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4 17 al 23 de septiembre de 2018 ANÁLISIS Crónica económica Manuel Espín Desde semanas atrás los sondeos de las legislativas suecas ponían de relieve el desplazamiento de los temas de la campaña hacia un asunto como la inmigración y el crecimiento de un partido xenófobo, que finalmente ha pasado del 12 al 17,6%, frente a los dos bloques, el de la izquierda (socialdemócratas, verdes, excomunistas...) casi igualado con la alianza de la derecha. Este tema ha polarizado el debate social en una sociedad de larga tradición como espacio de acogida y ejemplo de Estado del Bienestar. El caso revela la arrolladora presencia de un contenido que en 2019 será capital en las elecciones europeas y tendrá importante reflejo en la composición de la futura Eurocámara, y del que se pueden anotar varios puntos: En primer ñugar, la ‘nueva’ ultraderecha ha renunciado a las estéticas e iconografías del pasado, no viste de paramilitar sino ‘fashion’ y de diseño, su imagen aparenta ser joven, rechaza las imágenes del viejo fascismo y del neonazismo, y hasta utiliza unos términos tranquilizadores: en Suecia se llaman Demócratas Suecos. Bajo esa sonrisa de anuncio de clínica dental se oculta el rechazo al diferente, el desprecio a la diversidad, la utilización de un ultranacionalismo aunque refinado y con mucho lifting... En la tertulia de un canal español un comentarista se expresa sobre los atentados mortales de Cataluña un año más tarde, vinculando sin hacer distinciones islam con salafismo, y a las mezquitas con un terroritorio yihadista, afirmando con rotundidad la incompatibilidad entre esa religión-cultura y la católica, entrando en el tema del velo y su tolerancia (lo que de ser aplicado a rajatabla impediría no sólo que las mujeres islámicas lo lleven en público sino tambien las monjas católicas). En segundo lugar, el caladero de votos de esas fuerzas politicas que utilizan la xenofobia es la clase trabajadora, la pequeña burguesía, los barrios deteriorados, los usuarios de los servicios públicos (sanidad, educación, vivienda...) que perciben la sensación de que ahora han de competir en espacios como el laboral y compartir servicios con los que llegaron de otras tierras. En Suecia ese más de un 5% ganado por Demócratas Suecos viene de la socialdemocracia y de la izquierda, de la misma manera que en Francia el Frente Nacional ha venido creciendo especialmente en las periferias que antes votaban al PCF o al PSF, en un relato que se repite en Alemania o Italia. A la derecha conservadora-liberal apenas le afecta la presencia de esas fuerzas de extrema derecha: los inmigrantes ‘no compiten’ con quienes habitan en los barrios residenciales, sino con los de las ciudades-dormitorio afectados por la crisis, el desempleo y la pérdida de calidad urbana. Dejar abandonada a su suerte la atención pública hacia esos barrios o zonas en temas como el deterioro y masificación de los servicios públicos, básicamente sanidad o educación, limpieza y cuidado de calles degradadas, no sólo desde la perspectiva estética, son el campo abonado para que el discurso ultra cale entre quienes se sienten cada vez más olvidados por la acción pública. Esta es una lección importante que los partidos políticos españoles deben tomar en cuenta de cara a las municipales de 2019. Por último, la importancia de trabajar por la eliminación de falsos mitos, esterotipos y percepciones falsas sobre la inmigración, lo que constituye una permanente labor de pedagogía social de quienes tienen una responsabilidad pública, y ahí debe primar el trabajo con las entidades y la responsanilidad de las asociaciones que representan a esas minorías. Residir en España y recibir idéntico trato que los autóctonos en derechos sociales y servicios públicos exige asumir unas obligaciones de respeto a unos valores democráticos de convivencia. Nada beneficia tanto a las aspiraciones de los aprendices hispanos de Salvini o de aquellos que imitan a AfD o a Demócratas Suecos que las imágenes de asaltos violentos a la valla de Ceuta, peleas entre bandas latinas como las de Arganda del Rey, incidentes por problemas de convivencia o falta de respeto... No es arriesgado hablar de un ‘contrato invisible’: se tiene derecho a adquirir la residencia y los derechos correspondientes al Estado del Bienestar a la par que hay que cumplir unas obligaciones ciudadanas. Salir al paso de la xenofobia y defender los derechos de los inmigrantes implica también para éstos el respeto y la aceptación de los valores democráticos de la sociedad de acogida. Por ambas partes, no sólo por una, estamos obligados a desactivar ese potente explosivo llamado xenofobia. Crónica mundana Suecia: empate con árbitro xenófobo Jimmi Åkesson, líder del ultraderechista Demócratas Suecos. N. Díaz El lunes 15 de septiembre de 2008 los neoyorquinos que pasaran por Brodway, esquina con la calle 50, en pleno corazón de Manhattan, recordaran haber visto una estampa inusual y que abrió los informativos de todo el mundo. Una fila de empleados trajeados y con cajas de cartón con sus tazas de café, sus marcos de fotos y alguna pertenencia más, abandonaban cabizbajos y en silencio la sede de Lehman Brothers. En ese momento, el mundo no lo sabía, pero la quiebra del cuarto mayor banco de inversión del mundo, la mayor quiebra de la historia con 613.000 millones de dólares, ponía fin a una era. O no. Diez años después, son muchos los economistas que no ven claro si hemos aprendido la lección. Bueno, quizá una o dos sí: que hacía falta una mayor regulación bancaria y una reducción de los niveles de endeudamiento, y sobre todo, que no se puede dejar caer una entidad de esas características. “To big to fall” (demasiado grande para caer)-se ha convertido en el nuevo mantra, de manera que desde entonces los gobiernos se lo han pensado muy mucho cuando el fantasma de la quiebra asomaba la patita por debajo de la puerta de sus principales bancos o empresas. El presidente Barack Obama, por ejemplo, en 2008, salvaba de la bancarrota a la emblemática General Motors y a la vista del informe que el Banco de España, publicado el año pasado en el que se asegura que se dan por perdidas el 75% de las ayudas públicas para salvar las cajas, aquí también se cogió miedo al ‘efecto Lehman’. Y es que la quiebra de Lehman, la empresa fundada por tres hermanos judíos en 1850 como una correduría de algodón y que cinco meses antes de su quiebra gestionaba activos por valor de 639.000 millones de dólares -casi la mitad del actual PIB de España- provocó un derrumbe financiero mundial que hizo tambalearse a los bancos de todo el mundo y desató el caos en Wall Street. Se calcula que la Segunda Gran Recesión americana –no olvidemos la Depresión del 29- redujo en 20 billones de dólares la riqueza de los estadounidenses en apenas dos años y se perdieron casi 9 millones de empleos. Ya nadie se fiaba del mercado. Y no se ha fiado durante mucho, mucho tiempo, si es que los recelos ya están olvidados. Entre otras cosas, y salvando las distancias, porque entonces llovía sobre mojado. El gobierno de EEUU ya habá nacionalzado las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac y garantizado una ayuda de 28.000 millones de dólares a JPMorgan para asegurar la compra de Bear Stearns. Parece remoto pero hay que recordar que fue ese banco el que disparó todas las alarmas en 2007 cuando valoró a cero dos de sus hedge funds que invertían en hipotecas subprime, término éste, el de subprime, que aquí se tradujo como ‘basura’ y que ya ha pasado a la historia. Una historia con dolorosísimos rescates a países europeos como Grecia o Portugal, la caída de las cajas españolas y su posterior y polémico rescate, la desaparición del Banco Popular y etc ,etc. Hace un par de años, “La Vanguardia” publicaba un interesante reportaje sobre qué pasó con los principales responsables de la caída de Lehman. “Condenas al ostracismo, intentos de suicidio o carreras que ni notaron el bache se mezclan en el ‘post-Lehman’” - señalaba el diario catalán. Entre medias, conviene recordar que un poco antes del descenso a los infiernos del banco de inversión, saltaba del barco, el que luego fuera ministro de Economía español, Luis de Guindos, que lo había fichado en 2006 para presidir el negocio de España y Portugal. La pregunta es: una década después, ¿estamos salvados?. Pues abundan los economistas pesimistas, como el director del Máster en Dirección Financiera de EAE Business School, Josep Bertrán, señalaba la pasada semana en un artículo que “los distintos analistas que elaboran informes de valoración de las distintas empresas y llevan a cabo recomendaciones de inversión, así como las Agencias de Calificación no detectaron o no hicieron pública la delicada situación de esta entidad. Durante el año 2008 y hasta el momento de la quiebra de 106 informes de valoración sobre Lehman Brothers sólo uno de ellos recomendaba vender las acciones, mientras que las Agencias de Calificación crediticia mantuvieron la calificación “A” hasta el día anterior a la declaración de quiebra”. Bertán no es muy optimista. “En mi opinión, sí puede volver a producirse, y ello por varios motivos: no se ha regulado suficientemente el sistema financiero; algunas entidades financieras siguen manteniendo un insuficiente volumen de capital propio; los mercados de instrumentos derivados siguen creciendo a un elevado ritmo: existe un elevado volumen de endeudamiento, tanto de deuda pública como corporativa, y existe asimismo una desconexión entre la creación de dinero y la creación de riqueza”. Da miedo. Lección tras diez años del ‘caso Lehman’: regula y vencerás Sede de Lehman Brothers en Nueva York. “Dos bloques de izquierda y derecha casi igualados y la ultraderecha que sube al tercer puesto” “Lecciones para salir al paso de los mitos y falsedades anti- inmigración” “La quiebra de Lehman, la empresa fundada por tres hermanos judíos en 1850 como una correduría de algodón y que cinco meses antes de su quiebra gestionaba activos por valor de 639.000 millones de dólares provocó un derrumbe financiero mundial que hizo tambalearse a los bancos de todo el mundo” “Too big to fall (demasiado grande para caer) se ha convertido en el nuevo mantra, de manera que desde entonces los gobiernos se lo han pensado muy mucho cuando el fantasma de la quiebra asomaba la patita por debajo de la puerta de sus principales bancos o empresas”

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4 17 al 23 de septiembre de 2018

ANÁLISIS

Crónica económica

■ Manuel Espín

Desde semanas atrás los sondeosde las legislativas suecas poníande relieve el desplazamiento delos temas de la campaña hacia unasunto como la inmigración y elcrecimiento de un partidoxenófobo, que finalmente hapasado del 12 al 17,6%, frente alos dos bloques, el de la izquierda(socialdemócratas, verdes,excomunistas...) casi igualado conla alianza de la derecha. Este temaha polarizado el debate social enuna sociedad de larga tradicióncomo espacio de acogida yejemplo de Estado del Bienestar.El caso revela la arrolladorapresencia de un contenido que en2019 será capital en laselecciones europeas y tendráimportante reflejo en lacomposición de la futuraEurocámara, y del que se puedenanotar varios puntos:

En primer ñugar, la ‘nueva’ultraderecha ha renunciado a lasestéticas e iconografías delpasado, no viste de paramilitarsino ‘fashion’ y de diseño, suimagen aparenta ser joven,rechaza las imágenes del viejofascismo y del neonazismo, yhasta utiliza unos términostranquilizadores: en Suecia sellaman Demócratas Suecos. Bajoesa sonrisa de anuncio de clínicadental se oculta el rechazo aldiferente, el desprecio a ladiversidad, la utilización de un

ultranacionalismo aunque refinadoy con mucho lifting... En la tertuliade un canal español uncomentarista se expresa sobre losatentados mortales de Cataluña

un año más tarde, vinculando sinhacer distinciones islam consalafismo, y a las mezquitas conun terroritorio yihadista, afirmandocon rotundidad la incompatibilidadentre esa religión-cultura y lacatólica, entrando en el tema delvelo y su tolerancia (lo que de seraplicado a rajatabla impediría nosólo que las mujeres islámicas lolleven en público sino tambien lasmonjas católicas).

En segundo lugar, el caladerode votos de esas fuerzas politicasque utilizan la xenofobia es laclase trabajadora, la pequeñaburguesía, los barriosdeteriorados, los usuarios de los

servicios públicos (sanidad,educación, vivienda...) queperciben la sensación de queahora han de competir enespacios como el laboral ycompartir servicios con los quellegaron de otras tierras. EnSuecia ese más de un 5% ganadopor Demócratas Suecos viene dela socialdemocracia y de laizquierda, de la misma maneraque en Francia el Frente Nacionalha venido creciendoespecialmente en las periferiasque antes votaban al PCF o alPSF, en un relato que se repite enAlemania o Italia. A la derechaconservadora-liberal apenas leafecta la presencia de esasfuerzas de extrema derecha: losinmigrantes ‘no compiten’ conquienes habitan en los barriosresidenciales, sino con los de lasciudades-dormitorio afectadospor la crisis, el desempleo y lapérdida de calidad urbana. Dejarabandonada a su suerte laatención pública hacia esosbarrios o zonas en temas como eldeterioro y masificación de losservicios públicos, básicamentesanidad o educación, limpieza ycuidado de calles degradadas, nosólo desde la perspectiva estética,son el campo abonado para queel discurso ultra cale entre quienesse sienten cada vez másolvidados por la acción pública.Esta es una lección importanteque los partidos políticosespañoles deben tomar en cuenta

de cara a las municipales de 2019. Por último, la importancia de

trabajar por la eliminación defalsos mitos, esterotipos ypercepciones falsas sobre lainmigración, lo que constituye unapermanente labor de pedagogíasocial de quienes tienen unaresponsabilidad pública, y ahídebe primar el trabajo con lasentidades y la responsanilidad delas asociaciones que representana esas minorías. Residir enEspaña y recibir idéntico trato quelos autóctonos en derechossociales y servicios públicos exigeasumir unas obligaciones derespeto a unos valoresdemocráticos de convivencia.Nada beneficia tanto a lasaspiraciones de los aprendiceshispanos de Salvini o de aquellosque imitan a AfD o a DemócratasSuecos que las imágenes deasaltos violentos a la valla deCeuta, peleas entre bandas latinascomo las de Arganda del Rey,incidentes por problemas deconvivencia o falta de respeto...No es arriesgado hablar de un‘contrato invisible’: se tienederecho a adquirir la residencia ylos derechos correspondientes alEstado del Bienestar a la par quehay que cumplir unas obligacionesciudadanas. Salir al paso de laxenofobia y defender los derechosde los inmigrantes implicatambién para éstos el respeto y laaceptación de los valoresdemocráticos de la sociedad deacogida. Por ambas partes, nosólo por una, estamos obligados adesactivar ese potente explosivollamado xenofobia. 

Crónica mundana

Suecia: empate con árbitro xenófobo

Jimmi Åkesson, líder del ultraderechista Demócratas Suecos.

■ N. Díaz

El lunes 15 de septiembre de 2008los neoyorquinos que pasaran porBrodway, esquina con la calle 50,en pleno corazón de Manhattan,recordaran haber visto unaestampa inusual y que abrió losinformativos de todo el mundo.Una fila de empleados trajeados ycon cajas de cartón con sus tazasde café, sus marcos de fotos yalguna pertenencia más,abandonaban cabizbajos y ensilencio la sede de LehmanBrothers. En ese momento, elmundo no lo sabía, pero la quiebradel cuarto mayor banco deinversión del mundo, la mayorquiebra de la historia con 613.000millones de dólares, ponía fin a unaera. O no. Diez años después, sonmuchos los economistas que noven claro si hemos aprendido lalección. Bueno, quizá una o dos sí:que hacía falta una mayorregulación bancaria y unareducción de los niveles deendeudamiento, y sobre todo, queno se puede dejar caer unaentidad de esas características.“To big to fall” (demasiado grandepara caer)-se ha convertido en elnuevo mantra, de manera quedesde entonces los gobiernos selo han pensado muy muchocuando el fantasma de la quiebraasomaba la patita por debajo de lapuerta de sus principales bancos oempresas. El presidente BarackObama, por ejemplo, en 2008,salvaba de la bancarrota a laemblemática General Motors y a lavista del informe que el Banco deEspaña, publicado el año pasadoen el que se asegura que se danpor perdidas el 75% de las ayudaspúblicas para salvar las cajas, aquí

también se cogió miedo al ‘efectoLehman’.

Y es que la quiebra de Lehman,la empresa fundada por treshermanos judíos en 1850 comouna correduría de algodón y que

cinco meses antes de su quiebragestionaba activos por valor de639.000 millones de dólares -casila mitad del actual PIB de España-provocó un derrumbe financieromundial que hizo tambalearse a losbancos de todo el mundo y desatóel caos en Wall Street. Se calculaque la Segunda Gran Recesiónamericana –no olvidemos laDepresión del 29- redujo en 20billones de dólares la riqueza delos estadounidenses en apenasdos años y se perdieron casi 9millones de empleos. Ya nadie sefiaba del mercado. Y no se hafiado durante mucho, muchotiempo, si es que los recelos yaestán olvidados.

Entre otras cosas, y salvando lasdistancias, porque entonces llovíasobre mojado. El gobierno deEEUU ya habá nacionalzado lasagencias hipotecarias Fannie Maey Freddie Mac y garantizado una

ayuda de 28.000 millones dedólares a JPMorgan para asegurarla compra de Bear Stearns.Parece remoto pero hay querecordar que fue ese banco el que

disparó todas las alarmas en 2007cuando valoró a cero dos de sushedge funds que invertían enhipotecas subprime, términoéste, el de subprime, que aquí setradujo como ‘basura’ y que ya hapasado a la historia. Una historiacon dolorosísimos rescates apaíses europeos como Grecia oPortugal, la caída de las cajasespañolas y su posterior ypolémico rescate, la desaparicióndel Banco Popular y etc ,etc.

Hace un par de años, “LaVanguardia” publicaba uninteresante reportaje sobre quépasó con los principalesresponsables de la caída deLehman. “Condenas alostracismo, intentos de suicidio ocarreras que ni notaron el bache semezclan en el ‘post-Lehman’” -señalaba el diario catalán. Entremedias, conviene recordar que unpoco antes del descenso a los

infiernos del banco de inversión,saltaba del barco, el que luegofuera ministro de Economíaespañol, Luis de Guindos, que lohabía fichado en 2006 para presidirel negocio de España y Portugal.

La pregunta es: una décadadespués, ¿estamos salvados?.Pues abundan los economistaspesimistas, como el director delMáster en Dirección Financiera deEAE Business School, JosepBertrán, señalaba la pasadasemana en un artículo que “losdistintos analistas que elaboraninformes de valoración de lasdistintas empresas y llevan a caborecomendaciones de inversión, asícomo las Agencias de Calificaciónno detectaron o no hicieronpública la delicada situación deesta entidad. Durante el año 2008y hasta el momento de la quiebrade 106 informes de valoraciónsobre Lehman Brothers sólo unode ellos recomendaba vender lasacciones, mientras que lasAgencias de Calificación crediticiamantuvieron la calificación “A”hasta el día anterior a ladeclaración de quiebra”. Bertán noes muy optimista. “En mi opinión,sí puede volver a producirse, y ellopor varios motivos: no se haregulado suficientemente elsistema financiero; algunasentidades financieras siguenmanteniendo un insuficientevolumen de capital propio; losmercados de instrumentosderivados siguen creciendo a unelevado ritmo: existe un elevadovolumen de endeudamiento, tantode deuda pública comocorporativa, y existe asimismo unadesconexión entre la creación dedinero y la creación de riqueza”.Da miedo.

Lección tras diez años del ‘caso Lehman’: regula y vencerás

Sede de Lehman Brothers en Nueva York.

“Dos bloques de izquierday derecha casi igualados yla ultraderecha que subeal tercer puesto”

“Lecciones para salir alpaso de los mitos yfalsedades anti-inmigración”

“La quiebra de Lehman, laempresa fundada por treshermanos judíos en 1850como una correduría dealgodón y que cincomeses antes de suquiebra gestionabaactivos por valor de639.000 millones dedólares provocó underrumbe financieromundial que hizotambalearse a los bancosde todo el mundo”

“Too big to fall(demasiado grande paracaer) se ha convertido enel nuevo mantra, demanera que desdeentonces los gobiernos selo han pensado muymucho cuando elfantasma de la quiebraasomaba la patita pordebajo de la puerta de susprincipales bancos oempresas”