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8 B i lbao

Neuróticos impenitentesespués del invierno de la es-critora mexicana Guada-lupe Nettel, quien ya se

quedó a las puertas del galardónen 2005, ha resultado la inexpli-cable ganadora de la XXXII edi-ción del premio Herralde denovela. Inexplicable al menospara mí porque la novela me haresultado pretenciosa, intras-cendente, vana, lo que contrastacon la originalidad de la finalis-ta.

Estamos ante una novela quetarda una eternidad en arrancary que, cuando lo hace, se revelacomo un desconcertante catálo-go de neuróticos. Personajes ex-travagantes, torturados, cargan-tes acechados por fantasmas delpasado… Un mundo de relacio-nes tóxicas, accidentes senti-mentales, intensos desamores yausencias irreparables. Los pro-tagonistas son personas obsesi-vas, lacónicas, de un pesimismometafísico y de un mustio gene-ral que la verdad, dan ganas derecetarles algún potente antide-presivo.

Gentes como Tom, con evi-dentes dificultades para las rela-ciones sociales, no se sabe muybien si por desengaño o por mi-santropía, a quien, por ejemplo,le encanta visitar cementerios ypasear entre lápidas de persona-jes célebres. Un romántico tras-nochado que, sin embargo, re-sulta irresistible a los ojos de lajoven e impresionable Cecilia,una estudiante mexicana reciénllegada a París.

La historia de Cecilia y su en-tretenidísimo novio corre para-lela a la de Claudio, un verdade-ro atorrante, narcisista y misógi-no quien nos avisa, ya en la pri-mera página del libro, de que“todo lo vivo” le provoca un ho-rror inexplicable. “Lo vivo meamenaza, hay que cuidarlo o semuere. Roba atención y tiempoy yo no estoy para regalarle eso a

nadie”. Más tarde se referirá a símismo como un “discapacitadopara el amor”. Él es cubano, viveen Nueva York y mantiene unarara relación sentimental con ladependiente y sumisa Ruth.

Los caminos de Cecilia y Clau-dio se cruzarán y del encuentrosurgirá una nueva y no menosenfermiza relación. “De cercanadie es normal” se justifica

Nettel en las entrevis-tas promocionales,“me gusta enfocar esasanormalidades. La gente estállena de fobias, manías y obse-siones”. Bueno, quizá, puedeser. Otra cosa es que el retratopormenorizado de esas fobias,manías y obsesiones logren epa-tar al lector, emocionarlo, con-moverlo. A mi juicio, Nettel no

lo consigue. De hecho, los pasa-jes más pretendidamente inten-sos resultan en ocasiones invo-luntariamente cómicos.

Y luego está esa concepcióntrágica de la vi-da que gravitaalrededor de to-da la historia. Laobsesión por lamuerte, por lasoledad, por elinsondable abis-mo de la melan-colía. Está claroque Nettel do-mina los temposnarrativos y sabeconstruir perso-najes, pero uno

no puede evitar sentir que estáimpostando la voz. Tampocoayuda que los personajes hablenconstantemente en un tono arti-ficial y aforístico.

Miguel Artaza

DEstá claro que

Nettel domina lostempos narrativosy sabe construir

personajes

Un libro realmenteoriginal, que el lectordevorará de un tiróny que le dejará con

ganas de más

La mexicana Guadalupe Nettel gana el Herralde con una novela pretendidamenteconmovedora y más bien decepcionante

Efecto antiarrugasa carrera literaria de Ma-nuel Moyano (Córdoba,1963) se cimentaba hasta

ahora sobre un puñado de rela-tos, reunidos en las coleccionesEl oro celeste y El experimento Wol-berg, que han aparecido en anto-logías nacionales recientes. Bu-ceando en internet nos entera-mos de que es también autor deuna novela fantástica, La coarta-da del diablo, que estamos dese-ando leer. Con su último libro,El imperio de Yegorov, en el quetambién hay un acercamiento ala ciencia ficción,se ha proclamadofinalista del Pre-mio Herralde. Unimpulso que debe-ría ser definitivopara colocar sunombre en el lu-gar que por méri-tos propios mere-ce ocupar.

Lo primero quehabría que decirde El imperio de Ye-gorov es que es un verdadero des-afío a la ortodoxia. Para empe-zar no hay narrador, la historiase construye mediante estratossuperpuestos, y sigue la pista deuna enigmática mujer que con-serva el aspecto de una veintea-ñera a pesar de su extrema lon-gevidad. Parece que hace variasdécadas contrajo una descono-cida enfermedad durante unainvestigación en Papúa Guinea.

Ése es el primer eslabón de

una cadena de acontecimientosque puede conducir al descubri-miento del secreto de la eternajuventud, la promesa de una vi-da centenaria en la que el pasodel tiempo apenas deje efectosvisibles. Y la clave podría residiren un extraño parásito, una es-pecie de lombriz del grosor deun alfiler.

Moyano plantea un juego apartir de la arquetípica fórmuladel manuscrito encontrado o,más bien, de los manuscritos yaque son más de treinta los docu-mentos que conforman este li-bro. Fragmentos de diarios, car-tas, noticias, interrogatorios po-liciales, notas necrológicas yhasta un prospecto médico. Re-

copilados, según Moyano, a lolargo de años de minuciosa in-vestigación llevada a cabo porunos anónimos editores dequienes únicamente sabemosque forman parte de la Platafor-ma Ciudadana Contra Yegorov.

Yegorov es el gran ‘macguf-fin’, el nombre al que conducentodos los caminos de esta histo-

ria que entremezcla y ordenacronológicamente un batiburri-llo de sucesos que tienen lugar alo largo de un siglo. La tramamezcla y agita convenientemen-te científicos japoneses, remo-tas tribus melanesias con un ni-vel de desarrollo equivalente alde la Edad de Hierro, detecti-ves, poetas, despiadados mafio-sos rusos y hasta estrellas delrock. Todo un alarde de recur-sos, casi podríamos hablar deexperimentación, cuyo resulta-do es un libro realmente origi-nal, que el lector devorará de untirón, en apenas un par de horasy que probablemente le dejecon ganas de más.

M. A.

LInquietante y perversa, la finalista es una novela verdaderamente singular,

un brillante ejercicio de estilo

La escritora mexicana se quedó a las puertas del premio en 2005

Manuel Moyano ha sido el finalista del Premio Herralde

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