discurso y ciencia social

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Altjandro Raiter, Julia Zullo, Sara Pérez, Virginia Unamuno, Daniel Labonia, lrene Muñoz DlSCURSO Y ClENClA SOClAL ..enudeba

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Análisis del Discurso

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  • Altjandro Raiter, Julia Zullo, Sara Prez, Virginia Unamuno, Daniel Labonia, lrene Muoz

    DlSCURSO Y ClENClA SOClAL

    ..enudeba

  • DlSCURSO Y ClENClA SOClAL

    ALEJANDRO RAlTER JULIA ZULLO SARA PREZ

    VlRGlNlA UNAMUNO DANIEL LABONlA

    lRENEMUOZ

    ~udeba

  • E u deba

    Universidad de Buenos Aires

    1 ra edicin: junio de 1999

    1999 Editorial Universitaria de Buenos Aires Sociedad de Economa Mixta Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Tel: 4383-8025 Fax: 4383-ZZOZ

    Diseo de tapa: Ricardo Luduea Correccin y composicin: Eudeba

    ISBN 950-23-0954-5 Impreso en Argentina Hecho el depsito que establece la ley 11.723

    No se permite la reproduccin tota l o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informtico, ni su transmisin en cualquier forma o por cualquier medio, electrnico, mecnico, fotocopia u otros mtodos, sin el permiso previo del editor.

  • lNDlCE

    Advertencia ...................................................................................................... 9 Introduccin ................................................................................................... 11

    PRIMERA pARTE: CRTICA DEL PERIDICO COMO DISCURSO

    CAPTULO UNO

    A veinte aos del golpe de estado: las lecturas de la prensa desde la lingstica crtica Julia Zullo .................................................................. ...................................... 25

    CAPTULO DOS

    Mensaje, presuposicin e ideologa Alejandro Raiter ........................................... ....................... ............................. 3 9

    SEGUNDA PARTE: CRTICA DEL DISCURSO DE LAS CIENCIAS SOCIALES

    CAPTULO TRES

    Hacer historia con herramientas textuales Sara Prez- Alejandro Raiter- Julia Zulla ................. .. ........ .. ............................. 51

  • CAPTULO CUATRO

    Cultura y discurso en la produccin antropolgica Alejandro Raiter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 3

    TERCERA pARTE: ALGUNOS PROBLEMAS DE MTODO

    CAPTULO CINCO

    Subjetividad, discurso y gnero: una propuesta metodolgica Sara Prez - Julia Zullo .......... ....... .... ...... ................ ... ........ 7 9

    CAPTULO SEIS

    Historia oral, anlisis del discurso y gnero. A propsito de Doa Mara Sara Prez - Julia Zullo .. ............. . ............ .... ...................... 9 3

    CAPTULO SIETE

    "Paradigma indicial'' y eleccin del objeto de estudio Daniel Labonia ......... .................................................. ... 1 O 5

    CUARTA PARTE: CIRCULACIN DE DISCURSOS

    CAPTULO OCHO

    El discurso zapatista, un nuevo discurso o un discurso emergente? I. Muoz y A. Raiter .... ................. .. ............................. .. . 11 7

    CAPTULO NUEVE

    Voces en el Parlamento Sara Prez ................... .. : .............. ... .... ....... ... . ..... . . ...... 135

  • ~.::-e lo dicho y lo no dicho: un acercamiento ::s: ivo a las relaciones sociolingsticas . ::-s;ria Unamuno ................................................................................ .. ........ 143

    C~..?~LO ONCE

    = ~p .ricaciones imposibles _.:. ,::mdro Raiter ............. .......... .. ... .. ............................................................... 151

    3 !hografa citada ........................................................................................ 161

  • ADVERTEN ClA

    [l os trabajos que componen este volumen fueron elaborados en el ~ transcurso del proyecto de investigacin "El anlisis del discurso como herramienta de las ciencias sociales", subsidio UBACYT FI 161, que se desarroll en el Instituto de Lingstica de la Facultad de Filo-sofa y Letras. Versiones preliminares de estas investigaciones fueron presentadas y discutidas en numerosos congresos, jornadas y paneles. Adems de los autores que estn aqu presentes, integran el equipo Daniel Campione, Paula Garca, Valeria Belloro. En diversos momen-tos de la investigacin tambin participaron Ezequiel Adamovsky, Mara Bannon, Marina Bidart, Anala Menndez.

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  • lNTRODUCClN

    CRTlCA DE LAS FORMAS UNGSTlCAS, CRTlCA SOClAL

    fTl a Lingstica Crtica, como lnea de investigacin, sostiene que ~ la descripcin y la explicacin de las formas lingsticas que apa-recen en la "superficie", en los enunciados efectivamente emitidos y comprendidos, tienden a "naturalizar" situaciones que -lejos de refle-jar lo esencial del lenguaje- estn ideolgicamente determinadas. Esta escuela aborda decididamente el estudio del lenguaje en uso, es decir el estudio de las emisiones reales; considera que para abordar los estu-d ios sobre el lenguaje no es suficiente la construccin de un modelo que refleje una (supuesta) capacidad abstracta de los sujetos, ni el estudio de las formas al margen de los roles y posiciones sociales de los hablantes y oyentes reales en un momento histrico concreto.

    La diferencia fundamental que tiene con otras perspectivas que tambin definen el uso del lenguaje como objeto de estudio, como la sociolingstica en su versin variacionista (Labov, 1966, 1972, 1996), consiste en que la Lingstica Crtica considera que el relevo de las d iferencias lingsticas asociadas a diferencias sociales -sin intentar explicar por qu existen o se producen esas diferencias- ayuda a man-tenerlas y perpetuarlas. Describir las diferencias lingsticas que se producen sucesivamente en un texto slo en funcin de las estrate-gias del hablante (van Dijk, 1978, 1987, 1993) puede ocultar qu vis in del mundo tiene el hablante, cules son las imgenes que quie-re presentar.

    Esta toma de posicin tiene dos fundamentos: por un lado, las diferencias sociales implican desigualdad de oportunidades y de acceso

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  • Discurso y ciencia social

    a los beneficios del producto del trabajo humano para algunos miem-bros de la comunidad lingstica; los investigadores no pueden per-manecer indiferentes ante esta situacin, que consideran injusta. Por otro lado, el estudio de las diferencias lingsticas asociadas a las dife-rencias sociales permite analizar una de las funciones ms importantes del uso del lenguaje: construir una visin (cultural) del mundo que realimenta esas diferencias; sin el anlisis de esta funcin, el conoci-miento lingstico ser incompleto.

    Las formas lingsticas, la gramtica de una lengua, no son neu-tras respecto de la concepcin del mundo que una comunidad lin-gstica tiene: cuando una forma lingstica se gramaticaliza tambin cristaliza (una parte de) una visin del mundo. Como la adquisicin de la lengua materna es un proceso natural, los hablantes suponen que la imagen del mundo que han adquirido junto con su lengua es tan natural como sta. Como el uso del lenguaje es algo que los seres humanos hacen naturalmente, suponen que es natural esa particular imagen del mundo que en realidad es cultural.

    Los lingistas tienen entonces una clara funcin social que cum-plir con la creacin de conocimientos: mostrar de qu modo las for-mas de la gramtica, el uso del lenguaje en una comunidad, refuerzan una divisin social particular, es decir, hacer consciente para los hablantes la funcin que tiene el lenguaje de naturalizar lo que los lingistas consideran no natural: la desigualdad social. Las formas de cada dialecto no deben ser slo descriptas, deben ser criticadas; el uso inconsciente del lenguaje debe convertirse en consciente.

    Crtica lingstica equivale a crtica social; dicho de otro modo: es una forma de crtica social. Al mismo tiempo, es el nico modo de estudiar cientficamente el lenguaje como un todo, incluidas las fun-ciones social y cognitiva.

    Las ciencias sociales y los estudios sobre el lenguaje

    En los ltimos tiempos, diversas ciencias sociales han puesto un renovado inters en los estudios lingsticos, en el anlisis de las for-mas lingsticas como dato para el anlisis del objeto de estudio ya delimitado por la historiografa, la antropologa, la sociologa, la cien-cia poltica, etctera. En este libro discutimos algunos de los motivos y de los resultados esperados que llevaron a este inters. Queremos

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  • Introduccin

    des tacar en esta introduccin que fue necesario que la lingstica aban-donara dos lmites que se haba autoimpuesto para que el resultado de su trabajo pudiera ser tomado por otras disciplinas: por un lado, el de trabajar slo con formas aisladas; por otro, el de la oracin.

    Saussure defini la lengua como un sistema de signos, social por excelencia. Al definirla, dej fuera del objeto de studio los fenme-nos fsicos que explican la transmisin de sonidos, la ejecucin indivi-dual y el desarrollo y cambio histricos -de modo explcito-. De modo implcito, tambin quedaron afuera los sujetos que emplean los signos el significado que construyen al combinar los signos en una emisin.

    Por otro lado, al considerar lo social como sinnimo de lo colectivo, quedaron fuera los condicionamientos del empleo de los signos -las condiciones de produccin- y la accin que los hablantes realizan sobre lo social cuando producen habla. Sostenemos que rescatar el conjunto (heterclito) de fenmenos que componen el lenguaje fue condicin necesaria para que las ciencias sociales pudieran mirar con in ters la lingstica. Condicin necesaria, pero quizs no suficiente; mdava queda mucho trabajo interdisciplinario por hacer, trabajo que ermitir conocer y entender las dificultades que cada disciplina tie-

    ne para vincular el objeto produccin lingstica con su propio objeto de estudio.

    El anlisis de los discursos

    El anlisis del discurso es el lugar privilegiado para el anlisis de los intercambios sociales. Desde esta perspectiva, podemos recuperar las formas empleadas, las condiciones de produccin, formular hip-te is sobre la recepcin, determinar los lugares simblicos construi-dos, las imgenes del mundo, el posicionamiento del locutor, etcte-a. En la medida en que comparemos varios discursos, podremos avan-

    :.ar en formular hiptesis sobre procesos de cambio y diferenciacin, redes discursivas, imaginarios sociales, etctera.

    En este volumen ofrecemos varios trabajos en los que intentamos mostrar -al menos en parte- qu puede hacerse con el aparato teri-o y metodolgico que aporta el anlisis del discurso como disciplina

    dentro del campo de anlisis de las llamadas ciencias sociales .. Dirigi-mos nuestro esfuerzo en esta direccin porque hemos observado una .. inflacin" en la utilizacin de los trminos discurso, texto, anlisis

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  • Discurso y ciencia social

    lingstico, etctera, en distintas disciplinas; utilizacin que no siem-pre est acompaada por una forma particular de anlisis. Por supues-to que nuestras lneas de trabajo abarcan algunos de los avances que se han logrado: no estn representadas todas las escuelas; por este motivo nos sentimos obligados a ofrecer un breve panorama general acerca de qu es lo que tomamos de cunto se ha hecho en este cam-po, sabiendo que correremos el riesgo de no ser totalmente justos en este relato.

    El primer objetivo consiste, entonces, en mostrar cules son nues-tras fuentes, es decir, qu textos y escuelas nos han permitido contar con la fundamentacin terica y con los mtodos de anlisis necesa-rios. No nos preocupa mucho resear las evolucin histrica de la disciplina ni detallar cada uno de los conceptos que ha aportado, sino sealar cules son las lneas que de algn modo son productivas en este momento, y qu hemos tomado de cada una. El concepto de discurso no es idntico en todos los autores, y, por lo tanto, la comple-jidad que resultara de su aplicacin como herramienta no es pareja. Quien revise la bibliografa podr observar que incluso texto y discurso se utilizan muchas veces como sinnimos; nosotros para facilitar la exposicin utilizaremos texto para referirnos al puro producto lings-tico, a cualquier pieza que un hablante haya emitido, en cualquier condicin. Discurso, en cambio , ser el texto, ms el contexto, ms los roles de los participantes, entendido como instancia de produc-cin, comprensin y anlisis. Como tal, el anlisis del discurso puede comprender varios textos -productos lingsticos emitidos en dife-rentes momentos- de acuerdo con una seleccin no arbitraria que realiza un analista.

    l. Mencionaremos en primer lugar la escuela representada por Sinclair y Coulthard (197 5), que realiz un aporte muy importante porque toma claramente discurso como una superestructura particu-lar dentro de los estudios textuales y lingsticos, y porque aparece claramente mencionada la posibilidad (necesidad, en este caso) de la presencia de ms de un participante, es decir, texto ms sujetos. En otras palabras, los textos que intercambian los participantes con-forman el discurso que se analiza. Estos investigadores enfocan, como dato, la situacin de clase escolar, pero su mtodo servira, en general,

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  • Introduccin

    :;~- el anlisis de todos los intercambios institucionales; el objeto =.:::: anlisis no es la leccin en s ni la participacin del docente, sino 2 :--ruaccin que se produce entre docente y alumnos para estable-

    ~~= e valor de los signos: establecer un nico significado dentro de 2 -.ase.

    2. Directamente ligados con los anteriores -y obviamente influi-::. ::s or Hymes ( 1964a) y Gumperz ( 1971 )- tenemos los anlisis --.. ersacionales desarrollados dentro de la etnometodologa. Cono-.::=::J.os los clsicos de Sacks, Schegloff y Jefferson (1974), a los que .::::::.eremos agregar Garfinkel ( 1967), Benson y Hughes ( 1983) y otros. - - gran importancia de estos trabajos reside en la formulacin de re-~".::.:. explcitas dentro del intercambio lingstico: la negociacin y otor-

    =~ iento de turnos, el establecimiento de lugares de poder diferen-::.2i entre los participantes, etctera. El mtodo que utilizan no es --:a leja, es absolutamente descriptivo, y est basado en la existen-.::.2 de frames o esquemas de intercambio que permiten analizar cada _-:a de las proposiciones de los participantes, en tanto ocupan un

    _ dentro de la estructura global de la conversacin.

    3. Labov (1972) y Labov y Waletzky (1974) realizan anlisis de _ tructura de las narrativas orales. Demuestran estos autores que, al ::-~:-:ar un acontecimiento del pasado, el hablante construye siempre _ _ exto que puede ser caracterizado como perteneciente a un gnero ~ sivo diferenciado, con una estructura muy clara, organizado en .::::-.:::ones relativamente fijas que siempre estarn presentes: resumen, ___ e_ racin, nudo, complicacin, desenlace y coda o moraleja. Como ; ..: emos ver, la influencia de Propp y su Morfologa del cuento ruso es ;.::-::1anente. La pertinencia de esta estructura existente en el mo-=:::1-o de la narracin tendra carcter cognitivo, ya que no depende ::x .:.usiYamente del entorno sociocultural.

    Je este modo, la propuesta de Labov y Waletzky adquiere val-=.=:: e. una teora del anlisis del discurso, en tanto demuestra que los ..::-.:-_ antes no son "libres", no es slo su "subjetividad" la que se -=-.::esta en sus producciones lingsticas, sino que esta subjetividad =---=< nstreida por aspectos cognitivos en cuanto al gnero, la forma .::-:: ;:esentar sus experiencias personales.

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  • Discurso y ciencia social

    4. Ocupa un lugar muy importante en nuestros anlisis lo aporta-do por la Lingstica Crtica, desarrollada originalmente en Gran Bre-taa desde fines de los '70. Autores com Hodge, Fowler, Kress, Trew, intentan hacer confluir el anlisis del discurso, tal cual lo define Foucault, y el anlisis funcionalista de teXtos propuesto por Halliday -a quien reconocen como su maestro-. Estos autores proponen el desarrollo de una gramtica que no slo no tome el texto aislado como objeto de anlisis, sino que incorpore a este trabajo el mbito social dentro del cual el texto aparece; es decir, que rechazan la con-sideracin del discurso como autnomo de lo social o como su mero reflejo. Consideramos esta postura claramente funcionalista, en tanto se utiliza para la explicacin de los fenmenos estructurales de los textos la nocin del papel que cumplen aquellos en el todo social. La visin de Halliday, quien considera las diferentes formas o variacio-nes del lenguaje como opciones que tiene el hablante para decir y para situarse frente a lo que dice -y que piensa que estas opciones son significativ,as de la funcin y lugar social que el hablante ocupa en el momento de la enunciacin- es reivindicada permanentemente por esta escuela: las formas , "equivalentes" dentro de una estructura gra-matical son vistas como portadoras de las diferentes funciones que el mensaje tiene.

    En este sentido, los investigadores de la Lingstica Crtica, con-sideran la gramtica de una lengua como un mecanismo que funciona consolidando las estructuras sociales existentes. Estas estructuras son incorporadas por los sujetos como representaciones mentales de un modo tan natural como las estructuras propias del lenguaje, en el momento de la adquisicin; y son reafirmadas consecuentemente en cada emisin de cada dialecto partiCular, aunque de modo incons-ciente, por cada participante. Debemos decir, sin embargo, que desde el punto de vista cognitivo no han avanzado mucho ms all de la hiptesis Sapir-Whorf, en cuanto al condicionamiento lingstico de la percepcin humana. El objetivo declarado de la Lingstica Crtica es hacer consciente -para todos los miembros de la comunidad lin-gstica- el funcionamiento inconsciente de las formas lingsticas, y equiparan este trabajo de "develacin" con el que realiz Marx sobre la fetichizacin de la mercanca. Los procesos de gmmaticalizacin no son meramente procesos lingsticos, sino reafirmaciones de concep-ciones del mundo, las que no seran "naturales" sino "sociales".

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  • Introduccin

    5. El nfasis de la Lingstica Crtica est puesto en el texto como producto, ms que en los procesos de comprensin y produc-cin. Por este motivo Fairclough (1994) los critica: esta forma de analizar el (macro) funcionamiento lingstico les impedira ver el discurso como lugar en donde tambin se pelea por el poder (ver en este volumen las referencias a Foucault, Voloshinov, Faye y nues-tros propios trabajos), es decir, los intercambios lingsticos son es-pacios dentro de los cuales se pueden producir cambios, se pueden intentar y/o se pueden ver cambios en las estructuras sociales; en este sentido, les cabra la misma crtica que a Althusser y a algunas expresiones de Pecheux, quienes ven muy esttico y sin posibilidad de cambio lo social y lo discursivo. Desde el punto de vista de los anlisis concretos que han realizado, debemos rescatar la crtica del discurso periodstico en particular y de la comunicacin masiva en general, donde demuestran cmo la forma de la presentacin de los acontecimientos, la presentacin de personajes, agentes y afecta-dos, resulta significativa en el momento de la comprensin, y es fun-

    ional para un determinado orden social.

    6. Otro gran camino seguido por los estudiosos del anlisis del ::l'-curso es el seguido por Michel Pecheux, a quien ya hemos citado. Su base tambin consiste en combinar una teora social, la marxista - aunque con filtro estructuralista- con una teora general del discur-so. En general, los . representantes ms importantes de esta escueb han ::rabajado con discurso poltico, en un sentido amplio, que incluye, ~iems del producto lingstico de los polticos, cuestiones pedaggi-~: de normativas, del discurso histrico, etctera, producciones de

    ~--uruciones a las que Althousser haba ubicado dentro de los apara-=s i eolgicos del estado (AlE). El objetivo de Pecheux y sus segui--="":'es estaba centrado en construir un mecanismo de anlisis autom-

    -=~ el discurso (L'AAD), sobre la base de una teora que era tributaria :::: :o [axonmico de la semntica estructural de Greimas (actantes, :;:::-xesos, etctera). El resultado de la aplicacin de los mecanismos

    ~=: a.Ili is automtico del discurso reflejara lo disponible en el texto :;~ ;:_ oyente en el momento de la comprensin y, tomando series de

    -~ .......: roducidos, construyendo un discurso representativo de los in-::-=::--:::-nb"o sociales en algunos temas, mostrara tambin lo disponi-=-= ;a.-a el hablante en el momento de cada produccin.

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  • :::

    Discurso y ciencia social

    El AAD acepta -y enriquece- el concepto de formacin discursiva (FD) desarrollado originalmente por Foucault en su Ar~ queologa ... : los discursos slo pueden darse e interpretarse como nudos puntuales de una red de la que son prisioneros, ya que slo pueden responder, criticar, calificar, etctera, discursos ya existentes -presen~ tes de algn modo- o anticipar impugnaciones de discursos por venir, para los que la misma red ha fijado las condiciones de posibilidad. La modificacin y el enriquecimiento del concepto foucaultiano consis~ te en que, si bien el AAD acepta que la FD es la que fija los sistemas de referencia para los significados, agrega el concepto de formacin ideolgica (Fl) que puede atravesar toda la red -e incluso ms de una red- relacionada con la presencia de constantes significativas y asignadoras de lugares simblicos en el discurso. De este modo el AAD s permite -a diferencia de la propuesta original de Foucault- que dentro de una FD haya diferencias y luchas por el significado, ms de una posicin en la red, y permite -por consiguiente- la incorporacin del .concepto de ideologa dominante, que puede y debe coexistir con otras ideologas (dominadas) en tanto que se expresan por medio de discursos. Entre las herencias de este modelo, o -al menos- relaciona~ das con este modelo, tenemos los anlisis cuantitativos de trminos y aun de sintagmas nominales: las redes determinaran constantes analizables y contables.

    7. Foucault. Este representante del anlisis de discurso es ms conocido por las permanentes citas que a l remiten que por una lectura atenta de su produccin. En realidad no es Foucault mismo un analista de discursos en sentido estricto, pero sus aportes tericos para el anlisis de archivos de productos lingsticos han sido fundamen~ tales. Rescataremos, o al menos lo intentaremos, estos aportes.

    En primer lugar la nocin de archivo echa por tierra definit iva-mente la idea de que el discurso es un producto lingstico rela-cionado con determinado gnero. Desde este punto de vista, un discurso poltico no es ms representativo que la portada de un carn social, ni siquiera para un anlisis de "lo poltico"; esta afir~ macin -y demostracin- importa la revalorizacin de textos de-jados de lado por distintas ciencias sociales: la historia deja de analizar slo documentos oficiales para analizar recetas de cocina, empolvados tratados cientficos, libretas de un viajante, etctera.

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    Discurso y ciencia social

    escuela. En efecto, las "estructuras del discurso" son ampliamente tributarias de la distincin de "constituyentes inmediatos" y otros ha-llazgos del estructuralismo en el nivel sintctico que pasan a un nivel -y a una unidad- mayor: el texto.

    Estas propuestas permiten anlisis inmanentes de los textos al bus-car sus partes, componentes, unidades menores que un texto, pero mayores que una oracin. Si bien los anlisis inmanentes no son una originalidad de esta escuela -recordemos, por ejemplo, la estilstica- s es original el anlisis de estructuras en general y no slo de "formas bellas". Estos anlisis son tributarios tambin de la lgica modal en general y de los intentos de una lgica trascendental o tras proposicional. En efecto, conceptos tales como tpico de conversacin o mundo de lo conocido remiten a Tarski y sus mundos posibles, pero sobre todo a los problemas de conexin de mundos, modos y tpicos. En realidad, los primeros trabajos de van Dijk (Texto y Contexto, 1977) intentan demostrar esta conexidad entre proposiciones. Todo texto -razonablemente largo, claro- posee una estructura interna or-ganizada jerrquicamente en una macroestructura que domina las microestructuras. La primera impone una coherencia global al texto que la vincula con las dems; la coherencia local asegura la vincula-cin entre microestructuras as como entre proposiciones conectadas (conexidad) entre s y la microestructura correspondiente. Aunque tributarios del estructuralismo, no plantean partir de las unidades ms pequeas (gramaticales) para llegar a construcciones ms amplias, como la oracin, y ms abarcadoras, como los textos, sino partir de los textos hacia las unidades menores.

    Con el tiempo van prestando ms atencin a las funciones comunicativas que a las estructuras de los textos (Estructuras y funcio-nes del discurso, 1983) y a las relaciones con los participantes, con lo que se introducen en el anlisis del discurso (Prejudice and Racism, 1987) y sus funciones sociales. Desarrollan tambin modelos de com-prensin de discursos (van Dijk y Kintsch, 1984) basados en el reco-nocimiento de las estructuras del discurso, la superestructura (rela-cin del texto con lo social, lo situacional y contextua!) que pasan a tener todos estatuto cognitivo.

    9. Por ltimo, y por no ser excesivamente sumarios, queremos destacar las posturas que vienen de la comunicacin, va teora de la

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  • Introduccin

    enunciacin, representada por Vern (1985a, 1985b, 1987 y otros). Estos anlisis destacan la produccin simblica de los discursos en general, y en particular la construccin simblica de lugares dentro del discurso: el rol del enunciador, la posicin de los destinatarios, y otros "participantes" construidos como partidarios, paradestinatarios, contradestinatarios, etctera. Consideran el discurso como un lugar ms de produccin simblica, pero en realidad todo hecho social la realiza; es decir, por ejemplo, un accidente de automvil no es visto como tal por los sujetos sociales, sino en cuanto tiene un significado especfico en el tejido social. Rechazan los anlisis de contenidos por-que poco contribuyen a la construccin simblica (el sentido) para privilegiar las distancias establecidas entre el emisor y lo dicho, y en-tre lo dicho y las condiciones de produccin.

    Es una escuela muy productiva que ha realizado varios anlisis concretos, en particular sobre el peronismo, y en general sobre el dis-curso poltico, definido como uno de los discursos sociales. Expon-dremos mayores referencias en los siguientes captulos.

    En la primera parte de este volumen, Crtica del peridico como discurso, pretendemos mostrar de qu modo el anlisis nos permite avanzar sobre la determinacin de las pararrealidades construidas en los discursos periodsticos. Los dos trabajos que componen esta parte trabajan con la comparacin entre textos de dos peridicos d iferentes para mostrar empricamente cmo siempre una noticia es un relato - relato que construye un acontecimiento-. Son los cono-cimientos e imgenes alojados en la memoria de largo plazo de los emisores interactuando con los "hechos puros" los que determina-:n las caractersticas del acontecimiento relatado. Mostraremos en el primer captulo, "A veinte afios del golpe", cmo las seleccin de .o importante, la definicin del principio y fin de cada relato cons-:ruye realidades diferentes sobre el mismo perodo histrico. En el seoundo captulo, "Mensaje, presuposicin e ideologa", trataremos , ::ie mostrar de qu modo podemos plantear una hiptesis sobre la .ieologa del peridico como emisor una vez que hemos analizado ;:< fo rmas presentes en el discurso.

    En la parte segunda, Crtica del discurso de las ciencias sociales, . ....:creamos algunas de las producciones que se han realizado en his-:::. a y antropologa. En "Hacer historia con herramientas textuales"

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  • Discurso y ciencia social

    planteamos qu otros elementos ofrece la lingstica -adems de los que los historiadores han empleado- y que podran haber sido tiles en trabajos de C. Guinzburg, Stedman Jones y H. James. Geertz recibe nuestra atencin en "Cultura y discurso en la produccin antropolgica", captulo 4 de este volumen.

    En la tercera parte, Algunos problemas de mtodo, abordamos, pre-cisamente, problemas de mtodo en el anlisis del discurso; lo hace-mos desde tres ngulos diferentes. Realizamos una propuesta concre-ta de anlisis en "Subjetividad, discurso y gnero" -captulo 5- de modo de no quedar simplemente dentro de la crtica de otros traba-jos. En el captulo 6, "A propsito de Doa Mara", mostramos cmo abordar la construccin del rol simblico del destinatario puede cam-biar totalmente un anlisis de significacin ya realizado. En este cap-tulo trabajamos sobre un texto previo de D. James en el expone un anlisis de un poema, rescatado dentro de la "Historia oral". En el captulo 7, "Paradigma indicia! y eleccin del objeto de estudio", po-nemos de relieve las opciones metodolgicas realizadas por Ginzburg en la constitucin de su propio objeto de estudio en la "Microhistoria", marcamos su alcance y sus riesgos.

    Por ltimo, en la parte cuarta, "Circulacin de discursos", mos-tramos nuestros anlisis sobre producciones lingstica,s del zapatismo, "El discurso zapatista", dentro del parlamento argentino, "Voces en el Parlamento", y en una campaa electoral para elegir alcalde en la bilinge Barcelona, "Entre lo dicho y lo no dicho". Un trabajo teri-co, "Significados imposibles", cierra este libro, con el que esperamos haber satisfecho la necesidad de mostrar -al menos en parte- qu pueden aportar desde sus especificidades la lingstica y el anlisis del discurso al anlisis social.

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  • PRIMERA PARTE

    CRllCA DEL PERlDlCO COMO DlSCURSO

  • CAPTULO UNO

    - .t :lNTE AOS DEL GOLPE DE ESTADO: LAS LECTURAS DE lA PRENSA DESDE LA UNGSTlCA CRTlCA

    JuuA ZuLLO

    iderando el anlisis del discurso como una forma privilegiada ~ ceso a los sistemas de representaciones socialmente comparti ...

    c.::s , basndonos en el estudio de la organizacin sintagmtico~ ::r-.donal de los enunciados (Hodge y Kress, 1993) y de la distri~ =-...dn y las caractersticas de los lugares enunciativos, nos propo~ -_ :os abordar las representaciones que los medios de prensa ar~ ?"-cinas construyen en torno a la ltima dictadura militar, de cuyo ;-: :.:: o se cumpli recientemente el vigsimo aniversario . ::-?edficamente trabajaremos con los roles asignados a los distintos ::......- es sociales, los tipos de procesos adjudicados a las instituciones

    ~'- ;:ZS y militares y los procedimientos empleados para evaluar di~ _:.-J.: procesos. A partir de un corpus constituido por los ejemplares ' s peridicos aparecidos el da del vigsimo aniversario ( 24 de -~~o de 1996) ' esperamos detectar variaciones en lo que respecta

    ~:~no de las formaciones ideolgicas, analizando los roles de agente/ ~ - -=~ ce asignados a las instituciones democrticas y militares , al

    :: de evaluativos y a la designacin explcita de los agentes respon~ -:.. :ZS de la desaparicin de civiles en los distintos peridicos publi~ ~s en esa fecha .

    duccin

    _:;,:::;:io iniciamos esta investigacin buscbamos aplicar los prin~ terico metodolgicos de la Lingstica Crtica para estable-_~:::a."Uas y diferencias en los modos de caracterizacin de la ltima

    25

  • -Julia Zulla

    dictadura militar argentina, a la luz de los 20 aos transcurridos desde su inicio. En un primer momento nos circunscribimos a los diarios aparecidos el domingo en el que se cumpla dicho aniversario. Sin embargo, este primer recorte result insuficiente dado que el material obtenido se caracterizaba no slo por su diversidad sino tambin por su volumen. Todos los diarios se referan al acontecimiento bsica-mente de dos modos: por un lado, presentaban informaciones sobre los diferentes actos y conmemoraciones que los organismos de dere-chos humanos, los partidos polticos y otros grupos o instituciones iban a realizar en esa jornada o haban realizado en los das previos; pero adems, con diferencias de "estilo", todos presentaban una rese-a de los principales acontecimientos ocurridos en el pas durante la dictadura. Cuando decimos qe presentaban diferentes estilos, nos referimos a que en algunos casos, estas reseas estuvieron incluidas en notas de opinin, en otros se intent hacer un relato "objetivo/neu-tral" de los hechos fundamentales y, finalmente, otros peridicos de-dicaron varias pginas y varias notas a la resea, eligiendo para la misma distintos enunciadores o voceros 1 (testigos o protagonistas) o distintos "momentos claves" del perodo '76-'83.

    Dado que el objetivo ms amplio de esta investigacin se basa en el relevamiento de la signficacin social que tiene la dictadura en los '90 a travs del estudio de los principales agentes y participantes con-siderados por los peridicos y en los distintos tipos de procesos asig-nados a los mismos, optamos por trabajar con las notas que intenta-ban el relato "objetivo" de los hechos. Ms especficamente nos va-mos a circunscribir a dos notas, aparecidas en La Nacin y en La Pren-sa respectivamente, en las que se realiza un recorrido histrico de los principales acontecimientos del perodo en cuestin. La eleccin de estos dos matutinos se debi a motivos puramente formales: ambas notas tenan una extensin semejante y no presentaban una multipli-cidad de enunciadores como en los dems diarios. Desde una lectura ingenua, podra pensarse que no encontraramos grandes diferencias

    1. Tony Trew (1979}, llama a estos voceros, "mediadores" ya que, para l Los peridicos no hablan directamente a los lectores sino ms bien a travs de los grupos y organizaciones a los que pertenecen' los lectores (pg. 189}. El anlisis de los distintos tipos de mediadores, podra encararse en un irabajo posterior desde la Teora de la Enunciacin.

    26

  • - :e;:: == ;-:: ::= ce es-.ado: las lecturas de la prensa desde la lingstica ...

    ;::. - :""s e~egdas, dado que podramos suponer que los ::s;: gidos pe rtenecen a una misma formacin

    _ ::._- 5..:: e. bar o, como veremos ms adelante, los resultados .......,..._~~ ::_ ::. L. ciclen con esta apreciacin.

    ;; - .:~:egias metodolgicas

    - -;. ""::"':dar el corpus, utilizamos algunas estrategias - =5.::.2..:: ue ya hemos venido aplicando en otro tipo de

    discursivas . Se trata, por un lado, de un nivel __..;;:;_~-~::- :::xrual en el que relevamos los principales tpicos de _,.;.-~- ~.:: relacionamos jerrquicamente; una vez construidas las

    :::::: ecir, una vez reconstruida la macroestructura textual =. -_ ~ ; ) se pueden poner en relacin no slo los tipos sino

    - :::: ~ :erarquas de los tpicos analizados en cada pieza tex-? :: : = o lado, se analiza el nivel sintctico-semntico de los

    -.:: ==- -.:: . rees tableciendo las formas bsicas de los mismos y --=----=:c.:-_io los tipos de transformaciones que se han aplicado en

    _: ..:..e Hodge y Kress, 1993 ). En un anlisis posterior se tra-:.= =::~:ecer las relaciones entre los dos niveles, explicando el _ -= ::.:: e terminados datos que aparecen recurrentemente. Una

    :=:::::a brevemente nuestras estrategias, podemos pasar a la --: -=-- -oncreta de las mismas.

    ____ - -;,is del corpus

    - ::::--'mico-textual

    -=- .:: .:: artculos organizan sus principales tpicos en una secuen--=- =.:-a bsica: antecedentes del golpe de estado -principales

    ~ cepto de M. Peches (1975) quien complementando la nocin foucaultiana rsiva, introduce la posibilidad de que existan conflictos y luchas dentro de

    "'" =:: - oda Fl conlleva una serie de significaciones constantes y de lugares simbli-q e pueden atravesar ms de una FD.

    27

  • Julia Zulla

    acontecimientos del perodo '76-'83- y sucesos posteriores. En ambos casos, la mayor parte de las clusulas est referida al segundo tem men-cionado, aunque las macroestructuras obtenidas varan sustancialmente.3

    La Nacin:

    Antecedentes del golpe - La administracin peronista se desmoronaba. - Nadie apostaba a su supervivencia; - porque las instituciones haban sido desprestigiadas por Pern. - El frente electoral que lo haba elegido se haba desintegrado. - El peronismo estaba dividido en dos bandos. (Ejemplifica con los sucesos de Ezeiza del 20 de junio de 1973 . .) - Los enfrentamientos entre la izquierda y la derecha generaban inseguridad a la poblacin. - Los comandantes no debieron esforzarse para llevar a cabo el golpe.

    Principales acontecimientos del perodo - Hubo expectativas sobre la instalacin de la Fuerzas Armadas en el poder. - Esas expectativas fueron frustradas porque:

    - hubo violaciones a los derechos humanos; - hubo una guerra trgica: - hubo diferencias de criterio en el poder.

    - Este golpe fue distinto a los dems. - Hubo aspectos rescatables:

    - la gestin de Martnez de Hoz (frustrada por los conflictos internos);

    - los jefes militares que trataron de atenuar la lucha antisubversiva;

    - el Poder Ejecutivo que actu para evitar la guerra con Chile.

    Sucesos posteriores - El proceso judicial a las juntas puso de manifiesto las responsa-bilidades form ales .

    3. Para obtener las macroestructuras hemos aplicado las macrorreglas indicadas por van Dijk (1978): omitir, seleccionar, generalizar e integrar.

    28

  • - = -:: : ":::s del golpe de estado: las lecturas de la prensa desde la lingstica ...

    _ "edad emiti un veredicto propio, moral e histrico; - ;;.:e \eredicto distingue los distintos comportamientos.

    - :._ 2!.5 u in sobre el Proceso no ha concluido; sigue despertan--= ::-3.Siones. - =....:.: ::: aos transcurridos no han logrado un debate reflexivo. - :--' ::ry certezas ms all de las polmicas:

    - 2 :iolencia y el desprecio por la ley producen desencuentros -= =-~-es.

    ----; -_,"''entes del golpe - - ":.s :ema poltico estaba en descomposicin:

    - ;-: a crisis de la clase dirigente; - ; ::: ~a economa; - ::--: 2 \iolencia. - 5;::~e estaba anunciado.

    :~ acontecimientos del perodo - =-~_..:-.[a militar tom el control, impuso directivas y estado

    - .::: .:CL."!"'aron los edificios pblicos, la CGT y otros gremios; - :~ ~ n la captura de funcionarios, gobernadores y gremialistas; - .:~ _,. .o ibi la actividad poltica y gremial y se dispuso la cen-

    =- ?:..e-:.as Armadas ejecutaron un plan represivo que incluy ......::::.:: in electuales y periodistas;

    - ~e los acusaba de estar relacionados con la guerrilla. ieron las Madres de Plaza de Mayo:

    .:. ..:-.:2dora est desaparecida. - ::. .:=as entidades que defendieron los Derechos Humanos.

    - .: ~- :::...-: 9 1 la iglesia catlica emiti un documento crtico: ::.: .:.::;.:::.ezdotes haban sido asesinados. '

    - -: -- .:..: _. 'artnez de Hoz derrumb la estructura econmica =-::. :::...-:-...: :;ceron ista:

    as negociaciones y los reajustes salariales; -~-:::.S !.a desocupacin y la deuda externa.

    -= .::..:::c ;ech el triunfo de la seleccin nacional en el _ ;~-a me_"orar su imagen:

    29

  • Julia Zulla

    - intent hacer lo mismo con el campeonato juvenil del '79; - los familiares de desaparecidos hicieron sus denuncias ante la

    delegacin de la OEA. - En 1978 Argentina y Chile estuvieron al borde de la guerra. - El sucesor de Martnez de Hoz fue Lorenzo Sigaut. - Videla fue reemplazado por Viola y ste por Galtieri. - Galtieri prepar la invasin a Malvinas para mejorar la imagen de gobierno. - El 30 de marzo de 1982 reprimieron una manifestacin sindical. - Tres das despus convocaron a la gente a la plaza para celebrar la recuperacin. - Los britnicos atacaron cuando se haban agotado los esfuerzos diplomticos. - El hundimiento del crucero Gral. Belgrano produjo 322 muertos. - El 14 de junio Argentina se rindi. - Cay la dictadura. - Los partidos polticos se organizaron. - Bignone admiti los "excesos" y dict una autoamnista.

    Sucesos Posteriores - Alfonsn triunf sobre Luder. - La Conadep elabor el Nunca Ms que se utiliz para el juicio oral y pblico. - La Cmara Federal conden a los ex comandantes. - El juicio fue un eplogo.

    Una vez obtenidas las macroestructuras, podemos hacer una aproximacin descriptiva: en cuanto a los antecedentes, La Nacin determina como nico responsable de la crisis poltico-institucional al peronismo, incluso al mismo Pern. A ese clima de deterioro le suma los enfrentamientos entre la extrema izquierda y la derecha, sin trazar paralelos entre los "bandos" en los que se encontraba divi-dido el peronismo y estos "otros bandos". Simplemente se trata de una razn fundamental y otra aleatoria.

    En La Prensa, en cambio, aparecen varios tpicos que si bien son ms generales no responsabilizan directamente al partido poltico go-bernante. En este caso, adems, se trata de una sumatoria de factores del mismo valor: la inflacin, la violencia, la crisis poltica. Es notoria,

    30

  • A veinte aos del golpe de estado: las lecturas de la prensa desde la lingstica ..

    == .:ems, la diferencia en la extensin de este segmento: La Nacin, 43 .::.:. ulas, mientras que en La Prensa, 21.

    Con respecto al segundo segmento, las diferencias se vuelven - '- notorias. La Nacin establece una serie de tres crticas breve--:::lte puntualizadas: las violaciones a los derechos humanos, la gue--- - e Malvinas y la distribucin tripartita del poder y a continua-.: .: :1, profundizando el tercer problema sealado, introduce una se-. :: de aspectos valorados positivamente: el plan econmico y la so-__ ,:_ ' n al conflicto con Chile. En cambio, La Prensa menciona una .::: . . e mucho ms extensa de tpicos evaluados negativamente: esta-- .: ::le s itio, detenciones, desapariciones, asesinatos, censura, .:::-a.:.uaciones, desempleo, endeudamiento, etctera. Adems, y sta ;..;; ..:.. a diferencia importante, se hace referencia al surgimiento de =:.:mientas de oposicin que estn totalmente ausentes en La _ ' .: Madres de Plaza de Mayo, organismos de derechos humanos =-=-- .:::12.les e internacionales, movilizacin sindical, etctera. No se - -::=...::onan discrepancias internas entre las tres fuerzas, pero en cam-

    se de tallan nombres y apellidos de los sucesivos presidentes. =-.as diferencias se acentan en el tercer segmento: Para La Na-

    . ~- juicio a las juntas puso formalmente fin al problema de las -. __ ..sa ilidades, pero la discusin sigue en pie. El relato de los acon-

    =.:- "e::'.. os, literalmente se detiene en la referencia al juicio sin hacer .-:: .;:: al gobierno de Ral Alfonsn ni al perodo de transicin hacia ===-- _ cia. Aunque La Prensa tambin se detiene en el momento

    _;:_o. se incluye la referencia al ltimo perodo de la dictadura, a -:-:::~!n de la multipartidaria, al triunfo radical, a la formacin - =.:::1a ep; las condenas a los ex comandantes "cierran" concre-- ::: e: ciclo. Ms adelante, podremos retomar esta diferencia su--:~ _ . ....stancial.

    - .- .::.icdco-semntico

    ~== . .i\el del anlisis, desmontamos los enunciados en su es------- _i:.ca tratando de clasificar a los participantes en agentes y

    - -~ :.e os procesos en los que se encuentran involucrados y - - : s rocesos en transactivos, no transactivos y relacionales.

    =---"'----"'"-~ in las distintas transformaciones registradas sobre las for---=""-"--=-- 'eamos la aplicacin de este esquema en algunos ejemplos:

    31

  • Julia Zulla

    l. Las Fuerzas Armadas derrocaron a la presidenta Mara Estela Martnez de Pern (La Prensa).

    En este caso, el proceso "derrocar" es transactivo, ya que involucra dos participantes, uno como causante o agente y el otro como afecta-do o paciente. Los procesos transactivos son, entonces, los que permi-ten recuperar al causante de la accin y al afectado.

    2. Existieron diferencias de criterio entre lQs jefes militares (La Nacin) . Donde "existir" es un proceso no transactivo que involucra un solo

    participante, ya sea actor o afectado por el proceso (y en muchos casos la cuestin es ambigua) .

    3. La administracin peronista estaba desmoronndose . La Argentina de Isabel Pern era una nave endeble (La Nacin).

    Donde "estar" y "ser" son procesos relacionales porque slo admi-ten un participante (en este caso la administracin y la Argentina) y una evaluaCin de los mismos. En la mayora de los casos esos partici-pantes quedan incluidos en una determinada jerarqua de valores.

    4. La utilizacin de procedimientos perversos incluy la creacin de centros de detencin clandestinos (La Nacin).

    Este ejemplo presenta una mayor complejidad con respecto a los anteriores: Por un lado, el proceso principal es transactivo -"incluir"-, pero los dos participantes son el resultado de sendas nominalizaciones:

    a. "La utilizacin de procedimientos perversos" es una transfor-macin de la estructura bsica X utiliz procedimientos perversos, en la cual no se puede reponer al agente.

    b. "La creacin de centros de detencin clandestinos", tambin es una transformacin de la estructura bsica "X cre centros de deten-cin clandestinos". Resulta, entonces, claro que las nominalizaciones tienen como efecto la supresin sistemtica de determinados agentes que por algn motivo no se quieren o deben mencionar.

    5. Viola fue depuesto el 12 de diciembre de 1981 y se justific la medi-da en supuestos problemas cardacos del presidente (La Prensa).

    Este enunciado tambin es un ejemplo de las llamadas transfor-maciones. En este caso, aparecen dos pasivizaciones. En el primero "fue depuesto", en el cual "Viola" funciona como el afectado de la accin

    32

  • __ -=~-~- .:2.5 , si bien se trata de una pasiva _ - - . .: ::-. sa..eemos quin hizo la justificacin. _.::: .: .: ...:.~ se erara del mismo o de los mismos

    - ~-~ 2:::;:-...IS !eron y los que justificaron, pero no __ -=- =~ "..::..-=: ..: ~emes que permitan resolver esta inde-

    - = --: '-:: ese tipo de operaciones no son inocentes :::s :~-: cargadas de significados que no necesa-

    :. =:..:. ' e::-1 las notas.

    _ : ~~---~o el modelo, podemos pasar al anlisis concre-~- ~ .--a dijimos antes, los enunciados fueron desarticu-

    -::-_::::........s bsicas indicando, en cada caso, de qu tipo de --= - - --: tipo de transformacin se h aba aplicado en el

    -- .-.-.:::"ra. U na vez completos los cuadros, pasamos a un ..=......::=:..---- == e~ que obtuvimos los siguientes resultados:

    La Nacin (194=100%)

    63% 13% 24%

    La Prensa (174= 100%)

    66% 21% 13%

    los porcentajes de clusulas transactivas son muy =. .2 ve: muy altos. Sera posible comprender este predominio

    ::: 2:: artculos ya que se trata de un recorrido histrico, que :::;:=:::~;.i'- .:c.;::ullinados hechos e identifica a sus causantes y a sus afecta-

    ~,o debemos trabajar aun ms con este tipo de clusulas =- =-: _ r determinar las transformaciones y sus efectos. Tam--= o:.=,- cariva la distribucin de las clusulas no transactivas y ~ .......... ~-=---=- c:;-arece una inversin en las cifras que indican altos pareen-

    -- :::3.:.sactivas en La Prensa, contra bajos porcentajes de las mis---~' y, recprocamente, altos porcentajes de relacionales en

    - "':'=a bajos porcentajes de las mismas en La Prensa. Ms ade--~o: de darle una explicacin a esta inversin.

    --=- ..::~ zhora al anlisis detallado de las clusulas transactivas, .:.:::::.._...___-_- < porcentajes de aquellos casos en los que las transforma-

    .::=-=. e id ido los agentes y no es posible reponerlos

    33

  • Julia Zulla

    Transactivas La Nacin (122=100%) La Prensa (116= 100%)

    Sin agente 55% 30% Con agente 45% 70%

    Esta segunda aproximacin a los datos resulta reveladora porque si bien, como ya dijimos, los dos artculos mostraban altos porcentajes de clusulas transactivas, ambos poseen tambin muchas transforma-ciones que traen consecuentemente la ausencia de agentes. Es notoria la diferencia entre los artculos ya que en La Nacin esta tendencia resulta mucho ms acentuada que en La Prensa. Veamos algunos ejem-plos para aproximarnos a los tipos de agentes elididos:

    La Nacin:

    - X destruir el frente electoral (pasiva sin agente). - X anunciar el golpe (pasiva sin agente). - X utilizar procedimientos perversos (nominalizacin) . - X combatir la guerrilla (nominalizacin). - X crear centros clandestinos , secuestrar nios y exterminar personas (nominalizaciones). - X distribuir poder (nominalizacin). - X fragmentar el poder poltico (nominalizacin). - X recuperar las Islas Malvinas (nominalizacin).

    La Prensa:

    - X erradicar a los grupos guerrilleros y su entorno (nominalizacin). - X acusar a artistas, intelectuales y periodistas (pasiva sin agente). - X abrir la economa (nominalizacin). -X deponer a Viola (pasiva sin agente). - X recuperar el archipilago austral (nominalizacin).

    Puede observarse que en el caso de La Nacin los agentes elididos no siempre pueden generalizarse en un colectivo que podramos de-nominar "las Fuerzas Armadas". As, los que "destruyen el frente elec-toral" o los que "anuncian el golpe" no estaran incluidos en este co-lectivo. En La Prensa, ocurre lo contrario. La totalidad de los agentes elididos coincide con la agencialidad de las Fuerzas Armadas. A

    3L

  • ~-=- :;- -: ~" =>-=== as ecturas de la prensa desde la lingstica ...

    - airmar que los dos peridicos tratan de evi-- - --=-~ ::e i.as personas o instituciones responsables de los ..L.====-=:~-":;: ___ .: : n evaluados como negativos, aunque la estra-

    -- - ::;-c:a.ia en La Nacin. : .-;.::=e- tar el anlisis, nos resta detenernos en los tipos

    .::::;:=:::::::=:: __ :: ~: ~e explicitan, tratando de encontrar otras diferen-- _ a...! a la explicacin de las que hemos sealado hasta

    -:;-r: La Fuerzas Armadas, el Poder Ejecutivo, la dicta--_2 - - ~: itar, el gobierno peronista, la multipartidaria, la --=---~ ::=-::::.::.::.: . etctera.

    - -::::- =-.os organismos de Derechos Humanos, Las Madres de - _ _ =..- :a izquierda y la derecha, los medios, miles de perso-

    .:::c. ~:lado de ftbol, etctera. - _ --...:.:: "idela, Massera y Agosti, los otros comandantes, Azu-

    -:.::- _ 1artnez de Hoz, el Papa, Galtieri, Bignone, Alfonsn, ==:::: e::-a.

    - -=-=-"~: un breve operativo, el modo de actuar, el conflicto = _=.. =.:diacin, el hundimiento, la derrota, las heridas del

    :::.::::e:a.

    - -::.::....:- ~ y generalizaciones: Nadie, quienes, otros, la sacie-- - =. e engranaje, 20 aos, etctera.

    "" 2abamos indicado, en La Nacin la mayora de la clu---:....-=;-- 3.5 no poseen agentes y en los casos en que se mencio-

    ::.::":'. :.as abstracciones y las instituciones. En La Prensa, en - =-~:: _ arte de los agentes pueden clasificarse como insti-

    - :--:::=-::las. En tercer lugar, aunque con cifras muy prxi-- -_:-_ .2~ ?LJpS no institucionalizados.

    -:::.--::: v-atando de integrar los dos niveles del anlisis, in-~:::::=::s --:::..=:::;:er relaciones entre los tipos de procesos y agentes y

    .:_: :e::cticas bsicas que establecimos en el nivel anterior.

    __ -:::~ ss:a ct;fe enca: Al hacer el anlisis macroestructural en el nivel a, - =. =.--:= 2 s:a. La Prensa mencionaba muchos ms responsables con nom-

    35

  • =

    Julia Zullo

    Los resultados obtenidos confirman los datos generales. En la secuen-cia ms extensa de ambas notas (Principales acontecimientos del pero-do), las diferencias se acentan: ante cifras similares de clusulas transactivas, la proporcin de no transactivas y de relacionales est invertida en los peridicos y en cuanto a las transactivas, La Nacin muestra porcentajes ms elevados de transformaciones que La Prensa y las clases de agentes explcitos respectivos repiten la caracterizacin ya descripta.

    Estamos en condiciones, por lo tanto, de hacer una lectura crtica de los datos, de extraer algunas conclusiones y de formular hiptesis que podran ser corroboradas en las prximas etapas de la investigacin.

    1.4 Lectura de los datos obtenidos

    Los supuestos que iniciaron esta investigacin podran resumirse en los siguientes principios:

    - Ambos peridicos perteneceran a una formacin ideolgica idntica, identificable a travs de sistemas de referencias y valoracio-nes compartidas.

    - Estas semejanzas podran/deberan hacerse explcitas en el trata-miento de un tema polmico como la dictadura.

    - Dicha semejanza fue, en principio, sustentada por los tipos de notas aparecidas el da del vigsimo aniversario del golpe de estado: eran los dos nicos peridicos que presentaban notas tan similares en su estructura textual.

    Sin embargo, al aplicar las estrategias metodolgicas descriptas, los resultados obtenidos nos llevaron a cuestionar nuestro primer su-puesto. En principio, podemos afirmar que cada peridico significa de maneras especficas y diferentes el llamado "Proceso de Reorganiza-cin Nacional". Podemos sustentar esta afirmacin en la lectura de los datos:

    - El alto ndice de transactividad comn en ambas notas se parti-culariza al establecer los porcentajes de transformaciones registradas. Mientras que La Nacin establece relaciones proceso-efecto y elide sistemticamente los agentes de dichos procesos, La Prensa explicita las relaciones entre causantes y afectados. Sin embargo, entre los agentes explcitos, existe un equilibrio "de fuerzas" en las cifras. Las

    36

  • - :=-:= a" vS el golpe de estado: las lecturas de la prensa desde la lingstica ..

    militares mencionadas pueden equipararse _ -=-:.3.-: amente con las instituciones democrticas y del mismo

    ::.- : : nombres y apellidos de los militares responsables, con los _ ~-= movimientos de oposicin que fueron surgiendo a lo largo

    o en cuestin. - ::.: elevado porcentaje de clusulas relacionales en La Nacin

    =-:; .::!e:se en relacin con las cifras de abstracciones que encontra-- =:-. =- sicin de agente. De manera inversa, en La Prensa, al ser : =- ~ ice de clusulas relacionales en proporcin directa, es bajo ;;=.:.c. taje de agentes abstractos.

    ::.:-. :ntesis, La Nacin realiza un recorrido muy puntualizado so-- -== ;::rincipales acontecimientos y sus efectos, dejando de lado sus

    -.::.:2 : reemplazndolos por abstracciones (del tipo la sociedad, el :..:.: ertezas, la violencia, etctera). Al mismo tiempo, juzga los

    :.:.:_: sus consecuencias como positivos o negativos, repudiables - -a:.ables, dejando de lado la evaluacin de los agentes, puesto

    --= =--~ existen". Precisamente, la evaluacin de estos agentes es un -=:..:.: ;::endiente, ya que considera el Juicio a las Juntas como "un :.:.: ~ormal". De ah el hecho de que no se extienda en los sucesos .= .. :::es al '83, y de que se afirme que "Veinte aos no parecen haber _ ~..::entes para que las heridas cicatricen y el debate se tome sereno y

    -- . : ~ - Para La Nacin, entonces, el "Proceso" es un ciclo de he-- :-.~-a.tivos y positivos cuyos agentes (que podran clasificarse como

    _- .:::" o "malos"), an no son "serenamente" identificables y, me-- ~.....:-. e,aluables.

    -=--. .=...:. Prensa, el tratamiento es muy distinto. Se trata de una fuer-- _::2 a las acciones de las Fuerzas Armadas en su conjunto, que si

    :- ~ aparece explicitada por las clusulas relacionales, se manifies-~ _ . .:!entificacin precisa de sus agentes. Sin embargo, al mismo

    :.: : hace hincapi en las acciones realizadas por los movimien-::.:; .: ; icin durante la dictadura (organizaciones de derechos

    --=-:.:.: ,. por las instituciones democrticas. El "equilibrio" de fuer-=--~ ~iene como corolario el cierre del ciclo.5 Los militares, ~n

    - .::: _ .>=- =- ::s z - :.a es significativo en este aspecto: ... /os hechos ms salientes de una - .; ~ - el 24 de marzo y que "culmin" con el juicio a los ex comandantes (el

    37

  • Julia Zullo

    su conjunto, actuaron mal, las organizaciones defensoras de los dere-chos humanos los acusaron y las instituciones de la democracia, los juzgaron y condenaron. No es casual que el relato de los hechos pos-teriores al '83 se detenga en el veredicto de la Cmara Federal. Se hace necesario detener all la historia, dejando de lado las leyes poste-riores de Punto Final, Obediencia Debida e Indulto, sus consecuen-cias y los debates posteriores.

    1.5 Conclusiones

    A lo largo de este trabajo hemos logrado iniciar una investiga-cin que a partir de ahora se hace necesario continuar. Hemos utiliza-do de manera productiva algunas herramientas metodolgicas de la Lingstica Crtica y hemos podido cuestionar un supuesto fuerte en lo que hace al preconcepto de las formaciones ideolgicas en la pren-sa escrita a travs del anlisis de los tipos de procesos predominantes y las elisiones de agentes en transactivas (nominalizaciones y pasivizaciones). En las prximas etapas de este trabajo, deberamos:

    - corroborar nuestras interpretaciones en cuanto a la significa-cin que ambos peridicos le otorgan a la dictadura, trabajando para ello con otros artculos aparecidos en los mismos ejemplares;

    - analizar del mismo modo otros peridicos aparecidos el mismo da; - rastrear de manera diacrnica, en los peridicos aparecidos en

    otros aniversarios, los sistemas de referencias que le otorgan signifi-cado al golpe de estado para detectar posibles transformaciones en cada medio.

    38

  • CAPTULO DOS

    ~ S:'>JE. PRESUPOSlClN E lDEOLOGA ALEJANDRO RAlTER

    _ - .:: 3..c :Os objetivos de la investigacin que estamos llevando ade~ ..: ~ ::.s el estudio de la relacin entre las formas lingsticas de "su~ _:-:---:e" y la ideologa, en el sentido expuesto por van Dijk (1987) ; -!:'"" =.:::: ~ahajo, desarrollaremos un aspecto parcial de esta relacin, _ : " el que aparece a partir del anlisis de las transformaciones -_ _:_:~_:::das sobre las formas bsicas relacionales, atributivas o

    -~..::..:;.::tivas (Hodge y Kress, 1979, 1993) . Sostenemos que cuando - -- .:.'!cil es recuperar la forma bsica, o cuando ms alejada est ..: --nna bsica de la que aparece en la superficie, aumenta el grado ::. 7esuposicionalidad discursiva ( Givn, 1982) y consecuente~ -.o-::.c es ms lo que el lector/interlocutor debe reponer para com~ ;-_ :.::Zr el mensaje. Este aumento de la presuposicin se convierte ::-.. :.t': lugar privilegiado para el estudio de la ideologa del autor o

    ,....., :-.:e;nos que no es necesario insistir aqu en que los textos son _::- dad es semnticas y que el significado de los textos no es equi~

    =:-_:e a la umatoria. del significado de las oraciones. Tampoco insis~ .=- ~s en el hecho de que dentro de cualquier evento comunicativo -- .:.=- o tambin es pertinente e imprescindible en el momento de

    _ -.:- =~ un significado al mensaje. Decimos normalmente que lo no --- =-: elidido: el hablante lo supone ya conocido por el oyente y

    39

  • Alejandro Raiter

    lo considera adems evidente, de modo que su inclusin en el mensa-je propio comprendera una redundancia no necesaria para el mo-mento de la interpretacin.

    Est claro que no todo lo conocido es elidido; si esto fuera as, muchos mensajes no tendran razn de ser: la circulacin de los men-sajes, la comunicacin, no tiene como objetivo nico ni imprescindi-ble intercambiar informacin nueva. De este modo la interpretacin - otorgar significado a un mensaje- es una compleja actividad cognitiva ya que no slo debern interpretarse las marcas lingsticas presentes sino recuperar (deducir, inferir) las ausentes. Si aceptamos que las formas lingsticas que componen un mensaje no son transparentes, no proveen necesariamente la informacin necesaria para una inter-pretacin unvoca, qu podremos decir de las elididas?

    Podemos preguntarnos dnde est la informacin que falta o que debe ser repuesta mediante inferencia. En principio, si es conocida, se encuentra dentro de la memoria del oyente. La parte pertinente para la interpretacin ha sido activada en la memoria mediante las seales presentes en el texto o en el contexto.

    Debemos recordar que los contextos posibles y conocidos, segn van Dijk (1983, 1985, 1991, 1995 y otros) estn almacenados tam-bin en la memoria segn esquemas o modelos: no todo lo que rodea a, o es copresente con el mensaje ser pertinente para su decodificacin. En realidad lo pertinente (lo que los participantes consideran perti-nente), segn este planteo, est predeterminado antes del momento del intercambio por las caractersticas del modelo contextual, aun-que obviamente no se lo puede pensar esttico: se puede ir modifi-cando en el transcurso de la interaccin.

    Si aceptamos lo que acabamos de decir, dentro del todo conoci-do por los participantes -suponiendo por un momento que ese todo fuera de algn modo mensurable- existe "algo" que determina lo im-portante, lo pertinente. Ese "algo" es el mismo que ha facilitado que los modelos o esquemas se hayan constituido de algn modo y no de otro. Consideramos que ese "algo" es lo que predetermina lo perti-nente, lo que podr ser repuesto, lo disponible del todo conocido necesario para ayudar al avance de la conversacin, para completar lo que falte a lo dicho.

    Obviamente el hablante decide, aunque sea de un modo incons-ciente, qu es lo que dir y qu lo que omitir en su mensaje. Esto

    40

  • Mensaje, presuposicin e ideologa

    ~ ~:: _arte de terminado por el contexto, por el tema, y por las -.: :-=--: _: acerca del conocimiento del oyente que construya el ha-

    que el contexto y el tema fuesen objetivamente descriptos, - - -lelo que haya construido del primero y sus propias opiniones = ~: segundo los que determinarn -junto con la hiptesis sobre el -- qu elige decir y qu dar por sabido.

    :::.:: algunas ocasiones, estas decisiones deben ser tomadas teniendo to relativamente numeroso de interlocutores. En los eventos

    -_cativos conformados por los medios de difusin, deber funcio-_ _a ptesis sobre los potenciales lectores u oyentes, pero en reali-

    - :ectores u oyentes quedan constituidos como destinatarios. Este _ -~ es bastante complejo ya que en los medios de difusin suelen =----'"~ ms de un mensaje en cada unidad de venta o emisin, ya se

    _ = O::e peridicos o espectculos radiales o televisivos. ::..~aremos ideologa (del emisor) al "algo" que determina dentro = _ junto de conocimientos preexistentes qu se dice y qu se

    - :::. es decir al modelo construido del contexto, los valores que ---;a_en al tema y la hiptesis sobre los conocimientos del oyente.

    _- _- :;Lcanzar con recordar que Althusser ( 1971) afirma que la ideo-- =2 :... erpela a los sujetos (biolgicos) para constituirlos como suje-

    iales); un mensaje, un enunciado, se dirige a un oyente para -..':ruir su destinatario.

    icho conforma un texto, producto emprico de la actividad -:: -:,-ca de un sujeto, que es analizable. Lo no dicho, lo que se ha ~ ""'= ~ omitir, constituye un lugar privilegiado para analizar la ideo-= =. el "algo" -modelos, valores, hiptesis- que determin qu no

    -:.- - al emitir, al decir. :..a rensa escrita, dada la regularidad de su aparicin, la relativa =~:: - dad de sus secciones, diagramacin, etctera, y la fidelidad

    - ~- _.:rrada por sus lectores ofrece un lugar adecuado para este tipo

    _:....:..o:-a deberemos decidir cmo estudiar lo presupuesto, para - ___ :: :e:-temos varios caminos posibles. Uno de ellos, como lecto-

    - :=s;:-ectadores de los medios, consiste simplemente en listar

    41

  • Alejandro Raiter

    qu suponemos que empleamos de lo que ya conocemos para enten-der un mensaje determinado. Claro que este mtodo es muy farragoso y quiz poco objetivo, en el sentido de que, en principio, slo sera vlido para quien lo realiz. La lingstica nos ofrece varios mtodos posibles que parten, claro, de lo dicho, lo presente en el texto. Men-cionaremos aqu slo dos de estos mtodos y aplicaremos, con el va-lor de una pequea muestra, uno solo.

    El primero es el de la determinacin de grados de presuposicionalidad discursiva. Givn plantea que, efectivamente, la oracin bsica, que es la que tiene la forma de oracin declarativa en presente del indicativo de la voz activa, con la estructura argumento -verbo - argumento (sujeto - verbo - objeto) contiene un grado de presu-posicin igual a cero, en el sentido de que, como todo est explcito, el oyente no debe hacer esfuerzos cognitivos extras (entindase: ade-ms de la actividad de otorgar significado a esa oracin) para otorgar un significado. Cada modificacin (transformacin) -cambio de tiem-po verbal, voz pasiva, inversin de orden, subordinacin, etctera-agrega grados de presuposicin, en principio, al menos uno por cada modificacin o transformacin que sufra la oracin bsica. Esa dife-rencia de grado acta como una marca para el esfuerzo cognitivo del oyente. Si en un texto dado seguimos la diferencia en grados de presuposicionalidad, podremos ver en qu momento, cuando el ha-blante combina qu tpicos (principales y/o secundarios) con qu argumentos elige no ser explcito, seleccionar qu no decir, presentar su imagen, etctera.

    El segundo es el que propone la Lingstica Crtica (LC) a partir del anlisis de las transformaciones que sufren las oraciones, es decir, a partir de reponer las emisiones, que los autores de esta lnea llaman bsicas, dentro de los modelos accionales (transactivo- no transactivo) y relacionales (ecuativa y atributiva). En lo que la LC considera la estructura profunda de las emisiones, stas tienen todas alguna de las cuatro formas bsicas; las diferencias que aparecen en las efectiva-mente pronunciadas se deben a transformaciones. Estas transforma-ciones son operaciones ideolgicas -junto con otras como la selec-cin lxica, la clasificacin, etctera- en el sentido de que distorsio-nan o dificultan la percepcin de la realidad por parte del oyente, quien debe recuperar las emisiones bsicas para formar opinin sobre lo recibido. Como esta tarea puede ser muy dificultosa porque el

    42

  • ensaje, presuposicin e ideologa

    ~ - =~.:: la calidad de las transformaciones puede ocultar las bsicas := -. _;: mostrarlas, la percepcin de la realidad se hace imposible y

    ::_ : :::::e debe conformarse con la visin del hablante. Pondremos un _ ~-;:~ . Si tenemos en superficie la emisin:

    :=: auto qued destruido

    ;: 'emos reconstruir la profunda segn el modelo (acciona! y -~:::.-~ivo, en este caso) propuesto, y repondremos:

    Alguien destruy el auto

    _ ero en este caso, esta reposicin sigue ocultando quin fue el -,::::-.-e responsable de la destruccin del auto y nos queda vedado,

    ==--=~ .. ces, qu es lo que sucedi en realidad. =-.as transformaciones son tambin un modo, un recurso lingsti-

    -- .:.~-ponible para una estrategia, de elegir qu decir y qu no decir. -=--.. ::. ej emplo anterior el hipottico emisor, al actuar ese "algo" que

    ~amos ideologa, eligi no presentar, no hacer explcito al sujeto --_:.::::.ado responsable. Nuestro objetivo aqu es mostrar la productivi-~ J.e este mtodo y su utilidad para develar la ideologa del emisor.

    -:-rabajaremos con un pequeo corpus formado por las emisiones :..::. J.iario mbito Financiero -especializado en finanzas- y el suple--.::::-o financiero semanal del diario Pgina 12 -Cash-, del da 23 y

    ~- .:e junio respectivamente en que comentan las ventas de empresas :.:: ;:api talistas argentinos a inversores extranjeros . Nuestro trabajo .: .: :-.s istir en reponer las emisiones bsicas, como dijimos, y compa-~d5 entre ambos peridicos, para seguir con la tarea de contrapunto -.-= abitualmente hacen los representantes de la LC, para demostrar ~~ ;::ontingencia de las transformaciones realizadas en el sentido de __ ..::: a o estn determinadas por la realidad. Trabajaremos con los titu-..2.:~ de pgina y copetes; fundamentamos esta particular seleccin :.::e ills caracterizaciones que realiza van Dijk (1980), en cuanto a sus :;::-~;- edades y funcin dentro de los peridicos.

    43

  • Alejandro Raiter

    2.3.1

    mbito Financiero, en la contratapa, en el extremo superior ofre-ce el siguiente copete:

    El HSBC, nuevo dueo del Roberts, asegur que el banco tendr todos los fondos necesarios para expandirse en el pas.

    Tratemos de reponer las bsicas. Proponemos las siguientes:

    l. El HSBC es un banco. 2. Roberts es el nombre de un banco. 3. Los bancos tienen dueos. 4. Los dueos vendieron el banco Roberts . 5. Los dueos del banco HSBC compraron el banco Roberts a sus dueos. 6. X habla en nombre de los dueos del banco Roberts y del HSBC. 7. X dijo algo. 8. Algo es igual a:

    9. Tendremos ms dinero. 10. Invertiremos ms dinero. 11. Tendremos ms negocios en el pas.

    Continuemos con el ttulo:

    Venimos a ganar por lo menos 20% al ao.

    Para el que proponemos las siguientes bsicas:

    12. Nosotrs (los dueos del HBSC) estbamos en el extranjero. 13. Ahora nosotros invertimos en Argentina. 14. Las ganancias se calculan sobre el capital invertido. 15. Invertimos en la Argentina para ganar en la Argentina el 20% del capital invertido por ao.

    Estas quince proposiciones son necesarias para entender el co-pete y el ttulo. De lo contrario es incomprensible cmo un banco es el nuevo dueo de un banco, cmo un banco puede hablar o asegu-rar algo, cmo un banco puede hacerse ms ancho, largo o alto.

    44

  • Mensaje, presuposicin e ideologa

    ~a podemos entender cmo el sujeto (el responsable de los - -- - est presente en ambas emisiones, pero mientras en la prime-

    est en tercera persona del singular (el HSBC asegur), al ~- e la segunda, al discurso directo, el diario lo representa con

    _ :::- e.sinencial en primera persona del plural (venimos). Tampoco --=-== s entender el venimos si no se nos aclara que antes no estaba

    =- :uaar del acto de enunciacin. Dejemos en claro que estamos :::ado que estas 15 proposiciones son necesarias para entender el

    =-=--=-e el ttulo, no que sean suficientes, como veremos. ::\.e.sumiendo diremos que lo elidido, que nos ha permitido recu--=-==-~ e.ste mtodo de la LC es, entonces, lo siguiente:

    = HSBC y Roberts son nombres de bancos. = . HSBC es un banco extranjero y Roberts es uno nacional. = l. Los bancos tienen dueos. :\ . El banco HSBC no operaba antes en el pas.

    '. Adems del dinero que gast el HSBC para comprar el Roberts, invertirn ms dinero.

    Dijimos ms arriba que no entendemos que las bsicas propuestas ..:_::sen suficientes; en efecto, nosotros tambin suponemos que los lec-:=es conocen el significado de las palabras, las operaciones que un _- -:co realiza, que los bancos existen para ganar dinero, etctera. De ::cos modos queda sin conocer quines son los dueos actuales de los .:..:: bancos, quines lo fueron antes, si el dinero que invertirn es ;:-:::pio, pedirn prestado o recibirn algn tipo de subsidio, etctera; :.::2poco el pas de origen del banco, la nacionalidad de sus dueos, y - =o conjunto no mensurable -con facilidad- de informacin. No - - 2Sideramos esta informacin, slo tuvimos en cuenta la que pudi-- os rescatar con el mtodo expuesto.

    En Cash aparece en la tapa lo siguiente: Primer copete: I FORME ESPECIAL Segundo copete:

    45

  • Alejandro Raiter

    Qu hicieron !os empresarios con el dinero que recaudaron de la venta de sus grupos econmicos a multinacionales.

    Ttulo: Con la plata en la cabeza. Para los que proponemos las siguientes bsicas:

    l. Este suplemento contiene informacin. 2. Esta informacin es llamada especial, por p. 3. Los dueos de empresa son personas llamadas empresarios por p. 4. Los dueos de empresa pueden poseer muchas empresas. 5. Si muchas empresas son propiedad de los mismos empresarios, reciben el nombre de grupo econmico por p. 6. Los empresarios vendieron los grupos econmicos a E. 7. Los empresarios hacen A con el dinero obtenido. 8. E son llamados "multinacionales" por p; son los compradores ~ de grupos econmicos. 9. Pensar es sinnimo de tener en la cabeza. 10. Los empresarios piensan en dinero. 11 . Empresario no es sinnimo de multinacional. 12. Recaudar es sinnimo de obtener.

    Estas doce proposiciones son necesarias para entnder los dos co-petes y el titular. En efecto, no se ha informado previamente de la compra y venta, ni de la consiguiente obtencin de dinero; no existe necesariamente relacin entre empresarios y grupos econmicos, ni entre poseer dinero y deber hacer algo. Sin embargo, nuevamente nos quedan cosas sin saber: cmo los que fueron dueos de varias empre-sas siguen siendo empresarios, quines son multinacionales y por qu hay dos tipos de propietarios de empresa, ni por qu multinacional no se convierte en empresario al comprar grupos econmicos, para p. Notemos tambin que aqu tenemos otra curiosidad: tenemos infor-macin que es totalmente redundante, como informar que el suple-mento contiene informacin -informacin que debe, entonces, ser calificada de algn modo para que la emisin que compone el titular tenga algn sentido- . Lo mismo sucede con la afirmacin de que los empresarios han obtenido dinero por la venta de sus empresas.

    Las proposiciones bsicas que hemos listado son ms fciles de re-cuperar que en el caso de mbito Financiero, y todas son recuperables.

    46

  • ensaje, presuposicin e ideologa

    =-._ -=:-~_es de Givn, tenemos grados ms bajos de presuposicionalidad --=---~: slo tenemos una interrogativa indirecta y una relativa; no -=-.::::~ __ -_,,,: entes inanimados que realizan acciones, no estn borrados los

    :::- -_ =-.as nicas dificultades son problemas de denominacin, de cla-~::.:l, de como p llama a las cosas.

    ?.:;_._-a eguir con el esquema, la LC nos permite recuperar - al re--==- ~as emisiones bsicas- lo siguiente, que est elidido ( obviamen-

    -::: ::;:; ~ -ramos lo redundante):

    =- Los empresarios hacen, necesariamente, X con el dinero.

    - -

    Para concluir, diremos que hemos mostrado que el mtodo pro--; -~.:ro es til para reponer lo elidido; el mtodo provee de un grado =:= objetividad importante que evita, al menos, el deber seguir slo las _:-__ iciones de los hablantes. Tal vez no resulte suficientemente ex-::d -tivo, pero como herramienta es muy til, al tiempo que permite :::..31lejar listas razonablemente breves, sin "agregar" innecesariamente _:-.:ormacin; es decir, es econmico.

    En cuanto al anlisis ideolgico que propusimos al principio, pode-= - decir que la eleccin que realizan los dos diarios que hemos consi-:::erado en cuanto a qu decir y qu callar, qu dar por sobreentendido := --a sabido por los lectores en los ttulos, es diferente. Mientras Pgina

    ~ 2 elige no slo elidir poco, sino incluso ser redundante, y se limita a ::aturalizar que los empresarios realizan acciones con su dinero, mbito ? !nanciero borra la actividad de los nombres propios que utiliza, borra

    ~ - agentes (humanos) y los orgenes nacionales de estos ltimos. Desde ~os presupuestos de la LC, los lectores de Pgina 12 pueden recuperar :nejor la "realidad". mbito Financiero "naturaliza" la actividad empre-saria como independiente de las personas que las dirigen.

    Est claro que no acabamos de hacer un anlisis ideolgico de os dos diarios mencionados, tan slo de la breve seleccin. Slo

    hemos probado que el anlisis de las transformaciones permite ha-erlo, que puede acompaarse con otra herramienta como la deter-

    :ninacin de los grados de presuposicionalidad discursiva, que es e ectivo y econmico.

    47

  • SEGUNDA PARTE

    CRTlCA DEL DlSCURSO DE LAS ClENClAS SOClALES

  • 3.1

    CAPTULO TRES

    HACER HlSTORlA CON HERRAMlENTAS TEXTUALES

    SARA PREZ - ALEJANDRO RAlTER - JuuA ZuLLO

    Analizaremos, desde la lingstica, el trabajo que otras ciencias sociales realizan con el lenguaje en uso cuando lo toman como dato en sus investigaciones. Especficamente repasaremos los problemas que tienen los historiadores al incorporar los textos como objeto de estudio. No nos referimos al anlisis de fuentes de las que pueden deducirse aconteci-mientos y fenmenos del pasado sino al lenguaje en s, como expresin de las creencias y valores que los sujetos histricamente situados han tenido . Cabe aclarar que fuente y texto pueden referir al mismo pro-ducto lingstico, la diferencia reside en la perspectiva que el analista toma para abordarlos. Sostenemos, al menos provisionalmente , que mientras una fuente es tomada como testimonio transparente de algn acontecimiento, sujeto a control de condiciones de verdad, los textos son piezas que se analizan en s, ya que construyen su propio contexto, ms all de su verdad o falsedad . No buscamos imponer mtodos, sino entender qu elementos de la lingstica utilizan -o no- en el momento de encarar esta tarea. Sostenemos que el trabajo interdisciplinario resul-ta indispensable para dar respuesta a los nuevos problemas que la historiografa se plantea al incorporar textos en sus anlisis.

    ul na de las condiciones que permitieron el avance en los estudios cientficos sobre el lenguaje fue su separacin de los estudios de

    la literatura; se comenz entonces a trabajar con el lenguaje en s y

    51

  • Sara Prez - Alejandro Raiter - Julia Zulla

    no slo con las ms importantes manifestaciones estticas que la humanidad haba logrado con su uso. La lingstica (la filologa, la glotologa) abandon los estudios artsticos y comenz a recoger cualquier material lingstico, estuviese o no "elaborado", fuese o no una expresin "superior" de algn pueblo. Podramos decir que en algn momento los estudiosos de la lengua comenzamos a prestar ms atencin al lenguaje oral que al escrito o al cdigo hablado que al lectoescrito, en el sentido de textos que fueron emitidos con el objetivo de la comunicacin sin la bsqueda de algn ideal de be-lleza; esto permiti el nacimiento de la lingstica como disciplina cientfica -o valorativa-. En su momento, esta decisin abri el ca-mino para el "descubrimiento" de las unidades mnimas del lengua-je, y permiti abandonar los modelos gramaticales ya consagrados para crear nuevas teoras, por ejemplo. Podramos trazar un paralelo afirmando que algunos historiadores tambin estn reivindicando -y utilizando- textos o productos lingsticos antes ignorados por poco "representativos" o no "informativos". Afirman algunos, de modo autocrtico, que lo que haba hecho la historia como discipli-na fue construir su propio relato sobre la base de fuentes escritas, consagradas, buscando contenidos a confirmar. Esta afirmacin pue-de parecer tautolgica, si consideramos que la historia es -entre otras cosas- el relato de tiempos pasados y que no existen garantas de contar con informantes (o grabaciones) para lograr testimonios de aquello que pas. De hecho, la distincin historia/prehistoria est referida a la aparicin de la escritura. Quin podra contarle oral-mente al historiador el asesinato de Csar? Debe el historiador con-tentarse con el T tambin, Bruto?

    Sin embargo, no nos estamos refiriendo solamente a la oralidad como manifestacin emprica del lenguaje, sino al problema del ori-gen de los mensajes, al grado de formalidad (supuesta) que se plan-teaba como requisito para aceptar un producto lingstico como fuen-te. Cierta corriente historiogrfica prefiri mantenerse dentro de do-cumentos "cultos" o elaborados , considerados representativos.

    En efecto, esta limitacin a lo escrito como registro indicial del pasado no estaba referida exclusivamente a la imposibilidad de otro acceso: la historia contempornea tampoco recurra a informantes. Adems de utilizar slo fuentes escritas, elega testimonios que hubie-ran sido emitidos originalmente en ese cdigo.

    52

  • Hacer historia con herramientas textuales

    :\unque el historiador contara con documentacin escrita que .::._:: iera recogido de testimonios orales (narraciones, descripciones,

    ;:-~entaciones ante la autoridad, etctera), stos no eran tenidos en __ e::1 ta. Se consideraban ms valiosos o verificables, documentos o -e. arias de vida que contaran con la formalidad y correccin de la - --:i rura, editadas o, al menos, previamente archivadas. En el caso de .::...: oria contempornea, que es el ejemplo ms claro que podemos

    ~ porque algunos protagonistas pueden todava estar vivos, se pri--.:egiaron tradicionalmente fuentes periodsticas, documentos y tes-

    _-:lOnios escritos por personajes "importantes": polticos, embajado-::--::S , ministros y burcratas, diputados o generales -aunque luego de-

    .: ~eran ser confrontados con otras fuentes, porque se supona que es-:~- protagonistas "centrales" de los acontecimientos podan "falsear la erdad"- que deban luego confirmar.

    En realidad, adems de un problema del tipo de fuentes, el vuel-- a la oralidad y a otros registros que llamaremos no oficiales, impor-:6 un cambio en la forma de hacer historia. No slo se buscaban "con-:enidos" a verificar y tomar para elaborar el relato historiogrfico, ~:no tambin entender el texto en su totalidad, poseedor -como es-.::e ms informacin que la que los contenidos aportan. Como no es-;:ecialistas podemos decir que el cambio se dio en dos direcciones: ;:or un lado, comenz un tratamiento diferente de las "fuentes" -pie-:as lingsticas producidas en la poca que era estudiada- que pasa--'an a ser trabajadas como "textos". El tratamiento textual permiti, a .:u turno, no solamente ver los grandes procesos, los de largo plazo, .:ino tambin descubrir otros procesos, locales, no centrales, quiz de ;:orta duracin. Esto despert la curiosidad de algunos estudiosos que i ejaron de hacer solamente la historia de los "triunfadores", para ha-

    ~ er tambin la de "los que perdieron", o al menos la de los que no :Ueron protagonistas centrales de los acontecimientos, de los que nunca ~aban tenido voz en la "historia oficial" y ms tradicional; tambin

    ~os llev a descubrir y analizar hechos y acontecimientos nuevos, por-ue antes pasaban desapercibidos.

    La crtica historiogrfica devino as autocrtica de la disciplina: - cuando los historiadores reflexionaron sobre el hecho de que

    slo haban consultado los testimonios de un conjunto relativamente pequeo de la poblacin, representativos quiz de los eventos centra-es, pero no de los sujetos individuales;

    53

  • Sara Prez - Alejandro Raiter - Julia Zul lo

    - cuando reconocieron que el anlisis de documentos del modo tradicional slo les permita estudiar grandes panoramas poltico so-ciales, como la Revolucin Francesa, pero no brindaban informacin sobre qu pasaba en cada aldea o poblado;

    - cuando convirtieron, como consecuencia de lo anterior, los do-cumentos en textos;

    - cuando concluyeron que la historia de la cultura que haban construido, como por ejemplo la historia de la literatura, era - en muchos casos- la historia de la cultura de las clases acomodadas o dirigentes, no necesariamente la de la mayora de la poblacin y mu-cho menos la de los sectores populares;

    - cuando decidieron darles voz en sus relatos histricos a esos sectores populares, quienes nunca la haban tenido.

    3.2

    Esta revisin terica, adems de haber generado serias discusio-nes epistemolgicas e historiogrficas, trajo como consecuencia la apa-ricin de nuevos mtodos y tcnicas -y la reivindicacin de nuevas "fuentes"- en la investigacin histrica. Una de ellas es la llamada "historia oral", pero tambin hay otras corrientes. Podemos observar que - aun con diferentes metodologas, objetivos y marcos tericos-los estudios de textos comienzan a ser una seria preocupacin para los historiadores.

    Segn J ean Pi erre Wallot (1995), la historia oral consiste en un mtodo de investigacin basado en la grabacin de testimonios orales a tra-vs de entrevistas: uno o varios informadores o informadoras, por separado o en grupo, atestiguan sus experiencias o sus observaciones personales so-bre un tema determinado, sobre su vida o sobre algn acontecimiento.

    Si nos quedamos con esta definicin, podemos llegar a la errada conclusin de que la nica diferencia entre la historiografa tradicio-nal y la h istoria oral consiste en la diferencia establecida por los cana-les en los que la fuente fue originalmente emitida.

    Sin embargo, para otros autores, como Dora Schwarstein, hay un campo de historiadores para quienes la historia oral, antes que una tc-nica es un campo historiogrfico definido por el movimiento internacional de historia oral[ .. . ] La lnea que los identifica es la prdida de la ingenuidad

    54

  • Hacer historia con herramientas textuales

    -: _:-.o wnto del testimonio oral como del discurso histrico y las fuentes ~.eral (Schwarstein, 1995).

    Como vemos, al menos para algunos historiadores, como la res-- ==--'a' le de esta segunda cita, la diferencia consiste en un cambio de - =~:;: in ante el anlisis de las piezas o fuentes, no en la diferencia de

    =-=-~os en la emisin de la fuente; esta diferencia implicar la impar-- -_ ' n a la disciplina de herramientas desarrolladas fuera del campo :.:: .a h istoriografa.

    Podemos observar, en este sentido, que algunos de los autores ~:udiados toman de la lingstica el respeto por la oralidad en parti-_,Jar y por los registros informales en general; los textos en dialectos =.o cultos o populares pudieron ser estudiados con conviccin, por-..,_..:.e los investigadores aceptaron que la variedad en cuestin se trata-:-:;. de un cdigo estable con reglas gramaticales y lxico regulares, tan _;;grimo y vlido como lo emitido por escrito en sociolectos "cultos" ~ ,que "representara" a otros sectores sociales; tomaron tambin del ;-~icoanlisis la revalorizacin de los testimonios orales ( Chartier, 1994) ~ el relato individual.

    Ahora bien, una vez que decidieron ampliar sus fuentes, una vez .J_ue decidieron tomar los importantes avances en anlisis del discurso, :os historiadores comprendieron inmediatamente que . all no termina-can sino que comenzaban los problemas, porque los relatos orales pue-den y deben tomarse, las fuentes pueden ser analizadas como textos, ?ero se debe reconocer que la especificidad del lenguaje como objeto de estudio requiere un mtodo tambin especfico. Por este motivo, los tericos no se limitaron a una ampliacin del campo, de la cantidad o del tipo de las posibles fuentes; en la historia (Chartier, 1994; Ginzburg

    971 , 1976) abandonaron como criterio exclusivo la necesidad de va-:idacin de las fuentes. Los historiadores, en efecto, concluyeron que el rrabajar durante aos con "fuentes" como reflejo del entorno que haba dado lugar a su escritura les haba impedido trabajar la fuente como texto, es decir, no slo como reflejo de "la verdad" o "la realidad" sino como constitutivo de la realidad social que estaban estudiando, "reali-dad" existente en una red textual que le daba valor antes que veracidad. Comenzaron entonces a indagar en la importancia del texto en su con-texto y no slo con la necesidad de verificar su (supuesta) fidelidad a un acontecimiento predeterminado. Verificaron que un texto no se presenta nunca aislado, no constituye jams una pieza nica; siempre

    55

  • Sara Prez - Alejandro Raiter - Julia Zullo

    responde, ampla, refuta o discute con textos anteriores, al tiempo que prev posibles futuras impugnaciones; est, entonces, inmerso en una red de discursos entrelazados y, dentro de esta red, significa como acon-tecimiento puntual frente a todos los otros discursos presentes: no refle-ja simplemente acontecimientos.

    Para esto, los historiadores debieron recurrir a herramientas que tradicionalmente no haban usado, provenientes de la semiologa y la lingstica, para entender el lugar del texto en la red discursiva de su poca, no solamente su significado dentro del relato historiogrfico; los textos "falsos" tambin podan ser representativos de la red.

    El problema que se les planteaba es evidente: el anlisis textual en s mismo es ahistrico. Si bien es obvio que el significado que tuvo un texto, en el momento de su emisin, para sus contemporneos, no es necesariamente el mismo que puede tener aos despus, para otros re-ceptores, los mtodos de anlisis no cambian necesariamente de acuerde con el paso del tiempo. Si bien no es comparable leer o escuchar un texto como discurso poltico para comprender el presente, que leerlo (o escu-charlo) como fuente para comprender el pasado -podemos pensar en Las Catilinarias, de Cicern- en algn momento de anlisis, cuando se lo con-vierte en texto, esta diferencia desaparece: todos los textos - indepen-dientemente de la poca en que han sido emitidos como hechos de habla dentro de eventos comunicativos concretos, independientemente de que reflejen la verdad de los acontecimientos que relatan- tienen macroestructura, microestructura, tpicos, comentarios, presuposiciones, dispositivos enunciativos, etctera, categoras lingsticas que por res-ponder tambin a problemas cognitivos no varan con el paso del tiem-po. Ms tarde, cuando se los convierte en discurso -otra, diferente, pers-pectiva de anlisis, segn nuestra concepcin- se relevarn las condicio-nes de produccin que dieron lugar a su aparicin en una red.

    3.3

    Por este motivo, nos propusimos indagar