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Deuda ecológica

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Deuda ecológica

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Deuda ecológica¿Quién debe a quién?

Colectivo de Difusión de la Deuda Ecológica, CDEs

Con el prefacio deJoan Martínez Alier

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Editado por el Observatorio de la deuda en la Globalización.Cátedra UNESCO para la Sostenibilidad de la Universidad Politécnica deCatalunyawww.observatoriodeuda.org

Con el apoyo de la comisión de deuda ecológica de la RCADEwww.rcade.org/comisiones/deudaecologica.htm

Autores: Daniela Russi, Ignasi Puig Ventosa, Jesús Ramos Martín, Miquel OrtegaCerdà y Paula Ungar

Ilustraciones: Lluís Cerdà Cuéllar

Estilo y correcciones: Amalia Sojo, Mar Valldeoriola

Coordinación - persona de contacto: Miquel Ortega Cerdà([email protected])

Diseño de la cubierta:

©

© De esta ediciónIcaria editorial, s.a.Ausiàs March, 16, 3º 2º / 08010 Barcelonawww.icariaeditorial.com

Primera edición: abril 2003ISBN: 84-7426-Depósito legal: B-

Impreso en Romanyà/Valls, s.a.Verdaguer, 1, Capellades (Barcelona)

Impreso en papel reciclado.Printed in Spain. Impreso en España. Prohibida la reproducción total o parcial.

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Índice

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

2. La deuda ecológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

La deuda de carbono . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

La biopiratería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

El pasivo ambiental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

El transporte de residuos . . . . . . . . . . . . . . . 44

3. Deuda ecológica y deuda externa . . . . . . . . 51

4. Conclusiones. ¿Qué podemos hacer? . . . . . . 58

5. Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

Autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

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Prefacio

La Deuda Ecológica del Norte hacia el Sur es mucho mayor que laDeuda Externa financiera del Sur hacia el Norte. Esta realidad es,sin embargo, difícilmente cuantificable, ya que en muchos de susaspectos esta Deuda Ecológica, sumada a las deudas históricas des-pués de siglos de colonialismo y explotación, no es valorable endinero. ¿Cómo darle un valor monetario a las catástrofes demo-gráficas en América y Oceanía tras las invasiones europeas, a lasguerras contra los pueblos indígenas, al genocidio cultural, al usode trabajo forzado y de trabajo esclavo, al saqueo de recursosnaturales efectuado desde el siglo XVI? Actualmente este saqueocontinúa, y la Deuda Ecológica del Norte con el Sur sigue crecien-do. Los Estados Unidos, como muchos otros países del centro delsistema capitalista, tienen aun hoy en día una política de«Lebensraum»1 —apoderándose como si fueran propios del es-pacio ambiental y de los recursos naturales ajenos.

En este contexto, en el que instituciones como el Fondo Mo-netario Internacional y el Banco Mundial hablan únicamente entérminos de dinero cuando exigen el pago de la Deuda Externa,es conveniente responderles también en dinero cuando hablamos

1. La expresión «Lebensraum» (en alemán espacio vital) fue acuñada por el geógrafoalemán Friedrich Ratzel y posteriormente adoptada por geopolíticos de la primera mitaddel siglo XX. Adolf Hitler utilizaba esta expresión para describir la necesidad que el III Reichalemán tenía de encontrar nuevos territorios en los que expandirse y apropiarse de los re-cursos necesarios para el bienestar del pueblo alemán.

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8Prefacio

de Deuda Ecológica. Así vemos que algunos aspectos de la Deu-da Ecológica pueden calcularse crematísticamente. Por ejemplo,los daños ambientales y sociales causados por las exportaciones.Nadie compensa a las poblaciones locales por la contaminaciónminera o petrolera. Nadie compensa tampoco la pérdida denutrientes debida a las exportaciones agrícolas. Por ejemplo, todolo el Norte debe por la «biopiratería», es decir, el uso sin pagoalguno del conocimiento de semillas agrícolas y plantas medicina-les. Por ejemplo, lo que se debe por la exportación de residuostóxicos y por el uso gratuito de los océanos, los suelos y la nuevavegetación y la atmósfera para depositar el dióxido de carbonoproducido por la combustión de carbón, gas y petróleo.

La discusión de la Deuda Ecológica que el Norte debe al Surnació aproximadamente en 1990. El Instituto de Ecología Políticade Chile publicó un documento donde explicaba que la produc-ción de CFC de los países ricos hacía disminuir el filtro que el ozonoproporciona contra la radiación solar, que eso causaría cánceresde piel en los humanos y otros efectos en los animales, y que portanto se producía una «deuda ecológica». Poco tiempo despuésen las reuniones alternativas de Río de Janeiro en junio de 1992,se aprobó un «documento marco» entre grupos ecologistas don-de se ligaba el tema de la Deuda Externa (que los países del Surdeben a los acreedores del Norte) con el tema de la DeudaEcológica donde los deudores son los ciudadanos y empresas delos países ricos y los acreedores los habitantes de los países em-pobrecidos. Se hablaba ya del flujo de comercio de materiales yenergía mal pagados del Sur al Norte, un tema ya bastante cono-cido en América Latina, por tantas experiencias históricas y porescritos como el de Eduardo Galeano, «Las Venas abiertas deAmérica latina». Se hablaba también de la ocupación despropor-cionada del espacio ambiental por parte de los países ricos paradepositar los gases de efecto invernadero. En 1994, J.M. Borrero,de Cali, en Colombia, publicó un libro sobre Deuda Ecológica,basado en preguntas a diversas personas ecologistas de todo elmundo. En 1997 realizamos en Quito un seminario sobre esteasunto, organizado por Aurora Donoso de Acción Ecológica deEcuador. Desde entonces el debate ha crecido mucho, particular-mente desde el año 2000 ya que algunos activistas de las campa-ñas Jubileo 2000 y Jubileo Sur contra la Deuda externa que opri-

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9Prefacio

me a tantos países empobrecidos (como, por ejemplo, AndrewSimms, en Londres, o Beverly Keene en Buenos Aires) han apoya-do muchísimo la reclamación de la Deuda Ecológica, que es mu-cho mayor que la Deuda Externa.

La confederación Amigos de la Tierra Internacional, que tieneuna campaña sobre la Deuda Ecológica que el Norte debe al Sur,realizó una amplia reunión en Benin a finales del 2001 con laparticipación de los grupos africanos. La campaña continúa, ytambién en Johannesburgo en agosto del 2002, la Deuda Ecológicafue un tema tratado principalmente desde la sociedad civil. Tam-bién en Asia, desde Indonesia, por la destrucción de bosques ylos daños de empresas de minería como Freeport MacMoran, desdeIndia especialmente por la reclamación contra Union Carbide porel accidente de Bhopal en 1984 se ha utilizado la idea de la Deu-da Ecológica. La CONACAMI en Perú (coordinadora de comuni-dades afectadas por la minería) insiste en los «pasivos ambienta-les» de las empresas mineras, expresión sinónima de deudasecológicas.

Explico aquí esta historia de las campañas de Deuda Ecológicano con la intención de establecer prioridades académicas sino paraque el lector entienda por qué se publica ahora en Barcelona esteexcelente libro sobre la Deuda Ecológica. Es una contribución mása la campaña, escrito en un lenguaje accesible y riguroso. El libroexplica muy claramente los diversos elementos de la Deuda Eco-lógica. Es un libro militante, que surge de los grupos que hanrealizado campañas contra la Deuda Externa en Catalunya, un li-bro realizado por jóvenes expertos en economía ecológica de paíseseuropeos y de países del Sur, todos ellos estudiantes de nuestroprograma de doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelo-na. Los autores son alumnos y jóvenes compañeros míos, muyestimados, pero los elogios que realizo aquí del libro (escrito enhoras de descanso de sus trabajos y tareas más académicas) no sedeben a la amistad si no a su gran calidad.

Joan Martínez AlierJulio 2002

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1

Introducción

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12Introducción

Cuando caigael último

árbol, muerael último pez

y secontamine el

último ríoustedes

comprenderánque el dinero

no se come.

Autordesconocido

Podemos afirmar que actualmente nos encontramosante una crisis ecológica de extraordinaria magnitud.Problemas como los del agujero en la capa de ozono,el incremento de gases de efecto invernadero, la pérdi-da de biodiversidad, el agotamiento de recursos tantorenovables como no renovables, la contaminación delsuelo y del aire, entre otros, denotan este hecho. Inclu-so las instituciones oficiales reconocen esta realidad,aunque sus políticas para afrontarla están aún en eltintero.

Lo que todavía no es mayoritariamente reconocido(no por que sea menos evidente, sino por las implica-ciones que comporta) es que la crisis ecológica es con-secuencia indisociable del actual funcionamiento delsistema económico. Y es que la economía no se entien-de como un subsistema dentro del sistema ecológicoglobal, sino como un conjunto comprende el resto delos aspectos. En este sentido, los recursos naturales (eincluso las personas) no son vistas más que como re-cursos para incrementar la producción, y finalmente, elconsumo.

¿Quién se responsabiliza de losimpactos ambientales?Este reduccionismo económico se agrava, incluso por-que desde un punto de vista estrictamente económico,el mercado no realiza lo que nos dice que hace: las con-secuencias de las actividades económicas no se limitantan sólo sobre aquellos que deciden realizarlas, sino queafectan a terceros. Estas consecuencias reciben el nom-bre de externalidades. Los impactos ambientales son unode los ejemplos más claros de externalidades: contami-nación que se produce lejos de los puntos de emisión yconsumo, agotamiento de recursos que afectará a lasgeneraciones futuras,... Luchar contra estas externa-lidades es una exigencia esencial para que el mercadoasigne de manera eficiente los recursos desde un pun-to de vista económico.

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13Introducción

Las externalidades no son un efecto colateral del fun-cionamiento del sistema económico, sino que se produ-cen en prácticamente todas las actividades y, por tan-to, son una consecuencia del sistema. Lo demuestra elhecho de que la mayoría de impactos ambientales au-mentan en paralelo al aumento del tamaño del sistemaeconómico, medido en términos de producto bruto. Noes extraño que la ampliación de los mercados, ya seahaciendo participar a nuevos territorios mediante laglobalización o mercantilizando nuevos productos(biotecnología, propiedad intelectual sobre formas devida, privatización de los servicios públicos,...) tambiénrevierta en crecientes impactos ambientales.

Pero no sólo es relevante constatar la magnitud delos impactos ambientales, sino también cuál es la res-ponsabilidad que tenemos cada uno en sus causas. Lospaíses pobres no son los mayores causantes de la crisisambientales a pesar de ser los lugares donde físicamentese producen una parte considerable de los efectos(deforestación de las selvas tropicales, extracciones mi-neras y petrolíferas, insalubridadde las aguas, extinción de espe-cies,...). Es necesario buscar lascausas reales del problema trasla aparente asepsia y pulcritudde las sociedades occidentales yen su consumo desmesurado.

Es en esta desigual contribu-ción a la crisis ambiental de don-de parte el concepto de DeudaEcológica.

La deuda ecológicaLa Deuda Ecológica es la deuda contraída por los paí-ses industrializados con los demás países a causa del ex-polio histórico y presente de los recursos naturales, losimpactos ambientales exportados y la libre utilización delespacio ambiental global para depositar sus residuos. La

La riquezatiene unabase materialy energéticaque es lacausa denumerososimpactosambientales.

El País, 13 de julio de 2002.

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14Introducción

Deuda Ecológica se origina en la época colonial y se haincrementado hasta la actualidad por medio de:2

• La deuda de carbonoLa deuda de carbonoLa deuda de carbonoLa deuda de carbonoLa deuda de carbono. Es la deuda adquirida por lacontaminación desproporcionada de la atmósfera porparte de los países industrializados por sus grandesemisiones de gases, que han causado el deterioro dela capa de ozono y el incremento del efecto inverna-dero.

• La biopirateríaLa biopirateríaLa biopirateríaLa biopirateríaLa biopiratería. Es decir, la apropiación intelectual delos conocimientos ancestrales relacionados con las se-millas, el uso de plantas medicinales y de otras plan-tas que han realizado los laboratorios de los paísesindustrializados y la agroindustria moderna, y por lacual además cobran regalías.

• Los pasivos ambientalesLos pasivos ambientalesLos pasivos ambientalesLos pasivos ambientalesLos pasivos ambientales. Es la deuda adquirida porla extracción de recursos naturales, como por ejem-plo petróleo, minerales, recursos forestales, marinosy genéticos para una exportación mal pagada, quedeteriora la base para el desarrollo de los pueblosafectados.

• La exportación de rLa exportación de rLa exportación de rLa exportación de rLa exportación de residuos tóxicosesiduos tóxicosesiduos tóxicosesiduos tóxicosesiduos tóxicos originados en lospaíses industrializados y depositado en los países máspobres.

La deuda externa y la deuda ecológica están relacio-nadas. La obligación de pagar la deuda externa y susintereses obliga a conseguir un excedente monetarioque en parte puede venir del aumento genuino de laproductividad, pero en parte es obtenido a partir del em-pobrecimiento de las personas de los países deudores ydel abuso de la naturaleza.3 La necesidad de pagar la

Los paísesricos no

deberíanolvidar las

enormesdeudas

ecológicasque están

acumulandoa través del

consumoexcesivo, enespecial, los

cambiosclimáticos,

causados porpolíticas

energéticasirresponsables.

Mijail Gorbachov

2. Adaptado de ¡No más saqueo, nos deben la deuda ecológica! AcciónEcológica, 1999 y de Martínez Alier, 1998. Texto de la conferencia enAPRODEH.

3. Deuda Ecológica y Deuda Externa, Encuentro Continental Deuda Exter-na y el Fin del Milenio, Martínez Alier, 1998.

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15Introducción

deuda y el hecho de que en general los países más en-deudados reciban cada vez menos por sus productos losobliga a exportar más y más, aumentando los recursosnaturales necesarios para acabar obteniendo los mismosexiguos ingresos.

Si bien hoy en día la deuda externa se continúa exi-giendo con insistencia y con consecuencias nefastas, ladeuda ecológica continúa sin ser reconocida.

¿De qué manera se puede hacer más evidente su exis-tencia? ¿Se trata de cuantificarla en términos económi-cos? Hay impactos que pueden considerarse reversiblesy, en ese caso, la cuantificación monetaria puede utili-zarse para valuar el coste que tendrían que pagar susresponsables para restituir los impactos. En muchas otrasocasiones desgraciadamente los impactos son irreversi-bles, como la pérdida de vidas humanas o de biodi-versidad, de manera que (incluso si se considerase éti-co) monetarizar esos conceptos implicaría incurrir ennumerosas arbitrariedades.

No obstante, esto no impide que con el objetivo desu reconocimiento, la campaña internacional existenteconfronte la deuda ecológica con la deuda externa y sepregunte ¿quién debe a quién? El hecho de que notenga sentido monetarizar algunos elementos de ladeuda ecológica debido a su alcance y a la irreversibi-lidad de los daños producidos, hace que sea aún másevidente el desequilibrio, y menos ético continuar exi-giendo el pago de la deuda externa.

Junto a la deuda externa, hay otras causas importan-tes que explican la existencia de la deuda ecológica: laexpansión de los mercados internacionales en condicio-nes que favorecen a los países ricos, la revolución ver-de, la dependencia tecnológica, la privatización enmanos extranjeras de los servicios básicos (energía,agua...), las leyes de propiedad intelectual injustas...4

4. Adaptado de Alerta Verde número 78 Quito, Acción Ecológica, 1999.

Pensar enla deudaecológicahace verel mundodiferente.Inclusopodría salvaral mundo dela bancarrota.

Andrew Simms.Director delGlobal EconomyProgramme

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16Introducción

Este libro aborda el estudio de la deuda ecológicadesde el análisis de diversos de sus principales compo-nentes: deuda de carbono, biopiratería, pasivos ambien-tales y transporte de residuos.

Para más información

Acción Ecológica (1999), ¡No más saqueo, nos debenla deuda ecológica!

BERMEJO, R. (1994), Manual para una economía eco-lógica, Los libros de la catarata, Bakeaz, Centro dedocumentación y estudios para la paz, Bilbao-Madrid.

DALY, H. E., COBB, J. B. (1989), For the common good,Redirecting the economy toward community, theenvironment and a sustainable future, Beacon Press,Boston.

JACOBS, M. (1997), La economía verde. Medio ambien-te, desarrollo sostenible y la política del futuro, Se-gunda edición revisada, Colección Economía crítica.Fuhem Economía, Icaria, Barcelona.

MARTÍNEZ ALIER, J. (1992), De la economía ecológica alecologismo popular, Editorial Icaria, Barcelona.

— (2001), «Contracción, convergencia y compensación.Una nueva política contra el cambio climático», LaVanguardia, Barcelona, 25-11-2001.

— (1998), «Deuda Ecológica y derechos económicos, so-ciales y culturales», Texto de la conferencia realizadaen APRODEH.

¾ ¿Qué elementos pueden contribuir a que los paísesindustrializados reconozcan su deuda ecológica?

¾ El concepto de deuda ecológica ¿puede ser útil paraconseguir la cancelación de la deuda externa?

¾ ¿Puede ser de alguna utilidad cuantificar económicamente elvalor de la deuda ecológica? ¿Consideras que es posible?

Preguntas

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17Prefacio

2

La deuda ecológica

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18La deuda ecológica

En este capítulo trataremos de explicar los elementosprincipales que constituyen la deuda ecológica.

Al final de cada subapartado se encuentra bibliogra-fía y referencias de direcciones en internet para com-pletar la información. También se plantean una serie depreguntas orientadas a ayudar a reflexionar al lectorsobre el tema expuesto. Se recomienda tratar de con-testar las preguntas en pequeños grupos donde sepuedan discutir las diferentes opiniones.

La deuda de carbonoLas emisiones de gases de efecto invernadero como porejemplo el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4)o el óxido nitroso (N2O) inducen a un aumento en latemperatura media del planeta que es conocido bajo elnombre de cambio climático. En este marco, encontra-mos un elemento susceptible de formar parte de laDeuda Ecológica definida anteriormente: «la deuda decarbono» que se produce por la utilización masiva querealizan los países industrializados del servicio ambien-tal de absorción CO2 por parte de la atmósfera, la nue-va vegetación, los suelos y los océanos.

La estructura de las emisionesLa estructura de las emisionesLa estructura de las emisionesLa estructura de las emisionesLa estructura de las emisiones: teniendo en cuenta queel fenómeno de cambio climático se debe a las emisio-nes de gases de efecto invernadero a lo largo del tiem-po, es necesario conocer cuál es la cantidad que los di-ferentes grupos de países han emitido para establecerasí las responsabilidades. Durante los años noventa, lasemisiones de gases de efecto invernadero en los paísesindustrializados fueron ocho veces más elevadas (en tér-minos per cápita) que las de los países en desarrollo.En concreto, durante el año 1990, las emisiones percápita de los EUA fueron de 5,38 toneladas de carbo-no (tC). Las del resto de los países ricos fueron de 2,45tC (2 tC en el estado español), mientras que las de In-dia fueron 0,22 tC, las de China 0,55 tC, y las del restodel mundo en desarrollo 0,56 tC. Esta estructura de

Un viaje de1.000 km en

coche implicala emisión ala atmósfera

de unos50 kg. deCarbono.Un viaje

trasatlánticoen avión

supone unos425 kg. de

carbono porpasajero.

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19La deuda ecológica

emisiones ya nos permiteentender que existe unaresponsabilidad diferencia-da entre países ricos y paí-ses menos industrializados,que están utilizando demanera muy diferente elservicio ambiental de ab-sorción de CO2 por partede la atmósfera y de los su-mideros terrestres.5

El nivel político y la justicia ambientalEl nivel político y la justicia ambientalEl nivel político y la justicia ambientalEl nivel político y la justicia ambientalEl nivel político y la justicia ambiental. El actual siste-ma de lucha contra el cambio climático a escala inter-nacional se basa en el Protocolo de Kyoto, amparadopor las Naciones Unidas en el año 1997. Este documen-to estipula que es necesario reducir las emisiones de losdiferentes gases de efecto invernadero (básicamente eldióxido de carbono) en los países industrializados. Poneobjetivos para el año 2012, y toma el 1990 como añoreferencial. El documento se puede considerar un pe-queño paso adelante en materia ambiental. No obstan-te, tal como está definido, no aborda algunos aspectostales como son la equidad y la justicia, y establece «de-rechos de propiedad» sobre las reducciones de emisio-nes que pueden ser intercambiadas entre los diversospaíses bajo los mecanismos de Implementación Conjun-ta, Mecanismos para un desarrollo limpio y ComercioInternacional de Emisiones.6

En concreto, podemos ver el enfoque actual comouna carga para los países en desarrollo por dos moti-vos muy claros:

Política de EEUU respecto al cambio climático.The Economist. 8 de Junio 2002

5. Grubb, M.; Sebenius, J.; Magalhaes, A.; Subak, S. (1992), «Sharing theburden», a I.M. Mintzer (ed.): Confronting Climate Change. StockholmEnvironment Institute. Cambridge University Press: Cambridge.

6. Ramos-Martin, J. (2001), «De Kyoto a Marrakech: historia de unaflexibilización anunciada», Ecología Política 22, pp. 45-56.

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20La deuda ecológica

(i) Las reducciones pactadas en los acuerdos (de tan sóloun 5% de media para los países industrializados) nopermiten conseguir el objetivo de no interferir con elsistema climático, si se tiene en cuenta que el PanelIntergubernamental del Cambio Climático (IPCC en in-glés), organismo dependiente de las Naciones Unidas,pidió una reducción de las emisiones del 60% respec-to a los valores de 1990.7 Por lo tanto, aunque losdictados del Protocolo de Kyoto se cumplieran, se in-ducirá un calentamiento del planeta que afectará demanera más acusada a los países en desarrollo. Así,además de hacer frente a los costes asociados, lospaíses en vías de desarrollo deberán introducir medi-das preventivas, como escolleras, que implicarán cos-tes añadidos a países que se definen por su escasezde recursos económicos.

(ii) El sistema adoptado, fundamentado en la reducciónde las emisiones en un determinado porcentaje res-pecto a un año base, implica que cuando (en unfuturo inmediato) a los países en desarrollo se lesasignen objetivos concretos de reducción, el resulta-do final sea una situación con gran disparidad en lasemisiones per cápita, hecho que puede considerarseinjusto.

Considerando estos motivos se hace evidente que lasmedidas que se adopten deberían tener en cuenta unaserie de criterios de justicia distributiva, tal y como re-conocen las Naciones Unidas en el texto de la Declara-ción de Río (1992).8

En este texto se pidió que se protegiera el sistemaclimático bajo la base del reconocimiento de las respon-

Justiciaambientalimplica un

accesoigualitario

a los recursosy servicios

ambientales,así como a

la carga quesuponen

los residuos.

7. Mills, E., Wilson, D., i Johansson, T.B., (1991). «Getting started: no-regrets strategies for reducing greenhouse gas emissions», Energy Policy, July/August, 526-539.

8. United Nations (1992). «Convention on Climate Change», The EarthSummit, United Nations Commission on Environment and Development, Riode Janeiro, June 1992.

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21La deuda ecológica

sabilidades comunes pero diferenciadas y de las capaci-dades respectivas. En otras palabras, se pedía a los paí-ses ricos que se involucrasen más en la lucha contra elcambio climático debido a su responsabilidad histórica.Este enfoque liga con la idea de «justicia ambiental»,según la cual todas las personas deberían tener accesode forma igualitaria a los recursos y servicios ambienta-les, así como a la carga que suponen los residuos.

Teniendo en cuenta que las propuestas iniciales deRío se han ido materializando con el tiempo en unadirección totalmente diferente, ya desde el principio delos años 90 se comenzaron a oír voces, especialmentedesde los países del Sur, exigiendo un cambio en lamanera de actuar.

DiferDiferDiferDiferDiferentes enfoques de la Deuda de Carbonoentes enfoques de la Deuda de Carbonoentes enfoques de la Deuda de Carbonoentes enfoques de la Deuda de Carbonoentes enfoques de la Deuda de Carbono. Par-tiendo de una base de justicia ambiental y, por tanto,de posiciones igualitarias, se puede defender que todaslas personas tenemos el mismo derecho a las mismasemisiones de gases de efecto invernadero. Esto chocacon la disparidad actual en el nivel de emisiones. En1991, dos autores, Agarwal i Narain,9 defendieron elderecho de todos los humanos al mismo nivel de emi-siones. Los autores propusieron la creación de un mer-cado de derechos de emisiones que regulara el CO2

mundialmente. Más tarde, en 1995, el economista hin-dú Parikh10 hizo una primera estimación según la cualel Norte «debería» al Sur unos 70.000 millones de dó-lares anuales en concepto de la sobreemisión de gasesde efecto invernadero. Si tenemos en cuenta que en1999 la deuda externa de Latinoamerica era de 700.000millones de dólares, nos podemos dar cuenta que esta-mos hablando de cantidades cercanas al 10%.

9. Agarwal, A. i S. Narain (1991), Global Warming in an Unequal World. ACase of Environmental Colonialism. Centre for Science and Environment, NewDelhi, India.

10. Parikh, J.K.(1995), «Joint Implementation and North-South Cooperationfor Climate Change», International Environmental Affairs, Vol. 7(1).

¿Se cumpleel segundoprincipio dela Declaraciónde Río sobremedioambientey desarrollo?

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22La deuda ecológica

Desde entonces, diversos grupos, como el ‘GlobalCommons Institute’11 o la ONG ‘Christian Aid’,12 han de-fendido esta idea de la deuda de carbono. Los prime-ros defienden la idea de ‘Contracción y Convergencia’,que supone que las emisiones de CO2 per cápita debe-rían tender al mismo nivel en todo el mundo, y que paralograrlo los países industrializados deberían reducirsubstancialmente sus emisiones.

Parece evidente que el actual mecanismo de luchacontra el cambio climático no aborda estos aspectos dejusticia que hemos mencionado hasta ahora, y es poresto que nos permitimos lanzar la que sería nuestrapropuesta referente a la deuda de carbono.

Una prUna prUna prUna prUna propuesta para cuantificar la deuda de carbo-opuesta para cuantificar la deuda de carbo-opuesta para cuantificar la deuda de carbo-opuesta para cuantificar la deuda de carbo-opuesta para cuantificar la deuda de carbo-nonononono. Para reforzar el argumento en favor del reconoci-miento de la Deuda Ecológica referente al carbono, de-bemos hacer una estimación. La que se propone acontinuación tiene un carácter únicamente ejemplifi-cador.

Para el cálculo tomamos 6 Giga toneladas de Carbo-no (1 Giga tonelada equivale a 1.000 millones de to-neladas), que son las emisiones del año base utilizadoen el Protocolo de Kyoto (1990).

El IPCC estableció que, para mantener estables losniveles de Dióxido de Carbono en la atmósfera, y portanto frenar el incremento del cambio climático, losniveles de emisión deberían reducirse a 3,35 Giga to-neladas de Carbono por año. Por tanto en 1990 el ex-ceso de emisiones fue de 2,65 Giga toneladas de Car-bono, que equivalen a 9,805 Giga toneladas de Dióxidode Carbono.

El exceso en las emisiones debe ser penalizado conuna multa, pues perjudica a todos los ciudadanos. Paraestablecer el valor de la multa utilizaremos como refe-

Una estimaciónde la deudade carbonoasciende a

980.500millones dedólares tan

solo en el año1990. El total

de la deudaexterna

acumulada delos países

Latinoamericanosera de 787.145

millones dedólares.

11. http://www.gci.org.uk12. http://www.christian-aid.org.uk

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23La deuda ecológica

rencia el valor propuesto por la Comisión Europea y quese aplicará a los emisores que excedan los cupos asig-nados en el mercado interno de emisiones de CO2 quese creará en Europa.13 La multa es de 100 euros por to-nelada de CO2 equivalente.

Haciendo este simple cálculo:

Deuda de carbono = Exceso de emisiones (toneladas de CO2) *multa por exceso (100 euros/tonelada)

Obtenemos

Deuda de carbono = 9,805E9*100 = 980.500 millones de euros

Por tanto, en el año 1990 la deuda de carbono hu-biera ascendido a 980.500 millones de euros (unos980.500 millones de dólares considerando 1$=1euro).Desde entonces, cada año se adquiere una nueva deu-da que no ha hecho más que aumentar. Es evidente queestas son unas cantidades que difícilmente serán paga-das por los países del Norte, pero evidencian que elNorte debe mucho más al Sur que viceversa, y sirvencomo argumento para evidenciar la ilegitimidad de exi-gir la deuda externa si no se reconoce la deuda ecoló-gica.

La conclusión es que el desequilibrio entre las emi-siones de gases de efecto invernadero, y por tanto enla responsabilidad del cambio climático, es tan fuerteque está haciendo crecer una deuda de carbono delNorte hacia el Sur. Ya es hora que este hecho sea reco-nocido y que la justicia ambiental se incorpore en lasdiscusiones internacionales sobre la materia.

13. «Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por laque se establece un régimen para el comercio de derechos de emisión de gasesde efecto invernadero en la Comunidad y por la que se modifica la Directiva96/61/CE del consejo». Versión presentada por la Comisión 2001/0245 (COD).

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24La deuda ecológica

Para más información

http://www.unfccc.int Convención Marco del CambioClimático. Organismo político de decisión en mate-ria de lucha contra el cambio climático. Importantebase de datos de emisiones. Se pueden descargardocumentos oficiales como el Protocolo de Kyoto.

http://www.gci.org.uk Global Commons Institute. Orga-nismo que defiende la idea de 'contracción y conver-gencia'. Dispone de un model muy interesante paraestimar como llegar a este objetivo.

http://www.christian-aid.org.uk Christian Aid. ONG bri-tánica que ha defendido la reclamación de la deudade carbono. Se puede descargar el documento Whoowns who. Climate change, debt, equity and survival.

http://cdiac.esd.ornl.gov/home.html Carbon DioxideInformation Analysis Center. Con estadísticas históri-cas de emisiones.

http://www.rcade.org/comisiones/deudaecologica.htmComisión de Deuda Ecológica de la RCADE (Red Ciu-dadana para la Abolición de la Deuda Externa).

http://www.cosmovisiones.com/DeudaEcologica/ Páginaoficial de la campanya por el reconocimiento y resti-tución de la Deuda Ecológica.

¾ El Protocolo de Kyoto, documento que regula la actuaciónde los estados contra el cambio climático, establecemecanismos de mercado como por ejemplo el intercambiode reducción de emisiones de gases invernadero como formade conseguir objetivos ambientales ¿Qué opinas? ¿Por qué?

¾ ¿Qué elementos deberían tenerse en cuenta a la hora decalcular un hipotético precio por tonelada de carbono parael cálculo de la deuda ecológica?

¾ ¿Podría hacerse operativo un mecanismo para el pago deesta deuda? ¿Deberían crearse nuevas instituciones?¿Cuáles? ¿Cuál sería el papel de las Naciones Unidas?

Preguntas

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25La deuda ecológica

GRUBB, M.; VROLIJK, C.; BRACK, D. (1999), The Kyotoprotocol. A Guide and Assessment. Royal Institute ofInternational Affairs and Earthscan Publications, Ltd.London.

HOUGHTON, J.T. et al. (eds) (1996), Climate Change 1995.The Science of Climate Change, Cambridge UniversityPress, New York.

HYDER, T.O. (1992), «The climate negotiations: TheNorth/South perspective», a I.M. Mintzer (ed.),Confronting Climate Change. Stockholm EnvironmentInstitute, Cambridge University Press, Cambridge.

MARTÍNEZ-ALIER, J. (2000), Environmental Justice,Sustainability and Valuation. Harvard Seminar onEnvironmental Values, Tuesday, March 21, 2000. Ver-sión electrónica en http://www.ecoethics.net/hsev/200003txt.htm.

La biopirateríaTodas las especies que habitan en la Tierra llevan en suscélulas información sobre ellas mismas. El código gené-tico es un mapa de navegación para el proceso de forma-ción y para el funcionamiento de los organismos. En élse encuentra la identidad de las especies con todos susdetalles: el modelo para la producción de defensas quími-cas, la capacidad de adaptación a condiciones climáticas,las cualidades nutricionales, las defensas inmunológicas,incluso algunas características asociadas al comporta-miento. Una forma de transporte de esta información, enel caso de las plantas, son las semillas: mediante su des-plazamiento, las plantas extienden sus rasgos vitales; y me-diante su transporte por los humanos, especies como elmaíz y la patata han podido llegar a Europa.

Las características genéticas, además, pueden ser es-cudriñadas y reproducidas, manipuladas y transferidas aotras especies mediante técnicas de laboratorio que sehan desarrollado durante los últimos 30 años en los países

Lascaracterísticasgenéticas sonel producto demiles de añosde interacciónentre especies.

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industrializados. De esta manera, a partir de una mues-tra microscópica de un organismo, sin destruirlo ni ex-traerlo de su hábitat, es posible sintetizar medicinas comola penicilina que salva millones de vidas (y también pro-duce millones de dólares a las empresas farmacéuticas).

Las características naturales son el producto de unalarga historia de interacción de las especies vegetales yanimales entre sí, con el entorno físico y con las comu-nidades humanas. Durante miles de años, los habitan-tes de las diferentes regiones del mundo han seleccio-nado especies para su uso y mediante esta selección hanmodificado sus características, generando variedades conpropiedades que tan sólo algunos grupos humanosconocen, conservando su sabiduría.

La «creatividad» relacionada con la creación de bio-diversidad tiene, por tanto, tres ámbitos:14

1. La creatividad inherente a los seres vivos, que lespermite evolucionar, recrearse y regenerarse.

2. La creatividad de las comunidades indígenas, que handesarrollado sistemas de conocimiento para conser-var y utilizar la rica diversidad biológica de nuestroplaneta. «Escuchando a los pastores de vacas, lostapasvis, los habitantes de la selva, los cazadores, losque cuidan de los huertos, y observando su forma ypropiedades, aprended sobre las hierbas y las plan-tas medicinales» (Charaka Samhita, Sutra Sthaana,Biopiratería, pp.120).

3. La creatividad de los científicos modernos en sus la-boratorios de universidad o de las compañías priva-das, en la búsqueda de formas de utilizar los orga-nismos que generen ganancias económicas.

La diversidad biológica y el mercadoEn algunas regiones del planeta hay un número extraor-dinario de especies silvestres: entre los trópicos, por

14. Vandana Shiva, Biopiratería, Icaria, 2002.

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ejemplo, se pueden encontrar la mitad de todas lasespecies del mundo. Es también en las regiones tropi-cales donde la mayoría de grupos humanos dependenpara su alimentación y salud de la interacción directacon su entorno natural, de la agricultura doméstica yde la medicina tradicional. Esta interacción es, al mis-mo tiempo, origen de la enorme riqueza de variedadescultivadas que son reservas de diversidad genética aescala mundial. Y es también en estas regiones dondela pobreza, medida con indicadores relacionados con elingreso monetario y la satisfacción de las necesidadesbásicas, llega a sus niveles más altos.

Una de las formas de ver las relaciones entre los paí-ses del Sur y los del Norte con los criterios de econo-mía de mercado es mediante la óptica de la diversidadbiológica y cultural. Los países del Sur serían los alma-cenes de información sobre la naturaleza, reservas dediversidad potencialmente introducible en el mercado,mientras que los países del Norte jugarían el papel decompradores, procesadores y redistribuidores de esta in-formación en forma de productos de consumo, utilizan-do el sistema de Derechos de Propiedad Intelectual. Eneste contexto, a la riqueza biológica y al conocimientodel Sur se le asignaría un precio, que las empresas de-berían pagar para poder apropiarse de ellos. Pero aquísurgen algunos interrogantes que sería adecuado quenos planteáramos: ¿Es legítimo asignar un valor mone-tario al producto de la historia evolutiva de sistemassocioecológicos donde valores y cosmogonías estáninvolucradas? ¿Es necesario hacerlo para evitar el saqueoindiscriminado? ¿Es útil? ¿Para quién? ¿Quién tiene lacapacidad y el derecho para establecer estos precios?¿Son los precios la única herramienta que debería en-trar en juego en la negociación sobre los derechos deexplotación de estos recursos?15

15. Martínez-Alier, J. (1994), The Merchandising of Biodiversity.Etnoecológica vol. 2 nº 3. www.etnoecologica.org.mx/Etnoecologica_vol2_n3/debates.htm

En laactualidadse asumeque se puedenintroducir enel mercado lascaracterísticasgenéticas y labiodiversidad¿Es legítimodarles un valoreconómico?

El ConveniosobreDiversidad deRío reconocióque se habíaproducido unexpolio de losconocimientosy materiasprimasbiológicas.

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La respuesta oficial a estos interrogantes, la que guíahoy en día el acceso a los recursos biológicos del Sur,asume que el ingreso en el mercado de un recursonatural o de un servicio ambiental es una vía eficientey justa para regular el uso. En el Convenio sobre Diver-sidad Biológica, firmado en Río en el año 1992 por másde 150 países, los derechos sobre la biodiversidad y losrecursos genéticos se asignan a las naciones con terri-torios donde se encuentre la riqueza biológica. El con-venio también hace una demanda a la redistribuciónequitativa de los beneficios derivados de los recursosgenéticos y promueve la participación de empresas pri-vadas en el proceso. Los gobiernos nacionales han deestablecer las normas que regulen la interacción comer-cial entre grupos locales involucrados y empresas priva-das interesadas en adquirir los derechos sobre la infor-mación genética que pueda extraerse, de manera quese lleve a cabo el principio de redistribución equitativa.

A partir de esta definición, la medida de justicia paraluchar contra la biopiratería depende directamente delos precios que se asignen a los derechos sobre una va-riedad genética o sobre una forma de conocimiento yde las condiciones de negocio.

Algunos ejemplos de utilización de información gené-Algunos ejemplos de utilización de información gené-Algunos ejemplos de utilización de información gené-Algunos ejemplos de utilización de información gené-Algunos ejemplos de utilización de información gené-tica son fácilmente calificables de biopirateríatica son fácilmente calificables de biopirateríatica son fácilmente calificables de biopirateríatica son fácilmente calificables de biopirateríatica son fácilmente calificables de biopiratería. LarryProcter, el actual presidente de POD-NERS, L.L.C, unaempresa agrícola de los Estados Unidos, viajó a Méxicoen 1994 y compró un paquete de frijoles azufrados quedespués plantó. Durante dos años fue seleccionando, encada generación, los de color amarillo más puro. En elaño 1999 obtuvo una patente por su «invento» en laoficina de marcas y patentes de Estados Unidos, que ledaba derecho a demandar a cualquier persona o institu-ción que comprase, vendiese, utilizase o importase frijo-les con las características registradas. Es así como los cam-pesinos mexicanos, herederos milenarios de la tradicionalagrícola del frijol, no solo no obtienen ningún beneficiosobre el multimillonario negocio de la «nueva» variedad

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de frijol, sino que además, pierden progresivamente elmercado de sus productos, a menos que las empresasimportadoras estadounidenses estén dispuestas a pagarun Royalty al señor Procter, el propietario de la patente,o que el Gobierno mexicano tenga capacidad para su-fragar hasta el final la costosa demanda que tendría in-terpuesta contra la empresa.16 Este es sólo uno de losmuchos ejemplos posibles que apuntan sobre la legiti-mad (o la falta de legitimidad) de la patente de un «in-vento» que no es ninguna novedad, un invento que per-tenece a la cultura que lo ha desarrollado durante siglos.La propiedad intelectual de empresas privadas del Nortesobre variedades andinas del algodón, de la quina, de lamaca en Perú, del neem de la India, sobre la ayahuascaamazónica o sobre el principio activo que permite a loscaminantes del desierto de Kalahari aguantar el hambrey la sed, son otros casos de biopiratería.

«He aquí pues el principio de cuando se dispusohacer al hombre y cuando se buscó lo que debíaentrar en la carne del hombre (...). Y dijeron losProgenitores: «Ha llegado el tiempo del amane-cer, de que se termine la obra y de que aparez-can los que nos han de sustentar y nutrir (...)» Yasí encontraron la comida y ésta fue la que entróen la carne del hombre creado, del hombre for-mado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la carnedel hombre (...). Y se llenaron de alegría pueshabían descubierto una tierra abundante en ma-zorcas amarillas y mazorcas blancas y abundantetambién en patatxe y cacao, y en innumerableszaptes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel(...). Y de este alimento provinieron la fuerza y lagordura y con él crearon los músculos y el vigordel hombre (...). De maíz amarillo y de maíz blan-

16. La información completa se puede encontrar en www.etcgroup.org/article.asp?newsid=31.

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co se hizo su carne; de masa de maíz se hicieronlos brazos y las piernas del hombre. Únicamentemasa de maíz entró en la carne de nuestros pa-dres (...)».

Fragmento de la leyenda de la creación maya.

Los DerLos DerLos DerLos DerLos Derechos de Prechos de Prechos de Prechos de Prechos de Propiedad Intelectual (DPI) se inven-opiedad Intelectual (DPI) se inven-opiedad Intelectual (DPI) se inven-opiedad Intelectual (DPI) se inven-opiedad Intelectual (DPI) se inven-tartartartartaron para ron para ron para ron para ron para recompensar y dar recompensar y dar recompensar y dar recompensar y dar recompensar y dar reconocimiento a laeconocimiento a laeconocimiento a laeconocimiento a laeconocimiento a lacrcrcrcrcreatividadeatividadeatividadeatividadeatividad. El modelo aplicado en ejemplos como elanterior, protegen tan sólo la creatividad realizada enlos laboratorios, negando cualquier valor a la creativi-dad de las comunidades indígenas que han desarrolla-do sistemas de conocimiento para conservar y utilizarla rica diversidad biológica de nuestro planeta. Peroincluso si se reconocen los DPI a las comunidades «crea-doras» de biodiversidad agrícola, la siguiente sería unapregunta legítima: ¿Los DPI constituyen un mecanismode incentivo a la creatividad o de control y de gestiónde la riqueza, una herramienta para ampliar el territo-rio de la economía de mercado? ¿Quién es el benefi-ciario real de esta ampliación en las comunidades loca-les involucradas?

Así, el debate más trascendental al que apuntan estosejemplos es el de las patentes sobre productosalimentarios y farmacéuticos: el derecho a apropiarse,en último término, de la diversidad biológica y cultural,de la capacidad de supervivencia humana y, sobretodo,del derecho a utilizarlas bajo criterios de mercado. Estedebate se aplica tanto a los casos de biopiratería queya hemos visto como a los contratos de bioprospecciónque veremos a continuación.

De la biopiratería a la bioprospección

La bioprospección es la explotación científica o el culti-vo de recursos genéticos y bioquímicos silvestres reali-zada respetando los tratados internacionales y las leyesdel país donde se llevan a cabo. Se argumenta que este

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instrumento podría ser una vía para conseguir la con-servación de la biodiversidad, e incluso, el desarrollosostenible de los países del Sur, si sus beneficios se in-vierten apropiadamente. Aunque a primera vista pare-cer clara la diferencia entre bioprospección y labiopiratería, la historia nos ha demostrado que les se-paran fronteras que, en muchas ocasiones, son difícilesde definir.

Entre los contratos de bioprospección se acostumbraa poner como ejemplo, por ser uno de los primeros, elfirmado por la multinacional farmacéutica Merck conInBio, un instituto paraestatal de Costa Rica especiali-zado en búsquedas biológicas. El contrato entre Mercke InBio fue firmado en el año 1992. Merck compró aInBio el derecho de accceder a la información genéticade una gran área natural protegida, por un millón dedólares y además, se comprometió a pagar una propor-ción de los beneficios por los productos comerciales que,eventualmente, llegase a descubrir con la materia ori-ginaria de Costa Rica. La visión optimista del contratose centra en el hecho de que los ingresos deberíanpermitir conservar la biodiversidad de la región. La vi-sión pesimista argumenta que se trata de un precio muybajo, si se tiene en cuenta que el proyecto conserva-cionista deberá competir contra otros usos del suelo queproducen beneficios más grandes para la población.Añaden también que la biodiversidad no es un buennegocio a corto plazo para las multinacionales y, portanto, el precio nunca será alto. Es significativo que elmismo responsable de In Bio reconoce que tan sóloentre un 15 y un 20% de los ingresos derivan de loscontratos de bioprospección, y que el resto proviene dedonaciones y premios. Por otra parte debe remarcarseque este contrato no hace referencia al papel que jue-gan las comunidades locales: las guardianas naturalesde la biodiversidad de Costa Rica y las directamenteafectadas por cualquier política de conservación. Enúltimo término, vale la pena preguntarse si la aplicaciónde la lógica de mercado es una garantía para la conser-

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vación de la biodiversidad silvestre, si la conservaciónmediante contratos de bioprospección no es una «pes-ca milagrosa» por los dos implicados en la firma del con-trato. Una pesca milagrosa que además está condena-da a desaparecer gracias a la misma lógica del mercadoque la creó.

El grado de «piratería» en los contratos de biopros-pección es muy variable, siempre según la visión que seasume para entenderlos. Factores como el conocimien-to que tienen las comunidades locales de los términoslegales especializados, de las estrategias de negociación,de las perspectivas del mercado, o variables como elpoder normativo del gobierno y su interés en la cues-tión son condicionantes para los resultados finales dela negociación.

Pero, incluso en el mejor de los casos, en aquellosproyectos donde se promueve una negociación trans-parente y equitativa con las culturas locales hay muchosinterrogantes abiertos. Un ejemplo de este tipo de pro-gramas es la iniciativa Biocomercio, concebida por laConferencia de Naciones Unidas para el Comercio y elDesarrollo con la finalidad de favorecer los términos enque pueden negociar los países ricos en biodiversidad(mediante entrenamiento legal y técnico, el apoyo enla búsqueda de mercados y la divulgación de contratosmodelo en países en desarrollo). Son proyectos sobrelos que se han planteado dudas como las siguientes:¿Hasta qué punto esta extensión del mercado en elámbito rural del Sur está generando un aumento de ladependencia de los mercados y del conocimiento delNorte? ¿Existe alguna fórmula para prevenir a los paí-ses proveedores de germoplasma ante cualquier crisisdel mercado que proveen?17

Los agricultores tradicionales y las culturas locales delos países ricos en biodiversidad juegan un papel fun-

17. Bell, J. 1997. Biopiracy’s latest disguises. www.grain.org/publications/jun971-en-p.htm.

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damental para la sostenibilidad del sistema ecológico (ypor tanto económico) mundial, al crear y/o mantener (yasea de manera activa o mediante el papel de guardia-nes, voluntarios o no) la diversidad de donde ahora, oen el futuro, se extraerán los alimentos, las medicinas yquién sabe qué otros recursos que puedan llegar a serfundamentales para la vida humana. Si es así, ¿tienesentido que la relación del mundo industrializado conlos agricultores tradicionales y las culturas locales de lospaíses ricos en biodiversidad sea, en el mejor de loscasos, la de un negociante caritativo, que se toma lamolestia de pagar una parte de sus beneficios a unvendedor pobre? ¿No debería revertirse la imagen? ¿Nosería más responsable cambiar el contexto de discusión,separándolo del ámbito del mercado (que está orienta-do, en último término, a los intereses particulares delcorto plazo) y enfocarlo como una cuestión de bienes-tar común a largo plazo, que afecta a los valores e in-tereses ciudadanos, tanto de los del Sur como de losdel Norte?

¾ ¿Existe una deuda acumulada históricamente de algunospaíses a otros, determinada por la cantidad de sus alimentoso medicinas actuales, que han sido derivadas de recursosnaturales «extranjeros»? ¿Hasta dónde se puede extender elconcepto de propiedad sobre recursos biológicos yculturales? ¿Qué sentido tendría hacerlo? ¿A quiénbeneficiaría?

¾ ¿Cuál es el precio justo que una comunidad, que aportó susconocimientos ancestrales en un proceso de biopiratería,debería pagar por el producto farmacéutico o alimentarioresultante de este proceso? Por ejemplo, ¿cuánto deberíapagar un campesino mexicano por una semilla de maíz«mejorada» a una multinacional de la biotecnología?

Preguntas

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Para más información

Shiva, Vandana (2001), Biopiratería. El saqueo de la na-turaleza y del conocimiento, Editorial Icaria.

http://www.etcgroup.org. El grupo de acción «Erosión,tecnología, concentración» se dedica a «la conserva-ción y el desarrollo sostenible de la diversidad y el de-sarrollo sostenible de la diversdad cultural y ecológicay la defensa de los derechos humanos». Antes RAFI(Fundación Internacional para Desarrollo Rural).

http://ww.etnoecologica.org.mx. Revista internacionaldedicada al estudio de la utilización indígena de lanaturaleza, editada por la Universidad Nacional Au-tónoma de México, UNAM.

http://www.grain.org. Acción internacional por los recur-sos genéticos (GRAIN por sus siglas en inglés) es unaONG «que promueve la utilización sostenible y el usode la biodivesidad agrícola, fundamentándose en el

¾ El precio de un recurso genético o etnobiológico ¿deberíaestar relacionado con el destino de los productos que de élse deriven? Por ejemplo, ¿debería valer lo mismo lainformación utilizada para un producto de cosmética,comprado por una multinacional, que el destinado aproducir una vacuna, comprada por una organizaciónhumanitaria?

¾ Si un recurso genético se encuentra en diferentes países ylas empresas compradoras de información genética sonmultinacionales: ¿qué impide que se establezca unacompetencia entre los países reservorios de biodiversidadpor la venta de sus recursos, mediante una flexibilización delas normas o un descenso en las tarifas? ¿No conduciría estoa una tendencia internacional hacia estándares cada vez másdesfavorables para las comunidades locales?

Preguntas

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control de los pueblos sobre los recursos genéticos yel conocimiento local».

http://www.vshiva.net/ Research foundation for science,technology and ecology. Uno de los centros de in-vestigación más importantes desde el cual se lanzala idea de biopiratería

El pasivo ambientalEl pasivo ambiental es el conjunto de los daños ambien-tales, en términos de contaminación del agua, del sue-lo, del aire, del deterioro de los recursos y de losecosistemas, producidos por una empresa, durante sufuncionamiento ordinario o por accidentes imprevistos,a lo largo de su historia.

En los países del Sur es común que los pasivos am-bientales más graves sean producidos por empresastransnacionales del Norte, que imponen unas condicio-nes laborales y ambientales inaceptables, aprovechan-do que en la mayoría de los países del Sur la legisla-ción ambiental es menos estricta y la fuerza política delas poblaciones locales y de los gobiernos es menor.18

Los daños producidos por estas empresas constituyenuna parte de la Deuda Ecológica adquirida por los paí-ses del Norte con los países del Sur. En este caso, noobstante, se trata de una deuda privada, a diferencia,por ejemplo, de la deuda de carbono.

Desgraciadamente hay muchos pasivos ambientalessin compensar. Como veremos, en el pasivo ambientalse identifica fácilmente la responsabilidad moral, aun-que no siempre la responsabilidad jurídica.

18. El pasivo ambiental no se ocasiona sólo en el Sur del mundo, si notambién en el Norte (por ejemplo en el distrito industrial de Porto Marghera,Italia, y en el Love Canal, USA).

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También en este capítu-lo nos plantearemos algu-nas cuestiones: ¿se puedecompensar a las comunida-des afectadas por dañosambientales? ¿Puede sermonetaria esta compensa-ción? ¿Cuáles son los instru-mentos jurídicos que pue-den obligar a las empresasa responsabilizarse de suspasivos ambientales?

La valoración del pasivo ambiental

El cálculo monetario del pasivo ambiental o, lo que eslo mismo, la valoración monetaria de los daños ambien-tales, es muy discutible y arbitraria por dos razones. Pri-mero, porque los ecosistemas y su interacción con lasociedad humana se caracterizan por un alto nivel decomplejidad y una incertidumbre alta. Pero lo que que-da claro es que estas interacciones pueden alterar no-tablemente el equilibrio del ecosistema y conducir acambios irreversibles en las pautas de desarrollo.19

La segunda razón es que la expresión de los dañosambientales en términos monetarios tiene límites estruc-turales inevitables si se acepta la idea de inconmensu-rabilidad de valores, o sea la «ausencia de una unidadcomún de medida aplicable a valores plurales»: ¿Cuáles el valor monetario de una vida humana? ¿Cuál es elvalor de la degradación de un paisaje, de la reducciónde biodiversidad, de la pérdida de la identidad culturalpropia, de la emigración forzada o de las enfermeda-

Ecosignos virtual. Ecohumor n.º1, 1996. Hace referenciaa la contaminación producida por el Exxon Valdez.

19. Chavas, J. (2000), Ecosystem valuation under uncertainty & irreversibility,en Ecosystems, 3, 11-15.

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des sufridas? La inconmensurabilidad obliga a replan-tearse el concepto de compensación desde su funda-mento. Nos podemos preguntar si ante los daños quese producen en la salud, en la destrucción de un con-texto cultural o en la degradación irreversible del me-dio ambiente, es adecuada, pertinente y útil una com-pensación monetaria.

Hay comunidades enteras que se oponen a la valo-ración monetaria. Los U'wa de Colombia, por ejemplo,rechazan, como muchas otras comunidades indígenas,compensaciones monetarias como las que ofrece la com-pañía 'Occidental Petroleum' para la perforación y ex-tracción de petróleo, que ellos conciben como la «vio-lación del cuerpo sagrado de la madre tierra».20

Evidentemente, se trata de dos escalas de valores dife-rentes y no compatibles.21

Debemos destacar por tanto que la valuación mone-taria de daños ambientales es altamente arbitraria, yaque las cifras que surgen de las valuaciones monetariasdependen principalmente de las suposiciones y de lametodología utilizada. Seguramente no reflejan el va-lor total de las pérdidas sufridas y, además, muchosdaños nunca podrán ser reparados ni compensados.

Aún así, en un ámbito institucional es más efectivohablar en el lenguaje cuantitativo y monetario. Presen-tar números podría ayudar a que se entienda esta in-justicia en ámbitos normalmente menos sensibles a es-tos temas. Asimismo, la valoración monetaria del pasivoambiental podría ser útil en un contexto judicial. Dehecho, en el derecho civil de cada país, el daño espunible si es cuantificable y la reparación se concibe enmuchas ocasiones en términos monetarios.

La compensación monetaria del daño, conjuntamentecon el castigo judicial, es la única fórmula que existepara que los damnificados reciban al menos algo, so-

20. http://www.ran.org/ran_campaigns/beyond_oil/oxy.21. Martinez-Alier, J. (2001), Mining conflicts, environmental justice and

valuation, en Journal of Hazardous Materials, 86, 153-170.

Enseño a mishijos que todoes sagrado yque estárelacionado.¿Cómo podríaexplicar a Oxyque extraer elpetróleo espara nosotrospeor quematar a lapropia madre?Si matas laTierra nadiepodrá vivir.

Mujer U'wa

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bretodo en caso de compensación retroactiva. La com-pensación monetaria sirve para restablecer los dañosproducidos por la contaminación, y como una interna-lización parcial de las externalidades producidas.

Otra razón por la cual vale la pena plantear una com-pensación monetaria de los daños ambientales es queésta sirve como «desincentivo» para aquellos que llevana cabo actividades contaminantes, o como mínimo paraque se les obligue a tomar precauciones e introducir in-novaciones tecnológicas para reducir el daño. Además,la compensación monetaria, conjuntamente con el pro-ceso o la negociación que la hacen posible, tiene un valorsimbólico muy fuerte. Es una reafirmación del derechode las poblaciones locales sobre su territorio.

A pesar de esto, la compensación monetaria debe sersuficientemente elevada para que no se perciba comoun «permiso de contaminación», sino como una multa(castigo) por los daños provocados, y debe ir acompa-ñada de una penalización contra los responsables.

La responsabilidad y los pasivos ambientales

¿Quién debe de hacerse cargo de reparar los daños,cuando esto es posible? ¿Quién compensa a las pobla-ciones locales por los daños que no es posible reparar?

El problema de individualizar la responsabilidad esparticularmente difícil cuando las empresas pasan pordiferentes propietarios o cuando cierran. En este caso,ni los antiguos propietarios ni los nuevos quieren ha-cerse cargo de los daños provocados en el pasado y elEstado en muchas ocasiones no tiene los recursos ni lavoluntad política para hacerlo.22

Existen algunos casos donde las comunidades loca-les han iniciado un proceso judicial contra una empre-

22. Al respecto, es muy interesante la legislación que se está aprobando enChile sobre el cierre de las producciones mineras, (www.idrc.ca/mpri/documents/cochilco.pdf http://www.idrc.ca/mpri/documents/quebecsymp_s.html, http://www.sonami.cl/boletin/bol1135/art8.html)

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sa por los daños producidos. Un ejemplo cercano en eltiempo es el caso de Neuquén, una provincia Argenti-na donde las comunidades Mapuches han demandadoa la empresa Repsol-YPF solicitando 445 millones dedólares en concepto de los daños que han sufrido ensu territorio como consecuencia de la explotación dehidrocarburos. De éstos, 138 millones corresponden ala compensación por el impacto en la vegetación, lafauna, la salud psicofísica y la afectación sociocultural.El resto corresponden al coste de la limpieza de la su-perficie afectada.23 Actualmente, el caso está pendien-te de resolución por parte de los tribunales.

El ATCA, ¿una posible estrategia para pararlos abusos de las transnacionales?

En una economía cada vez más globalizada, ¿cuáles sonlos mecanismos para conseguir que las transnacionalessean reconocidas como responsables jurídicas de losdaños ambientales que producen y sean penalizadas?

Un posible instrumento jurídico para conseguir quelos culpables de graves violaciones de los derechos hu-manos sean castigados es la legislación del Alien TortClaims Act (ATCA)24 de los Estados Unidos. Según estaley, las cortes federales son las que se ocupan de casosde responsabilidad civil por los delitos cometidos por em-presas de Estados Unidos en el extranjero, en violaciónde una norma de ley de las naciones o de una ley inter-nacional consuetudinaria.25 El campo de la responsabi-

23. http://www.mapuexpress.net/publicaciones/repsol2.htm.24. Herz, R.L. (2000), Litigating environmental abuses under the Alien Tort

Claims Act: a practical assessment, en The Virginia Journal of InternationalLaw, vol. 40, 545.

25. Se define como ley consuetudinaria el conjunto de usos y prácticas delas naciones. Se puede probar la existencia de una ley consuetudinaria me-diante el trabajo de juristas, de documentos oficiales y de otras indicacionesde la acción gubernamental, de acuerdos internacionales, de juicios naciona-les e internacionales, y de la opinión de estudiosos de reconocido prestigio.

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40La deuda ecológica

lidad ambiental está aún por explorar, pero la estrate-gia del ATCA puede ser un camino para juzgar empre-sas estadounidenses que cometen actuaciones ilícitas enotras zonas del mundo. El ATCA ha intervenido en al-gunos casos en los que existe un importante componen-te de daños ambientales, pero no siempre se han cas-tigado a los responsables.

Uno de estos casos es el de Freeport-McMoRan, em-presa minera que trabaja en Irian Jaya, Nueva Guinea,Indonesia, primera productora de oro en el mundo y ter-cera de cobre. La compañía ha arrasado más de 120metros de la zona más alta de una montaña que es sa-grada para la población local Amungme, destruyendomiles de hectáreas de selva tropical, devastando lagos ycontaminando el agua. La mina descarga actualmentecerca de 120.000 toneladas diarias de residuos tóxicosno tratados en los cauces de agua. Esta cantidad equi-vale a un camión de diez toneladas cada seis segundos.26

La salud y la vida de las poblaciones locales está grave-mente amenazada. El caso fue presentado bajo la legis-lación ATCA a la Corte del Distrito de Louisana, que larechazó bajo el argumento de que los agravios ambien-tales no son reconocidos como violación inmediata delderecho internacional (forum non conveniens).

Otro caso muy célebre es el de Texaco, una empresatransnacional que realizó perforaciones en la selvaamazónica de Ecuador durante veinte años, hasta fina-les del año 1992, para extracción de petróleo, abrien-do más de 300 pozos. Texaco ha descargado cantida-des masivas de productos altamente tóxicos en el aguaque la población local utilizaba para beber, pescar y ba-ñarse. Asimismo, han llenado de residuos tóxicos lasbalsas de almacenamiento de agua de extracción queva unida al petróleo. En muchas ocasiones estos depó-sitos se han roto o desbordado, contaminando de ma-

26. http://www.moles.org/ProjectUnderground/motherlode/freeport/freeport1.html.

La decisiónconsciente

de Texaco deverter residuos

tóxicos en laselva es unaviolación delos derechos

humanos.Ni siquiera ha

sido unaccidente, ha

sido unadecisión

deliberadapara ahorrar

costos eincrementar

beneficios.

Joseph C. Kohn,abogado en

el caso contraTexaco

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41La deuda ecológica

nera muy importante el medio ambiente y provocandoserios daños en la salud de la población local. Más de300.000 habitantes han quedado gravemente afecta-dos.27 Este caso fue rechazado en primera instancia porlas cortes de Estados Unidos pero está todavía pendientede apelación.

Finalmente, otro caso, relativamente cercano en eltiempo, denunciado en el ATCA es el de Bhopal, en laIndia. Se trata del caso de la empresa Union Carbide,que en el año 1984 sufrió un accidente en una de susfábricas de pesticidas, donde murieron 5.000 personasy más de 20.000 fueron afectadas por la exposición alas emisiones tóxicas. También causó enfermedades cró-nicas a aproximadamente 150.000 personas.28 UnionCarbide rechazó toda responsabilidad en el accidente ytan sólo aceptó compensar a las víctimas, tras cinco añosde batallas legales, con 350$ para cada afectado: unacifra irrisoria. El caso se presentó en un segundo inten-to bajo el ATCA en 1999 y aún está en los tribunalespendiente de una resolución definitiva.

El ATCA es una legislación muy avanzada, pero secaracteriza por una enorme arbitrariedad. No existe enlos Estados Unidos (y menos en Europa) una legislaciónhomogénea que regule los daños ambientales produci-dos en el extranjero por empresas transnacionales. Asípues, en muchas ocasiones el resultado final es altamen-te variable en función del juez.

¿Un Superfund mundial?

Por otra parte, se está conformando una tendencia cadavez más alta hacia la responsabilización de las empresasdentro de los propios países de procedencia. Un sistemade legislación nacional de responsabilidad ambientalconstituye un fuerte incentivo hacia una producción

27. http://www.texacorainforest.org.28. http://www.bhopal.net, http://www.bhopal.org.

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42La deuda ecológica

menos contaminante. Puede, incluso, contribuir a lainternalización de una parte de los costes y de los ries-gos ambientales de las empresas en su propia contabi-lidad. En este caso, corresponderá a las empresas mini-mizar los costes, y al hacerlo, se minimizará el impactoambiental.

En muchos países existe legislación sobre la respon-sabilidad ambiental. De éstas, la más avanzada es la vi-gente en los EEUU, donde en el año 1980 el Congresocreó la legislación Superfund, un programa que impo-ne normas de responsabilidad estrictas en los casos deáreas contaminadas y depósitos de residuos peligrosos.

Según el programa, si se produce un impacto ambien-tal y la empresa que ha causado el daño es identificabley se encuentra aún en actividad, está obligada a limpiarla zona contaminada. En caso de que la empresa noquiera pagar debe demostrar que la contaminación pro-ducida no supone un riesgo para la población. Deberemarcarse que bajo esta legislación, la responsabilidadambiental de las empresas es retroactiva.

En el caso de depósitos de residuos peligrosos cerra-dos o abandonados en el territorio nacional (depósitosde residuos huérfanos, de los que nadie acepta la res-ponsabilidad), el Superfund financia las operaciones delimpieza, mediante un cargo a las industrias petrolífe-ras y químicas.

En el año 2002 se presentó en Europa una propues-ta de Directiva similar al Superfund, sobre la responsa-bilidad ambiental. No obstante, ésta tan sólo cubre cier-tos tipos de daños y no es retroactiva.29 Cabe destacar,no obstante, que tanto el Superfund como la futuraDirectiva Europea no pueden ser aplicadas cuando lasempresas actúan fuera del territorio de los EEUU y deEuropa. ¿El Superfund podría convertirse en un mode-lo de aplicación a nivel global?

CuandoTexaco extrae

petróleodonde vive

gente blanca,toman

precaucionesy siguen losStandard dela industria,

cuando lohace enEcuador

ignoran losStandard

ambientalessin

importarles elefecto sobre

la población.

CristobalBonifaz, casocontra Texaco

29. «Propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobrela responsabilidad ambiental relación y reparación de daños ambientales»,COM (2002) 17 final 2002/0021 (COD).

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43La deuda ecológica

Aún hay mucho camino que recorrer para obligar alas empresas a hacerse cargo del pasivo ambiental queprovocan, especialmente cuando actúan lejos de suspuntos de origen, en los países del Sur.

A pesar de que la valuación monetaria sea muy arbi-traria, pedir compensación por los daños ambientalesproducidos podría ser una manera para disminuir lageneración de pasivos ambientales y, al mismo tiempo,para tratar de apoyar a las comunidades que han sidohistóricamente perjudicadas, devolviéndoles, como mí-nimo, una parte de la Deuda Ecológica adquirida entodos estos años. Esta compensación económica debe-ría ir acompañada de una restitución, siempre que seaposible, del entorno ambiental afectado.

Es indiscutible que, más allá de los aspectos legales,las transnacionales del Norte han adquirido en estosaños de actividad una Deuda Ecológica hacia las pobla-ciones del Sur, que éstas pueden reclamar legítimamen-te. Por lo tanto, es necesaria una reflexión colectiva delas poblaciones locales, ONG y organismos institucio-nales de los países del Sur y del Norte para identificarlos mecanismos legales más adecuados para acabar conesta situación marcadamente injusta.

¾ El pasivo ambiental ¿es una responsabilidad pública oprivada?

¾ ¿Es oportuna una valoración monetaria y una compensacióneconómica del pasivo ambiental?

¾ ¿Cómo sería posible obligar a las empresas a hacerse cargodel pasivo ambiental?

¾ ¿Cómo se podría incidir para forzar a pagar los pasivosambientales a las empresas transnacionales cuando éstasllevan a cabo sus actividades lejos de su país de origen?¿Dónde deberían juzgarse?

Preguntas

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44La deuda ecológica

Para más información

http://www.accionecologica.org Acción Ecológica.http://www.amazonalliance.org Amazon Alliance.www.amazonwatch.org Amazonwatch.http://www.bhopal.net, http://www.bhopal.org Union

Carbide-Bhopal.http://www.censat.org CENSAT.http://www.conacamiperu.org CONACAMI Perú.http://www.elaw.org Alianza Mundial de Derecho Am-

biental.http://www.earthrights.org Derechos humanos, medio

ambiente y responsabilidad de las empresas, ATCA.http://www.igc.apc.org/mining Actividad contra la minería.htttp://www.mapuexpress.net Neuquén.http://www.moles.org Project Underground.http://www.oilwatch.org.ec Oilwatch.http://www.ran.org Rainforest Action Network.http://www.rainforestweb.org World Rainforest

Information Portal.http://www.rebelion.org/ecologia/repsol071101.htm.http://www.saep.org Casos de Sudáfrica.http://www.texacorainforest.org Texaco.http://www.wrm.org.uy World Rainforest Movement.

El transporte de residuosEl actual presidente de la Universidad de Harvard y Se-cretario del tesoro de los EEUU en el período 1999-2000,Mr. Lawrece Summers, provocó una conmoción mundialen el año 1991 al hacerse pública una frase suya escritaen un documento interno del Banco Mundial (instituciónde la cual en ese momento era vicepresidente para el de-sarrollo y economista en jefe), donde afirmaba: «creo quela lógica económica de verter residuos tóxicos en las áreasmás pobres es impecable, y es necesario reconocerlo».

Buena parte de la opinión pública mostró su rechazoa ésta lógica discriminatoria pero, desgraciadamente, lo

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45La deuda ecológica

más doloroso fue constatar que la realidad era muy cer-cana a la idea expresada. Los residuos peligrosos, si sedejan al libre arbitrio del mercado, siguen inevitablemen-te el camino que les proporciona menos resistencia,desde los países más industrializados a los países máspobres. Las poblaciones y países pobres (que comúnmen-te son los menos informados) son los que tienen másprobabilidades de convertirse en el destino final de losresiduos. Es por esta razón que han acabado acogiendouna parte desproporcionada del total generado.

En ocasiones se ha argumentado que si los paísespobres acogen estos residuos es porque obtienen unbeneficio económico y, por tanto, no tienen derecho areclamar una Deuda Ecológica por este concepto. Laverdad, no obstante, es que el libre comercio de resi-duos deja a los pobres del mundo ante la disyuntiva decontinuar en la pobreza o aceptar el residuo peligroso,aunque pongan en riesgo su salud.

Los productores de los residuos tóxicos son los quetienen capacidad para establecer las normas de estetransporte. Han de asumir, por tanto, la responsabilidadde los efectos ambientales y de la salud relacionados.

La Convención de Basilea

La Convención de Basilea para el control de los movi-mientos transnacionales de los residuos tóxicos peligro-sos y su eliminación fue adoptada en 1989 y entró envigor en 1992. Actualmente hay 149 países que la hanratificado. Estados Unidos es el único país desarrolladoque no lo ha hecho.

Esta convención fue creada con la voluntad de evi-tar el transporte de residuos, motivado por el beneficioeconómico, de los países ricos hacia los pobres. En suprimera versión establecía los siguientes ejes centrales:

• Los países que firmaban la Convención tan sólo po-día exportar e importar residuos de otros países quehubieran firmado la Convención.

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46La deuda ecológica

• Los países receptores de residuos no permitirían la en-trada de residuos si se consideraba que «los residuosen cuestión no podían ser gestionados de una ma-nera ambientalmente correcta (EnvironmentallySound Manner ESM)», es decir «tomando todas lasmedidas para asegurar que los residuos peligrosos olos otros residuos fueran gestionados de manera quese protegiera la salud humana y el entorno medioam-biental».

• Obligaba a documentar la exportación, asegurandoun «Consentimiento a priori (Prior Informed ConsentPIC)». Es decir, tan sólo se podía exportar si ya se dis-ponía de la autorización del país receptor.

A pesar de todo, se tardó poco en percibir que laspresiones económicas sobre los países más pobres eranmuchas y hacían que no se consiguieran los objetivosplanteados en la Convención: minimización del trans-porte transnacional y autosuficiencia nacional en la eli-minación y minimización de los residuos.

En 1994 se impulsó una modificación donde se es-tablecía la prohibición a los países de la OCDE, la UniónEuropea y Liechtenstein de exportar residuos peligrososal resto de países; en 1995 se introdujo como anexo ala Convención. El carácter legal de este anexo tan sólose adquirirá con 65 ratificaciones. Actualmente, se hanrecogido 28 ratificaciones y se ha implementado en casitodos los países de la OCDE, los países de la UE, No-ruega, Liechtenstein, Mónaco e Islandia. Canadá, Aus-tralia, Japón y Corea del Sur no dan su apoyo al anexo.

EEUU aún hoy no ha aceptado ni la Convención deBasilea ni el anexo de prohibición.

El transporte de residuos en la actualidad

A pesar de que el acuerdo de Basilea ha supuesto unpaso adelante respecto a la situación anterior, aún secontinúan dando procesos de transporte de residuos conun grave impacto ambiental en los países más pobres.

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47La deuda ecológica

Un ejemplo claro de que el problema continúa es eldesmantelamiento de los barcos al final de su vida útil.Las industrias de los países más ricos, propietarias de losbarcos de transporte, una vez que estos han finalizadosu vida útil, no siempre los desmantelan en sus territo-rios, si no que lo realizan en los países pobres dondelos costes son inferiores, como India, Bangladesh, Pa-kistan, China o Turquía,principalmente debido auna mano de obra másbarata y a unos estándaresambientales y de seguridadinadmisibles en el contex-to del país rico de origen.

Hay muchas substanciastóxicas que están en losbarcos y es normal que seproduzcan fenómenos decontaminación, por ejem-plo de amianto (sustanciacancerígena), así como ver-tidos de sustancias tóxicasal mar o en las superficiesde trabajo. En las áreas dedesmantelado en estos paí-ses se pueden encontrarniveles altos de contamina-ción por metales pesados,PCB's y TBT's.30

Muchas zonas ya hansido gravemente afectadaspor el impacto ambientalproducido por el desman-telado de estos barcos. Enlas playas de Agnand (In-

Gráfico 1. Desmantelado de un barco alemánen Alang (Índia).

Gráfico 2. Diferente trato de los amiantos encontrados enlos barcos en EEUU (izquierda) e Índia (derecha). La

diferencia de riesgos para los trabajadores es evidente.

30. PCB=policlorinato bifenil, TBT=

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48La deuda ecológica

dia), las muestras de sedimentos marinos mostrabanniveles de contaminación superiores a las de cualquierzona industrial portuaria. ¡Y estos niveles de contami-nación se han alcanzado en tan solo 15 años!

Hay otros transportes de residuos derivados del he-cho de que la Convención de Basilea tenga algunas ca-rencias legales, como la clasificación no exhaustiva deresiduos peligrosos: por ejemplo, los residuos eléctricosy electrónicos, no han sido incorporados en la lista de-bido a la presión de los Estados Unidos.

En los últimos años cer-ca de un 80% de los apa-ratos eléctricos y electróni-cos recogidos para reciclaren los Estados Unidos nohan sido tratados en elmismo país, sino que sonexportados a países comoChina (75% del total ex-portado), India y Pakis-tán.31 En estos países, las

operaciones de reciclado y disposición final son realiza-das en unas condiciones extremadamente peligrosaspara la salud humana. Estas operaciones incluyen inci-neración de plásticos al aire libre, creación de piscinasde ácidos y vertido incontrolado de residuos en las áreasrurales. Económicamente, no obstante, es terriblemen-te rentable para el país exportador de residuos: segúnun estudio realizado por la Environmental ProtectionAgency (EPA) de los Estados Unidos, resulta 10 vecesmás económico embarcar un monitor de ordenadorhacia Asia para ser reciclado que reciclarlo en los pro-pios EEUU.

Gráfico 3. Montaña de residuos eléctricos y electrónicosorigados en EEUU localizada en Asia.

31. Exporting Harm. The High-Tech Trashing of Asia. February 25, 2002.Prepared by The Basel Action Network (BAN), Silicon Valley Toxics Coalition(SVTC), with contributions by Toxic Link India, SCOPE (Pakistan), GreenpeaceChina.

Cada díatodos

inhalamos esteaire sucio, ynos hemosdebilitado.

Mucha genteahora tiene

enfermedadesrespiratorias yproblemas en

la piel yestomacales.

Mr. Li, habitantede Huamei

durante 60 años.

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49La deuda ecológica

Estados Unidos, impul-sor del concepto de justiciaambiental (según el cualnadie debería estar obliga-do a asumir un riesgo am-biental excesivo por su razao situación económica), nosólo no ha prohibido estetipo de actividad si no queha impulsado leyes que fa-cilitan la exportación de losresiduos eléctricos y elec-trónicos.

Cuando Europa ha im-pulsado una directiva para el tratamiento de este tipo deresiduos, donde se incorpora la prohibición expresa deexportarlos, se ha encontrado con la oposición de EEUU,que mediante la Organización Mundial de Comercio hatratado de bloquear la iniciativa. Es un claro ejemplo dela voluntad de mantener una situación injusta donde lospaíses pobres se ven claramente perjudicados y en ab-soluto compensados por los daños ya producidos.

Por el conjunto de exportaciones de residuos de lospaíses industrializados a los países del Sur, los primeroshan adquirido una Deuda Ecológica que ha de ser re-conocida y por la cual debe compensarse a las comuni-dades afectadas. De la misma manera, es necesarioobligar a los deudores a la limpieza del territorio afec-tado y a la restitución de las condiciones previas a lacontaminación en la medida de lo posible.

Gráfico 4. Niño asiático comiendo sobre una montañade cenizas origininadas por los residuos eléctricos y

electrónicos de origen de EEUU.

¾ ¿Conoces fenómenos de contaminación en tu entorno?¿Quién es el responsable? ¿Quién se ha hecho cargo delimpacto ambiental producido? ¿Se ha compensado a lascomunidades afectadas?

Preguntas

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50La deuda ecológica

Para más información

http://ww.ban.org Página web de «Basel ActionNetwork», una red de activistas internacionales quequieren acabar con la exportación de residuos peli-grosos de los países más industrializados a los máspobres. Contiene una gran cantidad de informaciónsobre el transporte de residuos. Es una excelentepágina para comenzar a trabajar este tema.

http://ww.greenpeace.org/~toxics/html/content/splash.html y http://ww.greenpeaceweb.org/shipbreak/ Páginas de Greenpeace. Campaña contralos residuos tóxicos y campaña referente al desman-telado de barcos.

http://environment.harvard.edu/HERO/wrapper/pageid=/guides/intenvpol/indexes/treaties/BASEL.html Informa-ción on-line de la Harvard University sobre la conven-ción de Basilea

http://www.unhchr.ch/html/menu2/7/b/mtow.htm Comi-sionado de las Naciones Unidas de los Derechos Hu-manos. Movimientos ilícitos de residuos

http://ww.unep.ch/basel/ Página web del Secretariado dela Convención de Basilea. Se pueden encontrar lostextos oficiales, el estado de ratificación y mucha otrainformación de interés.

¾ ¿Conoces casos de transporte de residuos? ¿Tienen unamotivación económica? ¿La comunidad afectada podría sercompensada únicamente mediante una compensacióneconómica? Si una parte de la compensación es económica,¿Cómo se podría cuantificar?

¾ ¿Qué opinas sobre la aplicación de los mismos estándaresambientales en todo el mundo? ¿Es siempre una medidajusta? ¿Justifica el crecimiento de la economía rebajar losestándares ambientales?

Preguntas

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51Prefacio

3

Deuda ecológicay deuda externa

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52Deuda ecológica y deuda externa

La exigencia por parte de los acreedores financieros in-ternacionales para que las naciones menos industria-lizadas paguen la deuda externa (combinado con laimposición de Programas de Ajuste Estructural) obligaa estas naciones a implementar prácticas ecológicamentedestructivas con la finalidad de pagar la deuda.

Cuando se produce una crisis económica en un país,o se plantea la necesidad de una renegociación de ladeuda financiera existente, los países menos indus-trializados se ven forzados, en muchas ocasiones, asolicitar un crédito a la comunidad internacional. Enestos casos los interlocutores internacionales son elFondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mun-dial (BM). Estos condicionan el préstamo a la realizaciónde unas determinadas políticas económicas que consi-deran adecuadas para los países demandantes (llevadasa cabo mediante los llamados Programas de Ajuste Es-tructural). El FMI es el principal diseñador de las condi-ciones de los Planes de Ajuste Estructural que permitenel acceso a los préstamos necesarios.

El FMI ha sido ampliamente criticado en los últimosaños, debido al fracaso de las políticas que ha recomen-dado. Son especialmente notables los errores cometidosdurante la crisis asiática y la crisis rusa. Pero incluso otrospaíses considerados hasta hace poco ejemplares en laaplicación de las políticas recomendadas por el Consen-so de Washington y el FMI, como Argentina, han mos-trado el fracaso del modelo impulsado.

Sobre el FMI se realizan principalmente dos tipos decríticas. Por un lado, la dudosa capacidad de análisis desus expertos, acusados de defender los intereses finan-cieros de los Estados Unidos. La segunda crítica está re-lacionada con las prácticas poco democráticas y la pocatransparencia de su gestión.32

Los Planes de Ajuste Estructural consisten en un con-junto de medidas económicas, sociales y financieras

32. Joseph E.Stiglitz (2002), El malestar de la globalización, Taurus.

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53Deuda ecológica y deuda externa

planteadas con el objetivo de frenar la inflación y equi-librar la balanza de pagos.

Ante la necesidad de equilibrar la balanza de pagos,los gobiernos de los países endeudados tienen teórica-mente varias opciones:33

• Reducir los salarios internos y el gasto social en ge-neral. Prácticamente todos los países han acudido enalgún momento a esta vía. Y es parte de las reco-mendaciones habituales del FMI. No obstante, estono es suficiente para equilibrar la balanza exterior depagos y además tiene graves consecuencias para lossectores más desprotegidos de la sociedad. Llevadoal extremo, esta reducción puede llegar a romper elllamado «pacto social», el pacto implícito que tienela sociedad consigo misma y con sus estructuras degobierno. Esto comporta graves problemas de con-vivencia y también tiene efectos devastadores sobrela macroeconomía del país.

• Mejorar la relación de intercambio en el comercioexterior. Si bien esta vía es teóricamente posible, nose ha dado en los últimos años. Más bien ha empeo-rado, debido principalmente a la disminución en losprecios de las materias primas (eje básico de las ex-portaciones de las economías menos industrializadas)y al incremento en la dependencia de las importa-ciones de productos de alto valor añadido (polariza-ción económica).

• Mediante un aumento de la eficiencia técnica. Unamanera que podría servir para equilibrar la balanzaexterior de pagos. Desgraciadamente, se requierenfuertes inversiones, una planificación a medio y lar-go plazo en educación e investigación y desarrollo, yno se pueden esperar mejoras a corto plazo. La faltade recursos económicos en estos países y la necesi-

33. Martínez Alier y Jordi Roca, Economía Ecológica y Política Ambiental.Joan Jusmet, Fondo de Cultura Económica, Mexico, 2000.

Los recursosrenovablestienen ritmosbiológicos decrecimientomás lentosque los ritmosde crecimientoeconómicoimpuestosdesde elexterior.

Joan MartínezAlier. Catedráticode la UAB

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54Deuda ecológica y deuda externa

dad de resultados inmediatos hace muy difícil estasolución cuando debe pagarse una alta deuda exter-na a corto plazo.

Los países deudores no tienen más solución que nosea la sobreexplotación de sus recursos naturales, acep-tando condiciones de intercambio notablemente injus-tas y vendiendo a precios de exportación donde no seincorporan, en muchas ocasiones, las externalidades ne-gativas locales. La pobreza lleva a vender a precios irri-sorios el medio ambiente y la salud.34

¿Por qué la deuda externa no se puedepagar mediante la sobreexplotación de losrecursos naturales?35

Como hemos visto, la necesidad de cumplir con lospagos de la deuda externa acelera la extracción de re-cursos naturales a un ritmo insostenible. Los interesescompuestos (característicos de la deuda financiera) exi-gen que el ritmo de pago sea más rápido que el ritmodel crecimiento de los recursos naturales.

Mark Hathway36 explica claramente por qué los pa-gos de la deuda crecen a un ritmo superior al de la ri-queza real generada por la economía natural: «La na-turaleza misma de los intereses compuestos provoca quela deuda se escape de todo control. Es por ello que ladeuda es totalmente diferente a la riqueza real. En elmejor de los casos esta riqueza puede crecer al ritmode la regeneración natural (como un bosque), cosa que

34. Martínez-Alier, Joan (1998), Deuda ecológica vs. deuda externa. Unaperspectiva latinoamericana.

35. Dillon, John, Ecological debt. South Tells North «Time to Pay up», JohnDillon, Ecumenical coalition for Economic Justice, Ecología Política, n.º 20.

36. Hathaway, Mark (1999) «Loosening the Cords that Bind Us: Reflectionson a Theology of Debt» in Jubilee, Wealth and the Market Toronto, CanadianEcumenical Jubilee Initiative.

La naturalezano puede

crecer a unritmo del

cuatro o cincopor ciento

anual...los recursosrenovables

tienen ritmosbiológicos de

crecimientomás lentos

que los ritmosde crecimiento

económicoimpuestos

desdeel exterior.

Joan Martínez Alier.Catedrático de la

UAB.

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55Deuda ecológica y deuda externa

siempre está condicionada por los ritmos en que esabsorbida la luz del sol y por otros factores ecológicos.»

Desde una perspectiva ecológica, es inconcebible quela riqueza pueda crecer exponencialmente con el tiem-po. Aquí está la raíz del problema. Como sugiere el eco-nomista Herman Daly, la deuda es esencialmente unaforma de apropiarse del futuro. Como la deuda creceexponencialmente, la producción ha de tratar de conti-nuar creciendo para poder afrontar el pago de los inte-reses. Sin embargo, las economías no pueden crecerindefinidamente.37

37. En este apartado tan solo se ha expuesto la relación entre deuda eco-lógica y deuda externa. Es importante remarcar que podría existir deuda ecoló-gica incluso sin deuda externa, por ejemplo provocada por la biopiratería, porla contaminación atmosférica por parte de los países más industrializados, etc.

¾ La deuda externa está reconocida por la comunidadeconómica y política. La deuda ecológica se impulsaprincipalmente desde organizaciones y colectivos ciudadanos.¿Por qué? ¿Crees que se puede aceptar políticamente la ideade deuda ecológica? ¿Qué implicaciones crees que tendríasobre la economía del Norte?

¾ Deuda externa, deuda ecológica... ¿se te ocurren otrasdeudas relacionadas con el entorno económico? ¿Cuáles?¿Se pueden cuantificar económicamente?

¾ ¿Es legítimo que los países industrializados exijan la deudaexterna cuando no se reconoce la deuda ecológica? ¿Quéorganismo debería regular el pago de la deuda ecológica?

¾ ¿Qué crees que es mayor, la deuda externa o la deudaecológica? ¿Es correcto compararlos?

¾ ¿Se debería condicionar el pago de la deuda ecológica apolíticas económicas, sociales o ambientales? Si es así ¿quiéndebería decidir las condiciones?, ¿Se te ocurren algunas?

Preguntas

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56Deuda ecológica y deuda externa

Para más información

DILLON, John, Ecological debt. South Tells North «Timeto Pay up», Ecumenical coalition for Economic Justice,Ecología Política, n.º 20.

HATHAWAY, Mark (1999), «Loosening the Cords that BindUs: Reflections on a Theology of Debt» in Jubilee,Wealth and the Market Toronto, Canadian Ecumeni-cal Jubilee Initiative.

MARTÍNEZ-ALIER, Joan (1998), Deuda ecológica vs. deu-da externa. Una perspectiva latinoamericana.

— «Deuda Externa y Deuda Ecológica» (1997), Encuen-tro Continental Deuda Externa y el Fin del Milenio,Caracas, julio.

http://www.cosmovisiones.com/DeudaEcologica/ Páginade la campaña por el reconocimiento y restitución dela deuda ecológica.

http://www.debtwatch.org Página web del Observato-rio de la deuda en la globalización. Organizacióndependiente de la cátedra UNESCO de la UniversidadPolitécnica de Catalunya. Se puede encontrar infor-mación sobre los diferentes tipos de deuda.

http://www.rcade.org Página web de la Red Ciudada-na para la Abolición de la Deuda Externa (RCADE).Colectivo español que trabaja para la abolición de ladeuda externa, se puede encontrar una comisiónsobre deuda ecológica.

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57Prefacio

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Conclusiones

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58Conclusiones

¿Qué podemos hacer?El reconocimiento del concepto de Deuda Ecológica pue-de ayudar a los países del Norte a realizar el ajuste eco-lógico que necesitan.

Al mismo tiempo pone en duda la legitimidad de exi-gir la deuda externa a los países más pobres mientrasse ignoren el resto de las deuda existentes.

Finalmente puede realizar una importante funcióncomo mecanismo de lucha contra la pobreza en lospaíses menos industrializados.

Cederemos este espacio de conclusiones a algunos ma-nifiestos que se han elaborado en diferentes puntos delplaneta, donde se aportan conclusiones generadas despuésde una reflexión sobre el concepto de Deuda Ecológica.

La Deuda Ecológica y las políticas europeas38

Es necesario que la Unión Europea pase de ser la Euro-pa del Capital a ser la Europa que aprende a vivir bajounos parámetros reales de sustentabilidad. En Europano podemos permitirnos convertir el concepto de sus-tentabilidad en un recurso retórico y publicitario, comose ha hecho en los últimos años. Hacen falta nuevaspolíticas que impulsen verdaderos cambios en nuestrarealidad, nuevas políticas centradas en tres ejes:

1. Los rLos rLos rLos rLos recursos y la capacidad de absorecursos y la capacidad de absorecursos y la capacidad de absorecursos y la capacidad de absorecursos y la capacidad de absorción de rción de rción de rción de rción de resi-esi-esi-esi-esi-duos de la Tduos de la Tduos de la Tduos de la Tduos de la Tierra son limitadosierra son limitadosierra son limitadosierra son limitadosierra son limitados. Actualmente en Eu-ropa consumimos y contaminamos demasiado. Nopodemos planificar nuestro futuro obviando estehecho. No podemos fundamentar la economía de laUnión Europea en un crecimiento constante en elconsumo de los recursos y servicios ambientales.

Existen alternativas a esta situación: hay que apli-car políticas de contracción. Algunos ejemplos son:

38. Obtenido a partir de los documentos de la Campaña contra la Europadel Capital, Barcelona, 2002.

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59Conclusiones

– Es necesaria una reducción de las emisiones de CO2,pasando de las 8 toneladas anuales per cápita actua-les hasta los niveles recomendados por el IPCC, nosuperiores a 1,7 toneladas per cápita. Algunas de lasherramientas que se podrían utilizar para lograrlo sonla introducción de un impuesto ecológico sobre elconsumo energético, la aplicación de políticas quepermitan reducir la necesidad de transporte, poten-ciar las construcciones energéticamente eficientes, eluso extensivo de energías renovables, etc.

– Hace falta una reducción en el consumo de recur-sos mediante políticas que favorezcan a los pro-ductos de menor impacto ambiental, teniendo encuenta toda su vida útil, así como campañas quepotencien el consumo responsable y no el funda-mentado en la cantidad.

2. El principio de equidad es fundamentalEl principio de equidad es fundamentalEl principio de equidad es fundamentalEl principio de equidad es fundamentalEl principio de equidad es fundamental. Todas lasmujeres y hombres de la Tierra tenemos el mismo de-recho a usar los recursos y servicios ambientales. LaUnión Europea no puede continuar apropiándoseilegítimamente de los derechos de los habitantes delos países menos industrializados.

Existen alternativas a esta situación: hay que apli-car políticas de convergencia. Algunos ejemplos son:

– La Unión Europea no puede asumir como un éxitoiniciativas como la declaración final del Protocolo deKyoto, en la que se legitiman políticas de derechosadquiridos, donde cada persona tiene diferentes«derechos de contaminación» según su país de na-cimiento. Hace falta impulsar políticas de equidadcon el fin de conseguir que todas las personas detodos los países tengan una emisión de CO2 igual yno superior a 1,7 toneladas per cápita. Los paísesque estén por debajo de este consumo tienen de-recho a incrementar el consumo hasta este nivel.

– La Unión Europea no puede continuar consumien-do los recursos no renovables globales por enci-

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60Conclusiones

ma del nivel que le corresponde. Los recursos norenovables pertenecen a todas las personas y, portanto, hay que introducir políticas que eviten esteaprovechamiento ilegítimo. Para alcanzar este ob-jetivo es necesario un conjunto de medidas, al-gunas de las cuales podrían ser: (i) fiscalidad am-biental ajustada a los niveles reales de consumocon fuertes penalizaciones para los consumos su-periores a los niveles admisibles y que permitanun consumo sostenible, (ii) incorporación real delos costes ambientales y sociales asociados a laproducción de los bienes y servicios, (iii) campa-ñas de concienciación ciudadana que nos llevena repensar la importancia que le damos al con-sumo, acompañadas de información completa so-bre los derechos de los que nos hemos estadoapropiando cuando realizamos un consumo su-perfluo.

3. Hay que rHay que rHay que rHay que rHay que reconocer la Deuda Ecológica que Eureconocer la Deuda Ecológica que Eureconocer la Deuda Ecológica que Eureconocer la Deuda Ecológica que Eureconocer la Deuda Ecológica que Euro-o-o-o-o-pa ha adquirido en el pasado con los países me-pa ha adquirido en el pasado con los países me-pa ha adquirido en el pasado con los países me-pa ha adquirido en el pasado con los países me-pa ha adquirido en el pasado con los países me-nos industrializados y evitar incrnos industrializados y evitar incrnos industrializados y evitar incrnos industrializados y evitar incrnos industrializados y evitar incrementarlaementarlaementarlaementarlaementarla. Nopodemos continuar ignorando que nuestro sistemaeconómico se ha fundamentado sobre una DeudaEcológica, adquirida con los países menos industria-lizados por el saqueo de sus recursos naturales, losdaños ambientales y la libre utilización del espacioambiental para depositar nuestros residuos, como porejemplo los gases de efecto invernadero.

Existen alternativas a esta situación: hay que apli-car políticas que impidan el incremento de la DeudaEcológica. Algunos ejemplos son:

– Modificar las políticas de comercio desigual, porejemplo las políticas agrarias que subvencionan lasexportaciones europeas y limitan la entrada deproductos agrícolas externos a la Unión.

– Evitar que las transnacionales originarias de Euro-pa continúen operando con unos estándares am-

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61Conclusiones

bientales y sociales por debajo de los europeos enotros países.

Hay que aplicar políticas que compensen la DeudaEcológica ya adquirida. Algunos ejemplos son:

– La abolición de la deuda externa de los países me-nos industrializados, ya que esta deuda ha sido ge-nerada por un sistema económico injusto y ha pro-vocado una Deuda Ecológica con estos países.

– La compensación económica por la emisión exce-siva de CO2 en los últimos 50 años.

– La compensación económica por el impacto am-biental producido por las transnacionales de ori-gen europeo en los países menos industrializados.

– Es necesario que estas políticas de compensaciónse lleven a cabo asegurando que el destino de lacompensación sea coherente con el desarrollosostenible de los países destinatarios.

La Deuda Ecológica y las relaciones Norte-Sur39

– Hay que obligar al Banco Mundial y a los otros orga-nismos internacionales como el Fondo MonetarioInternacional y la Organización Mundial del Comer-cio, conjuntamente con los estados hegemónicos ylas empresas transnacionales, a asumir la responsa-bilidad por (i) los daños ocasionados sobre los siste-mas intervenidos, (ii) la situación económica y socialde las poblaciones afectadas por el impacto de suspolíticas energéticas, agroalimentarias y de explota-ción de los recursos naturales. En consecuencia, de-berán restituir económicamente esta deuda.

– Se tiene que evidenciar la ilegitimidad de la DeudaExterna, un mecanismo de dominación económica so-

39. Obtenido del manifiesto de la comisión de deuda ecológica de lacampaña BCN 2001.

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62Conclusiones

bre los países del Sur, frente a la Deuda Ecológica yla Deuda Social e Histórica que los países del Nortemantenemos con ellos. Hay que EXIGIR la aboliciónde la Deuda Externa.

– Se tiene que FRENAR el flujo desigual e injusto deenergía, bienes naturales y pagos financieros de ladeuda desde el Sur hacia el Norte.

La Deuda Ecológica y las voces del Sur40

Desde la campaña por el reconocimiento y restituciónde la Deuda Ecológica en el Sur, conjuntamente con to-das las demandas anteriores, nos llegan también las si-guientes propuestas:

– EVIDENCIAR las desigualdades del modelo, y promo-ver la resistencia a la imposición de una monoculturaque se basa en el dinero y el mercado en contra dela diversidad cultural, del bienestar de las comunida-des y de la sustentabilidad ambiental.

– PROTEGER y FOMENTAR las comunidades ecológi-camente sustentables. Reconocer a los campesinos ya las comunidades indígenas por la preservación dela diversidad agrícola y silvestre.

– PROTEGER el patrimonio cultural y fortalecer su di-versidad, para las presentes y futuras generaciones.

– PARAR las patentes de la vida.– NO a los cultivos transgénicos.– NO a las privatizaciones de la tierra, el agua, la ener-

gía y las comunicaciones.

La Campaña para el Reconocimientoy la Restitución de la Deuda Ecológica

Hace tres años, en noviembre de 1999, en Johannes-burgo, Sudáfrica, se celebró la Cumbre Jubileo Sur-Sur.

40. ACCIÓN ECOLÓGICA – (Alerta Verde número 78 Quito, octubre, 1999).

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63Conclusiones

Fue en este espacio donde se lanzó la Campaña Inter-nacional para el Reconocimiento y la Restitución de laDeuda Ecológica.

Ese mismo mes, en el marco de la Asamblea GeneralInternacional de Amigos de la Tierra, celebrada en Ecua-dor, la red internacional de Amigos de la Tierra asumiócomo propia la campaña.

La Red de Resistencia a la Actividad Petrolera en losPaíses Tropicales Oilwatch, ha estado liderando desdeel inicio de la campaña el posicionamiento de los paí-ses del Sur frente la Deuda Ecológica generada por laexplotación petrolera y los impactos del cambio climá-tico. Acción Ecológica ha estado impulsando tambiénla campaña desde los países del Sur.

Christian Aid y The Ecumenical Coalition for EconomicJustice han presentado desde el inicio documentos res-pecto a la deuda de carbono que el Norte ha contraídocon el Sur.

En septiembre de 2000, en Praga (República Checa),en el Foro Público paralelo a la reunión del Fondo Mo-netario Internacional y del Banco Mundial, se formó laAlianza de los Pueblos del Sur Acreedores de la DeudaEcológica, donde más de 150 colectivos se adhirieron ala campaña.

Desde entonces numerosas asociaciones y personasde todo el mundo se han unido a la campaña.

En España, la Comisión de Deuda Ecológica de laRCADE (Red Ciudadana para la Abolición de la DeudaExterna) respalda e impulsa, desde octubre de 2001, laCampaña para el Reconocimiento y Restitución de laDeuda Ecológica.

En noviembre de 2001 se celebró en Benin, la pri-mera conferencia internacional específica sobre DeudaEcológica.

En el año 2002, coincidiendo con la Cumbre deJohannesburgo, donde se evaluaron los resultados dela Cumbre de Río tras 10 años desde su celebración, lasociedad civil volvió a encontrarse para reclamar la res-titución de la Deuda Ecológica.

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Si deseas respaldar la campaña o hacer un seguimien-to, consulta la web oficial de la campaña:www.cosmovisiones.com/DeudaEcologica

Para más información

http://cosmovisiones.com/DeudaEcologica/ Web oficialde la campaña para el reconocimiento y restituciónde la deuda ecológica. Se pueden encontrar artícu-los y una agenda actualizada de la campaña.

http://www.debtwatch.org Web del Observatorio de laDeuda en la Globalización, dentro del que hay unapartado de Deuda Ecológica. Se pueden encontrarartículos y ejemplos.

http://www.rcade.org/comisiones/deudaecologica.htmWeb de la comisión de deuda ecológica de la RCADE.Se pueden encontrar artículos y material de difusión.

¾ Ahora que has visto diferentes posibilidades de actuación,¿cuáles crees que son prioritarias?

¾ Para respaldar esta campaña de reconocimiento y restituciónde la Deuda Ecológica, ¿qué podrías hacer? ¿Sería mejorhacerlo colectiva o individualmente?

¾ ¿Qué colectivos de los que conozcas podrían estarinteresados en respaldar esta iniciativa? ¿Cómo podríasexplicarla?

¾ ¿Te ha aportado información este libro? ¿Qué hasaprendido? Si has aprendido algo interesante ¿cómo lotrasladarás a las personas de tu entorno? ¿Te llevará adesarrollar alguna acción concreta?

Preguntas

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5

Glosario

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66Glosario

BiopirateriaBiopirateriaBiopirateriaBiopirateriaBiopirateria: son todos aquellos procesos de extracciónde recursos genéticos y biológicos que se han produci-do, y que aún hoy se llevan a cabo, sin la aprobación yla negociación con las comunidades involucradas, pro-pietarias legítimas de esta información, y que conducenal monopolio sobre la propiedad intelectual.

Cambio climáticoCambio climáticoCambio climáticoCambio climáticoCambio climático: fenómeno acelerado por la huma-nidad que se refleja en un aumento de la temperaturamedia de la Tierra, y que se debe al aumento del efec-to invernadero por el exceso de emisión de gases con-taminantes derivados de la combustión de energía fósilo de procesos industriales.

ComplejidadComplejidadComplejidadComplejidadComplejidad: propiedad de un sistema donde las par-tes interactúan entre ellas, de manera que una pertur-bación tiene consecuencias imposibles de prever.

Convenio de BasileaConvenio de BasileaConvenio de BasileaConvenio de BasileaConvenio de Basilea: acuerdo multinacional por el quese intenta evitar el transporte de residuos peligrosos delos países del Norte al Sur. El anexo de este conveniolos prohibe totalmente. Estados Unidos no ha firmadoel convenio ni su anexo.

Deuda de CarbonoDeuda de CarbonoDeuda de CarbonoDeuda de CarbonoDeuda de Carbono: parte de la 'Deuda Ecológica' queel Norte debe al Sur debido al exceso de emisiones degases que aumentan el efecto invernadero, provocan-do el cambio climático. En particular es debido alsobreuso que los países industrializados hacen de lacapacidad natural que tienen la atmósfera y la biosferapara absorber estos gases.

Deuda ecológicaDeuda ecológicaDeuda ecológicaDeuda ecológicaDeuda ecológica: es la deuda contraída por los paísesindustrializados con los demás a causa del expolio his-tórico y presente de los recursos naturales, los impac-tos ambientales exportados y la libre utilización del es-pacio ambiental global para depositar los residuos.

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67Glosario

ExterExterExterExterExternalidadesnalidadesnalidadesnalidadesnalidades: las actividades económicas tienen con-secuencias que no sólo afectan a aquellos que decidenrealizarlas sino también a terceros. Estas consecuenciasreciben el nombre de externalidades.

Justicia ambientalJusticia ambientalJusticia ambientalJusticia ambientalJusticia ambiental: acceso igualitario a los recursos yservicios ambientales, así como la oposición a que na-die asuma un riesgo ambiental excesivo por razón desu raza o situación económica. En los países del Norteva ligada a movimientos contra el racismo ambiental.En el Sur iría relacionada con las ideas del ambientalismode los pobres.

Plan de Ajuste EstructuralPlan de Ajuste EstructuralPlan de Ajuste EstructuralPlan de Ajuste EstructuralPlan de Ajuste Estructural: conjunto de exigencias eco-nómicas que se ve obligado a realizar un país cuandodemanda financiación al Fondo Monetario Internacional.

Pasivo ambientalPasivo ambientalPasivo ambientalPasivo ambientalPasivo ambiental: conjunto de daños al medio ambienteprovocados por una empresa a lo largo su historia.

Servicios ambientalesServicios ambientalesServicios ambientalesServicios ambientalesServicios ambientales: procesos naturales como el ci-clo del agua, del carbono o de los nutrientes, que ga-rantizan el funcionamiento de la naturaleza, y de loscuales los humanos nos beneficiamos, pues son servi-cios necesarios para la vida. En nuestro caso, la absor-ción de CO2 por parte de la atmósfera, la nueva vege-tación, los suelos y los océanos.

VVVVValuación o Valuación o Valuación o Valuación o Valuación o Valoración monetariaaloración monetariaaloración monetariaaloración monetariaaloración monetaria: asignación de unvalor monetario a todos los costes y beneficios de unaactividad.

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68Glosario

Autores

Daniela Russi

Licenciada en la Universidad de Economía RichardGoodwing de Siena, Italia, especialidad en EconomíaAmbiental, 2001. Practicante en el Wuppertal Institutfür Klima, Umwelt, Energie; departamento «MaterialFlows and Structural Changes», 2001. En la actualidades Doctoranda en Economía Ecológica y Gestión Am-biental, Universidad Autónoma de Barcelona.

Ignasi Puig Ventosa

Ingeniero Industrial Superior en la Escuela Técnica Su-perior de Ingenieros Industriales de Barcelona de la UPC,1998. Máster en Economía Ecológica y Gestión Ambien-tal en la Universidad Autónoma de Barcelona, 2001.Master of Science in Monitoring, Modelling andManagement of Environmental Change en el King'sCollege London (Reino Unido), 2002. En la actualidades Doctorando en Economía Ecológica y Gestión Am-biental a la Universidad Autónoma de Barcelona y for-ma parte del equipo de medio ambiente de laconsultoría «Ent medi ambient i gestió».

Jesús Ramos Martín

Licenciado en Ciencias Económicas (Especialidad de Cre-cimiento Económico y Economía Internacional) por laUniversidad Autónoma de Barcelona, 1996. Máster enEconomía Ecológica y Gestión Ambiental en la Univer-sidad Autónoma de Barcelona, 1999 y por la Universi-dad de Keele, 2002. Máster en Política Ambiental en laUniversidad de Keele, 2000. En la actualidad es Docto-rando en Economía Ecológica y Gestión Ambiental enla Universidad Autónoma de Barcelona, de la que estambién profesor ayudante. Forma parte del equipo demedio ambiente de la consultoría «Ent medi ambient igestió».

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69Glosario

Miquel Ortega Cerdà

Licenciado en física por la Universidad de Barcelona,1996. Máster en física, especialidad RadioactividadAmbiental por la Universidad Autónoma de Barcelona,1998. Director de Operaciones e Innovación por ESADE,2001. En la actualidad es Doctorando en EconomíaEcológica y Gestión Ambiental en la Universidad Autó-noma de Barcelona y forma parte del equipo de medioambiente de la consultoría «Ent medi ambient i gestió».Es miembro de la RCADE, de la cual es el coordinadorde la comisión de deuda ecológica.

Paula Ungar

Bióloga de la Universidad de los Andes, Bogotá, 1997.Investigación en ecología tropical en la Amazonia co-lombiana, 1996-1997. Coordinadora del departamen-to de Proyectos de Cooperación Internacional, Fundeso(Fundació Desenvolupament Sostingut, ONG), Barcelo-na 1999-2000. Doctoranda en Economía Ecológica yGestión Ambiental, Universidad Autónoma de Barcelo-na, 2001-, investigación en políticas de gestión de labiodiversidad en la Amazonia colombiana.

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Amb el suport de:

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