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Propuesta de Cáritas para Catequistas

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“La caridad es amor recibido y ofrecido. Es gracia. Su origen es el amor que brota del Padre por el Hijo, en el Espíritu Santo... Es el Amor revelado, puesto en

práctica por Cristo y derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo.

Los hombres y mujeres destinatarios del amor de Dios, se convierten en sujetos de caridad, llamados a hacerse ellos mismos instrumentos de la gracia para

difundir la caridad de Dios y para tejer redes de caridad.”(Caritas in veritate, nº 5)

“A mí me lo hicisteis” (Mt 25,32). Es lo que todos escucharemos al final de nuestros días. Sólo se nos pedirá cuenta del amor que hemos encarnado y practicado con nuestros prójimos. Como catequistas ¿estamos educando para que nuestros catequizandos encarnen la caridad solidaria, es decir, sean sacramentos de Caridad a lo largo de sus vidas?

El presente fascículo va dirigido a los grupos de catequistas, y pretende ayudarnos a tomar conciencia, como catequistas, de la importancia VITAL de tratar el tema de la Caridad en nuestras catequesis.

Se ofrecen 4 pistas de trabajo para motivar, provocar la reflexión, y para despertar posibilidades que permitan introducir el ejercicio práctico de la Caridad solidaria en todo el itinerario de educación en la fe que se sigue en la parroquia.

Planteamos la necesidad urgente de que el tema de la Caridad, y el compromiso solidario, se trate en la catequesis de forma sistemática y programada, y no de forma puntual, ya que la Caridad, el ser sacramento de la Caridad, es algo constitutivo y esencial de nuestra fe.

En un mundo roto… donde viven tantas personas rotas… por el hambre, la pobreza, la injusticia, la violencia, el rechazo, la marginación; donde viven tantas personas sin derechos, sin futuro, sin esperanza…, esto es lo que Él quiere de ti.

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Si queremos que los niños y jóvenes de hoy en día, en un futuro lleguen a ser cristianos RESPONSABLES de la sociedad en que viven...

Si queremos que sean SENSIBLES a las problemáticas de los más desfavorecidos.Si queremos que sean PARTICIPATIVOS en los movimientos de defensa de los Derechos

Humanos; que estén COMPROMETIDOS en acciones de voluntariado y transformación social.Es decir, si queremos que sean CONSTRUCTORES del REINO como seguidores de Jesús,…

cuanto antes empecemos a educarles y concienciarles en estos temas sociales mejor.

Que abras las prisiones injustas,que dejes libres a los oprimidos,

que acabes con todas las tiranías,que compartas tu pan con el hambriento,

que acojas a los despreciados, a los pobres sin hogar,que proporciones vestido al desnudo,

y que no te desentiendas de tus semejantes.Entonces brillará tu luz como la aurora,

y transparentarás la gloria de Dios.Si alejas de ti toda opresión,

si repartes tu pan con el hambriento,y satisfaces al desfallecido, al desvalido...Entonces surgirá tu luz en las tinieblas,

y tu oscuridad se volverá mediodía.El Señor te guiará y te fortalecerá siempre.

(Is 58, 6-11)

Entonces Jesús dirá:Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del Reino

porque tuve hambre, y me disteis de comer;tuve sed, y me disteis de beber;fui forastero, y me alojasteis;

estaba desnudo y me vestisteis;enfermo, y me visitasteis;

en la cárcel, y fuisteis a verme.Os aseguro que cuando lo hicisteis

con uno de estos mis hermanos más pequeños, CONMIGO lo HICISTEIS.

(Mateo 25, 34)

Todo esto son palabras de Dios que nos están hablando de uno de los dos mandamientos esenciales del cristianismo: el AMOR al PRÓJIMO.

Nosotros, que somos catequistas, educadores en la fe, tenemos aquí la pregunta básica, y ÚNICA, del examen que Dios hará a nuestros catequizandos, y a nosotros mismos, cuando estemos en su presencia al final de nuestros días: ¿Qué has hecho con tu prójimo? ¿Cómo has vivido y practicado el mandamiento del amor?

Ante esto, a nosotros como catequistas nos debe saltar a la mente este serio interrogante:

Al final de nuestros días no se nos pedirá cuenta de lo que creemos o no, de lo que hemos frecuentado o no los sacramentos… si no de lo que hemos hecho con nuestro prójimo. Sólo nos preguntará cuánto hemos AMADO… así de sencillo.

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¿estamos educando a nuestros niños, jóvenes o adultos para que puedan dar una respuesta adecuada a esta pregunta que se les hará al final de sus días? ¿Con nuestra forma de presentar y trabajar los contenidos de la fe y la persona de Jesús, estamos incidiendo en las consecuencias prácticas que conlleva el ser seguidor de Jesús? En lo que de nosotros depende ¿estamos dejando claro con nuestras catequesis y testimonio el compromiso social y el ejercicio de la caridad que conlleva el ser cristianos, sabiendo que ellos luego harán libremente lo que quieran?

1. Personalmente, como catequista, ¿cómo respondo a los interrogantes anteriores?

2. Como equipo de catequistas, ¿cómo respondemos a esos interrogantes?3. En el itinerario de educación en la fe que seguimos en nuestra parroquia

¿tenemos incluida y explicitada esta dimensión de la Caridad y el compromiso social que emana de la fe, mediante contenidos específicos, temas, actividades, experiencias, propuestas de compromiso solidario, etc?

4. ¿Qué retos nuevos nos plantea todo esto?5. Siguiendo la frase del obispo Pedro Casaldáliga, si ahora mismo abrieras tu

corazón a estas alturas del camino de tu vida ¿qué nombres saldrían…?

Al final del camino me dirán:¿Has vivido? ¿Has amado?

Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres.

(Pedro Casaldáliga)

5

“Por entonces, un doctor en la Ley, queriendo poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta:— Maestro, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?Jesús le contestó:— ¿Qué está escrito en la ley de Moisés? ¿Qué lees allí?Él respondió:— Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu inteligencia; y al prójimo como a ti mismo.Jesús le dijo:— Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás.Pero el maestro de la Ley, para justificar su pregunta, insistió:— ¿Y quién es mi prójimo?Jesús le dijo:— Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos

ladrones, que le robaron cuanto llevaba, le hirieron gravemente y se fueron, dejándole medio muerto. Poco después pasó por aquel mismo camino un sacerdote, que vio al herido, pero pasó de largo. Igualmente, un levita, al llegar a aquel lugar, vio al herido, pero también pasó de largo. Finalmente llegó un samaritano, que al ver al herido, se sintió conmovido. Se acercó a él, le curó poniendo aceite y vino en sus heridas, le vendó, le montó en su propia cabalgadura, le condujo a una posada próxima y cuidó de él. Al día siguiente, cuando el samaritano tuvo que seguir su camino, dio dinero al posadero y le dijo: “Cuida bien a este hombre. Si gastas más de lo que ahora te dejo, te lo pagaré a mi vuelta”.

Pues bien, ¿cuál de estos tres hombres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? El maestro de la Ley contestó:— El que tuvo compasión de él.Y Jesús le replicó:— Pues vete y haz tú lo mismo”

(Lc 10, 25-37)

El compromiso en favor de los ÚLTIMOS... es señal de la correcta asimilación de una buena catequesis. Es lo que nos da el criterio para discernir la autenticidad de la vida cristiana que hemos despertado con la catequesis

Tomemos como punto de arranque la palabra de Dios para iluminarnos en este punto.

En la parábola del buen samaritano tenemos expresado lo que es una falsa religiosidad y lo que es la auténtica religiosidad, es decir, aquello en lo que desemboca una auténtica relación con Dios para Jesús.

El sacerdote y el levita de la parábola representan aquella religiosidad que considera más importante ir al Templo para hacer prácticas religiosas, cumplir los preceptos religiosos y estar con Dios, que atender al herido tirado en el borde del camino. Jesús nos previene de esta falsa religiosidad representada por el sacerdote y el levita.

Y escandalosamente pone como modelo a seguir a un samaritano, al que tuvo COMPASIÓN de su prójimo. Los samaritanos eran profundamente odiados y despreciados por los judíos. Eran considerados unos herejes, unos pecadores, unos apartados de Dios. Y precisamente el samaritano, con su acción, pone de manifiesto que está más cerca de Dios que aquellos hombres de “religión”. Este es el estilo de vida que Jesús viene a “despertar y contagiar” a sus seguidores.

Así que nuestra catequesis, nuestro itinerario educativo en la fe, debe estar siempre orientada para desembocar en esto: ser sensibles al sufrimiento del otro, y actuar en consecuencia.

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La CARIDAD y el SERVICIO son parte constitutiva del itinerario de educación en la FE. Pertenecen a la esencia del proceso

catequético, no es un añadido porque pertenece a la esencia de la vida que nos mostró Jesús de Nazaret.

CARIDAD y SERVICIO son expresión de un cristianismo AUTÉNTICO. Por ello la catequesis debe iniciar a la persona en esto, procurando despertar su sensibilidad por lo social, para

llevar adelante la utopía del Reino...

Todas nuestras prácticas religiosas... (eucaristía semanal o diaria, oración personal, sacramentos, etc), si cuando las realizamos no salimos

de ellas siendo más sensibles para detectar el sufrimiento humano que hay a nuestro alrededor, y nos ponemos manos a la obra para curar o aliviar las heridas del corazón humano que encontramos (en la medida de nuestras posibilidades), entonces no estamos en la religión de Jesús. La eucaristía, la oración, los sacramentos están puestos para que crezcamos día a día en esto, en el ejercicio de la caridad. Si no salimos de ellos cada vez más compasivos, no hemos entendido

nada de lo que Jesús vino a iniciar y que la Iglesia nos propone.

La promoción integral del hombre y de la mujer, y la transformación de la sociedad son parte constitutiva de la evangelización.

Tomar en serio la opción preferencial por los pobres supone hoy, para la catequesis, aceptar un reto y asumir un CRITERIO de AUTENTICIDAD.

La catequesis debe educar para el ejercicio de la Caridad y el compromiso social y solidario en todas sus formas y niveles operativos.

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“Como madre de los hombres, lo primero que ve la Iglesia, con profundo dolor, es una multitud ingente de hombres y mujeres: niños, adultos y ancianos, en una palabra, de personas humanas concretas e irrepetibles, que sufren el peso intolerable de la miseria. Ella, por medio de una catequesis en la que la enseñanza social de la Iglesia ocupe su puesto, desea suscitar en el corazón de los cristianos el compromiso por la justicia y la opción o amor preferencial por los pobres, de forma que su presencia sea realmente luz que ilumine y sal que transforme.”

(Directorio General para la Catequesis, nº 17)

“La catequesis presentará la moral social cristiana como una exigencia y una consecuencia de la liberación radical obrada por Cristo. Esta es, en efecto, la Buena Nueva que los cristianos profesan, con el corazón lleno de esperanza: Cristo ha liberado al mundo y continúa liberándolo. Aquí se genera la praxis cristiana, que es el cumplimiento del gran mandamiento del amor.

Igualmente, en la tarea de la iniciación a la misión, la catequesis suscitará en los catecúmenos y en los catequizandos la opción preferencial por los pobres que manifiesta la universalidad del ser y de la misión de la Iglesia. Dicha opción no es exclusiva, sino que lleva consigo el compromiso por la justicia según la función, vocación y circunstancias de cada uno".

(Directorio General para la Catequesis, nº 104)

“La acción a favor de la justicia y la participación en la transformación del mundo se nos presenta claramente como una dimensión constitutiva de la predicación del evangelio, es decir, de la misión de la Iglesia para la redención del género humano y la liberación de toda situación opresiva.”

(Sínodo de los Obispos de 1971)

“Uno de los cometidos principales de la catequesis es SUSCITAR eficazmente formas nuevas de COMPROMISO, especialmente en el campo de la justicia.”

(Mensaje Sínodo 77, 10)

Educar para la diaconía eclesial, para el ejercicio de la caridad, significa concretamente informar, ofrecer motivaciones, dar claves de interpretación, guiar a la acción, promover vocaciones específicas en el ámbito del compromiso y del servicio, fomentar actitudes de generosidad, solidaridad, participación, denuncia, responsabilidad, gratuidad, etc. Y todo ello al servicio de los valores del Reino: amor, fraternidad, justicia, paz, libertad.

En la comunidad cristiana, Cáritas es la expresión visible de la diaconía de la caridad. De ahí que en la Catequesis, Cáritas tenga algo importante que

aportar... testimonios, experiencias, fe hecha vida, proyectos, voluntariado, datos de la realidad, campañas, etc.

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“La caridad y el servicio (diaconía) son parte constitutiva del itinerario de la educación en la fe:

La diaconía es parte integrante del anuncio y del testimonio del Evangelio de la comunidad eclesial. Entra por lo tanto en el proceso mismo de la catequesis, no sólo como premisa o consecuencia del anuncio, sino como elemento constitutivo del mismo. La interiorización de la fe implica por tanto el ejercicio del compromiso y de la caridad.

La puesta en práctica de la diaconía constituye para la catequesis un criterio de autenticidad, sobre todo si se vive la opción preferencial por los pobres: “La solicitud demostrada hacia las personas empobrecidas y excluidas, es un signo de autenticidad de la catequesis.” (La Renovación de la Catequesis, nº 126, Conferencia Episcopal Italiana)

Se puede concluir que la dimensión caritativa y liberadora pertenece a la esencia del proceso catequético: no crece la fe y no madura si no se traduce en diaconía.”

(“Catequesis evangelizadora”, Emilio Alberich, Ed CCS 2003)

“La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios, celebración de los Sacramentos y servicio de la Caridad. Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra.”

(Deus Caritas Est,nº 25)

1. ¿Qué ideas o frases de las que has leído en esta ficha de trabajo subrayarías como más importantes y por qué?

2. ¿Qué te aportan los contenidos de esta ficha a tu ser como catequista y a tu hacer como catequista?

3. ¿En qué medida trabajáis o hacéis presente el tema de Cáritas en la catequesis? ¿Se sienten los catequizandos también parte de Cáritas, y responsables de ella como comunidad, cuando acaban la catequesis?

Cáritas no es un grupo opcional dentro de la comunidad cristiana, sino que es toda la comunidad quien, a través de este grupo de personas

vocacionadas para este servicio, canalizan de forma organizada toda la acción caritativa y social de la parroquia, y realizan las acciones

solidarias en su nombre. Son enviados por la comunidad para este servicio vital de la parroquia. Por ello, desde la catequesis también se

ha de dar a conocer y trabajar en sus temas este pilar de la caridad (Cáritas), que junto con el pilar de la Celebración de los Sacramentos y el anuncio de la Palabra (catequesis) son la esencia de una parroquia.

Ante este importante tema de la caridad y el servicio en la comunidad cristiana, se requiere una oportuna revisión de los contenidos programados que tratamos en la catequesis.

Esta exigencia implica que la catequesis también debe educar en todo aquello que contribuya a construir un entorno, una sociedad, un mundo más justo, fraterno y solidario. Esto conlleva el tratar como temas de catequesis: la educación para la paz, la solidaridad, los problemas sociales, la interculturalidad, desigualdades Norte-Sur, ser ciudadanos responsables, comercio justo, etc.

Todas estas temáticas deberán integrarse, si no lo están ya, en el itinerario de educación en la fe que se sigue en la comunidad parroquial, ya que será en la manera en que respondamos ante estos temas sociales como se verifique la autenticidad de nuestra fe.

Otra importante exigencia del contenido de la catequesis es la de EXPLICITAR la dimensión de compromiso sociocaritativo que conlleva cada uno de los contenidos de la fe.

De todos los contenidos de la fe que explicamos en la catequesis podríamos y deberíamos extraer la concreción práctica de compromiso social que conllevan. ¿Qué actitudes, qué valores, qué comportamientos, qué acciones, qué estilo de vivir y actuar se desprende de rezar el Padrenuestro, de participar en la Eucaristía, de recibir la Confirmación, de la práctica de la oración personal, de las Bienaventuranzas, de las parábolas de Jesús, de los milagros de Jesús, y de todos los contenidos doctrinales y bíblicos que presentamos en la catequesis.

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“La catequesis deberá no omitir, sino iluminar como es debido, en su esfuerzo de educación en la fe, realidades como la acción del hombre por su liberación integral, la búsqueda de una sociedad más solidaria y fraterna, las luchas por la justicia y la construcción de la paz.”

(Catechesi tradendae, nº 29, Juan Pablo II)

“No es por la forma en que un hombre habla de Dios, sino por la forma en que habla de las cosas terrenas como se puede discernir si su alma ha

permanecido en el fuego del amor de Dios”. (Simone Weil)

El reto que planteamos al catequista es que se preocupe por abordar y tratar explícitamente esta dimensión de compromiso sociocaritativo de cada uno de los temas que trate con sus catequizandos. De todos los contenidos de la fe se puede y se debe extraer esta explicitación, y trabajarla mediante actividades, testimonios, juegos, dinámicas, experiencias, documentos, etc.

Lo que queremos decir es que toda esta dimensión del ejercicio práctico de la Caridad, debe entrar dentro de la programación y desarrollo de cada una de nuestras sesiones de catequesis. No se trata de cambiar de libros de catequesis, sino de enriquecer y completar los contenidos doctrinales que en ellos aparecen con esta dimensión práctica de la Caridad, en el caso de que no la traten explícitamente.

A continuación vamos a poner una serie de ejemplos de cómo trabajar o abordar diversos contenidos de fe desde esta perspectiva, para así despertar nuevas posibilidades, e incorporar metodologías de trabajo que enriquezcan nuestro modo de hacer catequesis, y nos ayuden a presentar en toda su riqueza los contenidos de la fe, sin dejarnos ningún aspecto importante.

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EUCARISTÍA

A la hora de presentar el sacramento de la Eucaristía, explicamos cómo Jesús la instituyó en la última cena; explicamos lo que eso significó para los cristianos, que desde entonces empezaron a celebrarla en comunidad para alimentarse de la presencia de Jesús y darle gracias por la vida nueva que les regala; explicamos que en la Eucaristía el pan y el vino se convierten realmente en el cuerpo y sangre de Jesús, y cuando participamos en la Eucaristía nos alimentamos de Jesús que viene a darnos fuerzas en su seguimiento.

Dicha la parte más doctrinal, es cuando debemos dar el paso de explicitar la dimensión de compromiso sociocaritativo que implica para un cristiano, para una comunidad, el celebrar la Eucaristía, el tomar la comunión, es decir, el estar en comunión con él. Sería lo siguiente: llevar a la práctica los valores de la fraternidad, solidaridad, el compartir, la unidad, la empatía. Estos serían, entre otros, los valores que se ponen en juego con la Eucaristía y que habría que trabajar con los catequizandos mediante actividades y dinámicas, porque esos son los frutos que provoca en una persona el estar en comunión con Jesús.

Por ejemplo podríamos presentar el misterio de la Trinidad limitándonos a describir lo doctrinal, pero ¿qué implicaciones tiene en el modo de vivir de un cristiano el creer en Dios trinitario? Bien estaría que profundizáramos y trabajáramos este tema en la línea de que si creemos en un Dios que es comunidad de amor, nosotros también estamos llamados a ser y hacer presente, allí donde estemos, esa comunidad de amor porque estamos hechos a su imagen y semejanza. Qué pobreza de catequesis sobre la Trinidad si no dedicáramos tiempo, actividades, dinámicas, testimonios para trabajar esta dimensión sociocaritativa que conlleva el creer en un Dios Trinitario.

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Sería un contrasentido y un antisigno escandaloso el comulgar y no ser fraterno, ser insolidario, ser injusto, un egoísta que no quiere compartir, alguien que provoca división, alguien que está apegado al dinero, alguien codicioso, etc.

Fijémonos en este testimonio de una niña de 8 años que se estaba preparando en su parroquia para recibir la primera Comunión.

Chloe Langlois es una niña norteamericana de Michigan que no celebró su octavo cumpleaños como tantos otros niños de medio mundo: regalos y más regalos, fiesta, tarta, juegos y música. A ella se le ocurrió pedir a todos sus amigos y conocidos comida como regalo de cumpleaños. Comida abundante, no para ella, sino para los pobres que había en la parroquia. Quiso organizar su fiesta de cumpleaños para ayudar a otros. Consiguió llenar 14 cajas repletas de comida que entregó a su parroquia para que la repartiera entre los más necesitados. Y lo hizo en la misa del domingo. Cuando llegó el momento de las ofrendas, la niña se adelantó al altar arrastrando una bolsa de comida en la que estaba escrito: “De Chloe Langlois. Comida para los pobres, en acción de gracias por un gran cumpleaños”.

Ante un testimonio así, uno como catequista se hace esta pregunta ¿cómo ha recibido esta niña la catequesis de la Comunión para actuar así? ¿Cómo le han explicado lo que es este sacramento para que esta niña, espontáneamente, decidiera hacer esto para celebrar su cumpleaños? ¿Cómo le han educado sus padres?

Y podríamos trabajar el hecho de que cuando comulgamos con Jesús, y los demás ven los frutos de fraternidad, solidaridad, etc, que provoca en nosotros, en ese momento estamos haciendo visible la presencia de Jesús con nuestro estilo de vivir y comportarnos, estamos siendo sacramentos de Jesús con nuestro actuar. Jesús se hace presente en el pan eucarístico que se nos entrega, y Jesús se hace presente cuando nosotros nos entregamos.

Recordemos algo muy importante: para la comunidad cristiana la Eucaristía es la fuente de la Caridad. El gran día de la Eucaristía, el día del Corpus Christi, es precisamente el día en que la Iglesia universal celebra el día de la Caridad, el día de Cáritas. Según esto, ¿la primera comunión no podría ser un primer ejercicio práctico de Caridad para los que se inician en ella?

Todo el equipo de catequistas de 1ª Comunión debería preguntarse en qué medida trabajan en sus catequesis esta dimensión de la Caridad, y en qué medida explican y presentan lo que es Cáritas dentro de una comunidad parroquial.

¿Os imagináis que por la catequesis que han recibido, y por lo que los padres les han transmitido, los niños y niñas que se preparan para recibir la primera Comunión, vieran como algo escandaloso y malo los grandes gastos económicos de banquete, trajes, regalos… y quisieran celebrar su primera Comunión de una forma sencilla y digna, festiva, alegre y solidaria?

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CONFIRMACIÓN

El sacramento de la Confirmación es un espacio ideal donde se pueden explicitar, a lo largo de los contenidos de la catequesis, la dimensión de compromiso sociocaritativo que conlleva el ser ungido por el Espíritu.

Se pueden trabajar muchas temáticas concretas por ejemplo: el ir contracorriente frente a los valores reinantes en este mundo, no ser manada, proponer la práctica de un estilo de vida alternativo, el que surge del Evangelio; proponer alternativas de ocio sanas, proponer alternativas al consumismo; enseñar a ser críticos con la Televisión y medios de comunicación, con la publicidad, las marcas, con los gobernantes, con la contaminación del planeta; hacer debates, cineforums, traer testimonios de personas comprometidas, visitar proyectos solidarios, etc… para despertar esa conciencia social crítica que mueve e implica a la participación y al compromiso.

MILAGROS de JESÚS

Cuando toca tratar en catequesis el tema de los milagros de Jesús podemos explicarlos quedándonos en lo maravilloso y prodigioso, casi mágico del hecho, para quedarnos admirando el gran “poder” de Jesús, que como es Dios, puede hacerlo, y nosotros no; pero dicho así desactivamos la posibilidad que nosotros tenemos de hacer cosas “sorprendentes” o “milagrosas”, porque Jesús nos está diciendo que lo que él hace también lo podríamos hacer nosotros si tuviéramos fe o incluso obras mayores y más sorprendentes. ¿Qué nos está queriendo decir con esto? ¿Qué debemos entender como milagro? ¿Cómo explicarlo para que sea una invitación a hacer “milagros” de verdad, milagros que afectan al corazón?

A la hora de presentar los milagros de Jesús tenemos una oportunidad ideal para hablar de los efectos sorprendentes, o “milagrosos”, que pueden provocar los valores del compartir, de la acogida, de la compasión, de la escucha, de la justicia, de la gratuidad… cuando son vividos al máximo por una persona que los pone en práctica con aquellos con quienes se encuentra en su camino.

Veamos ahora este testimonio real para ilustrar la posibilidad que hoy tenemos de hacer “milagros” como seguidores de Jesús. Esta historia nos da la pista de cómo entender los milagros y cómo despertar las energías ocultas que todos tenemos y que nos dan la posibilidad de hacer signos sorprendentes, haciendo que por ejemplo, los cojos anden.

“Juan era un niño al que sus padres habían tenido que cambiar varias veces de colegio por la misma razón: sus compañeros de clase no lo trataban bien (burlas, motes, falta de compañerismo). Y todo ello a causa de su discapacidad física que le impedía andar con normalidad. Llevaba en sus piernas unos hierros ortopédicos para fortalecerlas y poder andar. Si no se esforzaba en andar, los músculos de sus piernas se atrofiarían. Pero estaba tan acomplejado por el trato recibido que no quería caminar. Como siempre, todos se burlarían de él cuando le vieran andar con aquellos hierros y de aquella manera. Por ello fue a su nuevo colegio de Valencia en silla de ruedas llevado por su padre.

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Sus nuevos compañeros de clase veían cómo todas las mañanas el padre de Juan lo llevaba en su silla de ruedas hasta su pupitre de clase. Durante las primeras semanas estaba distante y a la defensiva ante sus nuevos compañeros. No dejaba que nadie le ayudara con su silla de ruedas, sólo su padre. Pero con el paso del tiempo sintió que los compañeros de clase le trataban bien, con respeto… con ellos se sentía como uno más del grupo. Empezó a tener sus primeros amigos y a dejar que le ayudaran con su silla. Su padre dejó de subirle a clase empujando la silla, ahora eran sus amigos y compañeros los que todos los días le esperaban en la puerta del colegio y le llevaban a clase.

A los 4 meses Juan se decidió a dejar la silla de ruedas, y ayudado por unas muletas, y acompañado por sus amigos, entraba por su propio pie en la clase. Al final del curso Juan ya no necesitaba las muletas, caminaba a su paso. La amistad y el apoyo de sus compañeros hicieron posible lo que parecía imposible.”

Después de conocer esta historia real, a uno se le despierta la mente para ver cuantas posibilidades tenemos de poder hacer a nuestro alrededor “signos sorprendentes”, “milagros”, si nos tomáramos en serio el evangelio de Jesús. Haríamos cosas incluso mayores de las que él hizo… como así lo han demostrado muchos de sus seguidores a lo largo de la historia y en nuestro presente.

PARÁBOLAS de JESÚS

Parábolas de Jesús como las del buen samaritano, la del juicio final, la del rico y Lázaro, la de los talentos, y otras similares, son un recurso ideal para ayudar a explicitar lo que significa ser cristiano en la vida práctica.

Estas parábolas son una invitación para el ejercicio de la caridad. A partir de ellas el catequista puede traducirlas a hoy, y tratar de sacar entre todos lo que hoy Jesús nos querría decir a nosotros al contarnos esta parábola.

Como ejemplo aquí tenemos una traducción de lo que implica y conlleva ser hoy buen samaritano.

1- Tiene los ojos abiertos a larealidad que le envuelve

2- Es sensible al dolor humano (leafecta y conmueve)

3- Se hace cercano al que sufre

4- Alivia o cura el sufrimientohumano según sus posibilidades

5- Sus bienes y posesiones están alservicio de los demás

6- Su tiempo está siempredisponible para servir (sin límite)

7- Se desvela en el cuidado delque le necesita

8- Recurre a otras personas paraque también le ayuden

9- No se desentiende, sino quehace seguimiento de la personasocorrida... porque le importa.

Todo lo dicho hasta aquí sólo quiere ser un estímulo que mueva al catequista, y al equipo al que pertenece, a explicitar esta dimensión de la Caridad en todos los contenidos catequéticos que se trabajan en sus grupos.

Para hacer realidad esto se requiere un equipo de catequistas ilusionado y sensible a las problemáticas sociales...

Se requiere hacer una buena programación para que toda esta temática esté presente y abarque todos los niveles de la catequesis...

De la misma manera que para sacarse el carnet de conducir hay programado impartir una parte teórica y otra parte práctica, en la catequesis deberíamos hacer, además de la parte teórica o doctrinal que ya tenemos programada, hacer otra parte práctica donde tener experiencias de solidaridad, donde ejercitar y tener prácticas de Caridad. Cada comunidad parroquial, a través de su equipo de catequistas, tendría que tener programados y previstos una serie de canales para llevar a la práctica compromisos concretos en favor de los demás... donde posibilitar el tener experiencias de entrega para cada una de las etapas o edades de los que participan en la catequesis, desde niños hasta adultos, (en la ficha 4 os daremos algunas ideas prácticas para niños y adolescentes).

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TIEMPOS LITÚRGICOS

También podemos explicitar la dimensión del ejercicio de la Caridad correspondiente a cada uno de los Tiempos Litúrgicos. Aquí os apuntamos algunas ideas o sugerencias de las cuales podrían surgir dinámicas, actividades y propuestas diversas:

• Adviento : preparar el camino para que la utopía del Reino se acerque más..., quitar los obstáculos del camino que impiden su llegada.

• Navidad : el verbo se hace carne, ser buena noticia para el que sufre, estar con quien nadie quiere estar, encarnar el Evangelio allí donde las tinieblas lo invaden todo...

• Cuaresma : ver la realidad de los crucificados de este mundo..., denunciar las injusticia, ser Cirineos, no lavarse las manos como Pilatos...

• Pascua : dar vida donde otros dan muerte, llenarse de Esperanza, los que dan muerte no tienen la última palabra, entregarse a la utopía del Reino... porque ES POSIBLE.

1. ¿Qué pensáis de todo lo que habéis visto en esta ficha? ¿Qué subrayaríais como ideas más importantes?

2. ¿Qué reflexiones o pensamientos os han provocado los contenidos de esta ficha?3. ¿Qué os aporta y qué retos os plantea para vuestra manera de hacer catequesis?

¿Cómo veis lo de las prácticas de la Caridad?4. ¿De qué contenidos doctrinales explicitáis ya esta dimensión de la caridad mediante

actividades, dinámicas, etc?5. ¿Os sentís equipo de catequistas y trabajáis conjuntamente, o funcionáis de manera

individual y aislada? ¿Os consideráis un equipo de catequistas ilusionado y sensible a las problemáticas sociales? ¿Por qué?

Para trabajar la dimensión de COMPROMISO que conllevan los contenidos de la fe, os ofrecemos esta sencilla herramienta con la que podréis programar vuestras sesiones de catequesis para que en ellas haya una vinculación entre fe y “construcción del Reino”. De esta manera os aseguraréis de que esta importante dimensión de nuestra fe está presente y empapa toda vuestra catequesis.

Os proponemos que cada catequista rellene esta planilla de programación con todo lo que él da en su grupo de catequesis durante este curso, y las actividades o dinámicas que asocia a cada contenido para trabajar la dimensión de la Caridad. Luego reuníos por catequistas que dan catequesis a las mismas edades y poned en común lo que habéis puesto para así daros ideas y enriqueceros mutuamente en aquellos temas que no tengáis alguna actividad o dinámica pensada.

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Contenidos o temario que trabajas a lo largo del curso en tu grupo de catequesis

Actividades, dinámicas, ejercicios que podrías hacer para trabajar en el grupo la dimensión de compromiso social

que conlleva ese contenido de la fe del temario(Especifica cada contenido que das dentro de un tema y en la columna de al lado poner lo que ahí se pide)

Propuesta de miniproyectos de Solidaridadpara grupos de catequesis

Presentamos una serie de miniproyectos que pretenden dar la posibilidad de realizar prácticas de solidaridad a los componentes del grupo de catequesis.

El objetivo que se pretende es que los grupos de catequesis, de alguna manera, inicien a los chavales en el estilo de hacer de Cáritas, es decir, que con el Evangelio en la mano, y observando la realidad que les rodea, se pongan manos a la obra en la tarea de construir un entorno mejor. Estamos hablando de despertar en ellos actitudes de compromiso como fruto del seguimiento de Jesús.

Aquí se proponen una serie de miniproyectos, pero la puerta está abierta para que el equipo de catequistas proponga o idee nuevos proyectos donde sus chavales puedan ejercitarse en el compromiso solidario en su entorno.

Cómo poner en marcha estos miniproyectos

Primero el equipo de catequistas determinará qué miniproyectos de solidaridad propondrá a los chavales en cada etapa de su itinerario de formación en la fe.

Después, cuando los catequistas hayan presentado en sus grupos en qué consisten los proyectos que proponen, y los grupos, o parte de ellos, han decidido llevarlo adelante, éste será el procedimiento a seguir: semanal o quincenalmente, según se requiera, la última parte de la reunión de catequesis, o bien en un momento a parte si no es un compromiso en que esté todo el grupo implicado, se dedicará a organizarse y llevar adelante el proyecto. En la ficha de cada miniproyecto que viene a continuación, se sugieren unas pistas o ideas para ponerlo en práctica, pero queda abierto a la modificación y adaptación que hagan los catequistas para la realidad de su parroquia y de sus grupos.

1. PROYECTO APADRINAJE

El objetivo es hacer que el grupo se comprometa para apadrinar un proyecto o programa de Cáritas en el barrio, ciudad, pueblo o en algún país empobrecido, y realizar acciones a lo largo del año que sirvan para colaborar con ese proyecto.

¿Cómo organizar esta acción?

1. El equipo de catequistas, o algún representante, se pondrá en contacto con su Cáritas Parroquial, o con Cáritas Diocesana, para pedir información y folletos divulgativos sobre todos los programas y proyectos que lleva adelante. Se asesorará de cuáles son sus necesidades principales. Para esto hay que ponerse en contacto con el coordinador de Cáritas para la Vicaría a la que se pertenece.

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2. Presentar los programas y proyectos de Cáritas al grupo de catequesis, y que ellos elijan con qué colectivo de personas desfavorecidas comprometerse (enfermos mentales, personas sin hogar, niños y jóvenes en riesgo de exclusión, enfermos de sida, etc).

3. Una vez lo han elegido, ahora se tratará de conocer en mayor profundidad y detalle el proyecto elegido. El catequista se pondrá en contacto con el coordinador de Cáritas para su Vicaría, para ver qué necesidades concretas tienen en ese proyecto, y en las que podría colaborar concretamente su grupo de catequesis (necesidades económicas, o de adquirir cosas concretas necesarias para ese proyecto, etc).

4. Ahora el grupo deberá diseñar la manera en la que, a lo largo del curso, va a recaudar fondos para ese proyecto de Cáritas que han apadrinado, y al mismo tiempo darlo a conocer y sensibilizar su entorno.

5. El dinero que recojan no debe ser de lo que obtengan de sus padres sino de lo que consigan con su esfuerzo, sacrificio y trabajo a favor del proyecto (Rifa de cosas suyas, rastrillo solidario, festival de playbacks, venta de manualidades hechas por ellos, etc)

6. Al final del curso se evaluará cómo ha funcionado este proyecto.

2. PROYECTO de APOYO ESCOLAR

El objetivo de este proyecto es que algunos del grupo que se vean más capacitados, ayuden a otros compañeros del propio grupo de catequesis, o de otros grupos de catequesis de la misma edad, en aquellas dudas o dificultades escolares que tengan. También pueden ofrecerse para ayudar a compañeros de catequesis de cursos inferiores.

Esto supone que se dedicaría una hora semanal en el lugar donde se reúne el grupo de catequesis, pudiendo hacerse a continuación de la catequesis, o cuando se vea mejor para todos, y donde asistirían los que se han ofrecido para ayudar y los que necesitan algún tipo de ayuda o apoyo escolar.

¿Cómo organizar esto?

1. Presentar al grupo en qué consiste el miniproyecto. Dar un plazo de tiempo para que se lo piensen aquellos que vayan bien en los estudios (hasta la próxima reunión).

2. Una vez se sabe quién quiere ser voluntario en este proyecto, éstos constituirían el equipo del proyecto tutelados por el catequista. La tarea a realizar ahora sería ver quién del grupo propio de catequesis necesita o pide apoyo escolar, y organizarse para ver en qué momentos hacerlo.

3. Cabe la posibilidad de que los voluntarios de este proyecto se unan a los otros voluntarios que hayan podido salir de los grupos de catequesis del mismo nivel, y ellos formen un equipo más grande que se ofrezca a dar apoyo escolar no sólo a sus respectivos grupos sino a grupos de catequesis de edades inferiores.

4. Una vez sabemos las personas con las que contamos, puede proponerse que se dividan por asignaturas: los que se les da mejor las matemáticas, el inglés, la lengua, etc. Para así poder dar una oferta clara y de calidad. De esta manera, según la necesidad del compañero que solicite el apoyo escolar, se le asignará uno u otro compañero para que le ayude.

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5. Diseñar una hoja divulgativa donde se ofrezca este servicio voluntario con sus horarios, lugares de reunión, asignaturas que se repasarán, y a quién hacer la solicitud de esta ayuda, para entregársela a todos los chavales que asisten a la catequesis de la parroquia.

6. Según sea la demanda, se irán asignando los voluntarios para ayudar a los compañeros que lo solicitan.

7. Uno o varios catequistas deberán encargarse de coordinar toda esta actividad, y de estar presentes en la hora semanal en que este proyecto se realice.

8. Semanal o quincenalmente, el catequista responsable de este proyecto se reunirá con los voluntarios del mismo para comentar cómo va su trabajo, y que cuenten las cosas que han hecho, qué dificultades tienen, si ven que su acción es útil para los compañeros que atienden, etc.

9. Al final de curso se haría una evaluación entre todos de cómo ha funcionado este proyecto, y cómo se ha sentido cada uno haciendo esta experiencia de compromiso.

3. PROYECTO ESCUELA

El objetivo es proponer a los componentes del grupo el compromiso de acoger, ayudar, hacerse amigo de los compañeros de la escuela que son rechazados, apartados, marginados o que tienen algún problema con los demás.

¿Cómo hacerlo?

1. Para empezar, durante dos semanas de colegio, los que se han comprometido a pertenecer a este proyecto, tendrán que fijarse a partir de ahora en sus compañeros de clase, y ver quién tiene problemas de rechazo o marginación y por qué motivos sucede eso.

2. Reunidos con el catequista, comentarán lo que han observado en sus clases durante este tiempo, y dirán qué compañeros han visto que sufren rechazo o marginación y necesitarían ayuda. Entre todos verán cada caso y propondrán qué acciones concretas pueden hacer para ayudarle.

3. A las dos semanas, en la reunión que toque hacer seguimiento del proyecto, se vería cómo van marchando las cosas con cada compañero al que se está apoyando.

4. Al final de curso se revisaría cómo han marchado las cosas en este proyecto, y cómo les ha ido a los compañeros que se les veía rechazados o marginados al principio de empezar el proyecto.

4. PROYECTO de CARTELERA SOLIDARIA

El objetivo de este proyecto es recopilar información, noticias y experiencias que tengan que ver con la solidaridad, para darlas a conocer a todos los que están en catequesis y a toda la comunidad parroquial.

¿Cómo hacerlo?

A través de una cartelera espaciosa que esté bien visible para todos. Los que se comprometan a este proyecto deberán buscar información sobre acciones solidarias que

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se están haciendo en su barrio, pueblo o ciudad, poniéndose en contacto con las ONGs que allí hay trabajando, para dar a conocer lo que están haciendo, las necesidades que tienen, las propuestas de acción que hacen, los cursos que ofrecen para ser voluntarios o colaborar con ellas, las campañas que lanzan, etc. Todo esto puede hacerse consultando semanalmente sus páginas web, la prensa diaria, revistas y todo lo que haga falta.

Al final se trata de tener informada a la comunidad, semanal o quincenalmente, de todo lo referente al compromiso, experiencias y testimonios solidarios que se están produciendo en su barrio, pueblo o ciudad.

¿Cómo organizar esta actividad?

1. Presentar al grupo de catequesis en qué consiste este proyecto.2. Una vez sabemos quién quiere ser voluntario de este proyecto, se unirán a los

otros voluntarios que hayan salido de los otros grupos de catequesis, y formar el equipo de este proyecto. La tarea a realizar sería distribuirse los campos de trabajo: los lugares donde buscar información semanalmente, las temáticas, diseñar la cartelera para que la presentación de la información sea original, creativa y atrayente, redactar textos, etc.

3. Un catequista deberá encargarse de coordinar el trabajo de este proyecto. Se reunirá con los voluntarios semanalmente para poner en común la información que se va recopilando, y organizarse y planificar qué ir poniendo cada semana en la Cartelera Solidaria de la Comunidad.

4. Al final del curso se evaluará cómo ha funcionado este proyecto.

5. PROYECTO CCB (Comunicación Cristiana de Bienes)

El objetivo que se persigue es que cada componente del grupo haga un listado de 10 cosas suyas (libros, juegos, juguetes, música) que esté dispuesto a prestar y compartir con sus compañeros.

¿Cómo organizar esta actividad?

1. Proponer y explicar al grupo detalladamente en qué consiste esta actividad.2. Los que quieran participar en este proyecto harán los listados de las cosas que

quieren prestar. El catequista los revisará para que no haya cosas excesivamente costosas o delicadas, y para que no haya grandes desproporciones entre lo que unos están dispuestos a poner en común y otros.

3. El catequista hará un listado general donde estén clasificadas y agrupadas todas las cosas que se ponen en común, señalando la persona que está dispuesta a prestarla.

4. Semanal o quincenalmente, los componentes del grupo que participen en este proyecto podrán escoger una cosa del listado, y el catequista escribirá su nombre en el listado junto al objeto solicitado. Entonces el compañero propietario del mismo se lo traerá en la próxima reunión de grupo para que el catequista se lo dé al que lo ha pedido prestado.

5. Más de dos semanas no se puede tener una de las cosas prestadas. No se puede pedir otra cosa del listado si no se devuelve la que se tenía. Si alguien no devuelve lo que se llevó porque se le ha perdido o porque lo ha estropeado

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dejándolo inservible, deberá compensar al propietario dándole una de las cosas suyas que él había puesto en su lista para prestar.

6. PROYECTO MOVILIZACIÓN

Proponer la participación y asistencia, como grupo de catequesis, a las manifestaciones, movilizaciones, actos, etc, que sean reivindicativos de Justicia, Solidaridad, Denuncia de Injusticias, defensa de los Derechos Humanos, etc, y que sean convocadas por organizaciones serias... Que ellos inviten a sus familiares y conocidos para que les acompañen y participen. Que sean ellos también los sensibilizadores y movilizadores de la Comunidad Parroquial para que también acuda a estos actos, mediante carteles, y cosas originales que inviten a los miembros de la comunidad a acudir.

A lo largo del año se convocan en la ciudad o pueblo muchas acciones reivindicativas de Justicia Social, a las que muchas veces acude muy poca gente porque no es algo que importe mucho a la sociedad. Pero sí es algo que por lo menos debe importar a los cristianos...

Son actividades prácticas que podemos proponer a nuestros catequizandos para educar en el compromiso y en la conciencia social de sentirse ciudadanos responsables de la sociedad y del mundo en el que viven... esto es lo que implica el ser cristiano, el estilo de vivir que brota del Evangelio.

Para todo esto haría falta uno o varios catequistas que se encargaran de estar al tanto de las convocatorias e iniciativas que se hagan en su localidad, para luego transmitirlo al equipo de catequistas y decidir entre todos lo que se puede hacer.

(Por ejemplo, a la Campaña de Pobreza Cero se le podría haber sacado muchísimo más partido en los grupos de catequesis de todas las edades, implicándoles en sus acciones y movilizaciones... como actividades propias de la catequesis...)

7. PROYECTO FIESTA SOLIDARIA

Proponer el compromiso de que cuando celebren su fiesta de cumpleaños, o su santo, o su primera comunión, o su confirmación, que parte del presupuesto que tenían pensado gastarse lo destinen a un proyecto concreto de Cáritas, o pedir que los regalos que quieran hacerle estén comprados en una tienda de Comercio Justo, o bien que parte del dinero que quieran gastarse para los regalos se lo den para entregarlo al proyecto de Cáritas que él ha elegido. Algo parecido puede hacerse para las fiestas de navidad o reyes.

8. PROYECTO TEATRO SOLIDARIO

El objetivo es escoger, o inventar, una obra sobre temática solidaria, o de denuncia de injusticias, etc, con la finalidad de representarla en fechas señaladas, para sensibilizar a niños de edades y cursos inferiores. O bien representarla para los adultos de la comunidad.

9. PROYECTO...(¿Qué otros proyectos podemos crear? ¿Qué necesidades de nuestra comunidad parroquial podrían ser atendidas por nuestros catequizandos? … Dejémonos inspirar por el Espíritu)

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A continuación os presentamos otra sencilla herramienta donde podéis programar para cada etapa del Itinerario unos “canales” a través de los cuales los niños, jóvenes y adultos puedan realizar acciones a favor de los demás. De esta manera introduciréis en el itinerario de educación en la fe de vuestra comunidad parroquial esta dimensión práctica de la caridad, con todas las acciones que hayáis pensado adecuadas para ellos.

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Edades o etapas Acciones de compromiso social que se proponen al grupo

1. ¿Qué metas nos podemos plantear a nivel personal, y como equipo de catequistas, para este curso en relación a aplicar lo que en estas 4 fichas de trabajo se ha planteado?

2. ¿Tenemos alguna necesidad de formación para afrontar esta tarea de introducir la dimensión práctica de la Caridad en nuestra catequesis? En caso afirmativo ¿qué podemos hacer?

3. ¿Tenemos acceso en la parroquia a materiales didácticos (libros, revistas, campañas) para preparar nuestras sesiones de catequesis en esta línea que estamos tratando aquí?

4. ¿Tenemos el corazón sensible e implicado en esta cuestión del compromiso sociocaritativo que brota de la fe? ¿Somos conscientes de que sobre esta dimensión caritativa de la fe educaremos más por lo que somos que por lo que decimos…?

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Un hombre que había dedicado toda su vida al servicio de los pobres más pobres, fue invitado a dar una conferencia en una prestigiosa universidad. El tema de la conferencia era "El amor de Dios".

El salón de actos estaba abarrotado de gente. Centenares de personas habían acudido para conocerle y escucharle en persona. Duró una hora su charla. Al terminar, mientras iban abandonando todos la sala, uno de los que estaban allí dijo al amigo que le acompañaba:— No ha dicho nada nuevo este hombre. Creía que iba a decir

alguna cosa novedosa, pero ha dicho lo que siempre se suele decir en este tema. Yo mismo hubiera podido dar esta misma conferencia y decir exactamente lo mismo que ha dicho él.

El que le acompañaba se quedó mirándole y le dijo:— No dudo de que tú hubieras podido dar la misma conferencia y

decir las mismas palabras que ha empleado él. Lo que dudo es que tú vivas esas palabras como las vive él. Lo novedoso no está en sus palabras sino en quien las ha pronunciado. Alguien que las vive y las pone en práctica de verdad. Ahí está la novedad. Son muy pocos los que practican lo que dicen creer.

Su amigo no volvió a decir nada más. No había duda de que era un creyente no practicante.

Ser cristiano practicante significa poner en práctica el amor que se recibe de Dios. Esos son los verdaderos practicantes, los que viven en sus vidas el Evangelio de Jesucristo, de tal manera, que se convierten ellos mismos, en Buena Noticia para los que les rodean. Cuando alguien se decide a poner en práctica la capacidad de amar a los demás como Dios le ama, comienza a escribir con su vida y con su entrega, una nueva página del Evangelio para bien de toda la Humanidad. Enseñemos a nuestros catequizandos a redactar con sus vidas, las mejores páginas del Evangelio que aún quedan por escribir...