cuentos para la vida "en busca de los colores perdidos"

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En busca de los colores perdidos

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Cuento con moraleja para niños y mayores

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En busca de los colores perdidos

En un mundo donde la oscuridad no produce miedo, solo sonrisas al contemplar las luces de Flpytown, los fuegos artificiales de las celebraciones de la cosecha de stinglan y las estrellas que arriba se observan, y conectan con otros planos. All, dnde acaba la tierra seca de Continao, comienza esta historia de lucha y superacin, de vida y aceptacin, hacia un horizonte nuevo y diferente.Sibi era un pequeo Monsi, una especie de duendecillo verde trepador de rboles. Una tarde en su poblado, cuando el gran sol naranja se despeda, todos festejaban alrededor de una fogata...como cada semana a esas horas- les encanta la fiesta a los Monsi-. Sibi no quera que el sol se marchase de su fiesta, quera seguir bailando con l, as que trepo de rbol en rbol siguiendo el recorrido del sol mientras marchaba. Pero el sol...acab, como cada da, por desaparecer en la lejana, tras las montaas de Olsai.

En ese momento Sibi se dio cuenta de cun lejos haba llegado Qu pensaran sus congneres? Un pequeo Monsi no puede marchar solo si no es con objeto de trastear con humanoides.La nocturnidad se ech encima y, sin nada que le alumbrase, pas la noche en la copa de un rbol frondoso. A la maana, hambriento, pues ya se haba perdido la comida de media noche y la de la salida del sol -hay que ver lo que comen estos Monsi- corri hacia una casa cercana que haba visto desde lo alto. Al no escuchar ni ver a nadie en su interior, se agach para colarse por una rendija de la puerta trasera que daba a un gran granero.

Y de pronto....giro y giro y giro sin saber bien qu pasaba y -plof!- aterriz al otro lado de una espiral negra. Estaba en una gran casa, pero ya no era aquel granero. Todo era muy grande...y gris.Entr en una habitacin de la que sala una leve luz azulada. Asustado, Sibi, empez a gitar pidiendo ayuda. Nunca haba visto algo semejante. Sin esperarlo la lluvia apareci y moj sus ropajes hechos de hojas de platanero y palmeras. Mir hacia arriba...pero no haba cielo. Solo un humanoide muy grande de cuyos ojos caa la lluvia que le haba empapado. Trep por unas telas para alcanzar a ver mejor. Sus ojos medio cerrados y su rostro reflejaban algo enternecedor que atraa la curiosidad de Sibi. Saba qu era la oscuridad...pero nunca haba visto un mundo tan falto de color y risa. Senta como la tristeza rodeaba aquella casa en la que haba aparecido, y tena miedo. Mir la faz del humanoide, que acababa de levantar la cabeza. Por su expresin pareca una nia, de unos diez aos.

-Hola, puedes verme?- dijo Sibi dirigindose a la nia.-ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh- la pequea chill al ver un ser verde que le hablaba.-Oh lo siento, no te asustes por favor, no pretenda, yo...-qu...? quin...eres? sabes hablar mi idioma? Dios, debo de estar soando.....-Oh nono, me llamo Sibi, creo que me he perdido, no s muy bien cmo he llegado hasta aqu...estabas llorando? por qu? En mi mundo no conocemos....cmo es que se llama?...tristeza? es esto que siento ahora mismo....como si no pudiese saltar de rbol en rbol?-em.....yo....de dnde vienes t?-De Flipytown...dnde estoy?

-De dnde??.....esto es Zaragoza...Si, estaba llorando, mi color favorito ha desaparecido y no logro encontrarlo...no recuerdo dnde lo dej.-ooooooooh no puede ser!! ahora entiendo porque este mundo es tan gris...os han robado los colores!! yo te ayudar a encontrarlos, mi mundo est lleno de tooodos los colores, tonos vivos, pastel, y todos ellos proceden del mismo sitio.....del lago multicolor que hay al otro lado del arcoiris....sabes dnde est el arcoiris?-el...ar...coiris.....-la nia comenz a sollozar nuevamente- hace mucho que no vemos el arcoiris....y no entiendo porqu.-mmmmmm a lo mejor simplemente no lo veis, vuestras lgrimas os impiden verlo pintemos tu mundo, vamos a salir a buscar el arcoiris corre!!

Y de un brinco se pos en el alfeizar de la ventana animando a la pequea a salir fuera. Sibi salt a un rbol que daba justo frente a la ventana y baj por su tronco derrapando, mientras rea.La nia, sorprendida y un tanto escptica se enjuag las lgrimas y, tras pensar unos segundos corri escaleras abajo al encuentro con el duende-Ehhh ehhh estoy aquiii-Pens que no podra verte, entonces eres un duende de verdad? como los de los cuentos?-Cuentos? Jajajaja Que curioso, a mi mi mama me cuenta cuentos sobre los humanos del planeta terrenal.-jajaja tierra, se dice tierra. Por cierto, me llamo Sagra. Por favor ayudame a encontrar mi color favorito, lo necesito para pintar un dibujo muy importante.

-Y cul es tu color favorito?-El rosa- exclam la nia con ferviente pasin- es el color del amor...y sin l no puedo pintar mi corazn.-Entonces buscaremos rosa, no te preocupes, solo tienes que desearlo con toooodas tus fuerzas. Las risas de los nios hacen crecer el verde mrame a mi!! jajajaja no paro de rer, por eso soy as :-D Para crear rosa necesitaremos muchos abrazos de amigos verdaderos, achuchones bien fuertes de tu familia y besosss muuchos besos.-Jo....pero...a mi me cuesta mucho dar besos, los mayores se han vuelto grises y fros y ya, se han olvidado de besar.-Pero eso no importa, debes ensearles t...lo importante nunca se olvida, creme.

Entonces Sagra se puso como loca a besar a todo aquel que se cruzaba por su camino, incluidos perros, gatos y plantas. Pero los adultos no comprendan a qu vena tanta emocin desatada. Lo extrao es que una clida sensacin se sembraba en su corazn y haca crecer brotes de amor.A la maana siguiente la vida haba cobrado un ligero color en tonos pastel, Sibi y Sagra sonrieron al ver lo que haban logrado con un solo pequeo gesto. -Es increble Sibi, mira all,- sealando por la ventana al jardn trasero de la casa- aquella flor es rosa!! voy a cogerla ahora mismo- dijo la pequea Sagra.-Nooo, no hagas eso, es un ser vivo, y su viveza es lo que da color a este mundo...ves ahora tu mundo empieza a ser divertido..pero....me gustara poder volver al mo...a mi casa- exclam el duendecillo con tono triste.

Sagra se levant de un salto de su cama y se puso a buscar como loca por toda su casa, como esperando encontrar una puerta hacia ese mundo. Entonces, al pasar por un espejo, fren en seco y qued perpleja ante la imagen que vio. Era ella adulta, hecha mujer, con sus largos cabellos azabache sobre sus hombros, su cuerpo torneado, unas mejillas sonrosadas y unos ojos que reflejaban la experiencia de los aos. Entonces, y solo entonces, se dio cuenta de que esa nia triste que lloraba al perder los colores era su pequea nia interior, pero por fuera era ya una mujer que luchaba por recobrar todas las esperanzas de este mundo a travs de la luz del sol, esa misma que nos permite ver los colores a los humanos.

Sibi se haba marchado, pero solo momentneamente, era el duende de la esperanza, ese que vive en un mundo fantstico ms all de nuestra mente, en nuestra imaginacin.Ahora poda comprenderlo todo con claridad. Saba que nunca estara sola, y que cuando la tristeza se apoderase de ella Sibi regresara dando un gran salto desde su rbol favorito para hacerla sonrer y poner color al mundo gris de los adultos.

FIN