269
197 Abogado. Docente Facultad de Derecbo y Ciencias Sociales, UNC. Docente Universidad NotarialArgentina.
La presencia del notario en Córdoba se advierte desde el mismo momento
fundacional de la ciudad, cuando el escribano de Su Majestad, don Francisco de
Torres, por indicación de don Jerónimo Luis de Cabrera, redacta lo que sería el primer
documento notarial: el acta de fundación de la ciudad, datada el 6 de julio de 1573.
Desde ese instante, la figura del notario resultará inseparable de la vida
relacional y de la seguridad de los negociosjurídicos en la amplia región con epicentro
en el valle de Quizquisacate.
Sin embargo, debería transcurrir mucho tiempo hasta que el desarrollo propio
de la función de fedante y su sentido de cuerpo como actitud preservadora de su alta
misión ética y social, indicasen la necesidad del agrupamiento profesional de los
notarios en cuanto a profesionales del derecho determinados por un quehacer
cualificado.
Las corporaciones de escribas aparecen en los pueblos más antiguos de la
humanidad y concretamente en Roma, fecunda y generosa madre del derecho, se
esboza el principio de la colegiación con los colegios de los tabeliones, reconocidos
por la legislación justineanea. Desde el siglo XII los colegios de notarios se dan sus
propios estatutos y surge como modelo prototípico el Colegio Notarial de Bolonia, a
impulsos del granRolandino,
Al siglo siguiente, ya España contaba con sus colegios notariales a partir del
Colegio de Notarios del Número y Caja y del Colegio de Notarios Reales de San Juan
Evangelista. En Valencia, en plena edad media, la organización notarial encuentra su
apogeo. Luego de la unificación de los reinos de Castilla y León la actividad notarial
alcanza un desarrollo orgánico, que culminaría en 1862 con el dictado de la Ley
Por Carlos Ighina 197
FUNDACIÓN DEL COLEGIO DE ESCRIBANOS DE LA PROVINCIA DE
CÓRDOBA
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N"87/88A.COLEGIO DE.ESCRIBANOSV' DELAPROVlNCIADECORiJOBI\
269
197 Abogado. Docente Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, UNC. Docente Universidad NotarialArgentina.
La presencia del notario en Córdoba se advierte desde el mismo momento
fundacional de la ciudad, cuando el escribano de Su Majestad, don Francisco de
Torres, por indicación de don Jerónimo Luis de Cabrera, redacta lo que sería el primer
documento notarial: el acta de fundación de la ciudad, datada el 6 de julio de 1573.
Desde ese instante, la figura del notario resultará inseparable de la vida
relacional y de la seguridad de los negociosjurídicos en la amplia región con epicentro
en el valle de Quizquisacate.
Sin embargo, debería transcurrir mucho tiempo hasta que el desarrollo propio
de la función de fedante y su sentido de cuerpo como actitud preservadora de su alta
misión ética y social, indicasen la necesidad del agrupamiento profesional de los
notarios en cuanto a profesionales del derecho determinados por un quehacer
cualificado.
Las corporaciones de escribas aparecen en los pueblos más antiguos de la
humanidad y concretamente en Roma, fecunda y generosa madre del derecho, se
esboza el principio de la colegiación con los colegios de los tabeliones, reconocidos
por la legislación justineanea. Desde el siglo XII los colegios de notarios se dan sus
propios estatutos y surge como modelo prototípico el Colegio Notarial de Bolonia, a
impulsos del gran Rolandino,
Al siglo siguiente, ya España contaba con sus colegios notariales a partir del
Colegio de Notarios del Número y Caja y del Colegio de Notarios Reales de San Juan
Evangelista. En Valencia, en plena edad media, la organización notarial encuentra su
apogeo. Luego de la unificación de los reinos de Castilla y León la actividad notarial
alcanza un desarrollo orgánico, que culminaría en 1862 con el dictado de la Ley
Por Carlos Ighina 197
FUNDACIÓNDEL COLEGIO DE ESCRIBANOS DE LA PROVINCIA DE
CÓRDOBA
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N"87/88A.COLEGIO DE.ESCRIBANOSV' DELAPROVINClADECORDOBA
270
199 LOS PRINCIPIOS. 17 de julio de 1897. Córdoba.
198 GALLINO, Eduardo -IGHINA, Carlos A., 1997, Consejo Federal del Notariado Argentino a 40años de su creación, Alveroni Ediciones. Córdoba, pág. 14.
Antecedentes asociativos en el notariado de Córdoba
Hacia mediados de 1897 se publica en el diario católico "Los Principios" 199
una larga crónica, cuyo contenido se reitera luego en ediciones posteriores,
En 1889, federalizada la ciudad de Buenos Aires, se organiza en La Plata el
Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires. Luego se irán estructurando
localmente los colegios de Rosario (1910), Salta (1911), Mendoza (1915) y Córdoba
(1917). Con el tiempo la ley los transformaría en personas de derecho público, como a
todos aquellos que les sucedieron en el ámbito de la república". 198
Orgánica del Notariado Español, la cual reconoce y manda el establecimiento de
colegios notariales.
La evolución del notariado francés es prácticamente paralela, con los
Establecimientos de San Luis, en 1270, y la sanción de la señera ley del 25 de
Ventoso, en 1803, con las Cámaras de Disciplina que representan a los notarios de
cada jurisdicción.
El primer antecedente corporativo en el actual territorio argentino se da a través
de la Hermandad de San Ginés de Arlés, conformada por los escribanos de registro de
la ciudad de Buenos Aires, mediante acta del 19 de agosto de 1788, a efectos de
prevenir las contingencias que el devenir pudiese depararles. En realidad esta
asociación no reunía los caracteres propios de la colegiación sino que sus finalidades
eran más específicamentemutualistas.
Casi 80 años más tarde, en 1866, se funda el Colegio de Escribanos de Buenos
Aires, que aparece como una asociación civil voluntaria, cuyo objetivo es 'propender a
la mayor ilustración y respetabilidad del gremio'. De esta manera, como lo observa
Jorge Bollini, nuestro primer colegio notarial nace anterior a la legislación civil de
fondo.
Revista Notarial- 2006/2007 - N°87/88COLEGIO DE F5CRIBANOSDE lA PROVINCIA DE CORDOBA
271
200 LA PATRIA. 24 de julio de 1897. Córdoba.201 MOYANO ALIAGA, Alejandro, 1970, "Índice cronológico y alfabético de los escribanos deCórdoba (1574 - 1925), en Revista Notarial de Córdoba N° 19/20, págs. 106-127.202 DOMÍNGUEZ, Eloy, 1959, "Historias notariales", en Revista Notarial de Córdoba N" 1, págs, 31-
El periódico "La Patria" comenta que al doctor José Bianco le había sido
ofrecida en dos ocasiones la vicepresidencia, pero éste habria rehusado en razón de sus
muchas obligaciones. Curiosamente, el doctor Bianco no figura en Índice Cronológico
y Alfabético de los Escribanos de Córdoba (1574-1925), confeccionado por el
licenciado AlejandroMoyano Aliaga. 201
El escribano Eloy Domínguez, quien fuera presidente de nuestro colegio y
figura articular de la reorganización notarial cordobesa, en sus "Historias notaríales'F"
corroborada asimismo por la edición del periódico "La Patria" 200 de días después, que
hablan de la constitución de un Centro Notarial llevada a cabo en el Centro Literario,
cedido a sus fines por su presidente, el doctor Comelio Moyano Gacitúa.
El mentor de la iniciativa es el escribano don Tomás García Montaño, quien
extendiera su actividad entre 1891 y 1918. García Montaño había comenzado como
adscripto del Registro N° 4, cuyo titular era el escribano Julio F. Aliaga, luego primer
vicepresidente del Colegio de Escribanos de Córdoba, más tarde fue titular en la
ciudad de San Francisco y finalmente primer titular del Registro N° 25, desde 1896
hasta 1918.
En la asamblea realizada el 23 de julio de 1897, García Montaño fue electo
presidente, acompañado por el escribano Edelmiro Pérez, quien a principios de ese
mismo año se había desempeñado como interino en la notaría de aquel.
En el cargo de secretario figura el escribano don José Pérez Carranza, quien
veinte años más tarde formaría parte, como el escribano Julio F. Aliaga, de la primera
comisión directiva del Colegio. Precisamente, Aliaga es elegido vocal junto a los
escribanos Modesto Moreno y Ponciano Gallegos. Tanto Moreno como Gallegos
fueron, a su tiempo, titulares del histórico Registro N° 1, cuya primera escritura,
realizada por el escribano público y de Cabildo, don Juan Pérez y Montañéz, data de
1574.
Revista Notarial - 2006/ 2007 - N°87/88Q COLEGIO DE ESCRIBANOS~ DE LA PROVINCIA DE CORIX.lBA
272
35.203 LA VOZ DEL INTERIOR, 17 de abril de 1909, Córdoba.
El último presidente de los centros notariales que precedieron a la fundación del
Colegio de Escribanos de Córdoba falleció asesinado el 16 de abril de 1909203• Su
cuerpo inerte fue hallado inclinado hacia adelante, sobre el escritorio, con la diestra
tendida, como si fuera a tomar una lapicera.
Como también afirma Eloy Domínguez, en esos tiempos "no había colegiación
obligatoria, ni Escuela de Notariado en la Facultad de Derecho de nuestra Universidad,
ni réditos, ni obras sanitarias, ni informes previos municipales, ni Dirección de
refiere que hacia las proximidades del año 1900 es posible encontrarse con los intentos
de formación de varios centros notariales, el último de los cuales, antes de la fundación
del Colegio de Escribanos de la Provincia de Córdoba, estuvo presidido por el
escribano don Ismael Galíndez. En 1865, Galíndez, que contaba con 21 años en ese
entonces, se había incorporado al Registro Notarial N° 3, con asiento en la ciudad de
Córdoba, históricamente iniciado en 1763 por don Clemente Guerrero, prosiguiendo
con sus actividades notariales hasta el 21 de agosto de 1880, fecha de la última
escritura de la escribanía a su cargo. El hecho de su situación de retiro como escribano
en ejercicio no habría sido óbice para su designación en la presidencia del Centro
Notarial. Ocurre que Galíndez era una persona de amplísimas vinculaciones sociales y
de gran protagonismo en el mundo de la política y de los negocios inmobiliarios.
Pasando el límite de las locaciones residenciales socialmente aceptado, había
construido un chalet más allá de la calle Congreso, después Colón, el cual, además de
poseer aires elegantes y suntuosos, lucía un atrayente estilo campestre, claro que a la
moda europea: se trata de la actual Casona Municipal, ubicada en la esquina de la
Avenida General Paz y calle La Rioja.
Luego de una serie de reveses financieros, caído ya el juarismo que fue el
sostén de sus operaciones inmobiliarias, el Banco Provincial de Córdoba se hace
cargo, en 1901, del chalet, como parte de pago de obligaciones inmobiliarias, y los
muebles, cuadros, bronces, obras de arte, carruajes y animales de don Ismael Galíndez
son rematados.
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N°87/88COLEGIO DE ESCRIBANOSDE IA PROVINCIA DE CORDOBA
273
204 DOMÍNGUEZ, Eloy, trabajo citado. pág. 31.205 DOMÍNGUEZ, Eloy, trabajo citado. pág. 31.206 IGHINA, Carlos A., 1998, "La Córdoba de 1918. A los 80 años de la Reforma Universitaria",Revista Notarial, Córdoba, N° 75, págs. 204-208.
En San Vicente, desde 1898, trabajaba el "Molino Leticia", de Juan y Domingo
Minetti, establecimiento el cual, desde Córdoba, dominaba las plazas de Tucumán,
Santiago del Estero y otras provincias del norte. En 1917 comenzó a funcionar, en
La Córdoba de 1917
Como dijimos en otra oportunidad y en esta misma Revista Notarial 206,el
censo de 1914 había dado para la ciudad de Córdoba 134.935 habitantes y ya la
inmigración tenía ganado su espacio. Los índices de crecimiento eran elocuentes:
62.000 vecinos más entre 1900 y 1914. Evidentemente Córdoba estaba dejando de ser
una aldea y comenzaba a contradecir el descansado tiempo de los centros notariales.
La vocación industrial ya comenzaba a manifestarse. Precisamente, el
mencionado censo nacional de 1914 revela la existencia de 2.836 establecimientos
industriales en la provincia. Cabe destacar, como detalle no menor, que el 70% de los
establecimientos era propiedad de extranjeros.
De entre todos los centros fabriles sobresalía la alta chimenea de la Cervecería
Córdoba, inaugurada en ese 1917, productora de las famosas cervezas "Córdoba",
"Munich" y "Pilsen", La Cervecería Río Segundo, ubicada desde 10 años antes en
barrio San Martín, era también un jerarquizado núcleo fabril con alrededor de 1.300
empleados, que lanzaba al mercado la importante cantidad de 20 millones de litros
anuales.
Catastro con registro gráfico, ni nada de esas cosas que hoy han convertido al
escribano en un esclavo blanco de la infernal burocracia estatal". 204.
Bien reflexiona nuestro antiguo presidente: "Córdoba era una aldea; grande,
pero aldea al fin. Su notariado era incipiente y plácido. No existían problemas que
pudieran interesar a todos. El Centro Notarial era un lugar más donde matar el tiempo
que sobraba generosamente a nuestros antecesores ¡Felicesde ellos!".205
Revista Notarial- 2006/2007 - N°87/88COLEGIO DE.ESCRIBANOSDEIA PROVIt"lCIADE CORDOBA
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207 ROMANZINI, Arturo, 1983, Para recibirse de cordobés. Establecimiento Gráfico La Docta,Córdoba, pág. 87.
Villa Revol, la fábrica de cemento portland de Garlot y Verzini, inicio de una actividad
que distinguiría a Córdoba.
En forma paralela, la renovación de la estructura urbana tuvo en ese tiempo
interesantes expresiones. Desde 1913 lucían como edificios referenciales el Palacio
Ferreyra, el Hotel Victoria, de calle 25 de Mayo, y el Hospital de Clínicas, a la par que
se construía la estación del Ferrocarril Central Argentino, luego Mitre. Mientras la
Avenida Argentina, después H. Yrigoyen, veía crecer los árboles plantados a su vera,
era inminente la mensuración de Villa Belgrano y el Pabellón de las Industrias
mostraba su novedosa estampa de madera a la entrada del Parque Sarmiento.
Córdoba ya no era la cuadricula urbana primitiva. Calles pavimentadas de
granito o canto rodado, y algunas otras con adoquines de madera, la surcaban aquí y
allá. Los teléfonos y la fuerza eléctrica le prodigaban modernidad tecnológica. El
antiguo tranvía a caballos alternaba desde 1909con la potencia del eléctrico.
Los ingenieros Olmos, Allende Posse y Cisneros llevaban adelante el Camino
de las Altas Cumbres, orgullo de ingeniería vial para la época. En la ciudad, el
macadam comenzaba a oficiar de sustento a los todavía asombrosos automóviles.
Los paseos constituían oportunidades de amables encuentros: la Plaza San
Martín, con su flamante estatua ecuestre; el Paseo SobreMonte, con su lago; el Parque
Las Heras, con sus bucólicos senderos; la Plaza del Caballo o Plaza General Paz, al
decir de Arturo Romanzini, era "punto obligado de procesiones cívicas, religiosas,
militares, estudiantiles y gremiales". 207
La buena gente concurría a los salones de "La Oriental", de calle 9 de Julio,
donde extranjeros y turistas compartían con la elite local las tardes de te. Tampoco es
posible dejar de lado las veladas del "Crisol Club", en el parque, o los encuentros en la
tradicional "Confitería del Plata", con sus tertulias y varietés.
Es en 1917 cuando Joaquín de Vedia comenta en La Nación: "Caminando por
las calles centrales advertí muchos y muy grandes cafés, muy frecuentados, y
confiterías y bares, y jóvenes elegantes, todos afeitados y todos entallados, que hablan
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N°87/88COLEGIO DE ESCRIBANOSDELAPROVINCIA DECORDOBA
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208IGHINA, Carlos A. op. cit. pág. 214.209 IGHINA, Carlos A. trabajo citado.. pág. 232
La política
Sin duda, la de Ramón 1. Cárcano era la figura más expectable de la política
cordobesa. Referente absoluto del Partido Demócrata, vivía el período áureo entre sus
dos recordadas gobernaciones y aspiraba a ser elegido diputado nacional, meta que
obtendría al año siguiente.
En el otro campo, en el radical, la realidad de 1917era por demás compleja, con
grandes y graves enfrentamientos internos. El primer gobernador radical electo, el
doctor Eufrasio Loza, debió dejar su cargo, el 17 de mayo de 1917, a su
vicegobernador, el doctor Julio D. Borda, un riocuartense de 45 años. Como
oportunamente lo comentáramos 209, al poco tiempo de asumir Borda se produjo una
gran convulsión en el senado provincial, al punto que los legisladores oficialistas
solicitan la intervención del Poder Legislativo. El gobernador Borda, ante esa
perspectiva, clausura el senado, motivando que el Congreso de la Nación lo
La vida intelectual y literaria adquiría para ese año especial relieve por la
proliferación de cenáculos donde se abordaban los más dificiles temas, si bien la
guerra europea estorbaba la llegada de libros, revistas o catálogos a cuya lectura ya
estaba acostumbrada la Córdoba culta.
La Córdoba de 1917 sirvió de inspiración al escritor Manuel Gálvez para la
novela "La sombra del convento", ambientada en el muy criollo barrio El Abrojal;
mientras tanto, la intelectualidad cordobesa brillaba con los nombres de Saúl Taborda,
Ramón J. Cárcano, Enrique Martínez Paz, Pablo Cabrera, Arturo Capdevila, Deodoro
Roca y Arturo Orgaz, entre otros pensadores de talento.
En el campo de la ciencia, Charles Perrine, director del Observatorio
Astronómico, construyó íntegramente en Córdoba, en 1917, un poderoso telescopio
que serviría para importantes descubrimientos sobre galaxias y espectrocopía solar.
de carreras, carreras de Palenno. Varios cines ofrecen al paso la nota chillona de suscarteles". 208
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N°87/88Q COLEGIO DE ESCRIBANOS'W DElA PROVINCiADECORDOIlA
276
210 MOYANO ALIAGA, Alejandro, trabajo citado ..
Para 1917 existían 78 registros notariales habilitados en la Provincia de
Córdoba, aunque no todos ellos con la cobertura de sus respectivos titulares. En la
ciudad capital prestaban sus servicios 30 registros, mientras que los restantes se
distribuían en diversas regiones del territorio provincial: Río Cuarto poseía cuatro
registros notariales, Villa María dos, y Bell Ville, San Francisco y La Carlota, dos cada
una de esas cabeceras de departamento. La gran mayoría de los otros registros se
asentaban en la denominada "pampa gringa", es decir, la gran zona productiva
agrícola-ganadera., a razón de uno por localidad. Así podemos mencionar los de
lugares como Santa Rosa de Río Primero, Cruz Alta, Villa Nueva, Morteros, Leones,
Laboulaye, Canals, Oliva, Las Perdices, Laborde, Etruria, Coronel Moldes, Marcos
Juárez, Las Varillas y Hernando. Además funcionaban en esa área registros que en su
jurisdicción abarcaban más de una localidad, como los de Río Segundo - Villa del
Rosario, Villa Concepción del Tío - San Francisco y Pueyrredón - Torres, en el
departamento Río Cuarto. En la región de Traslasierra estaban en actividad dos
registros en Villa Dolores; uno solo, en Cosquín, en el valle de Punilla; y hacia el
norte uno en Cruz del Eje, uno en Deán Funes y uno en Jesús María. En el sur
provincial había dos: en Villa Huidobro y uno en Huinca Renancó.
Según podemos deducir de la información que nos brinda Moyano Aliaga 210, la
nómina aproximadamente completa de los notarios actuantes en 1917 en el territorio
de la Provincia de Córdoba, incluyendo titulares y adscriptos, era la siguiente:
Modesto Moreno, Laureano A. Pizarro, Feliciano Peralta, Valentiniano Peralta,
Roberto von der Wall, Manuel Correa Varalla, Luis Funes, José Sánchez, José Pérez
La situación del notariado
intervenga. Sin embargo, el presidente Yrigoyen veta la intervención y recién da curso
a esta trascendental medida política en noviembre de 1917.
En el seno del radicalismo cordobés, azules y rojos son adversarios
inconciliables. Esta situación llevaria al partido de Alem a una segura derrota en las
siguientes elecciones.
Revista Notarial - 2006 12007 - N°87/88Q COLEGIODEESCRlBANOS'W DE lA PROVINCIA DE CORDOBA
277g@anos
211 DOMÍNGUEZ, Eloy, trabajo citado, pág. 31.
Carranza, Prudencio Bustos, Jorge Torres Castaños, Ercolino C. Conte, Roberto
Morcillo, ErnestoW. Taborda, Pío C. Dávila, Anselmo Ceballos, Julio del Viso, Osear
de Goicoechea, Carlos J. Amuchástegui, Luis L. Luque, Pedro Martínez Ferrer,
Ignacio E. Ferrer, Carlos A. Bustamante, Domingo Oliva, Wenceslado S. Molina,
Robustiano Reyna Almandos, Ernesto Rodríguez de la Torre, Juan Martínez Tagle,
Francisco L. Rodríguez, Eliseo Mansilla Quiroga, Abraham S. Castellanos, Roberto
Figueroa, Honorio C. Rodríguez, Isaac S. Martínez Ferrer, Advertano Cabrera, Arturo
Gavier, Conrado R. Arrnoa, Perfecto Guerrero, Alberto F. Pacheco, Tomás J. Casas,
Nicolás Valdez, Faustino C. Ferrari, Víctor M. Roqué, Federico Sánchez Buteler, José
M. Maciel, Manuel Carranza, César A. Serra, Carlos 1. Luque, Emiliano Romero
Matos, Ernesto del Viso, Miguel R. Duarte, Manuel M. López, Roberto F. Beltrán,
Clodomiro M. Corvalán, Alfredo Argañaras, Juan J. Rodríguez, Justo E. Mañay, Fidel
Centeno, Juan Sosa, Vicente Sánchez, Fernando M. Aliaga, Julio H. Brandán, Severo
F. Cabanillas, Julio Soaje, Ventura Pardal, Nicanor Luque, Julio Ramallo, Julio
F.Aliaga, Jesús Bustos Fierro, Edelmiro Pérez y Luis Alberto Argüello.
Así como el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires precedió en
prácticamente un lustro a la sanción del Código Civil, también en Córdoba los corrillos
entre escribanos de registro y aquellos otros directamente vinculados con su actividad,
se anticiparon también a la formación del Colegio de Escribanos, estrechando
relaciones e intercambiando informaciones en habituales espacios de encuentro como
era la Confitería del Plata, que alegraba las tertulias de los cordobeses desde 1878, en
la esquina de las antiguas calles General Paz y Constitución, hoy SanMartín y Rosario
de Santa Fe, lugar de buen tono donde entre copita y copetines se especulaba en
propiedades, en operaciones hipotecarias, en acciones, pero siempre dentro de un
clima afable donde se ejercitaba el arte de la conversación y, por ende, el del
entendimiento de las personas.
Como dice el escribano Eloy Domínguez 211 "nuestros mayores tenían la suerte
de ser aprobados por un simple examen de capacitación rendido ante el Superior
Tribunal de Justicia, que les habilitaba para ejercer el notariado, pero sólo dentro de
Revista Notarial - 2006/ 2007 - N°87/88Q COLEGIO DE ESCRLBANOS'W DE lA PROVINCL"DECORDOBA
278
los límites de la provincia, a diferencia del título posteriormente obtenido en una
universidad, con el cual se podía ejercer en todo el territorio de la república'; como
bien lo hace notar el propio Domínguez, de aquí viene lo de "escribano nacional",
otrora profusamente colocado en tarjetas y membretes, como señalando un plus
académico por sobre el resto de los fedantes. En la práctica, corrobora el mencionado
ex presidente del Colegio de Córdoba,
"se soslayaba la cuestión inscribiendo simplemente 'escribano público', sin
especificar el origen nacional o provincial".
La aparición de las escuelas de notariado, expidiendo sus títulos con todas las
galas académicas y con el aval de las más prestigiosas universidades del país,
conmovió a la grey de los escribanos de vieja data, que veían a los flamantes egresados
como potenciales amenazas de sus situaciones profesionales.
La Escuela de Notariado de la Universidad Nacional de Córdoba, dependiente
de la Facultad de Derecho, se había abierto en 1910.El 8 de diciembre de 1913egresó
el primer notario universitario de la Casa de Trejo, Robustiano Reyna Almandos,
porteño, casado y de 29 años, quien apenas transcurridos cinco meses de la recepción
de su título ya era adscripto del Registro N° 35, con asiento en Laboulaye; a los dos
años sería titular. En la misma ceremonia de egreso del primer notario universitario
recibirían sus títulos de doctores en derecho y ciencias sociales personalidades como
Arturo Capdevila y Raúl Orgáz.
Un año más tarde egresa Justo Mañay, como Reyna Almandos porteño y
casado, pero de 34 años. Un mes después estaba firmando su primera escritura como
fundador del RegistroN° 69, de Cosquín.
En 1915 egresaron Ventura Pardal, Osear Durañona, César A.Serra, Miguel A.
Patiño y Ernesto W. Taboada. A los ocho meses, Pardal inauguraría el Registro N° 77,
de Las Varillas; a los cinco meses, Serra sería titular en Etruria; y al año, Taboada
también sería titular en Cruz del Eje.
En cuanto a los egresados de 1917,no corrieron peor suerte. A los cuatro meses
de su egreso, el salteño Juan F. Serafíni era titular en Deán Funes; y Telésforo
Figueroa, de sólo 22 años, no tardaría siete meses en ser titular en Jesús María.
Revista Notarial - 2006/ 2007 - N°87/88Q COLEGIO DE.ESCRiBANOS'V DElA PROVINCIADECORDOSA
279
212ACTAS y ANTECEDENTES DEL PRIMER CONGRESO NOTARIAL ARGENTINO. 1917.Buenos Aires, pág. 6-7.213 ACTAS, págs. 8-9.
La comisión directiva del Colegio de la Ciudad de Buenos Aires, presidida por
el escribano Ricardo M. Wright, se dirigió a las provincias pidiendo la designación de
delegados. Pronto fueron recibidas las respuestas positivas de Rosario, Tucumán,
Bahía Blanca, Mendoza y La Plata 213. Sin embargo, un notariado como el cordobés,
de tan larga como significativa trayectoria, carecía de representación orgánica. En
Buenos Aires se consideró que eso no era posible y de inmediato comenzaron las
correspondencias y los contactos personales, el objetivo era encontrar alguien que se
propusiese y tuviese las aptitudes para concretar la representatividad orgánica del
notariado cordobés. Apunta Domínguez que esa persona fue el joven Manuel
Florentino de Allende, quien, "convenientemente asistido por otros colegas tales como
Roberto Figueroa, Guillermo Centeno, Roberto von der Wall, Tomás García Montaño,
Julio F. Aliaga, Luis L. Luque, José María Maciel, Cirilo Carranza y Abraham
Castellanos, entre otros", se da a la tarea de promover una reunión de grandes
Los primeros en advertir la nueva problemática son los escribanos en ejercicio
de la Ciudad de Buenos Aires, quienes no en vano llevaban 50 años de colegiación. El
26 de febrero de 1916 se reúnen en asamblea general para programar un congreso
notarial argentino a los fines de tratar un proyecto de ley orgánica notarial. Por una
moción del escribano Calatayud se permite que cualquier escribanos aunque no se
encontrase en ejercicio o no fuere asociado de los colegios notariales, pudieseparticipar como delegado 212
El temario general del congreso proponía asuntos de gran interés profesional
como la preparación de leyes que establecieran la organización del notariado en la
Capital Federal, las provincias y los territorios nacionales; las bases para la formación
de consejos y colegios profesionales; las reformas a las disposiciones vigentes
relativas a los actos notariales; los honorarios de escribanos; pero, por sobre todo,
aunque la propuesta se la hiciere en pie de igualdad con todas las demás, interesaba la
cuestión de la nacionalización de los títulos de escribanos.
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N°87/88COLEGIO DE ESCRIBANOS"" ... c - "".:T DE lA PROVINCi.\ DE CORDOBA
280
214 DOMÍNGUEZ, Eloy, trabajo citado. pág. 32.215 DOMINHUEZ, Eloy, trabajo citado, págs. 32-33.
La antigua estructura del Seminario de Loreto albergaba ahora a una serie de
oficinas donde se desarrollaban diversas actividades. Sus ventanas ojivales daban al
conjunto un carácter particular, concorde con su misión originaria: casa de estudios y
residencia de losjóvenes aspirantes al sacerdocio en el ámbito del clero diocesano. Por
cierto que no todos sus educandos terminaron vistiendo la larga y negra sotana, hubo
algunos, como José Maria Paz, que llegaron al generalato conduciendo con genialidad
de estratega importantes acciones guerreras.
En la planta baja estaba la librería de Salas, una de las conocidas "librerías de
viejo". Su dueño, hombre de vasta cultura y agradable conversación, guardaba allí la
imagen de Nuestra Señora de la Peña de Francia, la advocaciónmariana traída por don
Jerónimo Luis de Cabrera que, no obstante ello, no concitó en los cordobeses una
arraigada devoción. Hoy, sólo una cerámica del plástico Armando Sica puede
contemplarse en el Pasaje de Santa Catalina.
El 26 de abril de 1917
El 26 de abril de 1917, las oficinas que Manuel Florentino de Allende poseís en
lo que fuera el edificio del viejo Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Loreto,
adosado que era al ábside la Iglesia Catedral -hoy espacio libre ocupado por la
Plazoleta del Fundador- recibieron a un número suficiente de escribanos como para
tratar los asuntos de convocatoria.
Observa un tanto socarronamente don Eloy Domínguez que "los colegas
porteños, quizás ante nuestra fama de pachorrientos, que en la emergencia estuvo un
tanto justificada, destacaron al escribano don Marcelino D. Dhers, quien con su
bonhomía, su don de gentes y su tacto especialísimo fue sumamente eficaz en el
desempeño de su cometido" 215 , el cual no era otro que contribuir a la organización del
notariado cordobés.
contornos para apoyar el Primer Congreso Notarial Argentino y designar delegados almismo. 214
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N°87/88A COLEGIODEESCRlBANOS~ DE lA PROVIJ'ICJADECORDOBA
281~
dl10S
216 DOMÍNGUEZ, Eloy, trabajo citado,. pág. 33.
La primera comisión directiva
Como primer presidente del Colegio de Escribanos de Córdoba fue elegido el
escribano don Feliciano Peralta, quien para ese entonces ya había superado los 60 años
de edad. Se trataba de una figura reconocida dentro del notariado cordobés, quien
había ingresado al Registro N° 3 como escribano público interino, labrando su primera
escritura el 2 de enero de 1889;más tarde revestiría bajo la figura de escribano público
adscripto hasta 1910, y desde este año desarrollaría una dilatada actividad en la
Dice Eloy Domínguez, quien tuvo oportunidad de dialogar con varios de los
protagonistas de entonces, que "la reunión de marras era para elegir los delegados al
Primer Congreso Notarial Argentino, pero entre el ingrediente fundamental que puso
en movimiento ese interés y la habilidad de don Marcelino Dhers, quien asistía a la
asamblea, resolviese también designar una comisión constitutiva del 'Colegio de
Escribanos de Córdoba', cuyos componentes representarían asimismo a nuestraprovincia en el congreso" 216
La mencionada comisión debía redactar los estatutos del naciente colegio y
llamar a nueva asamblea para su aprobación y la elección de las autoridades
definitivas.
Prestigiosos escribanos del momento integraron ese grupo promotor. Al empuje
de Manuel Florentino de Allende se sumaron otros de indudable arraigo en el medio,
como don Roberto Figueroa , titular desde 1904 del Registro N° 42; don Alberto F.
Pacheco, quien en 1899 iniciara el registro de Morteros y también lo hiciera luego en
Río Cuarto; don Osear C, de Goicoechea, titular. de registro en Río Cuarto; don
Feliciano Peralta, quien venía desempeñándose en el Registro N° 3 desde 1889; don
Laureano A. Pizarro, quien ya en 1880estaba en el Registro N° 3; y Arnulfo 1. Guerra,
quien siendomás joven, ya había tenido la responsabilidad de algunas adscripciones.
La comisión cumplió con el mandato recibido, redactó los estatutos y, como
consecuencia de su aprobación, fueron elegidas las primeras autoridades del Colegio
de Escribanos de Córdoba.
Revista Notarial - 2006 /2007 - N°87/88Q COLEGIO DEFSCRlBANOS'W DE lA PROVINCV. DECORDOllA
282
217 CALIGlURl, Francisco y PICCÓN, Augusto L., 2000. Sierras Hotel. Alta Gracia, Alta Gracia,pág. 18.
condición de escribano titular de registro. Don Feliciano Peralta, al tiempo de fundarse
el Colegio de Escribanos, tenía como escribano adscripto a su hermano Valentiniano.,
quien lo acompañaría hasta 1919.
Feliciano Peralta tenía su estudio notarial sobre la calle 27 de Abril, entre
Independencia y Obispo Trejo, vereda sur, es decir, en una de las tantas oficinas
ubicadas en la vieja recova de la Teresas, las monjas de clausura Carmelitas Descalzas
de San José, monasterio fundado en 1628 por don Juan de Tejeda con la autoridad
monástica de su hermana, doña Leonor de Tejeda.
Entre otras de las participaciones de don Feliciano Peralta es de destacar su
intervención, entre 1906 y 1908, en la transferencia de los terrenos destinados a lo que
sería luego el famoso Sierras Hotel de Alta Gracia, propiedad entonces de doña
Manuela Lozada de Cámara, abuela del más tarde sobresaliente político del Partido
Demócrata, José Aguirre Cámara, el gran contendor de don Amadeo Sabattini por la
gobernación de la Provincia de Córdoba .217
El vicepresidente fue el escribano don Julio F. Aliaga, quien ya había
participado, veinte años antes, en anteriores intentos asociativos. El escribano Aliaga
se desempeñaba al frente del Registro N° 4 desde el año 1890.
Los primeros secretarios fueron Manuel Florentino de Allende y Amulfo l.
Guerra. Como lo dijimos, don Manuel Florentino de Allende tenía sus oficinas en una
de las dependencias del viejo Seminario de Nuestra Señora de Loreto, en la hoy
Plazoleta del Fundador, y era una personalidad conocida por la dinámica de su
actividad. Antes de la fundación del Colegio de Escribanos había incursionado en las
lides periodísticas a través de las páginas del diario "El censor", de Río Cuarto.
Políticamente, siempr.eestuvo relacionado con la Unión Cívica Radical, manteniendo
fluida vinculación con dirigentes como los ex presidentes Hipólito Irigoyen y Marcelo
Torcuato de Alvear, y sus respectivos vicepresidentes, Pelagio B. Luna y Elpidio
González.
Revista Notarial - 2006 /2007 - N°87/88a COLEGIO UEESCRlBANOS'W DE lA PROVn'¡CIADECORDOBA
283
218 DOMÍNGUEZ, Daniel Alejandro y CESANO, Juan Carlos, 1997, Egresados de la UniversidadNacional de Córdoba con el título de notario hasta 1927. Córdoba, inédito.
Manuel F. de Allende había sido también inspector de Defensa Agrícola, tarea
que lo llevó a diversas provincias argentinas, especialmente en las campañas contra la
invasión de las langostas, que asolaban los campos destruyendo sembradíos.
En sus actividades en Córdoba tuvo como socio a Félix Sarria, con quien
compuso un efectivo quehacer y consolidó una sólida amistad, pese a las divergencias
políticas, pues, como lo sabemos, de Allende era radical y Sarria un ferviente "lomo
negro", es decir, del Partido Demócrata.
Del "Indice Cronológico y Alfabético de los Escribanos de Córdoba", del
licenciado Alejandro Moyano Aliaga, tomamos conocimiento que Manuel Florentino
de Allende se hizo cargo como titular del Regsitro N° 80, de la Capital, en 1918,
labrando su primera escritura el 23 de setiembre de ese año. A la luz de esta
información y no figurando como adscrito en ningún otro registro, detenemos nuestra
curiosidad en la situación profesional del escribano de Allende al momento de
fundarse el Colegio de Córdoba, toda vez que debió ser importante al ser sus oficinas
el lugar fisico de la fundación y resultar elegido como secretario en la primera
comisión directiva. Por otra parte, en la investigación que realizaron los doctores
Daniel Alejandro Domínguez y Juan Carlos Cesano sobre los egresados de la
UniversidadNacional de Córdoba con el título de notario entre 1913y 1927. 218
Todo nos hace suponer que para abril de 1917,Manuel Florentino de Allende
había cumplimentado con las exigencias de la Ley Orgánica de Tribunales vigente en
ese momento, es decir, la Ley N° 1824, de 1906, que tuvo valor hasta el 29 de enero
de 1925. Esta ley determinaba para los aspirantes a la titularidad o a la adscripción de
un registro notarial haber rendido examen de suficiencia ante el Superior Tribunal de
Justicia y acreditar una experiencia de tres años en una escribanía radicada en la
provincia. Es probable que la participación de Manuel de Allende hubo de darse
conforme con el criterio amplio del escribano Calatayud, expresado en Buenos Aires,
en 1916, en el sentido de que en el futuro congreso debería darse cabida, como
delegados, a todo escribano, en ejercicio o no de la profesión.
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284
219 OLIVA DÍAZ, Pedro C. 1966, Para la historia del notariado cordobés. Año 1897 .Ley Orgánicade los Tribunales N° 1419, en Revista Notarial N° 767, La Plata, pág. 1645.
El escribano Feliciano Peralta permaneció pocos meses como presidente del
flamante Colegio de Escribanos, sólo entre abril y julio de 1917. A partir de este
último mes y hasta 1925 fue presidente donManuel Florentino de Allende.
Manuel Florentino de Allende falleció en Córdoba, el 2 de junio de 1936, luego
de un prestigioso ejercicio del notariado. Sus restos descansan en el cementerio de
Santa Inés, de Villa Allende.
El otro secretario elegido fue el escribano Amulfo I. Guerra, quien
probablemente estuviese en la misma situación que de Allende para 1917, pues recién
aparece como adscripto del escribano Tomás García Montaña en setiembre de 1918.
En 1921 se hizo cargo como titular del Registro N° 68, con asiento en Marcos Juárez,
donde cumplió un largo desempeño.
El tesorero de la primera comisión directiva fue el escribano Guillermo
Centeno, quien ya desde 1906 había sido adscrito sucesivamente de los escribanos
Pedro Díaz Yofre y Eliseo Mansilla Quiroga.
Los cinco vocales fueron Roberto van der Wall, Abel Granillo Barros,
Prudencia Bustos, José Pérez Carranza y Nicolás Agüero.
Roberto van der Wall era titular del Registro N° 6 desde 1887; Prudencia
Bustos había comenzado como adscripto del escribano José Pérez Carranza -también
vocal en esta comisión- en 1906,y luego lo sucedería en la titularidad a partir de 1921,
cumpliendo una respetada trayectoria profesional; Abel Granillo Barros era titular del
Registro N° 50 desde 1906; José Pérez Carranza era titular del Registro N° 12, como
van der Wall desde 1887, habiendo participado en anteriores intentos de formación de
centros notariales y acreditando en su legajo personal haber sido el primer notario
cordobés que inscribió por primera vez un título de propiedad en el Registro General
creado por la ley N° 1419 (fue el 22 de marzo de 1897 y se trataba de un terreno
ubicado en el pueblo de La Toma, hoy barrio Alberdiji'"; y Nicolás Agüero era titular
del Registro N° 56 desde 1906; posteriormente fue presidente del Colegio de
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285
220 BISCHOFF, Efraín U. 1997.Perfecto Guerrero. Comediógrafo y escribano, Córdoba, pág. 6.221 IGHINA, Carlos A. 1999. La heterogénea historia del solar notarial, en El Notario de Córdoba,Córdoba, pág. 38.
Había nacido en Madrid el 18 de abril de 1877, pero estaba radicado en
Córdoba desde adolescente. Dotado de innatas condiciones ingresó al diario "Los
Principios" poco tiempo después de ser fundada esta publicación católica en 1894.
Naturalizado argentino, formó parte de las tropas de la primera conscripción en Santa
Catalina, en el año 1897. Luego fue auxiliar de policía y, como dice Bischotf20, "se
hizo ducho en trajinar con papeles curialescos, lo que le serviría para su futura
profesión".
En el servicio militar, Perfecto Guerrero trabaría una amistad perdurable con
Abel Granillo Barros, vocal, como lo hemos visto, de la primera comisión directiva.
Con el tiempo, su hija Estela se casaría con Eduardo Granillo Barros. Abel Granillo
Barros, como los escribanos Silvano Gallegos, Marcelino Peñaloza y Raúl de la Roza,
además de Guerrero y Feliciano Peralta y Manuel Florentino de Allende tendría luego
la sede de su escribanía en las inmediaciones, entre las calles 27 de Abril y DuarteQuirós".
Sin embargo, además de sus aptitudes profesionales, la faceta más destacada de
Manuel Perfecto Guerrero, tal sus nombres y apellido completos, fue la de
comediógrafo. Su primera obra fue "El zapatero", calificada comojuguete cómico, que
Perfecto Guerrero
Párrafo aparte merece el bibliotecario elegido como parte de la primera
comisión directiva aquel año de 1917, el escribano Perfecto Guerrero, quien tenía su
notaría en una de las construcciones de calle 27 de Abril adosados al muro de la Iglesia
Catedral, demolidas más tarde durante la gestión remodeladora del intendente
municipal donManuelMartín Federico.
Escribanos y en su estudio notarial se desempeñó como adscripta la primer mujer
notaria universitaria de Córdoba,Mercedes Orgaz, luego su nuera.
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286
222 BISCHOFF, Efraín U. 1997. Obra citada, pág. 26.
En 1914, Guerrero es uno de los fundadores del Círculo de Autores de Teatro,
ocupando el cargo de tesorero, junto a Julio Carri Pérez, quien vivía en la planta alta
de la casona que se levantaba en el solar del actual Edificio Notarial; Saúl Taborda,
pensador intenso y una de las fuentes doctrinarias de la Reforma Universitaria; y
Donato Latella Frías, dos veces intendente de la ciudad, entre otros literatos de la
época.
Luego vendrían la comedia "Lidia", con acción en las sierras cordobesas; "Se
alquilan piezas", de modalidad muy chispeante, presentada en el Teatro Español,
después Novedades; le letra de la zarzuela "Córdoba por un lente", del maestro Rafael
Fracassi, donde, al decir de "La Patria", se resalta el estado de la ciudad, con los
defectos de los servicios municipales y las costumbres y vicios sociales; el tango "Flor
de abrojo", con música del mismo Fracassi; "Azahares azarosos"; "Nochebuena", que
se estrenó en el ahora incendiado Teatro Comedia; "La muerte de Pepito" y algunas
otras producciones más lamentablemente perdidas en el tiempo.
Bien apunta Bischoff22 que ·todas estas recordaciones nos llevan a la
certidumbre de haber sido Perfecto Guerrero uno de los más prolíficos autores teatrales
cordobeses en las dos primeras décadas" del siglo XX.
Es necesario hacer notar que Guerrero, durante mucho tiempo, escribía estas
obras y artículos periodísticos de diversa índole, en forma paralela a su profesión de
notario.
mereció los "benéficos conceptos de la crítica". El3 de junio de 1906, el elenco teatral
porteño encabezado por Blanca Soto, le estrenó "Rosario", en el escenario del
entonces Teatro Rivera Indarte, hoy Teatro del Libertador General San Martín. Se
trataba de un asunto de mayor envergadura que el anterior. Esta nueva obra,
subtitulada por el autor como 'Escenas femeninas", describe, según "La Voz del
Interior", "una tara social prominente: el vía crucis de una chinita de servicio en las
moradas linajudas". Como observa Bischoff, se necesitaba coraje intelectual para
escribir aquella pieza teatral en medio de la sociedad de la época.
Revista Notarial - 2006/ 2007 - N°87/88COLEGIO DE ESCRIBANOSDE LAPROVlNCIA DE CORDOBA
287
223 BISCHOFF, Efraín U. 1997. Obra citada" pág. 20,
ElPrlmer CongresoNotarial Argentino
Constituido el Colegio de Escribanos de Córdoba, Manuel Florentino de
Allende y Roberto Figueroa fueron designados sus delegados ante el Primer Congreso
Notarial Argentino que, a instancias del Colegio de Escribanos de Capital Federal, se
llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires a partir del 7 de julio de 1917.
Por gentileza del historiador Efraín U. Bischoff, un retrato del escribano
Perfecto Guerrero, preside hoy el ingreso a nuestra biblioteca institucional, junto a una
fotografía de iguales dimensiones del notario José Adrián Negri, cuyo nombre lleva el
recinto.
A pedido de Efraín Bischoff, nos complacimos en investigar acerca de la
trayectoria notarial de Perfecto Guerrero, para su inclusión en la biografía a la cual
estamos haciendo referencia. Así dijimos:
"Accedió Guerrero al ejercicio del notariado como adscripto del Registro N° 7,
de la ciudad de Río Cuarto, el 7 de mayo de 1905, actividad en la cual permaneció sólo
algunos meses, hastael 30 de septiembre de 1905. El escribano titular de ese registro
era el notario don Ángel Roberto Torres, quien se desempeñó entre 1895 y 1916.
Prácticamente un año más tarde, Guerrero se hace cargo como titular del
Registro N° 51, de la ciudad de Córdoba, que él inaugura ellO de septiembre de 1906.
Su actividad profesional se prolongará hasta el 20 de febrero de 1934. En la escribanía
de Guerrero harían su experíencia como adscriptos otros dos escribanos quienes luego
alcanzarían gran prestigio, Faustino Ferrari, quien lo fue entre ell de enero de 1908 y
el 9 de septiembre del mismo año; y el Elvira Orta Córdoba (tercera mujer notaria
universitaria de Córdoba), quien se incorporaría al estudio el26 de enero de 1929,,223
De la integración de Perfecto Guerrero con la familia notarial cordobesa nos da
una pauta su acta de casamiento con la señorita Maria Teresa Aliaga, de 19 años
(Guerrero tenía 31), donde figuran como testigos los escribanos Tomás Casas y Tomás
García Montaño.
Revista Notarial- 2006/2007 - N°87/88a COLEGIO DE ESCRIBANOS'V DELAPROVINCIA DE CORDOBA
224 ACTAS, págs. 13-14.
288
Previamente, la Comisión Organizadora había resuelto tratar los siguientes
temas: 1) Organización del Notariado en la Capital de la República, Provincias y
Gobernaciones, sobre la base de su indiscutible capacidad y autoridad para gobernarse;
2) Organización de los Tribunales Arbitrales; 3) Nacionalización de todos los títulos
de escribano; 4) Fijación en materia contractual de las reformas que la experiencia
aconseja como más armónicas con el interés general; 4) Fundación de un consejo
permanente en la Capital Federal formado por delegaciones, con facultad de resolver
las cuestiones o dudas que se susciten en el gremio, con encargo de ejecutar las
resoluciones del Congreso.v'"
En la sesión preparatoria estuvieron presentes delegados de Capital Federal,
Buenos Aires, Santa Fe, San Juan, Salta, Córdoba, Tucumán, Mendoza, Entre Ríos,
Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca, Jujuy, Chubut, Santa Cruz y Misiones, con
la presidencia del escribano don Ricardo M. Wright, de Capital Federal.
En su desarrollo, el escribano Enrique Maqueda, de Tucumán, informa que se
había resuelto en la reunión de delegados que el nombramiento de vicepresidentes 10 y
20 se hiciera por sorteo entre las provincias, y que correspondía a Córdoba la
vicepresidencia primera y la segunda a Santiago del Estero. Sin embargo, se decide
realizar una votación directa con los siguientes resultados para el cargo de
vicepresidente primero: 39 votos para el señor Manuel Florentino de Allende, de
Córdoba, y dos para el señor Julio Corvalán, de Santiago del Estero.
Manuel Florentino de Allende actuó con firmeza y sentido común en cada una
de sus intervenciones, tanto como delegado como en su condición de vicepresidente
primero, cuando te tocó ejercer las funciones de presidencia.
Así cuando en la primera sesión ordinaria el delegado por Entre Ríos propuso se
tratase la fecha y lugar del próximo congreso notarial, de Allende adhirió a la posición
del señor Eusebio Jiménez, de Capital Federal, cuando pidió la palabra para "adherir a
la moción del señor delegado Jiménez con el objeto de que el asunto de que se trata
sea considerado en la última sesión, porque creo que de esa manera ganaremos tiempo
y podremos disponer del que necesitamos para hace obra proficua, entregándonos de
Revista Notarial - 2006/ 2007 - N°87/88COLEGIO DE ESCRIBANOSDE LAPROVlNClA DE CORDOBA
289
225 ACTAS, pág. 58.
Manuel F. de Allende complementa de esta manera su postura:
" Además, debo decir que hay escribanos con diploma recientemente expedido
por los tribunales superiores y Suprema Corte de Justicia de las provincias, y
egresados de las universidades, a quienes se les coloca por este proyecto, en la forma
propuesta por el señor Insúa, en una condición inferior, lo que no debe ser desde le
momento que hemos declarado solemnemente en esta asamblea que hemos llegado a
ella libres de prejuicios y persiguiendo las mayores ventajas y conveniencias para el
Toca a Manuel F. de Allende presidir la discusión del despacho de la Comisión
de Organización del Notariado en los proyectos de los escribanos Lagos, Núñez,
Gadea, Martínez, Montangero y Boffi.
El tema de la nacionalización de los títulos de escribanos es una de las
cuestiones preocupantes del congreso y, precisamente, Manuel F. de Allende, junto a
los escribanos Carlos S. Folco, de Tucumán, y Gregorio Encalada, de Santiago del
Estero, integra la Comisión de Nacionalización, Obtención y Valimiento del Título
Notarial, expidiéndose ante proyectos de declaraciones.
El notario José Insúa, de Capital Federal, presentó un proyecto de declaración
referente a que los escribanos pudiesen dar la clase de práctica notarial en las
facultades e ingresar a ellas a cursar los estudios de derecho, acreditando un
determinado ejercicio de la profesión. El señor delegado Avelino Rolón apoya a Insúa,
y es entonces cuando de Allende pide la palabra para oponerse a la proposición en
virtud de que había muchos escribanos en las provincias que no ejercían la profesión y
que, sin embargo, no eran menos dignos y preparados que muchos otros.
lleno a la labor". Agregando de inmediato: "Es sensible, señor presidente, que se está
perdiendo lastimosamente el tiempo en cuestiones que no son de importancia.
Necesitamos aprovecharlo trabajando y la indicación del lugar y fecha en que ha de
tener lugar el 2° Congreso creo que puede dejarse sin inconveniente para la últimasesión,,225
Revista Notarial - 2006 / 2007 - N°87/88COLEGIO DE.ESCRIBANOSDELAPROVINCIA DECOROOBA
226 ACTAS, pág. 115.227 ACTAS, págs. 216-217.
290
todo el gremio en general, tratando de que todas las declaraciones que se aprueban se
propongan en beneficio de todos y no de algunos solamente.
En el caso presente, si bien hay algunos escribanos que estarían en condiciones
de obtener el beneficio que tiene en vista la proposición del señor Insúa, se
perjudicaría en cambio a otros, como he dicho, a los recientemente egresados y a los
que se están diplomando en los institutos universítarios't="
En la última sesión ordinaria, el señor presidente Wright recuerda que debe
tratarse acerca de la designación del lugar y fecha para la celebración del segundo
congreso notarial. Es entonces cuando el escribano Encalada, delegado por Santiago
del Estero, pide la palabra y dice: "Creo que el punto más indicado sería la ciudad de
Córdoba, la hospitalaria y buena hermana que marcha al frente de la civilización del
centro y norte de la República, donde tengo la seguridad de que seríamos muy bien
recibidos, con la misma gentileza que lo hemos sido en esta capital, sin que ello
importe poner en duda la tradicional hidalguía de las demás provincias". De inmediato
el señor Avelino Rolón pide la palabra y termina diciendo: "Se ha nombrado a
Córdoba y basta".
Entre aplausos y por unanimidad se aprueba la propuesta. Manuel Florentino de
Allende pide la palabra y expresa:
"En Córdoba todos los escribanos de la República serán recibidos con el mayor
afecto, con lo que no haremos sino corresponder a la forma gentil en que lo hemos
sido por nuestros compañeros de la Capital Federal, que han respondido así a la
tradicional cultura porteña. Serán recibidos con los brazos abiertos.,,227
En la reunión de clausura, el presidente Wright invita al vicepresidente de
Allende a ocupar la presidencia y pronunciar su discurso. Corresponde al delegado por
Córdoba declarar terminadas las sesiones del Primer Congreso Notarial y agradecer el
patriotismo y la capacidad de los señores delegados. Fue allí cuando recordó que el
encuentro debía so origen a un paseo de campo de colegas capitalinos, quienes, a la
sombra de sauces añosos, tuvieron la feliz idea convertida en realidad.
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291SJt>anos
228 ACTAS, pág. 227-228.229DOMINGUEZ, Eloy, trabajo citado, págs. 33-34.
La sede colegial propia
Manuel Florentino de Allende ya estaba al frente del Colegio de Escribanos de
Córdoba ante el retiro de don Feliciano Peralta. Al decir del escribano Eloy
Dominguez/'", "la nueva comisión dióse a trabajar con empeño y animados de
entusiasmo". Una de las primeras medida fue la de instalar la sede institucional en un
lugar "decente" y es así que tomó en alquiler un departamento en el Edificio Abarca,
muy probablemente la primera de las construcciones de altura de la ciudad de
Córdoba, ubicado en la esquina noroeste de las calles Colón, que en ese tiempo era
angosta, y Rivera Indarte. Su color rosado llamaba la atención y los caminantes solían
detenerse frente a su estructura, levantando la vista con admiración. En la planta baja
atraían los escaparates de la casa de artículos para caballeros "The Burlingthon".
Una de las primeras preocupaciones fue amoblar las nuevas oficinas. Sin
escatimar en gastos, los directivos de entonces recurrieron a la prestigiosa y afamada
casa "Casella Hnos", la cual proveyó la mayoría del mobiliario, vistiendo las salas con
elegancia. El desembolso en la adquisición de muebles fue importante, 17.000 pesos
Más adelante expresó que el Priner CongresoNotarial Argentino había aportado
a la discusión de sus proyectos el concurso valioso de los delegados de la capital,
provincias y territorios nacionales, cuya experiencia e intelectualidad eran los títulos y
las determinantes prestigiosas de las sanciones que debían ser atendidas con diligencia
inmediata por los poderes públicos.
"El sello de la nobleza y proverbial cultura de los que han formado parte de
este Congreso ... y que todos hemos arraigado en cuanto de not>ley sincero convive
en nuestras almas, confundiéndonos en los más caros afectos bajó el lema que
constituye nuestra divisa profesional nihilprius fide: nada primero que la fe".228
Deberían pasar 27 años para que se cumpliese el anhelo del reencuentro. Ya no
fue el 2a Congreso Notarial Argentino, pero si las Primeras Jornadas Notariales
Argentinas. Eso si, fue en Córdoba, en 1944.
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~anos292
El Payo Roqué
De pronto, en la plenitud de las amables conversaciones, hace su entrada el
escribano don Roberto Figueroa, quien había acompañado a Manuel Florentino de
Para los cánones de la época, este atuendo era inexcusable; tan es así que varios
notarios, algunos de ellos llegados del interior, no fueron admitidos al ágape. Sin
embargo, a pesar de lo pudiera pensarse con criterios actuales, los excluídos aceptaron
resignadamente la férrea discriminación, acatando las normas sociales del momento.
Claro está que ello no les impidió reunirse en un bar cercano y compartir alguna
bebida espirituosa como la ginebra, el ajenjo o el suissé.
La fiesta de inauguración
Vestida la casa no quedaba otra alternativa que inaugurar debidamente las
flamantes dependencias.
Se fijo fecha y horario por la tarde, y se comprometió a don Salustiano Huerta,
quien muy cerca tenía su conocido almacén y rotisería "El Espléndido", para que
hiciere llegar sus celebrados bocadillos y, en particular, las suficientes botellas de
champaña.
A la hora convenida comenzaron a llegar los invitados especiales: el
gobernador, doctor Julio Borda; algunos de sus ministros; el presidente del Tribunal
Superior de Justicia, acompañado de varios vocales; los presidentes de las cámaras de
Diputados y Senadores; y, en fin, un conjunto de destacadas personalidades.
La cita era de rigurosa media etiqueta: saco azul marino o negro, pantalón de
fantasía, chaleco blanco, zapatos de charol y cuellos y puños duros. Además, quedaba
bien completar esta vestimenta con guantes claros, sombrero hongo u orión, y algún
lustrado bastón.
de los de antes; pero, no olvidemos que según las optimistas previsiones del Primer
Congreso Notarial Argentino, Córdoba debería ser la sede del próximo encuentro,
previsto para setiembre de 1918.
Vajilla y cortinados completaron un equipamiento que dejó contentos a todos.
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293
230 FUENTES DE INFORMACIÓN: IGHINA, Carlos A., 1999, El Payo Roqué y la Fundación delColegio de Escribanos, en El Notario de Córdoba, N° 1, Córdoba, págs. 38-39; Archivo de los diariosClarín y La Nación. Revista Todo es Historia., 1967.
Allende como delegado al Primer Congreso Notarial Argentino. Don Roberto era un
han vivant, como se decía entonces, un hombre que sabía escoger alegremente los
placeres de la vida.
Junto al escribano Figueroa, que lucía el clasicismo de la etiqueta a ultranza,
aparece un personaje regordete y de cabellos muy rubios, aunque ya con muestras
evidentes de tintura, con bigotes en forma de manubrio, lentes con cinta hasta el ojal,
corbata plastrón y levita abierta, haciendo marco a su chaleco de piqué. Un bastón de.
Malaca, galera negra y guantes patito, finalizaban los detalles de su esmerado
refinamiento: era el Payo Roqué.
Benjamín Roqué,230nacido en Córdobe en 1865, en cuna de familia distinguida,
era para ese entonces una de las figuras más populares de Buenos Aires, donde había
llegado, llevado por el presidente Juárez Celman, como uno de sus "incondicionales"
cordobeses. Los que lo trataron lo definen como "enemigo irreconciliable del trabajo y
del casamiento", que vivía, en sus horas doradas, de un subsidio presidencial de
400.000 pesos anuales. .
Un cronista de "La Nación" lo presentó como una "maravillosa obra de la
ingeniería imaginativa". Cada uno de sus gestos valía todo un poema, se dijo de él. En
el apogeo juarista se afirma que no salía de la Casa Rosada sino para diseminar sin
control la liberalidad con la cual lo agraciaba el presidente.
Esa tarde, el Payo irrumpió ante la concurrencia con espectacular saludo, obra
maestra del alemán sólo en él concebible, y de inmediato, tras los discursos
inaugurales, se apoderó de la atención general. Bullanguero y sorprendente, era capaz
de reproducir las más dificiles onomatopeyas y relatar las más desopilantes aventuras.
Infaltable en Buenos Aires del Jockey Club, del Progreso, del Círculo de
Armas, de la Confitería del Aguila, del Café de París o del Aus Keller, había
frecuentado confianzudamente a Rubén Darío, José Ingenieros, Ricardo Rojas, Miguel
Cané y Pedro Goyena, entre otros notables, y ya tenía en su haber más de medio
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9tanos294
París fue, precisamente, la segunda casa de este protagonista de centenares de
novedosas hazañas, entre las cuales no faltan capturas de forajidos y salvamentos en
incendios. Sus anécdotas circulaban como panacea deseada, pero la delicia de sus
contertulios era oírlas de su propia boca, con su inconfundible acento cordobés.
En su necrológica, "La Nación" lo evoca del mejor modo: "Nunca una pena,
nunca un exabrupto. Constituía la imagen ideal de la felicidad". Fue un amigo fiel y
consecuente, demostradamente generoso y, tal vez, el único que siguió leal a Juárez
Celman después de su derrumbe político.
Era el más egregio silbador de su tiempo, el más sorprendente imitador de
sonidos, el más cordial y generoso de los conversadores informales, el más gracioso de
los narradores de café; murió en una camilla de la Asistencia Pública de Buenos Aires,
identificados con algunas dificultades por don Benito Villanueva. Los enfermeros le
habían afeitado el bigote y sin los mostachos era otro.
Parece ser, nos trasmite el escribano don Eloy Domínguez, que en aquel
atardecer inaugural del Edificio Abarca, imitó los disparos de bombas de una fiesta
patronal de pueblo, los sones de una banda de música y hasta pronunció un discurso de
circunstancias de un utópico presidente de una imaginaria "Societá di Mutuo Socorro",
que resultó toda una obra de arte interpretativo.
centenar de viajes a Europa y algunos a los Estados Unidos. Por cierto, pasajes y
estada no salían de sus bolsillos sino de los de sus acaudalados padrinos, como don
Benito Villanueva, quien fuera presidente del Senado, uno de sus más consecuentes
protectores.
Conoció, frecuentó y hasta convivió con nobles y magnates del mundo: el rey
de Bélgica, lord Camavon, Vandetbilt; y asumió, en sus rumbosos periplos, las más
diferentes personificaciones: príncipe ruso en Londres, paríente de la casa real italiana
en Budapest y, su carta de presentación más habitual, conde Benjamín de Roqué,
palabras con las cuales estrechó la mano del soberano de los belgas en un ascensor de
París.
Revista Notarial- 2006/2007 - N°87/88COLEGIO DE ESCRIBANOSDE lA PROVINCIADECORDOBA
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Cierre
Deseamos retrotraemos 40 años atrás, cuando se celebraba el medio siglo de la
fundación del Colegio de Escribanos de Córdoba, recordando las palabras de dos
figuras respetables del notariado cordobés, quienes desde la alta serenidad de sus
espíritus, nos dejaron y nos dejan materia profunda para la reflexión.
Uno de ellas es el escribano Roger Aliaga de Olmos, cuando dijo: "Tomemos
pues conciencia de la augusta majestad de la profesión que ejercemos, confrontémosla
en nuestra lucha en el principios de la moral, del derecho y en el imperio de la justicia.
Con la observancia de estos principios habremos de contribuir grandemente con la
Patria y a la realización del bien común, que constituye el objeto de toda sociedad
organizada".
El otro es el notario Fernando Argentino Ávila, quien en su momento fuera por
dos veces presidente del Colegio de Escribanos de Córdoba: "No habremos cumplido
con el mandato, con la veneración hacia nuestros colegas que se fueron, si
paralelamente al engrandecimientomaterial del notario de Córdoba, no propendemos a
su elevación cultural y espiritual".
Lo cierto es que los severos escribanos, los altildados funcionarios y hasta el
propio gobernador Borda, rieron a mandíbula batiente.
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