de las escrituras

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entretanto. LA VERDAD Maracaibo, 26.11.2011 +6 ESPACIO LITERARIO La recomendación de la semana Piedras Lunares, de Fedosy Santaella. Personajes extraños e historias truculentas y siniestras que se desarrollan en 11 cuentos de horror, muerte y vampiros. Pluma argentina Ricardo Piglia nació en Buenos Aires el 24 de noviembre de 1941. Es autor de Blanco nocturno, entre otros. Fue el ganador de la XVII edición del Premio Rómulo Gallegos de este año. +8 LOS LIbROS máS VEnDIDOS Top 10 La cinta roja Jardín sombrío Latidos Blue Label / Etiqueta azul El sari rojo Nieve La humillación El museo de la inocencia La torre oscura: Traición La reina y la doncella 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 (*Al viernes 18/11/2011) Fuente: Librería Tecni-Ciencia Libros. Biografía novelada de Teresa Caba- rrús, una noble de origen español y belleza legendaria que tuvo una ju- ventud apasionan- te y aventurera. Terror, oscuros secretos y pasiones. Esta novela revela los acontecimientos que marcarían para siempre a una familia. Está llena de mentiras, glamur, pasión y misterio. Es una novela para jóvenes. Trata de la vida de la alta sociedad en 1899. Es una novela de amor. No del amor feliz de las telenovelas, sino del que pasa fugaz y marca. Una novela de amor, traición y familia en el cora- zón de la India pro- tagonizada por Sonia Gandi. Como tema, Turquía y sus innúmeras convulsiones. Como medio, una novela y sus certezas tradicionales. Explora las profundi- dades del deseo eró- tico y, en particular, el masculino. Un hombre mayor atra- viesa por una crisis y, en medio de ella, el deseo sexual vuelve. Es una historia de amor contemporá- nea. El protagonista reconstruye la histo- ria de su fracaso amoroso a partir de recuerdos. Es una serie de siete libros. Cuenta la historia de la búsqueda del personaje principal, Roland Deschain, por alcanzar la torre oscura. Ambientada en la época de las cru- zadas, esta nove- la de la escritora Tessa Korber de- rrocha acción, intriga y romance. Carmen Posadas. V.C. Andrews. A. Godbersen. Eduardo J. Sánchez Rugeles. Javier Moro. Orhan Pamuk. Philip Roth. Orhan Pamuk. Stephen King. Tessa Korber. Microcuento SObRE ELECCIOnES y VOTAnTES (PARTE III) AUTOR: ISABEL CRISTINA MORáN ILUsTRACIóN: DIEGO J. MORENO. C. III ...E so no es lo que de- cía usted antes de entrar al colegio esta madrugada, señora presidenta, vocifera el testigo oficialista tan fuerte co- mo su garganta se lo permite; a lo que el testigo opositor cues- tiona sin mayores argumentos. Yo misma la escuché cuando decía que en su mesa no ganaría nuestro candidato, antes muer- ta que bañada en sangre, y que haría todo lo que estuviera en sus manos para sacarlo del juego. Díganme ustedes si es- to no es una falta de compro- miso con el pueblo. Yo no estoy para discutir es- tas cosas ni con usted ni con nadie, responde la señora presi- denta. Por favor, guarde la com- postura o me veré obligada a buscar un sustituto. Y con per- miso, tengo que hacerme cargo de mis obligaciones. zada contesta una llamada e inicia la siguiente conversación: - Hola, Isabella, ¿cómo están las cosas ahí adentro? - Yule, no ha votado la prime- ra persona. La máquina se dañó. ¿Quiénes vienen?, dijo la voz del otro lado del teléfono. - Ira y yo. Los demás están en la casa, dicen que vienen más tarde. - Bueno, que no se apuren; esto va pa’largo, continúa. La llamada la interrumpe el grito del vecino, quien a todo pulmón pide la otra cerveza a la señora que vende licor a pesar de que desde hace tres días hay Ley Seca. Él no está solo, en el porche de la casa están senta- das más personas, todos con una botella en la mano. CONTINUARá... cuenta de que era Fernando, su compañero de facultad. Allá afuera ya está llegando la gente, las colas se están perdien- do al doblar la esquina y los ven- dedores de guarapos calman la sed a los votantes. Hay dos ca- bles verdes en los dos extremos del colegio, al inicio y al final, y cada uno tiene dos militares. A 100 metros, frente a una casa de cerca de ciclón platea- da, está una señora con un ca- lentador lleno de empanadas y una cava de anime con hielo y refrescos. Una muchacha se acerca y saca dos piezas para dárselas a dos niñas que espe- ran ansiosas darles una mordida. Ella está embarazada y es la mamá de las pequeñas. Esta chica espera en el por- tón a otra mujer, quien también está encinta. Las dos caminan, risueñas, rumbo al colegio para ver si ya por fin pueden “mojarse el chiquito”. La primera embara- La LiTeraTura es resuLTado y agenTe de MúLTipLes diáLogos el DíA Del escritor intentAmos pArticipAr De estA celebrAción preguntánDonos por uno De los Aspectos De lA escriturA DE LAS ESCRITuRAS TExTO: MIGUEL áNGEL HERNáNDEz. E l 29 de noviem- bre se celebra en Venezuela el Día del Escritor co- mo homenaje a uno de los perso- najes clave en la historia del país: Andrés Bello, que nació en Caracas un día como ese de 1781. Y para participar del sentido de esta fecha intenta- remos abrir una conversación en torno a la escritura. La literatura es un diálogo constante, un movimiento de signos perenne. Cuando una es- critura genera nuevas escrituras estamos en presencia de este diálogo, quiere decir que los sig- nos están resonando. Con esto nos referimos tanto a lo que se publica en blogs como a lo que nos llega en forma de reseña, en- sayo o crítica literaria, pero tam- bién al fanfiction, a las obras que surgen de otras obras, etcétera. ¿Esto significa que sin crítica literaria, si no hay nada de lo an- terior, no existe algo que poda- mos llamar literatura? Si la críti- ca no vuelve su mirada a un libro ya existente, ¿ese texto no es literario? Podríamos verlo de va- rias maneras. En primer lugar, todo tejido verbal es una red de redes, un momento determina- do dentro de otro momento; es decir, funciona como un rizoma (para usar la metáfora de Deleu- ze y Guattari), de modo que a este llega una multitud de sig- nos, al tiempo que agencia otros tantos. En consecuencia, sigue habiendo diálogo. Literatura, autor y escritura Por otra parte, no podemos olvidar que la literatura, como objeto cultural, por medio de las universidades, los periódi- cos, las revistas, las editoria- les, etcétera, maneja un ca- non de lo literario y, por ende, dicta qué es literario. El lector no se enfrenta de la misma manera al blog de un adoles- cente que escribe sus lamen- tos que como lo hace ante un libro publicado en una casa editorial bien constituida co- mo Monte ávila, por ejemplo. El canon ya está asumido. Pero volviendo al punto de partida, insistimos en que la lite- ratura es flujo constante de sig- nos en múltiples direcciones. Sin embargo, en Maracaibo no es fá- cil generar este flujo; por lo gene- ral no trasciende a la universidad, al conversatorio, al seminario -en el caso académico-, cuando no a la entrada en el blog, a una nota en las redes sociales o a la con- versación de turno. Si aceptamos como premisa que los discursos generan dis- cursos, luego nos queda pre- guntar por el lugar donde estos se han de desarrollar. Si es cierto que los que se generan no siempre circulan lo suficiente (por las razones que sean), sí parece, sin embargo, que plataformas tradicionales como la revista o el suplemento literario de un periódico pueden recorrer de mejor manera diver- sos ámbitos (lectores), lo que conlleva un mejor tránsito de los ejercicios de escritura. Esto, por supuesto, sería apenas un inicio, o mejor, una línea de fuga para continuar las escrituras. De hecho, ya lo es esta página. Pero el “Espacio Literario” es apenas eso, una página que forma parte de un suplemento (“Entretanto”, que a su vez forma parte de la edi- ción sabatina de este diario), por lo que todo lo que se puede leer son fragmentos, mínimas ficciones. Es el caso de las en- trevistas que han aparecido en este espacio, que muestran a determinados autores (enten- diendo al autor “como principio de agrupación del discurso, co- mo unidad y origen de sus sig- nificaciones, como foco de su coherencia”, según Michel Foucault en El orden del dis- curso) exponiendo -en líneas generales- sus poéticas, méto- dos de trabajo, etcétera. Estas, a la vez que se presentan en forma de diálogo, catalizan otros diálogos, ciertamente en diferentes niveles, con tonos diversos, pero diálogos, textos, al fin. Cuando estos discursos se mueven, se desplazan, hay lectura; es decir, construcción de sentidos; es decir, en nues- tro caso específico, literatura. Cada loco con su tema, pien- sa el técnico mientras reprogra- ma la máquina y trata de dar con la falla; y es la chica de gomas moradas quien aprovecha el de- bate entre los dos testigos y la presidenta de mesa para entrar al salón y cerciorarse de que es- tén solucionando el inconve- niente con el computador. El muchacho levanta la mira- da y la saluda con cariño, gesto que ella le corresponde, pues desde hacía 15 minutos se dio

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Breve nota de Miguel Ángel Hernández aparecida en el diario La Verdad (Maracaibo)

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Page 1: De las escrituras

entretanto. LA VERDAD Maracaibo, 26.11.2011

+6 ESPACIOLITERARIO

La recomendación de la semanaPiedras Lunares, de Fedosy Santaella. Personajes extraños e historias truculentas y siniestras que se desarrollan en 11 cuentos de horror, muerte y vampiros.

Pluma argentinaRicardo Piglia nació en Buenos Aires el 24 de noviembre de 1941. Es autor de Blanco nocturno, entre otros. Fue el ganador de la XVII edición del Premio Rómulo Gallegos de este año.

+8LOS LIbROS máS

VEnDIDOS

Top 10

La cinta roja

Jardín sombrío

Latidos

Blue Label / Etiqueta azul

El sari rojo

Nieve

La humillación

El museo de la inocencia

La torre oscura: Traición

La reina y la doncella

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

(*Al viernes 18/11/2011)

Fuente: Librería Tecni-Ciencia Libros.

Biografía novelada de Teresa Caba-rrús, una noble de origen español y belleza legendaria que tuvo una ju-ventud apasionan-te y aventurera.

Terror, oscuros secretos y pasiones. Esta novela revela los acontecimientos que marcarían para siempre a una familia.

Está llena de mentiras, glamur, pasión y misterio. Es una novela para jóvenes. Trata de la vida de la alta sociedad en 1899.

Es una novela de amor. No del amor feliz de las telenovelas, sino del que pasa fugaz y marca.

Una novela de amor, traición y familia en el cora-zón de la India pro-tagonizada por Sonia Gandi.

Como tema, Turquía y sus innúmeras convulsiones. Como medio, una novela y sus certezas tradicionales.

Explora las profundi-dades del deseo eró-tico y, en particular, el masculino. Un hombre mayor atra-viesa por una crisis y, en medio de ella, el deseo sexual vuelve.

Es una historia de amor contemporá-nea. El protagonista reconstruye la histo-ria de su fracaso amoroso a partir de recuerdos.

Es una serie de siete libros. Cuenta la historia de la búsqueda del personaje principal, Roland Deschain, por alcanzar la torre oscura.

Ambientada en la época de las cru-zadas, esta nove-la de la escritora Tessa Korber de-rrocha acción, intriga y romance.

Carmen Posadas.

V.C. Andrews.

A. Godbersen.

Eduardo J. Sánchez Rugeles.

Javier Moro.

Orhan Pamuk.

Philip Roth.

Orhan Pamuk.

Stephen King.

Tessa Korber.

MicrocuentoSObRE ELECCIOnES y VOTAnTES (PARTE III)

AUTOR: ISABEL CRISTINA MORáN ILUsTRACIóN: DIEGO J. MORENO. C.

III

...Eso no es lo que de-cía usted antes de entrar al colegio esta madrugada,

señora presidenta, vocifera el testigo oficialista tan fuerte co-mo su garganta se lo permite; a lo que el testigo opositor cues-tiona sin mayores argumentos. Yo misma la escuché cuando decía que en su mesa no ganaría nuestro candidato, antes muer-ta que bañada en sangre, y que haría todo lo que estuviera en sus manos para sacarlo del juego. Díganme ustedes si es-to no es una falta de compro-miso con el pueblo.

Yo no estoy para discutir es-tas cosas ni con usted ni con nadie, responde la señora presi-denta. Por favor, guarde la com-postura o me veré obligada a buscar un sustituto. Y con per-miso, tengo que hacerme cargo de mis obligaciones.

zada contesta una llamada e inicia la siguiente conversación:

- Hola, Isabella, ¿cómo están las cosas ahí adentro?

- Yule, no ha votado la prime-ra persona. La máquina se dañó. ¿Quiénes vienen?, dijo la voz del otro lado del teléfono.

- Ira y yo. Los demás están en la casa, dicen que vienen más tarde.

- Bueno, que no se apuren; esto va pa’largo, continúa.

La llamada la interrumpe el grito del vecino, quien a todo pulmón pide la otra cerveza a la señora que vende licor a pesar de que desde hace tres días hay Ley Seca. Él no está solo, en el porche de la casa están senta-das más personas, todos con una botella en la mano.

CONTINUARá...

cuenta de que era Fernando, su compañero de facultad.

Allá afuera ya está llegando la gente, las colas se están perdien-do al doblar la esquina y los ven-dedores de guarapos calman la sed a los votantes. Hay dos ca-bles verdes en los dos extremos del colegio, al inicio y al final, y cada uno tiene dos militares.

A 100 metros, frente a una casa de cerca de ciclón platea-da, está una señora con un ca-lentador lleno de empanadas y una cava de anime con hielo y refrescos. Una muchacha se acerca y saca dos piezas para dárselas a dos niñas que espe-ran ansiosas darles una mordida. Ella está embarazada y es la mamá de las pequeñas.

Esta chica espera en el por-tón a otra mujer, quien también está encinta. Las dos caminan, risueñas, rumbo al colegio para ver si ya por fin pueden “mojarse el chiquito”. La primera embara-

La LiTeraTura es resuLTado y agenTe de MúLTipLes diáLogos

el DíA Del escritor intentAmos pArticipAr De estA celebrAción preguntánDonos por uno De los Aspectos De lA escriturA

DE LAS ESCRITuRAS

TExTO: MIGUEL áNGEL HERNáNDEz.

El 29 de noviem-bre se celebra en Venezuela el Día del Escritor co-mo homenaje a uno de los perso-

najes clave en la historia del país: Andrés Bello, que nació en Caracas un día como ese de 1781. Y para participar del sentido de esta fecha intenta-remos abrir una conversación en torno a la escritura.

La literatura es un diálogo constante, un movimiento de signos perenne. Cuando una es-critura genera nuevas escrituras estamos en presencia de este diálogo, quiere decir que los sig-nos están resonando. Con esto nos referimos tanto a lo que se publica en blogs como a lo que nos llega en forma de reseña, en-sayo o crítica literaria, pero tam-bién al fanfiction, a las obras que surgen de otras obras, etcétera.

¿Esto significa que sin crítica literaria, si no hay nada de lo an-terior, no existe algo que poda-mos llamar literatura? Si la críti-ca no vuelve su mirada a un libro ya existente, ¿ese texto no es literario? Podríamos verlo de va-rias maneras. En primer lugar, todo tejido verbal es una red de redes, un momento determina-do dentro de otro momento; es decir, funciona como un rizoma (para usar la metáfora de Deleu-ze y Guattari), de modo que a este llega una multitud de sig-nos, al tiempo que agencia otros tantos. En consecuencia, sigue habiendo diálogo.

Literatura, autor y escrituraPor otra parte, no podemos

olvidar que la literatura, como objeto cultural, por medio de las universidades, los periódi-cos, las revistas, las editoria-les, etcétera, maneja un ca-non de lo literario y, por ende, dicta qué es literario. El lector no se enfrenta de la misma manera al blog de un adoles-cente que escribe sus lamen-tos que como lo hace ante un libro publicado en una casa editorial bien constituida co-mo Monte ávila, por ejemplo. El canon ya está asumido.

Pero volviendo al punto de partida, insistimos en que la lite-

ratura es flujo constante de sig-nos en múltiples direcciones. Sin embargo, en Maracaibo no es fá-cil generar este flujo; por lo gene-ral no trasciende a la universidad, al conversatorio, al seminario -en el caso académico-, cuando no a la entrada en el blog, a una nota en las redes sociales o a la con-versación de turno.

Si aceptamos como premisa que los discursos generan dis-cursos, luego nos queda pre-guntar por el lugar donde estos se han de desarrollar.

Si es cierto que los que se

generan no siempre circulan lo suficiente (por las razones que sean), sí parece, sin embargo, que plataformas tradicionales como la revista o el suplemento literario de un periódico pueden recorrer de mejor manera diver-sos ámbitos (lectores), lo que conlleva un mejor tránsito de los ejercicios de escritura.

Esto, por supuesto, sería apenas un inicio, o mejor, una línea de fuga para continuar las escrituras. De hecho, ya lo es esta página. Pero el “Espacio Literario” es apenas eso, una

página que forma parte de un suplemento (“Entretanto”, que a su vez forma parte de la edi-ción sabatina de este diario), por lo que todo lo que se puede leer son fragmentos, mínimas ficciones. Es el caso de las en-trevistas que han aparecido en este espacio, que muestran a determinados autores (enten-diendo al autor “como principio de agrupación del discurso, co-mo unidad y origen de sus sig-nificaciones, como foco de su coherencia”, según Michel Foucault en El orden del dis-

curso) exponiendo -en líneas generales- sus poéticas, méto-dos de trabajo, etcétera. Estas, a la vez que se presentan en forma de diálogo, catalizan otros diálogos, ciertamente en diferentes niveles, con tonos diversos, pero diálogos, textos, al fin. Cuando estos discursos se mueven, se desplazan, hay lectura; es decir, construcción de sentidos; es decir, en nues-tro caso específico, literatura.

Cada loco con su tema, pien-sa el técnico mientras reprogra-ma la máquina y trata de dar con la falla; y es la chica de gomas moradas quien aprovecha el de-bate entre los dos testigos y la presidenta de mesa para entrar

al salón y cerciorarse de que es-tén solucionando el inconve-niente con el computador.

El muchacho levanta la mira-da y la saluda con cariño, gesto que ella le corresponde, pues desde hacía 15 minutos se dio