cronicas de un paseo

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Llegar primero Su apuro y deseo por salir a comprar algo al kiosco era incesante. Alterados por escuchar el sonido de la campana y correr para llegar primero, todos alborotados tratando de colarse para poder comprar una factura y no quedarse sin. A pesar de ser pocos en la escuela, muchos de los alumnos realizan sus compras en el pequeño kiosco. El afán por ser el primero en comprar alborota a los alumnos. Cuando llegan al kiosco, Mateo observa esa fila interminable, ese sentimiento de frustración corre por su cuerpo. El pensar si hacer toda esa fila por una factura y un criollo, perdiendo casi todo el recreo sin pasar tiempo con sus amigos. El remordimiento de ver a gente colarse y por no generar más discordia, se queda callado. Todo esto por conseguir algo de comida, cuando al final, toca su turno y sale con su comida… Pensado que si todo lo que significo esa espera valió la pena por un pedazo de pan. Neder Juan José

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Alumnos de quinto año de Unidad Educativa Maryland realizaron cronicas de su paseo por el centro de Cordoba

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Llegar primeroSu apuro y deseo por salir a comprar algo al kiosco era incesante. Alterados por

escuchar el sonido de la campana y correr para llegar primero, todos alborotados tratando de colarse para poder comprar una factura y no quedarse sin.

A pesar de ser pocos en la escuela, muchos de los alumnos realizan sus compras en el pequeño kiosco. El afán por ser el primero en comprar alborota a los alumnos. Cuando llegan al kiosco, Mateo observa esa fila interminable, ese sentimiento de frustración corre por su cuerpo. El pensar si hacer toda esa fila por una factura y un criollo, perdiendo casi todo el recreo sin pasar tiempo con sus amigos. El remordimiento de ver a gente colarse y por no generar más discordia, se queda callado. Todo esto por conseguir algo de comida, cuando al final, toca su turno y sale con su comida… Pensado que si todo lo que significo esa espera valió la pena por un pedazo de pan.

Neder Juan José

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EL PALACIO

Tenía la mochila preparada para ese día, había guardado el cuaderno, la cartuchera, la merienda, la billetera y las llaves de su casa. Se sentía un poco mareada esa mañana pero aguantaba para ir al colegio.

Ese día en la escuela fue inusual: iban a ir a Córdoba a hace un paseo al Palacio Ferreyra y a la Manzana Jesuítica. Le interesaba mucho visitar el Palacio Ferreyra, sentía curiosidad hacia este museo. Siempre escuchaba hablar sobre el palacio pero nunca había ido a visitarlo y ahora iba a llegar su oportunidad.

Tomaron lista de 5° y 4!° año para asegurarse de que estaban todos. Fu algo lento y su mareo había aumentado. Finalmente, se subió a colectivo, al lado de una amiga que le había pedido antes. Pensaba dormir durante el viaje, se había levantado con mucho sueño y la mañana era fresca por lo que hacía que tuviera ganas de meterse a la cama calentita. El colectivo ya había empezado a andar y cerró los ojos y durmió poco tiempo hasta que una chica se bajó al frente del barrio donde vivía porque se sentía mal. Su compañero también se había despertado y empezó a hacerle preguntas hasta que decidió dormirse.

Los viajes en auto siempre la hacían descomponerse, en especial los viajes largos, pero hacía mucho que las náuseas provocadas por esos viajes habían desaparecido aunque una que otra vez le sucedía, pero no tan intensamente. Justo esa mañana que se había levantado con un ligero mareo y que tenía que viaja, la suerte no la acompañó y las náuseas producidas de chica aparecieron ese día. Al bajar del colectivo el mareo se intensificó, aunque aguantaba un poco más. Caminaron todos juntas hasta que pararon un rato en el Paseo del Buen Pastor a sacar fotos. En ese momento sintió una punzada en el estómago que la hizo sentarse. Sus amigos, que ya notaban que le pasaba algo, la acompañaron, y dos de ellos junto a una profesora la acompañaron a un bar y entró al baño. Al salir se sintió mucho mejor y aunque el marea no se había ido del todo, había disminuido bastante.

Las cuatro se apuraron para llegar al Palacio Ferreyra y alcanzar a los demás, el problema era que no sabían por dónde era. Gracias a la indicaciones pudieron encontrar el museo y media cuadra antes una pareja de ciegos con un nene las paró para que les indiquen cuándo cruzar la calle y dónde quedaba la Plaza España. La profesora les explicó y ella se quedó mirando a esa familia preguntándose sobre sus vidas, cómo afrontaban cada día, de dónde sacaban la fuerza para seguir adelante y criar a su hijo sin rendirse ante la dificultad que les proporcionó la vida, sin poder siquiera conocer sus caras. Una agonía la invadió, deseaba hacer algo más por ellos pero no podía.

Las amigas la apuraron y fueron corriendo hasta llegar y tuvo frente a sus ojos la inmensa casona, tan maravillosa. Pero al mismo tiempo sintió pena por esa maravilla que no podía ser apreciada por todos.

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Alarcón Flavia

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Incógnito.

Figuraba en ese humilde contenedor algo con lo que me sentía

muy identificado, no se bien porqué, 8 letras hacen de mi y esa canasta una estrecha

relación de unión, misterio e identidad.

Al verla pensé la historia que vivía tras el, en algún lejano momento debimos haber

sido parientes, quizá hasta hermanos; hoy quien sabe las vueltas de la vida, frete a el me

encuentro. Sin embargo, el no es mas que un armado de maderas englomeradas,

mientras en tanto yo, soy tan solo un conjunto

de masa con movilidad adquirida e instinto

animal.

Hablamos de diferencias, pero ¿Que

hay de similitudes?, somos mas de la

cantidad de materia que nos rodea; vagamos

juntos al compás de la estrecha cornisa del

tiempo, al borde del permanente abismo; completamente sujetos y subordinados a su

inconmensurable poder.

¿Quién diría entonces que no somos más que cuerpos con reflejos de luz?

La verdad, no creo ser el único en plantearme esto, escuché alguna vez en el

camino, que anterior ami hubo gente, algunas muy reconocidas, otras no, que

presentaron inquietudes similares, hoy, algunos ya no están pero sus frases melodían los

sombríos pasillos de la incertidumbre y reseñan la temerosa inquietud de lo inconcluso,

del innato misterio.

Ortolani Juan Martín

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La homeless de la Iglesia

Todo empezó, cuando pare en la luz roja del semáforo. Esto me era habitual, caminando por el centro de Córdoba. Me encontré con Marta, que habitualmente pide ayuda en la Iglesia de los Capuchinos, cruzando la calle. Ella es un homeless. Me imagino debe tener mas de sesenta años. Por diferentes circunstancias de la vida, fue que se quedó en una ruina económica total. Las oportunidades que le he buscado conversación, me responde y parece que ha tomado confianza conmigo. Bueno, vamos al punto. Hace unos días la encontré sentada en la entrada de la Iglesia junto a sus estampas y su clásico letrero, pasé y le di unas monedas y algo para tomar. Ella tenía una apariencia de soledad y abandono total. Y se encontraba, como, muy herida por la vida. Estaba jogging, una remera mangas largas y sobre esta una mangas cortas bastante percudida.

Le pregunté que le sucedía y me comento que hacia días que no comía porque no podía recaudar la cantidad de dinero como para comprar algo.

Kalcher Franco

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EL TORO

Las personas caminaban por allí ignorando, pasaban apurados, sin prestarle atención, o

simplemente sin darse cuenta que estaba allí parado en el parque, en el Paseo del Buen Pastor. Y

la gente con curiosidad se preguntará por qué esa estatua tenía esa forma, esa forma de animal, o

más específicamente de ese animal que poco y nada tiene que ver con nosotros. Un toro.

Son pocos los que se paraban a observarlo y analizar el pensamiento del autor de la

escultura, pero sin embargo, ella se quedaba quieta sin moverse, esperando el paso del tiempo.

Este toro en espera, en busca de la presa, solo piensa sin moverse. Y lo único que hace es resaltar

sobre la infraestructura de la ciudad.

Y un niño que pasaba por ahí, vio al toro y se imaginó cosas que solo un niño s puede

imaginar. Se imagina al toro corriendo con su manada libremente en el monte sin nadie o nada

que los detenga. Pero luego lo ve en la ciudad, triste y piensa en liberarlo, pero no podrá hacer

nada porque simplemente es una escultura que adorna el parque.

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Pero muy diferente es el pensamiento de un hombre adulto que lo ve como un adorno y

puede llegar a pensar que el escultor perdió el tiempo en hacer eso. Y otros que simplemente no

se fijan en el.

Schreiner Mateo

Otro día en el aula

Orto dia en el colegio, en el aula, un cubo en el que pasan nuevas personas, en el que se chocan y muestran diferentes ideas, objetivos, y sobre todo pasa para los que lo perciben, el egoísmo.puedo ver en cada una de las personas, que me rodean una mirada o una acción que me llevan a pensar en su ideología o postura, en sus metas, sus iniciativas, hasta en sus propios pensamientos.Es imposible echar un vistazo a mi alrededor y ver que sólo hay alumnos sentados. En la clase también puedo ver qe hay una autoridad a la cual llamamos profesor, a el cual respetamos y respondemos. No sólo puedo analizar a mis compañeros, sino que en aquel adulto que rige la clase puedo destacar y razonar porque lo tengo en frente mío, ya que es una persona con un marco de conocimiento, elcual tiene capacidad y el trabajo de regirnos. Algunos muestran, interés, cansancio, obligación, indignación. Formas de expresarse que me llevan a pensar porque actúan de esa forma, en la cual a su ver muestran una predisposición de enseñanza, de aprendizaje y de dar y recibir conocimientos.pero al ver la clase no puedo dejar de lado este egoísmo que encapsula las cuatro paredes, y es ejercido por todos, incluso por mi. Veo que cada uno está conectado en diferentes canales, imagino que cada una de las personas con las que comparto este espacio transcurren por diferentes etapas, sentimientos y niveles de reflexión en sus vidas y en la de los demás. Personas

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que buscan abrir sus mentes en diferentes sentidos, y otras que van cerrando puertas, descartando y desperdiciando ideas sin darse cuenta.

FantiniTomás

MUESTRA DE ACONTECIMIENTOS (Ryser Sofía)

Tras la visita al Palacio Ferreyra te das cuenta que no solo muestra el arte extranjero sino

momentos significativos de nuestro país, no el arrepentimiento en ellas sino el consuelo.

La manera en la que Carlos Alonso usó de catarsis la pintura para dejar de contener su

sufrimiento por sí solo, mostrando lo que su propio cuerpo embotellaba. Al igual que muchos

argentinos cuyos sentimientos todavía no fueron expresados. Se puede ver el odio que esta época

llevo y los gritos de curiosidad que sus obras expresan. Extrañamente sólo se conoce a este artista

que se basa en este tema, por tener el coraje o el sufrimiento suficiente de hacer estas obras. No

sólo muestra la tortura sino el papel de los personajes de este trágico momento, la opinión del

artista de ellos por la cual su posición es más que clara. Al ver las compartir su opinión, su tragedia

y preocupación por la hija que le fue arrebatada.

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Según la guía sus obras eran muy melancólicas paraqué una persona las comprara pero en

realidad rebalsan demás de un sentimiento que una persona puede contener, se puede escuchar

los gritos, risas, llantos y lamentos de todos los personajes, No sólo sus voces, llegamos a sentir

empatía por ellos.

Salir de un cuarto lleno de sentimientos, historia y opiniones nos deja un vacío que

corrompe tu ideología tratando de llenarla

con esta nueva experiencia, para formar tu

propia opinión que llega hacer

indirectamente influenciada por otros. No

importa si viviste la situación sino si aprecias

su esfuerzo en expresarlo. Con solo entender

la historia no basta, hay que comprender sus

sentimientos que llegan manipular tu

pensamiento.

Al terminar la excursión uno se siente agradecido de tener un futuro y humillado delo que

considera problema o tristeza. Con deseo de hacer algo con tu vida reemplazando las personas

perdidas que pudieron habértela cambiado, llegando a pensar que una persona perdida en vano

doble es el trabajo para reemplazar lo que su presencia pudo haber afectado.

El Palacio

Lo que más me impacto del recorrido que hicimos por el centro de Córdoba fue el palacio Ferreyra el cual posee obras de arte muy bellas, las que me impactaron mas fueron las obras de Carlos Alonso un pintor que a través de su sufrimiento por la desaparición de su hija paloma durante la época de la dictadura militar, represento mediante pinturas muy impactantes de jefes militares manoseando mujeres, maltratándolas, imaginándose todo lo que le podrían hacer a su hija.

Por eso elegí este tema para hablar por el impacto que me provoco en mi al ver estas obras, viendo estas pinturas vos podías sentir el sufrimiento que

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tenía ese hombre por la desaparición de su hija, una persona ajena a todo los problemas que presentaba el país y que entro en un sufrimiento inexplicable solo por la mente malvada de esta gente.

Suarez Matías

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“LIMOSNAS DE ORO”.

La semana pasada mi colegio nos llevó al centro de la ciudad de Córdoba. En este viaje participaron todos los alumnos de quinto año y de cuarto y algunos profesores como el de Historia, Arte, Literatura y Sociología. A la mañana antes de partir, nos advirtieron y nos comunicaron cómo deberíamos comportarnos para dejarnos bien en claro que teníamos que hacerlo de la forma correcta y nos dejaron en claro que cada uno de nosotros sabíamos como deberíamos comportarnos y cada uno sabía qué iba a pasar si no lo hacíamos.

El paseo consistido en visitar el Palacio Ferreyra, la Manzana Jesuítica y el Museo de la Memoria, el cual no pudimos visitarlo ya que no nos alcanzó el tiempo.

Días anteriores a esta excursión se nos advirtió que este paseo no era para perder tiempo sino que era para estudiar. Nos dieron la consigna de tomar nota sobre lo que veíamos y todo lo que nos explicaban, y sacar fotos de todos los lugares que íbamos visitando. Con esas dos fuentes de información tenemos que realizar una presentación en power point que explicara todo lo que aprendimos ese día. Nos dijeron que era un trabajo grupal de máximo tres personas y nos dieron un plazo de varios días para hacerlo antes de ser calificados.

El primer lugar que visitamos fue el Paseo del Buen Pastor, aunque no nos quedamos mucho tiempo ahí, sino que lo recorrimos por fuera y le sacamos fotos. Luego visitamos una Iglesia llamada Capuchino, a la cual observamos por fuera y también le

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sacamos fotos. De ahí el recorrido siguió hasta el Palacio Ferreyra donde nos hicieron una visita guiada del lugar mostrándonos los espacios de la antigua casa y las obras que se encontraban dentro de ella. Cuando terminamos el recorrido ahí, merendamos en el jardín del Palacio para luego caminar hasta la Manzana Jesuítica donde nos esperaba una mujer que nos explicaba la historia de os diferentes lugares como el Cabildo y la Iglesia. Al finalizar ese recorrido, caminamos hasta el Patio Olmos donde nos esperaba el colectivo con regreso al colegio.

En la Iglesia de Capuchino fue donde vi algo que me llamo la atención y que muchas veces no le llevamos el apunte: una mujer de aproximadamente 50 años, con una redonda y colorada cara, sentaba en un banquito al lado de la puerta. Llevaba puesto un pañuelo en la cabeza cubriendo su pelo, sosteniendo en la mano estampitas y rosarios, pidiendo monedas. Mi primera impresión de la mujer fue de lástima porque creo que si vive de eso no debe de tener una vida en la cual pueda satisfacer sus necesidades, ya que deduje que no muchas personas la ayudaran dándole dinero. Otras de las impresiones que me dio fue su rostro, un rostro que expresaba sentimientos de lástima, un rostro ignorado y rechazado, un rostro que suplicaba ayuda, y me dio la sensación y estoy casi segura de que esa mujer pasa muchas horas, capaz un día entero, sentada ahí esperando la ayuda de los demás.

Esta mujer me llamo mucho la atención, y por eso decidí sacarle una foto y hablar sobre ella. Además, estaría bueno que la gente se diera cuenta y empiece a tener más en cuenta a estas personas y tratar de ayudarlas de alguna manera.

Pereyra Luciana

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Las distintas oportunidades…

Nos fuimos de viaje al centro, yo y mi grupo de amigos, que también son compañeros. Para nosotros era una experiencia nueva, ya que vivimos muy lejos del centro y no vamos frecuentemente.

Sacábamos fotos y tomábamos apuntes, mientras nos reíamos entre todos, éramos un buen grupo, muy unido. Íbamos todos juntos a aprender sobre el lugar que vivimos. Vimos grandes acontecimientos de nuestra Argentina y Córdoba, nos sorprendió mucho la historia que puede haber en lugares tan reducidos, la cultura que nuestros antepasados nos dejaron para poder formar la nuestra.

Nos reíamos mucho, pero siempre prestando atención. Fuimos a un museo, donde vimos como se podría demostrar la historia y los sentimientos a través de las pinturas, nos pareció muy interesante, a partir de esto teníamos que hacer un trabajo, pero a mí y a mis compañeros ya no nos importaba el trabajo, porque nos habíamos atrapado con lo que nos enseñaba la guía. Después de esto llego el momento que todos esperábamos, la merienda. Yo me había olvidado de que había que llevar comida, por eso fuimos, con 2 compañeros que también se habían olvidado la comida y los profesores que nos acompañaban por protección de mayores, a comprar alimento. Compramos y merendamos todos juntos. Luego fuimos a la Catedral de Córdoba, donde también aprendimos mucho.

Cuando volvíamos, con un amigo, vimos que el transito estaba interrumpido, avanzaba muy lento, fuimos a ver por qué era. Era un señor mayor de clase muy baja, que estaba llevando un carro enorme con ropa muy vieja y un poco de pan. Como los demás autos lo apuraban, quiso correr y tropezó, a nosotros nos dio mucha pena verlo tirado con todas las cosas desparramadas, entonces fuimos a ayudarlo. El miraba para todos lados y gritaba:”tengo que llevarles esto a mi familia que dependen de mi y que quiero cuidar”. Capas que no lo tenía que haber hecho, pero le pregunte: “¿señor porque esta tan nervioso?”.Y me dijo “Tengo que ayudar a mi familia y nunca tuve las mimas oportunidades que los que me apuran allá atrás”. Metió todo en su carro y se fue a las apuradas corriendo…

Murga Cristobal

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Cambios de tiempo

El vivía en el campo, tenía una pequeña estancia en el Chaco, vivía con su esposa y sus dos hijos. Miguel se levantaba todos los días temprano, le daba de comer a las gallinas y a los cerdos y después subía a la camioneta e iba a dar una vuelta por los campos para revisar como iban los cultivos. Siempre estaba invadido por una inmensa paz, no tenia el mas mínimo apuro con respecto a nada, amaba su vida y estaba agradecido de ella.

Un día se levanto y prendió el televisor para ver las noticias antes de hacer sus labores diarias. De repente escucho al conductor decir que se acercaba una sequia y que no se sabía cuando volvería a llover. Sintió como el miedo lo invadía tenía miedo, tenía miedo de perder el campo y la vida que amaba, porque si no llovía los cultivos no iban a dar frutos e iban a perder una temporada y perder la temporada significaba perder el campo por cuestiones económicas. La primera solución que se le ocurrió fue regar lo que podía a mano, sabía que no sería suficiente pero es lo único que podía hacer.

Los días fueron pasando y más tarde, las semanas, pero todavía no había caído ni una sola gota. Miguel estaba desesperado, no encontraba solución alguna para la gran sequia y la peor parte es que la temporada estaba por terminar, su único alivio era que la parte que estaba regando a mano seguía en pie y esperaba que eso le diera un poco de dinero para sobrevivir.

Y así la temporada termino y ni una gota había caído del cielo y por lo tanto todos los cultivos murieron excepto lo que había regado. Después de mucho meditarlo, Miguel decidió que lo mejor que podía hacer para el y su familia era vender el campo y con ese dinero ir a probar suerte a Córdoba. Finalmente vende el campo y con el dinero en sus manos parte para Córdoba, su nuevo hogar.

Cuando estaba llegando a Córdoba estaba absolutamente sorprendido con todo lo que había cerca, el vivió toda su vida en el campo y de repente se encontró en un lugar completamente diferente. No podía creer el tamaño de los edificios, el tamaño de las calles y avenidas, la cantidad de autos y de personas que había, parecía un mundo nuevo pero no era más que una gran ciudad. Llego a su departamento ubicado en Nueva Córdoba, era un departamento chico pero más que suficiente. Se instaló y se fue a dormir después de un largo y cansador día.

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A la mañana siguiente se levanto temprano y fue a la empresa donde consiguió trabajo, en el camino se dio cuenta que todo el mundo estaba muy apurado y el no entendía porque, para el no había ninguna razón de hacerlo. Finalmente llego a la empresa donde lo recibieron cordialmente y lo mandaron a trabajar con todas las expectativas. Finalizada su jornada salió exhausto y decidió ir a un bar a relajarse. Se sentó en la vereda y pudo notar otra vez el apuro de gente, por poco iban corriendo y el aun seguía sin entender porque. Leyó el diario y volvió a su casa mientras volvía la gente lo miraba raro porque estaba muy relajado y no tenia apuro, pero para él era muy normal estar así.

Con el pasar de los días, semanas, meses, su vida seguía igual, se acostumbró a ver a todo el mundo de esta manera y poco a poco sin darse comenzó a formar parte de ellos, viviendo apurado en todo sentido. Extrañaba su campo, su casa, su familia, su antigua vida y sobre todo extrañaba la paz y la tranquilidad que esa vida le brindaba, pero los tiempo cambian.

Martí Manuel

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La corbata

Su madre lo levanto porque ya era tarde para llegar a la escuela, esta exaltada, nerviosa, apurada, corría hacia todos lados. Se vistió lo más rápido que pudo ya que el tiempo les jugaba en contra. Camino a la escuela Juan, mientras iba en el auto cruzando el centro de Córdoba, iba desayunando algo rápido que había agarrado al pasar. Además hacia esfuerzos para estudiar Matemática que al llegar tenía que rendir un examen. Bajo corriendo y de la misma manera entro a la escuela esquivando todo obstáculo que se interpusiera entre él y su aula. De reojo pudo leer el ya oxidado cartel “Colegio Monserrat” y las escrituras ya desgastadas que hacía ya años que estaban ahí. Era raro ver así de solitaria y silenciosa la escuela, ni una sola voz recorría los pasillos y columnas de edificio. Al entrar al salón, vio a todos sus compañeros realizando la evaluación, ellos giraron su cabeza instantáneamente al momento en que se oyeron el abrir de la puerta. Entonces comenzaron las risas de sus compañeros, Juan no entendía ni tenía la menor idea de lo que estaba sucediendo. Entonces bajó su mirada, y se dio cuenta de que se había confundido de corbata, llevaba puesta una diferente al uniforme que se parecía más a la de un payaso en un cumpleaños que a la tradicional y antigua que habían existido en la escuela desde siempre. Entonces sucedió lo menos pensado por sus compañeros, Juan se voltio, se rio y comenzó a caminar de vuelta a la puerta. Sus compañeros le preguntaron por qué reía a lo que él contestó: Por ustedes. Entonces dejó la escuela para no volver

Ochandorena Mateo

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Paseo por Córdoba

Durante nuestro paseo por la ciudad de Córdoba, estuvimos por varios lugres, como el patio olmos y el palacio Ferreyra , pero un lugar que me llamo mucho la atención fue la manzana jesuítica, un gran valor histórico, religioso y simbólico.

Cuando llegamos a ese lugar con todos mis compañeros y profesores, este lugar estaba lleno de gente, a mi me sorprendió demasiado que en un lugar, un solo lugar hubiera tanta gente circulando, yendo al trabajo, saliendo del colegio, tomando un descanso, seguramente cada unos de ellos con distintos motivos para estar por ese espacio, al igual que nosotros, yendo para poder aprender algo sobre él. Mientras que esperábamos a la guía quien nos iba a contar la historia de lo que había pasado en ese lugar, nosotros observábamos atentamente lo que pasaba a nuestro alrededor, muchos de mis compañeros se asombraban de la cantidad de palomas que había y lo cerca que estaban de las personas sin asustarse de ellos.

Al empezar el recorrido cuando llego la guía ella empezó a explicarla historia del cabildo, de la plaza y de la iglesia, a la cual no le preste mucha atención ya que yo tenía una idea sobre el tema, que aprendí de otra visita que hice a ese mismo lugar.

Entramos al cabildo primero, y al igual que yo mucho de mis compañeros no se mostraban interesados en aprender algo más sobre el lugar, la guía le contaba sobre el lugar a un grupo de estudiantes mientras la otra parte de los chicos estaba sentado en el piso sin prestar atención a lo que la guía explicaba. Seguimos con el recorrido por una peatonal y nos empezaron a explicar mas sobre ese lugar en el que estábamos, y la cara de mis compañeros mostraba que la mayoría se quería ir, y al germinar el recorrido se vio la cara de felicidad de cada uno de ellos.

Ottonello Tomás

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LITERATURA

Nosotros, 4 y 5 año de la Unidad Educativa Maryland hicimos un viaje al centro de Córdoba, en el que empezamos por el Patio Olmos. Éste era una escuela y debido a que como institución se estaba desmoronando se convirtió en un shopping. Luego pasamos por la plaza Vélez Sarsfield y a la iglesia de los Capuchinos. Luego de esto, nos fuimos al Palacio Ferreyra en el que las guías nos explicaron que éste era antes un palacio que se basó en un modelo de hotel francés y se construyó con elementos importantes de Europa. Poseía marcos en las puertas que imponían poder y abundancia.

Este palacio tenía alrededor de 30 habitaciones y allí habían vivido cuatro generaciones de la familia Ferreyra. Por diferentes problemas, fue hipotecado y el Estado se quedó con este palacio convirtiéndolo en un museo.

Muchas pinturas de las que se encontraban ahí estaban relacionadas con paisajes, dictaduras, y abusos de militares sobre las mujeres.

Luego nos fuimos al cabildo y nos explicaron los significados de algunos símbolos de Córdoba y terminamos con una visita a la Catedral

Sapino Franco

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Gueto

Fue a la edad de 26 años cuando José se enteró que su hermano menor padecía cáncer de intestino. José era un joven fuerte, con ideales definidos, que levantaba el estandarte de la lógica y la razón por sobre cualquier otro. Hacía poco que había terminado la facultad recibiéndose de médico, por lo que comprendía la complejidad que implicaba semejante enfermedad. Pero por otro lado tenía fe en que la medicina y la ciencia lo salvarían, por lo que inmediatamente le recomendó comenzar el tratamiento quimioterapéutico. Lamentablemente el cáncer fue detectado cuando ya estaba bastante desarrollado, por lo que Las dosis del tratamiento fueron muy fuertes, causando un grave impacto en Leonardo, el hermano menor de José.

Luego de un par de mese de tratamiento fallido, Leo fue diagnosticado medicamente por última vez. Se le diagnosticaron 7 tumores a lo largo de todo el cuerpo. El cáncer había hecho metástasis. De este modo Leonardo bajo sus brazos en la lucha contra el cáncer, pero no José. Él, terco irracional, continuó buscando una salida, un alivio parapara su pena. Con la medicina descartada, José cayó en una vorágine al encontrarse entre la espalda y la pared. Pero no lo dudó. Decidió traicionar su filosofía de vida, buscar nuevas salidas, nuevas alternativas. Naturalmente, a pesar de ser un ferviente ateo, se refugio en la religión. Rezos y visitas a la iglesia ocupaban su tiempo, buscando la misericordia en un Dios en el que nunca había creído. Mucho tiempo sin respuesta, que ya parecían en vano, ante la nula recuperación de su hermano.

Perdido. Así se sentía José. No sabía en qué creer, en donde cultivar su fe. A todo esto Leo ya vivía sus últimos días luchando con el demonio de la túnica negra. José se encontraba en el paseo del Buen Pastor junto a la fuente, pensativo, desolado en su propia tristeza, en su infinita búsqueda por encontrar ese milagro. Ya desesperanzado se unió a los mitos urbanos, arrojo una moneda a la fuente de la plaza y pidió un deseo, ese deseo. Siguió sin encontrar respuestas.

Barrandeguy Martín

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