democracia en el banquillo

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  • 7/26/2019 Democracia en El Banquillo

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    LA DEMOCRACIA EN EL BANQUILLOPor: Augusto Cceres ViasPor primera vez en la historia del Per como repblica, estamos a punto de elegir alcuarto gobierno democrtico consecutivo, algo indito y de profunda trascendencia en la vida en comn de todos los peruanos. Independiente de quien salga elegida(o)es un logro impresionante para un pueblo que secularmente ha sido seducido por la tentacin totalitaria.Lograremos as dar inicio al dieciseisavo ao de gobierno democrtico continuo, y conello habremos vencido a los demonios internos que nos acechan desde hace ms cienaos atrs y que nos inducen a patear el tablero cada vez que estamos aprendiendo aconstruir democracia y vivir en ella.Era el ao 1914, y desde 1899 vivamos los peruanos bajo gobiernos democrticos con mandatos continuos, 15 aos, tal y como hasta ahora. En ese periodo y gracias a lasbondades de la aun rudimentaria democracia, es que varios logros sociales y polticos fueron posibles, sin embargo debido a las ambiciones y mezquinos intereses la democracia fue violada por primera vez en el siglo XX. Entre 1916 y 1924, durante 8 aos gozamos de gobiernos democrticos, sin embargo Augusto B. Legua, se entroniza como dictador hasta 1929. En 1932 se produce la primera asonada civil del siglo, contra un gobierno democrticamente elegido, y fue gracias a la llamada revolucin de Trujillo dirigida por el partido aprista, que al no tener xito desencadenauna larga persecucin en su contra.En el ao 1948, luego de 9 aos de gobiernos elegidos mediante el voto, un golpe deestado desarticula la construccin democrtica peruana, instalndose un gobierno tirnio, el de Manuel Odria que duro ocho aos. Lo tibios avances democrticos fueron elim

    inados, una vez ms, por una represiva dictadura. En 1962, a fnales del segundo gobierno democrtico de Prado, un golpe de estado impide el triunfo de Haya de la Torre, es por ese entonces que el candidato Belaunde Terry, declara que hubo fraudey piden la anulacin de las elecciones, propiciando la interrupcin del orden democrtico. Paradjicamente tan solo 6 aos luego, en 1968, un nuevo golpe de estado a cargo de los militares y dirigido por Velasco Alvarado, lo saca abruptamente del poder e instaura otra dictadura totalitaria, carro al cual se suben alegre y rpidamente todos los marxistas y comunistas de la poca hacindose cmplices y participes detodos los latrocinios de dicha dictadura. Luego de un total retroceso en la construccin y participacin democrtica, durante 12 aos, los peruanos gozamos nuevamentedel privilegio de administrar nuestros destinos entre 1980 y 1992. Duros aos en donde un grupo de comunistas intento bajo el terror y la demencia asesina instaurar una dictadura, esta vez la del proletariado. Nuevamente en 1992, fuimos los p

    eruanos despojados de nuestro legtimo derecho a resolver nuestros problemas bajolos principios democrticos, esta vez de manos de un grupo de civiles y militarescon franca y manifiesta devocin totalitaria. Y si bien el grupo de insanos comunistas y sus obsecuentes aliados marxistas, no pudieron tomar el poder, la violencia engendrada por ellos desmorono los precarios cimientos democrticos del puebloperuano, corrodos de antemano por las continuas dictaduras, factores que no nos han permitido construir una inquebrantable vocacin democrtica en las nuevas generaciones.Por ello, tan solo 4 aos luego de haber iniciado nuestro primer gobierno democrtico de este siglo, en el 2004, un nuevo levantamiento en contra del orden constitucional y democrtico se hizo manifiesto con el llamado Andahuaylazodirigido por Ollanta Humala Tasso y su hermano. Esta asonada antidemocrtica y asesina jams fue repudiada por el comunismo peruano. Y para demostrar nuestro total desprecio por la

    democracia, su organizador es el actual presidente del Per.Esta manifiesta vocacin totalitaria es la sombra que oscurece todo el panorama futuro en comn de los peruanos.Es imprescindible que aprendamos a construir democracia y a vivir en ella, porque a pesar de ser un camino difcil; tortuoso y complejo, lleno de vallas y escollos, es el nico que consagra la libertad como principio y nos permite el intentar entendernos, reconociendo las diferencias, tolerando nuestras disimilitudes, aprendiendo a escuchar a los que no piensan como nosotros, respetando la voz y derechos de las minoras y las decisiones de la mayora, a construir consensos en busca del bien comn. A vivir bajo el imperio de la ley, cumpliendo con su mandato. La de

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    mocracia es el equilibrio que da la razn, y que estimula la sensatez en la bsquedade las mejores decisiones para todos.La democracia se consolida en el largo plazo, no porque pensemos que hace tan solo 15 aos nos entregamos a ella, mas como producto del azar que de una inquebrantable voluntad colectiva, ya est agotada, que lo que se ha avanzado es muy pobre einsuficiente y que por ello llego la hora de patear el tablero nuevamente y quebusquemos en los extremismos, enemigos acrrimos de la democracia; comunismo, populismo, facilismo, corporativismo, socialismos de nuevo cuo o siglo XXI, las respuestas a las preguntas y exigencias que nos agobian como nacin o de manera individual.La aparente frustracin y soterrado repudio que muestran algunos ante el supuestofracaso del modelo democrtico de nuestro pas, reflejan la pobreza de su espritu y la carencia de principios democrticos, dejando expuesta su vocacin totalitaria. Elno aceptar que existen millones de personas que piensan distinto y el ser inflexibles e intolerantes ante la libertad y creencia o posicin poltica de los dems, nosrevelan personas alejadas de los principios democrticos fundamentales; entre ellos el de la libertad de pensamiento y el respeto irrestricto a los dems seres humanos, en especial de aquellos que no piensan y actan como nosotros.En una democracia, la predica no es relevante, es imprescindible vivir dando elejemplo, quienes aspiren a gobernar deben demostrar en todo momento, en especialen las horas ms difciles, que un gobierno democrtico velara por todos, se preocupara por todos y pensara en todos.Por quienes me han demostrado que sern capaces de hacerlo en los prximos cinco aosvoy a votar, y usted?

    Lima 6 de Abril del 2016AtentamenteAugusto Cceres Vias.

    Nueva Constitucin nos llevara al estatismo empobrecedorLa candidata del Frente Amplio (FA), Vernika Mendoza (VM), al estilo de los pasesdel ALBA, ha propuesto implantar una nueva constitucin a travs del Parlamento o laaccin popular, del mismo modo que el radical reo candidato Gregorio Santos. Curiosamente, el candidato de Accin Popular, Alfredo Barnechea, juega con la idea de otro modelo, sumndose as a este tipo de propuestas, que invocan el respaldo falaz d

    e encuestas mal hechas, que transmiten la falsa sensacin de una poblacin que estaraoptando por cambios radicales y no por cambios en la calidad de los servicios del Estado, empezando por seguridad ciudadana y combate efectivo de la corrupcin.

    Mendoza lleva de candidato a la primera vicepresidencia al ex cura Marco Arana yen su equipo a gente que representa una visin estatista y expresa una oposicin abierta a la inversin privada, especialmente contra la minera. Arana y Santos, en consonancia y competencia, fueron los responsables de las asonadas anti mineras contra el proyecto de Conga en Cajamarca, con lo cual no solo condenaron a esa magnfica regin a la mayor pobreza del pas, sino que tambin arrinconaron al gobierno, qe desde entonces no ha sido capaz de proteger los proyectos de inversin. Por su lado Barnechea parece por momentos haber regresionado a las ideas que dieron luz

    al Accin Popular Socialista de fines de los 60, que termin traicionando al propioBelaunde, sumndose a los planteamientos con los que se ilusion en la dictadura militar.

    Esta gente no quiere entender que los pases que han logrado la prosperidad, lo han hecho promoviendo sectores privados pujantes e innovadores que han multiplicado la inversin de emprendimientos pequeos y grandes sin las trabas burocrticas e ideolgicas que han paralizado la inversin en el Per los ltimos aos. Nuestro propio paun testimonio formidable de los impactos positivos de la inversin privada en laeconoma y las condiciones sociales. Despus de superar treinta aos de parlisis por e

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    estatismo militar y su cola democrtica con Belaunde-2 y Garca-1, las dimensionesdel Per cambiaron a la frmula: 90-90-90.

    90-90-90, porque aproximadamente el 90% del empleo, la inversin y los ingresos fiscales, los gener el nuevo sector privado que pudo hacer la verdadera gran transformacin desde el estancamiento hasta el crecimiento con reduccin de la pobreza y la desigualdad. Por lo tanto, quienes pretendan gobernar o medir el pas con los instrumentos del siglo pasado, slo nos llevarn a un estrepitoso fracaso.

    Sin embargo, ms all de los verdaderos enfoques polticos de las izquierdas tradicionales, transparentados en el debate presidencial del domingo pasado, pareciera que despus del mismo, habran reparado que desde el punto de vista de la campaa (no delos planes de gobierno), de las acciones tcticas, no sera conveniente seguir hablando de cambiar la Constitucin.

    Es as que al da siguiente (lunes), un economista del FA, de visin estatista, que cree en el poderdel Estado para resolver todos los problemas del pas, Oscar Dancourt, enfatiz en el programa la Hora N que para hacer los cambios econmicos que plantea (salvo en lo relativo a la nacionalizacin de la molculade gas, un ejemplo de reacionalizacin de los recursos naturales), no se necesitara cambiar la Constitucin.El martes, otro conspicuo miembro del FA (de las canteras de Tierra y Libertad de Arana), en el programa De las 5 a las 7, de RPP, le ech agua fra al pedido de una nueva Constitucin, como una evidente correccin tctica, sin cambiar la esencia de sus ideas.

    Lo que es ms, la propia candidata del FA, Vernika Mendoza, al da siguiente del debate, cambi el contenido de su discurso, dej de hablar del cambio de Constitucin, y pas a ofrecer una revolucin productiva y educativa, con la eficiencia de un cassetterecin grabado.

    Pero debe sealarse que una revolucin productiva es imposible de realizarse con un cambio de Constitucin. En otras palabras, un cambio de Constitucin paralizara laproduccin del pas por lo menos por dos aos. Durante ese tiempo se debatira y procesra la nueva carta, y nadie podra invertir con un horizonte de mediano plazo, sin conocer el ambiente normativo futuro.

    Un ejemplo reciente y cercano de cmo el anuncio de una nueva Constitucin paraliza

    la inversin, es el caso de Chile, donde Bachelet-2 incorpor el planteamiento a suprograma de gobierno. Ver: Una agenda anti inversin, Chile sigue ejerciendo su derecho a ser estpido y Dilogo de Conversos.

    El FA ha cado, pues, en una trampa estratgica. Por un lado habla de revolucin productiva (a pesar de descartar el desarrollo de los grandes proyectos) y por otro amenaza con una nueva Constitucin que nos paralizara por lo menos por dos aos y quemuy probablemente ampliara de manera considerable el espacio de inversin para elEstado, terminando por inhibir para siempre una inversin privada dinmica e innovadora.

    Ms claro ni el agua: un eventual gobierno del FA desestabilizara al pas, regresarams a la falta de inversin, a industrias locales protegidas que nos endilgaran produ

    ctos caros y de mala calidad, para beneficio de los productores amigos del rgimen, la escasez y las colas. Eso s, habra mucho trabajo en el Estado, en las agenciasreguladores, ministerios y nuevas empresas pblicas, donde los miembros de las cpulas de la izquierda tradicional y los profesionales que no pudieron prosperar compitiendo en el sector privado, seran nuestros nuevos seores feudales.

    Es esto lo que necesitan nuestros jvenes? Queremos que nuestros hijos y nietos tengan que migrar a un EEUU ms reacio a la migracin, ya no a hacer la Amrica, sino a ser ciudadanos de segunda clase? Lampadia