de góngom libros · 2. pardiñas, 1916. 11 a varias revistas americanas, como a las novedades de...
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HISTORIA DOCUMENTALUNIVERSIDAD DE MEXICO
DE MIS1. Torrijas, 1915
A L primer acto madrileño, o"acto de las posadas", corresponden casi todos losCartones de Madrid: véase
el segundo capítulo de estos apuntes. El siguiente acto, etapa de Torrijas, se inicia con la Visión deAnáhuac: véase el capítulo tercero.Aquí acomodan también los trabajos que enumero a continuación:
a) "Góngora y La gloria de Niquea" : mi primera contribución dealiento a la Revista de Filología Es-
Cuestiones gongorinas de A. Reyes
paliola. (Ir, 1915, 39, pp. 274-282.En adelante designaré esta revistacon la sigla acostumbrada en elmundo de la erudición, a saber:RFE. Este trabajo ha sido recogido en mis Cuest'iones gongOttil1as).Posible es que tales páginas ofrezcan, de pasada, algún interés, yasobre la personalidad de Villamediana, sobre los secuaces de Góngora, sobre la técnica de la octavareal en el maestro cordobés, etc.Pero la tesis principal, la atribución a Góngora de la "Alegoría deAranjuez" -prólogo en verso aLa GlO1~ia de Niquea, comedia:- 'deVillamediana- no queda del todoesclarecida. En la edición gongOl"ina de Foulché-Delbosc, preferimospor eso mencionar este fragmentoentre las atribuciones dudosas.(Obms de Góngora, IIr, p. 129).Tampoco se declaró convencidoDámaso Alonso, por la escasa feque merece Angula y Pulgar, autor del siglo xvii en que yo me
Don LHis de Góngom
LIBROSV Resumen de dos años
Por Alfo1ls0 .REYES
fundaba. ("Crédito atribuible algongorista don Martín de Angulay Pulgar", RFE, XIV, 1927, 49,pp. 368 y ss.) . Yo mismo he abandonado ya esta tesis.
b) Sobre A. Coster, BaltasarGracián. (RFE, II, 1915, 49, pp.377-387. Recogido en la primeraserie de mis Capítulos de litemturaespañola bajo el título: "Una obrafundamental s o b r e Gracián").Respecto al punto "Gracián y Loyola", fácilmente se aprecia que algunas observaciones de este trabajofueron aprovechadas y desarrolladas en El Suicida ("La filosofíade Gracián"). Pues, naturalmente,había una circulación de preocupaciones y temas entre mis diversasactividades.
c) "Contribuciones a la bibliografía de Góngora", especialmentelas notas núms. 1 a 21, en colaboración con Martín Luis Guzmán. Para las siguientes, conté con la ayuda de Enrique Díez-Canedo, y son
Ba!tasa'l' Gracián
ya algo posteriores. (RFE, III,1916, 29, págs. 171-182 y IV, 1917,19, págs. 90-132. Todo ello recogido en mis C1festiones gongorinas). Al "instante filológico" deMartín Luis Guzmán, de que hoypocos tienen noticia, correspondetambién, entre otras cosas, la edición por él preparada de variospoemas inéditos de Gregario Silvestre -siglo xvi-, que yo enviépara su publicación a la Revue H-ispanique. "-¿ Se acuerda usted?-he preguntado recientemente aMartín, con objeto de comprobar
OBRAS P()ÉTICAS
D. LU1S DE GÓNGORA
¡':EW YORK
·trll: Ilbl'.\'\K )-;(J('WT\, ni' .\~H·.I{¡('A
Obras poéticas de GÓngora.
el dato.-¡ Ya 10 creo que meacuerdo! -me contestó-. Comoque en esa transcripción casi me dejo los ojos ... El soplo me lo diódon Ramón Menéndez Pidal, quienun día, cuando yo entraba a la acional, me enconsejó que buscarainéditos de Silvestre en la sala demanuscritos." Martín Luis, al mismo tiempo, mantenía cierta actividad de informador político, afectoal partido "villista", de que sóloguardo un testimonio: Los sucesosde México. Boletín publicado por laAgencia Inform.ativa del GobiernoM exicano. Madrid, 19 de mayo de1915. Júm. 1. Esp.
d) De 1912 a 1923 se extiendenlas reseñas que recogí en Entre /-ibttos, 1948. Las tres primeras sonde México (Argos, Mundial) Biblos) 1912 a 1913); treinta y cincose publicaron ya en la RFE, comenzando por una noticia sobre la antología española de Hills y Morley,
2. Pardiñas, 1916.
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a varias revistas americanas, comoa Las Novedades de Nueva York.
A fines de 1915, caí víctima deuna tifoidea que me retuvo un mesen cama. Ya he dicho que la casade Torrijas era muy húmeda. Eltecho era de ladrillo abovedado. Delas viguetas caían gotitas de aguay, como la cama resultó mayor queel intervalo entre una y otra vigueta, había que cambiarla de sitio, yaen un sentido y ya en el sentidotransversal, para que, tras de mojarse a lo largo, se mojara a lo ancho, dando tiempo a que se mediosecara la otra parte. Entonces curaban la tifoideas con dos lavadosintestinales diarios ( i yo debo detener tripas "sellomáticas"!), y condieta de leche y cierto carísimo jarabe de carne. Apenas repuesto,decidí mudarme, acercándome algomás al centro de la ciudad, a la casaN9 32 (hoy 60), calle del GeneralPardiñas. Todavía tuve la malasuerte de que mi criada bretona(esa Anna Quéau que cito en"Rumbo al Sur", Las vísperas deEspaiia) , inundara el departamento, por haber dejado abiertos losgrifos del baño cuando fué a lavarlos pisos para preparar la mudanza. Además, no bien instalado allí,tuve una recaída que se prolongópor otro mes. Me quedé hecho unasombra de mí mismo, repitiendoaquello de
Aprended, flores, de mílo que va de ayer a hoy.
y aquí el tercer acto, escena primera, de mis moradas en la Corte.Creo que se inicia más o menos con_el año de 1916. Guzmán se marchóa Nueva York por el mes de marzo.Acevedo se trasladó con su esposae hijo a otra posada donde le nacióel segundo retoño, y luego -empedernido adorador del folklorefué a dar por el barrio de Lavapiés,donde yo no creo que viviera a gusto. Ocupaba un verdadero sótano,con ventilas o semiventanas a la calle. Por ahí, los faunillos de la vecindad hacían sus diabluras, obligando a la pobre Dolores a limpiarconstantemente el suelo. Acevedose nos fué poniendo muy melancólico. Acabó por irse con los suyosa no sé qué ciudad de Texas. Yallí se apagó para siempre aquelmexicano tan fino, tan hijo de suciudad como Sócrates, el que prefirió la muerte al destierro.
En Pardiñas comenzó para míuna era de intensa actividad. Allíaderecé El Suicida y las obras quemás adelante enumeraré. Pero un
.día hicimos una verdadera locura.
Ent're libros de A. Re)'es
por
-ENTRE LH3ROS
Carlos Pere)'ra, profesor de Historia de M éxien 1'11 la liscul'la Nacimw! Prl'parato1-ia. hac·ia
1907
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
Chacón llega. por Atocha a Madrid
1, 1914, pág. 411, Y acabando co11una noticia sobre las ensayos deliteratura cubana de José MaríaChacón y Calvo, X, 1923, N9 4;una apareció en la Re'l'ue Hispanique) sobre una edición de La espaiiola de Florencia) de Calderón,LXI, 1917, N9 99; sesenta y nuevecorresponden al diario El Sol Y vande 1917 a 1919; una, sobre la edición de Espronceda preparada porMoreno Villa, se entregó a la Revúta de Occidente) 1, 1923 págs.118-122; y dos más, sobre las Dosmil quinientas voces castizas) deRodríguez Marín, y sobre un "bestiario" de Hernández Catá, a la revista Social) de la Habana, IV,1922 y Il, 1923, respectivamente.El escritor cubano César Rodríguez ha publicado también unaobra con el título Entre libros)título que él viene usando para suscrónicas bibliográficas en la revistaAvance) de la Habana, desde 1934según entiendo. En su nota allíaparecida e123 de junio 1948, en vezde gruñir como otro 10 hubiera hecho, se declara ufano de la coincidencia; la cual, aunque inconsciente, bien pudo ser una verdadera influencia inconsciente, como yo se10 confesé por carta.
e) "Ruiz de Alarcón y las fiestas de Baltasar Carlos" (RevueHispanique) 1916, y en la primeraserie de mis Capítulos de literaturaespañola). Me explico al respectoen "El reverso ..." (Pasado inmediJato). Toco el mismo asunto alfinal del artículo "Felipe IV y losdeportes" (Ret1'atos 1'eales e 1'maginarios) y en.el T eat1'0 de Ruizde Alarcón que preparé para "LaLectura", pág. XVII.
i) Notas ligeras, nunca reunidas en volumen, que solía yo enviar
José Mar·ía Chacón j' Alfonso Reyes
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El historiador Carlos Pereyra, miantiguo maestro en la Preparatoriay en la Escuela de Leyes, y luegoMinistro en Bruselas, ahora cesadocomo los demás funcionarios denuestro Servicio Exterior y obligado a salir de Bélgica por la invasión alemana. me escribía en términos tan apremiantes sobre la necesidad de juntarnos en la desgraciaque, no bien llegado él a Madrid(15 de febrero de 1916), se meocurrió traerlo a mi lado. Apenasteníamos sitio y, aunque él puso porcondición el pagar todos sus gastos, ni nos movíamos con libertadni redondeábamos la cuenta. DonCarlos venía directamente de Lausanne, donde entiendo que tenía alguna propiedad y donde dejó demomento a' su esposa, la poetisaMaría Enriqueta, al "güero" Miguel, su sobrino e hijo del poeta delmismo nombre, y a su cuñado Leopoldo Camarilla, a quien la gente deSavia Moderna llamaba "el Camarilla rural", por una errata de ciertos versos míos que aludían al "caramillo rural". (Ya había muerto,en México, la madre de María Enriqueta, la viejecita que siempre hablaba de "mi hermano Roa Bárcena"). Don Carlos llegó a Madrid en ánimo de germanófilo rabioso, y censuraba acerbamente alrey Leopoldo por haberse opuestoa la invasión, lo que, según él, significaba haber sacrificado a su pueblo en aras de la retórica jurídica.Don Carlos vivió con nosotros dosmeses y medio. El 19 de junio de1916, se trasladó a una posada (Infantas, N9 2), donde había paradoa su arribo; y en octubre hizo aSuiza un rápido viaje de ida y vuelta para traer a su familia, y se acomodó en un pisito de Lista N9 66,no lejos de mi casa. Entretanto, yome había cambiado al bajo exterior(segunda escena del tercer acto),más alegre y espacioso y que, porel costado derecho, recibía la luz yel aire libre de los inmensos terrenos aún sin construcción y todavíaun tanto campestres.
No se crea, sin embargo, queaquella casa del General Pardiñascarecía de defectos. José MaríaChacón, quien, a su llegada de Cuba, y tras un breve alto en la Residencia de Estudiantes (loma delPinar), se instaló en otro departamento del propio edificio -departamento que todavía conserva después de tantos años, aunque viveordinariamente en la Habana, asícomo todavía conserva a su guardiana y cocinera, la que cantaba laMarsellesa con' letra española-,ha escrito un ameno artículo dondedice, refiriéndose al frío que pasá-
Fmncisco Orozco Mmíoz y Edua'rdo Villase,íoren el Pabellón Mexicano de la Feria de Sevilla,
1930
bamos en la que él suele llamarLa easa de hielo:
o era el frío de la llanura ni el dela montaña; era un frío único, completamente desconocido para mí, queno parecía venir elel aire, sino salirde lo más profundo de la tierra. N oolvidaré nunca la imagen dantescaque esta elura impresión me sugería:la casa tenía por cimiento un enormetémpano de hielo. Así se explicabaque los brillantes radiadores estuvieran 'completamente helados. Así seexplicaba también la ascensión inacabable elel frío, que lentamente cubríade una capa de hielo todas las cosas.Estaban cerradas las puertas y lasventanas. ¿ De dónde venía aquel airesutil que apagaba el vacilante brasero?Sentíamos que, junto al frío que veníade las entrañas de la tierra, un ambiente de misterio envolvía nuestra casa.(Alfonso Reyes y su impulso lírico,Santa María del Rosario, octubre de1922.)
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Pero, antes del cubano Chacón,había aparecido por Madrid otromexicano, también testigo de la invasión de Bélgica: Francisco Orozca Muñoz, el llorado amigo, autordel libro Invasión y conquista de laBélgica mártir) a cuya edición madrileña de 1915 puso prólogo Amado ervo. (La segunda, México,1919, lleva prólogo de AntonioCaso). Francisco me mostraba lassartas de petróleo sólido con quelas tropas invasoras incendiabanlas casas, y me contaba cómo, encompañía del arquitecto Paliares ycon ayuda de un par de maniquíes,se había ganado la vida por lasferias, vendiendo postizos, aderezosy rizadores para el peinado. El pobre Francisco, tan dulce y exquisi-
to en sus gustos, no abandonaría yanunca sus amores de Bélgica, quefueron su premio y su destino.
Al fin me fué dable hacer traermis libros, que yo había dejado enun guardamueble de París por lapremura e incertidumbre de mi viaje, por falta de recursos y por faltade sitio donde acomodarlos. Parajuntarme otra vez con mis librostuve que hacer ahorros por más deun año y contraer una deuda condon Fernando Pimentel y Fagoaga,nuestro conocido financiero detiempos de Porfirio Díaz.
Obras filológicas que corresponden a las dos moradas de Pardiñas, interior y exterior:
a) "Los textos de Góngora (Corrupciones y alteraciones)". (B 0-
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letín de la Real Academia Española año III torno III, cuadernos, 'JI'"'XIII Y XIV, junio y octubre de 1916;Y Cuestiones gongorinas págs. 3789. En la pág. 70, línea 19, dondeme refiero ao la "tercera" parte dela Historia Pontifical de Bavia, headvertido después que el Ms. Chacón, base de la edición de Góngoraen que colaboré con R. FoulchéDelbosc -véase el tomo Ir, pág. 5de tal edición- dice "cuarta parte". No sé ya cuál es la lectura correcta).
b) En "El reverso de un libro"menciono cierta edición de El peregrino en su patria que ya dabayo por perdida. La historia no acaba allí, y el final consta en este artículo que reproduzco de la Revistade Re'vistas. México, 20 de febrerode 1955:
Náufrago rescatado
A mediados de 1916. "Azorín" habia sido encargado por la Casa ThomasNelson and Sons, Ltd. (Edimburgo)de formar una colección de clásicosespañoles y, a sugestión de AméricaCastro, me encomendó una edición deEl peregrino en su patria, obra deLope de Vega que no había sido reimpresa desde el siglo xviii y que sólolos eruditos manejaban y consultaban,más que por el texto mismo de la I~O
vela, para establecer precisiones sobrepasajes y cronología de las piezas katrales en ella insertas o mencionadas.
Envié mi trabajo a los editores ennoviembre de 1916; pero la Casa Ne1son tropezó con dificultades en España para llevar a cabo su proyecto yprescindió de la colección española.A ello me referí en mi Correo Literario, Monterre')' (Río de Janeiro,úlarzo de 1932, n9 8, pág-. 6), y enuna notita titulada "Los libros náufragos", reproducida después en "Elreverso de un libro" (Pasado imnediato) , la cual, además' de mencionarel Peregrino de Lope, mencionabatambién cierta antología española compuesta por Enrique Díez-Canedo, yun Quijote de cuyo texto se encargóel malogrado Angel Sánchez Rivero.
Entretanto, y al paso de mi trabajo,yo, que tenía instrucciones de sólo anotar lo absolutamente indispensable yde preparar un prólogo muy breve, escribí el ensayito sobre el Peregrinoque he recogido en los Capítulos deliteratura espaíiola, 1<.l serie. (México,1939, págs. 99-110). Además, entresaqué del Peregrino el "cuento de espantos" que, bajo el título Las aventuras de Pánfilo, di a la ColecciónGranada de Alberto Jiménez Fraud-Director de la Residencia de Estudiantes-, Madrid, 1920. Posible esque me resuelva a publicar otra vezseperadamente este relato infantil,único fragmento de mi edición quehabía logrado conservar.
Días pasados, estuve ,examinamlomi correspondencia con "Azorín", recordé el caso y se me ocurrió escribir al Embajador de México en Londres, que lo es actualmente don Fran-
cisco A. de Icaza, hijo del ilustre cervantista, escritor, poeta y diplomáticomexicano del mismo nombre, pidiéndole que averiguara si mi vieja copiadel Peregrino se conservaba todavíade casualidad en los ar.chivos de la Casa Nelson, y si ésta, eh caso afirmativa, estaría dispuesta a devolvermeel texto por mí preparado, en la inteligencia de que yo devolvería a mi vezla suma que había cobrado por estetrabajo.
Apenas habían pasado veinte días,cuando el señor Icaza me contestó,enviándome la copia de la carta que ledirigiera el señor L. Murby, a nOlllbre de la Casa N elson. La cual no.'lolamente manifestaba haber encontrado el texto en cuestión, debidamente guardado en su archivo y en muybuen estado, sino que asimismo declinaba el ofrecimiento de reembolso,elegante y caballerosa actitud muy digna de señalarse.
A estas horas, el paquete con la copia ue El peregrino en su patria hallegado ya a mi poder. Así ha podidorecobrarse un "libro náufrago", queprobablemente veremos pronto publicado bajo los auspicios del Colegio deMéxico.
La historia es edificante, porqueprueba que aún existe la civilización,a pesar de treinta y ocho años de desastres bélicos, y ponlue una vez másconfirma la bien ganada reputaciónde la caballerosidad británica.
L') El 23 de septiembre de 1916,FouIché-Delbosc me escribió desdeParís. pidiéndome clue lo ayudaraa dar término a su magna ediciónde Góngora, fundada en el Ms.Chacón, tesoro de la Biblioteca Nacional de Madrid.
N o puedo ir a Madrid actualmente-me decía-, ni sé tampoco cuándome será posible salir de París: porconsiguiente, necesito tener en la N acional una persona de confianza quese encargue. primero, de cotej,\1- elmanuscrito Chacón con las cuartillasque mandaré (habrá bastante por amputar y modificar para que resultenlas cuartillas traslado fiel del oloiginal) ; y segundo, de cotejar el referido manuscrito Chacón con las primeras pruebas que vengan de la imprenta ... Después de colejadas las gakradas con el manuscrito Chacón, habría que devolverlas a la imprenta, lacual me mandaría las segundas pruebas, compaginadas ya, v yo haría unaúltima revisión, valiéndome del c.icmpIar que tengo con mis apuntes y notas -todo lo cual se tomó hace añosdel Ms. Chacón, pero no es posiblemandarlo a la imprenta, porque no loentenderían. Calculo que dichas operaciones se habrían de efectuar sobre lasdos terceras partes de! Ms. Chacón,porque el primer tercio está ya corregido y no necesita nueva revisión ...Todo está arreglado con la imprenta,la cual se compromete a acabar los dostomos de la edición en ti-es meses.
Aunque me he referido ya a esteasunto ("El reverso ...", Pasadoinmediato, págs. 123-124; prólogo
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de las cartas de R. F.-D. que publiqué en Abside, México, 1955,XIX, 1; Y cap. II de esta Hütor'Íadocumental) UU'ive'ysidad de 111é:r'Íco, IX, 7, marzo de 1955. pág. 11),la carta de que transcribo los anteriores fragmentos necesita algunas explicaciones:
19 R. F.-D. tenía esta obra enpreparación cuando menos desde1901, pues en la traducción de laHistoria de la literatura españolade J. Fitzmaurice-Kelly hecha porA. Bonilla y San Martín (Madrid,España Moderna, pág. 577), se lee:"Está en prensa una edición completa de Góngora, hecha por R.FouIché-Delbosc"; y, a partir dela segunda edición del FitzmauriceKelly (Madrid, V. Suárez, 1916, p.398), se da ya por publicada estaimpresión en dos tomos.
29 En el prólogo a la edicióngongorina, dice R. F.-D.: "Copiéel manuscrito Chacón el año de1900. Al publicarlo tantos añosdespués, la suerte me deparó laamistad de Alfonso Reyes ... , elcual no solamente me ha ayudadoen una última revisión del manuscrito, sino que ha compartido conmigo la minuciosísima tarea de lacorrección de pruebas. A él deboasimismo más de una valiosa sugestión relativa a la inteligencia deciertas poesías ..." (Obras poéticas de D. Luis de GÓllgora, NewYork, The Hispanic Society ofAmerica, 1921 -Bibliotheca Hispanica- I, pág. xvi).
39 Tengo entendido que, antes deacudir a mí, R. F.-D. usaba comoauxiliar de esta edición, en Madrid,al archivero Lupián, el mismo aquien confió Emilio Cotarelo y Mari la edición académica de Lope deVega por él heredada a la muertede Menéndez y Pelayo. Lupiánresponde sin duda de los muchoserrores notados en esta ubra porJusto Gómez Ocerin. (REF, III, 29,1916, págs. 184-193).
49 Fué necesario rehacerlo todo,incluso dos o tres pliegos ya tirados, pues advertí graves errores depuntuación que hacían incomprensibles ciertas poesías.
59 Comencé a recibir el materialde R. F.-D el 25 de octubre de1916. Aunque él pensaba que podríamos dar término al trabajo entres meses, la obra sólo pudo publicarse en 1921.
69 Se encargó de la impresiónla Casa Bailly-Bailliere (Núñez deBalboa n9 21, Madrid), con quien
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sólo tomé contacto, tras el primercotejo del Ms. Chacón en la acional, a mediados de enero, año de1917.
79 El19 de marzo de 1918, R. F.D. me manifiesta su deseo de añadir a la edición gongorina un tercer tomo complementario, y me pregunta si estoy dispuesto a seguircolaborando con él en este nuevotomo, 10 que yo acepto desde luego.
89 Ya he contado ("El reverso ..." y prólogo a la correspondencia con R. F.-D. publicada enAbside) los trabajos que pasaba yopara mantener abiertos los infoliosdel Ms. Chacón, en lo que mi esposa me auxiliaba, y cómo me valíde ciertos aparatitos japoneses, o
que así se decían, para calentarmelas manos y evitar que se me queelaran ateridas con el frío de la Naciona!.
d) A los últimos meses ele 1916corresponde "Un diálogo en torno aGracián", publicado en la primeraserie de CapítuJos de literatum española con algunas notas y retoquesque datan ele fecha posterior. Enla pág. 316, n\' xii, explico cómofragüé este supuesto diálogo confragmentos de tres artículos ele"Azorín" publicados en el A. B. C.ele Madrid y con pasajes ele unacarta abierta en que y? contestéalgunas de sus opiniones (España,Madrid, 21 de diciembre ele 1916).A las notas de los Capítulos, págs.280 a 281, sobre el reciente auge
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de Gracián, puedo ahora añadir elOracolo Ma1luale e Artc della P1"/I
d{,ll.?a, trad. E. Mele, Laterza. Hayotra versión italiana de Gracián porMonreale. El libro de Croce -posterior al libro de Coster sobre Gracián-, Storia della Etd Barroca en1talia, es importante para el tema.Erratas en los Capítulos: pág. 291,línea 14, dice "gabate1a" por "bagatela", y en la pág. 316, línea 19,se lee "escogida" en vez de "recogida". En este libro he contado hasta hoy veintiséis erratas.-Refiriéndome a este ficticio diálogo, heclicho que bien pudiera figurar como tercer interlocutor AméricaCastro, por su artículo "Graciány España (Sallta Tc'resa y otros Cl/
sayos) .
E L
PREFILOSOFICO
PENSAMIENTO
(Viene de la pág. 4)
,parte, el hecho de que en estarelación prevaleciera una granfamiliaridad de trato.
El hecho supremo, aquí yen Mesopotamia es que todaslas fuerzas naturales, mediantela afirmación del carácter creador de mitos del pensamiento,podían ser convertidas en divinidades.
En cambio, aunque en Israelel hombre mantuvo una relación emotiva con Dios, esto es,no intelectual ni cientifista, sinembargo, el carácter de su religión no descansa en la natu- ,raleza, sino en Dios mismo, Y,,'aparte, el Dios hebreo es unDios ético, no directamente utilitario.
En el monoteísmo hebreo,Dios imparte amor Y justicia,y, por encima de todo, Diosestrascendente: se le exalta porencima del hombre y de la naturaleza, no como sus iguale".
, Dios está sobre toda la tierra ylas cosas. Aunque se mantieneuna relación personal con Dios,a través del tú, esta relaciónestá sublimada. El es el centroy la esencia de la realidad última del hebreo.
En esta religión, Dios se
eleva sobre el nivel de un Dios
naturaleza. la trasciende. Aquí,
la naturaleza deja de considerarse divina.' Es Dios quienprevalece. La naturaleza es su
.<Igente; no su par.
El hombre, para el hebreo,
era un ser esencialmente aueno
y noble, como Dios, aunque
no tenía los atributos úit imos
de justicia que éste retenia. El'pensamiento de Israel en per-
sonalista: todo estaba empapa
do de la presencia persOl'al de
Dios. En concordancia, .:i prin
cipio de la Historia estaba im
pregnado de la voluntad de
Dios, muchas veces en conflic
to con los propósitos Y la sig
nificación independiente del
hombre.
Como resultado, la concep
ción del mundo que tenía el he
breo estaba penetrada de la
idea trascendente de Dios. Así,
los cielos eran el testimonio de
su grandeza, mientras que "pa
ra los mesopotamios consti
tuían la propia majestad de la
deidad, el supremo gobernan
te, Anu. Para los egipcios, 'loscielos representaban el li.iste
rio de la mac]¡-e divina qtl\: ha-
bía hecho renacer al hOLllbre."En Egipto y Mesopotamia, loselioses estaban en la natw'aleza.En Israel, Dios la trascendía.
De esta manera, hem0:' vistoque el hombre antiguo no seenfrentaba a un cUo, sin') a untú; la naturaleza se hallaba conectada con la sociedad.
Vis'ta a través ele la relaciónelel hombre con su medio ambiente y por la expresión desus mitos, la dimensión con ..ceptual del mundo mesopotamio parece manifestar "unasensación de angustia" Y untemor obsesivo hacia las fuer
zas turbulentas e inexp~icablc:s
de la naturaleza. En cambio,
en Egipto, el mismo método
nos lleva a establecer que lanaturaleza con la que el hom
bre se l~elacionaba estrecha
mente era más benigna, apar
te de que la estabilidad socialestaba garantizada por el mismo faraón, quien era el hijo Yla irnagen del Creador.
Esto determina el que C':1
ambos pueblos, la natu :'alfzatenga un valor suprci:lO 'L)a rael hombre. No así ea Is~'ac1,
donde los fenómenos concretostienden a ser despreciados.Como consecuencia de que todas las fuerzas existentes enel medio ambiente del hamo re:dimanan de Dios, el que lastrasciende.
Por esta razón, Dios representa un grado tan alto de abstracción entre los hebreos queaquÍ ha sido superado el pensamiento creador de mitos, sibien en el hecho de haber sidoalcanzada la concepción delDios único, por medio de laexperiencia dinámica y apasionada, no abstracta, no puedeconsiderarse como que los hebreos hayan prescindido por
completo de la idea del mito.
Según los autores, los hebreoscrearon un nuevo mito: "el mi
to de la voluntad de Dios".
La obra, dividida en dos \'0
lúmenes, constituye un extra
0rdinario análisis acerca de la
ideología y la concepción delmundo del antiguo Cercano
Oriente, tal como se expresabaen Egipto, Mesopotamia e Israel.
La situación del mito dentro
de la sociedad, supone una clave básica en el conocimiento de
los valores Y la filosofía delantiguo y del primitivo.