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Educación |8 Sep 2009 - 2:37 pm Universidades públicas dicen que están al borde de la quiebra Están condenadas a desaparecer por cuenta de las políticas del Ministerio de Educación, dijeron representantes de los cuatro centros más gandes del país. Directivos de la Universidad Nacional, la Universidad del Valle, la Universidad de Antioquia y la Universidad Tecnológica de Pereira advirtieron que las universidades públicas enfrentan un grave problema financiero y pidieron al gobierno incluir en el presupuesto del próximo año un incremento, por una sola vez, de 9% en la asignación de recursos. “El pronóstico de supervivencia está francamente comprometido. Se trata de una medida urgente”, señaló Beatriz Sánchez, vicerrectora general de la Universidad Nacional. Según explicó la directiva, mientras los aportes que hace la Nación crecen al ritmo del IPC, las obligaciones e inversiones de las universidades aumentan a un ritmo mayor. Edgar Varela, vicerrector administrativo de la Universidad del Valle, argumentó que hace 17 años, cuando se expidió la Ley 30 de 1992, las universidades eran diferentes a las de hoy. “Por ejemplo, no existía internet y la inversión en las plataformas de sistemas no estaban contempladas en el presupuesto de las instituciones”. Añadió a los factores que han provocado el desequilibrio: el incremento en los aportes a pensiones y a salud; el pago extra a las primas de vacaciones y por recreación de los docentes; incrementos en gastos prestacionales a docentes ocasionales y personal supernumerario y los costos de procesos de acreditación y certificaciones. Por si fuera poco, las universidades asumieron los descuentos a las matrículas de quienes votan en las elecciones. Sólo en este último rubro, se han visto obligadas a devolver unos 65.000 pesos, que en

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Están condenadas a desaparecer por cuenta de las políticas del Ministerio de Educación, dijeron representantes de los cuatro centros más gandes del país. Edgar Varela, vicerrector administrativo de la Universidad del Valle, argumentó que hace 17 años, cuando se expidió la Ley 30 de 1992, las universidades eran diferentes a las de hoy. “Por ejemplo, no existía internet y la inversión en las plataformas de sistemas no estaban contempladas en el presupuesto de las instituciones”.

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Educación |8 Sep 2009 - 2:37 pm

Universidades públicas dicen que están al borde de la quiebraEstán condenadas a desaparecer por cuenta de las políticas del Ministerio de Educación, dijeron representantes de los cuatro centros más gandes del país.

Directivos de la Universidad Nacional, la Universidad del Valle, la Universidad de Antioquia y la Universidad Tecnológica de Pereira advirtieron que las universidades públicas enfrentan un grave problema financiero y pidieron al gobierno incluir en el presupuesto del próximo año un incremento, por una sola vez, de 9% en la asignación de recursos.  “El pronóstico de supervivencia está francamente comprometido. Se trata de una medida urgente”, señaló Beatriz Sánchez, vicerrectora general de la Universidad Nacional. Según explicó la directiva, mientras los aportes que hace la Nación crecen al ritmo del IPC, las obligaciones e inversiones de las universidades aumentan a un ritmo mayor. Edgar Varela, vicerrector administrativo de la Universidad del Valle, argumentó que hace 17 años, cuando se expidió la Ley 30 de 1992, las universidades eran diferentes a las de hoy. “Por ejemplo, no existía internet y la inversión en las plataformas de sistemas no estaban contempladas en el presupuesto de las instituciones”.

Añadió a los factores que han provocado el desequilibrio: el incremento en los aportes a pensiones y a salud; el pago extra a las primas de vacaciones y por recreación de los docentes; incrementos en gastos prestacionales a docentes ocasionales y personal supernumerario y los costos de procesos de acreditación y certificaciones.

Por si fuera poco, las universidades asumieron los descuentos a las matrículas de quienes votan en las elecciones. Sólo en este último rubro, se han visto obligadas a devolver unos 65.000 pesos, que en opinión de Varela, debería asumir el Ministerio del Interior y Justicia. “Se nos han impuesto una serie de gastos que nos han generado un hueco fiscal”, concluyó Varela quien advirtió que en una reunión con el Presidente Álvaro Uribe se expuso el tema y se concertó una mesa de trabajo.

Los representantes de las cuatro grandes universidades públicas coincidieron en señalar la falta de voluntad política de la Ministra de Educación para concertar un acuerdo presupuestal pese a que representantes del Ministerio de Hacienda y de Planeación Nacional han afirmado que la propuesta de incrementar en 9%, por una vez, es viable.

 “Una cosa dijo el Presidente y otra está haciendo la Ministra”, apuntó Beatriz Sánchez.

Varela, de la Universidad del Valle, señaló que el presupuesto que maneja el propio Ministerio de Educación, para invertir en enseñanza superior pasó de tres mil millones a casi 200 mil millones pero

esos recursos, que ejecuta el propio gobierno, no llegan directamente a las universidades. “Las universidades están asfixiadas”, añadió Fernando Noreña, vicerrector de la Universidad Tecnológica de Pereira.

Enfatizó que los esfuerzos que hacen las instituciones para compensar ese desequilibrio financiero ofreciendo diplomados y otros programas académicos asì como servicios de consultoría no son suficientes: “O nos volvemos empresas de consultoría o nos dedicamos a la educación”.

Sus colegas resaltaron que el aumento de cobertura (la universidad pública es responsable del 52% de la matrícula en el país)  ha corrido por cuenta de las instituciones públicas y ese esfuerzo no ha sido compensado adecuadamente.

 Pastor Acevedo, director de la oficina jurídica de la Universidad de Antioquia concluyó que las “universidades públicas están condenadas a desaparecer por cuenta de las políticas del Ministerio de Educación”.Vea documento en que se analiza la situación financiera de las universidades y la propuesta para financiarlas.

Elespectador.com

Educación |9 Sep 2009 - 9:05 am

“Universidades no están desfinanciadas”: Viceministro de EducaciónPor: Elespectador.comLas instituciones públicas y el Ministerio de Educación continúan enfrentados por presupuesto para 2010.

Esta mañana, directivos de cuatro universidades (Antioquia, Nacional, Valle y Tecnológica de Pereira) declararon que se encuentran en una grave situación financiera por cuenta de las obligaciones que en los últimos años han recaído sobre ellas y solicitaron un aumento presupuestal del 9% para el 2010.

Gabriel Burgos Mantilla, viceministro de educación superior, respondió a los requerimientos y críticas que hicieron los directivos de estas cuatro universidades. Dice que el aumento no podrá ser superior al 3%.

Aceptó que es cierto que en una reunión que se llevó a cabo en diciembre entre representantes de las universidades y el Presidente Álvaro Uribe surgió la promesa de conseguir recursos frescos para las universidades que les permitieran compensar los gastos y obligaciones extras de los últimos años. “Pero por supuesto no contábamos con la crisis económica que ha afectado los ingresos del Estado”, dijo Burgos Mantilla.

Pese a ello, el viceministro aseguró que se logrará un incremento del 3% además del ajuste por inflación. Un 2% de ese aumento proviene de lo pactado a través de la conocida como Ley ECAES y un 1% adicional corresponde a la devolución del dinero que se descontó en la matrícula a los estudiantes que votaron en las elecciones. “Es un esfuerzo que se está haciendo pese a la crisis económica”, concluyó Burgos Mantilla.

Y aunque el incremento está seis puntos por debajo del que piden las universidades, el funcionario advirtió que “no es cierto que estén desfinanciadas. Hay verdades a media. Ellas tienen la posibilidad de buscar recursos por otros lados”.

El debate sobre el presupuesto de las universidades ha enfrentado desde hace varios meses a directivas y gobierno. La Ministra de Educación, Cecilia María Vélez ha insistido repetidas veces en que existe un desbalance en la distribución del presupuesto para educación superior. “El 45% de ese presupuesto va a las grandes universidades: Valle, Antioquia y Nacional”, explicó Burgos Mantilla, “y hay 20 universidades regionales que no reciben cada una más de 1%”. Entre ellas estarían la universidad de Los Llanos, Surcolombiana, Nariño, Pacífico, Cundinamarca, Ocaña, Cúcuta, Cesar, Magdalena y Sucre, entre otras.

“Consideramos que hay un desequilibrio que partió de la manera como se organizó el sistema y hay que darle la vuelta. Hay que aumentar los recursos pero dirigirlos a las regionales”.

Argumentó el viceministro que mientras en Bogotá el índice de cobertura en educación superior es del 65%, el promedio nacional es apenas del 35% y en regiones como la Costa Caribe es 24%. Advirtió que el Ministerio en compañía del representante a la Cámara Jaime Restrepo Cuartas, se está trabajando en un proyecto de ley para añadir recursos a las universidades públicas pero  buscando corregir el desequilibrio entre las grandes y pequeñas.

 Elespectador.com | Elespectador.com

Opinión| 2 Oct 2009 - 9:53 pm

Alerta roja en la universidad públicaPor: Julio César LondoñoA finales de 2008 los rectores del SUE, el Sistema Universitario Estatal, le solicitaron al Presidente de la República que reajustara el presupuesto que el Estado destina para el funcionamiento de las universidades públicas del país, rubro que está prácticamente congelado desde 1992, cuando la Ley 30 estableció que el presupuesto nacional debía incrementarse anualmente en un porcentaje igual al del IPC.

Los legisladores pensaron entonces, quizá de buena fe, que el IPC y el valor real de la educación son la misma cosa, pero no es así porque desde principios de los 90 la universidad pública ha venido enfrentando grandes retos y obligaciones: ha tenido que incrementar la planta de profesores con doctorado, duplicar la cobertura pública de pregrado, cuadruplicar la de posgrado, fortalecer la investigación, apoyar la creación artística y cultural, destinar partidas para los aportes patronales a la seguridad social, actualizar sus bibliotecas y adaptarse a las nuevas tecnologías, lo que ha exigido compras constantes de licencias y equipos de cómputo y rediseño de redes.

En 2008 el Presidente aceptó los argumentos del SUE, alegó que el Estado no disponía de los recursos necesarios para 2009 y prometió reajustar el rubro universitario de 2010. Pero no fue así. En 2010 el aporte de la nación para funcionamiento sólo cubrirá gastos de personal y en 2011 ni siquiera eso. El minucioso estudio que le presentaron a Planeación Nacional en 2008 los gerentes y los vicerrectores financieros de las siete universidades públicas más grandes del país, fue ignorado sin ni siquiera una nota de explicación. Creo que el Gobierno debería tener con la educación al menos la misma generosidad que ha tenido con la industria, el transporte y la defensa. Y con ciertos agricultores... A propósito, ¿por qué no aplicar más riego y menos drenaje en la educación? ¿Por qué el SUE no le encarga el lobbying de sus proyectos en el Congreso al eficientísimo novio de Valerie Domínguez?

La universidad pública está al borde de correr la misma suerte de la educación pública básica y media, esas instituciones que conocieron la excelencia hace 40 años y que hoy naufragan viscosamente en el mar de babas de la mediocridad gracias a políticas estatales mezquinas y perversas pero, eso sí, sostenidas. Como bien advierte Moisés Wasserman, si no se corrige el rumbo ahora, “dentro de treinta años nos preguntaremos qué se hicieron las maravillosas universidades públicas de principios del siglo 21”.

So pena de decir obviedades, hay que recordar que todos los expertos en educación coinciden en destacar la importancia de la universidad pública para el desarrollo de la investigación científica; para la conservación de programas no comerciales, esos que la universidad privada no ofrece ni de fundas; para alcanzar los niveles de competitividad que la globalización exige, y para paliar las condiciones de iniquidad y agilizar la movilidad social de millones de jóvenes de los estratos más vulnerables (es decir, para nueve de cada diez jóvenes colombianos).

Aunque todo el mundo acepta que la exclusión social es el vector más agudo del subdesarrollo y la violencia, nuestros dirigentes, tan preocupados por la paz y por los índices sociales, se niegan a invertir de manera decidida en la educación pública. Tal vez les parece un proceso a largo plazo y ellos tienen ambiciones demasiado inmediatas.

¿Será ingenuo imaginar la creación de un Plan Colombia para la Educación? ¿Será muy ingenuo exigir que hagamos de la educación una política de Estado? ¿Será muy comunista poner en la salvación de la universidad la misma tenacidad que nos permitió destrozar la calidad de las escuelas y los colegios públicos?

Julio César Londoño

Editorial |4 Oct 2009 - 9:00 pm

Peligran las universidades públicas“O nos volvemos empresas de consultoría o nos dedicamos a la educación”, sentenció el vicerrector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Fernando Noreña, tras explicar que las instituciones de educación superior pública compensan el desequilibrio financiero con programas que no siempre garantizan la continuidad en la calidad de los servicios que ofrecen.

La educación superior pública en Colombia está próxima a una crisis. El Ministerio de Educación lo sabe, se lo han explicado en diferentes oportunidades, pero no parece que exista voluntad alguna para paliar la crítica situación.

Rectores de 32 universidades públicas pautaron en la prensa un aviso informativo en el que reclamaban una mayor presencia de sus instituciones en el Presupuesto General de la Nación para 2010. Ya antes directivos de la Universidad Nacional, la Universidad del Valle, la Universidad de Antioquia y la Universidad Tecnológica de Pereira habían advertido de los serios problemas de financiación que atraviesan. Una reunión de la Comisión de Vicerrectores de siete universidades públicas, realizada en Bogotá, produjo idéntico diagnóstico.

La asfixia en materia financiera es generalizada. Algunos cálculos iniciales sugieren que las principales universidades públicas están ante un déficit acumulado de medio billón de pesos. Los motivos son por todos conocidos. Incluso, el presidente Uribe, en 2008, aceptó los argumentos de los rectores de las universidades que conforman el SUE (Sistema de Universidades del Estado) y alegó que como el Estado no disponía en 2009 de los recursos requeridos para reajustar el presupuesto asignado al funcionamiento de las universidades públicas, el rubro sería modificado para 2010.

No parece, sin embargo, que las promesas hechas por el Presidente y sus ministros de Educación y Hacienda se sostendrán. Por eso el rector del SUE —y de la Universidad del Cauca—, Danilo Vargas, hizo una petición formal para que el Estado aumente los recursos en el valor del Índice de Precios al Consumidor (IPC) más un 5,5%.

Ocurre que en 1992 la Ley 30 dejó establecido que el presupuesto nacional dedicado a las universidades públicas debía incrementarse anualmente de acuerdo con el IPC. El valor real de la oferta educativa, explica el rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, quedó desde entonces equiparado al IPC cuando en la práctica existe una diferencia abismal. Leyes y decretos de diversa índole afectaron el costo de la Universidad, cuyo valor real incorpora los esfuerzos por mejorar la calidad de los profesores, implementar programas serios de promoción de la investigación, fortalecer procesos de modernización administrativa y avanzar en la infraestructura de los planteles. Adicionalmente, otros gastos no contemplados por los legisladores, como los aportes patronales a la seguridad social o los descuentos a las matrículas de quienes votan en las elecciones, encarecen el valor real de la educación superior.

El diagnóstico es claro. Salvo que exista una modificación en los recursos que le son entregados, con los aportes de la Nación en el año 2010 la Universidad Nacional sólo podrá cubrir los gastos de personal. Las bibliotecas, la infraestructura y los laboratorios habrán de esperar. Igual situación —y hasta peor— enfrentan otros claustros que cuentan con recursos más limitados.

Este es un tema que no ha recibido la atención que merece. La calidad de la educación pública universitaria está en proceso de desaparición, y el tema ni aparece en la agenda de debate. Pregunta obligatoria: ¿Cómo lidiar con la exclusión social sin siquiera abordar el tema de la educación? Como lo planteó recientemente el columnista de El Espectador, Julio César Londoño, ¿Y por qué no imaginar un Plan Colombia para la educación?

Déficit de medio billón tiene a las principales universidades públicas al borde de la quiebra

En la Universidad Nacional los estudiantes protestan en defensa de la universidad pública. Foto: Felipe Caicedo / Cambio

El panorama de las universidades públicas es sombrío: la del Cauca debió cancelar programas académicos, la de Pamplona se acogerá a la Ley 550 de intervención económica, la de Caldas está en reestructuración, la del Atlántico, que estuvo a punto de cerrar, está en proceso de recuperación, y la Nacional, la más grande del país, está al límite de su capacidad funcional, según ha revelado el rector Moisés Wasserman. "Si las cosas siguen así, en 2011 la universidad será inviable y empezarían a cerrarse programas", asegura la vicerrectora Beatriz Sánchez:

Por lo pronto, la Nacional ha reducido su programa de becas de posgrado a la mitad -de 500 a 250-, suspendió varios proyectos de investigación y no ha podido cumplir con el cronograma previsto para la apertura de sedes en Riohacha y Tumaco. Además, tiene dificultades con la modernización de la plataforma tecnológica, los edificios en Bogotá no tienen estructura antisísmica y ha tenido que restringir sus actividades al mínimo indispensable.

 Ante esta difícil situación, los rectores de las 30 universidades públicas han aprovechado que está en discusión el presupuesto general de la Nación, para  gestionar ante el Gobierno y el Congreso un aumento de los aportes que han permanecido estables desde 1992 -3 por ciento del presupuesto para Educación con base en el IPC-, y que es lo que explica el déficit de medio billón de pesos que registran esos centros educativos.

Una serie de leyes expedidas en los últimos 17 años que han llevado a la disminución de los recursos de inversión y al aumento de los gastos de funcionamiento, han puesto a muchas universidades contra la pared. La situación es tan grave, que algunas enfrentan ya una situación insostenible que incluso podría llevarlas a cerrar sus puertas. Según un estudio de las universidades Nacional, Antioquia, Valle, Caldas, Cauca, Tecnológica de Pereira, en 2010 todas van a estar en estado crítico. Para resolver la crisis, sostienen los representantes de las universidades, habría que subir del 3 al 9 por ciento el presupuesto destinado a las universidades, lo cual significa 160.000 millones de pesos. La cifra, sin embargo, no alcanza para compensar el déficit acumulado hasta la fecha: medio billón de pesos.

El presidente Uribe y sus ministros de Hacienda y Educación prometieron incluir en el presupuesto del año entrante una partida importante para las universidades, pero los rectores son pesimistas. Creen, por ejemplo, que una mayor proporción de los 50.000 millones en créditos del Icetex que anunció hace unos días el ministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga, terminarán en manos de estudiantes de universidades privadas.

Las organizaciones de estudiantes y de profesores están en alerta máxima, y advirtieron que saldrán a las calles a protestar si el Gobierno no hace algo para salvar las universidades públicas y empiezan a cerrar programas y a disminuir cupos y becas.