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A yala A yala Cuadernos de ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 77 Enero-Marzo 2019 REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICA Y CIENCIAS HISTÓRICAS

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A y a l aA y a l aC u a d e r n o s d e

ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 77 Enero-Marzo 2019

REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICAY CIENCIAS HISTÓRICAS

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [2]

La Corporación que agrupa de forma oficiala los nobles españoles ha decidido en su últimaAsamblea Ordinaria, celebrada el pasado día 25de marzo de 2019, reconocer de forma oficial loque ya era realidad desde el año 1999 cuando seprodujo la segundareforma de sus esta-tutos(1), al incluir ensu denominación ofi-cial “y Títulos del Rei-no”.

Una decisióntomada por unanimi-dad que resarce loque lleva 20 añosproduciéndose, la pertenencia de los Títu-los del Reino, y quecon toda probabilidadhaya permitido que laDiputación sea posi-ble tal y como se co-noce hoy. Una corpo-ración que funciona, vive y sobrevive exclu-ivamente de la cuotas que pagan sus miembros,sin recibir subvención o dinero alguno público oprivado. Es decir, que si sólo pertenecieran a ellalos Grandes de España, me atrevo a decir que hu-biese desaparecido o, al menos, sería muy distintade lo que es en este 2019. Por eso, con la deci-sión de sumar al nombre de la Diputación “y Títu-los del Reino”, se hace justicia a la realidad y seresarce –como decía- a una parte importante delos que la componemos.

No fue el único cambio que se aprobó endicha Asamblea. También se decidió, en este casono por unanimidad, hubo una quincena de oposi-ciones, cambiar la imagen corporativa de la Dipu-tación. A partir de ahora se usará un emblema cir-

cular dentro del cualse encuentra una co-rona ducal sin cubrir–de uso tradicionalpor la Diputación- so-bre las letras DGET,y cerradas por otrocírculo en el que seencuentra el nombrecompleto de la Cor-poración.Una nueva imagen ala que alguno de losasistentes quiso a-portar modificacio-nes. Se propuso cambiar la corona ducalpor la del Reino de

España, o incorporar los colores de la BanderaNacional, o añadir alguna letra a las siglas, DGET,que se llevaban ante la Asamblea. Propuestas to-das ellas que el Señor Decano, el Duque de Fer-nández-Miranda, agradeció pero desestimó bajo laexplicación de que se ha realizado un trabajo devarios meses, con el concurso de expertos, hastallegar a la nueva imagen que se nos presentaba,por lo que insistió en proceder a la votación. Quizáhubiese sido bueno que se hubiera trasladado alos Grandes y Títulos una consulta anterior a la

DE RE NOBILIARIA

NUESTRA PORTADAUna lámina decimonónica germana (circa 1840), que quiere representar a un caballero gran

cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III (cuyo atuendo es muy fantasioso)y a un comendador de la Orden de Vasa sueca

(col. Ceballos-Escalera, Segovia)

TÍTULOS DEL REINOASAMBLEA DE LA EXCMA. DIPUTACIÓN YCONSEJO DE LA GRANDEZA DE ESPAÑA

por D. Pablo Mingote Fernández, Marqués de Daroca

El Excmo. Señor Duque de Fernández Mirandaactual Decano de la Diputación de la Grandeza de España

y Títulos del Reino

celebración de la Asamblea sobre la nueva ima-gen.

Pero volvamos sobre el cambio de nombre.Sirva, pues, esta modificación para alentar no só-lo la pertenencia de los que todavíano lo son a la Diputación Perma-nente y Consejo de la Grandeza yTítulos del Reino de España, algomuy necesario para la defensa denuestros intereses –sorprende deveras que habiendo tres mil Títulosreconocidos en España tan pocospertenezcamos a la Diputación-, si-no también para lograr fomentar elsentimiento de pertenencia a la No-bleza, algo más necesario todavía.

¿Qué sentido tiene el ser ti-tulado si luego no lo usamos? Másaún, si a quien posee tal honor leavergüenza su Título y lo oculta. Nose trata de ir presumiendo, de arro-járselo a la cara a los demás, perosí de estar orgulloso de lo que se esy de lo que se representa. No so-mos ya una clase de privilegio, ha-ce muchos años que la naturalezade la Nobleza cambió –recomiendo vi-vamente el magnífico artículo del Dr.Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila,Vizconde de Ayala, sobre qué es yqué no la Nobleza en el siglo XXI(2)-,y es por ello que nada hay que re-prochar ante la innegable igualdadjurídica con el resto de ciudadanos.Tampoco hay nada que deba ocultarseo ser motivo de incomodidad.

Claro está que corresponde a cada unola potestad de usar o no su Título, de darle la rele-vancia que crea conveniente, pero pienso que fla-co favor hace a sus antepasados y a la historia deEspaña el que decide ocultarlo. Uno de los puntosen los que más se incidió en la Asamblea del pa-sado 25 de marzo fue, precisamente, en la faltasentido de pertenencia que hay en la Nobleza, enla poca relación que hay entre muchos de noso-tros y en lo conveniente que sería fomentarla.

No voy ahora aquí a entrar en las formasen las que se podría fomentar esas relaciones,ese sentimiento de pertenencia, que van desde laeducación familiar a eventos o actos sociales, todoello daría para un artículo aparte. Sí diré que haymuchos otros grupos sociales que se conocen y

se reconocen, y eso les lleva a actuar de una for-ma cohesionada en beneficio propio que no enperjuicio de los demás. Es algo que cada día ve-mos en todos los ámbitos de la sociedad, con

comportamientos que llevan a laformación de asociaciones, socie-dades, organizaciones, lobbies… Yno es que nos falten en la Noblezaalgunas de ellas, es que hemos de-cidido no formar parte de ellas odarles la espalda.

Todos nosotros deberíamosreflexionar acerca del por qué seproduce este fenómeno de falta deinterés, de sentimiento de perte-nencia y hasta de negación en al-gunas ocasiones. Debemos hacerloa título individual pero también co-mo colectivo. Y en ese camino de-ben entrar las corporaciones nobi-liarias en general y la DiputaciónPermanente y Consejo de la Gran-deza y Títulos del Reino de Españaen particular. Bien está el detectarun problema, pero mejor está aúnel buscar soluciones al mismo, no

basta con enunciarlo. Tampoco se puede obviar que la No-bleza no es sólo cosa de Grandes yTítulos, también la componen los notitulados, a los que no debemos darla espalda pese a que la legislaciónhaya decidido no dar cabida. Tam-

bién en la última Asamblea Ordinariade la Diputación, en el apartado de

ruegos y preguntas, se trató brevementeel asunto de incluir a los no titulados en la

Corporación, a lo que el Señor Decano recordóque ya tienen cabida en la Fundación de la Noble-za, si bien reconoció que poca publicidad recibeesta circunstancia. Esperemos que sea uno de losaspectos en los que se trabaje a partir de ahora, elincorporar a los no titulados, que sospecho mu-chos de ellos desconocen la posibilidad de incor-porarse a la Diputación.

N O T A S1) Boletín Oficial del Estado de 8 de junio de1999, véase en https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1999-213602) Cuadernos de Ayala, véase en http://cuader-nosdeayala.es/wp-content/uploads/2017/11/Noble-za-espa%C3%B1ola-del-siglo-XXI.pdf

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [3]

Medalla de los miembro de laDiputación de la Grandeza

Abajo, el nuevo logotipopropuesto

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [4]

El 24 de diciembre último, como es ya una feliz costumbre, S.M. el Rey Don Felipe VI dirigió a laNación su tradicional alocución navideña. Es sabido que el escenario elegido para tales ocasionesse cuida mucho, este año desde el Palacio de la Zarzuela, y que nada se deja a la casualidad. Puesbien, tras de la Real Persona, y bajo una fotografía en la que aparece S.A.R. la Princesa de Astu-rias, se ubicaron estratégicamente tres libros de gran formato. Dos de ellos, los dedicados a la In-signe Orden del Toisón de Oro, y a la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, son reco-nocidas obras del Vizconde de Ayala, Cronista de Castilla y León y Director de los Cuadernos deAyala. Una vez más, de manera sutil, Su Majestad el Rey evidencia Su Real aprecio por aquellos

ciudadanos que, con lealtad y esfuerzo, le rinden buenos servicios a la Corona y a España.

(+34) 670 826 300 - [email protected]

J o s é M i g u e lP e c o s

Antiguo Maestro Mayor

de

Cejalvo

NO ESTÁ DE MÁS RECORDARLODr. D. Rafael Feria y Pérez, C. de la Real Academia de la Historia

DE GRATIA REGIA

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [5]

IntroducciónEl territorio que ocupa actualmente Vene-

zuela, estuvo bajo el gobierno de la Corona espa-ñola durante más de trescientos años (1498-1811).En ese período de tiempo fue-ron concedidas diversas mer-cedes nobiliarias(1) a súbditosque, por uno u otro motivo, seencontraban en esa Provinciadel vasto Imperio donde nuncase ponía el sol.

El objetivo de este estu-dio es elencar los títulos deCastilla vinculados a ese terri-torio proponiendo algunos crite-rios para la clasificación de di-chas mercedes -que llama-remos, aunque sea impropio, tí-tulos de Venezuela-, atribuyen-do a cada uno la motivaciónpor la cual fue considerada tal.

La necesidad de unaclasificación radica en el hechoque muchos fueron los títulosque transitaron por la Provincia,mas no todos pueden conside-rarse de Venezuela(2). Resultaevidente la contradicción enquerer definir estos títulos deVenezuela, dada la unicidad dela Corona; el fin último es laclara identificación de este as-pecto que, a partir de la inde-pendencia del país, se ha que-rido siempre soslayar, des-cuidando su relevancia desdeel punto de vista social, económico, político, military cultural durante el período hispánico y su signifi-cado como herencia histórica.Grandes Cacaos

La próspera economía de la Provincia, quedurante los siglos XVII y XVIII estuvo basada princi-palmente en el cultivo y la exportación del cacao,de calidad muy preciada, constituyó la mayor fuente

de riqueza para algunos notables, lo que permitió laadquisición de títulos de Castilla. Este origen agrí-cola generó la expresión popular Grandes Cacaos -aún hoy muy usada- para referirse a estos potenta-

dos, venezolanismo históricogenerado de esta situación so-cioeconómica: Fue tal el presti-gio y la riqueza acumulada porlos hacendados del cacao quela sociedad colonial les otorgónombres según la cantidad deárboles que poseían. Quienestenían 10.000 árboles eran lla-mados “Don”, y quienes poseí-an 50.000 o más, “Grandes Ca-caos”, como signo de riqueza yprosperidad(3). Estos hacenda-dos a fuer de cacao han puestocoronas en sus cuarteles(4), co-mo expresó magistralmenteFrancisco Herrera Luque(5) ensu obra Los Amos del Valle(6).Cabe remarcar que aquellosamos eran descendientes defamilias hidalgas pasadas aAmérica que, con el productode tantas fanegas, coronaronsus blasones.Propuesta de criterios para ladefinición de “título de Vene-zuela”

El intento de clasificaciónbusca identificar aquellas carac-terísticas que hacen de determi-nados títulos de Castilla, merce-des vinculadas de manera

estrecha con la Provincia de Venezuela, luego Ca-pitanía General a partir de 1777. Se hará referenciaal derecho nobiliario vigente en el momento de laconcesión, en modo particular a la relación entre ladenominación del título y una posesión territorial delmismo nombre, según el antiguo derecho feudal; setratarán de definir los parámetros para considerar lacondición de habitante permanente de esa Provin-cia y por último, las acciones de guerra relaciona-

TÍTULOS DE CASTILLAVINCULADOS CON VENEZUELA

por D. Miguel Rodríguez del Toro Ramírez, D. Luis Gonzalo Clavier Manrique de Lara

y Prof. Dott. Fabio Cassani Pironti, Conde de Giraldeli

DE RE NOBILIARIA

Don Juan Mijares de Solórzano y TovarMarqués de Mijares

(por José Lorenzo Zurita)

general de Venezuela, maestre de campo, capitánde caballos corazas, caballero de Alcántara.

Criterio: Ascendencia y descendencia en Ve-nezuela [El primer marqués era hijo de don Fran-cisco Mijares de Solórzano y Díaz de Rojas (1610-1668) y de doña Catalina Hurtado de Monasterio y

Mendoza (1617-1669), casadosen la catedral de Caracas el 9-IX-1643, ambas familias asentadasen Venezuela. Casó en la cate-dral de Caracas el 2-XI-1670 condoña Teresa Tovar Báñez y Pa-checo de Maldonado (1656-1713); del II al V marqués nacie-ron y vivieron en Venezuela].Marqués del Valle de Santiago,concedido en 22-X-1703, con elvizcondado previo de Berroterán,a don Francisco Aranaz de Berro-tarán y Gainza, de Otazu y Ariz-mandi (1657-1713), maestre decampo, dos veces gobernador ycapitán general de Venezuela[1693-1699; 1705-1706], caballe-ro de Santiago.

Criterio: Toponimia [la capitalde Venezuela se encuentra situa-da en un valle y fue fundada conel nombre de Santiago de Leónde Caracas]. Descendencia enVenezuela [Se casó en la catedralde Caracas el 23-XII-1700, condoña Luisa Catalina de Tovar y

Mijares de Solórzano (1667-1720); del II al VI mar-qués nacieron y vivieron en Venezuela].Marqués de Torre Casa, concedido en 29-I-1722,con el vizcondado previo del Palomar, a don AndrésManuel Ortiz de Urbina y Landaeta, Márquez deCañizares y Farfán de los Godos (1669-1723), ma-estre de campo, tesorero real y regidor de Coro, ca-ballero de Santiago.

Criterio: Descendencia en Venezuela [Casócon doña Isabel Manuela Josefa Hurtado de Men-doza y Rojas Manrique (1680-1716); del II al IVmarqués nacieron y vivieron en Venezuela].Conde de San Javier, concedido en 29-II-1732,con el vizcondado previo de Santa Rosalía, al sar-gento mayor don Antonio Pacheco y Tovar (1694-1742), maestre de campo de las milicias de Cara-cas, vecino de Santiago de León de Caracas.

Criterio: Ascendencia y descendencia en Ve-nezuela [Casó en la catedral de Caracas el 17-IX-

das con el territorio. La verificación de uno solo deestos criterios será suficiente, a nuestro juicio, paraconsiderar dicha dignidad como título de Venezue-la.

Los títulos concedidos fueron de conde y demarqués, con vizcondados previos; nunca se con-cedieron allá ni ducados ni baro-nías, porque éstas no existían enlos reinos de Castilla. Toponimia

La denominación del títu-lo, en varios casos, hace refere-rencia o evoca la tierra poseídapor el primer concesionario.Descendencia o ascendenciaen Venezuela

El segundo criterio es queel primer concesionario, residenteen la Provincia, dejase una des-cendencia en Venezuela que par-ticipase en la vida social, cultural,militar o política de manera desta-cada.

Igualmente, si el primerconcesionario tenía ascendenciaasentada en Venezuela desde va-rias generaciones.Acciones de guerra

Siguiendo la tradición delas mercedes nobiliarias, los mili-tares eran agraciados con un títu-lo como recompensa por sus servicios a la Corona.Este tercer criterio permite integrar en la clasifica-ción los títulos concedidos en recompensa a gestasvinculadas con la Provincia de Venezuela.

Elenco de títulos(7) con uno, o más de uno,de los criterios expuestos. Se enumeran cronológi-camente:Marqués de Bariñas, concedido en 30-XI-1686,con el vizcondado previo de Guana-Guanare, a donGabriel Fernández de Villalobos y de la Plaza, Plie-go e Hidalgo (1642-1702), contador mayor de Cara-cas y Maracaibo, caballero de Santiago.

Criterio: Toponimia [Se refiere a Barinas, ciu-dad del mismo nombre, que fue la denominaciónoriginal. Igualmente, el vizcondado previo hace refe-rencia a la ciudad de Guanare, fundada con el nom-bre de Espíritu Santo del Valle de Guanaguanare].Marqués de Mijares, concedido en 19-VIII-1691,con el vizcondado previo de Mijares, a don Juan Mi-jares de Solórzano y Hurtado de Monasterio, Díazde Rojas y Mendoza (1652-1704), teniente capitán

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Doña Teresa Mijares de SolórzanoCondesa de San Javier

de concesión]. Toponimia [en el vizcondado previo,por el lugar del Cerro del Pinar].Conde de Tobar (Tovar), concedido en 4-VII-1771,con el vizcondado previo de Altagracia, a don Mar-tín Antonio de Tovar y Blanco, Galindo y Martínez(1726-1811), procurador general, capitán de las mi-

licias provinciales y alcalde deSantiago de León de Caracas.

Criterio: Ascendencia y des-cendencia en Venezuela [Los To-bar/Tovar eran una familia asen-tada en Venezuela desde muchosaños. Casó en la catedral de Ca-racas el 26-VI-1758 con doñaMaría Manuela Ponte y Mijaresde Solórzano (1737-1814); tam-bién hay mucha otra descenden-cia en Venezuela].Marqués de Perijáa, concedidoen 28-X-1776, a don José Garcíade la Peña (1747-d), sargentomayor del Regimiento de Caballe-ría de España.

Criterio: Toponimia [Original-mente Perijá, como el nombre dela Villa de Perijá, hoy Villa del Ro-sario, en el Municio Rosario dePerijá, del Estado Zulia, villa fun-dada por don Juan Chourio, sue-gro de don José García de la Pe-ña].

Marqués del Socorro, concedido en 25-VII-1784,con el vizcondado previo del Feliz Ardid, a don JoséFrancisco Solano y Bote (1726-1806), capitán ge-neral de la Real Armada, vocal del Consejo de Es-tado y del Consejo Supremo de Guerra, Gentilhom-bre de S.M. con ejercicio, gobernador y capitángeneral de Venezuela (1763-1771), caballero deSantiago, de Carlos III y de Malta.

Criterio: Acciones de guerra [...que fue vues-tro mando en la guerra de tanto acierto, que no soloimpedisteis al enemigo de hacer aquella conquis-ta...].Marqués de Riveras del Boconó y del Masparro,concedido en 17-XII-1787, con el vizcondado pre-vio de Pumar, a don José Ignacio del Pumar y Tras-puesto, Fernández de la Riva y Bragado (1738-1814), vecino de Barinas, caballero de Carlos III.

Criterio: Toponimia [hace referencia al ríoBoconó, que atraviesa la homónima ciudad del Es-tado Trujillo y al río Masparro, en el Estado Bari-nas]. Ascendencia y descendencia en Venezuela[Casó con doña Micaela Callejo; su hijo don Ignacio

1714, con su prima doña María Teresa Mijares deSolórzano y Tovar (1682-1742), hija del I Marquésde Mijares; el II conde nació y vivió en Venezuela,también hay mucha otra descendencia en Venezue-la].Marqués de Toro, concedido en 26-IX-1732, con elvizcondado previo de San Bernar-do, al Capitán don Juan BernardoRodríguez del Toro(8), Martínez yHeredia (1675-1742), vecino deSantiago de León de Caracas.

Criterio: Descendencia enVenezuela [Casó en la catedral deCaracas el 30-V-1712 con doñaPaula Graciosa de Istúriz y Ez-quier de la Guerra, Aspeitia ySantiago (1693-d), vecina de Ca-racas; del II al IV marqués nacie-ron y vivieron en Venezuela, tam-bién hay mucha otra descen-dencia en Venezuela(9)]. Toponi-mia [en el vizcondado previo, porla Hacienda de San Bernardo,ubicada en los valles del Tuy].Marqués de Uztáriz, concedidoen 14-V-1739, a don CasimiroManuel José de Ustáriz y Azuara,Hermiaga y Gandía (1699-1751),teniente general de los RealesEjércitos, consejero de Estado,académico de número (silla E) dela Real Academia Española, ca-ballero de Santiago.

Criterio: Descendencia en Venezuela [Casócon doña Luisa Romero. Le sucedió el hijo de suhermano Luis Jerónimo de Uztáriz y Azuara, casa-do en la catedral de Caracas el 8-IX-1734 con doñaMelchora María de Tovar y Mijares de Solórzano:Jerónimo Enrique de Uztáriz y Tovar (1735-1809), IImarqués de Uztáriz, quien fue tutor y protector deSimón Bolívar. También hay mucha otra descenden-cia en Venezuela].Conde de Torre Alta, concedido en 27-VIII-1744,con el vizcondado previo del Cerro del Pinar, a donGabriel José de Zuloaga y Moyúa (1683-1764), te-niente general de los Reales Ejércitos, gobernadory comandante general de la Provincia de Venezuela(1736-1747), consejero del Consejo de Guerra.

Criterio: Acciones de guerra [El título de con-de de Torre Alta le fue concedido libre del pago delanzas y medias annatas, en recompensa a los mé-ritos contraídos en la defensa de La Guaira y Puer-to Cabello (1741-1743), según consta en el decreto

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Don Feliciano Palacios y Sojo

del Pumar y Callejo (1780-1838) se casó en Valen-cia, el 22-V-1814, con doña María Belén de Landa-eta y Romero (1790-1836), descendiente de fami-lias asentadas en Venezuela desde muchos años].Conde de los Villares, concedido en 23-VII-1792,con el vizcondado previo de San Medel, a Don Mar-tín de Avendaño de la Lama Cáceres y Vargas(1745-1801), maestrante de Gra-nada, que pasó a Indias, avecin-dándose en la jurisdicción de la vi-lla de Guacara, en San Joaquínde Mariara, en Nueva Valencia delRey.

Criterio: Ascendencia enVenezuela del III Conde [don Pe-dro Rodríguez del Toro y Alaiza(1800-1834), hijo de don PedroPablo Rodríguez del Toro e Ibarra(1762-1827), caballero de Santia-go y de su primera mujer doñaMaría del Pilar Alaiza y Quijada,ganó pleito para la sucesión(10)].Conde de la Granja, sucedido en14-IV-1793 por don Fernando Ig-nacio de Ascanio y Hurtado deMonasterios, (1754-1814), alcaldede Caracas, caballero de CarlosIII.

Criterio: Ascendencia enVenezuela [hijo de don Juan Ignacio de Ascanio yOviedo y doña María Josefa de Monasterios y Ovie-do, casados en la catedral de Caracas el 29-IX-1753, ambos naturales de Caracas y descendien-tes de la Casa de Oviedo, para la cual fue creado elprimitivo título de Conde de la Granja en 20-II-1690].Marqués de Casa León, concedido en 1-XI-1809,a don Antonio Vicente Fernández de León y Gonzá-lez de Ibarra (1750-1826), intendente de Ejército yReal Hacienda en Caracas, diputado a Cortes porCaracas.

Criterio: Ascendencia y descendencia enVenezuela [Casó en la catedral de Caracas el 10-VIII-1785, con doña Josefina Antonia Carreras yMagdaleno; su hija, doña Josefa María Fernándezde León y Carreras, casó en Caracas, Santa Tere-sa, el 9-V-1818, con don José María de Monserratee Ibarra, descendiente de los marqueses de TorreCasa. Su hijo, don José María de Monserrate y Le-ón, fue el II Marqués de Casa León].Conde de Torre Pando, con inicial carácter vitalicioen 1819, luego ampliado en 20-II-1830/11-VI-1836,concedido a don Miguel Luciano de la Torre y Pan-

do (1786-1843), teniente general de los RealesEjércitos, capitán general de Venezuela y sucesiva-mente de Puerto Rico, gentilhombre de Cámara deS.M., prócer del Reino, caballero de Santiago, gran-des cruces de Isabel la Católica, San Fernando,San Hermenegildo y Carlos III.

Criterio: Ascendencia en Venezuela de lossucesores [Se casó en la catedralde Caracas el 24-VII-1819, condoña María de la Concepción deVegas y Rodríguez del Toro, des-cendiente de los marqueses delToro].

Al margen de estos criterios,elencamos otras mercedes nobi-liarias cuyos titulares residieronen Venezuela por un periodo limi-tado de tiempo -muchos de ellosmilitares o funcionarios regios- yque no dejaron descendencia, obien vinculados a posterior des-cendencia(11).Marqués de Casal de los Grie-gos, concedido en 27-II-1627, adon Pedro Ximénez de Enciso yZúñiga, hermano del dramaturgodon Diego. Su nieto, don DiegoXiménez de Enciso y Gonzálezde Herrera (1657-1706), fue go-

bernador y capitán general de la provincia de Vene-zuela (1688-1692), maestre de campo, consejerode Indias en 1704, caballero de Santiago.Marqués de Marianela, concedido en 1643, a donJuan de Meneses y Padilla (s. XVI-post. 1643), go-bernador y capitán general de la provincia de Vene-zuela (1624-1630), gentilhombre del archiduque Al-berto y del Consejo de Guerra de los Estados deFlandes, caballero de Santiago. Casó con doña Ma-ría del Águila Pacheco Maldonado, vecina de Truji-llo, con quien tuvo a don Lorenzo de Meneses y Pa-checo, nacido en Caracas el 19-VIII-1631, casadoen la catedral de Caracas el 18-IV-1659 con doñaCatalina Mejía de Ávila del Castillo, sin sucesión.[Marianela, en el señorío, jurisdicción y vasallaje dela villa de Rielves, Toledo].Conde de Gerena [Xerena], concedido en 10-X-1650, con el vizcondado previo de Ursúa, a don Pe-dro de Ursúa y Arismendi, Larragoyen y Mearín, Ba-rón de Orticeres [Oticoren] (1588-1657), almirantegeneral de la Guardia y Carrera de Indias, generalde la Flota de la Nueva España, del Consejo Su-premo de Guerra, caballero de Santiago. [Gerena:villa con ayuntamiento en la Provincia, partido judu-cial, audiencia territorial y capitanía general de Sevi-

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Doña Brígida de IbarraMarquesa del Toro

lla, al norte de la provincia, cerca de la sierra de An-dévalo].Conde de Dabois y Vizconde de Booyo, concedi-dos en 1653, a don Pedro de Porres y Toledo Voz-mediano, gobernador y capitán general de la Pro-vincia de Venezuela (1658-1664), señor de las villasde Villanueva, la Torre y Temeroso, gentilhombre dela Copa del Rey, caballero deSantiago.Marqués de Villalta, concedidoen 13-V-1668, a don Gonzalo deHerrera y Tapia, de la Torre Ló-pez y Cepeda (1598-?), naturalde la villa de Villalba del Alcor,Sevilla, maestre de campo de In-fantería, gobernador de la Pro-vincia de Cartagena, caballerode Calatrava.Marqués de Preux, concedidoen 2-VIII-1680, a don CarlosAdrián de Sucre e Inés (1641-1712), capitán de Reales Guar-dias Walonas de Infantería, sar-gento general de batalla, gober-nador de las Montañas de Cata-luña, general de artillería, por finteniente general de los Ejércitos,gobernador y capitán general deCartagena de Indias, del Conse-jo Supremo de Guerra, antepasado del general An-tonio José de Sucre y Alcalá (1795-1830), gran ma-riscal de Ayacucho, prócer de la independencia.Marqués de Santa Cruz de Rivadulla, concedidoen 8-III-1683, con el vizcondado previo de San Ju-lián de Piñeiro, a don Andrés Ibáñez de Mondragóny Ozores de Sotomayor, Eremuzqueta y Lamas(1645-1709), regidor perpetuo de Santiago de Com-postela, caballero de Santiago. El IV marqués, donJuan Ignacio Armada Mondragón y Caamaño(1757-1824), fue gobernador de la provincia de Ma-racaibo (1792-1802), comendador de Isabel la Ca-tólica, gran cruz de San Hermenegildo.Marqués de la Villa de San Andrés y Vizcondede Buen Paso, concedidos en 10-II-1708, a donGaspar del Hoyo y Solórzano, Alzola y Fonte (1652-1722), capitán de caballos corazas, maestre decampo de los Tercios de Milicias Canarias, gober-nador de la provincia de Cumaná, antes Nueva An-dalucía (1688-1696), caballero de Calatrava.Marqués de San Felipe y Santiago, concedido en11-X-1757, con el vizcondado previo de San Jeróni-mo, a don Juan José Nuñez del Castillo y Pérez delos Reyes, Piñero y Castellanos (1704-1758), casa-do con doña Antonia Feliciana de Sucre y Trelles,

teniente coronel de infantería, adelantado y justiciamayor de Bejúcal (Cuba), gobernador interino de laprovincia de Cumaná (1736-1737).Marqués de Monte Olivar, concedido en 7-IV-1762, con el vizcondado previo del Charco del Novi-llo, a don Félix Bernardo Espinosa de los MonterosAliaga y de la Peña (1720-1778), teniente coronel

de los Reales Ejércitos, capitándel Regimiento de Intantería deCórdoba, caballero de Santiago,quien se destacó en la defensadel puerto de Cumaná en unasedio inglés el 1-X-1741 mien-tras su padre, don Gregorio Es-pinosa de los Monteros Aliaga(c.1685-c.1752), era gobernadorde Nueva Andalucía (1740-1745).Conde de Roncali, 1767, donJuan Miguel de Roncali y Deste-fanis (1729-1794), brigadier e in-geniero director de los RealesEjércitos, en 1765 fue nombradoingeniero comandante de Cara-cas y su provincia.Marqués del Buen Suceso,concedido en 14-III-1783, a donBartolomé Francisco Hernán-dez-Naranjo y Nieto, Gutiérrez

del Castillo (1712-1783), capitán de una de lascompañías exploradoras isleñas de Caracas.Marqués de la Puerta y Conde de Cartagena,concedidos en 3-XI-1819, a don Pablo Morillo y Mo-rillo (1775-1837), teniente general de los RealesEjércitos, general en jefe del Ejército expedicionariode Costa Firme, reconquistador de isla Margarita,Venezuela y Cartagena de Indias, grandes crucesde Carlos III, San Fernando, Isabel la Católica, SanHermenegildo y otras.El marquesado de San Luis

No podemos cerrar la lista de títulos de Ve-nezuela sin hacer referencia a un título que, si biennunca llegó a ser concedido, su primer titular no hu-biera sido otro que don Juan de Bolívar y Villegas,abuelo de Simón Bolívar y Palacios, el Libertador.

Don Juan había pagado al monasterio deMontserrat, de Madrid, la suma de veintidós mil du-cados para adquirir un título de Castilla, que el Reyhabía concedido a los monjes benedictinos paraatender al mantenimiento de su convento. Este títu-lo sería el de Marqués de San Luis, con el vizcon-dado previo de Cocorote. En 1792, don EstebanPalacios, también padrino de confirmación de Si-

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Don Sebastián Rodríguez del ToroI Marqués del Toro

món Bolívar, viaja a Madrid con el encargo de ges-tionar la confirmación de ese título para don JuanVicente Bolívar y Palacios, hermano mayor del Li-bertador, y para el pequeño Simón, el de Conde deCasa Palacios.Sin embargo, lasgestiones se re-trasaron y losdespachos co-rrespondientesnunca se expi-dieron.

N O T A S1) María del MarFELICES DE LAFUENTE, La nue-va nobleza titula-da de España yAmérica en el si-glo XVIII (1701-1746). Entre elmérito y la venali-dad (Almería, E-ditorial Universi-dad de Almería, 2012).2) Como les denomina en su sitio web la DiputaciónPermanente y Consejo de la Grandeza de España:https:// www.diputaciondelagrandeza.es/3) «El cacao en la historia económica de Venezuela».Archivado desde el original el 17 de marzo de 2019.https:/ / web.archive.org/web/20150716010004/http://chocolateslamucuy.com/el-cacao-en-la-historia-econo-mica-de-venezuela/4) Francisco HERRERA LUQUE, Los Amos del Valle(Caracas 1979): Berroterán y Mijares a fuer de cacaohan puesto coronas en sus cuarteles. ¡Marqués delValle de Santiago! Pero cien veces más hermoso es elde Conde de la Ensenada que me otorgará el Rey porproezas viejas y por cien mil reales.5) Francisco HERRERA LUQUE, Los Amos del Valle,op. cit. Novela que describe, con una mezcla de perso-najes ficticios y reales, la historia de Venezuela desdela época de la conquista del Valle de Caracas hasta elbautizo en la Catedral de Simón Bolívar. El título hacereferencia a las veinte familias mantuanas que regíanlos destinos de la ciudad desde el siglo XVII, llegandoa conformar una especie de nobleza criolla.6) Francisco. HERRERA LUQUE, Los Amos del Valle,op. cit.: …Veinte somos los Amos del Valle: Blanco,Palacios, Bolívar y Herrera… -va musitando en su sillade mano de cuatro esclavos, damasco y seda- …Ged-ler, de la Madriz, Toro, Tovar y Lovera… Plaza y Vegasllegaron tarde; al igual que Ribas y Aristeguieta. Cienaños es poco o nada para las glorias del Valle. Cara-cas es Covadonga, Esparta, Isla de Francia, Alba Lon-ga … Matriz de sangre y de pueblo que en el filo de su

espada hicieron mis siete abuelos….7) Mario A. CAPRILES, Coronas de Castilla enVenezuela (Caracas, 1967). Este texto fue el origen

del presentetrabajo, bosquejode un Elenco demercedes deVenezuela.8) El apellido, enVenezuela, ha si-do siempre escri-to como Rodrí-guez del Toro, yel título comoMarqués del To-ro. Inés QUINTERO, El últ imomarqués: Fran-cisco Rodríguezdel Toro 1761-1851 (EditorialAlfa, 2017).9) Miguel TORORAMÍREZ, Gene-alogía de la Casa

de los Marque-ses del Toro (Ca- racas 1979).10) Alfonso de CEBALLOS-ESCALERA, Manuel MªRODRÍGUEZ DE MARIBONA y Rafael PORTELL,Setenta títulos del Reino de Segovia (en prensa),págs. 626-633. Don Pedro Pablo Rodríguez del Toro eIbarra, segundo hermano del IV Marqués del Toro, secasó dos veces: la primera, el 27-V-1796, con doñaMaría del Pilar de Alayza y Quijada, quien falleció muyjoven; y por segunda vez, viudo con hijos, con doñaMaría Josefa de Avendaño Cáceres y Vargas, IICondesa de los Villares, que a su vez era viuda, sinhijos, de don Pedro de Contreras Guillamas y de laRiva. El título de Conde de los Villares lo heredó elhijo primogénito del primer matrimonio de don PedroPablo, de nombre también Pedro. Como dato curioso,para este segundo hijo, don Pedro Pablo Rodríguezdel Toro e Ibarra, su padre, don Sebastián, el IIIMarqués de Toro, solicitó en 1786 la concesión de untítulo: Conde de la Real Casa, con el vizcondado delToro. De haberse terminado la tramitación, que yahabía sido aprobada por la Cámara de S.M., la familiaRodríguez del Toro hubiese sido la única casa en laProvincia en poseer dos titulos nobiliarios. DonSebastián falleció meses antes de la culminación delproceso y sus sucesores no terminaron la tramitacióncon la Corona. A esta solicitud, según otros autores[Nieto y Cortadellas], iba también aparejada laconcesión de la Grandeza de España para el Marquésde Toro.11) Fabio CASSANI PIRONTI, “I Titoli Nobiliari“Venezuelani” concessi dal Re di Spagna”,en Nobiltà -Rivista di Araldica, Genealogia, Ordini Cavallereschi,21 (noviembre-diciembre 1997).

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La Quinta de Anauco, en las inmediaciones de Caracas,fue la residencia del IV Marqués del Toro

ministro Mon), por el cual se creó el nuevo Impues-to Especial sobre Grandezas y Títulos, vigente du-rante el resto de la centuria, con algunas modifica-ciones datadas en 1872 y 1892. Pero sería la Leyde 5 de diciembre de 1899 (del ministro Villaverde),y su Instrucción Provisional de la misma fecha, la

que vino a sentar lasbases de un sistemaimpositivo que duraríahasta nuestros días,al crear el ImpuestoEspecial sobre Gran-dezas, Títulos, Hono-res y Condecoracio-nes. Sus tarifasfueron actua- lizadasmediante normas su-cesivas, cuales la leyde 29 de abril de1920, la ley regulado-ra de 2 de septiembrede 1922, la ley de 31de mayo de 1948 y eldecreto de 4 de juniosiguiente, la orden de

17 de marzo de 1950, la ley de 22 de diciembre de1960, la ley de 1º de julio de 1967, la ley de 21 dejunio de 1980, la ley de 27 de diciembre de 1987 oel real decreto-ley de 29 de diciembre de 1989, et-cétera).

En el periodo transcurrido desde 1846, lasvicisitudes del sistema impositivo atinente a la No-bleza han sido muchas, aunque en esencia el mo-delo apenas varió en lo sustancial. Naturalmente,en tan largo devenir fiscal, hubo siempre la naturaltensión entre el Estado -siempre voraz recaudadorde tributos-, y los nobles –poco partidarios de pagarimpuestos-.

Uno de los episodios más interesantes paraeste cronista curioso fue el ocurrido en 1922, cuan-do el político conservador malagueño don Francis-co Bergamín Garcia (Campillos, 1854-1937), enton-ces ministro de Hacienda en el Gobierno presididopor don Eduardo Dato, quiso llevar adelante una

La creencia popular en el supuesto de quelos nobles españoles no pagaban impuestos, no escierta. Sí lo es que, desde la Edad Media, los no-bles castellanos no pagaban ciertos impuestos, enparticular los pechos (lo que hoy vendría a ser elimpuesto sobre los bienes inmuebles); pero el restode cargas fiscales síque estaban obliga-dos a pagarlo. Aúnmás: los Grandes ylos señores de Títulodebían satisfacer a laCorona otros impues-tos, bien pesados, porcierto, cual el llamadode lanzas.

Todo esto vi-no a cambiar con eladvenimiento del régi-men constitucional, apartir de 1833. La No-bleza española sufrióentonces grandes mutaciones, las principa-les de ellas que dejóde ser el estamento dirigente, que perdió sus dere-chos políticos –los señoríos-, y que dejó de ser pri-vilegiado: las leyes liberales equipararon a todos losciudadanos por igual, al menos en su tenor literal. Ydesde entonces la Nobleza hispana, cuyo único pri-vilegio real remanente fue el del mero ius nomen,quedó reducida a los Grandes de España, los Títu-los del Reino, y a los integrantes de las cuatro Ór-denes Militares, el Real Cuerpo de la Nobleza deMadrid y las cinco Reales Maestranzas de Caballe-ría. Este estado de cosas llegó hasta la aciaga pri-mavera 1931, si bien a partir de los años de 1939-1948, la condición legal de nuestra Nobleza fuerestaurada por el Estado –con la excepción de lascuatro Órdenes Militares, abolidas en 1931-.

Tales cambios implicaron igualmente nove-dades fiscales. Los viejos impuestos nobiliarios –laslanzas, la media annata- se abolieron mediante elreal decreto de 28 de diciembre d 1846 (debido al

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LA NOBLEZA Y LOS IMPUESTOS: EL EPISODIODE 1922 EN LAS CRÓNICAS PARLAMENTARIAS

DE WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZpor el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de la Floresta

DE RE NOBILIARIA

El salón de sesiones del Senado en 1906(óleo de Asterio Mañanós, Senado)

dad es que no hay día en que los partes oficiales noregocijen nuestro espíritu asegurándonos que he-mos obtenido nuevas victorias y que “el castigo im-puesto al enemigo ha sido duro”. Esto nos enorgu-llece, con el mismo orgullo que experimenta Sísifocuando consigue llevar hasta la cima uno de suspeñascos mitológicos. El laurel crece profusamenteen el campo de nuestra historia. Nuestra historia esun bosque de laurel, pero el sostenimiento de estebosque es muy caro. Hoy son más de seis millonesde pesetas lo que nos cuesta cada día su cosechade olorosas guirnaldas.

Así es la guerra. Pero estaguerra ¿es una guerra vulgar, esuna guerra ante la que pueda en-cogerse de hombros un esforzadovarón de los que pueden decir sinvacilaciones cómo se llamó su vi-gesimoquinto abuelo? ¿Es unaguerra como la que estalló en1914, guerra de mercaderes, deindustriales, en la que se perse-guía, al través de tópicos sonoros,ventajas materiales que, a la pos-tre, nadie pudo conseguir? ¿Esuna lucha de bolsistas, de fabri-cantes, de tenderos, de especula-dores? ¡Dios mío, no! Aún en elsupuesto de que nosotros consi-guiéramos adueñarnos de todo elRif, haríamos mal negocio. Los te-rrenos más ricos fueron para

Francia, gracias a la generosa debilidad de nuestradiplomacia. Mucho tiempo tardaríamos en recupe-rar el dinero invertido, acaso nunca consiguiésemosreembolsarlo…

No es, ciertamente, una guerra de negocian-tes. Es algo más, muchísimo más: es una guerracontra el infiel. Por lo menos, los señores de la no-bleza están en el deber de considerarla desde esepunto de vista. Se combate el infiel. Nuestro enemi-go nos llama a un “perros cristianos”. Nosotros nosburlamos de su aversión a la carne de cerdo. Com-prenderán los señores de la nobleza que, tratándo-se de una guerra de esta índole, ellos no tienenmás remedio que inclinar la cabeza ante los proyec-tos con que los amenaza el señor Bergamín.

¿Inclinar la cabeza? No, recibirlos jubilosa-mente. Al fin, no vienen más que afirmar uno de losdeberes de la aristocracia, muy singularmente delos caballeros de las órdenes militares. Muchos delos que protestan son, seguramente, caballeros deesas órdenes. En todas ellas se exige hacer guerrauniversal a los enemigos de la fe y gastar en ella la

profunda reforma tributaria, que afectaría directa-mente a las grandes fortunas, es decir a los noblesde entonces, entre otros ricos. La reacción en con-tra de los afectados fue furibunda, y valiéndose desu dominio en el Senado lograron enervar los pro-yectos ministeriales, que quedaron en nada.

El episodio fue de alcance menor, pero diopie a que uno de los más eximios escritores de laépoca, Wenceslao Fernández Flórez, publicase al-gunas desternillantes y divertidísimas crónicas par-lamentarias en el diario madrileño ABC, en columnatitulada Impresiones de un hombre de buena fe. Yes que el gallego Fernández Fló-rez (La Coruña, 1885-1964) fueuno de los grandes periodistashispanos del siglo XX, y la cali-dad de su prosa y de sus novelasle valió un sillón en la Real Aca-demia Española. Su estilo ele-gante, irónico y a veces de pun-zante sarcasmo, sobresalió ensus crónicas parlamentarias, queresultan muy ingeniosas y desen-fadadas, plenas del fino humorgalaico.

Un siglo después, vale lapena su lectura, facilitada por latranscripción que me he permiti-do hacer de ellas. Aunque esalectura produzca una cierta me-lancolía, al advertir cuán pocohan cambiado nuestros políticosy nuestros ricos.

LOS TRIBUTOS Y LA NOBLEZAAlgunos dignos miembros de la nobleza es-

pañola han exteriorizado su disgusto contra los pro-yectos tributarios del señor Bergamín y hasta seanuncia que se formará una liga para combatirlos.

Nos apresuramos a poner este hecho en co-nocimiento de toda la nobleza española para que,sin pérdida de instante, traiga al buen camino aesos ilustres miembros que se apartan de él. Heaquí algunos de los argumentos que seguramentepodrán convencerlos:

España atraviesa una situación económicadifícil; su déficit es grande. Pero este déficit no hasido ocasionado por necesidades plebeyas, de lasque un espíritu elevado debe desentenderse, talescomo la mejora de la instrucción pública, la multipli-cidad de carreteras, la intensificación de la agricul-tura… No. Este déficit es provocado por la guerra.La guerra es un monstruo voraz y nos arruina. Ver-

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Don Francisco Bergamín Garcíaministro de Hacienda

hacienda de los caballeros. Toda la hacienda. El se-ñor Bergamín no les exige más que una pequeñaparte. El deber de ellos es protestar contra esta re-ducción, afirmando: “¡Una parte, no! ¡Que nos lo lle-ven todo para comba-tir al infiel!”

Ve r d a d e r a -mente -con dolor lodecimos-, cada vez sele van sustrayendoprerrogativas y funcio-nes la nobleza. Hantenido que renunciarlos caballeros, sabeDios a costa de cuan-tos suspiros, a reco-rrer esos mundos pro-tegiendo las viudas, alos huérfanos y a lasdoncellas desvalidas.La gobernación delpaís les ha sido arran-cada de las manospor la clase media. No hay dragones que matar enluchas fabulosas. Por fortuna, aún quedan algunosinfieles, unos cuantos puñados de infieles belico-sos, desparramados aquí y allá, por el orbe, comomanchas negras en la largura de la cristiandad.

Gracias a esta feliz circunstancia, los noblescaballeros aún tienen una finalidad, y nadie puededecir, sin manchar sus labios con la mentira, quesean inútiles en la tierra. Preciso es sostenerlos,alentarlos y respetar ese deber suyo de gastar suhacienda entera en las luchas contra el infiel, últimaocupación que aún se les ha respetado.

Por nuestra parte, la defenderemos siempre(ABC, 27 de abril de 1922)

REFORMA TRIBUTARIAEntre los argumentos que el marqués de

Cortina adujo en el discurso que pronunció en elSenado contra el proyecto de reforma tributaria, hayuno que nos ha impresionado profundamente.

El marqués formuló esta atrevida hipótesis:“Supongamos que la nobleza española se niega apagar los tributos. ¿Qué ocurriría?”

Los viejos senadores acentuaron la ansie-dad de su atención. ¿Qué ocurriría?

El marqués tuvo la amabilidad de explicarloinmediatamente. Ocurriría:1º Que ningún Ministro de Hacienda se atrevería aadoptar las resoluciones pertinentes para castigo

de los que se rebelasen.2º Que la monarquía se derrumbaría con terrible es-trépito.

Estas afirmaciones son, para nosotros, in-comprensibles. El se-ñor marqués de Corti-na ignora la severidadcon que se suele pro-ceder en España con-tra los que se resistena contribuir a las car-gas del Tesoro. Nohace mucho tiempo,los vecinos de Puertodel Son -un ayunta-miento gallego- negá-ronse a pagar el im-puesto de consumos.Alegaban razonesconsiderables: una deellas, que ya lo habí-an pagado, y que nopodía imputárseles

que los caciques hubiesen devorado los fondos;otra, que no tenían un céntimo, que sufrían hambre,que vivían mal. Era verdad todo esto. Niños, muje-res y ancianos salieron en manifestación a la carre-tera. Se los fusiló. Quedaron siete u ocho cadáve-res tendidos sobre la grava.

Señor marqués, si esto se hizo con unos po-bres diablos, con unas míseras gentes que no po-seían bienes de fortuna, que estaban exasperadaspor una existencia de privaciones y trabajos, ¿cuálsería la legítima cólera del Gobierno contra los po-tentados que imitasen la conducta de los aldeanosde Puerto del Son? Sería terrible, señor marqués.El Gobierno es justo. El Gobierno ametrallaría a lanobleza; acaso resucitase contra ella los tormentosabolidos por la civilización. Y nadie podría quejarse.Había precedentes.

Pero, aunque así no fuese, si se demostra-ba que la negativa al pago no tiene sanción en Es-paña, el perjuicio que sufrirían esos apreciables se-ñores sería mayor que el que imponen los tributosproyectados por Bergamín. Porque los renteros imi-tarían su conducta, y cuando fuesen a cobrar el al-quiler de sus fincas rústicas o urbanas, los plebeyosdirían:“Hemos decidido no pagar, siguiendo sus normas”

¿Qué podría contestarse a eso? ¿Sería pru-dente requerir el auxilio de la Guardia Civil? ¿Noera poner al benemérito Cuerpo en el trance de nosaber contra quienes había de disparar primero?

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El salón de conferencias del Senado en 1904(óleo de Asterio Mañanós, Senado)

Apresúrese usted, marqués, a retirar suconsejo. Si usted consagra unos minutos a pensaren la posible eficacia de esa huelga de nobles deque ha hablado, verá como no aparece muy diáfa-na su trascendencia. Y si no, estudie usted el caso.

He aquí un noble. Ese noble tiene que pa-gar los impuestos expresados en la reforma. Su-pongamos que se lanza denodadamente a la huel-ga. Acaba de llamar el agente a sucasa y le presenta el recibo. El nobleaprieta los cordones de su ubérrimabolsa y dice a este agente:“Villano, no me da la gana de soltar niuna peseta. Fíjate bien y cuenta aquien te envía lo que has visto”

Y el noble coge con ambasmanos su corona de conde, o de du-que, o de marqués; la desciñe de sussienes con el mismo ademán y el mis-mo cuidado con que la plebe se des-ciñe el conformador en las sombrere-rías, y la arroja al cesto de lospapeles.

Su primera sorpresa seríael ver que el agente no se inmuta.Pero aún experimentaría muchasmás. Las tierras y villas del marque-sado, del ducado o del condado noformularían la menor protesta. Loshombres de armas no gemirían en elpatio embaldosado. Y el noble podríacomprobar al día siguiente que el pancostaba exactamente lo mismo, y lacarne, y los géneros de punto, y elhierro forjado, y las construcciones decemento, y los caramelos de café yleche… Y, en fin, que la monarquía continuaba tanrobusta como ahora puede estarlo.

Señor marqués, esta es una época desdi-chada. ¡Qué vamos a hacerle! La huelga de un pu-ñado de obreros tiene más importancia que la deun puñado de condes. Si un noble se quita la coro-na, Montecristo(2) le dedicará unas líneas. Nadamás. Los compañeros de él en las cien empresasen que tenga influjo directivo, al recibir la noticia,preguntarán tan sólo:“Pero… ¿Ha abandonado también la política? ¿Yano volverá a ser ministro?”

Y cuando les digan que no, que el prócerserá aún –¡ay!- ministro muchas veces, respirarántranquilos y no se acordarán más en la vida de sumarquesado o de su condado. Créanos (ABC, 28de junio de 1922)

LA LIGA DE ARISTÓCRATAS Y LOS IMPUESTOSVamos a suponer, amigo mío, que usted

quiere considerar con fervorosa esperanza el por-venir de la patria, que limpia de pesimismo su espí-ritu, que arroja la carga de los amargos recuerdos yse dispone a contemplar la situación con serenidadpara formular un nuevo juicio desligado de los jui-cios anteriores.

Usted detiene primeramente su aten-ción en las comunicaciones públicas yoye confesaron ministro que el servi-cio de transportes es defectuosísimo yque su irregularidad perjudica grande-mente los intereses del país. Sin em-bargo, no se corrige.

Advierte usted cómo Francia nos im-puso su egoísta voluntad en las cues-tiones comerciales que debatimos conella, y cómo nuestros políticos bajaronsumisamente la cerviz, hasta prestar-se a secundar -con perjuicio nuestro-las conveniencias francesas con rela-ción a Alemania, dictando medidas re-

lacionadas con la depreciación dela moneda.

Y cómo la mayor parte denuestros embajadores son gentes ex-tranjerizantes, sin talento, tan pernicio-sas como aquellas ametralladoras quecompramos en Norteamérica y quemataban al servidor.

Y todo el mundo conoce estos he-chos y nadie los evita.

Lee usted las reseñas de la sesióndel Congreso. Se discuten los presu-puestos de Guerra. Parecía natural

que se aplicase en ellos un remedio a la profundadesorganización que tan recientes males nos hacausado. Lejos de eso, los presupuestos son exac-tamente iguales a los anteriores. Y tan sólo unoscuantos diputados modestos y de buena intenciónintervienen para decir que las cifras de los jefes yoficiales que figuran en la plantilla son despropor-cionadas, abusivamente abundantes; que hay quecombatir el exceso de burocracia militar; que seeduca mal al soldado; que se adquiere material in-servible; que se ha invertido más de un millón entermogénos que no tienen aplicación práctica; queaún están por depurar las responsabilidades de An-nual; que toda la labor de este ministro fue... inven-tar un traje nuevo para los jefes y oficiales.

Y a todo contestan displicentemente los “se-ñores de la Comisión” con unos cuantos lugares co-munes.

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Don Wenceslao Fernández Flórezen sendas fotografías coetáneas

Hay un acierto singular entre todos los deladmirable artículo: es la frase en que su autor -quefigura en un partido de las derechas- llama al pagode los tributos en cuestión “póliza de seguro contralas violencias y las perturbaciones inevitables enuna economía demasiado dislocada”.

Póliza de seguro. Eso podía ser, en efecto.Pero los que más in-terés debieran mos-trar, por propio egoís-mo, por impedir esasperturbaciones y esasviolencias, corren cie-gamente a provocar-las. La Hacienda pú-blica tiene un déficitconsiderable, que au-menta cada mes, ca-da día. Los ricos sedesentienden de ello.Las utilidades del tra-bajo personal tributanmás que los grandesdividendos. El poderrinde sus banderasante la “grandeza” y la

plutocracia. Deja apalear en las calles al que vendeel pan barato, y se deja apalear en las Cortes porlos ricos que defraudan al Tesoro.

Amigo lector: por optimista que usted quieraser, ¿no advierte claramente que una nación dondetales cosas ocurren está gravemente enferma? ¿nocree usted que, precisamente porque nadie se re-vuelve contra tales monstruosidades, no está lejosel día en que todo ha de hacer crisis? ¿no ha vistoclaramente que son los ultraconservadores, con susabusos temerarios, y los liberales, con su complici-dad, y los radicales, con su mutismo indiferente, losque llevan al país a la catástrofe?

Lector, ni aún puede usted celebrar los ojosal cielo en súplica de apoyo. Entre el cielo y ustedhay una nube de langosta.

Ojalá, lector, venga pronto otra nube de lan-gosta que, en vez de devorar cosechas, devore po-líticos (ABC 30 de junio de 1922)

N O T A S1) Carlos PARRILLA ALCAIDE, “Los impuestos de la no-bleza”, en Hidalguía, 225 (1991), págs. 257-279.2) N. del E.: Monte Cristo era el seudónimo periodísticode don Eugenio Rodríguez y Ruiz de la Escalera (San-tander, 1856-1933), que durante decenios fue el más cé-lebre cronista de sociedad y de los salones madrileños.

Se entera usted de que la Liga de aristócra-tas y millonarios del Senado ha conseguido un éxitosobre Bergamín anulando con una “fórmula” la ten-dencia de la reforma tributaria y, sobre todo, del re-gistro de arrendamientos.

Y el ministro transige. Y las izquierdas -quetenían una magnífica ocasión de demostrar queexisten-, lejos de opo-nerse a esa Liga, sesuman a ella y sonsus portavoces entu-siastas.

Y usted, ami-go mío, ¿qué puedepensar?

Un senadordel reino, hombre degran talento, de cultu-ra poco común, decriterio, sano, honra-do y luminoso, ha pu-blicado en cierto pe-riódico de provinciasun artículo encomia-ble, del que queremosbrindarle usted, lectoramigo, estas líneas:“La renta territorial española es difícil de concretar.Pero, desde luego, es muy superior a 5.000 millo-nes de pesetas anuales, si no llega al doble, puesya en 1811 Canga-Argüelles la cifraba en 2.500, yno sería exagerado suponerla cuadriplicada enesos ciento once años, ya que es notorio que des-de 1890 acá se ha duplicado. Pero aun considerán-dola no mayor de 5.000 millones, su rendimientopara el Estado debería ser de 1.000 millones, pues-to que se estima que lo que aquél toma para lasnecesidades públicas es un promedio del 20% delos ingresos individuales, y esa fue la proporción enque se gravó al papel del Estado. Pues bien, todala contribución territorial de España no llega a pro-ducir 250 millones de pesetas. De modo que esa ri-queza fundamental da menos del 5% de su volu-men (estimado por el cálculo mínimo), cuando danel 20 las restantes actividades. ¡Y cómo da ese 5%!¡Con qué irritante desigualdad está repartida esacarga, casi insostenible en comarcas donde todospagan; nula en absoluto en regiones riquísimas,donde el Fisco ignora por completo la existencia delas grandes propiedades, donde esos terratenien-tes a quienes enfurece la idea del registro de arren-damientos, sin más razón que la de que les obliga asalir de esa defraudación escandalosa en que tan agusto viven!”.

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El salón de conferencias del Senado en 1904(óleo de Asterio Mañanós, Senado)

debido a la desaparición de oficios especializa-dos. Por falta de dinero público para formar a losfuturos artesanos, por falta de obras de restaura-ción en número suficiente, los ministerios se apo-

yan sobre fondos priva-dos, animandoiniciativas aisladas. Pe-ro esta forma de mece-nazgo, impulsado porlas asociaciones de sal-vaguarda, no basta pa-ra la preservación delas riquezas históri-cas. Las acciones vo-luntarias se manifiestanla mayoría de las vecescuando las degradacio-nes sufridas por la ne-gligencia y la política deespera se vuelven de-masiado urgentes, y lospresupuestos que ema-nan no parecen dema-siado consecuentes

Quedan de todo eso una pérdida de calidad yuna lenta pero segura degradación del patrimo-nio histórico común. Llegará el día en el que el tu-rismo cultural no podrá atraer las divisas extranje-ras. Estas razones expuestas explican en parteel objeto de este artículo dedicado a los litres fu-nerarios, práctica poco documentada y por lo tan-to desconocida.

Se trata de un derecho vinculado al patro-nato de las iglesias y de las capillas, que se de-signaba con el término droit de litre o “derecho delitre”. Consistía en el privilegio de hacer pintar enlos muros de los edificios consagrados al culto,una franja negra de unos 60 cm de altura, y so-bre la cual estaban representados, en espaciosregulares, los escudos del señor dueño fundadordel lugar consagrado, y de sus herederos, des-pués de su muerte. El litre funerario no reivindica-ba ningún papel moralista en el rito de los funera-

Existía en otro tiempo una práctica fúne-bre en la Francia del Antiguo Régimen, que hoyes desconocida e incomprendida, y esta ignoran-cia se explica por la rareza de los vestigios visua-les de esta costumbreseñorial.

El encarniza-miento revolucionario,que quiso borrar todovestigio de feudalismo,sumergió en la ignoran-cia y en el desdén deesta herencia históri-ca. Todas las manifes-taciones de privilegiosdel pasado fueron siste-máticamente borradasy mutiladas en la épocaturbulenta de la Revolu-ción. Queda de eso undesprecio generalizadopor el patrimonio histó-rico en las sociedadesoccidentales, autodeno-minadas avanzadas, que prefieren fijar sus testi-monios de progreso en proyectos, por cierto, aveces laudables y estéticamente conseguidos,con presupuestos faraónicos, pero en detrimentode la preservación de los tesoros irreemplazablesque nos vienen de siglos anteriores. La actuali-dad reciente vinculada al incendio trágico de lacatedral de Notre Dame de Paris revela el malfuncionamiento de la gestión del patrimonio enlas decisiones presupuestarias, cuyas conse-cuencias se revelan nefastas sobre la conserva-ción de los edificios históricos y también sobre to-da economía que emana de ellos. Los turistasextranjeros, atraídos por un patrimonio culturalexcepcional, aportan regularmente divisas. Ade-más, la ausencia de fondos verdaderamente ne-cesarios para el mantenimiento, la restauración ytambién la promoción del patrimonio histórico,provoca una pérdida del savoir-faire ancestral,

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DE RE HERÁLDICA

EL DERECHO SEÑORIAL DE “LITRE”O CINTURÓN FUNERARIO HERÁLDICOEN LA FRANCIA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

por D. Pierre Daniel de Losada y Martí, Madrigal heraldo de armas, y Dª Pauline de Losada y de Cruz

Litre en la iglesia de Saint-Denis, en San Mauricio deSatonnay, feudo de la familia Chevrier

(© Commune de St-Maurice de Satonnay)

les: sólo estaba presente para señalar y honrar ala familia, al linaje señorial. Esta práctica formabaparte de las manifestaciones iconográficas relati-vas a la muerte que adornaron los muros de lasiglesias desde la Edad Media. La pintura de unalitre o cinturón fúnebre era solicitada por los here-deros o derechohabientes del difunto señor. Po-día manifestarse tanto en el interior como en elexterior del edificio donde se celebraba el funeralreligioso.

Existe otra cos-tumbre funeraria en laque intervienen los es-cudos y que ha perdura-do en nuestros días, so-bre todo en Bélgica y enlas regiones limítrofesque es la de losobiit. Este término vienedel latín obitus que sig-nifica ha muerto. Estapráctica heráldica con-siste en pintar el escudode armas de un difuntosobre un soporte demadera que forma unrombo y haciendo figu-rar en él los años delnacimiento y de lamuerte del difunto. Estepanel se coloca en lapunta y se cuelga en laiglesia durante el fune-ral. El fondo es de colornegro, aunque las da-mas solían pintarlo deblanco. Este término deobiit designa también elservicio religioso, comoel salario del sacerdoteoficiante, que se celebraen determinadas épo-cas(1).

El origen de lapalabra litre parece pro-ceder del latín litura, tér-mino que tiene muchossentidos, tales como bo-rrado, traza en una gransuperficie, pintura. Co-mo era frecuente oscurecer o borrar los frescossubyacentes, esta terminología parece plausi-

ble. Es originaria del latín medieval listra, que seconvertirá en listres y luego litre para designar ellitra funeraria de los patronos de iglesias y capi-llas. Un bordillo, un borde se encuentran en el si-glo XV, en el germánico lista, variación de lista yluego lite. Términos muy diferentes del sentido deotra palabra francesa, con la misma ortografía, yque designa una capacidad de medida líquida,instaurado por una ley revolucionaria (18 germi-

nal año III) de 1795: ellitro, procedente de li-tron, procedente delgriego lítra (λίτρα).

La costumbre enFrancia de tender unabanda de tela negra enlas iglesias durante losfunerales procede delsiglo XII. Al parecer, fueimportada por San Ber-nardo, quien la trajo devuelta de España. Conla expansión del siste-ma heráldico se empe-zó a fijar sobre la ban-da negra, a vecespintada también en lasparedes, el escudo delos señores patronosde iglesias ycapillas. Estos escudosde armas fueron pinta-dos inicialmente en per-gaminos y se suponeque la presencia de losescudos se materializóinicialmente mediantela colocación de los es-cudos de armas milita-res. La extensión de labanda negra, que podíaalargarse hasta el exte-rior de las paredes paracircundar el edificio ensu totalidad, requería lareproducción, en espa-cios regulares, del es-cudo de armas, que aveces estaba hecho so-bre pergamino. Por

conveniencia y adaptación a la evolución delequipo militar, se sustituyó el soporte extraíble

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Litre en la iglesia de Notre Dame de Rioux(Charente Maritime)

(© Cobbert17 CC-BY-3.0, 2009)

Debajo, un clásico obiit flamenco (Gante)

por la superficie directa de la pared. Es en estaúltima forma que los litres nos son familiares. Te-nía la ventaja de ser más perenne, y consolidabavisualmente el derecho de los linajes, ya quecuando se suspendían los escudos, luego se reti-raban, habitualmente después de un período deluto que duraba aproximadamente un año. A par-tir del siglo XIV, a con-secuencia de la fijaciónde los emblemas herál-dicos que ya se hanconvertido en heredita-rios, se asiste a unatendencia a utilizar di-rectamente el soporteque ofrecen las pare-des.

Ninguna ley pre-cisa existía para la reali-zación de los litres se-ñoriales, y una prácticaatestiguada desde la al-ta Edad Media nos se-ñala el derecho de losseñores que fundabaniglesias sobre sus tie-rras. Los sucesores sedeclaraban los posee-dores hereditarios. Po-dían vender o dar se-gún su propia voluntadestos edificios religio-sos. Con este goce depropiedad feudal, el de-recho de litre era un ho-nor muy buscado y pre-ciado, porque también,como la presencia deun palomar que atesti-guaba la nobleza terres-tre, la banda negra fu-neraria con armeríasseñalaba la antigüedad de las familias. Esta prác-tica perduró así hasta la Revolución, porque lanobleza dicha de toga, continuó esta costumbre,cuidadosa de imitar y de sustituir a la nobleza deespada. Este uso era una manifestación impor-tante del estatuto señorial y nobiliario.

Los señores patronos dueños de iglesiasextendieron sus prerrogativas a los beneficiosque podían obtener de los lugares de culto. Elclero veía con malos ojos este abuso a carácter

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financiero que le fue impuesto, y que lo penaliza-ba. El Papa Gregorio VII (1073-1085) tomó medi-das con el fin de que la Iglesia recobrase su inde-pendencia. La reforma condujo en 1215(2) aestablecer un derecho de patronato para reempla-zar al dominium laico vinculado a la posesión se-ñorial de los lugares de culto. La fundación, la

construcción y la dota-ción de las iglesias que-daron sometidas en losucesivo a ese dere-cho. El principio era elsiguiente: la posesiónde las iglesias por lai-cos se consideraba ilíci-ta, y los laicos fundado-res debían entregar eltemplo a la autoridadeclesiástica, la que, encontrapartida, concedíaprerrogativas compen-satorias: el antiguo se-ñor propietario se volvíaprotector o patrono dellugar de culto, y gozabade derechos honorífi-cos, entre otros el de li-tre. Este privilegio lepermitía al fundador dellugar de culto y a susderechohabientes, pin-tar su litre en el interiordel edificio. Sólo los se-ñores que ostentabanoficios de justicia mayorpodían extender estederecho por fuera delos muros del tem-plo. Estos honores vin-culados al patronatoeran jus spirituali anne-xum (derecho espiritual

anejo) y podían ser vendidos o cambiados sin elriesgo de ser acusados de simonía(3).

La sucesión del derecho de patronato fueadmitida al principio sólo en beneficio de los here-deros de sangre, pero a partir del siglo XIII el de-recho canónico toleraba la transmisión por testa-mento. Bajo el reinado del Rey Charles VI deFrancia (1380-1422), el patronato, objeto del dere-cho canónico, se convierte en objeto del derechocivil como resultado de la política de invasión pro-

Litre en la iglesia de Chateloy (Allier)(© Modillons58 CC-BY-SA 3.0, 2011)

Debajo, litre en la iglesia de Vesc (Drôme), con las armasde los Vesc, Señores de Comps

(de plata con un palo de azul, el jefe de oro)(© Association Comps Historique)

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gresiva desde el poder real. Por lo tanto, fue lajusticia real la que se impuso en materia de dere-cho de litre, lo que tuvo como consecuencia am-pliar este derecho a los señores fundadores decapillas dependientes de una iglesia más impor-tante, y de la que otro señor era dueño. A travésde donaciones, ventas y herencias, intercambiosy enajenaciones, el de-recho de litre funerarioha dado lugar a desa-cuerdos y litigios a lolargo del tiempo. Esteprivilegio tan codiciadosuscitó querellas y nofue extraño que losduelos resolvieran lasdiferencias. Mucho mástarde, el Rey Louis XIIIintervendría, encargan-do un tratado destinadoa apaciguar las dispu-tas sobre los derechoshonoríficos de los seño-res de las iglesias. Perolos escándalos provo-cados por el derecho autilizar un litre de patro-nato modificaron consi-derablemente la per-cepción de los fieles. Laopinión pública, cansa-da de los abusos deuna clase dirigente, ca-da vez más considera-da inútil, terminó cul-pando a esta cos-tumbre. En vísperas dela Revolución, la devo-ción de los primeros pa-tronos fundadores ha-bía dejado paso a lavanidad de las fami-lias. Los feligreses veí-an con malos ojos esas franjas negras que ocul-taba todo a su paso: estatuas, frescos,etcétera...(4)

Un decreto de la Asamblea Nacional esti-puló el 30 de abril de 1791(5), que se suprimieranlos litres y los cinturones funerarios. Este uso ce-só desde entonces de modo irremediable, y singran nostalgia entre los contemporáneos. Comoconsecuencia de ello, desde que se pintaron es-

tas marcas de honor en las paredes no subsistenmás que en número limitado, y a veces de formafragmentaria, en la mayoría de los casos en muymal estado de conservación.Estos testimonios de expresión heráldica del pa-sado han sufrido el maltrato del tiempo y de loshombres. Tres regiones en Francia, según los ex-

tractos del Dr. PierreBodin, mostrarían toda-vía las iglesias cubier-tas de litres: Norman-día, Borgoña y Poi-tou(6).

La agresión delos elementos, tales co-mo la lluvia, el viento yel hielo para el exterior,la del moho y del salitrepara el interior, destruyópoco a poco lo que lacólera o la codicia delos hombres había con-servado. Además, lanaturaleza provisionalde los cinturones fune-rarios hizo que pocossubsistieran. Era, sinembargo, un honor ver-dadero que la Iglesia leconcedía a la nobleza,autorizándola a exponersu escudo de armas so-bre un litre funerario. Laobservación y el estudiode estas señales anti-guas nos informan hoyacerca de las uniones,las filiaciones en las fa-milias, los cambios depropiedad, la dataciónde los edificios, y laevolución de las artes y

de las técnicas en materia heráldica. Comproba-mos que la inmensa mayoría de las pinturas delos escudos de armas eran bastante simples, pe-ro no dejan de tener un gran interés histórico yartístico. Para la realización de los frescos funera-rios, las familias escogían al artista ejecutan-te. Un contrato estipulaba con precisión la des-cripción de los escudos de armas, la calidad delos ingredientes, los plazos de realización, el pre-cio y el modo de pago. Los archivos notariales

Litre exterior en la iglesia de Saint-Joseph d’Escoire,en Dordogne (© Père Igor CC-BY-SA)

Debajo, litre en la iglesia de Saint-Étienneen Ainay le Château

(© Modillons58 CC-BY-SA 3.0, 2011).

mos admirar hoy son todos de los siglos XVI, XVIy XVIII.

Existe una verdadera carencia en materiade identificación de los vestigios de este derechohonorario que, después de haber suscitado nu-merosos abusos, terminó por estar totalmente de-sacreditado. Sólo llevamos un interés moderado

a estas bandas negrasy tristes pintadas en lasparedes de los lugaresconsagrados. La igno-rancia, como siempre,es el peor enemigo delas riquezas históricas ylos litres funerarios sedesvanecen en el olvi-do, llevándose con ellosla fama del pasado.

N O T A S1) El obiit de Valois uobiit salado se celebra-ba en el mes de febreroen la catedral de NotreDame de París por elRey Louis XII, y por supadre Charles de Orle-áns. Era llamado asíporque el Rey concedióa esta fundación el de-recho a tomar dos pi-pas o moyos de sal co-mo tributo.2) Concilio de Letrán.3) La simonía debe sunombre a un personajede los Hechos de losApóstoles, Simón elMago, que quiso com-prar a San Pedro supoder de hacer mila-

gros (Hechos, VIII.9-21), lo que le valió la conde-na del Apóstol: ¡Que tu dinero perezca contigo,ya que pensaste que el don de Dios se adquiriríaa precio de dinero!.4) Sin embargo, estaba prohibido colocar litresen las imágenes santas y en las cruces de con-sagración de los templos.5) Decreto de la Asamblea Constituyente de 30de abril de 1791, sobre los derechos feudales,artículo 18: Todos los derechos honoríficos y to-

conservan numerosos contratos de este tipo. Aveces, los señores acudían a artistas locales. Al-gunos de estos pintores artesanos dejaron obrasde calidad, aunque los muebles y los ornamentosexteriores parecen sometidos a evidentes razo-nes prácticas, al haber sido confeccionados enserie. Los colores han perdido con el tiempo sufrescura original, lo quehace a los litres todavíamás discretos a los visi-tantes, y son considera-dos de interés secunda-rio para el historiadordel arte.

Sin embargo, re-cientemente se hanpuesto en marcha ini-ciativas de restaura-ción. La capilla de Bé-neauville (Normandía)fue objeto de una cui-dadosa restauración en2013 por un litre fecha-do en 1757 y realizadoa raíz del fallecimientode Claude-Antoine Fri-bois, el señor de estoslugares. En 2014, trasel descubrimiento de unlitre que llevaba 400años durmiendo bajouna capa de cal en laiglesia de Saint-Denis, yfechada en 1645, serestauró el cinturón quese había llevado a cabopara el duelo de Étien-ne de l’Hermite. El litreque en la iglesia deBouchamps reúne losescudos de armas deJuan III de Scepeaux yde Louise de la Haye-Passavant, su segunda es-posa, pintados en los años 1450, también ha sidoobjeto de una restauración. Esto es prueba deuna tímida toma de conciencia de la importanciade estos elementos iconográficos del arte funera-rio.

Los litres anteriores al siglo XV ya no exis-ten prácticamente, porque un edicto del ReyFrançois I obligaba a rascar los cinturones anti-guos antes de pintar los nuevos. Los que pode-

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Litre en la iglesia de Saint-Barthélemy,en Dordogne (© Père Igor CC-BY-SA 4.0, 2015)

Debajo, restauración de la litre de la capilla Béneauvilleen la iglesia de Saint-Étienne en Cublac (Normandie),con las armas de Claude Antoine de Fribois, 1757

(© Ouest-France)

Bernay”, en Ami Ber-nay, 37 (1995).Bourousse de la Force,Jules de. “Notes histo-riques sur des monu-ments féodaux et reli-gieux du Lot-et- Ga-ronne. La litre seigneu-riale ou ceinturon fu-nèbre”, en Revue del’Agenais, 8 (Agen,1881), págs. 193-198.Devill, E. Les droits ho-norifiques sous l’AncienRègime: rechercheshistoriques et archéolo-giques sur la litre deséglises, Paris, 1908.Dumüys, L. “La litre deFrançois VI, duc de laRochefoucault”, en Bul-letin de la Sté. Archéo-logique et historique dela Charente, IX (Angou-lème, 1887).Ferrière, Claude-Jose-ph de. Dictionnaire deDroit et de Pratique,Toulouse, 1779, págs.184-185.Lavergne, Sabine de.Les litres funéraires dupays de Caux, Caux,1962.Lemaître, Jean-Loup etNicole. Les litres funé-raires et seigneurialesdes églises du paysd’Ussel, Ussel, 2012.Losada, Pierre de. “Leslitres seigneuriales”, enHistoire Médiévale, 36(2002), págs. 74-77.Marsy, A. de. “Les litreset les tentures fu-nèbres”, en Revue del’Art Chrétien, 1866.Palliot, Pierre. La vrayeet parfaite science desarmoiries, 1650.

das las distinciones an-tedichas que se atribu-yen tanto a la calidadde señor como a la depatrono, debe cesarrespectivamente por lasupresión de las justi-cias señoriales, pronun-ciada el 4 de agosto de1789, y por la Constitu-ción Civil del Clero, de-cretada el 12 de juliode 1790. Los siguientesseñores y patronos,dentro de los dos me-ses de la publicacióndel presente decreto, ycada uno en lo que leconcierne: 1º, hacerque de los coros de lasiglesias y capillas públi-cas, se retiren los ante-dichos bancos patrona-les y señoriales quepuedan encontrarse enellos; 2º, que se supri-man los litres y cinturo-nes fúnebres, tanto enel interior como en elexterior de las iglesiasy de las capillas públi-cas; 3º, que se derribenlas horcas patibulariasy las picotas que se eri-gieron a título de justi-cia señorial.6) Pierre Bodin, Leslitres seigneuriales deséglises de l’Eure, Caen,2005.

BibliografiaBodin, Pierre. Les litresseigneuriales deséglises de l’Eure, Caen,2005.- “Les litres seigneu-riales en Normandie”,en Art en Normandie,Caen, 1994.- “Les litres seigneu-riales de la région de

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Arriba, litre en la iglesia abacial de Saint-André,en Lavaudieu, Auvergne

(© Gfreihalter CC-BY-SA 3.0, 2018

En el centro, litre en la iglesia de Notre-Dame de laNativité, en Urval, Dordogne (© Père Igor CC-BY-SA 3.0)

Abajo, litre en la iglesia de Saint-Marc, en Montagnardd’Auberoche, Dordogne (© Père Igor CC-BY-SA 3.0,

2012)

María Espinosa y Díaz vino al mundo enEstepona (Málaga) el 13 de mayo de 1875, sien-do hija de don Antonio Espinosa Aguilar, comer-ciante, y de doña Juana Díaz Martín. Utilizó du-rante toda su vida los apellidos deEspinosa de los Monteros y Díazde Santiago, que le han dado fa-ma, a pesar de que civilmente sunombre fue el expresado de MaríaEspinosa Díaz. Casada en 1905con don Antonio Torres Chacón, li-cenciado en Derecho (*Jerez de laFrontera, Cádiz 5 de mayo de1873 y †Buenos Aires c.1940), elmatrimonio tuvo dos hijos, Antonio(1907-1991) y Álvaro (1909-1959);pero seis años después, en 1911,se separó, como diré.

Durante sus primeros años,María se crio en su Estepona na-tal, hasta que su madre, habiendoenviudado, contrajo segundasnupcias y se trasladó con ella aMadrid. Recibió una educación superior a la desus congéneres de la época, e incluso parece sersiendo jovencita viajó por Francia e Inglaterra,aprendiendo idiomas.

Fue en esos países donde observó la pre-sencia femenina en las actividades laborales, in-teresándose por la introducción en España de lasmáquinas de escribir, intuyendo que, a través dela mecanografía naciente, la mujer podría acce-der al mundo laboral y a una formación especiali-zada. En 1898 se convirtió en directora de un es-tablecimiento comercial recién creado en Madrid,la Casa Yost (filial de The Yost Typewriter Machi-ne Company Limited, de Bridgeport, Connecti-cut), que comercializaba las máquinas de escribirde la misma marca. Así, estableció sus oficinas ysu vivienda en la calle de Espoz y Mina 17. En el

periódico londinense Pitman’s Phonetic Journaldel 13 de junio de 1903, entrevistó a mister MiltonBartholomew, de la casa Yost Typewriter Com-pany, que se expresó así al referirse a la joven

María: Pienso que he dispuesto eneste país algo sin precedentes an-teriores en el negocio de las má-quinas de escribir. He designado auna señora como directora para lamayor parte de España. Ella esuna dama española, y es una delas mujeres empresarias más inte-ligentes con las que jamás he tra-tado. Ella habla inglés con muchafluidez, actualmente es directora ytendrá poderes legales de apode-rada para firmar por parte de laempresa. Ella no es sólo una direc-tora capaz, sino también una ven-dedora extremadamente inteligen-te que, cuando asiste a unacompetición para demostrar lasventajas de nuestra máquina, los

otros competidores no desean participar. Durantemás de veinte años, doña María dirigiría la em-presa con gran éxito, y de su capacidad dan bue-nas pruebas el que el propio Rey Don Alfonso XIIItuviera una máquina Yost para su uso particular;que María cobrase un sueldo de mil pesetasmensuales, muy crecido para la época, más el7’5% de comisión de ventas; y que, al dejar la di-rección en 1921, María fuese sustituida por tresvarones.

En 1910, el matrimonio y sus dos hijos re-sidían en un hotelito de la calle de Don Eduardo10, en la entonces villa de Vallecas (Madrid). Allídebió conocer María a la que había de ser suamiga más entrañable e inseparable: Ana PicarRodríguez, también jerezana (1873-1953), queen aquel lugar poseía una finca. Las peculiarida-

María Espinosa de los Monterosen un retrato publicado en la

prensa de la época, hacia 1900

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DE RE FEMINIL

En el Día de la Mujer 2019:MARÍA ESPINOSA DE LOS MONTEROS

(1875-1946)Primera Presidente de la Asociación Nacional de MujeresEspañolas y del Consejo Supremo Feminista de España

por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de la Floresta

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des de esa amistad íntima, que el marido de Ma-ría no admitió, arruinaron el matrimonio.

La decisión de separarse de su marido fuellevada a efecto por doñaMaría en diciembre de1910, de la manera másabrupta y hostil que puedaimaginarse –los autos judi-ciales llegaron hasta el Tri-bunal Supremo-, y no dejóde tener consecuenciasnotables en la trayectoriavital de nuestra biografia-da. Su marido, que eraempleado de la Casa Yosthasta entonces, perdió suempleo, su casa, sus aho-rros y la guarda y custodiade sus hijos: entoncesemigró a la Argentina, dedonde nunca regresó –fun-dó y dirigió empresas enBuenos Aires, donde resi-día en 1937, y donde mu-rió antes de 1946-. DoñaMaría quedó al cargo desus dos hijos, entoncesmuy pequeños, y retornócon su inseparable Ana –ala que simuló vender el ho-telito vallecano-, al centrode Madrid, calle de Espozy Mina 17.

Mujer de fuerte ca-rácter, se mantuvo al fren-te de la Casa Yost y ade-más promovió o se in-volucró en varios proyec-tos empresariales: así, en1911, a poco de separarsede su marido, promoviójunto a su íntima amigaAna Picar la comercializa-ción del Agua de Morata-liz, iniciada en 1916; y por eso un año más tardefue elegida vocal de la Asociación de Propietariosde Balnearios.

Pero la fama le vino a María Espinosa delos Monteros como activista en la lucha por losderechos civiles y políticos de las mujeres: a los43 años de edad, el 20 de octubre de 1918 y ensu propio domicilio madrileño de la calle Barquillo

4, fundó uno de las primeras entidades feministasde España, la Asociación Nacional de MujeresEspañolas, redactando personalmente el progra-ma asociativo, dirigido a mejorar la condición de

la mujer y abogar por susderechos civiles y políti-cos. Fue elegida presiden-te de la Asociación, y en-tre las asociadas estu-vieron Consuelo GonzálezRamos, Isabel Oyarzábal,Clara Campoamor, ElisaSoriano, María de Maeztu,Dolores Velasco, BenitaAsas, Julia Peguero, Victo-ria Kent y la propia Ana Pi-car. Sus objetivos fueronlograr la igualdad de dere-chos de la mujer y el hom-bre, especialmente en loreferente al voto político,la elección de cargos, lacomposición de tribunales,la vida familiar, el acceso aprofesiones liberales y laremuneración económicadel trabajo. También abo-gaban a favor de la luchacontra la prostitución, lacreación de escuelas paraempleadas domésticas ehijos de obreras, la defen-sa de la lactancia o la de-nuncia del maltrato a la in-fancia.

El momento históri-co era oportuno, pues jus-tamente entonces concluíala Gran Guerra, que tantotrajo consigo para laemancipación y los dere-chos de la mujer. Por otraparte, doña María, en ple-na madurez, era una gran

organizadora, que, por su feminismo moderado,contaba con simpatías y relaciones en muchosámbitos, y en particular entre la Familia Real yentre los sectores gubernamentales, e inclusoeclesiásticos –el propio Papa Benedicto XV ha-bía reclamado en 1919 el voto femenino-.

Entre sus primeras actividades asociati-vas, la obtención de una contrata por valor de

Dos retratos de María Espinosa de los Monteros:el de arriba, más profesional, se data en 1910;el de abajo, con traje de corte, hacia 1915

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125.000 pesetas, con lasque emplear a cincuentade sus afiliadas más hu-mildes en la confección deuniformes y ropa para elEjército, con un jornal decuatro pesetas (en lugarde las 1,75 o 2,25 pesetasque se pagaban habitual-mente entonces. Tambiénpromovieron la creaciónde la Juventud Universi-taria Feminista, lideradapor Maeztu, Soriano yCampoamor, con el objeti-vo de conectar con gruposfeministas extranjeros através de la participaciónen organizaciones interna-cionales de mujeres. Ycrearon una revista men-sual, Mundo Femenino,que fue órgano oficial de laAsociación Nacional deMujeres Españolas, reco-giendo artículos y noticiassobre las actividades femi-nistas; su primer númeroapareció el 25 de marzode 1921 y el último se pu-blicó en 1936.

Siendo presidentade la Asociación doña Ma-ría Espinosa de los Monte-ros, en 1919 se constituyóel Consejo Supremo Fe-minista de España, inte-grado por cinco asociacio-nes: la propia AsociaciónNacional de Mujeres Espa-ñolas, la Sociedad Progre-siva Femenina, la Liga Es-pañola para el Progresode la Mujer, la SociedadConcepción Arenal de Va-lencia y la Asociación LaMujer del Porvenir de Bar-celona. La presidencia de este Consejo corres-pondió también a doña María.

El 22 de enero de 1920 dictó doña Maríauna importante conferencia en la Real Academiade Jurisprudencia y Legislación, titulada Influen-

cia del feminismo en la le-gislación contemporánea.A la que siguió un mesmás tarde, en el IlustreColegio de Abogados deBarcelona, otra titulada Laemancipación de la Mujer.

Hacia el año de1923, María Espinosa delos Monteros renunció asus cargos, porque pasó aresidir de asiento en Sego-via, ciudad en cuya Acade-mia de Artillería comenza-ron entonces sus estudiossus dos hijos. Compró unacasona situada en la calledel Pozuelo 1, que rehabi-litó, y en la que habitó consus hijos y con su íntimaAna Picar. Mientras tanto,continuó con sus nego-cios, sobre todo inmobilia-rios, logrando reunir uncrecido patrimonio.

Poco más tarde, en1926, en plena dictaduraprimorriverista, se convirtióen la primera mujer quefue concejal en el Ayunta-miento de Segovia. Primode Rivera demostró un no-table interés por los dere-chos de la mujer, promo-viendo reformas legalesatinentes a la protecciónen el trabajo, facilidadespara cursar estudios uni-versitarios, cargos en elgobierno municipal, etcé-tera. Fue aquella dictaduramonárquica –y no en laposterior época republica-na- la que concedió losprimeros derechos políti-cos a las mujeres españo-las: el Estatuto Municipal,

de 1924, otorgaba el voto a las mujeres en laselecciones municipales -con algunas restriccio-nes-, y poco más tarde reconoció el derecho alvoto a todos los españoles mayores de 18 años,sin distinción de sexo. Así, en la Asamblea Nacio-

Tres imágenes de las actividades de MaríaEspinosa de los Monteros en pro del feminismohispano, en los años de 1918 a 1923: de ariba aabajo, las conferencias en la Real Academia deJurisprudencia y Legislación; en el Ilustre Colegiode Abogados de Barcelona; y una sesión del Con-

sejo Supremo Feminista de España(de la prensa de la época)

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nal constituida en 1927, las mujeres lograron al-gunos escaños. Fue por entonces, pues, cuandolas mujeres españolas se incorporaron a la vidapública plenamente: unade ellas fue doña MaríaEspinosa de los Monteros,porque, aun siendo femi-nista declarada y pioneraen la defensa de los dere-chos de las mujeres, eratambién una persona deorden, y por eso miembrode la Unión Patriótica, elpartido civil que sostenía aldictador.

El 11 de enero de1926, doña María Espino-sa de los Monteros tomóposesión de una conceja-lía del Ayuntamiento deSegovia, por designacióngubernativa. Durante sumandato, su principal em-peño fue la creación de unSalón del Turismo y oficinaen las dependencias muni-cipales. Formó un ficherode los hoteles y alojamien-tos de toda España; hizocolocar placas por toda laciudad para guiar a los vi-sitantes; hizo imprimir 15.000 folletos divulgati-vos, otras 50.000 postales en color (con diez imá-genes distintas), y otros 6.000 itinerarios gráficosde los monumentos segovianos; envió esos folle-tos y esas postales a distintas librerías y puntosde venta de toda España –sobre todo de Madridy Barcelona-; envió 1790 paquetes de propagan-da a todas y cada una de las embajadas y consu-lados españoles de todo el mundo, y a distintasentidades de Francia, Bélgica, Inglaterra y los Es-tados Unidos de América; y contrató a un emple-ado que, además de atender la oficina, se perso-naba en la estación a la llegada de cada trenpara repartir folletos e informaciones. Todo estedesarrollo fue no solo rápido sino modélico –has-ta el punto de que los munícipes de Toledo, Gra-nada y Sevilla pidieron información precisa a Se-govia, para aplicarlo en sus ciudades-, y pone demanifiesto la inteligencia, la capacidad de trabajoy las grandes dotes organizativas de la señora deEspinosa.

También promovió como concejal algunasiniciativas que delatan su gran religiosidad cristia-na. Entre ellas, la meticulosa organización de la

Semana Santa (abril de1926); la iniciativa dirigidaa que Segovia diese elnombre de algunas de suscalles a Santa Teresa deJesús y a San Juan de laCruz (noviembre de 1926);y el acuerdo de nombra-miento de cronista oficialde la ciudad al erudito donIldefonso Rodríguez (mar-zo de 1927).

Fue doña Maríaquien promovió el nombra-miento de la Infanta DoñaIsabel de Borbón -autotitu-lada Condesa de Segovia,y queridísima en la ciudady en la provincia- como al-caldesa honoraria de Se-govia. Y fue ella quien, enla solemne ceremonia quetuvo lugar en la Plaza Ma-yor el 8 de agosto de1926, le puso la monteratradicional -más bien fea,hoy se conserva en el Mu-seo del Traje, en Madrid-,

junto al alcalde, al presidente de la DiputaciónProvincial, y un inmenso concurso de público.

Doña María hizo dimisión de su concejalíael 13 de marzo de 1928, siendo inútiles los es-fuerzos del alcalde y demás concejales para rete-nerla en el cargo. Notemos que ya entonces ha-bía cumplido los 51 años –edad crecida para lasmujeres de la época-, que se hallaba delicada desalud, padeciendo sus pulmones de bronquiecta-sia, y que pasaba largas temporadas fuera deSegovia.

El golpe de Estado republicano de abril de1931 la sorprendió, pues, ya mayor y retirada desu actividad feminista. No sabemos dónde pasóla guerra civil, pero sí que, en fecha desconocida,y a causa de su enfermedad pulmonar, doña Ma-ría Espinosa de los Mont- teros se trasladó a vivira Alicante, en cuyas afueras adquirió la finca ElPantanet. Allí debió acompañarla su íntima amigaAna Picar, de la que no se separó nunca -hasta elpunto de que sus familiares publicaron en el dia-

Doña María Espinosa de los Monterosretratada en 1920 en la prensa coetánea

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rio ABC, en 1953, una esquela mortuoria conjun-ta, a nombre de las dos íntimas amigas-. En ElPantanet falleció doña Ma-ría el 18 de diciembre de1946, siendo sepultadossus restos en el cemente-rio municipal alicantino.

En 1915 le habíasido concedida por el Reyla cruz de la Orden Civil deAlfonso XII (hoy de Alfon-so X el Sabio), en justa re-compensa a los extraordi-narios servicios prestadosa la cultura femenina e in-fantil, así como por sugran altruismo en favor decuanto con la enseñanzase relaciona. Y en 1927había sido nombrada HijaPredilecta de Estepona.Más modernamente, en1978, el Ministerio de Cul-tura creó el Premio MaríaEspinosa para galardonarlos mejores trabajos cientí-ficos y periodísticos quetraten la situación jurídica,social, laboral y cultural dela mujer en España, asícomo los referidos a su in-tegración y equiparaciónen la actual sociedad. La-mentablemente, este pre-mio desapareció en 1984.

De su carácter y desu genio da buena ideauna anécdota familiar queno quiero dejar de referir allector. En la casa de miabuelo el doctor Gila habíaun bonito escritorio de esti-lo art nouveau, en cuyo in-terior hallé hace muchosaños una tarjeta de visitade doña María, dirigida ami bisabuelo el doctor Se-gundo Gila, y en ella esta-ba escrito esto sobre sunombre: En recuerdo deuna noche inolvidable. Ca-ramba, pensé yo, qué fres-

cura la de la señora Espinosa –de quien no habíaoído hablar nunca hasta entonces-. Mi madre me

lo aclaró enseguida: doñaMaría había regalado esebonito escri- torio, con latarjeta dentro, a mi bisa-buelo don Segundo, tras eltrance de un parto de do-ña María terriblementecomplicado, en el queaquel doctor Gila logró sal-var las vidas de madre ehijo, y de ahí la dedicatoriay el obsequio.Fuentes y bibliografía

Archivo Municipal de Se-govia (Actas, Padronesdocumentos varios). Archi-vo Histórico Nacional(Fondos Contemporáneos-Tribunal Supremo 568/1596; Universidades 4805/29). Mónica Moreno Seco,“El feminismo moderadode María Espinosa de losMonteros”, en Entretejien-do saberes: Actas del IVSeminario de la Asocia-ción Universitaria de Estu-dios de Mujeres (AUDEM),Sevilla 17 al 19 de octubrede 2002, vol. 1 (2003). Pa-loma Díaz Fernández, “Ladictadura de Primo de Ri-vera. Una oportunidad pa-ra la mujer”, Espacio,Tiempo y Forma, Serie V,Historia Contemporánea,17 (2005), págs. 175-190(cita en la p. 179). LauraBranciforte, “Experienciasplurales del feminismo es-pañol en el primer terciodel siglo pasado: un balan-ce de la historiografía re-ciente”, Revista de Histo-riografía, 22 (2015), págs.235-254. Enrique BenítezPalma, “María Espinosade los Monteros: feministay coherente”, La tribu, 10de marzo de 2017.

La casona segoviana de la calle del Pozueloen que habitó doña María con sus hijos

y su amiga AnaTras su mujerte en 1946, la heredaron sus hijos

y después sus nietos

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Mª Rosa Ayerbe Iríbar (edit.), ELCEREMONIAL DEL CONSEJODE NAVARRA. San Sebastián,Fundación para el Estudio delDerecho Histórico y Autonómicode Vasconia, 2018. 558 páginas.ISBN 978-84-09-06963-7. A fina-les de la Edad Media se genera-lizó en España la formación de li-bros ceremoniales, incluyendoen ellos los actos públicos, y losprocedimientos judiciales y admi-nistrativos propios de la institu-ción afectada, con sus usos ycostumbres –y su casuística-.Así, el Consejo de Navarra formóel suyo a partir del siglo XVI, enel que se relataron sus actos pú-blicos, y sus relaciones y tratocon el Rey, el virrey o el regente,el propio Consejo, las Cortes na-varras y la Cámara de Comptos,y también con otras institucionesforáneas. De aquella compilaciónse conservan tres manuscritos,en parte similares, pero tambiéncon diferencias notables entreellos: esos han sido el objeto delestudio de la doctora Ayerbe Irí-bar, profesora de la Universidaddel País Vasco y secretaria deIura Vasconiae, que en su intro-ducción trata del concepto de ce-remonial, la conformación de li-bros ceremoniales, la autoría yfecha de este del Consejo deNavarra, su contenido, y la edi-ción del mismo; todo fundado enuna amplia bibliografía. Le siguela transcripción del propio Cere-monial del Consejo de Navarra,

en que se glosan por menor lasceremonias de entrada y salidade los virreyes, el despacho delConsejo con ellos, la convocato-ria de las Cortes, la jura del Prín-cipe, la enfermedad, muerte yproclamación del Rey, las gra-cias y los perdones, las comidas,el regente y los oidores del Con-sejo, los nombramientos de pro-tomédico, de oidor, de fiscal, dealguacil mayor, de mariscal, decondestable, de mayordomo ma-yor, de tesorero general, la cele-bración de las victorias militaresy de las grandes nuevas, las co-rridas de toros, la muerte de laReina y los lutos, las fiestas deCorpus y otras, la visita de lospresos, las fiestas... Por fin, dosapéndices atinentes a ciertos ca-sos y sucesos particulares. Todoello es interesantísimo para lahistoria e las mentalidades, usosy costumbres públicas. La edi-ción, magnífica, se complementaun útil índice onomástico (MF).Luca Demontis, ENRICO DI CASTIGLIA, SENATORE DI ROMA(1267-1268). DIPLOMAZIA,GUERRA E PROPAGANDATRA IL COMUNE DI “POPOLO”E LA CORTE PAPALE. Roma,Antonianum, 2017. 218 páginas.ISBN 978-88-7257-101-9. Latrayectoria vital del Infante DonEnrique de Castilla el Senador(1230-1303), hijo del Rey DonFernando III el Santo, fue pococomún para su tiempo. Enca-bezó en 1255 una rebelión con-

tra su hermano el Rey DonAlfonso X, huyó a Aragón, pasóde allí Francia y luego a la cortede Enrique III de Inglaterra, en laque se hallaba su hermanaDoña Leonor. Allí reprimió unarebelión en Gales y después pa-só a África, donde al frente deuna hueste reclutada en Ga-scuña y en Cataluña, sirvió alcalifa al-Mostansir hafsida. En1266 se unió a Charles d’Anjoupara conquistar la isla de Sicilia,pero lograda ésta el francés senegó a recompensarle y a devol-verle algunos dineros prestados.Por eso se dirigió a Viterbo, en-tonces sede de la corte papal,dejando el partido güelfo parapasar al gibelino de los Staufen,estableciéndose en Roma, don-de obtuvo del Papa el elevadocargo de senador, desarrollandoademás una carrera como poe-ta. Reconocido como generalísi-mo de la Toscana por Pisa y Sie-na, la entrada de Conradino enPisa fue la causa de que el Papale declarase excomulgado. Estono le acobardó: acompañó aConradino en su entrada triunfalen la Ciudad Eterna, y despuésa Sicilia, sirviéndole hasta la de-rrota de Tagliacozzo en 1268. Enaquella ocasión cayó prisionerodel francés, y aunque pudo es-capar de la decapitación, perose le condenó a prisión perpe-tua. Permaneció prisionero hasta1290, volviendo a Castilla trasun breve paso por Túnez. En las

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discordias dinásticas castellanasapoyó a su sobrino Don SanchoIV, y después al hijo de este DonFernando IV. Demontis, apoyadoen una amplia bibliografía y conla primicia de algunos textos ysermones coetáneos, traza labiografía del personaje –en parti-cular de su etapa romana- y atis-ba su gran interés vital por lograrla formación de un estado here-ditario –lo que nunca pudo lo-grar-, y de ahí que prestase susservicios a sucesivos príncipes(MF).Michel Pastoureau, LE LOUP.UNE HISTOIRE CULTURELLE.París, Éditions du Seuil, 2018.160 páginas con muchas ilustra-ciones a todo color. ISBN 978-2-02-140395-4. El eximio heraldis-ta galo Michel Pastoureau, esademás un gran historiador cul-tural de los colores, y también delos animales: recordemos su te-sis Le Bestiaire héraldique mé-diéval de 1972, a la que siguie-ron sus textos sobre el oso, losbestiarios medievales, y el cerdo.Esta vez, el maestro dedica susafanes al estudio del lobo comoanimal simbólico –uno de losmás relevantes de la mentalidadeuropea-, desde las mitologíasantiguas, pasando por la loba ro-mana, el lobo como encarnacióndel mal, el lobo en los bestiarios,la magia y las brujas, las leyen-das y los cuentos, los hombres-lobo, la fiera en los campos, lascreencias y las supersticiones

modernas, el folklore y, en fin, ellobo en nuestros días –apenasrecordado en los proverbios y latoponimia, y apenas temido-. To-do ello ilustrado magníficamentepor un crecido número de foto-grafías, y apoyado en un aparatode fuentes y bibliográfico muycompleto. Una delicia de lectura,y una apreciable contribución alestudio de uno de los símbolosmás comunes en la heráldicahispana, en particular la norteña,cual la de mi propio linaje deAyala (MF).Javier García Bernal, ALFONSOXIII Y LA SANJURJADA. Ma-drid, 2019. 168 páginas con ilu-straciones a color. Es este libroun libro singular. Y lo es porqueel estudio que recoge no es elfruto del trabajo de un historiadoracadémico o profesional, sino elde un culto letrado muy devotode la figura de Don Alfonso XIII,a cuya vida ha dedicado sus afa-nes y sus lecturas, sin más ambi-ción que la de desvelar algunoshechos de aquellos tiempos, po-co o mal conocidos. Y, sin em-bargo, el resultado de esos afa-nes y de esas lecturas, de esacuriosidad, en fin, es muy esti-mable porque a los numerososestudios académicos que se hanvenido publicando sobre la histo-ria del monarca, de la MonarquíaAlfonsina y de los turbulentosdías republicanos, García-Bernalaporta ahora algunos puntos devista novedosos, plantea algunascuestiones muy interesantes, y,sobre todo, da a la luz públicavarios documentos de interés, enparticular atinentes a dos figurasque tuvieron presencia y trascen-dencia en la vida pública deaquellos años y que intervinieronen los sucesos de 1931 y de1932: los tenientes generalesdon José Sanjurjo y Sacanell(1872-1936), y don Emilio Barre-ra y Luyando (1869-1943). Bar-

rera, soldado ejemplar, de unaprobidad memorable y leal siem-pre a la Corona, fue uno de lostres candidatos que consideró elRey para presidir el Consejo deMinistros en 1930, al tiempo deconcluir la dictadura primorriveri-sta y retornar al sistema constitu-cional. Barrera era, cuando elgolpe republicano de abril de1931, el jefe del Estado MayorCentral. Y Barrera –y noSanjurjo- fue el verdadero direc-tor del contragolpe monárquicodel 10 de agosto de 1932: de ahíel interés que tiene el conoci-miento de sus actividades en tancríticos momentos. No es la pri-mera vez -ya lo hizo en su prece-dente estudio Reflexiones sobreAlfonso XIII-, que García-Bernalapunta la posibilidad de que elgeneral Sanjurjo se sintiera re-sentido con Don Alfonso XIII –quizá a causa de la manera enque despidió a Primo de Rivera,o quizá por no haberle hechoGrande de España-, y que ellopudiera haber tenido mucho quever con su sospechosa actitudante el monarca y ante los golpi-stas republicanos en aquel tran-ce de abril de 1931. Aún más:García-Bernal sostiene con fir-meza, y con pruebas documen-tales –los autorizados testimo-nios del ministro Azaña y delgeneral Barrera- que Sanjurjopersiguió, por tres veces y entres momentos inmediatos(1930, 1931 y 1932), alcanzar la

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presidencia del Gobierno, e in-cluso la Jefatura del Estado, a laque hubiera llegado de habertriunfado el contragolpe de 1932.Y que ese afán fue el que movióa Sanjurjo a estar resentido conel monarca desde 1930, a aban-donarle en el golpe de 1931, y asumarse al contragolpe de 1932.Solo por este hallazgo, este librode García-Bernal tiene ya un in-terés historiográfico grandísimosobre unos sucesos determinan-tes en la reciente Historia deEspaña, pues contiene aporta-ciones novedosas y valiosas a laamplia bibliografía atinente a losperiodos alfonsino y republicano(MF).Pedro Moreno Meyerhoff, HIS-TORIA GENEALÓGICA DE LACASA DE HÍJAR. LOS DES-CENDIENTES DEL REY DONJAIME I EL CONQUISTADOR(SIGLOS XIII-XXI). Barcelona,Difusión Publicaciones y Vídeos,2018. 474 páginas. ISBN 978-84-09-06234-8. El profesor Mo-reno Meyerhof trata con rigor,amplitud y profundidad de unade las principales familias de laNobleza histórica española: losFernández de Híjar, cuyos seño-ríos se extendieron por los reinosde Aragón, de Castilla, de Portu-gal y de Cerdeña. El autor ha re-construido minuciosamente lagenealogía del linaje, cuyo ori-gen se halla en don Pedro, Se-ñor de Híjar y vástago del ReyDon Jaime I el Conquistador. Y

Moreno Meyerhof lo hace a lolargo de los últimos setecientosaños. Para atender a su ambicio-so propósito el autor ha maneja-do exhaustivamente el propio ar-chivo de la Casa Ducal de Híjar,depositado en el Archivo Históri-co Provincial de Zaragoza. Lailustre Casa y familia lograría elrango ducal en el siglo XV, y tuvouna participación grande en al-gunos momentos históricos, cua-les los de la conspiración de1648 contra el Rey Don FelipeIV, o la resistencia contra losfranceses en 1808. También tratapor menor el autor del patrimonioinmueble –las residencias duca-les- y mueble de los de Híjar;con especial atención a las bi-bliotecas, pues el décimo de losDuques fue hombre de elevadacultura, y durante muchos añosdirector del Museo del Prado.Completan este libro un apéndi-ce documental, una noticia ínte-gra de las fuentes documentalesy archivísticas, una extensa bi-bliografía, y unos índices muycompletos. El estudio de la altanobleza aragonesa no se hallatan documentado como la deCastilla, y por eso este es un li-bro que, además de ser magnífi-co, era necesario y es oportuno.Carlos M. Reglero de la Fuente(coord.), PODERES, ESPACIOSY ESCRITURAS. LOS REINOSDE CASTILLA Y LEÓN (SI-GLOS XI-XV). Madrid, Sílex,2018. 265 páginas. ISBN 978-84-7737-987-4. El estudio delpoder es uno de los más clásicosasuntos en la historiografía, ypuede abordarse desde diversospuntos de vista. Este conjunto deestudios lo hace observando laconfluencia de los distintos pode-res concretos existentes en unmomento histórico, y de los po-derosos coetáneos, actuandohacia un mismo fin; de los espa-cios del poder; y de las escritu-ras y diplomas de los poderosos.

De esos ocho estudios nos inte-resan en particular los debidos aInés Calderón Medina, La movili-dad nobiliaria en las fuentes me-dievales hispanas. Hagiografía,cántigas y genealogía (siglos XII-XIV); y Miguel Calleja-Puerta, Elvalor de la escritura en los pre-ámbulos de la cancillería de Al-fonso VII (1126-1157) (FG).Laurent Hablot, MANUEL DEHÉRALDIQUE EMBLÉMATI-QUE MÉDIÉVALE. Tours, Pre-sses Universitaires François Ra-belais, 2019. 336 páginasilustradas a todo color. ISBN978-2-86906-689-2. Prologadopor el grande Michel Pastoureau–lo que avala la calidad de estaobra-, se trata de una aproxima-ción al fenómeno heráldico, he-cha desde un punto de vista in-frecuente, pues sigue la cro-nología de la aparición y el desa-rrollo de las armerías, desde me-diados del siglo XII hasta los co-mienzos del siglo XVI: los es-cudos de armas, los ornamentosexteriores (cimeras, soportes ytenantes, motes y lemas, divi-sas...-. La intención del autor esla de facilitar el acceso de susestudiantes de la cátedra de Em-blemática Occidental en la Écolepratique des Hautes études de laUniversidad de París, al conoci-miento y comprensión de los em-blemas heráldicos, y de la ampliacantidad de noticias que revelanel entendido. Para ello se sirve elautor de una soberbia colección

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de ilustraciones, todas ellas per-fectamente identificadas encuanto a su procedencia; e incor-pora también unas útiles indica-ciones auxiliares de la investiga-ción sobre los usos heráldicosbajomedievales, y un completoglosario de términos técnicos.Muy recomendable por la nove-dad de sus enfoques académi-cos (MF).José Julio Martín Romero, ELNOBILIARIO VERO Y EL PEN-SAMIENTO ARISTOCRÁTICODEL SIGLO XV. Madrid, Iberoa-mericana, 2019. 380 páginas conilustraciones en blanco y negro.ISBN 978-848489-395-0. Intere-sante estudio dedicado al análi-sis y glosa de este importantetexto castellano bajomedievalque fue el Nobiliario vero (impre-so en Sevilla en 1492), en el queFerrán Mexía plasmó la mentali-dad nobiliaria imperante en elmomento crucial del fin de la Re-conquista y del descubrimientode América. Una visión linajísticade la nobleza de sangre, másbien opuesta a la de la noblezacomo emanación de la voluntadde la Corona –y desde luegoopuesta a la incorporación de losletrados-, que pronto se convirtióen el tratado de afirmación nobi-liaria más importante del reinadode los Reyes Católicos. Mexía(Jaén, 1424-c.1506), fue un vás-tago de la vieja nobleza, caballe-ro, muy activo en los aconteci-mientos políticos y militares de

su tiempo –la guerra civil caste-llana, la conquista de Granada-,y a más un hombre culto y unerudito, y un publicista notable.Martín Romero, profesor de laUniversidad de Jaén, nos pre-senta aquí no solo un extenso yprofundo estudio introductorio -sobre la trayectoria vital de Me-xía, sobre su pensamiento nobi-liario y las ideas coetáneas, ysobre su escritura y su lenguaje-,sino además una completa ymagnífica edición crítica del textooriginal. Completa este espléndi-do volumen una bibliografía ac-tualizada y acuciosa (MF).Éric Maria Tripnaux-Monin, LAPETITE BOUTIQUE DES HON-NEURS. FAUT-IL DÉCORERDES SALTIMBANQUES? Ver-tou, Persée, 2019. 272 páginas.ISBN 978-2-8231-2631-0. Unaobra insólita en el amplio campode los estudios sobre Órdenes,condecoraciones y Falerística,pues a los sólitos aspectos insti-tucionales, legales y físicos detales insignias premiales, viene asumar una visión de la psicologíasocial que, a lo largo de los tiem-pos, viene sustentando ese ám-bito tan peculiar. El autor, un pe-riodista veterano, profesional-mente adscrito al Ejército belga,parte de las Órdenes militares deorigen medieval o nacidas duran-te el Antiguo Régimen, pero en-seguida utiliza como hilo conduc-tor de su ensayo el de la Legiónde Honor francesa, paradigmade las condecoraciones de méri-to modernas. En su devenir ob-serva las circunstancias socialesde su nacimiento durante el pri-mer Imperio, su arraigo durantela Restauración borbónica, la in-corporación de la burquesía enel reinado de Luis Felipe y el IIImperio, los años republicanos,la Belle Époque, las Guerras Mu-diales, la comparación con lospremios de otros países... para

concluir en el examen del estadode la cuestión en los albores delsiglo XXI. Esta esta, sin duda, deuna aportación bien interesante ymuy novedosa (MF).José María Monsalvo Antón, LACONSTRUCCIÓN DEL PODERREAL EN LA MONARQUÍACASTELLANA (SIGLOS XI-XV).Madrid, Marcial Pons, 2019. 552páginas. ISBN 978-84-16662-69-2. Esta obra de José María Mon-salvo Anton, catedrático de His-toria Medieval en la Universidadde Salamanca, y respetado trata-dista de la Castilla bajomedieval,analiza la elevación progresivadel poder regio y los cambiosinstitucionales en los reinos queformaron la corona de Castilla.Su lectura ayuda a comprenderel proceso que permitió transitardesde la monarquía feudal a lamonarquía centralizada. Lastransformaciones legales, admi-nistrativas, territoriales o fiscales,así como las ideas y la culturapolítica, se interpretan en estamonografía unidas a los conflic-tos esenciales protagonizadospor las fuerzas sociales organi-zadas. El estudio atiende con es-pecial interés a la acción colecti-va de la nobleza señorial y a lade las ciudades. El libro interpre-ta la evolución histórica de los si-glos XI al XV siguiendo el eje delas profundas interrelaciones en-tre la política y la sociedad, entreel rey y el reino, entre el rey y lanobleza señorial y urbana (FG).

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NOBILTÀ, 147 (noviembre-diciem-bre 2018). Con editorial titulado La“nobiltà” nei media, nei social ed inTV, y los artículos de Alberto LEM-BO, Tessere cavalleresche; PierFelice degli UBERTI, Un essempiod’identificazione personale: la Mar-chesa d’Aragona;Nicola PESACA-NE, Stemmario delle famiglie nobilidel Ducato di Modena; y MimmaBERZOLLA, Una questione dinas-tica: dai Farnese ai Borbone (MF).REVISTA DE GENEALOGÍA FA-MILIAR, 13 (2017). La revista ar-gentina contiene las colaboracio-nes de José C. SUÁREZ MEDEI-ROS, Urriolagoitia, uno de tantosapellidos vascos que prosperaronen Bolivia; Mariano VILLELA SÁN-CHEZ VIAMONTE, Ascendenciasmozárabes en Buenos Aires yMontevideo que vienen por la Casade los Señores de Mejorada. Estu-dio sobre los ancestros mozárabesde los Molina Salas; y Pedro A.PERNIGOTTI OLMEDO SANTI-LLÁN, Vecinos de las ciudades deSantiago del Estero y San Miguelde Tucumán de 1574 a 1650 (MF).BOLETÍN JOVELLANISTA, 17(2017). La revista anual de la Fun-dación Foro Jovellanos del Princi-pado de Asturias nos trae, entreotras colaboraciones, el artículo delos hermanos Alfonso y Luis deCEBALLOS-ESCALERA GILA, titu-lado Noticia de la vida y muerte dedon Gregorio de Jovellanos, te-niente de navío de la Real Armada(1746-1780).HIDALGOS, 556 (otoño 2018). Eneste número leemos las aportacio-nes de José Manuel HUIDOBROMOYA, José de Ribas, el español

que fundó la ciudad de Odesa; Vi-centa Mª MÁRQUEZ DE LA PLATAFERRÁNDIZ, Marquesa de CASAREAL, Luisa de Carvajal y Mendo-za 1566-1614, poetisa, mística ymártir; María Inés OLARÁN MÚGI-CA, La Enciclopedia Heráldica yGenealógica Hispano-Americana; yLuis VALERO DE BERNABÉ, Mar-qués de CASA REAL, El grifo en laheráldica española. HIDALGUÍA, 379 (2018). Contiene,entre otros, los artículos de Joa-quín RUIZ DE VILLA LÓPEZ, Lina-jes montañeses en Indias: elites demilicia, riqueza y poder; AntonioLUQUE HERNÁNDEZ, El granMarqués de Scotti, secretario deIsabel de Farnesio; Margarita TO-RREMOCHA HERNÁNDEZ, Lalimpieza de sangre como motor enlos ascensos del fiscal Tovar; yFaustino MENÉNDEZ PIDAL DENAVASCUÉS, Sellar: una inven-ción humana.ALTAMIRA, 89 (2018). La revistadel Centro de Estudios Montañe-ses inserta, entre otros, los textosde Francisco Javier GARCÍA MAN-TECÓN, Cádiz, 1715-1816: carga-dores montañeses en la carrera deIndias (factores, encomenderos ycomisionistas); Fernando GOMA-RÍN GUIRADO y Alfonso de CEBA-LLOS-ESCALERA GILA, La casu-lla rica del ilustrado arzobispomontañés don José Ramón de Ar-ce Rebollar, Inquisidor General. Ytambién trae tres semblanzas ne-crológicas de la recordada heral-dista María del Carmen GonzálezEchegaray, debidas a FernandoGomarín Guirado, Alfonso Ceba-llos-Escalera y Gila, Francisco Gu-tiérrez Díaz y Antonio Martínez Ce-rezo.IL MONDO DEL CAVALIERE, 71(julio-septiembre 2018). Dedica sueditorial al asunto de la necesidaddel mérito personal para llegar aser caballero, e incluye entre otroslos textos de María Loredana PI-NOTTI, Il Real Ordine di Santa Isa-bella; Enzo CAPASSO DELLEPASTENE TORRE, La nobilissimae beata Adunanza delle Dame della

Croce Stellata; y Tommaso CHE-RUBINI, L’Ordine al Merito dellaGuardia Civil.IL MONDO DEL CAVALIERE, 72(octubre-diciembre 2018). Titula sueditorial Gli Ordini Cavallereschi ela realtà quotidiana, al que siguenlos artículos de Alberto LEMBO, Levicende dell’Ordine della Mercede;y C.A. Sebastiano A. PONZIO, Lepartecipazione marinara del Ducatodi Savoia a Lepanto.THE COURT HISTORIAN, 23(2018). En este número, editadopor Silvia Z. Mitchell y titulado TheSpanish Habsburg Court during theReign of Carlos II (1665–1700), le-emos los artículos de Silvia Z. MIT-CHELL, The Spanish HabsburgCourt during the Reign of Carlos II(1665-1700), y también Womenand Children First: Court Ceremo-nial during Carlos II’s Minority,1665-1675; Barbara von BAR-GHAHN, The Duty to Display Prin-cely Perfection: Portraits of CarlosII as Child-King; Koldo TRÁPAGAMONCHET, Members of DonJuan’s Household and the Politicsof Carlos II’s Court during the EarlyYears of his Minority (1665-1669);Ezequiel BORGOGNONI, The Ro-yal Household of Marie-Louise ofOrleans, 1679-1689: The Struggleover Executive Offices; Felix LA-BRADOR ARROYO, Preparing fora Queen: Maria Anna of Neuburg’sRoyal Entry into Spain; Laura OLI-VÁN-SANTALIESTRA, ‘Mein lieberlúiß’: Aloys von Harrach and the Di-plomacies of Motherhood duringthe Last Years of Carlos II’s Reign(1698–1701); y Luis RIBOT, CarlosII: A Reign under Revision.

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Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [32]

FRANCO CANOVA,NUEVO COMENDADOR TEUTÓNICO

Con decretodado en Viena el 27de febrero de 2019,monseñor el abategeneral Frank Ba-yard, Hochmeisterde la Orden Teutóni-ca, ha erigido lanueva Encomiendasul Brenta, depen-diente del BailiatoAd Tiberim (Roma),y ha nombrado su

primer comendador en la persona del Barón FrancoCanova, familiar O.T. Nacido en Lusia en 1959, esun prestigioso empresario publicitario, miembro dela Accademia Tiberina, de la Accademia de Marina,de la Académie Belgo-Espagnole d’Histoire, de laAcadémie Internationale d’Héraldique, y de la Unio-ne della Nobiltà d’Italia, y está condecorado con lasinsignias de las Órdenes Al Mérito de la RepúblicaItaliana, de Beneficencia (España), del Santo Sepul-cro de Jerusalén, de la Orden Constantiniana deSan Jorge, y la medalla de oro de la Cruz Roja. Re-ciba el nuevo comendador teutónico nuestra afec-tuosa felicitación, con nuestros mejores deseos deun gran suceso en su desempeño.LA REAL ORDENDE CARLOS III, ENSEVILLA

Después demostrarse en Ovie-do y en Santander,la exposición De miReal aprecio. LaReal y DistinguidaOrden Española deCarlos III, organiza-da por el Museo Ca-sa de la Moneda deMadrid (dependien-te de la Fábrica Na-cional de Moneda y Timbre), el Ayuntamiento deSevilla y la Maestranza de Caballería de Castilla,abre sus puertas en los Reales Alcázares de Sevi-lla, desde el 10 de enero al 24 de febrero de 2019.Colaboran en esta exposición la Real Maestranzade Caballería de Sevilla, el Cabildo Catedral Metro-politano, el Real Círculo de Labradores y la Acade-mia Andaluza de la Historia. La muestra reúne un

centenar y medio de piezas de muy variado signo(pinturas, esculturas, medallas, documentos, dibu-jos, uniformes y piezas de indumentaria, monedas,condecoraciones, estampas, etcétera), a través delas cuales se propone un recorrido histórico sobre lahistoria y evolución de la Real y Distinguida OrdenEspañola de Carlos III, desde su creación hastanuestros días, dedicando un capítulo a la presenciade la Orden en Sevilla –en donde se radicó en losturbulentos años de 1809-1810-. Obras proceden-tes de museo y colecciones públicas y privadas,muchas de ellas sevillanas, seleccionadas por loscomisarios Dres. D. Rafael Feria Pérez y D. Alfonsode Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala. El19 de septiembre de 1771, S.M. el Rey Don CarlosIII rubricaba con su firma la institución de esta Real

y Distinguida OrdenEspañola, que, tenien-do como lema “Virtutiet Merito” y queriendodar muestra de Su Re-al aprecio, nacía conla finalidad de distin-guir a aquellas noblespersonas que destaca-ran por sus accionesen beneficio de Espa-ña y de la Real perso-na. Su legado y vigen-cia continúan hoy bajoel Gran Maestrazgo de

S.M. el Rey Don Felipe VI, ocupando el primerpuesto entre las más altas distinciones del Reino deEspaña. La Orden Española es concedida a presi-dentes del Gobierno, de las Cortes, ministros y aotros destacados altos cargos de instituciones pú-blicas, así como a relevantes ciudadanos, aunquetambién es impuesta a altos dignatarios y jefes deEstado y de Gobierno de las naciones amigas. Conla insignia de la Real y Distinguida Orden Españolase reconocen los esfuerzos personales que contri-buyen, de modo relevante, a la mejora de nuestrasociedad e instituciones básicas, y a estrechar almás alto nivel las relaciones de amistad del Reinode España con sus socios y aliados. Don Carlos IIIaccedió al Trono español en 1759 con una impor-tante experiencia de gobierno, resultado de su pre-vio y largo reinado napolitano. Desde un primer mo-mento intentó prestigiar a la Corona y modernizar lasociedad hispana, al modo de los soberanos ilustra-dos de la época. Fue así como impulsó y propicióen España una serie de importantes reformas, queredundaron en el fortalecimiento del Estado y en elprogreso de la Nación.

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Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [33]

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “ALFONSO XIIII Y LASANJURJADA”, DE GARCÍA-BERNAL

En la tarde del 4 de abril ha tenido lugar en lossalones del Centro Riojano de Madrid, por cierto, aba-rrotados de un público interesado y atento, la presen-tación de la obra de D. Javier García-Bernal tituladaAlfonso XIII y la Sanjurjada, de cuyo contenido y méri-to damos cuenta en las páginas antecedentes denuestra revista de libros. La obra fue presentada porel profesor Dr. Marqués de la Floresta, su prologuista,y por el erudito D. Alfonso de Figueroa y Melgar, Du-que de Tovar, buen conocedor del ambiente de laépoca a la que se refiere el libro –el contragolpe mo-nárquico del verano de 1932-. Cerrando las interven-ciones el propio autor, que se extendió en la glosa desus motivaciones, y de los avatares del libro que esedía vio la luz pública. Tras todas ellas, autor, presenta-dores y asistentes pasaron a gustar de los excelentesvinos de La Rioja.

EL DR. CONDE GAUCCI, NUEVO CHIEF HERALDDE MALTA

El 21 de marzo de 2019, el Dr. Charles A.Gaucci, Conde Gaucci, con la recomendación del pri-mer ministro maltés y del secretario del Gabinete, hasido designado por Heritage Malta –el organismo pú-blico que ostenta las competencias culturales del ar-chipiélago-, primer Chief Herald de la República de

Malta. Este nuevo cargoreúne las mismas facul-tades de los oficiales dearmas británicos, y vie-ne a sumarse a las es-casas Autoridades He-ráldicas públicas quefungen en el mundo,que son las de Inglate-rra (College of Armaspara el Reino Unido y laCommonwealth), Esco-cia (Lord Lyon), Canadá(Autorité Héraldique duCanadá), Francia, Bélgica, Castilla y León, y Sudáfri-ca. Deseamos a nuestro amigo el Dr. Conde Gauccilos mayores éxitos en el desempeño de este impor-tante cargo heráldico.PIER FELICE DEGLIUBERTI, BENEMÉRI-TO DE LA REAL ASO-CIACIÓN DE HIDAL-GOS DE ESPAÑA

El Dr. Pier FeliceDegli Uberti, Conde deCavaglià, ha sido nom-brado miembro bene-mérito de la Real Asociación de Hidalgos de España -la entidad cultural y social de tradición nobiliaria másactiva en el Reino de España-, por acuerdo de suasamblea general, conforme al artículo 56 de sus es-tatutos. La distinción viene a reconocer una larga ca-rrera de méritos y servicios, de al menos veinticincoaños. Y, ciertamente, el Dr. Degli Uberti se los ha pres-tado, pues tras incorporarse a la Asociación el 23 dediciembre de 1983 desarrolló una actividad incesante,que le llevaron a obtener la insignia de las hojas de ro-ble, a ser designado secretario general de la Junta deItalia (1989-2009), y uno de los veinticuatro miembrosdel Consejo Asesor (1991-2019). A más, el Dr. DegliUberti, tras haber desarrollado una carrera profesio-nal en la Banca, es hoy el presidente de la Confedéra-tion nternationale de Généalogie et Héraldique, de laInternational Commision for Orders of Chivalry, y de laFederazione Italiane di Genealogia, Storia di Famiglia,Araldica e Scienze Documentarie, vicepresidente dela Académie Internationale de Généalogie, y directorde las revistas Nobiltà y Il Mondo del Cavaliere. Ladistinción lleva consigo la realización de un retrato alóleo del nuevo personaje benemérito, que se exhibiráen las salas de la sede social. Reciba el Dr. DegliUberti nuestra afectuosa felicitación por esta merecidarecompensa a sus afanes y trabajos.

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Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [33]

Sir CONRAD SWAN

Nacido en Canadá, en la Columbia Británi-ca, el 13 de mayo de 1924, el antiguo Garter king ofarms ha fallecido a los 94 años en Londres, el 10de enero de 2019.

Era vástago de la noble familia polaca deŚwięcicki –apellido que su padre, médico, mudó alde Swan cuando emigró a Canadá en 1884-. Viudodesde 1995, le sobreviven cinco hijos.

Tras su formación en la londinense Escuelade Estudios Orientales y Africanos, fue empleadoen el Gobierno británico de la India, y durante la IIGuerra Mundial sirvió como teniente del Regimientode Madras, el más antiguo del país. Con la inde-pendencia de la India en 1947, dejó las filas con elempleo de capitán, volvió a Canadá y completó susestudios en la Universidad de Ontario, para des-pués doctorarse en la Universidad de Cambridgeen 1955. En los seis años sucesivos fue profesorde historia en la Universidad de la Asunción (Wind-sor, Ontario, Canadá), pero impartió lecciones a lo

largo de los cinco continentes –fue, durante toda suvida, un gran viajero-.

Fue el primer canadiense que sirvió en elCollege of Arms británico, al que se incorporó en1962 como Rouge Dragon persevante de armas,para ascender en 1968 a York heraldo de armas.Entre sus más destacadas actuaciones ceremonia-les, se recuerdan las de los funerales de sir WinstonChurchill (en 1965), y la investidura del Príncipe deGales (en 1969). Católico practicante, durante la vi-sita del Papa Juan Palo II al Reino Unido, en 1982,le sirvió como gentilhombre.

Fue nombrado Garter Principal King of Armsen 1992, siendo como tal el principal consejero de laReina en lo tocante al ceremonial y a la heráldica,con jurisdicción sobre Inglaterra, Gales, Irlanda delNorte y los Dominios de la Commonwealth –con laexcepción del Canadá-. En 1995, hallándose enfer-mo, obtuvo su jubilación.

A u t o rde varios li-bros y nume-rosos artícu-los sobre a-suntos históri-cos, heráldi-cos y sigilo-gráficos, fuefundador dela Royal He-raldry Societyof Canada, ydel HeraldicGarden en laGran Bretaña,y caballeroprincipal de laImperial So-ciety of KightsBachelor entre 1995 y 2000.

A su muerte, era comendador de la RoyalVictorian Order (1994), caballero de la VenerableOrden de San Juan, gran cruz de justicia de la Sa-cra y Militar Orden de San Jorge (Real Casa de Bor-bón de las Dos Sicilias), comendador de la Real Or-den de Francesco I, y caballero de honor y devociónde la Orden de Malta, a más de haber sido conde-corado por otros países de la Commonwealth y forá-neos (como Polonia, Noruega y Lituania).

Descanse en paz nuestro antiguo y amableamigo.

Dr. Marqués de la Floresta

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [34]

IN MEMORIAM

TITULAR

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [35]

ANDRÉ DAMIEN

André Damien, abogado respetado y escri-tor apreciado, nacido en París el 10 de julio de1930, ha muerto el 5 de marzo de 2019 en Versa-lles.

Hizo el bachillerato en Marsella, y despuésse licenció en Leyes en el Instituto de Criminologíade París. Comenzó a ejercer como abogado en Ver-salles en 1953, de cuyo Orden de los Abogados se-ría bâtonnier (presidente) en los años de 1969-1970y 1973-1976, ejerciendo profesionalmente hasta1981. Presidió la Conference des Bâtonniers deFrancia en 1979-1981, y después fue nombrado supresidente de honor.

Como intelectual, humanista y publicista, fueelegido académico de la Académie des SciencesMorales et Politiques en 1994, y llegaría a presidirlaen 2006; por eso accedió al prestigioso Institut deFrance. También perteneció a la Académie dessciences morales, des lettres et des arts de Versai-lles, de la que fue presidente de honor.

Su vocación política le llevó a ser, sucesiva-mente, alcalde de Versalles (1977 a 1995), conseje-ro general de Yvelines (1979 a 1998), consejero deEstado (1981-1997), asesor de Charles Pasqua, mi-nistro del Interior (1993-1995), y de su sucesor Je-an-Louis Debré (1995-1997), y diputado por Yveli-nes en 1996-1997.

Fue además vocal del Institut d’études judi-ciaires de Nanterre, y vicepresidente del Centre deformation professionnelle des avocats à la cour deVersailles; presidente de la Caja de Ahorros de Ver-salles (1992), presidente del Hospital de los Quin-ze-Vingts (1985-1996), y presidente de la Fédéra-tion hospitalière de France (1989-1997).

Gran entendido en la historia de las Órde-nes de caballería y de mérito, aparte de sus nume-

rosas publicaciones jurídicas, a su pluma se debenlos memorables estudios titulados Le Grand Livredes ordres de chevalerie et des décorations (1991),y L’Art et la Manière de porter les décorations(1995), que le convirtieron en uno de los grandesespecialistas galos en tales materias. Además, fuevocal del Consejo de la Orden de la Legión de Ho-nor desde 1997, vocal del Consejo de la Orden delMérito Agrícola (1998-2000). Y, como acendradocatólico, fue lugarteniente en Francia de la OrdenEcuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, duranteun decenio (1998-2008).

Durante su larga carrera mereció las insig-nias de gran oficial de la Orden de la Legión de Ho-nor, comendador de la Orden Nacional del Mérito,de la Orden de las Palmas Académicas, de la Or-den del Mérito Agrícola, de la Orden de las Artes yLas Letras, cruz de Combatiente de Vichy, medallade la Juventud y los Deportes, medalla de honor dela Administración Penitenciaria, comendador conplaca de la Orden de Pío IX (Santa Sede), grancruz de la Orden de San Gregorio Magno (SantaSede), gran cruz de la Orden Pro Mérito Melitense(Orden de Malta), gran cruz de gracia magistral dela Orden de Malta, gran cruz de la Orden Ecuestredel Santo Sepulcro de Jerusalén y caballero de laOrden Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén.

Quiera conceder Dios Nuestro Señor eleterno descanso del alma de tan gran cristiano yeximio letrado y publicista, nuestro buen amigo.

Dr. Marqués de la Floresta

IN MEMORIAM

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [35]

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [36]

Gran historiador del derecho histórico esco-cés, ha dejado escritos numerosos textos y artícu-los sobre las materias heráldicas, genealógicas ynobiliarias.

En 2001 fue nombrado Bute persevante dearmas, y en 2008 la Reina le hizo Lord Lyon rey dearmas. Sirvió este elevado oficio de armas, el pri-mero de Escocia, hasta su retiro en 2014.

Sus dilatados servicios le valieron en 2014la insignia de miembro de la Royal Victorian Order,y en 2016 el doctorado honoris causa por la Univer-sidad de Glasgow.

Descanse en paz.Dr. Marqués de la Floresta

IN MEMORIAM

DAVID SELLAR

El antiguo Lord Lyon King of Arms y primeraautoridad heráldica del Reino de Escocia, ha muer-to en Edimburgo el 26 de enero de 2019, a los 77años de edad, dejando viuda y tres hijos.

Había venido al mundo el 27 de febrero de1941 en Glasgow. Se graduó en Historia en la Uni-versidad de Oxford, y después en Leyes en la Uni-versidad de Edimburgo (1969), trabajando despuéscomo procurador, como letrado judicial y sobre todocomo profesor de su Universidad de Edimburgo.También enseñó en la cátedra de estudios célticos.

Estudió las genealogías y las institucionesnobiliarias escocesas, y fue vocal del Consejo deMonumentos Antiguos de Escocia, presidente de laScottish Genealogy Society, miembro de la He-raldry Society of Scotland, vicepresidente de la So-ciety of Antiquaires of Scotland, miembro de la Ro-yal Historical Society, de la Society of ScottishMedieval and Renaissance Studies, de la ScottishHistory Society, del Scottish Legal History Group, ydel Scottish Society of Northern Studies.

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [36]

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [37]

TITULAR

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [37]

C O N D E C O R A C I O N E S E S P A Ñ O L A SUNA COLECCIÓN EXCEPCIONAL DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, INSTITUCIONALES Y PROSOPOGRÁFICOS

EL TRIUNFO DE UNA VOLUNTAD HISTORIOGRÁFICA DE SERVICIO PÚBLICO

Bolarque 228023 Madrid

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TOISÓN DE OROP.V.P. 30 €

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MALTA(AGOTADO)

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Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [38]

TITULARVERSOS DE HISTORIA Y TIEMPO

Soneto de los tres dones divinos

Si Dios omnipotente me mandara,de sus dones, tomar el que quisiera,

ni el oro ni la plata le pidiera,ni imperios ni coronas deseara.

Si un sublime talento me bastarapara vivir fel iz, yo le eligiera;

mas ¿qué de sabios recordar pudieraa quien su misma ciencia costó cara?

Yo solo pido al Todopoderosome conceda propicio estos tres dones,

con que vivir en paz y ser dichoso:

Un fiel amigo en todas ocasiones,un corazón sencil lo y generoso,

y juicio, en f in, que ri ja mis acciones .

Juan Baut is ta Arr iaza y Superv ie la(Madr id 1770-1837)

Cuadernos de AyalaGaceta trimestral de información varia y miscelánea

sobre Historia institucional, Órdenes y condecoraciones,genealogía y heráldica, Historia nobiliaria, iconografía,

ceremonial y protocolodirigida por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila

CONSEJO DE REDACCIÓNDr. D. Félix Martínez Llorente (Universidad de Valladolid), Dra. DªAna Belén Sánchez Prieto (Universidad Complutense), Dr. D. JuanVan Halen (Universidad de Alcalá), D. Manuel Rodríguez deMaribona (Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía), Dr. D.Luis de Cevallos-Escalera (Academia Melitense), D. José A. Dávila(Real Academia de Toledo), Dr. D. Fernando de Artacho (AcademiaAndaluza de la Historia), Dr. D. Luis Valero de Bernabé, Marqués deCasa Real (Colegio Heráldico de España y de las Indias), Dr. D.José Mª de Montells (Academia de Alfonso XIII), Dr. D. Antonio deSousa Lara, Conde de Guedes (Universidad de Lisboa), Dr. D.Fabio Cassani Pironti, Conde de Giraldeli (Universidad PontificiaRegina Apostolorum)

Edita Palafox & Pezuela S.L.Bolarque, 2 - 28023 Madrid - España

www.cuadernosdeayala.es

En este número:[2-3] Títulos del Reino. Asamblea de la Excma. Di-putación y Consejo de la Grandeza de España,por D. Pablo Mingote Fernández, Marqués de Da-roca[4] No está de más recordarlo, por el Dr. D. RafaelFeria Pérez[5-10] Títulos de Castilla vinculados con Venezue-la, por D. Miguel Rodríguez del Toro Ramírez, D.Luis Gonzalo Clavier Manrique de Lara y Dr. D.Fabio Cassani Pironti, Conde de Giraldeli[11-15] La Nobleza y los impuestos: el episodiode 1922 en las crónicas parlamentarias de Wen-ceslao Fernández Flórez, por el Dr. Alfonso de Ce-ballos-Escalera Gila, Marqués de la Floresta[16-21] El derecho señorial de “litre” o cinturón fu-nerario en la Francia del Antoguo Régimen, por D.Pierre Daniel de Losada Martí y Dª Pauline de Lo-sada y de Cruz[22-26] María Espinosa de los Monteros (1875-1946), por el Dr. Marqués de la Floresta[27-30] Revista de libros[31] Revista de revistas[32-33] Gentes de bien[34-36] In memoriam: sir Conrad Swan, André Da-mien, David Sellar[38] Versos de historia y tiempo: Soneto de lostres dones divinos, por Juan Bautista Arriaza. Hu-mor, por Satz

Cuadernos de Ayala 77 - ENE/2019 [38]

Y esta es mi medalla por tener más medallas