cultura de chaihuín / publicación

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Material complementario Productos 8 y 9: Informe final de proyecto Proyecto Diseño e implementación de un Sendero Educativo para personas con necesidades especiales en la Reserva Costera Valdiviana. Mandante: Ministerio del Medio Ambiente, GEF-SIRAP, PNUD, y The Nature Conservancy Ejecuta: Systemic Ltda.

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Mapa del circuito y publicación cultural del poblado de Chaihuín, puerta de entrada a la Reserva Costera Valdiviana. Región de Los Ríos, Chile. Todos los derechos reservados por TNC Chile.

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Page 1: Cultura de Chaihuín / Publicación

Material complementarioProductos 8 y 9:

Informe final de proyecto

Proyecto Diseño e implementación de un Sendero Educativo para personas con necesidades especiales en la Reserva Costera Valdiviana.

Mandante: Ministerio del Medio Ambiente, GEF-SIRAP, PNUD, y The Nature ConservancyEjecuta: Systemic Ltda.

Page 2: Cultura de Chaihuín / Publicación

CORRAL

PARQUE NACIONAL

ALERCE COSTERO

Río Chaihuín

Río Bueno

Playa Colún

Punta Galera

HUAPE

LOS LILES

CADILLALHUIRO

Océano Pací�co

NIEBLA

5 Km

N

VALDIVIA

ADMINISTRACIÓN

RESERVA COSTERA

VALDIVIANA

GuarderíaColún

GuarderíaHueicolla

El sendero Los Colmillos de Chaihuín integra el bosque y el mar, en un paisaje único en la costa

valdiviana del sur de Chile.

Sendero

Jardín de BiodiversidadLos Colmillos de Chaihuín

Reserva Costera Valdiviana, Región de Los Ríos, Chile

Los llamados Colmillos son una formación rocosa que emerge del océano junto al bosque de olivillo costero,

donde habita una gran diversidad de especies, formando un exhuberante jardín de biodiversidad.

¡Bienvenidos!

The Nature Conservancy creó en el sur de Chile la Reserva Costera Valdiviana, una

de las mayores iniciativas de conservación del país, que protege más de 50.000 hectáreas en Cordillera de la Costa.

CHAIHUÍN

Sendero La Barra

Sendero Entre

Lagunas

Sendero Los Alerces

Sendero Colmillos de

Chaihuín

El área de los Colmillos de Chaihuín es una zona de manejo de recursos bentónicos, con

22 hectáreas de océano bajo protección, gracias a la alianza establecida con el Sindicato de Pescadores de Chaihuín

y otras instituciones afines.

Se trata de una iniciativa de conservación que protege la biodiversidad terrestre y acuática,

y que se plantea como un área protegida integrada a las comunidades aledañas,

con las que trabaja a través de procesos participativos y de beneficio mutuo.

Diptico de difusión del sendero Los Colmillos de Chiahuín.1000 ejemplares a cuatricromía, 10,5x27 cm extendido, 1 plisado. Impreso en Valdivia en Imprenta América.

TIRO

Page 3: Cultura de Chaihuín / Publicación

150 m77 m

Bosque de Olivillo

Costero

Comunidadde Huiro

5,2 Km

Playa de Chaihuín

E1

Océano Pacífico

94 m121 m

62 m

78 m

178 mE2

E3E4

E5

E6

Tramo 2Longitud total: 470 metrosSendero no implementadopara sillas de ruedasDificultad: mediaTiempo de recorrido:20 minutos

Si vas a visitar el sendero y cuentas con un dispositivo smartphone con acceso a internet,

descarga la Aplicación Layar en www.layar.com, con la que podrás acceder a videos de fauna

y sonidos de aves durante el recorrido.

Si en tu grupo hay personas con visibilidad reducida o no videntes, descarga la audioguía en formato mp3

que hemos preprardo para ellos, desde el sitio web de la Reserva www.reservacosteravaldiviana.cl.

E7N

Tramo 1Longitud Total: 450 metrosSendero implementado para sillasde ruedas y personas no videntesTiempo de recorrido: 20 minutos a 1 hora

E3

AdministraciónRCV

1,1 Km

Estacionesde aprendizaje y descanso

El sendero Los Colmillos de Chaihuín es un sendero educativo para todos, implementado para la exploración sensorial, y equipado para integrar a personas con necesidades especiales para vivenciar experiencias significativas al aire libre. Cuenta con acceso para sillas de ruedas, señalética en sistema braille, miradores, y puntos de aprendizaje, en un entorno único donde confluyen el bosque con el mar.

RETIRO

Page 4: Cultura de Chaihuín / Publicación

Libro de cultura local de Chaihuín.1000 ejemplares, 20 páginas, 15x28 cm extendido, 1 plisado, corcheteado doble. Impreso en Valdivia en Imprenta América.

Page 5: Cultura de Chaihuín / Publicación

Pasado, presente y futuro

Page 6: Cultura de Chaihuín / Publicación

The Nature Conservancy creó en el sur de Chile la Reserva Costera Valdiviana, una de las mayores iniciativas de conservación del país, que protege más de 50.000 hectá-reas en la Cordillera de la Costa.

Se trata de un innovador modelo de conservación en América Latina, que protege la biodiversidad terrestre y acuática, y que se plantea como un área protegida integrada a las comu-nidades aledañas, con las que trabaja a través de procesos partici-pativos y de beneficio mutuo.

Esta iniciativa trabaja hoy en el más grande pryecto de restauración de bosque nativo en Chile, plantando 2,5 millones de árboles, y en la primera iniciaitva de emisión de bonos de carbono como producto de la reforestación a nivel nacional. Además, ha establecido una novedosa alianza con el Sindicato de Pescadores de Chaihuín y otras instituciones afines, que hoy permite proteger 22 hectáreas de océano en el área de Los Colmillos de Chaihuín.

Relatos: Marcos González y Juan Carreño, de la Agrupación de Guías Turísticos de Chaihuín; Baltazar Triviños Huala, Dorotea Railaf Llasquén, Ana Triviños Railaf, y niños y niñas de 1º a 6º año básico de la Escuela Básica de Chaihuín.

Agradecemos especialmente a la Agrupación de Guías Turísticos de Chaihuín, a la Escuela Básica de Chaihuín y a la familia Triviños-Railaf, que con gran entusiasmo y dedicación compartieron con nosotros un sinfín de historias que ahora, a través de estas páginas, podrán disfrutar muchos visitantes.

Edición y entrevistas: Tatiana Naulin Compilación: Ángel Álvarez Corrector de estilo: Pablo Gonz Diseño: Celeste Pesoa Fotografías: The Nature Conservancy, Erika Nortemann, Mark Godfrey, y Dafne Gho-Illanes.

Page 7: Cultura de Chaihuín / Publicación

INTRODUCCIÓN

La Reserva Costera Valdiviana, en conjunto con el Proyecto GEF SIRAP, ha implementado el Sendero Educativo “Los Colmillos de Chaihuín: Jardín de Biodiversidad”, basado en el principio de diseño para todos. Esto permite a personas con necesidades especiales acceder a una expe-riencia de aprendizaje vivencial que les permite comprender algunas de las complejas relacio-nes del ser humano con su medio ambiente.

En este contexto, la experiencia del sendero se fortalece con este libro, a través del cual pode-mos descubrir que los habitantes de estas tierras han convivido estrechamente con su entorno a lo largo del tiempo, y que en esta interacción han formado su propia cultura y estilo de vida.

“Chaihuín, pasado, presente y futuro; historias y cultura de Chaihuín” ha sido elaborado a partir de los relatos de algunos habitantes de esta lo-calidad, quienes nos abrieron sus puertas para contarnos parte de su vida en estos parajes.

LA RESERVA COSTERA SEGÚN MIS OJOS.Por Danilo González

PASADO. Una vida heroica entre la tierray el mar

Tiempos épicos

Chaihuín, lugar de canastos

La historia de la macha

Rutas largas y peligrosas

Los barcos de dos puntas

El alerce viejo y el alerce nuevo

¡Más madera!

No teníamos posta

Nacer y morir en el mar

El curioso congrio

Como comían nuestros abuelos

Historias de la tortilla de murta

La dura infancia de los hombres

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3

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5

5

5

6

6

6

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7

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8

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PRESENTE. Así vivimos en Chaihuín

Modas y costumbres submarinas

De buzos y erizos

El gato de mar

La ley del choro

¿Qué es el huampo?¿Qué es la ruca de chupón?

Aquí, mi compadre, sabe tejer

Cuidados de la huerta

Recetas de cocina

Nuestra medicina natural

Eso le arregla la sangre

Senderos guiados por la comunidad:tres testimonios

FUTURO. El futuro está en manos denuestros hijos

GLOSARIO

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Índi

cee

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oduc

ción

1

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La Reserva Costera Valdiviana (RCV), un pro-yecto de conservación implementado por The

Nature Conservancy, ha supuesto un gran cambio de forma de vida para muchos de nosotros.

La mayoría de las familias que viven en las comuni-dades aledañas llegaron en la década de 1860 para trabajar en las primeras explotaciones forestales. És-tas se realizaron sobre una zona que hoy comprende el Parque Alerce Costero y la Reserva Costera Valdi-viana, por lo que puede decirse que desde esa época y hasta el año 2003, toda el área sufrió casi un siglo y medio de explotación intensiva (forestal primero y de

año 2003, las comunidades locales vieron, al princi-pio con incertidumbre, cómo se iniciaba un proyecto de conservación del cual poco entendíamos y al que veíamos de una forma extraña. Obviamente, por lo que había sido nuestra forma de vivir hasta enton-ces. Hoy comprobamos con orgullo que las iniciati-vas productivas se ven fortalecidas por la presencia de Áreas Protegidas en nuestro entorno: los servicios gastronómicos relevan productos locales, se organi-zan actividades de entretención como avistamiento de aves y fauna o la gente viene a pasear por los sen-deros demostrativos con los que hoy contamos.

Así, poco a poco, nos percatamos de la buena opor--

tas 50.530 hectáreas de reserva. Nos dimos cuenta de que vivir en torno a la conservación ha supues-to para nuestras vidas un giro de 180 grados. Antes,

para muchos de nosotros, los camiones madere-ros eran cosa de todos los días. Algunos de no-sotros nos criamos viéndolos. En cambio, ahora nos molesta verlos y su presencia es mal acep-tada entre nosotros. Hoy en día ya no hablamos de huellas, pues tenemos senderos; no recibimos visitas, atendemos a los visitantes; y muchas veces los acompañamos mostrándoles sitios hermosos, los cuales antes no íbamos a ver. Hoy estamos or-gullosos de cuidar los 970 kilómetros de la red hí-drica, las casi 33.000 hectáreas de bosque Siem-pre Verde Costero, las 1.860 hectáreas de bosques de Olivillo Costero, las casi 10.000 hectáreas de Alerce Costero, algunas de ellas en muy buen es-tado, y disfrutamos de los árboles en el Sendero “Los Alerces” que cuenta con ejemplares de más de 2.500 años, auténticos testigos de nuestra his-toria. En los 36,5 kilómetros de costa podemos encontrar playas de 9,5 kilómetros de largo, como la playa Colún, donde los conchales y los restos de cerámica que podemos encontrar in situ nos hacer sentir trasladados a los tiempos prehispá-nicos. Por todas partes, está también nuestra rica fauna que no dejamos de descubrir y que no deja de asombrarnos.

La Reserva CosteraValdiviana segúnmis ojosPor Danilo GonzálezGuardaparque RCV.

Page 9: Cultura de Chaihuín / Publicación

En Chaihuín han muerto muchas cosas. De todo lo que antiguamente ha-bía ya no queda ni ras-

tro. Algo así le pasó al ferrocarril de sangre, del que lo último que se encontró fue un clavo. Se llamaba ferrocarril de sangre porque era tirado por caballos. No iban con locomotora. Los carros venían cargados con madera y llegaban a uno de los dos muelles que antes había en la puerta de la caleta. Uno era de pa-sajeros y el otro de carga. Mi abuelo me conversaba que en esos años, por ahí como el 1883, pagaban

me contaba que las ruedas del ferrocarril les llama-ban mucho la atención, porque eran de acero. Creo que más antiguamente usaban ruedas de palo, las mismas que llevan las carretas de bueyes. Por eso, cuando se trajeron esas tremendas ruedas, les llama-ba la atención. Eran así, de dos metros de alto, me decía. No son las ruedas de carreta que se usan acá en el campo que tienen setenta centímetros de alto.

Yo, la conclusión que saco, es que los dueños de los aserraderos eran gente que tenía minas en el norte, porque éste era el mismo sistema que usaban en el norte: con las mismas carretas grandes y esas cosas

-

dentes que me han dado los viejitos antiguos, la cosa sigue funcionando.

Después de los primeros, hubo mu-chos dueños que se vinieron a hacer cargo de esto pero ya de forma más artesanal, con bueyes. Los muelles ya habían desaparecido y con unos bo-tes grandotes arrastraban la madera a unos botes que estaban fondeados afuera. Traían la madera a la caleta con bueyes, y cuando era al río, lo ba-jaban en balsas, como esos sistemas que uno ve en las películas de pisto-leros. Hacían una balsa grandota y la llevaban hasta la desembocadura. Esto funcionó así más o menos hasta 1903.

La actividad más fuerte de hoy es el turismo. Lo que es la pesca deja muy poco. Se sacan mariscos y choros, sí, pero… Reco-lectores también hay. ¿Cómo se les podría llamar? Mariscadores, buzos. Pero antiguamente no había tanta venta como ahora, pues, porque antiguamen-te, ¿te acuerdas?, que la conchita la vendían por malla. Venían a comprarla y la empozaban. Yo me acuerdo de cuando era cabro. Conchita es un tér-

mino chaihuinero no más, pero es lo mismo que ese chorito chico que se ve: el choro quilmahue. Nosotros, aquí, le pusimos conchita, no sé por qué, porque la gente se confunde allá afuera: no saben qué es la conchita. Sobre la pesca lo único que sé de an-tes era que ahumaban el pescado y lo guardaban porque en ese tiempo no había luz eléctrica.

Hoy en día se saca el choro maltón y el mismo choro zapato. Hay una con-fusión porque algunos le dicen cho-ro maltón; y otros, choro zapato. Es el mismo solamente que se le llama maltón porque es juvenil. Por eso, la gente de campo al hombre joven le decían el maltón, porque no es adul-to.

Otra cosa que siempre le cuento a la gente que viene es algo que no se ha investigado a fondo: la explota-ción minera que hubo en esta zona, en todo lo que es la costa corraleña. La explotación minera fue super-fuerte aquí, en esta zona, y después hubo dos minas más o menos importantes: una que está en Chaihuín

TIEMPOS ÉPICOS

PASA

DO

UNA VIDA

HEROICA ENTRE LA TIERRA Y EL MAR

3

“Ficha salario”, con la que se canjeaba alimentos a modo de

intercambio por el trabajo realizado para las antiguas empresas

madereras en Chaihuín. Gentileza de la familia Triviños-Railaf.

Page 10: Cultura de Chaihuín / Publicación

y Huape. Y esa mina se metía debajo del mar. Sí, mi abuelo, cuando era pequeño… No tanto, cuando era maltón, trabajó en esa mina. Ahí le decían a la gen-te local que lo que sacaban era bronce. Pero con el tiempo mi abuelo se dio cuenta de que el bronce no existe en forma natural, que es una aleación. Así que segura-mente era oro lo que extraían, ¿no es cierto? Aquí, en otro sector, en el Huiro también hubo una mina. Cuando yo eracabro, ahí había también una galería.

Todos estos esteros fueron lavaderos de oro mucho antes. Y ahora se cuenta una leyenda antigua de los viejos ma-puches. Mi abuelo me contó que esto era un paraíso para esa gente. Porque, imagínate, en ese tiempo tenían las ma-chas, todo lo que es marisco en forma superabundante, que recogía porque ellos eran recolectores. También había pescado en abundancia. Y entonces ellos contaban que los mapuches estaban muy feli-ces por acá, cuando de repente vieron venir a los españoles con sus corazas y cascos de acero. Y como entonces brillaban al sol, los mapuches se asustaron

tanto que se fueron todos. Arrancan y se van por la Huincoya hacia el sur, y llegan a un sector que se llama las Trancas. Eso es parte de la historia: hay un éxodo de toda esa gente que son mapuches. Y enton-

ces, con el tiempo, vuelven. Las primeras personas que vuelven, comienzan a poblar Huiro. Pero yo, con el tiempo, después de diez años, leí un libro que hizo la Universidad de Temuco o la de la Frontera, no sé, y

en unas partes muy pequeñas dice que hubo un gran sistema de encomiendas, de explotación de la gente, del mapuche en el entorno y en Chaihuín. Pero ni siquiera los más viejos cuentan eso. ¿Será verídico?

O sea, que hubo mucha esclavitud en esta zona, para las minas, eso no se lo

lo que yo creo es que los mapuches no fueron porque le tuvieron miedo a los españoles cuando llegaron. Fue justa-mente por la esclavitud que fueron so-metidos esta gente. Y entonces la gente arranca hacia esos sectores.

A mí siempre me llamó la atención cuando llegaron estos veleros. Cuando nosotros éramos cabros chicos, llega-ban dos veleros. Y nunca supimos por-que llegaban dos veleros. ¡Y bonitos, los veleros! Algunos hablan y sacan sus conclusiones, que ellos sacaban oro porque se iban por los esteros, pero nunca supimos a qué llegaban esos dos

veleros. No tenían contacto con la gente y, aparte que aquí la gente es tranquila, les llama la atención

-dan haciendo?»

PASA

DO

UNA VIDA

HEROICA ENTRE LA TIERRA Y EL MAR

4

Los Colmillos de Chaihuín, una formación rocosa que cobija a una abundante comunidad de especies marinas y costeras.

PASA

DO

UNA VIDA

HEROICA ENTRE LA TIERRA Y EL MAR

Page 11: Cultura de Chaihuín / Publicación

5

–Yo iba a la escuela de Lago Ranco, donde

parecía tan cómico el nombre! Y eso que en Lago Ranco hay un montón de nombres más mapuches. Por eso, todos los profesores me decían Chaihuín. Y ellos no conocían ni el mar. Eran cabros pobres que nunca habían salido de ahí. Y yo les decía que en mi tierra había botes para la pesca que tenían siete metros de largo y dos puntas. Y se burlaban de mí.

dos puntas, se dan vuelta, pues. Y yo, como era tan boludo, llegaba a llorar, pues. Era verdad, pues, pero nadie me creía. De ahí, de Lago Ranco, me vine a Corral. Después postulé a la Escuela Industrial de Valdivia. Por eso llegué a Valdivia. Si no, hubiese estudiado en Corral.

–Cuando no había micro, yo viajaba los

-saba por aquí un camino antiguo que sale directo a Corral, y de Corral a Chaihuín. Caminando me de-moraba como cuatro horas. Iba con mi mochila para venir a estudiar.

–Yo me demoraba como seis horas, y más encima iba con mochila.

Oiga, ¿sabe una cosa sim-

donde se confeccionaban canastos.» A la gente le parece raro, pero si uno ve la historia antigua, esto era un paraíso mapuche, por-que estaba lleno en abundancia de lapa, de choro, de todos los mariscos que quisiera. Entonces ¿qué nece-sitaban ellos? Canastos. Y puede ser que muchos de ellos se dedicaban sólo a hacer canastos.

CHAIHUÍN,LUGAR DE CANASTOS

–Bueno, cuando no-sotros íbamos a pes-car, veíamos a las

machas. Ahora ya nunca se va a ver eso de las ma-chas. Pero ahí él le puede contar un poquito sobre Colún.

–Bueno, en Colún el fenómeno de la macha fue tan

¡En Colún había tanta macha! Y nosotros fuimos pio-neros. La cosa es que venía la mar hacia arriba, ¿cier-to? Y cuando se recogía, había tanta macha que uno quedaba así, encima de las machas parado. Era como un río de machas, o sea que tú podías agarrar lo que pudieras agarrar nomás. Después empezó a llegar gente del norte, de la Quinta Región. La macha no varaba si no que estaba enterrada en la arena. Noso-

tros contábamos hasta 800 personas. Venían familias completas. ¿No le digo que de la Quinta Región ve-nía gente para acá? Así que la cosa duró como dos o tres años. Había verdaderas ferias con poca comida y mucho copete, casinos también, donde uno podía ir a jugar al montón. Las carpas acá la gente no las co-nocía. Nosotros las hacíamos con nailon como tipo iglú, y había compadres que hacían un casino e iban todos a jugar. Jugábamos al montoncito que es como el juego de la carta más alta. El que sacaba un rey ga-naba todo lo del montón. Bueno, ahora hay un poco de macha, pero muy poca. Es que la macha es igual que el choro: bota su semilla, y la misma corriente la desparrama. Entonces tiene que haber mucha más macha cerca para que se fecunden. Por eso, me han contado que va a demorar mucho para que vuelva la macha en abundancia.

LA HISTORIA DE LA MACHA

RUTAS LARGAS Y PELIGROSAS

–Fue sufrida nuestra infancia.

lo más cuático era venirse por el mar. Yo tenía que esperar a que saliera un pesquero que viniera a pes-car, uno de los que iban para Huiro. Cuentan que los pescadores se emborrachaban y teníamos que espe-rar a que se les pasase la resaca porque vivían meta vino y meta vino.

LOS BARCOS DE DOS PUNTAS PA

SAD

O

UNA VIDA

HEROICA ENTRE LA TIERRA Y EL MAR

Page 12: Cultura de Chaihuín / Publicación

–Antiguamente se vendía leña,

pero ahora, con el cuidado del medio ambiente, tie-nen que tener plan de manejo y todo debe estar con-trolado por CONAF.

–Para autoconsumo la gente saca un poco de leña.

–Porque antiguamente…

–Ahora estamos consumiendo harta leña de eucalip-to, por las cooperativas. Eso está paliando un poco la tala de bosque nativo, pero igual la gente para su au-

–El alerce lo tra-bajábamos harto. Se hacían tejuelas porque resulta que

la compraban en Valdivia y la mandaban para otras partes.

–Fíjese que esto fue en el tiempo en que yo trabajaba en esto, en el año cuarenta. Entonces estuve traba-jando en el alerce. Después entraron varias empre-sas que empezaron a explotar arriba. Ésos explotaron todo. Pero las empresas grandes no explotaron alerce nuevo: explotaron puro alerce viejo. El alerce que cor-taban era de metro y medio de ruedo, y no es macizo. Por dentro el alerce es hueco. Ahora la reserva está respetando todo eso.

¡MÁS MADERA!

EL ALERCE VIEJO Y EL ALERCE NUEVO

toconsumo saca unos palitos. Pero no para la venta.

–Antiguamente lo que se usaba era pura tejuela de alerce. Un día, conversando con el papá de un ami-go, contaba que para el terremoto perdió todo. Y aho-ra tiene una casa superantigua de pura tejuela. Me dijo: ¿sabes que yo esa casa la armé con todo eso que se venía de Corral, que se traía la mar. Y también las ventanas. Armó su casa a punta de hacha y corvina.

–Es un sistema de aserradero. La corvina es una sierra grande, de unos tres metros. Entonces, uno se gana arriba y otro abajo en un corte de cerro. Se le hace un sacado al cerro, un cuadrado. A eso se le llamaba morriquete. Entonces, se metía uno dentro del hoyo y el otro arriba. Era complicado porque había que tener coordinación.

Mire, nosotros no te-níamos posta como hay ahora, pues.

Antes, puras médicas. Aquí, a mi mujer la busca--

rios entierros sacó aquí, pues. Una vez, yo tenía una abuelita en Corral. Esa abuelita trabajaba en eso, en Corral, antes; porque Corral también estaba atrasado en matronas. Venían los doctores, algunos doctores. Pero había otras veces que no. Algunas veces las ni-ñas perdían su vida. Y aquí la mujer sabía muchos

NO TENÍAMOS POSTA

inventos. Lo que más usábamos nosotros aquí antes . Mi

empaquetaba. Lo otro que hacía cuando estábamos

mismo nos envolvía en una cama y nos acostaba. Y

Ahora, no. Ahora no se le hace ni a un niño. Por lo que he visto yo, que aquí tengo una manga de nietos, los llevan altiro a la posta y les dan unas pastillitas y los mandan para sus casas. Fíjese que yo me iba a operar del hígado porque tengo un doctor muy co-

operar porque tú no puedes comer nada.» La carne

tienes que comer grasa.» ¡Utalo que comía! Ahora tengo una señora que estuvo tra-bajando en el hospital de Corral, y, bueno, las viejitas que saben de remedios y hay que respetarlas. Y una

-cara y todo, y de ahí, en un vaso, le exprime un limón entero y le pone una cucharadita de aceite; eso le deshace todos los cálculos que tiene.» Bueno, y a mí me dio ese remedio y, al otro mes, cuando fui donde el doctor para ver cómo estaba para poderme operar, me hizo los exámenes, me puso las máquinas y me dijo: ¿qué hiciste que te aliviaste? No tienes nada –me dijo–. Estás sano.» Y ahí le conversé mi historia y a partir de entonces no he sentido nada.

PASA

DO

UNA VIDA

HEROICA ENTRE LA TIERRA Y EL MAR

6

Page 13: Cultura de Chaihuín / Publicación

El congrio es noctur-no y se mete entreme-dio de dos rocas para

dormir. Con una de esas boquillas que hacen mucho ruido, daban una sola pasada. E iban calladitos, ¿ver-dad? Y algunos congrios salen para afuera, porque di-cen que es copuchento el compadre, con sus bigotes. Y con un palito así lo engancha al pobrecito y ¡pup!, cae. Otros lo hacían con una aguja capotera y hacían unas sartas y ahí subían a descansar.

Por ahí había una señora que sa-bía un poco de

partos. Mi mamita igual sabía. Mi mamita también recibió a mi hija Anita. Y aquí pasaba un tiempo en mi casa, nomás pues, hasta que ya después me le-vantaba, y a trabajar otra vez en mi casa, y a atender a mis hijos más chicos. Nueve, fíjese. Y yo toda una vida trabajando. Me corría la gota para criar a todos mis hijos, con la pobreza, con mi marido. Todos tra-bajábamos.

Yo trabajaba en la mar. Nosotros íbamos a sacar locos los dos en la noche. Había jaiberos antes. Sacábamos las jaibas, encarnábamos el jaibero y los íbamos a votar al mar. Después de unas dos a cinco horas, por ahí, íbamos a levantar, para recogerlo. Los jaiberos

como unas rejas. Es tejido. Con un cordel uno los levantaba para arriba. Yo no era capaz de levantarme uno de ésos porque el loco se hace una pelota. Antes había loco, no como ahora.

Los vendíamos. Teníamos a un caballero que venía aquí, un gringo que murió también. Él venía a com-prarnos todos esos mariscos, pero nosotros sacába-mos… ¿cómo decirle? No íbamos a sacar mil locos. Sacábamos unos veinte o treinta, más no. ¡Los locos

NACER Y MORIR EN EL MAR

EL CURIOSO CONGRIO

antes eran grandes, así! (muestra el círculo que pue-de abarcar con las manos). No como ahora, que son chiquititos. Y ese caballero nos llevaba toda la mer-cadería, todo lo que teníamos de marisco. Y le decía

le decíamos. Y él nos traía de todo, de todo, de todo. Se puede decir que ese caballero nos ayudó a criar a los chicos. Él nos traía pero de todo. Y cuando él quería marisco, nos avisaba. Nosotros dos trabajába-mos en el mar.»

PASA

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UNA VIDA

HEROICA ENTRE LA TIERRA Y EL MAR

7

En el taller de Don Baltazar Triviños Huala, cobran vida las embarcaciones forjadas a mano con las herramientas mecánicas de antaño.

Page 14: Cultura de Chaihuín / Publicación

–Se ha escuchado a harto hombre de treinta a cin-cuenta años, que

cuando niños, era tanto el trabajo que había en el campo que quedaron así como saturados para tra-bajar en la huerta. No quieren saber nada con las huertas. Los papás se levantaban a las cinco de la mañana y a las seis los estaban levantando a ellos para desmalezar, para aporcar las papas… Entonces quedaron tan agotados, algo así como enemistados con el huerto, y como mucho les da para trabajar en el invernadero. Muchas veces el invernadero lo hace la mujer: es pega de mujer.

–Yo creo que se pierde harto la juventud porque anti--

tos de fútbol? Ya, pues, vamos a trabajar los choros.» O sea, era un trabajo: yo tenía que trabajar para tener mis cosas.

LA DURA INFANCIA DE LOS HOMBRES

A todas esas gringas, las conocí así,

de chiquichichas. Ahí estaban, al otro lado, y yo iba a su casa. Me invitaba la señora e íbamos para allá. Allá les buscaba yo chupones a las chicas… y me

llevado con una canasta de tortillas. Y les hacía a las gringas esas tortillas de murta, que nadie más que yo las sabía hacer.

Yo conocí la tradición de la comi-

da antigua. Acá, en Chaihuín, se mataba un vacuno, según la cantidad de gente que viniera. Y todo eso se hacía charqui. Como no había refrigerador, no se podía guardar y era charqui nomás. Y los chanchos:

CÓMO COMÍAN NUESTROS ABUELOS

HISTORIA DE LA TORTILLA DE MURTA

engordábamos uno para carne y uno para manteca. También daba charqui y chicharrones. Y la manteca para hacer las sopaipillas. Lo que yo hago todavía es poner ají verde machucado en el horno y luego lo mezclo con manteca. Para conservar la haba y la ar-veja, las secaban. Mi abuela también secaba la mur-ta. Y con la manzana hacía los orejones que le ser-vían para hacer jugo después. En la cocina siempre estaba lleno de ajo. Y la chalota sustituía a la cebolla porque acá no se daba la cebolla.

Dorotea Railaf Llasquen y Baltazar Triviños Huala.

PASA

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UNA VIDA

HEROICA ENTRE LA TIERRA Y EL MAR

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Dorotea Railaf Llasquen y Baltazar Triviños Huala.

Page 15: Cultura de Chaihuín / Publicación

9

La mayoría de los habitantes de Chihuín se han dedicado a la pesca durante generaciones. Hoy, el turismo se incorpora como una actividad que permite tanto el desarrollo local como la conservación del entorno natural.

Page 16: Cultura de Chaihuín / Publicación

El poblado se emplaza en la desembocadura del río Chaiuhín en el Océano Pacífico, una zona de costa y marismas, de alta biodiversidad, y de un paisaje humano aún integrado a su entorno natural.

Page 17: Cultura de Chaihuín / Publicación
Page 18: Cultura de Chaihuín / Publicación

12

Averiguar info epígrrafes.La comunidad de Chaihuín -como

otros pueblos costeros- ha estado

históricamente ligada al bosque y

al mar, obteniendo de ellos refugio,

alimento, recursos abundantes, y

espacios de recreación y

decubrimiento, entre muchas otras

oportunidades.

Page 19: Cultura de Chaihuín / Publicación

Aquí sacan el choro, el loco, la jaiba, el piure. Las jaibas tampoco

hay en gran cantidad. Le digo porque aquí se metie-ron estas famosas nutrias que les dicen gatos de mar. Y ésas se comen todo el marisco, pues. Se comen toda la jaiba, se comen las lapas que están a la orilla de la piedra. Aquí llego una plaga. Antes no había ese bicho aquí porque los cazaban para vender la piel. Antiguamente mucha gente se puso a trabajar en sacar la piel del gato. La compraban mucho. Pero ahora quedó todo eso libre, pues. Los gatos se crían para todos los lados. Ahora llegaron a Chaihuín. Aquí se llevan comiendo. ¡Vieran ustedes qué bonito es verlos! Cuando está la mar mansa, ellos pasan arriba de las piedras y comen los erizos como un cristiano. Los parten y los comen.

Resulta que cuando ya pasó el sismo, llega-ron los famosos buzos

rana. Antes yo trabajé con escafandra. Yo tenía un compadre que me pasaba a buscar aquí, a la caleta, para ir a Calera y a Colún para los erizos. Era una bendición que a mí no se me olvida nunca. Resulta que aquí el erizo se lleva encaletado a la orilla de la costa, pero el buzo trabajaba parado ahí. El buzo a

Los trajes que usamos acá son semiautónomos. Van con mangue-

ra. No se usa botella porque se enreda en los huiros. Con un motor de 5 HP (caballos de fuerza) se echa a andar un compresor que echa aire. Se acumula en un estanque y va por la manguera hasta el buzo. Se pueden conectar hasta dos buzos, pero generalmente se trabaja de a uno. El buzo no está, por lo general, más de una hora bajo el mar porque es un trabajo es muy duro. Pero se le puede echar más bencina al es-tanque, y sigue generando. El buzo mariscador sólo se puede meter hasta veinte metros de profundidad. Y generalmente eso es lo normal. Antes se metían más, pero ahora no porque han muerto algunos allá, en Antillanca.

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MODAS Y COSTUMBRES SUBMARINAS

DE BUZOS Y ERIZOS

EL GATO DE MAR

LA LEY DEL CHORO

escafandra no trabajaba botado como el buzo rana. Esos se fondeaban como se dice: caían ahí y con el pie iban sacando los erizos a la orilla del mar. A eso le nombran caleta. Entonces pasaba algo que usted no me podrá creer: en dos horas, nosotros cargába-mos una lancha de doce metros, y el erizo chico todo se iba al agua. Ahora no, porque todo ese erizo lo sacan para vender. Así que se está perdiendo el erizo, se está perdiendo el loco, se está perdiendo todo.

–Nosotros somos un sin-dicato. En este momento

-cimos tres grupos. Nos dan un cupo de cuatro sacos de choro para sacar. Eso lo vendemos nosotros acá a los compradores que vienen. Y así nos hacemos un sueldo mensual. Se hace una vez a la semana: son tres grupos y se deja una semana descansar. Yo creo que la identidad de Chaihuín es el choro. El choro está aquí y no está contaminado. Antiguamente es lo que yo hacía: yo ayudé a mi abuelo a sacar choro con vara. Es una vara que tiene como cuatro metros de largo y en la punta se abre en cuatro partes. Ahí se les pone unos palitos que van amarrados. Nosotros íbamos a sacar choro sin meter las manos al agua. Íbamos en la mañana, cuando no había viento, y sacábamos tremendos choros. Yo tenía como ocho años. Había que pegarle como una torcidita, porque

-no, en este momento el alerce es el más común en Chaihuín. La murta…

–Bueno, los chupones también. Antiguamente sacá-bamos hartos chupones, pero con el tema del hanta, ahora se dejaron de sacar chupones.

–Pero la murta ha venido cualquier gente de Corral a sacarla.

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-go ochenta y un años, trabajo una huerta.

Antes sembraba como cuatro huertas, con papas, con arvejas, ¡de todo! ¡De todo de todo! Cosechábamos nosotros. Ahora, como tengo un invernadero… En este momento no tengo nada todavía, ají es lo que hay, porque el temporal se llevó todo el nailon y ten-go que comprar más. En el verano, ahí está todo el

Lo que más se perdió aquí fue el chancho por el hecho del turismo. Empezaron a llegar con

canoa en mapuche y la técnica para hacerlas es que hay que guatear el palo

y listo. Quizás podríamos hacer una para arrendar. Y así pueden andar en ella cuatro o cinco viejos, con un niñito chico al lado.

–¿Sabe lo que tiene que hacer? Rescatar lo que tenía-mos antiguamente: caballos, cosas así, para la gente que viene de ciudad. O hacer algo rústico: muebles,

algo distinto, pues, algo diferente y atractivo!

–Fíjate que yo, cuando me pongo a tomar vino tinto, me curo. Yo vi un pedazo de sitio que hay acá atrasito y pensé en poner una ruca demostrativa ahí, y tener este tipo de canoas que se usaban en estos ríos anti-guamente. Además, ¡lo diferente que es esta ruca de Chaihuín! Es diferente de la ruca de la costa. Yo tengo entendido que éstas se hacen de una especie de paja. Y las rucas de Chaihuín se hacen con chupón.

¿QUÉ ES ELHUAMPO?¿QUÉ ES LA RUCADE CHUPÓN?

AQUÍ,MI COMPADRE, SABE TEJER

CUIDADOSDE LA HUERTA

perejil, el cilantro, los tomates, las lechugas. De todo eso tengo. De todo siembro ahí. Lo que más hubo este año fueron ajíes. Las semillas las reproduzco yo, y compro las plantas en veces. Tengo de todo cuando planto. Tengo hasta una mata de pepino dulce. Lindo se dio. Y el primer año ya comí de mi planta de pepi-no. El año pasado me regalaron esa matita y sí, este año dio. En el invierno casi hay más perejil y esas cosas, porque no he regado cilantro. Tenía cilantro pero ya se terminó todo. No guardamos nada. Antes no teníamos ni refrigerador. Ahora no, pues, porque yo saco arvejas y las congelo. Y uno tiene arvejita todo el tiempo. Todos esos productos uno los puede congelar. Pero antes lo comía todo nomás porque no tenía nada uno cómo guardar; y cuando estaba seco, ahí había que cosecharlo nomás. No como ahora. Ahora estoy moderna. Yo, sin estufa, no soy nada. Así criamos a todos nuestros hijos. Tuve nueve yo: una hija que se me murió de dieciocho años por caerse en las piedras. Se murió de dieciocho. Yo aquí crié a toda mi parvá de cabros. Lo más que tengo ahora son bisnietos porque los nietos todos tienen hijos. Todos casados casi ya. Pero mi hijo, el que vive al frente, no tiene ni un hijo soltero. Ya están todos con guagua.»

carpas y los chanchos se iban a comer las cosas de los carperos. Ahí empezó a eliminarse el chancho. Ahora es raro que se vea un chancho por la calle. Aquí se está perdiendo la tradición. Por ejemplo, una señora de aquí hace chalecos pero ahora, como llegó la modernidad y vive más rápido uno… Antes se tenían que hacer hasta los calcetines. Aquí, mi compadre, sabe tejer. Antes había que hacerse todo, pues. El pulmay se hace acá a la olla, no en hoyo. Yo nunca lo he probado al hoyo. Igual antes se hacía harto cordero al palo, pero ahora se está perdiendo esa tradición. Generalmente lo que se dice aquí es:

también se está perdiendo porque ya nadie cría ga-llinas. Eso pasa por el turismo, que se van perdiendo hartas cosas.

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Cazuela de congrio ~La cazuela de con-grio es más fácil. Se machucan los ajos, se pica la cebollita bien picadita y, si usted quiere, le echa un mo-rroncito en pedazos. Luego se aliña la olla y de ahí usted vea. Yo hago eso y luego frío la papa picada en ro-dajitas con las verdu-ras. De ahí le echo el

las presas de congrio. Porque el pescado se deshace rapidito. El plato se sirve con verduritas encima.

Estofado de sierra ~ Con la sierra igual se prepara un estofado. Se hace lo mismo con la verdura: la cebolla a la pluma, y luego usted va po-niendo una capita de papa y una capita de cebolla.

RECETAS DE COCINA

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Así la hago yo. Y después viene la sierrecita. Las pre-sas se echan a la olla, pues, con poquita agua. Ojalá sea una olla de esas como arrocera, porque ahí no se muelen nada. Mientras se cuece, no se revuelve: se deja nomás. Y de ahí usted le echa el agüita o, si gusta, cualquier verdurita. Por último, se le echa un tomate y usted deja que se cueza todo.

Asado ~ Cuando se junta toda la familia, hacemos asado: de animal vacuno, de cordero, de chancho, de todo. Se hace con la carne en el carbón, y ahí le van dando vuelta. Para que el asado rinda, cuando hay harta gente, se hace a las brasas y a la estufa y a la olla, para que se cueza todo. Y también se hacen pebres, chancho en piedra, mayo y papa, de todas esas cositas, con un buen ponche con duraz-nos, que aquí se conserva la murta.

Conserva de murta ~ En una olla de agua hirviendo le echo azúcar. Calculo ahí cuánta azúcar le echo y voy probando. Queda bien azucarada esa agua. Queda como un almíbar pero no tanto. Y después, cuando ya da un hervor para que el azúcar se deshaga, la dejo enfriar y la saco. Mientras tanto, busco botellas o frascos. Por lo gene-ral uso esos frasquitos donde uno toma jugo. Le saco la corona a la murtita y la echo dentro de ese frasco.

Pero no le echo pura murta, pues. Le echo murta, le echo membrillo picado, uva. Y después le echo esa agüita azucarada que tengo ahí. Luego las envuel-vo en papel para que no choquen y las coloco en un perol con agua fría y las pongo a hervir ahí. Hay que poner harta agua nomás. De ahí las retiro con la olla pero todo, las botellas o los frascos, tienen que enfriarse en el agua misma. Al enfriarse quedan bien cerraditos. Luego las saco y las guardo. Así hago yo mis conservas. Les echo de todo. También conservo las cerezas. Todo eso hago yo.

Licor de chupón ~ El licor de chu-pón acá no lo hemos hecho. Pero ése se prepara con aguardiente. Es parecido a como uno hace la conser-va pero aquí los chupones van crudos y llevan aguar-diente. La murta también la echan en aguardiente.

Mermeladas ~ Yo hago mis dulces, de murta con membrillo igual. Y hago dulce de man-zana con membrillo. El membrillo lo rallo porque el membrillo es duro. Y la murta también la rallo. Yo hago hartas mermeladas: hago de murta, de murra .De murta tiene que ser sin coronita, pues: se ve más bonita. Igual se hace el dulce entero de murta pero también le sacan la corona y la cuecen enterita.

Ana Triviños Railaf.

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Empanada de murta ~ Ésas sí que son ricas. Se le saca la coronita a la murta y se pone una porción en una fuente. Ahí le pongo el azú-car, para que se pase la murta. Y luego usted hace su masita, con un huevito o dos y con polvo de hornear, margarina y leche. Amasa, rellena y listo: al horno. Quedan ricas ricas.

Tortilla de murta al rescoldo ~ Yo hago tortilla de murta al rescoldo, cuando hay murta. Las murtas las dejo igual que antes, en azúcar, para que se pasen. Y después hago mi masa. Pero esa masa no lleva tanta cosa: le echo un poquito de sal nomás y un poquito de polvo de hornear. Y hago mi masa bien sobada y bien delgada. Para hacer las tortillas se usan dos tapas redondas muy grandes. Extiendo la masa en la de abajo y luego en la otra. Entonces se pone toda la murta en la tapa de abajo. Y usted puso encima la otra tapa y las cerró. Luego le va haciendo estas cuestiones al lado para que no se separen las dos masas y, la pica con un palito o

empanada gigante! Para cocerla, usted la echa en la arena caliente que se prepara así: se hace el fuego con leña encima de la arena para que se caldee bien la arena. Después, usted sacó todos esos tizones por allá y dejó acá la pura ceniza y la arena. En la arena

hago la sepoltura y llego y echo ahí la tortilla y la tapo con ceniza. Usted la deja un rato. Serán unos diez minutos más o menos. Es igual que hacer tortilla al rescoldo pero con murta. Yo a veces suelo dejar que se enfríe, pero aquí no me hacen durar. Después, cuando está fría, usted la corta y es igual que un ku-chen, pero tiene otro sabor. Nadie la hace así la tor-tilla: sólo yo.

ESO LE ARREGLALA SANGRE

–Un día, llegó un señor a arrendar una casa que yo

corte porque es supermedicinal.» Yo le dije que no la cortaría pero en verdad está lleno de matas acá. Me

fue a Italia a un tratamiento. Y el doctor de Italia le dijo: “¿pero que vienes a hacer acá?, siendo que está lleno de esta hierba en los bosques de Chile. Ustedes tiene la mejor medicina para la leucemia y se la to-man como infusiones”.»

Yo estoy tomando un remedio que es muy bueno: el pino santo. Es uno que da una espina larga. Al otro lado, en una presa, hay mucho de ese pino, y mi hijo, que es alcalde aquí, el otro día me trajo. Yo tomo to-dos los días una copita, en la mañana y en la tarde. Se hace hervir la cáscara en agua caliente y entonces usted la toma como agüita de tiempo. Eso le bota todo lo malo a uno y le arregla la sangre. Es muy buen remedio: se lo ha dado a varios ya.

–La otra que se usa harto es una hoja larga. ¿Cómo es que se llama? Una que toman para el estómago.

–¿El matico?

–Sí, el matico la usan para las úlceras y para las he-ridas.

–Igual que el tineo. Se utiliza la corteza: la preparan como infusión. Sirve para curar heridas internas y ex-ternas, y también como desinfectante.

–A los pelitos de helecho uno les hace un corte y se utilizan esos pelitos; los venden a veces también.

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NUESTRA MEDICINAES NATURAL

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SENDEROS GUIADOS POR LA COMUNIDAD:TRES TESTIMONIOS

2 –Yo fui casi el primer guía local que llevé a dos italianos. Pasó que nos llamaron nomás. Fuimos con la camioneta roja y ese fue el primer guiado que realizamos. Hace como

ocho años atrás, los llevábamos al sendero de los alerces nomás y a la playa de Colún.

–Al principio, el acceso al sendero era libre. Entonces, los visitantes llegaban acá, nosotros les dábamos las indicaciones de cómo llegar y ellos iban. Al regresar, nos contaban cómo

les fue y todo eso. Sin embargo, nos fuimos encon-trando con el tiempo que como en todos lugares hay visitantes muy responsables pero otros no mucho. E íbamos. Muchas veces encontramos basura. Y un par de veces hasta fogatas que habían hecho en el sende-ro. Incluso se llevaban un arbolito, una plantita, un helecho o un trozo de corteza del alerce para llevar un recuerdo. Entonces nosotros como guardaparques éramos tan poquitos que no podíamos ni pensar en acompañar a cada visitante. Y en un minuto la pre-gunta fue: ¿se cierra este sendero al público y lo de-jamos únicamente para nuestras visitas instituciona-les o de donantes, o de qué manera lo mantenemos abierto para el público en general? Justo ahí empezó a surgir esto: venía un visitante y nos íbamos dando

-dad. Más bien fue espontáneo; y después nos dimos

3 –Lo que a las personas les interesa saber es, por ejemplo, en qué año se empezó la Re-serva Costera y cómo se inició. Se les habla

se utiliza la madera y, bueno, también un poco de la historia, de qué vivimos… Por ejemplo, de la macha, les digo yo.

cuenta que en la me-dida en que iba cre-ciendo el interés de los visitantes, se hacía importante convocar a un grupo de personas y ver de qué manera los íbamos ayudando con capacitaciones y entregándoles herra-mientas para que pres-tasen un buen servicio. Este sendero se hizo en el año 2004 ó 2005.

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Juan Carreño y Marcos González, de la Agrupación de Guías

Turísticos de Chaihuín.

En el sendero Los Alerces pueden apreciarse estos inpresionantes árboles, donde destaca un ejemplar de

aproximadamente 2000 años de edad.

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ELFUTURO ESTÁ ENMANOS

DE NUESTROS

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ELFUTURO ESTÁ ENMANOS

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IOAguja capotera: Aguja gruesa que se usa para co-ser y remendar capote y otras telas gruesas.

Altiro: Enseguida.

Aporcar: Orillar la tierra sobre la melga o surco donde se cultiva la papa.

Charqui: Cecina, carne que se seca con sal y expo-niéndola al sol.

Chicharrones: Fritura del tocino del chancho o cer-do.

Chiquichichas: Forma afectuosa de decir “chiqui-titas”.

Choro: Marisco bivalvo, mejillón.

Chupón: Planta típica de los bosques del sur de Chi-le, Fascicularia bicolor.

Copuchento: Curioso

Corona: Cierta dureza en forma de corona que pre-senta el fruto de la murta.

Corvina: Tipo de sierra larga de arco.

Cuático: Anormal, extravagante, llamativo.

Finaíta:

Gato de mar: Chungungo, chinchimén o nutria ma-rina.

Guagua: Niño pequeño, bebé.

Guatear: Dar forma combada.

Médica (o meica): Curandera mapuche.

Morriquete (o borriquete): Armazón compuesta de tres maderos que forman un trípode en el que los carpinteros apoyan la madera que trabajan.

Orejones: Frutos o porciones de fruto secados al sol. Suelen hacerse de damasco.

Parvá: De parva o parvá, mies extendida en la era para trillarla.

Pega: Trabajo, tarea.

Pulmay: Guiso tradicional del sur de Chile que se prepara con repollo, cebolla, papa, longaniza y va-

rios tipos de carne y de marisco.

Sepoltura: De sepultura. Hoyo que se hace en la ceniza caliente para enterrar las tortillas de rescoldo.

Sopaipillas: Porciones de masa panadera fritas en aceite.

¡Uta!: Apócope de una expresión malsonante.

Quienes aún practican el antiguo oficio de tejer canastos o cestos de fibras naturales obtenidas del bosque, mantienen vivo

el origen de la palabra chaihuín, derivada de chaihue, que significa “donde se tejen canastos”.

Murra: Planta o fruto de la zarzamora, Rubus ulmifolius.

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Tatiana Naulin Gysling, Directora Systemic, responsable de proyecto.Dafne Gho Illanes, diseñadora, responsable de diseño.

Edición y entrevistas: Tatiana Naulin Compilación: Angel Álvarez

Corrector de estilo: Pablo GonzDiseño: Celeste Pesoa (libro) Dafne Gho (díptico)

Sendero Los Colmillos de Chaihuín . Reserva Costera ValdivianaRegión de Los Ríos, Chile

Junio-Septiembre 2013