dolor asimétricoo

4
ASIMETRIA De pronto lo vió, ahí en su tobillo derecho. Desde cuando estaba?? Una protuberancia. Como queriendo remarcar su identidad, su presencia. Parecia nacer de repe nte …azul, latente, como las raices de un viejo árbol leñoso, que ya no se conforman con estar bajo tierra, ocultas, ignoradas. Comienzan a crecer desde más arriba de lo esperado. La siguió con la vista buscando su origen… pero era sólo un tramo, luego volvia a la invisibilidad de siempre…. La pierna derecha…la inspecció por atrás, por delante, por el costado más externo…y descubrió varias otras líneas azules que sin duda seguirían el ejemplo de esa pionera, víbora glotona. Sin duda, ya pronto serán más de una solitaria e intrépida várice. Otra vez el lado derecho. No lograba controlarlo….habia empezado en el lóbulo temporal derecho, el ojo derecho…siempre la puntada era ahí. Pero entonces no le preocupó…después de todo en algún lugar espacial debe siturase el dolor. Y el azar había querido que fuese allí, por sobre el ojo derecho. La pupila derecha como un gran túnel que no logra cerrarse ante la luz, ante lo que quema. La luz como una lanza envenenada que llega hasta el cerebro…. Luego fue el hombro derecho. Y qué más da. Es lo mismo, le dolía un hombro. Asi, impersonal, anónimo. Esto si que era molesto, constante, sin poder acallarlo, le gritaba desde el lado derecho los límites. Se tensaba como la cuerda de un arco….. el dolor punzante le cortaba el aliento de golpe, sin previo aviso, reconrdándole los peligros de la amnesia, del olvido, de la ignorancia y de lo ignorado… Al hombro le siguió el codo. Obviamente el derecho. Solidario. Identificado con su cansancio, con su esfuerzo. El brazo izquierdo pasó a ser la orilla puesta, el extranjero, el desconsiderado, el cómodo. Y así fue como empezó a sentir que cojeaba del lado derecho….pero sus piernas eran igualmente largas, igualmente flacas, igualmente hermosas. No. Definitivamente no era problema

Upload: soledad

Post on 08-Sep-2015

217 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

ASIMETRIADe pronto lo vi, ah en su tobillo derecho. Desde cuando estaba?? Una protuberancia. Como queriendo remarcar su identidad, su presencia. Parecia nacer de repe nte azul, latente, como las raices de un viejo rbol leoso, que ya no se conforman con estar bajo tierra, ocultas, ignoradas. Comienzan a crecer desde ms arriba de lo esperado. La sigui con la vista buscando su origenpero era slo un tramo, luego volvia a la invisibilidad de siempre.La pierna derechala inspecci por atrs, por delante, por el costado ms externoy descubri varias otras lneas azules que sin duda seguiran el ejemplo de esa pionera, vbora glotona. Sin duda, ya pronto sern ms de una solitaria e intrpida vrice.Otra vez el lado derecho. No lograba controlarlo.habia empezado en el lbulo temporal derecho, el ojo derechosiempre la puntada era ah. Pero entonces no le preocupdespus de todo en algn lugar espacial debe siturase el dolor. Y el azar haba querido que fuese all, por sobre el ojo derecho. La pupila derecha como un gran tnel que no logra cerrarse ante la luz, ante lo que quema. La luz como una lanza envenenada que llega hasta el cerebro.Luego fue el hombro derecho. Y qu ms da. Es lo mismo, le dola un hombro. Asi, impersonal, annimo. Esto si que era molesto, constante, sin poder acallarlo, le gritaba desde el lado derecho los lmites. Se tensaba como la cuerda de un arco.. el dolor punzante le cortaba el aliento de golpe, sin previo aviso, reconrdndole los peligros de la amnesia, del olvido, de la ignorancia y de lo ignoradoAl hombro le sigui el codo. Obviamente el derecho. Solidario. Identificado con su cansancio, con su esfuerzo. El brazo izquierdo pas a ser la orilla puesta, el extranjero, el desconsiderado, el cmodo. Y as fue como empez a sentir que cojeaba del lado derecho.pero sus piernas eran igualmente largas, igualmente flacas, igualmente hermosas. No. Definitivamente no era problema de las piernas. Toda ella cojeaba del lado derecho. Esta cojera no se vea desde afuera, solo se senta. Era como un caminar arrtmico, un golpe suave otro duro, ms corto o ms largo, pero siempre disonante. Al andar, al respirar, al pensarse, al dormir. Acostada en la cama se haca an ms presente..not que era por culpa de la clavcula derecha: su presencia no era la misma que la izquierda. Se contraa dolida. Se retorca sobre s misma y la obligaba a dormir apoyada sobre el lado izquierdo. O boca abajo, mirando al lado izquierdo. Su mejilla derecha contrada sobre la almohada. Cerraba los ojos y pensaba en relajarse, estirar los msculos derechos, que se endurecan ante el dolor.Ella, que siempre se pens simtrica. Como una mariposa. Como cuando de nia jugaba a poner gotas de tmpera en la lnea de la hoja doblada al medio. Ese era el desafo. Los colores deban estar bien en el centro del doblez. Unos ms arriba, otros ms abajodos, tres colores era lo mejor.ms colores se peleaban entre si, se tapaban, competan y se oscurecan. Qu hermoso cuando abria la hoja luego de haberla doblado, alisado con su manos, aplastado los colores. All en secreto, en lo oscuro, los colores se fundan, crecan, se desparramaban, se mezclaban..y al desplegar la hoja naca la mariposa!!!!! Era como verla nacer del capullo. Quin dira que ah dentro se estaba gestando algo tan hermoso, tan simtrico. El aleteo de las alas no poda ser asimtrico. Cmo seria el cojear de una mariposa? Podra volar??? O se iria a pique?? Como un avin averiado en un ala, girando sobre su centro, directo a estrellarse sobre la tierra. Alguna vez haba contemplado una mosca asimtrica. Con un ala rota. Caminando sobre la mesa despistada, ausente, sin encontrar su rumbo. Claro, esas eran las ms fciles de atraparo de matarMatar moscas no le causaba ninguna emocin.la mosca no le resultaba atractiva, bella. Las caras asimtricas tampoco. Ese ojo ms chico, o mirando un poco ms hacia afuera, le daba a la cara una expresin dual, le generaba desconfianza. Esa cara no poda disimular las emociones encontradas, las contradicciones. Sin poder disimular la fealdad, un ojo o el otro, nunca los dos a la vez bajo el mismo mando. Y ltimamente ese bulto debajo de la mama derecha, le dola, la inquietaba, una sombra de preocupacin como un nubarrn amenazante, acechante. El dolor asimtrico. No lograba entender. Como si el dolor quisiera decirle algo y ella no lograba entenderlo. Y habia sido necesario reiterar el mensaje. Tozudo, insistente. Como un sususrro que se va transformadno en gritono de golpe, no como un estallido de hartazgo. La tozuda insistencia, la tmida voz que no logra alzarse para ser escuchada, pero que ante la ignorancia se hace fuerte, lentamente, a pesar de todo. No es la palabra que vibra y resuena imponente. Es la suma de las voces reiteradas que le dan la fuerza. Una voz tras otra. Una voz sobre otra. Una multitud de voces. La fuerza de las multitudes, no de un solo ser aislado. Y a pesar de eso, no lograba entender. Aguzaba el odo, pero solo consegua escuchar otra voz en su lado derecho. Pero segua sin entender. Definitivamente no era cuestin de no saber escuchar. Era la incapacidad para comprender. Habia escuchado acerca de la asimetra del cerebro: las emociones a un lado, la razn en el otro. Como enemigos, como antagnicos. Nunca lo haba tomado demasiado en serio.si su vida se basaba en la simetra.el equilibrio. El centro es el equilibrio justo, perfecto. La aguja de la balanza en el centro mismo de la bscula. Queria que le duela algo del lado izquierdo. No para compensar, sino para desterrar de su mente la idea de su asimetra. Para confirmar su error. Su loca idea del dolor asimtrico. Su fantasia nacerca del mensaje oculto del dolor derecho. Su obsesin por descifrar estas seales, de encontrar el cdigo oculto. Le faltaba algo, como si alguien nunca hubiera escuchado la existencia de las vocales. Como alguien podra aprender el idioma en ausencia absoluta de las vocales. Como si hubieran extirpado del cerebro el pedacito donde las vocales estan inscriptas, almacenadas las vocales. Seria imposible aprender el significado de las palabras.Cuando se acord de la operacin del ovario derecho fue intolerable. Ya nada podra borrar la certeza de su asimetra. Se sinti agotada, derrotada, exnime. La evidencia haba logrado imponerse. Ignorada durante muchos aos, tmidamente insinuada durante otros tantos. Su cojera era ya insoslayable. Siempre haba sido chueca, deforme, asimtrica. Como la mosca que caminaba sobre la mesa. Como la cucaracha, a quien le falta la pata de atrs. Ya no podra seguir caminando. SE acost en la cama sobre su costado izquierdo. Respir profundo tratando de escuchar a su lado derecho. Lo intentara una vez ms. Una ltima vez. Aguz el odo, aguz el entendimiento, se concentr. Cerr los ojos y se fue dejando arrastrar por el remolino hacia las profundidades de la noche ms negra. Cayendo a pique como el avin con el ala averiada. Y sigui cayendo.Y asi acostada sobre su lado izquierdo esper a la muerte que le llegara desde el lado derecho. Vencida por su ignorancia, por su incapacidad de entender, de aceptar su asimetra.