· de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un...

39

Upload: others

Post on 23-Mar-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

1 www.avelamia.com

Page 2:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

2 www.avelamia.com

DIRECTORIO Marzo 2017

Año 5, número 53

Director José Luis Barrera Mora

Editor

Luciano Pérez

Coordinador Gráfico Juvenal García Flores

Asistente de editor

Norma Leticia Vázquez González

Web Master Gabriel Rojas Ruiz

Consejo Editorial Agustín Cadena

Alejandro Pérez Cruz Alejandra Silva

Fabián Guerrero Fernando Medina Hernández

Ave Lamia es un esfuerzo editorial de:

Director

Juvenal Delgado Ramírez

www.avelamia.com

Reserva de Derechos: 04 – 2013 – 030514223300 - 023

Síguenos en:

Ave Lamia

@ave_lamia

ÍNDICE

EDITORIAL 3

IMAGEN DEL MES ―La malabarista o Bailando bajo El signo de Saturno ‖

Javier Gaona 5

METAMORFOSIS Y EXILIO: OVIDIO EN SUS DOS MIL AÑOS

Luciano Pérez 6

El ÚLTIMO FAUSTO

Agustín Cadena 10

EN NOCHES ASÍ

Mario Bravo 16

―EL UNIVERSAL‖ Y ―EXCELSIOR‖:

DOS CENTENARIOS CON MUCHA

INFORMACIÓN.

José Luis Barrera 17

TEXTOS OVIDIANOS

Luciano Pérez 21

TRES INFLUENCIAS DE OVIDIO

José Luis Barrera 24

TRES MUJERES DE HOSSCOX

Hosscox Huraño 27

POEMA (DE ―ALTER ERERÉ)

Adán Echeverría 29

DOS POEMAS DE OVIDIO

(Traducción del latín por

Luciano Pérez) 32

SOBRE LOS AUTORES 36

Page 3:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

3 www.avelamia.com

Ya pasado el nefando mes

de febrero por la implica-

ción comercial que de él

hacen con el amor, en

marzo ─con la entrada de

la primavera seguramente

con fríos invernales como

últimamente ha sucedido─

celebramos a un autor con

el que el amor toma otro

sentido, muy lejano al me-

loso e insoportable que

nos recetan durante los

días previos al vilipendiado

―San Valentín‖. Justo se

cumplen dos mil años de la

muerte de un poeta que

nunca dejará de ser vigen-

te: Publio Ovidio Nasón,

gracias al cual algunos hemos logrado transitar por el amor y los remedios del amor libres

de estereotipos mercantilizados. Un autor del que pocos hablan en estos días en que las

lecturas de Paulo Coelho, Alex Dey y Carlos Cuauhtémoc Sánchez inundan los anaqueles

de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un

concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil de

traer a las lecturas cotidianas al maestro Ovidio, con el pretexto de la celebración.

Con el ―Arte de amar‖, ―Remedios del amor‖ y ―Las metamorfosis‖ bajo el brazo

celebramos este marzo tan especial, porque ya no tendremos muchas oportunidades

calendáricas de celebrar al poeta romano, aunque lo más deseable sería celebrarlo en la

cotidianidad de nuestra existencia. Por eso dedicamos la tercera parte del número 52 de la

revista a celebrar a Ovidio.

Page 4:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

4 www.avelamia.com

Pero no olvidando-

nos de la riqueza de la

cultura, no dejamos de la-

do las narraciones, los

cuentos y la poesía, y en

especial de nueva cuenta

nos engalana la colabora-

ción de Agustín Cadena,

quien nos regala un magní-

fico texto sobre Fausto, e-

sa leyenda clásica alema-

na que ha dado para gran-

des versiones literarias,

teatrales, musicales y ci-

nematográficas.

A fin de cuentas es-

te marzo recibimos a todos

los enamorados y des-

enamorados que pasaron

de largo a febrero, porque

para ellos no llegamos tar-

de a abordar el tema del

amor, sino que llegamos a

tiempo y bien acompaña-

dos. Y es que además sa-

ben que siempre se habla

del amor aún en tiempos

de la extinción de la plática

en todos los rubros de las

relaciones humanas. El a-

mor en tiempos de Iphone.

Suponiendo que ya

pasó el ―desviejadero‖, nos

sentimos menos acosados

por Tanatos, y con más

energía para proseguir

nuestra labor cultural. Ahí

les dejamos la edición de

marzo para ―y sigue la

mata dando‖, Ave Lamia,

nuestra señora.

Tinta Rápida

Page 5:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

5 www.avelamia.com

"La malabarista o Bailando bajo el signo de Saturno".

Javier Gaona

Técnica: Acrílica negra sobre papel.

Año: 2016.

Page 6:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

6 www.avelamia.com

n el año 17 falleció

uno de los más ce-

lebrados poetas de

la literatura latina y de la u-

niversal: Publio Ovidio Na-

són. La influencia que dejó

su obra, de suma riqueza

ésta, ha perdurado a lo lar-

go de los dos mil años que

han transcurrido desde su

muerte; pero esa influencia

ya era así desde antes,

cuando se convirtió en un

lírico que provocó tanto

delicia como asombro e in-

cluso ira en los primeros

tiempos del Imperio Roma-

no. A nadie dejaba Ovidio

indiferente.

Nació en el año 43

antes de Cristo (el 711 de

la fundación de Roma, se-

gún la vieja y amada cro-

nología, que alguna vez

habrá que implantar de

nuevo) en una vieja ciudad

samnita, Sulmona, en los

Abruzzos italianos. En ese

mismo año fue asesinado

Cicerón, así que eran tiem-

pos tormentosos, y un año

antes había caído, también

víctima de asesinos, Julio

César. Y el año en que Au-

gusto derrotó a Cleopatra y

Marco Antonio, Ovidio, a

sus doce de edad, llegó a

Roma para ingresar a la

escuela retórica, con la i-

dea de luego estudiar abo-

gacía. Ésta no le gustó na-

da, aunque intentó laborar

en ella; por suerte logró in-

gresar al círculo cultural

del acaudalado Mesala

Corvino, donde conoció al

poeta Tibulo, de quien se

hizo amigo, y entonces de-

cidió hacer versos de tiem-

po completo.

Para cuando Ovidio

empezó a escribir poemas,

la poesía latina vivía un

momento glorioso, donde

por primera vez la lírica ro-

mana pudo equipararse a

la griega. Catulo, Virgilio y

Horacio habían escrito ver-

sos que de inmediato se

hicieron insignes por su

buena calidad y excelente

hechura. Ellos eran los mo-

delos a seguir, y entonces

fue que vino un género

poético destinado a darle

también lustre a Roma: la

elegía. Así que elegiacos

fueron los poetas que su-

cedieron a los anteriormen-

te mencionados: Galo, Ti-

bulo, Propercio y Ovidio.

La elegía romana

era esencialmente amoro-

sa. Métricamente se le lla-

mó elegía a un poema cu-

E

Metamorfosis y exilio:

Ovidio en sus dos mil

años Luciano Pérez

Page 7:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

7 www.avelamia.com

yos versos se escalonaban

en series de dos, conoci-

dos como dísticos; uno es

de seis pies, el hexámetro,

y el otro de cinco, el pentá-

metro. Hubo poetas grie-

gos que ya escribieron de

esta manera, aunque no

necesariamente con asun-

to amoroso, como las ele-

gías guerreras del poeta

espartano Tirteo, o las ele-

gías políticas del ateniense

Solón, o las elegías éticas

del megarense Teognis

(tan apreciado este último

por Nietzsche). Fue el jóni-

co Mimnermo el primero

que hizo elegías amorosas

o eróticas, y en una de e-

llas dijo: ―¿Qué vida, qué

gozo, puede existir sin la

áurea Afrodita?‖. Con el

tiempo, ya sólo se recon-

oció la elegía por tratar del

amor. Los poetas alejandri-

nos, tales como Calímaco

y Teócrito, definieron esto

todavía más, y de aquí lle-

gó directamente a los lati-

nos.

En Horacio, Virgilio

y sobre todo Catulo ya está

lo amoroso presente. Y en-

tonces apareció el primer

elegiaco romano, Cornelio

Galo (Virgilio le dedicó una

bucólica), que escribió pa-

ra exaltar a su bella Lyco-

ris, pero muy poco ha so-

brevivido de sus poemas.

Luego vino Albio Tibulo,

con su amor desdichado a

Delia y a Némesis; des-

pués, Sexto Propercio, con

sus cantos a Cintia. Final-

mente, Ovidio y su pasión,

cierta o no, por una miste-

riosa Corina. En esencia,

lo que las elegías tratan es

un amor mal o no corres-

pondido, por parte de mu-

jeres crueles e insolentes,

que hacen lo que quieren

con sus amantes, pero cu-

ya belleza jamás es puesta

en duda. Las elegías tie-

nen pues un tono de la-

mento, de dolor, aunque

Ovidio infiltró a veces lo

irónico y socarrón.

A sus veinte años

inició la escritura de su

libro ―Amores‖, que apare-

ció en el 14 a.C. y donde

explaya su enfebrecida pa-

sión por la infiel Corina. Se

nota que había aprendido

muy pronto y de excelente

manera el arte de crear e-

legías. Luego vendría otro

libro, aun mejor, las ―Heroi-

das‖, una serie de cartas

de las heroínas griegas a

sus amantes, quejándose

de la deslealtad y traición

de éstos. A continuación,

Ovidio dio a conocer su

libro quizá de mayor éxito

(incluso hasta la fecha), y

que posiblemente le trajo

la desgracia, el ―Arte de

amar‖. En un tono desenfa-

dado, no exento de inso-

lencia, el autor habla de

todo lo habido y por haber

en cuanto a enamorar a las

Page 8:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

8 www.avelamia.com

mujeres y llevarlas directa-

mente a la alcoba. Sin em-

bargo, consciente de que

hay el riesgo de que el a-

mante tome muy en serio

el amor que tiene por su

dama (porque eso no hay

que exagerarlo, pues tiene

malas consecuencias), es-

cribió un arte para no

amar, ―Los remedios del

amor‖, lo mejor que se ha-

ya escrito para superar los

percances amorosos. Olví-

dense de los libros de

autoayuda, en Ovidio está

la solución para los que

aman demasiado.

Si sólo se hubiese

dedicado a hablar del a-

mor, hoy seguiríamos re-

cordando a Ovidio, pero no

lo veríamos como un poeta

especialmente grande. Pe-

ro él supo ser variado, así

que, sin dejar de hacerlo

en metro elegiaco, escribió

unos ―Fastos‖, donde nos

explica el calendario roma-

no, el origen del nombre de

cada mes y qué se celebra

en éste. Y en seguida una

obra que nos parece lo

más valioso que hizo: las

―Metamorfosis‖. Sin éstas,

nuestro conocimiento de la

rica mitología grecorroma-

na no sería tan profundo ni

tan pertinente. Porque ha

sido ella la que formó cul-

turalmente a incontables

generaciones, hasta que la

modernidad del siglo XX la

expulsó de los salones de

clase y de los hogares; y

por eso hoy hay más ig-

norancia en todos lados,

incluso en los textos aca-

démicos, donde para ha-

blar de un mito helénico

tienen que poner a pie de

página una larga explica-

ción del mismo, la cual se-

ría innecesaria si todos lo

conocieran. La mitología

griega es el tesoro más

preciado de toda persona

culta. En dicho libro se nos

cuenta la historia, a veces

triste y otras afortunada, de

los más ilustres personajes

de los mitos, desde que

antes del mundo hubo el

Caos, hasta que Julio Cé-

sar se convierte en estrella

del firmamento. Vemos an-

te nuestros asombrados

ojos a Zeus, Apolo, Ate-

nea, Afrodita, en sus distin-

tas aventuras.

Y entonces llegó la

catástrofe. El emperador

Augusto, que apreciaba

mucho a Ovidio, de repen-

te se disgustó con éste por

el ―Arte de amar‖, al que

consideró un elogio de la

prostitución, que contrade-

Page 9:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

9 www.avelamia.com

cía su afán de renovar mo-

ralmente al imperio, y lo

desterró de Roma en el

año 8 d.C. Esa es la ver-

sión que más se conoce,

pero hay también otra, que

Ovidio se enteró de algo

que no debió saber, algún

secreto de Augusto. Fue

enviado lejos, a lo que hoy

es la actual Rumania, entre

los bárbaros getas, en la

ciudad de Tomis, hoy

Constanza, a orillas del

Ponto Euxino, hoy el Mar

Negro. (Se llamaba Tomis

dicho lugar porque ahí a-

rrojó Medea el cuerpo cor-

tado de su propio herma-

no, al huir ella junto con

Jasón. Viene de la palabra

―tomé‖, que significa corte,

de donde procede ―anato-

mía‖).

A partir de ahí Ovi-

dio se convirtió en el poeta

de la amargura y la nostal-

gia, pues él sintió que su

exilio era injusto. Ello se

proyecta en los dos últimos

libros que escribió, las

―Tristes‖ y las ―Epístolas

desde el Ponto‖, un largo

alegato contra su condición

de desterrado. Sólo si uno

ha sufrido algo semejante

es posible entender todo el

desaliento que impregna

estos versos, donde el

poeta se duele de que los

amigos y amigas que antes

lo rodeaban lo hayan aban-

donado. Tuvo la vaga es-

peranza de que Augusto

reconsiderara y lo perdo-

nase, pero con cada año

que pasaba eso se hizo

más lejano. Y Ovidio murió

en el año 17, hace dos mi-

lenios, viviendo entre los

bárbaros. ―Soy más bár-

baro que ellos, porque nin-

gún bárbaro me entiende‖,

dijo. Él, que siempre quiso

ser comprendido a través

de su obra.

A Ovidio nunca se le

olvidaría, y durante la Edad

Media y el Renacimiento

fue uno de los poetas lati-

nos más apreciados. La In-

quisición española prohibió

la lectura del ―Arte de a-

mar‖, excepto si era en la-

tín. Pero las traducciones

de todos sus libros abun-

daron siempre, así que és-

tos fueron bien conocidos

no sólo por los muchos au-

tores que fueron influidos

por ellos, sino también por

el público que sabía leer.

Hasta que, como señala-

mos, la modernidad deste-

rró a Ovidio, y a todos los

autores griegos y latinos, a

un limbo que sólo es fre-

cuentado por quienes que-

remos saber más.

Page 10:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

10 www.avelamia.com

Unos le llamaban Juan y o-

tros Jorge. Llegó hace mu-

chos años, quién sabe de

qué aldea en Alemania.

Nadie lo conocía. Decía

que era de Knittlingen, en

Württemberg, pero según

el preceptor Melanchton

era de Breten. Eso sí, to-

dos están de acuerdo en

que era bravucón y pedan-

te y en que se había for-

mado como mago en la

Universidad de Cracovia.

Podía invocar a los espíri-

tus. Tal vez nada de esto

es cierto, pero llegó en una

época en que la vida hu-

mana era corta, incom-

prensible y sórdida, y la

gente tenía miedo. Muchas

mujeres morían de parto y

sólo cuatro de cada diez

niños sobrevivían a la in-

fancia. Los hombres mo-

rían en la guerra o en el

patíbulo. Las epidemias

arrasaban poblaciones en-

teras. La sombra del Malig-

no se extendía sobre los

cielos de Europa. En las

ciudades, la gente se en-

cerraba en sus casas des-

de el crepúsculo: las no-

ches eran peligrosas. En la

noche, los criminales aban-

donaban sus escondites y

se operaban en la natu-

raleza misteriosas transfor-

maciones: gatos, perros,

ratas y otros animales en

apariencia inofensivos se

transformaban en brujas o

en judíos nigromantes. Po-

dían abrirse paso hasta las

cunas de los niños. La úni-

ca manera de protegerse

era refugiándose en la fe y

en la virtud. Era una época

de feroces fundamentalis-

mos morales y religiosos.

Las energías del mundo

estaban en combate.

En este marco se

fue gestando la leyenda de

Fausto, Juan o Jorge, co-

mo le llamaban algunos. Se trata de una figura que sirve como campo de ba-talla a las fuerzas en coli-sión: un individuo esencial-mente noble, pero corrup-tible, un espíritu universal, ya que en aquel entonces cualquier hombre inteligen-te se sentía expuesto a la misma tentación: invertir su capital espiritual en un pacto con aquel que pare-cía el señor del mundo.

Parece que para

1575 ya existía una versión

latina de esta historia. La

de Christopher Marlowe

debió representarse por

primera vez en 1574, y su

más antigua versión impre-

sa es de 1604. Era un

buen momento para que la

levadura del terror medie-

val inflamara las concien-

cias culpables. El siglo

XVII es el siglo de la Revo-

lución Científica: el vulgo

había asimilado ya —y

celebraba— las revelacio-

El último Fausto

Agustín Cadena

Page 11:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

11 www.avelamia.com

nes hechas por Copérnico

y Galileo; Harvey había

descubierto la circulación

de la sangre, los dioses de

América eran abatidos uno

tras otro sobre su propia

sangre, en el nombre de la

Cruz; sobre todo, los euro-

peos habían desarrollado

una tecnología militar es-

calofriante para su tiempo.

Los humanos tenían miedo

de querer saber dema-

siado, de morder otra vez

los frutos de un árbol pro-

hibido. ¿De dónde venían

sus nuevos conocimien-

tos? ¿Quién les estaba a-

briendo los arcanos? La

conciencia del conocimien-

to se convirtió en culpa por

el conocimiento. Y enton-

ces la cultura entera de

una época se vio encarna-

da en el Fausto de Mar-

lowe, que condena su alma

por saber.

El siglo XVIII, con

sus dos mellizos monstruo-

sos, el racionalismo y el li-

beralismo, ahogó momen-

táneamente el impulso titá-

nico de los hombres. El

ascenso de la burguesía

capitalista acaparó la aten-

ción colectiva, y el brillo del

dinero superó en belleza al

del conocimiento. ¿A quién

podía interesarle un Fausto

que vendía su alma a cam-

bio de monedas de plomo

de ínfimo cuño? El espíritu

había iniciado el irrever-

sible anegamiento cuyo fin

es esta entropía del tiempo

sin entrañas.

Algunos espíritus —

identificados casi todos

con la figura de Prome-

teo— iniciaron la revuelta.

Rechazaron la hegemonía

de la masa y la civilización

del dinero en nombre de

un retorno a las fuentes

primigenias, a la barbarie

del espíritu y al culto del

genio individual. Eran los

grandes románticos y entre

ellos estaba Goethe. El ro-

manticismo de Goethe —

señala Francisco Montes

de Oca— sostenido en un

vigoroso sentimiento nacio-

nal, exaltaba las glorias del

pasado germánico y cele-

braba la guerra: el águila

napoleónica se cernía so-

bre Europa para someter el

caos al orden, la anarquía

a la jerarquía (1). Napoleón

―había sabido esculpir en

la masa humana como un

artista en la materia inerte‖

(2).

Junto con todo esto,

aparece una nueva mone-

Page 12:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

12 www.avelamia.com

da de oro que pedirle a

Mefistófeles: la emoción

como experiencia vital y

como energía creadora. El

romántico tiene una actitud

ambivalente hacia la muer-

te: por un lado se siente

seducido por la paz de la

tumba, coquetea con la

tentación de la nada (Goe-

the escribió siendo aún

muy joven: Über allen

Gipfeln / Ist Ruh, / In allen

Wipfeln / Spürest du /

Kaum einen Hauch; / Die

Vögelein schweigen im

Walde. / Warte nur, balde /

Ruhest du auch.) (3); por el

otro, se sabe mortal y su

deseo de entregarse a la

emoción es una búsqueda

de sensaciones vitales. A

la anestesia de la sociedad

industrial, opone la rebel-

día de la pasión. Es otra la

muerte que le acobarda. O

más bien, como Emily

Brontë, siente que no teme

a la muerte, sino a la au-

sencia de la vida. Se niega

a descender a la tierra sin

haber sentido el mundo en

todo su ser. Esta es la

transacción que realiza el

Fausto de Goethe: todo a

cambio de una sensación

tan plena de vida que opa-

que el esplendor palide-

ciente de la tumba (―Si un

día le digo al fugaz mo-

mento: ―¡Detente! ¡Eres tan

bello!‖, puedes entonces

cargarme de cadenas, en-

tonces consentiré gustoso

en morir‖) (4).

Entonces, la mone-

da que recibió Fausto a

cambio de su alma tiene,

en una de sus caras, la

sensación como experien-

cia vital. En la otra hay un

culto a la acción y a su

compañero inevitable: el

peligro. Dice al respecto

Montes de Oca: ―Fausto es

el hombre que aspira, que

desea, que se inquieta, pe-

ro que no es capaz de a-

ctuar. Mefistófeles es la

acción, pero la acción sin

escrúpulos, que no repara

en medios para lograr un

fin. De ahí la tremenda pa-

radoja de que Mefistófeles

sea al mismo tiempo lo

negativo y lo activo. De la

unión de Fausto —elemen-

to positivo, pero pasivo—

con Mefistófeles —elemen-

to negativo, pero activo—

surge la tragedia, que es la

gran tragedia del ser h-

umano‖ (5).

Este culto de la

acción se ve reforzado a-

delante, cuando Fausto

Page 13:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

13 www.avelamia.com

mismo sentencia: ―Sólo

merece la libertad, lo mis-

mo que la vida, quien se ve

obligado a ganarlas todos

los días‖ (6).

Fausto, el Fausto de

Goethe, es una historia de

crecimiento espiritual, de

fundación de la ciudad in-

terior. El protagonista co-

mienza buscando sensa-

ciones, su conciencia mo-

ral se convierte en el yun-

que a donde van a dar los

golpes de martillo que lo

forman. Margarita misma

es en un momento dado e-

se yunque. Finalmente

descubre el sentido verda-

dero, el conocimiento ver-

dadero de las cosas. Pero

lo hace a través de la

acción. En su búsqueda de

sensaciones, Fausto des-

cubre el valor de la acción.

Al final de su vida puede

ya distinguir el oro del

plomo, puede descreer de

su búsqueda de juventud,

pero la voluntad de acción

ya no lo abandona, se

queda con él.

Cien años más tar-

de, vino el Fausto de Tho-

mas Mann. Como el ante-

rior, refleja fielmente el es-

tado espiritual de su socie-

dad, que se encuentra en

el principio del fin: sifilítica,

supurante, vencida por la

sórdida materialización de

sus ambiciones. Pero aún

viva —desollada, pero aún

viva—, aún capaz de trafi-

car con y a cambio de va-

lores incondicionales; aún

capaz de sentir que existe,

en algún lado, un deber

absoluto y que ir a favor o

en contra de él es una for-

ma de acción espiritual.

¿Cuál es el destino

de Fausto en esta época

de desmantelamiento del

espíritu? Creo que más

que a la agonía de Fausto

asistimos a la postración

de Mefistófeles, a su de-

pauperización. ¿Con qué

puede seducir ahora, si

hay una deslegitimación

social de los absolutos?

¿Quién le va a dar su alma

—esa alma enanizada has-

ta el nivel de un concepto

kitsh— a cambio de su oro,

sus conocimientos o la po-

sibilidad de la sensación

como experiencia absolu-

ta? En caso de que hubie-

ra un cliente interesado, la

historia no se repetiría sino

como una limpia y civil-

zada transacción bancaria.

Los conflictos morales se

han reducido a problemas

Page 14:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

14 www.avelamia.com

de funcionalidad. Al des-

mantelar los fundamenta-

lismos morales, la civiliza-

ción ha perdido su ser me-

fistofélico, se ha mutilado,

ha dejado de ser una cul-

tura humana para conver-

tirse en una cultura artifi-

cial, en una cyber-culture.

Gilles Lipovetsky, el

gran estudioso de la con-

ducta de masas en la épo-

ca posindustrial, comenta:

―Hemos pasado de una

civilización del deber a una

cultura del bienestar subje-

tivo, de la recreación y el

sexo: es la cultura del self-

love la que nos rige‖ (7). En

este estado de cosas, en

esta extrema subjetiviza-

ción general —moral sub-

jetiva, derecho subjetivo,

perversión subjetiva— los

sistemas de regulación de

la conducta interior se ven

descoyuntados y se de-

rrumban sobre sus propias

bases. Y no es que antes

la gente no buscara la fe-

licidad. Volviendo a Lipo-

vetsky: ―Durante el Siglo

de las Luces el bienestar

anhelaba imponerse como

un ideal social; no obs-

tante, en la jerarquía de

valores como en las nor-

mas sociales efectivas, se

veía relegado a un se-

gundo plano, sujeto al or-

den superior de los debe-

res de la abnegación de sí

mismo‖.

Este orden superior

—el de la abnegación de sí

mismo, sacrificio, los valo-

res que pueden llamarse

originales desde el mo-

mento en que se apoyan

en un para sí y en un

deber incondicional— es lo

que la cultura del self-love

y del self-interest ha co-

rrompido. Naturalmente, el

culto de la acción aparece

estigmatizado como un re-

sabio de barbarie, consi-

derado peligroso y pros-

crito. Ninguna era ha habi-

do tan hostil al impulso he-

róico o prometéico como

ésta. La acción como vía

ha sido deslegitimada en

aras del nuevo orden de

conciliación y hedonismo

universales. Así, Mefistófe-

les queda no como el úl-

timo diablo sino, tanto peor

para nosotros, como el últi-

mo hombre. Es como si el

fantasma de un cambista

medieval pregonase ahora

su mercancía por los pasi-

llos de Perisur. Nadie lo o-

ye, nadie se detiene. Es un

mendigo charlatán que

quiere vender la felicidad

cuando todos los transeún-

tes saben —lo han leído en

libros comprados en San-

born's— que la felicidad

consiste en sentirse bien

consigo mismo. Si alguien

piensa que esto no es po-

sible, seguramente es un

Page 15:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

15 www.avelamia.com

amargado, un elemento de

disfunción en el maravillo-

so engranaje de la nueva

sociedad. Pero también

podría ser Fausto. El últi-

mo Fausto.

Notas:

1) Cf. Francisco Montes de

Oca. ―Goethe y su tiempo‖,

en Goethe, J.W., Fausto y

Werther, pág. XX.

2) Loc. cit.

3) Ibidem. Pág. XXIV.

“Sobre todas las cumbres /

hay tranquilidad. / En todas

las las copas de los

árboles / tú no sientes /

ningún soplo de brisa. /

Los pájaros se aquietan en

el bosque. / Espera, pronto

/ descansarás tú también”.

4) Goethe, Fausto. Pág.

27.

5) Francisco Montes de

Oca, op.cit., pág. XLIII.

6) Goethe, op.cit., pág.

183.

7) Giles Lipovetsky, ―El

crepúsculo del deber‖, pág.

18.

Page 16:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

16 www.avelamia.com

lueve. Y un viejo de-

sea que el reloj mar-

che hacia atrás, can-

sado de que los "tiempos

mejores" carezcan de pun-

tualidad. Llueve y los teja-

dos de las casas no nos

protegen, no son guaridas

para besos entre labios frí-

os y húmedos, por lo mis-

mo tiritamos de frío y mal-

decimos haber olvidado la

sombrilla y el suéter al salir

de casa, incluso hasta

reímos de la gente que, al

igual que nosotros, corre y

huye como refugiándose

de una guerra no de balas,

sino de gotas.

Llueve. Y un abrazo

mío te busca en sueños,

mientras el perro duerme

sin saber que allá afuera el

mundo se viene abajo, tan-

to como aquí adentro se

colapsan las paredes de

este maltrecho corazón

mío. Llueve, lo sabemos, y

muchas soledades suspi-

ran con otras vidas mejo-

res, en las cuales decir:

―Nunca te vayas‖, se con-

vierta en escuchar: ―He

vuelto. No llores más‖.

Llueve menos y go-

tean cielos, tejados, te-

chos, ojos y corazones,

llueve menos y seguimos

solos, tan solos como para

llorar si escuchamos –so-

los, separados– la suite no.

6 para violonchelo de Ba-

ch, y entonces recuerdo a

Rostropovich y pienso que

él también estaba solo, por

eso acariciaba, tocaba y

rodeaba con sus dedos al

violonchelo. Casi media

hora de suite No. 6 y se

me ocurre que el propio

Bach –al igual que yo en

este momento– tenía frío

mientras componía seme-

jante obra, quizás, en una

noche lluviosa, tal como

ésta.

Ya no llueve, es

cierto, y afuera afortunada-

mente no hay bajas civiles

de esta guerra, no hay

cuerpos que reconocer y

recoger, no hay edificios

derruidos, ni derrotados ni

vencidos, únicamente esta-

mos nosotros, esperando,

esperando, a la espera uno

del otro. Hasta ese mo-

mento seguiremos así, so-

los, sin nosotros, viendo

caer nuevas lluvias, cada

uno detrás de su ventana.

L

En noches así Mario Bravo

Page 17:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

17 www.avelamia.com

l hablar del periodis-

mo en México, no

podemos dejar de

hablar de ―El Universal‖ y

el ―Excelsior‖, porque son

dos periódicos nacionales

que a lo largo de cien años

han relatado la historia de

nuestro país. Por supuesto

están atrás en longevidad

respecto al ―Dictamen de

Veracruz‖, que con sus ca-

si 120 años de antigüedad

es proclamado como el de-

cano de la prensa nacio-

nal, sólo que este es un

diario local. Respecto a los

dos periódicos centenarios

a que nos referimos, cabe

señalar que no sólo son

importantes por su tiempo

de permanencia sino por la

línea editorial que los co-

locó como dos de los más

serios y creíbles del país.

Hablando de ―El

Universal‖, se debe señalar

que se ha mantenido a lo

largo de los años fiel a su

línea muy respetable, lo

cual no sucedió con

―Excelsior‖, que llegó a ser

de línea mucho más com-

bativa, misma que le ganó

una sucia treta de parte del

poder económico y político

del país que le asestaron

un duro golpe, que si no

acabó con el periódico sí lo

hizo con el prestigio gana-

do a pulso con los lectores.

El primero de octu-

bre de 1916, nace el pri-

mero de los mencionados,

―El Universal‖, con el obje-

tivo de dar la palabra a los

postulados emanados de

A

―El Universal‖ y ―Excelsior‖:

dos centenarios con

mucha información José Luis Barrera

Page 18:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

18 www.avelamia.com

la Revolución Mexicana,

por iniciativa de Félix Ful-

gencio Palavicini, quien a

su vez era parte del Con-

greso Constituyente del es-

tado de Querétaro. Fue en

la esquina de Madero y

Motolinía en donde se ins-

taló la primera redacción y

talleres, los cuales estaban

provistos de la rotativa

Goss, que fue en la que se

imprimió la primera Consti-

tución de los Estados Uni-

dos Mexicanos en 1917. Y

es hasta 1921 cuando a-

dopta el lema que hasta el

día de hoy le define: ―El

gran diario de México‖.

La década de los

veintes tiene cambios sus-

tanciales. En primera ins-

tancia, el mencionado se

convierte en el primer pe-

riódico en lanzar una edi-

ción vespertina, ―El Univer-

sal Gráfico‖, cuyo primer

número apareció el prime-

ro de febrero de 1922. Un

año después, el fundador

Félix Fulgencio Palavicini

deja la gerencia, el 14 de

abril, para dedicarse de lle-

no a su carrera política, de-

jando a Miguel Lanz Duret

como gerente y a José Gó-

mez Ugarte como director.

Es en esta misma década

que la redacción se muda

a la calle de Bucareli ─en

donde se inicia una tra-

dición periodística justo en

este otrora famoso pa-

seo─, y los talleres a Itur-

bide.

Ya en 1940, ante el

fallecimiento de Lanz, Mi-

guel Lanz Duret hijo, asu-

me la Presidencia y Di-

rección General, y es a

partir del 23 de octubre de

1969, que cede el puesto

al Licenciado Francisco

Ealy Ortiz, comenzando a-

sí la era del pluralismo

ideológico además de una

etapa de constante creci-

miento, tanto en el terreno

periodístico como en el

tecnológico, poniendo a ―El

Universal‖ a la cabeza del

periodismo mexicano.

Page 19:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

19 www.avelamia.com

Desde entonces

Ealy permanece a la cabe-

za del diario y ha conser-

vado el prestigio del perió-

dico, sin dejar de lado el

sentido comercial, transfor-

mando el periódico vesper-

tino ―El Universal Gráfico‖

(famoso entre sus lectores

por su página de mujeres

sensuales), en un perió-

dico matutino, barato y po-

pulachero que le da gusto

a un sector numeroso de la

población que busca

―Chicas y sangre‖.

El segundo periódi-

co de circulación nacional

más antiguo es sin duda el

―Excelsior‖, el cual es fun-

dado por Rafael Alducín,

Rómulo Velasco y otros 36

periodistas de la época,

saliendo a la luz el primer

número el 18 de marzo de

1917. Siete años después

de su creación muere Al-

ducín y queda en manos

de los familiares de éste,

con los cuales enfrentó difi-

cultades económicas que

los llevaron a declararse

en bancarrota, quedando

el control ahora en manos

de los trabajadores, quie-

nes conformaron una

cooperativa el 22 de abril

de 1932, siendo el director

de esta misma Gilberto Fi-

gueroa.

En 1968 llega a la

Dirección el aguerrido pe-

riodista Julio Scherer Gar-

cía, con quien se inicia una

era casi mítica del periodis-

mo, fomentando una crítica

libre y plural que atrajo a

muchos destacados inte-

lectuales que realizaron su

labor periodística y editorial

sin mordazas, y que por

ende generó la reacción

del entonces presidente

Luis Echeverría Álvarez,

quien impulsó, en primera

instancia, reuniones de un

alevoso Regino Díaz Re-

dondo con un grupo de

periodistas y trabajadores

inconformes, en tanto que

se estructuraba un boicot

comercial por parte de la

cúpula empresarial, co-

mandada por el empresa-

rio cervecero Juan Sán-

chez Navarro, en 1972. A

esto se aunaba la toma de

los terrenos propiedad de

los trabajadores del perió-

dico ―Excelsior‖ en Paseos

de Tasqueña, aparente-

mente por parte de campe-

sinos que reclamaban des-

pojo de los mismos. Este

golpe artero y envolvente

al diario, culminó con la

destitución del Consejo

Directivo de la Coopera-

tiva, dejando en la Direc-

ción al propio Díaz Redon-

do.

Page 20:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

20 www.avelamia.com

Por desgracia este

periódico cumple cien a-

ños, pero se le celebra por

lo que llegó a ser, ya que

en el presente no logra re-

cuperar su tradición y pres-

tigio, pese a los esfuerzos

de su actual dueño Olega-

rio Vázquez Raña, por a-

traer plumas prestigiosas

que le devuelvan la gran-

deza perdida en 1976.

De cualquier mane-

ra vale la pena celebrar los

cien años de dos periódi-

cos que son sin duda algu-

na parte importante de la

historia de este país. Y ha-

blar de estos dos perió-

dicos es hablar de un lugar

que se hizo tradicional por

la visita de periodistas de

ambos diarios para tomar

café, dilucidar y escribir

muchas de sus colabora-

ciones, El ―Café La Haba-

na‖, testigo de aquellas

épocas del periodismo me-

xicano que rondaba en

torno a este sitio.

Page 21:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

21 www.avelamia.com

1.- METAMORPHOSIS, I

ubo en mi vida los

tiempos de Amo-

res, Heroidas y Me-

tamorfosis. Estas últimas

fueron las más decisivas.

Cuando los Amores, las a-

migas iban y venían, entra-

ban y salían una tras de

otra; en las Heroidas, les

escribí cartas intensas e in-

mensas, y algunas veces

me contestaron. Pero la é-

poca de las transformacio-

nes era la del horror. Yve-

tte iba en su auto y logró

darme alcance, y al invitar-

me a subir se inició todo;

luego le escribí epístolas y

canciones, cada vez más

sentidas, mas por alguna

misteriosa razón todo salió

mal, y huyó convertida en

herrumbrosa sierpe de oro

y joyas. Beatrice se dijo

enferma de asma y bajo

tratamiento terapéutico, así

que le hice muchos versos

de consolación; luego fue

que le crecieron garras y

colmillos, y como feroz

vampira, ávida de jóvenes,

se hizo mi enemiga. Nora

desayunaba conmigo, y

entonces le ofrecí, como

flores, libros de hadas, que

le gustaron; sólo que des-

pués se hizo flamígera án-

gel malo de Jehová y los

quemó todos.

2.- METAMORPHOSIS, II

Y ahora las otras transfor-

maciones, lágrimas de Nio-

be y de Filomela. Clawdia

era violenta e implacable, y

le hizo ver su suerte a su

subordinada Lou Lou,

quien, luego de las feroces

injurias que recibió por

parte de aquélla, lloró tanto

esta amiga mía que le

salieron alas y plumas, y el

agua le escurrió por todo el

cuerpo. Convertida en pa-

to, se echó a nadar y sus

lastimeros QUACKS! se

oyeron hasta donde Semí-

ramis subió al cielo cual

paloma. Y luego lo que me

sucedió, que tan henchido

estaba de Amores y He-

roidas, y entonces fue mi

metamorfosis; la envidia de

una deidad me alcanzó,

sentí fiebre y debilidad, y

de repente ya no podía

hablar ni comer, pues mi

cara se había hecho de

palo. Quise decir algo, y

H

Textos ovidianos

Luciano Pérez

Page 22:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

22 www.avelamia.com

nada salió, porque ahora

fui árbol. Entonces dos

brujas, una de cara verde y

otra de cara roja, cons-

piraron y decidieron cortar-

me con sus hachas. Una

vez hecho leña, la Virgen y

el Diablo se apiadaron de

mí y rehicieron como se

pudo mi cuerpo. Llegó la

orden del destierro, y me

fui. Por eso quiero tanto

mis Tristes y mis Pónticas,

y acá estoy, donde finaliza

el Danubio en el Euxino,

sin patria y sin alguien con

quien vivir.

3.- NADA SE PUEDE YA

A ti te encuentro, y no de-

bo verte; a ti te veo, mas

no debo hallarte. Cuando

todo está en contra de uno,

de nada sirven los raros y

bellos instantes… ¿De qué

le sirvió a Adonis el ser

amado por Venus, si un

cerdo rabioso le acabó las

entrañas? ¿Acaso Progne

creyó ser feliz al casarse

con el rey de Tracia? ¿Qué

sentido tuvo el tanto cariño

que se tuvieron Píramo y

Tisbe en Babilonia? Por

eso mis ojos no pueden

saber de ti, aunque el cora-

zón lo resienta. Medea,

fuerte e inteligente, así co-

mo cruel, no pudo oponer-

se al amor; pero es que,

aun si me opongo, nada se

puede hacer pues mi bús-

queda del vellocino hace

mucho que terminó. Ade-

más, lo cierto es que algu-

na vez lo tuve en mis ma-

nos, y por designio de

alguna divinidad se me fue

para siempre. Así que no

me veas más, que no te

estoy viendo, aun si el

corazón da de vueltas y

quisiera recuperar, como el

viejo Esón, el padre de Ja-

són, los años perdidos.

Hay transformaciones que,

por muy deseadas que

sean, por eso mismo ya no

deben ser.

4.- DE NASÓN A

LUTIANUS

Entiendo que llevaste mis

Remedia al extremo, ¡pero

no al costo de que hoy

desprecies al amor! Está

bien que por aquellas tres

fieras tuvieses que com-

portarte estricto, con ellas

y contigo mismo. Pero ya

todo pasó, y ahora habrá

nuevas barcas llenas, si te

lo propones. Por otro lado,

las elegías son para que-

Page 23:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

23 www.avelamia.com

jarse, para dolerse, es cier-

to; mas hay que hacerlo

con dulce tono y lamentoso

verso, incluso con un poco

de ironía. ¡No con la cólera

de que haces gala, sin

ningún metro además! A-

hora lee mi Ars, la que

prohibió el inquisidor (salvo

si se leía en latín), mis

Amores, y encuéntrate

contigo mismo, que siem-

pre hay una ELLA, en al-

gún lado, tras de una puer-

ta, debajo de la escalera,

en la penumbra del zaguán

o en el umbral de un tem-

plo. Has sanado, eres fuer-

te. Pero si tú renuncias en

definitiva a la venérea mili-

cia, te sugiero, como cole-

ga y amigo, que desistas

de ello y renueves prima-

veras, que tan bien te

sientan pues naciste inclu-

so en una de éstas. ¡Alé-

jate del solitario Ponto, y

vuelve a Roma, al Amor!

5.- DE LUTIANUS A

NASÓN

En efecto, amigo, tus Re-

media me han sacado

siempre del bache. De no

ser por ellos, mis quejas y

lamentos serían intermina-

bles. Ahora bien, me sugie-

res que vuelva a la milicia,

pero creo haber sido muy

claro al decir que la salud y

la edad me lo impiden. ¡No

puedo, amigo, aun cuando

lo quisiera! Además, ya na-

da es lo mismo, mi tiempo

se terminó. Soy tan viejo

que nadie entiende de lo

que hablo. Si quiero evocar

la campaña victoriosa en

el Rhin del imperator Ju-

lianus, si deseo loar las

risas de Aristófanes y de

mi tocayo el de Samosata,

si es mi intención admirar

los trucos del mago Apolo-

nio y contraponerlos a los

de Xristos, nadie sabe a

qué me refiero. Y no tienen

por qué saberlo, pues cada

quien vive en su época, y

la mía sólo está dentro de

mi cabeza. ¡Saludos desde

el Ponto, a ti el otro pónti-

co!

Page 24:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

24 www.avelamia.com

1. VAMPIRA SÁFICA

"...porque amores que matan nunca mueren." Joaquín Sabina

l tiempo no transcu-

rre en la memoria,

las huellas no se bo-

rran para siempre. Heridas

fosilizadas en papel. Me de-

sangra un lémur si le reser-

vo un lugar en mis delirios.

Aún con nuestras causas

perdidas y desvaríos, rein-

vento su espacio en oniris-

mos de horas sombrías. Ma-

tices de la añoranza: tiem-

pos carnales en el Hotel

Coacalco; torrente concupis-

cente de sistemáticas recon-

ciliaciones; inextricables pa-

rajes de la pasión. Diosa e-

picúrea con égida resguar-

dando sus temores y sus

dudas. Pasión con poderes

de Proteo. Ella, compañera

de sus pasos por los sen-

deros del Pushkin. Diseñán-

dome seducción a la medi-

da. Ofrendándome sus

montes y sus valles. Urdien-

do entre mujeres la huida.

Ella, con su sombra dela-

tora, en sus empeños por

ser eternidad en la tinta de

mis venas. Desde las calles

de Álvaro Obregón, hasta el

rincón más efímero de la

intimidad. Con sus can-

ciones aún conservadas en

E

Tres influencias de

Ovidio

(De ―Memorias dipsómanas‖)

José Luis Barrera

Page 25:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

25 www.avelamia.com

mis arcas y nuestra Hot line

privada. Con sus ansias y

sus espasmos. Con sus

perversiones sus denuedos.

Su amor con destino de

poema póstumo. Placebo

falaz de mi Edipo perdido.

En el dédalo nada se pierde

sólo se degrada. Quantum

mutatus ab illo. Los recuer-

dos son aljibes de lágrimas.

Sombras de materia per-

dida. Es su ausencia un do-

lor de inmortalidad.

2. NÚMEN COMERCIAL

Las musas están a la venta

en el paraíso venal. El vo-

yeurismo infunde su razón

entre los versos. En la

Fuente de Castalia brotan

fluidos vaginales. La moral

adquiere nuevos concep-

tos. El deseo, el placer, el

derecho del pecado. Epi-

curi de grege porcicum. El

oficio primario tiende sodo-

mizante un sudario, que

releva al amor en el estiaje

del sexo. Apetencias cár-

nicas. Acciones lívidas del

alma. Placebo de las cua-

rentenas. Venus y Baco

reciben con puertas abier-

tas a los vencidos que tie-

nen plata en los bolsillos.

Diosas decadentes que ab-

sorben mis frustraciones

entre sus piernas. Alquiler

de amor sin riesgo con-

tractual. Las cicatrices no

quedan en ningún ventrí-

culo. El dolor no se inserta

en el alma. Fidelidad me-

dida con parquímetro. Nú-

men a contrarreloj. En este

local de neón, las musas

hacen comercio con los

poetas malditos.

3. ACAPULCO 2000

Nada nuevo hay detrás

del paraíso. Partí que-

mando las naves sabiendo

que nunca arderían. Sobre

la negra línea de Apolo, el

autobús de los buhoneros

avanza con el retrovisor

manchado de neuronas.

Mis raíces, ahora con aro-

ma de ausencia y eva-

nescencia. Un gato vomi-

tando amarguras en ene-

ro, mientras el negro

brebaje extraña las pláti-

cas pervertidas de los

vencidos. Las largas fal-

das engalanadas de las

meseras, musas de poe-

tas malditos. La lista de a-

mores en lontananza: A-

capulco, la noche toral

de mis ausencias. "Hor-

tor et ut pariter binas ha-

beatis amicas; fortier est,

plures si quis habere

potest". Ovidio en mis sue-

ños dipsómanos. En el pa-

raíso flamígero, una ado-

lescente jugando a mujer

fatal; quién diría que su

número telefónico apare-

Page 26:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

26 www.avelamia.com

cería durante esos días

en mi identificador. Irma

Serrano para presidente,

¡qué más da en el pande-

monium!

Page 27:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

27 www.avelamia.com

1. GEORGINA

e qué sirvió que al

fin hubieras termi-

nado tu diplomado

en psicosociología, si tu

marido es un alcohólico

que no te baja de india pu-

ta y pendeja.

Tus dos hijas están

creciendo como el zacate

de los lotes baldíos: entre

mierda, ratas, y escom-

bros.

Quizá alguna vez

fuiste hermana de Tomás,

el preso más puto del re-

clusorio Norte y que murió

cuando fue enculado por

un ex procurador de verga

descomunal. Quizá tam-

bién aún a los doce años

jugábamos a las escondi-

das pero nunca nos halla-

ban. Sí, yo metía la mano

en tus calzones de patitos

y encontraba una rajadita

chistosa y lampiña. Te gus-

taban los ratones y ponerte

aretes de plástico. Eras fla-

quísima, con ojos aceituna-

dos y sonrisa de yegua.

Jugando a las mor-

dídas terminamos llorando

y desnudos en tu cama, ya

te había dado un derecha-

zo cuando tu respondiste

con un patadón a los

güevos. Adoloridos, em-

pezó el cachondeo. Más

que besarnos creo que nos

lamíamos como gatos. Yo

sólo puse mi pinguita entre

tus muslos y tú asumiste

que eso era coger.

Como realmente no

sentimos algo extraordina-

rio, optamos por sólo jugar

a los madrazos. Ese día,

creo que Dios no fue a

trabajar.

2. RITA

¿Sabes cómo viniste al

mundo? ¿Has visto a tus

padres coger?

La palabra encular

gotea de tus labios como la

orina. No me importa tu

mirada de perra apaleada,

ni tus cuarenta años, ni tus

manías y mucho menos tu

vientre de madre de tres

niños. Sólo quiero meter mi

verga torpe y gorda entre

tus nalgas y olvidar quié-

nes y qué somos.

Me gusta verte ca-

minar a gatas alrededor de

la cama, mirar cómo se

zangolotea toda la grasa

de tu carne. También me

gusta escucharte cagar y

sentir cómo se te frunce el

esfínter anal en torno a mi

lengua.

D

Tres mujeres de

Hosscox

Hosscox Huraño

Page 28:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

28 www.avelamia.com

Tus axilas sudan u-

na mezcla de asco y dolor,

desesperanzada dejas que

me eche en tu panza y

juguetee con tus enormes

y negros pezones. Tienes

un coño gigante, siempre

que lo chupo tengo la

sensación de que me va a

tragar.

En todo el puerto no

creo que haya una casa

más ruinosa y sucia, siem-

pre hace calor y apesta.

Tus hijos juegan desnudos

en la playa mientras ven-

des chingaderas a los tu-

ristas. No te gusta beber

pero parece que siempre

andas borracha.

Todo es un misera-

ble carajo, yo sólo vengo a

verte porque me das de

comer, y tú lo haces sólo

porque no tienes quien te

coja.

3. GISELA

En la primavera de l996

todo era un discurso que

llevaba hacia la nada. Mi

cuarto estaba con docenas

de botellas de tequila va-

cías y lleno de condones

podridos de semen. Fue el

último rito masturbatorio

que invoqué para tratar de

retenerte.

Sin embargo.

Lo sospechaba, pe-

ro el colmo fue descubrirte

con mi rival en amores.

Eso de ser cambiado por

un perro pequinés, que al

parecer me sobrepasa en

talento para ejercer ciertas

actividades lingüísticas,

podría haber sido suficien-

te. Pero no fue así.

Acostumbrado a tus

marranadas sólo me dio

por reír y tratar de olvidar-

te. Esa noche nos embria-

gamos, tus reclamos los de

siempre, que a mí nunca

se me para y cuando se

me para es sólo para puras

vergüenzas. Y yo alejado,

sordo, observando desde

mi vaso vacío, como si mi-

rara a una cucaracha gi-

gante.

Caminé, era un lu-

nes de burdel, tan desabri-

do que hasta las putas lo

único que podían musitar

era una fría frase de

panadero: ¿Qué no vas a

querer tu pay con pelos?

Page 29:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

29 www.avelamia.com

Poema (De Alter ereré)

Adán Echeverría

Tan altos son los edificios

que ya no se ve nada de mi infancia

Eugenio Montejo

HOY QUE LA VIDA ME HA PUESTO LA PLUMA SOBRE EL OJO

pienso y distingo

a los huracanes que surgen del Atlántico

a esas caracolas que forman las puntas del diamante

y van trepando tierra dentro

Voy con mis manos de relámpago

para nacer desde el oleaje como Venus

o quedar ciego en la corteza de los árboles

perdido en el laberinto de los versos

(bajo subo precipito

y sedimento en cada hoja)

como un presentimiento

Y esto lo pienso mientras mis manos aletean

con el nervio de una guerra que se inclina

sobre los hombros

Me sitúo en las aceras de Wall Street

y miro las pantallas

La caída de las bolsas de valores alrededor del planeta

nos reúne en este punto Ciegos por el humo del tabaco

a tientas por los callejones

Page 30:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

30 www.avelamia.com

Miro los relojes detenidos

en las alas abiertas de las aves que circulan cabizbajas

entre los tejados edificios chimeneas ventanas fuentes parques

blancas plumas y las nubes negras por el pensamiento

solo el huracán colmado de silencios

Tal vez fue la felicidad o la negritud del tiempo

o esta sobredosis de miedo que corre en los parajes

Acaso el aletazo que no quiere extinguirse

y silencioso

relampaguea al horizonte

El cielo de unicornios embravecidos

acercándose en las noches de tormenta

Tantas inundaciones y ni un solo transeúnte con la corbata adormecida

Ah mis manos de relámpago

mis manos que tiemblan

y me dictan cuando voy quedando ciego

Porque los mercados caen

los edificios desmoronan

y uno observa y mira y puede distinguir

que del grito último en que nos hemos anclado

somos la partícula suspendida en el aire

cayendo a través de las ventanas

flotando entre la lluvia

Pienso en los electrones

en el sabor de tu lengua

en la axila blanca blanquísima

de la niña que estuvo conmigo anoche

y al volver el rostro sobre las manecillas del reloj

toda ella y sus pedazos de blancura

cayeron con los edificios

Porque no estamos solos como cada noche

porque todo nos ha reunido en este punto

en la mirada del ojo que siempre precipita

Pienso en el brillo del silencio

que me remonta a la selva

Page 31:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

31 www.avelamia.com

en el brillo que surge cuando abres la boca

Pienso en el hueco del niño que no conoció a su padre

aquel brilloso padre tragado por la niebla

La misma niebla que nos va dejando ciegos

uno frente al otro sin poder pronunciar los apellidos

Page 32:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

32 www.avelamia.com

Dos poemas de Ovidio

(Traducción del latín por Luciano Pérez)

1.- “Amores” 1, 5.

Caluroso el mediodía terminaba ya,

entonces yací sobre mi lecho;

la puerta abierta, la ventana cerrada,

así que el sol quedose fuera

mientras dentro la luz le huyó al crepúsculo,

como cuando la noche rechaza al día,

esa luz que ayuda a las chicas tímidas

que con su pudor aguardan escondidas.

He aquí que Corina llega

con la túnica blanca desatada

y el cabello amarrado en una cola,

Page 33:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

33 www.avelamia.com

tal como se cuenta que la bella Semíramis aparecía,

y también Lais, la por muchos hombres amada.

Al quitarse la túnica, ésta luchó

para no salirse de su ama, pero tuvo que caer.

La túnica tenía pena de ser vencida,

pero el serlo no era para hacerle mal.

Ante mis ojos Corina estaba,

ninguna parte de su cuerpo con defecto.

¡Qué hombros! Tan firmes al tocarse.

¡Los pechos listos para apretarse!

¡Cuán correctamente plano el vientre!

¡Qué caderas! ¡Qué muslos tan juveniles!

¿Referiré una por una cada parte de su cuerpo?

Nada veo que no merezca alabanza.

Y cuando, desnuda, junta ese cuerpo al mío,

¿qué más necesito saber?

Y luego ya, fatigados ambos, descansamos.

¡Que haya para mí momentos como este varias veces al día!

Page 34:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

34 www.avelamia.com

2.- “Remedios del amor” 300-310, 324-340.

Pon ante tus ojos todo el daño que ella te ha hecho:

―Me hizo esto, me hizo aquello, y no se contentó con dañarme

sino que la avara puso en venta mi propia casa.

Y todo cuanto me juró jamás lo cumplió.

Muchas veces me dejó afuera de su puerta!

Ella ama a otros y le fastidia mi amor.

Un vendedor de la calle es al que ella

le da sus noches, no a mí‖.

Esto es lo que te la hará odiosa,

lo que acabará con lo que sientas por ella.

Y ojalá puedas decir mucho al respecto,

¡así sea! Más duele, más en su contra podrás decir...

Y lo bueno se hará malo,

es por ello que una virtud se hará defecto.

Lo más que puedas, tú ve mal lo que se ve bien

en esa mujer y júzgala a sabiendas que te engañas

Page 35:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

35 www.avelamia.com

dile negra si es morena;

escuálida si es alta y delgada;

llama insolente a la que no es rústica,

y rústica a la que es virtuosa.

De lo que ella carezca, asegúrate que lo haga

para que se vea mal:

si no sabe moverse, que baile;

si no tiene voz, que cante;

si no sabe hablar, que dé un discurso;

si no sabe tocar música, dale una lira.

¿No camina con gracia? Llévala de paseo.

¿Los pechos se le caen? Que se le vean.

¿Tiene dientes feos? Que se ría para que los muestre.

¿Ojos enfermos? Cuéntale cosas tristes para que llore.

Page 36:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

36 www.avelamia.com

Page 37:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

37 www.avelamia.com

Page 38:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

38 www.avelamia.com

Page 39:  · de las librerías de recetas fáciles (de decir) para ser felices y exitosos, claro que con un concepto corporativo, evidentemente. Por eso nos damos a la tarea grata pero difícil

39 www.avelamia.com

Abril nos tiene deparadas muy

buenas sorpresas, no te las puedes

perder