4 5

Junto a su mujer, la ex modelo Amanda Church, y sus hijos Benjamín, Sebastián y Leo, el financista

cuenta su apasionante historia y el enorme desafío que representó tomar el timón de un gigante de la industria

de la música con 125 años de historia

El argentino que le devolvió el esplendor al imperio de guitarras Gibson

CÉSAR GUEIKIANNOS RECIBE EN SU ESPECTACULAR

PISO DE KEy BISCAyNE

César, con una Gibson Custom Shop 1957

Les Paul Goldtop Reissue entre sus manos, posa en el living junto a su mujer

Amanda y Teddy, la mascota de la casa.

E xisten ciertos objetos que marcan una época y definen el estilo de vida por generaciones. Es el caso de Gi-

bson, la compañía de guitarras creada por Orville Gibson, que nació en 1894 en Kalamazoo (Michigan) y definió la histo-ria de la música. Y no es para menos: con una Gibson J-200 Acoustic, Elvis Presley inició su carrera a los 19 cuando cantó un par de canciones en el Overton Park Shell, la sala de conciertos más grande de

Memphis, en septiembre de 1954. Y tam-bién fue una Gibson J-160E con la que John Lennon tocó por primera vez “She Loves You”, el clásico de los Beatles.

El destino quiso que cuando todo pa-recía perdido –en 2018 Gibson se decla-ró en quiebra– apareciera en el camino César Gueikian, un apasionado financis-ta argentino que, como el rey Midas, le devolvió el esplendor a una firma que lo acompañó toda su vida y por la que siem-

pre tuvo devoción.Nacido y criado en el seno de una tradi-

cional familia de origen armenio que llegó a Argentina en 1915 huyendo del horror de la guerra, César nos recibe en su fabu-loso piso de Key Biscayne junto a su mujer, la ex modelo Amanda Church, y sus hijos Benjamín (12), Sebastián (10) y Leo (5).

–¿Quién es César Gueikian?–Soy la tercera generación de una fami-

lia de origen armenio. Nací y crecí en Bue-

6 7

Arriba: el posado de familia, en el que aparecen –de izquierda a derecha– Sebastián, Benjamín, Leo, Amanda –by Altuzarra– y César. Abajo: todas las habitaciones están decoradas en tonos

claros y con géneros como el lino y el terciopelo. Derecha: el comedor, compuesto por una mesa ovalada y sillas con asiento de cuerdas tejidas, es un ejemplo de la fascinación de los Gueikian

por los muebles de estilo escandinavo. La mesa, lista para recibir invitados, decorada con vajilla de Limoges, cubiertos de Christofle y copas de Baccarat.

“Es aquí donde todos los fines de semana disfruto de mi familia,

lo más valioso que tengo en la vida”

nos Aires. Mis bisabuelos maternos se conocieron en el barco que los llevaba de Francia a Argentina. Desde muy chi-co tomé conciencia del extraordinario mundo armenio, un pueblo con una historia sufrida, pero con unos valores muy sólidos. La historia de mi bisabue-la Osana, que con sólo 6 años caminó por sesenta días por el desierto junto a sus hermanos huyendo del genocidio, nos marcó y fue siempre un ejemplo en mi familia. De hecho, y para con-memorar nuestras raíces, mi bisabuelo Sarkis fue el fundador de la Iglesia Ar-menia Católica en Argentina.

–Veo que la historia de tu familia tiene mucho peso en tu vida…

–Totalmente. Porque la historia del pueblo armenio no es sólo la del sufrimiento, sino también la del tra-bajo. Tanto mis bisabuelos como mis abuelos y mis padres pasaron sus días trabajando para tener una vida me-jor. Y yo crecí en esa cultura: los fines de semana jugaba al tenis o me iba a trabajar con papá, que incursionó en la industria textil. A mediados de los 70 decidió venir a Estados Unidos a evaluar ideas laborales y quedó ma-ravillado con este país. Entre todos los negocios que conoció, se fascinó con Hallmark Greeting, la compañía de tarjetas de felicitaciones. Así fue como consiguió la licencia de la mar-

8 9

ca para Argentina y varios países de la región.

–¿Cómo te convertiste en un hom-bre de negocios?

–Después de que murió mi padre, y con sólo 20 años, me tocó pelear un largo juicio contra Hallmark por incum-plimiento de contrato, lo cual no sólo me hizo un mejor negociador, sino que me impulsó a seguir estudiando y a con-vertirme en un exitoso hombre de ne-gocios. Con el dinero que ganamos en ese juicio, mis tres hermanos pudieron terminar la universidad y yo pude cursar un MBA en la Universidad de Chicago. Me gradué en 2003 e inmediatamente el Deutsche Bank me contrató y me fui a vivir a Londres y luego a Nueva York, donde trabajé en el área del banco que se dedicaba a asesorar compañías en estado crítico y revivirlas. En 2009, me contrató UBS y tuve la fortuna de termi-nar siendo el jefe global. Comencé en Nueva York, me mudé a Londres y luego

regresé a Nueva York en 2012.–¿Y cuándo armaste tu propia com-

pañía financiera?–Fue en 2012. La bauticé Melody Ca-

pital Partners por mi pasión por la mú-sica. Gracias a mi trayectoria ayudan-do a compañías a resolver problemas financieros pude crear un plan junto con KKR, uno de los grupos financie-ros más grandes del mundo, para res-catar a Gibson de la gran crisis. De he-cho, en 2009 conocí al anterior dueño de Gibson. Gracias a mi pasión por la música y a que pude intuir que había malas ideas y una administración defi-ciente de la compañía, decidí involu-crarme en sus finanzas. Por la enorme deuda que tenían comenzaron a emitir bonos, algunos de los cuales adquirí. Yo no podía creer la gran oportunidad de negocios que estaba frente a mí, por lo que llamé a un íntimo amigo mío, que como yo ama la música y con el que te-nía una banda, para contarle. Entusias-

Amanda, a quien le encanta cocinar, luce una creación en amarillo de

Warm NY. En la otra página, arriba: César, que adora estar con sus hijos,

se divierte jugando al metegol con los dos mayores, Benjamín y Sebastián.

En la otra página, abajo: Leo, el más chico de la familia, en breve va a comenzar a tomar clases de piano.

“Amanda es una madre fabulosa, una gran mujer

que no sólo me acompaña, sino que me apoya y me

da fuerza para seguir creciendo cada día”

10 11

madísimo, entró en el negocio conmigo y cuando la compañía no pudo repagar su deuda tomamos el control. Fue un perío-do que duró tres años y que terminó en octubre del año pasado con la reestructu-ración de Gibson.

–Y desde entonces, tu vida está total-mente dedicada a Gibson…

–¡Totalmente! Yo, como Chief Mer-chant Officer, me aboqué al área de pro-ducto, marketing, música y relaciones con artistas. Decido qué guitarras hacemos y cómo las hacemos. Estoy a cargo de la producción de guitarras y todos los pro-ductos nuevos. Y aunque estoy haciendo prototipos de otras cosas, ahora estoy muy comprometido con el alma de la compa-ñía, que son las guitarras.

–¿Cómo nació tu pasión por tocar la guitarra?

–Todo comenzó por la gran colección de vinilos que tenía mi padre. Ahí había música de todo, desde los Beatles y los

Rolling Stones hasta Pink Floyd y Led Zeppelin. Pero había un disco que me llamaba poderosamente la atención, que era de Black Sabbath, la banda que creó el sonido heavy. Recuerdo como si fuese ayer cuando puse ese disco y al escuchar su música, pensé: “¡Esto no puede ser!”. Ahí me di cuenta de que tenía que apren-der a tocar la guitarra sí o sí.

–¿Te acordás de la primera guitarra que compraste?

–Por supuesto. Cuando jugaba al tenis ganaba algo de dinero y un día fui a una tienda de guitarras acá en Miami porque me quería comprar una Gibson negra modelo Les Paul. Lamentablemente, y aunque mi padre me había regalado al-gunos dólares, no me alcanzaba: la que yo quería costaba 1300 dólares. Decidí comprar una que costaba 600 dólares, me la llevé a Argentina para revenderla por 1400 dólares y volví tiempo después a comprarme la Les Paul. [Se ríe].

–Además, sos un gran coleccionista de guitarras…

–Hace veinte años que comencé a co-leccionarlas y hoy tengo más o menos cien guitarras, de las cuales ochenta son Gibson. Debo confesar que no todas son guitarras comunes y corrientes. Casi to-das son piezas con alguna historia detrás. Tengo dividida mi colección entre mi casa de Aspen y mi casa de Miami.

LAS NOTAS DEL AMOR–¿Cómo llegó Amanda a tu vida?–Nos conocimos hace nueve años en

Atlanta por amigos en común. Por varios meses intercambiamos algunos mensa-jes, pero recién pude conocerla cuando tuve que hacer un viaje de negocios a esa ciudad.

–¿Cuál fue tu primera impresión?–Que era la mujer más linda del mun-

do. Y aunque aquella primera comida fue bastante bien, recién nos volvimos a

“Nos casamos en febrero de 2013 en Aspen. La fiesta fue en un lugar que nos encanta que se llama Pine Creek Cookhouse,

adonde llegás en auto y luego hay que seguir en trineo a caballo”

El dormitorio de huéspedes, invadido por la luz natural gracias a los grandes ventanales.

Izquierda: la pareja en uno de los amplios balcones de su piso. Abajo: Sebastián y

Benjamín, fanáticos de la música al igual que su padre, en su habitación.

12 13

encontrar en julio de 2011, seis meses más tarde. Hablábamos de vez en cuan-do, pero entre que ella estaba manejan-do una galería de arte en Palm Beach y yo viajaba mucho, nunca coincidíamos. En un momento le mandé un mensaje diciéndole que estaba yendo a Miami a organizar una “jam session”. Ella me res-pondió que no podía ir a verme tocar y por eso le propuse ir a comer. Amanda aceptó mi invitación y nos vimos.

–¿Cómo fue ese reencuentro?–Comimos en el Design District y esta

segunda date ¡fue espectacular! Queda-mos en vernos a las siete de la tarde y fui-mos los últimos en irnos del restaurante. Cuando nos despedimos le dije que debía regresar a Londres. En enero de 2012, cuando las galerías de Palm Beach están cerradas, le compré un pasaje para que fuera a visitarme por una semana. Nunca regresó y desde entonces estamos juntos.

–¿Cuándo se casaron?–En febrero de 2013 en Aspen. La fiesta

fue en un lugar que nos encanta que se lla-ma Pine Creek Cookhouse, que tiene una vista espectacular y adonde llegás en auto y luego hay que seguir en trineo a caballo. Fue una boda muy íntima. A los nueve me-ses nació nuestro tercer hijo, Leo.

–¿Tus hijos son tan musicales como vos?

–A los tres les encanta la música. Vie-nen a Nashville seguido y disfrutan mu-cho estar en la fábrica Gibson. Adoran ver cómo los artistas fabrican las piezas a

mano, así que están felices con la idea de que nos mudaremos a Nashville. Creo que de mis tres hijos, Sebastián es el que tiene más potencial para ser músico. Ben-jamín se enfoca más por la humanidad y Leo es aún muy chico, aunque en breve va a empezar a tomar clases de piano.

–¿Cuál es tu fórmula para el éxito?–Trabajar dos horas por día más que

cualquier otra persona. Porque estoy convencido de que, si soy el que más tra-baja, el que más esfuerzo pone, de algu-na manera esa actitud va a dar sus frutos a largo plazo. Y, por otro lado, rodearme de gente muy capaz y que sea confiable. Esa es mi fórmula. Y me dio resultados.

–¿Qué es lo que más te gusta de Miami?

–Conozco esta ciudad desde hace mu-chos años. Key Biscayne es una zona que me encanta, por eso cuando tuvimos la oportunidad de elegir adónde vivir, no dudamos ni un minuto en instalarnos aquí. Creo que es una ciudad ideal para llevar una vida en familia. Los fines de semana podés hacer actividades al aire libre y practicar deportes, organizar asa-dos en casa y escuchar buena música, hay músicos maravillosos acá. Mi vida en Key Biscayne es un privilegio y, segura-mente, la vamos a extrañar cuando nos mudemos a Nashville.•

Arriba: César, con saco John Varvatos y slippers camuflados

de Stubbs & Wootton, posa junto a su Austin-

Healey. Izquierda: el complejo Oceana Key Biscayne, donde vive

nuestro protagonista, fue desarrollado por

Consultatio Real Estate, la empresa de Eduardo

Costantini. Derecha: la pileta tiene una

espectacular vista al mar.

“¿Mi fórmula para el éxito? Trabajar dos horas por día más que cualquier otra persona y rodearme de

gente muy capaz”

Texto y producción: Rodolfo Vera CalderónFotos: Roberta Marroquín Doria

Peinado: Isaac Mesa Maquillaje: Rocío Cruz

“Hace veinte años que comencé a coleccionar

guitarras y hoy tengo más o

menos cien, de las cuales ochenta

son Gibson”