 11 talleres para el trabajo con el Grupo Base de Teatro y la
directora de la fundación, orientados por la problematización y apropiación de la
dimensión socio-política del arte.
Se ha adelantado en el proceso de construcción de la acción pública en el planteamiento
de la crítica social que se desea transmitir, en el esbozo de la estructura general y en la
escogencia de símbolos e imágenes corporales.
Este eje ha implicado la reflexión continuada de la temática de los derechos humanos, de la
dignidad y la vida a nivel interno de la fundación, haciendo, viviendo y sintiendo desde los
cuerpos; entendiendo que aún antes de la incidencia pública, fue preciso abordar la toma de
postura desde el arte (su dimensión socio-política) y el empoderamiento de un sentido de la
acción social desde este. Hasta el momento, el Grupo Base de Teatro de la fundación se mantiene
estable y comprometido, los actores han demostrado desde los ejercicios que proponen, desde las
reflexiones que plantean, una convicción sobre la importancia de accionar desde este ámbito. El
proceso (a la fecha de entrega del informe) aún no terminado porque el convenio de práctica va
hasta el 21 de julio de 2011; se adelanta actualmente el proceso de convocatoria para generar un
formato con más personas de la puesta pública, y se aspira para las primeras dos semanas las
acciones concretas.
6.3 Dificultades presentadas.
45
Las dificultades evidenciadas al llevar a cabo el plan de práctica, tuvieron que ver con el proceso
de convocatoria para la asistencia al programa “Por una calidad de vida familiar y social: en
nuestra casa… a lo bien!”. Se había pensado como estrategia para esto, establecer convenios con
los centros educativos que sirvieron como cede de los encuentros; la experiencia mostró que la
asistencia era más efectiva cuando las instituciones lo planteaban como obligatorio apoyando la
invitación al programa con una circular a los estudiantes, evidenciando que hay siempre unos
intereses que median la participación en estos procesos. A pesar de las dificultades, se logra
gracias a las visitas constantes y a la labor de divulgación de la invitación, llevar a cabo todas las
sesiones y los encuentros a excepción de un taller vivencial programado en el colegio Deogracias
Cardona un día sábado, al que, no asiste nadie, lo que obviamente imposibilitó su realización.
7. Conclusiones.
A partir de las reflexiones dialogadas en conjunto con la directora de la fundación y el
Grupo Base de Teatro en torno a los talleres y el proceso de socialización de la
experiencia de Rayuela, se concluye que:
El arte tiene un compromiso y un reto en los contextos actuales donde la violencia y el no
respeto a la vida y la dignidad humana predomina como lenguaje en las relaciones de
convivencia a nivel social y personal. Lo que orienta a pensar que este compromiso ético-
político debe ser empoderado por la fundación como una directriz desde la que se piense y
se doten de sentido las acciones desde el arte.
Se plantea entonces en conjunto acuerdo con la directora de la fundación, la necesidad de
revisar los estatutos legales para trabajar en su adecuación desde el horizonte socio-
político, planteando un compromiso con la defensa a la vida, la dignidad humana y
construcción de una cultura de paz.
46
La experiencia a nivel del programa “Por una calidad de vida familiar y social: en nuestra
casa… a lo bien” agenciado por la fundación, permite visibilizar que incidir desde el arte
en contextos sociales funciona como una metodología de trabajo en tanto:
Permitió orientar las dinámicas de grupo a la discusión y participación activa.
La dinámica desde el socio-drama participativo, posibilitó generar reflexiones sobre
diversos conflictos en las relaciones de convivencia, poner en juego los diferentes punto
de vista, ‘escuchar’ las rutas que cada cual desde su opinión planteaba como posible
desenlace (cambio del conflicto hacia convivir pacíficamente), y, llegar a un acuerdo
sobre el cambio que esperan se improvise en escena (construcción colectiva).
Las experiencias de implementación en los talleres vivenciales de la técnica “Teatro
imagen” de Boasl, evidencia que desde el teatro se posibilitó en intervención comunitaria
que, las personas participantes de la experiencia involucraran sus cuerpos para plantear
situaciones e identificar actitudes, y así verse en una escena de lo cotidiano: verla desde
afuera (como espectador), pero verla desde adentro como actor: es decir, darse cuenta y
pensar en esa ruta que otra actitud podría tomar.
8. Recomendaciones.
A partir del proceso de práctica adelantado en la fundación cultural Crearte, se plantean las
siguientes recomendaciones para fortalecer los procesos y las iniciativas gestadas:
Se recomienda seguir avanzando en fortalecer la perspectiva socio-política de la
fundación y en la creación de procesos de incidencia desde el arte.
Se recomienda crear un archivo que contenga: - La reseña histórica de la fundación, su
misión y su visión. – Y, una bitácora destinada al registro y documentación tanto de: - los
procesos de creación y las acciones a nivel de agenda pública en la temática de derechos
humanos, como de los programas de intervención social agenciados por la fundación.
47
Se recomienda dar continuidad a la exploración de símbolos y posibilidades expresivas
desde el teatro para la creación de mensajes que generen opinión pública en la idea de la
defensa a la vida y la dignidad.
Se recomienda agenciar nuestras propuestas de intervención social, cultural y educativa
en la idea de incidir desde el arte, para postular a nuevas convocatorias.
Se recomienda la revisión de los estatutos legales de la fundación y el trabajo de
adecuación en torno a la perspectiva de defensa a los derechos y la dignidad humana y la
convivencia pacífica.
Se recomienda continuar la exploración de formas, estrategias y técnicas desde el arte
para abordar las relaciones de convivencia hacia la resolución pacífica de los conflictos.
9. Referencias.
- Arango, C. (2001). Hacia una psicología de la convivencia. Artículo publicado en:
Revista Colombiana de Psicología. Nº 10.
- Arango, C. (2009). Psicología social comunitaria. México: Ed. Trillas.
- Bauman, Z. (1943). Vida líquida. México: Librería paidos
.
- Castoriadis, C. (1997). De la autonomía en política: "El individuo privatizado". Texto
digital, originalmente publicado por Le Monde Diplomatique.
- De La Corte, L., Blanco, A., & Sabucedo, M. (2004). Psicología y derechos humanos.
Barcelona. Icaria.
48
- Foucault, M. (1988). El sujeto y el poder. México: Revista mexicana de sociología. Vol.
50, N°3, p. 3-20.
- Fundación Cultural Rayuela. (2006). Verdad, justicia y reconciliación: una propuesta
desde la acción cultural y política. Bogotá. Documento digital facilitado por la fundación.
- Fundación Dos Mundos. Modelo de interacción psicosocial para familias y comunidades
expuestas a desplazamiento forzado. Formato digital.
- Hollander, E. (2000) Principios y métodos de psicología social. Buenos Aires:
Amorrortu.
- Baró, M. (1998). Psicología de la liberación: La liberación como horizonte de la
psicología. Madrid: Editorial Trutta.
- Maturana, H. (2001). Emociones y lenguaje en educación y política. Editorial Dolmen
Ensayos. Libro digital Psikolibro.
- Parra, I. (2007). Arte público comunitario, memoria colectiva y patrimonio cultural: EL
Monumento por la Dignidad y la Memoria una experiencia de acción cultural y política.
Ponencia para II Foro Ciudad y Patrimonio. Bogotá: Fundación Cultural Rayuela.
- Rubio, Ricardo & Torres, I. (2006). Teatro efímero: Propuesta de exigibilidad de
derechos y resistencia civil a la violencia y al autoritarismo con hombres y mujeres
jóvenes. Bogotá: Fundación cultural Rayuela.
10. Apéndices.
Material fotográfico de la experiencia de participación del programa: “Por una calidad de vida
familiar y social: en nuestra casa… a lo bien!”
49
Apéndice 3. Material Fotográfico.
La Inmaculada
Foro sobre la obra
50
Preparación improvisaciones según aportes del público
Encontrándonos
51
Pintando nuestros conflictos
Planteando conflictos y soluciones desde nuestro cuerpo
52
Deogracias Cardona
53
Colegio Juan XXIII
54
55
Colegio Kennedy
56
Fotografías tomadas en talleres con el Grupo base y la directora de la fundación, en el proceso de creación de la acción pública:
57
58
59
Fuente: Elaboración Propia.