de góngom libros · 2. pardiñas, 1916. 11 a varias revistas americanas, como a las novedades de...

5
10 HISTORIA DOCUMENTAL UNIVERSIDAD DE MEXICO DE MIS 1. Torrijas, 1915 A L primer acto madrileño, o "acto de las posadas", co- rresponden casi todos los Cartones de Madrid: véase el segundo capítulo de estos apun- tes. El siguiente acto, etapa de To- rrijas, se inicia con la Visión de Anáhuac: véase el capítulo tercero. Aquí acomodan también los traba- jos que enumero a continuación: a) "Góngora y La gloria de Ni- que a" : mi primera contribución de aliento a la Revista de Filología Es- Cuestiones gongorinas de A. Reyes paliola. (Ir, 1915, 3 9 , pp. 274-282. En adelante designaré esta revista con la sigla acostumbrada en el mundo de la erudición, a saber: RFE. Este trabajo ha sido recogi- do en mis Cuest'iones gongOttil1as). Posible es que tales páginas ofrez- can, de pasada, algún interés, ya sobre la personalidad de Villame- diana, sobre los secuaces de Góngo- ra, sobre la técnica de la octava real en el maestro cordobés, etc. Pero la tesis principal, la atribu- ción a Góngora de la "Alegoría de Aranjuez" -prólogo en verso a La de Niquea, comedia:- 'de Villamediana- no queda del todo esclarecida. En la edición gongOl"i- na de Foulché-Delbosc, preferimos por eso mencionar este fragmento entre las atribuciones dudosas. (Obms de Góngora, IIr, p. 129). Tampoco se declaró convencido Dámaso Alonso, por la escasa fe que merece Angula y Pulgar, au- tor del siglo xvii en que yo me Don LHis de Góngom LIBROS V Resumen de dos años Por Alfo1ls0 .REYES fundaba. ("Crédito atribuible al gongorista don Martín de Angula y Pulgar", RFE, XIV, 1927, 4 9 , pp. 368 y ss.) . Yo mismo he aban- donado ya esta tesis. b) Sobre A. Coster, Baltasar Gracián. (RFE, II, 1915, 4 9 , pp. 377-387. Recogido en la primera serie de mis Capítulos de litemtura española bajo el título: "Una obra fundamental sobre Gracián"). Respecto al punto "Gracián y Lo- yola", fácilmente se aprecia que al- gunas observaciones de este trabajo fueron aprovechadas y desarrolla- das en El Suicida ("La filosofía de Gracián"). Pues, naturalmente, había una circulación de preocupa- ciones y temas entre mis diversas actividades. c) "Contribuciones a la biblio- grafía de Góngora", especialmente las notas núms. 1 a 21, en colabora- ción con Martín Luis Guzmán. Pa- ra las siguientes, conté con la ayu- da de Enrique Díez-Canedo, y son Ba!tasa'l' Gracián ya algo posteriores. (RFE, III, 1916, 2 9 , págs. 171-182 y IV, 1917, 1 9, págs. 90-132. Todo ello reco- gido en mis C1festiones gongori- nas). Al "instante filológico" de Martín Luis Guzmán, de que hoy pocos tienen noticia, corresponde también, entre otras cosas, la edi- ción por él preparada de varios poemas inéditos de Gregario Sil- vestre -siglo xvi-, que yo envié para su publicación a la Revue H-is- panique. "-¿ Se acuerda usted? -he preguntado recientemente a Martín, con objeto de comprobar OBRAS P()ÉTICAS D. LU1S DE GÓNGORA ¡':EW YORK ·trll: Ilbl'.\'\K )-;(J('WT\, ni' Obras poéticas de GÓngora. el dato.-¡ Ya 10 creo que me acuerdo! -me contestó-. Como que en esa transcripción casi me de- jo los ojos ... El soplo me lo dió don Ramón Menéndez Pidal, quien un día, cuando yo entraba a la a- cional, me enconsejó que buscara inéditos de Silvestre en la sala de manuscritos." Martín Luis, al mis- mo tiempo, mantenía cierta activi- dad de informador político, afecto al partido "villista", de que sólo guardo un testimonio: Los sucesos de México. Boletín publicado por la Agencia Inform.ativa del Gobierno M exicano. Madrid, 19 de mayo de 1915. Júm. 1. Esp. d) De 1912 a 1923 se extienden las reseñas que recogí en Entre /-i- bttos, 1948. Las tres primeras son de México (Argos, Mundial) Bi- blos) 1912 a 1913); treinta y cinco se publicaron ya en la RFE, comen- zando por una noticia sobre la an- tología española de Hills y Morley,

Upload: others

Post on 16-Mar-2020

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: de Góngom LIBROS · 2. Pardiñas, 1916. 11 a varias revistas americanas, como a Las Novedades de Nueva York. A fines de 1915, caí víctima de una tifoidea que me retuvo un mes en

10

HISTORIA DOCUMENTALUNIVERSIDAD DE MEXICO

DE MIS1. Torrijas, 1915

A L primer acto madrileño, o"acto de las posadas", co­rresponden casi todos losCartones de Madrid: véase

el segundo capítulo de estos apun­tes. El siguiente acto, etapa de To­rrijas, se inicia con la Visión deAnáhuac: véase el capítulo tercero.Aquí acomodan también los traba­jos que enumero a continuación:

a) "Góngora y La gloria de Ni­quea" : mi primera contribución dealiento a la Revista de Filología Es-

Cuestiones gongorinas de A. Reyes

paliola. (Ir, 1915, 39, pp. 274-282.En adelante designaré esta revistacon la sigla acostumbrada en elmundo de la erudición, a saber:RFE. Este trabajo ha sido recogi­do en mis Cuest'iones gongOttil1as).Posible es que tales páginas ofrez­can, de pasada, algún interés, yasobre la personalidad de Villame­diana, sobre los secuaces de Góngo­ra, sobre la técnica de la octavareal en el maestro cordobés, etc.Pero la tesis principal, la atribu­ción a Góngora de la "Alegoría deAranjuez" -prólogo en verso aLa GlO1~ia de Niquea, comedia:- 'deVillamediana- no queda del todoesclarecida. En la edición gongOl"i­na de Foulché-Delbosc, preferimospor eso mencionar este fragmentoentre las atribuciones dudosas.(Obms de Góngora, IIr, p. 129).Tampoco se declaró convencidoDámaso Alonso, por la escasa feque merece Angula y Pulgar, au­tor del siglo xvii en que yo me

Don LHis de Góngom

LIBROSV Resumen de dos años

Por Alfo1ls0 .REYES

fundaba. ("Crédito atribuible algongorista don Martín de Angulay Pulgar", RFE, XIV, 1927, 49,pp. 368 y ss.) . Yo mismo he aban­donado ya esta tesis.

b) Sobre A. Coster, BaltasarGracián. (RFE, II, 1915, 49, pp.377-387. Recogido en la primeraserie de mis Capítulos de litemturaespañola bajo el título: "Una obrafundamental s o b r e Gracián").Respecto al punto "Gracián y Lo­yola", fácilmente se aprecia que al­gunas observaciones de este trabajofueron aprovechadas y desarrolla­das en El Suicida ("La filosofíade Gracián"). Pues, naturalmente,había una circulación de preocupa­ciones y temas entre mis diversasactividades.

c) "Contribuciones a la biblio­grafía de Góngora", especialmentelas notas núms. 1 a 21, en colabora­ción con Martín Luis Guzmán. Pa­ra las siguientes, conté con la ayu­da de Enrique Díez-Canedo, y son

Ba!tasa'l' Gracián

ya algo posteriores. (RFE, III,1916, 29, págs. 171-182 y IV, 1917,19, págs. 90-132. Todo ello reco­gido en mis C1festiones gongori­nas). Al "instante filológico" deMartín Luis Guzmán, de que hoypocos tienen noticia, correspondetambién, entre otras cosas, la edi­ción por él preparada de variospoemas inéditos de Gregario Sil­vestre -siglo xvi-, que yo enviépara su publicación a la Revue H-is­panique. "-¿ Se acuerda usted?-he preguntado recientemente aMartín, con objeto de comprobar

OBRAS P()ÉTICAS

D. LU1S DE GÓNGORA

¡':EW YORK

·trll: Ilbl'.\'\K )-;(J('WT\, ni' .\~H·.I{¡('A

Obras poéticas de GÓngora.

el dato.-¡ Ya 10 creo que meacuerdo! -me contestó-. Comoque en esa transcripción casi me de­jo los ojos ... El soplo me lo diódon Ramón Menéndez Pidal, quienun día, cuando yo entraba a la a­cional, me enconsejó que buscarainéditos de Silvestre en la sala demanuscritos." Martín Luis, al mis­mo tiempo, mantenía cierta activi­dad de informador político, afectoal partido "villista", de que sóloguardo un testimonio: Los sucesosde México. Boletín publicado por laAgencia Inform.ativa del GobiernoM exicano. Madrid, 19 de mayo de1915. Júm. 1. Esp.

d) De 1912 a 1923 se extiendenlas reseñas que recogí en Entre /-i­bttos, 1948. Las tres primeras sonde México (Argos, Mundial) Bi­blos) 1912 a 1913); treinta y cincose publicaron ya en la RFE, comen­zando por una noticia sobre la an­tología española de Hills y Morley,

Page 2: de Góngom LIBROS · 2. Pardiñas, 1916. 11 a varias revistas americanas, como a Las Novedades de Nueva York. A fines de 1915, caí víctima de una tifoidea que me retuvo un mes en

2. Pardiñas, 1916.

11

a varias revistas americanas, comoa Las Novedades de Nueva York.

A fines de 1915, caí víctima deuna tifoidea que me retuvo un mesen cama. Ya he dicho que la casade Torrijas era muy húmeda. Eltecho era de ladrillo abovedado. Delas viguetas caían gotitas de aguay, como la cama resultó mayor queel intervalo entre una y otra vigue­ta, había que cambiarla de sitio, yaen un sentido y ya en el sentidotransversal, para que, tras de mo­jarse a lo largo, se mojara a lo an­cho, dando tiempo a que se mediosecara la otra parte. Entonces cu­raban la tifoideas con dos lavadosintestinales diarios ( i yo debo detener tripas "sellomáticas"!), y condieta de leche y cierto carísimo ja­rabe de carne. Apenas repuesto,decidí mudarme, acercándome algomás al centro de la ciudad, a la casaN9 32 (hoy 60), calle del GeneralPardiñas. Todavía tuve la malasuerte de que mi criada bretona(esa Anna Quéau que cito en"Rumbo al Sur", Las vísperas deEspaiia) , inundara el departamen­to, por haber dejado abiertos losgrifos del baño cuando fué a lavarlos pisos para preparar la mudan­za. Además, no bien instalado allí,tuve una recaída que se prolongópor otro mes. Me quedé hecho unasombra de mí mismo, repitiendoaquello de

Aprended, flores, de mílo que va de ayer a hoy.

y aquí el tercer acto, escena pri­mera, de mis moradas en la Corte.Creo que se inicia más o menos con_el año de 1916. Guzmán se marchóa Nueva York por el mes de marzo.Acevedo se trasladó con su esposae hijo a otra posada donde le nacióel segundo retoño, y luego -em­pedernido adorador del folklore­fué a dar por el barrio de Lavapiés,donde yo no creo que viviera a gus­to. Ocupaba un verdadero sótano,con ventilas o semiventanas a la ca­lle. Por ahí, los faunillos de la ve­cindad hacían sus diabluras, obli­gando a la pobre Dolores a limpiarconstantemente el suelo. Acevedose nos fué poniendo muy melan­cólico. Acabó por irse con los suyosa no sé qué ciudad de Texas. Yallí se apagó para siempre aquelmexicano tan fino, tan hijo de suciudad como Sócrates, el que prefi­rió la muerte al destierro.

En Pardiñas comenzó para míuna era de intensa actividad. Allíaderecé El Suicida y las obras quemás adelante enumeraré. Pero un

.día hicimos una verdadera locura.

Ent're libros de A. Re)'es

por

-ENTRE LH3ROS

Carlos Pere)'ra, profesor de Historia de M é­xien 1'11 la liscul'la Nacimw! Prl'parato1-ia. hac·ia

1907

~~"--,.~,'~,:i~/~"a a ,',,'. f

UNIVERSIDAD DE MEXICO

Chacón llega. por Atocha a Madrid

1, 1914, pág. 411, Y acabando co11una noticia sobre las ensayos deliteratura cubana de José MaríaChacón y Calvo, X, 1923, N9 4;una apareció en la Re'l'ue Hispani­que) sobre una edición de La espa­iiola de Florencia) de Calderón,LXI, 1917, N9 99; sesenta y nuevecorresponden al diario El Sol Y vande 1917 a 1919; una, sobre la edi­ción de Espronceda preparada porMoreno Villa, se entregó a la Re­vúta de Occidente) 1, 1923 págs.118-122; y dos más, sobre las Dosmil quinientas voces castizas) deRodríguez Marín, y sobre un "bes­tiario" de Hernández Catá, a la re­vista Social) de la Habana, IV,1922 y Il, 1923, respectivamente.El escritor cubano César Rodrí­guez ha publicado también unaobra con el título Entre libros)título que él viene usando para suscrónicas bibliográficas en la revistaAvance) de la Habana, desde 1934según entiendo. En su nota allíaparecida e123 de junio 1948, en vezde gruñir como otro 10 hubiera he­cho, se declara ufano de la coinci­dencia; la cual, aunque inconscien­te, bien pudo ser una verdadera in­fluencia inconsciente, como yo se10 confesé por carta.

e) "Ruiz de Alarcón y las fies­tas de Baltasar Carlos" (RevueHispanique) 1916, y en la primeraserie de mis Capítulos de literaturaespañola). Me explico al respectoen "El reverso ..." (Pasado inme­diJato). Toco el mismo asunto alfinal del artículo "Felipe IV y losdeportes" (Ret1'atos 1'eales e 1'ma­ginarios) y en.el T eat1'0 de Ruizde Alarcón que preparé para "LaLectura", pág. XVII.

i) Notas ligeras, nunca reuni­das en volumen, que solía yo enviar

Page 3: de Góngom LIBROS · 2. Pardiñas, 1916. 11 a varias revistas americanas, como a Las Novedades de Nueva York. A fines de 1915, caí víctima de una tifoidea que me retuvo un mes en

José Mar·ía Chacón j' Alfonso Reyes

12

El historiador Carlos Pereyra, miantiguo maestro en la Preparatoriay en la Escuela de Leyes, y luegoMinistro en Bruselas, ahora cesadocomo los demás funcionarios denuestro Servicio Exterior y obli­gado a salir de Bélgica por la inva­sión alemana. me escribía en térmi­nos tan apremiantes sobre la necesi­dad de juntarnos en la desgraciaque, no bien llegado él a Madrid(15 de febrero de 1916), se meocurrió traerlo a mi lado. Apenasteníamos sitio y, aunque él puso porcondición el pagar todos sus gas­tos, ni nos movíamos con libertadni redondeábamos la cuenta. DonCarlos venía directamente de Lau­sanne, donde entiendo que tenía al­guna propiedad y donde dejó demomento a' su esposa, la poetisaMaría Enriqueta, al "güero" Mi­guel, su sobrino e hijo del poeta delmismo nombre, y a su cuñado Leo­poldo Camarilla, a quien la gente deSavia Moderna llamaba "el Cama­rilla rural", por una errata de cier­tos versos míos que aludían al "ca­ramillo rural". (Ya había muerto,en México, la madre de María En­riqueta, la viejecita que siempre ha­blaba de "mi hermano Roa Bár­cena"). Don Carlos llegó a Ma­drid en ánimo de germanófilo ra­bioso, y censuraba acerbamente alrey Leopoldo por haberse opuestoa la invasión, lo que, según él, sig­nificaba haber sacrificado a su pue­blo en aras de la retórica jurídica.Don Carlos vivió con nosotros dosmeses y medio. El 19 de junio de1916, se trasladó a una posada (In­fantas, N9 2), donde había paradoa su arribo; y en octubre hizo aSuiza un rápido viaje de ida y vuel­ta para traer a su familia, y se aco­modó en un pisito de Lista N9 66,no lejos de mi casa. Entretanto, yome había cambiado al bajo exterior(segunda escena del tercer acto),más alegre y espacioso y que, porel costado derecho, recibía la luz yel aire libre de los inmensos terre­nos aún sin construcción y todavíaun tanto campestres.

No se crea, sin embargo, queaquella casa del General Pardiñascarecía de defectos. José MaríaChacón, quien, a su llegada de Cu­ba, y tras un breve alto en la Resi­dencia de Estudiantes (loma delPinar), se instaló en otro departa­mento del propio edificio -depar­tamento que todavía conserva des­pués de tantos años, aunque viveordinariamente en la Habana, asícomo todavía conserva a su guar­diana y cocinera, la que cantaba laMarsellesa con' letra española-,ha escrito un ameno artículo dondedice, refiriéndose al frío que pasá-

Fmncisco Orozco Mmíoz y Edua'rdo Villase,íoren el Pabellón Mexicano de la Feria de Sevilla,

1930

bamos en la que él suele llamarLa easa de hielo:

o era el frío de la llanura ni el dela montaña; era un frío único, com­pletamente desconocido para mí, queno parecía venir elel aire, sino salirde lo más profundo de la tierra. N oolvidaré nunca la imagen dantescaque esta elura impresión me sugería:la casa tenía por cimiento un enormetémpano de hielo. Así se explicabaque los brillantes radiadores estuvie­ran 'completamente helados. Así seexplicaba también la ascensión inaca­bable elel frío, que lentamente cubríade una capa de hielo todas las cosas.Estaban cerradas las puertas y lasventanas. ¿ De dónde venía aquel airesutil que apagaba el vacilante brasero?Sentíamos que, junto al frío que veníade las entrañas de la tierra, un ambien­te de misterio envolvía nuestra casa.(Alfonso Reyes y su impulso lírico,Santa María del Rosario, octubre de1922.)

UNIVERSIDAD DE MEXICO

Pero, antes del cubano Chacón,había aparecido por Madrid otromexicano, también testigo de la in­vasión de Bélgica: Francisco Oroz­ca Muñoz, el llorado amigo, autordel libro Invasión y conquista de laBélgica mártir) a cuya edición ma­drileña de 1915 puso prólogo Ama­do ervo. (La segunda, México,1919, lleva prólogo de AntonioCaso). Francisco me mostraba lassartas de petróleo sólido con quelas tropas invasoras incendiabanlas casas, y me contaba cómo, encompañía del arquitecto Paliares ycon ayuda de un par de maniquíes,se había ganado la vida por lasferias, vendiendo postizos, aderezosy rizadores para el peinado. El po­bre Francisco, tan dulce y exquisi-

to en sus gustos, no abandonaría yanunca sus amores de Bélgica, quefueron su premio y su destino.

Al fin me fué dable hacer traermis libros, que yo había dejado enun guardamueble de París por lapremura e incertidumbre de mi via­je, por falta de recursos y por faltade sitio donde acomodarlos. Parajuntarme otra vez con mis librostuve que hacer ahorros por más deun año y contraer una deuda condon Fernando Pimentel y Fagoaga,nuestro conocido financiero detiempos de Porfirio Díaz.

Obras filológicas que correspon­den a las dos moradas de Pardi­ñas, interior y exterior:

a) "Los textos de Góngora (Co­rrupciones y alteraciones)". (B 0-

Page 4: de Góngom LIBROS · 2. Pardiñas, 1916. 11 a varias revistas americanas, como a Las Novedades de Nueva York. A fines de 1915, caí víctima de una tifoidea que me retuvo un mes en

UNIVERSIDAD DE MEXICO

letín de la Real Academia Españo­la año III torno III, cuadernos, 'JI'"'XIII Y XIV, junio y octubre de 1916;Y Cuestiones gongorinas págs. 37­89. En la pág. 70, línea 19, dondeme refiero ao la "tercera" parte dela Historia Pontifical de Bavia, headvertido después que el Ms. Cha­cón, base de la edición de Góngoraen que colaboré con R. Foulché­Delbosc -véase el tomo Ir, pág. 5de tal edición- dice "cuarta par­te". No sé ya cuál es la lectura co­rrecta).

b) En "El reverso de un libro"menciono cierta edición de El pe­regrino en su patria que ya dabayo por perdida. La historia no aca­ba allí, y el final consta en este ar­tículo que reproduzco de la Revistade Re'vistas. México, 20 de febrerode 1955:

Náufrago rescatado

A mediados de 1916. "Azorín" ha­bia sido encargado por la Casa ThomasNelson and Sons, Ltd. (Edimburgo)de formar una colección de clásicosespañoles y, a sugestión de AméricaCastro, me encomendó una edición deEl peregrino en su patria, obra deLope de Vega que no había sido reim­presa desde el siglo xviii y que sólolos eruditos manejaban y consultaban,más que por el texto mismo de la I~O­

vela, para establecer precisiones sobrepasajes y cronología de las piezas ka­trales en ella insertas o mencionadas.

Envié mi trabajo a los editores ennoviembre de 1916; pero la Casa Ne1­son tropezó con dificultades en Es­paña para llevar a cabo su proyecto yprescindió de la colección española.A ello me referí en mi Correo Lite­rario, Monterre')' (Río de Janeiro,úlarzo de 1932, n9 8, pág-. 6), y enuna notita titulada "Los libros náu­fragos", reproducida después en "Elreverso de un libro" (Pasado imne­diato) , la cual, además' de mencionarel Peregrino de Lope, mencionabatambién cierta antología española com­puesta por Enrique Díez-Canedo, yun Quijote de cuyo texto se encargóel malogrado Angel Sánchez Rivero.

Entretanto, y al paso de mi trabajo,yo, que tenía instrucciones de sólo ano­tar lo absolutamente indispensable yde preparar un prólogo muy breve, es­cribí el ensayito sobre el Peregrinoque he recogido en los Capítulos deliteratura espaíiola, 1<.l serie. (México,1939, págs. 99-110). Además, entre­saqué del Peregrino el "cuento de es­pantos" que, bajo el título Las aven­turas de Pánfilo, di a la ColecciónGranada de Alberto Jiménez Fraud-Director de la Residencia de Estu­diantes-, Madrid, 1920. Posible esque me resuelva a publicar otra vezseperadamente este relato infantil,único fragmento de mi edición quehabía logrado conservar.

Días pasados, estuve ,examinamlomi correspondencia con "Azorín", re­cordé el caso y se me ocurrió escri­bir al Embajador de México en Lon­dres, que lo es actualmente don Fran-

cisco A. de Icaza, hijo del ilustre cer­vantista, escritor, poeta y diplomáticomexicano del mismo nombre, pidién­dole que averiguara si mi vieja copiadel Peregrino se conservaba todavíade casualidad en los ar.chivos de la Ca­sa Nelson, y si ésta, eh caso afirma­tiva, estaría dispuesta a devolvermeel texto por mí preparado, en la inte­ligencia de que yo devolvería a mi vezla suma que había cobrado por estetrabajo.

Apenas habían pasado veinte días,cuando el señor Icaza me contestó,enviándome la copia de la carta que ledirigiera el señor L. Murby, a nOlll­bre de la Casa N elson. La cual no.'lolamente manifestaba haber encon­trado el texto en cuestión, debidamen­te guardado en su archivo y en muybuen estado, sino que asimismo decli­naba el ofrecimiento de reembolso,elegante y caballerosa actitud muy dig­na de señalarse.

A estas horas, el paquete con la co­pia ue El peregrino en su patria hallegado ya a mi poder. Así ha podidorecobrarse un "libro náufrago", queprobablemente veremos pronto publi­cado bajo los auspicios del Colegio deMéxico.

La historia es edificante, porqueprueba que aún existe la civilización,a pesar de treinta y ocho años de de­sastres bélicos, y ponlue una vez másconfirma la bien ganada reputaciónde la caballerosidad británica.

L') El 23 de septiembre de 1916,FouIché-Delbosc me escribió desdeParís. pidiéndome clue lo ayudaraa dar término a su magna ediciónde Góngora, fundada en el Ms.Chacón, tesoro de la Biblioteca Na­cional de Madrid.

N o puedo ir a Madrid actualmente-me decía-, ni sé tampoco cuándome será posible salir de París: porconsiguiente, necesito tener en la N a­cional una persona de confianza quese encargue. primero, de cotej,\1- elmanuscrito Chacón con las cuartillasque mandaré (habrá bastante por am­putar y modificar para que resultenlas cuartillas traslado fiel del oloigi­nal) ; y segundo, de cotejar el referi­do manuscrito Chacón con las prime­ras pruebas que vengan de la impren­ta ... Después de colejadas las gak­radas con el manuscrito Chacón, ha­bría que devolverlas a la imprenta, lacual me mandaría las segundas prue­bas, compaginadas ya, v yo haría unaúltima revisión, valiéndome del c.icm­pIar que tengo con mis apuntes y no­tas -todo lo cual se tomó hace añosdel Ms. Chacón, pero no es posiblemandarlo a la imprenta, porque no loentenderían. Calculo que dichas opera­ciones se habrían de efectuar sobre lasdos terceras partes de! Ms. Chacón,porque el primer tercio está ya corre­gido y no necesita nueva revisión ...Todo está arreglado con la imprenta,la cual se compromete a acabar los dostomos de la edición en ti-es meses.

Aunque me he referido ya a esteasunto ("El reverso ...", Pasadoinmediato, págs. 123-124; prólogo

13

de las cartas de R. F.-D. que pu­bliqué en Abside, México, 1955,XIX, 1; Y cap. II de esta Hütor'Íadocumental) UU'ive'ysidad de 111é:r'Í­co, IX, 7, marzo de 1955. pág. 11),la carta de que transcribo los an­teriores fragmentos necesita algu­nas explicaciones:

19 R. F.-D. tenía esta obra enpreparación cuando menos desde1901, pues en la traducción de laHistoria de la literatura españolade J. Fitzmaurice-Kelly hecha porA. Bonilla y San Martín (Madrid,España Moderna, pág. 577), se lee:"Está en prensa una edición com­pleta de Góngora, hecha por R.FouIché-Delbosc"; y, a partir dela segunda edición del Fitzmaurice­Kelly (Madrid, V. Suárez, 1916, p.398), se da ya por publicada estaimpresión en dos tomos.

29 En el prólogo a la edicióngongorina, dice R. F.-D.: "Copiéel manuscrito Chacón el año de1900. Al publicarlo tantos añosdespués, la suerte me deparó laamistad de Alfonso Reyes ... , elcual no solamente me ha ayudadoen una última revisión del manus­crito, sino que ha compartido con­migo la minuciosísima tarea de lacorrección de pruebas. A él deboasimismo más de una valiosa su­gestión relativa a la inteligencia deciertas poesías ..." (Obras poéti­cas de D. Luis de GÓllgora, NewYork, The Hispanic Society ofAmerica, 1921 -Bibliotheca His­panica- I, pág. xvi).

39 Tengo entendido que, antes deacudir a mí, R. F.-D. usaba comoauxiliar de esta edición, en Madrid,al archivero Lupián, el mismo aquien confió Emilio Cotarelo y Ma­ri la edición académica de Lope deVega por él heredada a la muertede Menéndez y Pelayo. Lupiánresponde sin duda de los muchoserrores notados en esta ubra porJusto Gómez Ocerin. (REF, III, 29,1916, págs. 184-193).

49 Fué necesario rehacerlo todo,incluso dos o tres pliegos ya tira­dos, pues advertí graves errores depuntuación que hacían incompren­sibles ciertas poesías.

59 Comencé a recibir el materialde R. F.-D el 25 de octubre de1916. Aunque él pensaba que po­dríamos dar término al trabajo entres meses, la obra sólo pudo pu­blicarse en 1921.

69 Se encargó de la impresiónla Casa Bailly-Bailliere (Núñez deBalboa n9 21, Madrid), con quien

Page 5: de Góngom LIBROS · 2. Pardiñas, 1916. 11 a varias revistas americanas, como a Las Novedades de Nueva York. A fines de 1915, caí víctima de una tifoidea que me retuvo un mes en

14

sólo tomé contacto, tras el primercotejo del Ms. Chacón en la a­cional, a mediados de enero, año de1917.

79 El19 de marzo de 1918, R. F.­D. me manifiesta su deseo de aña­dir a la edición gongorina un ter­cer tomo complementario, y me pre­gunta si estoy dispuesto a seguircolaborando con él en este nuevotomo, 10 que yo acepto desde luego.

89 Ya he contado ("El rever­so ..." y prólogo a la correspon­dencia con R. F.-D. publicada enAbside) los trabajos que pasaba yopara mantener abiertos los infoliosdel Ms. Chacón, en lo que mi es­posa me auxiliaba, y cómo me valíde ciertos aparatitos japoneses, o

que así se decían, para calentarmelas manos y evitar que se me que­elaran ateridas con el frío de la Na­ciona!.

d) A los últimos meses ele 1916corresponde "Un diálogo en torno aGracián", publicado en la primeraserie de CapítuJos de literatum es­pañola con algunas notas y retoquesque datan ele fecha posterior. Enla pág. 316, n\' xii, explico cómofragüé este supuesto diálogo confragmentos de tres artículos ele"Azorín" publicados en el A. B. C.ele Madrid y con pasajes ele unacarta abierta en que y? contestéalgunas de sus opiniones (España,Madrid, 21 de diciembre ele 1916).A las notas de los Capítulos, págs.280 a 281, sobre el reciente auge

UNIVERSIDAD DE MEXICO

de Gracián, puedo ahora añadir elOracolo Ma1luale e Artc della P1"/I­

d{,ll.?a, trad. E. Mele, Laterza. Hayotra versión italiana de Gracián porMonreale. El libro de Croce -pos­terior al libro de Coster sobre Gra­cián-, Storia della Etd Barroca en1talia, es importante para el tema.Erratas en los Capítulos: pág. 291,línea 14, dice "gabate1a" por "ba­gatela", y en la pág. 316, línea 19,se lee "escogida" en vez de "reco­gida". En este libro he contado has­ta hoy veintiséis erratas.-Refi­riéndome a este ficticio diálogo, heclicho que bien pudiera figurar co­mo tercer interlocutor AméricaCastro, por su artículo "Graciány España (Sallta Tc'resa y otros Cl/­

sayos) .

E L

PREFILOSOFICO

PENSAMIENTO

(Viene de la pág. 4)

,parte, el hecho de que en estarelación prevaleciera una granfamiliaridad de trato.

El hecho supremo, aquí yen Mesopotamia es que todaslas fuerzas naturales, mediantela afirmación del carácter crea­dor de mitos del pensamiento,podían ser convertidas en di­vinidades.

En cambio, aunque en Israelel hombre mantuvo una rela­ción emotiva con Dios, esto es,no intelectual ni cientifista, sinembargo, el carácter de su re­ligión no descansa en la natu- ,raleza, sino en Dios mismo, Y,,'aparte, el Dios hebreo es unDios ético, no directamente uti­litario.

En el monoteísmo hebreo,Dios imparte amor Y justicia,y, por encima de todo, Diosestrascendente: se le exalta porencima del hombre y de la na­turaleza, no como sus iguale".

, Dios está sobre toda la tierra ylas cosas. Aunque se mantieneuna relación personal con Dios,a través del tú, esta relaciónestá sublimada. El es el centroy la esencia de la realidad úl­tima del hebreo.

En esta religión, Dios se

eleva sobre el nivel de un Dios­

naturaleza. la trasciende. Aquí,

la naturaleza deja de conside­rarse divina.' Es Dios quienprevalece. La naturaleza es su

.<Igente; no su par.

El hombre, para el hebreo,

era un ser esencialmente aueno

y noble, como Dios, aunque

no tenía los atributos úit imos

de justicia que éste retenia. El'pensamiento de Israel en per-

sonalista: todo estaba empapa­

do de la presencia persOl'al de

Dios. En concordancia, .:i prin­

cipio de la Historia estaba im­

pregnado de la voluntad de

Dios, muchas veces en conflic­

to con los propósitos Y la sig­

nificación independiente del

hombre.

Como resultado, la concep­

ción del mundo que tenía el he­

breo estaba penetrada de la

idea trascendente de Dios. Así,

los cielos eran el testimonio de

su grandeza, mientras que "pa­

ra los mesopotamios consti­

tuían la propia majestad de la

deidad, el supremo gobernan­

te, Anu. Para los egipcios, 'loscielos representaban el li.iste­

rio de la mac]¡-e divina qtl\: ha-

bía hecho renacer al hOLllbre."En Egipto y Mesopotamia, loselioses estaban en la natw'aleza.En Israel, Dios la trascendía.

De esta manera, hem0:' vistoque el hombre antiguo no seenfrentaba a un cUo, sin') a untú; la naturaleza se hallaba co­nectada con la sociedad.

Vis'ta a través ele la relaciónelel hombre con su medio am­biente y por la expresión desus mitos, la dimensión con ..ceptual del mundo mesopota­mio parece manifestar "unasensación de angustia" Y untemor obsesivo hacia las fuer­

zas turbulentas e inexp~icablc:s

de la naturaleza. En cambio,

en Egipto, el mismo método

nos lleva a establecer que lanaturaleza con la que el hom­

bre se l~elacionaba estrecha­

mente era más benigna, apar­

te de que la estabilidad socialestaba garantizada por el mis­mo faraón, quien era el hijo Yla irnagen del Creador.

Esto determina el que C':1

ambos pueblos, la natu :'alfzatenga un valor suprci:lO 'L)a rael hombre. No así ea Is~'ac1,

donde los fenómenos concretostienden a ser despreciados.Como consecuencia de que to­das las fuerzas existentes enel medio ambiente del hamo re:dimanan de Dios, el que lastrasciende.

Por esta razón, Dios repre­senta un grado tan alto de abs­tracción entre los hebreos queaquÍ ha sido superado el pen­samiento creador de mitos, sibien en el hecho de haber sidoalcanzada la concepción delDios único, por medio de laexperiencia dinámica y apasio­nada, no abstracta, no puedeconsiderarse como que los he­breos hayan prescindido por

completo de la idea del mito.

Según los autores, los hebreoscrearon un nuevo mito: "el mi­

to de la voluntad de Dios".

La obra, dividida en dos \'0­

lúmenes, constituye un extra­

0rdinario análisis acerca de la

ideología y la concepción delmundo del antiguo Cercano

Oriente, tal como se expresabaen Egipto, Mesopotamia e Is­rael.

La situación del mito dentro

de la sociedad, supone una cla­ve básica en el conocimiento de

los valores Y la filosofía delantiguo y del primitivo.