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 Para citar: Pavón Cuéllar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanálisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simbólica de Jacques Lacan. En Pérez Castillo, P. (coord.), Psicoanálisis y literatura: temas selectos en un diálogo interdisciplinario (pp. 83-104). Querétaro: Eón y Universidad Autónioma de Querétaro. 83 Materialismo, literatura y psicoanálisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simbólica de Jacques Lacan David Pavón-Cuéllar Lacan, su estilo, su dialéctica y su materialismo El estilo de conceptualización, argumentación y exposición de Jacques Lacan podrá parecernos extremadamente especulativo, así como abstracto, sutil y hermético, pero no por ello deja de servir para conceptualizar, argumentar y exponer una teoría tan materialista como la de todos aquellos pensadores que no habrían dudado en repudiar el estilo de Lacan por considerarlo incompatible con el materialismo. Es verdad que el materialismo suele asociarse a un estilo simple, claro y concreto, que no es evidentemente el estilo característico de Lacan. Y sin embargo, resulta incontestable que la teoría lacaniana es materialista, se presenta explícitamente a sí misma como una teoría “materialista” (Lacan, 1966a, p. 209), y su materialismo ha sido ya reconocido por muchos autores, empezando por el filósofo marxista Louis Althusser (1976, 1977), que le atribuye a Lacan un “pensamiento materialista” (1977, p. 228) y un

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  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan

    David Pavn-Cullar

    Lacan, su estilo, su dialctica y su materialismo El estilo de conceptualizacin, argumentacin y exposicin de Jacques Lacan podr parecernos extremadamente especulativo, as como abstracto, sutil y hermtico, pero no por ello deja de servir para conceptualizar, argumentar y exponer una teora tan materialista como la de todos aquellos pensadores que no habran dudado en repudiar el estilo de Lacan por considerarlo incompatible con el materialismo. Es verdad que el materialismo suele asociarse a un estilo simple, claro y concreto, que no es evidentemente el estilo caracterstico de Lacan. Y sin embargo, resulta incontestable que la teora lacaniana es materialista, se presenta explcitamente a s misma como una teora materialista (Lacan, 1966a, p. 209), y su materialismo ha sido ya reconocido por muchos autores, empezando por el filsofo marxista Louis Althusser (1976, 1977), que le atribuye a Lacan un pensamiento materialista (1977, p. 228) y un

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    combate ideolgico por el respeto del valor del materialismo (1976, p. 206), y terminando por el psicoanalista Jorge Alemn (2009), que ha escrito recientemente, sin ambages, que el pensamiento de Jacques Lacan es la nica teora materialista sobre el malestar de la civilizacin propio del siglo XXI (p. 21). Ahora bien, si la teora lacaniana es tan incontestablemente materialista como se pretende, por qu se construye y se nos muestra entonces a travs de un estilo que nos parece tan incompatible con el materialismo? Podemos limitarnos a objetar que esta incompatibilidad es una simple apariencia, que no existe en la realidad, y que aqu, en la realidad, no hay ninguna relacin entre la teora y el estilo de hacer y expresar la teora, o si se prefiere, entre el contenido y la forma, entre lo que se dice y la manera en que se dice. El problema de esta clsica objecin es que descarta la apariencia como una simple apariencia, como si no hubiese nada recuperable en ella, y adopta irreflexivamente una distincin demasiado simplista entre la apariencia y la realidad, as como adopta igualmente una distincin no menos simplista entre el estilo y la teora, entre la forma y el contenido. Lo cierto es que s hay una relacin intrnseca entre el contenido y la forma, y en una perspectiva lacaniana, tendremos que reconocer que la forma, en cierto sentido, constituye su propio contenido. El joven Marx (1837) dira que la forma no puede ser ms que el desarrollo del contenido (p. 7). Podemos decir tambin que el estilo teoriza, es teora, tiene implicaciones tericas, y se basta incluso a s mismo para elaborar, plantear y plasmar todo aquello que merece el calificativo de terico. Habra que tomar en serio, por lo tanto, a quienes desconfiaran del materialismo que Lacan profesa bajo el argumento de que su estilo es incompatible con una teora materialista. Es verdad que hay una clara incompatibilidad entre el estilo barroco lacaniano y cierto materialismo clsico, lineal y unidimensional, realista y naturalista, objetivista y positivista, en el que no hay lugar para Lacan y su dialctica, sus ilusiones de perspectiva terica, sus tensiones y modulaciones conceptuales, sus acrobacias argumentativas, sus curvaturas y complicaciones expositivas, sus inflexiones de lenguaje, sus anudamientos discursivos y sus intrincados juegos de palabras. Desde

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    luego que todo esto es incompatible con cierto materialismo, pero no con el materialismo en general, no con cualquier materialismo, y no especficamente con el materialismo lacaniano. Considero, de hecho, que este materialismo lacaniano, por ser esencial y radicalmente dialctico, requiere y exige el estilo al que nos hemos referido. Un rasgo caracterstico del estilo de Lacan, un rasgo del que derivan muchos otros, es el de la constante flexin potica de su discurso que se vuelve hacia s mismo, que termina enredndose consigo mismo, y que se ocupa de su propia literalidad material como si sta fuera su propio objeto, como si aquello de lo que hablara consistiera en las mismas palabras con las que habla, como si el contenido fuera la forma, como si la teora estuviera en el estilo. Y si nos atenemos a la teora materialista lacaniana, como ya lo suger, todo esto es as efectivamente. Digamos que todo es en el plano terico precisamente aquello que parece ser en el plano estilstico. El estilo desarrolla efectivamente la teora, y no hay una distincin tajante y simplificadora entre la forma y el contenido, ni tampoco entre las palabras y las cosas, ni mucho menos entre la literalidad material de los discursos y la idealidad espiritual de las ideas. La teora materialista lacaniana es autnticamente dialctica, esencial y radicalmente dialctica, porque reconoce y busca trascender las ms diversas contradicciones, incluso la contradiccin misma entre materialismo e idealismo. Esto hace que el materialismo lacaniano se nos presente como una suerte de materialismo idealista. Semejante materialismo, que nos recuerda el de Marx y algunos de sus seguidores, es aquello en lo que inevitablemente desemboca el nfasis lacaniano en la materialidad simblica de un discurso que se encuentra en las ideas como tales y no slo su expresin a travs de las palabras. En la teora materialista lacaniana, como ya lo hemos dicho, no podemos distinguir las palabras de las ideas, as como tampoco podemos distinguir la forma del contenido, ni el estilo de la teora. La teora lacaniana est en su estilo, y es por esto que el discurso lacaniano tiene que volverse constantemente hacia s mismo, buscando en s mismo aquello a lo que se refiere. La referencia denotativa cae siempre al final en una auto-referencia connotativa, pues no hay ningn Otro del Otro, y su discurso termina siempre siendo un monlogo del Otro con el Otro. El monlogo

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    est compuesto de palabras. Aunque las palabras sean tambin ideas, lo son porque remiten a otras palabras tan materiales como ellas. La idealidad no es entonces ms que una complicacin de la materialidad. El significado consciente no es ms que una elaboracin de los significantes inconscientes. La conciencia es conciencia del inconsciente (Pavn-Cullar, 2010b). Dado que no hay un Otro del Otro, el discurso del Otro, como inconsciente, es aquello que adquiere una conciencia que parece oponerse al inconsciente. La dialctica lacaniana trasciende esta oposicin, consigue remontar a su origen y encuentra la conciencia en el inconsciente, as como tambin encuentra las ideas en la materialidad simblica de las palabras. El materialismo lacaniano es idealista, pero lo es por ser un materialismo simblico, un materialismo de las palabras, de los discursos o de lo simblico en su materialidad literal.

    Lacan y la tradicin materialista literaria Aunque el materialismo simblico lacaniano est ms prximo al marxiano y marxista de lo que podramos suponer a primera vista, entendemos que Lacan, al momento de fundamentar su materialismo, haya sentido la necesidad de emparentarse con una tradicin materialista diferente de la inaugurada por Marx. Y entendemos tambin que dicha tradicin, que transcurre paralelamente a la marxiana y marxista, haya sido precisamente la tradicin materialista literaria con su nfasis en la materialidad literal de las palabras y con su reflexin textual o figurada en torno a la unidad indisoluble entre la forma y el contenido, entre la narracin y lo narrado, entre el estilo y un autor que tampoco se distingue ya claramente del actor. En la recin mencionada tradicin materialista literaria, nos encontremos con autores cuyas inquietudes son asombrosamente prximas a las que Lacan abriga con respecto a la materialidad simblica. Pensemos, por ejemplo, en Mallarm, cuya comparacin metafrica de la palabra con la moneda, y su insistencia en el valor de la materialidad a expensas del valor de la forma borrada, son aspectos fundamentales en los que el mismo Lacan (1953) ya parece adivinar la proximidad entre el materialismo simblico de los literatos, con su revuelta contra el silencio

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    del uso comn del lenguaje, y el materialismo econmico de Marx y los marxistas, con su cuestionamiento crtico de la apariencia del simple cambio de la moneda y del culpable silencio que implica (p. 250). Pero antes del poeta Mallarm, tenemos a otro francs, un contemporneo de Marx, el clebre novelista a cuyos personajes alude explcitamente Lacan al referirse a su propio materialismo. Me estoy refiriendo a Gustave Flaubert y a sus personajes Bouvard y Pcuchet, a los cuales, para el propio Lacan (1966a), se les podra atribuir la concepcin lacaniana del significante como la materia que se trasciende en lenguaje, que no es ni ms ni menos que la materia en la que estriba la teora materialista lacaniana (p. 209). Es como si Lacan sugiriera, en definitiva, que su materialismo simblico ya se encontraba, de manera latente o potencial, en la obra de Flaubert, y especficamente en Bouvard y Pcuchet, en la novela y en sus personajes. Todo esto justificar que recurramos ahora a una escena de esta novela para ilustrar el materialismo simblico lacaniano. Sin embargo, antes de la ilustracin por la escena, ser preciso contextualizarla histricamente.

    Flaubert y su manzano antropomorfo Tras la revolucin de febrero de 1848, el rey Luis Felipe de Orleans abdic, se declar la Repblica Social y Democrtica y el gobierno provisional socialista y radical se distingui por sus decisiones progresistas, entre ellas la abolicin de la esclavitud y la puesta en vigor del sufragio universal masculino. Fue irnicamente este sufragio el que permiti, en una de aquellas crueles bromas que juega la historia, que el voto mayoritario de los campesinos apartara del poder a los mismos radicales y socialistas que haban dado el voto a los campesinos. El resultante rgimen conservador tom ciertas medidas impopulares que desencadenaron, especialmente en Pars y en junio de 1848, un amplio movimiento urbano y obrero de protesta conocido como las Jornadas de Junio. La noticia de estos ltimos acontecimientos se difundi rpidamente por todo el territorio francs y termin llegando hasta Chavignolles, el pequeo pueblo normando en el que se desarrolla Bouvard y Pcuchet, en el que los habitantes dan rienda suelta a su terror. Flaubert nos cuenta:

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    Cunda el pnico, suscitado por la sombra de un montn de paja, o por las formas de las ramas; un da, todos los guardias nacionales huyeron. Bajo el claro de luna, haban percibido, en un manzano, un hombre con un fusil y que apuntaba hacia ellos. (Flaubert, 1888, p. 142) El hombre es percibido en un manzano, y justo antes, en la frase

    anterior, se emplea el punto y coma, en lugar del punto, para enlazar las formas de las ramas con el episodio en que los guardias huyen al percibir al hombre con un fusil. Es as como Flaubert nos da a entender, con elegante virtuosismo, que la silueta del hombre surge de las formas de las ramas, o mejor dicho, que las ramas del manzano constituyen materialmente al hombre con fusil que apunta hacia los guardias.

    Ahora bien, al estar materialmente constituido por las ramas del manzano antropomorfo, el hombre con fusil no es un hombre inmaterial. Su materialidad est ah, es evidente, se ve, puede tocarse, existe y estriba en las ramas. stas pueden constituir materialmente al hombre con fusil al verse posedas por el valor simblico de aquello que los guardias temen, a saber, hombres con fusiles, revolucionarios que les disparan a los guardias, obreros armados y sublevados en Pars. El valor simblico de todo esto es el valor de aquello que parece amenazar al pueblo de Chavignolles, aquello de lo que los guardias nacionales deben proteger a la poblacin, aquello de lo que huyen, aquello que puede matarlos, aquello de lo que han escuchado hablar en los ltimos das.

    Los obreros armados y sublevados en Pars, los hombres con fusiles de los que se escucha hablar, son primeramente algo de lo que se escucha hablar, algo de lo que se habla, algo que se habla, una palabra, un significante, un smbolo. Esto empieza por hacerse escuchar, al modular el sonido que sale por las bocas de los habitantes de Chavignolles, y termina por hacerse ver, cuando configura la constitucin material de las ramas de un manzano. Pero si esta constitucin material no fuera configurada por el valor simblico del hombre con un fusil del que se habla, de cualquier modo revestira la forma de algn otro valor anlogo, como el de la misma rama y lo que puede representar simblicamente: lea y calor, sombra y frescura, celulosa y tomos, y los dems significantes a los que ha de remitirnos. En todos los casos, los significantes literalmente conforman la

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    materia, la cual, a su vez, como bien lo observa Lacan (1966-1967), se confunde con el juego de los elementos en los que se resuelve, por ejemplo aquellos elementos significantes ltimos que denominamos tomos y que son indiscernibles de la estructura en la que radica la experiencia de la materia (30/05/67).

    Materialidad simblica Puesto que la matriz estructural significante moldea todas las cosas materiales con las que tropezamos, podemos entender la idea lacaniana segn la cual no hay materialidad que no sea poseda por el valor simblico de los significantes. Esta idea es el meollo de un materialismo simblico en el que Lacan pretende mantenerse fiel a Freud. Segn el propio Lacan (1956), en efecto, su materialismo es un materialismo freudiano centrado en la forma simblica (p. 464). En este materialismo, la forma simblica se presenta como la forma de la materia, la forma de todas las formas revestidas por la materia, la forma simblica universal de una materia que luego puede tomar formas singulares como la de una rama o la de un hombre con fusil. Todas estas formas de la materia tienen un denominador comn, y ste es la forma simblica, una forma que nunca falta en la materia, y que resulta indisociable de la percepcin de cada sujeto y de todo aquello que determina esta percepcin en la experiencia del mismo sujeto, en su vida y sus vivencias, en sus recuerdos y aspiraciones, y especialmente en el discurso que le concierne. En una perspectiva lacaniana que no acepta la materia como algo real o natural que existira independientemente de lo que es el sistema simblico de la cultura para cada sujeto, no slo cualquier forma de la materia es una forma simblica, sino que la forma esencial de la materia es una forma simblica. En otras palabras, la materia tiene en s misma una forma simblica, pues nos remite siempre al valor simblico de un significante que la impregna, la conforma por dentro, le da consistencia y permite as tanto la materializacin de cada cosa como su adquisicin de una forma particular que ser nica para cada sujeto. Ya sea la forma de lo que una rama es para m, de lo que un hombre armado representa para Flaubert o incluso de aquello que la materia supuestamente informe es para

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    cada uno de nosotros en cada momento de nuestra vida, se trata siempre de la forma de un significante, del perfil de una palabra, y esta figura escrita en el mundo, este algo labrado en la nada, este ser elemental se impone como la forma de toda materia, como la forma simblica esencial de la materia, en un materialismo que por eso puede caracterizarse como un materialismo simblico.

    Recurriendo a los trminos categricos del propio Lacan (1972, 1973-1974), diremos que su materialismo, lo mismo que el materialismo literario, es un materialismo de lo escrito, materialismo cuya materialidad es la materia de lo escrito (1973-1974, 09/04/74), materia preformada que estriba entonces en lo simblico (1972, p. 548). Vemos bien que lo simblico no es aqu tan slo una forma de la materia informe en s misma, sino la forma esencial de una materia preformada o la escritura inseparable de una materia escrita. En una explicitacin y radicalizacin de la intuicin fundamental de aquella vieja tradicin materialista literaria en la que se ubica Flaubert y a la que ya nos hemos referido, la materia, escrita o preformada por lo simblico, aparece como una creacin en la que se plasma el sustrato simblico del psiquismo de cada ser humano. Esta creacin ntima es la nica materia que existe para cada ser humano. Para cada sujeto, lo material es la exterioridad perceptible del inconsciente, la hondura fsica de lo psquico, lo infra-psquico, lo simblico. Lo simblico se vuelve sinnimo de lo material. Si la materia de una rama de manzano puede ser un hombre con fusil y cualquier otra cosa que se nos ocurra, esto es porque su materialidad es una capacidad simblica por la que puede plasmar y representar simblicamente cualquier ente que merezca existir para el psiquismo de cada sujeto.

    En la teora lacaniana, lo material es indiscernible de lo simblico porque Lacan se representa el psiquismo de cada sujeto, o el sistema simblico de la cultura para cada sujeto, como un universo lgico del ser que engloba todo lo que tiene el atributo de ser para cada sujeto, incluido el ser material de cada cosa. Comprendemos entonces que no haya ningn ser material que no sea tambin un ser simblico para un sujeto singular. Sin embargo, recprocamente, no hay tampoco nada simblico, en la teora lacaniana, que no sea tambin material. La materialidad es aqu una cualidad esencial de lo simblico, una oscuridad constitutiva de la palabra,

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    un rasgo distintivo por el que la opacidad simblica del significante se distingue de la transparencia imaginaria del significado.

    La suposicin idealista de un significado transparente, inteligible o comprensible, ideal o espiritual, etreo e inmaterial, es aquello a lo que se opone la insistencia materialista lacaniana en la opaca materialidad perceptible del significante inconsciente. Como ya lo ha sealado Laclau (2000), esta esencial materialidad del significante a la que se refiere Lacan designa todo aquello que rompe la transparencia del proceso de significacin, y por lo cual significantes, significados y signos deben ser concebidos como significantes (p. 70). Un postulado fundamental de la teora lacaniana, en efecto, es que no hay ms que significantes, que los unos se refieren a los otros, y que nunca salimos del universo lgico de un lenguaje sin metalenguaje, de un Otro sin Otro del Otro, de un sistema simblico cerrado que opera como el diccionario de una lengua desconocida en el que las definiciones de las palabras no pueden hacerse pasar por ideas, sino que se nos muestran como lo que son, como palabras y ms palabras que slo nos remiten a palabras y a nada ms que palabras.

    Una rama cualquiera me remite a un hombre con fusil que me remite a los obreros sublevados en Pars que me remiten a la revolucin del 1848, a la primavera de los pueblos, al fantasma del comunismo, a Marx y Engels, y as sucesivamente en una libre asociacin que no es tan libre como yo imagino, pues est determinada por la estructura significante de un sistema simblico de la cultura que articula todo aquello que yo creo escribir libremente para transmitir un significado aparentemente consciente. Lo cierto es que este significado no es ms que un significante que se agrega a otro ms y a otro ms tan inconsciente como el primero.

    Tal como lo concibe Lacan, el significante material nos remite a otro significante material en lugar de referirse a un significado ideal o espiritual. En lugar de significar transitivamente una idea o un significado consciente, el significante slo significa, pero sin significar nada, pues el verbo significar, en lacaniano, es un verbo sin objeto, un verbo sin complemento directo, un verbo como nacer o morir, un verbo intransitivo que solamente le permite a cada significante remitir a otro significante que ser tan inconsciente y tan material como el primero (Pavn-Cullar, 2010a). De modo que el significante constituye la verdadera naturaleza, la propiedad

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    material simblica intrnseca, de un significado ideal que es puramente imaginario. Detrs de la apariencia imaginaria del significado consciente que nos representamos, no hay ms que un significante inconsciente que vemos, tocamos, escuchamos, leemos, pensamos, actuamos. El inconsciente, por ms exterior y material que sea, no deja de constituir la verdad ntima de la conciencia. De ah la nocin materialista lacaniana de extimidad, que se refiere a la ntima exterioridad material que nos rodea, y que se despliega ms ac de las ideas, pero tambin ms all de ellas, en el fondo insondable de ellas, en el hypokimenon de la entelequia, en lo que yace debajo, detrs del velo imaginario ante el que se detienen los idealistas. All, conjuntando lo ntimo y la radical exterioridad, tenemos la relacin instaurada por la institucin del sujeto como efecto del significante (Lacan, 1968-1969, 26/03/69, p. 249).

    El significante material que nos instituye como sujetos y con el que no dejamos de relacionarnos, este significante que vemos, tocamos o escuchamos, pero que no entendemos o aprehendemos conscientemente, es la nica verdadera naturaleza del significado ideal como contenido consciente. Yo podra escribir ahora sobre todo lo que significa el manzano revolucionario flaubertiano para m, pero todo lo que yo podra escribir no entraara otro mensaje que lo que yo escribira y no escribira, la presencia o ausencia de ciertas palabras y no las ideas correspondientes, lo que yo dira o callara y no lo que aparentemente querra decir a travs de mis palabras y de mis silencios. Lo que se quiere decir, lo que Flaubert sugiere con su manzano y lo que yo explico al referirme a su manzano, alude a un significado improbable, impugnable, y adems inalcanzable, inanalizable, pero afortunadamente reductible al material analizable de los significantes que se articulan en lo dicho y en lo no dicho. El significado resulta entonces prescindible en la opcin materialista lacaniana. Esta opcin materialista se traduce en un privilegio del significante. Al privilegiar el significante inconsciente sobre el significado consciente, Lacan est privilegiando lo simblico sobre lo imaginario, pero adems est optando claramente por el materialismo en lugar del idealismo.

    La opcin materialista de Lacan descansa en un privilegio dado a lo simblico, pero tambin indudablemente en una teora materialista y no idealista de lo simblico. La teora lacaniana de lo simblico, del

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    lenguaje y del significante, es una teora materialista, como el mismo Lacan (1966a) lo reconoce explcitamente al referirse a Flaubert y al definir el significante, bajo el signo de la evocacin de Bouvard y Pcuchet, como la materia que se trasciende en lenguaje (p. 209). Pero no hay que olvidar que esta definicin del significante, y la subyacente concepcin materialista de lo simblico, implican tambin una concepcin materialista del ser, pues el atributo de ser es un atributo simblico en Lacan. Hay entonces una ontologa materialista subyacente a la teora del significante que Lacan elabora. Su teora materialista del significante es tambin una teora materialista del ser, de un ser que slo puede ser, o cuajar como ser, al enredarse en la materialidad simblica de la estructura significante. Podemos concluir, en suma, que Lacan reduce todo ser a un ser simblico, y todo ser simblico a un ser material. Es justamente por esta doble reduccin que el psicoanalista francs puede ser caracterizado como un materialista simblico.

    Materialismos imaginario y simblico, realista e idealista En el materialismo simblico de Lacan, el nico ser es el de aquello que se ha visto simbolizado y desrealizado, vaciado y labrado en el vaco de lo real, arrancado a este vaco y formado con el vaco, creado ex nihilo, instituido, constituido, plasmado, materializado a partir de lo que ya no es. Ahora bien, tras verse as materializado, aquello simbolizado suele ser tambin cosificado y reificado, lo que le permite superar su negatividad, al menos en apariencia, y hacerse pasar, ante los positivistas y otros nostlgicos, por aquello mismo que se ha perdido para crearlo. Es as como la exterioridad inconsciente del sistema simblico termina imponindose como una realidad material susceptible de aprehensin consciente, subsistente por s misma e independiente de lo simblico. Sin embargo, en la perspectiva lacaniana, esta realidad, la nica realidad que puede haber para nosotros, no es ms que una realidad imaginaria, y cuando la identificamos con la materia, y hablamos de una realidad material, ya no estamos en un materialismo simblico, sino en lo que podemos denominar materialismo imaginario. Para este materialismo imaginario que se distingue por su ingenuidad y que tanto ha desprestigiado a los materialistas, la rama del manzano, por ejemplo, es una realidad material

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    que existe por s misma y no porque se le perciba como una rama de manzano al simbolizarla como tal. Esta abstraccin de lo simblico, por la que se puede negar candorosamente que el correlato de nuestra percepcin sensible de la rama de manzano pueda ser un hombre con fusil, es el vicio en el que no se deja de incurrir en el materialismo imaginario contra el que naturalmente se posiciona el materialismo simblico de Lacan.

    Mientras que el materialismo simblico de Lacan se representa la percepcin sensible del sujeto humano como un proceso activo de simbolizacin, desrealizacin y materializacin, el materialismo imaginario acepta la misma sensacin como una percepcin pasiva de algo que ya est realizado y materializado, como realidad material, independientemente de lo simblico. La oposicin entre ambos materialismos corresponde aproximadamente a la oposicin que encontramos, hace ms de un siglo, entre el materialismo jeroglfico del primer Plejnov, cuya nocin de lo jeroglfico es compatible con la nocin lacaniana de lo simblico, y el materialismo no jeroglfico leninista, que nos hace pensar ms bien en un materialismo imaginario (Lenin, 1908, pp. 297, 300). Por un lado, Lenin reduce la percepcin de la materia a una reproduccin, imagen o reflejo especular que se parece a la realidad material percibida, reflejada o reproducida (p. 301). Por otro lado, Plejnov (1892) concibe la misma percepcin, a partir de Helmholtz, como un smbolo, un proto-elemento significante que es la nica nocin de materia que podemos tener y que no se parece a aquello de los que nos informa (p. 437).

    Es claro que la concepcin de Plejnov coincide con la concepcin lacaniana de la percepcin sensible de la materia como un primer trmino de deletreo del significante (Lacan, 1969-1970, 14/01/70, p. 53). Tambin es claro que estas concepciones materialistas de Lacan y de Plejnov son totalmente incompatibles con el materialismo simplista que Lenin ofrece a los obreros que pueden entenderlo, al Partido que desea utilizarlo y a los censores que deben utilizarlo como eficaz remedio contra el pensamiento. Semejante materialismo, que podemos calificar humorsticamente de iletrado, ser el que triunfe en el socialismo real, y ah proscriba, desde Pravda y sus dems trincheras, cualquier desviacin letrada como las que encontramos en las tradiciones herticas de los materialismos literarios, jeroglficos o simblicos. Estos materialismos ya

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    no merecern siquiera el nombre de materialismos para quienes desconfan de cualquier idea que se tenga y terminan proscribindola como una forma de idealismo. No deja de ser paradjico y enigmticamente significativo que alguien como Lenin (1908), alguien tan rebosante de ideas, tan profundamente elocuente y tan consciente de la funcin intelectual de la vanguardia revolucionaria y de los efectos histricos de las palabras, fuera precisamente quien objetara que el materialismo simblico ya no es un materialismo, sino una suerte de idealismo, o tal vez, en el mejor de los casos, un semi-materialismo (p. 302). A primera vista, y antes de permitirse reflexionar seriamente en la cuestin, cabe hacer esta objecin al materialismo simblico lacaniano, cuyo carcter simblico parece mutilar el propio materialismo, descompletarlo, atenuarlo, relativizarlo, contradecirlo y traicionarlo al trascenderlo. El mismo Lacan reconoce, en el pasaje que ya hemos citado, que lo simblico hace que la materia se trascienda en lenguaje (Lacan, 1966a, p. 209). Una vez trascendida en lenguaje, la materia ya no es pura y simple realidad material inmanente y distinta de la idea, sino que se deja impregnar y conformar por aquello mismo que no es ms que lenguaje y que denominamos idea. Pero si la idea no es ms que lenguaje, como lo es en Lacan, entonces no es ms que materia, y el materialismo lacaniano, por ms idealista que sea, no ser por ello un semi-materialismo, como lo supondra Lenin. En el anlisis del materialismo dialctico marxista-leninista, que al menos aqu no se muestra suficientemente dialctico, lo ideal y lo material son polos que se oponen y no hay manera de superar ni la polaridad ni la oposicin. De modo que un materialismo idealista, en este anlisis, no puede ser ms que un semi-materialismo, un falso materialismo, un materialismo intrnsecamente contradictorio, por no decir una aberracin lgica, una simple apora, o un simple oxmoron. En cambio, en la dialctica lacaniana y en la del propio Marx, no slo debemos aceptar la contradiccin entre la materia y la idea, sino que debemos trascenderla, superarla, pero tambin recuperarla y asimilarla en una concepcin materialista de la misma idea. Esta idea, por ejemplo, ser la del obrero armado sublevado en Pars, que impregna y conforma la materia de las ramas que se tornan entonces un hombre con fusil que apunta hacia los

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    guardias nacionales. Desde luego que no escapamos aqu de la contradiccin y de la tensin entre lo material y lo ideal, pero la contradiccin y la tensin, en lugar de resolverse en una distincin tajante y esttica, terminan enredndose en las ramas del manzano, articulndose en los brazos del revolucionario, complicndose y concretndose en algo sinttico y dinmico, pero siempre desgarrado y agitado, que debe surgir del hypokimenon, del fondo oscuro de una materia que slo puede ser en acto cuando se reviste de su forma ideal, simblica, significante. Lo material y lo ideal se penetran y se resisten el uno al otro, se debaten entre s, luchan y as generan esa energa, esa corriente histrica, esa especie de electricidad significante que se libera en el movimiento mismo por el que el rbol se anima y se metamorfosea en un revolucionario que apunta con su fusil hacia los guardias nacionales. El hombre ya no es pura y simple realidad material como la privilegiada por el materialismo realista, sino que se trata de una idea materializada, compenetracin entre lo material y lo ideal, que slo puede ser favorecida por una suerte de materialismo idealista como el que Sartori (1979) atribuye al propio Marx (pp. 111-113) y como el que nosotros atribuimos a Lacan (Pavn-Cullar, 2012a).

    En Lacan lo mismo que en Marx, tenemos un materialismo idealista que se muestra profunda y radicalmente dialctico, hasta las ltimas consecuencias, no slo al trascender la simple oposicin analtica entre lo material y lo ideal, sino tambin al buscar nuevamente la contradiccin, pero en un nivel ms elevado, que es el nivel de la relacin entre la materialidad y la realidad como polos contradictorios. En esto, el materialismo idealista discrepa evidentemente del tradicional materialismo realista que identifica ingenuamente la materialidad con la realidad. Sin embargo, aunque discrepe de este materialismo que es el nico materialismo para cierto Lenin y para Sartori, el materialismo idealista de Marx y de Lacan es un materialismo consecuente y acabado, un materialismo propiamente dicho y no un idealismo dado vuelta, como dira Sartori (1979, p. 111), ni tampoco un semi-materialismo, como dira Lenin (1908, p. 302).

    Si detenemos el movimiento dialctico interno de las mquinas conceptuales de Marx y Lacan, y nos hacemos una representacin

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    esquemtica y esttica de las mismas, tendremos que reconocer efectivamente que lo material inconsciente no se confunde con lo ideal consciente, as como lo simblico no se confunde con lo imaginario ni el significante con lo significado. Podramos considerar entonces que hay una flagrante contradiccin en los materialismos idealistas que permiten que la materia se vea contaminada por la idea. Pero aun si as lo consideramos, tendremos que reconocer tambin que las ideas, tanto en la teora lacaniana como en la marxiana, son entidades intrnsecamente contradictorias que no excluyen una materia que subyace a ellas y de la que las ideas ni siquiera pueden separarse ni discernirse claramente. De modo correlativo, la materia, al verse impregnada por las ideas, traiciona su pureza material, pero esta pureza material no es paradjicamente ms que un ideal proyectado sobre la materia, una idea abstracta que se tiene de la materia y que no debe confundirse con la materia como tal. Independientemente de esta idea, la materia siempre ser constituida y reconstituida en acto por otras ideas, y al ser as constituida y reconstituida, seguir siendo lo que siempre ha sido, seguir teniendo un aspecto o elemento ideal que nunca la ha abandonado, y al ser tambin idea, no perder ni su materialidad ni tampoco ninguna de las cualidades esenciales vinculadas con esta materialidad. En definitiva, la cualidad de estas cualidades, el denominador comn de las cualidades o aquello que le permite a la materia tener estas cualidades, es precisamente aquello ideal que debe existir en la materia para poder sostener las cualidades que hacen que la materia sea lo que es.

    Puesto que la materia es lo que es, debe ser tambin la idea o el valor simblico de lo que es, no slo idea general de la materia, sino tambin idea individual y especfica de cada cosa material. De modo recproco, la idea posee necesariamente una materialidad simblica, y no puede liberarse ni de la palabra material ni de su materia literal significante. Aqu la idea, como ya lo dijimos, no es ms que lenguaje. Resulta evidente, por lo menos, que hay siempre un lenguaje por el que la idea existe al materializarse como palabra. Marx (1846) dira que la idea fue golpeada por la maldicin de estar siempre contaminada por la materia, que aqu reviste la forma de capas de aire agitadas, sonidos, lenguaje (p. 1061). En el mismo sentido, Lacan agregara que la idea no es algo inmaterial o

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    incorporal, sino que tiene un cuerpo material en las palabras que la representan (1977-1978, 15/11/77).

    Las palabras no slo representan la idea, sino que son el cuerpo material de la idea, un cuerpo del que la idea no puede prescindir. La idea slo puede concretarse al materializarse como palabra. Esta palabra es la materialidad inherente a la idea. Paradjicamente, la idea ser siempre material en la perspectiva marxiana y lacaniana. Se confirma entonces que aqu, en esta perspectiva, el materialismo idealista no es una postura incoherente ni discordante, y nos permite estudiar y tomar en serio ciertos fenmenos que un materialismo realista, como el de la Academia de Ciencias de la Unin Sovitica, desechara y tirara en su basurero de ideales e ilusiones, en el que nos encontramos, entre otros residuos peligrosos, con el ideal revolucionario que anim la Revolucin de Octubre.

    El materialismo y el ideal revolucionario El ideal revolucionario de Octubre de 1917, lo mismo que el de las Jornadas de Junio de 1848, slo puede ser correctamente analizado por un mtodo materialista idealista como el de Marx y Lacan. Mediante este mtodo, podemos analizar, por ejemplo, el carcter profundamente ambiguo del hombre con fusil de Bouvard y Pcuchet. Nuestro anlisis nos permite comprender, por un lado, que se trata de un revolucionario material y materialmente efectivo, pues est materialmente constituido por las ramas del manzano y hasta puede hacer que los guardias lo perciban y huyan al percibirlo. Sin embargo, por otro lado, nuestro anlisis nos hace tambin admitir que el hombre con fusil, por ms material que sea, no deja de ser ideal, pues corresponde al cuerpo de la idea revolucionaria que los guardias nacionales tienen de los obreros armados y sublevados en Pars. El mismo anlisis nos lleva finalmente a reconocer que estos obreros, a su vez, encarnan ya un ideal comunista cuyo cuerpo material es el de cada obrero en Pars, pero tambin el del hombre con fusil en el manzano de Chavignolles.

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    Para dar cuenta de las posibles materializaciones del ideal comunista, necesitamos un materialismo idealista que no excluya, de entrada, ni la posibilidad fundamental de tener un ideal o una idea, como la idea del comunismo (Badiou, 2009, pp. 181-205), ni la posibilidad ms radical de vivir por una idea, y de luchar y morir por ella (2006, pp. 9-13, 529-534). En esto, nuestro materialismo idealista deber discrepar tajantemente de un materialismo realista, como el que Badiou identifica hoy en da bajo el nombre de materialismo democrtico, que nos manda vivir sin idea y aferrarnos a la realidad de lo que hay (ibid). Al aferrarse a esta realidad, el materialismo realista no considera sino una sola de las tantas ideas que abarcamos en el materialismo idealista, a saber, la inspida idea de la realidad, como ideal constitutivo de lo que Rancire (1988) llamaba la utopa realista (p. 40).

    Sobra decir que el realismo es una ideologa como cualquier otra, y que su materialismo, el materialismo realista, no descansa en el buen sentido ni tampoco emana de la madurez entendida como superacin de la supuesta ingenuidad pueril o juvenil del idealismo. Lacan (1964-1965) habr de ver la ingenuidad, no en el idealismo ni en el materialismo idealista, sino ms bien en el materialismo realista y en su realismo ingenuo que ingenuamente cree en la realidad de lo que acepta como realidad, lo que est en contradiccin, por un lado, con el materialismo lacaniano que slo acepta la existencia del significante material que representa al sujeto para otro significante, y por otro lado, con el materialismo no-lacaniano que no admite como existente sino aquello de lo que tenemos signos materiales que representan algo para alguien (16/12/64). Ambos materialismos contradicen diametralmente el realismo y pueden ser caracterizados como idealistas. Sin embargo, no deben confundirse el uno con el otro. El materialismo no-lacaniano incurre en la inconsecuencia de reconocer la idealidad inmaterial de la significacin o del sentido (ibd.), mientras que el materialismo propiamente lacaniano slo reconoce la materialidad simblica de una idea cuya nica idealidad es la idealidad material del significante. Esta nocin materialista simblica de la idealidad es precisamente lo que le permite a Lacan ser idealista sin dejar de ser materialista.

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    Otras opciones materialistas lacanianas Lacan es materialista y su materialismo es un materialismo de lo simblico y de lo ideal intrnsecamente materializado a travs de lo simblico. Este materialismo es quiz el fundamental de la teora lacaniana, pero no es el nico ni el ms caracterstico, as como tampoco puede considerarse independientemente de los dems sin mutilar y simplificar el materialismo lacaniano en toda su complejidad. Si quisiramos hacer un repertorio de los materialismos que se articulan de manera compleja en el materialismo lacaniano, deberamos considerar los seis que mencionar para cerrar este captulo y que ya fueron examinados con detenimiento en otro escrito (Pavn-Cullar, 2012b):

    1. Materialismo crtico en relacin con la idea misma de la materia, la cual, para Lacan (1969-1970), es un dogma injustificado, una creencia como cualquier otra, el dios de los materialistas vistos como los nicos creyentes autnticos (21/01/70, pp. 74-75).

    2. Materialismo dialctico en el que Lacan (1955-1956) valoriza la dimensin dialctica del comportamiento humano, el movimiento dialctico de de las acciones, de los deseos y de los valores, que no slo los hace cambiar a cada instante, sino de una manera continua, e incluso hacindolos pasar a valores estrictamente opuestos en una perpetua posibilidad de inversin de signo en funcin de la totalidad dialctica de la posicin del individuo (23/11/55, p. 32).

    3. Materialismo histrico en el que Lacan (1967), al adoptar un materialismo freudiano que no nos despoja de nuestra historia (1956, p. 464), se muestra ms historicista que muchos que se proclaman como tales (1967, pp. 119-120), y asimila lo dialctico a lo histrico al reconocer la verdad de la concepcin marxiana y marxista de la historia como dialctica inscrita en la materia (1950, pp. 124-129), lo que supone que las dos caras del materialismo, la dialctica y la histrica, no son finalmente ms que una cara, dialctica e histrica (1965, p. 464).

    4. Materialismo aleatorio en el que Lacan se opone al materialismo histrico marxista-leninista ortodoxo, criticndolo como

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    resurgimiento de la providencia de Bossuet (1973-1974, 09/04/74), y opta por otro materialismo histrico en el que aquello que se espera de la historia no son avances continuos y unidireccionales, determinados y previsibles, sino rupturas o discontinuidades indeterminadas e imprevisibles, es decir, acontecimientos, encuentros, sorpresas (1966b, p. 199), irrupciones de la verdad como sntoma, como causa materialsticamente propuesta (1966c, pp. 231-232), como causa indefinidamente variable (p. 354), como peripecias del drama subjetivo (1965, pp. 349-354), todo lo cual nos recuerda evidentemente el materialismo aleatorio de Althusser (1984) con su insistencia en los casos, las situaciones, lo que nos sobreviene sin prevenir (pp. 37-38), el encuentro, la contingencia, en suma, lo aleatorio (pp. 32-33).

    5. Materialismo corporal en el que Lacan pretende coincidir con el materialismo radical freudiano, que sera un materialismo del cuerpo (1964-1965, 03/03/65) y que descansara en el postulado lacaniano de que no hay goce ms que del cuerpo, postulado con el que se reduce el goce a la experiencia de la materia, en un rechazo de los goces eternos en el que se apreciara, segn Lacan, el alcance tico del materialismo (1966-1967, 30/05/67).

    6. Materialismo fantasmagrico en el que Lacan admite la materialidad real del fantasma y de la desgarradura de lo simblico, del hoyo en lo real del que sale un fantasma (1958-1959, 22/04/59) cuyo origen sera el mismo del fenmeno psictico (1955-1956, pp. 85-102) y que nos recordara irresistiblemente a ese fantasma del comunismo (Marx y Engels, 1848, p. 26) que parece materializarse, precisamente en el mismo ao en que lo ven Marx y Engels, a travs del manzano de Chavignolles del que nos hemos ocupado en este captulo.

    Adems de estas opciones materialistas lacanianas, habra que tener en consideracin otras ms que todava no analizo a profundidad, pero que Nstor Braunstein ya me hizo ver en una penetrante y fecunda crtica de mi trabajo. Me refiero a los materialismos por los que Lacan reconoce y reivindica las materialidades constitutivas de los tres registros, de los nudos y de los matemas, del goce y del deseo, del ser del analista y de la prctica

  • Para citar: Pavn Cullar, D. (2013). Materialismo, literatura y psicoanlisis: del manzano antropomorfo de Gustave Flaubert a la materialidad simblica de Jacques Lacan. En Prez Castillo, P. (coord.), Psicoanlisis y literatura: temas selectos en un dilogo interdisciplinario (pp. 83-104). Quertaro: En y Universidad Autnioma de Quertaro.

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    misma del anlisis, de las tres sustancias del fantasma, de la letra y del objeto a, a todo lo cual habra que agregar evidentemente materialidades freudianas como la libido, las zonas ergenas y el aparato psquico.

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