de la alienacion y el pensamiento socia

7/24/2019 De La Alienacion Y El Pensamiento Socia

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DE LA ALIENACIN Y EL PENSAMIENTO SOCIAL

A L G U N A S S U G E R E N C I A S C R I T I C A S

Si el concepto de alienacin surgiera tan solo en el marco del pensamiento'

marxista, todo tratamiento del mismo debera de circunscribirse a su proble'

mtica. Al contrario, aparece muy a menudo en otras interpretaciones del mun-

do social. No ha mucho tuvo lugar un renacimiento del inters hacia ese con-

cepto, sobre todo en el campo de la investigacin social, de forma que se han

hecho algunos esfuerzos interesantes encaminados hacia la medicin de la

alienacin en situaciones concretas (i). Su presente uso, en teora sociolgica y

psicolgica, as como en la prctica, se halla sin duda conectado a la visin mar-

xista del concepto, pero puede verse en l una tendencia hacia la separacin

de los supuestos originales, sean marxistas o hegelianos. Pudiera muy bien ocu-

rrir que una de las causas de ese renovado inters sea el redescubrimiento, hace

ya algunos aos, de los escritos juveniles de Carlos Marx, especialmente de los

de 1844, as como del natural entusiasmo con que los revisionistas del marxismo

y otros escritores se sumergieron en su estudio, ya con Ja esperanza de enri-

quecer sus conocimientos, ya con la de justificar sus nuevas posiciones. Uno

se siente inclinado, sin embargo, a pensar que el concepto de alienacin ejercita

por s mismo una atraccin profunda e inmediata en cualquier mente que se

halle al acecho de explicaciones satisfactorias de lo que le pasa en realidad aj

hombre moderno, de lo que hace de l un animal ran angustiado e insatisfe-

cho. Esta actitud encierra, claro est, sus peligros. Suele acontecer que la g ente

prefiere la frmula, es decir, la seudoexplicacin, en vez de la autntica res-

(1) Vase :G . NETTLER: A Measure of Alienation, Amer. Soc. Rev., 22, dicieni'

bre 57; J. P. CLARK: Measuring Alienation w ithin a Social System,

Amer. Soc. Rev.,

24 diciembre 59; A. DAVIDS, en el

Journal of Consulting Psychology,

19, febrero, 55,

y en el /.

of Abnorm al and S ocial Psyc,

51, julio 55 ; . G'.

JACO:

The Social Isolatiorr

Hypothesis,

Am. Soc. Rev.,

19, octubre 54. Tambin D. G.

DEAN

: The M easure of

Alienation,

Am. Soc. Rev.,

26, octubre 61. Ver nota 4.


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S A L V A D O R G 1 N E R

puesta,que tiene siempre ribetesde incertidumbre cuando eshumano el asunto.

Las frmulas ponen en peligro el pensamiento porque frenan casipor completo

la exploracin crtica.

Todos andamos, pues,

de

acuerdo

en dar la

bienvenida

a

cualquier intento

serio de solucionar el problema de las disensiones que dividen mentalmente a

los hombres.As que,cuando la comunidad liberalde los pensadores occidenta-

les halla soluciones que eran consideradas como tales slo entre los marxistas,

la cosa debera de darse porbuena : el nico criterio de aceptabilidad para las

ideas nuevas debeser su

adaequatioad rem.

Esta actitud, adems,nos ayudar

i la creacinde un comunidad msuniversal que la presente,por lomenosen

el terreno del mutuo entenderse.

Tomemos

la

embocadura diciendo claramente cul

es la

aseveracin

de

estos

papeles,que luego habr quejustificar. La alienacin, usada como conceptoque

define la totalidadde la condicin humana en el presente estadode la sociedad

industrial es un concepto vago en exceso. Si Tocqueville tena razn al decir

que il n'y a rien de plus improductif pour l'esprit hmain qu'une idee absir

traite (2), la alienacin social, como fenmeno, debera definirse en una forma

ms palpable. No quiero decirque ta como se presenta hoy en da, el concep-

to seadifcil de entender.Lo que ocurrees que a menudo se nos ofrece cual

si fuera la herramienta ms adecuada para comprender la conciencia de hombre

en

el

mundo contemporneo,

con lo

cual

el

concepto sufre

una

hipstasis.

Si di-

jera el nico problema del hombre moderno es que est socialmente enajena-

do,

la enajenacin de convertira en el foco de mi atencin. Qu ocurrira

sin embargo, si descubriese que alienacin o enajenacin es un concepto ex-

tremadamente complejo cuyo estudio me lleva de las consideraciones econmi-

cas a las psicolgicas y de stas a las culturales, hasta hacerme perder todo

trazo de causalidad en mi pensamiento? No cabe duda de que en tal casome

sentir tentado en cierta manera a abandonar la idea de alienacin y que

intentar hallar otras

y

mejores explicaciones

a mi

pregunta original.

Constituye esto, empero, razn suficiente para desasistir un concepto tan

rico en sugerencias? Va a ser fcil hallar un concepto sustancial y realstico

que lo sustituya? O es quevamos a dar slo con un Ersatz intil actuando

as? Slo probando inadecuaciones radicales podremos contestar afirman/a-

mente a la primera pregunta. Quiz una reconsideracin del concepto no nos

conduzca a abogar por su supresin, sino simplemente a circunscribirlo a un

grupo de fenmenos msreducido y estricto. Contestar a las dos ltimaspre-

guntas

es ms

problemtico.

Por lo

pronto, ser necesario evitar

la

introduc-

(2)

ALEXIS

DE

TOCQUEVILLE:

De ladmocrae en Amrique,

vol. II, cap. XVIII,

pg. 259, Paquerre, Pars,1850.

8


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DE LA ALIENACIN Y El . PENSAMIENTO SOCIAL

cin de otros conceptos tan insatisfactorios como el analizado. Y si no damos

con el que deba de considerarse suficiente, siempre ser de desear presentar al-

guna solucin, por muy parcial y tentativa que sta sea. La demolicin frac-

cionaria o total de una construccin intelectual slo se justifica a la luz dej

nuevas y fecundas sugerencias.

II

Una de las diferencias entre la economa poltica marxista y la

clsica es

que en la primera el hombre es ms objeto de atencin que su actividad eco-

nmica. La interpretacin superficial dada por algunos escritores de izquierdas

que consideran que la economa liberal no trata del hombre sino exclusivamente

de su riqueza no est escondida en esta afirmacin. Por supuesto, la economa

poltica liberal trata del hombre, ya que su forma de enfocar el proceso de pro-

duccin y consumo obedece a toda una concepcin de la naturaleza moral del

hombre. Pero no hay duda que su atencin ha ido siempre dirigida hacia la

riqueza, hacia la creacin de la riqueza y sus modos de adquisicin. Para el

marxismo lo que ms contaba era la condicin humana en general, tal coma

aparece determinada por un sistema de produccin. No causa sorpresa el ver

que cuando Marx descubri la incompleta intepretacin hegeliana de las con'

secuencias humanas de la actividad industrial ello le condujera al desarrollo

de un concepto que no es slo un pilar bsico en sus escritos primeros, sino que

permanece como tal en sus obras ms maduras. En verdad que la alienacin

social es la idea bsica a travs de la cual los marxistas conciben al hombre en

la presente sociedad, hagan uso o no de esa palabra.

A pesar de algunas deficiencias ms o menos marginales que hay en su

presentacin de la dinmica de la alienacin, las palabras de Marx son pro-

fundamente reveladoras. Es evidente que su presuncin de que cuanta ms

riqueza produce el obrero..., ms pobre se vuelve as como sus palabras cuan-

to ms produce el trabajador, menos tiene para consumir sobre las que su an-

lisis est basado parcialmente, pueden considerarse errneas en este momento

histrico, aunque quizs no en el suyo, pero es tambin cierto que la mayo

parte de su descripcin de las implicaciones psicolgicas del modo de produc-

cin capitalista puede difcilmente ser contradecida por entero (3). El problema

en nuestros das consiste en averiguar si la alienacin del trabajador no slo afec-

(3) To das ias citas de Marx aparecen en el Gesammtausgabe, Berln, 1932, parte

III.

vol. I pgs. 81-94, Die Entfremdete Arbeit. No hay referencias concretas a la DeuU

sche deologie,pero su tex to se ha tenido presente, especialmente el captulo o ber die

Produktion des Bewusstseins, Marx Engels Werke, Dietz Verlag, 58, Berln,

vol.

3 ,

pginas 37 y sig.

49


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SALVADOR GINER

ta a la forma de produccin capitalista sino a cualquier forma de produccin

en la que l trabajador no controle el destino de su propia labor. Esta sospechan

se vuelve ms clara leyendo sus propias palabras:

... el objeto que produce el trabajo, su producto, est opuesto a l

como a una esencia extraa, como un poder independiente del pro^-

du ctor. E l producto del trabajo es trabajo. cristalizado en un objeto,

que ha sido objetivado. Esta objetivacin

(VergegenstdncUichung ) es-

la materializacin del trabajo. La realizacin del trabajo es su materia'-

lizacin. En la situacin econmica, la realizacin del trabajo

aparecer.

como una prdida de realidad

(Entrurirklichung)

por pa rte d el traba

jador, la materializacin como una prdida y servidumbre del objetcv

y la apropiacin como alienacin, enajenacin (Entusserung).

Marx atribuy este proceso a la devaluacin del mundo de los hombres

ya que el trabajo, en el seno de un sistema econmico capitalista, se pro-

duce a s mismo y al trabajador como mercancas, de la misma manera que

produce mercancas. Sera difcil negar que en un sistema liberal de pro

duccin las leyes de la oferta y la demanda que valen para los objetos valen-

tambin para los hombres, en muchos casos. Por ejemplo, hablamos-

abiertamente del mercado de trabajadores. Ahora bien, si la alienacin ser:

define como fenmeno que ocurre estrictamente en ei contexto de la in-

dustria preautomatizada, antes y durante la empresa capitalista de produc-

cin en cadena, debemos considerarla como un concepto aceptable. La auto-

matizacin no se ha convertido todava en el nico o principal modo de;

producir bienes. Si estoy en lo cierto, esta versin originaria de la aliena-

cin puede ser perfectamen te til. Pero para ver esto con ms claridad, h e

aqu un esquema de la descripcin que da Marx del proceso de enajenacin r

I. En primer lugar, los objetos son producidos por el obrero ere

una empresa.

II .

El capitalista los ven de en el mercad o y paga un salario a

obrero.

III. Los objetos se producen sin propsito alguno en s m ism os-

El nico propsito es el salario, no ellos.

IV . En consecuencia, el obrero est alienado de su labor.

V . Lo que implica que est tam bin alienado de otros hom bres r

a), del capitalista, a causa de sus privilegios , y >), de los otros tr a b a -

jadores, a causa de la competencia interna que se establece entre ellos-

V I.

Ha bien do, perdido contacto afectivo con el resto de su s

prjimos, est igualmente alienado de su propia conciencia.

50


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Quizs Marx viera los peligros metodolgicos que significara el hacer

de este proceso la piedra sillar de su teora econmica, y por eso se concenr

trase en la plus vala, dejando los aspectos psicolgicos en el trasfondo (4),

Quiz tambin no sea casualidad el hecho de que Hegel se planteara el

problema de la alienacin tambin en sus escritos primeros, y no despus.

A pesar de esto, no hay que pensar que Marx, al relegarlo un tanto, lo

abandonara. No hay duda que su idea del fetichismo de las mercancas es

bsica para el desarrollo de El Capital, y que este fenmeno est descrito-

en el momento III del esquema presentado.

Bien, todo esto ayuda a comprender la situacin de cierto tipo humano,

el obrero asalariado. Cuando el observador se da cuenta de que aparente-

mente grande sectores de la sociedad sufren de situaciones similares, se nos

ofrecen dos posibilidades, si queremos ser consecuentes con esta interpreta-

cin. La primera, y , sin dud a mu y simple, consistira en hipostasiar co m e

se insinu anteriormente la idea de alienacin (5). En tal caso podramos decir

que el triunfo del industrialismo ms la expansin del capitalismo a todos-

Ios niveles de la sociedad han convertido a los hombres en un ejercita de

asalariados, todos ellos fsica y moralmente enajenados. En segundo lugar,-

y con el objeto de evitar un excesivo simplismo en la interpretacin de Ios-

hechos sociales, bien podramos someter los fenmenos a un nuevo esquema:

heurstico. Esto es, por ejemplo, lo que Weber hizo con su idea de la racio-

nalizacin progresiva de la sociedad; o, como Mannheim dira (6), la racio-^

nalizacin funcional de la sociedad. Para Max Weber el proceso tena un:'

nombre, burocratizacin.

Es comprensible que los hombres interpreten sus males en los trminos'-

usados para explicar los males que asolaban a sus predecesores inmediatos.

Aunque sta no sea la mejor actitud, no siempre es posible empezar con.

soluciones frescas y absolutamente nuevas. Weber, Durkheim y otros pen-

sadores intentaron librarse de mdulos de pensamiento que haban sido ya

plenamente desarrollados en el siglo xix y que no parecan explicar los

4 ) D A V I D B R A Y B R O O K E : Diagnosis and Remedy in M arx ' doctrine of alienation,-

Social Research,25, otoo 58, p g. 325, obra qu e he seguido en la prese nte descripcin

1

d e la alienacin, pg. 326. Ve r las Theologische Jugendschriften, de HEGEL, passim.

Para una definicin de la alienacin que no tenga relacin alguna con este proceso,,

v e r

JAN

H A J D A

: Alienation and Integration of Student Intellectuels, At.

Soc. Rev.,

26,

octubre 61 .

5 )

H ay algo de esto en Ma rx cuando dice que la propiedad privada e s. .. el pro--

ducto,

el resultado, la consecuencianecesaria de l trabajo enajenado , de la re lacin ex--

terna

del trabajador con la naturaleza y consigo mismo? (Lo subrayado es mo).

" (6) K A R L M A N N H E I M : Mensch und Gesellschaft im Z eitalter des Um baus, Leiden,-

1 9 3 5 ,

Sijthoff, passim.

5 1


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SALVADOR GINER

ltimos acontecimientos de momento en que ellos vivieron. En realidad,

seguan el mismo imperativo intelectual a que obedecieron Hegel y Marx,

y no tmidamente, intentando dar su interpretacin de la condicin hu-

mana bajo nuevas circunstancias sociales. Aunque sus concepciones estaban

firmemente enraizadas en su tiempo no es de aconsejar que rechacemos su

idea de la alienacin slo porque nuestra situacin es diferente de la suya.

Por lo pronto, bien pudiera suceder que nuestras circunstancias sean, en

algunos aspectos bsicos, sorprendentemente similares a las del siglo XIX.

Nuestro mundo no ha sufrido ni mucho menos los efectos de una automa-

tizacin en gran escala, como se indic antes, y hay en l una evidente

coexistencia de objetos y estructuras que pertenecen a mementos muy dife-

rentes y distantes del progreso material (7). En este caso quien lleva la carga

de la prueba de la imperfeccin del concepto de alienacin es aquel que

crea que nuestro mundo y el de Marx son diferentes en trminos absolutos.

Mas sin contradecirse con todo esto, parece arriesgado generalizar las con-

diciones del trabajador alienado a aquellos niveles de la realidad humana que

no estn estrictamente relacionados con el trabajo. Por ejemplo, cmo po-

demos osar interpretar los problemas planteados por el cciu por el aptico

uso del ocio por las masas en los trminos de la alienacin del trabajo?

Porque el hombre moderno no se encuentra a s mismo cuando no trabaja.

En la mayora de los casos intenta minimizar su soledad con las delicias de

la cultura de masas, y no con el ejercicio de sus facultades razonadoras. Pa-

rece que hay cierta contradiccin entre esto y la declaracin de Marx de que

El trabajador... siente que es l mismo fuera ie\ trabajo, y durante

el trabajo se siente lejos de s mismo. Se encuentra a gusto cuando no

trabaja, y cuando trabaja no se encuentra a gusto.

Est claro que Marx no pudo prever las condiciones del ocio en este

nuestro tiempo. Algunos de sus herederos intelectuales han encontrado la

respuesta al problema en forma quizs demasiado sencilla: la cultura de

masas y su brutalizacin, y otros fenmenos similares, son una consecuencia

d e la a lienacin del h om bre en el. seno del sistema capitalista de produccic^n.

(7) MANNHEIM llam a esto la G leichzeitigkeit des U ngleichzeitigen, ibd ., p . 14.

Lo cual ha sido tambin indicado por el malogrado MERLEAU-PoNTY (Signes, NRF,

Pars, 61, pg. 141) cette proximit et cette distance du pass et du prsent, de l ar-

chaque et du moderne... cette perpetuelle surdtermination des vnements humains

qui fait que, quelle que soit la singularit des conditions locales ou temporelles, le fait

social nous apparait toujours sous la variante d'une sele vie dont la ntre aussi fait

partie et que tout autre est pour nous un autre nous-mme.

5 2


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El hecho de que nosotros veamos las imperfecciones de tal sistema no signi-

fica que tengamos que aceptar la relacin causal entre ambos elementos. En

realidad, no la vemos tan clara.

III

A fuer de interpertar las cosas bien, hace falta evitar U excesiva separacin

terica de conceptos que reflejan realidades afines. La alienacin del obrero

industrial de sus productos y la del empleado inmerso en la impersonalidad

del sistema burocrtico hallan en relacin causal con el fracaso de ambos en

crearse una identidad, una personalidad y una voluntad de pensar por s

mismos. Empero, muchos de los problemas que sitian al hombre contempo-

rneo no emergen directamente de la fbrica o de la oficina. Naturalmente,

siempre ser fcil establecer conexiones entre stas y cualquier otro aspecto

de la vida social, dado que son piezas tan importantes de la marcha de la

sociedad y que forman el paisaje cotidiano de la mayora de las gentes. Pero

hay muchos casos que no pueden hallar sus causas inmediatas en la alienacin

del trabajo, industrial o burocrtico. As ocurre, verbigracia, con la naturaleza

de los medios masivos de comunicacin, con las crisis del sentido tradicional

del cambio social, con la nueva forma'' de percibir tiempo y espacio, con la

vida en un habitat mecanizado, etc.

Si concedemos que el hombre contemporneo se siente desazonado y falto

de propsito en su vida, tanto cuando trabaja como cuando no, y que ello

se debe, entre otras cosas, a la misma calidad del trabajo, cabe preguntarse si

ese aislamiento y falta de creatividad no dependern tambin de esos otros

factores que hemos enumerado al azar. Algunos no estarn de acuerdo con

esto,

puesto que para ellos lo que ha acontecido es simplemente que la alie-

nacin se ha salido de sus lmites originales y ha invadido la totalidad del ho-

rizonte social.fcjQuienessostengan esta opinin dirn que el hombre, vctima

de la cultura de masas, de la poltica totalitaria, de la guerra moderna, por

no hablar de otros males menores como son la corrupcin de los sindicatos y

la apata de las clases trabajadoras, es en realidad vctima de una sola cosa, de

ia alienacin, y que todos estos elementos no son ms que aspectos parciales

de ella (8).

Es curioso observar que los autores de hoy, despus de haberse acercado

al problema de la alienacin con un enfoque analtico, habiendo previamente

aceptado la concepcin general que todo lo abarca y que aqu se pone en tela

(8) Vase, por ejemplo,

FRITZ PAPPENHEIM:

The AHenation of Modera Man,

Monthly Review Press,

Nueva York, 59.

53


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SALVADOR GINER

de juicio, se ven obligados a dividirla en categoras ms reducidas. As, poi

ejemplo, la cita siguiente, todo y con constituir un ejemplo ms refinado que

lo que en general se nos ofrece (9).

El hombre (no solo el trabajador, puesto que

el proceso de alie'

nacin afecta a la sociedad total) es, pues, para Marx como para Schi'

11er, Feuerbach y Hegel, un hombre mutilado.

Pero

estas teoras de la alienacin no son adecu adas.

Mientras qiie

los principios desarrollados por H egel y M arx no debe n de abandonar-

se, estas teoras necesitan complementarse y profundizarse. Su falta

de adecuacin consiste en que oponen al hombre moderno universal...

el hombre mutilado del mundo moderno. Pero no hay forma histrica

social en la que los hombres hayan existido como seres universales,

pues la esclavitud no es compatible con la universalidad. Lo que

quiero decir ser quizs, ms claro, si

distingo tres estratos de alie'

nacin:

el estrato de la psicologa, el de la sociedad y el de la po-

ltica.

Llegaremos al centro del problema de la alienacin... slo si esta-

blecemos de buen principio una clara separacin de tres estratos y

conceptos,

para reunirlos luego de nuevo.

El autor Franz Neumann, insiste en que los principios originales de la pri'

mitiva concepcin de la alienacin no deben de abandonarse con lo cual yo

no estoy en desacuerdo pero recomienda profundizar en ellos y comple-

mentarlos por medio de la distincin de varios estratos. No considera la posi'

bilidad de que, una vez debidamente estudiados y analizados, sea un tanto

difcil reunirlos otra vez. Pudiera suceder que para entonces hayan sufrido

transfiguracin tal que nos sera necesario forzarlos en un lecho de Procusto.

Claro que uno siempre podr sacarse del magn una nueva y'vaga categora

con q u . adjetivarlos a todos ellos. Para el profesor N eu m an n la alienacin

afecta a la sociedad como todo. No hay duda de que ello es cierto slo en

tanto en cuanto cualquier proceso de envergadura que tiene lugar en el mundo

de lo social, afecta a los dems, ya que slo mentalmente podemos reducir

ia vida a sus partes. Hechas, sin embargo, tales salvedades, si aceptamos una

definicin de la enajenacin del hombre como resultado de una forma determi'

nada de produccin, mantengmosla as, y analicemos y describamos sus con-

.. (9) FRANZ NEUMANN:

Anxiety and Politcs

(Berln, 1954). Publicado en

Identity and

Anxiety.

M . R. Stein et Alii, F ree Press, Glencoe, l., 60, pg . 271 .

54


9/18

DE LA ALIENACIN Y EL PENSA MIENTO SOCIAL

secuencias sin dar su nombre a aquellos fenmenos cuya causa directa no con-

:siste en esa forma de produccin.

Hemos dado algunos ejemplos de fenmenos que no pueden siempre ex-

jjlicarse a travs de la alienacin. Tomemos uno que no fue mencionado en

;aquet momento, para aclarar ms este punto. No hay mucha discrepancia con

rrespecto a la suposicin de que el desamparo mental en que muchos hombres

:se encuentran aherrojados tiene que ver con la falta de un sistema de creencias

.sustancial y no atomizado. Constantemente se nos dice que una de las fuerzas

.-del totalitarismo es que presenta un sustituto para tal sistema de creencias,

.aunque ste tenga lugar a un nivel no trascendente. Sin abogar por un retorno

.a lo sagrado en la forma que tena en el pasado, es lcito preguntarse si lajj

^consecuencias del agotamiento de la creencia religiosa no provocan cuando no

van acompaadas por un aumento de la actividad racional un estado de

.angustia y soledad que es diferente del que surgi del trabajo industrial. Por-

que no se puede identificar, como se hace a menudo, falta de fe y progreso

:material.

El problema su rge' porqu e los autores trata n diferentes factores qu e pro-

alucen efectos similares en la conciencia, como si fueran lo mismo. La verdad

es que cuando se ven obligados a tratar con ellos prcticamente, se olvidan de

:sus concepciones apriorsticas en la mayora de los casos. El resultado es el

studio de sucesivos tipos de hechos a los que el universal nombre de alienacin

"ha sido unido, bajo tipos diferentes de criterios. Eso es lo que ocurre en el

ensayo de Franz Neumann, Ansiedad y Poltica, que ha sido presentado como

anuestra. Hay en l una descripcin de la alienacin poltica de las masas que

es tan reveladora como interesante, y lo mismo ocurre con su tratamiento

de este problema en relacin con situaciones de ansiedad colectiva y de su

deseo de identificacin. Neumann no prueba, sin embargo, que la conducta

-de la muchedumbre, la poltica de masas, el fanatismo, etc., puedan subsu-

rmirse bajo la misma clase de alienacin del trabajo, o bien, que estos fen-

amenos sean consecuencias suyas.

Hasta considerando al hombre como un microcosmos, en la mejor tradi-

cin del humanismo, tendremos que conceder que a pesar de la riqueza de

sus experiencias, el hombre opera toda clase de reducciones fenomenolgicas con

1 material de su experiencia. Es un simplificador incansable. Expresa con el

mismo lenguaje la mayor diversidad de situaciones. Y lo grave es que el hom-

bre no va completamente errado actuando de esta manera, puesto que su na-

turaleza no da para ms. Pero sus posibilidades pueden multiplicarse en cuan-

to se da cuenta de esas limitaciones y las acepta concienzudamente como

-parte de su condicin. La idea de la alienacin nos atrae porque insina, de

golpe, algo que est en el aire de nuestro tiempo, en el sabor de nuestra vida.

55 .


10/18

SALVADOR GINER

Pero, como p odem os ve r, bajo su presen te acepcin, corre- el peligro ele cae r

bajo aquel tipo de ideas generales contra las cuales Tocqueville nos previno-

Un reciente estudio del socilogo D. G. Dean, en el que intenta medir eD

grado de la alienacin, divide el concepto en otros tres ms concretos, para:

escapar de este peligro, a los que llama sus componentes, yendo algo ms lejcs-

del ejemplo que acabamos de dar, en el que se distinguan estratos, pero no>

elementos ms independientes. El primer componente sera la

falta de poder

r

el segundo

falta de normas,

correlativo de la anoma de Durkheim, que Dear

concibe bajo sus subtipos de

falta de propsito,

y

conflicto de normas,

y el;

tercero es el

aislamiento social.

Cu atro son, pues, en realidad; estos elen ientos-

Parece evidente que ser ms fcil para el socilogo, as como para el filosofe

de la sociedad, determinar si hay o no aislamiento social en un individuo en-

grupo, y si ello se combina o no con otros factores, que tener que detectar

alienacin tal cual. Dean no ignora las flaquezas de la idea general que aqu

se critica cuando dice que bien p udiera ocurrir qu e la alienacin n o fuera LT.

concepto unitario, sino un sndrome (10). Y antes ya haba indicado que

los tericos han sugerido varios nombres correlativos al de Alienacin,,

como Apata, Autoritarismo, Cinismo, Vagabundaje, Apata poltica,

Hiperactividad poltica o Personalizacin en poltica, Prejuicio. Pri--

vatizacin, Psicosis, Regresin y Suicidio (n).

De estar l en lo cierto, si toda esta retahila de nombres corresponde a Jar.

irea de alienacin, tendremos que atenernos a dos conclusiones. Primera, que;

hay que hacer un esfuerzo conducente a la unificacin terica de varias con-

cepciones aparentemente divergentes que, tras velos diferentes, esconden ideas;

similares acerca del hombre contemporneo, o por lo menos de los males que le-,

aquejan. Segunda, desde el punto de vista de la prctica, habr que autoli--

mitarse al trabajar con modelos cuya definicin no ha sido todava bien escla'-

recida. Esta autolimitacin puede consistir sobre todo en el estar conscientes

del presente estado de confusin terica.

IV

Cuando nos damos cuenta de que hay una comn actitud general hacia lai

condicin humana en las mentes aparentemente ms distantes, comprendemos

los esfuerzos q ue se estn haciendo desd e la II

1

Guerra Mundial en el terreno

(10) D . G. DEAN: Op . cit . , pg. 758.

(11) Ibd. , pg . 754.


11/18

D E L ALIENACIN Y EL P E N S A M I E N T O S O C I A L

de la filosofa. Con la desradicalizacin del pensamiento social algunas cosas

emergen al primer plano de nuestra atencin, cuya evidencia era imposible

tiempo atrs. Ortega, que descuid el marxismo en todos sus aspectos, des'

arroll

su

idea

de la

barbarie

del

especialismo

de tal

forma

que las

palabras

de Marx cuantomsformales son susproductos, msdeforme es el trabajador^

cuanto ms civilizado es el objeto, ms brbaro es el obrero, podran ser

suyas, si interpretamos en forma lata el sustantivo civilizacin. Y no se trata

ni de una declaracin casual de Marx ni de un pensamiento incidental de

Ortega, sino que entrambos estn en el centro de su concepcin del hombre.

Adems, ste ltimo cre un concepto que es, en cierto modo, previoal de

alienacin. Se tratade la idea de alteracin,que l enlaza ms a su raz latina

alter

y

alteratio

que al

sentido corriente

de

nuestra lengua,

de la

misma

ma-

era que alienacin en el significado en que la tratamos est distanciada

aunque no completamente de su sentido de trastorno mental, y enlazada

con su voz latina alienus, alienatio. La alteracin es el estado de no estar en

s mismoque es tan caracterstico del reino animal. Los animales estn siem^

pre atentos a lo que pasa en su alrededor, a lo que pasa a lo otro. Deciry

pues,que el

animal

no

vive desde

smismo

sino desde

lootro,

trado

y

llevada

y tiranizado porlo otro, equivale a decir que el animal vive siempre alterado,

enajenado, que su vida es constitutiva

alteracin

(12). El hombre, por su

parte, tiene

la

habilidad

de

penetrar

en s

mismo, haciendo

un

alto

en su

constante negocio con el mundo. Esto es lo que Ortega llama

ensimisma^

miento, usando otro trmino corriente del castellano. Ahora bien, el proceso

natural para que el hombre viva humanamente sin sufrir la enajenacin doble

de su pensamiento y de su circunstancia, es fcilmente concebida por l en

tres fases:

Son... tres momentos diferentes que cclicamente se repiten a lo

largo

de h

historia

de la

humanidad

en

formas cada

vez ms

conri'

plejas y densas: i., el hombre se siente perdido, nufrago en las

cosas,

es la

alteracin-;

2.

0

, el hombre, con un enrgico esfuerzo, se

retira a su intimidad, para formarse ideas sobre las cosas y su posi '

ble dominacin, es el

ensimismamiento,

la

vita contemplativa,

que

decanlosromanos,eltheoretiks biosde losgriegos,lateora; 3.

0

, el

hombre vuelve a sumergirse en el mundo, para actuar en l con'

forme un plan preconcebido,es la accin,la vita activa, la praxis.

Segn esto

no

puede hablarse

de

accin sino

en la

medida

en que

(12) JOS ORTEGA Y GASSET:

Ensimismamiento y alteracin.

Espasa-Calpe, Buenos

Aires, 39, pg. 20.

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SALVADOR GINER

va a estar regida por una previa contemplacin; y viceversa, el ensi'

mismamiento no es sino un proyectar la accin futura.

El destino del hombre es, pues, primariamente,

accin.

No vivimos para pensar, sino al revs: pensamos para lograr

pervivir (13).

El idealismo queda por consiguiente excluido del esquema as como el in-

telectualismo. El pensamiento es para la accin. Y el progresismo se excluye

tambin. De acuerdo con Ortega, los progresistas no creen que el

theoretiks

bios se necesita. El progreso moral del hombre, por no mencionar el mate-

rial,

es su propio sino. A mi buen entender Ortega fue aqu demasiado leios^

aunque hay bastante verdad en lo que dice cuando uno considera la fe en el

inevitable mejoramiento humano que se echa de ver entre los progresistas.

Sin embargo, muchos de ellos combinan su confianza en la evolucin con la

necesidad de planeo terico que la sociedad en marcha requiere.

No hay duda de que hay ciertas similitudes en estas ideas y la dialctica

hegeliana, aunque no sean bsicas. Lo que es sorprendentemente comn a esa

doctrina

y,

en general, a otras concepciones modernas de la enajenacin es que

todas ellas definen la alienacin como la erradicacin de la segunda fase orte-

guiana, del ensimismamiento, de la vida humana. La vida del trabajador mo-

derno, obrero, burcrata, hasta del agricultor, requiere cada vez menos ensi-

mismamiento. La alienacin del hombre en otros tiempos consista principal-

mente en estar a la merced de la naturaleza o de otros hombres; la de hoy, que

es la nica con la que tiene que ver este ensayo, consiste en la esclavitud de]

hombre por sus propios instrumentos y por las instituciones correspondientes.

Siguiendo el pensamiento de Ortega y Gasset, podramos decir que el peligro

de que el hombre, vctima de la alienacin, sufra una regresin a su estado de

alteracin, en el que las verdaderas decisiones no debern de tomarse y el

pensamiento autntico no ser necesario, a menos de que haya una rebelin

en su mente hacia la libertad interna del pensamiento y una enrgica peticin

de su derecho a elegir sus propias acciones. Y esta es empresa delicada. Porque

la funcin de ensimismarse es una cualidad adquirida penosamente; se ha

perdido varias veces en el curso de la historia. Para l, as como para otros

autores, estamos a punto de perderla otra vez. Pero uno no debe tampoco

alarmarse, la esencia del hombre ha sido el estar siempre al borde de deshu^

manizarse (14). Hay que tener esto presente para no'interpretar la alienacin

como un cataclismo y la sociedad de masas como la llegada del milenio.

(13) Ibd ., pg . 29.

(14) Ibd., p gs. 31, 32.


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Esta excursin marginal por las ideas de un pensador cuyo estilo y orien-

tacin son tan diversos de la concepcin central de la que aqu tratamos, sub/-

jaya la nocin de que nada sera ms errneo que la interpretacin de esta^

lneas en el sentido de que aconsejan la supresin de ideas unificadoras. Mien-

tras stas se salven de convertirse en vaguedades mediante su constante verifi-

cacin con los hechos conocidos, nada podr decirse en su contra. De esta

manera, hasta pueden utilizarse como herramientas para entender o tratar nues-

tro mundo, y tambin para esclarecer y reducir el conflicto ideolgico.

Algunos autores anuncian la desaparicin de las ideologas. La verdad es

que tendremos que vivir entre ellas y habrnoslas con ellas durante largo

tiempo. La ideologa juega un papel muy importante en nuestro mundo, y ello

se debe a la victoria de las frmula- sobre las formas. Por eso cuando digo herra-

mientas tengo presente aquello de que necesitamos formas y no frmulas, su

diminutivo.

Las insuficiencias de la interpretacin contempornea de la sociedad en

trminos de la tradicin creada durante el perodo que comenz con los es-

critos de Hegel y acab grosso modo con la muerte de Freud, no justifican

la iconoclastia, a menos que las hayamos expuesto a una crtica conveniente

y

autntica. As que, cuando sugiero una revisin de la idea de alienacin,

debe de entenderse en este sentido. Puede ocurrir con ella, como ha ocurrido

con la libido, que su sujecin a nuevos anlisis no amenazar, en ltima ins>

tancia, su validez parcial. Parece probable que el enfoque monogrfico del

mundo social ser el mtodo establecido durante los prximos aos. Nuestros

as son los das de las cosas revisitadas y reconsideradas. De acuerdo con ello,

hay que reducir el alcance de algunas construcciones que hasta cuando van

incluidas en el marco de un estudio parcial abarcan tal amplitud de fen'

menos que, aunque son difciles de negar, son tambin difciles de usar para la

comprensin de las situaciones concretas. El problema con la generalizacin

confusa de la idea de alienacin es que nos presenta una pseudocomprension

e nuestra vida. Tan pronto como penetramos su sentido parece sbitamente

evelar mucho de lo que ocurre en nuestra vida personal y social. Pero en

una segunda fase del pensamiento, cuando vemos cuan diversos y multiformes

son nuestros problemas, nos vemos obligados bien a definirlos a travs de una

-concepcin proteica de la alienacin, bien a confinar sta a un grupo de pro-

blemas y a buscar otros conceptos ms adecuados para el resto.

Parece aconsejable conservar el concepto de alienacin siempre que se refiera

a la situacin particular del hombre que trabaja, cuando ste aparece como

vctima del proceso del que l es parte productora. Como se dijo antes, la

alienacin tiene una acepcin muy generalizada que alude a la enfermedad

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SALVADOR GINER

mental. Esto pudiera aconsejar su uso para fenmenos que se refieran ms 3

lo psicolgico que a lo econmico. Pero no slo a causa del origen histrico de

la acepcin socioeconmica, que va unida al triunfo del industrialismo, sino por

su correccin semntica, no hay razn suficiente para relegarla a la versin

clnica. El no hacer as supondra echar a perder cualquier esfuerzo dirigido-

a su ulterior esclarecimiento. La cuestin aqu no es slo filosfica, sino que

consiste sobre todo en no confundir cosas diferentes. Porque no hay ninguna

transustanciacin de la alienacin del hombre moderno como trabajador en

una vctima de la fatal incongruencia de sus lazos emocionales con otros hom-

bres e instituciones que no sean sus compaeros o su lugar de trabajo. Ante

todo ambas cosas pueden estar estrechamente relacionadas, pero son diferentes.

Ambas cosas pueden obedecer a fenmenos ms amplios, como, por ejemplo, li

culminacin de la divisin del trabajo, pero no son lo mismo. Si la sociedad

de masas existiera en la realidad, las dos cosas seran elementos bsicos de 1

misma, que nos explicaran la absoluta impersonalidad de las relaciones hu-

mana que la distinguen. La sociedad de masas sera la sociedad alienada si la;

destruccin completa de los grupos primarios tuviera lugar, y si la incesante

lucha de los hombres libres no redujera constantemente el grado de enajenacin

que se encuentra en cada grupo humano.

V

Recapitulemos ahora lo dicho hasta aqu, y presentemos con mayor ca'

rdad las conclusiones a que nos ha sido dado llegar, fin primer lugar, he

planteado la cuestin de la alienacin debido a su renacimiento en el seno-

de la literatura ms reciente de las ciencias sociales. Aunque pudieran encon^

trrsele precedentes en doctrinas no marxistas y no hegelianas, tales como la-

concepcin calvinista del pecado y de la relacin del hombre coa la divinidad,-

durante un largo perodo la idea de alienacin ha quedado circunscrita a la

teora de Marx y Engels. De pronto, sin embargo, nos encentramos con que

gran parte de los tericos y an de los investigadores sociales del presente

reanudan la utilizacin del concepto, las ms de las veces desposeyndolo de

de sus postulados originales. Al analizar el ma terial que dichos autores p r c

ducen, nos damos cuenta de que el concepto de alienacin sirve para justifi '

car tantos fenmenos que, de tanto pretender explicarlo todo, no explica casi

nada. Es entonces cuando parece adecuada la pregunta de si no ser ms con'

veniente abandonar el uso de una idea tan resbaladiza.

Antes de intentar responder a esta cuestin era conveniente volver a 1

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principal fuente de la nocin de alienacin. Al repasar la idea marxista de la

.alienacin social lo primero que salta a la vista es que si bien se trata de una

-descripcin psicolgica, sta queda circunscrita a las condiciones del obrero que

se halla bajo el sistema de produccin tpico de la primera Revolucin Indus'

trial. Empero, al analizar las interpretaciones del presente, vemos que dicha

descripcin ha sido generalizada y que se usa como explicacin de la situacin

vital del individuo contemporneo. En efecto, la alienacin, en los escritos aue

critico, aparece desproletarizada, universalizada, y se nos ofrece como defi'

vnicin de la condicin humana en nuestro tiempo. A guisa de ejemplo podra-

mos recoger aquella definicin que describe la alienacin como la generalidad

ce los desarreglos psicolgicos que tienen u na causa radical sim ila r: la organi-

zacin social moderna (15). Para ilustrar este punto se han aducido, en las

pginas que preceden, algunos casos que mostraban la vaguedad de la idea en

cuestin, as como su identificacin con los ms variados conceptos de la

patologa social y psicolgica. Adems, pareca conveniente aportar una prue--

t>a ms de las inconsistencias que el uso no restringido de la idea de alienacin

social implica.

Esto fue llevado mediante la presentacin del enfoque dado por un pen-

sador cuyos supuestos son muy otros de los generalmente aducidos para ex-

plicarla. La comparacin de la idea de alienacin con la de alteracin nos

hace sospechar que quizs nos estemos aqu enfrentando con algo estrechamen'

te unido a los problemas ms profundos de la naturaleza humana y su mane'

ta de manifestarse. Por consiguiente, parece aconsejable la cautela en el uso

de ideas tan generales y vulnerables en el campo de la teora social.

Por ltimo, se han distinguido dos versiones diferentes de alienacin, a

sa be r: 1, la alienacin del hom bre a travs de la explotacin econ mica; 2, la

producida por otras formas de la vida de la sociedad indu str ial : ano nim ato, re-

laciones impersonales, cultura de masas, etc. A' raz de esta diferenciacin se

sugiere que es difcil ver por qu la primera versin deba de confundirse con

la segunda, generalizada por los tericos contemporneos. La conclusin es


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SALVADOR G1NER

El uso de la versin ms reciente, por otra parte, no est justificado en.

buena lgica. Su popularidad podr ser muy sintomtica, pero la idea no aclara et

origen del problema ni seala las posibles soluciones que puedan darse a les.

fenmenos que .tan insatisfactoriamente pretende describir.

SALVADOR GINER

RESUME

Le concept d'alination provoque chaqu fois plus d'intrt, sortout dans

le dm ame de l'investigation sociale. Son emp loi actuel, se trouve uni, aussi

bien dans la thorie sociologique que dans la pratique, a la versin originell'

marxiste du concept, mais on peut observer dans celuuci une tendance a la

sparation des originaux supposs qu'ils soient marxistes ou hegeliens.

L'alination employe comme un concept qui dfinit la totalit de la-

condition hum aine dans l'tat actuel de la socit industrielle est un concep t

beaucoup trop vague. A pres avoir tudi les thories sur l'alination de Marx

r

des sociologues du debut du siecle, de F ran Neum ann, de D. G. Dean, et

apres avoir consider que les problmes de l'homme contemporain ne pro-

viennent pas tous de l'alination de l'ouvrier industriel de son usine n i der

celle de l'employ perdu dans l'impersonnalit du systme bureaucratique

bien qu'il va tre difficile d e sparer ees ahna tions de la marche de la

socit tant donn qu'elles sont le cadre quotidien de la majorit des gens

r

l'auteur de l'article arrive a. la conclusin que l'on n e peu t pas abandonnerles-'

thories primitives de l'alination mais qu'elles doivent se complter en dis-'

tinguant plusieurs degrs et plusieurs catgories. Ortega a cre un concep t qui

est, d'une certaine facn, an trieur a celui d'alination. II s'agit de l'ider

d'altration, tellement caractristique du regne a nimal; les animaux ne vivenP

pas en eux'mme mais a partir de l'autre, tandis que l'homm e passede la'

vertu de pouvoir tre pour'soi, de pouvoir pntrer en lui-mme. Cette

thorie a de commu n avec les conceptions modernes de l'alination que~

l'homm e, le travailleur moderne, l'agricidteur mm e, est de plus en plus tyran'

nis par ses propres instruments de travail, et par les institutions corresp on^

dantes et il a chaqu fois moins besoin d'etre pwr-soi.

Ceci ne veut pas dir qu'il faut conseiller la suppression des idees unifi^-

catrices. Le fait de suggrer une revisin de celles'd ne veut pas dir que l'on

recom mande leur disparition. Il es t a conseiller de garder le concept d'ali^-

nation lorsqu 'il s'git de la situation particuliere de l'homm e qui travaille

r

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lorsque celui'd apparait convine victime du processus de production auquel

il participe activemen t. Et on ne doit pas confondre le tnot alienation avec

son sens plus gnralis de maladie mentale. Les deux choses peuvent avoir

une relation mais elles son diffrentes.

S U M M A R Y

The concept of alientation is attracting more and more interest, especially

in the field of social investigation. Its present use is connec ted, both in

sociological theory and practice, ivith the original Marxist vierw of the concept,

but on e can see a. tendency tawards the separation of the original hypotheses,

be they Marxist or H egelian.

Alienation taken as a concep t that defines the

whole

of the human con-

dition in the present state of industrial society it is an excessively vague

concep t. The author o f the article, after studying the theories on the aliena*

tion of Marx, of the soc iologists of the beginning of the century, of FranZ

Neum ann, of D. G. Dean, and after considering that the problems of con*

temporary man do not all arise from the alienation of the industrial xvork'

man in his factory or from that of the employee intmersed in the impersO'

nality of bureaucratic systems althou gh it '-would be hard to seprate these

from society as they form the daily mark of the m ajority of the people ,

reaches the conclusin that the prim itive theories of alienation should no t be

overloocked , but that they should be complemen ted by distinguishing the

various different levis and categories. Ortega created a concep t 'ivhich is

r

in a certain sense, previous to that of alienation. It is the idea of alteration

r

so characteristic of the animal kingdom; animis do not think, but Uve by

instinct, nvhilst man has the virtue of being able to pentrate his in*ward

thoughts. The fact this theory has in common with modern conceptions of

alienation is that man , the modern nvorker up to the farm labourer, is be-

coming more and more tyrannized by his oum 'work instruments and by

correspon ding institutions and requires less and less self'absorption.

This d oes not imply the supression of unifying ideas.

By

suggesting a

revisin of these ideas does not m ean that they should disappear. It seems

wise to conserve the concep t of alienation providing it refers to the particular

situation of the 'working m an, whenever he appears as a victimt. of the pro'

cess in ivhich he is partly the producer. And this term alienation should

not be mistaken for it most generalized acceptation of mental illness. Both

can be related but a re in fact different.


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de la alienacion y el pensamiento socia

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