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  1 Desarrollo vs. “Verdes”? Por Dario E. Arias*, especial para  El Tribuno  , Salta La historia se repite: Greenpeace y otros grupos ambientalistas se oponen al desarrollo de una mina cerca de Esquel, y se seguirá repitiendo, y cada vez con mayor frecuencia, salvo que los ciudadanos y gobernantes estemos bien informados y podamos adoptar decisiones razonables. No opinaré directamente sobre ese proyecto de la canadiense Meridian Gold , ya que sería imprudente hablar sin profundo conocimiento de causa, pero intentaré mediante este breve artículo –y dejando de lado animosidades- exponer de manera sucinta una serie de conceptos básicos que tenemos que tener en cuenta para que ni la destrucción ambiental ni el preservacion ismo a ultranza nos arrastre. Toda actividad humana causa impactos, positivos y negativos.  Ello es tan innegable que no hay que recargarlo con una especie de romántico panteísmo, latente en ciertas tendencias del ecologismo hoy tan en boga. Es deber humano de respetar las leyes de la naturaleza en sustitución del de la previa atribución que se la había hecho de la potestad de dominarla. El desarrollo no sostenible, en términos ambientales, fue el paradigma seguido por la humanidad por miles de años cuando la extracción de los recursos naturales se hacía sin tener en consideración los daños que se infligían al ambiente. En el otro extremo del espectro, encontramos a ambientalistas exagerados quienes propugnan la abolición de toda explotación, preservar la naturaleza aunque ello suponga detener el desarrollo o imponer severas limitaciones a la población o al consumo . Puede ser objetable la producción de impactos negativos al ambiente con el fin de satisfacer la acumulación de riquezas, el lujo o la vanidad humana (explotación de piedras preciosas o metales finos con fines meramente decorativos, no industriales o de ostentación). Pero cuando está en juego la generación de energía o la obtención de materiales para la producción de bienes y servicios esenciales (construcción, comunicaciones, electricidad, biotecnología, etc.) hasta las posturas ambientalistas más extremas deben dar paso a la búsqueda de soluciones que compatibilicen las actividades extractivas y el cuidado del ambiente. El desarrollo sostenible o sustentable (“desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones de satisfacer las suyas”, conf. Reporte de la World Commission on Environment and  Development , ONU, Our Common Future, 1987) ha sido concebido por expertos, organizaciones internacionales, gobiernos y compañías, como la alternativa armónica, realista y factible entre dichas posiciones extremas. El desarrollo encuadrado en este enfoque permitiría el correcto aprovechamiento de los recursos de nuestro planeta, sin dejar de tener en vista al hombre como fin de este comportamiento. Poner en práctica el desarrollo sostenible implica un cambio profundo en la escala de valores de la sociedad y la práctica de una nueva ética en cuanto a las relaciones de los seres humanos entre sí, y de estos con el ambiente. Debemos tener presente que todo desarrollo (para ser llamado tal) debe permitir un mejoramiento cualitativo en los estándares de vida de las personas humanas.

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    Desarrollo vs. Verdes?

    Por Dario E. Arias*, especial para El Tribuno, Salta

    La historia se repite: Greenpeace y otros grupos ambientalistas se oponen al desarrollo de una mina cerca de Esquel, y se seguir repitiendo, y cada vez con mayor frecuencia, salvo que los ciudadanos y gobernantes estemos bien informados y podamos adoptar decisiones razonables.

    No opinar directamente sobre ese proyecto de la canadiense Meridian Gold, ya que sera imprudente hablar sin profundo conocimiento de causa, pero intentar mediante este breve artculo y dejando de lado animosidades- exponer de manera sucinta una serie de conceptos bsicos que tenemos que tener en cuenta para que ni la destruccin ambiental ni el preservacionismo a ultranza nos arrastre.

    Toda actividad humana causa impactos, positivos y negativos. Ello es tan innegable que no hay que recargarlo con una especie de romntico pantesmo, latente en ciertas tendencias del ecologismo hoy tan en boga. Es deber humano de respetar las leyes de la naturaleza en sustitucin del de la previa atribucin que se la haba hecho de la potestad de dominarla.

    El desarrollo no sostenible, en trminos ambientales, fue el paradigma seguido por la humanidad por miles de aos cuando la extraccin de los recursos naturales se haca sin tener en consideracin los daos que se infligan al ambiente. En el otro extremo del espectro, encontramos a ambientalistas exagerados quienes propugnan la abolicin de toda explotacin, preservar la naturaleza aunque ello suponga detener el desarrollo o imponer severas limitaciones a la poblacin o al consumo.

    Puede ser objetable la produccin de impactos negativos al ambiente con el fin de satisfacer la acumulacin de riquezas, el lujo o la vanidad humana (explotacin de piedras preciosas o metales finos con fines meramente decorativos, no industriales o de ostentacin). Pero cuando est en juego la generacin de energa o la obtencin de materiales para la produccin de bienes y servicios esenciales (construccin, comunicaciones, electricidad, biotecnologa, etc.) hasta las posturas ambientalistas ms extremas deben dar paso a la bsqueda de soluciones que compatibilicen las actividades extractivas y el cuidado del ambiente.

    El desarrollo sostenible o sustentable (desarrollo que satisface las necesidades de la generacin presente sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones de satisfacer las suyas, conf. Reporte de la World Commission on Environment and Development, ONU, Our Common Future, 1987) ha sido concebido por expertos, organizaciones internacionales, gobiernos y compaas, como la alternativa armnica, realista y factible entre dichas posiciones extremas. El desarrollo encuadrado en este enfoque permitira el correcto aprovechamiento de los recursos de nuestro planeta, sin dejar de tener en vista al hombre como fin de este comportamiento. Poner en prctica el desarrollo sostenible implica un cambio profundo en la escala de valores de la sociedad y la prctica de una nueva tica en cuanto a las relaciones de los seres humanos entre s, y de estos con el ambiente. Debemos tener presente que todo desarrollo (para ser llamado tal) debe permitir un mejoramiento cualitativo en los estndares de vida de las personas humanas.

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    El desarrollo sostenible, abarca por lo menos cuatro elementos: 1. La necesidad de conservar los recursos naturales en beneficio de las futuras

    generaciones (principio de equidad inter-generacional); 2. La necesidad de explotar los recursos naturales de una manera sostenible,

    racional, sabia, prudente, (uso sostenible): 3. El uso equitativo de los recursos naturales que implica tener en cuenta la

    necesidad de otros beneficiarios (equidad intra-generacional); 4. La necesidad de asegurar que las consideraciones ambientales se integren en los

    planes econmicos y otros planes de desarrollo, programas y proyectos (principio de integracin).

    No hay actividad humana, excepto las estrictamente inmateriales (como las actividades totalmente intelectuales o contemplativas) que no produzcan impactos. Ese impacto podr ser ms o menos perjudicial, incluso puede ser positivo, pero la historia del hombre est signada por esa continua lucha de fuerzas del desarrollo (cambios positivos, mejoras, e.g. aumento de la expectativa de vida, disminucin de enfermedades, comunicaciones) y la destruccin (los inevitables impactos que las actividades humanas conllevan). La capacidad de asimilacin del planeta y las posibilidades de regeneracin, entre otros elementos, deben mostrarnos las pautas y los lmites de ese desarrollo.

    La pobreza extrema genera daos ambientales. El desarrollo sostenible no se define solamente como la conservacin del ambiente para las futuras generaciones sino tambin en combatir la pobreza que exacerba los problemas sociales y ambientales. En consecuencia, aliviar la pobreza extrema ayuda a disminuir la presin sobre el ambiente. Reduciendo la pobreza se colabora con las comunidades a mejorar sus condiciones de salud, dotndolas, por ejemplo de los servicios bsicos: agua potable, redes cloacales, gestin de residuos, estos adelantos benefician a las personas y al mismo tiempo al ambiente. Ser responsabilidad de los administradores pblicos utilizar las divisas, impuestos y regalas obtenidas de las explotaciones de los recursos y otras fuentes, y orientarlas hacia esos fines.

    Es necesaria la inversin y la creacin de empleos para evitar la pobreza extrema. Ahora bien, cmo vamos a lograr la reduccin de la pobreza y el desarrollo, son inversiones, o deteniendo la explotacin de los recursos? Seguiremos creyendo que los planes de subsidios por desempleo y el asistencialismo estatal cambiarn este estado de cosas?

    Es necesario permitir las inversiones, velando, al mismo tiempo, por la correcta aplicacin de las normas ambientales pertinentes. Las empresas mineras de gran porte cuentan con recursos, tecnologa y experiencia, que les permiten realizar las inversiones necesarias en este tipo de industria, donde el riesgo y los peligros de la contaminacin estn latentes, pero que pueden evitarse.

    No hay desarrollo sin seguridad jurdica Vemos en la actualidad, y cada vez con mayor frecuencia, la obstruccin, la negacin, la prohibicin del desarrollo de proyectos que se encuentran en desarrollo. Si esos emprendimientos se han iniciado y llevado a cabo bajo determinadas reglas de juego, el cambio de las mismas y su afectacin, vulneran abiertamente el principio de

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    seguridad jurdica y configurara privacin de un derecho adquirido que debe indemnizarse.

    La seguridad jurdica no implica un privilegio que slo las empresas poderosas pueden detentar, sino que es un valor del que todo sujeto de derecho es acreedor. La seguridad jurdica consiste en la estabilidad y defensa de los derechos fundamentales de las personas: propiedad, defensa en juicio, inocencia, justo proceso, a ejercer actividades lcitas, a trabajar. Se traduce en la existencia de normas completas, claras, establecidas sobre criterios objetivos, cuya interpretacin y aplicacin no quede librada a la discresionalidad de los funcionarios administrativos ni a las presiones de grupos sectarios o de la prensa. Como corolario de la seguridad jurdica aparece la predictibilidad que si bien no consiste en poder anticipar el resultado de un determinado proceso, por lo menos, permite tener la certeza que el mismo se llevar a cabo de forma ecunime, transparente y libre de presiones exgenas ajenas al objeto de dicho proceso. La publicidad de los actos de gobierno, la posibilidad de participacin y control de parte de los mecanismos formales de dichos actos, constituyen otros elementos fundamentales que contribuyen a crear la seguridad jurdica. Esto implica tambin la elaboracin oportuna de normas y regulaciones que realmente apunten a subsanar fallas del mercado (externalidades negativas, falta y asimetras de la informacin, reduccin de costos de transaccin, etc.) y lograr el bien comn.

    El desarrollo sostenible es posible. Tanto el significado del trmino como la esencia del ideal de sostenibilidad difieren de una regin a otra, y est ntimamente ligada al pasado, presente y perspectivas o futuras aspiraciones de una determinada comunidad y nacin. As como hoy se considera que algunos proyectos en el pasado no debieron haberse desarrollado, a lo mejor en el futuro las decisiones de un gobierno que haya rechazado el desarrollo de un proyecto extractivo sea revisada y examinada nuevamente para determinar si la explotacin puede llevarse a cabo sin gran impacto negativo sobre el medio. Esto puede suceder porque se han descubierto medios tecnolgicos para hacerlo, o simplemente porque la poblacin local piense que tener una explotacin de recursos naturales no renovables vecina no era tan negativo como crean sus ancestros, y que oportunamente debieron permitirla y aprovechar los ingresos que produca para diversificar su economa.

    Concluyendo, frente a determinado proyecto, y sin generalizaciones, es necesario poner en una balanza qu tipo de necesidades queremos satisfacer, qu tipo de degradaciones est el ambiente dispuestos a soportar, y en consecuencia qu tipo de impactos pueden permitirse. Alimentarnos, movernos, educarnos, trabajar supone inevitable degradacin del planeta. Lo que hay que buscar es un equilibrio por los beneficios que obtenemos por realizar este tipo actividades. Lo interesante de todo esto es que la colaboracin entre gobierno, empresas, y ONGs no solamente es necesaria sino que es posible como se ha demostrado en numerosos ejemplos alrededor del mundo. Lejos estaremos de las soluciones si slo se busca el inters particular o la confrontacin como nica forma de subsistencia.

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    * Abogado, LLM (Master) in Mineral Law & Policy, Centre for Energy, Petroleum & Mineral Law & Policy, (CEPMLP), University of Dundee, Escocia.