¿cuándo encontraremos la paz? · el día de expiación es muy diferente de las demás...

Julio-Agosto de 1999

¡No habrá más mentiras!El euro: ¿Paso clave para una futura superpotencia?

¿Cuándoencontraremos

la PAZ?

C o n t e n i d o

¿Cuándo encontraremos la paz? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8Finalmente, este mundo tendrá paz, pero no será por medio de los esfuer-zos o intenciones de los hombres. La intervención divina es lo único quepondrá fin a la guerra. Bajo el gobierno justo y equitativo de Jesucristocomo Rey de toda la tierra, la paz llenará al mundo entero, “porque la tie-rra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar”(Isaías 11:9). Esta es una promesa de paz, no sólo para Israel, sino tam-bién para África, Europa, Asia, América: ¡para todo el mundo!

¡No habrá más mentiras! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1Vendrá una época en que la verdad reemplazará todas las mentiras. Esto sucederá cuando Satanássea quitado de en medio, hecho representado por la fiesta bíblica del Día de Expiación.

La Biblia y la arqueología—El reino de Judá: Exilio y restauración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

En este artículo examinamos las condiciones y circunstancias que permitieron que los descendientesdel reino de Judá volvieran a su patria después del cautiverio en Babilonia.

Héroes de la fe—Elías: Instrumento de Dios para eliminar la maldad de la tierra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Bajo el débil liderazgo del rey Acab y la cruel influencia de su esposa Jezabel, el pueblo de Israel se hundíaen un miserable paganismo. Dios envió al profeta Elías para contrarrestar esta decadencia espiritual.

Detrás de los titulares—El euro: ¿Paso clave para una futura superpotencia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

El euro, la nueva moneda europea, quizá no sea una noticia muy importante en los países lejos de Europa,pero su impacto puede ser más significativo para todo el mundo que cualquier otro tema de actualidad.

El juicio de Dios: ¿Castigo o esperanza? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14Se ha dicho que las únicas cosas que son seguras son la muerte y el pago de impuestos. Pero existeotra cosa de la que podemos estar absolutamente seguros: el juicio final.

¿Qué dice la Biblia acerca del juicio de Dios? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15Dios siempre ha sido el juez de su creación, pero nosotros necesitamos entender cómo, cuándo ypor qué juzga. Saber esto nos ayuda a entender las formas de juicio que se describen en la Biblia.

Julio-Agosto de 1999 • Volumen 4, Número 4Las Buenas Noticias es una publicación bimestral de la Iglesia de Dios Unida, unaAsociación Internacional, P.O. Box 541027, Cincinnati, Ohio 45254-1027, EE.UU.

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Salvo indicación contraria, las citas bíblicas son de la versión Reina-Valera,revisión de 1960.

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Artículo especial

endrá una época en que la ver-dad reemplazará todas las menti-

ras. Esto sucederá cuando Satanássea quitado de en medio, hecho re-

presentado por el Día de Expiación.¿Quién fue el primero en escalar el

monte McKinley, la cumbre más alta deNorteamérica? Según el Dr. Frederick A.Cook, él fue quien primero llegó a la cimaen 1906. Hasta publicó un libro para res-paldar su afirmación. En el libro aparecíauna fotografía que aparentemente fue to-mada en la cumbre. Sin embargo, en 1912se descubrió la mentira y, gracias a losavances tecnológicos posteriores, se pudodemostrar que la fotografía era un fraude.

Otro famoso fraude fue el de RosieRuiz en el maratón de Boston. En 1980ella recibió el premio al llegar supuesta-mente en primer lugar entre las mujerescorredoras . . . hasta que se revisó el re-gistro fotográfico de los lugares por don-de debían pasar los corredores. No apare-ció en ninguno de ellos, puesto que habíatomado un atajo.

La mentira y el engaño son una partetan intrínseca de la naturaleza humanaque tal parece que no podemos confiar ennadie. ¿Por qué mienten laspersonas? Son muchas lasrazones. En general tieneque ver con el deseo de lu-cirse a costa de los demás.

¿Cuánta influencia ejercen las falseda-des sobre nuestra sociedad? ¿Cómo seoriginó esta mentalidad de mentir y enga-ñar? ¿Se le pondrá fin algún día?

Un mundo nuevo

Las buenas noticias son que vendráuna era cuando la verdad reemplazará to-das las mentiras. Estas reconfortantes no-ticias son reveladas en una de las fiestasanuales de Dios: el Día de Expiación. Laobservancia cristiana de este día prefigu-ra un acontecimiento en el futuro que al-terará el curso de la historia. En ese mo-mento Satanás será quitado de en medio

y ya no podrá influir más en la humani-dad ni engañarla.

En la cronología del plan maestro deDios, el hecho histórico simbolizado porel Día de Expiación ocurrirá entre dos su-cesos trascendentales: el regreso de Jesu-cristo y el comienzo de su reinado mile-nario sobre todas las naciones. Estos doshechos son representados por otras dosfiestas de Dios: la Fiesta de las Trompe-tas y la de los Tabernáculos.

En este período utópico que Cristoinaugurará, el arquitecto de la mentira, suverdadero autor, ya no estará presente parainfluir en la humanidad. Bajo el reinadojusto de Jesucristo se eliminará toda formade mentira (Apocalipsis 21:27; 22:15).

Mientras Dios no remueva al instigadorprincipal del pecado, la humanidad conti-nuará bajo su influencia, siguiendo el ca-mino de la desobediencia y el sufrimiento.A pesar de que nuestra codicia, egoísmo yvanidad desempeñan un papel determi-nante en el pecado, es Satanás el que llevala mayor responsabilidad de engañar a lahumanidad para que desobedezca a Dios.

Es el diablo quien ciega a las personaspara que no entiendan las verdades de

Dios. El apóstol Pablo lo explicó clara-mente: “El dios de este siglo cegó el en-tendimiento de los incrédulos, para queno les resplandezca la luz del evangeliode la gloria de Cristo, el cual es la imagende Dios” (2 Corintios 4:4).

Además, Pablo advirtió que el diablo esun experto, no sólo para disfrazarse a símismo, sino también para disfrazar sumensaje. En vez de presentarse como esen realidad, “el mismo Satanás se disfrazacomo ángel de luz” (2 Corintios 11:14).

Jesucristo nos asegura que es Satanásquien introdujo la rebeldía en el mundo.A quienes se opusieron a sus enseñanzas,

sin ambages les dijo: “Vosotros sois devuestro padre el diablo, y los deseos devuestro padre queréis hacer. Él ha sidohomicida desde el principio, y no ha per-manecido en la verdad, porque no hayverdad en él. Cuando habla mentira, desuyo habla; porque es mentiroso, y padrede mentira” (Juan 8:44).

La influencia de Satanás es muy pe-netrante, pues él “engaña al mundo ente-ro” (Apocalipsis 12:9). El apóstol Juannos relata que el poder de Satanás sobre lahumanidad es tan grande que “el mundoentero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19).

Jesucristo es quien nos salvará de lasmentiras, tanto las nuestras como las deotros. Pero nosotros debemos hacer nues-tra parte resistiendo diligentemente lamaldad y dejando de mentir. Por lo tanto,es con un sentido de alivio que podemosapreciar el Día de Expiación, porque nosrevela el hecho incontrovertible de que lainfluencia engañadora de Satanás será eli-minada (Apocalipsis 20:1-3).

Dios expulsará a Satanás y sus demo-nios antes de que Cristo establezca su rei-nado milenario. Atará a los ángeles caí-dos, que por miles de años han inducido

a la humanidad a cometer toda maldadimaginable, y los encerrará en un lugarde restricción (vv. 2-3). La completa re-conciliación de la humanidad con Diosno puede ocurrir hasta que Satanás, lafuente del pecado y la causa del sufri-miento, sea quitado de en medio.

El significado del ayuno

El Día de Expiación es muy diferentede las demás convocaciones santas deDios. Las instrucciones específicas sobresu observancia explican que es un díapara “afligirse” (Levítico 23:27-32). En

¡No habrá másMENTIRAS!

La mentira y el engaño son una parte tan intrínseca de la naturalezahumana que tal parece que no podemos confiar en nadie.

VPor Graemme Marshal l

Ver MENTIRAS en la página 17

Julio-Agosto de 1999 1

n Las Buenas Noticias hemos se-guido la historia bíblica desde elGénesis hasta el cautiverio de los

reinos de Israel y Judá, y hemos examina-do algunos de los hallazgos arqueológi-cos que confirman e iluminan el texto dela Biblia. Ahora continuamos con las con-diciones y circunstancias que permitieronque los descendientes del reino de Judávolvieran a su patria.

Aunque muchos de los que sobrevi-vieron a la invasión babilónica de Judáestuvieron exiliados en Babilonia por 70años, Dios no los abandonó. De hecho,algunas de las profecías bíblicas más im-portantes fueron dadas en ese entonces,no sólo para infundirles esperanza a loscautivos en su sufrimiento, sino tambiénpara consolar al pueblo de Dios en todaslas épocas.

Las profecías de Daniel

Cuando el reino de Judá fue derrotadopor los babilonios, Daniel fue uno de losjóvenes príncipes que fue capturado yllevado a la corte de Nabucodonosor, reyde Babilonia, para ser educado. Los deta-lles de las costumbres babilónicas y elsistema gubernamental descrito en el li-bro de Daniel encajan bien con los regis-tros históricos y los descubrimientosposteriores de la arqueología.

Un diccionario bíblico comenta lo si-guiente acerca del libro de Daniel: “El au-tor parece tener una mejor comprensiónde la historia neobabilónica y de la Persiatemprana que cualquier otro historiadordesde el siglo 6 a.C. . . . Él conocía sufi-cientemente las costumbres del siglo sex-to para describir a Nabucodonosor comoun gobernante capaz de decretar o cam-biar con poder absoluto las leyes de Babi-lonia (Daniel 2:12-13, 46), mientras quemostró la impotencia de Darío el medo,

quien no pudo alterar las leyes de los me-dos y los persas (Daniel 6:8-9). También,con gran precisión describió el cambiodel castigo de fuego bajo los babilonios(Daniel 3) al del foso de leones bajo lospersas (Daniel 6), pues éstos considera-ban el fuego como algo sagrado” (TheNew Bible Dictionary [“Nuevo dicciona-rio bíblico”], 1982, p. 262).

Durante el tiempo en que Daniel sirvióen la corte del rey Nabucodonosor, reci-bió de Dios una serie de profecías. Estasasombrosas predicciones describen losúltimos años del Antiguo Testamento, elperíodo intertestamentario y la época delNuevo Testamento hasta el estableci-miento del Reino de Dios sobre la tierra.

Dios le reveló a Daniel que habría cua-tro reinos que gobernarían gran parte delmundo desde ese tiempo hasta la segundavenida de Cristo y el establecimiento delReino de Dios. A pesar de que estas pro-fecías, que se encuentran en Daniel 2-12,están escritas en lenguaje simbólico, Diosrevela la identidad de los cuatro reinos.

El primero sería Babilonia, el reinodominante en los tiempos de Daniel (Da-niel 2:37-38). Después vendría el reinode los medos y los persas (Daniel 8:20),seguidos por el Imperio Griego (v. 21).Finalmente, surgiría el Imperio Romano,que derrotaría a los griegos y absorberíapartes de los imperios anteriores (Daniel2:40; 7:7, 23).

A pesar de que con el correr de los si-glos este último imperio pasaría por pe-ríodos de decadencia, no desapareceríapor completo. Antes bien, durante inter-valos sucesivos reviviría en la forma devarios resurgimientos del “Sacro ImperioRomano”. Dios le reveló a Daniel que elúltimo resurgimiento será guiado por undictador mundial y un dirigente religiosoque reinarán con el apoyo de 10 gober-

nantes. Ellos ejercerán su poder hasta lavenida de Cristo y el establecimiento delReino de Dios (Daniel 2:41-44; 8:23-26;Apocalipsis 17:12-13).

La caída de Babilonia profetizada

Cuando Daniel recibió esta profecía,Babilonia estaba en la cumbre del poder.Nabucodonosor podía jactarse de susgrandes obras de construcción, que am-pliaron y embellecieron la ciudad de Ba-bilonia. Él preguntó en forma retórica:“¿No es ésta la gran Babilonia que yo edi-fiqué para casa real con la fuerza de mipoder, y para gloria de mi majestad?”(Daniel 4:30). La existencia de las impo-nentes obras de Nabucodonosor ha sidoconfirmada por la arqueología.

A principios de este siglo, unos exca-vadores desenterraron partes de esta in-mensa ciudad. El historiador Werner Ke-ller resume los hallazgos: “En el año1899 la Sociedad Alemana de Orientepreparó una gran expedición bajo la di-rección del arquitecto y profesor RobertKoldewey, a fin de explorar la célebre co-lina de ‘Babil’a orillas del Éufrates . . . En18 años salió a la luz la metrópoli más cé-lebre del mundo antiguo: la sede real deNabucodonosor. Al mismo tiempo se des-cubrió una de las siete maravillas delmundo, los ‘jardines colgantes’ tan alaba-dos por los viajeros griegos de tiemposposteriores, así como la ‘E-temen-an-ki’,la legendaria torre de Babel. En el palaciode Nabucodonosor y en la puerta de Istar. . . se descubrieron innumerables inscrip-ciones” (The Bible as History [“La Bibliacomo libro de historia”], 1980, p. 302).

Acerca del rey Nabucodonosor, el mis-mo autor comenta: “Quizá no hubo sobe-rano alguno en la antigüedad que fueraun constructor tan asiduo. Casi no sehace mención de guerras, conquistas ni

El reino de Judá:Exilio y restauración

Por Mario Seigl ie

E

L A B I B L I A Y L A B I B L I A Y

2 Las Buenas Noticias

campañas. Lo más notable es la continuaactividad constructora de Nabucodono-sor. Cientos de miles de ladrillos llevansu nombre, y los planos de muchos de losedificios han sido conservados. Babiloniasuperó a todas las ciudades del antiguoOriente: era más grande que Tebas, Men-fis y Ur, y más grande aún que Nínive”(ibídem, p. 316).

Parecía imposible que esta gran ciudadfuera súbitamente conquistada. No obs-tante, Daniel predijo su caída la mismanoche en que sucumbió Babilonia antelos persas. Al interpretar la escritura en lapared, le dijo al rey: “Tu reino ha sidoroto, y dado a los medos y a los persas . . .La misma noche fue muerto Belsasar reyde los caldeos. Y Darío de Media tomó elreino . . .” (Daniel 5:28-31).

Unos cien años después, el historiadorHerodoto (484-420 a.C.) confirmó el rela-to de Daniel sobre la caída de Babilonia:“Por medio de un canal, los persas desvia-ron el río [Éufrates] a la laguna, que hastaahora era un pantano, y así, al bajar el río,[Ciro] hizo vadeable el antiguo cauce.Cuando esto se logró, los persas apostadospara ello penetraron en Babilonia por elcauce del Éufrates, el cual había bajadomás o menos a la altura de la mitad delmuslo . . . Así entraron los persas en la ciu-dad . . . y debido al gran tamaño de la ciu-dad y al hecho de que estaban celebrandoun festival, los que vivían en el centro deBabilonia no se dieron cuenta de la pre-sencia de los enemigos. Continuaron bai-lando e intercambiando regalos hasta quede repente se les informó su triste destino.

Así se conquistó Babilonia” (Historia, li-bro 1, párrafos 191-192).

Las hazañas de Ciro predichas

Tal como fue profetizado en la Biblia,estas cosas ocurrieron al cumplirse los 70años del exilio judío. Ciro el persa, aliadode los medos y el que conquistó Babilo-nia, liberó a los descendientes del reinode Judá que habían sido llevados en cau-tiverio. Varios profetas bíblicos habíanprofetizado la caída de Babilonia. Isaíashasta mencionó a Ciro por su nombremuchos años antes de que éste surgierapara derrotar a los babilonios.

Unos 200 años antes del nacimiento deCiro, Dios reveló por medio de Isaías:“Así dice el Eterno . . . de Ciro: Es mi pas-tor, y cumplirá todo lo que yo quiero, aldecir a Jerusalén: Serás edificada; y altemplo: Serás fundado. Así dice el Eternoa su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por sumano derecha, para sujetar naciones de-lante de él y desatar lomos de reyes; paraabrir delante de él puertas, y las puertasno se cerrarán . . . y te daré los tesoros es-condidos, y los secretos muy guardados,para que sepas que yo soy el Eterno, elDios de Israel, que te pongo nombre”(Isaías 44:24, 28; 45:1-3).

Aunque Ciro vivió en una época en quelos conquistadores trataban a sus cautivosen forma cruel y despiadada, él es cono-cido en la historia como un gobernanteque ofreció bastantes libertades a los pue-blos anteriormente conquistados por losbabilonios.

Hace cerca de un siglo, entre las ruinasde Babilonia se halló un cilindro de arcillainscrito con un decreto del rey Ciro; es lla-mado el cilindro de Ciro, y se puede ver enel Museo Británico. El lenguaje es pareci-do al decreto de Ciro que se encuentra enla Biblia. La diferencia principal es queCiro usó la terminología babilónica parareferirse a Dios. Declaró que estaba libe-rando a los pueblos porque un “Dios” enparticular había pronunciado su nombre ylo había escogido en una forma milagrosa.

Escribiendo desde el punto de vista ba-bilónico, Ciro dijo: “Marduk [el nombrebabilónico para el dios principal] con-templó y miró en todos los países parahallar un gobernante justo que estuviera

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La puerta de Istar, la entrada principal de Babilonia, fue construida durante elreinado de Nabucodonosor (605-562 a.C.), y ha sido restaurada en Berlín. Cerámicabarnizada, animales míticos, leones y dioses adornan la puerta que fue dedicada aIstar, la diosa babilónica de la fertilidad. Nabucodonosor invadió Judá, destruyóJerusalén y el templo, y llevó en cautiverio al pueblo a Babilonia, donde los judíospasaron 70 años en exilio como un castigo por su desobediencia a Dios.

dispuesto a guiarlo. Pronunció el nombrede Ciro, rey de Anshan, y lo declaró reydel mundo . . . y le ordenó que marcharacontra su ciudad Babilonia . . . Sin unabatalla, le hizo entrar en su ciudad Babi-lonia, salvándola y evitando la calamidad. . . Junté a todos sus habitantes y los de-volví a sus lugares. Además, restablecí. . . todos los dioses . . . en sus antiguostemplos” (J.B. Pritchard, Ancient NearEastern Texts [“Textos del antiguo Cer-cano Oriente”], 1969, p. 316).

Regreso del exilio

La versión bíblica del decreto, que seencuentra en el capítulo 1 del libro de Es-dras, revela el cumplimiento de la profe-cía: “En el primer año de Ciro rey de Per-sia, para que se cumpliese la palabra delEterno por boca de Jeremías, despertó elEterno el espíritu de Ciro rey de Persia, elcual hizo pregonar de palabra y tambiénpor escrito por todo su reino, diciendo:Asíha dicho Ciro rey de Persia: El Eterno elDios de los cielos me ha dado todos losreinos de la tierra, y me ha mandado quele edifique casa en Jerusalén, que está enJudá. Quien haya entre vosotros de supueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalénque está en Judá, y edifique la casa al Eter-no Dios de Israel (él es el Dios), la cualestá en Jerusalén. Y a todo el que hayaquedado, en cualquier lugar donde more,ayúdenle los hombres de su lugar con pla-ta, oro, bienes y ganados, además deofrendas voluntarias para la casa de Dios,la cual está en Jerusalén” (Esdras 1:1-4).

El historiador judío Flavio Josefo,quien vivió en el primer siglo de nuestraera, narró la reacción de los judíos cuan-do Ciro entró en Babilonia: “Esta [profe-cía] fue conocida por Ciro al leer el libroque había dejado Isaías con sus profecías,pues este profeta dijo que Dios le habíadicho esto en una visión secreta: ‘Mi vo-luntad es que Ciro, a quien he designadocomo rey sobre muchas naciones gran-des, devuelva mi pueblo a su propia tierray edifique mi templo’. Esto fue predichopor Isaías 140 años antes de que el templofuera destruido. Por consiguiente, cuandoCiro lo leyó, admirado del poder divino,sintió un intenso deseo de cumplir lo queestaba escrito. Por eso reunió a los más

ilustres judíos que estaban en Babilonia yles dijo que les daba permiso para regre-sar a su propio país y que reconstruyeranla ciudad de Jerusalén y el templo deDios . . .” (Antigüedades de los judíos, li-bro XI, cap. I, sec. 2).

Así, se siguió escribiendo en lo que se-ría la Biblia la historia de los descendien-tes del reino de Judá, los judíos. Sin em-bargo, sus hermanos de las otras tribus deIsrael que fueron llevados en cautiveriopor los asirios, para ese entonces habíanperdido en gran parte su identidad en losconfines del antiguo Imperio Asirio, talcomo fue profetizado (2 Reyes 17).

El período persa: Esdras, Nehemías y Ester

El período del Antiguo Testamento ter-mina durante la era del Reino Persa. Va-rios libros bíblicos describen con preci-sión las costumbres persas. Mientras quelos libros de Esdras y Nehemías narran elregreso de los judíos a la tierra de Judá, ellibro de Ester cuenta la historia de una jo-ven judía llamada Ester quien vino a serla esposa del rey Jerjes I.

El relato de Nehemías comienza cuan-do está sirviendo al rey persa: “Sucedióen el mes de nisán, en el año veinte del reyArtajerjes, que estando ya el vino delantede él, tomé el vino y lo serví al rey . . .”(Nehemías 2:1). Aunque el título de co-pero no suena muy impresionante hoydía, en ese entonces era uno de los pues-tos gubernamentales más prestigiosos. Elcopero era “un oficial de alto rango en lasantiguas cortes orientales, cuyo papel eraservir el vino en la mesa del rey. Debidoal constante temor de intrigas y conspira-ciones, quien ocupara ese puesto debíaser digno de absoluta confianza . . . Su re-lación confidencial con el rey a menudole traía gran cariño y le daba un puesto degran influencia” (The International Stan-dard Bible Encyclopedia [“Enciclopediainternacional general de la Biblia”],1979, tomo I, p. 837).

Los arqueólogos han descubierto unalista de los sueldos pagados a los oficia-les más importantes del Imperio Asirio.Este registro refleja la valuación generalde puestos similares en la administraciónpersa. Luego del comandante en jefe, el

primer ministro y el administrador delpalacio, el siguiente puesto era el del co-pero, quien ganaba el cuarto sueldo másalto del reino.

Nehemías había acumulado tal canti-dad de fondos que cuando llegó a Jerusa-lén como el nuevo gobernador, no fue ne-cesario recolectar impuestos del pueblo.De hecho, parece que quiso encargarsepersonalmente de proveer para un grannúmero de sus compatriotas. Él dijo:“Además, ciento cincuenta judíos y oficia-les, y los que venían de las naciones quehabía alrededor de nosotros, estaban a mimesa. Y lo que se preparaba para cada díaera un buey y seis ovejas escogidas; tam-bién eran preparadas para mí aves, y cadadiez días vino en toda abundancia; y contodo esto nunca requerí el pan del gober-nador, porque la servidumbre de este pue-blo era grave” (Nehemías 5:17-18).

La reina Ester salva a los judíos

A pesar de que miles de judíos logra-ron restablecerse en el territorio de su an-tiguo reino de Judá, muchos se quedarondispersos en las principales ciudades delImperio Persa. El libro de Ester nos per-mite vislumbrar la influencia que tenía lacomunidad judía en ese imperio entre losaños 500 y 450 a.C., y los problemas quea veces esta influencia les acarreaba.

Uno de los oficiales persas, Amán, sequejó ante el rey acerca de los judíos:“Hay un pueblo esparcido y distribuidoentre los pueblos en todas las provinciasde tu reino, y sus leyes son diferentes delas de todo pueblo, y no guardan las leyesdel rey, y al rey nada le beneficia el dejar-los vivir” (Ester 3:8). “Y le dijo: La plataque ofreces sea para ti, y asimismo el pue-blo, para que hagas de él lo que bien te pa-reciere” (v. 11).

Tal como se narra en el libro que llevasu nombre, gracias al valor y la fe de lareina Ester, Dios intervino milagrosa-mente y libró a su pueblo. Es obvio quequien escribió el libro de Ester estaba fa-miliarizado con los procedimientos y lascostumbres de la corte persa a mediadosdel siglo quinto antes de Cristo.

Se han encontrado muchas pruebas ar-queológicas de la influencia judía en el

Ver EXILIO en la página 17


ajo el débil liderazgo del rey Acaby la cruel influencia de su esposaJezabel, el antiguo pueblo de Israelse hundía cada vez más rápida-

mente en un miserable paganismo. Diosenvió al profeta Elías para contrarrestaresta terrible decadencia espiritual.

En cierta ocasión, cuando Elías con-frontó a Acab, éste le preguntó en formasarcástica: “¿Eres tú el que turbas a Is-rael?” Respondiendo a la velada acusa-ción, el profeta le dijo: “Yo no he turbadoa Israel, sino tú y la casa de tu padre, de-jando los mandamientos del Eterno, y si-guiendo a los baales [dioses falsos]”.

En el tiempo de Elías, Israel se habíalanzado en una vorágine de maldad. Vol-viéndose hacía la idolatría, la nación en-tera había olvidado al Dios verdaderoquien, unas generaciones antes, le habíalibrado repetidamente de sus problemas.Gran parte de esta actitud se debía a la de-cadente moral del rey Acab, así como a lade su imperiosa y pagana esposa Jezabel.

Acab había establecido una alianza po-lítica entre Israel y Fenicia al casarse conJezabel, hija del rey fenicio. Esta alianzaresultó desastrosa para Israel.

Al juzgar por los nombres de sus hijos,Ocozías (“sostenido por el Eterno”) y Jo-ram (“el Eterno es ensalzado”), da la im-presión de que al principio de su reinadoAcab honraba a Dios. Como guerrero eravaliente, pero moralmente era débil y co-rrupto, y cedió ante la degradante in-fluencia de Jezabel, una fenicia fanáticade su falsa religión.

Para complacerla, Acab mandó cons-truir un templo a Baal en Samaria, capitalde Israel (1 Reyes 16:32). Permitió queJezabel mantuviera cientos de sacerdotesextranjeros (1 Reyes 18:19) y consintiócuando ella mandó matar a los profetasdel Eterno (vv. 4, 13).

Trágicamente, los israelitas siguieronel ejemplo de degeneración e idolatría desu rey y su reina. Las prácticas religiosasde Jezabel se convirtieron en la religiónde la corte y rápidamente fueron adopta-das por toda la nación.

Dios entonces llamó a Elías para queluchara contra la idolatría y la injusticiaque prevalecían en esa corrupta sociedad.Sus declaraciones bruscas y directas, ysus apariciones y desapariciones impre-vistas, le crearon un aire de misterio.

La profecía de Elías

El relato de Acab y Jezabel es una cla-ra advertencia para las generaciones pos-teriores, aun hasta nuestros días. En1 Reyes 16:30-33 leemos que Acab “hizolo malo ante los ojos del Eterno, más quetodos los que reinaron antes de él. Porquele fue ligera cosa andar en los pecados deJeroboam hijo de Nabat, y tomó por mu-jer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los si-donios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró.E hizo altar a Baal, en el templo de Baalque él edificó en Samaria. Hizo tambiénAcab una imagen de Asera, haciendo asíAcab más que todos los reyes de Israelque reinaron antes que él, para provocarla ira del Eterno Dios de Israel”.

Después de estos descarados actos mal-vados, Dios envió a Elías para que habla-ra con Acab y le hiciera saber la maldiciónque le sobrevendría a Israel: “Vive el Eter-no Dios de Israel, en cuya presencia estoy,que no habrá lluvia ni rocío en estos años,sino por mi palabra” (1 Reyes 17:1).

Poco tiempo después, Dios castigó laapostasía de Israel enviando una gran se-quía que tuvo graves consecuencias. Co-nociendo Dios el perverso corazón de Je-zabel, le dijo a Elías que se fuera al orien-te y se escondiera cerca del arroyo deQuerit, el cual desembocaba en el río Jor-dán. Allí tendría agua suficiente y Dios en-viaría unas aves que le traerían alimentos(vv. 3-6) para que tuviera qué comer mien-tras la nación se debilitaba por la sequía.

Después de un tiempo de no llover, elarroyo se secó (v. 7) y Dios le dio nuevasinstrucciones: “Levántate, vete a Sareptade Sidón, y mora allí; he aquí yo he dadoorden allí a una mujer viuda que te sus-tente. Entonces él se levantó y se fue a Sa-repta. Y cuando llegó a la puerta de la ciu-dad, he aquí una mujer viuda que estabaallí recogiendo leña; y él la llamó, y ledijo: Te ruego que me traigas un poco deagua en un vaso, para que beba. Y yendoella para traérsela, él la volvió a llamar, yle dijo: Te ruego que me traigas tambiénun bocado de pan en tu mano” (vv. 9-11).

Como puede leerse en el versículo si-guiente, la respuesta de la viuda no fuemuy positiva

Por Jerold Aust

BBElíasElías

I n s t r u m e n t o d e D i o s p a r a e l i m i n a r


esta vez. Condesaliento le explicó que no tenía ningúnpan cocido, que sólo tenía un puñado deharina y un poco de aceite, y que los leñosque había ido a buscar eran para cocinaralgún pan, comerlo y después esperar lamuerte por inanición junto con su hijo.

Entonces Elías le dijo que no temiera,que el Eterno le había asegurado que ni laharina de la tinaja ni el aceite de la vasijadisminuirían, hasta el día en que volvieraa llover y terminara la sequía.

La viuda fue entonces e hizo como lehabía dicho el profeta, y de la harina y elaceite que sólo eran suficientes para unaúltima comida, milagrosamente estuvie-ron alimentándose la mujer, su hijo yElías por muchos días.

Algún tiempo después, el hijo de laviuda enfermó gravemente y murió. Ella,en su dolor, culpó a Elías por su muerte.Entonces él, seguramente compadecidodel dolor de la madre, tomando al niño ensus brazos clamó: “Eterno Dios mío, ¿auna la viuda en cuya casa estoy hospedadohas afligido, haciéndole morir su hijo? . . .Eterno Dios mío, te ruego que hagas vol-ver el alma [vida] de este niño a él”(vv. 20-21).

Dios escuchó la oración de Elías y ledevolvió la vida al niño, y el profeta se lollevó de inmediato a la madre. Ella, ob-viamente emocionada y agradecida, ledijo a Elías: “Ahora conozco que tú eresvarón de Dios, y que la palabra del Eter-no es verdad en tu boca” (v. 24).

Pero para que Israel reconociera queElías era un profeta de Dios se necesitaríamás de un solo milagro, y más aún paraconvencer a Acab y a su esposa Jezabel.

Acab y Jezabel

Después de tres años de sequía, Dios ledijo a Elías que fuera a ver a Acab paradecirle que la sequía terminaría pronto(1 Reyes 18:1). Mientras tanto, Acab ha-bía encargado a su mayordomo Abdías(quien era un hombre temeroso de Dios)que fuera por todo el país a buscar hierbapara sus caballos y mulas.

En el camino, Abdías se encontró conElías quien le dijo que se regresara y le di-jera a Acab dónde estaba él. Pero Abdíastenía miedo de que si Elías se escondíanuevamente,

entonces Acab lo mataría creyendo que lohabía engañado. Elías reconoció que el te-mor de Abdías era lógico, por lo que leaseguró que no tenía por qué temer, puestal como se lo había dicho, él hablaría conAcab (vv. 7-15).

El profeta cumplió su palabra, y cuan-do se presentó ante Acab, éste le espetó:“¿Eres tú el que turbas a Israel?” (v. 17).Con firmeza Elías le contestó que era él,Acab mismo, junto con la casa de su pa-dre, quien había causado la sequía pordesobedecer los mandamientos de Dios yadorar a dioses falsos.

En seguida, Elías desafió a Acab: “En-vía, pues, ahora y congrégame a todo Is-rael en el monte Carmelo, y los cuatro-cientos cincuenta profetas de Baal, y loscuatrocientos profetas de Asera, que co-men de la mesa de Jezabel” (v. 19).

Es motivo de asombro que Acab hayaaceptado el desafío. Quizá su arroganciale hizo pensar que podría humillar al pro-feta y así desacreditarlo ante el pueblo.Cualesquiera que hayan sido sus pensa-mientos, de seguro le pareció bien correrel riesgo: cientos de falsos profetas con-tra un solo profeta de Dios.

Confrontación en el monte Carmelo

Cuando todos estuvieron reunidos en elmonte Carmelo, Elías preparó el escena-rio para revelar la existencia y el poder delverdadero y único Dios. “¿Hasta cuándoclaudicaréis vosotros entre dos pensa-mientos? Si el Eterno es Dios, seguidle; ysi Baal, id en pos de él. Y el pueblo no res-pondió palabra” (v. 21). Asombrados,aunque no convencidos, observaban aten-tamente todo lo que hacía y decía Elías.

El plan del profeta era sencillo; consta-ba de dos sacrificios, uno de los profetasde Baal y otro de él. Elías les dijo a los fal-sos profetas que escogieran un buey yofrecieran primero su sacrificio. Tambiénles dijo: “Invocad luego vosotros el nom-bre de vuestros dioses, y yo invocaré elnombre del Eterno; y el Dios que respon-diere por medio de fuego, ése sea Dios. Ytodo el pueblo respondió, diciendo: Biendicho” (v. 24). Todos estuvieron de acuer-do; todos verían y sabrían quién era Dios.

Los profetas de Baal prepararon elbuey y la leña para su sacrificio, y empe-zaron a invocar a Baal saltando e implo-rando: “¡Baal, respóndenos!”Así estuvie-ron haciéndolo desde la mañana hasta elmediodía; pero todo era inútil, ¡no habíarespuesta! (v. 26).

Cerca del mediodía, Elías empezó aburlarse de sus rivales, diciendo: “Gritaden alta voz, porque dios es; quizá está me-ditando, o tiene algún trabajo, o va de ca-mino; tal vez duerme, y hay que desper-tarle” (v. 27). Las palabras de Elías los de-sesperaban aún más, “y ellos clamaban agrandes voces, y se sajaban con cuchillosy con lancetas conforme a su costumbre,hasta chorrear la sangre sobre ellos”(v. 28). Sangrantes y frenéticos, los profe-tas de Baal continuaron con sus gritos ybrincos sin obtener respuesta alguna.

Ahora le tocaba a Elías, quien le pidióa la gente que se acercara mientras él jun-taba 12 piedras, las cuales representabanlas 12 tribus de Israel, y arregló el altar delEterno que estaba muy deteriorado.

Luego hizo una zanja alrededor del al-tar, preparó la leña, cortó el buey en pe-dazos y lo puso sobre la leña. Pidió quevertieran agua sobre el sacrificio y la leñahasta que éstos estuvieran completamen-te empapados y la zanja estuviera llena.De esa manera nadie podría pensar quehabía habido alguna trampa.

“Cuando llegó la hora de ofrecerse elholocausto, se acercó el profeta Elías ydijo: Eterno Dios de Abraham, de Isaac yde Israel, sea hoy manifiesto que tú eresDios en Israel, y que yo soy tu siervo, yque por mandato tuyo he hecho todas es-tas cosas. Respóndeme, Eterno, respón-deme, para que conozca este pueblo quetú, oh Eterno, eres el Dios, y que tú vuel-ves a ti el corazón de ellos” (vv. 36-37).

En seguida, “cayó fuego del Eterno, yconsumió el holocausto, la leña, las pie-dras y el polvo, y aun lamió el agua queestaba en la zanja” (v. 38).

¡Eso debió haber sido tremendamenteimpresionante! Todos se postraron y ex-clamaron: “¡El Eterno es Dios! ¡El Eter-no es Dios!” (v. 39, Nueva Reina-Valera).

Elías aprovechó ese momento para or-denarles a los israelitas que prendieran alos profetas de Baal. En cuanto se los tra-jeron los llevó al arroyo de Cisón, dondelos hizo degollar (v. 40). Jezabel habíaasesinado a los profetas de Dios. AhoraDios había ajusticiado a los degeneradosprofetas de Jezabel. La propagación de laidolatría había sido frenada en forma es-pectacular.

El milagro de la lluvia

El Eterno se había revelado a su pue-blo escogido Israel, cuya respuesta since-ra y ferviente pronto habría de traerle


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bendiciones. “Entonces Elías dijo aAcab: Sube, come y bebe; porque unalluvia grande se oye” (v. 41).

Siete veces envió Elías a su siervopara que mirara hacia el mar y viera sisubía alguna nube, y en la última viouna tan pequeña como la palma de lamano. Pronto estaría lloviendo.

De inmediato, Elías le mandó decira Acab: “Unce tu carro y desciende,para que la lluvia no te ataje” (v. 44).Acab se fue entonces para Jezreel,donde se encontró con que Elías, co-rriendo, ¡había llegado antes que él!Este milagro fue una prueba más deltremendo poder de Dios.

La dura y larga prueba de Israel ha-bía terminado. Dios había sido reivin-dicado, había sido devuelto al lugarque le correspondía a los ojos de supueblo. En el Nuevo Testamento semenciona este suceso como un alen-tador ejemplo de respuesta a las ora-ciones fervientes (Santiago 5:17-18).De hecho, a Elías se le presentacomo uno de los grandes siervosde Dios de toda la historia. Si-glos después, fue dicho que Juanel Bautista (cuyo ministerio pre-cedió al de Jesucristo) habría devenir “con el espíritu y el poderde Elías” (Lucas 1:17).

“¡El Eterno es Dios!”

El nombre Elías es muy significativo,porque quiere decir “el Eterno es Dios”.El sentido básico es “ése, y ningún otro,es el único Dios verdadero”.

La falta de conocimiento y convicciónacerca del Dios verdadero hace que lagente siga las costumbres pecaminosasdel mundo, y éstas son las que ocasionanlas maldiciones que le aquejan. Todoshemos vivido de esa manera (Efesios2:1-3), mas el Creador amoroso habrá dellamar a todos los seres humanos paraque dejen de adorar a sus dioses falsos(2 Corintios 4:4) y se vuelvan a él, el úni-co Dios verdadero (Hechos 17:30-31).

La humanidad en general no conoce alDios verdadero, pero el profeta Isaías pre-dijo que un día todos los seres humanosconocerán a su Creador (Isaías 11:9; vertambién Jeremías 31:34). ¡Eso acontece-rá después del retorno de Cristo!

En ese tiempo ya no habrá televange-listas y otros predicadores que supliquena la gente que “conozca al Señor”. Jesu-cristo será el monarca supremo de toda la

tierra y en su Reino sólo regirá la justiciade Dios. Satanás será atado por mil años(Apocalipsis 20:3).

Entonces habrá una sola religión, unasola fe. Nadie necesitará preguntar: “¿Co-noce usted al Señor?”, porque la verdad deDios inundará al mundo entero. “Ningunoenseñará a su prójimo, ni ninguno a suhermano, diciendo: Conoce al Señor; por-que todos me conocerán, desde el menorhasta el mayor de ellos” (Hebreos 8:11).

Con todo, antes del retorno de Jesu-cristo vendrán tiempos funestos de ham-bre, dolor, destrucción y mortandad. Diosenviará a Jesucristo para evitar que la hu-manidad se destruya a sí misma, porquenuestra codicia, egoísmo, ira y vanidadnos habrán llevado hasta el borde mismodel cosmicidio (Mateo 24:21-22).

Pero más allá de este horroroso tiemponos espera una época maravillosa: mil

años de paz y tremendo bienestar. En esemagnífico mundo venidero, cuando todosconocerán al Dios verdadero y lo honra-rán con toda reverencia y obediencia, ¡lapaz y prosperidad del Eterno llenarán latierra como las aguas llenan los océanos!

Usted también puede conocer al Diosverdadero, el Dios de Elías, desde ahora;no tiene que esperar hasta que la humani-dad aprenda duramente a reconocer alúnico Dios. Usted puede regocijarse, aligual que los antiguos israelitas, de que“¡El Eterno es Dios! ¡El Eterno es Dios!”

Nos complacemos en ofrecerle, sincosto alguno para usted, tres publicacio-nes importantes: El evangelio del Reinode Dios, Nuestro asombroso potencialhumano y El camino hacia la vida eterna.Puede solicitar estos folletos a cualquierade las direcciones que aparecen en el re-verso de la portada de esta revista. BN

“Cayó fuego del Eterno, y consumió el holocausto,la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua

que estaba en la zanja” (1 Reyes 18:38).


Por Joel Meeker

¿Cuándo encontraremos la

PAZ?8 Las Buenas Noticias

u nombre era Ferdinand. Ya tenía97 años de edad cuando lo conocíen la bombardeada fortaleza sub-terránea de Vaux, en el noreste deFrancia. Cuidadosa y tranquila-

mente estaba firmando libros en la tiendade esa fortaleza, convertida ahora en mu-seo en memoria de algunas de las grandesbatallas que se libraron allí durante la pri-mera guerra mundial, batallas en las cua-les él había participado. Ferdinand habla-ba cordialmente con los visitantes que,como yo, venían a ver por sí mismos lossitios de tales batallas.

Resulta difícil imaginarse la violenciade la lucha que se efectuó en los fértilescampos de Lorena entre 1914 y 1918.Aquí, en los alrededores de Verdún, unade las ciudades más antiguas de Francia,tropas francesas y alemanas tuvieron unaserie de tremendas y sangrientas batallasa todo lo largo de la primavera y el vera-no de 1916. Lomas, fortalezas y puntosestratégicos fueron tomados y perdidospor ambos bandos en un vaivén sucesivode ataques.

Muchas de las cruentas batallas se cen-traron en las fortalezas subterráneas deDouaumont y Vaux. Estos gigantescos re-fugios subterráneos de hormigón armadotenían grandes torretas metálicas que po-dían ser elevadas a nivel de la tierra y dis-parar sus cañones de 155 mm. y de 75mm., para luego ser bajadas nuevamente,protegiendo así a los soldados que las ma-nejaban. Estos subterráneos daban cabidaa los cientos de hombres que manejabanlos cañones, así como los nidos de ame-tralladoras y las cúpulas de observaciónque hacían tan terribles esos fuertes.

En una colina cercana está el cemente-rio nacional de Douaumont, donde se en-cuentran perfectamente alineadas las se-

pulturas de 15.000 soldados franceses.Tan sólo en la región de Verdún existen 43cementerios militares en los que hay másde 80.000 tumbas. En otros 29 cemente-rios fueron sepultados cerca de 55.000soldados alemanes.

Se considera que en toda esta región elnúmero de muertos de ambos bandos lle-gó a un millón. De todos ellos, sólo pocomenos de la cuarta parte han sido identifi-cados y enterrados en sepulturas marca-das. Fueron tantos los cadáveres que que-

daron abandonados en la tierra de nadieentre los dos ejércitos que, después de laguerra, gigantescos montones de restoshumanos que no pudieron ser identifica-dos fueron enterrados en un gran monu-mento llamado el Osario. Los visitantes,al mirar dentro de las cámaras mortuoriaspor los pequeños portales en la parte bajadel monumento, pueden ver montones dehuesos humanos, los cuales representanunos 130.000 soldados.

Si las cifras de los que fueron muertosen esta pequeña zona desafían a la ima-ginación, es porque en la primera guerramundial fue donde se utilizaron por pri-mera vez armas modernas en gran esca-la. La ametralladora, recién inventada,hizo que los ataques de frente fueranpoco menos que suicidas. No obstante,debido a que ninguno de los bandos po-día encontrar tácticas mejores, ambosejércitos continuaron enviando oleadasde jóvenes a morir sólo para ganar unoscuantos metros de terreno.

Los gases venenosos causaban ceguera,asfixia y horribles quemaduras para milesde soldados. Los poderosos proyectiles deartillería causaban mucha más destrucciónque nunca antes. Varias aldeas cerca deVerdún, como Fleury, Douaumont y Vaux,fueron arrasadas completamente, a gradotal que ni siquiera los cimientos de los edi-ficios pudieron ser encontrados; hasta losárboles y la hierba desaparecieron.

Monumento a la insensatez

Cerca del Osario se encuentra otromonumento que es testimonio del poderasesino de los cañones. Se le llama latrinchera de las bayonetas. En esta trin-chera, el 12 de junio de 1916, los solda-dos del regimiento 137 de la infanteríafrancesa estaban de pie con las bayonetas

Algunos recuerdos de la primera guerra mundial se encuen-tran en las cercanías de Verdún. La impresionante trinchera delas bayonetas (arriba), protegida ahora por un monumentoque la cubre, es el lugar del descanso final de un regimiento

francés, cuyos integrantes murieron asfixiados por gases vene-nosos y luego fueron enterrados por un intenso bombardeode artillería. A la derecha, un cañón apunta hacia los silencio-sos campos de batalla donde tantas vidas se perdieron.

Unos 80 años después delhorroroso período de su

juventud, un veterano solda-do orienta sus pensamientos

hacia metas pacíficas. Suhistoria hace eco a una

esperanza aún futura parala humanidad.


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caladas, listos para detener el avanceenemigo. Pero los observadores alema-nes notificaron a la artillería para quebombardeara con explosivos y gases ve-nenosos la posición francesa. El bombar-deo fue tan violento e intenso que los queno murieron por las explosiones queda-ron sepultados vivos bajo la gran canti-dad de tierra que arrojaban éstas.

Terminado el ataque, todo lo que quedópara identificar el sitio fueron las puntasde las bayonetas y los fusiles que sobresa-lían de la tierra. Ahora se encuentra allí unmonumento construido sobre la trincheradonde los visitantes pueden ver aún laspuntas de las bayonetas y los rifles.

La lucha en y alrededor de la fortalezade Vaux, donde conocí a Ferdinand, fueintensa durante la primera semana de ju-nio de 1916. Las tropas alemanas ya ha-bían tomado la fortaleza de Douaumont,

lo que hacía más difícil la defensa deVaux. Una pequeña guarnición de 250hombres, bajo el mando del comandanteRaynal, defendió el lugar contra ferocesy repetidos asaltos.

El 2 de junio los soldados alemanes pu-dieron llegar hasta la fortaleza misma yempezaron a apoderarse de ésta sala porsala. En los corredores llenos de humo ygases, el combate cuerpo a cuerpo fuemuy duro y lento. Se utilizaron lanzalla-mas, granadas y armas livianas hasta quela sed finalmente hizo insostenible la re-sistencia de los defensores. Y así, el 7 dejunio, lo que quedaba de la heroica guar-nición francesa tuvo que rendirse.

Durante el resto de la guerra, las forta-lezas de Vaux y Douaumont estuvieron

siendo capturadas y recobradas. Debido alos intensos ataques de la artillería, lossoldados en ocasiones no podían salir delos recintos para buscar provisiones.Otras veces, cientos de soldados muertossólo podían ser llevados al final de los tú-neles, donde quedaban sepultados detrásde paredes construidas con ese fin.

Los recuerdos de un sobreviviente

Ferdinand Viviès era el soldado másjoven y el último sobreviviente de la guar-nición del comandante Raynal. Lo cono-cí cuando estaba firmando libros en elmuseo del fuerte. Le pedí que firmara unoque yo acababa de comprar.

Observé con curiosidad a este sobrevi-viente de otra época apocalíptica. Contes-tó mis preguntas acerca de lo que recorda-ba de la guerra. Pero conforme hablába-mos, me fui dando cuenta de que él estaba

más interesado en hablar de su huerto.Aunque desde luego no quería que elmundo olvidara por lo que él y sus amigoshabían tenido que pasar o cuántos habíanmuerto en forma tan horrible, él estabamás interesado en los cultivos. No queríahablar acerca de los horrores y muerte quevio en su juventud. Sus pensamientos sehabían vuelto hacia la vida que provienede la tierra, vida que él podía cuidar y co-sechar. Se gozaba al proveer a sus amigosy a sus vecinos con los frutos de su huerto.

Confieso que me sorprendió este giroque tomó nuestra conversación. No estoyseguro de qué esperaba yo, pero por algu-na razón me sorprendió que este héroe deedad avanzada estuviera tan interesado enalgo tan sencillo y tranquilo como el cui-

dar de un huerto. Esto me hizo recordar lavida y las experiencias del profeta Isaías.

Un profeta que sufre

Isaías conoció muy de cerca los horro-res de la guerra. Al vivir en el reino deJudá siete siglos antes del nacimiento deCristo, fue testigo de lo que el poderosoejército asirio del rey Senaquerib hizo ensu tierra.

Este rey ya había conquistado tanto Is-rael como Siria, que eran vecinos de Judáen el norte. En Isaías 36:1 simplemente sedice: “Aconteció en el año catorce del reyEzequías, que Senaquerib rey de Asiria su-bió contra todas las ciudades fortificadasde Judá, y las tomó”. Detrás de estas pocaspalabras se esconden largos períodos desangrientos y agonizantes sitios perpetra-dos por las fuerzas invasoras; semanas ymeses de continuos combates en lugarescomo Laquis, cuya caída se describe enbajorrelieves asirios que se exhiben ahoraen el Museo Británico en Londres. Sena-querib se jactaba de haber tomado 46 deesas ciudades fortificadas y llevarse másde 200.000 cautivos; su ejército mató e hi-rió incontables millares más.

Los antiguos monumentos que hansido descubiertos en las excavaciones ar-queológicas de estos sitios nos permitentener una idea más clara de cómo comba-tían estos ejércitos. Iban sitiando las ciu-dades fortificadas una tras otra, impidién-doles el suministro de agua y alimentos.Lanzaban nubes de flechas sobre las mu-rallas, mientras que otros de los sitiadoresconstruían gigantescas rampas para poderllegar a las murallas mismas.

Hace algunos años visité el sitio ar-queológico de Laquis, donde se puedever que los defensores trataron desespe-radamente de aumentar la altura de sumuralla interior para impedir que la ram-pa del enemigo llegara hasta el tope. Gra-cias a las excavaciones, tanto la rampacomo la construcción provisional sonclaramente reconocibles.

Conforme soldados e ingenieros a am-bos lados de la muralla se apresurabanpara terminar sus construcciones, los de-fensores disparaban flechas, arrojabanlanzas, piedras y cualquier otra cosa quepudiera detener a los atacantes, pero sinresultado. Las ciudades cayeron una trasotra. No cabe duda de que muchos ami-gos, conocidos y quizá hasta familiaresde Isaías fueron muertos o capturados.Es probable que desde Jerusalén Isaías

El Osario es un sombrío recordatorio de los trágicos y tremendos costos de la guerra. Esta cripta gigantesca contiene los huesos de unos 130.000 soldados queperecieron en Verdún.


haya podido ver el humo que subía de al-gunas de las ciudades más cercanas al es-tar siendo consumidas por el fuego.

Aunque al final Dios libró milagrosa-mente a Jerusalén del ataque asirio, elgozo de haber sido salvados debió habersido disminuido en mucho por el granllanto y el pesar de las pérdidas persona-les. Amigos, conocidos y familiares ha-bían sido muertos o llevados en cautive-rio, y ya no los volverían a ver.

Promesas de paz

A pesar de todo, Isaías podía sentirsealentado por las promesas de paz que Dioshabía comunicado por medio de él. Aun-que el profeta mismo no vio que se cum-plieran esas promesas en su tiempo, teníala certeza de que se cumplirían algún día.

De seguro que Isaías anhelaba ver elcumplimiento de las promesas que Diosle había inspirado a escribir para noso-tros: “Juzgará [Dios] entre las naciones,y reprenderá a muchos pueblos; y volve-rán sus espadas en rejas de arado, y suslanzas en hoces; no alzará espada nacióncontra nación, ni se adiestrarán más parala guerra” (Isaías 2:4).

Isaías conocía la promesa del Rey quehabrá de venir, el “Príncipe de paz”,quien pondrá fin a toda guerra: “Lo dila-tado de su imperio y la paz no tendrán lí-mite, sobre el trono de David y sobre sureino, disponiéndolo y confirmándolo enjuicio y en justicia desde ahora y parasiempre. El celo del Eterno de los ejérci-tos hará esto” (Isaías 9:6-7).

Bajo el gobierno de Cristo como Reyde la tierra, la paz llenará al mundo ente-ro. “Él juzgará entre muchos pueblos, ycorregirá a naciones poderosas hasta muylejos; y martillarán sus espadas para aza-dones, y sus lanzas para hoces; no alzaráespada nación contra nación, ni se ensa-yarán más para la guerra” (Miqueas 4:3).

Las palabras de este profeta en el ver-sículo siguiente nos hacen pensar en elamor de Ferdinand Viviès por su huerto:“Y se sentará cada uno debajo de su vid ydebajo de su higuera, y no habrá quien losamedrente; porque la boca del Eterno delos ejércitos lo ha hablado” (v. 4).

Para el tiempo en que Ferdinand Vivièsy sus compañeros combatieron y murie-ron, estas promesas divinas aún no se ha-bían cumplido . . . y todavía no se cum-plen. Mientras usted lee este artículo, entodo el mundo hombres, mujeres y niñosestán muriendo directa o indirectamente

como resultado de guerras y otros conflic-tos. Pero Dios cumplirá sus promesas.

Vendrá una época en que “no haránmal ni dañarán en todo mi santo monte;porque la tierra será llena del conoci-miento del Eterno, como las aguas cubrenel mar” (Isaías 11:9). Esta es una prome-sa de paz, no sólo para Israel, sino tam-bién para África, Europa, Asia, América:¡para todo el mundo! Finalmente, estemundo tendrá paz, pero no será por me-dio de los esfuerzos o intenciones de loshombres. La intervención divina pondráfin a toda guerra. El profeta Isaías expre-só claramente su confianza en ello: “Eter-no, tú nos darás paz . . .” (Isaías 26:12).

Enemigos convertidos en amigos

A Isaías le fue permitido vislumbrarcómo la enemistad entre Israel, Asiria yEgipto se convertirá en pacífica conviven-cia, con todos adorando al Dios verdadero:“En aquel tiempo habrá una calzada deEgipto a Asiria, y asirios entrarán en Egip-to, y egipcios en Asiria; y los egipcios ser-virán con los asirios al Eterno. En aqueltiempo Israel será tercero con Egipto y conAsiria para bendición en medio de la tie-rra; porque el Eterno de los ejércitos losbendecirá diciendo: Bendito el pueblo míoEgipto, y el asirio obra de mis manos, e Is-rael mi heredad” (Isaías 19:23-25).

Para Isaías y para todos los de su gene-ración, que tanto sufrieron a manos de losasirios, esta profecía les habrá sido muydifícil de creer. Sus recuerdos llevaban lascicatrices de la crueldad y el sufrimientoque tuvieron que soportar a manos de susinvasores. Seguramente les parecía impo-sible que esos odiados enemigos podríanalgún día ser vecinos amistosos. Pero esofue lo que Dios prometió.

Al reflexionar en los insolubles con-flictos políticos y étnicos de nuestro siglo20, estas son palabras de verdadera espe-ranza. Vendrá el día en que ya no existirála encarnizada hostilidad entre serbios,bosnios y albaneses, entre hutus y tutsis,ni las luchas entre grupos políticos enAsia y las Américas, y ni siquiera la en-marañada situación en el Cercano Orien-te. ¡Un día la violencia se acabará!

Víctimas resucitadas

No sólo se acabarán las guerras, sinoque los millones de personas que hanmuerto en todas las guerras que ha habi-do a lo largo de la historia tendrán la opor-tunidad de vivir otra vez. No será una

vida que pueda ser truncada por odios yrencores, sino una vida llena de paz ygozo: “Tus muertos vivirán; sus cadáve-res resucitarán. ¡Despertad y cantad, mo-radores del polvo! porque tu rocío es cualrocío de hortalizas, y la tierra dará susmuertos” (Isaías 26:19).

Por medio de otro de sus profetas, Diosnos repite: “Sabréis que yo soy el Eterno,cuando abra vuestros sepulcros, y os sa-que de vuestras sepulturas, pueblo mío. Ypondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis,y os haré reposar sobre vuestra tierra; ysabréis que yo el Eterno hablé, y lo hice,dice el Eterno” (Ezequiel 37:13-14).

Siglos después, el apóstol Pablo hablóde este tiempo de paz prometida y mostróque no sólo será para Israel y Judá sinopara todo el mundo: “Porque así como enAdán todos mueren, también en Cristotodos serán vivificados . . . Y el postrerenemigo que será destruido es la muerte”(1 Corintios 15:22, 26).

Todos los que combatieron y murieronen las ciudades fortificadas del antiguoreino de Judá, en las fortalezas y trinche-ras de Verdún y en los campos y ciudadesde Bosnia, Kosovo y Ruanda, así comolos que aún habrán de morir en las guerraspresentes y futuras, todos ellos viviránuna vida mejor. Las promesas que Diosproclamó por medio de Isaías y otros desus profetas nos permiten ver más allá deeste mundo lleno de violencia; nos per-miten vislumbrar una época en la que fi-nalmente reinará la paz verdadera.

El descanso de un soldado

Ferdinand Viviès murió pocos añosdespués de que lo conocí. Pero él, lo mis-mo que sus compañeros de armas quemurieron en Verdún, y todos sus seme-jantes que han muerto en forma violentaa lo largo de la historia, un día desperta-rán en un tiempo maravilloso de paz.

Es tremendamente alentador saber queun día toda la humanidad cambiará la be-ligerancia por metas positivas, edifican-tes y productivas. Así como FerdinandViviès quería ocuparse mejor en cuidartranquilamente de su huerto que pensaren los sufrimientos de la guerra, así laspromesas que Dios hizo por medio deIsaías nos revelan que un día la humani-dad se olvidará para siempre de hacer laguerra y vivirá en paz y armonía. Las do-lorosas noticias de hoy serán borradaspara siempre por las buenas noticias delmaravilloso mundo del mañana. BN



E

D e t r á s d e l o s t i t u l a r e s

El euro, la nueva moneda europea, quizáno sea una noticia muy importante en lospaíses lejos de Europa, pero su impactopuede ser más significativo para todo elmundo —y muy especialmente para losEstados Unidos— que cualquier otrotema de actualidad. Para entender la razónde esto, necesitamos examinar las impli-caciones económicas y políticas del euro.

Antes de la segunda guerra mundial, lalibra esterlina era la moneda dominante enel comercio mundial. Incluso las nacionesque no tenían nada que ver con Gran Bre-taña a menudo cotizaban los precios de losbienes exportados en libras porque todoslos comerciantes del mundo conocían elvalor de la libra. El Banco de Inglaterraera el que respaldaba y emitía la libra.

Después de la segunda guerra mun-dial, el dólar norteamericano se convirtióen la moneda principal del comercio in-ternacional. La libra, no obstante, conti-nuó como moneda de reserva y seguíacomo la unidad monetaria predilecta delcomercio entre las naciones de la Man-comunidad Británica (compuesta en eseentonces de la cuarta parte de los paísesdel mundo) y las otras naciones con es-trechos lazos con Gran Bretaña.

Sin embargo, al llegar el decenio de1970, la libra esterlina no pudo continuarsoportando las presiones de ser una de lasprincipales monedas del comercio mun-dial. Gran Bretaña se había vuelto muyvulnerable a la especulación monetaria y alas presiones que surgían cada vez que sedudaba de su solidez económica. Desdeese momento, el dólar no tuvo rivalescomo la moneda preferida.

Hoy día, el dólar se utiliza en todo elmundo. Cuando las monedas nacionalesse debilitan, las personas compran dólares.

Las altas tasas de inflación en casi todoslos continentes han llevado a personas enmuchos países a confiar más en el dólarque en su propia moneda. El dólar tambiénes la moneda preferida de los narcotrafi-cantes, cuyo negocio es uno de los másgrandes del mundo.

Puesto que el dólar es aceptado contanta facilidad, ha permitido que los nor-teamericanos gasten en exceso, y en par-ticular en tiempos recientes debido al co-lapso del comercio con los países asiáti-cos. Recientemente, el déficit comercialmensual de los Estados Unidos llegó amás de 15 mil millones de dólares. Estosignifica que en un solo mes dicho paísgastó 15 mil millones más en los bienesimportados de lo que recibió por el pagode sus exportaciones.

Esta situación ha llevado a que más dela mitad de los dólares en circulación es-tén ahora fuera de los Estados Unidos. Ala vez, eso los hace vulnerables a losEE.UU., tal como le ocurrió a Gran Bre-taña 25 años después de la segunda gue-rra mundial. Si en la comunidad interna-cional surgiera una súbita pérdida de con-fianza en los EE.UU. (por ejemplo debidoa una inestabilidad en la bolsa de valores,un conflicto bélico en Europa o en el gol-fo Pérsico, un pánico por el problema delaño 2000 o algo parecido), miles de mi-llones de dólares podrían ser descargadossúbitamente en el mercado y su valor cae-ría en picada. El resultado sería un au-mento de los precios para los consumido-res norteamericanos.

Una nueva moneda mundial

Es aquí donde puede entrar en juego eleuro. La naciente moneda europea es laúnica alternativa confiable al dólar. La

producción económica de las nacionesque han adoptado el euro es casi tan gran-de como la de los Estados Unidos. Si setienen en cuenta a las demás naciones eu-ropeas que están pensando adoptar eleuro, entonces sería mayor.

Es más, en los últimos años las mone-das de los 11 países que apoyan al eurohan resultado ser más estables que el dó-lar. Desde 1998 los especuladores interna-cionales han cambiado miles de millonesde dólares por monedas europeas. Inclusoel Japón, que tiene la tercera economíamás grande del mundo, ha estado ven-diendo bonos del tesoro norteamericano ycomprando valores europeos.

Surgió otra situación similar cuando eldirigente de un país del golfo Pérsicopropuso que el precio mundial del petró-leo fuera cotizado en euros en vez de dó-lares. De ser así, si el dólar bajara de va-lor, el precio de la gasolina subiría en losEE.UU. El euro aún está en su etapa ini-cial, pero cualquier incertidumbre acercade los Estados Unidos puede precipitargrandes perturbaciones en los mercadoscambiarios.

El mercado monetario más grande delmundo aún se encuentra en Londres.Esto puede cambiar si Gran Bretaña noadopta el euro. Algunos temen queFrancfort, la sede del nuevo Banco Cen-tral Europeo, podría ir desplazando aLondres de su sitial. Este temor está im-pulsando a muchos banqueros y empre-sarios ingleses a presionar a su gobiernopara que pronto acepte el euro.

Gran Bretaña encara un dilema. Si nose cambia al euro, arriesga iniciar un de-terioro económico estando en la periferiade Europa. Pero si tarda en aceptar eleuro, también puede iniciar un deterioro

En enero de este año, 11 naciones inauguraron el euro, la nueva moneda europea.¿Qué significado tiene este acontecimiento para el resto del mundo?

El euro: ¿Paso clave parauna futura superpotencia?

Por Melvin Rhodes

económico estando en la periferia de Eu-ropa. ¡Así es! Unirse puede ser tan dañi-no como no hacerlo. Los usuarios deleuro serán presionados para armonizarlas tasas de impuestos para que ningúnpaís tenga ventaja sobre los otros. (En losEstados Unidos esto es algo que ni si-quiera Washington se ha atrevido a hacercon sus 50 estados.) Esto significaría quesubirían los impuestos para las compa-ñías inglesas, reduciendo así sus ventajascompetitivas.

Un llamado a despertar

La primera revista norteamericana deprestigio que les advirtió a los EstadosUnidos y a Gran Bretaña sobre los peli-gros del euro fue The New Republic (“Lanueva república”). Comentó: “Comosiempre, los pragmáticos ingleses siguensiendo los escépticos de Europa. Pero losingleses ven de cerca algo que les valdríala pena a los norteamericanos ver desdelejos: La razón por la cual los franceses,en particular, están dispuestos a afrontartales riesgos es que buscan convertir a laEuropa unida en una potencia mundialalternativa a los Estados Unidos.

“A los ojos de París, la unión económi-ca europea es sólo el preludio a la uniónpolítica. Y el propósito de la unión políti-ca es restarles influencia y participación alos norteamericanos en el continente eu-ropeo y otras regiones por medio de unposible esfuerzo para formular una políti-ca defensiva y externa que puede resultarantagónica a los intereses norteamerica-nos . . . Si Gran Bretaña en particular par-ticipa en una política de defensa comúneuropea, los Estados Unidos perderían alúnico aliado de confianza en Europa” (25de enero de 1999, énfasis nuestro).

El impulso para una ple-na unión política se ha in-tensificado luego de lograrla unión monetaria. Note-mos la perspectiva del pe-riódico londinense DailyTelegraph: “Debemos agra-decerle a Joschka Fischer, elministro alemán de Relacio-nes Exteriores, el respaldarla causa del federalismo eu-ropeo con una franquezaque debería avergonzar a losministros ingleses. Ayer, enun apasionado discurso ante

el Parlamento Europeo, advirtió que laUnión Europea sufriría ‘un infarto insti-tucional’ si no avanzaba rápidamente auna plena integración política.

“El lanzamiento del euro, dijo él, ha es-tablecido una ‘dinámica’ que arrasaráinevitablemente con el orden político ac-tual de Europa. Luego agregó: ‘La intro-ducción de la moneda única no es princi-palmente un hecho económico sino unhecho eminentemente político. De ahoraen adelante, la unión política debe sernuestra meta’” (13 de enero de 1999).

Lento y seguro

En muchas formas, Europa se parece auna ciudadela o fortaleza que se estáconstruyendo en forma lenta pero segurapara que perdure en el tiempo. Por eso, elsueño europeo de la unificación ha tarda-do tanto tiempo. En el pasado, los es-fuerzos para unificar a Europa han sidomediante la fuerza. Esta vez la unifica-ción se está logrando en forma pacífica.El avance es lento, ya que se tienen encuenta todas las sensibilidades de susmuchos países integrantes.

Es comprensible que la gente en mu-chas partes del mundo bosteza cuandoescucha hablar de la unificación europea.Muchos creen que si los europeos real-mente desearan la unificación, la habríanalcanzado hace mucho tiempo. Esta in-capacidad para entender la realidad de loque sucede en Europa ha llevado a algu-nos a pensar que el continente jamás seráunificado.

Los europeos tienen una larga historia.Si les toma varias décadas para unirse,que así sea. La aceptación y adopción deleuro se ha efectuado en forma lenta y sis-temática. A los europeos les ha tomado

más de 40 años llegar hasta este puntodesde que fundaron la Comunidad Eco-nómica Europea en 1957. Fue el tratadode Maastricht a comienzos de esta décadael que comprometió a los países miem-bros a crear una moneda común.

Muchas naciones tuvieron que exami-narlo primero. Luego, Francia y Dina-marca lo presentaron en un plebiscito.Por varios años, cada país que quería par-ticipar tenía que adoptar políticas econó-micas que le permitieran reunir las con-diciones requeridas para ser un miembrode la unión económica. Fue un proyectocuidadosamente coordinado y planifica-do. Un error podía causar que toda la es-tructura se derrumbara.

¿Una profecía para nuestros días?

A la luz de los acontecimientos recien-tes en Europa, es importante tener encuenta una profecía significativa: “Losdiez cuernos que has visto, son diez re-yes, que aún no han recibido reino; peropor una hora recibirán autoridad comoreyes juntamente con la bestia” (Apoca-lipsis 17:12). Esta profecía sugiere que laaceptación del euro puede también ser elmedio para lograr la plena unión política.Diez naciones (o pequeños grupos de na-ciones) serán las que decidirán la uniónpolítica total.

Por la forma en que está expresado esteversículo, y en vista del precedente deleuro, parece que estas 10 naciones po-drían tener elecciones simultáneas paradecidir el asunto de la unión política eu-ropea y para escoger los gobiernos quelas forjarán en unos Estados Unidos deEuropa. Según esta teoría, es posible quelos 10 países cambien a sus dirigentes almismo tiempo con el fin de que ellos es-cojan a un dirigente federal sobre todos.

En algún momento la unión de nacio-nes, dirigida por 10 gobernantes y un lídersupremo, se transformará en el sistemaagresivo como una bestia que está profeti-zado en las Escrituras. Quizá esta trans-formación será provocada por una amena-za externa que el sistema democrático nopodrá manejar. Sólo el tiempo lo dirá.

Los editores de la revista The New Re-public tenían razón. Una nueva superpo-tencia está en las últimas etapas de for-marse. Se están terminando dos siglos dedominio anglosajón en el mundo. Elmundo ya nunca será igual. BNFo

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Se ha dicho que las únicas cosas queson seguras son la muerte y elpago de impuestos. Pero existe

otra cosa de la que podemos estar abso-lutamente seguros: el juicio final. El con-cepto de que en alguna forma somos res-ponsables ante Dios de lo que hagamosen esta vida está muy arraigado en mu-chas personas, otras sólo lo intuyen, perola mayoría de los seres humanos lo re-chazan. Los muchos chistes que se hacenal respecto son quizá prueba de que lamayoría no toma en serio que Dios habráde juzgar al mundo.

Pero el juicio de Dios es algo que de-bemos tomar muy en serio. Félix, gober-nador romano en Judea, tuvo miedocuando el apóstol Pablo le habló acercadel “juicio venidero” (Hechos 24:25).En la Biblia también se nos dice que eljuicio eterno es uno de los principios bá-sicos de las enseñanzas de Cristo (He-breos 6:1-2).

¿En qué consiste realmente este jui-cio? La idea más generalizada del juicioes quizá la siguiente: “El día del Juicio, alfinal del mundo, Cristo vendrá en la glo-ria para llevar a cabo el triunfo definitivodel bien sobre el mal que, como el trigo yla cizaña, habrán crecido juntos en el cur-so de la historia. Cristo glorioso, al veniral final de los tiempos a juzgar a vivos ymuertos, revelará la disposición secretade los corazones y retribuirá a cada hom-bre según sus obras y según su acepta-ción o su rechazo de la Gracia” (Cate-cismo de la Iglesia Católica, 1992, §681-682). Desde luego, también existen mu-chas otras ideas sobre este tema.

No obstante, la Biblia nos muestra queel juicio de Dios no es como lo piensa lamayoría de las personas.

En Hebreos 9:27 se nos dice “que estáestablecido para los hombres que mueranuna sola vez, y después de esto el juicio”.

Siendo que todos hemos de enfrentarnosa ese juicio, ¿no es algo que debiéramostratar de entender realmente?

Revelado en las fiestas bíblicas

¿Es el juicio de Dios sinónimo de con-denación, o es más bien motivo de espe-ranza para nosotros y nuestros seres que-ridos? Si uno no vive su vida de acuerdocon las leyes de Dios, ¿se ha perdido parasiempre? ¿Acaso el juicio de Dios sobrela humanidad es severo e irrevocable?

Estas preguntas tienen respuestas,pero muy pocos las conocen. La mayo-ría no se da cuenta de que el juicio deque nos habla la Biblia consiste en unaserie de acontecimientos, no en un soloacto o pronunciamiento de Dios.

En la Biblia se nos revela que los suce-sos que tienen que ver con el juicio de lahumanidad se presentan en un orden pre-ciso. Dios nos ayuda a entender mejor es-tos sucesos por medio de sus siete fiestasanuales, las cuales se enumeran en el ca-pítulo 23 del libro de Levítico.

La Pascua y los Días de Panes sin Le-vadura (Levítico 23:5-8), ocurren al em-pezar el año, en el primer mes del calen-dario hebreo (Éxodo 12:2; 13:4), y nos re-velan lo primero que cada persona tieneque hacer para poder recibir la salvación.La siguiente fiesta, el Pentecostés o Fies-ta de las Primicias (vv. 15-17, 21), repre-senta el llamamiento de la primera cose-cha de gente en el plan divino de salva-ción: las “primicias” de Dios. Lasprimicias son aquellos a quienes Dios lesestá ofreciendo la salvación antes de ofre-cérsela a toda la humanidad.

En el séptimo mes Dios ordena a supueblo que observe cuatro fiestas: la Fies-ta de las Trompetas, el Día de Expiación,la Fiesta de los Tabernáculos, y el ÚltimoGran Día (vv. 24, 27, 34, 36). Estas cuatrofiestas representan el plan de Dios para el

resto de los seres humanos. El tiempo queprefiguran está aún en el futuro, cuando secompletará el juicio de Dios.

Veamos cómo el significado de estascuatro fiestas nos revela los aconteci-mientos del juicio final.

El juicio sobre el mundo

• La Fiesta de las Trompetas. Dios lesdijo a los israelitas que en este día debe-rían tener “una conmemoración al son detrompetas, y una santa convocación” (Le-vítico 23:24). Aquí no se nos dice por quédebían tocarse las trompetas en ese día;sin embargo, en otros pasajes de la Bibliapodemos ver que el toque de trompetasservía para alertar al pueblo sobre algúnpeligro inminente. “Tocad trompeta enSion, y dad alarma en mi santo monte;tiemblen todos los moradores de la tierra,porque viene el día del Eterno, porqueestá cercano” (Joel 2:1).

En la Biblia, el toque de trompetas estárelacionado con el Día del Señor, tiempofuturo en el cual Dios intervendrá direc-tamente en los asuntos del hombre. Sonpocos los que se dan cuenta de que elDios verdadero no es el dios de estemundo. Después de que Adán y Eva de-sobedecieron a Dios en el huerto delEdén, Dios le concedió al hombre deter-minado tiempo durante el cual podríaformar sus propios sistemas de gobiernoy su propia civilización. En la Biblia sehabla de este tiempo como del “presentesiglo malo” (Gálatas 1:4). Los discípu-los, al preguntarle a Jesús acerca deltiempo de su retorno, lo consideraroncomo el “fin del siglo”, y Jesús mismohablo del “fin” (Mateo 24:3, 6, 13-14).

El Día del Señor es un período que mar-ca el final del tiempo que Dios le ha con-cedido al hombre para gobernarse. Asícomo el tiempo presente es el día o la épo-ca del hombre, así esa época futura será el

El juicio de Dios:¿Castigo o esperanza?

Por Bi l l Bradford

El juicio de Dios sobre los hombres tiene un final mucho mejor que lo que piensa la mayoría de la gente. Las fiestas anuales de Dios revelan estas buenas noticias.

Día del Señor: el tiempo en que, en formapor demás dramática, la presencia y el po-der de Dios serán conocidos. Los capítu-los 8 y 9 del Apocalipsis describen el to-que de seis trompetas proféticas, cada unade las cuales dará inicio a grandes trastor-nos mundiales que señalarán el fin de estaera y el principio de otra. Estos aconteci-mientos culminan en los versículos 15-18del capítulo 11, que describen lo que su-cederá al toque de la séptima trompeta.Grandes voces en el cielo declararán:

“Los reinos del mundo han venido a ser denuestro Señor y de su Cristo . . .”

En Apocalipsis 6:16-17 podemos verque cuando se lleve a cabo el juicio en elDía del Señor, la gente querrá esconderse“del rostro de aquel que está sentado so-bre el trono, y de la ira del Cordero; por-que el gran día de su ira ha llegado; ¿yquién podrá sostenerse en pie?”

En Romanos 2:5 el apóstol Pablo hizoreferencia a este tiempo: “Por tu dureza ypor tu corazón no arrepentido, atesoras

para ti mismo ira para el día de la ira y dela revelación del justo juicio de Dios”.

Con referencia a este día, Dios dice:“Reuniré a todas las naciones . . . y allíentraré en juicio con ellas . . .” (Joel 3:2).Y en Isaías 66:16 se nos dice: “El Eternojuzgará con fuego y con espada a todohombre; y los muertos del Eterno seránmultiplicados”.

A su debido tiempo, toda la humanidadserá llevada a juicio ante aquel que se lla-ma “Fiel y Verdadero” y cuyos “juicios

¿Qué dice la Biblia acerca del juicio de Dios?Dios siempre ha sido el juez de su creación, pero nosotros

necesitamos entender cómo, cuándo y por qué juzga.Saber esto nos ayuda a entender las formas de juicio que sedescriben en la Biblia.

Cuando Dios determinó castigar a Sodoma y Gomorra porsus pecados, Abraham lo reconoció como el juez de lo quehacen los hombres (Génesis 18:20-25). En este caso, Diosexaminó la situación, dio un veredicto y ejecutó la sentencia.

En Salmos 75:7 leemos: “Dios es el juez; a éste humilla, ya aquél enaltece”. El rey Nabucodonosor tuvo que entenderesto (Daniel 4:37), y el propio nieto de éste, Belsasar, conocióesta verdad por medio del profeta Daniel (Daniel 5:21-22).

En casos como estos, Dios no está juzgando a las perso-nas para determinar si son aptas para recibir la salvación, nitampoco está corrigiendo cada injusticia. No obstante, estosejemplos nos muestran que Dios interviene en las injusticiaso pecados para beneficio de la humanidad y para cumplirotros propósitos suyos. La mayoría de la gente no está sien-do juzgada ahora para recibir la salvación eterna. El juiciopara este propósito vendrá más adelante.

El propósito principal de Dios es que los seres humanospuedan disfrutar viviendo eternamente como miembros desu familia. Sin embargo, él no está llamando a todo el mun-do ahora (Juan 6:44; 65); por lo tanto, tampoco está juz-gando a cada persona en este tiempo (Juan 12:47-48).Dios ha reservado este juicio para la humanidad hasta másadelante, cuando todos entenderán completamente suverdad conforme les sea revelada. Sólo entonces podránser juzgados justamente con base en esa verdad. Dios nohará responsables a las personas por lo que no conocen ono entienden.

Sin embargo, el pecado siempre ha sido considerado ojuzgado como digno de muerte (Romanos 6:23); por consi-guiente, todo el mundo es culpable ante Dios y la pena demuerte pesa sobre todos por sus pecados (Romanos 3:19;5:12). En Hebreos 8:8-12 se nos habla de un tiempo aún fu-turo durante el cual Dios hará un nuevo pacto con todos losque desconocen su verdad, y entonces ellos conocerán a suCreador y sus pecados les serán perdonados.

En la Biblia el juicio de Dios también se describe como unproceso, no simplemente como un veredicto o una sen-tencia. Por ejemplo, uno de los apóstoles nos dice que “es

tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pe-dro 4:17). De esto podemos entender que el juicio es unproceso de evaluación que ya empezó para quienes sonparte de la Iglesia de Dios: “la casa de Dios”. Esta evalua-ción conducirá finalmente a una decisión o veredicto.

Algunas de las parábolas de Jesucristo nos muestran queel juicio es un proceso que finalmente lleva a una decisióny a una recompensa o a la falta de ésta. Las parábolas delas minas (Lucas 19:12-27), los talentos (Mateo 25:14-30),los obreros de la viña (Mateo 20:1-16) y las 10 vírgenes(Mateo 25:1-13) nos aclaran que el juicio es un procesodespués del cual viene un veredicto.

Durante el Milenio la gente habrá de ser juzgada confor-me a lo que haga —cómo viva— en ese tiempo; esos milaños serán un período durante el cual cada persona seráresponsable de sus actos ante Dios (Apocalipsis 20:4).

Después del proceso de evaluación, cualquiera que sea laépoca en que éste se lleve a cabo, todos seremos juzgadosconforme a nuestras obras (Apocalipsis 22:12). Sólo des-pués de que se haya completado un proceso amplio y justohabrá un veredicto (Mateo 25:31-34, 46).

Cuando uno se vuelve realmente hacia Dios, con todaconfianza puede pedirle que intervenga en su vida en for-ma poderosa. La manera en que Dios obra para lograr supropósito en cada uno de nosotros se describe como unaforma de sus “juicios”. Cuando Dios se ocupa íntimamentede nosotros, a diario toma decisiones con respecto a nues-tras vidas. Sus decisiones tienen que ver con las respuestasa nuestras oraciones, derramando sus bendiciones sobrenosotros, protegiéndonos y hasta permitiendo que tenga-mos que soportar pruebas. Dios se interesa profundamenteen nosotros y en la forma en que estamos progresando enel cumplimiento de su propósito.

Los salmistas pudieron ver y reconocer que los juicios deDios eran evidentes en toda la obra de su creación (Salmos105:5-7). Sabían que todas las decisiones de Dios con res-pecto a ellos eran justas y para su bien, y por eso alababana Dios por sus juicios fieles (Salmos 119:20, 62, 75).

Dios, el juez de toda la creación, toma decisiones. Está ensu poder el decidir —y ejecutar— juicios justos y misericor-diosos. Podemos estar absolutamente seguros de que Dioses un juez justo (Salmos 7:11; 2 Timoteo 4:8). BN



son verdaderos y justos” (Apocalipsis19:11, 2). En este capítulo se describe labatalla final entre Cristo y las nacionesque le harán la guerra tratando de evitarque establezca su reinado mundial.

La ira de Dios es su juicio sobre el mun-do del hombre. El hombre rechazó a suCreador y decidió forjarse su propio desti-no. Dios le ha concedido un tiempo deter-minado para que se gobierne a sí mismo ypueda aprender que, sin la guía de su Ha-cedor, tal gobierno sólo traerá tristeza, su-frimiento, destrucción y muerte.

Aunque Jesucristo juzgará con gran iralas obras de los hombres, la realidad esque los salvará de destruirse a sí mismos.El propio Jesucristo profetizó acerca deese tiempo: “Si no se acortaran aquellosdías, nadie escaparía con vida . . .” (Ma-teo 24:22, Nueva Biblia Española).

Al sonar la trompeta que señala el re-torno de Jesucristo a la tierra, los que lehayan permanecido fieles hasta el fin desus vidas serán resucitados a la vida eter-na, recibiendo así la salvación. Porque“en un momento, en un abrir y cerrar deojos, a la final trompeta . . . los muertosserán resucitados incorruptibles, y noso-tros seremos transformados” (1 Corintios15:52). En Apocalipsis 20:5-6, este acon-tecimiento se menciona como “la prime-ra resurrección”.

El juicio de Satanás

• El Día de Expiación. El juicio de Dioscontinuará con el cumplimiento de losacontecimientos simbolizados por la si-guiente fiesta santa: el Día de Expiación.Esta fiesta representa el siguiente paso dela intervención directa de Jesucristo en losasuntos del mundo: la anulación total de lainfluencia de Satanás sobre la humanidad.En Apocalipsis 20:1-3 podemos ver queSatanás será encerrado por mil años paraque no engañe más a las naciones.

En el versículo 6 de la epístola de Ju-das se nos dice que “a los ángeles que noguardaron su dignidad, sino que abando-naron su propia morada, los ha guardadobajo oscuridad, en prisiones eternas, parael juicio del gran día”.

La Fiesta de las Trompetas representaun tiempo de juicio para la humanidad;

en cambio, el Día de Expiación represen-ta el juicio de Dios sobre Satanás y susdemonios. Éstos serán totalmente res-tringidos, de manera que no podrán in-fluir ya más en los seres humanos.

El reinado justo de Cristo

• La Fiesta de los Tabernáculos. Eljuicio continuará con el reinado milena-rio de Cristo sobre la tierra. Él y sus san-tos resucitados reinarán sobre todosaquellos que hayan sobrevivido al catas-trófico período al final de la época del

hombre, y continuarán reinando sobrelos descendientes de éstos durante milaños: “Vi tronos, y se sentaron sobreellos los que recibieron facultad de juz-gar . . . y vivieron y reinaron con Cristomil años” (Apocalipsis 20:4).

En 1 Corintios 6:2 el apóstol Pablo nosasegura que aquellos que permanezcanfieles a Cristo desempeñarán un papelimportante durante este período de jui-cio: “¿No sabéis que los santos han dejuzgar al mundo?”

Debemos tener cuidado de no confun-dir el juicio que se llevará a cabo duranteel Milenio con la ira divina que será de-rramada al final de la época del hombre.El juicio del Día del Señor será una mani-festación de la ira justa de Dios en contrade los errores del hombre y el mundo demaldad que éste ha creado. En cambio, eljuicio de Cristo y sus santos durante milaños será un juicio de gobierno amoroso.

En Isaías 11:3-4 se describe el reinadojusto de Cristo: “No juzgará según la vis-ta de sus ojos, ni argüirá por lo que oigansus oídos; sino que juzgará con justicia alos pobres, y argüirá con equidad por losmansos de la tierra . . .”

Durante ese tiempo la gente será juz-gada con el propósito de salvarla. Es de-cir, así como ahora están siendo juzgadoslos verdaderos seguidores de Cristo(1 Pedro 4:12-17), así también todos losque vivan durante el Milenio tendrán quetomar su propia decisión con respecto asometerse o no a Jesucristo. Siendo Cris-to mismo quien estará gobernando en latierra, todos los que vivan en ese tiemposerán juzgados para determinar si habránde recibir la salvación.

En ese tiempo “la tierra será llena delconocimiento del Eterno, como las aguascubren el mar” (Isaías 11:9). Al estarcompletamente restringidos, como lo re-presenta el Día de Expiación, Satanás ysus demonios ya no podrán engañar e in-ducir a la humanidad a pecar.

Todo el mundo tendrá la oportunidadde aprender los caminos de Dios. “Ven-drán muchos pueblos, y dirán:Venid, y su-bamos al monte del Eterno, a la casa delDios de Jacob; y nos enseñará sus cami-nos, y caminaremos por sus sendas” (Isa-ías 2:3). Muchos habrán de ser juzgados yrecibirán la salvación en ese tiempo.

El juicio de los muertos

• El Último Gran Día. La última de lassiete fiestas representa el tiempo del juiciopara todos los que hayan muerto a lo lar-go de la historia sin haber sido juzgadosconforme a la Palabra de Dios. En Apoca-lipsis 20:11-12 podemos ver que se en-cuentran de pie frente a un trono blanco,símbolo de su juicio; éstos son “los otrosmuertos” mencionados en el versículo 5.

Este juicio no tiene el propósito decondenar, sino que será un período en elque esta multitud será resucitada a la vidafísica y cada uno de ellos será juzgado“según sus obras” (v. 12). Estas personasno fueron llamadas por Dios en su vidaanterior; por tanto, esta será su primeraoportunidad para conocer a Dios y deci-dir si están dispuestos a obedecerle o no.

Recordemos que en la malvada épocaactual, Dios está llamando sólo a los quehabrán de ser las primicias en su plan desalvación. La inmensa mayoría de los se-res humanos han sido engañados por Sa-tanás (Apocalipsis 12:9) y nunca han co-nocido la verdad de Dios, así que sólo se-rán responsables cuando ésta les searevelada en la resurrección. En ese tiem-po tendrán por primera vez la oportuni-dad para ser salvos. Serán resucitados a lavida física y sólo entonces recibirán laverdad de Dios y podrán ser juzgadosconforme a sus obras.

El período de la Fiesta de los Taber-náculos y del Último Gran Día (Juan7:37) representa la cosecha de todas laspersonas que recibirán la oportunidadpara ser salvas durante el Milenio, asícomo en esta segunda resurrección.

El juicio de Dios sobre la humanidad esun juicio justo; su deseo es “que ningunoperezca, sino que todos procedan al arre-pentimiento” (2 Pedro 3:9). Por lo tanto,

El juicio no es simplemente una sentencia sino un períodoen el que una persona, después de haber recibido el

conocimiento de Dios, es juzgada de acuerdo con sus obras.

vez de ser un día de júbilo, es un día deayuno (Hechos 27:9).

En resumidas cuentas, afligirse signifi-ca dejar de sustentarse en ese día, es decir,ayunar. Dios nos enseña que al estar unpoco debilitados por el hambre, podemosaprender y expresar mejor lo que es la hu-mildad. Nuestro ayuno nos ayuda a quererestar más cerca de Dios, quien es la verdady en quien no existe mentira. Nos hace verlo mucho que dependemos de Dios paranuestra vida y promueve un estado mentalde arrepentimiento que nos ayuda a sersinceros con nosotros mismos y con los

demás. (Si usted desea más informaciónacerca de la observancia del Día de Expia-ción, puede solicitar gratuitamente nuestrofolleto titulado Las fiestas santas de Dios.)

Hace unos 2.700 años, Dios describiópor medio de su profeta Isaías cómo supueblo se había degenerado al no valorarla verdad: “. . . la verdad tropezó en laplaza, y la equidad no pudo venir” (Isaías59:14). Las palabras del profeta son muyaplicables hoy día. ¡No podemos creertodo lo que leemos o escuchamos! Lospolíticos hacen promesas que no puedencumplir o simplemente mienten en formadescarada. Los periódicos y las revistaspublican rumores infundados e historiasque se disfrazan como hechos. Así la

gente duda de cuánto de lo que lee o es-cucha puede ser cierto.

Podemos estar agradecidos por el sacri-ficio de Cristo, el cual nos rescata de lasconsecuencias de nuestra tendencia hu-mana a mentir. También podemos darlegracias a Dios de que el Día de Expiaciónnos revela una magnífica era en que el ar-quitecto principal de la mentira será quita-do de en medio, junto con sus mentiras.

El maravilloso mundo que viene se ca-racterizará por la abundancia del verda-dero conocimiento de Dios (Isaías 11:9).En la era venidera de la verdad, todo elmundo aprenderá a obedecer el novenomandamiento. ¡Por fin no habrá másmentiras! BN


MENTIRASViene de la página 1

Imperio Persa. El asiriólogo GeorgesConteau escribe: “Se han encontradocientos de tablillas de arcilla que datan delprincipio del período persa y tienen quever con Murashu e Hijos, una prósperaempresa judía. Cuando Nabucodonosorconquistó Jerusalén en 587 a.C., deportóalgunas de las familias más notables a Ba-bilonia, entre ellas la familia Murashu.

“La familia de exiliados prosperó en laciudad de Nipur y alcanzó su mayor in-fluencia y riqueza bajo los reinados per-sas de Artajerjes I (464-424 a.C.) y de Da-

río II (423-405 a.C.). Muchos documen-tos de la firma están escritos en cuneifor-me y arameo para que puedan ser enten-didos más fácilmente por más personas.La mayoría tiene que ver con contratos,pagos o alquileres” (La vida cotidiana enBabilonia y Asiria, 1958, p. 95).

Las costumbres y la historia persa con-tenidas en el libro de Ester se han confir-mado como verídicas. Comentando acer-ca de Ester, un diccionario bíblico explica:“El autor emplea la fórmula acostumbra-da para empezar un relato histórico . . . [y]sus referencias sobre las costumbres per-sas muestran bastante conocimiento acer-tado . . . Se han encontrado pruebas de que

al final del reinado de Darío I o al princi-pio del reinado de Jerjes hubo en Susa unoficial persa llamado Marduka (Mardo-queo)” (The Interpreter’s Dictionary ofthe Bible [“Diccionario bíblico para el in-térprete”], 1962, vol. 2, p. 151).

En el libro de Ester, vemos que Mardo-queo era tío de Ester y un alto funcionariogubernamental que finalmente fue nom-brado como primer ministro del rey.

Continuaremos con la historia de unaera fascinante: el período entre los dostestamentos, cuando los sucesos descritosen los libros del Antiguo Testamento ha-bían pasado, pero los de los cuatro evan-gelios no habían comenzado aún. BN

ExilioViene de la página 4

no pronunciará un veredicto sobre ningúnser humano hasta que éste haya tenido laoportunidad de conocerlo de verdad. A to-dos se les abrirá el entendimiento de ma-nera que puedan comprender el mensajede la Biblia; entonces serán juzgados con-forme a sus obras de acuerdo con lo queahí está escrito (Apocalipsis 20:12).

¿Cómo seremos juzgados?

Nuestro juicio en el sentido de premioo castigo vendrá sólo después de que ha-yamos conocido y hayamos tenido laoportunidad para vivir conforme a la Pa-labra de Dios. Él nos dice con toda clari-dad que todos seremos juzgados segúnlas mismas normas: las que se exponen ensu Palabra. Así, el juicio no es simple-mente una sentencia sino un período en elque una persona, después de haber recibi-do el conocimiento de Dios, es juzgadade acuerdo con sus obras.

Sólo cuando la persona haya tenido laoportunidad de conocer y obedecer a

Dios podrá ser juzgada, “porque es nece-sario que todos nosotros comparezcamosante el tribunal de Cristo, para que cadauno reciba según lo que haya hecho mien-tras estaba en el cuerpo, sea bueno o seamalo” (2 Corintios 5:10).

Todos los que tengamos la oportunidadpara ser salvos durante la época actual —si permanecemos fieles hasta el fin— re-cibiremos nuestra recompensa en la pri-mera resurrección, al retorno de Cristo ala tierra. Los que tengan su oportunidaddurante el Milenio, así como los que re-suciten después del Milenio, serán juzga-dos y recibirán su recompensa entonces.

¿Se perderán algunos?

Hay otra fase triste pero necesaria deljuicio de Dios. A pesar de que Dios“quiere que todos los hombres sean sal-vos” (1 Timoteo 2:4), en Apocalipsis20:14-15 se nos dice que a quienes no sehallen inscritos en el libro de la vida lesespera “la muerte segunda”; éstos serán

lanzados a un lago de fuego. El que hayaesta “muerte segunda” indica que talespersonas habrán tenido toda la oportuni-dad para conocer la voluntad de Dios yrecibir la salvación. El castigo final quese describe aquí es la muerte eterna de laque nadie podrá ser resucitado. La reali-dad de esta segunda muerte contradiceclaramente la creencia tradicional de quelos pecadores incorregibles vivirán eter-namente, siendo atormentados en las lla-mas del infierno.

Así terminará el juicio de Dios sobrelos hombres. Todos habrán tenido suoportunidad en un tiempo propicio yequitativo para ser juzgados, y todos reci-birán su recompensa o sufrirán las conse-cuencias si optan por no arrepentirse.

Estas fiestas santas en realidad son laclave para conocer el juicio de Dios sobrela humanidad. Quienes las observancomo Dios lo ordenó se regocijan cadaaño en el grandioso plan que él tiene parala salvación de toda la humanidad. BN

Iglesia de Dios Unidauna Asociación Internacional

Los periódicos están llenos de malas noticias: las guerras que causan tanta aflicción, el ham-bre que consume a países enteros, los desastres naturales que dejan miles de damnificados,

el crimen y la violencia que continúan incrementándose a pesar de los esfuerzos parareducirlos. ¡La letanía de tragedias parece no tener fin!

Jesucristo vino como un mensajero, y el mensaje que trajo fueron las buenas noticias —elevangelio— del Reino de Dios. ¿En qué consisten realmente estas buenas noticias que Cristoanunció? ¿Acaso son tan sólo la maravillosa historia de su propio nacimiento, vida, muerte yresurrección? En verdad, todo esto forma parte del increíble plan que Dios tiene para la huma-nidad, pero el verdadero evangelio abarca mucho más.

Es triste decirlo, pero el hombre ha reducido el evangelio a una histo-ria que hace énfasis en la persona de Jesucristo, pero que pasa por alto laverdadera profundidad y magnitud del mensaje que nos vino a traer. Loque Jesús anunció es realmente asombroso; ¡son las noticias más extra-ordinarias que este mundo enfermo y angustiado pudiera recibir!

Nuestro folleto titulado El evangelio del Reino de Dios explica detalla-damente, con base en las Escrituras, el significado del mensaje queCristo predicó. Si usted desea recibir esta importante publicación, ten-dremos mucho gusto en enviársela gratuitamente y sin compromisoalguno de su parte. Solicítela hoy mismo a cualquiera de las direc-ciones que aparecen en el reverso de la portada de esta revista.

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¡Nuestro mundo necesitaescuchar buenas noticias!

¿cuándo encontraremos la paz? · el día de expiación es muy diferente de las demás...

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