“doble dinÁmica de desigualdad interna y proyecciÓn
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“DOBLE DINÁMICA DE DESIGUALDAD INTERNA Y PROYECCIÓN EXTERIOR
DE BRASIL”
DIANA P. YARURO ALBINO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES
CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA
BOGOTÁ D.C.
2011
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“DOBLE DINÁMICA DE DESIGUALDAD INTERNA Y PROYECCIÓN EXTERIOR
DE BRASIL”
DIANA P. YARURO ALBINO
TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR EL TÍTULO DE POLITÓLOGO
DIRECTOR DE TRABAJO DE GRADO
MAURICIO JARAMILLO JASSIR
Internacionalista
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES
CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA
BOGOTÁ D.C.
2011
11
Nota de Aceptación
___________________
___________________
___________________
__________________
Presidente del Jurado
___________________
Jurado
__________________
Jurado
Bogotá
23 de Mayo de 2011
12
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………8
1. ANÁLISIS DE LA DESIGUALDAD EN BRASIL…………………………....12
1.1. Prototipo del Tercer Mundo (Mohammed Ayoob) y construcción del
Estado Nación Brasileño……………………………………………...14
1.2. Problemática Compleja y multidimensional de la Desigualdad en
Brasil…………………………………………………………………….19
1.2.1. El flagelo de la desigualdad como problemática histórica…………20
1.2.2. Educación: exclusión social y ausencia de igualdad de
oportunidades…………………………………………………………………..22
1.2.3. Aspectos étnico-raciales como determinantes de la desigualdad..24
1.2.4. Disparidades regionales: entre un Norte pobre y un Sur
industrializado…………………………………………………………………..25
2. POLÍTICA EXTERIOR DE COOPERACIÓN SUR-SUR (GOBIERNOS LULA
DA SILVA)……………………………………………………………………….29
2.1. Política exterior de Brasil y su inserción internacional (Gobiernos de
Luiz Inácio Lula Da Silva)………………………………………………31
2.2. Estrategia de Cooperación Sur-Sur…………………………………...36
2.3. Asociaciones estratégicas como parte del Esquema de Cooperación
Sur-Sur (G-20 e IBSA)………………………………………………….38
3. DOBLE DINÁMICA DE DESIGUALDAD Y PROYECCIÓN EXTERIOR DE
BRASIL…………………………………………………………………………..43
3.1. Consolidación Democrática de Brasil…………………………….......43
3.2. Estrategia de Inserción Internacional de Brasil bajo los gobiernos de
Lula Da Silva……………...…………..………………………………...47
3.3. Posturas externas de Brasil en contraste con la situación
interna…………………………………………………………………….51
13
CONCLUSIONES……………………………………………………………………58
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………62
ANEXOS………………………………………………………………………………71
14
LISTA DE ANEXOS
ANEXO No. 1 Relación de salarios entre blancos y no blancos……………………71
ANEXO No. 2 Brechas de salarios por etnicidad…………………………………….71
ANEXO No. 3 Población y PIB per cápita por regiones…………………………….72
ANEXO No.4 Tasa de Analfabetismo por Grupo de edades……………………….72
ANEXO No. 5 Tasa de abandono de Escolaridad por nivel de escolaridad……...73
ANEXO No. 6 Porcentaje de personas de 5 años o más alfabetizadas…………..73
ANEXO No. 7 Nivel de Escolaridad de personas de 15 años o más……………...74
ANEXO No. 8 Desigualdad en Brasil…………………………………………………74
ANEXO No. 9 Tasa de alfabetización, total de adultos (% de personas de 15 años
o más)……………………………………………………………………………………..75
ANEXO No. 10 Densidad y proporción de la pobreza………………………………75
ANEXO No. 11 IBSA: Recursos y capacidades……………………………………..76
ANEXO No. 12 Brasil como una de las Economías más grandes………………...76
ANEXO No. 13 Importancia de Brasil…………………………………………………77
ANEXO No. 14 Fragmento del Discurso de Lula Da Silva en el Foro Económico
Mundial, Davos-Suiza. 26 de Enero de 2003…………………………………………77
ANEXO No. 15 Fragmento de la Intervención del presidente Luiz Inácio Lula Da
Silva- 61 Asamblea General de la ONU-19 de septiembre de 2006……………….77
ANEXO No. 16 Comparación entre India, Brasil y Sudáfrica………………………78
ANEXO No. 17 Crecimiento PIB real de Brasil (2000-2004)………………………79
ANEXO No. 18 Doble Dinámica de Desigualdad y Proyección Exterior de Brasil.79
15
RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLES:
Resumen: Brasil al considerarse como parte del “Tercer Mundo” y a su vez
categorizarse como un país emergente o potencia media, demuestra que
mantiene un proceso dual al configurar una doble dinámica de desigualdad interna
y proyección exterior. Partiendo de lo anterior la presente pretende desarrollar
como pregunta de investigación ¿Cómo se explican las posturas externas de
Brasil en contraste con su situación interna?, partiendo del análisis de cómo las
contradicciones en la consolidación de los Estado-Nación afectan la inserción de
los países del Tercer Mundo al Sistema Internacional, y enfatizando en la relación
de discordancia entre la política exterior multilateral y la ausencia de consolidación
democrática en materia de políticas sociales. Lo anterior enmarcado desde una
Teoría de las Relaciones Internacionales del “Tercer Mundo”, el Realismo
Subalterno y a través de una investigación exploratoria de enfoque cualitativo
donde el criterio general de comprobación se dará a partir de una revisión
bibliográfica de revistas académicas y bases de datos.
Abstract: Brazil to be considered as part of the “third world” and in turn
categorized as a developing country and middle power, shows a dual process as
result of the dual dynamic of internal inequality and external projection. Based in
the above the aims of the present is explain the Brazil's external positions in
contrast to its domestic situation, and analyze how the contradictions in the
consolidation of nation-state affect the insertion of the “third world” countries into
the international system, and focusing on the relationship of discrepancies between
the multilateral foreign policy and the absence of democratic consolidation in social
policy. This framed from a Theory of International Relations of the Third World,
“Subaltern Realism” and through an exploratory investigation with qualitative
approach will test from a literature review of academic journals and databases.
16
INTRODUCCIÓN
Brasil1 ha sufrido una problemática interna de pobreza y desigualdad que se ha
perpetuado a lo largo del tiempo, en gran medida por razones históricas de
legados coloniales, de jerarquías y exclusiones, pero principalmente, por la
inflexibilidad de su estructura distributiva del ingreso; sin embargo, esta
desigualdad se puede establecer más específicamente en términos de una matriz
compleja de disparidades socioeconómicas, como por ejemplo: la distribución del
ingreso, el mercado laboral, el género y la raza. Paralelo a este contexto interno,
Brasil se ha consolidado como un país potencia media dentro del sistema
internacional, que busca tener un papel activo e influyente en organismos
multilaterales; es de esta manera como Luiz Inácio Lula Da Silva, continuando la
línea de acción de Cardoso en cuanto a la inserción regional y global, se ha
inclinado por enfatizar, con mayor claridad, los aspectos institucionales, el
multilateralismo y las relaciones con el sur, para aumentar su espectro de acción y
enfrentar los nuevos desafíos de la globalización y la apertura del mercado.
Teniendo en cuenta la década de los años noventa como punto de inflexión en la
historia de Brasil (gobierno de Fernando Henrique Cardoso), que se caracterizó
por el restablecimiento de la democracia (Constitución de 1988), y por la adopción
del Plan Real como modo de estabilización monetaria, se pretende analizar los
gobiernos de Lula Da Silva, en los que desarrolló un proceso paralelo entre el
mantenimiento de políticas de estabilización económica y de proyección externa, y
la realización de un compromiso con el aspecto social, poniendo de manifiesto la
contraposición de una doble dinámica, en la que se realiza un proceso de
proyección externa (internacional), dentro de un contexto interno de desigualdad y
radicalización de la pobreza (insuficiencia de ingresos-condiciones de vida).
1 Brasil o República Federal de Brasil es un país ubicado en el oriente de América de Sur, con una superficie
estimada de 8,5 millones de km2, al norte limita con Colombia, Venezuela, Guyana Francesa, y Surinam; al sur con Argentina, Uruguay y Paraguay; al este con el océano Atlántico; y al oeste con Bolivia y Perú. Su población aproximada es de 191,5 millones de habitantes. Francesa, y Surinam; al sur con Argentina, Uruguay y Paraguay; al este con el océano Atlántico; y al oeste con Bolivia y Perú. Su población aproximada es de 191,5 millones de habitantes.
17
A partir de lo expuesto con anterioridad, se pretende resolver el siguiente
interrogante: ¿cómo se explican las posturas externas de Brasil en contraste con
la situación interna? Se hace de esta manera relevante el análisis de cómo las
contradicciones en la consolidación de los Estado-Nación afectan la inserción de
los países del “Tercer Mundo”2 al Sistema Internacional, haciendo énfasis en la
relación de discordancia entre la Política Exterior multilateral de proyección
económica, de crecimiento y de estabilización democrática, manifiesta en la
posición de Brasil como potencia media y líder global en el esquema de
cooperación horizontal Sur-Sur (periferia), y la ausencia de una consolidación
democrática en materia de políticas sociales (contexto interno de desigualdad).
De igual manera, es pertinente como trabajo de investigación en la medida en que
se considera a Brasil como un país en desarrollo, emergente o potencia media, y
como parte del mal llamado “Tercer Mundo”, que está insertado en un sistema
internacional que dificulta su capacidad de acción en el mismo. Así pues, es
necesario analizar cómo desde una teoría de las relaciones internacionales del
“Tercer Mundo” es posible entender las dinámicas contradictorias entre la
ausencia de consolidación democrática dentro de su contexto interno, y las
capacidades internacionales que tiene de expansión a partir de la Cooperación
Sur-Sur que desarrolla con países en desarrollo y que hacen parte de la periferia.
Dentro del marco de la Teoría de las Relaciones Internacionales, se adopta como
punto de partida la perspectiva del “Tercer Mundo” de Mohammed Ayood, que
enfatiza en el doble papel que desempeñan los países que hacen parte de esta
“categoría” en el sistema internacional, tanto en términos de elemento “intruso” en
el sistema eurocéntrico como con respecto a cómo se adaptan como “nuevos
Estados” en una sociedad anárquica internacional. Es decir, que se analiza desde
la doble tensión interna (de orden) por el mantenimiento de la estabilidad y externa
(de justicia) donde tienen poca incidencia en el plano internacional.
2 “Tercer Mundo” según Ayoob se utiliza como una categoría conceptual y analítica para explicar el
comportamiento estatal, en este caso específico Brasil, desde una doble dinámica interna y externa que permite enmarcarlo como débil, vulnerable e inseguro.
18
Así mismo, como punto de partida específico el REALISMO SUBALTERNO sirve
para entender el papel de aquellos Estados ignorados del sistema internacional
que se consideran inferiores y débiles dentro del mismo, asumiendo que las
cuestiones están íntimamente relacionadas, de esta manera:
(…) “Realismo Subalterno” porque se basa en la experiencia de los
subalternos en el sistema internacional. Estos subalternos que han sido
ignorados por la historiografía elitista popularizada por los neorrealistas y
neoliberales, como resultado de la concentración en la dinámica de la
interacción entre las grandes potencias y de los estados ricos e
industrializados del norte global (Ayoob, 2002, p.40).
Es así como busca determinar qué factores inciden en el comportamiento del
Tercer Mundo como Estados ignorados del sistema internacional resultado de la
concentración en las dinámicas de interacción entre las grandes potencias y
Estados industrializados del norte global. Su inicial aparición como perspectiva
teórica se dio en 1980 enfatizando en las divergentes condiciones de desarrollo
del tercer mundo, logrando consolidarse hasta 1990 y poniendo en relieve la
marcada desigualdad en las relaciones internacionales. Está particularmente
influenciada por las tensiones normativas creadas por dos factores principales que
operan en el sistema internacional durante el último medio siglo, primero, es el
aumento significativo del número de “nuevos” Estados, y segundo, el intento
permanente de estos nuevos Estados para reproducir la trayectoria europea de
toma de Estado y construcción de la Nación.
Por otra parte, se basa en tres tipos de tradiciones teóricas: los realistas clásicos,
referido a los teóricos de orden interno, violencia interna, anarquía internacional,
enfatizando en como las variables internas se relacionan con la influencia del
plano internacional, Sociología Histórica, en cuanto a la formación del Estado en la
Europa Moderna siglos XVI –XIX, Escuela Inglesa, basada en la expansión de la
19
sociedad internacional y el impacto de las normas internacionales en el plano
interno.
Esta es una investigación exploratoria con enfoque cualitativo que utiliza variables
cuantitativas para valorar la desigualdad en Brasil en términos de acceso a
educación, diferencias étnico raciales y espaciales; el criterio general de
comprobación se dará a partir de una revisión bibliográfica de revistas y bases de
datos académicas, paralelamente al análisis de los datos que faciliten la
comprensión de la doble dinámica de desigualdad interna y la proyección
internacional.
Finalmente, el objetivo general es explicar la doble dinámica de desigualdad y
proyección exterior de Brasil para los períodos de 2002 a 2010 (gobiernos Lula Da
Silva). Para lograr tal explicación en el primer capítulo se desarrollará el concepto
de la desigualdad como problemática compleja y multidimensional, al establecer
las razones o las causas de la persistencia de la misma a lo largo del tiempo, y las
disparidades de ingresos, de educación, étnico-raciales y espaciales. En el
segundo capítulo se desarrollará un análisis de la Política Exterior de Cooperación
Sur-Sur, en relación a la búsqueda de un espacio en el escenario internacional por
parte de los países periféricos, y en el tercer y último capítulo se examinará el
contraste entre ambos escenarios -interno y externo-, como parte de la
complejidad de un país dual, enfatizando en las posturas externas frente a la
situación interna.
20
1. ANÁLISIS DE LA DESIGUALDAD EN BRASIL
Brasil es considerado como uno de los países con mayor avance en términos
económicos en América Latina, no obstante, tiene millones de personas que viven
en la pobreza y una alta concentración de ingresos. Aunque el PIB per cápita
(alrededor de 8.197 dólares basado en la paridad de poder adquisitivo)3, sitúa al
país en el puesto 56 en el mundo, el coeficiente GINI4 es de 0.6, mucho más alto
que el coeficiente promedio de América Latina (0.4). De este modo, es un país que
de acuerdo a su PIB se clasifica como una de las economías emergentes del
mundo, pero que está afectado en grandes proporciones por la elevada
desigualdad en la distribución de renta (Correa, 2000, p.129).
Así mismo, y a pesar de ciertos cambios estructurales, la desigualdad
socioeconómica ha persistido en Brasil durante décadas. Dentro de los factores
que tienen fuerte incidencia están la disparidad de condiciones de acceso a la
educación, relacionadas con las tasas de escolaridad y el mercado de trabajo, de
la misma manera:
(…) respecto de los factores condicionantes de la pobreza en Brasil y en los
demás países de la región, los investigadores coinciden en dos
aseveraciones: i) la pobreza en Brasil no es un problema de escasez de
recursos, sino función de la enorme desigualdad en la distribución del
ingreso, y ii) una proporción importante de esta desigualdad se gesta en el
mercado de trabajo. (Simao, 2008, p.142).
Igualmente, las razones de la desigualdad en Brasil han sido abordadas desde
perspectivas internas y externas, teniendo en cuenta la estrecha relación que
existe entre las problemáticas internas y su proyección al exterior, es por ello que:
3 Global Property Guide. GDP per Capita in Brazil. http://www.globalpropertyguide.com/Latin-
America/Brazil/Country-Statistics 4 El Coeficiente GINI es un número entre cero y uno que mide el grado de desigualdad en la distribución del
ingreso de una sociedad determinada, y mientras más se acerca a uno es más desigual.
21
(…) científicos sociales han proporcionado una serie de explicaciones
sobre las disparidades económicas y sociales en Brasil. Algunos
centrándose en las causas externas, citando a Brasil en la posición de un
Estado postcolonial y subrayando la importancia del imperialismo,
colonialismo, y acuerdos de comercio desleal en la conformación de
desarrollo económico y social, y otros le dan mayor importancia a las
relaciones internas de poder (Griesse, 2007, p.23).
Es así como tomando en consideración los puntos de inflexión históricos -el res-
establecimiento de la Democracia en 1985 y los gobiernos de Fernando Henrique
Cardoso-, se pretende desarrollar el concepto de desigualdad en Brasil desde una
perspectiva adoptada por la Escuela de la Dependencia (Prebisch), que explica el
nivel de subdesarrollo de América Latina relacionado con el orden internacional, y
cómo el contexto y la vinculación de los países del Tercer Mundo con los países
centrales que lideran el escenario del sistema internacional llevan a una relación
de asimetría.
En otras palabras, se considera que la Teoría de la Dependencia aporta una
perspectiva histórica desde América Latina, enfatizando en las relaciones dispares
como consecuencia del sistema productivo, conduciendo a diferentes posiciones
dentro de una misma estructura económica internacional de producción y de
distribución, evidenciando desigualdades de inserción en el sistema internacional.
La dependencia resultado de la situación de subdesarrollo (grado de
diferenciación en el sistema productivo), implica socialmente una forma de
dominación que se manifiesta por una serie de características en el modo de
actuación y en la orientación de los grupos que en el sistema económico aparecen
como productores o consumidores (Faletto, 2002, p.16), países centralizados y de
la periferia (diferenciación de las funciones de las economías subdesarrolladas),
logrando ocupar posiciones distintas en la estructura global del sistema capitalista.
22
De este modo, la desigualdad como problemática relevante se pretende analizar
tomando como referencia; el “Prototipo del Tercer Mundo” de Mohammed Ayoob,
el proceso de construcción del Estado-Nación Brasileño, y desarrollando sus
características como problemática compleja y muldimensional, enfatizando en la
educación, las diferencias raciales y las disparidades regionales.
1.1. “PROTOTIPO DEL TERCER MUNDO” (Mohammed Ayoob) Y LA
CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO-NACIÓN BRASILEÑO
El “Prototipo del Tercer Mundo” permite comprender el comportamiento de Brasil
en aspectos internos, respecto a su falta de cohesión, grandes fisuras
estructurales y disparidades socioeconómicas, y en aspectos externos, respecto a
su manera de insertarse al Sistema Internacional (Ayoob, 2002, p.47). Por esta
razón, se considera como una perspectiva que busca explicar el comportamiento
de los Estados en dos vías, interna y externa, retomando tradiciones académicas
como la de los realistas clásicos, en cuanto al orden interno, y de la literatura
sociológica, en cuanto al proceso de formación estatal.
Basados en lo anterior, esta perspectiva parte de dos factores principales: primero,
el aumento de nuevos Estados, y segundo, el intento de los mismos por reproducir
la trayectoria europea, que lleva a la expansión de la sociedad internacional y a la
creación de nuevos Estados con características comunes (la debilidad, la
vulnerabilidad y la pobreza), y con una dinámica paralela tanto de aproximación al
ideal westfaliano como de intento de mantenimiento de orden interno (Ayoob,
2002, p. 33).
Por otra parte, desde las Relaciones Internacionales, el Realismo Subalterno se
puede tomar como punto de partida, al basarse en aquellos Estados ignorados de
la dinámica de interacción de las grandes potencias, que al mismo tiempo son
23
débiles e inferiores, centrándose tanto en sus problemáticas de orden interno
como internacional. Y enfatizando en un doble papel de los Estados del Tercer
Mundo, tanto en la interacción en una sociedad anárquica, como en la actuación
como elemento intruso en cuanto a la distribución de los recursos globales: “(…)
producto de un proceso histórico de desigualdad en la interacción militar, la
relación entre el desarrollo económico, político, cultural y tecnológico de la
población” (Ayoob, 1989, p.71).
En síntesis, el “Prototipo del Tercer Mundo” tiene unas características propias
relevantes que sirven de punto de partida para entender a Brasil en una doble
dirección (interna y externa): la falta de cohesión interna como resultado de las
desigualdades socioeconómicas, de instituciones estatales gobernadas por elites,
de la susceptibilidad de conflictos internos o interestatales, del desarrollo
dependiente, de la marginalización y la permeabilidad por actores externos (débil-
vulnerable-inseguro).
El desarrollo de las problemáticas de Brasil está estrechamente relacionado con
debilidades internas propias de los Estados del Tercer Mundo, en términos de
desigualdades socioeconómicas, y ausencia de cohesión. Esto se manifiesta
claramente a través del “(…) clientelismo persistente, partidos políticos débiles y
grupos de interés fragmentados, tendencia a la erosión de la autonomía y
capacidad estatal, este deterioró del Estado de Brasil es exacerbado por
problemas económicos y políticos desacreditando la estabilidad de las fuerzas
sociopolíticas” (Weyland, 1997, p.67).
Lo anterior, relacionado con el proceso de construcción del Estado Nación
brasileño, demuestra que es un Estado relativamente nuevo en lo que respecta a
la consolidación de un Estado Democrático, es decir, que se alude a una
democracia no consolidada, ya que el país sobrellevó dos décadas de dictadura
militar, y que sólo hasta la década de los ochenta comenzó un proceso de
transición democrática, caracterizado principalmente por un proceso de
24
reorganización político-institucional, con cambios en los bloques de alianzas y de
redefinición del papel del Estado. No obstante, una constante a lo largo de la
historia de Brasil es la reiterada perseverancia de los intereses de las elites
económicas del país, que a pesar de realizar transacciones a diferentes gobiernos
y de abrir espacios en la agenda estatal, han mantenido su poder en el tiempo.
Por otra parte, en el marco político-institucional, Brasil ha afrontado grandes
cambios, por ejemplo, en los años treinta sufrió un período de transición de
oligarquía descentralizada a centralización política, que continuó con un modelo
de nacional-desarrollo en los años cincuenta, y que tuvo como consecuencia: “(…)
el milagro económico de los años setenta, apoyado en el binomio desarrollo-
seguridad nacional al amparo de la dictadura militar” (Diniz, 2004, p.62). Sin
embargo, sólo a finales de los años ochenta se logra uno de los hitos más
importantes en materia de construcción del Estado-Nación Brasileño, al introducir
nuevas reformas institucionales para la construcción del régimen democrático,
consagradas en la Constitución de 1988, que se logran consolidar en los noventa
gracias a “una drástica redefinición de la agenda pública, lo que provocó una
ruptura con los aspectos políticos y económicos del orden anterior” (Diniz, 2004, p.
68); y a la aplicación de ciertas reformas económicas, de estabilización, de
orientación al mercado y de apertura al exterior.
Indiscutiblemente, con la Constitución de 1988 se forjaron los principios del Estado
de Derecho, de la democracia y de los derechos humanos. Considerando que un
nivel mínimo de igualdad social y económica entre los individuos es crucial para el
establecimiento de relaciones de reciprocidad, y para la existencia de un régimen
de Estado de Derecho, es discordante que después de la transición a la
democracia, la desigualdad se configuró como uno de los principales obstáculos
para la implementación del mismo.
De modo que, la exclusión social y económica derivada de niveles extremos de
desigualdad, revela su importancia al provocar el desgaste de la integridad del
25
Estado de Derecho, erigiendo una sociedad segmentada y jerárquica con
dificultades de movilidad y ascenso social, evidenciado una gran asimetría. Según
las cifras de The World Factbook, la paridad de poder adquisitivo para el 2010 es
de 2.194 dólares, el porcentaje de la población bajo el umbral de pobreza es del
26% para el 2008, y la distribución de ingresos por familia, medido por el índice
GINI es de 56.7, para el 2005. De la misma forma, la agudización de la pobreza y
la desigualdad representan un obstáculo fundamental para el crecimiento
económico y el desarrollo de sociedades civiles más prósperas, esto es la
manifestación de la debilidad interna de un país, que genera contradicciones a la
hora de su expansión en el terreno internacional.
En el caso específico de los gobiernos de Luiz Inácio Lula Da Silva, se consolidó
la hegemonía liberal y la democracia como pilares de un nuevo tipo de Estado,
iniciado por Cardoso, y esto quedó demostrado principalmente por el
mantenimiento de una política económica orientada a garantizar la estabilidad, la
toma de medidas de orientación desarrollista, y políticas que permitieran extender
la cobertura social a los sectores más pobres, para mejorar los ingresos y las
posibilidades de ascenso de la clase media-baja.
Lo anterior subraya el hecho de que las características específicas del gobierno de
Lula Da Silva como afianzador del sistema de “dominación” social y del Estado
Democrático y moderadamente Liberal, solo se pueden entender desde el marco
del proceso de construcción de una nueva forma de Estado en 1995 con Cardoso,
que se considera como democrática en cuanto a sus relaciones con la sociedad y
moderadamente liberal desde la perspectiva de sus relaciones con la economía
(Sallum, 2008, p.155). Por lo tanto, los puntos de inflexión relevantes en este
período son, primero, la Constitución Democrática de 1988, que garantizó
derechos políticos y sociales, y que estableció nuevos principios de organización
político-social y de la participación popular en la gestión local, y segundo, el Plan
Real, de estabilización económica y reformas liberales.
26
En suma, el proceso de construcción del Estado Brasileño se ha caracterizado a lo
largo de la historia por mantener déficits de integración social, en cuanto a la
perpetuación de modelos seculares de injusticia y desigualdad; déficits de
capacidad de ejecución del Estado (gestión pública), en la manera de elaborar
políticas para disminuir las dualidades socioeconómicas, y déficits de mecanismos
de rendición de cuentas. (Diniz, 2004, p.68).
En última instancia, las características propias de la desigualdad, desde la
perspectiva de la Escuela de la Dependencia, se constituyen como inconvenientes
para el avance dentro del contexto internacional. Esto indica que: “(…) las
asimetrías en los niveles de bienestar se derivan de la desigualdad en la
distribución de los frutos del progreso técnico, entre países y dentro de cada uno
de ellos” (Ferrer,2010, p.8). Dentro de las principales ideas desarrolladas por
Prebisch, útiles para el análisis están: primero, el pensamiento céntrico, en donde
los países centrales conforman visiones del orden mundial funcionales a sus
propios intereses, y segundo, las transformaciones de las relaciones asimétricas
subordinadas (Cooperación Sur-Sur), entre unos países y otros, teniendo en
cuenta que persisten profundas desigualdades y disparidades de desarrollo.
Por otra parte, la principal característica de Brasil a lo largo del tiempo ha sido su
capacidad de mantener paralelamente dos procesos inversos: uno de
modernización y otro de atraso, el primero a partir de la instauración del régimen
democrático formal y un modelo económico de apertura, y el segundo, con la
continuación de modelos de injusticia y de desigualdad social.
1.2. PROBLEMÁTICA COMPLEJA Y MULTIDIMENSIONAL DE LA
DESIGUALDAD EN BRASIL
27
Entre los aspectos que han facilitado la desigualdad social a lo largo del tiempo
están: el legado colonial que permitió que se crearán y perpetuarán una serie de
jerarquías serviles como parte de una estructura social, y la convivencia
institucional que ha facilitado una distribución desigual de ingresos. Según
Douglas North “las instituciones son los marcos de acción generales en los cuales
se desenvuelven los hombres a través de las organizaciones”, se requiere
entonces que la sociedad brasileña cuente con un conjunto de normas y reglas de
juego institucionales indispensables para la consolidación de sistemas políticos
que sean capaces de articular los intereses sociales.
Además de los factores históricos de la desigualdad, que se encuentran desde la
época de la colonia, incluyendo la forma en que Brasil se desarrolló,
principalmente dividida por regiones, en donde predominó el progreso de la costa
sobre el interior; también se encuentran las diferencias raciales, que han jugado
un papel crucial al enfatizar en la predominancia afro descendiente. En este
sentido, las desigualdades o disparidades se pueden entender tanto por factores
internos, de relaciones de poder y de manejo burocrático de las elites, como por
causas externas directamente relacionadas con el imperialismo y el colonialismo,
que influyeron en el modelo de desarrollo de Brasil.
En consecuencia, la desigualdad en Brasil desde una perspectiva del Realismo
Subalterno, y como parte de los países del “Tercer Mundo”, demuestra que un
crecimiento económico tal como el que está experimentando, que le permite ser
considerado una potencia media y emergente, no va de la mano de una
distribución equitativa.
Por otro lado, las razones políticas de la desigualdad, desde una visión estatista
de la problemática, demuestran que la prevalencia de una estructura institucional
formal que no se ha constituido como parte integrada de las reglas de juego,
debido a la continuidad de prácticas clientelistas, que han llevado a una
disminución del capital social y ha perpetuado el individualismo. En el caso
28
específico de la desigualdad de ingreso y de las disparidades socioeconómicas,
aumentan principalmente por la perpetuación de una sociedad dual en el sentido
en que se desarrolla paralelamente un modelo de economía del mercado eficiente
en un contexto de grandes disparidades económicas y sociales.
Por último, las causas económicas de la persistencia de la desigualdad son la
naturaleza de la economía del mundo, en la que aumenta la brecha entre
trabajadores cualificados y no cualificados: “(…) los datos indican que la
distribución del ingreso en estos países desarrollados es un poco más equitativo
que en los países menos desarrollados” (Matins,2009,p.349). El aumento de la
productividad desproporciona los propios capitales, y el modo de inserción de
Brasil en la economía mundial sigue teniendo una fuerte dependencia de los
productos primarios de exportación. Y por otra parte, juegan un papel fundamental
en esta situación, los factores históricos específicos de Brasil, desarrollados a
continuación, como el poder de las élites que influencia las políticas de gobierno, y
los intereses particularistas que generan ventajas económicas.
En síntesis, la erradicación de esta problemática requiere no solo de limitaciones
formales (instituciones políticas que favorezcan estructuras de igualdad de
oportunidades) sino también limitaciones informales, en la consolidación de una
sociedad en tránsito que cree una ruptura con los legados coloniales de
servidumbre y configure una cultura de respeto a las reglas, cumplimiento de
contratos y eliminación de la corrupción.
1.2.1. El flagelo de la desigualdad como problemática histórica.
La desigualdad en Brasil a partir de las razones históricas, y del “Prototipo de
Estado débil del Tercer Mundo”, demuestran que este tiene una baja capacidad de
ofrecer bienes públicos (estabilidad macroeconómica), derechos de propiedad y
servicios básicos, evidenciado por la permanencia de altos niveles de desigualdad,
subdesarrollo, violencia, ausencia de cobertura de servicios mínimos, de
seguridad social, de educación y salud. No obstante, según el Fondo Monetario
29
Internacional se considera a este país como la novena mayor economía del
mundo, con un PIB de 7.5, y se posiciona como un líder estabilizador a nivel
internacional.
Por otra parte, las desigualdades suelen estar asociadas a las posibilidades de
actuación de las personas, es decir, a las capacidades que tienen para
desarrollarse de acuerdo a sus condiciones socioeconómicas, culturales y
políticas, que dependen a su vez de las intervenciones institucionales y de las
tendencias que se configuren. Brasil en este caso, se presenta como un modelo
de escasa movilidad socioeconómica, representada en la profunda divergencia
que se da entre una región norte, pobre y poco desarrollada, y una región sur, con
grandes conglomerados industriales. Del mismo modo, estas diferencias tienden a
profundizarse a través de modos de comportamiento que impiden romper con
categorías o etiquetas sociales, establecidas por condiciones de ingreso, estrato,
raza y género, que se trasmiten de una generación a otra dificultando la
posibilidad de romper los círculos de inequidad.
Justamente, la rigidez en la distribución de los ingresos, y por ende la
perpetuación de altos índices de desigualdad a lo largo del tiempo, se deben
entonces a patrones históricos acumulados, es decir, a pautas o patrones de
dependencia que han permanecido como consecuencia del legado colonial,
creando así continuos dualismos sociales que se perpetuán a través de jerarquías
e intereses particularistas desarrollados principalmente por las elites: “las
instituciones coloniales se crearán con el fin de maximizar la extracción de
recursos desde la distancia. Como resultado, la pauta de desarrollo institucional se
caracterizó por la débil protección de los derechos y un contexto político en favor
de la búsqueda de rentas” (Donell, 1996, p.4). Según el Banco Mundial, los altos
índices de desigualdad se relacionan con la manera en que aquellos que detentan
el poder dentro del nivel institucional establecen estructuras y jerarquías, que son
de difícil ruptura, de esta manera las instituciones:
30
(…) determinan los incentivos y las limitaciones con que se encuentran las
personas, y proporcionan el contexto en el que funcionan los mercados. Los
distintos conjuntos de instituciones son el resultado de procesos históricos
complejos que reflejan los intereses y las estructura de influencia política de
diferentes personas y grupos en una sociedad (Informe sobre el desarrollo
mundial: Equidad y Desarrollo, 2006, p.9).
Para el caso de la desigualdad en Brasil, en síntesis, se han logrado acumular, no
solo factores en el ámbito institucional, sino también:
“(…) factores históricos que explican en cierta medida la desigualdad social
y económica en Brasil- un largo período de colonialismo, seguida por la
reforma populista, medidas represivas militares, deuda externa, acuerdos
de comercio injustos, y problemas de corrupción- se han mantenido en el
actual período de reforma democrática, marcada por las tendencias
económicas y políticas hacia la democratización y la responsabilidad social
corporativa (Griesse, 2007, p.23)”.
1.2.2. Educación: exclusión social y ausencia de igualdad de oportunidades.
En cuanto al ámbito de la educación, se pueden establecer dos parámetros de
desigualdad, el primero de acceso, es decir, de la cobertura educacional, y el
segundo de calidad, ambos fuertemente marcados por estratos socioeconómicos y
diferencias raciales. La cuestión racial se manifiesta ampliamente en las grandes
disparidades entre afro-descendientes5 y blancos, y esta situación influye
dramáticamente en la capacidad de obtención de mejores remuneraciones
5 En Brasil se concentran el mayor número de afro-descendientes en el mundo fuera de África, casi 92.7
millones de personas pretas-negras- y pardas- negras mestizas-; en el 2006, según el Instituto Brasileño de
Geografía y Estadística, muchos de ellos concentrados principalmente en las zonas rurales. [Oficina
Internacional del Trabajo. Pueblos indígenas y afrodescendientes en la región: Hacia la igualdad de
oportunidades y el trabajo decente. p. 40. 2007].
31
laborales; por otra parte, las estadísticas de las tasas regionales de analfabetismo,
demuestran que el noreste de Brasil, que concentra la mayor parte de la población
afro-descendiente, tiene un porcentaje de analfabetismo que dobla la tasa de la de
este indicador, en otras regiones.
De esta manera, se establece un dualismo escolar brasileño, en la medida en que
el desarrollo y el aprendizaje están divididos entre la clase alta y la clase baja,
entre lo público y lo privado, las escuelas para el pueblo y la elite. Siendo a su vez
la desigualdad de acceso y de calidad la que marca la pauta de exclusión,
eliminando la condición necesaria de oportunidad escolar como parte de un país
democratizado.
Por consiguiente, la desigualdad de la educación se ha interiorizado a lo largo del
tiempo, desde los años treinta con los privilegios de una oligarquía, y logrando su
profundización con la instauración de la dictadura militar, no obstante, y a pesar de
que en los noventa se instaura la escolarización gratuita y universal, persisten
características como la inequidad en el acceso, asimetrías entre grupos sociales y
ausencia de movilidad educativa entre generaciones, que se relacionan con
factores tales como la concentración de la propiedad de la tierra, las
desigualdades regionales y la democratización de acceso.
De modo que las altas desigualdades en la renta y las oportunidades de
educación son dos problemas históricos, que se manifiestan en las grandes
disparidades políticas, económicas y sociales. Y en específico, la desigualdad
educacional se debe principalmente a dos factores: el dualismo escolar explicado
por una elite altamente escolarizada, y una población pobre sin condiciones de
acceso y con dificultad de ascenso social.
Los bajos niveles de educación están asociados con la pobreza y la desigualdad
social. Considerando que la pobreza reduce las oportunidades y dificulta mayores
niveles de educación, este déficit educacional tiene fuertes consecuencias
32
socioeconómicas, manteniendo elevados niveles de pobreza y de desigualdad a
través del tiempo. De otro modo, los cambios estructurales del sistema educativo
vendrían a jugar un papel relevante a la hora de transformar la desigualdad de
ingresos en el mercado laboral y en el acceso de oportunidades de movilidad
social que “dependerán de factores como la propiedad de recursos, la ubicación
geográfica o la educación de los padres, entre otros” (Informe sobre el desarrollo
mundial: Equidad y Desarrollo, 2006, p.5).
Es así como la educación se considera como un elemento fundamental y
significativo para la movilidad social, como espacio que aumenta la posibilidad de
disminuir las brechas en cuanto a ingreso, acceso a bienes y servicios, y acceso al
mercado laboral, ya que marca el punto de inicio para las transformaciones
estructurales: “Los niveles de educación diferenciales van a incidir en múltiples
aspectos. Uno muy importante son las brechas salariales. Según los estimados de
CEPAL (2006) la educación es la causante del 38% de dichas brechas y su
importancia viene aumentando” (Grynspan,2007, p.8).
1.2.3. Aspectos étnico-raciales como determinantes de la desigualdad. El es-
pacio demográfico de Brasil demuestra la pobreza y la desigualdad social, es
decir, manifiesta la disparidad que existe en indicadores como ingresos, educación
y salud, y esta condición se explica en gran medida en una fuerte exclusión a
razón de categorías étnicas de raza y color6, que a pesar de que formalmente se
hayan “abolido” en la Constitución de 1988, siguen siendo parte del panorama
dispar de Brasil. Las desigualdades étnico raciales en este sentido, no sólo son el
resultado de los legados coloniales del esclavismo, sino que han logrado
mantenerse en el tiempo por la asimilación de la discriminación, que beneficia a
los que se encuentran en las escalas altas de estratificación, mientras, que
perjudica, principalmente a los “negros” y mulatos reduciendo la posibilidad de
cambio de su status social.
6 Ver Anexo No.1
33
De la misma manera, las causas de la desigualdad racial en Brasil se entienden
principalmente a partir de dos factores: el primero, el racismo de los grupos
dominantes, haciendo referencia a la estructura desigual de oportunidades con
patrones propios (se sigue considerando que la discriminación y la exclusión
tienen patrones propios, que no fueron heredados intactos de la estructura
esclavista), y segundo, la distribución geográfica desigual entre blancos y no
blancos: en el nordeste de Brasil viven una gran cantidad de “negros” y mulatos, y
se le considera como la zona del país con menos desarrollo de infraestructura y
basada en una economía agrícola; contrariamente, la mayoría de los blancos se
encuentran ubicados en la zona de mayor desarrollo económico, el sudeste del
país. En términos generales:
La desigualdad está muy relacionada con las razas y etnias, con marcadas
diferencias en salarios7, acceso a puestos de trabajo en el sector formal,
posesión de activos y acceso a servicios básicos, siempre inferiores para
los indígenas y afroamericanos. Estas “vidas diferentes” se manifiestan en
niveles importantes de segmentación que además limitan la movilidad social
de las personas (Perez,2009, p.160).
1.2.4. Disparidades regionales: entre un Norte pobre y un Sur industrializado
El desarrollo y la expansión geográfica (extensión territorial), y la manera en la que
se dio este proceso (de afuera hacia adentro), configuró un centro o interior pobre
en términos de desarrollo de infraestructura y de modelo económico de
producción. De esta manera, es posible afirmar que la dimensión espacial de la
desigualdad, se relaciona con la evolución de los modelos económicos en Brasil,
la desigualdad entonces:
7 Las mayores diferencias salariales por etnicidad se encuentran entre las personas que están en ambos
extremos de la distribución salarial. Ver Anexo No. 2 Brechas salariales por etnicidad.
34
(…) tiene que ver con el proceso de transición de una economía agrario-
exportadora a una urbano-industrial, concentrada en los estados de Sao
Paulo y Río de Janeiro por sus dotaciones de recursos naturales y
humanos, nivel tecnológico y situación geográfica privilegiada (Nasser,
2000).
Sobre todo, Brasil como un país de oposiciones, principalmente en materia de
desarrollo socioeconómico, demuestra que la problemática social aún no ha sido
resuelta. Los contrastes más fuertes se enfrentan entre la región del nordeste que
está marcada por el declive de las actividades agrícolas tradicionales (caña de
azúcar), y la del sudeste8, polarizada por los principales centros urbanos del país:
Sao Pablo y Río de Janeiro:
(…) el Nordeste concentra 50.6% de la población pobre del país, es decir,
26.8 millones de brasileros pobres viven en la región Nordeste. El Sudeste,
por su parte, a pesar de representar 43.7% de la población, concentra
20.2% de los pobres del país (Saldaña, 2007, p.411).
En adición al desarrollo y aplicación de modelos económicos, las causas de las
disparidades demográficas son atribuibles también a problemas endógenos,
principalmente, a la manera como las elites influyen en la concentración de
recursos regionales:
“(…) la acción del Estado ha exacerbado la desigualdad de ingresos. El
efecto neto de la política fiscal (exenciones fiscales y subsidios directos) ha
sido la de redistribuir el ingreso de los menores pudientes a los más
acomodados. Este resultado refleja el poder político de la élite, que ha
controlado (o mantiene el poder de veto) la formulación de políticas
económicas del gobierno (Skidmore, 2004, p.147)”.
8 Ver Anexo No. 3 Población y PIB per cápita por regiones, en donde se observan grandes disparidades en el
PIB per cápita regional, concentrándose en las regiones del Sudeste y Sur.
35
De esta manera, Brasil como parte del Tercer Mundo desarrolla una paradoja en
relación a variables internas y externas, puesto que, por un lado continúa con
profundos déficits al interior del país en términos de desigualdades, y por otro lado
mantiene una expansión como potencia emergente organizándose
internacionalmente para mantener un equilibro de influencia al nivel internacional
(Cooperación Sur-Sur).
De modo que, para demostrar una coherencia y relación en la manera como son
abordadas las desigualdades en los planos sociales, políticos, económicos, y
culturales, y resaltando la relación directa entre las transformaciones políticas
globales y el impacto en diferentes formas en el interior de los países, se requiere
“la adopción de una política exterior más modesta, el equilibrio de su agenda
internacional con ambiciosos esfuerzos para hacer frente a las manifiestas
desigualdades, violencia y problemas de educación internos” (Sweig, 2010, p.173)
Por otro lado, y a pesar del crecimiento económico, este no ha sido suficiente para
reducir la desigualdad y la pobreza, categorizándolo como una economía
emergente por su dependencia de los flujos de capital externo, que influye de
manera restrictiva en el ámbito institucional, y que dificulta la lucha contra la
desigualdad, es así como la principal paradoja Brasileña:
(…) es que es una economía cerrada comercialmente (las exportaciones
representaran sólo un 13,4% del PIB en 2002 y las importaciones un
10.5%), pero que depende fuertemente de los flujos externos de capitales.
Este doble rasgo le impone restricciones importantes al margen de
maniobra de las autoridades para diseñar políticas económicas orientadas
al crecimiento y a la disminución de las desigualdades sociales (Costas,
2004, p.31).
Brasil es una sociedad que históricamente ha estado dividida y ha sido débil, esto
se evidencia en la falta de equidad en el ámbito social y como obstáculo para un
crecimiento económico sostenido, que genera reducciones de los mercados
36
internos; los déficits en el ámbito de la educación son factores relevantes para la
pérdida de competitividad en la economía global, y para la ausencia de cohesión
social. De la misma manera, la desigualdad persistente es el resultado de la
perpetuación de modelos de exclusión institucionales que datan desde la colonia,
y que en la actualidad se demuestran en la discriminación étnica racial. Dentro de
las consecuencias que tienen estas condiciones para la proyección de Brasil están
el aumento de los niveles de pobreza y la disminución del impacto del desarrollo
económico, destinado a reducirla, puesto que la desigualdad puede desacelerar el
proceso general de desarrollo. Cabe destacar que “Brasil, a pesar de ser
históricamente el país más desigual de la región, experimentó una reducción
moderada pero significativa respecto a la brecha en los ingresos” (Ferranti,
2004,p.14), no obstante, esto no significa que los altos niveles de desigualdad no
persistan.
37
2. POLÍTICA EXTERIOR DE BRASIL: ESQUEMA DE COOPERACIÓN SUR-
SUR9
El Esquema de Cooperación Sur-Sur, desde la perspectiva de la proyección
exterior de Brasil se entiende en términos de la aproximación a las Potencias
Medias en el hemisferio sur10, con características similares tales como: la
dimensión continental, el liderazgo regional, la población, el Producto Interno Bruto
(PIB), los recursos naturales importantes, los regímenes democráticos, y el interés
de reordenamiento del sistema internacional, tendiendo a la búsqueda de la
cooperación internacional como forma de oposición a las acciones unilaterales de
las grandes potencias.
Un ejemplo de esto es IBSA -India, Brasil, y Sudáfrica-, como asociación de
países del sur, cuyos miembros están ganado espacio e influencia a nivel global
aumentando sus recursos y capacidades para contribuir al orden internacional y
regional, sin embargo, sus recursos de poder11 son limitados y no les permiten
actuar o influir de forma unilateral a nivel global (Sousa S. , 2007, pág. 15). De
esta manera, tienen un gran potencial en términos demográficos, y económicos
(ver Anexo No. 11), pero no tienen suficiente relevancia a nivel internacional. Para
lograrlo, necesitan aliarse por medio de la cooperación y la coordinación
económica trilateral como economías influyentes del Sur con peso internacional, y
utilizar los foros internacionales como plataformas de proyección.
9 La cooperación Sur-Sur o cooperación entre países periféricos en un contexto trans-regional (IBSA),
esencialmente política que se basa en el reforzamiento de las relaciones bilaterales y en la formación de coaliciones en los foros multilaterales para obtener mayor influencia en las negociaciones internacionales. 10
“El concepto sur surgió como complementario y/o distintivo de otra realidad diferente a la de los países del Norte, industrializados / desarrollados / centrales. Comprende un grupo de países periféricos o en desarrollo que comparten similares situaciones de vulnerabilidad y desafíos, pero que en función de sus particulares realidades no pueden ser considerados como un grupo homogéneo” [LECHINI, G. La Cooperación Sur-Sur como herramienta para incrementar la autonomía. Mito o Realidad. Los Casos de Argentina y Brasil. FLASCO- Área de Relaciones Internacionales. Jornadas de Relaciones Internacionales 2009]. 11 Los recursos de poder son el territorio, la población, las riquezas, la fuerza militar, que van de la mano con
recursos como la cohesión social y la voluntad política que ejercen cierta influencia en la toma de decisiones a nivel internacional y que le permite actuar e influir de forma unilateral a nivel global.
38
Por otra parte, el establecimiento de las actuales Potencias Medias12, y su
potencial, se deriva de una relación dinámica entre las razones materiales de los
Estados y su poder dentro del marco del sistema internacional, es decir, que
desde la perspectiva de poderes medios se puede comprender la razón del
multilateralismo con base en las deficiencias de los países en términos de poder
estructural13. De igual modo, las conductas de los mismos pueden ser
caracterizadas como promotoras de asuntos globales, facilitadoras de la
construcción de coaliciones, gestoras de intereses regionales en las instituciones
internacionales, y conformadoras de compromisos multilaterales como medio de
superación de las diferencias en términos de poder estructural.
Brasil se considera como una potencia media emergente y democrática, que a su
vez está constituida por una sociedad con profundas divisiones sociales en
términos de clase; en el caso de Sudáfrica en términos de origen étnico. Estas
dos potencias semi-periféricas desarrollan dos procesos paralelos, tanto de
aumento de ingresos en términos económicos, como de desigualdad y disparidad
social, sus elites están muy interesadas en integrarse a la economía mundial, a
pesar de la gran disparidad en sus contextos internos.
En suma, Brasil como una de las economías más grandes (ver Anexo No.12), y
por su condición de potencia semi-periférica, busca medidas a favor de una
reforma de las reglas económicas globales y sus estructuras (sentido reformista),
haciendo uso de su ventaja competitiva sobre los Estados periféricos
especialmente sobre los de su vecindad geográfica (Mantzikos, 2010, pág. 8). De
esta forma, en primer lugar se va a analizar la política exterior de Brasil y su
inserción internacional, con énfasis en la presidencia de Lula Da Silva; en segundo
12
Las Potencias Medias o “system affecting” son algunos Estados que no pueden esperar afectar el sistema actuando solos, pero que pueden ejercer un impacto significativo en el sistema sí trabajan por medio de grupos pequeños, alianzas o a través de organizaciones internacionales universales o regionales. [KEOHANE, R. Lilliputians Dilemmas: small states in international politics. The university of Wisconsin press journal division. International organization. Vol. 23. No. 2. Spring 1989. Pp. 291-310]. 13 De acuerdo a Susan Strange en el sistema internacional las relaciones entre los actores generan una
configuración de poder llamada estructura en donde el poder estructural se refiere al control sobre la seguridad, la producción, las finanzas, los conocimientos y las ideas.
39
lugar, la Estrategia de Cooperación Sur-Sur; y en tercer lugar, sus asociaciones
estratégicas como parte del esquema de Cooperación Sur-Sur (G-20, IBSA y
BRIC).
2.1. POLÍTICA EXTERIOR DE BRASIL Y SU INSERCIÓN INTERNACIONAL
(Gobiernos de Luiz Inácio Lula Da Silva)
Brasil como una potencia de tamaño medio, con escala continental y pertinencia
regional, utiliza el “soft power”14 como medio de remodelación de la estratificación
internacional de poder, valiéndose de acciones multilaterales y alianzas
diversificadas. Igualmente, se considera como un país intermedio y con potencial
internacional de acuerdo a sus indicadores de población, extensión territorial,
riquezas naturales, que posee un gran liderazgo en América Latina (Ver Anexo
No. 13). No obstante, mantiene profundas disparidades dentro de su sociedad
bastante polarizada, demostrando que su principal paradoja es que aunque se
considere como un país con presencia mundial, y que persigue la integración
internacional, mantiene una estructura interna de desintegración.
De la misma manera, se le atribuye un movimiento pendular en su política exterior,
que combina una parte de autonomía al asumir la responsabilidad en la
construcción y el fortalecimiento de las instituciones multilaterales y dependencia
del orden internacional en cuanto a su alineación con los intereses de Estados
Unidos, y que al mismo tiempo se considera como potencia semi-periférica,
14
El “soft power” se entiende como la capacidad de cooptación de un país de estructurar una situación para que otros países desarrollen preferencias o definan sus intereses acordes con los suyos, este poder surge de recursos tales como la atracción cultural e ideológica, así como las normas y las instituciones de los regímenes internacionales. [NYE, J. Soft Power. The Changing Nature of American Power. 1990. p. 168]. De acuerdo a lo anterior, Brasil se considera como un país que ejerce el “soft power” evidenciado en su atractivo y presencia cada vez mayor en asuntos globales, que ha sido fortalecido por su liderazgo sur-sur y por sus acciones como agente impulsador del mundo equilibrado, sin embargo, ha tenido una limitada expansión cultural e ideológica en América Latina.
40
emergente y Estado Intermedio15 -con capacidad material, auto-percepción de
potencia, y reconocimiento de otros Estados-. En lo referido a su relación con el
foro o alianza de cooperación IBSA, sus miembros se consideran "potencias
regionales"16, y está condición les asegura una relevancia internacional adicional.
Por lo tanto, la política exterior de Brasil sirve como punto de partida para entender
que su inserción geopolítica se basa en los intereses nacionales, que pueden ser
comprendidos como orientaciones sustantivas de las políticas internacionales de
un país al buscar alcanzar protagonismo en la escena internacional. En los
períodos del gobierno de Lula Da Silva las prioridades se constituyeron alrededor
de la consolidación de alianzas con los países del sur, el fortalecimiento de la
posición negociadora en los foros de comercio internacional, y la integración
Sudamericana. Dentro de los principales factores que han influido en su inserción
están: su localización en el hemisferio occidental (área de protección, poder e
influencia de los Estados Unidos), un contexto geopolítico estable y una posición
económica dominante, en comparación con sus vecinos.
Igualmente, en el desarrollo de su política exterior, Brasil aboga por un trato
diferenciado en cuanto al comercio, la apertura de nuevos mercados y de
oportunidades para la cooperación económica en los países del Sur. Incluso,
intenta propiciar un cambio en el modelo de apertura y de inserción internacional,
para facilitar la adhesión a nuevos regímenes económicos y sistemas normativos
internacionales.
Las aspiraciones de reconocimiento internacional comenzaron desde el siglo XX,
con una acción activa en los foros multilaterales, en los que se presentaba como
mediador de las grandes potencias y otros Estados, con la intención de defender
los derechos de los "pequeños" poderes, y buscar un estatuto equivalente al de
15
Estas connotaciones demuestran que aún existen temas por resolver en cuanto a desarrollo económico, político, diplomático, y social, en términos de educación, salud, distribución de ingreso, y corrupción. 16
El concepto de potencia regional hace referencia a aquellos Estados que por su peso demográfico, económico, militar, entre otros aspectos, su política en un marco regional concreto, habitualmente en el Tercer Mundo, desempeñan un papel de gran potencia en el ámbito geográfico.
41
los grandes poderes.
En los gobiernos de Quadros (1961) y Goulart (1961-1964) se implementó la
llamada Política Exterior Independiente (PEI), que consideraba que Brasil debía
tener un papel relevante en el sistema internacional a través del desarrollo de una
política externa más autónoma, en el gobierno de Gesiel (1974-1979) se
implementó una política internacional denominada Pragmatismo Ecuménico y
Responsable (PER), que pretendía renegociar la dependencia brasileña y llevar al
país a ser una economía industrializada con proyección internacional; con Baptista
(1979-1985), se mantuvo el énfasis en la política de aproximación al continente
africano a través de la doble inserción en Occidente y en el Tercer Mundo vía
Cooperación Sur-Sur; y con Sarney (1985-1990), se siguieron los trazos de la
política africana dentro de los límites impuestos por la negociación de la deuda
externa y por la inestabilidad económica interna (Lechini, 2009, pág. 71).
Más tarde, en la década de los años ochenta comienza el proceso de
redemocratización y paralelamente, la aspiración por parte de la élite brasilera
ejercer un papel influyente en la configuración de un nuevo orden internacional.
Aunque los cambios sistémicos culminan en la década de 1990, con la
consolidación de la globalización productiva y financiera, la configuración de un
orden unipolar, el proceso de la democratización en la posesión de un gobierno
civil en 1985 y la promulgación de una nueva Constitución en 1988, ayudaron a
socavar las bases económicas y políticas de los modelos anteriores.
En este contexto, la política exterior de Cardoso estuvo influenciada por tres
factores contextuales: la ideología neoliberal, la supremacía del mercado y la
superioridad militar de los Estados Unidos (Cervo, 2003, pág. 10); y se desarrolló
de manera dual, obedeciendo a una articulación entre los intereses nacionales y
las perspectivas del ámbito internacional, es decir, refiriéndose a la defensa
externa de los asuntos domésticos, y desarrollando lo interno y lo externo como
ámbitos complementarios, en donde el primero busca traducir los intereses y las
42
necesidades, y el segundo procura expandirlos al exterior. La estrecha relación y
la influencia de los asuntos externos en los internos se debe a la jerarquía natural
del sistema en el comportamiento de los Estados, en donde los que se consideran
como elementos subalternos se desenvuelven en una dinámica de construcción
estatal (Brasil como proceso democrático), y de balance regional de poder (Ayoob
M. , 1998, pág. 45).
De otra manera, y desde la perspectiva de Realismo Subalterno, se asumen las
cuestiones relativas al mantenimiento y la creación del orden interno, y del orden
internacional, como íntimamente relacionadas, enfatizando en que los países del
Tercer Mundo se encuentran en sus primeras etapas de formación del Estado, por
tanto son débiles y vulnerables, y en el caso de Brasil, en las primeras etapas de
formación democrática (Ayoob M. , 2002, pág. 47). En resumen, la política exterior
brasileña comprende por un lado la interpretación de la realidad internacional, y
por otro, el interés nacional y las necesidades internas para formular una política
de proyección exterior (Do Rego, 1998, pág. 19).
En cuanto a las estrategias de inserción de Brasil en el escenario internacional,
llevadas a cabo por Fernando Henrique Cardoso, se caracterizaron por adoptar un
modelo de Credibilidad, enfatizando en que el país se fortalece a través de
mecanismos multilaterales que procuran las restauraciones de confianza
internacional y la credibilidad, limitando la conducta unilateral del escenario
internacional. Por otra parte, Lula Da Silva desarrolló una política exterior basada
en La Autonomía a través de la integración o participación, que buscaba la
construcción de una identidad continental, con énfasis en la integración regional
como nueva forma de inserción internacional, por medio de la participación activa
en los organismos multilaterales (Duarte, 2008, pág. 80).
En otras palabras, la estrategia de inserción seguida por Lula da Silva, se da a
través de la articulación con países de intereses similares que estuviesen
dispuestos a resistir las imposiciones de los poderes dominantes. Que con
43
referencia a los países del Tercer Mundo17, y Brasil en específico, mantienen una
situación de vulnerabilidad e inseguridad relacionada con una etapa temprana de
construcción democrática, demostrada en la persistencia de la debilidad de la
soberanía del Estado, la posición en el mercado internacional y las presiones
externas: políticas, militares, tecnológicas, económicas, usualmente provenientes
de los países desarrollados (Ayoob M. , Concepts and Definitions: Third World and
Security, 1995, pág. 9).
Por tanto, la transformación de la orientación en la política exterior de Fernando
Henrique Cardoso a Lula Da Silva, se expresa principalmente en un cambio de
perspectiva frente al orden internacional, el primero, basándose en la influencia de
los Estados Unidos, aceptando su predominio indiscutible en la forma de restaurar
la fiabilidad internacional, y el segundo, enfocándose en los foros multilaterales,
como mecanismo para atenuar la primacía estadounidense, es decir, una política
equilibrada contra el poder global, cimentada en alianzas con otras potencias
medias, tanto dentro como fuera de la región de América del Sur, como es el caso
de la iniciativa IBSA.
De esta manera, con Luiz Inácio Lula Da Silva se configura un perfil mediador
entre las grandes potencias y en la defensa de los pequeños poderes, en una
búsqueda por alcanzar el estatuto de las grandes potencias para el desarrollo de
un contexto más equitativo que disminuya las disparidades entre los países del
Norte y del Sur. Ahora bien, respecto a la agenda de reformas que busca Brasil
se pueden encontrar el fortalecimiento de los principios multilaterales, las
soluciones innovadoras que operan en el mantenimiento de la paz y la
tranquilidad, y la reforma de la estructura de la toma de decisiones del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, con el fin de dotarles de representatividad y
legitimidad.
En síntesis, la política exterior de Luiz Inácio Lula da Silva representa un cambio
17
Se justifica el uso del término Tercer Mundo por la inmensa disparidad de poder entre este y los Estados desarrollados del norte.
44
simbólico en cuanto al panorama social, económico y político, que supuso la
demostración de la consolidación del sistema político y la apuesta a las
transformaciones de estructuras sociales de desigualdad e injusticia, paralelo a la
transformación en la escena internacional. Demostrando la relación entre la
estructura interna (instituciones, sociedad, coaliciones de cambio) -con dificultades
para alcanzar coaliciones fuertes que faciliten la disminución de la pobreza, la
desigualdad y la corrupción-, y la política exterior como terreno de formación de
coaliciones con una acción coherente de interrelación para alcanzar credibilidad,
influencia, y con esto, mejorar su posición en la escala jerárquica en el mundo. Es
así como se establece una doble dinámica, primero de mantenimiento de la
desigualdad y de la concentración de ingresos en el plano interno, a pesar de la
disminución de estas dinámicas los gobiernos de Lula Da Silva18, y de
promulgación de denuncias frente a las grandes potencias, en términos de
relaciones de producción en el plano internacional (ver Anexo No. 14).
2.2. ESTRATEGIA DE COOPERACIÓN SUR-SUR
La “nueva” estrategia de Cooperación Sur-Sur se explica de acuerdo a la doble
identidad de Brasil, tanto como por ser un país que hace parte de América de Sur
(parte del Tercer Mundo), como por considerarse un país en desarrollo y potencia
emergente. En este sentido, y de acuerdo a su perfil como país en desarrollo, su
acción diplomática debe estar encaminada a la búsqueda de mercados a
diferentes escalas, y propender por un acercamiento con los países en vías de
desarrollo para disminuir las diferencias en el escenario internacional, que de
acuerdo al discurso desarrollista se enmarca como una “acción innovadora”.
18
De acuerdo con el coeficiente GINI, la desigualdad en Brasil disminuyó de 0,59 en 2001 a 0,53 en 2007 y dentro de los factores atribuibles a la misma están tendencias demográficas tales como la reducción en el tamaño de las familias, las mejoras en las tasas de dependencia familiar, el acceso a la educación y las transferencias monetarias directas por parte del Estado. [Center Policy International for inclusive growth. ¿Cuál es la explicación para el Descenso de la Desigualdad en Brasil?. Degol Hailu. 2009].
45
Así pues, el foro IBSA es el reflejo de la búsqueda de sociedades estratégicas,
entre medianas potencias regionales como India y Sudáfrica para establecer
relaciones económicas y comerciales, con un marco de confluencia en intereses
políticos: coordinación de acciones en bloque para un mayor poder de negociación
frente a los países desarrollados, especialmente frente a Estados Unidos y Europa
Occidental, en temas sensibles como los subsidios agrícolas, la propiedad
intelectual y las patentes (Duarte, 2008, pág. 93).
De igual modo, Lula Da Silva mantuvo una agenda multilateral en la que privilegió
tres dimensiones: la naturaleza simbólica social (G-8), la relación entre países en
desarrollo y países desarrollados (OMC), y por último, las aspiraciones del país de
ingresar al Consejo de la ONU. Con la intención de atenuar las vulnerabilidades
externas del país y favorecer a un nuevo modelo de inserción más favorable para
los intereses de Brasil como jugador mundial en expansión.
Dentro de los factores de la política exterior de Lula Da Silva que mejor se
relacionan con los objetivos de IBSA se encuentran: la eliminación de las
dependencias estructurales y la promoción de la inserción independiente (nuevo
modelo asertivo de inserción, de búsqueda del equilibrio y de reducción de la
asimetría del mundo globalizado). Los frentes en los que desarrolla esta estrategia
reenfocan el núcleo central de la economía nacional, basándose en una política de
comercio exterior como instrumento estratégico de desenvolvimiento, y revirtiendo
la dependencia financiera (Cervo, 2003, pág. 7). En síntesis:
“Brasil ha utilizado dos métodos para superar su debilidad relativa en el
sistema internacional. El primer enfoque ha sido el de buscar activamente
una forma de asociación con el líder hemisférico, los Estados Unidos, y el
segundo enfoque ha sido utilizar el multilateralismo como medio de mejorar
su condición como actor global de importancia (Alden, 2005, pág. 1084)”.
Evidenciando, que los principales objetivos de esta política exterior son el
mejoramiento del orden internacional económico y político, la independencia de
46
las relaciones exteriores, y la igualdad de capacidad de acción de los Estados en
el sistema internacional (ver Anexo No.15).
2.3. ASOCIACIONES ESTRÁTEGICAS COMO PARTE DEL ESQUEMA DE
COOPERACIÓN SUR-SUR (G-20 e IBSA)
Dentro de la estrategia de Cooperación Sur-Sur están el grupo de los veinte G-20,
IBSA y BRIC, como excepcionalidad al estar conformada por dos países del
hemisferio norte (Rusia y China). El primero conformado a favor del comercio
justo en la reunión de Cancún-México 2003, buscaba que los países de
economías industrializadas del G-8 firmaran el compromiso de una efectiva
liberalización del comercio agrícola y la eliminación de subvenciones. El G-20
también representa un renacimiento de la coalición del Tercer Mundo en torno a
los intereses agrícolas de los países en desarrollo, permitiéndole a Brasil adoptar
un papel de intermediario indispensable entre los "débiles" y el "fuerte". Es decir,
que el G-20 es la demostración de la coalición pragmática que se expresa en el
reconocimiento del impacto de los países en desarrollo en el mundo industrial, y
representa una visión equilibrada siguiendo los objetivos pragmáticos de combatir
la pobreza en los países en desarrollo.
Por su parte, IBSA surge desde la necesidad conjunta de pensar los intereses
comunes en un ámbito internacional interdependiente y asimétrico, de esta
manera, se identifica como un contexto de aproximación entre los países del sur
donde se desarrolla una cooperación horizontal, con el objetivo de una
concertación para la obstrucción de las desigualdades internacionales dirigidas por
los países del norte, así como acciones conjuntas con el fin de enfrentar
problemas domésticos similares (Freitas, 2006, pág. 45).
47
De igual modo, el foro IBSA como proyecto dirigido y conducido económicamente,
busca construir alianzas estratégicas entre tres de los grandes países emergentes
del mercado mundial: India, Brasil y Sudáfrica, con el objetivo de ejercer presión
sobre los países industrializados a fin de alcanzar posiciones comunes en las
deliberaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, enfatizando en
la necesidad de la participación de los países en desarrollo de ambas categorías,
miembros permanentes y no permanentes, en el ámbito político y en el económico
internacional. IBSA puede ser considerado como un esfuerzo concentrado por
Estados Claves del sur para avanzar en la agenda del G-20. Igualmente,
promueve una posición de condena a las políticas proteccionistas del G-8, y
subraya la necesidad de seguir adelante con el programa de Doha para el
desarrollo, y de invertir las políticas proteccionistas del norte y las prácticas que
distorsionan el comercio (Taylor, 2009, pág. 49); de esta forma, crea una nueva
dinámica en las relaciones internacionales, como respuesta a la frustración
inherente a los resultados de las negociaciones de la OMC para los principales
países exportadores del sur, y como demanda de un replanteamiento de las
asimetrías del poder mundial.
Por otra parte, “el foro de diálogo trilateral IBSA (India, Brasil, Sudáfrica) tiene
como objetivo principal el fomento de la cooperación y el aumento del impacto
global” (Sousa S. , 2008, pág. 169), puesto que, al componerse de poderes
emergentes no busca la transformación el sistema internacional de forma
sustancial, sino la apertura de mayores espacios de influencia en las
organizaciones internacionales, orientando sus estrategias hacia el
multilateralismo, para afrontar los desafíos del mundo globalizado, y en el
cooperativismo, como manera de enfrentarlos de manera conjunta, para generar
cambios hacia una mayor equidad de influencia.
Otro aspecto, referido a las particularidades destacables de los miembros de
IBSA, en cuanto a las grandes disparidades sociales, pobreza, índices de
desarrollo humano, analfabetismo y graves problemas de salubridad –SIDA- (ver
48
Anexo No. 16), se relaciona con las características de los Estados Subalternos de
Mohammed Ayoob: débiles estructuras políticas que generalmente carecen de
cohesión social, que albergan fuertes fisuras étnicas y regionales y una política
interna permeada por influencias externas (Cicek, 2004, pág. 495), que los lleva a
ser considerados como países del Tercer Mundo con problemas internos similares
“sus sociedades sufren una gran desigualdad socioeconómica, falta de cohesión
social y un alto nivel de violencia y criminalidad organizada, pobreza y epidemias,
principalmente el sida” (Sousa S. , 2008, pág. 170). En resumen:
(…) en la alianza IBSA convergen tres potencias medias (India, Brasil y
Sudáfrica) que tienen cierta influencia a nivel regional y global, conformando
un nuevo tipo de “multilateralismo del Sur” que no propone un cambio total
del orden mundial, sino que acepta las reglas internacionales existentes y
las aprovecha para promover una distribución de poder más justa,
equitativa y representativa (Sousa, 2007, pág. 3).
Por último, BRIC (Brasil, Rusia, India y China), que tiene como excepcionalidad a
dos países del hemisferio norte (Rusia y China), se considera como un esquema
de cooperación con potencias, y como herramienta de disidencia que utiliza las
instituciones de gobernanza global, con el objetivo de crear nuevas coaliciones
para lograr intereses comunes, principalmente, como bloque para equilibrar y
democratizar el orden internacional. Luiz Inácio Lula Da Silva ha intensificado los
esfuerzos diplomáticos para desarrollar una relación con las principales potencias
emergentes, y aumentar la cooperación interna a favor de ejercer una mayor
influencia en las principales instituciones internacionales (HAIBIN, 2010, pág. 186).
Para finalizar este segundo capítulo, se puede afirmar en primer lugar que la
política exterior de Brasil ha mantenido a lo largo del tiempo como uno de sus
aspectos importantes el ocupar un papel determinante en los ámbitos
internacionales, políticos y estratégicos. Con Fernando Henrique Cardoso se
afianzaron dos aspectos relevantes y de influencia para los gobiernos de Lula Da
49
Silva, primero, en lo referente a la consolidación de la democracia, y segundo, en
cuanto a la política exterior, facilitando una estrategia continental para ganar
protagonismo en el plano mundial.
No obstante, con la toma de posesión de Lula Da Silva y el fortalecimiento de la
autonomía, se optó por una nueva orientación de la política exterior, construyendo
una política de inserción internacional acorde con el papel en el mundo y las
limitaciones inherentes de la inserción de los países periféricos en desarrollo. De
igual modo, esta política se basó en la consolidación del multilateralismo: en IBSA
como espacio para el fortalecimiento de la capacidad internacional, para alcanzar
mayor influencia en foros como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
G-20 y OMC.
Esto quiere decir, que en un contexto mundial de constante cambio, en donde los
nuevos poderes emergentes están empezado a jugar un papel protagónico en
cuanto a su afectación a las estructuras globales, el foro IBSA surge como espacio
de intereses comunes y como fomento del multilateralismo, con el objetivo de
aumentar su espectro de acción internacional a través del “soft power”. Este último
mecanismo como medio para disminuir las limitaciones sistémicas a través del
aumento de la influencia de nuevos centros de poder en el hemisferio sur, y
refiriéndose a Brasil su inserción de acuerdo al mantenimiento de relaciones con
Estados que reflejen capacidades materiales e intereses globales similares, para
generar una presión frente a los países industrializados (Izadora, 2009, pág. 15).
Para el caso concreto de los gobiernos de Lula Da Silva, el gran aporte se debe al
énfasis en la justicia económica y social en el mundo, y a las iniciativas solidarias
para combatir el hambre:
(…) promovió la presencia del Brasil en los escenarios donde se mueven
las potencias de primera línea. No demoró en presentar sus argumentos y
planes en el G-7, en el Foro Económico Mundial y finalmente en la
Asamblea General de las Naciones Unidas. En la conferencia de la OMC,
50
en Cancún, el Brasil protagonizó la creación del G-20 para defender los
intereses de las economías emergentes en la Ronda del Milenio
(Rodríguez, 2005, pág. 12).
En conclusión, Brasil se enfrenta a retos importantes en dos frentes, por un lado,
la necesidad de cambios sociales a nivel interno, ya que persiste una deuda social
que influencia al plano internacional en cuanto a su credibilidad como país que
lucha por la pobreza y la desigualdad, y por otro, las grandes expectativas en lo
referente a lo que podría lograr a través de las instituciones multilaterales,
basados en la visión de un sistema internacional jerárquico e inequitativo, que
desde una posición periférica dista de las percepciones y preocupaciones de los
países centrales.
51
3. DOBLE DINÁMICA DE DESIGUALDAD Y PROYECCIÓN EXTERIOR DE
BRASIL
El presente capítulo tiene como objetivo principal explicar la doble dinámica de
desigualdad y proyección exterior de Brasil, partiendo de la premisa de que se
puede categorizar como una economía emergente que aún tiene que solucionar
numerosos desafíos de desarrollo a nivel interno. En este sentido, se pretende
responder a la pregunta de investigación: ¿cómo se explican las posturas externas
de Brasil en contraste con situación interna? Es decir, el carácter dual de Brasil en
dos vías -interna y externa-. Es por ello que es pertinente el análisis de cómo las
contradicciones de la consolidación democrática de Brasil afectan su inserción al
sistema internacional, enfatizando la relación de discordancia entre la ausencia de
consolidación democrática (factores internos como la desigualdad), y la política
exterior multilateral, principalmente como líder global en el esquema de
cooperación horizontal Sur-Sur (periferia).
De acuerdo con lo anterior, se desarrollará en primer lugar la ausencia de
consolidación democrática enfatizando tres aspectos importantes: Brasil como
Estado en construcción y débil internamente respecto a enormes disparidades
sociales, y en segundo lugar, la Estrategia de Inserción Internacional de Brasil, y
por último, las posturas externas de Brasil en contraste con su situación interna.
3.1. “CONSOLIDACIÓN” DEMOCRÁTICA EN BRASIL
Ante todo, para afirmar que existe una ausencia de una “Consolidación
Democrática”, se deben relacionar dos aspectos importantes: primero, Brasil como
Estado en construcción, y segundo como un Estado débil internamente:
52
“Brasil se ha convertido en una democracia liberal estable desde la década
de 1980, ha que destacar que la calidad de la democracia se ha quedado
atrás debido a muchas deficiencias institucionales que aún persisten, las
más destacadas son los débiles partidos y sistema electoral, una legislatura
ineficiente, distorsionadas relaciones entre el ejecutivo y legislativo, así
como los persistentes problemas de exclusión social, pobreza, desigualdad
y violencia(Huelzs, 2009)”.
De ahí que no solo los problemas institucionales inciden en la consolidación de la
democracia, sino que los problemas estructurales internos tales como la pobreza,
la desigualdad de ingreso, la exclusión social, el estado de violencia, un sistema
judicial desigual, y una educación deficiente, se sumen a los factores
institucionales que impiden que se consolide.
Por otro lado, para vincular la consolidación democrática y la desigualdad interna,
se requiere especificar que se entiende por “Consolidación Democrática”. Según
Schedler:
(…) “consolidar” la democracia puede implicar las tareas “positivas” de
profundización de una democracia plenamente liberal o completar una
semi-democracia. O puede responder a los desafíos “negativos” de impedir
la erosión de la democracia liberal, o bien evitar la ruptura de cualquier tipo
mínimo de democracia (2001, p.67)”.
Igualmente, dentro de las características que debe tener un Estado para que se
considere como consolidado, de acuerdo al estudio de Schedler, están las bases
estructurales de la democracia, puesto que se espera que un régimen democrático
sobreviva si descansa sobre unas sólidas bases estructurales, haciendo énfasis
en los factores socioeconómicos, institucionales e indirectas, y condiciones
sociales y políticas que fomentan la emergencia de actores, comportamientos y
actitudes democráticas (Schedler, 2001, p. 80)
53
Por esta razón, para analizar las condiciones socioeconómicas de Brasil, no solo
se debe recurrir al indicador del PIB (Producto Interno Bruto)19, y su efecto en la
probabilidad de que la democracia sobreviva, sino que se debe tener una mirada
multidimensional, que para este caso concreto requiere el estudio del GINI como
una de las cifras más sugerentes dentro del contexto de desarrollo y de cohesión
socioeconómica20.
Así pues, se puede decir que la extrema miseria económica, y la tendencia a la
desigualdad, subvierten las mínimas condiciones de ejercicio efectivo de igualdad
de derechos que es constitutivo de la ciudadanía democrática. Complementando
estas condiciones, las consecuencias normativas, las extremas desigualdades
sociales y la pobreza, también tienden a convertirse en una amenaza para la
estabilidad del régimen democrático. En otras palabras, una buena equidad social
y económica es absolutamente necesaria para permitir la consolidación en todo el
sentido de la palabra democracia21 (Schedler, 2001, pág. 81).
Dicho de otro modo, un Estado con una democracia consolidada debe reunir las
siguientes características: “(…) calidad de las instituciones políticas, capacidad del
sistema de dar respuesta a las demandas sociales en un periodo de aumento de
las expectativas y capacidad de expandir el crecimiento económico para sustentar
lo anterior” (Walker, 2006, pág. 7).
Se considera entonces, que Brasil es un Estado en proceso de “Consolidación
Democrática”, en la medida en que mantiene una estructura socioeconómica
desigual y no tiene fuertes bases estructurales como consecuencia de las
19
Es el valor de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de una nación en un año determinado, que para el caso de Brasil es de 2.194 billones de dólares para el 2010. 20
Ver Indicadores de Desigualdad 21
Según Schedler, en énfasis en la legitimación puede llegar a entender o implicar que las democracias sólo se consolidaran en la medida en que superen sus limitaciones socioeconómicas, sus desventajas culturales y su déficit democrático. [SCHEDLER, A. Measuring Democratic Consolidation. Studies in Comparative International Development. Vol. 36 No. 1. P. 75. 2001].
54
disparidades sociales, y es un Estado que trabaja en la construcción de políticas
sociales para mejorar las condiciones socioeconómicas de la población22.
Por otra parte, en materia interna se evidencia una debilidad estatal para eliminar
la pobreza y la desigualdad como obstáculos para el crecimiento económico, pero
principalmente se muestran como flagelo operante a lo largo de la historia, que ha
dificultado la movilidad social en términos de raza, de etnia y de estrato
socioeconómico. El Estado brasileño a lo largo del tiempo ha convivido con tres
déficits, de inclusión, demostrados en los altos grados de concentración de la
renta, de desigualdad, y de capacidad de producir resultados socialmente
deseados (Moíses, 1990, pág. 30).
Dentro de los aspectos relevantes que dificultan una profundización de los
procesos de democratización, se encuentran los problemas económicos, políticos,
sociales y culturales, y en algunas dinámicas, la situación internacional como
nudos de tensión para la gobernabilidad23. En este sentido, no hay democracia
que sobreviva con desigualdad, exclusión y polarización, porque la democracia se
extiende más allá de las reglas de juego, extendiéndose a la esfera social, y
porque es una búsqueda de soluciones integrales a los problemas sociales,
políticos y económicos (Aparicio, 2007, pág. 188).
22
Durante los gobiernos de Lula Da Silva, en el campo de inversión social, el programa más importante implementado es Fome Zero (cero hambre), que está enfocado a erradicar el hambre y las razones que la producen; por consiguiente cuenta con diferentes componentes. Bolsa Familia (beca familiar), uno de los más importantes, se encuentra estructurado por cuatro programas de transferencias de la renta: Bolsa Escola (beca escolar), Bolsa Alimentação (beca de alimentación), Cartão Alimentação (tarjeta de alimentación), Auxilio Gás (ayuda gas). [tomado de: RIIS, T. Las reformas económicas implementadas por los gobiernos de Hugo Rafael Chávez (1999-2006) y Luis Inácio Lula Da Silva (2003-2006). Papel Político, Bogotá, Colombia. Vol. 12. Pp. 237-288. 2007]. 23
Según Moíses: “el concepto de gobernabilidad se refiere aquí a la calidad del desempeño- a lo largo del
tiempo- de las élites políticas que están en funciones gubernamentales y, de modo particular, a su capacidad
de adecuar la consideración de demandas socialmente sancionadas a los recursos (materiales y simbólicos)
disponibles. Esta definición sugiere que para verificar la capacidad de gobernabilidad de un determinado
gobierno es importante detectar: a) su capacidad de respuesta a situaciones a situaciones o a estados de
cosas que se interpretan socialmente como exigiendo acción gubernamental, b) efectividad, esto es, la
capacidad de vinculación y de acatamiento social de las decisiones adoptadas, d) la eficiencia, esto es, la
capacidad de generar efectos significativos a partir de las decisiones; y finalmente, e) coherencia de las
mismas, en términos de ausencia- a través del tiempo- de efectos contradictorios (Flistisch, 1988)” (1990,
p.20)
55
De igual modo, Brasil sigue siendo una sociedad altamente segregada, donde los
grupos de la parte inferior carecen de medios para influir en el desarrollo
económico y político del país, consecuentemente a esta situación, mantiene altos
niveles de desigualdad que dificultan la prosperidad económica sostenida24.
Dentro de los factores que representan los elevados índices de desigualdad social
se encuentran: el desarrollo económico desigual entre las regiones y las
oportunidades educativas desequilibradas, y a pesar de las reformas que
promueven la equidad, se han limitado en gran medida por las élites que se
benefician de un acceso especial a los recursos estatales (Hunter, 2009, pág. 32).
Y así mismo, lo determina Sweig: “junto con carencias educativas, violencia, y la
inseguridad que siguen asolando a muchas ciudades brasileñas” (Sweig, 2010,
pág. 173), afirmando la concepción de que la legitimidad de la democracia
brasileña dependerá de la pronta supresión de las desigualdades y disparidades
socioeconómicas, que afectan su constitución y credibilidad como Estado
Democrático.
3.2. ESTRATEGIA DE INSERCIÓN INTERNACIONAL BAJO LOS GOBIERNOS DE
LULA DA SILVA
La Estrategia de Inserción Internacional de Brasil, relacionada con sus condiciones
estructurales, adoptada desde los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva, hace
mayor énfasis al hecho de no ser impuesta desde afuera en el lema “Globalizar la
Democracia”, que implica la democratización de los regímenes políticos internos
en las naciones periféricas, sin dejar de acatar las reglas de los países ricos y
dentro de un orden internacional donde sigue existiendo una profunda desigualdad
entre actores y poderes” (Rapoport, 2008, pág. 13).
24
La miseria en Brasil sigue siendo marcada, aproximadamente el 7,5% de los brasileños, 14 millones de personas, viven con el equivalente de 1 dólar por día, la incidencia de la pobreza que supera la media de un país de ingresos medios (UNDP 2007).
56
En otras palabras, implica recuperar el concepto decisivo de reciprocidad, y
otorga un rol clave a países hasta hace poco periféricos, tanto en lo comercial
como en lo diplomático y lo estratégico. Es decir, que su estrategia no solo pone
en cuestionamiento el orden internacional, sino que desde el punto de vista
interno, requiere la gestión externa del Estado para anexar los diferentes
segmentos sociales y económicos en juego tras una estrategia común: “el peso
del interés nacional sobre la política exterior transforma al Estado en un agente del
gobierno global y asocia la lógica de la gobernabilidad interna con la de la
gobernabilidad internacional” (Rapoport, 2008, pág. 14).
En ese sentido, el modo de inserción de Brasil en la escena internacional se
caracteriza por el multilateralismo recíproco: la alianza con los países en
desarrollo para cambiar la estructura internacional de injusticia y exclusión, y la
internacionalización económica, con la premisa fundamental de ocupar un lugar
preponderante en el mundo, a pesar de las restricciones internacionales de
“inserción periférica de los países en desarrollo” (Oliveira, 2005, pág. 56). Por
ejemplo, las asociaciones estratégicas como IBSA, han facilitado el uso de las
estructuras de poder mundial a favor de los intereses brasileños, y han ayudado a
construir activos en la política mundial para ser utilizados por otros países menos
desarrollados frente a prácticas desleales de comercio, en especial de los países
desarrollados, como un claro ejemplo de la reactivación de las alianzas Sur-Sur en
la política internacional (Oliveira, 2005, pág. 60).
De igual modo, esta nueva Cooperación Sur-Sur, enmarcada dentro de la política
exterior de Brasil, se configura en torno a la disminución de las desigualdades de
influencia entre los países del norte y del sur, llevando al fortalecimiento de la
cooperación bilateral y las relaciones multilaterales, con el fin de aumentar el peso
del país en las negociaciones políticas y económicas a nivel internacional,
implicando a su vez la profundización de las relaciones con países en condiciones
57
similares que facilitan un mayor desarrollo económico, financiero, y de
intercambios tecnológicos y sociales.
Dentro de los objetivos de IBSA están: consolidar un bloque trilateral Sur-Sur para
fortalecer la capacidad política en las negociaciones comerciales internacionales
de estos países en la OMC, con otros socios desarrollados; conseguir una reforma
de la ONU para democratizarla, incorporar nuevos países en el Consejo de
Seguridad para representar la multiplicidad de la comunidad mundial; y por último,
la reducción de la pobreza, que debe ser considerada como un medio para
fortalecer la paz y la estabilidad internacional (Oliveira, 2005, pág. 61).
Es así como los Estados del Tercer Mundo, en términos del papel que ellos
desempeñan como nuevos estados soberanos, tratando de ajustarse al orden
internacional definido como “sociedad anárquica” (Ayoob, 1989, pág. 67), y a su
posición desigual en el mismo, pueden encontrar la legitimación social y política,
sobre cuyas bases están las reglas de juego de un nuevo orden internacional, con
el fin de beneficiar a la periferia y disminuir las desigualdades (Cervo, 2010).
En efecto, desde la periferia se forma otro tipo de coalición alternativa que ha ido
configurando un nuevo tipo de asociación entre naciones del Sur, reforzando sus
lazos mutuos e incrementando sus vínculos comerciales, con la capacidad de
proyectarse diplomáticamente en diversos ámbitos multilaterales, de participar en
una variada agenda temática, de promover esquemas de cooperación para el
desarrollo hacia los países menores y de convertirse geopolíticamente en poderes
influyentes más allá de sus respectivas áreas regionales (Tokatlian, 2009), todo
como consecuencia de la búsqueda de condiciones más adecuadas para generar
crecimiento económico, fortalecer la democracia, luchar contra la pobreza, la
exclusión social y el hambre.
La política exterior de Lula Da Silva hace énfasis en la defensa de los intereses
nacionales y la soberanía, la profundización de la integración económica y
comercial, la lucha en pro de transformar en un nuevo orden económico para
disminuir las desigualdades de influencia (en el ámbito institucional) y la distancia
58
creciente entre el norte y el sur, la inestabilidad financiera que afecta a los países
del sur (Política para el Sur), y por último, la alianza con los países en desarrollo
para cambiar la estructura internacional de injusticia y exclusión (práctica del
multilateralismo). Es decir, que Brasil con Lula adopta un nuevo modelo de
promoción de integración interdependiente dentro de la escena internacional,
como un estado con un papel intermedio y de acción externa a favor de
segmentos sociales, con el objetivo de replantear su espacio en el mundo, en vez
de la propia apertura como con Cardoso, y así enfrentar las asimetrías causadas
por la desigualdad del poder y los beneficios en el orden internacional (Cervo,
2010).
Sin embargo, las contradicciones de la consolidación democrática afectan la
inclusión de Brasil al sistema internacional, dificultando el logro de una inserción
compatible con su desarrollo, dentro de las condiciones que demuestran esta
situación se encuentran la vulnerabilidad financiera y la subordinación a criterios
prevalecientes de los centros de poder internacional. Justamente, existen factores
estructurales claves de la realidad interna para entender los problemas de
inserción, dentro de los rasgos sistémicos están la concentración de la riqueza, el
ingreso y la estratificación social (Ferrer, 1999, pág. 6).
En suma, y de acuerdo a la teoría de la dependencia aplicable al doble proceso de
Brasil, se identifican relaciones comerciales asimétricas que favorecen a los
países desarrollados e introducen distorsiones estructurales en los países de la
periferia, situación que podría explicarse gracias a la identificación de los
tomadores de decisiones en los países subdesarrollados con los estados
dominantes y los centros internacionales de poder (Gámez, 2005, pág. 137).
En conclusión, la ausencia de “Consolidación Democrática” en materia de políticas
sociales en contraposición a la proyección exterior de liderazgo, en el esquema de
Cooperación Sur-Sur de Brasil, permiten establecerlo como un Estado en
construcción en términos democráticos, que no ha logrado eliminar las enormes
disparidades sociales internas, y que paralelamente, mantiene una asertiva
59
política exterior de Cooperación Sur-Sur como una de sus principales prioridades
para disminuir las desigualdades en la toma de decisiones en el escenario
internacional.
En este sentido, se presenta una paradoja en términos de una positiva proyección
exterior, al integrarse e insertarse de manera exitosa sobre la base de un enorme
potencial de recursos, enfocado a ganar mayor representación e influencia de los
países de la periferia, y por el contrario internamente mantiene problemas
estructurales que históricamente lo han afectado tales como la pobreza, la
desigualdad y la violencia, que se evidencian en una ausencia de cohesión social
interna. Es decir, que busca alcanzar un objetivo externo que al interior no ha sido
solucionado en términos de igualdad de oportunidades, sino que contrario a ello
se ha desarrollado como una sociedad dual.
3.3. POSTURAS EXTERNAR DE BRASIL EN CONTRASTE CON LA
SITUACIÓN INTERNA
Las posturas en política exterior del gobierno25, relacionadas a temas concretos
sobre igualdad, están alineadas con una clara posición de autonomía y
multilateralismo en el sistema internacional, están orientadas hacia la
intensificación de los intercambios Sur-Sur, con la conclusión de acuerdos
preferenciales entre los países del llamado Tercer Mundo, y buscan alianzas en
temas como la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
(CSNU), para democratizar esta organización internacional y reforzar la presencia
y poder de los “países periféricos”.
25
La política exterior como política de gobierno recoge las prioridades, el estilo, el énfasis, y el tono definidos por las fuerzas responsables de la dirección del poder ejecutivo nacional durante los períodos de Lula Da Silva.
60
Así mismo, en términos comerciales: “(…) se impulsa una actitud coordinada con
otros países en desarrollo, dando prioridad al equilibrio de los beneficios recibidos
por los países más desarrollados y en desarrollo” (Saravia, 2007, pág. 56), para
mantener la estructura multilateral abierta y no discriminatoria. Un claro ejemplo de
esto es su postura en las negociaciones del ALCA, con la exigencia de
reciprocidad en los compromisos asumidos por los países ricos y por los países en
vías de desarrollo.
De igual modo, su postura en OMC Cancún 2003 G-20, exigía que antes de abrir
la agenda de discusiones de la OMC para los nuevos temas y áreas de interés de
los países ricos, dichos países tendrían que cumplir los acuerdos ya firmados de
reducción de subsidios, aranceles y cuotas en los sectores agrícola y textil en los
que los países en vías de desarrollo son más competitivos (Fernandes, 2004, pág.
92). Y en el caso de la Cooperación Sur-Sur, Brasil ha articulado política,
económica y tecnológicamente, alianzas con los estados de la periferia del
sistema internacional para defender y proteger sus intereses (Vigevani, 2007, pág.
1314).
Por último, su postura frente a la Proliferación Nuclear y otras cuestiones
nucleares, siguen teniendo una importancia crucial, en este sentido esta posición
ha jugado un rol importante, principalmente en los últimos años, reiterando su
apoyo a las negociaciones entre las partes y oponiéndose a la adopción de
sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU frente a Irán, por
ejemplo, defendiendo el derecho de enriquecer uranio para el uso pacífico de la
energía nuclear de acuerdo con las concesiones del TNP. Es así como,
pragmáticamente Brasil defendió la posibilidad de que un país del Tercer Mundo
adquiera una tecnología que se considera importante para su desarrollo
económico nacional (Patti, 2010, pág. 190).
En síntesis, la postura internacional de Brasil busca la disminución de la
desigualdad de oportunidades, de acuerdo a su posición como país periférico en
emergencia, y como crítico de la globalización asimétrica (Reis, 2010., pág. 19),
61
que expresa la disparidad en la distribución de poder entre estados, demostrando
que el sistema mundial está condicionado por las asimetrías que conducen a una
distribución desigual del poder que se expande en los ámbitos, comerciales,
políticos, diplomáticos, y de influencia.
En contraste con la situación interna en cuanto a la igualdad, se considera que es
uno de los países más biodiversos y ricos en cuanto a recursos, sin embargo, “(…)
la riqueza está distribuida de forma bastante asimétrica: en 2005, el 10% de los
más ricos de la población tenía el 46,3% del ingreso nacional, y el 50% de los más
pobres tenía solamente el 14,1% del ingreso”26. A pesar que la desigualdad está
disminuyendo y el índice de GINI se ha reducido en los últimos años, aún es alto,
0.559 en 2006 (PNAD 2006).
Brasil, considerado como miembro de la categoría de poder emergente o system
affecting27, mantiene limitantes internas, principalmente una vulnerabilidad en lo
referido a las condiciones socioeconómicas, que se constituye como restrictiva
para la incorporación de ciertos temas en la agenda internacional ya que a nivel
interno no la ha solucionado, es decir, que su discurso de disminución de las
desigualdades entre Estados en el sistema internacional, e igualdad de
oportunidades, se contrapondría con una desigualdad socioeconómica profunda a
nivel interno que ha ahondado las brechas sociales.
Por otro lado, la cooperación sur-sur como esquema de cooperación internacional
puede ayudar a que los Estados del tercer mundo entren a competir en el sistema
internacional con condiciones diferenciadas, que sirvan de marco para
desarrollarse de acuerdo a sus capacidades y disminuir su situación de
desigualdad en la toma de decisiones, y con respecto a Brasil como espacio para
26 Encuesta Nacional por muestra de Domicilios (PNAD), 2005. Tomado de DE SOUSA, P. El combate al
hambre y el nuevo marco de las políticas públicas: implementando un efectivo Estado de Bienestar Social en
Brasil. Revista Española de Desarrollo y Cooperación No. 22. 2008.
27 Tiene recursos suficientes que junto a una actuación internacional activa puede marcar la pauta de ciertos
asuntos de la política internacional.
62
facilitar el logro de las prioridades del desarrollo particularmente destinadas a
disminuir las asimetrías internas.
Y Brasil al ser considerado como uno de los países en alza del sur que promovió
el inicio de cambios en los ejes del poder global a partir del reclamo por un asiento
permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el rol
protagónico en el G-20 y la consolidación como un país donante en asistencia
para el desarrollo de otros países en vías de desarrollo, determina el
fortalecimiento de sus ambiciones globales, y a partir del esquema de cooperación
Sur-Sur lo consolida como actor constructivo en la gobernabilidad global, como
socio en la cooperación y como defensor de los países emergentes del sur global.
Ahora bien, fundamental para el establecimiento de esa posición internacional es
la cuestión de lograr balancear aquellas aspiraciones externas con la capacidad
de movilización interna de recursos y de respuestas eficaces a las demandas de la
sociedad. En esa intersección se localizan los alcances y límites de un poder
medio en la política internacional, que Brasil ha sabido sortear adoptando
diferentes posturas dependiendo del escenario en el que se esté desenvolviendo
para no afectar sus relaciones internacionales.
De igual modo, Brasil se considera como un país semi-periférico, con un estatus
de ingresos medios (potencias medias emergentes), que paralelamente mantiene
una gran desigualdad del nivel de ingresos entre su población, sugiriendo que las
élites del país están muy bien integradas en la economía mundial, pero en donde
perduran enormes bolsones de pobreza (Mantzikos, 2010, pág. 8). Es decir, que la
democracia se sobrepone en una sociedad con profundas divisiones sociales en
términos de clase.
Dicho de otro modo, las vulnerables condiciones internas de Brasil tienen una
influencia en el ascenso de este en los asuntos de poderes mundiales, puesto que
un país deber fortalecerse primero a nivel interno para posteriormente estar en
condiciones de participar en los marcos decisorios mundiales. Sin embargo, lo que
se obtiene es que en la actualidad países como Brasil mantienen un doble
63
proceso, de presencia interna de falencias económicas, sociales, y políticas, y de
status como potencias emergentes dentro del escenario internacional.
En este sentido, la extrema desigualdad social constituye la principal fuente de
debilidad configurándolo como uno de los países con sociedades más polarizadas.
Según el IPEA (Instituto de Pesquisa Económica Aplicada), el 10% más rico de la
población brasilera concentra el 75,4% de la riqueza del país. Dicha concentración
prevalece en tres grandes metrópolis: San Pablo- donde el 10% más rico
monopoliza el 73,4%, Salvador Bahía (67%), y Río de Janeiro (62,9%) (Giaccaglia
C. , 2010, pág. 6).
Dentro de los rasgos contrastantes de esa doble dinámica es posible afirmar, que
a pesar de que al interior no ha podido solucionar sus problemas de enormes
disparidades socioeconómicas, al exterior, con su esquema de Cooperación Sur-
Sur, a través de IBSA ha logrado establecer dentro de sus grandes principios
priorizar el desarrollo económico y la equidad social (White, 2006, pág. 1) y ha
alcanzado importantes avances28.
En suma, quedan problemas internos como la violencia estatal y la exclusión
social que limitan el papel regional e internacional de Brasil como un promotor de
las normas y valores democráticos. Como Cooper y Legler (2001: 118) señalan, la
capacidad de Brasil para ser un modelo para la democracia se ve obstaculizada
por su historial desigual con respecto a las prácticas democráticas en el país
(Huelzs, 2009).
Para finalizar, Brasil se caracteriza por tener frágiles vínculos políticos y
económicos, pero que a su vez se encuentra en una categoría especial en el
examen del grupo de países que forman la periferia del sistema político y
económico del mundo capitalista, pertenece a la categoría de “grandes países de
la periferia” dentro de un escenario internacional organizado en torno a estructuras
hegemónicas de poder, en este sentido, Brasil adquiere un doble reto, no sólo
28
En cuanto a la cooperación en áreas sociales está el fondo IBSA Facility for Poverty and Hunger Reduction (Reducción del hambre y la pobreza) con el objetivo de aportar proyectos concretos para la reducción de la pobreza y el hambre en el mundo.
64
superar las vulnerabilidades externas sino también las disparidades internas y
construir una democracia “real”, en donde se incremente la capacidad de
promover una mayor acumulación de capital, el desarrollo científico y tecnológico,
la producción y la productividad, la capacidad de competir militarmente, con
menos vulnerabilidades a la crisis y las presiones externas (Guimaraes, 1998).
La ausencia de una “Consolidación Democrática” en Brasil es relevante tanto al
considerase como un Estado en construcción al no haber solidificado bases
estructurales, y como un Estado débil internamente en términos de cohesión social
interna demostrando grandes disparidades sociales. De ahí que los problemas
internos socioeconómicos limitan el fortalecimiento de bases estructurales, tanto
institucionales como sociales, que sirvan de fundamento para la democracia, ya
que contrario a ello estos tienden a subvertir las mínimas condiciones de igualdad
en un Estado “democrático”.
Igualmente, afectan la inserción en el sistema internacional dificultando el logro de
una inclusión compatible con su desarrollo, limitando la influencia en los asuntos
de los poderes mundiales, y constituyéndose como restrictivos para la
incorporación de temas de igualdad en la agenda internacional, que a nivel interno
no han sido solucionados. Formulando una paradoja interna-externa: mientras
que al interior prevalecen estructuras preferenciales de las elites que limitan la
igualdad de oportunidades dificultando el fortalecimiento de las bases
estructurales y la disminución de las disparidades socioeconómicas, al exterior
proyecta el objetivo de la transformación de la estructura internacional de injusticia
y exclusión a favor de los países periféricos.
No obstante, y a pesar de que se considere como una paradoja que promulgue
“igualdad” al exterior a razón de que internamente es un aspecto que no ha sido
consolidado, en la actualidad los países medios han logrado mantener esa doble
dinámica “contradictoria”, estableciendo que la posibilidad de contradicción se
debe a que decidieron expandir su potencial internacionalmente a pesar de
65
mantener vacíos o disparidades sociales internas, y otorgaron una prioridad al
fundamentar teórica y discursivamente la política exterior de lucha contra la
pobreza y hambre como complemento, coherencia o derivación de una propuesta
clave de política interna que debe ser desarrollada acorde con la disminución de la
desigualdad (GRASA, 2004, pág. 99). De ahí que se deriven posiciones como la
búsqueda de un mundo más equilibrado en lo económico, social y libre de las
amenazas de la anarquía financiera internacional y de los movimientos
especulativos de capital, que han puesto en serio peligro a los países del sur.
En síntesis, la doble dinámica de Brasil consiste en un doble proceso de
desigualdad interior traducida en altos índices de disparidades socioeconómicas
que se manifiestan en la educación, la discriminación étnico racial, y espacio
geográfica, y proyección exterior a partir del esquema de Cooperación Sur-Sur
que busca la disminución de las desigualdades, de influencia, comercio,
financieras, y de toma de decisiones en las organizaciones internacionales entre
los países industrializados y la periferia, a favor del reciproco multilateralismo y la
cooperación entre los países en emergencia.
66
CONCLUSIONES
La doble dinámica de Brasil, desde el prototipo de los países del Tercer Mundo,
revela un doble movimiento en dos ámbitos -interno y externo-: un mantenimiento
de la desigualdad y concentración de ingresos en el plano interno (a pesar de la
disminución en el gobierno de Lula Da Silva), y segundo, la promulgación de
denuncias frente a las grandes potencias en términos de relaciones de producción
en el plano internacional. Más aún, esto lo postula como un país que a pesar de
ser considerado potencia media emergente y democrático, se encuentra
superpuesta en una sociedad con profundas divisiones sociales en términos de
clase.
Por lo tanto, la continuación de profundos déficits al interior del país en términos
de desigualdades y mantenimiento de una expansión como potencia emergente
que se organiza internacionalmente para mantener un equilibro de influencia al
nivel internacional (Cooperación Sur-Sur), configura un proceso dual en dos
direcciones dentro del prototipo del Tercer Mundo, dificultando la inserción en el
sistema internacional como país “semi-periférico”.
El primer aspecto, la desigualdad desde el plano interno, demuestra una sociedad
que históricamente ha estado dividida y que ha convivido con la falta de equidad y
esto se ha constituido como obstáculo para un crecimiento sostenido, llevando a
déficits de educación y ausencia de cohesión social. Lo anterior, como resultado
de la perpetuación de modelos de exclusión institucionales que vienen desde la
colonia, y que en la actualidad se demuestran en la discriminación étnica racial.
Este flagelo interno histórico repercute en la proyección de Brasil, al aumentar los
niveles de pobreza y disminuir el impacto del desarrollo económico destinado a
reducirla, llevando a la desaceleración del proceso general de desarrollo y a una
disminución en la credibilidad como país con una postura internacional a favor de
la “igualdad” en las organizaciones internacionales, entre los países
industrializados y los que están en vías de desarrollo y la periferia.
67
El segundo aspecto, el Esquema de Cooperación Sur-Sur se consolida como
mecanismo para disminuir las limitaciones sistémicas a través del aumento de la
influencia de nuevos centros de poder en el hemisferio sur, y se torna coherente
con la inserción de Brasil de acuerdo a la manutención de relaciones con otros
Estados que reflejen capacidades materiales e intereses globales similares para
generar una presión frente a los países industrializados.
Específicamente, en los gobiernos de Lula Da Silva, la política exterior buscó un
modelo de inserción a través de la articulación con países con intereses comunes,
y situaciones de vulnerabilidad relacionadas con una etapa temprana de
construcción democrática. Incluso, adoptó una nueva orientación de la política
exterior, construyendo una política de inserción internacional acorde con el papel
en el mundo y las limitaciones inherentes de la inserción de los países periféricos
en desarrollo. Dentro de las asociaciones estratégicas a partir de las cuales
consolida el multilateralismo está IBSA, como espacio para el fortalecimiento de la
capacidad internacional y para alcanzar mayor influencia en foros como el Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas, G-20, y OMC.
En suma, los gobiernos de Lula Da Silva aportaron dos aspectos relevantes:
primero, la búsqueda de un contexto más equitativo enfatizando en la justicia
económica y social en el mundo, y segundo, la consolidación de los foros
multilaterales como espacio para iniciativas solidarias de combate del hambre:
promovió la presencia del Brasil en los escenarios donde se mueven las
potencias de primera línea. No demoró en presentar sus argumentos y
planes en el G-7, en el Foro Económico Mundial y finalmente en la
Asamblea General de las Naciones Unidas. En la conferencia de la OMC,
en Cancún, el Brasil protagonizó la creación del G-20 para defender los
intereses de las economías emergentes en la Ronda del Milenio
(Rodríguez, 2005, pág. 12).
68
Por lo tanto, la doble dinámica demuestra que los problemas institucionales y
estructurales de Brasil impiden que la democracia se consolide, evidenciando que
hay una ausencia de “Consolidación” Democrática y que lo establece como un
Estado débil internamente, estos problemas institucionales y estructurales
dificultan el logro de una inserción compatible con su desarrollo y una credibilidad
internacional mayor frente a temas de igualdad. Y del mismo modo, formulando
una paradoja interno-externo, mientras que al interior prevalecen estructuras
preferenciales de las elites que limitan la igualdad de oportunidades dificultando el
fortalecimiento de las bases estructurales y la disminución de las disparidades
socioeconómicas, al exterior proyecta el objetivo de la transformación de la
estructura internacional de injusticia y exclusión a favor de los países periféricos.
Sin embargo, y a pesar de que se considere como una paradoja que promulgue
“igualdad” al exterior, y que internamente sea un aspecto que no ha sido
afianzado, logra mantener una doble dinámica “contradictoria”, en la medida en
que se adopta por una expansión internacional a pesar de la ausencia de
consolidación de solidas bases estructurales.
En síntesis, la doble dinámica de Brasil consiste en un doble proceso de
desigualdad: al interior traducida en los altos índices de disparidades
socioeconómicas que se manifiestan en la educación, la discriminación étnico
racial, y en el ámbito espacio-geográfico, y de proyección exterior a partir del
esquema de Cooperación Sur-Sur que busca la disminución de las desigualdades,
de influencia, comercio, financieras, y de toma de decisiones en las
organizaciones internacionales entre los países industrializados y la periferia, a
favor del reciproco multilateralismo y la cooperación entre los países en
emergencia.
A saber, este doble proceso se presenta en un país considerado semi-periférico o
emergente, a razón de una integración parcial de la sociedad en la economía
mundial (principalmente de la elite), con la permanencia de enormes disparidades
69
sociales al interior y donde la democracia es superpuesta en una sociedad con
profundas divisiones en términos de clase.
Finalmente, se espera un panorama de mayor coherencia en planos internos y
externos en cuanto a la calidad y efectividad de acciones emprendidas teniendo
en cuenta el impacto de las transformaciones internacionales sobre las nacionales.
Lo que subrayaría que Brasil se enfrenta a retos importantes en dos frentes, por
un lado, la necesidad de cambios sociales a nivel interno, ya que persiste una
deuda social que influencia al plano internacional en cuanto a su credibilidad como
país que lucha por la pobreza y la desigualdad, y por otro lado, las grandes
expectativas en lo referente a lo que podría lograr a través de las instituciones
multilaterales, basados en la visión de un sistema internacional jerárquico e
inequitativo que desde una posición periférica dista de las percepciones y
preocupaciones de los países centrales.
En últimas, la problemática de cómo balancear las aspiraciones externas con la
capacidad de movilización interna de recursos y respuestas eficaces a las
demandas sociales, en medio de la categorización como “gran país de la
periferia”, y en un escenario internacional anárquico y asimétrico, postula el doble
reto de superar las vulnerabilidades externas y las disparidades internas para
solidificar una democracia con bases estructurales equitativas.
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Affairs, Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina [en línea],
documentos CADAL.
WHITE, L. (2006) “IBSA a state of art” en South African Institute of
International Affairs, University Witwatersrand.
WEYLAND, K. (winter 1997/98) “The Brazilian State in the New Democracy”
en Journal of Interamerican Studies and world affairs [en línea], Vol.39. No.
4. Pp 63-94, disponible en Academic Search Complete, recuperado: 19 de
Enero de 2011.
79
ANEXOS
ANEXO No. 1 Relación de salarios entre blancos y no blancos
SALARIOS DE HOMBRES Y MUJERES DESCENDIENTES DE
AFRICANOS E INDÍGENAS EN RELACIÓN CON LOS BLANCOS EN
BRASIL
Hombre no blanco 49%
Mujer blanca 80%
Mujer no blanca 41%
Fuente: fedesarrollo.org.co BANCO MUNDIAL
ANEXO No. 2 Brechas de salarios por etnicidad
Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo (2009)
80
ANEXO No. 3 Población y PIB per cápita por regiones
Fuente: Contas Regionais do Brasil
ANEXO No.4 Tasa de Analfabetismo por Grupo de edades
FUENTE: IBGE: http://seriesestatisticas.ibge.gov.br/Apresentacao.aspx
Población y PIB per cápita regional 2000-2004
Regiones Población Año 2000 PIB Población Año 2004 PIB
C-Oeste 11779 6,50 12770 7,06
Nordeste 48075 3,00 50427 3,35
Norte 13086 3,87 14373 4,41
Sudeste 73038 8,71 77374 8,52
Sur 25300 7,65 26635 8,21
OPCAO 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2001 2002 2003
10 a 14 años 11,3 9,9 8,3 8,7 6,9 5,5 4,2 3,8 3,5
10 años o más 15,6 14,7 13,7 13,9 12,9 12,3 11,4 10,9 10,6
15 años o más 16,4 15,5 14,6 14,7 13,8 13,3 12,4 11,8 11,6
81
ANEXO No. 5 Tasa de abandono de Escolaridad por nivel de escolaridad
Indudablemente el rango de ingreso a la escuela no es bajo, pero a medida que
asciende el grado de escolaridad disminuye el número de estudiantes y aumenta
la deserción.
FUENTE: IBGE: http://seriesestatisticas.ibge.gov.br/Apresentacao.aspx
ANEXO No. 6 Porcentaje de personas de 5 años o más alfabetizadas
FUENTE: IBGE: http://seriesestatisticas.ibge.gov.br/Apresentacao.aspx
0%
5%
10%
15%
20%
1999 2000 2001 2003 2004 2005
TASA DE ABANDONO DE ESCOLAR POR NIVEL DE ESCOLARIDAD
5a a 8a Serie de educación fundamental Edicación Fundamental Educación Media
0%
100%
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
PORCENTAJE DE PERSONAS DE 5 AÑOS O MÁS ALFABETIZADAS
Alfabetizadas No alfabetizadas
82
ANEXO No. 7 Nivel de Escolaridad de personas de 15 años o más
FUENTE: IBGE http://seriesestatisticas.ibge.gov.br/Apresentacao.aspx
ANEXO No. 8 Desigualdad en Brasil
INDICADOR VALOR
Coeficiente GINI, ingresos 55
Índice de Educación ajustado por la desigualdad 0.47
Índice de ingresos ajustado por la desigualdad 0.401
Índice de Desarrollo Humano, ajustado por la igualdad 0.59
Fuente: PNUD. Indicadores internacionales sobre Desarrollo Humano.
0%
20%
40%
60%
1992 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006
NIVEL DE ESCOLARIDAD DE PERSONAS DE 15 AÑOS O MÁS
Menos de 1 año de estudio De 1 a 3 años de estudio
De 4 a 7 años de estudio 8 años de estudio o mas
83
ANEXO No. 9 Tasa de alfabetización, total de adultos (% de personas de 15
años o más)
AÑO VALOR
2007 90%
2006 90%
2005 89%
2004 86%
2003 75%
Fuente: Banco Mundial
ANEXO No. 10 Densidad y proporción de la pobreza
84
ANEXO No. 11 IBSA: Recursos y capacidades
El siguiente cuadro indica que India, Brasil y Sudáfrica poseen recursos y
capacidades suficientes para contribuir al orden internacional y regional. Pero al
mismo tiempo sus recursos de poder son limitados y no les permiten actuar o
influir de forma unilateral a nivel global
PAIS Economía (PIB
en dólares)
Desarrollo
Humano
Gasto
Militar
Territorio
en KM2 Población
India 785.468 millones posición 126 2,9% del
PIB 3.287 mil 1.094 millones
Brasil 794.098 millones posición 69 1,6% del
PIB 8.515 mil 186 millones
Sudáfrica 240.152 millones posición 121 1,4% del
PIB 1.219 mil 45 millones
Fuente: World Development Indicators, Banco Mundial, Julio 2006 y programa de
Desarrollo de las Naciones Unidas, Informa sobre Desarrollo Humano 2006
ANEXO No. 12 Brasil como una de las Economías más grandes
CRECIMIENTO PIB REAL DE BRASIL
AÑO
2000 2001 2002 2003 2004
4,20% 1,90% 1% -0,20% 5.20%
Fuente: CIA World Factbook
85
ANEXO No. 13 Importancia de Brasil
Población: 191.341.355 (2007)
Crecimiento anual: 1,6 % (1985-2000)
Estimación para el año 2015: 209.401.091.000 (2004)
Crecimiento anual hacia el 2015: 1,2 % (2004)
Densidad de población: 22 habs. por Km² (2007)
Población urbana: 85,3 % (2007)
Crecimiento urbano: 1,8 % (2005-2010)
Fuente: Guía del Mundo:
http://www.guiadelmundo.org.uy/cd/countries/bra/Indicators.html
ANEXO No. 14 Fragmento del Discurso de Lula Da Silva en el Foro
Económico Mundial, Davos-Suiza. 26 de Enero de 2003.
“Todo el esfuerzo que estamos haciendo para recuperar responsablemente la
economía brasileña, no alcanzará plenamente sus objetivos sin cambios
importantes en el orden económico mundial. Queremos el libre comercio, pero un
libre comercio que se caracterice por la reciprocidad. De nada valdrá el esfuerzo
exportador que vayamos a desarrollar si los países ricos continúan pregonando el
libre comercio y practicando el proteccionismo”
ANEXO No. 15 Fragmento de la Intervención del presidente Luiz Inácio Lula
Da Silva- 61 Asamblea General de la ONU-19 de septiembre de 2006.
“Los pobres deben tener razones para vivir, no para matar o morir. La grandeza
de los pueblos no radica en la belicosidad, sino en el humanismo. Y no hay
86
verdadero humanismo sin respeto por el otro. Hay, en realidad, los diferentes a
nosotros, pero no menos digna por esta razón, no menos preciosos, no tienen
derecho a un derecho menor a la felicidad, las criaturas que somos de un mismo
creador. Sólo habrá seguridad en un mundo donde todos tienen el derecho al
desarrollo económico y social. El verdadero camino hacia la paz es el desarrollo
compartido. Si no queremos ir a la guerra, la justicia debe ser global”
ANEXO No. 16 Comparación entre India, Brasil y Sudáfrica
ASPECTOS A COMPARAR INDIA BRASIL SUDÁFRICA
Salud- Esperanza de vida al nacer. (años) 64.4 72.9 52.0
Educación-Años de educación promedio (años) 4.4 7.9 8.2
Ingresos-INB (ingreso nacional bruto) per cápita LN 8.1 9.3 9.2
Desigualdad-Índice de Desarrollo Humano, ajustado
por la igualdad 0.365 0.509 0.411
Pobreza-Índice de pobreza multidimensional 0.296 0.039 0.014
Índice de Desarrollo Humano (IDH) 0.519 0.699 0.597
87
ANEXO No. 17 Crecimiento PIB real de Brasil (2000-2004)
CRECIMIENTO DE PIB REAL DE
BRASIL
2000 2001 2002 2003 2004
4.20% 1.90% 1% -0.20% 5.2%
Fuente: CIA World Factbook
Anexo No. 18 Doble Dinámica de Desigualdad y Proyección Exterior de
Brasil
DOBLE DINÁMICA
DESIGUALDAD
Desafíos de desarrollo a nivel
interno.
Ausencia de Consolidación
Democrática.
PROYECCIÓN EXTERIOR
Economía Emergente
Política Exterior Multilateral
como líder global