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Cuad. FiloL Clás. Estudios Latinos 1998, n.» 15: 89-96 iSSN: 1131-9062 Metaficción y sátira Alba ROMANO Universidad Nacional de Buenos Aires RESUMEN Este artículo trata de la aplicación del moderno concepto de metaficción a la li- teratura latina antigua, deteniéndose en particular en las Sátiras de Juvenal. SUMMARY This paper deals with application of niodern idea of metafiction to Latin litera- ture with special attention to the Saturae of Juvenal. La literatura siempre ha hecho comentarios sobre misma y ha tenido una actitud reflexiva o ha insertado dentro de la obra literaria otra obra lite- raria. Montaigne usa el recurso del narrador que comenta acerca de su com- posición en el acto mismo de escribir. En la escena podemos encontrar una obra de teatro dentro de la obra de teatro a la que los actores asisten como espectadores; tal es el caso Hamlet que es un ejemplo de intervención auto- rial y de ruptura de la ilusión dramática. El autor es un demiurgo que nunca pierde de vista su propia creación y se hace presente cuando así le parece. Don Quijote de la Mancha es un insigne ejemplo de la pluralidad de niveles creada por un autor que se revela en el proceso de escribir y Las Meninas de Velázquez da cabida al pintor y a los modelos que está pintando y se da en el lienzo un juego genial y desconcertante de entradas y salidas para quien lea/mire el cuadro. 89

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Cuad. FiloL Clás. Estudios Latinos1998, n.» 15: 89-96

iSSN: 1131-9062

Metaficcióny sátira

Alba ROMANOUniversidadNacionaldeBuenosAires

RESUMEN

Esteartículotratade la aplicacióndel modernoconceptode metaficcióna la li-teraturalatinaantigua,deteniéndoseenparticularen las SátirasdeJuvenal.

SUMMARY

Thispaperdealswith applicationof niodernideaof metafictionto Latin litera-turewith specialattentionto theSaturaeof Juvenal.

La literatura siempreha hechocomentariossobresímisma y ha tenidounaactitudreflexiva o ha insertadodentrodela obraliteraria otraobralite-raria.Montaigneusael recursodel narradorquecomentaacercadesucom-posiciónen el actomismo de escribir.En la escenapodemosencontrarunaobrade teatrodentrode la obrade teatroa la quelos actoresasistencomoespectadores;tal esel casoHamletqueesun ejemplode intervenciónauto-rial y de rupturade la ilusión dramática.El autores un demiurgoquenuncapierdede vistasu propiacreacióny sehacepresentecuandoasí le parece.Don Quijote de la Manchaes un insigneejemplodela pluralidaddenivelescreadapor un autorqueserevelaen el procesodeescribiry LasMeninasdeVelázquezda cabidaal pintory a los modelosqueestápintandoy se da enel lienzo unjuego genial y desconcertantede entradasy salidasparaquienlea/mireel cuadro.

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Alba Rontuno Metaficción y sátira

En la últimasdécadasla críticaliteraria y filosófica, mayormentede ori-genfrancés,seha preocupadopor la posicióndel autorconrespectoasucre-acióny al lector y abundanteliteraturahaemanadode estepreocupación.

En un ensayosobreBorges,Barth y O’Brien, William Gass’usóla pala-brametaficcióny éstaha recibido aceptacióngeneral,si bien no todos loscríticoscoincidencon sudefinición. Se tratade reflexiónsobresímismo, detenerconcienciade lo que seestáhaciendoy haceral lector partícipede es-ta conciencia.Se produceuna intrusión del autoro del narradorque com-partecon el lector suspreocupacionesacercadel procesodeescribirficcióny expresaexplícitamentede estemodosuconcienciareflexiva.

Hayunavastaliteraturaqueoponemetaficcióna realidad.Estarealidadesla dela novelafrancesae inglesadel siglo XIX quenospresentamundosau-tónomos,narradospor un autorinvisible y descifradosporun lectorpasivo.Sienfrentamosel hecholiterario en susvarios niveles,metaficciónno estádi-vorciadade la realidadsino centralmentepreocupadacon la maneraen queloreal es presentado’.Tambiénse ha intentadoconstruir la metaficcióncomounacategoríao génerodistintade la ficción «ordinaria»,como normalmenteseentiende.Creoquereflexividadseentiendemejor comounadimensiónpre-senteen todoslos textosliterariosy fundamentala todoanálisis literario.

Encontramoscasosen losqueel autor infonna, inequívocamentey des-de el comienzo,queél es el narradory quierequesupúblico sepaquees unnarradorqueno sedisimuladetrásdel anonimato,sino quesepresentaabier-tamente.Porejemplo,Italo CalvinoquecomienzasunovelaSi unanochedeinviernoun viajero del siguientemodo: Uds. van a leer la última noveladeitalo Calvino3.Las investigacionesmetaficcionalesrequieren,comoel ejem-Pío anterior lo muestra,vastasespeculacionesque van desdeel funciona-mientodel objeto literario hastael estudiode todoslos tamiceslingilísticos,culturaleso conceptualesa travésdelos cualespasa.

La violación delos esquemasnarrativos(usadaestaexpresiónsensula-to) no destruyenecesariamentela ilusión ficcional, sino quenosobliga a re-flexionar sobrela naturalezade esailusión y nuestracomplicidaden sulec-tura.

Fiction and the Figures ofL(fe, Boston 1971.

2 Welche Ommundsen, Metajictions? Reflexivity in Coníemporay Texts, Melbourne

1993.Algo similar pasaen el cine. Fellini enLa nave se ne va nos muestrael se: cine-

matográficoenel queseva a filmar su película,contodossusandamiajesy equipostéc-nicos.

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Alba Romano Metaficción y sátira

Estefenómenometaficcionalquepreocupatan intensamenteanuestroscontemporáneos,preocupaciónque semanifiestaen la abundanciade la li-teratura4,esmonedacorrienteen la literaturade la Antiguedad.Es mi pro-pósitoestudiarestefenómenoenla sátiraromanaconespecialatenciónaJu-venal. Se hará referenciaa Horacio y Persio para insertara nuestroautorsatírico dentrodeuna largatradición5.

El Ars Poericade Horaciono se limita asuEpistula art Pisonessinoquela reflexiónsobrelo queescribelo acompañaalo largodesuproducciónpo-ética. El último documentoes la Epistulaad Augustum(II, 1) en la queto-ma partido en la querellade los antiguosy modernos,pero sonsusSermo-nes más útiles para nosotros.En la Sátira IV del primer libro el poetaestableceel canonestilísticoparalasaturay la justificación moral de la mis-ma. Se excluye del númerode los poetasperono por esoabandonasupuli-damétricay cuidadosoestilo. Habiendoyaexpuestosusvaloreséticosenlastresprimerassátiras,Horacioconsideraqueestiempodejustificar la vali-dezdel génerodesdeel puntodevistamoraly, paraganarla buenavoluntaddel lector, presentasucreaciónliteraria como un corolario inevitablede suformación. En la Sátira X que incluye un breve tratado sobre estilo, unacomparación entre los escritores arcaicos y los coetáneos y un comentariosobre las rivalidades entre los tradicionalista y los modernos, nuestro poetase almea entre los cultores del nuevo estilo puro y refinado.

El libro segundode los Sermonesseabreconunadiscusiónsobrela mo-ralidady legalidadde la publicaciónde sátirasen un diálogo con el juristaTrebatius quien le aconseja dedicarse a otras actividades o que cambie de gé-nero. El poeta rechaza las bien intencionadas admoniciones del jurista por-que no puede vencer sus inclinaciones y, pasando por alto la prolijidad deLucilio, lo toma como la autoridad que justifica su quehacer.

Vemos de este modo que Horacio comenta y discute su producción poé-tica tomando una aproximación triple: la estilística, la moral y la jurídica, sibien ésta última tiene un tono paródico.

Ademásdel ya citadolibro de Ommundsen,sepuedeleercon provechoMark Cu-rrie (cd.),Metafiction,Londres 1995,especialmenteel capituloporGeraldPrince«Metana-rrative signs»Pp. 55-68; IngerChristensen,Themeaningof Metafiction, Oslo 1981;Chris-tineBrooke -Rose,Stories, Theoriesand Things,CanibridgeUniveristyPress1991;GérardGenette,NouveauDiscours du Rédil, Paris 1983; Fredric Jameson,Teoríade la Posímo-dernidad,Madrid 1996.

Enlos fragmentosquetenemosdeLucilio tambiénhay cuestionamientoteóricosso-breproblemasde estiloy de género.

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Alba Romano Mc»taflcc¿án y sútira

Persiohacehonorasu reputaciónde sucintoy medulosocuandocon unsólo versosedescubre.como autorconscientey revelael mecanismoestruc-tural dela sátira:

quisquis es,o modoquemex adversodicere fact..(1 44)

Es bien sabidoquela sátiraromanaes un géneroquetieneunaestructu-ra fácilmentereconocible.Es de naturalezabipartita.Un vicio o unainsen-satezes atacadadesdevariosángulosen [a parteA y la parte13., másbrevey menospintoresca,recomienda,a vecessóloimplicítarnente,la conductaaseguir6.La parteA normalmenteincluyeun interlocutor,quepuedeo no serpresentadoconnombreo profesióny cuyafunción es suministrarnuevosar-gumentosqueel autorsatírico seapresuraráarebatir.Se lo llamaAdversa-rius y entreél y el autor dramático se establece un diálogo en el cual el pri-mero tiene breve participación mientras que el autor satírico se explayaampliamenteen su denuncia.Persio, con estaescuetaalocucióna eseArt-versariusensusátiracuyafunción antagónicadescribe,tomadistanciade supoesíay nosmuestraquedeliberamenteestáadoptandolas reglasdel géne-ro y quiereque al lector no se llame a engañosobrela controladanaturale-zade su labor.

Juvenalno sólo no rompelasreglasdcl juego y semuestraautorcons-cientede su autoría,sino quelascomplejizay añadea los yaconocidossub-terfugios, unanuevafacetamásamplia y al mismo tiempomás sutil.

Vayamosporpartes.En la Sátira1 voluntariamenteinforma al lectorso-bre la motivaciónde. su escribir.

si natura negar, facit indignario versuníqualemcus.nquepoíest,qualesegove! (‘luvienus.

(79-80)

Mucho seha escritosobreestosversos.El primerproblemalo creaesaindignatioqueno puedesertomadaenserioy essólo unaposeliteraria,ade-másunaposealgo equivocadaporquela indignaciónllevaría a la invectivay la sátirarequierela presenciade humorcuidadosamentedosificadoen ladenuncia.Es bien sabidoque un sentimientode tal intensidadcomo la in-

Maz-y ClaireRandoph,«fle SrructuralDesignofdic Formal VerseSatires.,PhQ»21<¡942)368-384.

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Alba Romano Metajlcción y sátira

dignaciónno crealiteraturay, menosaún,buenaliteraturacomo bien lo di-ce Quintiliano7. Raño y disciplina sonnecesariasy frente aellas la procla-madaindignación seacallaría.Si estono fuerasuficienteel segundoversonosda el tonode estetrozo. La apariciónde egoautorial, no sólo nosreve-la un poetaquejuzgalo quehacesinoquetambiénjuegacon unafalsamo-destiayaqueel poetasecomparaconCluvienoqueno pudo habersido másque un poeta incompetente. Juvenal ya ha tenido setenta y ocho versos paraprobar que no es Cluvieno, pero se inserta de este modo en la tradición de lasátira en la que el poeta se confiesa inepto. Otro ejemplo de reflexión sobrelo escrito lo presenta:

Fingimashaecaltumsaturosumentecothurnumscilicet,etfinemegressilegemquepriorumgrandeSophocleocarmenbacchamur¡ilota,inontibusignotumRutuliscodoqueLatino?

(VI 634-7)

Es éstaunapreguntafalsamenteingenuay, si no tratasede literatura,to-talmentesuperflua.El autorsabemuy bien, como lo sabeel lector queJu-venalha abandonadoel sermomerusthoracianoy ha creadounanuevaver-siónde la saturo, la tragica en la feliz expresióndeEscaligero.Lo quenosimporta anosotrosesqueel autorsedetienea reflexionar sobre el curso queha tomado su sátira y se/nos dirige una pregunta puramente retórica. Si elsostenido tono grandioso que se ha prolongado a través de más de mil seis-cientos versos no convirtiera a esta pregunta en redundante, la parodia de laBucolica VIII9 nosrevelaríaun autor que consciente y cuidadosamente estáhaciendo literatura.

El otro modo en que Juvenal manifiesta su práctica de metaficción es enla SoruraXIII que es en realidad una sátira de su propia producción satíricaen unaverdaderamiseen obtme,esdecirunacontinuaregresiónen la pers-pectiva o un continuo distanciamiento de su propio escribir

El argumento de esta sátira es simple y lineal. Calvino, el destinatario, esacreedor de una deuda, pero no la puede cobrár porque el detidor, que habíajurado ante los dioses, reniega de lafides. Ante la desesperaciónde suami-

¡nsj. XI 3,61: sedcumsintalii ven adfectus,alii ficti et imitati, vednaturalitererum-punt, ut dolentium.irascentiumsedcarentarte,ideoquesantdisciplinaet rationefonnandi.

Hoz-. Senn.LIV 48. cf. 41: sernionipropiora.

10: solaSophocleotuacarminadignacothumo.

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Alba Romano Metaficción y sátira

go quedariendasueltaa sussentimientosderabiae impotencia,el autorsa-tírico se proponetranquilizarlo y consolarlodiciendo que se trata de unasituaciónmuy común y de pocaimportancia. Juvenalen su papel de autordice:

ponamusnimios gemitus(11)

Un consejosaludabley bien intencionadoen su aparienciaperoestáenbocade un autorque seha quejadoamargay virulentamentea los largo decuatro libros de sátiras—en la Saturo 1 se ha quejadode la poesíade sutiempo, dela avaricia, del lujo, del ordensocialalterado;en la SaturoIII unhonorableciudadanoromanonecesitatrescientosversosparalamentarel he-cho de quetengaqueabandonarla ciudadporquees imposiblevivir en unaRomainvadidapor los extranjeros;la SaturoVI es la tiradamáslargacon-tra las mujeresquenos ofrecela Antiguedady hastaen la SaturoIX el au-tor prestasu voz a un cierto Névolo que se quejaporquesusvicios y per-versionesno sondebidamentecompensadospor patronesavarientos—.

Más tardeleemos:

ducimusautem¡sosquoquefelices,quiferre incommodavitaenec iactare iugum vito didicere mogistra

(20)

El quisquillosoy despiadadocensorde los moresromanosmansamenteaconsejaaceptación,en marcadocontrastecon la tan proclamadaindigna-ción que lo impulsabaa escribir Ya dijimos quela indignacióneraunapo-se literaria, perocon ella el autorcrealapersonaa travésde la cual vaa cas-tigar a la sociedadromana.En esta sátirael autorno se quita esamáscarasino que adoptaunanuevacon la cualjuzgay criticaa la precedente.Juve-nal ha retrocedidoun pasomás.

Calvino dice en el verso 180:

a: vindictabonum vita iucundiusipsa

El autorsatíricoresponde:

nempebac indocti, quorumpraecordianullisin:erdum aut levibus videosflagranha causé

(182-2)

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RecordemosqueJuvenalsehamostradoardiendodeira por pequeñecesya que parece ser incapaz de distinguir entre un crimen mayor y una insig-nificante afrenta al decoro. Juvenal agrega luego:

quippeminutisemperet infirmí es:animiexiguiquevoluptasultio. continuosic collige, quodvindictanemomogisgaudelquomfemina.

(189-192)

No hay dudaqueen estosversosJuvenaltieneunaopinión muy negati-vadela venganza.Perosi volvemosa losversosinicialesdel corpusleemos:

Semperegoauditor tontum?numquamnereponamvexotusroriensrouci TheseideCordi?

Reponomclaramenteindica que Juvenalse proponeescribir para ven-garsede todoslos malospoetasque lo torturancon susdefectuososo me-diocrespoemas.

Finalmente se pueden comparar los siguientes versos con los versos mástempranos:

tu miserexclamas,ut Stentoravincerepossisve!patita qtcantumGradiuusIfomertcus...

(112-3)

Ya hemos visto los versos de la SaturoVI en los que el autor, con fingi-da ingenuidad, se pregunta si no está escribiendo como Sófocles. Luego, elautor se ha permitido ser trágico en su estilo pero le niega a Calvino el de-recho a ser homérico.

Hay un notable contraste entre el Juvenal de la SaturoXIII y el Juvenalde las Saturoetempranas.Se han ofrecido varias explicaciones tales comoque el autor se ha debilitado y no ha podido sostener el vigor original, se hapostulado que han habido dos autores diferentes que aparecen en el mismomanuscritos por la aleatoria transmisión textual o se ha visto una crisis espi-ritual en fuvenal quelo convierteen cristianosin saberlo.

La crítica contemporánea nos sugiere una explicación más satisfactoria.Ya vimos que sus primeros poemas el autor se presenta como consciente delproceso de creación y hace participe al lector de esa preocupación. El yo re-

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al de Juvenal,el Juvenalhistórico del quetan pocosabemos,en supapeldeescritoradoptaun yo ficcional, un yo poéticoy creóad usumlegentiumlapersonadel autor satírico indignado.Estapersona,normalmenteopaca,sehaceaun lado o se tornatransparentey nosdejavislumbraral autorqueco-mentasobresupropiaactividad.Ya hayen estovariosplanos o niveles,pe-ro el autor Juvenalcomplejiza la situación porque supersona tardíacon-vierte a la persona temprana en el objeto de su sátira. Calvino puedeequiparaseal indignado autorsatíricoya que tienenmuchoen común,peroeste Calvino, avariento, irracional, vengativo es el blanco de la crítica y bur-la que constituye el género satírico. El autor en esta sátira hace un comenta-rio sobre su misma poesía, la que escribió más tempranamente. Podemos ha-blar de metasátira.

Hay unadimensiónmásqueno puedeomitirse.Comobien lo señalóDe-nts Pryor’0 la Satura XIII de Juvenales unaconsolaciónburlescay vemosquecomparaal crimencon la muerteya queambossonuniversalese inevi-tablesy a la venganzacon el duelo,ambosjustificadosy legítimos.El autorha tomadotodoslos topoide la consolacióny los haaplicadoa unasituacióntrivial a la quetratacon burlona seriedad.Estaparodiaes otra delas estra-tegiasde la metaficciónya queobliga al lector—atentoe instruido—a bus-car otro nivel de significadoy si lo halla,un nuevolazo conspiratoriounealectory autor.

El casode Juvenales uno entremuchosy lo quecabeseñalares la sor-prendentesimilitud delas técnicasy dela relaciónautor-lectorentrelos clá-sicosy la literaturacontemporáneas.En Roma,como lo hacenlos escritoresennuestrosdías,el autorno separapetabadetrásdelas convencioneslitera-rias pretendiendono tenerpresenciareconocibleen el texto.

~ «Juvenal falseconsolation»,AUML4 ¡8 (1962) 167-180.

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