cronos y gea

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1 Unidad 1- En el tiempo y en el espacio. El tiempo y los tiempos. Entre Cronos y Gea Nuestro primer objetivo es entender el objeto de estudio de la Geografía y la Historia dentro de las llamadas Ciencias Sociales (CCSS). También intentamos en esta primera unidad dejar claras las formas en las que vamos a trabajar durante el curso y en buena medida durante toda la ESO: Cómo se utiliza el "Cuaderno de Trabajo", cuál es nuestro papel en la clase (el nuestro y el vuestro), cómo debemos estudiar en casa, cómo se presentan los trabajos. La unidad desarrolla de una manera básica los conceptos de tiempo y de espacio y su relación con los mitos griegos de Cronos y Gea. Esta metáfora mitológica nos sirve para acercarnos al hecho de que el hombre está inscrito en un tiempo y un espacio que lo determinan. Si el espacio es el objeto de estudio principal de la geografía el tiempo lo es de la historia. Esta primera unidad nos acerca de manera inicial a estas dos disciplinas para a continuación dedicar el resto de la misma al estudio del tiempo. Contenidos: Introducción Las Ciencias Sociales que vamos a estudiar durante la ESO encierran dos materias principalmente, la Geografía y la Historia, y a partir de estas dos materias las Ciencias Sociales van a tratar de acercarnos el conocimiento de las sociedades humanas. Primeramente y por ello conviene no perder de vista el hecho de que el ser humano es una criatura social, que no es posible concebir sin enmarcarla en una sociedad. Dentro de una sociedad aprendemos todos los códigos que nos resultan comunes. Quizás el más evidente sea la lengua en la que hablamos, que aprendemos de nuestros padres pero dentro de un espacio lingüístico más amplio (aprendemos español con naturalidad, siempre que hayamos nacido en España y nos hayamos criado aquí). No sólo la lengua nos llega a través de esa sociedad en la que vivimos, nuestra manera de pensar y nuestros sistemas de valores deben mucho a esta influencia social. Todo aquello que conocemos lo conocemos porque nos ha sido transmitido por nuestros mayores. De un modo muy general llamamos a eso "cultura" y nuestra vida se construye a partir de ella. Los seres humanos somos los únicos que tenemos una cultura que se nos transmite y que nos hace ser quienes somos. Los animales viven en función de sus instintos que son los que dictan la parte fundamental de sus comportamientos. Nosotros tenemos también "instintos" pero en los seres humanos la Cultura tiene una importancia infinitamente más importante que estos. Por ello es difícil pensar en un ser humano que fuera capaz de desarrollarse sin contacto con otros seres humanos. A este infeliz ser humano le faltaría la mayor parte de todo eso que nos hace ser los seres humanos que somos. (Recordad el ejemplo de la película de François Truffaut , "El pequeño salvaje"). El hecho de que seamos seres sociales establece la primera de las ideas que nos ayudan a entender el significado de estas Ciencias Sociales que ahora comenzamos y que como decíamos anteriormente están edificadas sobre dos disciplinas, la Geografía y la Historia. Para explicarnos la relación que hay entre estas dos disciplinas y con esa consideración social que hacíamos del ser humano hemos acudido a la mitología griega. Cuando los griegos se plantearon el origen del mundo y de sus dioses, hicieron un ejercicio de simplificación que les llevara a los elementos más sencillos de todo lo que conocían. De ese modo fueron reduciendo su mundo a los elementos que parecían esenciales para entender la vida humana. El universo era un lugar y por ello eligieron como dioses primigenios precisamente a los dioses que encarnaban el "espacio", el cielo y la tierra, Urano y Gea. Para Hesiodo (quien escribió una historia de los dioses griegos llamada Teogonía), Urano había nacido de Gea. Todo lo existente estaba bajo el cielo y sobre la tierra. Sin embargo el temor de Urano a ser desplazado como principal dios le llevó a impedir que sus hijos salieran del vientre de Gea, estos primeros hijos recibieron el nombre de Titanes y dos de ellos serían a su vez los padres de todos los dioses griegos (los dioses olímpicos, esos que conocemos, Zeus, Poseidón, Apolo...). Sin

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Apuntes 1º ESO Ciencias Sociales

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Page 1: Cronos y Gea

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Unidad 1- En el tiempo y en el espacio. El tiempo y los tiempos. Entre Cronos y Gea

Nuestro primer objetivo es entender el objeto de estudio de la Geografía y la Historia dentro de las

llamadas Ciencias Sociales (CCSS). También intentamos en esta primera unidad dejar claras las formas en

las que vamos a trabajar durante el curso y en buena medida durante toda la ESO: Cómo se utiliza el

"Cuaderno de Trabajo", cuál es nuestro papel en la clase (el nuestro y el vuestro), cómo debemos estudiar en

casa, cómo se presentan los trabajos.

La unidad desarrolla de una manera básica los conceptos de tiempo y de espacio y su relación con los mitos

griegos de Cronos y Gea. Esta metáfora mitológica nos sirve para acercarnos al hecho de que el hombre está

inscrito en un tiempo y un espacio que lo determinan. Si el espacio es el objeto de estudio principal de la

geografía el tiempo lo es de la historia. Esta primera unidad nos acerca de manera inicial a estas dos

disciplinas para a continuación dedicar el resto de la misma al estudio del tiempo.

Contenidos:

Introducción

Las Ciencias Sociales que vamos a estudiar durante la ESO encierran dos materias principalmente, la

Geografía y la Historia, y a partir de estas dos materias las Ciencias Sociales van a tratar de acercarnos el

conocimiento de las sociedades humanas.

Primeramente y por ello conviene no perder de vista el hecho de que el ser humano es una criatura social,

que no es posible concebir sin enmarcarla en una sociedad. Dentro de una sociedad aprendemos todos los

códigos que nos resultan comunes. Quizás el más evidente sea la lengua en la que hablamos, que

aprendemos de nuestros padres pero dentro de un espacio lingüístico más amplio (aprendemos español con

naturalidad, siempre que hayamos nacido en España y nos hayamos criado aquí).

No sólo la lengua nos llega a través de esa sociedad en la que vivimos, nuestra manera de pensar y nuestros

sistemas de valores deben mucho a esta influencia social. Todo aquello que conocemos lo conocemos

porque nos ha sido transmitido por nuestros mayores. De un modo muy general llamamos a eso "cultura" y

nuestra vida se construye a partir de ella.

Los seres humanos somos los únicos que tenemos una cultura que se nos transmite y que nos hace ser

quienes somos. Los animales viven en función de sus instintos que son los que dictan la parte fundamental

de sus comportamientos. Nosotros tenemos también "instintos" pero en los seres humanos la Cultura tiene

una importancia infinitamente más importante que estos. Por ello es difícil pensar en un ser humano que

fuera capaz de desarrollarse sin contacto con otros seres humanos. A este infeliz ser humano le faltaría la

mayor parte de todo eso que nos hace ser los seres humanos que somos.

(Recordad el ejemplo de la película de François Truffaut , "El pequeño salvaje").

El hecho de que seamos seres sociales establece la primera de las ideas que nos ayudan a entender el

significado de estas Ciencias Sociales que ahora comenzamos y que como decíamos anteriormente están

edificadas sobre dos disciplinas, la Geografía y la Historia. Para explicarnos la relación que hay entre estas

dos disciplinas y con esa consideración social que hacíamos del ser humano hemos acudido a la mitología

griega.

Cuando los griegos se plantearon el origen del mundo y de sus dioses, hicieron un ejercicio de

simplificación que les llevara a los elementos más sencillos de todo lo que conocían. De ese modo fueron

reduciendo su mundo a los elementos que parecían esenciales para entender la vida humana. El universo era

un lugar y por ello eligieron como dioses primigenios precisamente a los dioses que encarnaban el

"espacio", el cielo y la tierra, Urano y Gea. Para Hesiodo (quien escribió una historia de los dioses griegos

llamada Teogonía), Urano había nacido de Gea. Todo lo existente estaba bajo el cielo y sobre la tierra. Sin

embargo el temor de Urano a ser desplazado como principal dios le llevó a impedir que sus hijos salieran del

vientre de Gea, estos primeros hijos recibieron el nombre de Titanes y dos de ellos serían a su vez los padres

de todos los dioses griegos (los dioses olímpicos, esos que conocemos, Zeus, Poseidón, Apolo...). Sin

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embargo el más pequeño de los hijos de Urano que se llamaba Cronos, logró escapar del encierro y mutilar a

su padre, poniendo fin al reinado de Urano y pasando a ocupar su lugar. Cronos se casó con una hermana,

Rea y con idéntico temor a ser desplazado que el que padeció su padre, decidió comerse a sus hijos según

estos eran dados a luz por Rea, antes que permitir que alguno de sus

hijos le desplazara como único rey.

La imagen de Cronos (Saturno para los romanos) comiéndose a sus

hijos que la mayor parte de nosotros conoce es la que pintó el pintor

español Francisco de Goya y que tenéis a la derecha. La idea de que

Cronos es tiempo se comiera a sus hijos es una metáfora del modo en

el que el tiempo nos devora a todos. El tiempo pasa y en ese

transcurrir desaparecemos como hijos de Cronos.

Los griegos a través de estos mitos resaltaban que los seres humanos

vivimos en unas coordenadas espaciales y temporales. Todos

ocupamos un espacio y lo hacemos en un tiempo determinado. No

podemos entender al hombre sin atender a esas dos coordenadas, un

espacio que ocupamos y que es el objeto de estudio de la geografía y

un tiempo, al que se dedica la Historia. Somos criaturas sociales que

viven en un tiempo y en un espacio y a entender estas cuestiones

vamos a dedicar buena parte de nuestro tiempo a lo largo de la ESO.

Por todo eso hablamos de Cronos y de Gea, porque hablamos de

tiempo y de espacio o lo que es casi igual, porque hablaremos de

Historia y de Geografía.

Pensad ahora en uno de nuestros mitos literarios más conocidos, Don

Quijote de la Mancha y ved el modo en el que un ser humano es

localizado a través de esas coordenadas temporales y espaciales de

las que hemos hablado (actividad 1).

En torno a Cronos

Iniciábamos el conocimiento de las Ciencias Sociales desde la mitología, vinculando los mitos clásicos de

Cronos y de Gea con la idea de tiempo y espacio que están detrás de la Geografía y de la Historia. Ahora

nuestro objeto es aclarar un poco más nuestra idea de tiempo, el modo en el que la construimos y las formas

que utilizamos para representarlo.

Los seres humanos, decíamos el otro día, somos criaturas temporales. El tiempo es un concepto muy común

en nuestras conversaciones, hablamos del tiempo, de cómo pasa el tiempo, de cómo el tiempo se nos echa

encima o de cómo no tenemos tiempo para hacer lo que quisiéramos hacer. Los seres humanos perdemos el

tiempo, lo ganamos y lo gastamos como si fuera una sustancia tangible (que se pudiera tocar). Estamos tan

acostumbrados a hacerlo que no reparamos en lo difícil que es entender el tiempo.

Quizás la mayor parte de nosotros pensamos que el tiempo es algo absoluto y mensurable (que podemos

medir), estamos acostumbrados a contar minutos y horas y sin embargo pasamos por alto el hecho de que

nuestra impresión sobre el tiempo es siempre diferente. Todos hemos pasado por la experiencia de cómo

unas clases se nos hacen muy largas y otras extrañamente cortas, cómo pasamos los fines de semana en un

suspiro y la semana se nos hace larguísima. El aburrimiento o la diversión parecen determinar a menudo la

experiencia que tenemos sobre el tiempo. Hay días que se nos hacen cortos y días que no acaban, del mismo

modo que hay clases eternas y clases breves como un suspiro. ¿Qué es lo que ocurre si la hora, el día o la

semana siempre duran lo mismo? ¿Por qué cuando nos vamos a golpear o a caer de la bicicleta nos parece

que el tiempo se detiene?

El tiempo como veis es muy complejo. No sólo podemos referirnos a él como una "medida" (la hora, el

día....) sino como una sensación de proceso que se alarga o acorta en función de lo que durante ese proceso

ocurre. El tiempo es un discurrir pero que precisa de puntos de referencia para hacerse evidente. Si las

cosas estuvieran completamente estables y nada ocurriera no tendríamos sensación de tiempo. De alguna

manera es lo que nos ocurre cuando una hora se nos hace más o menos corta en función de las cosas que nos

ocurren en ella o de lo que hacemos. Una clase aburrida es una clase en la que a nuestro juicio no pasa nada,

Page 3: Cronos y Gea

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una clase entretenida nos mantiene en guardia porque tiene muchos momentos que recordamos y que

producen cambios en nuestra atención. El cambio es por ello el elemento esencial del tiempo, el hecho de

que algo interrumpa un proceso, lo cambie, lo determine.

En Historia cuando hablamos de tiempo hablamos de cambios, pero no todos los cambios tienen la misma

importancia. Ciertamente todos los cambios nos ayudan a determinar ese paso del tiempo pero sólo algunos

cambios son tan importantes que guardamos memoria de ellos de manera permanente y nos permiten

incluso establecer periodizaciones. A esos grandes cambios que marcan a menudo un antes y un después

de manera clara los llamamos "acontecimientos". En historia solemos hacer referencia a esos

acontecimientos pues a partir de ellos establecemos tiempos, marcamos épocas, eras y definimos

cronologías. Pero no sólo los historiadores utilizamos esta idea de acontecimiento, en realidad todos los

seres humanos celebramos, anotamos o recordamos hechos que han marcado nuestra vida. Los

acontecimientos van haciendo un recorrido de nuestra biografía y a menudo esos cambios importantes son

celebrados de una forma muy especial. Tras esa idea están las celebraciones que acompañan nuestra vida,

desde las bodas a los funerales, pasando por los cumpleaños o por todas esas fiestas que organizamos ante

cualquier cambio importante, cuando invitamos a nuestros amigos a conocer a nuestra nueva mascota,

cuando nuestros padres invitan a sus amigos para celebrar el final de una obra en casa o un cambio de

domicilio.

Una de las formas más habituales de representar el tiempo pasado es la Línea del Tiempo. Una línea de

tiempo es una línea sobre la que representamos una serie de acontecimientos que nos ayudan a entender un

proceso a partir de señalar los hitos (acontecimientos) que lo han determinado. Por ejemplo si hacemos una

línea del tiempo sobre nuestra vida en ella situaremos los hechos remarcables de nuestra vida. La línea del

tiempo es una forma gráfica de representar el tiempo y en ella utilizamos criterios de proporcionalidad

que nos permitan determinar de una forma relativa el paso de ese tiempo. Hay una relación espacial

proporcionada que responde al tiempo que queremos representar, más tiempo, más distancia. Por lo general

en una línea del tiempo horizontal lo más antiguo lo situamos a la izquierda y lo más moderno a la derecha.

Pensad en vuestra vida y señalar los hechos que consideréis que han determinado vuestra biografía. Podéis

utilizar acontecimientos familiares, personales, académicos, etc., en función de qué tipo de acontecimientos

elijáis determinaréis el carácter de esa línea. Podría ser una línea basada en los acontecimientos familiares

(nacimientos, bodas, fallecimientos, accidentes, encuentros) o de acontecimientos académicos (cuando

entráis en el colegio, en la guardería, en el Instituto, la primera vez que sacasteis un sobresaliente en

matemáticas), todos esos hechos que pueden servirnos para establecer una idea de tiempo que discurre.

Para completar el ejercicio anterior deberíais hacer una segunda línea en la que incluyeseis acontecimientos

generales, históricos, sociales o deportivos que coincidan a grandes rasgos con vuestra línea del tiempo. De

ese modo podemos comprobar cómo nuestra propia temporalidad está relacionada con el tiempo de la

sociedad en la que vivimos. En muchas ocasiones recordamos nuestras propias vivencias a través de estas

vivencias generales,..... "Comencé el instituto el año que España ganó el mundial" (por ejemplo).

Si observáis la línea del tiempo hay otra cuestión que se nos hace evidente y que forma parte de nuestra

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manera de recordar, de narrar lo sucedido y en definitiva de nuestra relación con el pasado. La línea del

tiempo, como cualquier otra narración más o menos elaborada del tiempo pasado no recoge todo lo

sucedido. Es siempre un esquema, un resumen de sucesos, una adaptación. Pensar que narrar un sólo día en

todos sus hechos nos llevaría un día entero o incluso más (lo que sucede - todo lo que sucede - lo que vamos

pensando sobre lo que sucede, etc., la visión de otros sobre ese mismo hecho). Contar una clase podría

llevarnos mucho más que la propia clase si quisiéramos expresar completamente lo sucedido. Decimos esto

para prevenir uno de los errores más comunes en nuestra relación con el pasado. Nunca decimos todo,

cualquier relación tiene vacíos, deja huecos y hace omisiones. Cuando nosotros contamos nuestra vida lo

hacemos sobre unos cuantos acontecimientos, nos costaría muchísimo narrarla por entero, siempre haríamos

elecciones, lo que contamos, lo que dejamos en el tintero porque los consideramos poco relevante. Al final

la narración depende mucho de qué acontecimientos elijamos. Volveremos sobre esta idea cuando

comencemos a hablar de historia.

En Historia utilizamos líneas de tiempo muy a menudo. Quizás la más conocida es la de la ilustración de

más arriba, esa que recoge la división en diferentes edades la historia de la humanidad. La división más

general es la de Prehistoria (antes de la aparición de la escritura) y la de Historia (después de la aparición de

la escritura). La historia se divide en edades, marcadas por un acontecimiento importante que marca la

frontera del cambio, Edad Antigua (hasta la caída de Roma 410 d.C.), Edad Media (hasta 1492,

descubrimiento de América) Edad Moderna (hasta la Revolución Francesa 1789) y la Edad Contemporánea

(hasta nuestros días). Actividad 2

Observando el cielo y midiendo el tiempo

El elemento esencial de cualquier consideración sobre el tiempo es que nuestra idea de tiempo está unida a

la observación de cambios. De hecho estos cambios y la repetición de determinados cambios está en el

origen de las más antiguas ideas de tiempo. No es que el tiempo sea el cambio pero sí que el tiempo sólo

puede ser apreciado a partir de algún tipo de cambio.

A) Quizás el más evidente de todos sea el que distingue las noches de los días.

Ese ciclo, que se repite todos los días, es sin duda

la más evidente división del tiempo que los

hombres pudieron hacer desde los tiempos más

primitivos. En la mayor parte del planeta el sol

recorre el cielo desde el este del firmamento, por

donde nace, hasta el oeste, por donde se pone. El

sol, fuente de la luz, del calor y en buena medida

del bienestar de las sociedades humanas fue

mitificado y divinizado en muchas culturas. Los

griegos, por ejemplo asociaban el sol al

Dios Helios y a Apolo, y representaban al sol en

el firmamento tirado por un carro que lo llevaba

de un lado al otro del firmamento a lo largo del

día. Ese viaje del sol a través del cielo era

evidente, tanto que pensar que era la tierra la que giraba alrededor del sol, tal y como planteara en el siglo

XVI Nicolás Copérnico formulando la conocida como Teoría Heliocéntrica, resultaba completamente

chocante. Era mucho más razonable, desde el punto de vista de la observación directa pensar que era el sol

el que giraba alrededor de la tierra (Teoría geocéntrica).

Page 5: Cronos y Gea

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No podemos olvidar tampoco que la consideración de que la tierra era plana estaba también muy extendida

y establecer una rotación terrestre estaba fuera de la imaginación de los seres humanos.

B) La segunda de las mediciones más evidentes vino también de la observación de otros astros en el cielo, la

Luna, que sustituía al sol en el firmamento y que gracias a esto sostenía también como el sol, una amplia

mitología que se extiende por todas las culturas antiguas del planeta. Los griegos la llamaban Selene y para

ellos era hermana de Helios (el sol) y ocupaba el firmamento cuando este se marchaba.

La observación de la luna tenía aspectos parecidos a los del sol, el hecho de que la luna recorriera el

firmamento también a lo largo de la noche, pero sobre todo lo más característico era que la luna tenía

"fases". Unas fases que completaban un nuevo periodo capaz de ser medido, el del ciclo completo de las

fases que duraba 29,53 días solares y que podía a su vez subdividirse en cuatro fases, lo que nos da la

división de las semanas.

Algunos pueblos basaron su medición del tiempo en la luna, establecieron por ello "Calendarios Lunares" e

incluso midieron la duración del año a partir de estas observaciones lunares. Las semana, cuya medición

surgía de la observación de las fases sirvió para regular los mercados (nuestros mercadillos semanales) y

establecer a partir de esta división la semana laboral, un tiempo que terminaba en un día de descanso que

solía tener un carácter sagrado (los musulmanes el viernes, los judíos el sábado o los cristianos el domingo).

C) El cielo nocturno sirvió también para establecer un periodización que derivaba de la observación de las

constelaciones, los signos del zodiaco que conocemos. El zodiaco propuesto por los Babilonios en el 2000

a.d.C, servía también para medir el tiempo aunque acabara teniendo también otros usos menos razonables.

Actividad 3

El año y las estaciones, iniciación al calendario

Actividad 4

De todas las medidas posibles del tiempo nos queda una que provocaba no pocos problemas, la medición

del año. Sabemos por astronomía que la medición del año corresponde al ciclo marcado por el

movimiento de traslación alrededor del sol. Sin embargo este movimiento tardaría mucho en ser definido.

Por otro lado a los hombres les resultaba difícil unir este movimiento al de las fases de la luna y al que

marcaba el paso de los días (que dependía del movimiento de rotación).

Para organizar el tiempo los seres humanos inventaron un artefacto muy complejo y para el que se dieron

diferentes soluciones que vamos a extractar en esta clase, el Calendario. El calendario no sólo recogía las

diferentes divisiones del tiempo que los hombres utilizaban sino que también servía para organizar su vida

social, cultural y económica. Nosotros mismos estamos sujetos a una suerte de calendario derivado del

general (el calendario escolar). Para muchos de nosotros el año realmente comienza en septiembre, se divide

en cuatro trimestres de los cuales tres son académicos (las tres evaluaciones) que se cierran en una

vacaciones más largas (Navidad, Semana Santa, Verano) y que se completan en un trimestre (casi) de

vacaciones (las de verano más o menos del 20 de junio al 20 de septiembre). Algo así han hecho todas las

civilizaciones, veamos cómo.

La idea de año está unida a la de calendario, permite establecer un ciclo completo, que se generaliza a partir

del neolítico y de la necesidad de prever las diferentes tareas agrícolas y ganaderas. En las zonas

templadas del planeta la elaboración de este calendario estuvo unida a la existencia de "estaciones", que son

de algún modo la base de este ciclo anual.

Las estaciones están determinadas por los solsticios y los equinoccios que a su vez están relacionados con la

inclinación de la tierra sobre el plano de su órbita (el plano de la eclíptica).

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Este hecho provoca cuatro momentos que fueron observados desde antiguo, los equinoccios y los solsticios.

Los primeros correspondían a días en los que la duración del día y la noche eran equivalentes y los

solsticios, en los que la diferencia entre el número de horas del día y la noche era máxima. El solsticio de

invierno (21 de diciembre y que está representado festivamente por la Navidad), marcaba la noche más larga

y el comienzo del ciclo de crecimiento de los días. El solsticio de verano (21 de junio y marcado

festivamente por la fiesta de San Juan) marcaba el crecimiento de las noches y el día más largo de todo el

año. Los equinoccios, 21 de marzo y 21 de septiembre, señalaban el comienzo de las estaciones de

Primavera y de Otoño, de ese modo quedaba estructurado en cuatro trimestre (las estaciones), todo el ciclo

solar. Primavera 21 marzo- 21 de Junio; Verano 21 de junio 21 de septiembre; Otoño 21 de Septiembre al 21

de diciembre; Invierno 21 de diciembre a 21 de marzo.

La inclusión de las estaciones y el año solar, las fases de la luna y sus divisiones de meses y semanas y la

sencilla (por la que empezamos) de los días, completan nuestro calendario. Los calendarios marcan

ciclos y estos ciclos, pueden organizarse a su vez de manera cíclica o lineal. Los aztecas basan sus

calendarios en ciclos de 52 años en grupos de cuatro, los budistas lo hacen a partir de ciclos zodiacales de 12

años, y nosotros los occidentales creamos una agrupación lineal en siglos.

Cada cultura, cada sociedad o cada religión ha organizado el tiempo a su manera creando su propio

calendario, para relacionar el tiempo contabilizado (días, meses, años, estaciones) con unas necesidades

sociales (la necesidad de descanso, de relación con otras comunidades, las paces, las celebraciones

familiares o comunales), unas creencias (las fiestas religiosas, los rituales) o unas prácticas económicas (el

cultivo de determinadas plantas, el cuidado de los ganados, el comercio o los viajes).

Todos los calendarios mantienen un sistema cronométrico (una forma de medir el tiempo) que supone

contabilizar el número de ciclos completos transcurridos. Cada ciclo un año (según el calendario que

queráis) se acumula sumando una cifra (un número) que indica el "año" en el que estamos. En nuestro caso

occidental estamos en el año 2012, lo que significa que hemos completado 2012 ciclos anuales desde un

acontecimiento a partir del cual contamos. Este acontecimiento en occidente y por tanto en el calendario

Gregoriano (el nuestro) es el nacimiento de Jesucristo (año 0). A esa datación fundamentada en un

acontecimiento mítico, histórico o sagrado que pone principio al tiempo (suele coincidir con el nacimiento

de una idea de la civilización o de la propia sociedad), se le conoce como Era.

Cada sociedad ha determinado ese principio de su cuenta, precisamente a partir de algún hecho que se

entiende como generatriz (lo que hace nacer la propia sociedad tal y como luego se concibe). Para los

cristianos es evidente que ese hecho era el nacimiento de Jesucristo, no en vano hablamos de años antes de

Cristo o después de Cristo, señalando de esta forma ese año 0 donde comienza el mundo Cristiano. Para los

musulmanes ese año es la Hégira (el viaje que hace Mahoma de la ciudad de la Meca a la de Medina,

Page 7: Cronos y Gea

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huyendo de sus enemigos). La Hégira coincide con el año 622 de la era cristiana, no es extraño (el cálculo es

más complejo) que los musulmanes cuenten que están en el año 1430 (después de la Hégira). Los griegos

utilizaron el año de la primera Olimpiada, celebrada según su tradición en el año 776 a.d.C (Tendríamos que

sumar 776 años a nuestro 2010 para conocer el año "griego"). Los romanos por otro lado, consideraban

como inicio de sus cronologías el año de la fundación de la ciudad de Roma que coincide con el 752 a.d.C.

Parece evidente la relación entre la civilización y la cuenta del tiempo. Del mismo modo no podemos dejar

de ver que el tiempo se cuenta y se ha contado de muy diferentes modos y que estas Eras dan lugar a

cronologías (mediciones de tiempo) muy distintas.

Los husos y las horas

Planteábamos en la unidad anterior la idea de

que el cambio estaba detrás de nuestra idea

de paso del tiempo. Sin percibir cambios

resultaba difícil apreciar el paso del tiempo.

Alguien planteó que el tiempo no existía sin

cambio pero resulta más correcto decir que

sin cambio no podíamos percibir el tiempo.

Esa idea de cambio sostiene nuestras

habituales maneras de medir el tiempo y

preguntándonos cual era el más evidente de

los cambios que nos facilitaban la medida del

tiempo, concluíamos que era el paso de días y noches el más evidente.

Algunos entonces pensasteis que eran las horas y sin embargo resultaba evidente que medir las horas sin

reloj resultaba complejo. En el

mejor de los casos sólo

podíamos medir las horas del

día, pero ¿qué ocurriría con las

de la noche? Incluso si

pensábamos en las del día

encontrábamos que según la

estación del año el número de

horas de día variaba, los días en

invierno (cercanos al solsticio

de invierno) eran notablemente

más cortos que los del verano

(los cercanos al solsticio de

verano).

La hora resultaba difícil de

medir y en este sentido la

planteábamos como una mera

medida arbitraria de nuestros cálculos temporales.

Una escala que podía, y de hecho se había hecho así, calibrarse de muy diferentes maneras. La hora en un

principio establecía un tiempo que correspondía al día, un paso por los diferentes puntos que un reloj de sol

señalaba con su sombra. Los babilonios que pusieron las bases de nuestros sistemas de contabilidad del

tiempo utilizaron para los cálculos temporales sus propias pautas numéricas, contando como hacían en base

Page 8: Cronos y Gea

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12, el día se dividió en tantas horas como ese doce que les servía de referencia. Cuando hubo que calcular

las horas de un día entero (el tiempo que tardaba la tierra en dar un giro completo alrededor de su propio

eje), el cálculo se doblo, 24 horas.

Un giro sobre el eje de la tierra tomado desde cualquier punto del planeta dibuja un círculo. Como todos

sabemos desde primaria, esa circunferencia mide 360º. Puesto que el tiempo en horas quedó establecido en

24 horas, la división de la circunferencia de 360º (que corresponde a la de cualquier paralelo del planeta)

entre las 24 horas, nos da 15º que son los que separan las diferentes franjas horarias que llamamos Husos.

Tomando el meridiano de Greenwich como línea 0 podemos observar dos hechos importantes. El primero es

que dado el giro que hace la tierra de Oeste a Este, los husos al este de Greenwich van restando horas, uno a

uno, según nos alejamos. A los doce husos hacia el Este nos encontramos con la línea de cambio de hora,

que correspondería a la mitad de esas 24 horas que forman el día, y que como vimos en clase corresponden a

la mitad de ese recorrido que hace la Tierra en 24 horas.

Actividad sobre los husos horarios.

Acontecimiento, memoria y conmemoración.

Si hasta ahora hemos hablado del tiempo contado (cómo los hombres hemos medido el tiempo) y del tiempo

celebrado (cómo las sociedades han determinado un ciclo festivo en el calendario), ahora vamos a

desarrollar otros aspecto del tiempo que tiene que ver con los orígenes de la Historia.

Cuando hacíamos la línea del tiempo de nuestra vida señalábamos en ella una serie de acontecimientos que

la habían marcado. Algunos de ellos eran tan importantes en nuestra vida que los recordábamos todos los

años, hacíamos memoria de ellos, los conmemorábamos. La celebración cíclica de estos acontecimientos

formaba parte de nuestra manera de recordar unos hechos que marcaban nuestra biografía. Quizás el más

evidente sea el de la celebración de nuestro cumpleaños, es una conmemoración común y que buena parte de

nosotros celebramos.

La conmemoración es un hacer memoria de algo que ha marcado nuestra vida o la vida común. Por esa

razón la conmemoración forma parte de los calendarios festivos de cualquier sociedad. No sólo la fiesta, a

veces el recuerdo de algún hecho del pasado se convierte en fiesta y se recuerda. Nosotros recordamos la

fiesta del 6 de diciembre por conmemorar la aprobación de la Constitución o el 12 de octubre por el

descubrimiento de América, los estadounidenses conmemoran el 4 de julio, y los franceses el 14 de julio.

Recordar los hechos del pasado y celebrarlos es una costumbre de todas las sociedades que a través de las

mismas forman una memoria colectiva de hechos considerados fundamentales para la existencia y el

mantenimiento de esa sociedad. La memoria se hace de esta forma presente. La Historia nació de esta

necesidad de guardar memoria. Los antiguos señalaban los lugares donde se habían celebrado grandes

batallas, conmemoraban las mismas, el nacimiento o la muerte de sus grandes personajes. Sobre estos

hechos importantes y sobre aquellos personajes claves de su pasado, se construía la Historia. Herodoto, es

un autor griego que es considerado el padre de la Historia y de la Geografía. Herodoto escribió un libro

titulado "Los nueve Libros de la Historia" que son considerados el más antiguo ejemplo de esta disciplina

que vosotros empezáis a estudiar. En su primer párrafo reconoce su propósito, ese hacer memoria que

citábamos.

"Herodoto de Halicarnaso presenta aquí las resultas de su investigación para que el tiempo no abata el

recuerdo de las acciones de los hombres y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya

por los bárbaros, no caigan en olvido; da también razón del conflicto que puso a estos dos pueblos en la

lid."

Page 9: Cronos y Gea

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Pero la Historia no sólo sirve para rememorar y para conmemorar, también sirve para explicarnos el

presente. Todo lo que nos rodea, todo lo que somos o lo que ahora consideramos normal tiene un pasado.

Revisar ese pasado y buscar las raíces de nuestro presente ayuda a entenderlo y también a relativizarlo. Para

los historiadores explicarnos el presente es una de las funciones básicas de la historia, más allá de la

conmemoración nos interesa saber cómo y por qué estamos donde estamos.

Si os dais cuenta a lo largo de estos días no sólo hemos medido el tiempo, hemos comprendido cómo el

hombre se percata de su transcurso, o cómo la observación de los astros determina la mayor parte de esas

mediciones. También hemos hecho una pequeña historia de ese concepto, desde Cronos al calendario,

hemos visto cómo la medición del tiempo ha evolucionado desde los babilonios a nosotros, cómo algunas

cosas han quedado como restos de medidas antiguas (las horas de 60 minutos y los días de 24 horas) o cómo

los mismos calendarios han ido adaptándose a las diferentes sociedades de la historia.

Hemos empezado a trabajar las ciencias sociales y sin daros cuenta... estáis trabajando como historiadores.

Actividad 5 Repaso de conceptos fundamentales

Actividad final: síntesis del tema