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CRISIS EN EL SISTEMA DE PROTECCIÓN DE MENORES: LES QUITAMOS A LOS NIÑOS SU HISTORIA Y LUEGO LOS BORRAMOS DE LA NUESTRA Antes que se acabe el ruido causado por las denuncias sobre graves vulneraciones de derechos en los centros del Servicio Nacional de Menores (SENAME) y sus colaboradores, me parece relevante abordar un aspecto central del problema de los niños que viven institucionalizados: la supresión de su historia y el riesgo permanente al olvido. Una de las vulneraciones más importantes que pueden sufrir los niños que viven institucionalizados es la pérdida de la memoria, esto es, la pérdida de la historia personal que está vinculada también a una historia social y colectiva. ¿Cómo se puede perder la historia? Cuando un niño vive en una institución o en un hogar la posibilidad de registrar y escribir la propia historia se ve francamente amenazada. El niño es sometido a cambios reiterados de hogares y de cuidadores, por fuerza esto ocurre también con los adultos que se vuelven significativos para él. Si esos adultos significativos no registran la historia afectiva del niño, se la llevan consigo, imposibilitando la memoria y su trasmisión. Así, los acontecimientos más importantes en la vida de los niños, que son los de la vida cotidiana, desaparecen. La historia de los vínculos del niño es olvidada. Rara vez se conservan los lazos afectivos. Solo queda el historial o prontuario social y psicológico, los que casi nunca dan cuenta de la experiencia vincular y afectiva del niño. El olvido también tiene su correlato en otras situaciones propias de la institucionalización. Los niños habitualmente carecen de objetos propios y que dan cuenta de su historia. La ropa que usan todos los días es intercambiada con otros (los zapatos, las prendas preferidas, la ropa interior). Los regalos de Navidad son de todos y de nadie. Mantener las pertenencias del niño es una actividad que requiere de una preocupación especial que las instituciones no suelen realizar. Las fotografías que

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CRISIS EN EL SISTEMA DE PROTECCIN DE MENORES: LES QUITAMOS A LOS NIOS SU HISTORIA Y LUEGO LOS BORRAMOS DE LANUESTRA

Antes que se acabe elruidocausado por las denuncias sobre graves vulneraciones de derechos en los centros del Servicio Nacional de Menores (SENAME) y sus colaboradores, me parece relevante abordar un aspecto central del problema de los nios que viven institucionalizados: la supresin de su historia y el riesgo permanente al olvido. Una de las vulneraciones ms importantes que pueden sufrir los nios que viven institucionalizados es la prdida de la memoria, esto es, la prdida de la historia personal que est vinculada tambin a una historia social y colectiva.

Cmo se puede perder la historia? Cuando un nio vive en una institucin o en un hogar la posibilidad de registrar y escribir la propia historia se ve francamente amenazada. El nio es sometido a cambios reiterados de hogares y de cuidadores, por fuerza esto ocurre tambin con los adultos que se vuelven significativos para l. Si esos adultos significativos no registran la historia afectiva del nio, se la llevan consigo, imposibilitando la memoria y su trasmisin.

As, los acontecimientos ms importantes en la vida de los nios, que son los de la vida cotidiana, desaparecen. Lahistoria de los vnculosdel nio es olvidada. Rara vez se conservan los lazos afectivos. Solo queda elhistorialoprontuariosocial y psicolgico, los que casi nunca dan cuenta de la experiencia vincular y afectiva del nio.

El olvido tambin tiene su correlato en otras situaciones propias de la institucionalizacin. Los nios habitualmente carecen de objetos propios y que dan cuenta de su historia. La ropa que usan todos los das es intercambiada con otros (los zapatos, las prendas preferidas, la ropa interior). Los regalos de Navidad son de todos y de nadie. Mantener las pertenencias del nio es una actividad que requiere de una preocupacin especial que las instituciones no suelen realizar. Las fotografas que son modos privilegiados de construir una memoria, pero quin se ocupa del registro fotogrfico en las instituciones?

Existe una recomendacin del SENAME de realizar libros de vida en los nios institucionalizados, pero esto en contados casos se realiza en forma sistemtica y seria. Y hoy casi nadie est dispuesto a mantener un registro fotogrfico de la familia de origen del nio. La mayor parte de las instituciones niega explcitamente conservar en el libro de vida del nio (si es que lo tiene) la imagen de sus padres y hermanos. No obstante, los nuevos dispositivos tecnolgicos han permitido a los progenitores fotografiar a los nios cuando los visitan en los hogares y publicar las fotos en las redes sociales. Estas imgenes de los encuentros entre los nios y sus padres estn diseminadas hoy en da en las memorias de los celulares.

Me pregunto si cuando la ventolera de la crisis que afecta al SENAME haya pasado, dejaremosotra veza los nios sometidos al olvido.

Un problema tanto ms grave que ocultar la historia es, justamente, el olvido. Toda historia requiere del olvido, pero cuando el olvido predomina lo que est implicado es el abandono y la negacin del otro: en este caso, implica sepultar la infancia de los nios, negar su existencia. El olvido imposibilita la pregunta por el origen, pero ms relevante an, anula o aniquila la propia infancia. Implica la destruccin del otro a partir de la prdida de la memoria de sus lazos significativos. El abandono del trabajo de memoria por parte de quienes tienen al nio bajo su cuidado, implica la creacin de un contexto en el que el adulto renuncia al establecimiento de un vnculo responsable con el otro. De este modo comienzan a primar los lazos de dependencia (por inters o por necesidad) por sobre los lazos ticos o amorosos. El nio ya no se puede pensar a s mismo como constituido histricamente con un pasado y un futuro que le pertenecen sino que simplemente queda sometido a la presin del presente. Se interesa por el da a da, pero carece de herramientas para pensarse en su devenir.

El nio institucionalizado sigue desarrollndose, es alimentado y abrigado, pero carece, en el contexto antes descrito, del trabajo de memoria del otro: de este modo crece desnudo y slo.Queda expuesto y despojado cuando nadie lo ayuda a construir, con recuerdos y ancdotas, fotografas y miradas, una idea de s mismo. Queda desprovisto del sentido del pasado, presente y futuro. Y por lo mismo los vnculos que desarrollan los nios institucionalizados son generalmente de inters ms que propiamente afectivos. Sin historia queda privado subjetivamente de sus ficciones de origen, ticamente queda privado de la relacin responsable con el otro; no se puede comprender a s mismo ni las motivaciones que tiene.

Por tanto, la memoria del nio separado de su familia de origen es quizs el aspecto ms relevante y decisivo que debe ser conservado y reparado desde el momento en que es institucionalizado. La urgencia y la necesidad de este trabajo son inversamente proporcionales a la capacidad representativa y de memoria del nio. Esto significa que mientras menor sea la capacidad de elaboracin propia del nio, mayor es la urgencia de desarrollarla por parte de los adultos que lo tienen a cargo. El trabajo debe ser iniciado inmediatamente despus de la separacin de sus padres cuando ingresa a la institucin. Es dramtico observar cmo los nios cuando ingresan a una residencia entran con lo puesto y existen casi nulos esfuerzos por parte de las instituciones de recolectar y mantener consigo los objetos, juguetes, vestuario significativos para el nio. El solo hecho de intentar mantener con el nio sus pertenencias es un acto de resistencia contra el olvido de sus vnculos pasados.

Cmo proteger la memoria? A travs delibros de vida,fotografas, videos y grabaciones, pero por sobretodo mediante la escritura de la infancia. En tal sentido todos somos responsables de la historia de la infancia.

Qu estamos haciendo para preservar la historia de los nios que viven institucionalizados? El SENAME public en el ao 2011 unas bases para la licitacin de los programas de reparacin de nios que viven institucionalizados y que van a ser enlazados en adopcin, en ellas seal lo siguiente:

que los nios atendidos cuenten al momento de integrarse a la familia alternativa a la de origen, con su libro Mi Historia, el que deber ser confeccionado por el propio terapeuta, de modo de no re-traumatizar al nio con su historia de abandono, vulneracin y/o abusos en sus distintas manifestaciones. En la medida en que el nio/a cuente con ms de 7 aos,podr participar en forma marginal en la construccin del libro, siempre que ello se evalu como favorable. Es importante sealar que con este grupo de nios/as, el terapeuta trabajar el libro con ellos/as una vez que est listo y,en un evento nico, le relatar la historia que ese libro contiene. Esto es slo para que el nio tenga unanocin general de ella, no para su elaboracin, dejando en manos de sus nuevos padres, la necesaria profundizacin y anlisis posterior.En casos de nios menores de esa edad, se podr prescindir de contarles la historiay el material se prepara expresamente pensando en que sean los paps quienes lo usen despus.http://www.sename.cl/wsename/licitaciones/p12_19-07-2011/Bases_TEC_PRI.pdfExtrado en agosto 2011(Lo subrayado habla por s mismo).

La publicacin de este texto fue un hecho grave y diversas asociaciones de psicoterapia y personas vinculadas al trabajo con nios emplazaron al SENAME a eliminar de la licitacin estas indicaciones que privaban al nio en la participacin activa de su historia, dejando su construccin en un lugar marginal del proceso que llamaban de reparacin. Finalmente SENAME cambi estas bases, pero lo complejo es pensar que un organismo que debe proteger a los nios haya llegado a formular indicaciones tan inapropiadas y poco respetuosas de los derechos de los nios. Esta institucin tiene una deuda evidente con la historia de los nios.

Reconociendo que existen diversas posturas en relacin al trabajo de elaboracin histrica que se puede hacer con los nios, lo que considero esencial es que esta debe tratar necesariamente la experiencia de separacin de sus progenitores y de la institucionalizacin misma.

Lo importante ser retener que mientras el nio no tenga la capacidad de elaborar simblicamente su experiencia, requerir de un adulto que lo haga por l y le pueda explicar y proporcionar una forma de hacerlo de una manera que sea adecuada a sus caractersticas.

Me parece importante sealar que la historia de estos nios no se puede seguir negando o intentando ocultarla puesla historia de los nios institucionalizados est inscrita en su cuerpo. All estn las experiencias de separacin, violencia o abandono dispuestas a ser ledas por los otros (la sociedad entera) y siendo esto as podr ser comprendida por el mismo nio. La responsabilidad de los adultos y la sociedad es leer e interpretar ese cuerpo como construido histricamente, pues relata la historia del vnculo con otro y prefigura los futuros lazos. Si quedamos inmviles ante las graves denuncias de los nios de maltrato y abuso en los hogares, su cuerpo y su violencia sern los escenarios en que se representar nuevamente la historia silenciada, no se podr seguir haciendo lo vista gorda con ella, se nos har patente en una sociedad que desconocer los orgenes de la violencia, quedar perplejo ante ella.

La actividad que se debe exigir a las instituciones que tienen a su cargo a nios vulnerados en sus derechos es la de registro, memoria y narracin de lo vivido por el nio, bajo los principios de la veracidad y honestidad. SENAME se ocupa poco o nada de esta tarea.

Para concluir, y antes que el tema se silencie otra vez, relanzo la invitacin a cumplir con el deber que tiene la sociedad entera: impedir que la infancia caiga en el olvido; mantener el tema vigente y procurar inscribir la violencia descrita de los nios institucionalizados en los registros de la historia.

Si la historia de los nios sucumbe al olvido, no nos sorprendamos luego cuando la violencia y los abusos se vuelvan a producir. La invitacin es a hacernos responsables de la historia de los nios de nuestra sociedad, particularmente de los que han sido vulnerados en sus derechos. Ser trasmisores de la memoria para luchar contra la tragedia del olvido.Lafalta dememoriafacilitalainjusticia, es por eso que la memoria verazyla justiciaestn ntimamente ligadas entre s.PorMatas Marchant