david y goliat - gladwell, malcolm

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This is a book by NYT aticulist, Gladwell. This book makes a case for the underdogs along history.

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  • NDICE

    PortadillandiceDedicatoriaCitaIntroduccin. GoliatPrimera parte. Las ventajas de las desventajas (y las desventajas de

    las ventajas)Captulo 1. Vivek RanadivCaptulo 2. Teresa DeBritoCaptulo 3. Caroline Sacks

    Segunda parte. La teora de la dificultad deseableCaptulo 4. David BoiesCaptulo 5. Emil Jay FreireichCaptulo 6. Wyatt Walker

    Tercera parte. Los lmites del poderCaptulo 7. Rosemary LawlorCaptulo 8. Wilma DerksenCaptulo 9. Andr Trocm

    AgradecimientosReferenciasndice analticoSobre el autorNotasCrditosGrupo Santillana

  • Para A. L. y para S. F., que sabe vencer contra pronstico.

  • Y Jehov respondi a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura,porque yo lo desecho; porque Jehov no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira loque est delante de sus ojos, pero Jehov mira el corazn.

    1 Samuel 16, 7

  • INTRODUCCINGOLIAT

    Acaso soy un perro, que vienes contra m con palos?

    1

    Justo en el corazn de la antigua Palestina se sita la regin deSefela, una serie de colinas y valles que conectan las montaas de Judeaal este con las extensiones abiertas y llanas de la planicie mediterrnea.La zona posee una belleza arrebatadora; un paraje natural de vias,campos de trigo y bosques de sicmoros y terebintos. Tambin es unpunto de gran importancia estratgica.

    A lo largo de los siglos, se han sucedido las guerras para hacerse conel control de la zona, puesto que los valles que se elevan desde laplanicie mediterrnea ofrecen un camino franco desde la costa hasta lasciudades de Hebrn, Beln y Jerusaln, en las tierras altas de Judea. Elvalle ms importante, ubicado al norte, es el de Ayaln. Pero el mslegendario es el de Ela. All fue donde Saladino se bati con loscaballeros de las Cruzadas en el siglo XII. Y, ms de mil aos antes, ellugar haba jugado un papel decisorio en la guerra de los Macabeos conSiria. No obstante, su nombre es conocido por encima de todo porque, enlos tiempos del Antiguo Testamento, el incipiente reino de Israel seenfrent all contra los ejrcitos de los filisteos.

    Los filisteos provenan de Creta. Eran un pueblo marinero que habaarribado a Palestina, y sus colonias se extendan a lo largo de la costa.

  • Los israelitas se arracimaban en las montaas, bajo el liderazgo del reySal. En la segunda mitad del siglo XI a. C., los filisteos comenzaron adesplazarse hacia el este, remontando el ro por los sinuosos caminosdel valle de Ela. Su meta era tomar el cerro cercano a Beln y dividir elreino de Sal en dos. Los filisteos, unos guerreros curtidos y feroces,eran enemigos acrrimos de los israelitas. Alarmado, Sal convoc a sushombres, y sus tropas se apresuraron montaa abajo al encuentro del otroejrcito.

    Los filisteos haban establecido su campamento en los cerros del surdel valle. Los israelitas clavaron sus tiendas al otro lado, en laselevaciones del norte, de modo que los dos ejrcitos podan verse atravs de una quebrada. Ninguno se atreva a hacer ningn movimiento.Atacar implicaba descender por la pendiente y emprender luego unascenso suicida por el monte controlado por el enemigo. Finalmente, lapaciencia de los filisteos se agot. Hasta el valle enviaron a su mejorguerrero; queran romper el impasse con un combate de uno contra uno.

    El hombre en cuestin era un gigante, de ms de dos metros, y portabaun casco y una armadura completa de bronce. Sus armas eran unajabalina, una lanza y una espada. Preceda su marcha un escudero, quellevaba a cuestas un enorme escudo. El gigante se encar con losisraelitas, gritndoles: Escoged de entre vosotros un hombre que vengacontra m! Si l pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotrosseremos vuestros siervos; y si yo pudiere ms que l, y lo venciere,vosotros seris nuestros siervos y nos serviris.

    Nadie se movi en el campamento de los israelitas. Quin podraderrotar a tan terrible oponente? Entonces, un joven pastor, que habavenido de Beln con comida para sus hermanos, dio un paso al frente yse ofreci voluntario. Sal se opuso: No podrs ir t contra aquelfilisteo, para pelear con l; porque eres un muchacho y l un hombre deguerra desde su juventud. Pero el pastor se mantuvo firme. Se las habavisto con oponentes ms fieros, aleg. Cuando vena un len, o un oso,y tomaba algn cordero de la manada, le dijo a Sal, sala yo tras l, ylo hera, y lo libraba de su boca. Sal no tena otra opcin. Cedi, y elpastorcillo baj corriendo la pendiente hacia el gigante que le esperaba

  • en el valle. Ven a m, y dar tu carne a las aves del cielo y a las bestiasdel campo, bram el gigante cuando vio aproximarse a su rival. As diocomienzo una de las luchas ms famosas de la historia. El nombre delgigante era Goliat. El pastorcillo se llamaba David.

    2

    David y Goliat es un libro sobre lo que ocurre cuando la gente

    normal se enfrenta a gigantes. Con gigantes me refiero a oponentespoderosos de todo tipo: ya sean ejrcitos y guerreros imbatibles; ya seanla discapacidad, la desgracia o la opresin. Cada captulo cuenta lahistoria de una persona concreta, famosa o desconocida, corriente obrillante, que se ha visto frente a un reto descomunal y ha tenido quereaccionar. Hay que jugar de acuerdo con las reglas u obedecer a losinstintos? Se debe perseverar o cejar en el empeo? Hay que devolverel golpe o perdonar?

    A travs de estas historias, quiero analizar dos ideas. La primera esque mucho de lo que consideramos ms valioso en nuestro mundoproviene de esta clase de enfrentamientos desiguales, porque disputarcuando se tiene todo en contra genera grandeza y belleza. Y la segundaidea es que, una y otra vez, malinterpretamos esta clase de conflictos.Hacemos lecturas errneas. Los comprendemos mal. Los gigantes no soncomo pensamos. Las mismas caractersticas que parecen dotarles defuerza constituyen muchas veces sus puntos dbiles. Y el hecho de ser elque en principio lleva las de perder puede transformar a la gente demodos que a menudo nos cuesta apreciar: puede abrir puertas; crearoportunidades; educar e ilustrar; y hacer factible lo que de otra manerasera impensable. Nos hacen falta mejores pautas para luchar contragigantes, y no hay mejor lugar para comenzar este viaje que el picoduelo entre David y Goliat, hace tres mil aos, en el valle de Ela.

    Cuando Goliat interpel a gritos a los israelitas, les estaba pidiendo

  • lo que se conoca como un duelo individual. Esta era una prcticacomn en la Antigedad. A fin de evitar un bao de sangre en el campode batalla, los dos bandos contendientes elegan a un guerrero como surepresentante en un duelo. Por ejemplo, en el siglo I a. C., el historiadorromano Quinto Claudio Cuadrigario narra un pico combate provocadopor las mofas de un guerrero galo hacia sus oponentes romanos. Estosuscit de inmediato la suma indignacin de Tito Manlio, un joven de lams alta cuna, escribe Cuadrigario. Tito ret a duelo al galo.

    Dio un paso al frente, no fuera a cubrir un galo de ignominia el valor romano. Armado

    con escudo de legionario y espada espaola, confront al galo. La lid tuvo lugar en el mismopuente [sobre el ro Aniene], en presencia de los dos ejrcitos, con los nimos en vilo. Lapelea dio comienzo: el galo, conforme a su modo de luchar, adelantaba el escudo yaguardaba el ataque; Manlio, confiando ms en el coraje que en la habilidad, hizo chocar losescudos y logr desestabilizar al galo. Cuando el galo recuperaba la posicin, Manlio volvia hacer chocar los escudos y oblig a su rival a moverse del terreno. De esta manera, sedesliz bajo la espada del galo y clav la hoja espaola en el pecho del otro [...] Tras darlemuerte, Manlio cort la cabeza del galo, le arranc la lengua y con ella, cubierta comoestaba de sangre, se rode el cuello.

    Esto era lo que Goliat esperaba: otro guerrero dispuesto a una pelea

    cuerpo a cuerpo. No imaginaba que el combate pudiera entablarse deotra manera, y se prepar consecuentemente. Para protegerse de losgolpes dirigidos al cuerpo, vesta una elaborada cota hecha de escamasde bronce superpuestas. Le cubra los brazos y llegaba hasta las rodillas,y probablemente sobrepasara los cincuenta kilos de peso. Tambinportaba grebas tobilleras de lminas de bronce, que se prolongabanhasta cubrir los pies. Sobre la cabeza llevaba un pesado casco de metal.Tena tres armas diferentes, todas ellas ptimas para el combate cuerpoa cuerpo. Blanda una jabalina hecha por entero de bronce, capaz depenetrar un escudo y hasta una armadura. En la cadera llevaba unaespada. Y como primera opcin, aferraba un tipo de lanza especial, paralas distancias cortas, con un asta de metal tan gruesa como un rodillo detelar. Iba sujeta con una cuerda y, mediante un sofisticado juego depesos, poda ser arrojada con una fuerza y precisin extraordinarias. Elhistoriador Moshe Garsiel escribe: A los israelitas, esta lanza fuera delo comn, con su pesada asta y la larga y gruesa hoja de hierro,

  • esgrimida por el fuerte brazo de Goliat, les pareca capaz de atravesarcualquier escudo y armadura de bronce de una vez. Se entiende ahorapor qu ningn israelita se ofreci voluntario para aceptar el reto deGoliat?

    Entonces aparece David. Sal intenta darle su espada y su armadurapara que al menos tenga una posibilidad en la contienda. David lasrechaza. Yo no puedo andar con esto, dice, porque nunca lopractiqu. En lugar de eso, se inclina y escoge cinco piedras lisas, queguarda en su zurrn. Acto seguido, desciende hasta el valle agarrando sucayado. Cuando Goliat ve al nio que se le aproxima, se siente insultado.Esperaba librar batalla contra un soldado experto. Y, sin embargo, antel tiene a un pastor, un muchacho con una de las profesiones msinnobles, que parece querer emplear su cayado de garrota frente a laespada de Goliat. Acaso soy un perro, dice Goliat sealando albastn, que vienes contra m con palos?.

    Lo que sucede a continuacin es materia de leyenda. David coloca unade las piedras en la bolsita de cuero de la honda, y la lanza contra lafrente descubierta de Goliat. El gigante cae, aturdido. David corre hacial, empua la espada de Goliat y le corta la cabeza. Cuando losfilisteos vieron a su paladn muerto, huyeron, explica el relato bblico.

    Esa batalla la gan milagrosamente el ms dbil, alguien que, segntodos los pronsticos, nunca debera haber ganado. As nos hemoscontado esta historia a lo largo de los siglos. Y por eso la expresinDavid y Goliat est integrada en nuestro lenguaje como smbolo de lasvictorias inesperadas. Sin embargo, esta versin de los hechos tiene unproblema: est casi completamente equivocada.

    3

    Los ejrcitos de la Antigedad tenan tres clases de soldados. Los

    primeros formaban la caballera: hombres armados a lomos de sus

  • caballos o en carros. Los segundos pertenecan a la infantera: tropa de apie, con armaduras, espadas y escudos. El tercer grupo se especializabaen las armas arrojadizas, lo que hoy conocemos como artillera: entreellos se contaban los arqueros y, sobre todo, los tiradores con honda.Estos tenan una bolsita de cuero que iba atada por los lados a una largacuerda. Lo que hacan era colocar una piedra o una bola de plomo en elreceptculo, ondearlo describiendo crculos progresivamente msamplios y rpidos, y soltar finalmente un cabo de la cuerda, propulsandola piedra muy lejos.

    Para lanzar los proyectiles se requera muchsima habilidad yprctica. Pero en manos expertas, la honda resultaba un arma mortfera.Algunas pinturas medievales muestran a estos tiradores derribando avesen pleno vuelo. De los tiradores con honda irlandeses se deca quepodan acertar a una moneda all hasta donde les alcanzaba la vista, y enel Libro de Jueces del Antiguo Testamento se comenta que unos tiradoreslanzaban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban. Untirador diestro poda matar o herir de gravedad a su objetivo a unadistancia de hasta doscientos metros[1]. Los romanos tenan incluso untipo especial de tenacillas para extraer las piedras incrustadas en lossoldados alcanzados por las hondas. Imagine ahora que est en unpartido de bisbol de las Grandes Ligas, y frente a usted el pitcheramaga con lanzar la bola contra su cabeza. Algo parecido deba de sentirquien plantaba cara a un tirador de honda..., con la salvedad de que loque se lanzaba en este caso no era una bola de corcho y cuero, sino unpedrusco.

    El historiador Baruch Halpern sostiene que la honda posea unaimportancia capital en las guerras de la Antigedad, de suerte que lostres tipos de soldados se compensaban mutuamente, igual que los gestosdel juego de piedra, papel y tijera. Con sus largas picas y sus armaduras,la infantera poda resistir a la caballera. Esta poda repeler a lostiradores de la artillera, pues los caballos se movan demasiado rpidocomo para ser un buen blanco. Los artilleros resultaban mortferos parala infantera, porque los soldados, entorpecidos por las pesadasarmaduras, eran patos de feria ponindose a tiro de los artilleros que

  • lanzaban sus proyectiles a cien metros de distancia. Por esta raznfracas la expedicin ateniense en Sicilia durante la guerra delPeloponeso, escribe Halpern. Tucdides describe por extenso cmo lapesada infantera ateniense qued diezmada en las montaas a manos dela ligera infantera local, armada principalmente con hondas.

    Goliat es la infantera pesada. Cree que va a entablar un duelo conotro soldado tan pesado como l, al modo de Tito Manlio en su peleacon el galo. Cuando dice: Ven a m, y dar tu carne a las aves del cieloy a las bestias del campo, las palabras clave son ven a m. Significanque invita a su rival a acercarse a l, para iniciar una lucha cuerpo acuerpo. Cuando Sal intenta que David se enfunde la armadura y leentrega la espada, acta bajo la misma premisa. Asume que David va aaceptar una lucha de igual a igual con Goliat.

    Sin embargo, David no tiene ninguna intencin de seguir el ritual deluno contra uno. Cuando le cuenta a Sal que por ser pastor ha tenido quematar a osos y leones, aparte de aportar una prueba de su valor, estsugiriendo otra cosa: que pretende luchar con Goliat del modo en que haaprendido a luchar con los animales salvajes, como un artillero.

    David corre al encuentro de Goliat, porque lo que pierde en armaduralo gana en velocidad y maniobrabilidad. Carga la piedra en la honda, lazarandea trazando crculos, cada vez ms rpidamente, a unas seis osiete revoluciones por segundo, mientras apunta hacia la frente deGoliat: el nico punto vulnerable del gigante. Eitan Hirsch, un experto enbalstica de las Fuerzas de Defensa de Israel, hizo recientemente unaserie de clculos en los que hall que una piedra de tamao medio,lanzada por un experto tirador con honda, a una distancia de treinta ycinco metros, habra impactado en la cabeza de Goliat a treinta y cuatrometros por segundo, velocidad ms que suficiente para perforar elcrneo del rival y dejar a este inconsciente o sin vida. En trminos decapacidad de detencin, esto es equivalente a la fuerza de un revlvermoderno. Creemos, escribe Hirsch, que David pudo disparar yalcanzar a Goliat en poco ms de un segundo, un intervalo tan breve queno habra dejado margen a Goliat para protegerse, ni siquiera paramoverse lo ms mnimo.

  • Qu poda hacer Goliat? Cargaba sobre sus hombros con unoscincuenta kilos de armadura. Estaba preparado para una lucha ms fsica,en la que podra permanecer inmvil, rechazando los golpes con sucoraza mientras asaeteaba al otro con su poderosa lanza. El giganteobserv el avance de David, al principio con desdn, luego consorpresa, y finalmente con lo que tuvo que ser horror: como si de prontohubiera cado en la cuenta de que la batalla que aguardaba haba mutadoen algo muy diferente.

    T vienes a m con espada y lanza y jabalina. Mas yo vengo a ti en elnombre de Jehov de los ejrcitos, el Dios de los escuadrones de Israel,a quien t has provocado, le dijo David a Goliat. Y prosigui: Jehovte entregar hoy en mi mano, y yo te vencer, y te cortar la cabeza [...]Y sabr toda esta congregacin que Jehov no salva con espada y conlanza; porque de Jehov es la batalla, y l os entregar en nuestrasmanos.

    Por dos veces menciona David la espada y la lanza de Goliat, comopara enfatizar lo lejos que se encuentran sus intenciones de todo eso.Luego hurga en su zurrn para sacar una piedra, y en ese punto ningunode los que observaban desde los riscos a ambos lados del valle podaalbergar muchas dudas sobre la victoria de David. Al fin y al cabo eraun tirador con honda, y estos invariablemente vencan a la infantera.

    Las posibilidades de Goliat ante alguien como David eran lasmismas que las de un guerrero de la Edad de Bronce con una espadafrente a uno [oponente] armado con una pistola automtica calibre 45,escribe el historiador Robert Dohrenwend[2].

    4

    Por qu se ha entendido tan mal lo que ocurri ese da en el valle de

    Ela? En un nivel interpretativo, el duelo revela lo insensato de nuestrasasunciones sobre el poder. El rey Sal se muestra escptico ante las

  • posibilidades de David porque este es pequeo y Goliat enorme. Salmide el poder segn la potencia fsica. No cree que pueda conseguirsepor otros medios: por ejemplo, quebrantando las reglas, ocontraponiendo velocidad y efecto sorpresa a la fuerza bruta. Sal no esel nico que ha cometido este error. En las pginas siguientes, pretendodemostrar que seguimos siendo contumaces en la equivocacin, conconsecuencias que afectan, por ejemplo, a cmo educamos a nuestroshijos o a cmo luchamos contra el crimen y los desrdenes pblicos.

    Hay otro nivel interpretativo, menos evidente. Sal y los israelitaspiensan que saben quin es Goliat. Le calibran y llegan a conclusionessobre lo que es capaz de hacer. Sin embargo, no lo estn viendorealmente. La verdad es que el comportamiento de Goliat resultadesconcertante. Se supone que se trata de un guerrero poderoso. Pero noacta como tal. Baja hasta el valle acompaado por un escudero, unsiervo que camina por delante de l y que carga con su escudo. En lostiempos antiguos, era normal que los arqueros se hicieran acompaarhasta la batalla, puesto que un soldado que ha de manejar el arco y lasflechas se quedaba sin manos libres para sostener ninguna clase deproteccin. Entonces, en el caso de Goliat, por qu alguien que sedirige a un combate cuerpo a cuerpo necesita a un tercero para que lelleve un escudo de arquero?

    Y abundando ms: Por qu le dice ven a m a David? Qu leimpide arremeter contra l? El relato bblico subraya la lentitud de losmovimientos de Goliat, lo cual no termina de cuadrar con la figura de unhroe de infinita fuerza. En cualquier caso, por qu no reacciona muchoantes Goliat cuando ve que David baja por la ladera desprovisto deespada, escudo o armadura? Al descubrir al pastorcillo, su primerareaccin es sentirse insultado, cuando debera haber sentido pnico.Parece no percibir lo que se orquesta a su alrededor. Y tampoco puedeobviarse su extrao comentario una vez ha visto a David con su cayadode pastor: Acaso soy un perro, que vienes contra m con palos?.Palos, en plural? David solo aferra uno.

    Lo que muchos expertos en medicina opinan hoy es que Goliat, enrealidad, padeca una grave enfermedad. Su apariencia y sus palabras

  • parecen las propias de alguien que sufre de acromegalia, una enfermedadcausada por un tumor benigno localizado en la glndula pituitaria. Estetumor provoca una superproduccin de la hormona del crecimientohumano, lo cual explicara el excepcional tamao de Goliat. (La personams alta de todos los tiempos, Robert Wadlow, tena acromegalia.Cuando muri, meda 2,72 metros, y al parecer todava no haba dejadode crecer).

    Adems, uno de los efectos secundarios ms comunes de laacromegalia es la visin deficiente. Los tumores pituitarios puedencrecer hasta comprimir los nervios que comunican con los ojos, y a razde esto la gente con acromegalia a menudo ve muy poco o sufre dediplopa, o visin doble. Por qu preceda un escudero a Goliat rumboal valle? Porque el siervo actuaba como su lazarillo. Por qu se muevecon tal lentitud? Porque el mundo a su alrededor es un borrn. Por qule cuesta tanto entender que David ha cambiado las reglas del juego?Porque no llega a ver a David hasta que lo tiene justo delante de susnarices. Ven a m, y dar tu carne a las aves del cielo y a las bestias delcampo, grita, y en ese desafo est insinuada toda su vulnerabilidad.Necesito que vengas hasta m porque no tengo otra forma delocalizarte. Y entonces pronuncia aquello que parece inexplicable:Acaso soy un perro, que vienes contra m con palos?. David solotena un palo, pero Goliat vio dos.

    Lo que los israelitas vean desde las alturas era un gigante intimidante.En realidad, lo mismo que le haba hecho crecer tanto tambin era lacausa de su debilidad. Esto encierra una importante leccin paracualquiera que luche contra gigantes. Los poderosos y los fuertes no sonsiempre lo que parecen.

    David arremeti contra Goliat, animado por el valor y la fe. Goliatestaba ciego ante su acometida, y en un segundo se vio en el suelo,demasiado corpulento y con la vista demasiado turbia para entendercmo haban podido cambiar tanto las tornas. Durante todos estos aos,les hemos contado mal esta clase de cuentos a los nios. David y Goliatpretende enmendar esto.

  • PRIMERA PARTE

  • LAS VENTAJAS DE LAS DESVENTAJAS

    (Y LAS DESVENTAJAS DE LAS VENTAJAS)

    Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada.Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas.

    Proverbios 13, 7

  • CAPTULO 1VIVEK RANADIV

    Fue algo completamente fortuito.Mi padre nunca haba jugado al baloncesto

    1

    Cuando Vivek Ranadiv decidi entrenar al equipo de baloncestode su hija Anjali, se fij dos principios. El primero era que nunca alzarala voz. Se trataba de la liga National Junior, la hermana pequea de lasligas de baloncesto. El equipo lo componan bsicamente nias de doceaos, y las nias de doce aos, lo saba Ranadiv por experienciapropia, no respondan bien a los gritos. Gestionara las cosas sobre lapista de baloncesto, concluy, del mismo modo en que gestionaba suempresa de software. Hablara con una voz calmada y suave, yconvencera a las chicas de lo pertinente de sus ideas apelando a larazn y al sentido comn.

    El segundo principio era ms importante. Ranadiv no entenda elmodo en que se juega al baloncesto en Estados Unidos. l es originariode Mumbai. Creci con el cricket y el ftbol. Nunca olvidara la primeravez que presenci un partido de baloncesto. Le pareci un deportedescerebrado. El equipo A encestaba, y entonces se batainmediatamente en retirada hasta el otro extremo de la cancha. El equipoB sacaba el baln desde uno de los laterales, e iba pasndoselo hastallegar al terreno del equipo A, cuyos jugadores esperaban pacientemente

  • la llegada de sus rivales. Luego el proceso se reanudaba con los papelescambiados.

    Una cancha reglamentaria de baloncesto tiene unos veintiocho metrosde largo. La mayor parte del tiempo, un equipo defiende una cuarta partede ese espacio, concedindole al rival ms de veinte metros.Puntualmente los equipos despliegan una presin a toda pista, es decir,intentan desbaratar todos los intentos del equipo atacante para que lapelota avance desde su lado del campo. Sin embargo, solo se recurre aeste tipo de defensa durante unos pocos minutos. Era como si existierauna especie de conspiracin general sobre el modo en que ha de jugarseal baloncesto, reflexion Ranadiv, y esa conspiracin tena como efectoque se agrandaran las diferencias entre los equipos buenos y los equiposflojos. Los buenos, despus de todo, contaban con jugadores altoscapaces de driblar y encestar; podan ejecutar pulcramente sus jugadascuidadosamente ensayadas en el terreno rival. Entonces, por qu losequipos flojos jugaban de un modo que dejaba va libre a los equiposbuenos para hacer aquello que los volva tan buenos?

    Ranadiv observaba a sus chicas. Morgan y Julia eran unas jugadorasms que decentes. Pero Nicky, Angela, Dani, Holly, Annika y su propiahija, Anjali, no haban jugado al baloncesto en su vida. No eranparticularmente altas. No saban tirar a canasta. Y tampoco destacabanpor sus condiciones para driblar. Tampoco eran de las que se quedan ajugar partidillos todas las tardes. Ranadiv vive en Menlo Park, en elcentro del californiano Silicon Valley. Su equipo estaba formado, comoresuma l, por unas chicas rubias bajitas. Las hijas de los tpicosinformticos y programadores. Chicas que se esmeraban en susproyectos de ciencias y que lean libros gruesos y enrevesados mientrasfantaseaban con convertirse en bilogas marinas. Ranadiv crea que, sijugaban de la manera convencional si permitan que sus rivales sepasaran la pelota hasta su campo sin oposicin, era casi seguro queperderan ante unas chicas para las que el baloncesto representaba unapasin. Ranadiv haba llegado a Estados Unidos con diecisiete aos ycincuenta dlares en el bolsillo. No era de los que aceptan una derrotafcilmente. As que fij su segundo principio: su equipo desplegara una

  • presin a toda pista... durante todo el tiempo, y en todos los partidos. Elequipo termin llegando a los campeonatos nacionales. Fue algocompletamente fortuito, afirmaba Anjali Ranadiv. Mi padre nuncahaba jugado al baloncesto.

    2

    Imagnese que censa en dos grupos los ejrcitos de todas las guerras

    declaradas en los ltimos dos siglos entre pases muy grandes y pasesmuy pequeos. Pongamos que el bando resultante de los grandes es diezveces mayor en poblacin y en potencial blico que el otro. Cul serael porcentaje de victorias del primer bando en su opinin? Creo que lamayora apostaramos por una cifra prxima al cien por cien. Unadiferencia de diez a uno es enorme. Pero la respuesta verdadera tal vezle sorprenda. Cuando el politlogo Ivan Arregun-Toft efectu el clculohace unos aos, el resultado fue del 71,5 por ciento. Casi un tercio de lasveces, el equipo ms dbil vence.

    A continuacin, Arregun-Toft vari ligeramente la formulacin de lapregunta. Qu sucede en las guerras descompensadas cuando el bandoms dbil hace como David y renuncia a luchar del modo en queprefieren los ms fuertes, y emplea tcticas poco convencionales o deguerrilla? La respuesta: en esos casos, el porcentaje de victorias delcontendiente ms dbil asciende del 28,5 por ciento al 63,6 por ciento.Para poner estas cifras en perspectiva, la poblacin de Estados Unidoses diez veces la de Canad. Si los dos pases fueran a la guerra y Canadeligiera luchar con mtodos heterodoxos, la historia sugiere que sudinero estara ms seguro si apostase por Canad.

    Creemos que las victorias de los supuestamente ms dbiles sonhechos inslitos: por eso la historia de David y Goliat ha tenido tantaresonancia a lo largo de los aos. Sin embargo, el trabajo de Arregun-Toft nos indica lo contrario. Los que no son favoritos ganan una y otra

  • vez. Entonces, por qu nos llevamos las manos a la cabeza cada vez queDavid vence a Goliat? Por qu asumimos automticamente que ser mspequeo, ms pobre o ms torpe supone necesariamente una desventaja?

    La lista de matagigantes victoriosos hecha por Arregun-Toft inclua,por ejemplo, a T. E. Lawrence (ms popularmente conocido comoLawrence de Arabia), quien al final de la Primera Guerra Mundialcomand la revuelta rabe contra el ejrcito turco que ocupaba Arabia.Los britnicos estaban ayudando a los rabes sublevados, y su objetivoera destruir la larga va de ferrocarril que los turcos haban tendidodesde Damasco hasta el interior del desierto de Hiyaz.

    Era una misin casi imposible. Los turcos contaban con un formidableejrcito moderno. En cambio, Lawrence lideraba una indmita banda debeduinos. Nada que ver con un ejrcito instruido. Sus hombres erannmadas. Sir Reginald Wingate, uno de los comandantes ingleses en laregin, los llam chusma asilvestrada, la mayora nunca ha disparadoun fusil. Sin embargo, eran duros de pelar y se movan con ligereza. Elequipo de un soldado beduino normal se limitaba a un fusil, unos ciencartuchos y algo ms de dos kilos de harina; y eso les permita recorrerunos 170 kilmetros al da por el desierto, incluso en verano. Para beberles bastaba llevar medio litro de agua, pues se las apaaban muy bienpara hallar agua en el desierto. Nuestras bazas eran la velocidad y eltiempo, no la fuerza de choque, escribi Lawrence. Nuestros hombresprocedan sobre todo de las tribus, gentes poco acostumbradas a lasformalidades de la guerra, cuyas virtudes eran la versatilidad, laresistencia, la inteligencia individual, el conocimiento de la regin y elvalor. El general del siglo XVIII Maurice de Saxe dej dicho que el artede la guerra se fundaba en las piernas, no en las armas, y si las tropas deLawrence tenan algo eran piernas. Veamos a continuacin un periodode actividad normal de sus hombres durante la primavera de 1917: el 24de marzo dinamitaron sesenta vas de tren y cortaron la lnea deltelgrafo en Al Buwayr; el 25 de marzo sabotearon un tren y veinticincovas en Aba el Naam; el 27 de marzo dinamitaron quince vas de tren ycortaron una lnea de telgrafos en Istabl Antar; el 29 de marzo asaltaronuna guarnicin turca e hicieron descarrilar un tren; el 31 de marzo

  • regresaron a Al Buwayr para sabotear de nuevo la lnea de ferrocarril; el3 de abril dinamitaron once vas en Hedia; el 4 y el 5 de abril asaltaronla lnea de tren en la zona de Wadi Daiji; y el 6 de abril protagonizarondos ataques ms.

    El golpe maestro de Lawrence fue el asalto a la ciudad portuaria deqaba. Los turcos esperaban un ataque de la flota inglesa que patrullabalas aguas del golfo de qaba al oeste. En lugar de eso, Lawrencedecidi atacar por el este, abalanzndose sobre la ciudad desde eldesguarnecido desierto. Para lograr esto, tuvo que guiar a sus hombresen un rodeo de casi mil kilmetros: partiendo de Hiyaz para dirigirse alnorte por el desierto sirio; y luego bajando hasta qaba. La hazaa serealiz en verano, a travs de uno de los territorios ms inhspitos deOriente Prximo, y Lawrence an tuvo arrestos para desviarse hasta lasinmediaciones de Damasco, a fin de confundir a los turcos sobre susintenciones. Aquel ao el valle pareca hervir de vboras cascabel yvboras bufadoras, cobras y serpientes negras, anota Lawrence en Lossiete pilares de la sabidura, al ocuparse de una etapa en su travesa.

    No podamos conseguirnos agua con facilidad tras el crepsculo, pues para entonces

    las serpientes nadaban en las charcas o se apiaban hechas nudos en las orillas. Por dosveces se deslizaron vboras bufadoras en nuestro vigilante corro mientras tombamos caf yconversbamos. Tres de nuestros hombres murieron por mordeduras; cuatro serecuperaron tras pasar muchos miedos y dolores, adems de la hinchazn de la extremidadenvenenada. El tratamiento de los howeitat consista en vendar la parte afectada con unemplasto de piel de serpiente, y luego en leerle al doliente captulos del Corn hasta quemora.

    Cuando finalmente lograron llegar a qaba, la banda de cientos de

    guerreros liderada por Lawrence mat o hizo cautivos a mil doscientosturcos. En sus filas solo hubo dos bajas. A los turcos les haba parecidoinconcebible que sus contrincantes pudieran estar tan locos como paracaer sobre ellos desde el desierto.

    Sir Reginald Wingate llam a los hombres de Lawrence chusmaasilvestrada. Para l los turcos eran los indiscutibles favoritos. Perono le resulta extrao que pensara eso? Sin duda, contar con muchossoldados, armas y recursos, como los turcos, es una ventaja. No obstante,

  • esto tambin bloquea tus movimientos y te pone a la defensiva. Encambio, la versatilidad, la resistencia, la inteligencia individual, elconocimiento de la regin y el valor, aquellas cualidades que loshombres de Lawrence tenan en abundancia, les posibilitaron loimposible, en este caso atacar qaba desde el este, siguiendo unaestrategia tan audaz que los turcos fueron incapaces de anticiparla. Hayuna clase de ventajas que tiene que ver con los recursos materiales, yotra con la falta de recursos materiales; y el motivo por el que los menosfavoritos ganan tan a menudo es que en ocasiones la segunda vale tantocomo la primera.

    Por algn motivo, nos cuesta mucho aprender esta leccin. Opino quenuestra definicin de ventaja es muy rgida y limitada. Pensamos que nosayudan cosas que realmente nos perjudican; y otras que pensamos quenos perjudican en realidad nos hacen ms fuertes y sabios. La primeraparte de David y Goliat pretende analizar las consecuencias de esteerror. Cuando vemos al gigante, por qu asumimos automticamente quela balanza se inclina a su favor? Y qu es lo que distingue a laspersonas que no aceptan el curso normal de las cosas como algoinevitable, como David, Lawrence de Arabia o, por qu no, VivekRanadiv y su pandilla de frikis de Silicon Valley?

    3

    El equipo de baloncesto de Vivek Ranadiv jugaba en la divisin

    para los equipos de sptimo y octavo de la liga National Junior,representando a Redwood City. Las chicas entrenaban en Payes Place,un gimnasio en la cercana San Carlos. Como Ranadiv no haba jugadonunca al baloncesto, reclut como ayudantes a un par de expertos. Elprimero era Roger Craig, un exatleta profesional que trabajaba para laempresa de software de Ranadiv[3]. Tras Craig, la siguiente enincorporarse fue su hija Rometra, que haba jugado al baloncesto en la

  • universidad. Rometra era el tipo de persona a la que se le encargaba ladefensa de la estrella rival para desactivarla. Las chicas del equipo laadoraban. Siempre ha sido como mi hermana mayor, deca AnjaliRanadiv, fue fantstico tenerla con nosotras.

    La estrategia de Redwood City giraba en torno a los dos lmites detiempo que los equipos de baloncesto deben respetar cuando tienen lapelota. El primero empieza con el saque de fondo. Cuando un equipoencesta, el encargado de sacar por el otro bando tiene cinco segundospara darle la pelota a un compaero. Si se sobrepasa ese tiempo, laposesin va al rival. Esto no suele ser muy determinante, porque losequipos rara vez se quedan para defender el saque de fondo.Normalmente se dirigen a toda prisa hacia su propio campo. RedwoodCity no haca eso. Cada una de sus jugadoras segua como una sombra asus rivales. Cuando algunos equipos despliegan la presin, el defensorse mueve tras el atacante para entorpecerlo una vez ha recibido la pelota.Sin embargo, las chicas de Redwood City aplicaron una estrategia msagresiva y temeraria. Se colocaban delante de sus rivales paraimpedirles siquiera recibir en el saque de fondo. Y la jugadora quepona la pelota en juego quedaba libre de marca. Para qu molestarse?Ranadiv empleaba a su jugadora sobrante como comodn para realizarun dos contra uno con la estrella rival.

    Piensa en el ftbol, comentaba Ranadiv. El quarterback puedecorrer con el baln. Tiene todo el campo para lanzarlo, y aun as leresulta muy complicado dar un pase bueno. El baloncesto era msdifcil. Un campo ms pequeo. Un lmite de cinco segundos. Y unapelota ms grande y pesada. La mitad de las veces, los equipos que seenfrentaban a Redwood City ni siquiera conseguan hacer el saque defondo dentro de los cinco segundos estipulados. O si no, la encargadadel saque era presa del pnico, viendo que su tiempo se agotaba, ylanzaba la pelota a ciegas. O haca un mal pase que interceptaban lasjugadoras de Redwood City. Las chicas de Ranadiv se movan comoobsesas.

    El segundo lmite de tiempo en el baloncesto exige que el equipo conla pelota traspase la mitad del campo en menos de diez segundos. As

  • pues, cuando las contrincantes de Redwood City lograban salvar elprimer lmite, y hacan el saque de fondo a tiempo, las chicas ponan suscinco sentidos en esos diez segundos de plazo. Se abalanzaban sobre lajugadora que haba recibido la pelota y la capturaban. Anjali era lacapturadora oficial. Lanzaba un sprint para hacer un dos contra uno,mientras extenda los brazos a lo largo y a lo ancho. A veces robaba lapelota. Otras veces la atacante tiraba el baln aterrorizada, o si noterminaba encajonada e inmovilizada, hasta que el rbitro haca sonar susilbato.

    Cuando comenzamos, nadie saba cmo hacer una defensa ni nadaparecido, contaba Anjali. As que mi padre se pasaba todo el partidorepitindonos: Vuestro cometido es defender a alguien y aseguraros deque nunca reciba en los saques de fondo. No hay sensacin mejor querobarle la pelota a alguien. Nuestro juego era presin y robo, y hacamoseso una y otra vez. Eso pona nerviosas a las rivales. Haba equiposmucho mejores que nosotras, que llevaban mucho tiempo jugando, y sinembargo les ganbamos.

    Las jugadoras de Redwood City se ponan por delante 4-0, 6-0, 8-0,12-0. En una ocasin llegaron a 25-0. Como normalmente se hacan conla pelota bajo el aro de sus rivales, apenas tenan que recurrir a los tirosde larga distancia, que siempre tienen porcentajes de acierto menores yexigen ms destreza y prctica. Lo suyo eran las bandejas. En una de lasescasas derrotas de Redwood City ese ao, solo tenan cuatro jugadorasdisponibles. Y aun as presionaron. Por qu no? Al final perdieron solopor tres puntos.

    Gracias a la defensa podamos ocultar nuestras debilidades,analizaba Rometra Craig. Podamos esconder que no disponamos debuenas tiradoras exteriores. Tambin que no ramos precisamente lasms altas. Si nos aplicbamos a fondo en la defensa, podamos robar lapelota para conseguir bandejas fciles. Yo era franca con las chicas. Lesdeca: No somos el mejor equipo de baloncesto de la liga. Pero cadauna de ellas entenda cul era su papel. Una chica de doce aos estabadispuesta a dejarse la piel por Rometra. Eran fantsticas, conclua.

    Lawrence atac a los turcos donde eran ms frgiles, en las estaciones

  • del ferrocarril ms lejanas y desrticas, y no en sus bastiones. El equipode Redwood City atacaba el saque de fondo de sus rivales, ese momentodel juego en el que un equipo bueno es tan vulnerable como uno malo.David rechaz iniciar un combate cuerpo a cuerpo con Goliat, porquesaba que llevaba las de perder. Mantenindose a una distanciaprudencial, convirti todo el valle en su campo de batalla. Las chicas deRedwood City aplicaron la misma tctica. Defendan los veintiochometros de una cancha de baloncesto. La presin a toda pista es piernas,no armas. Suple la habilidad con esfuerzo. Es baloncesto para quienes,como los beduinos de Lawrence, estn poco acostumbrados a lasformalidades de la guerra, cuyas virtudes [son] la versatilidad, laresistencia, la inteligencia individual, el conocimiento de la regin y elvalor.

    Como estrategia es realmente agotadora deca Roger Craig.Ranadiv y l se hallaban en una sala de reuniones de la empresa desoftware del primero, mientras rememoraban esa temporada de ensueo.Ranadiv estaba junto a la pizarra, e ilustraba con diagramas lascomplejidades de la presin de Redwood City. Craig se sentaba a lamesa.

    Mis chicas tenan que estar ms en forma que las otras apuntabaRanadiv.

    Las pona a correr de veras! intervena Craig, asintiendo.Durante los entrenamientos, seguamos estrategias del ftbol

    comentaba Ranadiv. Las hacamos correr sin parar. No podaensearles la tcnica en un periodo tan corto de tiempo, as que nosaseguramos de que estuvieran en forma y les explicamos los rudimentosdel juego. La actitud es fundamental en el baloncesto, porque siempreterminas agotado.

    Ranadiv deca agotado con un tono aprobatorio. Su padre fue unpiloto al que el Gobierno indio encarcel por no cejar en sus denunciassobre la falta de seguridad de los aviones del pas. Ranadiv ingres enel MIT tras ver un documental en el instituto y decidir que era el sitioidneo para l. Esto suceda en los aos setenta del siglo pasado, cuandosalir al extranjero para realizar estudios universitarios requera que el

  • Gobierno indio autorizara la entrega de divisa extranjera; y Ranadivacamp en el exterior de la oficina del gobernador del Banco de Reservade la India hasta que consigui su dinero. Ranadiv es esbelto y delgado,y sus andares lnguidos transmiten una cierta imperturbabilidad. Peroesto no debe confundirse con indolencia. Los Ranadiv son implacables.

    Cul era nuestro grito de guerra? deca Ranadiv, y gir lacabeza hacia Craig.

    Los dos hombres se quedaron pensativos un instante, y luego gritaronsonrientes al unsono:

    Un, dos, tres, actitud!Toda la filosofa de Redwood City se resuma en la voluntad de

    ponerle ms empeo que nadie.En una ocasin, unas chicas nuevas se unieron al equipo

    recordaba Ranadiv, y en el primer entrenamiento con ellas les dije:Mirad, esto es lo que vamos a hacer, y se lo mostr. Les dije: Tododepende de la actitud. Y haba una de las nuevas que me preocupaba,porque pareca no haber entendido lo de la actitud. Luego, cuando dimosnuestro grito de guerra, ella repuso: No, no es as; no es Un, dos, tres,actitud. Es Un, dos, tres, hurra!.

    En ese instante tanto Ranadiv como Craig rompan a rer.

    4

    En enero de 1971, los Rams de la Universidad de Fordham se

    enfrentaban a los Redmen de la Universidad de Massachusetts. Elchoque tena lugar en Amherst, en el legendario pabelln conocido comoel Cage [Celda], donde los Redmen no haban perdido un partido desdediciembre de 1969. Sus nmeros eran 11 victorias y 1 derrota. Laestrella de los Redmen no era otro que Julius Erving, Doctor J., uno delos mejores deportistas que haya pisado nunca una cancha de baloncesto.El equipo de Massachusetts era realmente brillante. Por el contrario,

  • Fordham era un equipo de fajadores compuesto por chicos del Bronx yBrooklyn. Su pvot se haba hecho trizas la rodilla durante la primerasemana de entrenamientos y era baja, con lo cual su jugador de ms tallaapenas llegaba al 1,95. El alero titular, y los aleros no suelen irles a lazaga en altura a los pvots, era Charlie Yelverton, que rondaba el 1,85.Sin embargo, en cuanto son la bocina, los Rams desplegaron unapresin a toda pista y no bajaron la intensidad en ningn momento. Enpalabras de Digger Phelps, el entrenador de Fordham entonces: Nospusimos muy rpido con una ventaja de 13-6, y el resto del choque fueuna autntica batalla. Estamos hablando de chicos duros de ciudad.Jugbamos los veintiocho metros del parqu. Sabamos que antes odespus te acabaramos resquebrajando. Phelps iba turnando a susjugadores, esos infatigables chicos irlandeses e italianos del Bronx, en ladefensa de Erving, y uno tras otro terminaban eliminados por faltas.Ninguno era tan bueno como Erving. Pero no import. Fordham seimpuso 87-79.

    En el mundo del baloncesto, se suceden las historias sobre partidoslegendarios en los que David venci a Goliat gracias a una presin atoda pista. Pero lo enigmtico del caso es que la tctica nunca se hapopularizado. Qu hizo Digger Phelps la temporada siguiente a esasorprendente victoria frente a Massachusetts? Nunca volvi a emplear lapresin a toda pista del mismo modo. Y Jack Leaman, el entrenador deMassachusetts, que recibi una cura de humildad en su casa a manos deunos chicos de la calle, aprendi la leccin y us la presin la siguientevez que se enfrent a un equipo mucho ms flojo? No lo hizo. Muchagente del mundillo desconfa de la presin porque le encuentra fallos:puede ser desarbolada por un equipo bien dirigido que cuente conbuenos manejadores del baln y astutos pasadores. Al mismo Ranadivno le cuesta admitir esto. Lo nico que tenan que hacer los rivales paraderrotar a Redwood City era devolverles la presin. Las chicas no eranlo bastante buenas como para probar una dosis de su propia medicina.Sin embargo, todas estas objeciones nos distraen de lo fundamental. Silas chicas de Ranadiv o los pundonorosos fajadores de Fordhamhubieran jugado del modo convencional, les habran endosado una paliza

  • de treinta puntos de diferencia. La presin era la mejor opcin de lassupuestas vctimas para derrotar a Goliat. As que, aplicando la lgica,todos los equipos pequeos deberan usar la frmula, no? Entonces,por qu no lo hacen?

    Arregun-Toft se top con el mismo patrn desconcertante. Cuando losdbiles luchaban como David, solan salir vencedores. Pero la mayorade las veces, los dbiles renunciaban a luchar como David. En los 202conflictos recogidos en la base de datos de Arregun-Toft, elcontendiente ms dbil escoga luchar contra Goliat de igual a igual, almodo convencional, 152 veces, terminando derrotado en 119 ocasiones.En 1809, los peruanos desafiaron directamente a las tropas espaolas yperdieron; en 1816, los georgianos pelearon de frente con los rusos ytambin perdieron; en 1817, los pindari arremetieron contra losbritnicos y cayeron; en la rebelin kandiana de 1817, el pueblo de SriLanka luch de t a t con los britnicos y tambin termin derrotado; en1823, los birmanos optaron por la guerra convencional contra losbritnicos y tampoco les fue mejor. La lista de fracasos es infinita. Enlos aos cuarenta del siglo pasado, la insurgencia comunista en Vietnamconstituy un terrible dolor de cabeza para los franceses hasta que, en1951, Vo Nguyen Giap, el estratega del Viet Minh, se pas a la guerraconvencional y las derrotas en su bando no tardaron en encadenarse.George Washington hizo lo mismo durante la guerra de la Independenciade Estados Unidos, cuando abandon la guerra de guerrillas que habaresultado tan favorable a los colonos durante las etapas iniciales de lacontienda. Escribe William Polk en Polticas violentas, una crnicasobre las guerras fuera de los cauces normales: En cuanto pudo,[Washington] dedic todas sus energas a formar un ejrcito como elbritnico, el Continental. Esta decisin le condujo a una sucesin dederrotas y casi le hizo perder la guerra.

    Para no juzgar absurdas tales actitudes, viene bien recordar la largamarcha de Lawrence por el desierto para llegar a qaba. Resulta msfcil vestir a los soldados con uniformes relumbrantes y ponerlos adesfilar al son de los tambores que hacerles recorrer mil kilmetros encamello a travs de un desierto plagado de serpientes. Resulta ms fcil,

  • y ms gratificante, volver corriendo hasta tu campo tras cada canastapara recomponer las filas y ejecutar jugadas perfectamentecoreografiadas que desplegarse como un enjambre, moviendo losbrazos sin parar, a fin de no ceder ni un centmetro de la cancha debaloncesto. Las estrategias de los matagigantes cuestan.

    La nica persona que pareci asimilar las lecciones de ese memorablepartido entre Fordham y la Universidad de Massachusetts fue un basepequeo y enjuto del equipo de novatos de Massachusetts, un tal RickPitino. Ese da no salt a la cancha. Se qued mirando en el banquillo,con los ojos bien abiertos. Ms de cuatro dcadas despus, an puederecitar de memoria los nombres de casi todos los jugadores de Fordham:Yelverton, Sullivan, Mainor, Charles, Zambetti.

    Pusieron en prctica la presin de equipo ms increble que hayavisto nunca, deca Pitino. Cinco chicos rondando el 1,90. Costabacreer cmo cubran todo el campo. Lo analic. No tenan que habernosganado de ningn modo. En el Cage ramos imbatibles.

    Pitino se convirti en el entrenador de la Universidad de Boston en1978, a los veinticinco aos de edad, y usando la presin logrclasificar a su equipo para el torneo de la NCAA por primera vez enveinticuatro aos. En su siguiente destino como entrenador, ProvidenceCollege, Pitino tom las riendas de un equipo que haba concluido el aoanterior con un total de 11 victorias y 20 derrotas. Los jugadores eranbajos y no precisamente talentosos: un duplicado de los Fordham Rams.Presionando sin tregua, terminaron a un partido de colarse en loscampeonatos nacionales. A lo largo de su carrera, Pitino ha cosechadouna sucesin de logros extraordinarios con solo una parte del talento desus contrincantes.

    Todos los aos vienen muchos entrenadores a que les ensee lapresin, afirmaba Pitino. Ahora ocupa el banquillo de la Universidadde Louisville, y Louisville se ha convertido en La Meca de todos losDavides que intentan aprender el modo de batir a sus Goliats. Memandan e-mails. Me dicen que no les sale. Que no saben si sus jugadoresresistirn. Pitino sacuda la cabeza. Nosotros entrenamos dos horastodos los das. Los jugadores estn sin parar al menos el 98 por ciento

  • de las sesiones. No perdemos mucho tiempo hablando. Cuando hacemosnuestras correcciones [es decir, cuando Pitino y sus ayudantes detienenel juego para dar instrucciones], las intervenciones no duran ms de sietesegundos, para que las pulsaciones no bajen. Estamos siempretrabajando. Siete segundos! Los entrenadores que llegan a Louisvillese sientan en las gradas, contemplan semejante derroche de energa y sedesesperan. Para jugar como David uno ha de estar desesperado. Erest a n malo que no tienes otra opcin. Pero los equipos de esosentrenadores eran, como poco, decentes, y ellos saban que la estrategiano funcionara en su caso. Nunca convenceran a sus chicos para jugarcon tamaa intensidad. No estaban tan desesperados. Y Ranadiv? l sque lo estaba. No haba ms que ver la incompetencia de sus chicas paradar un buen pase, driblar o tirar. Aunque lo que pareca su mayordesventaja no lo era en absoluto. Precisamente, fue lo que hizo posiblesu estrategia ganadora.

    5

    Una de las consecuencias que trajeron las primeras victorias de

    Redwood City fue que los entrenadores rivales comenzaron a picarse.Haba la opinin de que las de Redwood City no jugaban limpio; que erainapropiado emplear la presin a toda pista con chicas de doce aos,que apenas comenzaban a interiorizar los fundamentos del juego. Elobjetivo del baloncesto de las categoras inferiores, afirmaba el corodisidente, era aprender a jugar bien el deporte. Las chicas de Ranadiv,en su opinin, no jugaban de verdad al baloncesto. Por supuesto, sepuede argir que al aplicar la presin esas chicas reciban una leccinmucho ms valiosa: que el esfuerzo puede tumbar a la habilidad, y quelas convenciones no existen ms que para ser desafiadas. Pero losentrenadores del lado menos agradable de los marcadores obtenidos porRedwood City no estaban tan dispuestos a entrar en cuestiones

  • filosficas.Hubo uno que quera que saliramos a pegarnos al aparcamiento

    recordaba Ranadiv. Era un to grandote. Tena todas las pintas dejugar al ftbol y al baloncesto, y no aguantaba que un tipo delgaducho yextranjero le ganara en su deporte. Me quera dar una paliza.

    Roger Craig afirmaba que en ocasiones se quedaba estupefacto antelas escenas que presenciaba.

    Los otros entrenadores se ponan a vociferarles a sus chicas y lashumillaban con tanto grito. Increpaban a los rbitros: Eso es falta! Esoes falta!. Pero no hacamos falta. Solo plantebamos una defensa muyagresiva.

    Una vez estbamos jugando contra el equipo de East San Jose deca Ranadiv. Llevaban aos jugando. Eran chicas que habanmamado el baloncesto desde pequeas. Y las estbamos aplastando. Nospusimos creo que 20-0. No les dejbamos ni sacar siquiera, y suentrenador se ofusc tanto que agarr la silla y la lanz por los aires. Sepuso a chillar a sus jugadoras y, por supuesto, cuanto ms les chilles aunas chicas de esa edad, ms nerviosas se pondrn. Ranadiv negabacon la cabeza. Nunca, nunca, alces la voz. Al final, el rbitro sac aempujones a ese tipo del pabelln. Tuve miedo. Creo que l no podatolerar que esas chicas rubias, que eran claramente inferiores comojugadoras, estuvieran dndoles semejante correctivo.

    Todas las cualidades que distinguen al jugador ideal de baloncesto sebasan en la tcnica y en una ejecucin afinadamente calibrada. Cuando eljuego pasa a estar determinado por el esfuerzo, se transforma en algoirreconocible: una mezcla chocante de jugadas interrumpidas y demiembros en constante agitacin, en la que los jugadores habitualmentems competentes sienten pnico y arrojan la pelota fuera del campo. Hayque ser un autntico marginal, por ejemplo un extranjero desconocedordel juego o un chico flacucho de Nueva York que se sienta en un extremodel banquillo, para reunir la suficiente audacia y ponerse a jugar as.

    T. E. Lawrence logr triunfar porque encarnaba lo opuesto al tpicooficial del ejrcito britnico. No se haba licenciado con honores en unade las academias militares inglesas ms renombradas. Era arquelogo de

  • profesin y escriba una prosa muy sutil. Acuda a ver a sus superioresen sandalias y vestido con el atuendo beduino completo. Hablaba rabecomo un nativo y manejaba los camellos como si hubiera estadomontando uno toda su vida. No le importaba nada lo que la ortodoxiamilitar pudiera opinar de su chusma asilvestrada, porque su suerte nodependa de lo que dijeran los altos estamentos. Pensemos tambin enDavid. Deba de saber que exista un protocolo en los duelos con losfilisteos, espada contra espada. Pero l era pastor, una de lasprofesiones ms humildes en la sociedad de la Antigedad. No le ataanlos puntillismos del ritual militar.

    Gastamos mucho tiempo pensando en los grandes beneficios que nosaportan el prestigio, los recursos y la relacin con instituciones de lite.Y no pensamos lo suficiente en cmo esas ventajas materiales muchasveces limitan nuestras opciones. Vivek Ranadiv permaneca de pie enlos laterales mientras los padres de los equipos rivales le lanzaban lospeores improperios. La mayora se hubiera achantado ante tantaanimosidad. Pero no Ranadiv. Fue algo completamente fortuito. Mipadre nunca haba jugado al baloncesto. As que por qu tena queimportarle lo que el mundillo del baloncesto pensara de l? Ranadiventrenaba a unas jugadoras mediocres de un deporte del que lodesconoca todo. Era un inadaptado y llevaba las de perder, y eso leotorg la libertad de probar cosas con las que nadie ms haba soado.

    6

    En los campeonatos nacionales, las chicas de Redwood City ganaron

    sus dos primeros partidos. Sus rivales en la tercera ronda provenan delprofundo Orange County. Jugaban como anfitrionas y adems seencargaban de aportar el rbitro. El partido se disputaba a las ocho de lamaana. Las jugadoras de Redwood City abandonaron el hotel a las seispara evitar embotellamientos. A partir de ah, todo fue cuesta abajo. El

  • rbitro no se crey lo del Un, dos, tres, actitud, hurra!. No pensabaque el baloncesto consistiera en impedir que el rival sacara de fondo.Empez a pitar una falta personal tras otra.

    Cualquier contacto era falta deca Craig. El mnimo roce. Ledola recordar aquello.

    Mis chicas no lo entendan intervena Ranadiv. El rbitro nospit como cuatro veces ms faltas que a las rivales.

    La gente nos abucheaba segua Craig. Fue desagradable.Una proporcin de dos a uno puede entenderse. Pero cuatro veces

    ms? Ranadiv sacuda la cabeza.Eliminaron a una de las chicas por faltas.No desfallecimos. Todava tenamos una oportunidad de ganar.

    Pero...Ranadiv orden a sus chicas que abandonaran la presin. Tena que

    hacerlo. Las jugadoras de Redwood City se retiraron hasta su campo yobservaron pasivas el avance de sus rivales. Las chicas de RedwoodCity no corran. Pausaban el juego y deliberaban entre ellas cuandotenan la posesin de la pelota. Se pusieron a jugar al baloncesto delmodo en que se supone que hay que jugar, y terminaron perdiendo.Aunque no sin haber demostrado antes que Goliat no es tan gigante comol se cree.

  • CAPTULO 2TERESA DEBRITO

    En mi clase ms numerosa haba veintinueve nios. Oh, aquello fuedivertido

    1

    Cuando se construy la escuela secundaria de Shepaug Valley paracubrir las necesidades de los nios del baby boom, cada maana salandesparramados de los autobuses escolares trescientos estudiantes. Eledificio tena en la entrada una hilera de puertas dobles para asimilar laestampida, y los pasillos estaban tan concurridos como una autopista.

    Pero estamos hablando de los viejos tiempos. El baby boom ya pas.Y las parejas adineradas de Nueva York descubrieron el buclico rincnde Connecticut donde est emplazado Shepaug, con sus encantadorespueblos coloniales y sus serpenteantes caminos rurales. Los precios dela vivienda subieron. Las familias ms jvenes ya no podan permitirsevivir en la zona. La matrcula baj entonces a 245 alumnos, y pronto apoco ms de 200. Hoy el sexto curso del centro cuenta con 80 alumnos.Atendiendo a las cifras de estudiantes de las escuelas de enseanzaprimaria de la regin, el nmero en breve posiblemente se quede en lamitad, con lo cual la ratio por clase ser menor que la media del pas. Loque antes era una escuela bulliciosa se ha convertido en algo ntimo.

    Enviara a sus hijos a la escuela secundaria de Shepaug Valley?

  • 2

    La historia de Vivek Ranadiv y su equipo de baloncesto sugiere que

    nuestros juicios sobre lo que es una ventaja o una desventaja no sonsiempre correctos, y que muchas veces confundimos esas dos categoras.Tanto en este captulo como en el siguiente voy a aplicar estasimpresiones a dos preguntas sobre la educacin aparentemente sencillas.Digo aparentemente porque a primera vista lo parecen, pero, como notardaremos en descubrir, son lo opuesto a eso.

    La primera de estas preguntas sencillas es la que acabo de formularlesobre la escuela de Shepaug Valley. Mi suposicin es que a usted leencantara tener a su hijo en una de esas clases tan particulares.Prcticamente en cualquier parte del mundo, padres y legisladores danpor sentado que las clases pequeas son las mejores. En los ltimosaos, los Gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaa, Holanda, Canad,Hong Kong, Singapur, Corea y China, por nombrar solo a unos pocos,han dado pasos importantes para reducir el tamao de las aulas. Cuandoel gobernador de California anunci un plan de choque para bajar laratio por clase en el estado, a las tres semanas su ndice de popularidadse haba doblado. En el plazo de un mes, otros veinte gobernadoresanunciaron sus propios planes para no perder comba y, al cabo de unmes y medio, la Casa Blanca inform de que haba ideado sus propiasmedidas para reducir las ratios. En la actualidad, el 77 por ciento de losestadounidenses preferira que el dinero de sus impuestos se empleara enreducir las ratios antes que en subirles el sueldo a los profesores. Sabenlo difcil que es poner al 77 por ciento de los estadounidenses deacuerdo en algo?

    En el pasado, la clase ms nutrida en Shepaug Valley tena veinticincoalumnos. Ahora ese nmero se ha reducido a quince. Esto significa quelos estudiantes de Shepaug reciben hoy una atencin mucho ms

  • personalizada de sus profesores; y el sentido comn nos dice que, cuantams atencin reciban los alumnos de sus profesores, mejor ser laeducacin que obtengan. El rendimiento de los estudiantes en la nuevaversin ntima de Shepaug Valley debera ser mejor que el de suspredecesores en la atiborrada Shepaug, no es as?

    Hay una manera esplndida de valorar si esto es cierto. EnConnecticut abundan las escuelas del estilo de Shepaug. Es un estado depueblos pequeos con colegios pequeos, y las escuelas pequeas de lospueblos pequeos son especialmente susceptibles a los vaivenes en latasa de natalidad y los precios de la vivienda; a raz de eso, un cursopuede quedarse vaco un ao y estar lleno al siguiente. Ofrezco acontinuacin las cifras de las matrculas del quinto curso en otra escuelasecundaria de Connecticut:

    1993 18 2000 211994 11 2001 231995 17 2002 101996 14 2003 181997 13 2004 211998 16 2005 181999 15

    En 2001, haba veintitrs alumnos en quinto curso. Y el siguiente aobajaron a diez! Entre 2001 y 2002, no se produjo ningn cambio en elcentro. Tenan a los mismos profesores, al mismo director, los mismosmanuales. Se trataba del mismo edificio en el mismo municipio. Laeconoma local y el censo apenas sufrieron alteraciones. El nicocambio apreciable era el del nmero de estudiantes en quinto curso.Entonces, en el supuesto de que los alumnos del curso con mayormatrcula hubieran cosechado mejores resultados que sus compaerosdel ao siguiente, podramos deducir que el tamao de la clase fue elfactor determinante, no?

    Esto es lo que viene a denominarse un experimento natural. Algunos

  • cientficos, con el objetivo de someter a prueba sus hiptesis, preparanexperimentos formales. Pero, de tanto en tanto, el mundo realproporciona situaciones no forzadas donde pueden analizarse las mismasteoras, lo cual presenta un nmero considerable de ventajas. As quequ pasa si tomamos las estadsticas de Connecticut y comparamos lasnotas anuales de todos los nios de clases pequeas con las de los niosde aulas llenas? La economista Caroline Hoxby ha hecho esoprecisamente, tomando como muestra todas las escuelas de enseanzaprimaria del estado de Connecticut. Y qu es lo que encontr? Nada!Muchos estudios afirman no haber sido capaces de hallar unarepercusin estadsticamente significativa de los cambios en polticaeducativa, afirma Hoxby. Eso no quiere decir que no tengan ningunarepercusin. Simplemente no salen a relucir en las cifras. En esteestudio, trabaj con estimaciones muy precisas que se acercaban al cero.Yo obtuve un cero exacto. En otras palabras, no tienen ningunarepercusin.

    Por supuesto, estamos hablando de un nico estudio. Pero el panoramano se aclara lo ms mnimo si ojeamos todos los trabajos sobre ratios, yhay cientos, que se han efectuado a lo largo de los aos. El 15 por cientohalla pruebas estadsticamente significativas de que los estudiantesrinden ms en aulas reducidas. Aproximadamente el mismo porcentajeconcluye que en las aulas reducidas a los estudiantes les va peor. El 20por ciento coincide con Hoxby y no advierte ninguna diferencia. Al hacerbalance, observamos que hay dos grupos muy repartidos que defiendenideas opuestas, y eso nos previene de extraer ninguna conclusindefinitiva. Veamos un prrafo de conclusiones representativo de estetipo de trabajos:

    En cuatro pases Australia, Hong Kong, Escocia y Estados Unidos nuestra

    estrategia de identificacin lleva a estimaciones altamente imprecisas que no permitenrealizar ninguna afirmacin segura sobre la influencia del tamao de la clase. En dos pasesGrecia e Islandia, parecan existir efectos beneficiosos nada desdeables para lasclases de tamao reducido. Francia es el nico pas donde parecen existir diferencias dignasde consideracin entre la enseanza de las matemticas y las ciencias: mientras que en elcaso de las matemticas se apreciaba un efecto estadsticamente significativo y mensurable,se deba descartar una influencia anloga del tamao reducido del aula en las ciencias. Los

  • nueve sistemas educativos en los que pueden descartarse efectos a gran escala tanto enmatemticas como en ciencias por la reduccin de las ratios son: los dos existentes enBlgica, Canad, la Repblica Checa, Corea, Portugal, Rumana, Eslovenia y Espaa.Finalmente, podemos descartar una relacin causa-efecto ntida en dos pases: Japn ySingapur.

    Ha prestado atencin? Tras revisar miles de documentos con los

    resultados de los alumnos de dieciocho pases, los economistasconcluan que solo haba dos sitios en el mundo, Grecia e Islandia,donde se advertan efectos beneficiosos nada desdeables para lasclases de tamao reducido. Grecia e Islandia? Entre 1996 y 2004, enEstados Unidos hubo que contratar a un cuarto de milln de profesoresnuevos para bajar las ratios por aula. Durante ese periodo, el gasto poralumno en el pas se increment un 21 por ciento; decenas de miles demillones de dlares que bsicamente se destinaron a pagar a todos esosprofesores nuevos. Podemos decir sin miedo a equivocarnos que en lasdos ltimas dcadas no ha habido otra profesin en el mundo que hayacrecido tanto (ni en el nmero, ni en el ritmo del crecimiento, ni en elgasto final) como la de profesor. Y si un pas tras otro han invertido esassumas es porque, cuando miramos a una escuela como la de ShepaugValley, en la que los profesores pueden conocer personalmente a susalumnos, pensamos: Ese es el sitio al que me gustara enviar a mi hijo.Sin embargo, la evidencia sugiere que eso que juzgamos una gran ventajatal vez no lo sea en absoluto[4].

    3

    No hace mucho, estuve sentado al lado de uno de los hombres ms

    poderosos de Hollywood. Empez hablndome de su infancia enMinepolis. Al comienzo del invierno, se recorra las calles de su barriode arriba abajo, deca, consiguiendo encargos de la gente que deseabalimpiar de nieve sus entradas y aceras. Luego les pasaba esos encargos a

  • otros nios del barrio. A estos les pagaba una vez finalizado el trabajo,entregndoles el dinero en mano, y luego se ocupaba de recolectar lospagos casa por casa, ya que haba aprendido que ese era el modo msseguro de que su plantilla se esmerara en el trabajo. Tena a ocho chicosen nmina, que a veces suban a nueve. En otoo, cambiaba de sector yrastrillaba hojas.

    Me acercaba para supervisar los trabajos, y as luego poda decirleal cliente que su entrada haba quedado exactamente como l quera.Siempre haba un par de chicos que flojeaban, y me vea obligado adespedirlos. Tena entonces diez aos. A los once, acumulabaseiscientos dlares en el banco, del primero al ltimo ganados por sutrabajo. Esto ocurra en los aos cincuenta del siglo pasado. En laactualidad esa cifra sera el equivalente a cinco mil dlares. No tenadinero para el sitio al que quera ir, me dijo encogindose de hombros,como si fuera algo tan frecuente que un nio de once aos tenga unanocin sobre su destino. Cualquier idiota puede gastar el dinero. Peroganarlo y ahorrarlo, y posponer la gratificacin, eso te ensea avalorarlo de otro modo.

    Su familia viva en lo que eufemsticamente se denominaba un barriomixto. l iba a colegios pblicos y llevaba ropa de segunda mano. Supadre era un hijo de la Depresin y hablaba sin tapujos sobre el dinero.El hombre de Hollywood me contaba que si quera algo un par nuevode zapatillas de correr, por ejemplo, o una bicicleta, su padre le decaque deba poner la mitad del dinero. Si se dejaba las luces encendidas,su padre le mostraba la factura de la electricidad. Me deca: Mira,esto es lo que hemos gastado de electricidad. No has apagado las lucespor pura pereza. Y tu pereza nos hace gastar ms dinero. Eso s, sinecesitas la luz para trabajar, aunque sea las veinticuatro horas del da,no hay ningn problema.

    Con poco ms de quince aos, trabaj durante el verano en el negociode chatarrera de su padre. Era un trabajo duro, muy exigentefsicamente. Reciba el mismo trato que el resto de los empleados. Esome hizo querer salir de Minepolis, deca. Se me quitaron las ganas detener a mi padre como jefe nunca ms. Fue terrible. Era sucio. Muy duro.

  • Y aburrido. Tena que meter la chatarra en cubos. Estuve trabajando alldel 15 de mayo hasta el Da del Trabajo [el 1 de septiembre en EstadosUnidos]. No me poda quitar la mugre de encima. Ahora pienso, echandola vista atrs, que mi padre me puso a trabajar all porque saba que esaexperiencia me hara querer escapar. Eso me motivara para buscar algoms.

    En la universidad gestion el servicio de lavandera, recogiendo yrepartiendo la colada seca de sus compaeros ms acomodados.Organizaba viajes de estudiantes a Europa en avin. Cuando acuda conun amigo a los partidos de baloncesto, ambos se sentaban en uno de lospeores sitios, donde los cegaba un pilar, y entonces l se preguntabacmo sera verlo todo en los asientos de preferencia junto a la cancha.En Nueva York estudi en las facultades de Empresariales y de Derecho,y mientras tanto viva en un mal barrio de Brooklyn para ahorrar dinero.Tras licenciarse, consigui un empleo en Hollywood y eso le llev a unpuesto mejor, y luego a otro ms, y a negociaciones con terceros, aobtener premios y a una cadena de xitos tan extraordinaria que hoypuede permitirse vivir en una casa de Beverly Hills del tamao de unhangar para aviones y tener un jet, un Ferrari en el garaje y un portalnen su aparentemente inacabable camino de entrada que parece comoenviado desde un castillo medieval europeo. l entenda al dinero. Yentenda al dinero porque, en su opinin, haba recibido una educacinintegral sobre su valor y utilidad en las calles de Minepolis muchosaos atrs.

    Quera tener ms libertad. Quera aspirar a conseguir cosasdiferentes. El dinero era una herramienta para plasmar mis aspiraciones,deseos e iniciativas, declaraba. Nadie me ense eso. Lo aprend yo.Era un asunto de ensayo y error. Me gustaba el jugo que sacabas. Me diobastante autoestima. Senta que tena un mayor control sobre mi vida.

    Estaba sentado en el despacho de su hogar mientras me contaba eso en una estancia que tendra el tamao de una casa mediana, yfinalmente fue al grano. Haba tenido hijos y los haba querido sinmedida. Como cualquier padre, deseaba asegurar su bienestar, darlesms de lo que l haba tenido. Pero con eso haba incurrido en una

  • enorme contradiccin, y l se haca cargo. Haba triunfado porque habaaprendido de la manera ms difcil y costosa el valor del dinero, elsignificado del trabajo y la satisfaccin y la sensacin de logro que unoalcanza al abrirse camino por sus propias fuerzas. Pero, debido a suxito, para sus hijos iba a ser mucho ms complicado aprender esaslecciones. Los cachorros de los multimillonarios de Hollywood no seponen a rastrillar las hojas de sus vecinos en Beverly Hills. Sus padresno agitan enfadados la factura de la electricidad si se han dejado lasluces encendidas. Y no se sientan en las gradas tras una columnamientras fantasean sobre cmo sera sentarse al lado de la cancha. Suvida es una primera fila constante.

    Mi intuicin me dice que criar a los nios en un entorno privilegiadoes mucho ms difcil de lo que nadie piensa, deca. El potencial deuno se frustra al vivir con pocos medios. Pero la riqueza tambin frustra,porque se pierde la ambicin, y de ah el orgullo y el respeto por la valade uno mismo. Las cosas son complicadas en los dos extremos. Supongoque lo mejor es un punto intermedio.

    Pocas cosas hay que generen menos simpatas que contemplar a unmillonario entonando lamentos por la suerte de sus hijos. Los de nuestrohombre de Hollywood solo conocern las casas ms excelsas y losasientos de primera clase, sin duda. Pero l no estaba refirindose albienestar material. Ese hombre se haba forjado un nombre por s solo.Uno de sus hermanos haba heredado el negocio familiar de chatarrera yhaba conseguido medrar. Y el otro se haba hecho mdico y tena unaconsulta muy prspera. Su padre haba criado a tres hijos ntegros ymotivados, que haban logrado cosas por s mismos en la sociedad. Y loque quera expresar ese hombre, que tena cientos de millones dedlares, era que a l iba a resultarle mucho ms difcil igualar el xito desu padre en ese barrio mixto de Minepolis.

    4

  • El hombre de Hollywood no es la primera persona asaltada por esa

    revelacin. Creo que se trata de algo que, en realidad, todoscomprendemos intuitivamente. Es un principio importante que guanuestras ideas sobre la relacin entre paternidad y dinero: el principiode que ms no es siempre mejor.

    Si se tiene poco dinero, resulta muy duro ser un buen padre, sobradecirlo. La pobreza agota y estresa. Si has de compaginar dos trabajospara llegar a fin de mes, no es fcil reservar energas al final del dapara leerles un cuento a tus hijos. En las familias monoparentales, hayque hacer malabarismos para trabajar, pagar el alquiler, alimentar yvestir a los hijos, afrontar largos trayectos diarios para llegar a untrabajo que exige mucho fsicamente, y adems darles a los nios elcario, la atencin y el rigor necesarios para construir un hogararmonioso.

    Pero nadie asegurara que siempre se cumple la mxima de que,cuanto ms dinero tenga uno, mejor padre va a ser. Si a usted le pidierandibujar una grfica sobre la relacin entre paternidad y dinero, elresultado no sera este:

  • El dinero facilita la labor de los padres hasta cierto punto, pero luegodeja de contribuir favorablemente. Dnde se encuentra ese punto? Losacadmicos que sondean el tema de la felicidad sugieren que cuando unafamilia tiene unos ingresos anuales de ms de setenta y cinco mildlares, el dinero deja de ser causa de felicidad. A partir de esa cifra, seestablece lo que los economistas denominan la ley de los rendimientosdecrecientes. Si su familia gana setenta y cinco mil dlares y su vecinocien mil, esos veinticinco mil dlares de diferencia anuales supondrnque su vecino conduzca un coche mejor y coma ms a menudo fuera decasa. Pero eso no har a su vecino ms feliz que usted, ni le pertrecharmejor para desempear la mirada de pequeas y grandes cosas queidentifican a un buen padre. Una versin mejorada de la grficapaternidad-dinero tiene este aspecto:

    Sin embargo, la curva solo nos cuenta una parte de la historia, no?

    Porque cuando los ingresos de los padres son lo suficientemente altos, lacrianza de los hijos vuelve a complicarse de nuevo. Para la mayora denosotros, los valores del mundo en que crecimos no difieren demasiadodel mundo que creamos para nuestros hijos. Pero esto no se cumple en elcaso de los padres realmente ricos. El psiclogo James Grubman usa laacertada expresin inmigrantes de la riqueza para describir a la

  • primera generacin de millonarios, sealando que los desafos a los quese enfrentan al relacionarse con sus hijos son los mismos que los de losinmigrantes que llegan a un pas nuevo. Es el caso del magnate deHollywood, que creci en una familia de clase media del Viejo Mundo,donde la escasez era una gran motivadora y profesora. Su padre leense el significado del dinero y las virtudes que traen laindependencia y el trabajo duro. Pero sus hijos viven hoy en el NuevoMundo de los ricos, donde las leyes que imperan son nuevas ydesconcertantes. Cmo les ensea uno aquello de Trabaja duro, sautosuficiente, aprende el significado del dinero a unos nios que notienen ms que mirar a su alrededor para saber que no necesitan trabajarduro, ser autosuficientes y aprender el significado del dinero? De ah queproliferen tanto en las diferentes culturas los refranes y proverbios sobrelo difcil que es criar a los hijos en un entorno privilegiado. En ingls, sedice: Shirtsleeves to shirtsleeves in three generations (Dedescamisado a descamisado en tres generaciones). Los italianosexplican que Dalle stelle alle stalle (De las estrellas a losestablos), mientras que los espaoles cuentan con su Quien no lo tiene,lo hace; y quien lo tiene, lo deshace. La riqueza contiene las semillas desu propia destruccin.

    Deca Grubman: Un padre ha de poner lmites. Pero este es uno delos retos mayores para los inmigrantes de la riqueza, porque no sabenqu decir cuando la excusa de No nos lo podemos permitir ya no sirve.No quieren mentir diciendo: No tenemos dinero, porque si le estshablando a un adolescente, este te replicar: Perdona un momento. Ttienes un Porsche, y mam el Maserati. Los padres han de pasar delNo, no podemos al No, no queremos.

    El No queremos, segn Grubman, es mucho ms complejo. Nopodemos resulta una frase sencilla. Todo padre tiene que recurrir a ellaalguna vez. Y el chico de una familia de clase media no tarda mucho endarse cuenta de que es absurdo pedir un poni, porque nunca lo va aobtener.

    No, no queremos comprar un poni exige conversar y la franqueza yla habilidad necesarias para explicar que lo posible no es siempre lo

  • correcto. Deca Grubman: Cuando pongo a los padres adinerados enesa tesitura, no tienen ni idea de cmo comportarse. Les tengo queensear a decir: S, te lo podra comprar. Pero elijo lo contrario. No seaviene con nuestros valores. Pero, por supuesto, para alegar tal cosauno ha de contar con una serie de valores, y adems saber cmotransmitirlos, y por ltimo hacer ver a sus hijos que esos valores sonalgo factible. Toda una serie de complicadas acciones en cualquiercircunstancia, especialmente si el Ferrari espera aparcado en la entrada,y se tiene un jet privado y una casa en Beverly Hills que parece unhangar para aviones.

    El hombre de Hollywood posea claramente demasiado dinero. Y eseera su gran problema como padre. Haba rebasado con mucho el punto enel que el dinero contribua favorablemente, y tambin aquel a partir delcual el dinero dejaba de tener una importancia real. Se encontraba en esepunto en el que el dinero comienza a ser un inconveniente para formar aunos chicos normales y sensatos. Este es el aspecto de la grfica realsobre paternidad:

    De aqu le viene el nombre de curva en forma de U invertida. Estas

    curvas son difciles de entender. Casi siempre nos pillan por sorpresa, yuno de los motivos por los que no identificamos nuestras ventajas ydesventajas es que nos olvidamos de que nos manejamos en un mundo en

  • forma de U invertida[5].Esto nos devuelve al enigma de las ratios por aula. Qu ocurre si la

    relacin entre el nmero de alumnos por clase y los resultadosacadmicos se aleja de esto?

    O incluso de esto:

    Qu pasa si es algo as?

  • Teresa DeBrito es la directora de la escuela secundaria de Shepaug

    Valley. En los cinco aos que lleva en el centro, ha visto cmo elalumnado menguaba sin pausa curso tras curso. Para un padre, estopodra constituir una buena noticia. Sin embargo, cuando DeBrito piensasobre ello, lo que le viene a la cabeza es el dibujo de la ltima curva.Dentro de poco habr menos de cincuenta nios en el primer curso trasla escuela de enseanza primaria. Teme ese da: Lo vamos a pasarmal.

    5

    Las curvas en forma de U invertida tienen tres partes, y cada una de

    ellas sigue una lgica diferente[6]. Tenemos el lado izquierdo, dondehacer o tener ms beneficia; luego hay una zona plana en la mitad, dondehacer o tener ms no tiene una gran influencia; y por ltimo est el ladoderecho, donde hacer o tener ms empeora las cosas[7].

    Si uno aplica esta grfica al enigma de las ratios por aula, lo queresultaba desconcertante comienza a cobrar cierto sentido. El nmero dealumnos en una clase es como la cantidad de dinero que posee un padre.Todo depende de en qu punto de la curva nos situemos. Israel, por

  • ejemplo, ha contado histricamente con clases ms numerosas en laescuela elemental. El sistema educativo del pas emplea la Regla deMaimnides, bautizada as por el rab del siglo XII que decret que lasclases no deban exceder de cuarenta estudiantes. A causa de esto,resulta frecuente encontrar clases con hasta treinta y ocho y treinta ynueve alumnos en la escuela elemental. Si en un centro donde haycuarenta alumnos en un curso, dividiramos la clase en dos de veinte yse realizara un anlisis al modo de Hoxby, al comparar los resultadosacadmicos las clases con veinte alumnos sacaran mejores registros.Esto no debera sorprender a nadie. A ningn profesor le puede resultarliviano manejarse con treinta y seis o treinta y siete pupilos. Israelestara en el lado izquierdo de la curva en forma de U invertida.

    Ahora volvamos a estudiar el caso de Connecticut. En las escuelasexaminadas por Hoxby, la ratio por aula oscilaba entre los veintipocos ydiecimuchos alumnos. Cuando Hoxby afirma que no ha hallado nada ensu estudio, lo que quiere decir es que no adverta ninguna diferenciaconsiderable entre las clases con ms o menos alumnos dentro de esahorquilla. Dicho de otra manera, en algn punto entre Israel yConnecticut, las repercusiones de la ratio pasan de un arco a dibujar unalnea plana: en ese punto, aadir recursos al aula deja de traducirse enuna mejor experiencia acadmica para los nios.

    Por qu no hay apenas diferencias entre una clase de veinticincoestudiantes y otra de dieciocho? No cabe duda de que la segunda es msgrata al profesor: menos trabajos que corregir, menos nios para conocery seguir. No obstante, una clase ms reducida se traduce en mejoresresultados solo si los profesores, que han visto bajar su carga de trabajo,modifican su manera de ensear. Y lo que sugieren las cifras es que enestos estadios intermedios, los profesores no se ven necesariamenteimpelidos a cambiar. Simplemente, trabajan menos. Es la naturalezahumana. Imagine que usted es mdico, y que de repente se entera de quetendr que pasar consulta a veinte pacientes el viernes por la tarde, enlugar de los veinticinco acostumbrados, y que eso no va a afectar a susalario. Su reaccin sera dedicarle ms tiempo a cada paciente? Oaprovechara para salir del trabajo a las seis y media en lugar de a las

  • siete y media para poder cenar con sus hijos?Ahora llega el momento de hacerse la pregunta crucial. Existen las

    clases excesivamente pequeas, del mismo modo que un padre puede serexcesivamente rico? Para averiguar esto, llev a cabo una encuesta conuna amplia muestra de profesores de Estados Unidos y Canad y, alformularles esa cuestin, un profesor tras otro me admitieron que talcosa es posible.

    Aqu sigue una respuesta representativa:

    Mi nmero ideal es dieciocho: son suficientes cuerpos en una habitacin para quenadie se sienta vulnerable; pero todos pueden seguir siendo importantes. Dieciocho es unbuen nmero para hacer grupos de dos, tres o seis, lo que permite jugar con el grado decercana y privacidad entre ellos. Con dieciocho estudiantes, siempre puedo dirigirme a ellosindividualmente si es necesario. Veinticuatro es mi siguiente nmero favorito. Esas seisincorporaciones multiplican las probabilidades de que haya un disidente infiltrado, algnrebelde que desafiar el statu quo. Pero lo que ganas con el nmero veinticuatro es que,ms que un equipo, quienes te escuchan son como una masa dinmica. Aade seis chicosms, y con treinta cuerpos en la clase habrs debilitado esas conexiones dinmicas, y ni elprofesor ms carismtico podr preservar la magia todo el tiempo.

    Y qu sucede en el otro sentido? Reste seis al nmero ideal de

    dieciocho y tendremos la ltima Cena. Ese es el problema. Doce es unnmero perfecto para completar una mesa un da de fiesta, pero resultauna cifra demasiado exigua para que los alumnos de instituto puedanproteger su autonoma cuando lo deseen; o para que no acabendominados por el escandaloso o bravucn de turno (que en algn casopodra ser el propio profesor). Si rebajamos hasta seis alumnos, ya nohay ningn sitio en el que esconderse, y la falta de diversidad en cuanto apensamientos y experiencias neutraliza las posibles ventajas de una clasereducida.

    La clase pequea es, dicho de otra manera, tan difcil de gestionarpara un profesor como una clase muy populosa. En un caso, el problemaes el nmero de interacciones potenciales que ha de manejarse. En elotro, se trata de la intensidad de esas interacciones potenciales. Comoseal con gran agudeza otro profesor, cuando una clase se hacedemasiado pequea, los estudiantes pueden comenzar a comportarsecomo hermanos en el asiento de atrs del coche. No hay espacio para

  • que las rencillas se sofoquen.Aqu sigue otro comentario de un profesor de instituto. Recientemente

    haba tenido una clase con treinta y dos alumnos y haba salido muyescaldado. Cuando me enfrento a una clase de esas dimensiones, loprimero que pienso es: Maldita sea, cada vez que me den trabajos paracorregir, me voy a pasar el da en la escuela cuando podra estar con mishijos. Sin embargo, tampoco quera ensear en una clase de menos deveinte alumnos.

    El debate es lo que da vida a una clase, y para activarlo se requiere una cierta masa

    crtica. Ahora tengo clases en las que nadie comenta nada y eso puede ser desesperante. Sila ratio baja mucho, los debates se resienten. No es lo que uno esperara, porque creerasque en un ambiente ms familiar los chicos ms tmidos se animarn a participar. Pero esano ha sido mi experiencia. Los tmidos tienden a mantenerse callados haya diecisis otreinta y dos alumnos. Y si la clase es de verdad minscula, entre los que suelen participarno habr disparidad suficiente para que la conversacin prenda. El nivel de energa es unamateria muy escurridiza. Un grupo muy pequeo suele carecer de esa energa que sale delroce entre las personas.

    Y una clase realmente, realmente pequea? Atencin!

    Tena nueve estudiantes en francs acadmico de duodcimo. Suena a sueo hechorealidad, no? Result una pesadilla! No puedes iniciar ninguna clase de conversacin odebate en el idioma extranjero. Se hace ms difcil plantear juegos para reforzar elvocabulario o las destrezas gramaticales... Siempre falta el impulso necesario.

    El economista Jesse Levin ha realizado un trabajo fantstico con unas

    intenciones similares, prestando atencin en su caso a los escolaresholandeses. Se propuso hallar el nmero de iguales que cada alumnotena dentro de su clase, es decir, de compaeros con una competenciaacadmica semejante, y descubri que el nmero de iguales guardabauna correlacin sorprendente con los resultados acadmicos, en especialen el caso de los alumnos con dificultades[8]. En otras palabras, si ustedes un estudiante en especial un estudiante mediocre, lo que necesitaes tener alrededor a personas que pregunten las mismas cuestiones queusted, que suden con los mismos temas y que se preocupen por lasmismas cosas: de ese modo se sentir menos aislado y un poco ms

  • normal.Este es el problema de las clases realmente reducidas, afirma Levin.

    Cuando hay un nmero mnimo de alumnos por clase, las posibilidadesde que se rodeen de una masa crtica de personas como ellos comienzana reducirse hasta un nivel alarmante. Llevada demasiado lejos, diceLevin, esta reduccin de la ratio por clase aparta a los estudiantes conproblemas de los iguales de los que podran aprender.

    Ve ahora por qu Teresa DeBrito se inquietaba sobre el futuro deShepaug Valley? Es la directora de una escuela secundaria y ensea amuchachos de entre doce y catorce aos, que justo comienzan la difciltransicin a la adolescencia. Estos se caracterizan por ser complicados yvergonzosos, y parecer demasiado listos les produce sarpullidos. Hacerque se involucren, que vayan ms all del pregunta-respuesta con elprofesor, deca DeBrito, puede ser como sacarles las muelas. Ellaquera aulas llenas de voces interesantes y variadas, y percibir la clasede excitacin que surge cuando una masa crtica de alumnos tiene quevrselas con un mismo problema. Cmo se consigue eso en un aulamedio vaca? Cuantos ms estudiantes tengas, me contaba TeresaDeBrito, ms puntos de vista habr en los debates. Si la clase es muyreducida, por cmo son los chicos a esas edades, es como si les pusierasun bozal. No lleg a decirlo, pero uno poda imaginarse que, si en elfuturo a alguien se le ocurriese levantar un gran complejo de viviendasen el buclico prado que hay junto a la escuela, a Teresa DeBrito el planno le parecera un espanto.

    Comenc como profesora de matemticas en la escuela secundaria deMeriden, continu DeBrito. Meriden es una ciudad en otra zona deConnecticut, con una poblacin predominantemente de clase media yclase media-baja. En mi clase ms numerosa haba veintinueve nios.Me habl de lo duro que era el trabajo, de cunto costaba seguir,conocer y responder a tal nmero de alumnos. Has de tener ojos en lanuca. Has de or qu pasa cuando te pones a trabajar aparte con ungrupo. Con ese nmero de alumnos en la clase, tienes que dar lo mejorde ti, porque si no se pondrn a hablar en cualquier rincn sobre algoque no tenga nada que ver con lo que se est tratando en clase.

  • Pero entonces DeBrito me hizo una confesin: le gustaba de verdadensear en esa clase. Fue uno de los mejores aos en su vidaprofesional. El gran desafo de ensear matemticas a esos nios deentre doce y trece aos volvi el trabajo estimulante..., y es queveintinueve nios son en s mismos algo estimulante. Tenan muchosms compaeros con los que interactuar, contaba. No estaban siemprerelacionndose dentro del mismo grupito. Haba un surtido mayor devivencias. Y eso es lo fundamental: aquello que te permite alentar,enriquecer e involucrar a los nios, para que no sean unos convidados depiedra.

    Entonces Teresa DeBrito deseaba que en Shepaug hubieraveintinueve alumnos por clase? Por supuesto que no. Ella saba que sucaso fue algo inusual y que el nmero ideal de alumnos para losprofesores estaba por debajo de esa cifra. Lo que ella quera apuntar erasencillamente que, en la cuestin de las ratios por aula, nos hemosobsesionado con las virtudes de las clases reducidas y hemos pasado poralto lo bueno de las clases con ms alumnos. Parece extrao, no?Tenemos una teora pedaggica que piensa que los compaeros de sushijos son rivales a la hora de atraer la atencin del profesor, en lugar desus aliados en la aventura del aprendizaje. Al remontarse a ese ao enMeriden, la mirada de DeBrito se perda lejos de la habitacin. Megusta el ruido. Me gusta orlos interactuar. Oh, aquello fue divertido.

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    A media hora en coche de Shepaug Valley, en la localidad de

    Lakeville, tambin en Connecticut, se levanta un centro llamadoHotchkiss. Est considerado uno de los internados cimeros en EstadosUnidos. La matrcula anual asciende casi a 50.000 dlares. El centrocuenta con un par de lagos, dos pistas de hockey, cuatro telescopios, uncampo de golf y doce pianos. Y no hablamos de cualquier clase de

  • piano, son Steinway, la marca de piano ms prestigiosa que el dineropuede comprar[9]. Hotchkiss es la clase de sitio que no escatima engastos para educar a sus alumnos. Cul es la ratio por aula del centro?Doce alumnos. El mismo escenario temido por Teresa DeBrito, enHotchkiss prcticamente convecinos se anuncia como su mayoratractivo. [Nuestro] entorno educativo es ntimo, interactivo einclusivo, declara con orgullo el centro.

    Por qu un centro como Hotchkiss hace algo que parece tan contrarioa los intereses de su alumnado? Una posible respuesta es que la escuelano est pensando en sus estudiantes. Piensa ms bien en los padres de losestudiantes, para los que no hay mejores pruebas de que sus 50.000dlares estn muy bien gastados que un campo de golf, unos cuantospianos Steinway y unas aulas con menos alumnos. Sin embargo, larespuesta ms plausible es que Hotchkiss sencillamente ha cado en lamisma trampa en la que tan a menudo caen tantos