discurso género y disposición hacia diferencia. estudio explor en jóvenes universitarios de cd de...

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Última Década Centro de Investigación y Difusión Poblacional de Achupallas [email protected] ISSN (Versión impresa): 0717-4691 CHILE 2007 Cynthia Pech Salvador / Marta Rizo García / Vivian Romeu Aldaya DISCURSO SOBRE EL GENERO Y DISPOSICIÓN HACIA LA DIFERENCIA. ESTUDIO EXPLORATORIO EN JÓVENES UNIVERSITARIOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO Última Década, julio, número 026 Centro de Investigación y Difusión Poblacional de Achupallas Viña del Mar, Chile pp. 81-102 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México http://redalyc.uaemex.mx

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Es un artículo de la Revista Última Década N°26, cuyo tema es: Discurso de género y disposición hacia la diferencia. Estudio exploratorio en jóvenes universitarios de la Cd de México

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ltima DcadaCentro de Investigacin y Difusin Poblacional de [email protected] ISSN (Versin impresa): 0717-4691CHILE 2007 Cynthia Pech Salvador / Marta Rizo Garca / Vivian Romeu AldayaDISCURSO SOBRE EL GENERO Y DISPOSICIN HACIA LA DIFERENCIA. ESTUDIO EXPLORATORIO EN JVENES UNIVERSITARIOS DE LA CIUDAD DE MXICO ltima Dcada, julio, nmero 026 Centro de Investigacin y Difusin Poblacional de Achupallas Via del Mar, Chile pp. 81-102 Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y PortugalUniversidad Autnoma del Estado de Mxicohttp://redalyc.uaemex.mx ULTIMA DCADA N26, CIDPA VALPARASO, JULIO 2007, PP. 81-102. DISCURSO SOBRE EL GENERO Y DISPOSICION HACIA LA DIFERENCIA. Estudio exploratorio en jvenes universitarios de la Ciudad de Mxico CYNTHIA PECH SALVADOR*MARTA RIZO GARCA* VIVIAN ROMEU ALDAYA* RESUMEN Estetrabajopresentaunanlisisdeldiscursosobrelosestereotiposrealese ideales que acerca del gnero construyen los jvenes universitarios del D. F. La investigacin se inserta dentro de un estudio mayor sobre el anlisis de las competenciasinterculturalesendichossujetos.Apartirdelarealizacinde historias de vida y grupos de discusin, se analizar la presencia de estereoti-posdegneroeneldiscursodelosjvenesconelobjetivodedeterminar hastaqupuntodichosestereotiposfacilitanuobstaculizanladisposicin hacialadiferencia.Estonospermitiracercarnosaunconceptodegnero comofronterainterna,esdecir,comoespaciodenegociaciny/oconflicto paralasrelacionesentregneros;lasquepuedenserentendidascomorela-cionesinterculturales.Losresultadosquesepresentansontentativosyse basan en la aplicacin de cuatro historias de vida y dos grupos de discusin. Nosepretendegeneralizarlos,sinomsbienabrirbrechasdereflexiny anlisis posteriores. PALABRAS CLAVE: GNERO, DISCURSO, FRONTERAS INTERNAS, COMUNICACIN INTERCULTURAL

* ProfesorasinvestigadorasdelaAcademiadeComunicacinyCultura, Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico, Mxico. E-Mail: [email protected]; [email protected]; [email protected]. Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 82 RESUMO DISCURSO SOBRE GNERO E DISPOSIO PARA A DIFERENA.Estudo exploratrio com jovens universitrios da Cidade do Mxico Este trabalho apresenta uma anlise do discurso sobre os esteretipos reais e ideais de gnero construdas por jovens universitrios do D. F. A pesquisa se insere em um estudo mais amplo sobre a anlise das competncias intercultu-rais de tais sujeitos. A partir de histrias de vida e grupos de discusso, ser analisada a presena de esteretipos de gnero no discurso dos jovens com o objetivo de determinar at que ponto tais esteretipos facilitam ou dificultam adisposioparaadiferena.Istopermitiraaproximaodeumconceito de gnero, ou seja, como espao de negociao e/ou conflito para as relaes entregneros,quepodemserentendidascomorelaesinterculturais.Os resultadosapresentadossotentativosesebaseiamnaaplicaodequatro histriasdevidaedosgruposdediscusso.Nose pretende generaliz-los, mas sim abrir brechas para reflexo e anlises posteriores. PALAVRAS CHAVE: GNERO, DISCURSO, FRONTEIRAS INTERNAS, COMUNICAO INTERCULTURAL ABSTRACT DISCOURSE OVER THE GENDER AND DISPOSITION TOWARDS THE DIFFERENCE. Exploratory study on university students in Mxico City This work presents an anlisis of the discourse over real and ideal stereotypes created by young students of the D. F. related to gender. The investigation is placedamongabiggerstudyregardingtheanalysisoftheintercultural competencesinthesesubjects.Startingontherealizationoflifestoriesand argumentalgroups,thepresenceofgenderstereotypeswillbeanalysed amongyoungpeoplediscouseinordertoappointhowfar those stereotypes helporimpedethedispositiontowardsthedifference.Thiswillhelpusto reachagenderconceptasinternalboundary,thisis,asanegotiationspece and/or conflict of the realition between genders, which can be understood as interculturalrelations.Theresultsaretentativeandarebasedinthe applicationoffourlifestoriesandtwogroupsofdiscussion.Generalization is not intended, rather to open reflexive currents and subsequent analysis. KEY WORDS: GENDER, DISCOURSE, INTERNAL BOUNDARIES, INTERCULTURAL COMMUNICATION Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 83 1.PRESENTACIN LOSESTUDIOSSOBRELAS relaciones interculturales han soslayado en sumayoraelconflictoentrelosgneroscomotpicodesusinvesti-gaciones,aunqueexistenalgunaslneasdeinvestigacinenlasuni-versidadessudamericanasquedancuentadeesteimportanterubro, tanto desde el punto de vista de los estudios de gnero (y ms all de la diatriba de corte terico-social entre hombres y mujeres) como des-de el punto de vista de los estudios sobre interculturalidad.Anosotrasnosinteresaenparticularelestudiorelacionaldeg-nero entre hombres y mujeres, la perspectiva comparativa y dialgica entreellos,ysobretodoladimensindearticulacin,depuenteque, desdeeldiscurso,puedaserobjetivada.Esdecir,noabordaremosel tema de gnero desde la clsica postura de la denuncia, sino que inten-taremosestudiarlasformasqueadquiereeldiscursodelosjvenes universitariosdelaUniversidadAutnomadelaCiudaddeMxico sobrelasrelacionesdegnero,conelfindeubicarydescribirlas competenciasinterculturalesdegneroquepermitenonolainterac-cin entre hombres y mujeres, a partir de la descripcin de los estereo-tipos presentes en el discurso de estos sujetos. Elconflictoentregnerosesunproblemasocialemergenteque debe ser abordado desde diversas aristas para poder pulir sus posibles soluciones en la infinidad de mbitos en los que se da. Por ello resulta necesario consolidar vetas de investigacin emprica que sin desdear los esfuerzos y logros que en el campo de lo terico han rendido frutos a lo largo de ya casi medio siglo, nutran el vasto suelo de esta discu-sin tan necesaria. Nuestro trabajo se enfoca en la indagacin sobre de los estereoti-pos reales e ideales que acerca del gnero construyen los jvenes uni-versitariosdelD.F.,conelobjetivodedeterminarhastaqupunto dichosestereotiposfacilitanuobstaculizanladisposicinhaciala diferencia. Esto nos permitir acercarnos al concepto de gnero como fronterainterna,esdecir,comoespaciodenegociaciny/oconflicto paralasrelacionesentregneros,mismasquepuedenserentendidas como relaciones interculturales.1

1Esta investigacin se inserta dentro de un estudio mayor sobre el anli-sis de las competencias interculturales en jvenes universitarios residen-tes en el Distrito Federal. Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 84 Lo anterior da cuenta de una perspectiva conceptual que contem-plaladimensinobjetivaysubjetivade la realidad social: la primera sepuedeconcebirapartirdelosclivajesocondicionesestructurales, tangiblesdelossujetos(clase,gnero,edad,religinytodalagama de capitales propuesta por Bourdieu); la segunda se aborda a partir del conceptodehabitus,hbitoyrepresentacionessimblicas,quenos permitenaproximarnosalointangible,yporlotantoalconjuntode disposiciones en torno a las cuales se puede o no articular una comu-nicacin intercultural eficaz.Losmbitosconsideradosparaelanlisissonlasrelacionesin-terpersonales,enlasqueentrantantorelacionesfamiliaresyrelacio-nes afectivas de tipo amical y/o amoroso; las relaciones al interior del espacio educativo, y por ltimo, el mbito de lo social donde tienen su origeny/oconsolidacinelconjuntodecreenciasquesustentanlos estereotipos de gnero.Losresultadosquesepresentansontentativosysebasanenla aplicacin de cuatro historias de vida y tres grupos de discusin. No se pretendegeneralizarlosresultados,sinomsbienabrirbrechasde reflexin y anlisis posteriores. 2.GNERO E INTERCULTURALIDAD Parahablardecompetenciasinterculturalesentrelosgnerossehace necesariorecurrirprimeramenteadefinirquesinterculturalidady cmo se relaciona con los estudios de gnero. Para nosotros, la inter-culturalidad es disposicin; pasa por ser ante todo actitud, aunque estaactitudnodebeconfundirseconvoluntarismoniconlibertadde eleccin a fuerzas.En la actitud estn contenidas tanto habilidades como competen-cias que son desplegadas en una situacin de interaccin concreta. Es porelloquelainterculturalidadesnecesariamentecomunicacinin-tercultural;es la puesta en marcha de un sinfn de mecanismos y dis-posicionesquehacenqueunosyotrosdialoguen.Elestudiodela comunicacininterculturalpretendedescribirydefinirjustamente esas posibilidades de dilogo, en el entendido no slo de que el dilo-goesposiblecuandoexistenysereconocenlas diferencias, sino que slo es enriquecedor cuando stas se explicitan y respetan.Entrminosdegnero,esbiensabidoqueladistincindela construccinsocialentrehombresymujerespasanosloporla diferenciabiolgicaconstitutiva,sinoporelcuerpodesignificadosy Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 85 creenciasquealolargodeltiemposehantejidoasualrededor.El gnero como categora cultural construida en las lindes de una comu-nidadsocioculturaldelsentido,puedeserpensadocomounconflicto intercultural si tenemos en cuenta dos aspectos. El primero, aquel que entiende la diferencia entre los gneros como una categora que permi-teagruparaunconjuntodecreencias,accionesycomportamientos diferentesentreellos.Elsegundo,comoelqueapartirdelhechode quelasrelacionesdegneroestnmarcadasporuncomplejoentra-mado de significaciones culturales, donde un gnero posee, cultural y simblicamentehablando,desventajascompetitivasrespectoalotro- permitearticularunarelacindetensin,generalmenteconflictiva, que franquea la entrada a la interaccin entre ellos desde una perspec-tiva asimtrica y por consecuencia desigual.Al decir de Martnez y Bonilla (2000), el gnero no est en la di-ferencia sexual, que a final de cuentas se sostiene sobre una diferencia biolgica, el gnero se halla en los factores psicosociales que afectan y atraviesandichadiferencia.Porello,indagarsobreelgneroimplica necesariamente otear el horizonte de la intersubjetividad y las normas socialesmedianteunarevisindetalladadelahistoria,tantosocial como individual, y la pluralidad de acontecimientos y normativas que lo atraviesan significndola, y significando con ello tambin al propio accidente sexual (la posesin de un cuerpo sexuado) en un sujeto con-creto. Losestereotiposconlosquehansidoacuadosambosgneros, tantoelmasculinocomoelfemenino,descansanenlabasedelas competenciasinterculturalesquehemosdefinidocomocompetencias interculturales de gnero, entendiendo por stas un complejo tejido de significaciones que se gestan desde el nacimiento y que es en lo que se sostieneenmuchasocasionesloquesomosparanosotrosmismosy para los dems. A travs del lenguaje los estereotipos cobran vida y se convierten en cosas objetivadas, reales, verdaderas; y es justamente esta conversin lo que permite que se objetive como realidad algo que no pasa de ser mera construccin.Como objetivacin legitimada de la realidad, entonces, el lengua-je no slo es lo que da crdito sobre la existencia, sino que es la exis-tencia misma. De ah que lo que se pretenda en este trabajo sea, por un lado,vislumbrarmediantelosavataresdeldiscursolamaneraenque losestereotiposdegnerovivenysonvividosenyporindividuos concretos,particularmenteenalgunosestudiantesdelaUniversidad AutnomadelaCiudaddeMxico,apartirdelasrepresentaciones Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 86 mentales que tienen incorporadas estos individuos, as como el cuerpo de creencias socioculturales e histricas que las sostienen- y, por otro, describir y explicar cmo afecta todo esto a las relaciones entre muje-res y hombres. Loanteriordefineunespacioclaroparaindagareneltipode competenciasqueseponenenjuegoenunainteraccin,tantocomo losfactoresydispositivosquelapermiteny/oladificultan.Sitene-mos en cuenta que la interaccin entre los gneros se realiza en condi-ciones asimtricas y con capitales desnivelados entre las partes, no nos esdifciladmitirlapresenciadembitosdeconflictoaunquesin excluirlosdeconvergenciaqueobstaculizanlainstauracindeun clima armnico y saludable, ms all de los factores polticos y socia-les en juego.La cultura, al ser una zona porosa donde tanto el conflicto como eldilogocohabitan,nosbrindauncampodecultivofrtildesdeel quesepuedeobservareldesplieguedeloquehemosdenominado fronterasinternas,quenosonmsquelapuestaenescenadeun complejo entramado de mecanismos y significados de autopercepcin y heteropercepcin que perviven, en tanto nos constituyen, en las sub-jetividades individuales y en los sentidos de vida colectivos y compar-tidos. 3.SUBJETIVIDAD VS. ESTEREOTIPOS Apartirdelospuntalesconceptualesanterioresqueconformanel marco terico de esta investigacin, nuestro trabajo se propone anali-zarlasdisposicionesqueamaneradecompetenciasdesplieganlos sujetosinvestigadosapartirdelosestereotiposyrepresentaciones simblicascontenidoseneluniversodesentidoqueconstituyesu subjetividad y objetivados en los discursos que los sujetos construyen sobre s mismos, individualmente y como parte de un grupo. Para ello, hemosderemitirnosdemanerageneralalconceptodesubjetividad propuestoporSchtz,ydeformamsparticularalosconceptosde tipificacin,adecuacineinadecuacinformuladosporBergery Luckmann. La subjetividad es entendida por Schtz como una mirada propia que se gesta a partir de una mirada comn; es una mirada que se cons-truyeautorreflexivamente,peroqueinvocatambinsequierao noaunmundodesentidocompartido.Lamenteindividualyla historia,lamemoriacolectivayelpresentesonlosdepsitosideales Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 87 desmbolos,mitosynarracionesquenosconstituyenynoshacen actuar. Mediante ellos, tienen lugar los procesos de autopercepcin, de autoconciencia,yaquellosquebrindanelcaldodecultivonecesario paraconstruirelsentidodepertenencia,mismosquesongestadosa partirdelossentidosyprocesosquemodelanlanocindelsujeto como un Yo, y que no estn ni pueden estar desvinculados de la cons-tanterelacinqueestableceesteYoconel/losOtro/s,entantose constituye en la propia experiencia de vida que tiene lugar en el mbi-to de lo social. Partiendojustamentedeesembitodelosocial,elconceptode tipificacin permitir explicar la manera en que se formaliza (tipifica) medianteunaseriedeprocesosmsomenos arbitrarios, pero al mis-mo tiempo histrica y socialmente legitimados, un universo simblico particular.SegnBergeryLuckmann,latipificacineslarespuesta del hombre al caos y al sin sentido: tipificar es pues, ordenar, clasifi-car,jerarquizar,asociarysistematizardeterminadosactosyactitudes segn un principio de objetivacin que precisamente otorga el lengua-je. Por ello, si la realidad social se construye a travs del lenguaje, el discurso es, como dira Foucault, el orden de las cosas. Bajo ese principio elemental de lo que es y no es, de lo que debe seryloqueno,seinstituyenprocedimientosdeajustes,desajustesy solidificaciones;todosellossonpartedeldinamismoinherenteala vidasocialcomunitaria,peroinherente,tambin,alordenimprescin-dibledelavidahumana,delaexplicacindelascosas,delorigeny destino de los hombres. Esasquesurgeloadecuadoyloinadecuadoenunaperenney necesariatensinparagarantizarelorden.Yabienloexplicaban BergeryLuckmann:lasinadecuacionessonnocionesdesajustadas quetardeotempranosesaturanydanpasonuevamentealatipifica-cin y al orden, hasta que una nueva inadecuacin sacude a lo adecua-do de su trono, evidenciando el desorden, y evidenciando con l tam-bin la necesidad de nuevo ordenamiento. Si llevamos todo lo anterior al tema de los estereotipos de gnero, podemosdarnoscuentaquelosestereotipossontipificacionessocio-culturalesqueestnsometidasentantoseusanenelmbitoso-cialtantoaajustescomoadesajustes,peroquecumplenconsu funcindeordenamientoyclasificacindeluniversosimblicohere-dado. Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 88 4. FRONTERAS INTERNAS Y ESE GRAN YO COMPARTIDO QUE LLAMAMOS REPOSITORIOS En la dinmica social, como bien lo explica Schtz, el sujeto compar-te su existencia, pero tambin comparte sus experiencias de vida, las reales y las simblicas, hace de ellas mundos posibles que constituyen yconformanelsentidointersubjetivodelahistoria,deloquesevive, ascomolamaneraylossignificadosquetieneparaunacomunidad humana y para un sujeto particular la experiencia vivida o imaginada. Mientrasestoconstituyeelrepositoriodeexperienciasysignifi-cacionescompartidas,cadasujetoconstruyeapartirdeellas,elsuyo propio, de modo que estos ltimos, por ms que se quiera, no pueden construirsealmargendelosprimeros.Lafronteraesmarcadaenton-cesporeselmiteimprecisodondeconvergendealgunamaneralo comn y lo individual, la praxis social y la de vida, entendiendo por la primera la prctica generada en la interaccin obligada y necesaria con el entorno y en tanto tal, intersubjetiva, y por la segunda, la expe-rienciadevidapropiadelsujeto,esdecir,lasformasespecficascon lasquecadaquienviveyexperimentadichasrelaciones.Esobvio, pues,quesetratadeunazonadifusa,peromedularpara la compren-sindelossignificadosdevidaquetienenlossujetos,tantosison individuos como si son miembros de un grupo.El concepto de frontera incluye, ms all de su dimensin fsica, espacial,unadimensinsimblica,imaginaria,quealdecirdeJorge Gonzlez, una vez traspasada, reordena la totalidad de las dimensio-nes de la vida: el tiempo, el espacio, los comportamientos, los deseos, losmismsimossueosdetodostanqueridos,conlosfantasmasde todos tan temidos (Gonzlez, 1997:1). Esta concepcin de la frontera vaacompaada de cambios simblicos, de modificaciones de los sig-nosysentidosatribuidosalopropioyloajenoque,sindejardeser propio, ya no nos pertenece. Desde este enfoque cultural, la frontera se erige como algo cam-biante,movible,permeable;deahquelasidentidadesyrepresenta-ciones que se ponen en juego en las fronteras culturales den cuenta de procesosproducidosyre-producidos,significadosyre-significados, en el sentido que son producto de las relaciones con los otros, con lo diferente. Este carcter poroso de la frontera nos acerca al concepto de frentecultural,propuestoporJorgeA.Gonzlez(1987)apartirde losmarcosinterpretativosdeautorescomoRobertFossaert(1977), PierreBourdieu(1980;1990;1999)yAlbertoCirese(1976,1986, Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 89 1992), entre otros. Se trata de una zona fronteriza, porosa, mvil, entre grupos social y culturalmente diferentes, pero al mismo tiempo de un frentedebatalla,arenadeluchasentrecontendientesconrecursosy contingentes desiguales. Dejar de ver a la frontera como un lmite meramente geogrfico, territorial, implica construir nuevos marcos interpretativos que permi-tan delinear nuevas formas de comprender el fenmeno de lo fronteri-zo.Lostrabajossobrelosdenominadosclivajespresentanunapro-puestaparaentendercmolascategorasestructuralessearticulan comofactoresestructurantesperonodeltododeterminantesde las identidades.Elconceptodeclivajeslotomamosdelostrabajosqueeneste sentido han desarrollado Briones y Siffredi (1989), quienes consideran a la clase, la raza, la etnia, la religin, el sexo, la edad y dems facto-res estructurales y estructurantes de la identidad como construcciones socialesquesearticulanapartirdeunadinmicadeagregaciny desagregacin.Unodeestosfactoreseslalengua,yconstituyetam-bin,juntoconlasanteriores,condicindematerialidad,esdecir, objetiva, tangible, que puede palparse ntidamente como elemento eje de las identidades, conformando a partir de ella el universo de sentido dondeseposicionanlosterritoriosdeyo,delnosotrosydeloajeno. Nuevamente,elconceptodefronteraconvergeconlaidentidad.De hecho el concepto de frontera cultural parte de esta misma considera-cin: no puede hablarse de una identidad si no se tiene identificada la alteridad u otredad; es decir, para que exista tal identidad deben estar identificadaslasfronterasconlootro,conloquenoesigualauno mismo o al endogrupo. Estosclivajesocondicionesestructuralestambinconstituyenla experienciadelsujetoyparticipanactivamenteenladimensinsim-blicadesuexperiencia,estoes,ensuapropiacinderepresentacio-neseimaginariosespecficos.Nosetratadeveralosclivajescomo determinantes,peronopodemosobviarlaimportanciadetalesfacto-resenlaconstruccindedisposicionesparalaaccin,valoraciny percepcin por parte de los sujetos. Los clivajes y el habitus, por ello, funcionaran a modo de plataforma desde la cual se generan los senti-dosdelmundo,desdedondelossujetosactan,secomportan,pien-san, sienten, significan y se relacionan. Hablar de frontera interna, por lo tanto, implica considerar que en elprocesodeinteraccinsocialseproduceunaespeciedealto,es decir,unadetencindelacomunicacin,queseveimpedida,oal Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 90 menosobstaculizada,porlasdiferenciasexplcitasentrelosinterac-tuantes. Esto no significa que las fronteras necesariamente tengan que servistascomoobstculosparalacomunicacin,sinomsbienaqu ponemos el acento en esta doble dimensin de las fronteras culturales: sucarcterfacilitadordelencuentrointercultural,porunlado,ysu carcter inevitablemente ligado con la obstaculizacin de dichas inter-acciones, por el otro; de ah nuestro objetivo. a)Gnero, discurso y fronteras internas Partimosdelaconcepcinfrancesadeldiscurso (Pecheux, 1978; Ro-bin, 1972) que lo concibe como toda prctica enunciativa considera-daenfuncindesuscondicionessocialesdeproduccin,queson fundamentalmente condiciones institucionales, ideolgico-culturales e histrico coyunturales, y en tanto tal podemos colegir que el discurso sobreelgnero,independientementedelasargumentacionesindivi-dualesysubjetivasquepuedancomponerlo,esundiscursoquese extiende a una red social compartida. En esto influye la concepcin misma del gnero, como ya descri-bimos, como construccin social legitimada; por ello el discurso sobre elgneroresultaserunaaproximacinideolgicaarticuladaque-comobiendijeraThompsonapropsitodelanlisisdeldiscurso-no solamente se circunscribe a una prctica social e histricamente situa-da, sino tambin a unas estructuras lingsticas que articulan y estruc-turanelsentidomismodelaideologay,enestecasoespecfico,el sentidoqueadquiereeldiscursosobreelgnerodesdeposiciones ideolgicas concretas. Es as como hablar de discurso y especialmente de discurso ar-gumentativo que es el que nos interesa nos coloca en la indagacin sobrelaformaenqueseutilizanyarticulan,conunsentidolgico-discursivo,dichosenunciadosentres,msqueenlaindagacinde lossignificadosdeaquellosenunciados,tpicosopalabrasquenos puedanconducirainferirelsignificadoqueadquiereelgneroylas relaciones entre gneros en los sujetos investigados.Considerandoportantoque,comodiceAustin,producirun enunciadonoessimplementeunaformadedescribiry/oexplicarlo que se dice o hace, sino que es ante todo un modo de actuar, una ma-neradeconducirseenyconducirunasituacindeinteraccinsocial, noesdesdeableenfatizarelpapeldeldiscursoenlasprcticasde relacin e interrelacin entre los gneros. Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 91 Comodecamosenprrafosprecedenteslacomunicacinesac-cin; ocurre en el terreno de la interaccin, y lo que se pone en juego en dicho terreno no son slo significados, sino tambin los actos mis-mos del habla que a la manera de gramticas de accin nos ofrecen un panoramadelasposicionessocialese ideolgicas que ocupan los ac-tores en tal interaccin. Tantoalinteriordelossignificadoscomoalinteriordelasgra-mticas,semuevenlasredeslingsticasqueconformanjustamente nuestra manera de ver el mundo y de vivir en l; las que estn condi-cionadasporlaexperienciadecadasujeto,perosimultneamente tambin por la red simblica donde este sujeto en tanto forma parte de un ncleo social dado, de un gnero especfico, de una generacin concreta,deuntiempohistricoparticular,etc.seidentifica,se asumeoseproblematiza.Esaqudondeentranajugarlasfronteras internas,justocomoesaszonasporosasquefuncionansibiencomo facilitadores de una interaccin, tambin como elementos obstaculiza-dores de la misma. Dentrodelasfronterasinternasconcebimostantolaposesin comolaconstruccindecompetenciasinterculturalesqueserndes-critasenestetrabajoapartirdelanlisisdeldiscursoargumentativo que acerca del gnero recrean los estudiantes de la Universidad Aut-noma de la Ciudad de Mxico.

5.UN APUNTE SOBRE LA ESTRATEGIA METODOLGICA Loanteriorhacepatentelanecesidaddesometeraevaluacineldis-curso acerca del gnero presentes en las proposiciones de los jvenes universitariosdelaUniversidadAutnomadelaCiudaddeMxico, por medio del anlisis de dos de las operaciones discursivas propues-tasporGrize.Setratanespecficamentedelaoperacinconstitutiva deobjetos(tpicosysubtpicos)ydelaoperacindeproyeccin valorativa. Laoperacinconstitutivadeobjetosserefierealtipotpicosy subtpicos que de manera relacionada son enunciados como tema, en este caso el gnero. La operacin de proyeccin valorativa, en cambio y aunque muy vinculada a la primera, se ocupa de los enunciados evaluativos presentes en el discurso sobre el tema en cuestin. Atravsdelabordajeempricodeestasdosoperacionespreten-demos descubrir no slo de qu habla un discurso concreto, sino cu-lessonsusfortalezaseinconsistencias,ydeestamanerapodremos Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 92 determinarqutantoyenqumbitoslascompetenciasintercultura-les de gnero son puestas o no por parte de los sujetos investigados, en funcin de una interaccin armnica entre gneros. Loanteriornosdarlaposibilidadtambindeconsiderarlain-fluenciadelaideologaenlosdiscursossobreelgnero,lacualser tratada a partir de la indagacin sobre los estereotipos que para unos y otros sujetos constituyen los marcos desde donde, al menos en princi-pio, se relacionan entre s. Abordarlosdiscursossobrelosestereotiposrealeseidealesque estos sujetos construyen acerca del gnero, requiere de una metodolo-ga fundamentalmente cualitativa. Para objetivar los discursos y obte-ner un corpus emprico de anlisis se emplearon dos tcnicas de inves-tigacin: la historia de vida y el grupo de discusin. La primera permi-tiaccederaldiscursoindividual,alasrepresentacionesmentales individualesquelossujetosestudiadosconstruyeneincorporancon respectoalgnero.Lasegundatcnica,losgruposdediscusin,per-miti un acercamiento al discurso colectivo, a las representaciones que los jvenes estudiados, como parte de un grupo, construyen e incorpo-ran en torno al gnero en sus mltiples dimensiones.Peseatratarsededostcnicasdiferenciadas,enamboscasosse puso nfasis en ciertos aspectos: la autopercepcin y heteropercepcin de gnero, las experiencias positivas o negativas en interacciones congnerosdistintosenmbitoscomoelespacioeducativo,elespa-cio afectivo y el espacio pblico.En el caso de la historia de vida, se parti de la exploracin de las tresetapasprincipalesdevida:infancia,adolescenciaymomentoac-tual.Entodasellas,seplanteantpicosentornoalosaspectosnom-bradosenelapartadoanterior.Porsuparte,elgrupodediscusinse aplicapartirde un detonador muy general (Cmo perciben actual-mentelasdiferenciasdegneroenlasociedadmexicana?),yposte-riormentesecontemplarontpicosalternoscomoelpropioconcepto de gnero, la autopercepcin como grupo (aqu hay que sealar que se realizaron tres grupos, uno de mujeres, uno de hombres y uno mixto), lasexperienciasinterculturalesde gnero y la percepcin de la igual-dad/desigualdad de gnero en la ciudad de Mxico en la actualidad. 6.RESULTADOS Con base en las investigaciones de campo realizadas, podemos obser-var que los principales tpicos abordados fueron los siguientes. Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 93 En el caso de las historias de vida a mujeres: roles de gnero, cir-cunscritosinvariablementealaslaboresdomsticas,lamaternidady las relaciones afectivas en el mbito familiar y amical. Dentro de estos rolesdegnero,lasdosmujeresentrevistadasvincularonsusrolesal aspectofsico-biolgico,yalmbitodelamoda,losestereotiposde belleza femenina y el deber ser mujer. Cabe destacar que ambas mujeres viven su feminidad de mane-ra diferente, pues mientras para una ser mujer es ante todo, una postu-radeladiferenciabasadaenelidealdeserfeliz(laselibertadde decisinanteloseventosdelavidacotidiana);paralaotrasermujer sereducealpapeldelamujerencuantoatareasdomsticascomo lavar, planchar, atender al marido y a los hijos. Esto conlleva a la dife-renciacin de los sentidos de vida que adquiere el hecho de ser mujer para cada una de nuestras sujetas, percibindose una en relacin neta-mentedesigualconrespectoaloshombres,einclusoconrespectoa lasotrasmujeres;ylaotrapercibindose,apesardelasdiferencias biolgicasquereconoceinnegablesentrehombresymujeres,como igual en el amplio sentido de la palabra. Resulta interesante tambin resaltar el rol que ocupan las figuras femeninasenambasentrevistadas,sobretodoenloreferentealare-produccin de patrones de conducta femeninas. Esto es mucho ms concienteenunadelasentrevistadasqueenlaotra.Ambas,noobs-tante, refieren la carga que contrae la posesin de un cuerpo femenino, aunquesloenunadeellasestacargafuevividaapartirdevarias experiencias de abuso sexual por parte de compaeros de la escuela y de profesores. Encuantoalashistoriasdevidaaplicadasalosentrevistados hombres podemos sealar que el detonante temtico no parece incum-birlos directamente, puesto que de manera inmediata el tema es vincu-ladoporambosaladesigualdadfemenina.Ambossepercibencomo individuosabiertosymodernos,respetuososdelasmujeresy otorganalafigurafemeninadelamadreunpapelprimordialensus vidas. Uno de los entrevistados refiere a este papel concretamente el rol delaproteccinmaterna,mientraselotrolovinculaconlasensibili-dad femenina y la posibilidad de entablar un dilogo franco y abierto. Paraellos,esassonlasfuentesdeladiferencia,aunquereconocen ambosladinmicadedesigualdadqueanexiste,peroalnoreferir que forman parte de esa desigualdad, se sustraen con ello a la respon-sabilidad de cambiarla o combatirla. Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 94 Referente a los grupos de discusin, los temas fueron ms debati-dos y las opiniones menos generalizadas. Grupo de discusin femenino: entre los tpicos ms abordados y recurrentes en este grupo se encuentran: los roles de gnero (referidos alastareasdomsticasyaloscomportamientosestereotipadamente femeninos),alamaternidadcomopartetambindeesosroles,pero tambincomodiferenciasustancialprivilegiadaentrehombresymu-jeres.Delamismamanera,lasmujeresseautopercibencomosensi-bles y esta actitud la vinculan fundamentalmente con la funcin de la procreacin. Noobstante,pudimosencontrarunaposturacrticaencuantoal reconocimiento por las mismas mujeres del rol que juegan las madres enlareproduccindeestereotiposypatronesdeconductasexistasy discriminatorioshaciaellasmismas.Eltema de los roles nuevamente vuelveaaparecerentrminosdemodosdevidaqueafectantanto los mbitos privados como los mbitos pblicos. Respecto a este ltimo punto es importante sealar que si bien las mujeres reconocen la desigualdad en mbitos privados y pblicos; son losprimeroslosquemsparecenpreocuparles.Unodelostpicos vinculadosalaposibilidadefectivadecambiodeconductasaparece referido justamente al papel de la familia (y concretamente a la estruc-tura parental) en la educacin informal que reciben, lo que reconocen estrechamente vinculado a las ataduras afectivas de los lazos parenta-lesyfamiliaresengeneral,queimpidenuobstaculizanseriamentela posibilidad de romper con dichas ataduras. Enestostrminos,lasmujeressepercibencomounageneracin sobrelaquepesalaresponsabilidaddelcambioypuedenotarsela voluntadexpresaparahacerlo.Enestavoluntaddecambio,refieren, hajugadounpapeldeterminantesuingresoalauniversidad,donde perciben un ambiente ms libre, justo y equitativo. Sin embargo, aun-quenoselamentanporello,argumentanquejustamenteestecambio de formas de pensar que vinculan, insistimos, muy estrechamente, a su ingresoenlauniversidad(ampliacindecapitalcognitivo,perotam-bin de capital social), les trae problemas a la hora de generar interac-ciones equitativas tanto en el hogar familiar, como en las relaciones de pareja y en el mbito laboral. Ellas, entonces, se perciben como inteli-gentesysegurasyello,dicen,resultaunpeligroparaestablecer relaciones amorosas y de tipo amical, por lo que les genera conflicto. Enestesentido,lasolucinalconflictolacifranentresdimen-siones:i)ladimensin tica basada en la igualdad (aunque entienden Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 95 sudiferencia,stasloestcircunscrita,segnlasinformantesalas-pecto fsico, pero no perciben que esa diferencia fsica pueda impedir-les actuar y pensar diferente a los hombres), ii) la dimensin afectiva, estrechamente vinculada a la aceptacin que reclaman para s mismas y a la justicia en el trato en trminos de igualdad, y por ltimo iii) a la dimensinpolticaenlaqueexpresanla solucin a partir de sus pro-pias experiencias de vida en trminos de educacin formal e informal. Encuantoasisesientenpertenecientesalgrupodelasmujeres, stas refirieron que el hecho de tener que convivir necesariamente con loshombres,lashaceserpartenoslodelgrupomujeres,sinodel grupohumanoengeneral.Estoresultainteresantepuestoque,alme-nos a nivel de discurso, las mujeres dicen no conformar endogrupos. En trminos generales podemos decir que desde el inicio, el tema de gnero fue articulado mediante la auto y la heteropercepcin de las sujetas, aspecto ste que no se evidencia en los grupos de discusin de hombres. Lo anterior implica que las mujeres hablan tanto de los hom-brescomodesmismascuandosehabladegnero;mientrasquelos hombressevinculanconeltemadesdeposturasdeheteropercepcin (referidaalasmujeres);refirindoseraravez a s mismos, y cuando lo hacen lo relacionan con un autoconcepto positivo circunscrito a su pro-pia autopercepcin como hombres no machistas y abiertos. En este sentido, resalta que, a pesar de lo anterior, los hombres se autopercibancomocabrones,sobretodoenelmbitodelasrela-cionesafectivasdetipoamorosasyenlasrelacionesfamiliares(con madre y hermanas). Esto genera una de las grandes fisuras del discur-somasculino,percibidasporlasmujeresenelgrupodediscusin mixtoyreferidaverbalmentecomolaigualdadparaustedes,est slo en el discurso. No obstante, los hombres reconocieron de inmediato la raz hist-rica,polticaysocioculturaldeladesigualdadyenconsecuenciadel machismo; y se identificaron con lo difcil que puede resultar ser mu-jer.Esto,segndijeron,losabenporlashistoriascotidianasqueles cuentan sus amigas mujeres. En cuanto a las redes amicales de los hombres, a diferencia de las delasmujeresquemanifestaronsonmsdiversas,aflorundetalle interesante:slosehabl,apesardeloextensoqueresultsereste tema, de la integracin de las mujeres a las redes de amigos hombres y noalrevs.Estopudieratenerquever,segnellosmismosexpresa-ron,conlosmodosdevidadelasmujeres,circunscritosahorariosy deberes tanto concretos como simblicos que ellas tienen y ellos no. Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 96 Por ello, inferimos que los hombres se autoperciben como un en-dogrupo,loqueplantea,comoyadijimosconanterioridad,unadife-renciasustancialenlaformacinydisposicinalaconstruccinde redessocialesentregneros.Pesatambin,anuestrojuicio,elhecho de que la percepcin de la diferencia de gnero es vista por los hom-bres desde una primera y rpida aproximacin a partir de la diferencia fsico-biolgica,mismaqueesvinculadaestrechamenteconelfactor esttico.Esdecir,paraloshombrescuandosehabladediferenciade gnero, primero se habla de diferencia sexual, y este aspecto adquiere un matiz interesante en tanto es el nico grupo de todos los entrevista-dos donde esto sobresale. Esenestesentidoqueperciben(puestoqueellosloasocianas) queapesardequereconozcanladesigualdadfemeninaenmbitos privadosypblicos,muchasveceslasmujeres(yserefierenconcre-tamenteaamigasoparejas)abusandeloshombresyaquetomando como pretexto su debilidad (atributo que no dan por supuesto, sino por hecho) asumen un rol de mantenidas y/o pagadas. Estapercepcinnegativahacialasmujereslasdesvaloriza,al menoseneldiscurso,yellosmismoslasitancomounacausalde conflicto entre hombres y mujeres. En consecuencia, al preguntrseles sobre la posible solucin a este problema, los sujetos se refirieron a la cooperacinentreambaspartes,alestablecimientodeunarelacin respetuosayalpapeldelaeducacinformalenelprocesodetrans-formacin de dichas relaciones. Nuevamente aqu, vuelve a aparecer el papel de la universidad en latransformacindelosmodosdepensarydeactuardelossujetos, papelquesegnlosinformantesseremitealopositivo,aunque aparece citado con menos frecuencia de lo que aparece en el grupo de las mujeres. Los hombres reconocen, aunque no se asumen como eje-cutores,queenelmbitofamiliaresdonderesideestemalderaz, responsabilizando a las madres y a las hermanas de construir la estruc-turadesupropiadiscriminacin.Ellassedejan,dicen,yconesa expresin, se desvinculan de su responsabilidad, haciendo referencia a ella,unasolavezyparaexpresarlaimposibilidadquetienenellos como hombres de cambiar esas cosas, pues sienten que la sociedad se las impone. Es notorio observar que en las pocas ocasiones en que los sujetos hombres hablan de s mismos con respecto a su actuacin en las rela-cionesdegnero,stosreconocenlaexistenciadeestructurassocio-culturales e histricas que los superan, y que son construidas alrededor Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 97 deldebersermasculino,porloqueargumentannopuedenhacer otracosa.Aunqueeneldiscursonofueexplicitada,pensamosque los hombres se preocupan por las relaciones de gnero a nivel indivi-dual y desean un cambio en este plano, pero ellos sienten que no son capaces de hacerlo solos. De la misma manera que las mujeres refirieron expresamente sen-tir temor a ser criticadas por ejercer su poder de decisin y su volun-tad,loshombresaunquesinhacerloexplcitoeneldiscursolas relaciones de gnero a nivel individual temen decepcionar y decep-cionarse ante los dems si no siguen el patrn de su deber ser. Enestedebersermasculinoqueellosnombrancomoroldel patrn, juega un papel importante en trminos de conflicto la adqui-sicin mayor, con respecto al hombre, de capital econmico por parte delamujer.Estoellosloentiendencomounpeligroparalarelacin con el hombre, sobre todo en mbitos privados (lase relacin de pare-ja). Consideran que la mujer aunque gane ms que el hombre no debe de tomar el puesto del hombre, dicho as: no deben tomar el puesto del patrn de la casa. En este aspecto se percibe una desvalorizacin en el rol femenino. Lasmujeressonpercibidasporlossujetoscomointeligentes, aunqueelnicombitoreferidoparaellofueelmbitoescolar.No queda claro si es que slo la inteligencia para estos sujetos reside en la construccindeconocimientosformalesoslopercibenlainteligen-cia femenina en estos mbitos. Encuantoalgrupodediscusinmixto,cadaunodelostpicos abordados y descritos con anterioridad, fueron adquiriendo determina-cin,demaneraqueladiscusinsecentrdesdeelmismomomento en que fue dado el detonador a partir de la diferencia fsico-biolgica entre las mujeres y los hombres. Slo para uno de los sujetos hombres, estadiferenciafueabordadamediante el uso de argumentos pseudos-cientficos,quedabanalamujerelestatusdedbileinferiorfsica-mente, pero tambin sensible y dadora de vida. Si bien el resto de los sujetos hombres no apoyaron esta idea ex-presamente, slo las mujeres expresaron su inconformidad, arguyendo queaunqueeraciertoqueerandiferentes,esadiferencianopoda entenderse como un impedimento. Ambos sujetos reconocieron la raz histrica, social y cultural de la desigualdad y la discriminacin hacia la mujer, y en esta coyuntura aparece por primera vez con fuerza el tema del homosexualismo como partedelconflictoentregneros.Es de destacar que este tema apare-Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 98 citambinenelgrupodediscusinfemenina,perosinmayoresre-sortes argumentativos. En este grupo se responsabiliza tambin, tanto por parte de hom-bres como de mujeres, a la familia y a la escuela (hasta nivel prepara-toria)enelfomentoderelacionesdegneroconflictivasatravsdel reforzamiento de conductas y estereotipos sexistas, haciendo un nfa-sis aparte en la universidad como mbito de apertura y motor de cam-bio en el conflicto. Esimportantesealarqueelmachismotemaalqueinvaria-blementederivaeltpicoesvinculadoporloshombres,ensuma-yora,conelactodepegar,maltrataryreprimirrelacionndolofun-damentalmenteconelaspectofsico,externoy/ovisible,peronunca conelaspectopsicolgicodelmaltrato;aunquenoexplcitamente, este factor s es sealado por las mujeres cuando reclaman aceptacin ytratojustocomopartedelasolucindelconflictoentregneros; solucinenlaquereconocenquejueganunpapeldeterminantee igualmenteresponsable,tantolosactoresmujerescomolosactores hombres,apreciacinenquelasmujerespresentanmayorsentido autocrtico. El tema de la libertad, vinculado a la desigualdad, es tocado fun-damentalmente por las mujeres en el siguiente orden: libertad de usar laropaquequieran,libertadlaboralylibertadsexualcomoltimo aspecto.Noobstante,esteltimodetonanteaparecesiemprevincula-do,tantoenlashistoriasdevidacomoenelgrupodediscusinde mujeres con la voluntad de eleccin de las propias decisiones. Tanto las mujeres como los hombres, perciben que el cambio en las relaciones entre gneros forma parte de un cambio en las relaciones entre hombresymujeresanivelglobal,einclusodeotroscambiostambin comolospolticosylostecnolgicos,aunquecircunscribenelmayor peso del conflicto en las relaciones de pareja y las relaciones familiares. Porltimo,estegrupoabordeltemadelosrolesyeldeber ser, debate que gir en torno al deber ser femenino slo expresado por las mujeres. Los hombres no se refirieron al tema de su deber ser masculino (slo puede inferirse alguna informacin cuando hablaron delascondicionantesestructuralesqueellosnopodanobviarcomo permitir que les quitaran el lugar de la casa), tampoco se refirieron al deber ser femenino. Lasmujeres,porsuparte,consideraronquesudeberserfeme-ninoestvinculadoconlossiguientesaspectosyenesteorden:ser madres, ser esposas y ser felices (lase, tomar sus propias decisiones). Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 99 7. MUCHAS INTERROGANTES Y POCAS RESPUESTAS CLARAS: APROXIMACIN TENTATIVA A LAS CONCLUSIONES Comopuedeapreciarse,elconflictodegneroespercibidoporlas mujeres como un conflicto donde ambas partes cargan sus respectivas responsabilidades,aunqueenlassolucionespropuestasellasnose percibancentralmentecomoactoresconfuerza,sinomsbiencomo vctimas. No obstante lo anterior, resaltan su participacin como acto-res y artfices del cambio bsicamente desde el mbito de la educacin informal, es decir, desde sus funciones de madres en la crianza de sus hijos. Esta articulacin (la maternidad) nos permite explicar con clari-dadelhechodequelasmujeresconcibancomosudeberseren primer lugar su rol materno.Loshombres,encambio,entiendenelconflictodegnerocomo unproblemaqueseenfocafundamentalmenteenlasmujeresynose percibencomopartedel;sinembargo,reconocenlanecesidadde llevar a cabo transformaciones y ajustes para solucionarlo. Para ellos, este cambio aparece vinculado de manera ms evidente con los mbi-tosdelaeducacin(tantoformalcomoinformal)yconelmbitode las instituciones y las polticas pblicas. Por lo general, podemos concluir que los sujetos investigados no tienenunaclaraconcienciadequelaresolucindelconflictoentre gnerostienequegestarsedesdeunaconcepcindelaequidadyno desdelaigualdad.Aunqueenalgunasocasiones,lasmujereshablan de equidad, el discurso se relaciona ms con los supuestos de la igual-dad que con los de la equidad; en el caso de los hombres slo se men-cionayconpocafrecuencialapalabraigualdadyningunavez equidad.Esto nos lleva a reflexionar sobre el hecho de que las compe-tencias interculturales de gnero funcionan bsicamente en ambos gne-rosalniveldeldiscurso,peronoenlaprctica,aunquereconocemos cierta conciencia autocrtica en el grupo de las mujeres lo que resulta un buen indicador para la interaccin armnica entre mujeres y hombres.Lo anterior, da cuenta especfica de cmo son apropiados y cons-truidoslosestereotiposdegneroencadaunodelosgruposinvesti-gados,loquenospermiteidentificarnoslolossentidostipificados (adecuadoseinadecuados)encuantoaltemaquenosocupa,sinola maneraenqueestossentidosperfilanelcambio,loselementosque fungencomoobstaculizadoresyfacilitadoresenlasrelacionesentre gneros, as como las zonas simblicas de superposicin y los mbitos en las que se dan y se desea se den.Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 100 Apartirde la sntesis grfica del apartado anterior, se puede ob-servarqueexisteunatipificacininadecuadagestadaporelconflicto entrelosgneros,conflictoquetantohombrescomomujeres recono-cenatraviesadosesferasfundamentalesdelavidahumanaycotidia-na: las relaciones familiares y las relaciones afectivas, particularmente las de pareja. Esta inadecuacin precisa de un nuevo reordenamiento, es decir, de la instauracin de una nueva tipificacin: la armona entre gneros.Paraello,debetransformarseelactualestadodelasrelacio-nes hacia dimensiones ms cooperativas y justas.Si bien es cierto que el grupo de mujeres tiene una marcada con-cienciadesmismascomoactorasyartficesdedichocambio,ylos hombres no, las mujeres al incorporar en su deber ser las funciones delamaternidadylasdeesposas,vinculadasaldeseoyvoluntadde ser felices, muestran disposicin hacia el cambio sin renunciar por una parte a lo que su naturaleza biolgica le ha dado como privilegio: po-dergestarvidas,yporlaotra,sinrenunciartampocoacompartirsus vidas sentimentales con un hombre. Consideramos que esto las dispo-nefavorablementealainterculturalidadylotomamoscomounele-mentofacilitadordelasrelacionesentrehombresymujeres,puesno poneenpeligroelequilibriodeposicionesquenecesariamentedebe estar presente para sostener un dilogo; incluso al expresar su deseo a serfelices(loquedebeentenderse,insistimos,comolaposibilidad efectiva de poder tomar decisiones propias), tiene presente al hombre, pues ste, segn las investigadas, es en gran medida responsable de la posibilidad que ellas tienen de ejecutar dicha felicidad.Hay que sealar que ser felices para estas mujeres consiste en po-der tomar decisiones propias sin miedos, sin presiones, lo que se vin-cula con el hecho de reclamar aceptacin y trato justo por parte de los hombres.Lasmujeres,portanto,visualizanelcambioenunterreno mscercano:enelmbitodesusrelacionesprivadas,ylacompren-sin de esos factores creemos les permitira dirigir mejor sus acciones como agentes del cambio mismo.Loshombres,encambio,concibenelcambiotantoenmbitos micros como macros, haciendo hincapi en las polticas pblicas insti-tucionales,particularmenteenla esfera laboral. Esto aunado al hecho de que en su discurso no se autoperciben como actores en el conflicto, reduce,anuestroentender,lasposibilidadesmismasdeunainterac-cin transformadora. Si a esto aadimos, la dificultad a la que se refie-rencomodificultadparacongeniarconlasmujeres,einclusoen-tenderlas, podemos inferir que los hombres poseen ms obstculos a Cynthia Pech, Marta Rizo y Vivian Romeu 101 la hora de construir competencias interculturales de gnero.Sinembargo,cuandolasmujeresrefierenexperienciasdeno aceptacinyagresinverbalporpartedeloshombresconlosque interactanempleandefinicionespeyorativas;estasmanerasdenom-brar a los hombres independientemente de la catarsis que puede repre-sentar para ellas lidiar con una experiencia que las agrede, nos indi-ca no slo el estatus relacional de la interaccin en s, sino las posicio-nesdesdelasqueseubicanlassujetosfemeninasenrelacinalos hombres. Creemos a partir de lo anterior que ste es el sentido que ad-quiere el hecho de nombrar la actitud masculina ante las mujeres, por lo queconsideramosqueestoformapartedeunaestrategiadeldiscurso: dejar marcadas las posiciones de superioridad cognitiva (en este caso de la situacin o tema conflicto de gnero) por parte de las mujeres. Loshombres,porelcontrario,sibienemplearondescripciones parareferirsealasmujerescuyoprocederlespareca reprobable (en-tindaseporesto,elrelatoreferidoalasmujeresqueabusandesu condicindemujerenlainteraccinconloshombres)noledieron nombreaestasmujeresapartirdesuactitud,sinoqueselimitarona narrar dichas actitudes; esto puede ser entendido tambin como estra-tegiadeldiscursomasculinoquepretendeejemplificarcon hechos (en este caso, las experiencias que ellos relataron) una acti-tud y validar as el discurso mismo. Noobstante,debemosdejarbienclaroqueeneldiscursodelas mujeresinvestigadas,stassepercibencomoprivilegiadasporel hechomismode poder gestar hijos, aspecto ste que es expresado no slocomovirtud,sinocomounprivilegionocompartido,esdecir, comounprivilegioexclusivo,loqueconsideramospuedefuncionar tambin como un obstculo a la hora de establecer interacciones salu-dables y armnicas. Noobstantetodoloanterioryapesardequeeldiscursotiene comomateriaprimalodicho,nosinteresaresaltarcomopautade investigacinposteriortresomisionesfundamentalesenlosdiscursos analizados,ellasson:lossilenciosalrededordeltemaaborto,lossi-lenciosvinculadosconeltemacuerpo-sexualidad(ambossilencios presentesencadaunodelosgrupos)yelsilenciofundamentalmente masculinodelreconocimientodesupapelcomoactoresconcretosen el conflicto. Este ltimo ha sido tomado en cuenta como condicionan-te en este trabajo, pero los otros dos se escapan al mismo. Considera-mos medular el anlisis sobre las dos primeras omisiones pues no slo complejizan la mirada sobre las relaciones de gnero, sino que descu-Discurso sobre el gnero y disposicin hacia la diferencia 102 breunaaristaimportanteparalainvestigacinsobreestetpico,que porladificultadmismaquepresentasutratamientoempricohasido poco estudiado. CIUDAD DE MXICO (MXICO), MARZO 2007 RECIBIDO: ABRIL 2007 ACEPTADO: JUNIO 2007 REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS BERGER,P.yTH.LUCKMAN(1968):Laconstruccinsocialdelarealidad. Buenos Aires: Amorrourtu. BILBENY,NORBERT(2005):Unomismoylosotros.Delasexperiencias existenciales a la interculturalidad. Barcelona: Herder. BOURDIEU, PIERRE (1990): Sociologa y cultura. Mxico: FCE. BRIONES,CLAUDIAyALEJANDRASIFFREDI (1989): Discusin introductoria sobreloslmitestericosdelotnico.CuadernosdeAntropologa N3. Buenos Aires: UNL-Eudeba. BUTLER,JUDITH (2001): El gnero en disputa: el feminismo y la subversin de la identidad. Mxico: PUEG, UNAM, Paids. 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