culturas espaÑolas e indÍgenas en la nueva espaÑa

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    CULTURAS ESPAOLAS E INDGENAS EN LA NUEVA ESPAADURANTE EL SIGLO XVI y XVII

    Jorge Gilbert

    Introduccin

    Durante el verano de 1995, junto a 24 profesores universitarios de los Estados Unidos, tuve laoportunidad de participar, en un Instituto de Verano auspiciado por el National Endowment for theHumanities (NEH) y patrocinado por The Community College Humanities Association. El tpico centralde estudio fueCentro y Periferia en Nueva Espaa: Culturas Indgenas en Mxico y NuevoMxico(CPNS-95). As, entre el 4 al 25 de julio viajamos a Ciudad de Mxico y luego, entre el 26 de

    junio y el 14 de julio, a la ciudad de Albuquerque, Nuevo Mxico para, de acuerdo al programa,estudiar con una docena de expertos internacionalmente conocidos en las reas de la historia de laculturas precolombina, Espaa, Mxico y el suroeste de los EE.UU.1

    El objetivo del CPNS-95, de acuerdo al programa citado, consista en atraer la atencin de losparticipantes acerca de la interpretacin de los eventos y documentos asociados con los viajes deColn y el encuentro [nfasis en el documento] consiguiente de los europeos, africanos y los indgenasde las Amricas. Seguidamente, el Instituto se propona como meta capacitar a los acadmicosparticipantes para proporcionarles nuevos elementos para trabajar interdiciplinariamente en el temadel encuentro [nfasis agregado] y sus textos claves, para incorporar una comprensin ms rica delas diversas realidades culturales de este perodo en su enseanza, preparacin de currculo y escolaridadde estos temas. (Ibd.) Finalmente el programa indicaba que . . . la premisa intelectual del Institutoera que el encuentro precolombino/europeo ha sido decisivo en la generacin de una nueva identidad

    y carcter de las civilizaciones y culturas en las Amricas. Ellos sirven de paradigmas para la dinmicadel encuentro de otros [nfasis en el documento], estudio de casos, los encuentros que continan yla interaccin de las culturas y subculturas en las Amricas y cualquier parte del mundo (Ibd.).

    El objetivo central de este trabajo es discutir algunas de los temas e interpretaciones analticas utilizadasdurante este programa, y que en trminos generales representan el enfoque tradicional de los estudiose interpretaciones acerca de Amrica Latina por parte de la academia norteamericana. Desde estaperspectiva es posible sealar que las conclusiones de muchos de estos trabajos son neocolonialistas,ingenuos e inconsistentes debido a que los enfoques tericos-metodolgicos utilizados son notoriamente

    etnocntricos. Las consecuencias son lamentables, especialmente al nivel poltico, debido a que bajodichos parmetros conceptuales y analticos no es posible lograr un entendimiento global de AmricaLatina, ni muchos menos desarrollar modelos y alternativas diferentes a las impuestas en el pasadopor los pases ms avanzados del Primer Mundo. En ellos predominan interpretaciones romnticas,idealistas, ingenuas y distorsionadas del pasado, desasociadas del presente y ms preocupante, delfuturo.

    En las pginas que sigue me propongo discutir algunas de los aspectos ms controversiales de estellamado encuentro cultural. Entre los ms urgentes quisiera mencionar problemas tericos-metodolgicos, histricos, sociolgicos y polticos.

    En aras de establecer una necesaria y urgente discusin de estos y otros temas dentro del campo delas ciencias sociales, nuestro trabajo pretende sugerir que no es posible construir el futuro, ni muchosmenos hablar de un encuentro cultural y econmico en la regin repitiendo los errores u omisiones

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    a) Trabajos que no elaboran acerca de los cortes histricos-sociales-polticos-econmicos en que se

    est trabajando, asumiendo que estos son simplemente el resultado de la sumatoria de una serie deeventos. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se habla del capitalismo y sus efectos en Amrica Latina sinreferirse especficamente a un perodo histrico especfico para diferenciar o comparar sus diversasmodalidades productivas. Si tomamos el caso de la produccin esclavista introducida agresivamentepor los pases colonialistas europeos y ms tarde combatida tenazmente por algunos de ellos, veremosque dichos cambios slo pueden entenderse a la luz del estudio de las diversas necesidades productivasen Europa y sus efectos en el mundo colonial. Estas no ocurren por si solas y por el contrario presentancaractersticas y modalidades que difieren substancialmente de un perodo a otro o se gestan en otrosmomentos.

    b) La otra caracterstica consiste en introducir cortes histrico-sociales concentrndose en uno deellos en particular, enfocndose en un slo aspecto, desligado del resto de los elementos que loscomponen y relacionan con ellos. Por ejemplo, el estudio detallado, en una forma pura, de los estilosbarrocos en la construccin de las iglesias coloniales en lo que hoy constituye la Ciudad de Mxico, sinconsiderar los factores ideolgicos, religiosos, culturales o econmicos que motivaron dicho tipo deconstrucciones.

    La aproximacin general de la mayora de los anlisis acerca de Espaa y luego la Nueva Espaa entresiglo 14 al 16 realizados durante el CPNS-95, fueron marcadamente notorios por este tipo de elementos.

    Esta caracterstica, propia de las interpretaciones estructuralistas y neopositivistas, en nuestra opinin,impidieron analizar dichos perodos y procesos, de una forma apropiada. Las limitaciones propias deestas corrientes analticas ms que explicar y evaluar una situacin observada tiende a justificar loocurrido en aras de una funcionalidad social y a ocultar las necesidades e intentos de cambio social.Observemos esta situacin en ms detalles.

    El estructuralismo

    El paradigma estructural-funcionalista2 es un marco terico que describe a la sociedad como un sistemacompuestos por varias partes o segmentos bien integrados que operan interrelacionados entre s

    realizando una contribucin positiva para asegurar su mantenimiento como un todo. Tal como sunombre lo indica, esta formulacin terica cuenta con dos componentes. Primero, la estructurasocial, entendida comopatrones relativamente estables de conducta social que perduran en el tiempo,externos a los individuos y que influencian las conductas de las personas permitiendo que la sociedadcambie de una manera ordenada(Gilbert:1997:38). Las estructuras sociales ms importantes son lafamilia, la religin, la poltica, la escuela, las organizaciones formalesel Estado y la burocracia, porejemploy el sistema econmico. Ellas constituyen los componentes principales de la sociedad. Segundo,cada uno de los elementos de la estructura social cumplen diferentes funciones sociales, las cualesoperan con su propia dinmica pero interconectadas entre si permitiendo de este modo mantener a la

    sociedad viva, como sistema (Macionis:1987:16).En el terreno de la historia, y la ciencia poltica el paradigma sociolgico estructural-funcionalista hasido ampliamente utilizado por la academia norteamericana como un referente descriptivo y deordenamiento, particularmente en anlisis comparativos. Sin embargo, este paradigma terico presentadebilidades analticas, las cuales pueden resumirse como siguen:

    Tendencia a asumir que cualquier factor o elemento social debe o debera existir porque sonfuncionales al sistema. De esta manera se ignoran otras posibilidades que podran tener diferentesconnotaciones e incluso consecuencias.

    Ignora el rol que juega el podereconmico, poltico o socialde los miembros de una sociedad enla creacin y preservacin del orden social.

    Como consecuencia de lo anterior, es incapaz de explicar el cambio social, salvo como algo disfuncionalo como resultado de factores e influencias externas, provenientes desde afuera del sistema.3

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    Una tendencia incluso obsesiva de esta corriente analtica consiste en tomar la totalidad del colectivo

    social, desglosarlo en partes, y concentrarse en el estudio detallado de algunos de sus aspectos. Estasituacin que podramos designar peroyativamente como metodologa del salame, conduce a queuna vez introducidos dichos cortes, especialmente los de tipo histricos, se pierda la relacin con elcontexto global en que estos ocurren. Como justificacin se argumenta que el corte o segmento, ancorresponde al mismo proceso o porcin del salame, pero que ahora nos permite concentrarnos en elestudio detallado de algunos momentos o aspecto particular que nos interesa. Por esta razn, escomn que a travs de este tipo de anlisis se enfaticen las expresiones artsticas de los mayas o losaztecas en el siglo quince o diecisis, totalmente desconectado de sus aspectos centrales tales como laproduccin y sus correspondientes sistemas sociales y polticos; pero ms importante, su conexinpasado-presente-futuro.

    Las ciencias sociales y en el caso particular la arqueologa, la antropologa y la historia se preocupandel conocimiento del desarrollo de los fenmenos sociales en su globalidad. Por esta razn, susenfoques analticos no puede concentrarse solamente en el estudio de pueblos muertos o desaparecidos.Ms bien, se trata de disciplinas que buscan el conocimiento de las transformaciones materiales de lassociedades del pasado. De este modo, por ejemplo, la correspondencia de las categoras del conceptocultura, entendida como un conjunto de creencias, valores, conductas, y elementos materialescompartidas por grupos de individuos, son muy importantes desde el punto de vista terico-metodolgico.En efecto, dichas disciplinas llevan a cabo sus observaciones basados, fundamentalmente, en las

    formas culturales de una sociedad. La antropologa, por ejemplo, sin hacer distinciones entre susdiferentes disciplinas antropologa social, sociocultural, etnologa, folclor, en la realidad, se handedicado al estudio de los pueblos vivos y su conexin con el pasado. Lo mismo podemos afirmaracerca del resto de las disciplinas sociales, especialmente la sociologa.

    LA METODOLOGA

    Una caracterstica muy de moda en muchos trabajos acadmicos de corte histrico sociales, es laaplicacin de una metodologa de cortepaparazo. Es decir, recolectar datos e informacin, identificarelementos, ancdotas y situaciones espectaculares para ilustrar la situacin sometida a estudio. Esta

    frmula ampliamente utilizado por los peridicos y revistas sensacionalista de los Estados Unidosconsiste en una legin de periodistas, fotgrafos y reporteros que circulan alrededor de las estrellas decine, cantantes, polticos y celebridades con el fin de captar el ltimo escndalo poltico o sexual (BillClinton y Mnica Lewinsky), pornografa (Madona desnuda), divorcios o matrimonios (Elizabeth Taylor),incesto (Woody Allen y la hija adoptiva de su esposa y actriz Mia Farrow) o crmenes (el juicio alfutbolista negro O. J. Simpson) de una manera exclusiva. Una vez obtenida la informacin sensacionalistael paparazo, dueo de la primicia, obtendr una jugosa compensacin econmica por concepto deventas de dicho material, junto al prestigio y la fama que suelen seguir a los personajes que operan enestos crculos de la prensa norteamericana y mundial. La meta final delpaparazo es publicar un libro,

    vender millones de copias para terminar en la pantalla del cine y el home video va Hollywood.La poderosa influencia de los medios de comunicaciones de masas en la sociedad norteamericana y sucada vez ms evidente carcter empresarial, tambin han influenciado a las ciencias sociales. Sinpretender negar u omitir la seriedad y excelencia acadmica de muchsimos investigadores y profesoresque laboran en diferentes universidades de ese pas en el rea de las ciencias sociales, no es menoscierto que un significativo nmero de ellos han optado por la misma modalidad paparazo en susanlisis. Por ejemplo, una vez introducido un corte histrico en un proceso social cualquiera, elinvestigador se concentra en recopilar una serie de elementos espectaculares que le permita prepararuna publicacin que atraigan la atencin de los posibles lectores, de modo que la obra final se transforme

    en un bestseller acadmico que se proyecte al mercado va conferencias, invitaciones para hablarsobre el tema, artculos para diarios y revistas, consultor, etc. Interpretaciones psicolgicas, emocionales,individualistas, la mayora de las veces irrelevante al estudio, constituyen la tnica de la presentacinde este tipo de discurso o trabajos. 4

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    En el proceso de precisar que es un anlisis histrico-social y como realizarlos nos enfrenta a dosgrandes problemas. El primero se refiere a los niveles abstraccin desde el cual se analiza la

    sociedad y la historia. En este caso debemos tener presente que el estudio de la sociedad puede ydebe realizarse a travs de diversos niveles de abstraccin. Sealemos los ms importantes.

    La realidad puede ser analizada a partir de elementos simples que buscan reconstruir al nivel delconocimiento una explicacin de sus fluctuaciones y articulaciones fundamentales. En otras palabras,es un esfuerzo de aprehender la totalidad de la realidad y su dinmica.

    Los niveles de anlisis menos abstractos incluyen una mayor cantidad de elementos de la realidad,enfrentndonos a una totalidad cada vez ms compleja, la cual requiere ser sintetizada en susmltiples aspectos.

    Cada nivel de anlisis, por su parte, requiere de formulaciones tericas especficas ya sea

    redefinindolos, como a la vez, desarrollando cuerpos tericos ms generales y abstractos.

    El segundo elemento incluye el establecimiento de perodos de los procesos sociales sometidos aestudio. Este aspecto de la investigacin guarda una relacin directa con la necesidad de determinarcriterios terico y metodolgicos que permitan introducir cortes en los procesos histricos, con elobjetivo de constituir unidades particulares de anlisisevitando de este modo caer en la metodologadel salame ya mencionada.

    Sin lugar a dudas, existen diferentes marcos tericos de referencia para realizar los estudios sociales.

    Sin embargo, el problema reside en evaluar las posibilidades que dichas teoras tienen para proporcionaruna metodologa que permita una aproximacin ms o menos ajustada al objeto de estudio. Sin negarla enorme importancia de los elementos y procesos que ocurren y desarrollan al nivel de lasuperestructura tales como la ideologa, conciencia de clases, creencias, valores y otros elementos,cualquier anlisis social serio debe plantearse, en primera instancia, las formas en que los miembrosde una sociedad tienen puestos los pies en la tierra. Incuestionablemente los seres humanos seorganizan alrededor de los procesos productivos de sus sociedades.

    As, por ejemplo, entender la categora de cultura desde el paradigma del materialismo histrico abarcados aspectos. Uno de ellos se refiere a la investigacin cientfica, en donde la definicin del concepto

    de cultura misma permite la implementacin de una metodologa congruente para las disciplinas de lasciencias sociales que se ocupan del estudio de este aspecto de la sociedad. El otro elemento se refierea la instrumentalizacin del conocimiento as obtenido, lo que posibilita el anlisis de las particularidadesde los procesos sociales a travs de sus diversas etapas transformativas, enriqueciendo el manejo delas relaciones fundamentales que operan en todo hecho histrico.5

    Resumiendo, digamos que el conocimiento de la realidadya sea bajo la forma de historia, arqueologao cualquiera otra disciplina sociales un verdadero descubrimiento y no la aceptacin de lo primeroque se nos presenta cada vez que abrimos la ventana para mirar lo que hay afuera. En otras

    palabras, el conocimiento es un esfuerzo de creacin por parte del investigador. Lo anterior nos indicaque en materia de conocimiento la realidad no se presenta por s sola, siendo, por lo tanto, necesariointerrogarla. Sin embargo, una vez que sta se hace presente al investigador lo realiza de una maneradistorsionada, confusa y cambiante. Por esta razn, para interrogarla adecuadamente se requiere decategoras y conceptos, organizados y jerarquizados, los cuales dan origen a los planteamientos tericos.La ingenuidad acadmica de estudiar la realidad sin una base terica-metodolgica conducir alinvestigador a obtener solamente respuestas obvias, pintorescas, anecdticas y tergiversadasel tpico

    paparazo intelectual.

    LOS CONCEPTOS

    Muy pocos discutirn a esta altura que una de las premisas elementales en un estudio cientfico serio,comienza con una rigurosa definicin de los conceptos y las categoras utilizadas para dar cuenta delproceso social que el investigador intenta analizar. Recordemos que un concepto es una idea abstracta

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    que representa un aspecto del mundo social de una manera ideal y simplificada clase social, religin,conciencia social, por ejemplo. Los conceptos tienen un valor el cual puede variar de caso en caso, tal

    como ocurre con los precios de los diferentes items de un supermercado. Los cientistas socialesutilizan el trmino variable para indicar que un concepto tiene una significacin diferente de un caso aotro, una situacin que permite medir, es decir, determinar el valor de una variable en un caso dado.Sin embargo, no todas las variables son fcilmente medibles, requiriendo que stas seanoperacionalizadaspara cumplir las funciones para las cuales fueron creadas por el investigador (Macionis,op. cit., 33).

    De acuerdo a nuestro ejemplo anterior supongamos que definimos las categoras del concepto culturacomo el conjunto de formas y elementos singulares que presentan los diferentes hechos sociales queocurren en una sociedad como resultado de la bsqueda de soluciones histricas a sus problemas

    generales concretos de desarrollo. Dichos problemas concretos de una formacin econmica-sociallos cuales ocurren debido a la accin transformadora de la naturaleza por parte de la sociedadcontienen los elementos fundamentales que corresponden a las diversas formas de cultura. En otraspalabras, toda sociedad adquiere una expresin concreta bajo la forma de cultura.

    La forma cultural, entonces, es la expresin concreta del ser y su forma social en cada grupo humanoy, en general, en cada sociedad. Las modalidades particulares de una cultura se manifiestan a todonivel: desde el comportamiento de los individuos y el resultado de sus acciones concretas, hasta lavalorizacin que el resto de la sociedad y sus organismos reguladores tienen de dichos comportamientos.

    De all que las manifestaciones culturales compartidas socialmente, no slo son reflejos de esferaideolgica e institucional, sino que, tambin, se presentan y originan en la prctica concreta de losindividuos, cuyas acciones fundamentales se realizan a travs de las relaciones que generan entre sen un sistema productivo.

    La sociedad es un fenmeno nico, siendo por lo tanto muy difcil separar sus diferentes aspectos. Sinembargo, metodolgicamente, para efectos de investigacin, es posible abstraer algunas de las categorasdel fenmeno que se desean estudiar. Lo anterior, sin embargo, requiere una explicacin acabada yrigurosa por parte del investigador en aras de la compresin y evaluacin de los resultados obtenidosque, al ser parte del anlisis social, estn sujetos a la evaluacin, escrutinio y, crtica de otros

    investigadores y cientistas sociales.6

    Los concepto, es decir, nuestras herramientas esenciales del trabajo investigativo, tambin puedenutilizarse para manipular la realidad a travs de una serie de maromas epistemolgicas, de acuerdo alos intereses de los grupos sociales dominantes de una sociedad. La deformacin ideolgica einterpretativa de la realidad, niegan, ocultan, confunden o tergiversan las relaciones objetivas de losfenmenos sociales y culturales que rigen y explican el funcionamiento de una sociedad.

    En el caso de CPNS-95, los conceptos centro y periferia los cuales se proponen como elementos

    centrales para el anlisis de Europa y la regin denominada como Nueva Espaa durante los siglos 14al 16, no aparecen claramente definidos y en algunos caso la paternidad le fueron atribuidoserrneamentea Wallerstein (1988)probablemente porque fue el primero que lo utiliz en Ingls.Lo europeo corresponde al centro mientras que la Nueva Espaa es la periferia. Ambos conceptos,sin embargo, parecen ser no tan rgidos debido a que los charlistas anglos tambin los utilizaron parareferirse a la relacin entre Ciudad de Mxico y los territorios que hoy da forman parte de NuevoMxico y otros regiones. En ese sentido, todas las regiones en donde se centraliza el poder de losconquistadores tambin pasan a ser centros y las regiones sujetas a su control son a su vez periferias.As, entonces, tenemos un forma de reaccin en cadena de centros y periferias, de una manera piramidal,sin que nos permitan distinguir las singularidades de los procesos culturales de esas regiones en

    relacin a sus sociedades, y quizs lo ms importante, su integracin en orden econmico mundial. 7

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    LA SOCIEDAD COMO PROCESO HISTRICO

    La historicidad de los procesos sociales han pasado a constituir uno de los elementos principales de losestudios de la realidad latinoamericana, pudiendo sealarse tres aspectos centrales en el proceso de

    historizar el conocimiento.

    1] Tanto los conceptos como las formulaciones tericas que se originan a partir de ellos para darcuenta de la realidad, son limitados o cambiables, debido a que corresponden a momentos histricosparticulares. Por esta razn, puede ocurrir que dichos conceptos o formulaciones tericas seanreformuladas o simplemente dejadas de por lado en la medida que nuevos elementos cientficos seincorporan al anlisis.

    2] Un otro aspecto en la tarea de historizar el conocimiento implica entender a los procesos yorganizaciones sociales como elementos cambiables, en continuo movimiento, como un proceso. Esdecir, se gestan, nacen, se desarrollan y finalmente desaparecen, en la misma forma que ocurre con unser humano. Lo importante entonces es identificar la etapa correspondiente del proceso en estudiopara dar cuenta de sus caractersticas. De este modo, lo nico permanente en los procesos histricoses el cambio. Por ejemplo, parte importante de la polmica entre un gran nmero de cientistassociales de Amrica Latina con los economistas neoliberales y neopositivistas del Primer Mundo consisteen criticar la falta de historicidad en sus anlisis los cuales presentan los movimientos de la economamundial como simples modalidades de produccin o de mercado, totalmente separados de los procesos

    polticos y sociales en que se generan y desarrollan.3] El otorgarle un carcter histrico al estudio del conocimiento tiene un significado que no puede serdejado de por lado por el investigador social. Por el contrario, a travs de este proceso es posibledescubrir nuevos elementos o aspectos fundamentales que permiten comprender el presente como lastendencias futuras del fenmeno social en estudio. Si nos preocupa el estudio del centro y la periferia,por ejemplo, debemos considerar las regiones que los conforman, sus caractersticas y diferencias, lossectores sociales que participan, sus orgenes como clase social y sus relaciones con los sectoresproductivos, tradiciones culturales e ideolgicas, estructuras sociales, polticas y religiosas, entre otras.En resumen, se debe abordar el tema como un proceso en formacin. Lo anterior evita que nos

    quedemos atrapados en simplisismos tericos en donde los conceptos generales se convierten ensituaciones abstractas y vacas de contenidos concreto al no incluir las caractersticas especficas yrelevantes del objeto que vamos a estudiar la hispanidad, por ejemplo. En otra palabras, no existenverdades abstractas; la realidad nos muestra que estas son siempre concretas.

    A partir de esta situacin, digamos que la simple recopilacin de datos histricos sobre un conquistador,un pueblo o una clase social no es suficiente para alcanzar su conocimiento si dichos datos no estnvinculados entre s con el resto de la totalidad social. As, el centro y la periferia no slo sernvistos como dos regiones geogrficas diferentes, pero al mismo tiempo se pueden observar sus relaciones

    econmicas, polticas y sociales con el Estado y otras organizaciones formales tanto en Espaa comoen la Nueva Espaa, etc. Esto no significa sostener que cada investigador tenga que estudiar cada unode los elementos de la totalidad social que se relacionan con el tema de nuestro estudio para evitar queel resultado de su trabajo sea considerado como no cientfico. Sin embargo, ciertos elementos talescomo la economa, el Estado u otros, pueden ser recolectados de otros estudios y conectados connuestros objetos especficos que estamos analizando.

    Ahora bien, los enfoques y paradigmas tericos disponibles a los investigadores sociales para explicarlas sociedades, sus estructuras, dinmicas y modificaciones, son muy variadas. Frente a esta variedadde alternativas tericas es necesario decidir acerca del modelo a elegir en el esfuerzo de conocer un

    determinado proceso histrico-social. Sin embargo, no todos los modelos tericos permiten explicarcon la misma exactitud, calidad y cantidad los fenmenos y hechos sociales de una sociedad. En estesentido existen formulaciones tericas que amplan el campo de estudio permitindonos, de estemodo, profundizar en las races de los procesos que estamos analizando.

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    Lo anterior significa establecer jerarquizaciones en las diferentes corrientes tericas, una situacin quenos permite, al mismo tiempo, entender que a partir de ellas se pueden alcanzar niveles de conocimiento.En efecto, a partir de un anlisis emprico de una sociedad es posible recopilar una serie de datosacerca de ciertos aspectos de la misma por ejemplo, un censo de poblacin en una regin o dcadadeterminada. Ahora bien, si el estudio se detiene en ese nivel, sin lugar a dudas obtendremos unconocimiento parcial y limitado, pudiendo ser enriquecido slo en la medida que combinamos ocomparamos dichos datos o informacin censal emprica con los movimientos sociales de la poblacin,sus crisis y conflictos, avances, estagnacin y desarrollo. Es aqu, donde algunas interpretacionestericas, tales como el estructural-funcionalismo, comienzan a mostrar sus debilidades debido a queen su aplicacin conceptual y metodolgica no incluyen o prestan muy poca atencin a este tipo decategoras analticas, especialmente en lo referente a cambio social. Lo mismo ocurre con algunas

    formulaciones weberianas, las cuales basadas en modelos ideales, es decir, una separacin absolutade la realidad y la creacin de articulaciones tericas, intentan someter los procesos histrico-socialesconcretos a los parmetros de un marco referencial construido idealmente por el investigador.8

    Por estas razones no es extrao observar la rpida importancia adquirida por los estudios del marxismoen Amrica Latina entre la dcada de los sesenta y los ochenta, incluyendo a sectores no marxistascomo iglesias, gobiernos y polticos, quienes recurran a las categoras y conceptos de esta disciplinaen sus estudios. Sin lugar a dudas, esta corriente analtica fue y continua siendo ampliamente utilizadaen los estudios sociales por una serie de ventajas operativas y ms importante, explicativas queocurren en el continente y su insercin en el capitalismo mundial.9

    Finalmente, sostengamos que si bien es cierto que las diversas corrientes tericas, de una manera uotra, permiten aproximarnos a algn tipo de conocimiento de la realidad, no es menos cierto queconstituye un serio peligro el mezclar categoras y conceptos de diversas fuentes bajo la errneacreencia de llenar ciertos vacos y enriquecer los marcos tericos de la investigacin. Esta corriente, aveces muy frecuente en los estudios sociales, se denomina eclecticismo, es decir, la combinacin decategoras provenientes de distintos marcos tericos. Lo anterior no permite superar las debilidadestericas encontradas en el anlisis social, sino que por el contrario, los reproduce bajo otras formas.Recurrir al eclecticismo significa cerrar la puerta a uno o varios problemas en la investigacin que, por

    el contrario, deberan quedar abiertos, es decir expuesto a la bsqueda de una respuesta tericaapropiada.10

    En las pginas que siguen presentamos una propuesta analtica e interpretativa diferente a la versinoficial ofrecida durante el CPNS-95. Al hacerlo, quisiramos sealar algunas contradiccionesconceptuales-metodlogicas a partir de una serie de hechos histricos. Dentro de ese contextointentamos aproximarnos al estudio de la formacin y desarrollo del sistema capitalista y el rol que lecorrespondi al imperio espaol en este proceso productivo. Esta metodologa, pensamos, permitecomprender el contexto y proceso histrico en el cual se desarrolla la ideologa del conquistador que

    ms tarde llegara a conquistar las diversas regiones del continente americano.LA FORMACIN DEL CAPITALISMO

    Histricamente, el desarrollo del capitalismo ha ocurrido en etapas, cada una de ellas caracterizadaspor diferentes niveles de madurez y reconocibles por sus diferentes formas de manifestarse. As, porejemplo, Marx en su paradigma terico del materialismo histrico nos habla de la acumulacin originariapara referirse a la etapa inicial oprehistoria del modo de produccin capitalista. Para que esto ocurra,es necesario observar dos importantes procesos: a] La separacin total de los trabajadores de susmedios de produccinherramientas, equipos, etc.y su consecuente transformacin en bienes de

    capital; b] La transformacin de los antiguos propietarios de bienes de produccin en trabajadoresasalariados. En este sentido, los sistemas sociales no existen en formas puras en ningn perodo yes posible entonces encontrar una combinacin de modos de produccin en donde uno de ellos actacomo dominante.

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    Mirado desde esta premisa, el descubrimiento de Amrica coincide con el proceso de disolucin delfeudalismo y su correspondiente sistema productivo y de relaciones sociales. Recordemos que elsistema feudal se caracterizaba por sus relaciones de tipo servil y una economa agraria y artesanalbasada en el intercambio de bienes y servicios. Alrededor de la mitad de la Edad Media, pagos endinero se convirtieron en el sistema ms comn de las transacciones de la poca. Este sistemaproductivo y social alcanz su cspide durante los perodos comprendidos entre el siglo nueve y elonce, en donde una serie de factores contribuyeron a su declinacin. Analicemos brevemente algunasde ellas y sus efectos en Espaa para observar la operacionalizacin de las categoras conceptuales ymetodolgicas a partir del paradigma del materialismo histrico.

    Capitalismo y unificacin territorial

    Debido a su ubicacin estratgica en el Mediterrneo, Espaa y Portugal fueron una de las primerasregiones en donde se comienza a producir una transformacin gradual del feudalismo generando en suinterior los primeros albores de capitalismo. En ese sentido, los reyes cristianos tomaron en susmanos la tarea de unificar los territorios bajo el control de los rabes ayudados por un grupo decomerciantes que se beneficiaban comerciando a travs del Mediterrneo. Los sectores ligados alcomercio proporcionaron gran parte del financiamiento requerido para la unificacin, emergiendo en lamayora de ellos importantes sectores burgueses pro industriales. Lo anterior explica que durante esteperodo dichos sectores obtuvieran una serie de ventajas polticas tales como la representacin en lasCortes (1238), y luego, en 1527 en las municipalidades (Vitale: 1971:121).

    El origen del sector mercantil espaol se origina y desarrolla a travs de las relaciones comercialesestablecidas con las regiones del Atlntico Norte, y varios puertos en el Mediterrneo Lisboa, Marsella,Gnova. Durante el siglo doce, Barcelona se convirti en el principal centro de operaciones de lasexpediciones ultramarinas del mundo antiguo. La dinmica alcanzada por el capital comercial actu,entonces, como un importante elemento de transformacin del sistema feudal a travs del financiamientode nuevas industrias. As, durante el siglo quince 50.000 obreros trabajaban en las industrias textilesen Espaa. Ms an , bajo el reinado de Carlos V, Sevilla tena 15.000 telares y 130.000 trabajadoresque suplan tanto la demanda interna como externa de estos productos (Ibid:120).

    Durante el siglo quince el capitalismo observado en las diversos territorios de Europa presentabadiferentes niveles de desarrollo. Por una parte, Espaa haba demostrado su inhabilidad para transformarla fase comercial en una industrial, tal como haba venido ocurriendo en las pocas anteriores. Por elcontrario, despus de la consolidacin de sus sectores comerciales y el desarrollo del sistema mercantil,Francia e Inglaterra iniciaron un proceso de industrializacin que les permiti aumentar sus fuentes deacumulacin de capitales, primero en sus respectivos pases y luego en los mercados externos. Loanterior fue posible debido a que la unificacin de los territorios tanto en Francia como en Inglaterra y otros pases europeos fue slida, a travs de la alianza entre la burguesa y los reyes. La unificacin

    territorial fue seguida por medidas polticas internas que aseguraron la consolidacin de la burguesacomo clase dominante y la aplicacin de rgidas leyes proteccionistas orientadas a salvaguardar laindustria nacional, estimular la demanda interna, y estimular la expansin del mercado. En otrapalabras, este proceso se convirti en un mecanismo para robustecer la etapa manufacturera, expropiara los trabajadores independientes de sus bienes de produccin, organizar un poderosa fuerza laboralasalariada, una situacin que permiti abreviar la transicin del feudalismo al capitalismo (LeRiverend:1967:130).

    El proceso de unificacin de los territorios espaoles fue diferente al del resto de Europa. En el caso deesta nacin el proceso fue slo parcial y territorial debido a la diversidad de intereses comerciales en

    juegorecordemos que la unidad territorial de Espaa se logr solamente en el ao 1492, con laconquista de Granada. Durante la reconquista las regiones ocupadas por los rabes fueron distribuidasentre miembros de la nobleza y la Iglesia quienes continuaban operando como seores feudales en vezde promover la industrializacin tal como vena ocurriendo con el resto de los pases europeos. De esta

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    manera se impuso una poderosa, pero improductiva, burocracia junto a un riguroso sistema tributariopara financiar el enorme presupuesto militar, la administracin imperial y a sus clases parsitas lanobleza y el clero. La alianza entre la Iglesia y El Estado, como dijramos, fue poderosa teniendo en elIslam un enemigo comn.

    El descubrimiento de Amrica, ocurrido el mismo ao de la unificacin territorial, acab con el desarrolloindustrial de Espaa, acrecent el poder real al independizarse de los sectores comerciales yproindustriales debido a la enorme cantidad de riquezas y productos extrados de las colonias americanas.Este elemento otorg al Estado espaol un enorme carcter conservador en un poca de drsticos ydinmicos cambios sociales y productivos. El proceso de estagnacin de Espaa termina de afianzarsecuando el mismo ao 1492 se dicta el decreto de expulsin de los judos, privando al imperio de susector proindustrial ms dinmico, de los cientistas y comerciantes ms connotados.11 Los bienes y

    artculos manufacturados requeridos por Espaa y sus colonias comenzaron a ser adquiridos en otrospases europeos, a travs de los oficios comerciales de los italianos, quienes pasaron a controlar dichosector de la economa del imperio espaol.

    Financiamiento de expediciones martimas

    Insistamos en que Espaa fue una de las primeras regiones en donde el sistema feudal europeocomenz a evolucionar hacia un modo capitalista de produccin, a travs de las relaciones comercialesestablecidas con otros puertos en el Mediterrneo, el Atlntico Norte y el Medio Oriente. As, duranteel siglo doce y trece los comerciantes espaoles haban establecido importante conexiones con otroscentros mundiales de la poca, por lo que la tarea de la unificacin de los territorios y la industrializacinadquira una primordial importancia. Estas relaciones comerciales, no pueden ser descritas comocapitalista propiamente tal, pero ciertamente contribuyeron a su formacin y expansin a travs de lapresin que stas pusieron sobre la industrializacinla prehistoria del capitalismo.

    El floreciente sistema mercantil de la poca, sin embargo, comenz a experimentar problemas debidoal rpido avance del imperio Turco, el cual paulatinamente haba ganado posesin de los territorioscontrolados por el Imperio rabe y anteriormente por Egipto y Asia Menor. En 1453 los Turcos seapoderan de Constantinopla, el ltimo bastin del Imperio Romano, creando un gran problema comercial

    al cerrar el trfico martimo entre el Mediterrneo y el Atlntico, con la excepcin de los genoveses yvenecianos. La crisis comercial e internacional provocada por los Turcos oblig al resto de las nacioneseuropeas que comerciaban por el Mediterrneo a financiar expediciones para encontrar rutas alternativaspara normalizar el comercio martimo y obtener nuevas riquezas para las cada vez ms competitivas alas emergentes naciones-estados de Europa. Estas expediciones fueron financiadas por sectores ligadosal comercio y grupos de banqueros, quienes de simples prestamistas e intermediarios mercantiles sehaban convertido en los financistas ms importantes de empresas comerciales y manufactureras(Gilbert et al.,1979:17).

    Con la creacin y establecimiento de sociedades comerciales y financieras como la Liga Anseticadurante el siglo quince se perfeccion notoriamente el sistema de transferencia de capitales y crditosen Europa originando no slo una dinmica actividad productiva y comercial, sino que, tambin, unarpida evolucin de sus poblaciones y ciudades. Bancos como la Casa de San Jorge en Gnova, la Casade Sorazo en Venecia, y la Casa de Mdicis en Florencia, combinaban operaciones similares de compray venta de bienes y artculos junto al financiamiento de nuevas empresas.

    El sector comercial espaol tambin se integr a este proceso econmico en expansin, asociado conbanqueros germanos y fundamentalmente genoveses, interesados en encontrar una nueva ruta haciaLas Indias. Contrario a las interpretaciones sensacionalistas de los paparazos de la academia que

    enfatizan el romanticismo y altruismo tanto de Isabel de Castilla y Cristbal Coln, esta empresa nohabra sido posible sin la participacin de los banqueros europeos. Las necesidades de continuar yexpandir el proceso de acumulacin a escala mundial interrumpido por los Turcos, requera de laexpansin geogrfica y reactivacin de las actividades comerciales y productivas europeas. As, la

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    expedicin que trajo a Coln a Amrica fue financiada por mercaderes espaoles quienes invirtierondos millones en oro, y de los cuales ms de la mitad provenan de un prstamo otorgado por losempresarios agrupados en la Sagrada Hermandad. El resto fue cubierto por el espaol Martn AlonsoPinzn, el comerciante ms rico de Puerto de Palos. Algunos autores como Volodia Teilteibom (1943)sostiene que la expedicin de Coln tambin fue tambin financiada por los mercaderes genoveses DiNegro y Georgia y el banquero florentino Juanoto de Berardi.

    La expedicin de Coln fue, sin lugar a dudas, representa la culminacin de una de las ms exitosasinversiones comerciales y el comienzo de otras empresas martimas similares que inundaran Europade oro y plata, junto a productos y materias primas que hicieron posible el desarrollo pleno delcapitalismos a travs de su etapa mercantil y ms tarde, su fase industrial. Durante el mismo perodo,en el ao 1502, los portugus navegando hacia el sur del Atlntico descubrieron nuevas rutas para

    alcanzar las costas de frica. El comercio iniciado entre portugueses y las colonias africanas originfuertes crisis en las economas venecianas y genovesas, al desplazar a los mercaderes locales querealizaban labores de abastecimiento y transporte de productos hacia Europa a travs del Mediterrneo.As, el trfico comercial que se establece a partir del arribo de los portugueses a las regiones del fricaorigin un rpido decaimiento y deterioro econmico de las ciudades italianas en el Mediterrneo, lascuales, hasta ese momento, haban mostrado un alto desarrollo comercial dentro del proceso delcapitalismo primitivo-mercantil observado en Europa en ese perodo.

    QUIN ERA EL CONQUISTADOR?

    Esta pregunta elemental para entender la conducta y las motivaciones del conquistador en su propiocontexto europeo es comnmente rehuida por el estructuralismo reemplazndola por una narrativadescriptiva ms que analtica. Una de las mayores diferencias entre estos enfoques eurocntricos dela academia norteamericana y la de los investigadores latinoamericanos es que los primeros separanlos hechos polticos de los econmicos en aras de una supuesta especializacin analtica. As, dichosestudios se realizan en formas paralela y muy raras veces se juntan para dar cuenta de algn fenmenosocial. Este reduccionismo histrico presenta slo un versin parcial de la totalidad del problema loque lleva muchas veces a confundir el significado de las acciones y sucesos que se intentan estudiar odescribir.

    Para responder a nuestra pregunta Quin era el conquistador? necesariamente debemos entenderque nos encontramos frente a un complejo y contradictorioproceso histrico, que requiere ser analizadoen relacin a las variables de tiempo y lugar donde estos ocurrieron; insistamos, histricamente. Pero,el anlisis de las relaciones entre el conquistador y su misin no significa relativizar los hechoshistricamente observables como las matanzas de indios, tipos de religiones, culturas o sistemasproductivos, a simples formulaciones descriptivas o narrativas, amparadas en una farisaica objetividadacadmica. Tampoco significa acusar a Espaa o Portugal de crmenes de lesa majestad, sino queentender que ambos pases fueron el instrumento del que se vali el sistema capitalista durante sufase mercantilista o mejor dicho, en el perodo de la acumulacin originaria del capitalpara muchosconsiderada como el pecado original de la civilizacin moderna.

    La huella del conquistador

    Durante muchos siglos, Gibraltar constituy el nico centro geogrfico de entrada y salida de lasnumerosas expediciones que unan el Mediterrneo, y por lo tanto Europa, con Asia y fricaMareNostrum. As, Espaa constitua una especie de callejn en donde el trfico entre las diversas regionesdel mundo de esa poca se iniciaban o terminaban, dando la impresin de ser el centro de la tierra. Lacultura de lo que sera Espaa se gest, entonces, basado en esta situacin privilegiada de su ubicacin

    geogrfica. All florecieron dos sectores sociales: aquellos compuestos por iberos y los de las regionesdel Mediterrneo. Los primeros llegaron a la pennsula ibrica cerca de dos mil aos antes de Cristo yluego se juntaron con los clticos alrededor el ao 900 A.C., dando origen a la cultura celtibrica,profundamente agraria y aisladas en el interior. El sector mediterrneo, por su parte, comenz con los

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    fenicios unos mil aos antes de Cristo, dando paso a una cultura basada en el comercio exterior yabierta a otros mundos. Los fenicios y luego los griegos establecieron centros comerciales alrededorde lo que hoy se conoce como los puertos de Cdiz y Mlaga, observndose un abierto contraste entrela regin interior y la Mediterrnea.

    Una vez que los griegos abandonaron Espaa, sta pas a ser el foco de atencin por parte de Cartago,en frica y Roma, en Europa, los dos imperios ms poderosos de la poca. Va el Mediterrneo, Espaase transform en el trampoln indispensable para la conquista de Europa por parte de los cartaginensescomandados por Anbal. Las sucesivas victorias de los invasores africanos convencieron a los romanosde la importancia logstica de conquistar Espaa para detener su avance. A partir del ao 200 D.C.Roma se transform en el eje de la Pennsula Ibrica hasta antes de las invasiones musulmanas queconcluyeron con la conquista definitiva de Espaa por parte de los rabes, en el ao 711 D.C. Sin

    embargo, la Pennsula Ibrica era el granero de Roma y la provincia ms rica, leal y romanizada delimperio.

    La descomposicin del Imperio Romano, que durante 1000 aos haba dominado el mundo antiguo,debilit a Espaa dejndola expuesta a una ola de invasiones por parte de otros imperios y civilizaciones.Este vaco fue llenado por los brbaros provenientes del norte y los cristianos desde el este.

    Los primeros cristianos llegaron durante el primer siglo de la era presente seguidas por una ola deinvasiones durante el siglo VI por parte de los suevos, alanos y vndalos, provenientes desde Galia yGermania. Una serie de conflictos entre los nuevos invasores terminaron con los visigodos instaladosen el poder, cristianos de nombre pero brbaros de hecho. En una verdadera lucha en contra de lasherejas que caracterizaron a los visigodos, el cristianismo continu creciendo y asentndose firmementeentre el pueblo, incluyendo a mujeres que rehusan el matrimonio para dedicarse a la adoracin deCristo (Fuentes: 1992: 48).

    Debido a las mltiples guerras por la sucesin al trono, los gobernantes visigodos comenzarongradualmente a relegar la administracin pblica en la Iglesia, originando de este modo una continuaintervencin de sta en los asuntos polticos del Estado, una caracterstica que se asent muy fuerteen Espaa y ms tarde en Amrica Latina. A partir de la reunin del concejo catlico de Toledo

    celebrado el ao 598, el rey Recaredoconvertido al catolicismoreafirm dicha religin como laoficial del imperio. De acuerdo al mejicano Carlos Fuentes, El Obispo de Sevilla, Isidoroel personajeespaol ms importante del perodo que va entre la cada de Roma y la invasin rabefue el elementocentral en la restitucin de la continuidad jurdica y poltica tanto de la Iglesia como del Estado espaol.

    En efecto, como resultado de la cada del imperio romano y su correspondiente aparato burocrtico, losobispos se transformaron en los verdaderos administradores del imperio, facilitado por la incompetenciay las crisis que afectaban a los monarcas godos en el poder. Utilizando esta ventaja, junto a su poderpoltico, el Obispo Isidoro decret la unin del Estado con la Iglesia Catlica. en donde el primero sesubordinada a la Iglesia en materias espirituales y la Iglesia al Estado en asuntos de ndole secular.Sin embargo, el nuevo orden tambin estableca que tanto la Iglesia como el Estado podran interveniren los terrenos del otro cuando fuera necesario, para evitarse que se produjera un vaco de poder. Endos siglos de dominio visigodo se sucedieron treinta reyes con sus correspondientes crisis, rivalidadesy matanzas internas, permitiendo que la Iglesia fuera un actor permanente y muy influyente en losasuntos pblicos del imperio. Cerca de un siglo ms tarde, Espaa enfrentara una nueva amenaza,esta vez por parte del Islam.

    Ocho siglos despus de la muerte del profeta Mahoma, el islamismo alcanz su cspide religiosa ypoltica, conquistando Egipto, Tnez y luego, en el ao 698 expuls a los bizantinos de Cartago, el

    antiguo centro imperial de frica del Norte. En el ao 711, Tarik al mando de un poderoso ejrcitoinvadi Espaa controlada por los godos, permaneciendo en la Pennsula Ibrica por casi ocho siglos.12

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    La resistencia cristiana al Islam se organiz en las montaas de Asturias y se expandi hacia el restode Espaa a travs de varios siglos de confrontaciones militares. Las continuas crisis y fragmentacindel Estado musulmn en diminutos reinos permiti finalmente a los cristianos derrotar a los moros enla batalla de Las Navas de Tolosa en el ao 1213, quienes se retiraron y concentraron en la ciudad deGranada hasta 1492, cuando fueron finalmente derrotados y expulsados por las fuerzas militares delahora poderoso Imperio Espaol.

    Durante este perodo es posible observar una experiencia intercultural interesante en donde la divisinentre cristianos y musulmanes no era muy clara. De este modo existan los mozrabes cristianosque adoptaron la cultura islmica sin convertirse a esa fe. Los mudjares moros que vivan comovasallos de los cristianos. Los mulades cristianos que se convirtieron al islamismo. Los tornadizosmoros convertidos al cristianismo. Finalmente, los enaciadosgrupo que fluctuaba entre ambas

    religiones de acuerdo a sus conveniencias. La influencia de este contacto cultural se refleja incluso enel idioma espaol, en donde un cuarto del vocabulario utilizado contiene palabras de origen rabe. Sinembargo por casi ocho siglos la Espaa cristiana concentr sus esfuerzos en combatir a los moros, unperodo que la historia designa como la Reconquista.

    El Islam, basado en el concepto dejijad, aceptaba la guerra santa, en donde el ascetismo religioso y laguerra en contra del infiel eran componentes integrales de la poltica islmica. En ese sentido losmoros combinaban un ferviente fe religiosa con un alto espritu guerrero que los haca temibles en loscampos de batalla. La fe cristiana, por su parte, no autorizaba a sus clrigos para envolverse en actosblicos y de violencia, pero a partir del ao 711 y como una medida de responder a la invasin islmica,dio paso a la militarizacin de la Iglesia. Segn Carlos Fuentes en el siglo once, lo ejrcitos del nortede Espaa estaban formados por grandes cantidades de monjes que se haban transformado en soldados.La identificacin entre guerra y religin, un factor extremadamente preponderante durante la conquistade Amrica, se gest entonces a partir de esta nocin (Ibd.:63).

    Ordenes militares formados por monjes y frailes militantes tales como las Calatrava, Santiago yAlcntara fueron creadas para combatir a los moros, financiadas y unificados bajo el mando y controlde la Monarqua. Esta caracterstica se afianza a travs de la creacin de figuras religiosas tales comoSantiago Matamoros, inspirador de la resistencia popular en contra de los rabes y que profundiz la

    conviccin por la reconquista. En esta figura se combinan factores espirituales de la fe y la guerra delos cristianos, motivados por la creencia popularincorrectade que el apstol Santiago era el hermanogemelo de Cristo enviado a Espaa, quin se haba convertido en un feroz guerrero en contra de losmoros. As, si el apstol Santiago estaba con los espaoles cristianos tambin lo estaba Dios, otorgndolea la guerra de liberacin un carcter igualmente sagrado, como los musulmanes.

    En el ao 1248, el rey Fernando III captur la ciudad de Sevilla, procediendo a expulsar a cien milmoros que habitaban en ella, instaurando una monarqua que perdurara por muchos aos y la cual

    jugara un rol central en la Reconquista de Espaa y el Descubrimiento de Amrica. En una abiertalucha poltica de palacio en contra de Juana La Beltranejanombrada heredera a la corona por EnriqueIVIsabel de Castilla, hermana del rey fue impuesta como reina gracias al apoyo decidido de la nobleza.Isabel contrajo matrimonio con Fernando de Aragn en 1480, un acuerdo nupcial conveniente quepermiti la unificacin de los importantes reinos de Castilla y Aragn. A partir de ese momento segest la misin final: conquistar el ltimo baluarte de los moros localizado en la ciudad de Granada,meta que fue finalmente completada en 1492, el mismo ao en que Cristbal Coln incorpor Amricaa la Corona espaola.

    De este modo Espaa lograba finalmente su ansiada unidad dando origen a un poderoso imperio quese convirti en uno de los centros ms importantes de Europa. La unificacin de sus territorios, la

    derrota de los musulmanes, el Descubrimiento de Amrica y la expulsin de los judos, todas ellasocurridas en el mismo ao 1492, sin embargo, originaron, contradictoriamente, un relampagueanteflorecimiento de Espaa, como a la vez, el comienzo de su estancamiento dentro del contexto delcapitalismo mundial.

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    La derrota y expulsin de los musulmanes era un triunfo poltico-religioso no slo para el ImperioEspaol sino que, al mismo tiempo, para toda la Europa cristiana. En efecto, la guerra haba sidorealizada en el nombre de cristiandad, por lo tanto el triunfo de Espaa fue interpretado como el triunfode esa religin. Desde un aspecto mstico, el descubrimiento de Amrica pas a ser considerado comopremio por parte de Dios a los Reyes Catlicos por su cruzada en favor del cristianismo. Por esta raznla Monarqua espaola y su colaboradores eclesisticos pretendieron darle a la conquista americana uncarcter misional-religioso, en donde los objetivos materiales de la misma aparecan como algoinsignificante o si se quiere, secundario.

    De acuerdo a Fernando Mires este sentido misional se puede apreciar claramente en el testamento dela Reina Isabel La Catlica:

    Cuando nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostlica las islas y tierra firme del Mar Ocano,descubiertas y por descubrir nuestra principal intencin fue al tiempo que los suplicamos al PapaAlejandro IV, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesin, de procurar inducir o atraer a lospueblos dellas, y los convertir a nuestra santa fe catlica, y enviar a dichas islas y tierra firmeprelados, religiosos y clrigos y otras personas doctas de Dios, para instruir a los vecinos y moradoresdellas a la fe catlica. . .(op, cit. 34).

    El nuevo mundo era entonces, un premio divino entregado a la Corona espaola a travs delrepresentante de Dios en la tierra, el Papa Alejandro IV, como compensacin por las prdidas sufridas

    por la Iglesia Catlica debido al avance de las corrientes protestantes. El cronista de la poca FrayBernardino de Sahagn se convirti en un incansable majadero acerca de este ltimo aspecto:

    . . .Y en estas tierras, y con esta gente, ha querido nuestro Seor restituir a la Iglesia lo que eldemonio le ha robado en Inglaterra, Alemania, y Francia, en Asia y Palestina, de lo que quedamosmuy obligados de dar gracias y trabajar en esta su Nueva Espaa.13

    Este contexto explica entonces que la conquista del continente americano se iniciara enfocada desdedos puntos de vistas: uno religioso, orientado a la conquista de las almas y el otro material, orientadaa la conquista de las riquezas y bienes materiales de sus habitantes. Sin embargo, entre ambas, no

    exista ninguna contradiccin poltica, econmica o ideolgica.

    La estructura social espaola

    Una de los problemas mayores en los anlisis de la Espaa pre y post colombina ha consistido enexplicar las conductas y acciones de los diversos segmentos sociales que componan la rgida estructurasocial del imperio. Las formulaciones analticas derivadas de la corrientes estructural funcionalista yneopositivistas no han sido las categoras ms apropiadas para examinar y comprender las clasessociales e ideologa imperante en Espaa, para entender el comportamiento de los conquistadores que

    llegaron a las Amricas. Lo anterior fue muy evidente en las explicaciones de la mayora de loscharlistas que participaron en el CPNS-95.

    La dificultades provienen de la confusin o debilidad analtica del concepto de clase social utilizada porlos funcionalistas. Sin lugar a dudas, el concepto de clase social es muy ambiguo y por lo tanto, puedetener diferentes significados. Debido a la fuerte influencia de la corriente estructural-funcionalista enlas disciplinas sociales norteamericanas un gran nmero de investigadores asocian la clase social coningreso econmico, statuss, prestigio, educacin, ocupacin, entre otros. Como resultado, se proponenmodelos que incluyen categoras designadas como clases altas, clases medias y bajas, junto a unconjunto de subcategoras tales como clase media-alta o clase media-baja, etc.

    En esencia, la estratificacin social, como se denomina esta modalidad, corresponde a la desigualdadsocial y que segn los funcionalistas es algo necesario debido a que cumple una funcin positiva en el

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    mantenimiento y sobrevivencia de una sociedad. En efecto, la estratificacin social motiva a losindividuos a trabajar duro y de este modo ser premiados con una mayor compensacin econmica,prestigio y poder. Este premio social depende de la importancia de la ocupacin o rol que la personadesempea y el entrenamiento y habilidades requeridos por la profesin u ocupacin. Por ejemplo, unmdico recibe una mayor compensacin social y econmica que un recolector de basura porque sutrabajo es ms importante y requiere un mayor entrenamiento y habilidades. Lo anterior permite queel sacrificio individual promueva un tipo de movilidad social a travs del sistema de estratificacin oclases de la sociedad.14

    Este tipo de anlisis aplicado a las categoras histricas del perodo pre y post colombino en Espaa nospueden llevar a una confusin y error analtico al dar la impresin que cualquiera ciudadano en elimperio poda transformarse en un miembro de la nobleza si trabajaba duro. Quizs, este fue el

    pensamiento de los frailes y conquistadores que llegaron a las Amricas, pero la realidad de la rgidaestructura de clases en la Espaa precolombina muestra otra cosa. De este modo, requerimos de unmarco referencial ms riguroso para comprender el comportamiento de los diversos sectores de lasociedad espaola tanto entre las clases sociales como al interior de stas. Veamos esto con msdetalle.

    Uno de los charlistas del CPNS-95 present el siguiente esquema social de Espaa previo al perodo enque Hernn Corts comenzara sus incursiones en el Valle de Mxico.

    Aristocracia

    5.000 magnates y obispos 0.07%50.000 nobles militares 0.72%60.000 nobles urbanos 0.85%

    subtotal 1.64%Clases Medias

    70.000 clrigos 1.00%160.000 gentes en sectores urbanos 2.30% (40 mil eran judos conversos)25.000 ricos y pequeos agricultores 0.35%

    subtotal 3.56% *Clases Bajas

    850.000 artesanos y obreros de la ciudad 12.15%5.780.000 campesinos 82.50%*

    subtotal 94.65%*

    * informacin no incluida en el esquema pero calculada a partir del resto de los datos

    Resumiendo la informacin, durante este perodo Espaa contaba con una poblacin total de sietemillones de habitantes en donde 115 mil personas (1.64%) pertenecan a la aristocracia; 255 mil(3.65%) a las clases medias; y 6.630 millones (94.65%) a las clases bajas. A partir de estos datos esposible observar la estructura social del imperio espaol, y tal vez formarnos una idea general de laconcentracin y distribucin de la riqueza. Sin embargo, este tipo de categoras analticas nos conduce

    a pensar, errneamente, que tanto Cristbal Coln como Hernn Corts, pertenecan al mismo nivelsocial que el Obispo de Castilla o un Ttulo de Len porque ambos conquistadores haban sido designadosmiembros de la noblezahidalgospor los Reyes de Espaa en pago a sus servicios a la Corona.

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    Mirado desde una perspectiva diferente, podra argumentarse que la estructura social de Espaa almomento de la conquista estaba construida sobre dos mundos diferentes: el mundo internacional ysu propio mundo. El primero era parte del futuro mientras que el segundo perteneca al pasado. Enefecto, la afluencia de oro, plata y otras riquezas provenientes de la mal llamada Las Indias, acentuaronel marcado carcter parasitario de las clases ociosas de Espaa.15 Si consideramos que del total de lasriquezas que dispona Espaa durante ese perodo, un tercio perteneca a la Corona, otro tercio a lanobleza y el tercio restante a la iglesia, no es difcil identificar las barreras estructurales que le impedanabandonar el pasado y lograr un acertada y visionaria insercin en el futuro a travs de la generacinde un modelo econmico acorde con la dinmica de la poca (Vicens:1967:270).

    Para formarnos una idea de la concentracin de la riqueza en Espaa durante ese perodo, el investigadoralemn Hans Jurgen (1978:61) indicaba que de una poblacin de casi 9 millones de habitantes, ubicados

    en los reinos de Castilla y Aragn, en el ao 1542 se clasificaban como sigue: 0.8% pertenecan a laalta nobleza y un 0.85% a la aristocracia urbana. Estos grupos minoritarios eran propietarios de msdel 97% del suelo de la pennsula.

    La irracionalidad del imperio espaol basado en profundas desigualdades sociales tena sus orgenesen la existencia de un rgido poder central ejercido sobre clase sociales muy desvinculadas entre s,haciendo prcticamente imposible cualquier tipo de movilidad social. Las clases en s mismas seestructuraban en una serie de subclases internas que no permita que stas actuaran como tal, unidas,organizadas y motivadas por intereses comunes. En esta nefasta diferenciacin interna de las clasesse conjugan factores tanto religiososser cristianocomo biolgicos, representado por la herencia, esdecir, poseer sangre limpia; en otras palabras, no tener ascendencia juda o musulmana. La pertenenciaa una clase, entonces, se presenta como un hecho pre-determinado anulando toda posibilidad de uncambio socialmovilidaden la rgida estructura que impera en Espaa durante este perodo.

    En ese sentido, la nobleza era la clase ms rgidamente dividida, lo que explica las diferentes conductasde sus miembros, incluyendo a aquellos que actuaran como conquistadores del nuevo mundo. Deacuerdo a sus caractersticas, esta clase social se compona de cuatro sectores radicalmente diferentesentre s: los Grandes, Los Ttulos, los Caballeros y los Hidalgos.

    Los Grandes

    Desde un punto de vista econmico, este sector social era el ms poderoso. Al mismo tiempo era elgrupo de la nobleza ms cercano a la Monarqua, hasta el punto de ser considerados parte de ella. Elpoder e importancia de este sector de la nobleza provena de los privilegios y beneficios obtenidos dela corona, lo que los transformaba en los ms leales colaboradores de los reyes, facilitando, de estemodo, la adhesin del resto de la nobleza. Al mismo tiempo que constituan una base social de apoyode la Monarqua contribuan a amortiguar las tensiones y conflictos con los poderes locales, quienesfrecuentemente cuestionaban el carcter absolutista y divino de la autoridad de la Corona en materiasde tipo secular.

    Al margen de su carcter parasitario esta fraccin de clase era notoria por su alto nivel de consumo deartculos suntuarios y el derroche. A travs del consumo ostentoso, la economa se debilitabarpidamente impidiendo que los excedentes econmicos se distribuyeran en tareas ms productivaspara el imperio y sus respectivos sectores sociales. Este sistema permiti que grandes sumas de losrecursos generados terminaran en manos extranjeras, paralizaran la industrializacin interna,preservando un sistema feudal en un continente en donde el capitalismo y la burguesa industrialavanzaban a un ritmo vertiginoso.

    Los Ttulos

    Esta fraccin de clases se confunda a veces con la de los Grandes. Sin embargo, cada Grande es unTtulo, pero stos ltimos no tienen cabido dentro de los primeros. En otras palabras, ser Ttulo es

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    condicin para la Grandeza, pero no lo contrario.

    A diferencia de los Grandes los Ttulos no estaban directamente vinculados a la Monarqua y su poderoprovena de la posesin y propiedad territorial ms que de su cooperacin con el poder central. Desdeel punto econmico tambin compiten con los Grandes en el derroche y consumo ostentosocontribuyendo, en la misma medida, a daar el patrimonio nacional. Sin embargo, la importancia deesta fraccin es tambin poltica debido a que al estar ubicados en diferentes regiones geogrficaspermiten compartimentar el reino a travs de diferentes unidades administrativas a cargos de estossectores, asegurando as la unidad territorial del reino. Entre ms centralista es el reino, ms requierede poderes locales que sirvan de vnculos entre las distintas regiones y el aparato central. Esto explicaque los poderes de este grupo aumentaran durante los reinados de Carlos I de Espaa y luego conFelipe II, cuando el centralismo del imperio alcanzaron sus niveles ms altos. (Chaunau: 1976: 239).

    Los Caballeros

    Este sector, evidentemente inferior a los restantes, representaban al sector ms vinculado al Estadocorporativista. En trminos generales, es por medio de los Caballeros que la nobleza puede existircomo clase debido a que tanto los Grandes como los Ttulos envan a sus hijos a las ramas msprestigiosas del ejrcitola caballera por ejemplomientras que los Caballeros esperan hacerlo enalgn momento. Llegar a ser un Caballero es algo que no se nace sino que, por el contrario, es elproducto de un esfuerzo riguroso y continuo. Esto explica que en esta fraccin sea ms evidente queen los otros dos grupos un fuerte sentido de pertenencia a una clase social.

    Similar al Clero, los Caballeros se organizaban en rdenes, cada una con sus respectivos reglamentosy rituales basados en observaciones rigurossimas de la fe cristiana y de la raza. Llegar a ser miembrode una Orden significaba alcanzar una elevada y prestigiosa posicin econmica y social, como a lavez, participar en diferentes campaas que les permitan aumentar sus riquezas materiales.

    Las Ordenes nobiliarias aparecieron durante la Edad Media como organizaciones semi autnomas queautosubsistan econmicamente a travs de las acciones militareslos antiguos seores de la guerrapasando a formar parte del Estado durante el reinado de Fernando el Catlico. De esta manera, los

    Caballeros se transformaron en la fraccin de clase ms fantica de la Monarqua, es decir, los msrealistas, los ms catlicos y racistas de la nobleza espaola; y tenan que serlo puesto que en todossus aspectos dependan del Estado (Mires:1986: 26).

    Los Hidalgos

    Los Hidalgos literalmente los hijos de algo era la fraccin ms compleja de toda la nobleza. Adiferencia del resto de los nobles el ser un Hidalgo estaba determinado fundamentalmente a partir dellinaje, un trmino muy confuso, pero que significaba provenir de antiguas familias cristianas en la cualhubiera existido algn personaje importante en el pasado. Del mismo modo que los Caballeros, losHidalgos deban proporcionar continuamente evidencias de sus linajes en contraste con los Grandes ylos Ttulos que necesitaban probar nada. Esta fraccin estaba compuesta por personajes dispuestos dehacer los sacrificios ms increbles para servir al Rey y a Dios con el fin de encumbrarse a la nobleza,de acuerdo a la mentalidad de la poca.

    En un sentido estricto los Hidalgos constituan una fraccin de clase representantes del pasado y quese oponan, casi sin darse cuenta, al nacimiento del capitalismo, impulsados por la obsesin espaolade acumular oro y riquezas para vivir en castillos seoriales en su calidad de miembros de la noblezaparasitaria del Reino. Pero estas riquezas no provienen del esfuerzo del trabajo productivo sino que

    ms bien de la aventura y la rapia, tal como ocurrir en los nuevos territorios conquistados. As, en1541, por ejemplo, un 13% de las familias del reino no pagaban impuestos ni realizaban trabajos deninguna especie (Ibd.).

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    Las races de este comportamiento cultural tienen sus orgenes en el sistema de estratificacin tnico-social de la poca en donde los diversos oficios se realizaban con un notorio carcter racial o religioso.Los moros son los que trabajan la tierra, desempean oficios de zapateros, sastres, carpinteros, albailes,

    arrieros, etc. Los judos eran artesanos, industriales, comerciantes, mdicos, boticarios y cientistas.El cristiano, por su parte, era campesino y si no quera ser identificado con los moros o judos no lequedaba otra solucin que ingresar al Clero o tratar de convertirse en Hidalgo. En otras palabras, loscristianos pobres no eclesistico se dividan, entonces, en Hidalgos y los que aspiraban a serlo. En esesentido es un error interpretar la hidalgua como una caracterstica propia de la cultura espaola de lapoca; por el contrario, esta situacin era ms bien el producto de una sociedad rigurosamentedividida de acuerdo a factores sociales, raciales y religiosos.

    As, entonces, los Hidalgos eran parte de la nobleza, pero a la vez, no lo eran. Este fenmeno representa

    un forma de vida que impregnada todos los aspectos de la sociedad espaola del siglo diescisis yconstituye la mentalidad de la mayora de los conquistadores, incluyendo a Hernn Cortes, que arribarona Las Indias. Estos son los ingredientes que permiten entender la crueldad del conquistador, su sedpor el oro, la plata y otras riquezas materiales, como a la vez, el profundo fanatismo religioso ydesprecio por otras creencias y culturas.

    El sistema clasista del clero

    En un sentido estricto, la Iglesia y el Estado espaol no pueden ser consideradas como entidadesdiametralmente diferentes entre s ya que ambas eran componentes de un mismo sistema socio-econmico. La Iglesia es una parte constitutiva de Espaa, jugando un papel muy poderoso en laeconoma, la justicia, la ideologa y la poltica. En ese sentido la Iglesia es parte del sistema imperante,en donde el catolicismo constituye el centro de la ideologa poltica del Estado que permite al Cleropenetrar con una enorme autoridad todos los niveles de la sociedad espaola, especialmente en laeconoma.

    Durante el perodo de la conquista de Amrica, los ingresos del Clero alcanzaron cifras fabulosas. Sinembargo exista una abierta discrepancia entre las rentas recibidas por el alto con respecto al bajoClero, una situacin comparable a los hidalgos en el caso de la nobleza. Juan Regl (1958)

    sostiene que durante la crisis econmica que afect las postrimeras del reinado de Felipe II losclrigos, religiosos y seminaristas se haban duplicado por que no tena otro modo de vivir ni sustentarse.

    Por estas razones podemos afirmar que el Clero constitua una forma de clase social debido tanto a susformas organizativas como a las funciones y significado poltico y poder dentro del Estado, muy similara la nobleza. Como clase, entonces, no es extrao que apoye a un sistema social, poltico y econmicodel cual forma parte constitutiva y se beneficia tanto material como espiritualmente al monopolizar elaparato ideolgico. Tampoco debe extraarnos, que los clrigos espaoles obedecieran espiritualmentea Roma en la medida que no interfirieran con las frmulas polticas del Estado espaol a pesar que lamayora de las veces eran muy similares.

    De esa Espaa clerical, racista y nobiliaria provienen los conquistadores, lo que nos permite entendersus mentalidades y acciones. El noble o el fraile que llega a Amrica no es un personaje aventurero,espiritual o altruistatal como suelen presentarlos los apologticos de la conquista. Por el contrario,son personajes ambiciosos, crueles, sedientos de poder y gloria, camuflados con rosarios, sotanas,escritos eruditos, poemas, sacrificios y otras hierbas. Los riesgos de los caballeros-curas-conquistadoreses algo calculado bajo las formas de reparto y apropiacin de las riquezas del continente. Las luchasque llevan adelante en nombre de Dios y el Rey de Espaa se hacen al mismo tiempo que cuentan lasmonedas de oro y plata que se embolsican. En ese sentido, los conquistadores religiosos y militares

    vienen con la intencin no slo de enriquecerse sino que, a la vez, cambiar de clase social. Lo anteriorsolo puede lograrse si le arrebatan los bienes materiales y naturales de las comunidades indgenas quepoblaban el continente, a la vez que los transforman en esclavos para obligarlos a trabajar para ellos.

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    Los escritos del defensor de los indios, Fray Bartolom de las Casas son, quizs, la mejor evidencia deesta situacin cuando en su Brevsima Relacin de la Destruccin de las Indias sostena que:

    Las causas porque han muerto y destruido tantas y tales e ta infinito nmero de almas los cristianoshan sido solamente por tener su fin ltimo el oro y henchirse de riquezas en muy breves das ysubir a estados muy altos sin proporcin de sus personas (T.1.:21).

    ENCUENTRO VERSUS CONFRONTACIN

    Los historiadores e investigadores estructuralistas frecuentemente recurren al uso de conceptossofisticadosnormalmente inadecuadospara referirse a hechos sociales que, debido a la naturalezaconfrontacional de sus categoras aparecen como muy conflictivos, ofreciendo explicaciones suavizadas

    a acciones irracionales y violentas. Este es el caso de trminos tales como encuentro cultural,dilogo cultural, capacidad negociadora de los espaoles, el nuevo mundo, centro y periferia,acuados por ciertos historiadores funcionalistas norteamericanos para referirse a la relacin que seproduce entre Europa y sus colonias a partir del mal llamado descubrimiento. El uso de dichaconceptualizacin no slo contienen una alta connotacin etnocntrica sino que tambin esconden,tergiversan y diluyen las innumerables evidencias histricas del colonialismo y sus efectos en elcontinente.

    De partida, digamos que el continente americano no fue descubierto por los Europeos. En un sentidoestricto deberamos decir que fue un encuentro casual, pero en gran medida, una confrontacin violenta

    entre culturas y pueblos. Las culturas implantadas por los espaoles y portugueses no podan mantenerseidntica a su tipo de origen. El simple transplante obligaba a los europeos a modificarlas para adaptarlasa las nuevas formas de productivas y sociales para alcanzar sus metas especficas acumulacin deoro y plata. La Conquista decapit a las culturas nativas: hizo desaparecer sus religiones, las artes, laciencia de los Mayas, de los Aztecas, de los Incas y otras; destruy la escritura de los mayas y aztecas.Sin embargo, y a pesar de todo, sobrevivieron muchas tradiciones locales en la vida cotidiana ydomstica. A partir de esta realidad se fusionaron innumerables elementos europeos, ms tardeafricanos e indgenas que perduran hasta nuestros das en todos los rincones de nuestra cultura. Sinlugar a dudas, estas caractersticas no nos permiten hablar de un encuentro, fundamentalmente,

    debido al carcter violento, la explotacin y la rapia que caracterizaron a esta empresa colonial.A su arribo a Amrica, los espaoles ya traan consigo una tradicin de violencia confrontacional,intolerancia y fanatismo cultural y religioso, tal como lo mencionamos anteriormente. Recordemosuna vez ms que en 1492, los Reyes Catlicos, Isabel de Castilla y Len1451-1504y Fernando deAragn1452-1516reconquistan la ciudad de Granada y con ello desaparece el ltimo baluarte delos moros, quienes se haban establecido en la Pennsula Ibrica en el ao 711. Ntese que despusde siete siglos en la Pennsula Ibrica an continuaban siendo considerados extranjeros.16 Tambinrecordemos que ese mismo ao, los monarcas espaoles expulsan a los judos y junto a ellos desapareceel ltimo vestigio de tolerancia religiosa que, de una u otra manera haba existido en la Espaa,

    medieval, hasta 1400. Posteriormente, en 1609, se expulsa a los moriscos que conservaban la religinmahometana. En nombre de Isabel de Castilla y Len, Cristbal Coln descubre e inicia el encuentrocon los habitantes de Las Indias, como errneamente se denominara al continente.

    Los portugueses no son muy diferentes a los espaoles, con quienes comparten un proceso histricomuy similar hasta el siglo doce, cuando forman su imperio. En ese perodo se ocuparon y expulsarona los moros de las tierras que ocupaban desde el extremo sur hasta Lisboa. En 1580, el reino portugusqued unido al de Espaa, pero en el ao 1640 recobr nuevamente su independencia. La historia dela cultura portuguesa est muy vinculada a la cultura espaola; en ese sentido la influencia entre

    ambos imperios fue mutua. Despus del viaje en que Pedro Alvares Cabral descubre al Brasil en el ao1500, los portugueses intentan establecerse por primera vez en esa regin en el ao 1503. Por unlargo perodo, el continente americano les interes muy poco a los portugueses ya que su atencinestaba centrada preferencialmente en frica, la India e Indochina, como a la vez, las islas del ocano

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    Atlntico e Indico. La expansin colonial del imperio portugus en la regin americana no se diferencien nada de las formas, caractersticas y mtodos utilizados por los conquistadores espaoles. En esesentido, tampoco es posible sostener la posibilidad de un posible encuentro entre los nativos y los

    portugueses. Similar a los espaoles, tambin recurrieron al genocidio de los indgenas, al pillaje y ala esclavitud africana para lograr sus metas coloniales, todos ellos elementos constitutivos de laconquista europea del continente.

    EL NUEVO MUNDO

    Las regiones de Amrica conquistadas por los espaoles, portuguesas y francesesmal llamada HispanoAmricaabarcan hoy da 20 naciones y a Puerto Rico, que an permanece bajo un status muy suigneris, conocido como territorio libre asociado con los Estados Unidos.17 Una de ellas, el Brasil,

    la regin con mayor extensin territorial de la regin, utiliza la lengua portuguesa; otra, Hait, tambincolonia espaola hasta 1697, cuando los franceses la ocuparon hasta 1791, hablan el Creole, unavariacin del idioma francs. El resto de las 18 naciones se comunican en el idioma espaol, incluyendoa Puerto Rico.

    Previo al arribo de los conquistadores la situacin era diferente, lo que no significa decir que en elcontinente no exista porque los europeos no estaban conscientes que existieran otras civilizacionesen esta y otras regiones del planeta. Por el contrario, previo al descubrimiento de Las Indias por losespaoles, muchos aos antes de su arribo, existan culturas muy diversas y bien establecidas en losdiversos territorios de la regin: desde los Onas en el sur de la Patagonia, pasando por las complejas

    civilizaciones Incas de los Andes, los Mayas en Centro Amrica, hasta los Aztecas en Norte Amrica.Adems, importantes culturas haban existido en las regiones de Yucatn, en Centro Amrica Guatemalay en la regin de Tiahuanaco, cerca del lago TiticacaBolivia.

    La variedad de pueblos era enorme y se hablaban centenares de idiomas. De acuerdo a las clasificacioneslingsticas propuestas por fillogo Paul Rivet (1876) existan 123 familias lingsticas. De esas familias,algunas componan una sola lengua como la arauca en la regin que hoy ocupa Chile, mientras otrasabarcaban docenas de lenguas como el caso de la familia utoazteca o shone-azteca que abarca 25grupos de dialectos utilizados en Amrica Central, Mxico y el sur de los Estados Unidos; la familia

    chibcha, en Amrica Central y Sur Amrica; la familia Maya-quich, en Mxico y en Amrica Central,etc.

    Es difcil enumerar el nmero de civilizaciones que existieron en Mxico y de cuando datan. Deacuerdo a estudios cientficos se estima que algunas de ellas habran aparecido en los primeros aosde la era cristiana, es decir cerca de tres milenios atrs, alcanzando su mximo apogeo entre el siglosiete y quince.

    La civilizacin de los mayas y los Quiches, en la Pennsula de Yucatn y Amrica Central tambin sonmuy antiguas y alcanzaron su cspide entre los siglos seis y quince D.C., y cuyo esplendor an sepuede apreciar a travs de las majestuosas ruinas y pirmides que an permanecen como mudostestigos de otras pocas. La ciudades y templos religiosos de los mayas no eran todos contemporneosy de acuerdo a las tradiciones de sus habitantes se iban abandonando una tras otros debido a guerras,epidemias, sequas, etc. Cuando llegaron los espaoles, las principales ciudades y templos estaban enruinas desde haca mucho tiempo; despus de la Conquista se mantuvo una que otra; la ltimaTayasal, fue destruida en 1697.

    Los mayas y Quiches desarrollaron conocimientos astronmicos extensos y precisos, no superados enEuropa antes del siglo diecisis, junto a avanzados mtodos matemticos. Al principio de la era

    cristiana inventaron el concepto cero y el principio de posicin que facilitaron dichos clculos matemticos.Lo mismo se puede decir acerca de la escritura, la cual se origin de una forma ideogrficasimilar alos jeroglficos de los egipciosevolucionado a formas fonticas, es decir, la representacin convencionalde los sonidos elementales del habla. As, conservaron por escrito sus tradiciones religiosas e histricas

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    y una vez que aprendieron el alfabeto latino tradujeron sus obras tales como el Popol Vuh, el libroquich sobre los orgenes del mundo, el Rabi nal Ach, drama guerrero, los libros mgicos llamados deChilam Balam, de origen yucateco, y muchas otras obras magistrales.

    El ao 1492 divide la historia de las Amricas en dos partes. Por un lado, los conquistadores europeos,quienes con un etnocentrismo increble, hablan del descubrimiento, del nuevo mundo, de LasIndias, dando la impresin de que el continente emergi a la historia con el arribo de las fragatasespaolas. El resto no existe, como tampoco sus civilizaciones, sus religiones, sus idiomas, susciudades y conocimientos cientficos. Slo el Dios de los europeos es el verdadero, se les impone unasola lengua, se les fuerza a convertirse al cristianismo y a bautizarse para redimirlos del pecadooriginal, pero para alcanzar la salvacin eterna deben entregar todo el oro y la plata a sus redentores.Por su parte, 1492 significa para los habitantes de la regin el comienzo de un interminable calvario el

    cual sumira a la mayora del continente en un profundo subdesarrollo del cual an no es posiblereponerse.

    Cinco siglos no han pasado en vano y a pesar de la miseria, pobreza y neocolonialismo de AmricaLatina y el Caribe, an continan sangrando sus riquezas a los nuevos imperios a travs de unaimpagable deuda externa, sacrificando y explotando a sus poblaciones, del mismo modo que se hicieraen el pasado. En este contexto vale preguntarse una vez ms, qu tipo civilizacin estamos hablando?;que tipo de encuentro cultural es el que nos ensean en las academias neocoloniales de los pasesdesarrollados?; es posible someter a las nuevas generaciones de latinoamericanos a la amnesiahistrica y olvidarse del pasado?

    El conocido escritor uruguayo Eduardo Galeano (1993) nos dice que en 1614, el arzobispo de Limaorden quemar todos los instrumentos musicales de los indios y prohibi todas sus danzas, cantos yceremonias por que en ellas tienen un pacto con el diablo. As, para despojar a los indios de susbienes materiales y la libertad se les despoj primero de sus smbolos de identidad con los cualeshaban sobrevivido mucho antes que pasaran a ser parte del nuevo mundo. Sectas de frailes yfuncionarios imperiales fanticos mataban a los indios en el nombre de Dios, una coartada celestialutilizada para arrebatarles sus tierras y culturas.

    El Arzobispo y Premio Nbel de la Paz, el sudafricano Desmomd Tutu, elocuentemente se ha encargadode recordarnos que:

    Vinieron: Ellos tenan la Biblia y nosotros tenamos la tierra. Y nos dijeron: Cierren lo ojos y recen.Y cuando abrimos los ojos, ellos tenan la tierra y nosotros tenamos la Biblia.

    Cinco siglos ms tarde, las naciones indgenas que an sobreviven el holocausto del encuentro consus conquistadores europeos en el nuevo mundo, en una carta dirigida al Papa Juan Pablo II por laOrganizacin Indgena de los Andes durante su visita al Per le informaban:

    Nosotros, Indios de los Andes y las Amrica, decidimos usar esta oportunidad de la visita de JuanPablo II para devolverle su Biblia porque despus de cinco siglos no nos ha trado amor, paz yjusticia. Por favor, tome su Biblia de vuelta con usted y dsela nuestros opresores, porque ellosnecesitan de sus preceptos morales mucho ms que nosotros. Desde la llegada de Cristbal Colna las Amricas, una lengua, una cultura, una religin y valores provenientes de Europa fueronimpuestos sobre nosotros a travs de la fuerza. . .

    La carta de los indgenas al Papa Paulo VI viene a poner de relieve la necesidad de un anlisis poltico,econmico, social y cultural riguroso de los sucesos histricos que ocurrieron en Amrica Latina, bajo

    la hegemona de los pases europeos. La realidad y las crisis que se observan en el continente distanmucho de encontrar explicacin ni mucho menos solucin dentro de los parmetros analticos discutidosen estas pginas. El investigador social tiene la responsabilidad de producir informacin y anlisis

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    rigurosamente ajustados a la veracidad de los hechos. De ah, la necesidad de afinar las herramientasanalticas para evitar situaciones como las denunciadas por los pueblos indgenas del continente y quecontradicen las explicaciones condescendientes y apologticas del turismo cultural y la academia. La

    herencia colonial est an intacta en la regin, representada a travs de las enormes masas de pobresy desempleados, la miseria, la falta de hogares, y los millones de latinoamericanos que diariamente sedisputan los desperdicios en los basurales con cerdos y perros para alimentarse. Esa realidad tanpresente hoy da en nuestra Amrica est ah, no para recordarla, sino que, para continuar vivindola.

    PIE DE NOTAS

    1El programa original, publicado en Ingls, se titulaba Center and Periphery in New Spain: 16th and 17th Centuryand Indigenous Cultures in Mexico and New Mexico (CPNS). Las citas utilizadas en este trabajo corresponden a

    traducciones aproximadas de algunas notas contenidas en el folleto original. El idioma oficial del Instituto fue lamisma lengua de modo que las referencias a los diferentes aspectos discutidos o presentados por los charlistas,incluyendo algunas notas manuscritas, tambin son traducciones realizadas por el autor de este trabajo .

    2Las primeras formulaciones de la teora estructural-funcionalista tienen sus orgenes en las ideas del InglsHerbert Spencer (1820-1903), quien postulaba que la sociedad y los organismos humanos eran muy similares. Elcuerpo humano, por ejemplo, est formado por diferentes partes rganos en donde cada uno de ellos cumpleuna funcin especfica que permiten su sobrevivencia. Lo mismo ocurre con la sociedad, en donde las diferentesinstituciones y organizaciones sociales son partes estructurales interdependientes entre s. las que en su totalidadpermiten que la sociedad pueda operar. Esta marco terico fue luego reformulado por Emile Durkheim. Para

    mayor informacin acerca de este tema ver mi trabajo Introduccin a la Sociologa, Captulo 2, (Santiago: LOM:1997).

    3Un buen ejemplo de esta situacin es la explicacin ofrecida desde esta perspectiva acerca de los gobiernosmilitares dictatoriales que asolaron a los pases latinoamericanos, entre las dcadas de los sesenta a losochentas. Como explicacin sostenan que algunas de los segmentos sociales de los pases de la regin talescomo la universidad, partidos polticos e incluso la Iglesia, entre otros, haban sido infiltradas por el comunismointernacional o el marxismo-leninismo. As, el conflicto social, algo real y concreto, se explica a travs de unelemento que proviene desde afuera, omitiendo analizar factores tales como la probreza, el hambre, ladesnutricin, el desempleo, el analfabetismo y otros factores propios del subdesarrollo histrico de la regin,es decir los ingredientes reales a partir de los cuales se generan y nutren los conflictos sociales que hanafectado a nuestro continente desde la llegada de Coln hasta nuestros das. Desde esta perspectiva, larepresin, la v