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DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. ISMAEL PUERTA FLORES No solamente es la celebración de mis ochenta años de vida los que ustedes honorables y queridas sutoridades universitarias, Rector, Vice-rectores Académicos y Administrativos, Secretario, Decanos y en especial al Dr. Elías Eljuri Decano de mi facultad, Profesores, estudiantes, personeros del servicio administrativo y obrero, han querido hacer surgir como una supervivencia al ser- vicio del Alma Mater, sino la educación en general, que es la gran vertiente que alimenta cuerpo y espíritu del venezolano, espejo que relieva el caminar nuestro por las rutas de la patria, simboli- zando aquella figurilla que se estampa en un diccionario Larousse, lanzando semillas. YO SIEMBRO A TODO VIENTO Siempre lección universitaria, en un bosque semimilenario una consagración de la primavera, para que se vea que el tiempo no derrota sino que el constante florear de los árboles y el igual volar de las espóras hace competir con los cielos el eterno reverbe- rar de la vida. Cuando uno se asienta en esta altura universitaria, el alma se revive y cobra altura auroral que siempre hemos vivido al res- coldo que quema -el aprendizaje de toda aquella dulce pureza que se exprime de la caña universitaria- recuérdese que Pascal llamó al hombre el junco pensante, y es por eso que todos llamamos lo que encierran estas grandes construcciones modernas ya conven- tuales otrora, matrices transformadoras más puras para conducir a los pensantes e injertarles más sensibilidad humana. - 105

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DISCURSO PRONUNCIADO POR ELDR. ISMAEL PUERTA FLORES

No solamente es la celebración de mis ochenta años de vidalos que ustedes honorables y queridas sutoridades universitarias,Rector, Vice-rectores Académicos y Administrativos, Secretario,Decanos y en especial al Dr. Elías Eljuri Decano de mi facultad,Profesores, estudiantes, personeros del servicio administrativo yobrero, han querido hacer surgir como una supervivencia al ser­vicio del Alma Mater, sino la educación en general, que es la granvertiente que alimenta cuerpo y espíritu del venezolano, espejoque relieva el caminar nuestro por las rutas de la patria, simboli­zando aquella figurilla que se estampa en un diccionario Larousse,lanzando semillas.

YO SIEMBRO A TODO VIENTO

Siempre lección universitaria, en un bosque semimilenariouna consagración de la primavera, para que se vea que el tiempono derrota sino que el constante florear de los árboles y el igualvolar de las espóras hace competir con los cielos el eterno reverbe­rar de la vida.

Cuando uno se asienta en esta altura universitaria, el alma serevive y cobra altura auroral que siempre hemos vivido al res­coldo que quema -el aprendizaje de toda aquella dulce pureza quese exprime de la caña universitaria- recuérdese que Pascal llamóal hombre el junco pensante, y es por eso que todos llamamos loque encierran estas grandes construcciones modernas ya conven­tuales otrora, matrices transformadoras más puras para conducir alos pensantes e injertarles más sensibilidad humana.

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Llegamos a este mundo universitario, por caminos que noscondujeron hacia estas metas en las cuales se centra el ordena­miento de la ciencia que perfecciona a los hombres y mujereshasta hacerlos seres que construyen las grandes ideas del progre­so y las llevan a cabo en su mundo circundante; bajo los tópicos ysistemas de acción vital más variados que constituyen el progre­so del espíritu humano.

Así como las madres paren a los hijos y salen modelados portodos aquellos lineamientos encamados en el genes así la Univer­sidad recibe a ellos ya adultos y los prepara aliméntandoles conleche de ciencias para que constituyan la parte de la patria quelleva sobre sus hombres el peso de la vida de la humanidad don­de vive, por ello se llama Alma Mater, que es el tinteo más sono­ro y alegre que se oye por los mundos de la antigüedad científicahasta la modernidad progresista, que a veces deja el espíritu queinventa a las puertas del paraíso o del purgatorio.

Nací el 4 de setiembre de 1910, en pleno cometa Halley es­taba en el vientre de mi madre, en la población de San Sebastiánde los Reyes, del Estado Aragua, antigua ciudad con veinte añosmás de fundación comparada con Caracas. La idea era que éstaestaba muy cerca del mar, ya expuesta a la invasión de piratas, ySan Sebastián podría ser la capital en el futuro, por estar másadentro del territorio. Pero sucedió todo 10 contrario, Caracas si­guió surgiendo como centro de población y de gobierno de la ca­pitanía, y San Sebastián fue matriz de poblaciones muchas de Ve­nezuela, pero siguió siendo pequeña y recoleta llena de historia.

La crisis derivada de la primera guerra mundial trajo con­secuencias para los pueblos agrícolas y para toda la República, yvinieron como siempre las migraciones internas en busca de traba­jo, y mi padre fuese a Barcelona, a trabajar en el ferrocarril de lasMinas de Naricual. Allí senté mis reales de estudiante; terminé laprimaria superior y toda la secundaria en el Colegio Federal. Ténga­se en cuenta que en esa época de 1920, no existían colegios fede-

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rales sino tan solo en las capitales de Estado, uno por lo menos.

Barcelona se adentró en mi corazón. Las grandes sensacio­nes fueron sentidas por mí en mis relaciones amistad y recuer­dos. La Biblioteca del colegio era una de las más notables de laRepública, y llevaba el nombre de Don Joaquín Bottón, porque lahabía regalado dicho ciudadano creo que siendo director del Cole­gio. Siempre busqué datos de este personaje por su sabiduría, sugran cultura, sus idiomas, y solamente hace poco lo encontré quefue uno de la Corte Suprema que condenó a muerte a DionisioCisneros. Toda la cultura universal estaba en aquella biblioteca:desde Biblioteca Americana y Repertorio Americano, editados porAndrés Bello en Londres en 1824, todo Juan Vicente González,Condorcet -Bosquejo del desarrollo del espíritu humano- hasta laRevue des du Mondes y la Revue de Edimburgo; selectos latinosy griegos.

HICE LA SECUNDARIA DE ILUSTRACiÓN V BACHILLERfA

Era hijo de artesanos y de madre hacendosa. Para mí el pa­dre era mi personaje inolvidable en materia de educación. Teníaun talento innato que fortaleció mi crecer. Con toda su pobrezame llevó de viaje a Trinidad para dejarme estudiando bachillera­to, aprendiendo inglés. Pero después había que ir a Londres a se­guir una carrera más larga y las posibilidades eran más que limi­tadas, pero cuando volví a mi ciudad me puso un profesor deinglés que por querer probar que enseñaba se especializó en mí ytodavía aquel inglés callejero y de clase me sirve para pensar enotro idioma.

Me vine a Caracas a empezar estudios de Derecho. Me ins­cribió un querido compañero ya muerto que me prestaba sus li­bros porque era más adelantado en sus estudios. Corría el año 29,me inscribí cuando la apertura de la Universidad por la salida deestudiantes presos, empecé a dar clases en la Escuela de la Lote­ría que tenía en La Torre para los limpiadores, de 7 a 9 p.m.

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Así entré a la vida activa y social. En las estapas placer,trabajo y sufrimiento. Algo así como una mezcla de vitalidad don­de se conjuraban los relieves de infierno, purgatorio y paraíso queDante concilió para marcar la, esencia del hombre que vive lasrutas del mundo, después de hacerlo caer de tan alto. Cuando elamor nos acerca a seres vivos o a cosas abstractas que ejercen unpredominio de previvir o consustanciarse con nuestra estirpe, asíes este río lleno de las claridades que atraen hasta a las libélulas,estamos escogiendo el camino de Emaús, donde se nos presenta­rá algo de todo aquello que había impregnado el espíritu comoprofesión de lo que debíamos ser en el mundo, conscientes o in­conscientes, habíamos concebido un traginar imaginario que nosiría conduciendo a hechos que irían moldeando nuestro ser haciacalvarios sombríos de luz. A vivir aquel mundo venezolano quelimpió nuestros cuerpos de lo que pudiera corromper o anularnuestras intenciones nos lanzamos a buscar los caminos que otrosmás venezolanos habían abierto para que nuestra patria alcanzaraaltura. Y ellos nos señalaron la enciclopedia de grandeza que eraVenezuela y la madre de grandes ideales, nacidas en metas dehombres y mujeres que habían nacido para triunfar. A ellos losseguimos presintiendo el buen camino que nos señalaban para eltriunfo de la vida y para nosotros constituyeron la verdadera ypura historia de Venezuela, la que le daría significación y glori­ficación en la historia del mundo. Como tierra apta para la sabi­duría y la ciencia, para las cosas que hacen eterna a quienes lastiene en la pinoteca que recoge los hechos de la vida, en esa ga­lería plutarquiana, que nació con el simple título empequeñecidode Pequeña Venecia. Tierra del Dorado, o más femenil de Tierrade Gracia; o de mayor rotundéz: Venezuela.

De allí viene ese impulso vital de seguir un camino, que nosabemos si tiene espinas, flores, frutos: si en ella vive una hu­manidad que hace reverdecer la vida o agotar el espíritu. Que nosaparta en gran parte donde solo sobrevive la sequedad espiritualde Bergson o el humo paradisíaco solo se eleva para entornarnuestros cuerpos entre árboles frutales o vamos a correr por loscírculos mortales donde se pierde toda esperanza. Pero una vez

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que corre por nuestra sangre juvenil los deseos que creemos hacenperdonables nuestras ansias de poder, nada paraliza los nerviospara hacemos creer que esas rutas no nos llevan a mundos de­seados que harán la delicia de los otoños a la Huizinga. Y así es laenseñanza de las ciencias, de las artes puras que sinceran nues­tras almas junto a las multitudes.

Salimos de las manos primarias que nos llenaron de gara­batos las sensaciones adolescentes para enseñarnos como se lla­ma el mundo hermoso que han creado los dioses. Recuerdo a DonLuis Alvarado en Cagua que hizo que pronunciara las palabrascon el dulce de los milagros adolescentes y hacía de las letras laarquitectura de las divinas palabras con que Cervantes escribiósignificativamente, con la misma galanura que a su monta lo vi­no a llamar Rocinante, nombre a su parecer alto, sonoro, y signi­ficativo. Me viene Don Luis al recuerdo porque nos enseña aescribir en forma perfilada las letras; nos endulzaba los oídos consu flauta llena siempre de sonidos melodiosos y porque creo queallí! paso pocos años por primera vez Arturo Uslar Pietri, en sustambién primeras sensaciones, quien me dijo después cuando fueMinistro de Educación, que uno de los primeros actos fue poner­le una pensión a su viejo maestro.

y nos fuimos a Barcelona porque la economía rural ya se en­tronizaba en nuestras tierras centrales. Después de diez años enaquellas tierras quemantes del carbón, entre rieles de ferrocarril,fabricación de cocke, aguas dulces y de mar, madrigales de tunasy cardones, libros y poemas de amor, nos graduamos en bachiller­ato y una mañana tomamos el Van Resseler, que nos volvió creci­dos a la sultana avileña, que nos recibió tarde la noche envueltosen frios y neblina cambiando de Parroquias, vigentes como es­tampillas fiscales, viviendo intensamente la vida citadina, comoestudiantes. profesionales y funcionario público. Nos hicimos co­participes de esta vida caraqueña con la intensidad de amor quedeben ser objeto de delicia las cosas nacidas para triunfar. Unconvento estrellado abriendo sus puertas para oir el rumor de laslecciones de sabiduría de nuestros hombres letrados que nos enseña-

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ron la dulce ciencia del derecho que espiga paz a los espíritus ymantiene la conveniencia entre los humanos. Con paciente pensarque vivíamos en una patria que estaba blanca de miedo, se hizoduro el corazón para atravesar aquella selva oscura en el casi me­dio camino de la vida. Hicimos de estudiante, trabajador e ideólogo.Estudiamos y luchamos al mismo tiempo. Representamos en nuestromedio lo que sintió el joven Sacha: cuando sufre el alma de ungran pueblo todos los espíritus están agitados y las almas purasvan al sacrificio.

No podemos arrancar de nuestra alma, espíritu, carne, cuer­po, territorio para el eterno caminar, mar para nuestra urca quealetea sobre sus ondas, a ésta Universidad, siempre viviente comosol de esplandor, como luz de galaxia en su cielo venezolano, quetrae sones y canciones de otros mundos para que se realicen enlos oídos nuestros, corno ciencia pura y nueva corno la entrevió elojo y el corazón crítico de Vico, como nos acerca al corazón enfilosofía Bergsoniana, de Casirrer o Heidegger, con profundidaddel nacer de la parte oscura del alma, venida de Charcot y Freud,revuelto en el mar tempetuoso que Marx quiso que los proleta­rios caminaran sin hundirse para que se multiplicaran los panes ylos peces; y cada generación nacional dio un prototipo de enseñan­za y de cultura que fue suficiente para el venezolano, en estapropia tierra que había dado como fruto de paraíso las mentesagitadas de la independencia y que incurrió en una guerra, sijusta, porque sembró paz y concordia en un continente que el granBolívar preparó para una auténtica confederación americana.

Si casi nuestra vida total vivió entre las sombras y clarida­des de años consumidos entre el recibir su leche generosa y nues­tro dar servicio público; si vengo a cobrar mi pensionado es paraencontrar siempre la muchachada que corno nosotros vino a ama­mantarse en la ubre llena de vida; y ese encuentro vivifica nues­tra alma; ver a viejos compañeros que vienen igual que yo; o a ex­alumnos que concurren presurosos a cumplir sus lecciones; y con­templamos todavía las chatas edificaciones que fueron una vezresidencias animadas de mujeres y hombres, nacionales y extranje-

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ros, donde celebramos navidades o despedidas de año, con ani­mación igual a sus casas dejadas para vivie en ellas.

COMO LLEGAMOS AL PROFESORADO

Cada río hace su vertiente para acercarse al mar que es elmorir. Cada ciencia es caudal de agua purísima buscado por lamente para ser bautizada y sea luz que alumbra al entendimientopara la capacidad de pensar. Tuve el privilegio de contar con elsustento del cuerpo con un sueldo pequeño en un centro de luces,la Biblioteca Nacional, que me sirvió para el acervo de la inteli­gencia. Todo lo creado por la mente no me fue extraño, desde laInstauratio Magna de Bacón hasta Pío Gil. Los tres años que pa­sé en ella fue de aprendizaje y rebeldía. Cuando murió Gómezpasé de oficial al Ministerio de Instrucción, con Rómulo Gallegosde Ministro, en una casona en donde después construyeron elBanco Nacional de Descuento y hoy funciona la Cancillería. Deallí pasé a una construcción por detrás .de la vieja Universidad,que pareció Unidad Sanitaria con el Dr. Alberto Smith como Mi­nistro. Yo les servía de Secretario en las audiencias. Este AlbertoSmith me cogió mucho cariño. Un día llamaba a Augusto Mija­res el Director de Secundaria y en mi presencia le dijo: Augustonombra al Br. Puerta profesor de psicología en el Andrés Bello.Pero si yo nunca he dado una clase respondí; Augusto nómbralo apartir de hoy, 1936.

Así entré al grupo de profesores del viejo edificio de San Lá­zaro regentando la cátedra de psicología. Empezaban los cursosmixtos: Recuerdo que cuando di la primera lección en forma deconferencia, lo menos pedagógica en la forma, sentí un murmu­llo en el final del amplio salón. Dije entre mí hasta hoy soy pro­fesor; pero, inrnediatamete actué psicológicamente y pregunté quepasaba allá. Me contestaron cuatro estudiantes: varones y hem­bras. Aquí profesor le hemos hecho una caricatura. Entonces com­prendí que tenía perdida la partida. Pero de inmediato les dije:acérquense y traíganme esa caricatura. Se pararon muy correc­tamente se dirigieron al podium en donde se dictaban las clases.

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Tomé la caricatura: en cartón estaba yo parado, con el brazo enalto, estilo mitin, muy bien pintado. Y debajo estaba escrito enletras y en admirativo: jER JOVEN PLATON!

Me sonreí y les dije: me parece de muy buen tono esta ca­ricatura que la mandaré a empastar como carátula del texto nue­vo de Psicología de ABEL REY, como un recuerdo grato: aplau­sos de todos los estudiantes, y desde ese día proseguí mis clasescon plena aceptación de los alumnos, seguí en el Ministerio hastaque fué nombrado allí el Dr. Rafael Ernesto López. Fué un Mi­nistro técnico. Transformó el Despacho del Conde en plenitud.Trajo la toga que inauguré en mi grado. Fuí retirado del Minis­terio porque en la oposición le gané la elección al Gobierno.

Entre clases y conferencias me fui preparando para el pro­fesorado. Clases además en el Católico Alemán; en el instituto deComercio Santos Michelena y luego entré en la política, militan­te, siendo Concejal y Presidente del Concejo Municipal del Dis­trito Federal. El Dr. Pizani que daba en la Universidad Princi­pios Generales del Derecho pidió un permiso de medio ano paraviajar creo a Europa. Y el Concejo de la Escuela de Derecho meencargó provisionalmente de esta dificíl cátedra. La dí en el últi­mo semestre y salí muy bien en esta prueba.

Luego entré como profesor en la cátedra Derecho Público enla Facultad de Economía e Historia de la Economía Venezolana.en la Facultad de Humanidades. cátedra que había fundado concarácter adhorem un afio antes.

Sesenta años he convivido con esta Universidad Central. Supo­neos el cúmulo de emociones que se han concentrado para darimpulso vital a este dinamo corporal, las relaciones de intimidadhumana que han enlazado mi cabeza pensante con el genio de losotros seres que han sido mis condiscipulos y profesores. Desde elviejo bedel del chino, hasta el no menos de Pifia, el administra­dor, hasta los viejos rectores y demás directivos, como Rodrí­guez Rivero, Castillo. Caracciolo y los viejos profesores, Páez,

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Hernández Ron, Urbaneja, Morales, Juan José Mendoza; en cuan­to a la ciencia que quería profesar; y los de Medicina, Ingeniería,Farmacia, Humanidades; todos hoy muertos pero no para el re­cuerdo, que nos dieron vida de ciencia y sociología para la sa­biduría del vivir.

En tres se definían las emociones que se acumulaban parahacer sentir la vida caraqueña: trabajar, luchar y estudiar. Tuvi­mos que buscar la minería para extraer del tesauro de la vida ve­nezolana los granos de oro, el carbón o el hierro para ostentar elarmazón anímico que nos tenía reservado aquello que Maquiave­10 llamó la fortuna que unida a la voluntad constituyen el destinodel hombre.

En mi vida se hizo próspera en lo medio baldío de mis mo­dos de vida. En medio de la oscuridad de nuestra primera épocageneracional creí que cuando un historiador empezaba su discur­so diciendo: Fortuna feliz la de esta generación se refería a la oca­sión que se presentaba a nuestro vivir, entonar cantos a la liber­tad como Pío Tamayo al cantarle a la reina de los estudiantes de­cía que la libertad era su novia, y por ella murió. Y creía que es­tudiando y luchando habría sol caldeado para animar a las almasdormidas en el sopor de la tristeza y la animación de la alegría. Ycorríamos la suerte que se jugaba en la tierra de patria en esta to­da tierra del sol amada. Cuando haya el tiempo acendrado el cal­do de las uvas, daremos nuestro fructificado en la parcela de nuestrovivir venezolano.

No pude graduarme en la época cuando finalicé mis estu­dios porque circunstancias singulares me llevaron al camino de lapolítica militante. Cuando vine a hacerlo dos años después ya eracifra del PDN y Presidente del Concejo Municipal. Lo hice enaquel otro Paraninfo, a la sombra de Santo Tomás; con un discur­so reververante de sangre política y ante una concurrencia par­tidista a la que debería corresponder con las palabras que sirvie­ran de derrotero de nuestras ensoñaciones progresistas, que fue­ran prototipo de lo qua había jurado antes en el Nuevo Circo,

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cuando me eligieron Concejal, siguiendo el pensamiento de Bolí-var: estabamos ausentes del Universo; eramos . 1 .. . ,sImp es consumI-dores; o el otro: ~IVlT en A~érica. es un tormento. y me entreguéa .la par ~on pasión a la VIda umversítaría. Empecé con ardor aejercer rm profesorado. Y ejercí a la vez la profesión de servidorpúblico y profesor de derecho público. y por el mismo caminollegamos al Tepuy de nuestra Arnazonía imaginaria. y aquel Con­cejo nos inyectó la misma sabiduría para manejar la política has­ta hoy; salvar la vida constitucional en la que creíamos que era laúltima dialéctica para componer el discurso de la vida; es útil yprovechoso hacer resaltar junto a la mía; las figuras más altiso­nantes y puras de dos compafleros en esta ruta universitaria y aquienes se le debe un recuerdo que no perecerá: Julio de Armas yHéctor Hemández Carabaflo. Defendimos con nuestras vidas la delos estudiantes; a mí se me llamó en una etapa el cuarto delegadoestudiantil. Por siempre defensa aún en sus problemas estudian­tiles. El primero siempre tuvo consagrado a la universidad hastasu muerte y el otro fue además el hombre defensor de la integri­dad del 23 de enero por su enérgica intervención personal. Honora sus nombres.

Doce afias de vida administrativa en nuestra propia universi­dad que nos había titulado de doctor de Ciencias Políticas; tresveces Secretario, tres Vicerrector, Decano de Economía; veinteafias de representante principal de esta Universidad en el Concejode Economía Nacional; diez afias llevados en el Concejo de Fo­mento y en el Congreso defendía su Ley de Universidades. Del 58en adelante colaboré en la nueva Ley de Universidades cuya todasu filosofía fue obra de la mente augusta de Maíz Vallenilla; co­laboré siempre como Viceministro de Educación en la apertura dela Universidad del Zulia; y con mi compaflero Edgar Sanabriaimpulsé con la nueva creación de la Universidad de Carabobo, enla cual fuí profesor cuando solo figuraba la Escuela de CienciasPolíticas Miguel José Sanz.

Perdonadme si cuando hablo de todo esto pareciera que desta­co lo mío; no: es una universalidad de sensaciones que anima to-

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do cuerpo social, y de hombres y mujeres que llevaron toda suanimación y sapiencia a hacer de nuestra Alma Mater el distingode la vida nacional, la bandera que siempre han seguido las ge­neraciones que entran y salen por sus puertas vacunadas de ac­ción, pureza de intenciones y con la canción de una nueva vidaque nos parece inalcanzable y es lo que nos impulsa el proyec­tamos siempre hacia adelante con el lema de la Pandora goethi­ana; PARCIAL HA DE SER TODO HOMBRE ACTIVO.

Fuí contra el cupo y el Reglamento de Repitientes a fondo.Pero así como vemos correr por nuestras calles abandono y de­sidia, se levantan las pirámides del progreso, que van dándole alpaís una fisonomía de identidad con la universidad y de cuadrodigno para una selecta pinacoteca que van penetrando en sus au­las no toda la juventud que lucha contra destinos contrariados; yal fin salen de ellas para llevar conocimientos y sapiencia, agri­cultura para todas las siembras, y van a hacer sobresalir en elestrellato de los grandes hechos, el nombre de lo venezolano co­mo raíz de raza que se extiende por el territorio nacional y ento­na su abecedario en los otros pueblos de la tierra. Yo soy de losoptimates y entona su abecedario en los otros pueblos de la tierra.Yo soy de los optimates del optimismo desde las torres univer­sitarias he visto transitar juventudes llenas de riqueza y pobrezacon el libro de estudios variados como banderas de batallas cier­tas; si solamente yo he firmado más de 15 mil títulos de aptitudprofesional, como se deslizan para el ejercicio de la vida todosaquellos jovenes que son los adelantados de las universidades pa­ra la prosperidad y el encumbramiento cientifico. Se pierde algo yse gana mucho. Soy optimista de lo que será nuestra patria cuan­do la dejemos para siempre: pero sigamos pensamientos comoestos: no basta dar pasos que nos conduzcan a la meta, sino quecada paso, debe ser una meta sin dejar de ser paso (Goethe),(Shakespeare) el arco esta tenso evitad la saeta.

y es tan grande el sentimiento de amor y pedagogía que mesiento alumno al recibir la venera que simboliza la vida de aquelcompañero escogido por mí, junto con nuestro amigo Espíritu

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Santos Mendoza, para que aquel gran Maestre de la cultura cientí­fica venezolana, Julio de Armas 10 designara Presidente de laComisión Universitaria, quien trajo toda esta vida activa, masiva,democrática y de perenne productividad, que hemos gozado du­rante estos casi cuarenta últimos aftoso

Cómo se presenta en la perspectiva histórica, que no cambiani el recuerdo, las edificaciones que han sido asiento de una par­te de nuestra vida, y por las cuales siempre damos razón de ser ynos llamamos universitarios, y que han constituido la Universi­dad Central de Venezuela, colonial, republicana y democrática.

La emoción lírica de estos versos cincela y ha calado estalumínica aventura del alma faústica que siempre se ha irradiadocon luces que no se apagan, en las generaciones pasadas y ac­tuales, y que en cada época fueron rocíos que mantuvieron vivo elverdor de las eras, y que algunas veces mientras más encendidasfueron apagadas.

VIEJA UNIVERSIDAD

a Blás Pérez Ferráz(Condiscipulo)

Viejo Claustro sencilloalma de otra alma más profunda,esquila que apacienta las ovejasperenne fuente.

Cuerpo que se remoza a cada instantecolor mutable formando siempre iris,árbol donde se insertan las orquídeasabono fecundan te.

Plectro de las canciones medievalessombra de lo pasado y de lo incierto,paloma de la paz hecha ternura

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clara mañana.

Calor de trueno en tonel de carneefluvio de la suerte y de la muerte,canción en boca reventando en rosapulpa de la esperanza.

LA UNIVERSIDAD MODERNIZADA

LAS POMAS DE LA UNIVERSIDAD

Para J.J. González Gorrondonaen recuerdo de nuestros días de estudiante

Viniendo de la puerta, gótica por su estiloen el segundo patio de la Universidadllenando de milagros la cosecha del añoenrojece los suelos la carne de las pomas.

Qué mano rectoral enterró la semillaen medio de esta plaza que anuncia geometríapor el cerco cuadrado, por la estatua pedestre,para darnos la carne deliciosa del yambo.

¿Sería algún bedel, escudero del claustroque la trajo escondida cerca del corazón,sin saber que tomaba sangre buena y ardientede la fruta adorante para la comunión?

Desde allí creció el árbol en bella simetría,haciéndole la parábola a los rojos techadosy en todos los julios riega su sinfonía,del verde de sus hojas y el rojo de sus pulpas.

Santa Rosa fue el claustro de los viejos titanes,alma-mater del hombre de la nacionalidad;su nombre fue cambiado en la aurora del siglopor el solo y augusto de la Universidad

Santa Rosa cambiada en místico desvelopor el árbol que lleva parte del gentilicio;Santa poma de Rosa podría llamarse ahora

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porque es santa, es poma y es rosa esta Universidad.

Siempre te llevaremos como algo que no muereparalelo a la vida será para nosotros,árbol que se desgaja cual pelícano fieropara darle su sangre a los hijos hambrientos.

CIUDAD UNIVERSITARIA

A mis hijos

Se abandona el almaen nuevo vientre de piedraporque no hay buhos grisescon certeros ojos de miedo.

Los árboles moverán sus cabezas,y pensarán en flores, perfumes y frutos,nos darán sus dulces vendimiasy los parques serán recorridos por gritosque trincan a las estrellas y a las muchachas;y el hijo que venga amará estos árbolesescribirá en las corazas sus citas amorosasy hasta que las cimbras vestustas del paisajeenvuelven su crepúsculo en una tarde criolla,las mariposas se asustarán en la áspera músicade las chicharras anunciando próximos inviernos.

Sefiores:

No olvidar que tenemos un papel que representar en la vidade las naciones, que nos viene de antiguo, de la vívida historia denuestros progenitores. Los que hicieron que América toda existeen Nación.

Hay que modelar el pueblo lider que haga representar a Ve­nezuela el papel que sus habitantes le han dado en la historiaamericana; la que hizo que América existiera en nación; tenemos

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el derecho ineludible que nuestro país sea la corriente vivifica­dora de una geopolítica de dominio ideal, pero de consonanciasregladas, para la armonía de una existencia dominadora dentro dela paz afianzadora de pensamientos, dentro de la actividad que seaguerra a la pobreza, a la incultura, el poder vivir con la capaci­dad creadora que la educación da muestras en todas partes de lacoherencia del sentir humano.

Una vez Víctor Hugo en un pequeño libro de poemas LESFEUILLES D' AUTOMNE escogió como epígrafe estos dos versosque simbolizan para nosotros lo que he querido expresar hoy:

Oh primavera i gioventu del l'anno!Oh gioventu jprimavera de la vital

y sería otra lección de pedagogía y perennidad que la Uni­versidad celebre anualmente actos como el presente, para exaltara aquellos hombres y mujeres que han hecho del gran partido desu vida la insignia del vivir, batallar y estudiar.

AMIGOS MIOS DIVIDID MI LAUREL EN MIL LAURELES

Muy agradecido.

Paraninfo de laCiudad UniversitariaCaracas, 14 de marzo de 1991

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