dios escoge dÓnde poner su nombre

DIOS ESCOGEDÓNDE PONER

SU NOMBRELunes, 10 de julio de 2000

(Segunda actividad)Minatitlán, México

Es nuestra intención hacer una transcripción fiel yexactadeesteMensaje,talcomofuepredicado;por lotanto, cualquier error en este escrito es estrictamenteerrordeaudición,transcripcióne impresión,ynodebeinterpretarsecomoerroresdelMensaje. El texto contenido en esta conferencia puede serverificadoconlasgrabacionesdelaudioodelvideo. Este folleto debe ser usado solamente parapropósitospersonalesdeestudiohastaqueseapublicadoformalmente.

NOTA AL LECTOR

Dios escoge DónDe poner su nombre 27

corazón de todos los hijos e hijas de Dios. ¿Ven? Lo mismo, pero ahora en el Monte de Sion. Bueno, vamos a dejar al reverendo Miguel Bermúdez Marín con nosotros nuevamente, para finalizar nuestra parte en esta ocasión, y darle gracias a Cristo por Sus bendiciones y por haber escogido - y por el lugar donde escogió poner Su Nombre. “DIOS ESCOGE DÓNDE PONER SU NOMBRE”.

Dr. William Soto Santiago26

para que puedan regresar a sus hogares dándole gracias a Cristo nuestro Salvador. Cuando estuvo Moisés en el monte Sinaí, dice que hubo truenos, relámpagos, lluvia, oscuridad; y dice que el mismo Moisés, dice que estaba temblando del miedo. ¿Y cómo estaría el resto del pueblo? Temblando del miedo también12. Estaban los ángeles de Dios, el Ángel de Jehová y Ángeles de Dios estaban allí en la montaña del Sinaí, dándole los diez mandamientos al profeta Moisés para el pueblo hebreo; y cualquiera podía mirar y veía una tempestad, pero allí estaba una bendición de Dios: Ángeles de Dios, porque la Ley fue dada por comisión de Ángeles13. Ahora, vean ustedes cómo fue allá. Pero ahora San Pablo dice: “No nos hemos acercado al monte que se podía palpar (o sea, al monte Sinaí), sino que nos hemos acercado al Monte de Sion, a la Ciudad de nuestro Dios, a la Jerusalén celestial, a la compañía de millares de ángeles, y a la congregación de los Primogénitos escritos en el Cielo (pues en el Libro de la Vida del Cordero)”14. La congregación de los Primogénitos es la Iglesia de Jesucristo, esa es la congregación de los Primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; y ahí nos hemos acercado todos nosotros: a la Iglesia de Jesucristo, al Templo espiritual de Cristo; y ahí es donde está, de etapa en etapa, la manifestación de Dios y Sus Ángeles, dándole las bendiciones de Dios a Su pueblo, y escribiéndonos Sus mandamientos en las tablas del 12 Éxodo 19:1613 Hechos 7:5314 Hebreos 12:18-24

DIOS ESCOGE DÓNDEPONER SU NOMBRE

Dr. William Soto SantiagoLunes, 10 de julio de 2000

(Segunda actividad)Minatitlán, México

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con

ustedes en esta ocasión, en esta noche, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en Deuteronomio, capítulo 12, versos 4 en adelante, donde dice: “No haréis así a Jehová vuestro Dios, sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os


alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido. No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová vuestro Dios. Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros. Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová”. Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: “DIOS ESCOGE DÓNDE PONER SU NOMBRE”. Tenemos la Palabra escrita, que nos da testimonio dónde Dios coloca Su Nombre. El Nombre del Dios Eterno, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob es colocado en un hombre de la sexta dimensión, llamado el Ángel de Jehová (este es como hombre de la sexta dimensión). En el Éxodo, capítulo 23, y también en el capítulo 3 del Éxodo... Vamos a ver, capítulo 3, verso 13 en adelante, dice: “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su


Jesucristo, en el Nombre Eterno de Dios y Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de EL LUGAR DONDE DIOS ESCOGE DÓNDE PONER SU NOMBRE, y hemos visto dónde Dios escogió poner Su Nombre: en el Lugar Santísimo de Su Iglesia como Templo espiritual, y en el Ángel del Señor Jesucristo como Mensajero. ¿Vieron lo sencillo que es todo? Así como Dios escogió poner Su Nombre en Su Ángel, el Ángel de Jehová; y luego cuando fue construido el templo, el tabernáculo, fue colocado dentro del tabernáculo en el lugar santísimo; y luego cuando se hizo carne el Ángel de Jehová, pues en el Ángel de Jehová hecho carne, que fue Jesucristo. Y ahora, tenemos que detenernos para pedir a Dios que derrame todas Sus bendiciones contenidas en ese Nombre y en el Programa que estará llevando a cabo Cristo bajo y con ese Nombre que Él ha prometido escribir sobre el Vencedor. Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, nuestro Salvador, contenidas en Su Nombre Nuevo, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seamos transformados. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Ha sido una noche maravillosa para mí estar con ustedes dándoles testimonio de: “DÓNDE DIOS ESCOGE PONER SU NOMBRE”. Ha llovido bastante, pero esperamos que pase la lluvia


daros testimonio de estas cosas en las iglesias”11. Él viene en el Nombre del que lo envió; por eso él tendrá éxito, y Cristo lo respaldará todos los días de su vida, porque allí estará el misterio del Nombre de Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Y por cuanto Él estará en medio de la Iglesia de Jesucristo, ¿pues ese misterio estará dónde? En la Iglesia de Jesucristo, en el Lugar Santísimo, sobre el Propiciatorio, en medio de los Dos Querubines de oro; ese es el lugar donde Dios escogió colocar Su Nombre en Su Templo, en el Lugar Santísimo, sobre el Arca del Pacto, sobre el Propiciatorio, en medio de los Dos Querubines de oro, porque allí está el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo. Y luego Jesucristo coloca Su Nombre ¿dónde? En el Vencedor, en el instrumento que Él tendrá en el Día Postrero, que será el Ángel del Señor Jesucristo; y Cristo lo respaldará, y respaldará ese Nombre; Cristo estará con él en las buenas y en las malas, y Cristo lo usará y cumplirá todo Su Programa correspondiente a este tiempo final. Y esto no es un escogimiento humano, sino que es Dios el que escoge dónde poner Su Nombre. “DIOS ESCOGE DÓNDE PONER SU NOMBRE”. Y Cristo escoge dónde poner Su Nombre Nuevo y el Nombre de nuestro Dios, y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios. Él dice que es en el Vencedor; y el Vencedor es el Enviado de Jesucristo. “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Viene dando testimonio en el Nombre del Señor 11 Apocalipisis 22:16


nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: Yo SoY el que SoY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo SoY me envió a vosotros”. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, conocido aquí como el Ángel de Jehová…, porque el Ángel de Jehová es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico. Cuando Dios está en Su cuerpo teofánico, Su cuerpo angelical, Su cuerpo de la sexta dimensión (llamado también el Verbo de Dios, el Verbo que era con Dios y era Dios, y creó todas las cosas, conforme a Juan, capítulo 1, verso 1 al 18), vean ustedes, cuando Dios está así en Su cuerpo teofánico, cuerpo angelical, es conocido como el Ángel de Jehová; pero el Ángel de Jehová, Dios en Su cuerpo teofánico tiene un nombre. Aquí, cuando Moisés le pregunta cuál es Su nombre, el Ángel le dice, el Ángel de Jehová (que es el mismo Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob) le dice: “Yo SoY el que SoY”. Así es como dice en la traducción en español; en inglés, pues lo dice en inglés; pero cuando vamos al original, allí las palabras son YHWH, cuatro consonantes que no pueden ser pronunciadas como nombre, porque para ser pronunciadas como un nombre tienen que ser añadidas más letras para formar el nombre; pero para aquellos tiempos se usaban las consonantes; pero, vean ustedes, no tenía otras letras allí en este lugar, ese nombre dado por Dios; pero cuando el Ángel de Jehová allí, le da allí Su nombre, Moisés escuchó la pronunciación, pero se escribían solamente las consonantes. Ahora, este Ángel de Jehová, siendo el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, pues tiene que tener el Nombre de


Dios. Así como cada persona tiene en su cuerpo colocado el nombre, pues le fue colocado cuando nació ese cuerpo, le colocaron, a ese cuerpo que nació, el nombre; y dondequiera que usted va, usted es alma viviente, y dondequiera que va su cuerpo es conocido por el nombre que le colocaron, y usted responde a ese nombre. Y ahora, siendo que el Dios Creador de los Cielos y de la Tierra es el mismo Ángel de Jehová, pues es el mismo Dios que descendió de la séptima dimensión a la sexta dimensión, al descender a la sexta dimensión desciende en un cuerpo teofánico, cuerpo angelical. Así como nosotros al descender a esta dimensión terrenal, descendimos en un cuerpo de carne, pero dentro de este cuerpo de carne hay un cuerpo espiritual, un cuerpo de otra dimensión, que se llama espíritu. Y ahora, Dios al descender a la sexta dimensión, pues desciende en un cuerpo teofánico, cuerpo angelical; y luego, para descender a esta dimensión terrenal, pues desciende en forma visible: en un cuerpo de carne llamado Jesús. El Verbo que era con Dios y era Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros. Por eso Jesús decía: “Yo he venido en nombre de mi Padre”1. Y ahora, podemos ver que hay un misterio aquí en el Nombre del Señor Jesucristo, porque Dios descendió en la forma de un hombre en medio del pueblo hebreo, para llevar a cabo la Obra de Redención con Su propio cuerpo de carne, siendo ofrecido en Sacrificio vivo por el pecado, en favor de todos nosotros, para llevar nuestros pecados, quitar nuestros pecados y así quedar nosotros libres del pecado, y también libres de la pena del pecado, que es la muerte.1 San Juan 5:43


No es un asunto de escogimiento por seres humanos, sino de elección divina; es Dios el que desde antes de la fundación del mundo escogió dónde poner Su Nombre. Dios colocó Su Nombre en Su Ángel: el Ángel de Jehová; y ahora Jesucristo coloca Su Nombre en Su Ángel. En la misma forma que el Padre hizo, hace Jesucristo. Y para el glorioso Reino Milenial veremos con más claridad ese misterio, y cuando estemos transformados veremos plenamente ese misterio. Hasta aquí les he podido hablar de este misterio, y creo que les he hablado demasiado claro; aunque hay cosas que no se las puedo decir, para evitar aquello que sucedió en aquellos tiempos del Antiguo Testamento cuando el sumo sacerdote pronunciaba el Nombre de Dios. Así que solamente hasta ahí he podido darles a conocer, pero no traten de imitar y no traten de conseguir cómo es la pronunciación ni nada, para que no tengan problemas delante de Dios. Hasta aquí les he podido hablar, y yo creo que les he hablado demasiado claro; les he hablado más claro de lo que habló San Pablo, les he hablado más claro de lo que habló Jesús en su tiempo, les he hablado más claro de lo que fue hablado a través de las cartas apostólicas y a través del libro del Apocalipsis. Solamente les he hablado mostrándoles en el libro del Apocalipsis lo que está escrito acerca del Nombre de Dios, de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo de Jesucristo, y la promesa de que Él escribirá ese Nombre sobre el Vencedor. Y les he mostrado quién será el Vencedor en el Día Postrero, que recibirá esa bendición: es el Ángel del Señor Jesucristo: “Yo Jesús he enviado mi ángel para


le dará el Trono de Su padre David, y se sentará sobre el Trono de David, y reinará sobre todo el pueblo hebreo, sobre Israel; y Su Trono y Su Reino no tendrá fin. Ese es el Trono de Jesucristo, ese es el Trono del Hijo de Dios, ese es el Trono de David, donde Cristo ha prometido darle al Vencedor que se siente con Él en Su Trono; por lo tanto, el Vencedor recibe un Nombre Nuevo para poderse sentar en el Trono del Señor Jesucristo, y ese Nombre tiene que ser el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, no puede ser otro. Por eso también dice [Apocalipsis 2:26]: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá (las gobernará) con vara de hierro, así como yo también la he recibido de mi Padre”. Así como Cristo recibió autoridad del Padre sobre los Cielos y la Tierra, sobre todas las naciones, ahora Cristo le dará autoridad sobre todas las naciones al Vencedor. Y ahora, vean que el que recibió autoridad sobre los Cielos y la Tierra, recibió un Nombre Nuevo y se sentó en el Trono de Dios en el Cielo; y ahora el que recibirá autoridad sobre todas las naciones y se sentará con Cristo en Su Trono, recibirá un Nombre Nuevo: ese es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, ese es el Nombre Eterno de Dios y ese es el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios. Y ahora hemos visto dónde Dios coloca, dónde Dios pone, dónde Dios coloca Su Nombre: en Su Iglesia, en el Lugar Santísimo de Su Iglesia, la Iglesia del Señor Jesucristo como Templo, y en el Ángel Mensajero de Jesucristo como hombre, como Mensajero. Hemos visto dónde Dios coloca Su Nombre. Dios es el que escoge dónde poner Su Nombre.


O sea, para nosotros poder vivir eternamente, tuvo que morir el cuerpo de Dios, el cuerpo físico de Dios, que es conocido por el Nombre de Jesús. Era Emanuel (que traducido es: Dios con nosotros), Dios con nosotros a la semejanza de hombre. ¿Y cómo va a ser Dios en la forma de un hombre? Porque Dios hizo al ser humano a Su imagen y semejanza; y cuando Dios visita al ser humano en esta dimensión terrenal, pues tiene que visitarlo en la semejanza del ser humano. Semejante al ser humano, Dios vino en un cuerpo de carne, “por cuanto los hijos participaron de carne y sangre (dice San Pablo en su carta a los Hebreos), Él también participó de lo mismo”2. Y ahora, era nada menos que Dios en la forma de hombre en medio del pueblo hebreo, y por consiguiente en medio de la raza humana; y allí estaba el Nombre de Dios para Redención. Hay un misterio grande ahí en ese nombre. Vean ustedes, cuando Dios libertó al pueblo hebreo, el nombre que tenía el profeta Moisés significaba: “Sacado de las aguas”. Y Dios sacó de en medio de los egipcios al pueblo hebreo, y aguas representa pueblos, naciones y lenguas; así que sacó de las aguas egipcias, de en medio del pueblo egipcio, al pueblo hebreo; y su líder, el mensajero, tenía el nombre que significaba: “Sacado de la aguas”. El nombre siempre, de un mensajero para cada edad o para cada dispensación, tiene un significado muy importante, relacionado a la Obra que Dios hará por medio de ese mensajero en favor del pueblo de Dios. Y ahora, encontramos que Moisés llevó el pueblo hasta 2 Hebreos 2:14


la frontera, dos tribus y media heredaron en la parte antes de pasar el Jordán, pero Moisés no podía pasar al otro lado del Jordán porque había herido la roca, la peña, la segunda roca la había herido, y la segunda roca representa la Segunda Venida de Cristo; y Cristo en Su Segunda Venida no es para ser herido, crucificado de nuevo; por lo tanto, no entraría Moisés a la tierra prometida. Y toda persona que hiera la Roca en Su Segunda Venida, no podrá entrar a la tierra prometida del Reino Milenial, ni a la tierra prometida del cuerpo nuevo, eterno y glorificado que Él dará a Sus hijos. Y ahora, vean ustedes lo importante que es conocer estas cosas. La roca, la segunda roca... La primera roca representaba a Cristo en Su Primera Venida, aquella roca en o frente al Monte Sinaí; por eso le dijo en esa ocasión, primera ocasión, le dijo: “Hiere la roca con tu vara, y ella dará agua para el pueblo”. Hirió la roca con su vara, golpeó la roca con su vara, la vara de juicio...; porque aquella vara hiriendo la roca representa el juicio divino cayendo sobre la roca, y el juicio divino cayó sobre Cristo, la Roca, en Su Primera Venida. Y ahora, dio agua para el pueblo, pues Dios ha dado el Espíritu Santo para todos aquellos que han creído en Él. Pero ahora, vean ustedes, la segunda roca, que se encontraba en otro territorio... La primera roca se encontraba frente al monte Sinaí, eso era en Refidim, frente al monte Sinaí; pero la segunda roca se encontraba en Cades-Barnea (más cerca de la tierra prometida)3. Y aquella roca, aquella segunda roca, representaba la Segunda Venida de Cristo; y para dar el Agua del nuevo 3 Primera roca: Éxodo 17:1-7; segunda roca: Números 20:1-13


murió, resucitó y ascendió al Cielo victorioso, recibió un Nombre Nuevo, y se sentó en el Trono de Dios (a la diestra de Dios); y el Vencedor que recibirá un Nombre Nuevo, el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, Nombre Eterno de Dios y Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, será aquel al cual Cristo le bendecirá con esa bendición que pronunció Cristo en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, cuando dijo: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Y cuando Cristo venció y ascendió al Cielo y se sentó con Su Padre en el Trono, en el Trono celestial, en el Trono de Dios, Él tuvo un Nombre Nuevo, recibió un Nombre Nuevo. Y ahora, el que se sentará con Cristo en Su Trono tendrá un Nombre Nuevo, tendrá el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, para sentarse con Cristo en Su Trono; y es así como Cristo venció y se sentó con el Padre en Su Trono; y esa ha sido la primera vez que un hombre se sienta en el Trono de Dios en el Cielo, un hombre con un cuerpo glorificado. Es la primera ocasión en que un cuerpo glorificado se sienta en el Trono de Dios en el Cielo, y será la primera ocasión que un hombre con un cuerpo glorificado se sentará en el Trono de David; porque el Trono del Padre es el Trono que está en el Cielo, donde se sentó Cristo al ascender victorioso al Cielo y recibió un Nombre Nuevo. Y ahora Cristo tiene un Trono. El Trono que está en el Cielo es el Trono del Padre, pero el Trono de Cristo es el Trono de David. Por eso el Arcángel Gabriel le dice a la virgen María que tendrá un hijo, un niño, y será Hijo de Dios, y Dios


Jesucristo y Nombre Eterno de Dios, y Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, estará escrito en el Vencedor, en el Mensajero del tiempo final; y él conservará el secreto de ese Nombre. Pero todos los escogidos sabrán que Dios, Jesucristo, tendrá escrito Su Nombre Nuevo en ese Mensajero; aunque no puedan comprender cómo, ni puedan comprender, ni puedan saber la pronunciación, todos sabrán que Cristo tendrá escrito Su Nombre Nuevo y Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Eterno de Dios en el Vencedor. Ahora, es un misterio que solamente conocerá plenamente el Vencedor, el Ángel que Jesucristo tendrá en el Día Postrero en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual. Y él estará trabajando en la Obra de Cristo; y todo lo que hará, contará como una Obra en el Nombre del Señor Jesucristo, Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Y por eso Cristo nos llevará a la tierra prometida del nuevo cuerpo y a la tierra prometida del glorioso Reino Milenial, porque Su Nombre estará manifestado en Su Iglesia en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; y ahí es donde la Iglesia del Señor Jesucristo también recibirá un Nombre Nuevo. Y cuando estemos transformados, ese Nombre será conocido plenamente por todos los escogidos de Dios. Y durante el Reino Milenial la Iglesia tendrá un Nombre Nuevo, que será el Nombre de nuestro Dios y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, y el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Cristo cuando recibió un Nombre Nuevo, cuando


cuerpo, se requiere que le sea hablada a la Roca la Palabra correcta, pero no puede ser herida la Roca en Su Segunda Venida. Y por cuanto la Roca no puede ser herida en Su Segunda Venida y Moisés la hirió allí, rompió el tipo y figura para la Segunda Venida de Cristo; y por eso Dios se enojó contra Moisés y le dijo que no entraría a la tierra prometida, porque no creyó y no glorificó a Dios; se glorificó Moisés a sí mismo. Y ahora, él se glorificó a sí mismo como los sistemas religiosos. Y ahora, ni Moisés pudo entrar a la tierra prometida ni los sistemas religiosos; por eso es que en el Apocalipsis, cuando nos habla acerca del Reino Milenial, no aparecen los sistemas religiosos, que se han glorificado a sí mismos. Y ahora, vean ustedes cuál fue el pecado grande de Moisés que le impidió entrar a la tierra prometida. Solamente se nos habla acerca de dos ocasiones en que Moisés desagradó a Dios: la primera fue cuando le dijo a Dios que no sabía hablar, que era tartamudo, tardo para hablar, y pidió que enviara por el que había de enviar; o sea, que le enviara un ayudante que supiera hablar bien, el cual él sabía que sería su hermano, porque su hermano Aarón sabía hablar bien4. ¿Dios se enojó contra Moisés por qué? ¿Cómo se va a enojar Dios contra un hombre, un profeta, un mensajero, que le pide a Dios un ayudante para que hable por él? Porque Dios coloca Su Palabra en la boca del profeta mensajero que Él envía, no en un ayudante. Y ahora, lo que Moisés allí estaba haciendo era rompiendo el tipo y figura del Señor. Vean ustedes, estaba rompiendo el tipo y figura de Cristo, porque Cristo es 4 Éxodo 4:10-14


profeta, pero también Él es Sumo Sacerdote, y Él es Rey; y Moisés al pedir un ayudante, el ministerio sacerdotal (de sumo sacerdote) pasó a Aarón. Aunque Moisés ministraba en el lugar santísimo, vean ustedes, ministraba como ministraba el sumo sacerdote, pues Moisés estaba sobre el sumo sacerdote; pero por cuanto pidió un ayudante, Aarón vino a tener el sacerdocio para él y sus descendientes, el sumo sacerdocio; Moisés perdió esa bendición tan grande para él y sus descendientes. Y por eso Dios se enojó contra Moisés, porque Cristo es el Profeta de los profetas, y Cristo es nuestro Libertador, y también Él es el Sumo Sacerdote del Templo celestial, y Él también es el Rey de reyes y Señor de señores; son cosas inseparables de Él. Y ahora, vean ustedes cómo en estas cosas que Moisés hizo y desagradó a Dios, hubo un sentido mayor del que las personas podían ver a simple vista. No era que Dios no le quería dar ayudante a Moisés, era que en Moisés se estaba reflejando Cristo; y al hacer en esa forma, estaba rompiendo el tipo y figura de Cristo, tanto pidiendo un ayudante como también cuando hirió la roca en la segunda ocasión. Y vean, en la primera ocasión Dios le dijo que hiriera la roca, que golpeara la roca; él lo hizo y Dios no se desagradó, porque allí estaba representando la Primera Venida de Cristo, que sería herido en la Cruz del Calvario, el juicio divino caería sobre Cristo, porque Cristo tomaría nuestros pecados y nosotros seríamos juzgados en Cristo. Cuando Cristo fue juzgado, fuimos nosotros juzgados en Él, nuestros pecados fueron juzgados en Cristo porque Él los tomó5.5 Isaías 53:5, 1 Pedro 3:18


Jesucristo; por lo tanto, estará ahí, en el Lugar Santísimo, velado y revelado el Nombre Eterno de Dios. Y por cuanto también estaba en la frente del sumo sacerdote Aarón y de todos los demás sumos sacerdotes descendientes de Aarón, pues tendrá que estar en un mensajero que ministrará en el Lugar Santísimo; por lo tanto, eso es un ministerio de sumo sacerdote, para poder ministrar en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo. Por lo tanto, tendrá escrito el Nombre de nuestro Dios y Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Ahora, ese misterio solamente lo conocerá ese Ángel Mensajero, para que así nadie haga imitaciones y nadie trate de usar incorrectamente ese Nombre. Encontramos que en el Antiguo Testamento hubo personas que se acercaban el día de la expiación mucho al sumo sacerdote, para, cuando el sumo sacerdote hablara, pronunciara el Nombre Eterno de Dios, escuchar la pronunciación para luego usarlo con ideas equivocadas, con y en cosas equivocadas; hasta para magia y cosas así usaban el Nombre cuando lo oían del sacerdote, y después lo pronunciaban para cosas malas; pero luego comenzaron a darse cuenta los sacerdotes y todo así, y entonces cuando tenía el sumo sacerdote que hablar el Nombre de Dios, tocaban címbalos e instrumentos, para que al pronunciarlo ninguno entendiera lo que fue hablado, para que así no le dieran mal uso al Nombre de Dios. Porque hay personas que tratan de tomar las cosas de Dios para su propio beneficio, y para usarlas para mal. Ahora, podemos ver que para evitar todo eso, el misterio, el secreto del Nombre Nuevo del Señor


Jesucristo colocará Su Nombre Nuevo, que es el Nombre de Dios y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios? Sobre el Vencedor: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios (…) y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Y ese misterio del Nombre Nuevo del Señor lo conocerá ese Vencedor. Ahora, no es al que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia; y Dios es el que escoge dónde poner Su Nombre Eterno, que es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Él colocará Su Nombre Nuevo en un Vencedor, en un Mensajero, en un profeta; eso es colocando el Nombre de Dios en un hombre de esta dimensión, que estará en esta dimensión. Y en un Templo como templo, así como estaba el Nombre de Dios en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, Cristo tiene un Templo (que es Su Iglesia) en el cual estará ese Nombre; y por consiguiente, tiene que estar el instrumento donde Cristo colocará ese Nombre, para que pueda estar ese Nombre ahí en Su Templo espiritual, en Su Iglesia. Y ahora, estando el Nombre de Dios en el lugar santísimo, allá en el tabernáculo que construyó Moisés y en el templo que construyó Salomón (porque allí sobre el propiciatorio estaba el Ángel de Jehová, que es el que tiene el Nombre de Dios), entonces en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo estará el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, y estará manifestándose en un hombre del Día Postrero, que es el Ángel Mensajero del Señor


Pero ahora en Su Segunda Venida Él no viene para tomar nuestros pecados, porque ya Él lo hizo en Su Primera Venida; por lo tanto, no puede venir para morir por nuestros pecados. Pero cuando Moisés hirió la roca allí, la segunda roca, él tipificó que Cristo sería herido en Su Segunda Venida, y por cuanto no puede ser herido para tomar nuestros pecados y morir por nuestros pecados, ¿esa segunda crucifixión, que fue representada allí fuera de la voluntad de Dios, será cumplida cómo? Toda persona que se levante en contra del cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo y hable en contra de ella, será culpado de la segunda crucifixión de Cristo; o sea que será una crucifixión espiritual. Y vean ustedes, no tenía que ser herido Cristo en Su Segunda Venida para darnos del Agua del nuevo cuerpo, así como para Su Primera Venida y en Su Primera Venida sí tenía que ser herido para darnos del Agua del Espíritu Santo y darnos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión. Pero para darnos el cuerpo físico, eterno y glorificado, igual a Su propio cuerpo glorificado, Él no tiene que ser crucificado por segunda vez, sino que Dios le dijo a Moisés: “Háblale a la roca”6; es por la Palabra hablada. Ahora, podemos ver este gran misterio aquí. Ahora, vean ustedes, en el capítulo 23, versos 20 en adelante..., ya que estamos hablando del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, donde encontramos el nombre de Dios hablado por el Ángel de Jehová, diciéndole a Moisés que es YHWH (son cuatro consonantes); y ahora, en el capítulo 23, verso 20 del Éxodo, dice: “He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he 6 Números 20:8


preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”. Y ahora, ¿dónde está el nombre de Dios? En Su Ángel; porque el Ángel de Jehová es el cuerpo teofánico de Dios, cuerpo angelical, y ahí está Dios en toda Su plenitud manifestado en Su cuerpo teofánico, cuerpo angelical. Y en y desde ese cuerpo fue que Dios creó el universo completo, toda la Creación la llevó a cabo desde ese cuerpo; y por eso Ese es el principio de la Creación de Dios; por eso desde el momento que salió de Dios (de Dios mismo salió ese cuerpo), ahí comenzó el tiempo, ahí comenzó la Creación; y Dios desde ese cuerpo llevó a cabo toda la Creación: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron…”. Eso está en San Juan, capítulo 1, verso 1 al 18. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…”. Y ahora, el Verbo cuando se hizo carne y habitó entre nosotros tuvo un nombre humano: Jesús; ese es el nombre humano de Dios para llevar a cabo la Obra de Redención con Su muerte en la Cruz del Calvario. El nombre Jesús significa ‘Salvador’, ‘Redentor’. Y ahora, cuando Dios fue a colocar al pueblo hebreo dentro de la tierra prometida, le dijo a Moisés que él no podía entrar a la tierra prometida; pero Moisés le dijo que enviara un hombre, un profeta, un líder para que el pueblo


no cortada de manos con un Nombre Nuevo, es una promesa para ser cumplida a un Vencedor; ese Vencedor en el Día Postrero recibirá a Cristo en Su Segunda Venida con un Nombre Nuevo, y nadie conocerá ese misterio de ese Nombre Nuevo. Dice: “… y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Aquel que recibe ese Nombre Nuevo en la Venida de la Piedrecita blanca, porque recibe la Piedrecita blanca con un Nombre Nuevo, ese será el único que podrá hablar acerca de la Venida de la Piedra blanca con un Nombre Nuevo, la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo; y ese será el único que conocerá el misterio de la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo. El resto de la gente estará esperando la Segunda Venida de Cristo con el nombre que usó en Su Primera Venida, pero ahora Cristo ha dicho que la Piedrecita blanca viene con un Nombre Nuevo, y escribirá ese Nombre Nuevo sobre el Vencedor. Por lo tanto, los escogidos de Dios estarán atentos, porque sobre el Vencedor del Día Postrero, para el tiempo de la Segunda Venida de Cristo, estará un Mensajero sobre el cual vendrá esa bendición, se cumplirá esa bendición; y Cristo escribirá sobre él el Nombre de Dios y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios: la Nueva Jerusalén, la cual desciende del Cielo, de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo. Él dice: “y mi Nombre Nuevo” (dice Cristo). Es una promesa de Cristo, la cual no puede fallar. Y ahora, es un misterio muy grande. Y ahora, la pregunta es el tema nuestro, la pregunta es: ¿Sobre quién, Dios colocará Su Nombre? ¿Sobre quién,


lo haré columna en el templo de mi Dios (¿a quién? Al Vencedor), y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Y ahora Cristo aquí está dando una revelación o colocando una revelación, pero a la misma vez dejándola sellada ahí, para en el Día Postrero cumplir esa promesa y ser abierta en cuanto a cumplimiento esa promesa. Y ahora, la promesa es que habrá un Vencedor, un Mensajero que obtendrá la victoria; habrá un Mensajero sobre el cual Jesucristo escribirá el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y también el Nombre de nuestro Dios, y también el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo; es una promesa de Jesucristo en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12; también en el Apocalipsis, capítulo 2, verso 17 tenemos la misma promesa, donde dice: “Al que venciere, yo le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita blanca un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Y ahora, nos habla también de un Nombre Nuevo que tendrá la Piedrecita blanca, y la Piedrecita blanca es la Segunda Venida de Cristo, Cristo en Su Segunda Venida con un Nombre Nuevo. Es la misma Piedra que vio el profeta Daniel cuando le interpretó el sueño al rey Nabucodonosor10; esa Piedra no cortada de manos que vino en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, que es la etapa en la cual nosotros estamos viviendo en medio del reino de los gentiles. Y ahora, la Segunda Venida de Cristo como la Piedra 10 Daniel 2:34-35, 44-45


no fuese como ovejas sin pastor, y Moisés le dijo que le mostrara ese hombre; Dios le dijo que era Oseas hijo de Nun7, al cual Moisés colocó por nombre Josué8; y Josué significa ‘Salvador’, ‘Redentor’, el mismo nombre de Jesús. Ahora, vean cómo un hombre allá en el Antiguo Testamento, en el tiempo de Moisés, tuvo el nombre que Dios usaría en Su Venida en carne humana; por eso es que el tipo y figura para entrar a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, para entrar al cuerpo teofánico, está allá representado en la entrada del pueblo hebreo a la tierra prometida cruzando al otro lado del Jordán; y el líder era Josué; Josué que significa ‘Salvador’ o ‘Redentor’. Josué es el mismo nombre de Jesús. Y ahora, nuestro Señor Jesucristo es Josué, y Josué es Jesús, y su significado es el mismo. Y ahora, vean ustedes, eso fue para la entrada del pueblo hebreo a la tierra prometida. Y ahora, en el tabernáculo o templo estaba el Nombre de Dios. ¿Y dónde estaba el Nombre de Dios? Estaba en el lugar santísimo, donde estaba el Ángel del Pacto; porque el Ángel del Pacto es el que tiene el Nombre de Dios, y Él estaba sobre el propiciatorio, y allí apareció en la forma de la Columna de Fuego, y allí estaba el Nombre de Dios. Pero ahora, el Nombre de Dios tenía que ser colocado en un hombre también, en la frente de un hombre; y por eso Dios le ordenó en el capítulo 28 del Éxodo a Moisés que preparara una lamina o laminilla de oro y en ella

7 Números 27:15-238 Números 13:16


escribiera: “SANTIDAD A JEHOVÁ”9 y colocara esa laminilla de oro con unos hilos o cordones en la frente de Aarón, sobre la mitra (la mitra es el gorro o turbante que usaba el sumo sacerdote). Y sobre la mitra colocada en la cabeza de Aarón, el sumo sacerdote, ahí estaba escrito en una lámina de oro: “SANTIDAD A JEHOVÁ”, “SANTIDAD A YHWH”. Un hombre tenía que llevar ese nombre escrito en su frente para poder entrar en el lugar santísimo del tabernáculo que construyó el profeta Moisés. Y ahora, vean ustedes cómo en un hombre, Aarón, estaba escrito ese nombre. Y luego en Josué también tenemos escrito el nombre del Salvador, del Redentor, en un hombre que llevaría el pueblo a la tierra prometida: Josué, que significa ‘Salvador’, ‘Redentor’, también es tipo y figura del Espíritu Santo, el cual llevará el pueblo a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo en la Dispensación de la Gracia, y llevará al pueblo a la tierra prometida del nuevo cuerpo, el cuerpo glorificado en el Día Postrero; por lo tanto, representa al Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero, en el Mensajero del Día Postrero. Y ahora, vean ustedes cómo a través de la historia bíblica el Nombre de Dios ha estado en un hombre de la sexta dimensión: el Ángel de Jehová; y luego ha estado en la frente de un sacerdote (el sumo sacerdote), y luego ha estado también en un hombre llamado Josué, que entraría al pueblo, llevaría al pueblo a la tierra prometida, al otro lado del Jordán; y Jordán representa la muerte. Y Cristo en un hombre llevó al otro lado de la muerte a todos los hijos de Dios en Su Primera Venida, y en 9 Éxodo 28:36


Su Segunda Venida llevará al pueblo al otro lado de la muerte, porque nos llevará a eternidad; nos transformará a los que vivimos, y a los muertos en Cristo los resucitará en cuerpos eternos, y pasaremos al otro lado del Jordán, al otro lado de la muerte; y al otro lado de la muerte lo que hay es vida eterna. Cruzar en seco al otro lado de la muerte es cruzar de esta vida terrenal a la vida eterna en un cuerpo eterno. Ahora, el que llevaría al pueblo a la tierra prometida, al otro lado del Jordán, tenía que tener el nombre, el nombre que tenía que ver con esa Redención. ‘Redentor’, ‘Salvador’, eso es lo que significa Josué, es lo mismo que Jesús. Jesús, en el idioma en que está puesto el nombre de Josué, es también Josué; o sea, que en hebreo sería Yoshua, Jesús sería Yoshua; pero el idioma en que está escrito el nombre del Salvador Jesucristo, vean ustedes, el nombre Josué, pues sería Jesús también. Y ahora, vean cómo estuvo escrito, en un mensajero del pasado, el nombre del Mesías que vendría. Ahora, para pasar a la tierra prometida del nuevo cuerpo, tenemos la promesa en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios”, “y nunca más saldrá fuera”. El Templo de Dios es la Iglesia de Jesucristo; y ser hecho una columna es ser hecho uno de los fundamentos de esa Iglesia, un fundamento, una persona importante en la Iglesia del Señor Jesucristo. Columnas representa fundamentos sobre los cuales se edifica un edificio. Y ahora, vean ustedes, los apóstoles fueron columnas y los ángeles mensajeros también. Y ahora, Dios promete hacerlo una columna: “…

dios escoge dÓnde poner su nombre

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