derrame de liquido articular
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Una Urgencia DolorosaTRANSCRIPT
Dolor por derrame de liquido articular
En condiciones normales existe una pequeña cantidad de líquido en el espacio articular que es
producido por la membrana sinovial y sirve para nutrir el cartílago y actuar como lubricante con
el objeto de disminuir el roce en la articulación y su desgaste. Cuando la acumulación de liquido
es excesiva se produce derrame articular que provoca dolor y limitación de la movilidad. Este
debe diferenciarse de la hinchazón o edema originado fuera de la articulación que suele ser mas
localizado, es de menos gravedad y puede estar causado por pequeños traumas, bursitis u otras
causas. La presencia de derrame puede obligar, dependiendo de la cantidad existente, a realizar
una punción para evacuarlo que se llama artrocentesis y tiene la doble finalidad de aliviar la
tensión y obtener una muestra del líquido para analizarla en el laboratorio.
La existencia de derrame no es una enfermedad en si misma sino un síntoma que puede tener
muchos origenes. Las causas se dividen en dos grupos, traumáticas y no traumáticas. Los
derrames de origen traumático pueden estar asociados a lesión de alguno de los ligamentos que
estabilizan la articulación, fracturas intraarticulares, luxación de rótula o rotura de menisco,
aunque puede existir derrame como unica manifestacion tras un trauma sobre la rodilla. Los no
traumaticos pueden ser la consecuencia de artrosis, artritis reumatoide, enfermedades
infecciosas que afecten a la rodilla, gota y tumores oseos benignos o malignos
¿Qué hacer cuando tenemos líquido en la rodilla?
La presencia de líquido en la rodilla es un signo muy común de inflamación. En la práctica clínica
vemos a diario este signo. La rodilla aumenta de tamaño y en ocasiones se “hincha” tanto que
llega a ser impresionante para el paciente. Generalmente se acompaña de aumento de
temperatura y dolor. Esto se conoce como derrame articular y significa que la articulación se
llena de líquido sinovial. El líquido sinovial está presente en las articulaciones del cuerpo. Es
decir, existe en condiciones normales. Su función más importante es mantener lubricada la
articulación, evitando así el roce excesivo entre las diferentes estructuras.
¿Por qué entonces una rodilla puede aumentar tanto de tamaño si es normal que tengamos
líquido adentro? Lo que ocurre es que ante un traumatismo o ante un estrés mantenido en el
tiempo, el mecanismo normal de producción y absorción de este líquido se altera. La producción
es mucho mayor y no se reabsorbe normalmente. Entonces va ocupando gran parte del espacio
articular. La acumulación excesiva de líquido en las rodillas produce dolor. Además de los signos
visibles el paciente puede sentir dolor y sensación de inestabilidad. Como hay mucho líquido la
rótula se separa de su posición habitual y queda como flotando. De hecho el signo del rebote
rotuliano es el examen físico de elección para evaluar la cuantía del derrame.
Generalmente los derrames son la consecuencia directa de un traumatismo. Una caída o un
golpe pueden provocar la lesión de alguna de las tantas estructuras que componen la rodilla. Los
esguinces y las lesiones meniscales son los más comunes. Los esguinces se caracterizan por
generar mayor derrame. Una lesión meniscal puede incluso no producir derrame. Las personas
con lesiones crónicas de rodilla, tienen siempre cierto grado de derrame. Quizás este derrame no
es visible para el común de las personas, pero para el ojo experto si lo es. Las condromalacias y
en general las lesiones cartilaginosas entran en este grupo. Son paciente con un historial largo
de dolor que suelen tener inestabilidad y atrofia muscular asociada.
Después de una cirugía en la rodilla también queda un derrame, aunque en este caso la
reabsorción del líquido suele ser más rápida. Una intervención quirúrgica supone siempre un
estrés para la rodilla y por ende responde con este derrame como mecanismo defensivo. Ante la
presencia de un derrame lo mejor es consultar. Así conoces porque se te produjo el derrame.
Recuerda que un derrame puede instaurarse lentamente debido a una condición patológica de
base de tu rodilla sin que exista necesariamente un trauma directo en la articulación. En
cualquiera de los casos lo mejor es ir al Traumatólogo, tenemos muchas técnicas que facilitan la
reabsorción del derrame. El doctor podría recomendarte que visites a un fisioterapista que
prevea aumento de trabajo muscular en tu rodilla, para así desarrollar musculatura que ayudará
a mantener tu rodilla estable y fuerte. Esto hace que instintivamente disminuya la producción
excesiva de líquido sinovial. Una rodilla se resiente cuando no se le está cuidando, y por el
contrario sabe cuando sí nos estamos ocupando de ella, por lo tanto sus mecanismos comienzan
a normalizarse. Otra opción importante que considerará tu traumatólogo es realizar una punción
articular para extraer el líquido.
Las medidas caseras que ayudan mucho ante esta situación son reposo, hielo, compresión y
elevación.