cultura política de los colombianos: abordajes desde la...
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Cultura política de los colombianos: abordajes desde la participación ciudadana, los
asuntos públicos, los imaginarios, los hábitos de comunicación y los procesos electorales.
Juan Camilo Hernández Rodríguez
Comunicador Social-Periodista, profesor investigador del Observatorio de Medios de la
Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana, [email protected]
Juan David Cárdenas Ruíz
Magíster en Estudios Políticos, profesor investigador del Observatorio de Medios de la
Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana. [email protected]
Resumen
El estudio de la cultura política es una tarea compleja dado el sin número de aspectos a los
que puede hacer referencia; pero, su acometimiento ayuda a comprender el “ser” mismo de
una comunidad.
La ponencia del Observatorio de Medios (OM) de la Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Sabana presenta una radiografía de los elementos o patrones que
constituyen la cultura política de los colombianos que residen en 16 de las principales
ciudades del país. Esto es, un estudio de a) la participación ciudadana, b) los imaginarios y
valores políticos, c) la postura frente a los asuntos públicos fundamentales, d) los hábitos de
comunicación política, y e) los comportamientos durante procesos electorales.
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Se destaca, entre otros hallazgos, una evidente desafección política acrecentada por una crisis
ideológica y partidista: el 37% de los encuestados no tienen preferencia política alguna,
mientras que el 24% optó por el efímero centro ideológico.
1. Introducción
1.1 Un abordaje holístico al fenómeno de la cultura política
El estudio de la cultura política es, sin duda, una tarea compleja dado el sin número de
aspectos a los que puede hacer referencia; no obstante, su acometimiento ayuda a comprender
la acción política y simbólica que se establece entre diversos actores de una sociedad y las
lógicas cognitivas, afectivas y de poder que de allí se desprenden; se trata, en últimas, de
hablar del “ser” mismo de una comunidad en particular.
El propósito del proceso investigativo del Observatorio de Medios (OM) de la Facultad de
Comunicación de la Universidad de La Sabana, de la mano con el Seminario de Investigación
en Comunicación Pública que se ofrece para alumnos de sexto semestre, fue buscar un punto
de encuentro entre las distintas conceptualizaciones que a juicio propio aportan, cada una,
dimensiones y aspectos claves de la cultura política que no se pueden dejar de lado.
En ese orden de ideas se partió de una mirada lo más amplia posible de los fenómenos,
relaciones sociales, espacios y dinámicas que pueden ser considerados políticos y frente a los
cuales los seres humanos adoptan una postura o un comportamiento determinado a lo largo de
su existencia. Es allí donde la investigación se desliga de algunas corrientes de estudio de la
cultura política que otorgan mayor énfasis a lo “estatal” o lo “gubernamental” como sinónimo
de política. Se trató, mejor, de conciliar esta posición con enfoques sociológicos que sitúan a
al equipo investigador en un escenario donde las personas construyen su “cultura política” a
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partir de sus relaciones sociales, no solo con el Estado sino con un conjunto más amplio de
actores políticos y no políticos de la sociedad.
Así pues, el OM entiende la cultura política (de los colombianos que residen en 16 de las
principales ciudades del país) desde el estudio de cinco categorías: a) la participación
ciudadana, b) los imaginarios y valores políticos, c) la postura frente a los asuntos públicos
fundamentales, d) los hábitos de comunicación política, y e) los comportamientos durante los
procesos electorales.
1.2 ¿Qué entender por cultura política?
La cultura política como fenómeno de estudio de las ciencias sociales, quizás sea uno de los
conceptos que más se ha estudiado, conceptualizado y analizado. El entendimiento de la
“cultura” y lo “cultural” y el entendimiento de la “política” y lo “político”, en sí ya encierra
todo un debate.
Al respecto Fabio López de la Roche sostiene que “con la noción de cultura política
se ha abordado un conjunto de fenómenos, de temas, problemas bastante amplio y
heterogéneo. Para algunos investigadores la cultura política tendría que ver con los
conocimientos, valores, creencias, sentimientos, predisposiciones y actitudes de los
individuos ante la política y los asuntos a ella ligados. Esta visión prioritariamente
psicológica de la cultura política se relaciona sobre todo con disposiciones y
orientaciones de los individuos y los grupos hacia los objetos políticos, las cuales son
estudiadas y medidas a través de encuestas o escalas de actitud. Desde otras
perspectivas teóricas y metodológicas, historiadores de la cultura, antropólogos y
psicólogos sociales han empezado a interesarse en estos años por un conjunto de
fenómenos que también tienen que ver con la cultura política: los imaginarios y las
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mentalidades, las representaciones sociales que distintos grupos conforman acerca de
la realidad….” (López de la Roche, 2001)
De igual manera otros autores han tratado de delimitar el ámbito de estudio del fenómeno de
la cultura política. Morán (1999) sostiene que “la cultura política, bajo cualquiera de las
diversas denominaciones que ha recibido, remite a los complejos vínculos que se tejen entre
la esfera pública, la vida política y los universos o representaciones que sobre esta poseen los
miembros de toda comunidad política”.
Gutiérrez (1996), por su parte, define la cultura política como “un conjunto de
interpretaciones heterogéneas y a veces contradictorias y desarticuladas de valores,
conocimientos, opiniones, creencias y expectativas que integran la identidad de los
ciudadanos, grupos sociales u organizaciones políticas”.
La cultura política es, entonces, un concepto en permanente construcción, objeto de estudio de
diversas disciplinas y que se ha estudiado utilizando diferentes referentes metodológicos.
2. Descripción de la investigación
La investigación se adelantó como parte del programa académico del “Seminario de
Investigación en Comunicación Pública1” ofrecido por la Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Sabana en Colombia, desde el primer semestre de 2010 para alumnos de
sexto semestre del programa de Comunicación Social y Periodismo. La supervisión directa
del desarrollo de este Seminario está a cargo del Observatorio de Medios (OM), centro de
estudios de la comunicación que fijó desde 1999 como línea de acción, además de evaluar la
1 El “Seminario de Investigación en Comunicación Pública” es una novedosa cátedra que se ofrece a alumnos interesados en esta área del conocimiento quienes, cada semestre, asumen la investigación de un fenómeno de opinión que tenga especial interés para la Facultad de Comunicación, la Universidad de La Sabana y el país entero. Los procesos, metodologías e instrumentos de investigación, al igual que las estrategias de socialización y divulgación de resultados, a los que se recurre durante el Seminario son fruto de la experiencia investigativa del Observatorio de Medios de la Facultad de Comunicación. Para conocer más del trabajo adelantado por este centro ingrese a www.observatoriodemedios.info
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calidad de los productos mediáticos, la investigación de fenómenos de opinión pública con el
fin de orientar a los ciudadanos para que asuman un papel crítico y activo frente a la
recepción de los contenidos de los medios.
Para el desarrollo del estudio se acudió a una triangulación metodológica, combinando un
instrumento cuantitativo –encuesta telefónica de 32 preguntas abiertas y cerradas y aplicada a
1066 personas residentes en las 16 principales ciudades de Colombia2, con un grado de
confiabilidad del 95% y un margen de error del 3%– con una técnica cualitativa –grupo focal
con expertos en diversas ciencias sociales– para validar e interpretar los datos obtenidos. El
trabajo de campo se realizó entre el 24 de marzo y el 5 de abril de 2011.
3. Una mirada desde la participación ciudadana
Uno de los elementos que más ofrece luces y orienta, de manera directa, la tarea de descifrar
la cultura política de una sociedad es el grado y las formas de participación de los ciudadanos.
Ello hace referencia a los mecanismos que tienen para interactuar con las instituciones, con
los representantes o entre ellos mismos.
En esta línea, el OM indagó por el interés en la política por parte de los residentes en las 16
principales ciudades de Colombia. Al respecto el panorama es difuso, pero hay mayor
tendencia a referir apatía por este tipo de asuntos (ver Gráfico 1).
Gráfico 1
2 Las ciudades objeto de investigación fueron Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Manizales, Medellín, Montería, Neiva, Pasto, Pereira, Popayán, Santa Marta, Tunja y Villavicencio. Se omitió Bogotá porque el ejercicio con esta ciudad se hizo un semestre antes.
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Ahora, el poco interés en la esfera política se hace más evidente cuando a los encuestados se
les pregunta si participan activamente en este ámbito. Ahí el resultado es contundente: tan
sólo el 31% de los entrevistados dio una respuesta positiva.
Quienes dijeron no estar interesados en participar, explicaron, en la mayoría de los casos, que
su conducta responde a construcciones mentales negativas que tienen de la política. Por
ejemplo, el 38% piensa que esta actividad está inmersa en corrupción y el 23% considera que
participar no sirve de nada.
Es interesante advertir, sin embargo, que las personas que sí participan lo hacen porque están
seguros de que es la manera más efectiva de resolver los problemas que agobian al país.
Intentando apuntalar de mejor manera lo aquí señalado, los investigadores preguntaron por el
conocimiento que los habitantes de las ciudades objeto de estudio tienen de los mecanismos
de participación que consagra la constitución, además de su uso efectivo.
Las herramientas menos conocidas son la revocatoria de mandato, el cabildo abierto y la
veeduría ciudadana. Por su parte los mecanismos más reconocidos son la acción de tutela, el
referendo y el derecho de petición. Y son, por lo mismo, los más usados. Súmese a esto, con
una anotación particular, el caso de las elecciones que, sin duda, son el espacio por excelencia
21% 17%
31%
17% 10%
3% 1%
¿Qué tanto le interesa la política?
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de participación (Ver Gráfico 2). Cabe recordar, entonces, que el ejercicio democrático no
puede limitarse sólo al derecho al voto.
A estos elementos de participación que podrían denominarse tradicionales, el OM sumó otros
mecanismos alternativos o que, en ocasiones, pueden no tener carácter constitucional: la
huelga o paro laboral, la marcha civil, la protesta social. Y aquí vale la pena señalar algo: son
mecanismos que gozan de mayor reconocimiento entre los encuestados, pero con uso
moderado, debido quizá por la estigmatización que han sufrido de antaño este tipo de
acciones en el país.
Gráfico 2
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4. Una mirada desde los imaginarios y valores políticos
Uno de los aspectos relevantes del estudio de la cultura política tiene que ver con el análisis
de los imaginarios y valores políticos de los ciudadanos de una sociedad. Las investigaciones
del OM han acogido esta categoría tratando de develar el ser y deber ser de la política, a
partir de una serie de indicadores que permitan trazar un panorama de las construcciones
sociales con las cuales los ciudadanos vinculan los fenómenos políticos, además de la
identificación política que construyen de ellos mismos como sujetos políticos y las cualidades
o virtudes que deberían estar rodeando un sistema democrático y a sus líderes políticos.
La primera pregunta que da una noción del imaginario que sobre la política tienen los
ciudadanos es su percepción con respecto a este mismo término. Los resultados de las
investigaciones son contundentes al respecto. El imaginario que se construye socialmente en
Colombia es mayoritariamente negativo frente a la política (ver Gráfico 3).
El valor preponderante, y resulta casi obvio por la realidad política del país en todos los
niveles, tiene que ver con una asociación de la política con la corrupción.
36% 37% 37% 55%
69% 69% 75% 74% 64%
81% 97%
64% 63% 63% 45%
31% 31% 25% 26% 36%
19% 3%
¿Conoce estos mecanismos de participación ciudadana?
Sí
No
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Gráfico 3
Las valoraciones positivas de la política son pocas y están relacionadas con conceptos como
el bien común y la democracia. Lo curioso, y a la vez preocupante, es que todavía muchos de
los residentes en las 16 principales ciudades de Colombia siguen percibiendo la política como
lo institucional; es algo ajeno o distante de lo cual se ocupan, nada más, las instituciones y los
políticos.
De alguna manera se podría afirmar que hay una serie de relaciones causales que se van
articulando y llevan a que los colombianos tengan una valoración negativa de la política. Algo
que podría ser resumido de la siguiente manera: la política son las instituciones, las
instituciones son corruptas, entonces, la política es algo malo.
Este imaginario puede verse reforzado cuando se busca conocer el “deber ser” de la
democracia y de la acción de los líderes políticos que están al frente de los asuntos políticos
de una colectividad (ver Gráfico 4).
Gráfico 4
14%
10%
55%
21%
Institucionalidad
Positiva
Negativa
Otros
La política como:
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No es de extrañarse, entonces, que el valor ideal de la democracia para los ciudadanos sea la
transparencia, seguido de la igualdad, la justicia y la tolerancia.
Frente a una pregunta similar, pero relacionada con el deber ser de los dirigentes políticos la
tendencia es parecida. Los valores que más se demandan de los dirigentes públicos son la
honestidad, el liderazgo, la capacidad que tengan para escuchar, y su capacidad de
emprendimiento (ver Gráfico 5).
Gráfico 5
25%
14%
5%
16%
14%
5%
3%
16%
2%
Transparencia
Justicia
Participación
Tolerancia
Libertad
Solidaridad
Orden
Igualdad
Ns
El deber ser de la democracia:
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Lo complejo de esta realidad es que la transparencia debería ser algo implícito en el ejercicio
de la política. En cambio, los valores sustantivos de la democracia pueden ser subestimados o
percibidos no como tan “urgentes” para la sociedad. Ello podría terminar sacrificando algunos
aspectos como sus derechos y garantías en aras de un gobierno transparente.
Frente a la afinidad partidista y la identificación ideológica, se encontró una clara tendencia a
la desafección política que debe enmarcarse dentro del declive de los partidos como
instituciones legítimas de representación política y una pérdida de sentido de los viejos e
históricos proyectos ideológicos.
Por otra parte, y en un marco de referencia más cercano, es pertinente resaltar la volatilidad
del sistema de partidos y los recurrentes escándalos de corrupción que en Colombia han
minado la credibilidad y confianza en los partidos; el clientelismo y la corrupción
administrativa que han deslegitimado los proyectos ideológicos y la apatía ciudadana frente a
los asuntos públicos.
El panorama es desalentador: el 48% de los encuestados dijeron no sentirse representados por
ningún partido político y el 37% no encuentran cómo ubicarse en el espectro ideológico
(izquierda-centro-derecha).
62%
8%
6%
5%
5%
5%
5%
2%
2%
Honesto
Líder
Saber Escuchar
Emprendedor
Firmeza
Inteligente
Preparado Académicamente
Carismático
NS
Características del líder:
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5. Una mirada desde la percepción sobre los asuntos públicos
El clima de opinión frente a temas coyunturales que conformaron la agenda política por las
épocas en que se aplicó el estudio puede ser un buen indicador de patrones de valores
morales, éticos, políticos, e incluso religiosos de una sociedad, ya que se busca indagar sobre
temas controversiales en distintos campos que pueden evidenciar diferencias de fondo en el
pensamiento de los ciudadanos.
La primera dimensión de los asuntos públicos se enfocó en aquellos debates de orden ético y
religioso, que en un país mayoritariamente católico y con una amplia tradición de costumbres
conservadoras, estuvieron presentes en la agenda publica el año anterior: el matrimonio de
parejas del mismo sexo, adopción por parte de parejas del mismo sexo, y despenalización por
completo del aborto.
En los últimos años, el carácter público del debate frente a estos temas, impulsado por
sentencias de la Corte Constitucional, dictámenes científicos y decisiones en otros países, han
llevado a la sociedad, a los medios de comunicación y a la clase política a tratarlos con
amplitud.
A la pregunta de si se estaba de acuerdo o no con el matrimonio de parejas del mismo sexo
los colombianos respondieron en un 65% estar en oposición frente a un 23% que afirmó estar
de acuerdo. Frente a la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo, un 79% dijo
estar en desacuerdo frente a solo un 14% que se mostró a favor.
Es interesante ver que, quizá, exista un poco más de “tolerancia” y apertura gradual frente a la
posibilidad del matrimonio entre parejas del mismo sexo que ante la posibilidad de adoptar
hijos.
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Frente al debate del aborto la posición es clara. El 74% se opone a la despenalización por
completo del aborto. La problemática del aborto es compleja porque encierra temas de
carácter moral y religioso, y a su vez también temas de salud pública. Hasta el momento, a
pesar de existir una decisión judicial a través de sentencia de la Corte Constitucional que
permite el aborto en tres casos específicos, todavía los vacios en su aplicación han llevado a
que se mantenga un debate permanente al interior de la sociedad.
Otro tema de gran controversia tiene que ver con el conflicto armado interno que atraviesa el
país desde hace más de 60 años. El debate político en torno a su solución y al manejo que se
le debe dar al problema del secuestro por parte de los involucrados en el conflicto ha dividido
a la sociedad a lo largo del tiempo, a tal punto que se ha convertido en el eje de las campañas
electorales.
Al consultar a los habitantes en las 16 principales ciudades del país sobre cuál debería ser la
salida al conflicto, el 33% afirmaron que debería orientarse hacia la desmovilización de los
alzados en armas; el 26%, hacia una salida política, y el 17%, hacia una derrota militar de los
grupos ilegales.
En cuanto al problema del secuestro, uno de los temas más álgidos del conflicto, las opiniones
están divididas. El 42% afirmó que lo mejor son las liberaciones unilaterales por parte de la
guerrilla, el 23% el intercambio humanitario y el 22% prefiere el rescate militar.
Hoy en día, quizá, estas tendencias hayan cambiado después de las liberaciones de todos los
policías y militares secuestrados y la supuesta promesa de la guerrilla de renunciar al
secuestro como arma política. Lo complicado del asunto tiene que ver con los civiles
retenidos que no aparecen en las cuentas de los actores del conflicto y el tiempo parece
haberlos “invisibilizado”.
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Otro de los temas coyunturales del año anterior y que se trató en la encuesta fue la firma del
Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Un 61% de los habitantes afirmó estar de
acuerdo frente a un 21% que se mostró en contra. Algo interesante fue que un 16% de los
encuestados no conocía nada sobre la firma del tratado.
Finalmente, el OM buscó establecer el grado de confianza de la ciudadanía frente a sus
autoridades e instituciones políticas. Se observa en esta dirección un promedio general de 3,0
en una escala de 1 a 5, donde uno era el grado más bajo de confianza y cinco el más alto.
Fueron evidente los bajos niveles frente a instituciones que representan a las ramas judicial y
legislativa; niveles medios de confianza ante el gobierno, y grados relativamente altos frente a
instituciones cuya naturaleza en principio no es política, como los medios de comunicación y
la iglesia.
En el caso colombiano, inmerso en un conflicto armado, es normal ver niveles relativamente
altos de confianza, también, en la fuerza pública sobre todo a partir de hechos coyunturales
puntuales como las bajas de jefes guerrilleros y acciones militares contundentes en contra de
los grupos al margen de la ley (ver Gráfico 6).
Gráfico 6
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6. Una mirada desde los hábitos de comunicación política
Partiendo de que todo acto comunicativo es un acto político (Medina y García, 2001) dado
que la política es constantemente objeto de debates y de comunicaciones (Wolton, 1998), el
proceso de adquisición de información y trasmisión de símbolos y significados debe ser un
campo decisivo en el análisis de la cultura política.
El OM le consultó a los residentes en las 16 principales ciudades de Colombia, si se
informaban o no sobre temas políticos. El 59% respondió de manera afirmativa sobre este
aspecto. De este porcentaje la gran mayoría se informa a través de la televisión, y en una
menor proporción mediante la prensa y la radio (Gráfico 7).
Gráfico 7
3.1
2.5 2.7
3.4 3.6 3.4
2.4
Gobierno Congreso Justicia Medios Iglesia Fuerzas Armadas
Partidos Politicos
¿Qué tanto confía usted en las siguientes instituciones?
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Sobre lo aquí encontrado quedan varias inquietudes. Una, la preocupación de por qué la
totalidad de la gente no se le interesa consumir contenidos políticos. Segundo, qué tan
profundo puede ser el análisis de temas tan espinosos cuando el canal por excelencia de
presentación es la televisión, un medio acusado desde diferentes tribunas por su tendencia a
trivializar los hechos periodísticos e imprimirles, sobre todo, una carga más emocional que
racional.
Frente a los hábitos de comunicación política, vale destacar que los encuestados que se
informan sobre asuntos políticos lo hacen con una frecuencia diaria. Resta ahondar si una
mayor exposición a este tipo de contenidos conduce hacia un mayor interés en la política y,
por ende, a la adquisición de mayores elementos de juicio para adelantar espacios de debate y
crítica.
7. Una mirada desde el comportamiento en los procesos electorales
Otra dimensión relevante del estudio de la cultura política es la participación es procesos
electorales. En países como Colombia estos procesos se han constituido como vehículos de
transmisión de legitimidad política por parte de la sociedad a sus representantes y, en gran
19%
2%
12%
60%
7% 0% 0%
Periódico Revistas Radio Televisión Internet Celular Otro
¿Cuál es el principal medio de comunicación mediante el cual se informa de temas
políticos?
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medida, la participación en los mismos es vista por los ciudadanos como un aspecto esencial,
a veces el único, de su acción como sujetos políticos dentro del sistema.
En promedio el 85% de los encuestados han participado alguna vez en un proceso electoral.
Esto podría ser un dato positivo, pero se debe tener en cuenta que el nivel de abstención
promedio del país es de un 55%. Esto indica que puede existir un mayor interés en participar
en unos tipos de contiendas más que en otras.
La investigación indagó sobre las razones que tenían las personas para no participar en los
procesos: no participaban porque no tenían la edad que exige la ley, no tenían inscrita la
cédula en el momento de la elección, porque votar no sirve para nada y porque los candidatos
que se presentaron no eran buenos.
Por su parte las motivaciones para ejercer el voto se resumen en el Gráfico 8:
Gráfico 8
Finalmente es útil observar la trayectoria de la decisión de voto en su proceso de
construcción. Los procesos electorales abarcan un periodo en donde los ciudadanos
constantemente reciben información e interactúan en diversos espacios sociales, laborales,
60%
21%
3% 3% 8% 3% 2%
Motivación del voto:
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comunitarios, entre otros, y van teniendo una realimentación que de una u otra forma termina
influyendo en su decisión final.
A pesar de que este fenómeno es casi una realidad incontrovertible, el porcentaje de personas
que reconocen abiertamente tomar en cuenta opiniones y la información trasmitida por los
medios de comunicación no supera el 38% en el más alto de los casos (ver Gráfico 9).
Gráfico 9
El espacio de socialización política por excelencia sigue siendo la familia, seguido por los
amigos, los medios de comunicación y los líderes de opinión. El flujo de información que se
presenta en estas redes de interacción comunicativa que están inevitablemente afectadas por
los procesos de construcción mediática de la opinión pública influye en la decisión final de
los ciudadanos en las urnas.
Bibliografía
38%
12% 14%
24%
6% 3% 1% 2%
¿Quién influye en su decisión electoral?
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