cuerpos inoperantes frente a dispositivos espaciales de politización

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Cuerpos inoperantes frente a los dispositivos espaciales de politización. Lucía Jalón Oyarzun Arquitecta | GI Paisaje Cultural | www.manufacturadecentauros.com Mesa: Crisis de la ciudad: habitar el espacio urbano hoy [versión 03/03/2015] – 0 – INDICADORES TÁCTICOS. “...me gustaría que [el imperativo que sirve de base al análisis teórico] se limitara a ser un imperativo condicional de este tipo: si quiere luchar, aquí tiene algunos puntos clave, algunas líneas de fuerza, algunos cerrojos y algunos obstáculos. En otras palabras, me gustaría que esos imperativos no fuesen otra cosa que indicadores tácticos.” 1 Una aproximación a la ciudad contemporánea como campo de fuerzas reales, en palabras de Michel Foucault, “el círculo de la lucha y la verdad, es decir, de la práctica filosófica, justamente.” De la práctica filosófica y la arquitectónica. Proponemos, desde esta interacción entre saberes, una serie de indicadores tácticos para una práctica arquitectónica que abandone el rol del arquitecto como solucionador y diseñador de ficciones resolutivas 2 , para reconocerse, en cambio, como fuerza participante en lo real. Para actuar desde una posición informada en la ciudad contemporánea, desarrollando unas nuevas estrategias y el instrumental correspondiente, capaces de reconocer y aprovechar los potenciales del presente, se hace imprescindible trazar nuestra propuesta desde lo político. Un concepto cuyo significado está estrechamente relacionado con la producción del espacio, no sólo histórica sino ontológicamente. – 1 – ESPACIO(S) DE LO POLÍTICO “…hacer salir a la política de su ocultación…” 3 En los últimos años han surgido numerosas lecturas, propuestas y estrategias en nuestro ámbito que buscan recuperar como motor de su discurso la tensión entre arquitectura y política. Aunque no es nuestro objetivo describir aquí este paisaje, dos figuras singulares, Pier Vittorio Aureli y Markus Miessen, nos ayudarán a establecer las bases de nuestra investigación, por estar su pensamiento fundamentado en el concepto de lo político y reconocer su no equivalencia al de la política 4 . Sus respectivos discursos, presentes tanto en escritos como en proyectos 5 , explicitan la importancia de pensar la unión entre arquitectura y lo político y nos permiten entender que, según la definición de lo político desde la que operemos, entran en juego diferentes, y determinantes, lecturas del espacio. 1 Foucault, Michel. Seguridad, Territorio, Población: curso del Collège de France, 1977-1978. Madrid: Akal, 2008. p.15. 2 Término desarrollado por Pablo Bustinduy y Jorge Lago en el curso “Política y Ficción” organizado, los días 25 y 26 de enero de 2014, y que agradezco a Mateo Fernández-Muro. 3 Agamben, Giorgio. Homo Sacer: el poder soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-Textos, 2003, p.13. 4 Véase Rancière, Jacques. El desacuerdo: política y filosofía. Buenos Aires: Nueva Visión, 1996. 5 Aunque en el presente artículo nos centraremos particularmente en Aureli, Pier Vittorio. The Possibility of an Absolute Architecture. Cambridge, Mass: MIT Press, 2011; y Miessen, Markus. The Nightmare of Participation: crossbench praxis as a mode of criticality. New York: Sternberg Press, 2010.

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#ZaragozaPiensa. Mesa: Crisis de la ciudad. Habitar el espacio urbano hoy.Lucía Jalón

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  • Cuerpos inoperantes frente a los dispositivos espaciales de politizacin.

    Luca Jaln OyarzunArquitecta | GI Paisaje Cultural | www.manufacturadecentauros.comMesa: Crisis de la ciudad: habitar el espacio urbano hoy

    [versin 03/03/2015]

    0 INDICADORES TCTICOS.

    ...me gustara que [el imperativo que sirve de base al anlisis terico] se limitara a ser unimperativo condicional de este tipo: si quiere luchar, aqu tiene algunos puntos clave, algunas lneas

    de fuerza, algunos cerrojos y algunos obstculos. En otras palabras, me gustara que esosimperativos no fuesen otra cosa que indicadores tcticos.1

    Una aproximacin a la ciudad contempornea como campo de fuerzas reales, en palabras de MichelFoucault, el crculo de la lucha y la verdad, es decir, de la prctica filosfica, justamente. De laprctica filosfica y la arquitectnica. Proponemos, desde esta interaccin entre saberes, una seriede indicadores tcticos para una prctica arquitectnica que abandone el rol del arquitecto como

    solucionador y diseador de ficciones resolutivas2, para reconocerse, en cambio, como fuerza participante en lo real.

    Para actuar desde una posicin informada en la ciudad contempornea, desarrollando unas nuevasestrategias y el instrumental correspondiente, capaces de reconocer y aprovechar los potenciales del

    presente, se hace imprescindible trazar nuestra propuesta desde lo poltico. Un concepto cuyosignificado est estrechamente relacionado con la produccin del espacio,

    no slo histrica sino ontolgicamente.

    1 ESPACIO(S) DE LO POLTICO

    hacer salir a la poltica de su ocultacin3

    En los ltimos aos han surgido numerosas lecturas, propuestas y estrategias en nuestro mbito quebuscan recuperar como motor de su discurso la tensin entre arquitectura y poltica. Aunque no esnuestro objetivo describir aqu este paisaje, dos figuras singulares, Pier Vittorio Aureli y MarkusMiessen, nos ayudarn a establecer las bases de nuestra investigacin, por estar su pensamientofundamentado en el concepto de lo poltico y reconocer su no equivalencia al de la poltica4. Susrespectivos discursos, presentes tanto en escritos como en proyectos5, explicitan la importancia depensar la unin entre arquitectura y lo poltico y nos permiten entender que, segn la definicin delo poltico desde la que operemos, entran en juego diferentes, y determinantes, lecturas del espacio.

    1 Foucault, Michel. Seguridad, Territorio, Poblacin: curso del Collge de France, 1977-1978. Madrid: Akal, 2008. p.15.

    2 Trmino desarrollado por Pablo Bustinduy y Jorge Lago en el curso Poltica y Ficcin organizado, los das 25 y 26 de enero de 2014, y que agradezco a Mateo Fernndez-Muro.

    3 Agamben, Giorgio. Homo Sacer: el poder soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-Textos, 2003, p.13.

    4 Vase Rancire, Jacques. El desacuerdo: poltica y filosofa. Buenos Aires: Nueva Visin, 1996.

    5 Aunque en el presente artculo nos centraremos particularmente en Aureli, Pier Vittorio. The Possibility of an Absolute Architecture. Cambridge, Mass: MIT Press, 2011; y Miessen, Markus. The Nightmare of Participation: crossbench praxis as a mode of criticality. New York: Sternberg Press, 2010.

  • El arquitecto italiano Pier Vittorio Aureli construye su propuesta a partir de la relacin entre forma ypoltica, donde lo poltico equivale a lo formal, y lo formal se traduce en la idea de un lmite.6 Apartir del pensamiento de Hannah Arendt, Aureli entiende que lo poltico no existe como parteesencial del ser humano, sino que tiene lugar, como relacin, fuera del hombre. Reside en elespacio intermedio entre dos partes autnomas y en la decisin de articular dicha relacin.Recurriendo a Carl Schmitt y su distincin amigo-enemigo, el arquitecto se centra en el enemigo(hostis) como figura que nos permite salir de nosotros mismos al ofrecernos el contorno preciso denuestra propia figura, de nuestra propia posicin.7 Lo formal, como lo poltico, se define en ladelimitacin de las partes en relacin.

    Este concepto de agonismo est tambin en el origen de la propuesta de Markus Miessen8. Sinembargo, su comprensin de la arquitectura, fundada en la figura de Cedric Price, le distanciaradicalmente de Aureli: Muchos arquitectos han confundido la arquitectura como un esfuerzoescultrico. () Una de las ideas mejores y ms valiosas de Cedric es que el edificio no tieneporqu ser un objeto. No tiene que ser necesariamente fsico.9 La centralidad de la forma essustituida por la del tiempo, y lo poltico deja de definirse en la delimitacin de las partes paraconstituirse en el conflicto del proceso.

    Por nuestra parte, trabajaremos con un concepto de lo poltico que restituye la poltica a su rangoontolgico, resitundola en el cuerpo, humano o no, que es definido por su potencia (constituyente ydestituyente), y entendiendo este cuerpo como generador del espacio: La materialidad de micuerpo coincide, y lucha, con la materialidad del espacio. Mi cuerpo contiene propiedades ydeterminacin espaciales: arriba, abajo, derecha, izquierda, simetra, asimetra.10 La elaboracin deeste concepto surge de un fuego cruzado, y no resuelto, entre las investigaciones sobre el poderconstituyente de Antonio Negri11, el proyecto de una nueva y coherente ontologa de la potencia[que] sustituya la ontologa fundada sobre el principio del acto12 elaborado por Giorgio Agambenen su serie Homo Sacer, y el enlace necesario entre fsica, tica y poltica expresado por BaruchSpinoza, con especial atencin a sus conceptos de cuerpo, conatus y multitud.

    *

    Qu consecuencias espaciales tiene cada una de estas lecturas? En las aproximaciones de Aureli oMiessen lo poltico se presenta como una actividad o relacin exterior que se despliega en la ciudad,y de esta forma la polissu espacio y su arquitectura, queda reducida a mero escenario estticoen el que se despliega una accin cualificada exteriormente como poltica. Esta cualificacin, osalida a escena, implica la existencia de toda una serie de procesos de politizacin: mecanismos yestrategias que buscan sostener la exclusin y ocultacin de la potencia individual como origen dela dimensin poltica de lo real. Este potencial de accin (o no accin) que subyace en el cuerpoindividual, nos obliga a pensar y trabajar con un espacio que no funciona como escena cartesianapara la representacin sino como corporeidad mltiple producida, un campo complejo de relacionesen el que descubrirse encarnado, no slo localizado, y en el que el lmite no es frontera entre objetossino lazo y dimensin comn13. Los conceptos e instrumentos bsicos derivados de esta lectura del

    6 Aureli, The Possibility of an Absolute Architecture, p.27.

    7 Aureli, The Possibility of an Absolute Architecture, p.29.

    8 Miessen toma este concepto a partir del trabajo de Chantal Mouffe.

    9 Miessen, The nightmare of participation, p.258.

    10 Bernard Tschumi en The Architectural Paradox, Architecture Theory since 1968, Hays, K Michael (ed.). Cambridge, Mass: The MIT Press, 1998, p.223.

    11 Negri, Antonio. El poder constituyente: ensayo sobre las alternativas de la modernidad. Madrid: Libertarias-Prodhufi, 1994.

    12 Agamben, Homo Sacer, p.62.

  • espacio han sido analizados en otros textos14 por lo que, aqu, nos centraremos en las formas einstrumentos espaciales de esta politizacin.

    *

    En la introduccin al primer volumen de Homo Sacer, el filsofo italiano Giorgio Agamben sepregunta, tiene la z15 necesidad de ser politizada o bien lo poltico est ya contenido en ellacomo su ncleo ms precioso?16 Las premisas de Aureli o de Miessen, al partir de una reafirmacinde la necesidad de politizacin, evitan la incmoda, pero necesaria, pregunta subsiguiente: por qula poltica occidental se constituye sobre todo por medio de una exclusin (que es, en la mismamedida, una implicacin) de la nuda vida. Aqu, a partir de la definicin de lo poltico dada,queremos entender cmo funciona espacialmentecmo se configura materialmente, esaexclusin inclusiva.

    Esta relacin de exclusin inclusiva est ya presente en la divisin entre polis y oikos de la ciudadgriega, donde la ciudad funciona como el escenario al que se accede ponindose la mscara deciudadano, es el lugar donde acta la vida cualificada; mientras que, en la casa, la simple vidanatural ... queda confinada ... como mera vida reproductiva.17 En la polis clsica, la vidacualificada es diferenciada de la del resto de los vivientes ... por medio de un suplemento depoliticidad ligado al lenguaje que funda toda una serie de relaciones de interior-exterior18. Con lamodernidad, la relacin de exclusin se introduce en la polis a travs de su fragmentacin einscripcin en el cuerpo del viviente, se produce la politizacin de la nuda vida como tal.19 Con latransformacin de ese cuerpo indiviual en objeto de las estrategias y mecanismos polticos, lapoltica deviene bio-poltica y la relacin interior-exterior se transforma en un doble vnculo ...constituido por la individuacin y por la simultnea totalizacin de las estructuras del podermoderno.20

    2 FRAGMENTOS DE UNA GENEALOGA DE

    DISPOSITIVOS ESPACIALES DE POLITIZACIN

    En la transformacin de la relacin de exclusin inclusiva residen claves fundamentales paraentender la crisis de la ciudad contempornea: desde la problemtica relacin entre lo pblico y loprivadodivisin fundacional de la ciudad moderna, hasta su disolucin en espacios pblicosprivatizados e intimidades espectacularmente publicitadas; de la casa como clula habitacionalmnima a su atomizacin y transformacin nmada en una ciudad convertida en fbrica infinita...

    13 Concepto que desarrollamos a partir del trabajo de Daro Gazapo y Concha Lapayese en La construccin del paisaje: entre la interioridad y la exterioridad. Pamplona: DAPP Publicaciones Jurdicas, 2009. A partir de ah, y para trazar la evolucin de la transformacin en la comprensin del espacio de escena a campo, vase: desde la arquitectura, Tschumi, The architectural paradox; desde la geografa Massey, Doreen. For Space. London:SAGE, 2005; desde la filosofa Bustinduy, Pablo. The empty city: democracy and the philosophy of the void, Displacements: an xscpae journal, 1 (2014): pp.27-30. Sobre el concepto de lo comn vese Garcs, Marina. Un mundo comn. Barcelona: Bellaterra, 2013.

    14 Jaln Oyarzun, Luca. Common spatialities: the production of the multitude, en Footprint Delft Architecture Theory Journal, Commoning as differentiated publicness: emerging concepts of the urban and other material realities, Issue 16, Volume 9, Number 1 (Spring 2015), pp.51-68.

    15 Los griegos no disponan de un trmino nico para expresar lo que nosotros entendemos con la palabra vida. Se servan de dos trminos, semntica y morfolgicamente distintos, aunque reconducibles a un timo comn: z, que expresaba el simple hecho de vivir, comn a todos los seres vivos (animales, hombres o dioses) y bos, que indicaba la forma o manera de vivir propia de un individuo o un grupo. Agamben, Homo Sacer, p.9.

    16 Ibid., p.21.

    17 Ibid., p.10.

    18 Ibid., p.11.

    19 Ibid., p.13.

    20 Ibid., p.14.

  • Para entender mejor su funcionamiento espacial ofrecemos aqu breves fragmentos de unagenealoga (inacabada) de los dispositivos espaciales de politizacin modernos21. Es importanterecalcar que no se trata de modelos aislados, sino de diagramas que funcionan con mayor o menorintensidad en uno u otro momento, y cuya entramado indiferenciado define nuestra situacincontempornea.

    *

    El dispositivo ENCIERRO sostiene espacialmente los procesos de politizacin mediante laclasificacin del individuo, explicitada materialmente en la inclusin fsica de su cuerpoy suesfera de accin, en una relacin de interior/exterior. Estar incluido en uno de los lados cualificael cuerpo como polticocapaz de participar en los asuntos comunes22 mientras que el otrobloquea el acceso a dicha condicin. Vemos esta dinmica en juego, por ejemplo, en la separacin

    - entre nacional y extranjero, binomio que requiere la definicin materialde la frontera,- entre la esfera pblica y la privada, donde la primera es consagrada comonica escena de lo poltico frente al espacio domstico, divisin que haservido para sostener el alejamiento de la mujer de la esfera poltica.- entre el ciudadano libre y el cautivo, el internamiento generado a partirde los muros o vallas de la prisin, el hospital o el campo de concentracin,

    21 Estos fragmentos forman parte de una investigacin ms amplia en relacin a la tesis doctoral Lo que puede un cuerpo: lo poltico como generador de una espacialidad comn, en desarrollo en el Departamento de Proyectos Arquitectnicos de la Escuela Tcnica Superior de Arquitecturade Madrid. Con esta genealoga se quiere trazar las transformaciones e hibridaciones de estos dispositivosas como determinar el papel de la disciplina arquitectnica en su produccin y sostenimientopara poder ofrecer un marco de conocimiento crtico (e independiente de las historias oficiales de la disciplina), desde el que operar en la ciudad contempornea.

    22 Rancire, Jacques. El reparto de lo sensible: esttica y poltica. Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2009.

  • Un caso paradigmtico del internamiento es el proceso denominado por Michel Foucault como elGran Encierro23. La fundacin en 1656 del Hpital Gnral de Pars, que pese a su nombre nofuncionaba como centro mdico, supuso la agrupacin administrativa de diversos establecimientosde la ciudad para internar a una creciente poblacin de vagabundos, mendigos, invlidos oprostitutas, que deambulaban por las calles de Pars. El orden de los Estados no tolera ya eldesorden de los corazones24, escribe Foucault, y as es, el fenmeno es compartido por muchos delos nacientes estados europeos: en Inglaterra, por ejemplo, existen las houses of correction desde1575 y en Alemania la primera Zuchthusern abre en Hamburgo en torno a 1620.

    El papel del trabajo dentro de estas instituciones era esencialse convirtieron en una de lasrespuestas a la crisis econmica del siglo XVII25, sin embargo su utilidad no la defina tanto supotencia productiva sino ... cierta fuerza de encantamiento moral.26 Este privilegio del valor moralsobre el varol productivo iba a cambiar pronto de la mano de un emergente liberalismo que,colocando el cuerpo indiviual como objeto de la nueva biopoltica, pondra en valor esa capacidadproductiva de los cuerpos, y dirigira su atencin hacia las posibilidades econmicas ligadas a laproduccin de la vida. Esta centralidad del poder productivo del cuerpo iba a suponer un nuevointers sobre la potencia individual, pero slo en la medida en que sta se resuelve en actoproductivo, ya sea fsico o inmaterial (conocimiento, comunicacin, afectos, subjetividades).

    Esta necesidad de optimizar la potencia individual de forma productiva exiga volver a poner la vidanatural en el interior de la polis, manteniendo sin embargo la relacin de exclusin mediante eldoble vnculo de totalizacin e individuacin mencionado anteriormente. Comienza la hibridacinentre modelos, el soberano del territorio se [convierte] en el arquitecto del espacio, disciplinado,pero tambin y casi al mismo tiempo en regulador de un medio, en el cual no se trata tanto de fijarlos lmites y las fronteras o de determinar emplazamientos como ... de permitir, garantizar, asegurardistintos tipos de circulacin.27

    Ante la necesaria liberacin de la capacidad productiva de los cuerposque supondr laatomizacin del ENCIERRO, las estrategias de politizacin se centrarn en su canalizacin hacia undeterminado fin. As, en 1567, Guillaume de La Perrire puede definir el gobierno como la rectadisposicin de las cosas, de las cuales es menester hacerse cargo para conducirlas hasta el finoportuno.28 Estas nuevas tcnicas de gobernabilidad producirn un dispositivo especial especfico,que denominamos GRILLE, y que podemos entender a partir de:

    1. La creacin de un campo o medio continuo que elimina las barreras ylibera a los cuerpos. En el campo, el territorio y la propiedad donde se haba jugado elpoder de la soberana jurdica, pasan a ser una variable ms dentro de este complejoconstituido por los hombres y las cosas.29

    En su clase del 15 de enero de 1975 en el Collge de France, Michel Foucault explicala diferencia entre los modelos de tratamiento de la lepra en la sociedad medieval tarda, y

    23 Foucault, Michel. Historia de la locura en la poca Clsica, Vol. 1. Mexico: Fondo de Cultura Econmica, 1976.

    24 Ibid., p.119.

    25 En tiempos de crisis permitan sacar de las calles a los ociosos, evitando as revueltas sociales, mientras que en fases de bonanza ofrecan mano de obra barata con la que equilibrar la subida de los salarios.

    26 Ibid., p.112.

    27 Foucault, Seguridad, Territorio, Poblacin, p.39.

    28 Citado en Foucault, Seguridad, Territorio, Poblacin, p.103.

    29 Ibid., p.104. Vase tambin From object to field: Field conditions in architecture and urbanism, en Allen, Stan. Practice: architecture, technique + representation. Abingdon: Routledge, 2009, pp.216-243.

  • la peste en la sociedad moderna30. Con la lepra se produca la expulsin [del enfermo] hacia un mundo exterior ms all de las murallas de la ciudad, ms all de loslmites de la comunidad. La peste, por el contrario, establece una cuarentena que incluyeal apestado en su interior y convierte la ciudad en una retcula de filtros de anlisis cadavez ms finos. En esta retcula la celda no encierra sino que acta como marcador quebusca establecer, fijar, dar su lugar, asignar sitios, definir presencias, disponer enresumen.

    La retcula es el instrumento abstracto que organiza el campo y asegura su crecimientoordenado infinito, llegando a ocupar toda la extensin material de lo real y ajustando sugranularidad hasta coincidir con la individualidad31.

    2. La disposicin32 de esos cuerpos y cosas como instrumento tctico para ladeterminacin de trayectorias de produccin. En el modelo soberano la ley obliga, y lohace mediante la definicin de una espacialidad precisa fundada en lmites materiales; enel modelo biopoltico la ley se convierte en tctica que organiza disposiciones capaces decanalizar e intensificar la produccin33.

    La posicin relativa entre las partes que conforman una situacin X confiere alconjunto un potencial comn de actividad (o inaccin). La disposicin biopoltica buscagenerar organizaciones en las que dicho potencialoriginalmente no cuantificable niestable, y que existe independientemente de su transformacin, o no, en acto, vea surea de posibilidades reducida a un nico vector dirigido necesariamente hacia laresolucin productiva.

    30 Foucault, Michel. Los anormales: curso del Collge de France, 1974-1975. Madrid: Akal, 2001, pp.48-52.

    31 Ibid., p.51.

    32 Desarrollamos nuestro concepto de disposicin a partir del trabajo de la arquitecta Keller Easterling, especialmente en su pieza Disposition en Hauptmann, Deborah, y Warren Neidich, eds. Cognitive Architecture: From Bio-politics to Noo-politics; Architecture & Mind in the Age of Communication and Information. Vol. 6. 010 Publishers, 2010. Vase tambin: Jullien, Franois. La propensin de las cosas: para una historia de la eficacia en China. Barcelona: Anthropos, 2000.

    33 Foucault, Seguridad, Territorio, Poblacin, p.107.

  • * Ese punto oculto en que confluyen el modelo jurdico-institucional y

    el modelo biopoltico del poder.34

    Dirigimos ahora la mirada hacia la espacialidad que toma ese punto ciego resultante de lasuperposicin e hibridacin entre los modelos biopoltico y de la soberana jurdica: la liberacin dela capacidad productiva de los cuerpos supone la ruptura o entrecomillado35 del encierro, que,atomizado, es reconstituido en cada cuerpo individual, (dis)puesto a su vez sobre el campo deproduccin biopoltica36. La GRILLE ha transformado el ENCIERRO en grillete37 y ha convertido alindividuo en portador y guardin de la relacin de exclusin inclusiva.

    3 CUERPO INOPERANTE

    Mientras que el sistema de politizacin de la GRILLE canaliza la capacidad productiva del cuerpo, elcuerpo inoperante nos permite explorar un modo de existencia genrica de la potencia, que no seagota (como la accin individual o la colectiva, entendida como la suma de las acciones34 Agamben, Homo Sacer, p.15.

    35 Sobre el concepto de entrecomillado, vase La funcin poltica del entrecomillado en Valdecantos, Antonio. La excepcin permanente. O la construccin totalitaria del tiempo. Madrid : Daz & Pons, 2014, pp.21-33.

    36 Tal es la fuerza y, al mismo tiempo, la ntima contradiccin de la democracia moderna: sta no suprime la vida sagrada, sino que la fragmenta y disemina en cada cuerpo individual, haciendo de ella el objeto central del conflicto poltico. Agamben, Homo Sacer, p.158.

    37 Leemos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua que el grillete es un arco de hierro, casi semicircular, con dos agujeros, uno en cada extremo, por los cuales se pasa un perno que se afirma con una chaveta, y sirve para asegurar una cadena a la garganta del pie de un presidiario, a un punto de una embarcacin, etc., y el Diccionario Etimolgico de Joan Corominas, sobre el origen de esta voz, escribe: parece claro que proceden deuna comparacin del ruido que produce el preso, al avanzar penosamente cargado de grillos, con el sonido agudo, penetrante y como metlico del insecto.

  • individuales) en un transitus de potentia ad actum.38 A travs de un acto que es dejado ensuspenso, surge un concepto de potenciade poder, de posibilidadampliado, desde el que pensarotras formas de conocimiento e intervencin en el ruido blanco39 de la ciudad contempornea.Desde composiciones espaciales capaces de bloquear la canalizacin de la productividad oinoperativizar la ficcin legal que organiza la exclusin de la nuda vida.

    *Dispositions, as the unfolding relationship between potentials, resists

    science and codification in favor of art or practice.40

    El cuerpo inoperante explicita la necesidad de problematizar dos indicadores tcticos fundamentalespara el hacer arquitectnico en la ciudad contempornea, los problemas del instrumental y de laprctica (o intervencin). Qu instrumental necesitamos para poder reconocer y operar con esapotencia no resuelta, ese resto41? Esta dimensin de lo real que desborda la representacin, nosexige ir ms all de la mera extenuacin de lo visible a travs de ejercicios de agotamiento de la

    realidad. Debemos hacernos capaces de evocarforzar la percepcin de su presencia norepresentableese resto imbricado en el tejido de lo real, de forma que la prctica arquitectnica

    despliegue posibilidades, no se limite a la construccin de trayectorias.

    Para ello es necesario abandonar el rol de proyectista, director de escena, para (in)corporarse comoun agente ms en la polifnica composicin de espacialidades comunes. Un agente que se aleja de

    la arquitectura como cuerpo codificado de conocimientos, cada vez ms disciplina de ladelimitacin, para desarrollar una prctica dispositiva, de repertorios e instrumentos singulares, a

    partir del poder de los cuerpos: una prctica que no deje nunca de sorprenderse de lo que stos pueden42.

    38 Agamben, Homo Sacer, p.83.

    39 Sobre esta idea de ruido blanco territorial, vese: Jaln Oyarzun, Luca. The Throw of the Screw, en Plat, 4.0 (2014), pp.62-69.

    40 Easterling, Disposition, p.251.

    41 Esta idea del resto se la debo a Javier Garca Bentez, quien la expuso en relacin a su prctica cartogrfica en el II Encuentro Paisajes Filosficos Lo visible y lo invisible que tuvo lugar en la Escuela Tcnica Superior de Arquitectura de Madrid, el 11 de junio de 2013.

    42 De ah la fuerza de la pregunta de Spinoza: qu puede un cuerpo? De qu afectos es capaz? Los afectos son devenires: unas veces nos debilitan,en la medida en que disminuyen nuestra potencia de obrar y descomponen nuestras relaciones (tristeza), y otras nos hacen ms fuertes, en la medida en que aumenta nuestra potencia y nos hacen entrar en un individuo ms amplio o superior (alegra). Spinoza no cesa de asombrarse del cuerpo. No seasombra de tener un cuerpo, sino de lo que puede el cuerpo. En Deleuze, Gilles y Claire Parnet. Dilogos. Valencia: Pre-Textos, 1980, p.69-72.