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Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2006

Primera edición 2006

Las publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo gozan de la protección de los derechos de propiedadintelectual en virtud del protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor. No obstante,ciertos extractos breves de estas publicaciones pueden reproducirse sin autorización, con la condición de quese mencione la fuente. Para obtener los derechos de reproducción o de traducción, deben formularse lascorrespondientes solicitudes a la Oficina de Publicaciones (Derechos de autor y licencias), Oficina Internacionaldel Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza, o por correo electrónico a: [email protected], solicitudes que seránbien acogidas.

OIT- IPEC / CESPEDES, Roberto. Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay:Evolución 2001-2004 y análisis del módulo de la encuesta 2004.Asunción, Oficina Internacional del Trabajo, 2006. 105 p.

Trabajo infantil, estadísticas del trabajo, análisis de datos, condiciones sociales, Paraguay.13.01.2.

ISBN: 92-2-319476-8 / 978-92-2-319476-5 (impresa)ISBN: 92-2-319477-6 / 978-92-2-319477-2 (Web pdf)

Datos de catalogación de la OIT

Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las Naciones Unidas, y la formaen que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de laOficina Internacional del Trabajo sobre la condición jurídica de ninguno de los países, zonas o territorioscitados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras.

La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios y otras colaboraciones firmadosincumbe exclusivamente a sus autores, y su publicación no significa que la OIT las sancione.

Las referencias a firmas o a procesos o productos comerciales no implican aprobación alguna por la OficinaInternacional del Trabajo, y el hecho de que no se mencionen firmas o procesos o productos comerciales noimplica desaprobación alguna.

Las publicaciones de la OIT pueden obtenerse en las oficinas locales de la OIT en muchos países, o pidiéndolasa: Las Flores 275, San Isidro, Lima 27-Perú, Apartado Postal 14-124, Lima, Perú.

Vea nuestro sitio en la red: www.oit.org.pe/ipec

Impreso en Paraguay

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Nuestro más profundo agradecimiento a la Dirección General de En-cuestas, Estadísticas y Censo - DGEEC que nos ha suministrado labase de datos de la encuesta 2004 que contiene un módulo de traba-jo infantil.

Especialmente queremos hacer mención a la Lic. Zulma Sosa, Direc-tora General y a las Lic. Norma Medina y la Lic. Lourdes Legizamónquienes no solo corrigieron el texto, sino que recalcularon todos losdatos y nos han dado contribuciones muy valiosas a la hora de poderdefinir qué cruzamientos son más adecuados para cuantificar algu-nas actividades peligrosas como el Trabajo Infantil Doméstico y elCriadazgo.

Agradecimientos

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5Roberto L. Céspedes R.

Presentación

Desde 1999 la OIT viene promoviendo la generación de trabajo de-cente. Esta aspiración está asociada al logro de los siguientes objeti-vos estratégicos: i) promover y cumplir las normas y principios yderechos fundamentales en el trabajo; ii) crear mayores oportunida-des para las mujeres y los hombres con objeto de que dispongan deunos ingresos y de un empleo decentes; iii) realzar el alcance y laeficacia de la protección social para todos, y iv) fortalecer eltripartismo y el diálogo social.

Siendo el trabajo infantil el paradigma de la conculcación de los de-rechos humanos de los niños, niñas y adolescentes, es inexcusablereferirse al trabajo infantil cuando se trata de medir los avances delos países en su responsabilidad de garantizar el derecho fundamen-tal a la protección reconocido por la Convención de los Derechos delNiño.

El Informe Global de la OIT, lanzado en la Conferencia de Brasilia enmayo 2006, evalua los avances en la prevención y erradicación del TIen el mundo y deja constancia de que el compromiso de los paísesde América Latina y El Caribe asumido en su día con la ratificación delos Convenios 138 y 182, ha dado frutos en cifras y en esperanza deuna protección plena y universal para los niños y las niñas. El Infor-me Global señala que la adopción de políticas proactivas enfocadasen los derechos humanos y en los logros económicos con igualdad,ha demostrado una mayor eficacia en la reducción el trabajo infantilque la obtenida por aquellos países que decidieron simplemente es-perar a alcanzar el umbral del desarrollo económico. Pero para estoslogros de hoy, en su momento fue imprescindible la decisión de re-conocer el problema y la decisión de conocer los datos y actualizar-los y evaluarlos periódicamente.

Paraguay, país que ya en el año 2001 inició la ruta con la incorpora-ción de un primer módulo específico sobre Trabajo Infantil en laEncuesta Nacional de Hogares, ha renovado su empeño y perfeccio-nado el módulo sobre Trabajo Infantil en la ENAHO 2004 obteniendoel número y características de niños, niñas y adolescentes de 5 a 17años que trabajan, las condiciones en que realizan sus labores, lascausas y consecuencias que el trabajo tiene sobre su vida y su desa-rrollo. Es así que hoy es posible ofrecer el Estudio que aquí se pre-senta y que, además de dar cuenta de la situación actual de la Infan-cia y Adolescencia Trabajadora en Paraguay, ofrece un análisis de laevolución del problema y abre fecundas rutas de investigación sobrela incidencia de diferentes variables socioeconómicas, educativas,presupuestarias, etc y, en definitiva, sobre los resultados de las po-líticas, los planes y programas destinados a la protección efectiva delos niños, niñas y adolescentes paraguayos.

Guillermo MirandaDirector

Oficina Subregional de la OITpara el Cono Sur de América Latina

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7Roberto L. Céspedes R.

Índice

Resumen ejecutivo ........................................................................................... 11

Introducción..................................................................................................... 15

I. Evolución de la niñez trabajadora de 10-17 años ....................................................17

1. Niñez económicamente activa y no activa ...................................................... 171.1. La niñez económicamente activa como totalidad ................................... 171.2. La niñez económicamente activa por grupos de edad ............................ 211.3. La niñez económicamente activa según ingreso .................................... 21

2. Condiciones de vida de la niñez .................................................................... 232.1. Servicios básicos de la vivienda ........................................................... 23• Carencia de energía eléctrica ................................................................... 24• Agua sin conexión a red .......................................................................... 25• Saneamiento limitado .............................................................................. 262.2. Bienes duraderos del hogar ................................................................. 27• Heladera ................................................................................................. 27• Televisor ................................................................................................ 28• Teléfono fijo y Teléfono celular ................................................................ 28• Computadora personal con o sin acceso a internet ................................... 29

3. Salud de la niñez .......................................................................................... 293.1. Seguro médico .................................................................................... 293.2. Enfermedad o accidente ...................................................................... 30

4. Niñez y cultura ............................................................................................ 30

II. Evidencias de la Encuesta Permanente de Hogares 2004 ....................................33

1. Jefatura y tipo de hogar................................................................................ 33

2. Trabajo de la niñez ....................................................................................... 352.1. Más de la mitad de la niñez trabaja ...................................................... 36• La división sexual del trabajo o el género en el trabajo .............................. 37• Las diferencias por área o el mayor bienestar urbano ................................ 38• La división del trabajo según grupos de edad ........................................... 38• Sexo y edad. Tareas para unos y otras a medida que aumenta la edad ....... 39• Tareas por área de residencia y edad ....................................................... 402.2. Los tipos de trabajo y la asistencia o no a una institución educativa ....... 41• Asistencia o no a la escuela por sexo ....................................................... 42• Asistencia o no a la escuela por área ........................................................ 43• Asistencia o no a la escuela por grupos de edad ....................................... 44

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8 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

2.3. Razones de inasistencia a la institución educativa ................................. 45• Razones de género en la inasistencia educativa ........................................ 45• El lugar de residencia en las razones de inasistencia educativa .................. 46• Los grupos de edad entre las razones de la inasistencia educativa ............. 46• Los tipos de trabajo y las razones de la inasistencia educativa ................... 47

III. Módulo sobre trabajo infantil: tres tipos de trabajo ............................................49

1. Trabajo remunerado exclusivamente ............................................................. 491.1. Ocupación principal ............................................................................ 491.2. En la casa o fuera de casa .................................................................... 521.3. Frecuencia de la ocupación principal .................................................... 521.4. Horas trabajadas en la ocupación principal ........................................... 531.5. Momento del día trabajado .................................................................. 541.6. Trabajo acompañado de persona adulta ............................................... 551.7. Promedio de edad de inicio en el trabajo .............................................. 551.8. Razón de trabajar ................................................................................ 561.9. A quién entrega lo ganado ................................................................... 571.10. A qué destina sus ingresos ................................................................ 59

2. Trabajo no remunerado exclusivamente ........................................................ 602.1. Ocupación principal ............................................................................ 602.2. Frecuencia de la ocupación principal .................................................... 652.3. Horas trabajadas en la ocupación principal ........................................... 662.4. Momento del día trabajado .................................................................. 672.5. Promedio de edad de inicio en el trabajo .............................................. 682.6. Razón de trabajar ................................................................................ 68

3. Trabajo doméstico ........................................................................................ 703.1. Tareas realizadas ................................................................................ 713.2. Horas diarias trabajadas en las tareas ................................................... 733.3. Razón de realizar trabajo doméstico .................................................... 74

4. ¿Qué sucedería si los niños y las niñas dejasen de trabajar? ........................... 76

5. Carga horaria según trabajo remunerado, no remunerado y doméstico .......... 79

IV. Análisis específicos ..........................................................................................................83

1. Criados y criadas, expresión del trabajo infantil doméstico ............................. 83

2. Trabajo infantil peligroso .............................................................................. 862.1. Trabajo infantil peligroso en trabajo remunerado .................................. 862.2. El trabajo infantil peligroso sin remuneración ....................................... 882.3. El trabajo infantil peligroso en el trabajo remunerado, el no remunerado y el criadazgo ...................................... 89

V. Conclusiones y recomendaciones .................................................................................93

1. Conclusiones por área de análisis .................................................................. 93

2. Recomendaciones ....................................................................................... 102

VI. Bibliografía básica reciente ......................................................................................... 105

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9Roberto L. Céspedes R.

Índice de cuadros y gráficos

GráficosNiñez económicamente activa, de 10 a 17 años, por sexoy área, 2001-2004 18Niñez económicamente activa, de 10 a 17 años, porniveles de pobreza, 2001-2004 19Distribución de la niñez económicamente activa de 10 a17 años por sexo, 2001-2004 20Distribución de la niñez económicamente activa de 10 a17 años por niveles de pobreza, 2001-2004 20Tasa de actividad económica de la niñez por sexo y área,2001-2004 21Niñez económicamente activa de 10 a 17 años segúngrupos de edad, 2001-2004 23Distribución de la niñez económicamente activa de 10a 17 años activa por quintiles de ingreso según sexo,2004 23Distribución de la niñez económicamente activa de 10a 17 años activa por quintiles de ingreso según área,2004 23Niñez de 10 a 17 años en hogares sin electricidad porcondición de actividad según niveles de pobreza, 2001-2004 25Niñez de 10 a 17 años en hogares sin agua en red porcondición de actividad económica según sexo y área,2001-2004 25Niñez de 10 a 17 años en hogares con saneamiento sinconexión por condición de actividad según sexo y área,2001-2004 26Exclusión de niñez trabajadora en bienes del hogar 27Distribución del idioma hablado en el hogar de la niñezde 10 a 17 años por condición de actividad, 2004 31Distribución del idioma hablado en el hogar por la niñezeconómicamente activa de 10 a 17 años según sexo yárea, 2004 31Niñez económicamente activa de 10 a 17 años poredades similares según idioma hablado en el hogar,2004 32Distribución de la jefatura de hogar, de 18 y más años,2004 34Porcentaje y cantidad de niñez de 5 a 17 años por tipo detrabajo, 2004 37Distribución de la niñez de 5 a 17 años por área segúntipo de trabajo, 2004 38Distribución de la niñez de 5 a 17 años por grupos deedad según tipo de trabajo, 2004 39Distribución de la niñez de 5 a 17 años por grupos deedad según sexo y tipo de trabajo, 2004 39Distribución de la niñez de 5 a 17 años por grupos deedad según área y tipo de trabajo, 2004 40Distribución de la niñez de 5 a 17 años por asistencia ono a institución educativa según tipo de trabajo, 2004 42Distribución de la niñez de 5 a 17 años que no asiste ainstitución educativa por sexo según tipo de trabajo,2004 42Distribución de la niñez de 5 a 17 años que no asiste ainstitución educativa por área según tipo de trabajo,2004 43Distribución de la niñez de 5 a 17 años que no asiste ainstitución educativa por grupo de edad y tipo de trabajo,2004 44Distribución de la niñez de 5 a 17 años por razones deinasistencia a institución educativa, 2004 45Distribución de la niñez de 5 a 17 años por sexo segúnrazones de inasistencia a institución educativa, 2004 46Distribución de la niñez de 5 a 17 años por área segúnrazones de inasistencia a institución educativa, 2004 46Distribución de la niñez de 5 a 17 años por tipo detrabajo según razones de inasistencia a institucióneducativa, 2004 50

CuadrosNiñez económicamente activa, de 10 a 17 años por sexoy área, 2001-2004 18Distribución de la niñez económicamente activa, de 10 a17 años por niveles de pobreza, 2001-2004 18Niñez de 5 a 17 años por tipo de trabajo, 2004 36Niñez de 5 a 17 años por tipo de trabajo según sexo,2004 37Niñez de 5 a 17 años por tipo de trabajo según área,2004 38Niñez de 5 a 17 años por asistencia o no a institucióneducativa según tipo de trabajo, 2004 41Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en TrabajoRemunerado por ocupación principal (agrupada) segúnsexo, área y nivel de pobreza (cantidad, distribuciónporcentual y acumulada), 2004 50Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en TrabajoRemunerado por sexo, área y nivel de pobreza segúnramas de actividad, 2004 51Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Remunerado porrazones de trabajo según sexo, área, grupos de edad ynivel de pobreza, 2004 56Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Remunerado queretiene la mayor parte de lo ganado por destino delmismo según nivel pobreza, 2004 59Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en Trabajo NoRemunerado por sexo, ocupación principal (agrupada),2004 61Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en Trabajo NoRemunerado por área por ocupación principal (agrupa-da), 2004 61Niñez de 5 a 17 años en Trabajo No Remunerado pornivel de pobreza por ocupación principal (agrupada),2004 61Niñez de 10 a 17 años exclusivamente en Trabajo NoRemunerado por sexo y área según ramas de actividad,2004 63Niñez de 5 a 17 años en Trabajo No Remunerado porrazón de trabajo según sexo, área, grupos de edad yniveles de pobreza, 2004 69Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Doméstico porocupaciones normales según sexo, área, grupos deedad, 2004 71Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Doméstico por razonesde trabajo según sexo, área, grupos de edad y nivel depobreza, 2004 74Niñez de 5 a 17 años por efectos de la discontinuidad enel trabajo según opinión de madre-padre-tutor/a segúnsexo, área, grupos de edad y nivel de pobreza, 2004 76Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Remunerado, TrabajoNo Remunerado y Trabajo Doméstico por promedio dehoras semanales trabajadas según sexo, área, grupos deedad y nivel de pobreza, 2004 79Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en TrabajoDoméstico por parentesco (criadazgo) según sexo, área,edad, idioma del hogar y nivel de pobreza, 2004 84Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Infantil Peligroso porsexo y área según ocupación (cantidad, porcentaje ydistribución interna), 2004 90Distribución (en porcentaje) del Trabajo Infantil Peligroso(Total) 90Comparaciones entre Trabajo Remunerado, Trabajo NoRemunerado y Trabajo Doméstico 99

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10 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por sexo y área según ocupación principal,2004 50Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por sexo y área según ramas de actividad,2004 51Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por nivel de pobreza según ramas deactividad, 2004 52Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por frecuencia de la ocupación principal,2004 53Distribución de la niñez de 5 a 9 años en TrabajoRemunerado por momento del día en que trabaja segúnfrecuencia (cantidad de días), 2004 54Distribución de la niñez de 5 a 9 años en TrabajoRemunerado que trabaja acompañada o no por adulto,2004 55Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por razones de trabajo según sexo y área,2004 56Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por razones de trabajo según grupos deedad, 2004 57Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por razones de trabajo según niveles depobreza, 2004 57Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por depositario de lo ganado según sexo yárea, 2004 58Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado por depositario de lo ganado según nivelesde pobreza, 2004 58Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado que retiene la mayor parte de lo ganado pordestino según sexo y área, 2004 59Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado que retiene la mayor parte de lo ganado pordestino según grupos de edad, 2004 60Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoRemunerado que retiene la mayor parte de lo ganado pordestino según nivel de pobreza, 2004 60Distribución de la niñez de 5 a 17 años en Trabajo NoRemunerado por sexo según ocupación principal,2004 62Distribución de la niñez de 5 a 17 años en Trabajo NoRemunerado por área según ocupación principal,2004 62Distribución de la niñez de 5 a 17 años en Trabajo NoRemunerado por pobreza según ocupación principal,2004 63Distribución de la niñez de 5 a 17 años en Trabajo NoRemunerado por sexo según rama de actividad, 2004 64Distribución de la niñez de 5 a 17 años en Trabajo NoRemunerado por área según rama de actividad, 2004 64Distribución de la niñez de 5 a 9 años en Trabajo NoRemunerado por frecuencia de ocupación principalsegún sexo, 2004 65Distribución de la niñez de 5 a 9 años en Trabajo NoRemunerado por frecuencia de ocupación principalsegún área, 2004 65Distribución de la niñez de 5 a 9 años en Trabajo NoRemunerado por frecuencia de ocupación principalsegún pobreza, 2004 66Promedio de horas semanales trabajadas por la niñez de5 a 17 años en Trabajo No Remunerado, 2004 66Distribución de la niñez de 5 a 9 años en Trabajo NoRemunerado por momento del día en que trabaja segúnsexo, 2004 67Distribución de la niñez de 5 a 9 años en Trabajo NoRemunerado por momento del día en que trabaja segúnárea, 2004 67Promedio de edad de inicio en el Trabajo No Remunera-do de la niñez de 5 a 9 años, 2004 68

Distribución de la niñez de 5 a 17 años en Trabajo NoRemunerado por razón de trabajo según sexo y área,2004 69Distribución de la niñez de 5 a 17 años en Trabajo NoRemunerado por razones de trabajo según nivel depobreza, 2004 70Cantidad y porcentaje de niñez de 5 a 17 años en TrabajoDoméstico en limpieza de la casa, 2004 71Cantidad y porcentaje de niñez de 5 a 17 años en TrabajoDoméstico en cuidado de niños/as, 2004 72Cantidad y porcentaje de niñez de 5 a 17 años en TrabajoDoméstico en lavado de ropas, 2004 72Cantidad y porcentaje de niñez de 5 a 17 años en TrabajoDoméstico en planchado de ropas, 2004 73Cantidad y porcentaje de niñez de 5 a 17 años en TrabajoDoméstico en cocinar, 2004 73Promedio de horas en Trabajo Doméstico de niñez de 5 a17 años, 2004 74Distribución de la niñez de 5 a 9 años en Trabajo NoRemunerado por momento del día en que trabaja segúnsexo, 2004 75Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoDoméstico por razones de trabajo según grupos de edad,2004 75Distribución de la niñez de 5 a 17 años en TrabajoDoméstico por razones de trabajo según niveles depobreza, 2004 76Distribución de la niñez de 5 a 17 años por cese de sutrabajo y opinión de padre/madre o tutor/a según sexo yárea, 2004 77Distribución de la niñez de 5 a 17 años por cese de sutrabajo y opinión de padre/madre o tutor/a según gruposde edad, 2004 77Distribución de la niñez de 5 a 17 años por cese de sutrabajo y opinión de padre/madre o tutor/a según nivelesde pobreza, 2004 78Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Remunerado, TrabajoNo Remunerado y Trabajo Doméstico por promedio dehoras semanales trabajadas según sexo, 2004 80Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Remunerado, TrabajoNo Remunerado y Trabajo Doméstico por promedio dehoras semanales trabajadas según área, 2004 80Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Remunerado, TrabajoNo Remunerado y Trabajo Doméstico por promedio dehoras semanales trabajadas según grupos de edad,2004 81Niñez de 5 a 17 años en Trabajo Remunerado, TrabajoNo Remunerado y Trabajo Doméstico por promedio dehoras semanales trabajadas según niveles de pobreza,2004 81Cantidad de “criados/as” de 5 a 17 años, 2004 84Criados/as de 5 a 17 años en relación a la niñez total delmismo grupo de edad, 2004 84Distribución de criados y criadas según sexo, área,grupos de edad, idioma del hogar y niveles de pobreza,2004 85Distribución del Trabajo Infantil Peligroso en TrabajoRemunerado en niñez de 5 a 17 años por ocupaciónsegún sexo, 2004 87Distribución del Trabajo Infantil Peligroso en TrabajoRemunerado en niñez de 5 a 17 años por ocupaciónsegún área, 2004 87Distribución del Trabajo Infantil Peligroso en Trabajo NoRemunerado en niñez de 5 a 17 años por ocupaciónsegún sexo, 2004 89Distribución del Trabajo Infantil Peligroso en Trabajo NoRemunerado en niñez de 5 a 17 años por ocupaciónsegún área, 2004 89Distribución del Trabajo Infantil Peligroso en niñez de5 a 17 años en Trabajo Remunerado + Trabajo NoRemunerado, +Trabajo Doméstico por ocupaciónsegún sexo, 2004 91Distribución del Trabajo Infantil Peligroso en niñez de5 a 17 años en Trabajo Remunerado + Trabajo NoRemunerado, +Trabajo Doméstico por ocupaciónsegún área, 2004 92

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11Roberto L. Céspedes R.

0. El informe se basa en las encuestas de hogares de la DirecciónGeneral de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). En la prime-ra parte se analiza la evolución de la niñez económicamente acti-va de 10 a 17 años entre 2001 y 2004; en la segunda, la niñezque trabaja y que no lo hace, de 5 a 17 años, según el módulo deEncuesta Permanente de Hogares (EPH) 2004; en la tercera, lostipos de trabajo de la niñez, de 5 a 17 años, en la EPH 2004; y enla cuarta, estudios específicos de niñez trabajadora, de 5 a 17años, en la EPH 2004. Finalmente, se presentan conclusiones yrecomendaciones.

1. Primera parte: Evolución de la niñez trabajadora de 10 a 17años entre 2001 y 2004. La niñez trabajadora (o niñez económi-camente activa) de 10 a 17 años pasó de 288.717 en 2001 a338.833 personas en 2004. De esta cantidad, 232.719 son niñosy adolescentes (68,7%), 142.052 personas residen en el área ur-bana (58,1%), 188.381 de 15 a 17 años (55,6%), 176.278 son nopobres (52%) y 84.311 son pobres extremos (24,9%). Segundaparte: Trabajo infantil según tipo de trabajo. Para identificar ycuantificar a la niñez trabajadora y no trabajadora de 5 a 17 años,compuesta por 1.824.499 personas, se optó por las categoríassiguientes que incluyen unir en una única y final categoría alTrabajo doméstico que comprende a i) éste exclusivamente (TDexclusivo), ii) TD exclusivo y trabajo remunerado y iii) TD exclu-sivo y trabajo no remunerado.

Tipo (o forma) de trabajo Porcentaje Cantidad de personas

Solo trabajo remunerado (TR) 6,0% 108.569

Solo trabajo no remunerado (TNR) 6,1% 110.692

Solo trabajo doméstico 35,5% 648.276

Trabajo remunerado y doméstico 2,1% 39.075

Trabajo no remunerado y doméstico 3,5% 63.698

No trabaja 46,8% 854.139

Total 100% 1.824.449

Trabajo doméstico (extendido) (TD) 41,2% 751.049

Nota: en la niñez de 5 a 17 años que comprende a la de 10 a 17 años se encuentra una porción de niñez económicamente

pero desempleada.

2. El trabajo de la niñez importa por la asistencia o no a una institu-ción educativa y una de cada siete personas de 5 a 17 años deltotal no asiste. La cuestión relevante es que, a mayor inserciónlaboral, mayor inasistencia escolar porque no asiste a la escuelael 36,1% de quienes solamente hacen TR, el 27,2% de quienesexclusivamente se dedican al TNR y el 12,5% de quienes realizanTD. La exclusión educativa es mucho más aguda en el campoque en la ciudad: 20,1% y 9,6%, respectivamente. La mencionadaexclusión aumenta con la edad. La perspectiva de género permi-te visualizar razones diferenciadas en la inasistencia educativa.

Resumen ejecutivo

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3. Tercera parte: Distintos tipos de trabajo. El trabajo remune-rado (TR). Las cuatro categorías fundamentales son: los trabaja-dores no calificados (60,0%); los agricultores y trabajadoresagropecuarios y pesqueros (13,2%); los oficiales, operarios y ar-tesanos (13,1%); y los trabajadores de servicios y vendedores decomercios y mercados (10%), o sea el 96,3%. Las diferencias ma-yores son por sexo y área antes que por nivel de pobreza.

4. La razón de trabajo de este grupo de población es ayudar conlos gastos de la casa o para pagar o ayudar a pagar sus estudios,seis de diez; o para tener su propio dinero, una de cada cuatropersonas. Se encuentra que, a mayor edad, mayores responsabi-lidades con la casa y el estudio; y a mayor pobreza, mayoresrecursos para la casa antes que para el estudio o el dinero pro-pio.

5. Lo ganado se queda con quien lo ganó en dos de tres casos; o seentrega a los padres (madre, padre o persona encargada), el ter-cio restante. También, a mayor pobreza, mayor entrega de re-cursos a padres. Por último, quienes se quedan con el importede lo ganado, lo destinan a gastos personales y a la educación; ya mayor edad, más recursos a la educación.

6. El trabajo no remunerado (TNR). Cuatro ocupaciones son lasimportantes: a) agricultores y trabajadores agropecuarios ypesqueros, (74,3%); b) trabajadores de servicios y vendedores decomercios y mercados (12,4%); c) trabajadores no calificados(7,9%); y d) oficiales, operarios y artesanos (3,9%). Se encuentranasimetrías relevantes por sexo, área y nivel de pobreza.

7. En la niñez de 5 a 17 años se trabaja porque se requiere de unoficio desde joven, con el 43,2%; o lo hacen por gusto (35%) o leobligan (14,2%); con diferencias por sexo y grupos de edad, nopor área.

8. El trabajo doméstico (TD). Las actividades realizadas son limpie-za de la casa (93,8%) seguida de lavado de ropas (55,6%) y cuida-do de niños/as (52,6%); luego, el planchado de ropas (39,6%) ycocinar (39,5%) y finalmente otras tareas (21,4%). La divisiónsexual del trabajo es muy marcada, al igual que los grupos de edad.También se perciben diferencias por área y nivel de pobreza.

9. Si la niñez dejara de trabajar según padres, madres o personasencargadas pareciera que han menospreciado el trabajo de laniñez porque cuatro de diez señalaron que nada pasaría y casiigual proporción dijo que no aprenderían a trabajar y sólo unode cada ocho indicó que no habría quien realice las actividadesde la casa.

10. Una síntesis de la carga de trabajo de la niñez es el promediode horas trabajadas por semana, estando sesgado el promediogeneral por el peso decisivo del TD. La conclusión es: a menorinserción en el mercado de trabajo, menor cantidad de horastrabajadas; TR: 38,8; TNR: 31,8; TD: 23,9; y promedio global:26,4 horas semanales.

11.Niñez en criadazgo. En la población de 5 a 17 años se encuen-tran 60.298 criados y criadas. Casi todas son otros parientes;tres de cuatro son niñas y, casi igual cantidad y proporción en elnivel urbano y rural, cuestionando a la suposición de ser un fe-nómeno urbano Trabajan más, a mayor edad. De cada diez, cin-co hablan guaraní y dos castellano; y uno de cada cuatro guaraní-castellano. La mayoría se encuentra en hogares no pobres.

• Cuarta Parte: Niñez en trabajo infantil peligroso. De la niñezen TR, el 61,9% se encuentra en trabajo infantil peligroso (TIP);de la en TNR el 15,6%; y el 100% de criados/as del TD. Esto es, amayor inserción en el mercado laboral, mayor peligrosidad en el

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trabajo de la niñez de 5 a 17 años; y un importante volumen deniñas y niños como criadas o criados, en cierto sentido invisible.El conjunto constituye 144.756 niños y niñas en TIP equivalenteal 14,9% del total de la niñez trabajadora.

12.De la niñez en TIP, las cuatro categorías fundamentales son cria-dos/as (60.298 personas o 41,7%), transporte manual de cargaspesadas (28.190 personas o 19,5%), el trabajo infantil domésti-co remunerado (16.820 personas u 11,6%) y el trabajo en la víapública y ambulante (14.354 personas o 9,9%).

13. Recolección de información en 2004 y recomendaciones. Seencontraron dificultades por encontrarse la información en mó-dulos separados y así como dificultades con criterios de OIT.También se debe tener una mayor representatividad de la mues-tra y llevar a cabo la encuesta por lo menos cada tres años.

14. Recomendaciones sobre políticas. La continuidad y fortaleci-miento de la alianza establecida a partir de la Comisión Nacionalcontra el Trabajo Infantil (CONAETI) y de la Coordinadora para laErradicación del Trabajo Infantil (COETI) constituyen puntos departida imprescindible. De igual forma, cabe la actualización eimplementación del Plan Nacional de Prevención y Erradicacióndel trabajo infantil y Protección del trabajo del adolescente. To-dos estos esfuerzos deben articularse con la Política Nacional deInfancia de la Secretaría Nacional de la Niñez y Adolescencia(SNNA).

15.Dado que la pobreza es una las causas fundamentales del traba-jo de la niñez también cabe la articulación de los mencionadosplanes con las políticas y programas orientados a la reducciónde la pobreza o el Plan que el gobierno establezca al respecto.Asimismo, debe contarse con las conexiones oportunas para laimplementación de la legislación vigente, especialmente la vigi-lancia laboral implementada desde el Ministerio de Justicia y Tra-bajo (MJT).

16.En todos los casos, es importante contar con una estrategia deInformación, Educación y Comunicación (IEC) sobre el trabajoinfantil y adolescente y sus perniciosos efectos sobre el presentey el futuro de estas personas enfatizando la transmisiónintergeneracional de la pobreza.

17.Asimismo, es necesario el continuo flujo de información mediantela inclusión del módulo sobre el Trabajo Infantil en las encuestasde hogares de la Dirección General de Encuesta, Estadísticas yCenso (DGEEC) y su correspondiente análisis. Información y aná-lisis continuo y oportuno no constituyen gasto sino insumos im-prescindibles para las políticas y programas, tanto en el diseñocomo monitoreo y evaluación de los mismos.

18.En las políticas contra el trabajo infantil y adolescente debe te-nerse presente, en primer lugar, que mayor inserción en el mer-cado laboral implica mayor cantidad de horas dedicadas al traba-jo, menor asistencia a la institución educativa y mayor peligrosi-dad. Estas actividades dentro del Trabajo Infantil Peligroso re-presentan, de menor a mayor, Trabajo Remunerado exclusiva-mente, Trabajo No Remunerado exclusivamente y Trabajo Do-méstico. En segunda instancia, el trabajo de la niñez de 5 a 9años requiere intervención especial en cuanto a erradicación porla mayor vulnerabilidad de sus componentes. Otra vez aquí, va-len las prioridades anotadas previamente.

19.Tercero, el trabajo doméstico en cualquiera de sus formas debevisibilizarse y señalar la importancia del mismo por sus efectosperversos. Este aspecto requiere de especial y fina intervenciónpara evitar efectos contraproducentes.

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20.Cuarto, como parte del trabajo doméstico, el trabajo en situa-ción de criadazgo y el trabajo infantil doméstico remuneradodeben recibir atención porque resulta como todo Trabajo Do-méstico, invisible y peligroso.

21.Quinto, establecer intervenciones orientadas a reducir el Traba-jo Infantil Peligroso. La cuestión merece líneas claras en cuanto alas acciones así como a la IEC.

22.Sexto, integrar a las políticas y programas de intervención elenfoque de género y políticas especiales contra el sesgo desfa-vorable a la niñez en el área rural.

23.Finalmente, todas las líneas de acción mencionadas deben orien-tarse por una visión integrada y en busca de alianzas de maneraa que, efectivamente, tengan impacto las intervenciones para laprevención y erradicación del trabajo infantil y protección deltrabajo de adolescentes.

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Introducción

Este documento presenta las características más relevantes de laevolución de la niñez trabajadora entre 2001 y 2004, y analiza enprofundidad el módulo de trabajo infantil de la Encuesta de Hogaresde 2004. También se mencionan aspectos metodológicos del men-cionado módulo, así como consideraciones sobre propuestas de fu-turos instrumentos de recolección de datos. Finalmente, se presen-tan las conclusiones y recomendaciones, y la bibliografía.

Los anexos se adjuntan en formato digital, se encuentran el anexometodológico1 y el anexo estadístico de cuadros. En todo momentose hace referencia a estos cuadros que se encuentran en el anexo enforma consecutiva. Pero en este texto solamente se presentan aque-llos escogidos como los más representativos.

Para comprender la situación de la infancia a nivel laboral y sobretodo su evolución en el periodo de 4 años se analizaron las encues-tas de hogares anuales de la Dirección General de Estadística, En-cuestas y Censos (DGEEC) de la Secretaría Técnica de Planificaciónde la Presidencia de la República (STP-PR).2

Tanto la Encuesta Integrada de Hogares 2001 como la Encuesta Per-manente de Hogares 2004 aplicaron módulos sobre trabajo infantilque indagan en la población de 5 a 9 años sobre trabajo remunera-do y no remunerado; y sobre quehaceres domésticos (o trabajo do-méstico) en la población de 5 a 17 años. Se acota que en la encuestageneral se encuentran datos sobre trabajo remunerado y no remu-nerado de la población de 10 a 17 años. Se definió como poblaciónactiva a las personas que buscan o realizan trabajo remunerado o noremunerado y trabajan por lo menos 2 horas diarias o 14 horas se-manales. El mismo criterio, en cantidad de horas, se aplicó al trabajodoméstico.

1 El anexo metodológico de laEncuesta 2004 y del módulode trabajo infantil ha sido pre-parado por Norma Medina, di-rectora de Encuestas de laDGEEC.

2 La DGEEC ejecutó una Encues-ta Integrada de Hogares (EIH)en 2000/2001 y EncuestasPermanentes de Hogares(EPH) en 2002, 2003 y 2004.Para mayor claridad se pre-sentan datos de la EIH 2000/2001 como correspondientesa 2001. La comparación delas encuestas del período2001 a 2004 tiene sus pobla-ciones (cantidad de personas)ajustadas a los resultados delCenso Nacional de Poblacióny Viviendas (CNPV) 2002.

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I. Evolución de laniñez trabajadorade 10-17 años

Este capítulo busca comparar la evolución de la niñez trabajadora de2001 a 2004 para registrar la existencia o no de cambios. Cuatroaños es un tiempo corto para obtener tendencias con mediana soli-dez, pero pueden dar indicios de procesos. A nivel de contexto, elcambio mayor ha sido, entre 2001 y 2002, el sustantivo aumento dela incidencia de la pobreza, que entre 2003 y 2004 tuvo un suavedescenso.

La pobreza, medida por la línea de pobreza para la población total,saltó de 33,9% en 2001 a 46,4% en 2002. Sin bien descendió a 41,4%en 2003, 39,2% en 2004 y 38,2% en 2005, aún está relativamentelejos de la línea de base de 2001. Sin mucha diferencia en los dosúltimos años, este porcentaje alcanza a 2.232.868 personas en 2004y de 2.230.202 personas en 2005. Sin embargo, la tasa de actividadeconómica de la niñez de 10 a 17 años indica que no existe relaciónnumérica directa, entre pobreza y trabajo infantil.

1. Niñez económicamente activa y no activa1.1. La niñez económicamente activa como totalidad

En primer lugar hay que considerar las cantidades, o sea cuántosniños y niñas de 10 a 17 años son económicamente activos: trabajano buscan trabajo. La niñez económicamente activa era de 288.717en 2001 y 338.833 en 20043. Si tomamos 2001 como base de análi-sis hay un incremento de 17,4% en 2004. Sin embargo, este compor-tamiento no sigue un patrón de aumento; dando el gran salto entre2003 y 2004, y si se mantiene esta dirección aumentaríasustantivamente el empleo de la niñez.

La niñez económicamente activa es el conjunto de las niñas, niños yadolescentes de 10 a 17 años que suministran mano de obra paraproducir bienes o servicios económicos.Esto incluye a las personas con un empleo remunerado (en dinero o enespecie); trabajadores/as independientes; por cuenta propia; aprendi-ces que perciben una remuneración en efectivo o en especie; trabaja-dores/as de la familia que no perciben remuneración y que producenbienes o servicios económicos para el propio consumo del hogar, yquienes hacen gestiones para incorporarse al empleo.Se excluyen de esta definición las tareas domésticas realizadas en elpropio hogar.

3 Las cantidades que se esta-blecen a partir de una en-cuesta siempre son cantida-des aproximadas porque notienen la precisión de uncenso, dado que tienen unmargen de error.

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Otras tres características son relevantes. Primero, la niñez econó-micamente activa masculina es más del doble que la femenina:232.719 niños y 106.114 niñas en 2004. Sin embargo, desde 2001,la cantidad de varones ha crecido 12,8%, mientras que las niñas 28,9%,es decir la incorporación laboral femenina ha sido más intensa, locual es consistente con los estudios que señalan esta tendencia paralas mujeres.

Año Hombre Mujer Urbana Rural Total

2001 206.363 82.354 119.086 169.631 288.717

2002 228.875 104.463 142.391 190.947 333.338

2003 196.526 85.227 114.656 167.097 281.753

2004 232.719 106.114 142.052 196.781 338.833

Año No pobre Pobre no extremo Pobre Pobre extremo Total

2001 165.827 62.545 122.890 60.345 288.717

2002 158.984 74.297 174.354 100.057 333.338

2003 126.880 57.601 154.873 97.272 281.753

2004 176.278 78.244 162.555 84.311 338.833

Segundo, la niñez económicamente activa urbana (142.052) esmenor que la rural (196.781) pero desde 2001, la urbana creció19,3% mientras que la rural solo 16,0%. Esto se debería al crecimien-to de la pobreza en el espacio urbano. Se puede notar que en lapoblación total, 2003 constituye un punto de giro histórico en cuan-to que la cantidad de pobres urbanos supera a la rural: 1.268.613 y1.077.140 personas, respectivamente.

El método de la línea de la pobreza define a la población pobre comoaquel conjunto de personas cuyo nivel de bienestar (expresado a tra-vés del ingreso o consumo), es inferior al costo de una canasta básicade consumo (conjunto de bienes y servicios que satisface los requeri-mientos mínimos para la sobrevivencia humana). El costo de esta ca-nasta se denomina línea de pobreza. La condición de pobreza estáexpresada en niveles de pobreza que va desde no pobre hasta pobrezaextrema. Es importante recordar que la categoría pobre incluye apobre extremo y pobre no extremo.

Tercero, respecto a comparaciones por condición de pobreza se haconstruido una “escalera” de niveles de pobreza compuesta por nopobre; pobre no extremo, pobre y pobre extrema. Esto significa unaprelación de menor a mayor grado de pobreza. Esta presentaciónpermite visualizar dos cuestiones:

Niñez económicamente activa de 10 a 17 años por niveles de pobreza, 2001-2004.

Niñez económicamente activa de 10 a 17 años por sexo y área, 2001-2004.

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1) la población pobre no extrema se ubica entre la no pobre y lapobre, dado que ésta es un promedio de sus dos componentes; y2) la población pobre se encuentra entre pobreza no extrema y po-breza extrema, sus dos componentes. En los extremos se hallan lapoblación en pobreza extrema y la población no pobre.

En 2004, la niñez económicamente activa no pobre estaba compues-ta por 176.278 personas, y la pobre por 162.555 personas, lo cualrevela sólidamente que el fenómeno del trabajo infantil no es ex-clusivo de la pobreza, pero tiene incidencias muy diferenciadas,como se demuestra en la distribución de la niñez económicamenteactiva. También cabe señalar los crecimientos diferenciados, a partirde 2001, en 2004 la niñez económicamente activa no pobre creció a6,3%; la pobre no extrema a 25,1%; la pobre a 32,3%; y la pobreextrema a 39,7%. Esta regularidad se percibe a lo largo de todo elanálisis. Esto es, a mayor probreza mayor crecimiento.

Una segunda aproximación corresponde a la distribución internade la niñez económicamente activa, lo cual se relaciona con las tasasde actividad, como se apreciará más adelante. Los rasgos estructu-rales son mayor cantidad de varones, de niñez rural y oscilacionesmuy marcadas entre niñez no pobre y pobre –aunque con mayoríade no pobre– que trabajan en comparación con las niñas, la niñezurbana y la pobre (Cuadro Nº 1.2). La niñez no pobre es mayoría enla distribución porcentual dentro del total de la niñez económica-mente activa porque la población total no pobre es en todo momen-to mayoritaria: en 2004 constituye 60,8%.

Sin embargo, se encuentran diferencias entre estas variables porqueel peso de los varones ha disminuido ligeramente, por área se hallaun estancamiento y la tendencia por condición de pobreza es muyirregular aunque con mayoría de no pobres en la última encuesta(2004).

Los varones pasaron de constituir 71,5% en 2001 a 68,7% en 2004 yse presenta excepcionalmente una tendencia muy regular. El aumentode las niñas en el mercado de trabajo se explicaría parcialmente porel empobrecimiento que empuja a todos los recursos familiares a labúsqueda de empleo, incluyendo a quienes histórica y culturalmentese encontraban fuera de él.

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Según el área de residencia, se nota un marcado estancamiento. En2001, la niñez urbana era 41,2% y en 2004 es 41,9%; en cuanto aniñez rural era 58,8% en 2001; y 58,1% en 2004.

Respecto a la condición de pobreza, los resultados anuales son másirregulares. En 2004, se divide entre 52% como no pobre y 48% comopobre, mientras que en el año anterior fue de 45% y 55%, respectiva-mente. Dentro de la niñez pobre se encuentra mayor consistencia enlos datos sobre niñez pobre no extrema.

En tercer término, vale registrar las tasas de actividad económica dela niñez que ofrecen un panorama diferente al de las cantidadesabsolutas y la distribución relativa (interna). Se hallan oscilacionesya que efectivamente, la tasa (de la niñez económicamente activa)fue de 28,5% en 2001, y es de 30,4% en 2004, pero de 30,7% en2002 y de 25,7% en 2003.

La tasa de actividad económica de la niñez visualiza la proporción deniños, niñas y adolescentes de 10 a 17 años en actividad económicadel total de la población en edad de trabajar del mismo grupo de edad.

Según sexo, en 2004 la tasa de actividad de los varones es de 40,7%,y la de las mujeres de 19,5% o la mitad; 24% en la niñez urbana y37,4% en la rural. Esto resulta de una mayor exigencia al varón encuanto al empleo y en el campo –probablemente tambiéninvolucrando al varón con una importante contribución– por la natu-raleza del trabajo agropecuario.

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1.2. La niñez económicamente activa por grupos deedad

En primer lugar, las cantidades. El grupo de menor edad ha crecidoen mucha mayor medida que el mayor. En 2001, la niñez de 10 a 14años estaba constituida por 110.093 personas, mientras que en 2004por 150.452 niñas y niños. En el caso de adolescentes de 15 a 17años, se trataba de 178.623 y 188.381 personas, respectivamente.Lo encontrado apunta a la creciente incorporación de la niñez demenor edad al mercado de trabajo.

Segundo, la estructura de tasas de actividad de la niñez de 10 a 17años se mantiene en cuanto que en 2004 es mucho mayor la activi-dad de 15 a 17 años (47,8%) que la de 10 a 14 años (20,8%). Sinembargo, más niños y niñas de 10 a 14 años se van sumando cadaaño al mercado laboral. Saltó de 17% en 2001 a 20,8% en 2004. Sepuede observar entonces mayor presión para el trabajo sobre la ni-ñez de menos edad, tanto en cantidad como por tasa de actividad.

1.3. La niñez económicamente activa según ingreso

La distribución de la niñez en niñez económicamente activa y niñezno económicamente activa por condición de pobreza puede refinar-se al considerar su ubicación según quintiles de ingreso, o sea nive-les de desigualdad. Específicamente, del primer quintil, de menoringreso, al quinto quintil, de mayor ingreso. La línea de ingreso sedivide entre cinco grupos, que no coinciden con la cantidad de perso-nas. Esto significa que si hay mayor cantidad de niñas y niños en losprimeros quintiles, existirá mayor nivel de pobreza. En este mismo

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sentido, si hay menor cantidad de niñas y niños en los quintiles másaltos, existirá mayor concentración de ingresos en pocas personas.

Los quintiles de ingreso lo componen cinco grupos de personas delmismo tamaño (por eso se llaman quintiles) del total de personas estu-diadas, en función al ingreso familiar por persona. La clasificación vadesde el primer quintil integrado por el 20% de la población más pobrehasta el quinto quintil con el 20% más rico.

En el quintil de menor ingreso, la comparación entre niñez trabaja-dora (29,6%) y no trabajadora (22,5%) revela que la mayor actividadeconómica de la niñez se vincula a mayor pobreza y viceversa. Esdecir, hay 7,1% más de población activa que no activa en el 20% máspobre. A medida que aumenta la riqueza también crece la diferenciaentre niñez económicamente activa y no activa porque en el cuartoquintil es 3,1%, y en el quinto o el 20,0% más rico es 5,9%.

La población no económicamente activa es el conjunto de personas de10 años y más de edad no clasificadas como ocupadas ni desocupadasdurante el período de referencia. Incluye a menores de 16 años deedad que declararon ser muy jóvenes para trabajar, a estudiantes,amas de casa y familiares dedicados al tareas domésticas sin remune-ración, a personas que viven de la jubilación o pensión, y a las queviven de las rentas. También a personas enfermas, con discapacidady ancianos/as, o en otra situación que no le permite realizar ni buscartrabajo remunerado. De este grupo, la niñez y adolescencia no econó-micamente activa son quienes tienen entre 10 y 17 años.

Entonces, según quintiles de ingreso la niñez económicamente acti-va refleja mayor concentración en los quintiles más pobres y menoren los más ricos, mientras que con la niñez no económicamenteactiva se da lo opuesto.

En un segundo momento, corresponde analizar exclusivamente laniñez económicamente activa. En la distribución por sexo se corro-bora lo apuntado previamente acerca de las exigencias mayores alvarón en trabajos remunerados y no remunerados, excluyendo a lastareas domésticas con indiscutible mayoría femenina. Recuérdeseque en 2004 los hombres trabajando son 232.719 y las mujeres106.114.

En los dos quintiles más pobres se halla el 57,0% de los niños yadolescentes trabajadores en comparación con la población femeni-na con 46,7%, mientras que en los dos quintiles más ricos se en-cuentran el 22,5% y el 32,7%, respectivamente. Esto significa aproxi-madamente el 10,0% de varones trabajando más que las niñas en losestratos más pobres y, en contrapartida, el 10% de niñas trabajandomás que los varones en los estratos más ricos. Esto puede deberse aque los varones deben trabajar en cualquier cosa aún con menorcapital educativo y con el significativo peso de tareas agropecuarias.En contrapartida, las niñas de estratos de mayor ingreso llevan acabo tareas con mayor calificación dado el capital educativo disponi-ble.

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Por otra parte, la división por área de residencia muestra que la ni-ñez económicamente activa urbana es mayor que la rural en el pri-mer quintil y menor que la rural en el último. Si bien en cantidad esmayor el número de niñas yniños trabajadores rurales que el de la ciudad, quienes trabajan enel ámbito urbano se encuentran en condiciones de trabajo más du-ras que sus pares del campo.

4 La pregunta de la encuesta es“¿De dónde proviene princi-palmente el agua que utilizaen la vivienda?”.

5 El agua en red comprende ala Empresa de Servicios Sani-tarios del Paraguay (ESSAP)(ex Corposana), el ServicioNacional de SaneamientoAmbiental (SENASA) y la redprivada. El agua sin red estácompuesta por pozo sin y conbomba, tajamar, naciente, río,arroyo, aljibe, pozo artesianoy otros. En este caso no exis-te “No responde”.

2. Condiciones de vida de la niñezEste análisis busca registrar las tendencias y cambios (si los hubo)en las condiciones de vida de la niñez de 10 a 17 años por condiciónde actividad, eje central del análisis. Con este objetivo se analizanlos servicios básicos de la vivienda, y los bienes duraderos comoindicadores de confort del hogar.

2.1. Servicios básicos de la vivienda

Los servicios básicos de la vivienda son:1) tenencia o no de energía eléctrica;2) tipo de agua a la que se accede; y3) tipo de saneamiento disponible.

La tenencia de energía eléctrica es requisito para el acceso a unavida en condiciones mínimas y para la educación, la salud, el em-pleo y otras tareas fundamentales. Como que sin agua no hay vida,lo relevante es el tipo de agua al que se accede4. Se han creado lasvariables agua en red, y su contraparte, sin agua en red5. Con el

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saneamiento ocurre lo mismo que con el acceso al agua: en amboscasos su impacto sobre la salud de las personas es clave. En estecaso se cuenta con variables semejantes: inodoro con conexión einodoro sin conexión6.

Dado que se pretende expandir la cobertura o mejorar la calidad delos servicios, se plantea identificar y cuantificar a la población caren-te o en situación de mayor privación. Por esta razón se registra a laniñez sin energía eléctrica, sin agua en red y con inodoro sin co-nexión.

De partida, en 2004 se registra, en este orden, menor exclusión deservicios en energía eléctrica (6,4%), de agua en red (44,9%) y deinodoro con conexión (45,3%). Sin embargo, para los fines de estainvestigación lo significativo está en la complementariedad de, poruna parte, mayor exclusión de la niñez económicamente activa, dehogares con mayor precariedad económica y, por otra, en muchomenor carencia de la niñez no económicamente activa de hogarescon menor precariedad económica.

En efecto, en la comparación de la niñez según trabaje o no, se en-cuentra que:• El 8,4% de la niñez económicamente activa y el 5,5% de la niñez no

económicamente activa no tiene vivienda con energía eléctrica;• El 55,7% y el 40,1%, respectivamente, no cuenta con agua en red; y• El 58,9% y el 39,3%, respectivamente, carece de inodoro con co-

nexión.

En resumen, la diferencia según tenencia de energía eléctrica es ín-fima pero muy elevada al considerar agua y saneamiento.

Otra característica estructural de la niñez económicamente activa, averificarse en el análisis particular de los servicios, es la mayor ex-clusión:• de varones antes que de mujeres en la división por sexos;• del área rural más que de la urbana en la residencia; y• de la “escalera de la exclusión” según aumentan los niveles de

pobreza.

Carencia de energía eléctrica

Con relación a la luz eléctrica, como parte de la expansión de losservicios, entre 2001 y 2004 la población de 10 a 17 años en vivien-das sin conexión eléctrica se redujo porcentual y cuantitativamente.Una particularidad de la electricidad en comparación a los serviciosde agua y saneamiento es que, en 2001-2004, la tenencia de energíaeléctrica fue mayor para la niñez económicamente activa porque bajó6%, que para la niñez no económicamente activa (2,7%). Aún así,debe recordarse que se trata de porcentajes pequeños. Lo contrariose hallará en agua y saneamiento y con diferencias mayores.

En 2004, la mayor exclusión corresponde a los niños y adolescentesvarones trabajadores: el 9,6% en comparación al 4,7% de las niñas.Pero la diferencia sustantiva se da en este caso –y en prácticamenteen todos– entre las áreas urbana y rural. En esta última trabajanmayormente y en gran volumen varones en la agricultura; en la ur-bana, en menor proporción y en sectores más pobres. En concreto,la niñez económicamente activa urbana excluida de la tenencia deenergía eléctrica alcanza el 2,6%, y la rural, 12,5%, casi quintuplicandoel porcentaje.

6 Inodoro con conexión com-prende a inodoro conectadoa red pública o pozo ciego,mientras que inodoro sin co-nexión no está conectado apozo ciego, excusado tipomunicipal, letrina común yotros.

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En 2004 los varones económicamente activos sin electricidad en susviviendas eran el 9,6%, cuando las mujeres constituyeron el 5,6%.Con esta diferencia puede suponerse que dentro de los hogares conniñez trabajadora los varones tienen la mayor obligación o carga deltrabajo remunerado, lo cual no subvalora el trabajo doméstico delas mujeres, visibilizado y cuantificado en el módulo de esta encues-ta, como se analizará más adelante.

La condición de pobreza de la niñez económicamente activa permiteseñalar nítidamente que a mayor nivel de pobreza, mayor caren-cia de electricidad, y viceversa. Efectivamente, en la niñez trabaja-dora se halla excluida de este servicio el 6,7% de la niñez no pobre;el 7,6% de pobre no extrema; el 10,2% de pobre; y el 12,6% de pobreextrema.

Agua sin conexión a red

La diferencia entre conexión a electricidad y a agua en red o sanea-miento sin conexión se dio en una reducción de las viviendas sinagua en red, independientemente de la condición de actividad de laniñez de 10 a 17 años. Segundo, en el lapso de tiempo estudiado semantiene la mayor exclusión de la niñez trabajadora. En 2004 no dis-ponían de agua en red, cinco de nueve personas de la niñez económi-camente activa y cuatro de nueve de la niñez no activa. (Cuadro Nº 1.7).

Otra consideración preocupante es que el servicio para la niñez tra-bajadora, entre 2001 y 2004, aumentó solo 1,7% su conexión a agua,mientras la niñez no activa lo hizo 6,5 veces más (11,1%).

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La exclusión de este servicio clave para la salud, el—agua en red, esmayor para los varones que para las mujeres pero sobre todo porárea, rural mucho más que urbana. Esta diferencia se debe al mayornúmero de niños que trabajan, dado que, en general, existe un equi-librio de sexos en los hogares, aunque con una ligera mayoría mas-culina a menor edad.

Pero de la niñez trabajadora urbana el 29,9% carece de agua en red,en comparación al 74,4% de la rural o sea más que doblemente ex-cluida. El nivel de exclusión rural es elevadísimo: se trata de tresde cada cuatro niñas y niños; y la brecha entre las áreas es inmensa.

Finalmente, en la niñez trabajadora el aumento de la exclusión enagua va unido a los niveles de pobreza. En 2004, en todos los nive-les supera el 50% pero va en aumento según el nivel de pobreza. Eneste caso la distancia entre no pobreza y pobreza extrema es menorque la del área de residencia.

Saneamiento limitado

Si bien se registra una reducción de la exclusión del total de la niñezcon saneamiento (inodoro) sin conexión (a red pública o pozo cie-go), siempre la niñez trabajadora se encuentra en peor condición.En 2004, seis de diez niños y niñas trabajadores frente a cuatro dediez que no trabaja. (Cuadro Nº 1.8).

Nuevamente, al igual que en el caso del agua, el aumento del sanea-miento con conexión se da a un ritmo muchísimo menor en la niñezeconómicamente activa que en la no activa, lo cual es preocupante.Efectivamente, entre 2001 y 2004 la exclusión de la niñez trabaja-dora disminuyó en 3,3%, mientras que en la no activa, en 10,5%. Deesta forma, aumentan las brechas entre estas dos categorías de laniñez o, en términos relativos, empeora la condición de la niñezeconómicamente activa.

en niñez trabajadora la historia se repite pero con índices diferen-tes. En 2004, el 61,3% de los niños y el 53,8% de las niñas se hallanexcluidos del saneamiento con conexión; y el 29% de la niñez urba-na y el 80,6% de la rural. Otra vez la gran asimetría se encuentra enlas áreas de residencia antes que en el sexo.

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Nuevamente se encuentran anudados la “escalera” de la exclusión ylos niveles de pobreza. En 2004, el 47,6% de la niñez no pobre, el62,4% de la pobre no extrema, el 71,2% de la pobre y el 79,4% de lapobre extrema, todos económicamente activos, carece de saneamien-to con conexión. Por otra parte, también se encuentra que con elaumento del nivel de pobreza resulta menos relevante la diferenciaentre la niñez económicamente activa y la no activa en la exclusióndel saneamiento con conexión.

2.2. Bienes duraderos del hogar

La selección de tenencia o no de bienes duraderos del hogar com-prende heladera, televisor, teléfono con línea fija, teléfono móvil,computadora personal y computadora personal conectada a internet.La importancia de la heladera es clave para la salud y especialmentepara este país tan caluroso. Los otros indicadores se utilizan consi-derando la importancia creciente de las tecnologías de la informa-ción y la comunicación.

De acuerdo a la última encuesta, las mayores exclusiones en el ho-gar para la niñez trabajadora de 10 a 17 años se refleja en el si-guiente gráfico:

La exclusión a partir del teléfono fijo y con mayor razón en el accesoa computadora e internet es ya universal. Es de resaltar la mayordisponibilidad de televisores antes que heladeras, por su importan-cia en la integración cultural e indicador de estatus.

A continuación se proporciona el análisis desde la heladera y siguecon las tecnologías de información y comunicación, de menor a mayorsofisticación, o sea no necesariamente en el orden cuantitativo delas carencias.

Heladera

Como en todos los bienes del hogar, con excepción del teléfono fijo,su carencia se reduce en el transcurso del tiempo. También en te-nencia de heladera, la niñez económicamente activa está más ex-cluida que la no activa. La niñez trabajadora sin heladera disminuyóa 40% en 2004; mientras que la no activa es de 25,6%.

En la relación por sexos, se mantiene la tendencia porque se conser-va la mayor exclusión de varones (41,7%) frente a las mujeres (36,1%).También en 2004 la asimetría por área es de 26,6% (urbano) y de49,6% (rural), casi el doble de exclusión.

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Al considerar los niveles de pobreza y la no tenencia de heladera, seencuentra la “escalera” esperada que implica una proporción eleva-da aún en niñez trabajadora no pobre sin este importante bien, yexclusión agudizada en la pobre extrema. De otra forma, en 2004no disponen de heladera tres de diez no pobres y dos de tres pobresextremos.

Televisor

El televisor es el bien más difundido en el hogar. Su ausencia es unindicador de significativa precariedad (como suelen decir: “ni teletiene”). A su vez, constituye el recurso más popular entre las tecno-logías de información y comunicación, y entre éste y el teléfono ce-lular existe considerable distancia (Cuadro Nº 1.10).

Si bien decreció la carencia, el ritmo es lento. Siguiendo las tenden-cias, la población activa no tiene televisión en mayor porcentaje(28,8%) que la no activa (18,9%). También es mayor la exclusiónmasculina que femenina pero mucho más la rural porque duplica ala urbana. En la niñez económicamente activa, en 2004, carecían detelevisor el 30,6% de los varones y el 24,9% de las niñas, pero el 17%de la niñez económicamente activa residente en el área urbana y el37,3% de la rural.

Teléfono fijo y Teléfono celular

La carencia de teléfono fijo es elevadísima o casi universal. Concre-tamente, más de nueve de cada diez niños y niñas económicamenteactivos en 2004 no tienen teléfono fijo en el hogar. Sus limitacionesson elocuentes, aunque lamentablemente existen otras peores.

En la exclusión por sexos y por área se mantienen los patrones. En2004, la niñez económicamente activa masculina sin teléfono fijollega al 94,3%, y la femenina a 88,5%. Lo más relevante se encuentrapor área. Carecen de este producto el 84,1% de la urbana y el 98,5%de la rural.

Dada la histórica ineficiencia en el acceso y a los costos de instala-ción del teléfono fijo, se ha expandido el teléfono celular. La exclu-sión es siempre mayor en la niñez trabajadora que pasó del 77,7%en 2001 al 71,4% en 2004, mientras que en la no activa fue de 70,2%y de 61,2%, respectivamente. Nuevamente, el aumento del teléfonofijo se da a un ritmo más lento en la niñez económicamente activaque en la no activa, entre 2001 y 2004, de 6,3% y de 9%, respectiva-mente (Cuadro Nº 1.12).

En los niveles de pobreza llega a una exclusión universal en teléfonofijo pero en telefonía móvil la exclusión es mucho menor. Carece deteléfono celular el 61,9% de la niñez económicamente activa no po-bre; el 77,2% de la pobre no extrema; el 81,7% de la pobre; y el85,9% de la pobre extrema. Entonces la “gran” asimetría se hallaentre no pobreza y cualquier nivel de pobreza.

El acceso al teléfono celular en el hogar sigue el patrón por sexo yárea pero con menores diferencias en esta última. En la niñez traba-jadora, en 2004 carecen de este bien el 73,5% de los varones y el66,7% de las niñas; pero el 60,9% de la urbana y el 79% de la rural. Laparticularidad se encuentra en que la diferencia no es tan elevadacomo en los casos de la heladera y el televisor, que son el doble.

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Computadora personal con o sin acceso a internet

Tanto con la computadora personal con conexión a internet como sineste servicio la exclusión es universal y de muy lento cambio. En elprimer caso, la diferencia entre la población por actividad económicaes muy pequeña, casi 5,0%. Esto revela que la exclusión en acceso atecnología es generalizada para toda la población infantil y adolescente.

La exclusión estructural es ya universal en la computadora conecta-da a internet. En el corto plazo no se tienen cambios, lo cual señalauna limitación clave para la sociedad de la información. En 2004 laniñez económicamente activa excluida es del 99,9% y la no activa,del 98,5%. Esto se repite por sexo, área de residencia y niveles depobreza: no tienen computadora con internet en el hogar más del99% en todos los casos.

En este siglo se puede considerar imprescindible el acceso y utiliza-ción de las tecnologías de la información y la comunicación paratodas las personas, y muy especialmente para la niñez. La exclusiónestructural es grave, especialmente en cuanto a computadoras cono sin conexión a internet en el hogar, si bien se ha difundido muchoel acceso pagado a internet en espacios urbanos.

3. Salud de la niñez

Como indicadores de la salud de la niñez de 10 a 17 años se haescogido por su relevancia y continuidad la tenencia o no de seguromédico y si se ha enfermado o accidentado en los últimos 90 días.

El seguro médico, en la encuesta, se ha transformado en una varia-ble dicotómica (sí-no), que elimina la pregunta original sobre losdistintos tipos de seguro7, mientras que lo relevante es la carencia,tanto según el registro porcentual como el volumen de niñas y niñossin seguro médico.

Un proceso semejante se ha dado en la enfermedad o accidente enlos últimos 90 días. Como se busca identificar vulnerabilidades seunió a quienes han sufrido una u otra experiencia8.

3.1. Seguro médico

Casi toda la niñez de 10 a17 años carece de seguro médico, condi-ción de vulnerabilidad y reflejo del limitado bienestar. Lo peor esque la situación ha permanecido casi inalterable. Como en las ten-dencias encontradas, la exclusión del servicio es mayor en la niñeztrabajadora (92,8%) que en la no activa (80,7%).

En la niñez económicamente activa casi no existe diferencia por sexoen el acceso al seguro porque se trata de una característica familiar.En 2004 comprende al 93,1% de los varones y al 92,1% de las muje-res. En cambio, se halla diferencia entre las áreas urbana (87,1%) yrural (96,9%), producto de mayores recursos en quienes residen enlas ciudades.

El incremento de niveles de pobreza y carencia de seguro médico enla niñez económicamente activa se verifica con alguna diferencia designificación entre la no pobre y los distintos niveles de pobreza.Efectivamente, en 2004 no cuenta con seguro médico el 89,5% de la

7 Las opciones positivas sonInstituto de Previsión Social(IPS), seguro privado indivi-dual o laboral, sanidad mili-tar o policial y seguro local.

8 Vale mencionar que estas dospreguntas se encuentran au-sentes en la encuesta de2002, el seguro médico seanuda a la situación familiar,mientras que el accidente/enfermedad es más indivi-dual.

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niñez trabajadora no pobre; el 94,7% de la pobre no extrema; el 96,4%de la pobre; y el 97,9% de la pobre extrema. Al igual que otros bie-nes, se trata de una exclusión estructural.

A partir de la disposición de información sobre la carencia del segu-ro familiar, y la importancia del tema, se compara la población de 10a 17 años con la de 5 a 17 años. De esta forma, se verifica que setrata de un condicionamiento familiar la tenencia o no de seguromédico (Cuadro Nº 1.16). Los resultados prueban lo apuntado. En2001 carecía de seguro médico el 86,1% de la población de 10 a 17años y el 85,5% de la de 5 a 17 años. En 2004 se encuentran en igualcondición el 84,4% y el 84%, respectivamente. Vale mencionar que ladivisión según niñez económicamente activa o no activa al incluir algrupo de 5 a 9 años resulta poco relevante porque se trata de unacantidad pequeña que altera muy levemente la proporción (%) deniñez económicamente activa y no activa de la población de 10 a 17años.

3.2. Enfermedad o accidente

En primer lugar, no hay diferencias por condición económica, el 29,5%en activa y el 29,7% en no activa de la niñez de 10 a 17 años tuvie-ron enfermedades y accidentes. Tampoco entre hombres y mujereso niñez urbana y rural o niveles de pobreza. Por el contrario, existeuna uniformidad regular. Efectivamente, pueden cuestionarse las per-cepciones de la niñez económicamente activa según estos diferen-tes ejes, pero las cifras registradas presentan una alta consistencia9.

4. Niñez y cultura

Varios son los estudios que lamentablemente quedan encerrados endescriptores o indicadores socioeconómicos. Olvidan la importanciaque tiene la cultura para las políticas, en tanto éstas busquen modi-ficar realmente la conducta de las personas no sólo por motivacio-nes o incentivos externos. En el caso de Paraguay, una variable cul-tural importante, probablemente la más relevante, es el idioma ha-blado en el hogar.

Todas las encuestas incluyen la pregunta acerca del idioma habladoen la casa la mayor parte del tiempo. Es más, pueden encontrarsedos tendencias estructurales a nivel global. Por una parte, la perma-nencia del guaraní como idioma dominante; por otra, la asociaciónentre lengua guaraní y pobreza. Lo primero es obvio, en cuanto a losegundo debe desmitificarse aquello de la lengua como causa de lapobreza.

En este caso, para la población de 10 a 17 años se ha consideradoexclusivamente la proporción de quienes hablan guaraní, guaraní-castellano y castellano. Estos tres grupos constituyen aproximada-mente el 95,0% de la población en los cuatro años estudiados.

Los hallazgos indican que existen diferencias importantes de idio-ma hablado según la condición económica de la niñez. Habla másguaraní la activa que la inactiva y habla menos castellano la activaque la inactiva, mientras que las diferencias son pequeñas en el casodel guaraní-castellano. En 2004, la niñez trabajadora que se expre-sa en guaraní es del 61,9%; en ambos es del 21,3%; y en castellanoes del 13,9%. Esto también puede leerse como que la niñez económica-mente activa guaraní parlante es 4,5 veces la castellano hablante.

9 Lo encontrado indica que noexisten diferentes percepcio-nes de enfermedad o acciden-te por sexo, área o pobreza.Lo más llamativo se encuen-tra en los niveles de pobrezacon una uniformidad casi in-sólita.

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El significativo predominio del guaraní en la niñez económicamenteactiva también se verifica a través del tiempo. La hegemonía delguaraní (solo o con el castellano) puede considerarse así: en 2001lo hablaba el 79% de la niñez económicamente activa, y en 2004, el83,2%. El área de residencia condiciona aún más el uso del guaraní ydel castellano. El mismo año de referencia.

Al considerar en 2004 las diferencias por sexo en la niñez económi-camente activa, resalta la incidencia del guaraní en los varones y delcastellano en las mujeres, explicable por la actividad masculina ru-ral y el peso de las mujeres urbanas en el total de este género.Sin embargo, la inequívoca asociación –y no causalidad– entre idio-ma y pobreza se halla al considerar los niveles de ésta. En 2004, dela niñez económicamente activa habla guaraní el 53,7% de la nopobre, el 63,3% de la pobre no extrema, el 70,8% de la pobre y el77,7% de la pobre extrema: una escalera perfecta. En el uso del cas-tellano el 19,2%, el 8,7%, el 8,2% y el 7,7%, respectivamente. La dife-rencia real se halla entre no pobreza y distintos niveles de pobreza.

Lo anotado finalmente no conduce a la relación causal de pobrezadebido a determinada lengua. De lo que se trata es de población encondición de pobreza y con una cultura que se expresa en guaraní.Paraguay es un país pluriétnico considerando a las etnias indígenas,pero el bilingüismo con diglosia10 es hegemónico por razones cuan-titativas. La población indígena, según el Censo de 2002, constituyesolo el 1,8% de la población nacional. Se trata de diglosia porqueexiste un idioma dominante, castellano, y otro dominado, guaraní.A lo cual cabe agregar que el dominado es mayoritariocuantitativamente. Y, en última instancia, dada la desigualdad socialy la limitada calidad de la educación, se habla un precario castellanoy otro también precario guaraní, aunque con énfasis diferentes.

10 En términos estrictos, se en-cuentra un multilingüismo yvarios bilingüismos condiglosia, aunque el guaraní-castellano sea inequívoca-mente hegemónico. Primero,existen las lenguas indígenasde las correspondientesetnias. Segundo, no todos losaborígenes son necesaria-mente bilingües guaraní-cas-tellano y existen bilingüismosen áreas muy específicas,donde se pueden mezclarcon el habla indígena el ale-mán o el portugués. Estosson bilingüismos condiglosia, aunque no el hege-mónico.

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32 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

En cuanto a condición de actividad económica, grupos de edad y usode determinada lengua, se encuentra que en el grupo trabajador de10 a 17 años 61,9% hablan guaraní, y en el inactivo el 43,2%.

Sin embargo, surgen las preguntas: ¿mantienen (en todo momento)la misma proporción a medida que pasan los años?, ¿tanto a los 10como a los 14 o a los 17 años? La forma de saberlo es mediante elanálisis por edades simples. Como se dispone de datos de personasde 10, 11, 12 años y así sucesivamente en 2004, se asume que esreflejo del comportamiento etario aunque no se trate de la evoluciónde la misma persona.11

A partir de los datos expresados en el gráfico, en la niñez económi-camente activa se perciben cambios en el tiempo pero de diversaintensidad. Primero, este análisis por edades simples es relevanteporque los tres grupos presentan cambios a través del tiempo. Laeducación formal e informal, el proceso de socialización, la influen-cia de los medios de comunicación y los requerimientos del merca-do laboral, entre otros factores, estarían incidiendo sustantivamenteen la niñez económicamente activa en, por una parte,“desguaranizarla” y, por otra, en elevar la incidencia de quienes seexpresan en guaraní-castellano.

Segundo, entre el grupo de 10 y 17 años el descenso de la inciden-cia del uso del guaraní dentro de la niñez trabajadora a medida queaumenta la edad resulta clave. Es decir, tres de cada cuatro niños/astrabajadores de 10 años se expresaban en guaraní frente a dos decada cuatro de 17 años que seguía hablando en guaraní.

Tercero, por el contrario, en la niñez económicamente activa de 10 a17 años aumenta la participación de guaraní-castellano hablantes amedida que se incrementa la edad. En la niñez trabajadora total de10 años constituyen el 10,3%, pero a los 17 años conforman el 23,7%.

Cuarto, en la niñez trabajadora quienes se expresan en castellanoaumentaron también pero a un ritmo mucho menor. Pasaron de serel 14,8% en el grupo de 10 años al 20% del de 17 años. Su crecimien-to vertiginoso se da desde los 14 años, paralelo al estancamiento deguaraní-castellano parlantes. Se trataría del grupo que utiliza su idio-ma probablemente para los mejores empleos y su participación cre-ció sustantivamente en los últimos años.

En resumen, la escolarización, la socialización, el mercado laboral ysus exigencias de calificación y otros factores incidieron en los pro-cesos de cambio de la lengua hablada en el hogar a medida queaumenta la edad. Esto implica la reducción sustantiva del guaranícompensada por el aumento de quienes se expresan en guaraní-castellano o en castellano, en este orden de importancia.

11 Esta asunción obedece a queno se encuentra un cambioradical en la situación lingüís-tica nacional y resulta válidapara establecer las tenden-cias aquí registradas.

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A continuación se presentan características de la jefatura y el tipo dehogar que conforman elementos de contexto para el estudio de laniñez trabajadora. También se presentan datos sobre niños, niñas yadolescentes trabajadores aunque la mayor parte se encuentra en elanálisis detallado de la niñez trabajadora en 2004, estableciendo lostipos (o formas) de trabajo.

1. Jefatura y tipo de hogar

El estudio de la jefatura de los hogares trata de jefes o jefas dehogar de 18 y más años12, su cantidad y distribución interna, pro-medio de años de edad y promedio de años de escolaridad segúnsexo, área y niveles de pobreza. A parte de la jefatura menor a 18años, se excluye a las jefaturas de los hogares unipersonales com-puestos por una sola persona y excepcionalmente acompañados porempleado/a doméstica. Por consiguiente, la jefatura comprende ahogares nucleares completos e incompletos, extendidos y compues-tos. Se trata de 1.184.834 jefaturas de hogar.

La tipología de hogares es así:a) Hogar nuclear completo: padre y madre con o sin hijo/a/s (muy

escasa es la cantidad de hogares nucleares sin hijo/a);b) Hogar nuclear incompleto: padre o madre con hijo/a/s;c) Hogar extendido: hogar nuclear completo o incompleto al que

se agregan otros parientes; yd) Hogar compuesto: hogar extendido al que se incluye no parientes.En todos estos hogares, al igual que en el unipersonal, se puede ono contar con personal doméstico.

Se entiende hogar como el conjunto de persona o personas que se hanorganizado de forma para procurarse y prepararse alimentos u otrosartículos esenciales para vivir.

En primer lugar, tres de cada cuatro hogares tiene jefatura masculi-na. Segundo, seis de cada diez jefaturas se encuentran en la ciudad,indicando la mayoría urbana y más hogares con menos hijos/as.Tercero, las jefaturas de hogares pobres constituyen una de cadatres. Pero, si se tiene presente que cuatro de diez personas son po-bres en el país, a éstas corresponde un tercio de las jefaturas. Locual indica que los hogares pobres son más numerosos o tienen máspersonas que los no pobres.

II. Evidencias de laEncuesta Permanentede Hogares 2004

12 Se excluye a las jefaturas dehogar de personas menoresde 18 años que constituyenuna ínfima cantidad.

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34 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

El promedio de años de edad de la jefatura se presenta bastanteuniforme: 45,8 años para el total. Sin embargo, los hombres sonligeramente más jóvenes que las mujeres, probablemente debido aque éstas provienen de alguna unión anterior y forman su nuevohogar independiente a mayor edad.

Según el nivel de pobreza, lo más llamativo es que las jefaturas delos hogares no pobres tienen ligeramente mayor edad que el resto,lo cual indicaría uniones más tardías pero con mayor escolaridad,como habrá de probarse seguidamente, y de esta manera más recur-sos educativos para obtener mayores ingresos.

La educación medida a través del promedio de años de escolaridadconstituye otra característica relevante de la jefatura. En el país, elpromedio de estudio es bajo: 6,9 años; lo que apenas supera los dosprimeros ciclos de la enseñanza escolar básica. En la escolaridad seperciben nítidas asimetrías. Los jefes cuentan con un promedio deaños de estudio mayor que las jefas, lo que es explicable por lamenor escolaridad de las mujeres (6,3 años) frente a los varones (7años), especialmente en el pasado. Sin embargo, la mayor diferenciase encuentra en que la jefatura urbana (8,2 años) está cercana aduplicar a la rural (4,9 años); teniendo el promedio de años de esco-laridad más elevado del conjunto. Por último, al considerar nivelesde pobreza se encuentra la lógica y perfecta escalera de mayor ri-queza y mayor escolaridad o mayor pobreza y menor escolaridad.Los extremos están dados por 7,6 años de estudio de las jefaturasno pobres y 4,5 años de estudio de las jefaturas pobres extremas.

Otra aproximación a la jefatura es a través del tipo de hogar. Al igualque en el caso anterior, se ha excluido a los hogares unipersonales.Se anota la distribución relativa de las jefaturas por tipos de hogarsegún sexo, área y nivel de pobreza (véase el cuadro Nº 2.02).

Las jefaturas u hogares dominantes son las nucleares completas(52,3%) y las extendidas (32,3%), o el 84,6% del total. El hogar nu-clear completo es el dominante históricamente, aunque con cam-bios que indican su lenta reducción al crecer, paralelamente, loshogares nucleares incompletos con abrumadora jefatura femenina13.

Se encuentran marcadas diferencias en las jefaturas por tipo de ho-gar según sexo. Los varones presiden hogares nucleares completos(65,7%) y extendidos (28,6%); el 5,7% restante es mínimo. Las muje-res son jefas de hogares extendidos (43,3%) y nucleares incompletos(39,3%); el 17,4% remanente es pequeño. La cultura y la pobreza expli-carían las jefaturas masculinas, mientras que la pobreza y los cambiossocioeconómicos y culturales darían cuenta de las jefaturas femeninas.

13 Sobre familia, hogares y po-breza, véase el volumen edi-tado por Adepo (2004) queincluye nuestro trabajo dedi-cado a describir la evoluciónde las familias.

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Entre el área urbana y rural, la mayor desigualdad se encuentra enlos hogares nucleares. En las ciudades es menor el peso de los hoga-res nucleares completos (49,9%) en comparación al campo (55,8%).En cambio, en los hogares nucleares incompletos es al revés: la mayo-ría se encuentra en la ciudad (13,2%,) y en el campo el 9,8%. Las mayo-res posibilidades socioeconómicas y culturales de la ciudad permiten elcrecimiento de este tipo de hogar, usualmente presidido por mujeres.

Al considerar el nivel de pobreza se encuentran que la proporciónde las jefaturas son similares significando que, casi independiente-mente del nivel de pobreza o riqueza de las jefaturas, se mantieneuna común pauta de estructuras familiares. En todos los casos, másdel 50% son nucleares completas, más del 30% extendidas y más de10% nucleares incompletas.

2. Trabajo de la niñezLos datos del módulo sobre trabajo infantil permiten obtener infor-mación sobre la población de 5 a 9 años con: 1) trabajo remunera-do; y 2) trabajo no remunerado. Asimismo, el módulo pregunta si(“hacen”) trabajan en actividades domésticas, de 5 a 17 años. Porotra parte, se cuenta con la encuesta global, que comprende a lapoblación económicamente activa desde los 10 años en adelante, eindaga acerca de su situación laboral.

Al unir las bases de datos de la encuesta global y del módulo sobretrabajo infantil se cuenta con información de la niñez de 5 a 17 añosque realiza trabajo remunerado, no remunerado y doméstico.

Se anota que los registros cuentan con los siguientes criterios:

Las diferencias encontradas según grupos de edad son:En el trabajo remunerado:• para la población de 5 a 9 años el tiempo mínimo es de 1 hora,

independientemente del área de residencia.• para la población de 10 a 17 años es al menos 1 hora –por cuen-

ta propia, patrón, en una empresa no agropecuaria– en el áreaurbana, o al menos 7 horas –en su chacra o cuidado de sus ani-males– en el área rural.

En el trabajo no remunerado, se encuentran diferencias por canti-dad de horas y lapso considerado. En cuanto a cantidad de horas:• para la población de 5 a 9 años se considera un mínimo de 14

horas semanales• 10 a 17 años se considera un mínimo de 15 horas semanales,

una diferencia de 1 hora.• En cuanto a lapso de referencia, uno y otro grupo de edad tienen

en común los últimos 7 días. Pero la población de 5 a 9 añoscuenta con la particularidad de que además se incluye el criteriode los últimos 6 meses, rasgo del que carece la de 10 a 17 años.

La estacionalidad del trabajo es importante por lo que habría queidentificar los momentos clave para realizar encuestas15. Como se

14 Se encuentra en el “Manualdel encuestador- EncuestaPermanente de Hogares2004”, DGEEC. Asunción,2004.

15 Al respecto, Gómez (1997)realizó dos conteos de los tra-bajadores en situación de ca-lle de la región metropolita-na de Asunción en 1996. Enel primero, en julio, encontró3.774 personas; en el segun-do, en diciembre, halló 5.646personas, 149,6% en relaciónal anterior. La participaciónde niños/as y adolescentesen cada conteo no cambiómucho, 16% y 18,9%, respec-tivamente. Pero el incremen-to entre julio y diciembre fueclaramente diferente: 144,4%para varones y 176,8% paramujeres. Lo mismo sucede enel área rural, signada por lostiempos de cosecha.

Situación 5 a 9 años 10 a 17 años

laboral Mínimo horas x día Lapso considerado Mínimo horas x día Lapso consideradoo semana o semana

Trabajo remunerado 1 hora x día últimos 7 días Urbana: 1 x semana últimos 7 días

Rural: 7 x semana

Trabajo no 2 x día o últimos 7 días 15 x semana últimos 7 días

remunerado 14 x semana o últimos 6 meses

Trabajo doméstico 2 x día o últimos 7 días 2 x día o últimos 7 días

14 x semana 14 x semana

14

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36 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

utiliza el criterio de los últimos 7 días, se excluye el estudio deestacionalidad por contar con un solo momento en el tiempo y por-que no podríamos comparar con la población de 10 a 17 años.

Para caracterizar las actividades que realiza la niñez de 5 a 17 años,se ha optado por crear criterios excluyentes de las combinacionesentre los distintos tipos de trabajo: remunerado, no remunerado ydoméstico. Como quienes realizan trabajo doméstico y trabajo noremunerado son pocos, se decidió finalmente agrupar a todas estascategorías como trabajo doméstico.

Finalmente, se ha establecido una nueva categoría: no trabaja16,más apropiada y sin la connotación peyorativa de “nada” que agrupaa personas que no realizan ninguno de los trabajos mencionados almomento de la encuesta. Se considera que este es un aporte signifi-cativo en cuanto que permite visualizar la cantidad y proporción depersonas que no trabajan. Esta categoría también resalta a quienespueden estar en situación de riesgo al no llevar a cabo tarea algunay no asistir a la escuela, por ejemplo.

A continuación, los tipos de trabajo y no trabajo, excluyentes unosde otros, son· no trabaja;· trabajo remunerado (exclusivamente);· trabajo no remunerado (exclusivamente);· trabajo doméstico (incluye trabajo doméstico y trabajo remune-

rado; y trabajo doméstico y trabajo no remunerado).

2.1. Más de la mitad de la niñez trabaja

Lo más relevante y preocupante es que más de la mitad de la po-blación de 5 a 17 años trabaja de una u otra forma: se trata del53,2% o de 970.310 niños y niñas17.

Niñez de 5 a 17 años por tipo de trabajo, 2004

16 También es importante acla-rar que dentro del grupo que“no trabaja” de 10 a 17 añosse ha optado por considerara quienes se encuentran o noocupados, no a quienes se en-cuentran activos o no.Vale se-ñalar que aproximadamenteel 85% de quienes no traba-jan tienen entre 5 y 9 años.

En segundo lugar, dentro delgrupo de “no trabaja”, inde-pendientemente de la edad,se encuentran 192 casos depersonas que no respondie-ron y que deberían ir a otracategoría. Sin embargo, parafacilitar la consistencia con eltotal de personas de 5 a 17años (disponer de la mismacantidad de personas) se haoptado por situarlas en estacategoría (“no trabaja”) y so-bre todo porque su peso esínfimo. En relación al (sub)total de personas que no tra-bajan (854.139 personas), setrata del 0,02%, y en relaciónal total (general) de personasde 5 a 17 años (1.824.49 per-sonas) constituyen el 0,01%.

17 La fuente es la variable CATEdel Registro 02 de la encues-ta, por la que también se in-fiere quienes no trabajan (conla aclaración precedente).

En otras palabras, la principal tarea es el trabajo doméstico (TD_solo),con el 35,5%. Muy por detrás se encuentra el trabajo remunerado(TR_solo) y no remunerado (TNR_solo), con el 6% y el 6,1%, respecti-vamente. Por otra parte, no trabaja el 46,8% o 854.139 personas,con la aclaración correspondiente para la población de 10 a 17 años.

Por otra parte, para evitar una excesiva desagregación en categoríasde pequeña incidencia se ha decidido unir tres categorías: trabajodoméstico exclusivamente, el trabajo doméstico más el trabajo re-munerado (TD+TR) y trabajo doméstico más el trabajo no remunera-do (TD+TR) en una, trabajo doméstico.

Total

% Cantidad

No trabaja 46,8% 854.139

Solo trabajo remunerado 6,0% 108.569

Solo trabajo no remunerado 6,1% 110.692

Solo trabajo doméstico 35,5% 648.276

Trabajo remunerado más doméstico 2,1% 39.075

Trabajo no remunerado más doméstico 3,5% 63.698

Total 100% 1.824.449

Trabajo doméstico 41,0% 751.049

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Estas proporciones no son estrictamente comparables con las de laEncuesta Integrada de Hogares 2000/1 según el informe anterior(Céspedes, 2003), pero son muy semejantes. La población de 5 a 17años que trabajaba (2001) en cualquiera de estas formas fue de 50,9%,y es 53,2% la que actualmente (2004) trabaja. Sin embargo, se lasconsideran relativamente iguales, lo cual demuestra la solidez delos presentes resultados18.

Desde otra aproximación, considerando exclusivamente a quienestrabajan, puede decirse que de diez niñas y niños que trabajan,siete llevan a cabo actividades domésticas, que les insumen un míni-mo de 14 horas semanales, tarea no menor considerando que es el29,2% de la actividad económica “normal” asalariada de 48 horaspor semana.

La división sexual del trabajo o el género en el trabajo

Si bien más de la mitad de la niñez trabaja, las diferencias por sexoson sustantivas, y el enfoque de género permite visualizarlas nítida-mente. En primer lugar, los varones trabajan menos que las mujeresporque no trabaja el 53,8% de ellos, y el 39,4% de ellas. Segundo, lastareas que realizan unos y otras son muy diferentes. El 26,6% de loshombres realiza actividades domésticas y el 56,6% de las mujeres.En contrapartida, los trabajadores remunerados y no remuneradoscomprenden el 19,6% de los varones y apenas el 4% de las mujeres.

Niñez de 5 a 17 años por tipo de trabajo según sexo, 2004

18 En el anexo 1, Cálculo de to-das las formas de trabajo dela niñez en la EIH 2001, sedetalla la metodología utili-zada para obtener los resul-tados mencionados.

Las pautas sexistas predominantes en la división sexual del trabajoimponen en la niñez las tareas domésticas predominantemente a lasniñas por eso la cantidad de varones que hacen estas actividadesconstituye la mitad de aquellas. Por otra parte, los hombres están yaorientados para el mercado de trabajo y los ingresos remunerados,por lo cual quintuplican a las niñas, proporcionalmente.

Hombre Mujer Total

Tipo de trabajo % Cantidad % Cantidad % Cantidad

No trabaja 53,8% 503.973 39,4% 350.166 46,8% 854.139

Solo trabajo remunerado 8,9% 83.359 2,8% 25.210 6,0% 108.569

Solo trabajo no remunerado 10,7% 100.007 1,2% 10.685 6,1% 110.692

Trabajo doméstico 26,6% 248.554 56,6% 502.495 41,2% 751.049

Total 100% 935.893 100% 888.556 100% 1.824.449

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38 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Las diferencias por área o el mayor bienestar urbano

La mayor afluencia de recursos en la ciudad implica mayor bienestarsegún la mayoría de los estándares utilizados. Esta diferencia seimpone también en el trabajo de la niñez porque no trabaja el 60,9%de niñas y niños del área urbana, en comparación al 38,8% de larural, aunque el segmento de la niñez que trabaja en la ciudad lohace en condiciones, muchas veces, más precarias que en el campo.

Asimismo, en la ciudad se trabaja (36,8%) menos en actividades do-mésticas que en el campo (46,1%). Pero el área urbana (9,2%) cuentacon mayor proporción de personas en trabajo remunerado que en elárea rural (4,9%). En contraposición, el trabajo no remunerado cuen-ta con mucho menor peso en la ciudad (2,3%) en relación al campo(10,2%). Esto se debería a relaciones sociales fundadas en una eco-nomía dineraria más sólida en las ciudades.

Niñez de 5 a 17 años por tipo de trabajo según área, 2004 (Cuadro Nº 2.3)

En la ciudad por imperativos económicos, la niñez tiene trabajo re-munerado, mientras que en el campo hay más tareas domésticasfamiliares y mayor trabajo no remunerado. En otras palabras, el pre-dominio del mercado impone características propias al trabajo de laniñez por área de residencia.

La división del trabajo según grupos de edad

En las familias, la división del trabajo aparte de la orientación por elsexo, existe la incidencia de la edad. Significa que a mayor edad,mayor responsabilidad y más trabajo, como lo demuestran los gru-pos de edad estudiados.

La proporción de la niñez que no trabaja se reduce sustantivamentea medida que avanza la edad: el 75,2% del grupo de 5 a 9 años, el32,8% del de 10 a 14 años y el 21,6% del de 15 a 17 años. El 24,8%de niñas y niños de 5 a 9 años trabaja, de alguna forma; el 67,2% de10 a 14 años y el 78,4% de 15 a 17 años.

Urbana Rural Total

% Cantidad % Cantidad % Cantidad

No trabaja 54,0% 520.063 38,8% 334.076 46,8% 854.139

Solo trabajo remunerado 6,9% 66.169 4,9% 42.400 6,0% 108.569

Solo trabajo no remunerado 2,3% 22.523 10,2% 88.169 6,1% 110.692

Trabajo doméstico 36,8% 353.994 46,1% 397.055 41,2% 751.049

Total 100% 962.749 100% 861.700 100% 1.824.449

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En el grupo de 5 a 9 años casi la única tarea es el trabajo doméstico,aunque hay pequeños grupos que a esa temprana edad se orientanhacia la remuneración. De 10 a 14 años más de la mitad de la pobla-ción se dedica a actividades domésticas, y de 15 a 17 años, la mitad.Pero, en contrapartida, aumentan los trabajadores remunerados yno remunerados: del 13% para el grupo de 10 a 14 años salta al28,9% al de 15 a 17 años, más del doble en este total y más del triplepara el trabajo remunerado.

En resumen, a mayor edad, mayor inserción en el mercado laboral,con la mitad de la población en actividades domésticas y con marca-das diferencias entre los dos últimos grupos de edad, 10 a 14 y 15 a17 años. Pero la tendencia general no permite visualizar tendenciaspor sexo y edad, dos variables clave de los estudios de población,las cuales se analizan seguidamente.

Sexo y edad. Tareas para unos y otras a medida queaumenta la edad

En la familia, la división sexual del trabajo se combina con la edadestableciendo tareas diversas según estas dos variables clave. Losvarones hacen menos actividades domésticas que disminuyensustantivamente con la edad, mientras aumenta su inserción en elmercado laboral. Las niñas permanecen en las tareas domésticas,aunque también aumenta su empleo a más edad pero en muchomenor proporción que los varones (Cuadro Nº 2.5).

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40 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Como puede observarse en el gráfico19, los varones que no trabajanconforman el 80,2% del grupo de 5 a 9 años, el 42,1% del de 10 a 14años y el 27,9% del de 15 a 17 años. Por otra parte, las niñas que notrabajan constituyen el 69,9% de las 5 a 9 años, el 23,1% de las de10 a 14 años y el 14,8% de las 15 a 17 años. Esto significa que lagran diferencia entre niños y niñas se verifica en los grupos de 10 a14 años y de 15 a 17 años. La proporción de niños que no trabajanes el doble de las niñas que no trabajan porque a partir de los 10años los niños hacen muy poco trabajo doméstico.

Los niños de 5 a 9 años que trabajan en actividades domésticas sonel 17,3%, pero de 10 a 14 años alcanzan el 35,9% y de 15 a 17 añosse reducen al 26,3%. En contrapartida, las niñas se encuentran “ata-das” a las actividades domésticas. Éstas comprenden el 29,6% de lasde 5 a 9 años, el 73,1% de las de 10 a 14 años y el 74,4% de las de 15a 17 años.

En el ámbito del trabajo remunerado y del trabajo no remuneradoes clara la hegemonía o mayor actividad masculina. Los varones quetrabajan conforman el 2,5% de los de 5 a 9 años, el 22% de los de 10a 14 años y el 45,8%, de los 15 a 17 años. En el último grupo, cercade la mitad está en el mercado laboral por remuneración o luchandopor obtenerla. Paralelamente, el trabajo remunerado y no remune-rado femenino corresponde al 0,5% de 5 a 9 años, el 3,9% de 10 a 14años y el 10,8% de 15 a 17 años. En este último grupo, las mujerestienen aproximadamente un cuarto de la proporción de trabajo re-munerado y no remunerado de los varones, pero los triplican en eldoméstico. En otras palabras, las mujeres “permanecen” en la casaen las actividades domésticas, aunque un pequeño sector se encuen-tre en el mercado laboral.

Tareas por área de residencia y edad

El área de residencia impone diferencias según edades, pero conmenor incidencia que el sexo. Las diferencias clave se encuentranen el menor peso de los no trabajadores y mayor peso del trabajodoméstico y el no remunerado en el área rural (Cuadro Nº 2.5). Estoúltimo se debería al menor desarrollo de la economía dineraria y elempleo. En la ciudad se trabaja menos y existe menor actividad do-méstica proporcionalmente que en el área rural, aunque la pobrezamás aguda se encuentra en el área urbana en la niñez económica-mente activa.

19 Nótese que no se trata deuna distribución porcen-tual. Por esta razón, lasbarras nunca suman 100%,sino que muestran la dis-tribución de la categoría ocolumna (por ejemplo, enla primera: porcentaje dehombres que no trabajande 5 a 9, de 10 a 14 y de15 a 17 años).

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El gráfico20 indica, entre quienes no trabajan, mayores ventajas parala niñez urbana a medida que aumenta la edad. Entre los 5 y 9 añosno trabaja el 79,6% de la urbana y el 70,3% de la rural, pero entre lade 10 a 14 años casi se duplica la asimetría, del 42,3% al 22,7%,respectivamente. La diferencia clave está en el grupo de edad de 15a 17 años, con el 30,5% de niñez urbana que no trabaja, en compa-ración con solo el 10,2% de la rural.

También en las tareas domésticas existe “cierta ventaja” para el áreaurbana. El peso del trabajo doméstico es mayor en el espacio rural.Lleva a cabo actividades domésticas en el área urbana el 19,2% de laniñez de 5 a 9 años, el 48,6% del grupo de 10 a 14 años y el 46,6%del de 15 a 17 años. En cambio, para la niñez rural se trata del27,8%, el 60% y el 53,3%, respectivamente. Esto significa más tra-bajo en el área rural en todas las edades en cuanto a trabajodoméstico.

En contrapartida, el trabajo remunerado y no remunerado constitu-ye para la niñez de 5 a 9 años el 1,2% en las ciudades y el 1,9% en elcampo, pero para la de 10 a 14 años, el 9,1% en el área urbana y el17,3% en la rural, y para la de 15 a 17 años, el 22,9% en las ciudadesy el 35,6% en el campo. Pero la real diferencia a partir de los 10 añosse explica por el trabajo no remunerado, más típico del área ruralque de la urbana. Efectivamente, el trabajo no remunerado de 10 a14 años en el sector urbano es del 2,9 %, y en el rural es del 12,8%,y el no remunerado de 15 a 17 años en las ciudades es del 4,2% y enel campo del 21,5%. Concretamente, el trabajo no remunerado rurales cuatro veces más que el urbano en 10 a 14 años y cinco veces en15 a 17 años. Por otra parte, en el trabajo remunerado no existemayor diferencia.

2.2. Los tipos de trabajo y la asistencia o no a unainstitución educativa

El trabajo de la niñez impacta en su asistencia o no a una institucióneducativa de enseñanza formal. De partida, se registra unainasistencia a la escuela del 14,5% o 265.405 niñas y niños. Una decada siete personas de 5 a 17 años del total (1.824.449) no asistea una institución educativa, proporción significativa y que se agravasegún área y edad más que por sexo, como se verá más adelante21.

Niñez de 5 a 17 años por asistencia o no a institución educativa según tipo de trabajo, 2004

20 Recuérdese que no se tratade una distribución porcen-tual; razón para que las ba-rras no sumen 100% sino quemuestren la distribución dela categoría o columna (porejemplo, en la primera: por-centaje de niñas y niños ur-banos que no trabajan).

21 Actualmente, el niño o niña alos 5 años debe estar en elpre-escolar y a los 6 en el pri-mer grado.

La segunda cuestión relevante es que, independientemente de lacantidad de personas, a mayor inserción laboral, mayorinasistencia escolar. Efectivamente, no asiste a la escuela el 36,1%de quienes solo hacen trabajo remunerado, el 27,2% de quienes sededican exclusivamente al no remunerado y el 12,5% de quienesrealizan actividades domésticas.

Tercero, también debe anotarse que el 11,9% de quienes no traba-jan tampoco asisten a una institución. Se trata de 102.060 niñas yniños. De esta cantidad, el 74,8% tiene 5 o 6 años. En este caso, para

Asiste No asiste Total

% Cantidad % Cantidad % Cantidad

No trabaja 88,1% 752.079 11,9% 102.060 100% 854.139

Solo trabajo remunerado 63,9% 69.348 36,1% 39.221 100% 108.569

Solo trabajo no remunerado 72,8% 80.533 27,2% 30.159 100% 110.692

Trabajo doméstico 87,5% 657.084 12,5% 93.965 100% 751.049

Total 85,5% 1.559.044 14,5% 265.405 100% 1.824.449

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42 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

la niñez de 5 y 6 años razones de pobreza más que culturales seríandeterminantes en la inasistencia a la escuela.

Asistencia o no a la escuela por sexo

La proporción total (%) de niños y niñas que no asisten a una institu-ción educativa es casi igual, lo que también podría leerse como “equi-dad” de género, pero existen diferencias según las actividades quellevan a cabo debido a los patrones sexistas en cuanto a los tipos detrabajo que llevan a cabo unos y otras (véase el cuadro Nº 2.7).

Si bien el 14,9% de los varones y el 14,2% de lasmujeres no asisten aclases de la niñez de 5 a 17 años (o 139.098 niños y 126.307 niñas),la mayor diferencia se encuentra entre quienes solamente hacen tra-bajo remunerado porque la inasistencia educativa comprende al32,4% de los hombres y al 48,4% de las mujeres, o sea uno de cadatres varones y una de cada dos mujeres sin escuela.

Entonces, puede asumirse, por una parte, que las condiciones labo-rales del trabajo remunerado de las niñas son peores que las de loshombres y, por otra, que el trabajo remunerado resulta directamen-te nocivo en cuanto que excluye de la educación. Esto último refuerzala presunción de que el trabajo remunerado o la integración másplena al mercado laboral reduce las probabilidades educativas.

En el mismo sentido, los varones en el trabajo no remunerado asis-ten menos a clases que las niñas. Para ellos resulta en el 27,8% encomparación al 21,8% de las mujeres. Mientras que, por el contrario,

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43Roberto L. Céspedes R.

el trabajo doméstico influye excluyendo de la escuela al 8,4% de losniños y al 14,6% de las niñas, demostrando que la mayor incidenciadel trabajo doméstico en éstas tiene a su vez efectos negativos.

Entonces…· a mayor integración al mercado de trabajo, menos asistencia

educativa, esto es trabajo remunerado.· los varones son más excluidos de la asistencia a la institución

educativa en el caso del trabajo no remunerado.· las niñas son excluidas debido al trabajo remunerado y al traba-

jo doméstico.

Asistencia o no a la escuela por área

La inasistencia a una institución educativa según el tipo de trabajode la niñez se ve influenciada significativamente por el área de resi-dencia, tanto en el promedio total como en todas las categorías (Cua-dro Nº 2.7). Esto resulta diferente al cuadro por sexo, donde en elpromedio total no se halla diferencia significativa sino en las algu-nas categorías (trabajo remunerado y no remunerado).

En primer lugar, no asiste a clases el 9,6% de niños y niñas del áreaurbana y el 20,1% del área rural (o 92.356 personas de ciudades y173.049 del campo), o sea el doble. También existen desigualdadessustantivas según los tipos de trabajo.

La mayor desigualdad se encuentra entre quienes no asisten y hacentrabajo no remunerado en la ciudad (13,7%) y en el campo (30,7%);el 17% de la diferencia entre las áreas. En segundo lugar, las distan-cias según área y siempre en desmedro de la rural en los otros tiposde trabajo son menores y en escalera: el 11,5% en trabajo domésti-co, el 10,3% en remunerado y el 8,3% entre los que no trabajan.Entonces, la exclusión educativa es elevada, particularmente paraquienes cuentan con solamente trabajo remunerado o solamente noremunerado y residen en el área rural.

En resumen, la inasistencia escolar está más influenciada por el áreaque por el sexo a nivel general. Asimismo, solo en el trabajo remu-nerado es fuerte la inasistencia según sexo, mientras que por áreaes desigual en todos los casos y especialmente en el remunerado.En todos los casos, las personas más excluidas de la escuela sonlas niñas y quienes viven en el campo.

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Asistencia o no a la escuela por grupos de edad

En general, a mayor edad, mayor inasistencia a la escuela, inde-pendientemente del tipo de trabajo. La excepción está dada porquienes no trabajan y que cuantitativamente son casi la mitad, einciden en el total general. La mayor inasistencia en la niñez de 5 a9 años se explica por la exclusión educativa de la niñez de 5 y 6años. A mayor edad, mayor presión por la incorporación al mercadolaboral tanto en trabajo remunerado o no remunerado y, en últimainstancia, hasta trabajo doméstico con su correspondiente exclu-sión mayor de la educación (Cuadro Nº 2.8).

No asiste a clases en el momento de la encuesta el 12,6% del grupode 5 a 9 años, el 8,2% de 10 a 14 años y el 29,7% de adolescentesde 15 a 17 años. O sea, una persona de cada ocho de 5 a 9 años22,una de cada diez de 10 a 14 años y tres de cada diez de 15 a 17años.

Por otra parte, la dedicación exclusiva al trabajo remunerado y al noremunerado implica, inequívocamente, exclusión educativa que au-menta con la edad. De quienes hacen solamente trabajo remunera-do, 15,4% en el grupo de 5 a 9 años no asiste a clases; 26,8% en elde 10 a 14 años, y 42,3% en el de 15 a 17 años. De quienes sola-mente se dedican al trabajo no remunerado y se encuentran fueradel sistema educativo son el 8,2%, el 16,6% y el 43,5% en esos mis-mos grupos de edades. Se trata de una “escalera” de tramos irregu-lares. Lo más relevante es que en la población de 15 a 17 años, másde cuatro de cada diez niños y niñas no asisten a clases porque sededican exclusivamente al trabajo remunerado o no remunerado, osea 28.491 y 20.235 personas, respectivamente.

Finalmente, también el trabajo doméstico excluye pero en muchomenor medida, ya que no asiste a clases debido a estas actividadesel 5,5% de niños y niñas de 5 a 9 años; el 7,7% de 10 a 14 años peroel 28,2% de 15 a 17 años. En este último caso es importante el pesode las niñas, como se anotó previamente.

22 En el primer grupo, la exclu-sión se tiene fundamental-mente en niños y niñas de 5 y6 años, que conforman76.333 o el 85,4% de las89.352 personas que no asis-ten a clases, presentando in-greso tardío y probablemen-te sin preescolar para la ma-yoría de las personas de esasedades.

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2.3. Razones de inasistencia a la institución educativa

El orden de las razones de la exclusión educativa en niñez de 5 a 17años, de mayor a menor es: razones económicas23, no tiene edad yno quiere estudiar más. Estas tres razones comprenden el 72,4% delas respuestas. Al incluirse los problemas del centro educativo24 ylos motivos familiares alcanza el 93,3%. Con otras razones25, o el6,9%, se alcanza a la totalidad (100%).

23 Se ha agrupado como razo-nes económicas a: 1) sin re-cursos; 2) necesita trabajo; 3)hace tareas del hogar; y 4)muy costosos materiales ymatrícula. La tercera catego-ría que puede pensarse comoútil para el análisis de géne-ro se ha excluido tanto porsu limitado peso como por laínfima diferencia entre niñosy niñas.

24 Problemas en el centro edu-cativo se compone de: 1) noexiste institución cerca; 2) lainstitución cercana es de bajacalidad; 3) el centro educati-vo cerró; 4) docente no asis-te regularmente; 5) no ofre-ce escolaridad completa; y 6)requiere educación especial.

25 Otras razones comprende a1) terminó los estudios; 2)por enfermedad; 3) asiste ainstitución de enseñanza noformal; 4) servicio militar; y5) otras razones.

Las razones económicas son hegemónicas, afectando al 37,1% o98.348 personas. En segunda instancia, se encuentra como razón ano tiene edad, que alcanza el 22,2% o 58.880 personas, pero éstasólo se aplica casi exclusivamente al grupo de 5 a 9 años según ladesagregación por grupos de edad.

No quiere estudiar (más) es la tercera razón o el 13,1% de la pobla-ción equivalente a 34.703 personas. La escasa pertinencia de losprogramas educativos para la realidad cotidiana de niños y niñassuele considerarse como uno de los factores clave en la explicaciónde esta razón.

Tanto los problemas en el centro educativo como los motivos fami-liares constituyen otros factores de importancia en la explicación dela inasistencia a clases, siendo el 11,8% o 31.193 personas y el 9,1%o 24.093 niños y niñas, respectivamente. Por último, otras razonessignifican el 6,9%.

Razones de género en la inasistencia educativa

La perspectiva de género permite visualizar razones diferenciadasen la inasistencia educativa. Las niñas se ven influenciadas más quelos varones por los motivos familiares y problemas en el centro edu-cativo, mientras que ocurre lo opuesto en el caso de la falta de edad.Las tareas domésticas y la lejanía del centro educativo inciden másen las niñas, mientras que, razones culturales y hasta económicas,influirían en retrasar la entrada de los niños más de las niñas en elsistema educativo. (cuadro Nº 2.9).

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El lugar de residencia en las razones de inasistenciaeducativa

Anteriormente ya se registró que la inasistencia educativa urbana(9,6%) es la mitad de la rural (20,1%). Entre las razones de inasistenciano se encuentran variaciones grandes y las que pesan son los pro-blemas del centro educativo, no tener edad para la escuela y noquerer estudiar, en orden decreciente. La primera de las razonestiene mayor peso en el área rural mientras que las otras dos en laurbana, contrariamente a lo que podría esperarse (Cuadro Nº 2.10).Podría deberse a causas diferentes: en el área rural más por razonesculturales, mientras que en la urbana más por razones económicas,aunque no asumidas o porque el segmento excluido es muy pobre.

Los grupos de edad entre las razones de lainasistencia educativa

Para quienes cuentan con 5 a 9 años el mayor factor excluyente es elno tener edad para ir a la escuela, para el grupo de 10 años enadelante son las razones económicas y el no querer estudiar, espe-cialmente para adolescentes de 15 a 17 años.

El no tener edad para ir a la escuela es razón exclusiva del grupo de5 a 9 años y alcanza el 65,9% de las razones de la inasistencia eneste grupo de edad, a lo cual debe agregarse el 10,9% de razoneseconómicas y el 8,4% de problemas en el centro educativo.

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Los grupos de 10 a 14 años y de 15 a 17 años son más comparablesal excluirse el no tener edad para asistir a la institución educativa.Las razones económicas constituyen el 54,9% y el 48,1%, respectiva-mente. La mayor diferencia está en no querer estudiar, que com-prende al 12,9% de las personas de 10 a 14 años y al 21,7% para lasde 15 a 17 años. El trabajo y la mayor autonomía juvenil permitiríaque dos de cada diez adolescentes expongan este motivo para suexclusión del sistema educativo. Estos dos factores conforman el67,8% de las razones de 10 a 14 años y el 69,8% de las de 15 a 17años.

Los tipos de trabajo y las razones de la inasistenciaeducativa

Los distintos tipos de trabajo influyen en las razones de inasistenciaa la institución educativa en distinta forma, con una clara diferencia-ción entre quienes no trabajan y quienes trabajan de una u otra for-ma. Entre estos últimos se hallan características más similares entreaquellas personas dedicadas exclusivamente al trabajo remuneradoo al no remunerado, en comparación al doméstico (Cuadro Nº 2.12).Para quienes no trabajan, el problema sustantivo es no tener edadpara ir a la escuela, con el 53,5% de las razones, o las razones eco-nómicas, con el 15,8%, y los problemas en el centro educativo, conel 10,7%.

Para quienes trabajan de una u otra forma la razón fundamental deexclusión educativa es el problema económico seguido de no quererestudiar más. Estas dos razones constituyen el 82,3% de quienes sededican exclusivamente al trabajo remunerado, el 76% del no remu-nerado y el 59,4% del doméstico. En el caso de incluir a los proble-mas con el centro educativo, se hace más visible la diferencia entretrabajo remunerado y no remunerado versus doméstico. Compren-de al 89,8% de las razones de trabajo remunerado; 87,8% del noremunerado y el 74% del doméstico.

Vale ahora analizar el factor económico como excluyente de la asis-tencia a clases según la tarea que se realice. Las razones económicasde inasistencia escolar comprenden al 61,7% de quienes se dedicanexclusivamente al trabajo remunerado; el 53,2% al no remunerado y44,6% al doméstico. Se trata de elevadas proporciones que aumen-tan en la medida que se insertan con mayor intensidad en el merca-do laboral.

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Esto cuestiona el razonamiento de que el trabajo permite el estudio.Por el contrario, quienes más comprometidos están con el trabajo,menos asisten a la escuela por razones económicas. En otras pala-bras, lo que ganan les es insuficiente para permanecer en el sis-tema educativo.

Resumiendo, el factor económico como excluyente del sistema edu-cativo es dominante en todas las personas de 5 a 17 años, a excep-ción de quienes no trabajan. Entre quienes trabajan su incidenciaaumenta a medida que se integran más al mercado laboral, lo cualcuestiona la afirmación de que se puede estudiar porque se trabajay no se estudia porque no se trabaja. El no querer estudiar incideentre quienes realizan trabajo remunerado o no remunerado másque entre quienes se dedican al doméstico. La división entre estasdos categorías se afirma a medida que se agregan otras razones.

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III. Módulo sobretrabajo infantil:tres tipos de trabajo

1. Trabajo remunerado exclusivamente

Del total de personas de 5 a 17 años, 108.569 realizan exclusiva-mente trabajo remunerado y constituyen el 6% de ese total, casi elmismo porcentaje de quienes se encuentran exclusivamente en eltrabajo no remunerado, el 6,1%. De aquella cantidad, el 76,8% sonvarones, el 60,9% trabaja en las ciudades y el 62% cuenta con 15 a17 años. Por consiguiente, predominan trabajadores masculinos, delas ciudades y de 15 a 17 años. También, de la población total de 5a 17 años, debe agregarse que el 46,8% no trabaja y el 41,2% seencuentra en el trabajo doméstico.

1.1. Ocupación principal

La ocupación principal se presenta tanto en esta sección como en lacorrespondiente a trabajo infantil peligroso, en el siguiente capítu-lo. Este apartado ofrece dos formas de aproximación: como ocupa-ción principal26 agregada27 y como ocupación principal según ramade actividad28 en la niñez de 5 a 17 años.

De las siete ocupaciones, cuatro constituyen casi la totalidad (96,3%)y una sola más de la mitad, evidenciando la alta concentración de laniñez en determinadas ocupaciones. Las personas en trabajos nocalificados son el 60,0%; en la agricultura, trabajo agropecuario ypesquero son el 13,2%; quienes trabajan como oficiales, operarios yartesanos son el 13,1%; y en servicios y venta en comercios y merca-dos son el 10,0%.

La ocupación es el tipo de trabajo que realiza la persona empleadadefinido por el conjunto de tareas y responsabilidades que se asignana la persona o que la misma realiza.

Las diferencias mayores, comparando las cuatro categorías mencio-nadas, se encuentran por sexo y área antes que por nivel de pobre-za. De los varones, siete de cada diez se encuentra entre los trabaja-dores no calificados y en las tareas agropecuarias. En cambio, de lasmujeres, esta misma proporción es de solamente quienes hacen tra-bajos no calificados. A esto debe agregarse su condición de trabaja-doras de servicios y vendedoras de comercios y mercados, con locual constituyen nueve de cada diez.

26 La expresión principal es unaherencia del análisis de laspersonas de 10 y más añoscuyas actividades en la PEAincluyen actividades en laocupación principal, o a laque más tiempo dedica, y sifuese procedente la ocupa-ción secundaria, o la que lesigue en importancia segúnel mismo criterio. En el casode la niñez de 5 a 9 años so-lamente se ha registrado laocupación principal, en la 10a 17 años se dispone de am-bas. Para facilitar el estudio,se ha analizado exclusiva-mente la ocupación principalde la población de 5 a 17años.

27 No se puede llevar a cabo elanálisis desagregado por limi-taciones de la muestra.

28 Debería presentarse este aná-lisis en otro apartado. Pero,como todo el análisis se cen-tra en la ocupación principalse ha optado por incluir tam-bién a las referencias sobrerama de actividad económi-ca que, como se verá, corres-ponde exclusivamente a laniñez de 10 a 17 años.

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Entre las ciudades y el campo, además de la común y dominanteinfluencia del trabajo no calificado, la diferencia se halla en oficia-les, operarios y artesanos con trabajadores de servicios y vendedo-res en la ciudad (32,4%) en comparación a quienes se dedican altrabajo en la agricultura y el agropecuario (25,1%) del área rural.

Al contrario de lo cabría esperar, no existen mayores diferencias enel trabajo remunerado según nivel de pobreza, lo cual indicaría quelas opciones de empleo son muy limitadas: las cuatro categorías(agregadas) apuntadas.

El análisis por ramas de actividad presenta otro enfoque. Hay querecordar que es exclusivamente la niñez de 10 a 17 años porque nose preguntó acerca de esta clasificación a la de 5 a 9 años. Pero, eltotal de quienes hacen trabajo remunerado que las incluye (2.689personas de 5 a 9 años) y que representan el 2,5%, con ínfima inci-dencia en el total. La niñez dedicada al trabajo remunerado ya pre-senta características semejantes a la población económicamente ac-tiva total, a diferencia de aquella en el trabajo no remunerado. En ladedicada al trabajo remunerado, el 27,9% trabaja en el comercio,restaurantes y hoteles, y el 26,5% en servicios comunales, sociales ypersonales. Por otra parte, en la dedicada al trabajo no remuneradoel 23,4% se encuentra en el sector primario y el 13,5% en la industriamanufacturera.

Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en trabajo remunerado por sexo, área y niveles de

pobreza según ocupación principal (agrupada): cantidad y distribución porcentual, 2004

Hombre Mujer Urbana Rural Total %

Trabajadores no calificados 56,3% 72,1% 59,3% 61,1% 65.139 60,0%

Agricultores y trabajadores agropecuarios y pesqueros 16,2% 3,5% 5,6% 25,1% 14.356 13,2%

Oficiales, operarios y artesanos 16,2% 3,0% 15,3% 9,7% 14.274 13,1%

Trabajadores de servicios y vendedores

de comercios y mercaderías 7,2% 19,2% 15,3% 1,6% 10.829 10,0%

Empleados de oficina 2,3% 1,5% 3,3% 0,2% 2.285 2,1%

Operadores de instalaciones y máquinas y montadores 1,5% 0% 0,6% 2,0% 1.263 1,2%

Técnicos y profesionales de nivel medio 0,3% 0,6% 0,5% 0,3% 423 0,4%

Total 83.359 25.210 66.169 42.400 108.569 100%

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La desagregación de la niñez de 5 a 17 años en trabajo remuneradopor ramas de actividad según sexo es aún mayor que por área deresidencia. Los varones se diversifican más que las mujeres. Tres decada diez niños trabajan o en la agricultura o en el comercio, mien-tras que siete de cada diez niñas están en los servicios y dos de diezen el comercio. En otras palabras, los varones se encuentran entreel sector terciario y primario, mientras que las mujeres estánconcentradas en el terciario.

En el caso de campo y ciudad, la mayor diferencia radica en la agricul-tura y en el comercio. En el área urbana solo el 8,3% trabaja en laagricultura, en comparación al 46,3% de la rural. En contrapartida, el39,0% de la niñez urbana se dedica al comercio y solo el 10,8% de larural.

Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en trabajo remunerado por sexo, área y nivel de

pobreza según ramas de actividad, 2004 (Cuadro Nº 3.1.12.)

Hombre Mujer Urbano Rural Total

Cantidad % Cantidad % Cantidad % Cantidad % Cantidad %

Agricultura, ganadería,

caza y pesca 24.086 97,9% 514 2,1% 5.313 21,6% 19.287 78,4% 24.600 100%

Minas y canteras 221 100% 0 0% 0 0% 221 100% 221 100%

Industrias manufactureras 13.047 91,3% 1.240 8,7% 9.548 66,8% 4.739 33,2% 14.287 100%

Electricidad, gas y agua 88 100% 0 0% 0 0% 88 100% 88 100%

Construcción 4.021 100% 0 0% 3.581 89,1% 440 10,9% 4.021 100%

Comercio, restaurantes

y hoteles 24.878 84,3% 4.633 15,7% 25.013 84,8% 4.498 15,2% 29.511 100%

Transporte, almacenamiento

y comunicaciones 3.638 87,6% 515 12,4% 2.503 60,3% 1.650 39,7% 4.153 100%

Finanzas, seguros, inmuebles 670 73,1% 247 26,9% 917 100% 0 0% 917 100%

Servicios comunales,

sociales y personales 10.424 37,1% 17.658 62,9% 17.323 61,7% 10.759 38,3% 28.082 100%

Total 81.073 76,6% 24.807 23,4% 64.198 60,6% 41.682 39,4% 105.880 100%

Agricult., ganadería,

caza y pesca 16.551 67,3% 3.898 15,8% 8.049 32,7% 4.151 16,9% 24.600 100%

Minas y canteras 0 0% 0 0% 221 100% 221 100% 221 100%

Industrias manufactureras 8.575 60% 4.253 29,8% 5.712 40% 1.459 10,2% 14.287 100%

Electricidad, gas y agua 0 0% 88 100% 88 100% 0 0% 88 100%

Construcción 2.545 63,3% 703 17,5% 1.476 36,7% 773 19,2% 4.021 100%

Comercio, rest.y hoteles 16.390 55,5% 8.718 29,5% 13.121 44,5% 4.403 14,9% 29.511 100%

Transporte, almac.

y comunicaciones 1.807 43,5% 2.157 51,9% 2.346 56,5% 189 4,6% 4.153 100%

Finanzas, seguros, inmuebles 667 72,7% 175 19,1% 250 27,3% 75 8,2% 917 100%

Servicios comunales,

sociales y personales 20.106 71,6% 3.500 12,5% 7.976 28,4% 4.476 15,9% 28.082 100%

Total 66.641 62,9% 23.492 22,2% 39.239 37,1% 15.747 14,9% 105.880 100%

No pobre Pobre no exremo Pobre Pobre exremo Total

Cant. % Cant. % Cant. % Cant. % Cant. %

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Las diferencias según niveles de pobreza presentan líneas irregula-res y hasta inesperadas porque en todos los casos existe una distri-bución semejante de actividades entre niñez no pobre y niñez pobreextrema, como puede observarse en el gráfico siguiente. Por estarazón, se encuentra una lógica entre niveles de pobreza: pobre noextremo, pobre y pobre extremo. Por una parte, a mayor pobreza,aumenta la niñez dedicada a los servicios y la agricultura; y disminu-ye la dedicada al comercio y a las industrias. Podría establecersecomo hipótesis exploratoria que: a) actividades de menor califica-ción y/o retribución son los servicios y la agricultura, y éstas aumen-tan con la pobreza, mientras que b) las actividades de mayor califi-cación y/o retribución son el comercio y las industrias, y éstas dis-minuyen con la pobreza.

1.2. En la casa o fuera de casa

La pregunta acerca de si niñas y niños de 5 a 9 años realizan eltrabajo en la casa o fuera de ella buscaba conocer niveles de proba-ble protección, mayores en la casa que en la calle. Toda persona quese encuentra en el trabajo remunerado lo hace fuera de la casa, locual representa una situación de probable mayor vulnerabilidad (Cua-dro Nº 3.1.2).

1.3. Frecuencia de la ocupación principal

La frecuencia del trabajo en la ocupación principal, para niñas y ni-ños de 5 a 9 años, es medida por dos criterios: permanente en can-tidad de días a la semana o temporal-ocasional en el caso de laestacionalidad. En el caso de actividades permanentes se divide en-tre quienes trabajan semanalmente de 1 a 5 días y quienes lo hacende 6 a 7 días.

En primer lugar, casi todos los niños y niñas trabajan permanente-mente, nueve de cada diez; el trabajo temporal u ocasional es laexcepción, afectando a uno de cada diez. Dentro del trabajo perma-nente, la proporción que trabajan de 1 a 5 días por semana duplicaa la de 6 a 7 días por semana: son seis y tres cada diez niños y niñas,respectivamente. Un segmento de alta vulnerabilidad es el de estegrupo de edad, que trabaja todos los días de la semana.

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Nota: “Varios” comprende temporal y ocasional.

Según la división por sexo, los varones (64,7%) trabajan básicamen-te de 1 a 5 días a la semana, mientras que las mujeres (71,2%) lohacen casi toda la semana (6 a 7 días). En el área urbana la mayoría(68,8%) trabaja 1 a 5 días mientras en la rural la mayoría (66,9%)trabaja más de 6 días.

Entre no pobres y pobres el punto de partida común es que seis decada diez personas trabajan entre 1 y 5 días a la semana en ambascategorías. La diferencia existente es la ausencia de trabajo tempo-ral u ocasional para no pobres y que constituye un décimo de lospobres, aquellos con algún tiempo de empleo permanente, mientrasque éstos con lapsos de desempleo que son suplidos por trabajotemporal u ocasional.

En otras palabras, las mujeres y la niñez rural se encuentran enpeores condiciones de calidad de vida, teniendo presente que sutrabajo principal significa 6 o 7 días a la semana.

1.4. Horas trabajadas en la ocupación principal

Se ha optado por calcular el promedio de horas trabajadas en laocupación principal para la niñez de 5 a 17 años. El promedio gene-ral presenta diferencias por sexo, grupos de edad y condición depobreza (no pobre versus niveles de pobreza). Se trata de 38,8 ho-ras trabajadas en promedio semanalmente, el 80,8% de una jornadanormal adulta. Esto significa una gran cantidad de tiempo dedicadoal trabajo (Cuadro Nº 3.1.4).

Los varones trabajan en promedio 37,2 horas, menos horas que lasmujeres con 44,1 horas y puede ser explicado por las niñas connecesidades imperativas, que realizan casi cualquier tipo de trabajoy todo el tiempo. A medida que aumenta la edad, aumentan las ho-ras de trabajo. Son 21,9 horas para la niñez de 5 a 9 años, 34 horaspara la de 10 a 14 años y 42,2 horas para la de 15 a 17 años (87,9%de una jornada adulta).

Por último, los no pobres trabajan 41,2 horas semanales, en prome-dio más horas que cualquiera en situación de pobreza con 34,9 ho-ras. En este caso se trataría de oportunidades de empleo de las quecarecen las personas en algún nivel de pobreza.

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1.5. Momento del día trabajado

Conociendo que todas las niñas y niños de 5 a 9 años en el trabajoremunerado lo hacen fuera de la casa, al indagar acerca del momen-to del día trabajado se registrarían mayores niveles de vulnerabili-dad en la niñez que trabaja a la tarde y noche que otra con las maña-nas ocupadas.

La mitad de la niñez de 5 a 9 años (49,3%) trabaja a la tarde; y uncuarto (26,7%) a la mañana y tarde. El segmento restante lo hace ala mañana (21,5%) o a la tarde y noche (2,5%). La mayor preocupa-ción despierta la niñez que trabaja mañana y tarde por su reducidotiempo dedicado al estudio y con escasísimo margen para la recrea-ción (Cuadro Nº 3.1.5).

Sexo, área y condición de pobreza imponen énfasis distintos en losmomentos trabajados durante el día. Ocho de diez varones trabajana la tarde o mañana y tarde, mientras que todas las mujeres lohacen a la mañana o a la mañana y tarde. Esto podría leerse comomayor protección a la niña. Nuevamente, al igual que con el prome-dio de horas trabajadas semanalmente, las niñas se encuentran enmayor desventaja, pues el 51,4% trabaja mañana y tarde, en compa-ración al 22,3% de los varones.

Según área de residencia, la mayor diferencia en la niñez consiste enseis de diez niñas y niños en trabajo remunerado, que lo hacen a latarde en las ciudades, y esa misma proporción lo hace a la mañanay tarde en el campo. Otra vez la niñez rural se encuentra en peorescondiciones para la escolarización, por ejemplo, dada la alta propor-ción en trabajo a la mañana y tarde, el 57,7% en comparación al15,4% en las ciudades.

La condición de pobreza es muy importante en cuanto que toda laniñez no pobre trabaja a la mañana o a la tarde, mientras que laniñez pobre trabaja a la tarde (50,6%) o mañana y tarde (30,5%).Esto significa pobreza con mayor tiempo dedicado al trabajo y resta-do al estudio y a la recreación.

Toda la niñez de 5 a 9 años en trabajo remunerado lo hace fuera dela casa y se dispone la frecuencia de trabajo y el momento del día enque lo hace. A continuación se analiza el momento de la jornadalaboral en quienes tienen mayor frecuencia de días trabajados (Cua-dro Nº 3.1.5.1).

Nota: se excluyó temporal y ocasional y se incluyó solamente a quienes lo hacen entre 1 y 5 días por semana y entre 6 y 7

días por semana porque constituyen el 59,3% y el 30,4%, respectivamente, o nueve de cada diez.

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De la niñez que ya tiene una significativa carga laboral con 1 a 5 díaslaborales por semana, dos de cada tres lo hace por la tarde, y conéstos y quienes asisten a la mañana se llega a nueve de cada diezniñas y niños.

Por otra parte, de la niñez con una aún más nociva carga horaria, de6 a 7 días por semana, la mitad trabaja mañana y tarde: quienesmás tiempo trabajan ocupan casi todo el día en el trabajo. La otramitad lo hace a la tarde o a la mañana, en este orden.

Lo más relevante de este análisis resultó que la mitad de la niñezde 5 a 9 años en trabajo remunerado exclusivamente, que traba-ja prácticamente toda la semana también lo hace prácticamentetodo el día, o mañana y tarde. Esto implica una condición de muyalta vulnerabilidad porque en todos los casos lo hace fuera de lacasa y con la semicerteza de exclusión educativa.

1.6. Trabajo acompañado de persona adulta

Esta pregunta es parte de un conjunto de indicadores que se asumeson de protección. La mitad de la niñez de 5 a 9 años trabaja acom-pañada de persona adulta y la otra mitad lo hace sola (Cuadro Nº3.1.6).

Se hallan importantes diferencias por sexo, área y condición de po-breza, que son favorables a los varones, al sector urbano y a lospobres. Los niños están más protegidos que las niñas porque traba-jan acompañados de personas adultas, el 53,7% en relación al 28,8%de las niñas. Aquí impacta el 71,2% de las niñas trabajando solas.

Las niñas y niños urbanos cuentan con mayor atención que los delcampo. Trabajan acompañados el 58,9% y el 25,3%, respectivamen-te. Por último, el 39% de no pobres trabaja acompañado versus el51,5% de pobres. Esto se explicaría por el trabajo varonil rural en lafinca familiar.

1.7. Promedio de edad de inicio en el trabajo

Se ha optado por registrar el promedio de edad de inicio en el traba-jo, dado que no se pueden establecer parámetros a partir de lasedades simples (Cuadro Nº 3.1.7). Independientemente de sexo, áreay condición de pobreza, la niñez en general se inicia en el trabajoremunerado exclusivamente poco antes de cumplir los 8 añosde edad, específicamente 7,6 años.

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56 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

1.8. Razón de trabajar

Las tres últimas preguntas de la sección dedicada a la niñez en eltrabajo remunerado comprenden nuevamente a la niñez de 5 a 17años y solamente contestan por sí mismos los y las adolescentes de15 a 17 años. Con el objetivo de intervenir adecuadamente –pormedio de políticas sociales– se ha preguntado la razón de su trabajo.

Si se consideran razones altruistas al pago de los gastos de la casa(“Para ayudar con los gastos de la casa”) o al pago de sus estudios(“Para pagar o ayudar a pagar sus estudios”), con el 38,1% y el 21,8%,respectivamente, seis de cada diez niñas y niños trabajan por estasrazones. En segundo término, uno de cada cuatro, o el 25,4%, lohace “para tener su propia plata”. A esto podría agregarse que el3,7% trabaja “para tener un oficio desde joven”. Finalmente, menosdel décimo, o el 8,3%, trabaja “por gusto”. En resumen, seis de diezlo hacen por razones altruistas y tres de diez para obtener sus pro-pios recursos o en vistas al mercado laboral, preparándose, y uno dediez “por gusto”.

Niñez de 5 a 17 años en trabajo remunerado por razones de trabajo según sexo, área,

grupos de edad y niveles de pobreza, 2004

Estas razones generales, sin embargo, tienen pesos significativamentedistintos según grupos de edad y nivel de pobreza, y con menorrelevancia según sexo y área.

Nota: Varios incluye oficio de joven y otras.

A medida que aumenta la edad, también se incrementan las respon-sabilidades con los gastos de la casa y con el pago de sus propiosestudios. De igual forma, a mayor edad, mayor interés en obtener su

Hombre 19,5% 39,3% 24,6% 4,7% 9,7% 2,1% 100% 83.359

Mujer 29,2% 34,1% 27,9% 0,3% 3,6% 4,8% 100% 25.210

Urbana 22,8% 36,5% 26,2% 3,8% 7,9% 2,8% 100% 66.169

Rural 20,3% 40,5% 24,1% 3,5% 9% 2,7% 100% 42.400

5 a 9 11,6% 26,8% 4,2% 8,9% 46% 2,5% 100% 2.689

10 a 14 18,1% 40,2% 24% 3,3% 12,3% 2% 100% 38.530

15 a 17 24,3% 37,3% 27% 3,8% 4,5% 3,1% 100% 67.350

No pobre 24% 31,4% 27,9% 4,9% 8,1% 3,7% 100% 66.982

Pobre no extremo 21,8% 39,6% 26,4% 1,8% 8,7% 1,7% 100% 24.563

Pobre 18,2% 48,8% 21,3% 1,9% 8,7% 1,2% 100% 41.587

Pobre extremo 13% 62,1% 13,9% 2% 8,5% 0,4% 100% 17.024

Total 21,8% 38,1% 25,4% 3,7% 8,3% 2,7% 100% 108.569

Nota: Otras incluye a los que no responde, que son ínfimos, 99 casos o 0,1%.

Gastos

de casa

Plata

propiaPor

Gusto Otras

Cantidad

de personasTotal

Oficio

de jovenPago

estudios

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dinero propio. En contrapartida, a mayor edad, menor trabajo porgusto y menor opción por tener un oficio de joven, ya que esto signi-fica trabajar y estar en preparación permanente sin retribución endinero. Todas estas opciones pueden considerarse razonables o es-peradas. Efectivamente, de 5 a 9 años trabaja por razones altruistasel 38,4%, y por dinero propio, el 4,2%. De 15 a 17 años se pasa al61,6% y el 27%, respectivamente. De 5 a 9 años, trabaja por gusto el46%; y de 15 a 17 años, el 4,5%.

Nota: Varios incluye oficio de joven y otras.

Las tendencias por niveles de pobreza también resultan muy níti-das. A mayor nivel de pobreza, menor asignación al pago de losestudios y al “dinero propio”, por una parte, y mayores recursos alos gastos de la casa, por otra: A medida que aumenta la edad, elniño o niña se sacrifica por los gastos de la casa en detrimento desus estudios, lo cual resulta preocupante. En efecto, en la niñez de 5a 9 años, el 24% trabaja para pagar sus estudios, el 27,9% para supropio dinero y el 31,4% para los gastos de la casa. De los de 15 a 17años, se trata del 13%, el 13,9% y el 62,1%, respectivamente.

Nota: Varios incluye oficio de joven y otras.

En otras palabras, la edad impone colaborar con la casa o los es-tudios y la pobreza impone colaborar con la casa aún en detri-mento de los estudios.

1.9. A quién entrega lo ganado

Respecto a la persona depositaria de sus ingresos, casi dos terciosse quedan con el importe (64,3%) y un tercio opta por sus “padres”(33,7%). La primera opción implica una relativa discrecionalidad en

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la asignación de recursos que hace el niño o la niña (Cuadro Nº 3.1.9).Asimismo, cuestiona a la afirmación anterior, de un cuarto de laniñez, que explicaba como razón de su trabajo al “dinero propio”.

Nota: Varios comprende otros familiares, otro y no responde.

En el aspecto de quién retiene lo ganado, no hay diferencias signifi-cativas por sexo y área, particularidades según edad, pero sí haydiferencias marcadas según nivel de pobreza. Por otra parte, a ma-yor nivel de pobreza, menos ingreso permanece en manos de quientrabajó y mayor proporción se entrega a sus progenitores. Esta res-puesta es coherente con las razones de trabajo, anotada preceden-temente en la que a mayor edad, menos ingreso para estudios y“dinero propio”, y más para gastos de la casa.

Nota: Varios comprende otros familiares, otro y no responde.

En la niñez no pobre, el 72,3% se queda con el importe y el 26,6% locede a sus progenitores, pero en la niñez pobre extrema se trata del31,5% y el 65,1%, respectivamente. Lo apuntado en estas dos pre-guntas ofrece indicios de presiones a la niñez trabajadora de partede las personas mayores para la entrega de sus ingresos para gastosde la casa y/o para padre, madre o tutor/a. Se trata de niñas y niñoscon el peso u obligación de sostener la casa y a sus mayores.

De acuerdo a la edad se percibe que de 5 a 14 años, seis de diezniños y niñas retienen los ingresos, pero de 15 a 17 años ya se tratade siete de diez. O sea que a mayor edad, mayor retención de loganado.

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1.10. A qué destina sus ingresos

Finalmente, de quienes respondieron que retienen el importe de loganado se indaga acerca de su destino o en qué gasta lo ganado.Los gastos en cosas personales (67,8%) y en la educación (19,7%)son los destinos mayoritarios, o nueve de diez casos. Finalmente,los gastos del hogar constituyen el 9,4%.

En la niñez de 5 a 17 años que retiene la mayor parte de lo ganadono se encuentran mayores diferencias de la tendencia general segúnsexo y área de residencia, pero sí por grupos de edad y nivel depobreza.

n: 69.840

Nota: varios comprende ahorro, diversión y otro.

En los grupos de edad resulta esperada o lógica la tendencia de 10 a17 años: a mayor edad, menos recursos para las cosas personales ymás para la educación. De 10 a 14 años, el 77,9% opta por gastos encosas personales y el 10,5% en educación, pero de 15 a 17 años setrata del 64,3% y el 23,5%, respectivamente. En el grupo de 5 a 9años, no se encuentra base para la tendencia porque se encuentra el32% que señala que ahorra; o mejor dicho, quienes contestaron ensu nombre dicen que ahorran. También se encuentra que a mayoredad, mayor responsabilidad en los gastos del hogar.

Niñez de 5 a 17 años en trabajo remunerado que retiene la mayor parte de lo ganado por

destino del mismo según nivel de pobreza, 2004. (Cuadro Nº 3.1.10)

Cosas Gastos Educación Ahorra Diversión Otro Total Cantidad

personales hogar depersonas

No pobre 69,5% 9,1% 20,5% 0,2% 0,7% 0% 100% 48.413

Pobre no extremo 64,6% 10,6% 16,2% 7,5% 0% 1,2% 100% 16.062

Pobre 64,1% 10,1% 18% 5,6% 0,4% 1,8% 100% 21.427

Pobre extremo 62,8% 8,7% 23,3% 0% 1,4% 3,8% 100% 5.365

Total 67,8% 9,4% 19,7% 1,9% 0,6% 0,6% 100% 69.840

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60 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Nota: Varios comprende ahorro, diversión y otro.

De acuerdo al nivel de pobreza aparece como una leve tendenciaque a mayor pobreza: menos recursos destinados a gastos personales;y más a educación. Sin embargo, las diferencias no son concluyentes.

Nota: varios comprende ahorro, diversión y otro

2. Trabajo no remunerado exclusivamente

Se puntualiza que 110.692 personas de 5 a 17 años realizaron ex-clusivamente trabajo no remunerado en los últimos 7 días anterio-res a la encuesta. De este grupo, 100.007 personas son niños yadolescentes, es decir 90,3% del total. También, del mismo grupode edad, 88,169 (79,7%) son niñas y niños del área rural. Esto resul-ta en que lo global se inclina sustantivamente a representar a laniñez masculina y rural en el trabajo no remunerado.

También se reitera que del total de niñas y niños de 5 a 17 años, el6,1% se dedica exclusivamente al trabajo no remunerado, el 46,8%no trabaja, el 6% al remunerado exclusivamente y el 41,2% al do-méstico. El análisis sigue las preguntas de la sección correspondien-te del módulo.

2.1. Ocupación principal

La ocupación principal se presenta en dos formas: como ocupaciónprincipal agregada y según rama de actividad en la niñez de 5 a 17años; con las aclaraciones pertinentes adelantadas en lo correspon-diente al trabajo remunerado.

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En este caso, cinco categorías de ocupación principal29 conformanel 99,4% del total general.a) 74,3% agricultores y trabajadores agropecuarios y pesqueros,b) 12,4% trabajadores de servicios y vendedores de comercios y

mercados,c) 7,9% trabajadores no calificados,d) 3,9% oficiales, operarios y artesanos, ye) 0,8% empleados de oficina.

Se recuerda el sesgo proveniente de la amplia mayoría de varones yde la niñez rural.

29 Las categorías incluyen a lapoblación masculina y feme-nina, sin embargo en la no-menclatura se respetan lasclasificaciones internaciona-les que están en masculino.

Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en trabajo no remunerado por sexo por ocupación

principal (agrupada) 2004. (Cuadro Nº 3.2.11)

Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en trabajo no remunerado por área por ocupación

principal (agrupada) 2004

Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en trabajo no remunerado por nivel de pobreza por

ocupación principal (agrupada) 2004

Ocupación principal (agrupada) Hombre % Mujer % Total

Agricultores y trabajadores

agropecuarios y pesqueros 76.957 77% 5.293 49,5% 82.250

Trabajadores de servicios y vendedores

de comercios y mercados 9.251 9,3% 4.502 42,1% 13.753

Trabajadores no calificados 8.312 8,3% 404 3,8% 8.716

Oficiales, operarios y artesanos 3.971 4% 393 3,7% 4.364

Empleados de oficina 805 0,8% 93 0,9% 898

Operadores de instalac. y máquinas y montadores 519 0,5% 0 0% 519

Técnicos y profesionales de nivel medio 192 0,2% 0 0% 192

Total 100.007 100% 10.685 100% 110.692

Ocupación principal (agrupada) Urbana % Rural %

Agricultores y trabajadores

agropecuarios y pesqueros 2.577 11,4% 79.673 90,4%

Trabajadores de servicios y vendedores

de comercios y mercados 10.848 48,2% 2.905 3,3%

Trabajadores no calificados 5.796 25,7% 2.920 3,3%

Oficiales, operarios y artesanos 2.292 10,2% 2.072 2,4%

Empleados de oficina 818 3,6% 80 0,1%

Operadores de instalac.y máquinas y montadores 0 0% 519 0,6%

Técnicos y profesionales de nivel medio 192 0,9% 0 0%

Total 22.523 100% 88.169 100%

Ocupación principal (agrupada) No pobre Pobre no Pobre Pobre Total

extremo extremo

Agricultores y trabajadores

agropecuarios y pesqueros 61,2% 69,8% 82,7% 90,7% 74,3%

Trabajadores de servicios y vendedores

de comercios y mercados 20,1% 11,0% 7,5% 5,3% 12,4%

Trabajadores no calificados 7,8% 16,4% 7,9% 2,6% 7,9%

Oficiales, operarios y artesanos 7,1% 2,7% 1,9% 1,4% 3,9%

Empleados de oficina 2,1% 0,0% 0,0% 0,0% 0,8%

Operadores de instalac. y máquinas y montadores 1,2% 0,0% 0,0% 0,0% 0,5%

Técnicos y profesionales de nivel medio 0,4% 0,0% 0,0% 0,0% 0,2%

Total 100% 100% 100% 100% 100%

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En términos reales, entre los varones, la ocupación clave es la agri-cultura y el trabajo agropecuario y pesquero, que constituye el 77%.Lo señalado sobre niñez rural y masculina explica esta situación.Por otra parte, las mujeres se dividen entre la actividad en agricultu-ra, agropecuaria y pesquera (49,5%), y trabajo de servicios y ventaen comercios y mercados (42,1%). En la agricultura hay que recordarque se trataría de diferentes tareas según sean mujeres u hombres.

Nota: las categorías comprenden del 98,5% al 99,1%.

En el espacio urbano, la niñez de 5 a 17 años exclusivamente entrabajo no remunerado lo hace como trabajadores de servicios yvendedores de comercios y mercados, con el 48,2%, y trabajadoresno calificados, con el 25,7%, o sea tres de cada cuatro. En cambio,en el ámbito rural el 90,4% trabaja como agricultores y trabajadoresagropecuarios y pesqueros.

Nota: las categorías comprenden del 95,5% al 99,3%.

Los niveles de pobreza muestran sin lugar a dudas el aumento de lainserción en la agricultura, el trabajo agropecuario y la pesca amedida que aumenta la pobreza. Se trata del 61,2% de no pobres, el69,8% de pobres no extremos, el 82,7% de pobres y el 90,7% de po-bres extremos.

En contraposición, disminuyen las actividades que podrían conside-rarse de mayor calificación a medida que aumenta la pobreza. Lasiguiente actividad de mayor peso es trabajo en servicios y venta encomercios y mercados, para 20,1% de los no pobres, 11% en pobre-za no extrema, 7,5% en pobres y 5,3% en pobreza extrema.

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Nota: Sólo No pobres comprende el 96,3%, el resto es 100%.

Por último, las ramas de actividad de la niñez en el trabajo no remu-nerado constatan, con diferente enfoque, lo ya expuesto. Recuérde-se que se trata exclusivamente de la niñez en trabajo no remunera-do de 10 a 17 años porque no se preguntó acerca de esta clasifica-ción a la niñez de 5 a 9 años. En cualquiera de los casos, este grupoinfanto-adolescente está compuesto por 8.283 personas (7,5% deltotal de la niñez en trabajo no remunerado). En el sector primario –agricultura, ganadería, caza y pesca– se halla el 75,8% del total. Aesto se agrega el sector secundario (6,8%.) con industrias manufac-tureras y construcción, el sector terciario (16,9%) al comercio, res-taurantes y hoteles, y ya se alcanza el 99,5%.

En el sector primario, los varones son el 78,4%; las mujeres el 48,6%y 39,6% en el terciario (comercio, restaurantes y hoteles). Las indus-trias manufactureras emplean el 5,4% varones y el 10,7% de las mu-jeres. Esta diferencia se compensa al considerar las cantidades: losvarones quintuplican a las niñas.

Niñez de 10 a 17 años exclusivamente en trabajo no remunerado por sexo y área según

ramas de actividad, 2004. (Cuadro Nº 3.2.12)

Rama de actividad Hombre Mujer Urbano Rural Total

Cant. % Cant. % Cant. % Cant. % Cant. %

Agricultura, ganadería,

caza y pesca 73.081 94,2% 4.495 5,8% 2.191 2,8% 75.385 97,2% 77.576 100%

Minas y canteras 0 0 0 0 0 100%

Industrias manufactureras 4.998 83,4% 993 16,6% 3.473 58% 2.518 42% 5.991 100%

Electricidad, gas y agua 0 0 0 0 0 100%

Construcción 910 100% 0 0% 591 64,9% 319 35,1% 910 100%

Comercio, restaurantes y

hoteles 13.686 78,9% 3.662 21,1% 13.221 76,2% 4.127 23,8% 17.348 100%

Transporte, almacenamiento

y comunicaciones 299 76,3% 93 23,7% 312 79,6% 80 20,4% 392 100%

Finanz., seguros, inmuebles 0 0 0 0 0 100%

Servicios comunales,

sociales y personales 192 100% 0 0% 192 100% 0 0% 192 100%

Total 93.166 91% 9.243 9% 19.980 19,5% 82.429 80,5% 102.409 100%

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64 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Nota: las categorías comprenden del 94,5% al 99,5%.

Por otra parte, en el área rural se encuentra a casi todas las perso-nas en el sector primario, son el 91,5%. En la urbana existe mayordiversificación: el 66,2% en comercio, restaurantes y hoteles; el 17,4%en las industrias manufactureras; y el 11% en el sector primario.

Nota: las categorías comprenden del 98,5% al 99%.

Los niveles de pobreza muestran, al igual que en las ocupacionesagregadas, tendencias claras. Primero, a mayor nivel de pobreza,mayor agricultura. En el sector primario se encuentra el 62,6% de laniñez en trabajo no remunerado de 10 a 17 años no pobre; el 73,6%de la pobre no extrema, el 84,6% de la pobre y el 91,8% de la pobreextrema.

Segundo, una categoría de ocupación menos pesada laboralmente,más calificada y típicamente urbana, como el comercio, restauran-tes y hoteles, disminuye a medida que aumenta el nivel de pobreza.En este caso, son el 25,3%, el 17,4%, el 11,3% y el 7,3%, respectiva-mente.

Tercero, en el caso de la industria manufacturera casi no existe dife-rencia entre no pobres (8,7%) y pobres no extremos (8,9%) pero lue-go cae sustantivamente con el 3,9% para pobres y el 0,6% para nopobres. Claramente existe una polarización dentro de la pobrezaentre pobres no extremos y pobres extremos.

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2.2. Frecuencia de la ocupación principal

La frecuencia de la ocupación de niñas y niños de 5 a 9 años permitevisualizar el ritmo del trabajo medido por la cantidad de días a lasemana o por otros criterios no reglados por los días de la semanacomo temporal-ocasional. El objetivo de estas dos últimas catego-rías es relevar el impacto del trabajo estacional agrícola.

En el momento de recolección de datos, nueve de cada diez niñas yniños en trabajo no remunerado exclusivamente trabajaba segúncriterios semanales, o sea, por una parte, el 63,6% de 1 a 5 días porsemana y, por otra, el 25,7% de 6 a 7 días por semana. El trabajotemporal-ocasional era mínimo, sumaban el 10,7% (Cuadro Nº 3.2.2).

Se hallan diferencias al considerar las respuestas por sexo. Los va-rones tienen una menor carga laboral considerando que el 60,7%trabaja de 1 a 5 días a la semana, en comparación al 77,5% de lasmujeres. Pero al considerar una carga laboral de 6 a 7 días semana-les, está en actividad el 29,1% de los niños y el 9,5% de las niñas.Esta distribución muestra lo opuesto a lo hallado en su par de traba-jo remunerado.

El área de residencia muestra menor intensidad del trabajo urbanoantes que rural porque el 83,4% de los niños trabaja de 1 a 5 díaspor semana, en comparación al 54,8% de las niñas. Pero en el si-guiente estrato, de 6 a 7 días por semana, se trata del 16,6% y el29,7%, respectivamente.

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La condición o no de pobreza presenta resultados no esperados.Trabaja de 1 a 5 días por semana el 49,8% de no pobres y el 68,4% depobres, contrariamente a lo supuesto (mayor proporción de pobla-ción de no pobres que de pobres en esta categoría). Seguidamente,de 6 a 7 días por semana, de mayor carga laboral, se ubica al 32% deno pobres y al 23,5% de pobres.

2.3. Horas trabajadas en la ocupación principal

Otra mirada a la carga de trabajo de la niñez de 5 a 17 años es lacantidad de horas trabajadas semanalmente en la ocupación princi-pal. Se ha optado por el promedio, que es de 31,8 horas por sema-na, menor que las 36,5 de la niñez en trabajo remunerado exclusiva-mente del mismo grupo de edad. En cualquiera de los casos, 31,8horas por semana es el 66,3% del tiempo de trabajo a tiempo com-pleto de una persona adulta (Cuadro Nº 3.2.3).

El promedio señalado presenta algunas diferencias según sexo y áreade residencia, importantes por grupos de edad, y prácticamente nin-guna de acuerdo al nivel de pobreza. Los varones trabajan más deun décimo que las mujeres, con 32,2 y 28,1 horas por semana, res-pectivamente. En la niñez rural (30,4 horas) comparada con la urba-na (28,8 horas) la diferencia es mínima. Resulta notable que casi noexista diferencia de horas trabajadas según nivel de pobreza, lo cualindicaría que las exigencias laborales de preparación para el trabajoson casi iguales para todos los estratos socioeconómicos.

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La diferencia significativa está en los grupos de edad: a mayor edad,mayor cantidad de horas trabajadas. La niñez de 5 a 9 años trabaja15,6 horas por semana; la de 10 a 14 años, 30,2 horas; y la de 15 a17 años, 36,6 horas semanales, más del doble entre el primer ytercer estrato de edades. El último comprende al 71,5% del tiempode trabajo de tiempo completo para personas adultas.

2.4. Momento del día trabajado

El momento del día trabajado permite visualizar momentos de ma-yor vulnerabilidad, tarde o noche, o la sumatoria de ambos momen-tos, que señalan mayor peso del trabajo en la vida cotidiana del niñoo niña de 5 a 9 años.

Se presenta mucha uniformidad: tres de cada diez niñas y niñostrabajan a la mañana o a la tarde o a la mañana y tarde; el décimorestante lo hace a la tarde y noche. Esto significa que cuatro de cadadiez niñas y niños, o el 38,5%, tienen una jornada muy larga detrabajo (mañana y tarde + tarde y noche), y consiguientemente lamisma incidiría nocivamente en su educación y recreación (CuadroNº 3.2.4).

La división por sexo y área de residencia implica énfasis diferentes.El promedio general se ajusta relativamente a los varones, dado queconstituyen nueve de cada diez, pero casi la mitad de las niñas tra-baja a la tarde y casi cuatro de cada diez lo hace a la mañana ytarde. Entonces son las niñas quienes trabajan a la tarde y se en-cuentran con mayor carga de trabajo en términos de jornada exten-dida, al hacerlo mañana y tarde. Estos datos coinciden con los detrabajo remunerado, también en desmedro de las niñas.

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68 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

En el espacio urbano, la niñez en trabajo no remunerado exclusiva-mente de 5 a 9 años se dispersa en todas las categorías y se encuen-tra en mucho mayor precariedad que la rural. Efectivamente, la ni-ñez urbana tiene jornadas muy extensas y en malos horarios: el 30,9%trabaja mañana y tarde, y el 23% a la tarde y noche. Por otra parte, laniñez rural se desagrega en casi partes iguales en las tres primerascategorías: mañana, tarde y mañana y tarde. Inequívocamente, losmomentos del día trabajados por la niñez urbana son más extensosy peores que los de sus pares rurales.

Finalmente, la condición de pobreza impone mejores o peores mo-mentos del día para la niñez no pobre (24,3% trabaja mañana y tar-de) y pobre (33,9% mañana y tarde, y el 9,5% tarde y noche). En elotro extremo, quienes trabajan en un mejor momento del día, a lamañana, se halla al 41,9% de la niñez no pobre y al 25,9% de lapobre. Y a la tarde trabaja el 31,5% del total de la niñez.

2.5. Promedio de edad de inicio en el trabajo

El promedio de edad de inicio en el trabajo es ligeramente menor enla niñez en trabajo no remunerado (6,9 años) que en la de remune-rado (7,6 años). En efecto, ésta requiere de un mínimo de destrezasque se aprenden con la edad y en determinados entornos, pero eltrabajo no remunerado se lleva a cabo dentro de un ambiente fami-liar –lo cual supone mayor protección– y sin requerir muchas destre-zas. No se disponen de datos sobre edades simples por ello se pre-sentan los resultados por el promedio de edad.

Este promedio de edad de la niñez en trabajo no remunerado pre-senta, al igual que la niñez en trabajo remunerado, una gran unifor-midad: las diferencias existentes no son relevantes estadísticamente(Cuadro Nº 3.2.5).

2.6. Razón de trabajar

Las razones del trabajo no remunerado en la población de 5 a 17años son diferentes de las del trabajo remunerado. En el trabajo noremunerado casi ocho de cada diez niñas y niños trabajan porquerequieren de un oficio desde joven (43,2%) o lo hacen por gusto (35%)mientras que estas dos opciones significan el 11% en el trabajo re-munerado.

Otras razones en trabajo no remunerado son le obligan (14,2%) ydejó los estudios (5,8%). Impacta el elevado peso de niñas y niñosque trabajan por gusto (35,0%).

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Los varones tienen mayores obligaciones que las mujeres, si se su-man las razones tener un oficio desde joven y porque le obligan seencuentra que el 58,5% es para varón y el 47,6% para mujer. Entre elárea urbana y rural no se encuentra diferencia significativa.

Niñez de 5 a 17 años en trabajo no remunerado por razón de trabajo según sexo, área,

grupos de edad y niveles de pobreza, 2004. (Cuadro Nº 3.2.6.)

Nota: se excluye a “Otras razones”, de ínfimo peso.

En el caso de los grupos de edad se halla asimetría respecto a lasrazones. En el de 5 a 9 años se concentra el mayor porcentaje deporque le obligan (21,5%) mientras que en los otros grupos no llegaa 14%. También es el grupo que en mayor porcentaje respondió quelo hace por gusto (43,2%). Entre el grupo de 10 a 14 años y 15 a 17años no hay mayores diferencias excepto en trabaja para aprenderun oficio, 47,3% del primero y 40,1% del segundo; y es aún másrelevante que trabaja porque dejó los estudios en el último estrato el10,1% frente al 3% del grupo etario de 10 a 14 años.

Entonces, a mayor edad, se trabaja menos por gusto y porque leobligan, más por tener un oficio desde joven y sobre todo por-que se han abandonado los estudios.

Según el nivel de pobreza, se presentan algunas líneas erráticas. Sinembargo, excluyendo a no pobres, se encuentran consistencias. Amayor pobreza, se trabaja menos por obtener un oficio desde joven,por una parte, y más trabajo porque le obligan, lo cual resulta bas-tante coherente.

Oficio de joven Le obligan Por gusto Dejó estudios Otras Total

Cant. % Cant. % Cant. % Cant. % Cant. % Cant. %

Hombre 44.770 44,8% 13.671 13,7% 33.770 33,8% 5.931 5,9% 1.865 1,9% 100.007 100%

Mujer 3.088 28,9% 2.002 18,7% 5.022 47% 473 4,4% 100 0,9% 10.685 100%

Urbana 10.370 46% 2.947 13,1% 8.360 37,1% 656 2,9% 190 0,8% 22.523 100%

Rural 37.488 42,5% 12.726 14,4% 30.432 34,5% 5.748 6,5% 1.775 2% 88.169 100%

5 a 9 2.731 33% 1.781 21,5% 3.581 43,2% 0 0% 190 2,3% 8.283 100%

10 a 14 26.438 47,3% 7.527 13,5% 19.103 34,2% 1.686 3% 1.097 2% 55.851 100%

15 a 17 18.689 40,1% 6.365 13,7% 16.108 34,6% 4.718 10,1% 678 1,5% 46.558 100%

No pobre 16.401 37,9% 6.121 14,1% 17.613 40,7% 2.113 4,9% 1.038 2,4% 43.286 100%

Pobre no extr. 14.097 54,4% 2.586 10% 7.565 29,2% 913 3,5% 742 2,9% 25.903 100%

Pobre 31.457 46,7% 9.552 14,2% 21.179 31,4% 4.291 6,4% 927 1,4% 67.406 100%

Pobre extremo 17.360 41,8% 6.966 16,8% 13.614 32,8% 3.378 8,1% 185 0,4% 41.503 100%

Total 47.858 43,2% 15.673 14,2% 38.792 35% 6.404 5,8% 1.965 1,8% 110.692 100%

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70 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Nota: Se excluye a Otras razones, de ínfimo peso.

3. Trabajo doméstico

Con relación al trabajo infantil doméstico, cabe una clasificación ini-cial. Se encuentran tres tipos o modalidades: a) el trabajo domésticoen la propia casa; b) el trabajo doméstico remunerado en casa deterceros; y c) el trabajo doméstico no remunerado en casa de terce-ros. Estos dos últimos son los de interés e intervención de la Organi-zación Internacional del Trabajo (OIT-IPEC) y son calificados por estaorganización y por la ley paraguaya como trabajo infantil peligroso,categoría que se estudia en el siguiente capítulo.

El trabajo infantil doméstico realizado en la propia casa se entiendecomo el trabajo que realizan niñas y niños, generalmente hijas ehijos de la jefatura de hogar, en sus respectivos hogares. Puede con-siderarse como un trabajo protegido físicamente por la mirada yacción de sus progenitores.

El trabajo infantil doméstico remunerado es el trabajo de la emplea-da doméstica –más que empleado– por algún tipo de salario en unacasa que no es la suya, en hogares de terceros. Este segmento seidentifica al analizar las ocupaciones y se encuentra entre los traba-jos infantiles peligrosos.

Finalmente, se encuentra el trabajo infantil no remunerado en casade terceros y que en Paraguay son denominados criados y criadas,aunque más vale la segunda acepción por la mayoría femenina en sucomposición. Se encuentran en casas que no son las suyas, casa deterceros, y su trabajo no recibe remuneración alguna ni se lo consi-dera bajo la perspectiva laboral. Otra particularidad es que son hijoso hijas de algún conocido o pariente de sangre o de ritual: compadreo comadre y ahijado o ahijada. Este segmento de la niñez en el tra-bajo doméstico también se ubica como trabajo infantil peligroso queserá analizado más adelante.

El análisis sobre niñez en el trabajo doméstico comprende a la pri-mera y la última modalidad de trabajo: la segunda es parte del tra-bajo remunerado. De partida debe recordarse que 751.049 perso-nas de 5 a 17 años se encuentran en el trabajo doméstico en losúltimos 7 días anteriores a la encuesta. Asimismo, del grupo dedica-do al trabajo doméstico un pequeño margen se halla en éste y elremunerado y en el doméstico y el no remunerado. De las 751.049personas, 502.495 son niñas, equivalentes al 66,9% del total o siete

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de cada diez personas, la excepción en relación a los otros segmen-tos, trabajo remunerado y no remunerado exclusivamente. Caberecordar que de la población de 5 a 17 años el 41,2% se encuentraen el trabajo doméstico, el 46,8% no trabaja, el 6% se dedica exclusi-vamente al trabajo remunerado y el 6,1% al trabajo no remunerado.

3.1. Tareas realizadas

A nivel global, las tareas de la niñez de 5 a 17 años dedicada altrabajo doméstico ejecuta (en porcentajes) con mayor frecuencia:a) limpieza de la casa, con el 93,8% o casi universal;b) lavado de ropas, con el 55,6%;c) cuidado de niños, con el 52,6%;d) planchado de ropas, con el 39,6%;e) cocina, con el 39,5%; yf) otras tareas, con el 21,4%.

En otras palabras, casi todos y todas limpian la casa, poco más de lamitad lava ropas y cuida a niños/as, una niña o niño de cada cuatroplancha ropas o cocina y uno/a de cinco ejecuta otras tareas.

La magnitud y distribución de las personas que ejecutan estas ta-reas varían. En primer lugar, se revela la división sexual del trabajo.En general, las mujeres trabajan más que los varones, con la excep-ción de otras tareas donde probablemente se incluyan acciones rea-lizadas fuera de la vivienda, como recados al almacén, donde puedeasociarse el mundo externo del varón y el doméstico de la niña. Lastareas más típicamente femeninas, o donde la distancia con relaciónal varón es muy elevada, son, en orden decreciente: planchado deropas, lavado de ropas, cocina y cuidado de niños/as. En la limpiezade la casa la diferencia es muy limitada.

Niñez de 5 a 17 años en trabajo doméstico por ocupaciones normales según sexo, área,

grupos de edad, 2004. (Cuadro Nº 3.3.01)

Cuidado de niños Lavado de ropas Planchado ropas Limpieza de casa Cocina Otro Total

Sí (cant) Sí (%) Sí (cant) Sí (%) Sí (cant) Sí (%) Sí (cant) Sí (%) Sí (cant) Sí (%) Sí (cant) Sí (%) Cantidad %

Hombre 116.107 46,7% 73.678 29,6% 39.519 15,9% 224.798 90,4% 45.738 18,4% 74.907 30,1% 248.554 100%

Mujer 278.881 55,5% 343.678 68,4% 257.861 51,3% 479.470 95,4% 250.715 49,9% 86.142 17,1% 502.495 100%

Urbana 178.616 50,5% 166.244 47,0% 128.173 36,2% 335.478 94,8% 123.361 34,8% 77.787 22,0% 353.994 100%

Rural 216.372 54,5% 251.112 63,2% 169.207 42,6% 368.790 92,9% 173.092 43,6% 83.262 21,0% 397.055 100%

5 a 9 95.975 58,2% 45.031 27,3% 12.480 7,6% 143.082 86,8% 22.695 13,8% 47.894 29,1% 164.777 100%

10 a 14 207.240 53,0% 223.543 57,2% 151.855 38,9% 372.146 95,2% 153.096 39,2% 83.972 21,5% 390.873 100%

15 a 17 91.773 47,0% 148.782 76,1% 133.045 68,1% 189.040 96,7% 120.662 61,8% 29.183 14,9% 195.399 100%

Total 394.988 52,6% 417.356 55,6% 297.380 39,6% 704.268 93,8% 296.453 39,5% 161.049 21,4% 751.049 100%

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72 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

El área de residencia indica mayor trabajo en el sector rural antesque en el urbano, lo cual se explicaría por pautas domésticas mástradicionales. Este es el caso del lavado y planchado de ropas y, porsupuesto, la cocina, mientras que no hay diferencias o son irrelevan-tes en las tareas de la limpieza de la casa, el cuidado de niños/as yotras.

Los grupos de edad presentan la lógica esperada de a menor edad,menor carga de trabajo, y viceversa. Esta “escalera” se percibe clara-mente en los casos de lavado y planchado de ropas y la cocina, ta-reas “típicamente” femeninas. Lo opuesto con menor rigurosidad setiene con la limpieza de la casa, el cuidado de niños/as y otras ta-reas con preeminencia masculina o sin mayor diferencia entre hom-bres y mujeres.

La presunción de mayor proporción de tarea a medida que aumentala pobreza se verifica en el cuidado de niños/as y el lavado de ropas,mientras que lo opuesto se tiene en el planchado de ropas y resultanula o escasa la diferencia en la limpieza de la casa, en la cocina yotras tareas. Las tareas asociadas a mayor pobreza se explican enhogares pobres donde una importante porción del tiempo se dedicaa ellas, mientras que el planchado de ropas recae en un grupo pe-queño pero “atado” a éste. El cocinar es claramente una labor feme-nina por el sesgo sexista de la tarea, mientras que la limpieza de lacasa es, excepcionalmente, para ambos.

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Podrían señalarse entonces dos agrupaciones típicas. Por una parte,se encuentran tareas típicamente femeninas y de mayor influenciaen el ámbito rural que en el urbano, pautas tradicionales por lanaturaleza de la tarea y por el contexto. Se trata del lavado y plan-chado de ropas y el cocinar. Estas mismas tareas también siguen lapauta de mayor involucramiento a medida que aumenta la edad.

Por otra, la limpieza de la casa es excepcional en cuanto que atañe atodas y todos, no se encuentra mayor influencia por área o nivel depobreza e inclusive disminuye a medida que aumenta la edad, espe-cialmente en el segmento de 15 a 17 años. Lo mismo se tiene conotras tareas, donde también excepcionalmente mayor proporciónde varones trabaja y sin diferencias mayores por área o nivel depobreza y con la misma pauta anterior acerca de grupos de edad.

3.2. Horas diarias trabajadas en las tareas

El módulo indaga acerca de cuántas horas trabajó diariamente en laocupación, y establece cinco rangos de horas que se redefinieronpara obtener un promedio de horas trabajadas en trabajo domésticocon el fin de compararlas al trabajo remunerado y al no remunerado.

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74 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Padre y/o ma- No hay Quiere Debe Ayuda p/ Otra Total Total

dre trabajan quien haga ayudar ayudar aprender % Cant.

Hombre 4,5% 6,9% 37,2% 27,5% 23,7% 0,2% 100% 248.554

Mujer 6,8% 7,3% 33,1% 30,3% 22,4% 0,2% 100% 502.495

Urbana 5,2% 7,0% 39,9% 26,6% 21,2% 0,2% 100% 353.994

Rural 6,7% 7,4% 29,6% 31,9% 24,3% 0,2% 100% 397.055

5 a 9 años 3,1% 2,8% 38,5% 24,5% 31,2% 0% 100% 164.777

10 a 14 años 6,6% 5,3% 33,3% 30,1% 24,6% 0,2% 100% 390.873

15 a 17 años 7,3% 14,7% 33,3% 32,2% 12,3% 0,3% 100% 195.399

No pobre 5,9% 8,4% 37% 28% 20,2% 0,4% 100% 373.513

Pobre no extremo 5,8% 6,0% 36,3% 28,3% 23,6% 0% 100% 201.228

Pobre 6,1% 6,0% 31,8% 30,7% 25,4% 0% 100% 377.536

Pobre extremo 6,4% 5,9% 26,7% 33,5% 27,5% 0% 100% 176.308

Total 6,0% 7,2% 34,4% 29,4% 22,8% 0,2% 100% 751.049

El resultado de las categorías redefinidas fue: a) 3 horas; b) 5,5 ho-ras; c) 7,5 horas; d) 10,5 horas; y e) 13 horas30.

La distribución fue rotunda: el 85,3% de la niñez de 5 a 17 añosrealiza trabajo doméstico de 2 a 4 horas diarias, y másespecíficamente el 90,3% de los varones y el 82,8% de las mujeres.En el siguiente rango se encontró que 13,2% trabaja de 5 a 6 horas;ambas categorías suman 98,5%. (Cuadro Nº 3.3.02.1).

El promedio de horas diarias dedicadas al trabajo doméstico es ex-tremadamente uniforme, 3,4 horas. Con el mismo criterio de lastareas realizadas, se encuentra en las niñas un poco más de tiempoque los niños, aumenta recién en el tramo de 15 a 17 años y en elsector rural más que en el urbano. La singularidad está en la mismacantidad de tiempo (3,4 horas) independientemente del nivel depobreza, lo cual indica la incidencia de patrones socioculturalessexistas antes que condicionantes económicos (Cuadro Nº 3.3.02.2).

30 Las categorías del móduloeran: a) entre 2 a 4 horas; b)entre 5 a 6 horas; c) entre 7 a8 horas; d) entre 9 a 12 ho-ras; y e) más de 12 horas.Dada la distribución de fre-cuencias encontradas en es-tos rangos y el interés en te-ner un promedio de horastrabajadas diarias, seredefinieron los rangos enuna cantidad promedio, in-cluyendo una hora más parala última categoría.En térmi-nos estrictos, esta variable nopodría conducir a un prome-dio. Sin embargo, como po-drá apreciarse, casi nueve decada diez personas se en-cuentran trabajando en unrango breve (de 2 a 4 horas),por lo cual se optó por consi-derar el término medio decada rango de horas trabaja-das. El resultado oscila alre-dedor de las 3 horas del tér-mino medio entre 2 y 4 ho-ras. Esta decisión obedecía,en última instancia, a la deci-sión de obtener un promediode horas trabajadas en tra-bajo doméstico para compa-rarlas al trabajo remuneradoy al no remunerado.

3.3. Razón de realizar trabajo doméstico

Al indagar acerca de las razones de realización de esta actividad, lasopciones presentadas en el módulo son: a) los padres tienen quetrabajar; b) no hay otra persona que las haga; c) quiere ayudar; d)debe ayudar; e) los niños deben ayudar para aprender; y f) otra (es-pecificar).

Niñez de 5 a 17 años en trabajo doméstico por razones de trabajo según sexo, área,

grupos de edad y nivel de pobreza, 2004.

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Del total de niñas y niños en trabajo doméstico de 5 a 17 años, el34,4% afirmó realizar dicho trabajo porque quiere ayudar, el 29,4%porque debe ayudar y el 22,8% ayuda para aprender, o sea casinueve de diez personas se ubican en estas respuestas.31

Dada la incidencia de estas tres razones, se las analiza exclusiva-mente, aunque no existen diferencias sustantivas en su distribución.Entre quienes deben ayudar, las niñas y las personas del sector ru-ral son proporcionalmente más que sus contrapartes varones y delárea urbana en sus respuestas. Sin embargo, quieren ayudar másvarones y niñez urbana. En términos estrictos, considerando las horastrabajadas, quienes trabajan más son las niñas y la niñez rural. En-tonces, trabajan más quienes deben trabajar más.

Por otra parte, no existen diferencias importantes en la opción deayudar para aprender según sexo o área de residencia.

Según grupos de edad y niveles de pobreza se encuentran tenden-cias claras. El querer ayudar disminuye con la edad y simultánea-mente aumenta el deber ayudar, mientras que también desciende elayudar para aprender. Lo último se explicaría porque a la edad de15 a 17 años ya se aprendió lo suficiente o ya se tiene que trabajaren forma remunerada o no remunerada.

Los niveles de pobreza indican que a mayor pobreza, menor deseode querer ayudar y, en consonancia, a mayor pobreza, mayor deberde ayudar. Asimismo, a mayor pobreza, mayor necesidad de ayudarpara aprender, es decir, prepararse para ganar el sustento.

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76 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

4. ¿Qué sucedería si los niños y las niñasdejasen de trabajar?

Finalmente, a la madre, padre o persona encargada se le consultó suopinión acerca de qué sucedería si el niño, niña o adolescente de 5 a17 años, dejase de trabajar. El objetivo de la pregunta es determinarla importancia atribuida a la contribución del trabajo infantil y ado-lescente.

Niñez de 5 a 17 años por efectos de discontinuidad en el trabajo según opinión del padre,

madre o tutor/a según sexo, área, grupos de edad y nivel de pobreza, 2004.

De las respuestas de las personas adultas, en principio, se percibeuna relativa subvaloración –que también podría leerse como menos-precio– al trabajo de la niñez. La opción mayoritaria es no pasaríanada si la niñez dejara de trabajar (43,2%), le sigue una respuestamás “coherente”, no aprendería a trabajar (39%), y finalmente una“realista” –vinculada estrictamente al trabajo doméstico– no habríaquien realice actividades de la casa (13,9%). Llama la atención que larespuesta insuficiente dinero para vivir constituye el 1,8% de lasrespuestas, y que el negocio dejaría de funcionar alcanza el 1,3%.

Para las personas adultas no existe mayor diferencia entre niñas yniños en las dos primeras respuestas, no pasaría nada o no apren-dería a trabajar. Pero sí al considerar que “no habría quien realicelas actividades domésticas” porque involucran al 10,6% de los varo-nes y el 15,5% de las niñas. Evidentemente, éstas son más visualizadasen el trabajo doméstico que ellos.

Insuficiente Negocio No No No habría Otros Total

dinero dejaría aprendería pasaría quien realice efectos % Cantidad

Categoría para vivir de funcionar a trabajar nada tareas de hogar

Hombre 1,6% 1,5% 40,8% 44,5% 10,6% 1,6% 100% 248.554

Mujer 1,9% 1,1% 38,1% 42,5% 15,5% 1,9% 100% 502.495

Urbana 1,4% 1% 35,9% 48,8% 12,2% 1,4% 100% 353.994

Rural 2,2% 1,5% 41,7% 38,2% 15,4% 2,2% 100% 397.055

5 a 9 años 0,4% 0,6% 42,1% 48,5% 8% 0,4% 100% 164.777

10 a 14 años 1,9% 1,6% 40,8% 43% 11,7% 1,9% 100% 390.873

15 a 17 años 2,8% 1,2% 32,7% 39,1% 23,3% 2,8% 100% 195.399

No pobre 1,7% 1,3% 36,3% 45,1% 14,8% 1,7% 100% 373.513

Pobre no extremo 1,7% 1,2% 37% 44,8% 15% 1,7% 100% 201.228

Pobre 2% 1,2% 41,6% 41,3% 13,1% 2% 100% 377.536

Pobre extremo 2,2% 1,3% 46,8% 37,3% 10,9% 2,2% 100% 176.308

Total 1,8% 1,3% 39% 43,2% 13,9% 1,8% 100% 751.049

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Nota: Varios comprende Insuficiente dinero para vivir, Negocio dejaría de funcionar y Otra razón.

Por el contrario, según área de residencia se halla una significativadiferencia en las principales opciones. Lo que podría entenderse comomenosprecio al trabajo de la niñez, o no pasaría nada, por parte delas personas adultas es mucho mayor en el área urbana (48,8%), queen la rural (38,2%). Esto podría deberse a que en relación al objetovalorado, el dinero, el aporte de la niñez trabajadora es bajo o no selo quiere reconocer. Por otra parte, la preocupación por el aprendi-zaje para el trabajo pesa algo más en el sector rural (41,7%) que enel urbano (35,9%). La diferencia es escasa en el reconocimiento de lacarencia de personas que realicen las actividades de la casa.

La diferencia por grupos de edad es visible en las tres respuestas prin-cipales dadas por las personas adultas. En todos los casos, aumenta laedad, se valora más la contribución de la niñez y adolescencia. Prime-ro, la percepción de que no pasaría nada disminuye a medida queaumenta la edad. Por esta razón, se afirma que si dejase de trabajar el48,5% de la niñez de 5 a 9 años, no pasaría nada, pero esa propor-ción se reduce al 39,1% cuando se refiere a la de 15 a 17 años.

Nota: Varios comprende Insuficiente dinero para vivir, Negocio dejaría de funcionar y Otra razón.

Segundo, la categoría no aprendería a trabajar disminuye en rela-ción al aumento de edad; o se valora más que aprendería a trabajara mayor edad. Las personas adultas piensan así del 40,8% de la ni-ñez de 5 a 14 años, y 32,7% de la de 15 a 17 años.

La percepción de las personas adultas de que no habría quien reali-ce las actividades domésticas si niñas o niños de 5 a 17 años deja-

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sen de hacerlo aumenta sustantivamente con cada estrato de edad.Comprende al 8% de la de 5 a 9 años, el 11,7% de la de 10 a 14 añosy el 23,3% de la de 15 a 17 años.

Finalmente, los niveles de pobreza también presentan tendenciasrelevantes. Se encuentran anudadas las respuestas de que no pasa-ría nada y no aprendería a trabajar. Para las personas adultas, amedida que aumenta la pobreza, se reduce la importancia de nopasaría nada. Por otra parte, a medida que aumenta la pobreza,también aumenta la importancia de no aprendería a trabajar. Estosignifica que a mayor pobreza hay un mayor reconocimiento indi-recto de la importancia del trabajo de niñez y, por otra parte, a ma-yor pobreza hay mayor importancia del aprendizaje para el trabajo.Entonces, en forma indirecta se reconoce la importancia del trabajode la niñez.

Nota: Varios comprende Insuficiente dinero para vivir, Negocio dejaría de funcionar y Otra razón.

En números, la conciencia de las personas adultas de que si la niñezdejase de trabajar no pasaría nada disminuye en tanto aumenta elnivel de pobreza: corresponde al 45,1% de niños/as de hogares nopobres y al 37,3% de niños/as de hogares pobres extremos.

Por otra parte, la respuesta no aprendería a trabajar aumenta con lapobreza. Para las personas adultas, se trata del 36,3% de la niñez nopobre y el 46,8% de la niñez pobre extrema. A medida que aumentanlas necesidades en el hogar, padres, madres o personas tutoras tam-bién incrementan su conciencia de que niñas y niños deben apren-der a ganarse la vida.

Por último, la discontinuidad en realizar las tareas de la casa dismi-nuye muy ligeramente a medida que aumenta la pobreza. Para laspersonas adultas esta opinión corresponde al 14,8% de la niñez dehogares no pobres y pobres no extremos, pero alcanza al 10,9% dela niñez de hogares pobres. Esto podría leerse como a mayor pobre-za hay una menor importancia de las actividades domésticas porquela necesidad de ingresos es creciente.

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5. Carga horaria según trabajo remunerado,no remunerado y doméstico

Aquí se ofrece un resumen de la carga de trabajo de la niñez y ado-lescencia trabajadora a través del promedio de horas semanalmentetrabajadas. Con este objetivo se compara quienes se dedican exclu-sivamente al trabajo remunerado o al no remunerado, y quienesrealizan trabajo doméstico. Cabe señalar que promedio general seencuentra sesgado por el peso cuantitativo del trabajo domésticoinfantil que constituye el 77,4% (751.049 personas) del total de laniñez que trabaja (970.310 personas).

Los dos resultados principales son: primero, una escalera de cargade trabajo que refleja mayor cantidad de horas a mayor inserción enel mercado laboral; y segundo, el promedio global de horas de tra-bajo es cercano a las horas del trabajo doméstico. Es más, entrecada tipo de trabajo existe una diferencia de aproximadamente 7horas semanales: en trabajo remunerado 38,8 horas; no remunera-do 31,8 horas y en trabajo doméstico 23,9 horas. El promedio gene-ral es de 26,4 horas semanales.

En todos los casos se trata de una alta carga laboral considerandoque la semana laboral formal es de 48 horas semanales, la niñez entrabajo remunerado exclusivamente ejecuta 80,8% de esa cantidad;66,3% la dedicada exclusivamente al no remunerado; y 49,8% la querealiza trabajo doméstico. En promedio, toda la niñez trabajadoratiene el peso del 55% de una jornada semanal laboral del mundo“adulto”.

Este promedio total además de encontrarse cercano al tiempo deltrabajo doméstico debido a su peso, tiene la particularidad de pre-sentar una altísima uniformidad en el trabajo doméstico y significa-tivas diferencias por grupos de edad de trabajo remunerado y noremunerado, y por sexo en el remunerado.

Niñez de 5 a 17 años en trabajo remunerado (TR), no remunerado (TNR) y doméstico (TD)

por promedio de horas semanales trabajadas según sexo, área, grupos de edad y nivel de

pobreza, 2004.

Categoría Promedio de horas semanales trabajadas Cantidad de personas

Promedio

TR TNR TD Total TR TNR TD Total

Hombre 37,2 32,2 22,8 27,7 83.359 100.007 248.554 431.920

Mujer 44,1 28,1 24,4 25,4 25.210 10.685 502.495 538.390

Urbana 38,1 30,3 23,4 25,9 66.169 22.523 353.994 442.686

Rural 39,9 32,2 24,3 26,9 42.400 88.169 397.055 527.624

5 a 9 años 21,9 15,6 22,8 22,5 2.689 8.283 164.777 175.749

10 a 17 años 39,2 33,1 24,1 27,3 105.880 102.409 586.272 794.561

No pobre 41,2 30,8 23,9 26,9 66.982 43.286 373.513 483.781

Pobre no extremo 34,8 33,1 23,9 25,9 24.563 25.903 201.228 251.694

Pobre 34,9 32,4 23,8 26,0 41.587 67.406 377.536 486.529

Pobre extremo 35,1 32,0 23,7 26,0 17.024 41.503 176.308 234.835

Total 38,8 31,8 23,9 26,4 108.569 110.692 751.049 970.310

Nota: la hora de 60 minutos se divide en décimas.

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80 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Nota: los decimales implican décimos de hora.

Los niños (37,2 horas) trabajan menos que las niñas (44,1 horas) enel trabajo remunerado exclusivo. Cuando la mujer se inserta en elmercado laboral lo hace en condiciones más penosas que los varo-nes. Por otra parte, no se encuentran diferencias relevantes en eltrabajo no remunerado exclusivo, y menos aún en el trabajo domés-tico. Tampoco se hallan relevantes diferencias según área de resi-dencia, siempre considerando trabajo remunerado, no remuneradoy doméstico separadamente.

Nota: los decimales implican décimos de hora.

Los grupos de edad presentan claramente mayor carga de trabajo amayor edad para el trabajo remunerado y el no remunerado. En amboscasos se trata de aproximadamente el doble de la cantidad de horas.Para la niñez de 5 a 9 años en trabajo remunerado es 21,9 horassemanales, y aquella en no remunerado es 15,6 horas semanales,pero para el grupo de 10 a 17 años corresponde a 39,2 y 33,1 horassemanales, respectivamente. Entonces, la mayor carga de trabajo amedida que aumenta la edad solamente vale para las personas yainmersas en el mercado de trabajo o en camino a hacerlo, mientrasque el peso del trabajo doméstico es independiente o indiferente alas edades.

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Nota: los decimales implican décimos de hora.

Resumiendo:• A mayor integración al mercado de trabajo, mayor cantidad de

horas de trabajo;• Alta carga laboral considerando que el tiempo de trabajo de la

niñez oscila entre el 55% y el 80,8% de la jornada adulta.• Gran uniformidad en el tiempo de trabajo del doméstico, pero

las horas semanales de la niñez de 5 a 9 años se duplican para lade 10 a 17 años en el trabajo remunerado y el no remunerado.

Nota: los decimales implican décimos de hora.

El nivel de pobreza presenta semejanzas en el trabajo no remunera-do y en el doméstico, y una ligera diferencia en el remunerado entreno pobres y distintos tipos de pobreza. La población no pobre traba-ja más que cualquiera en situación de pobreza. Esto se explicaríapor el desempleo que se da especialmente en los sectores menoscalificados y más pobres. No es que las personas no pobres quierantrabajar más, sino que las más pobres no encuentran trabajo, sea atiempo completo o medio tiempo.

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IV. Análisisespecíficos

A continuación se encuentran análisis específicos que comprendena tipos particulares de trabajo dada su propia naturaleza y, por otraparte, consideraciones sobre la recolección de información del mó-dulo de trabajo infantil 2004. Se han estudiado el trabajo de criadosy criadas –una modalidad especial de trabajo infantil doméstico– y eltrabajo infantil peligroso. Ambos constituyen testimonios de la si-tuación de riesgo infantil, por su vulnerabilidad debido a su relativoaislamiento y la naturaleza de la actividad que realizan, entre otrosfactores.

1. Criados y criadas, expresión del trabajoinfantil doméstico

Las criadas y criados son quienes realizan trabajo infantil domésticono remunerado en casa de terceros, una reminiscencia del pasadoque no ha desaparecido y sobre la cual existe una creciente literatu-ra en Paraguay. El criado o la criada es usualmente una personamenor de edad, de origen rural o peri-urbano y de una familia pobreo más pobre que la familia acogedora, la cual ofrece estudio, casa ycomida a cambio de su colaboración en las tareas domésticas. Inclu-sive pueden darse lazos de consanguinidad, biológica o ritual (pa-drino/madrina y ahijado/a). Lo usual es que lo realmente brindadocomo beneficio dista mucho de lo prometido, mientras que los re-querimientos se extienden y se dan abusos reiterados. Los daños alniño o niña, tanto físicos como especialmente psicológicos, suelentener efectos de largo plazo.

El aislamiento y la indefensión del criado o criada hace que este tipoparticular de trabajo sea considerado uno de los trabajos infantilespeligrosos. El trabajo infantil remunerado se encuentra en la catego-ría de empleado o empleada doméstico y se estudiará como catego-ría también dentro del trabajo infantil peligroso.

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84 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Nota: se excluye a jefaturas, cónyuges e hijo/as; empleadas domésticas no figuran por ser asalariado/as. En idioma se excluyó

a quienes hablan otro idioma y no hablan.

Niñez de 5 a 17 años exclusivamente en trabajo doméstico por parentesco (criadazgo)

según sexo, área, edad, idioma del hogar y nivel de pobreza, 2004. (Cuadro Nº 4.1.)

Otropariente Nopariente Criado/a Total

Cantidad % Cantidad % Cantidad % Cantidad %

Hombre 16.867 8,3% 970 0,5% 17.837 8,8% 203.551 100%

Mujer 38.953 8,8% 3.508 0,8% 42.461 9,5% 444.725 100%

Urbana 27.514 8,7% 2.030 0,6% 29.544 9,4% 315.690 100%

Rural 28.306 8,5% 2.448 0,7% 30.754 9,2% 332.586 100%

5 a 9 años 0 0% 0 0% 0 0% 160.134 100%

10 a 14 años 35.222 10,2% 3.155 0,9% 38.377 11,1% 344.538 100%

15 a 17 años 20.598 14,3% 1.323 0,9% 21.921 15,3% 143.604 100%

Guaraní 30.426 9,3% 2.580 0,8% 33.006 10,1% 325.808 100%

Guaraní - castellano 14.507 9% 1.010 0,6% 15.517 9,6% 160.811 100%

Castellano 9.900 6,7% 888 0,6% 10.788 7,3% 148.573 100%

No pobre 34.225 10,7% 3.734 1,2% 37.959 11,9% 319.514 100%

Pobre no extremo 13.220 7,4% 598 0,3% 13.818 7,7% 179.634 100%

Pobre 21.595 6,6% 744 0,2% 22.339 6,8% 328.762 100%

Pobre extremo 8.375 5,6% 146 0,1% 8.521 5,7% 149.128 100%

Total 55.820 8,6% 4.478 0,7% 60.298 9,3% 648.276 100%

Notas: se excluye a jefaturas, cónyuges e hijo/a/s; empleado/a doméstico no figuran por ser asalariados/as. En idioma se

excluyó a quienes hablan otro idioma o no hablan.

Notas: se excluye a jefaturas, cónyuges e hijo/a/s; empleado/a/s domésticos no figuran por ser asalariado/a/s. En idioma se

excluyó a quienes hablan otro idioma o no hablan.

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Se encuentran 60.298 niños y niñas como criados y criados32, queconstituyen el 9,3% del total de niños y niñas de 5 a 17 años dedica-dos exclusivamente al trabajo doméstico33, o sea que uno de cadadiez niños y niñas de este grupo de edad son criados o criadas.Realmente casi todos ellos son otros parientes, 55.820 personas(92,6%), y marginalmente no parientes, 4.6.101 personas (7,4%).

Notas: se excluye a jefaturas, cónyuges e hijo/a/s; empleado/a/s domésticos no figuran por ser asalariado/a/s. En idioma se

excluyó a quienes hablan otro idioma o no hablan.

En términos estrictos debería hablarse más de criadas antes que decriados porque ellas (70,4%) son 42.261 personas y ellos (29,6%)alcanzan 17.837 personas, del total de personas en situación decriadazgo. Sin embargo, proporcionalmente la diferencia es muyescasa. Los criados representan el 8,8% de los niños y las criadas el9,5% de las niñas.

Por otra parte, se trata de un fenómeno de prácticamente el mismopeso urbano como rural, tanto en cantidades, en la distribución in-terna, como en porcentajes de la población total. No es como podríaesperarse un hecho típicamente urbano; sin embargo, para una de-finición más precisa del fenómeno rural caben investigaciones cuan-titativa y cualitativa. En cantidades, son 29.544 niñas y niños en laciudad (49%) y 30.754 en el campo (51%); y constituyen el 9,4% deltotal de la población de la ciudad y del campo, el 9,2%.

Los grupos de edad presentan marcadas diferencias según se consi-deren cantidades, su incidencia en la población respectiva o su dis-tribución interna. De partida, no se registran niñas o niños de 5 a 9años en esta condición. Segundo, son 38.377 niñas y niños de 10 a14 años (63,6% ) y 21.921 de 15 a 17 años (36,4%). Pero en el totalde sus respectivos grupos de edad significan el 11,1% y el 15,3%,respectivamente.

Existe mayor cantidad de criadas/os de 10 a 14 años que de 15 a 17porque existe una menor integración al mercado laboral, aunque singran diferencia en porcentaje porque ya un segmento importante deeste último grupo de edad se halla en el trabajo remunerado o noremunerado o no trabaja (con un segmento de la poblacióndesempleada).

El idioma presenta las pautas esperadas. Criadas y criados guaraníparlantes constituyen 33.006 personas, el 10,1% del total de perso-nas de 5 a 17 años y el 54,7% del total de criadas/os. Quienes seexpresan en guaraní-castellano conforman 15.517 personas, el 9,6%de este grupo de hablantes y el 25,7% del total de criadas/os. Final-mente, quienes hablan castellano son 10.788 personas, el 7,3% del

32 La metodología para identifi-car a las personas que pue-den considerarse criados ocriadas ha sido la siguiente.Primero, se identificó a laspersonas de 5 a 17 años querealizan exclusivamente tra-bajo doméstico. De este gru-po, categorizado por razonesde parentesco con la jefaturade hogar, se seleccionó exclu-sivamente a otros parientes(no hijos/as de la jefatura dehogar) y no parientes. Terce-ro, de éste se volvió a selec-cionar exclusivamente a la ni-ñez de esta franja etaria quecarece de padre o de madreo de ambos en el hogar en elque trabajó.La selección deno parientes dedicados al tra-bajo doméstico es obvia: sonniños o niñas que hacen ex-clusivamente estas tareas yviven en hogares de terceros.Se ha incluido a otros parien-tes porque también puededarse el caso de que estaspersonas dentro de los arre-glos (y discursos) familiaresde hecho cumplan la funciónde criados o criadas, aunqueno reciban tal denominación.Avala esta selección de losdos grupos el hecho de queno cuenten con la madre, elpadre o ambos en el hogar;lo cual significadesprotección.Esta definiciónde criada/o/s cuenta con doslimitaciones: permite la “filtra-ción” (inclusión) de quienesno cumplen esta función; ypermite la omisión o exclu-sión de quienes cumplen di-cha función a pesar de queviva con su madre o padre oambos en dicho hogar.

33 Por esta razón el total de re-ferencia es de 648.276 per-sonas, y no lo usual, que con-templa al trabajo domésticoexclusivo, a éste más el re-munerado y al doméstico másel no remunerado, que alcan-zan 751.049 personas.

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86 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

total de niñas y niños de 5 a 17 años que utiliza este idioma pero el17,9% del total de criadas/os. Esto señala la asociación mayor entrecriadazgo y guaraní, guaraní-castellano y castellano, en esta prela-ción, lo cual resulta consistente con lo encontrado hasta ahora.

Finalmente, la vinculación entre la condición de criada o criado y elnivel socioeconómico se presenta claramente al considerar los nive-les de pobreza acordes a la estratificación social creada. A menorpobreza de las familias receptoras (hogares en los cuales residen),mayor proporción de criadas y criados; o a mayor pobreza de hoga-res receptores, menor proporción de criadas y criados. Esto es, cons-tituyen 37.959 niñas y niños en hogares no pobres y 63% del total decriadas/os, por una parte; 22.339 niñas y niños en hogares pobres y37% del total de criadas/os.

Existe mayor cantidad y porcentaje en hogares no pobres que enhogares pobres; debido a que no pobres cuentan con más recursospara disponer de criadas/os. Resulta significativo que la niñez enesta condición (criadazgo) constituye el 11,9% de la niñez de hoga-res no pobres, el 7,7% de hogares pobres no extremos, el 6,8% dehogares pobres y el 5,7% de hogares pobres extremos. Es relevanteque el fenómeno se encuentre tan extendido en todos los estratossociales, evidencia de continuidad cultural y de mano de obra muybarata aún en hogares de pobreza extrema.

2. Trabajo infantil peligroso

La Ley Nº 1.657, del 10 de enero de 2001, ratificó el Convenio 182de OIT referente a las peores formas de trabajo infantil y al compro-miso del Estado paraguayo de tutelar el bienestar moral y físico deniños, niñas y adolescentes en materia laboral. Se aprobó el listadode trabajo infantil peligroso mediante el Decreto Nº 4.951, del 22 demarzo de 2005 (cuyo texto completo se encuentra en los anexos).

El decreto mencionado lista 26 tipos o categorías de trabajo infantilpeligroso de amplia diversidad, dado que comprende tipos muy es-pecíficos, como trabajos que impliquen traslados de dinero y otrosbienes; y otros relativamente amplios, como trabajos insalubres. Enmuchos casos se trata de ocupaciones difíciles de medir, como tra-bajos con agroquímicos: manipulación, transporte, venta, aplicacióny disposición de los desechos.

Con el objetivo de identificar y cuantificar a los tipos de trabajo in-fantil peligroso se han agrupado las ocupaciones en las categoríascon las variables consideradas más importantes, como son sexo yárea. El análisis desde la perspectiva del trabajo infantil peligroso enla niñez de 5 a 17 años comprende tres momentos: el trabajo remu-nerado; el no remunerado; y la sumatoria de ambos, y de criadazgoque también se define como niñez en situación de trabajo infantilpeligroso.

2.1. Trabajo infantil peligroso en trabajo remunerado

Para la niñez de 5 a 17 años dedicada exclusivamente al trabajoremunerado, el trabajo infantil peligroso comprende a 67.239 niñasy niños (61,9% de ese grupo de edad). En otras palabras, la mayoría,o seis de cada diez, se halla en situación de vulnerabilidad o, ensituación de alto riesgo (Cuadro Nº 4.2.1).

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Así como mayor cantidad de niños que de niñas se hallan en el tra-bajo remunerado, también en el trabajo infantil peligroso ellos(50.462 niños) triplican el número femenino (16.777 niñas). Sinembargo, las niñas se hallan en situación de mayor peligro porquellevan a cabo trabajo infantil peligroso el 66,5% de las mujeres y60,5% de los varones.

Por otra parte, alrededor del promedio general se hallan en trabajo infantilpeligroso niñas y niños de la ciudad como del campo. Pero, en canti-dad, son 41.441 niñas y niños del ámbito urbano y 25.798 del rural.

En resumen, seis de cada diez niñas y niños dedicados exclusiva-mente al trabajo remunerado se hallan en el trabajo infantil peligro-so, con una ligera mayor proporción de niñas y sin diferencias porárea. Pero en cantidad los niños triplican a las niñas, y la niñez urba-na constituye el 1,6 veces la del campo.

Los tipos de trabajo infantil peligroso mayoritarios son el transportemanual de cargas pesadas (24.807 personas o 36,9% del total), eltrabajo infantil doméstico (16.820 personas o 25% del total), el tra-bajo en la vía pública y ambulante (9.419 personas o 14% del total) yel trabajo con máquinas y herramientas manuales y mecánicas denaturaleza punzocortante, aplastante, atrapante y triturante (6.795personas o 10% del total), que constituyen el 86% del total de perso-nas en trabajo infantil peligroso (67.239 personas).

Existen marcadas diferencias por sexo y área en el trabajo infantil peli-groso remunerado. Para los varones, casi la mitad corresponde al trans-porte de cargas pesadas (24.444 varones) y para uno de cada cinco eltrabajo en la vía pública y ambulante (8.944 varones), mientras quecasi todo el trabajo de las niñas es doméstico (15.868 mujeres).

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88 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

En el caso de la distribución por área se mantiene la misma jerarquíaen las categorías, aunque con diferente concentración en la inicial:de la niñez en trabajo infantil peligroso, el transporte manual decargas pesadas (13.002 personas) representa la mitad de la rural ytres de diez (11.805 personas) de la urbana.

Vale apuntar que el trabajo doméstico remunerado en casa de terce-ros está constituido por 16.820 personas que se distribuyen en 952niños y 15.868 niñas; y 11.020 niños y niñas del área urbana y 5.800de la rural. En este grupo se trata del 94,3% de niñas y el 65,5% de laciudad.

En otras palabras, el transporte manual de cargas pesadas, el tra-bajo infantil doméstico y el trabajo en la vía pública y ambulanteconstituyen tres de cada cuatro niñas y niños en trabajo infantil pe-ligroso, con diferencias muy marcadas por sexo antes que por área,especialmente por el casi monopolio del trabajo infantil domésticoen las niñas.

2.2. El trabajo infantil peligroso sin remuneración

En la niñez de 5 a 17 años dedicada exclusivamente al trabajo noremunerado, el trabajo infantil peligroso comprende a 17.219 per-sonas (15,6%). Si se recuerda que en el trabajo no remunerado al-canza el 61,9%, el no remunerado comprende a solo un cuarto dedicha proporción. En otras palabras, a menor inserción en el merca-do laboral, no remunerado versus remunerado, mucha menor peli-grosidad y viceversa (Cuadro Nº 4.2.2).

Proporcionalmente, tanto varones como mujeres se encuentran enel promedio de trabajo infantil peligroso. Sin embargo, en cantida-des las mujeres (1.538) representan un décimo de los varones (15.681personas).

Por otra parte, la proporción de niñez urbana en trabajo infantilpeligroso triplica a la rural: se trata de 36,5% y 10,2%, respectiva-mente. Esto es una indicación más de la mayor precariedad del tra-bajo urbano en comparación al rural, aunque éste sea, muchas ve-ces, cuantitativamente mayor. Efectivamente, se hallan en el trabajoinfantil peligroso 8.213 niñas y niños de la ciudad y 9.006 del cam-po.

En resumen, menos de uno de cada seis niñas y niños dedicadosexclusivamente al trabajo no remunerado se hallan en trabajo infan-til peligroso, con equilibrio por sexos, pero una marcada mayor pro-porción de niñas y niños del área urbana. Pero en cantidad los niñosen trabajo infantil peligroso son diez veces más que las niñas, mien-tras que la niñez urbana solo constituye poco más que la del campo.

Los tipos de trabajo infantil peligroso mayoritarios son el trabajo enla vía pública y ambulante (4.935 personas o 28,7% del total), eltrabajo con ganado mayor (4.183 personas o 24,3% del total), eltransporte manual de cargas pesadas (3.383 personas o 19,6% deltotal) y el trabajo con máquinas y herramientas manuales y mecáni-cas de naturaleza punzocortante, aplastante, atrapante y triturante(3.166 personas o 12,6% del total), que constituyen el 85,2% deltotal de personas en situación de trabajo infantil peligroso (17.219personas).

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Existen marcadas diferencias por sexo y área. Para los varones, setrata de trabajo en la vía pública y ambulante (4.309 personas o27,5%), trabajo con ganado mayor (3.520 personas o 22,4%) y trans-porte de cargas pesadas (3.383 personas o 21,6%), mientras quepara las niñas las dos primeras categorías (626 o 40,7% y 663 perso-nas o 43,1%, respectivamente) comprenden a una muy amplia mayo-ría. Puede acotarse que el trabajo con ganado mayor sería de la mis-ma naturaleza pero con actividades distintas para niños y niñas.

En el caso de la distribución por área se observan marcadas diferen-cias. En el área urbana se trata del transporte manual de cargas pe-sadas (2.660 personas o 32,4%) y de trabajo en la vía pública y am-bulante (2.113 personas o 25,7%), mientras que en el área rural es eltrabajo con ganado mayor (3.655 personas o 40,6%) y en la vía pú-blica y ambulante (2.822 personas o 31,3%).

En otras palabras, el trabajo en la vía pública y ambulante, el trabajocon ganado mayor y el transporte manual de cargas pesadas confor-man tres de cada cuatro niñas y niños en trabajo infantil peligroso,con diferencias muy marcadas por sexo y área.

2.3. El trabajo infantil peligroso en el trabajoremunerado, el no remunerado y el criadazgo

Cabe ahora considerar globalmente a estas tres áreas donde se hallael trabajo infantil peligroso. En primer lugar, al unificar el remune-rado y el no remunerado se cuenta con un panorama más global deltrabajo infantil peligroso en la niñez económicamente activa. El tra-bajo infantil peligroso comprende a 84.458 personas o el 38,5% de

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la niñez económicamente activa de 5 a 17 años. Se trata de cuatrode cada diez niñas y niños, que resulta en un significativo grado depeligrosidad en las actividades que realizan.

Sin embargo, tanto el trabajo remunerado como el no remuneradono contemplan al criadazgo, así como se ha definido en este capítu-lo. Criadas y criados quedan invisibilizados en estas aproximacio-nes, son excluidos por razones fundamentalmente culturales. Suslargas horas, casi 24 por semana, ni son visualizadas ni son valo-radas; porque no cuestan dinero: simplemente no existen. La contri-bución del enfoque aquí utilizado es relevar a criadas/os en el traba-jo infantil peligroso.

Esta tabla presenta las cantidades de a) trabajo remunerado y noremunerado con sus correspondientes categorías; b) trabajo domés-tico; y c) total del trabajo infantil peligroso de cantidades.

A seguir se presentan los porcentajes de:a) trabajo remunerado y no remunerado en relación a su total;b) criadazgo en relación al trabajo doméstico; yc) total del trabajo infantil peligroso de remunerado + no remune-

rado + criadazgo.

Niñez de 5 a 17 años en trabajo infantil peligroso por sexo y área según ocupación

(cantidad, porcentaje y distribución interna), 2004. (Cuadro Nº 4.2.3)

Distribución (en porcentaje) del Trabajo Infantil Peligroso (total)

Actividad Hombre Mujer Urbana Rural Total

Transporte manual de cargas pesadas 33,1% 0,6% 18,3% 20,9% 19,5%

Trabajo infantil doméstico remunerado 1,1% 26,1% 13,9% 8,8% 11,6%

En la vía pública y trabajo ambulante 15,8% 1,8% 11,2% 8,4% 9,9%

Máquinas y herramientas peligrosas 10,4% 0,4% 8,6% 3,3% 6,2%

Con ganado mayor 6,5% 1,1% 1,2% 7,9% 4,3%

Postura ergonómica, aislamiento y apremio de tiempo 2,9% 0,0% 3,0% 0,1% 1,7%

Otros 8,9% 0,1% 6,5% 3,7% 5,2%

Criadazgo 21,2% 69,9% 37,3% 46,9% 41,7%

Total Trabajo Infantil Peligroso 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%

Total Cantidad Trabajo Infantil Peligroso 83.980 60.776 79.198 65.558 144.756

Hombre Mujer Urbana Rural Total

Cantidad % Cantidad % Cantidad % Cantidad % Cantidad %

Remunerado y No remunerado

Transporte manual de cargas pesadas 27.827 15,2% 363 1,0% 14.465 16,3% 13.725 10,5% 28.190 100%

Trabajo infantil doméstico remunerado 952 0,5% 15.868 44,2% 11.020 12,4% 5.800 4,4% 16.820 100%

En vía pública y trabajo ambulante 13.253 7,2% 1.101 3,1% 8.874 10,0% 5.480 4,2% 14.354 100%

Máquinas y herramientas peligrosas 8.712 4,8% 249 0,7% 6.817 7,7% 2.144 1,6% 8.961 100%

Con ganado mayor 5.494 3,0% 663 1,8% 985 1,1% 5.172 4,0% 6.157 100%

Postura ergonómica, aislam. y apremio de tiempo 2.453 1,3% 0 0,0% 2.378 2,7% 75 0,1% 2.453 100%

Otros 7.452 4,1% 71 0,2% 5.115 5,8% 2.408 1,8% 7.523 100%

Subtotal trabajo peligroso 66.143 36,1% 18.315 51,0% 49.654 56,0% 34.804 26,7% 84.458 100%

Subtotal Trabajo no peligroso 117.223 63,9% 17.580 49,0% 39.038 44,0% 95.765 73,3% 134.803 100%

Subtotal 183.366 100,0% 35.895 100,0% 88.692 100,0% 130.569 100,0% 219.261 100%

Trabajo doméstico

Criadazgo 17.837 7,2% 42.461 8,5% 29.544 8,3% 30.754 7,7% 60.298 100%

Población no en Trabajo Peligroso 230.717 92,8% 460.034 91,5% 324.450 91,7% 366.301 92,3% 690.751 100%

Población en Trabajo Doméstico 248.554 100,0% 502.495 100,0% 353.994 100,0% 397.055 100,0% 751.049 100%

Total

Trabajo Infantil Peligroso 83.980 36,1% 60.776 51,0% 79.198 56,0% 65.558 26,7% 144.756 100%

Trabajo Infantil No Peligroso 347.940 63,9% 477.614 49,0% 363.488 44,0% 462.066 73,3% 825.554 100%

Total general 431.920 100,0% 538.390 100,0% 442.686 100,0% 527.624 100,0% 970.310 100%

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Con la inclusión de criadas y criados, las cantidades y proporcionesdel trabajo infantil peligroso se alteran fundamentalmente. Efectiva-mente, se trata de 60.298 criadas/os compuestos por 17.837 niñosy 42.461 niñas; y 29.544 residentes en el área urbana y 30.754 en larural. Por otra parte, se cuenta con 84.458 niñas y niños en trabajoremunerado y no remunerado.

Se presenta ahora el análisis conjunto y especialmente la distribu-ción interna de las categorías en el trabajo infantil peligroso. El totalde la niñez en trabajo infantil peligroso es de 144.756 o 19,4% deltotal de la niñez 5 a 17 años que trabaja de una u otra forma, y quesuman 970.310 personas. La población en trabajo infantil peligrosose descompone entre 83.980 niños y 60.776 niñas. Por otra parte,79.198 están en ciudades y 65.558 en el campo. En resumen, eltrabajo infantil peligroso alcanza al 38,5% de niñas y niños en traba-jo remunerado y no remunerado, y al 8% del doméstico.

Dentro del trabajo infantil peligroso, las seis categorías, que confor-man casi nueve de cada diez casos del total, son criadas/os (60.298personas o 41,7%), transporte manual de cargas pesadas (28.190personas o 19,5%), el trabajo infantil doméstico remunerado (16.820personas o 11,6%), el trabajo en la vía pública y ambulante (14.354personas o 9,9%) y trabajo con máquinas y herramientas con carac-terísticas punzocortante, aplastante, atrapante y triturante (8.961personas o 6,2%).

Nota: varios incluye a la cat .12 + cat . 18 + cat . 23 + otros.

Esta distribución general presenta diferencias tanto por sexo comopor área. Para los varones tiene mayor peso el transporte manual decargas pesadas (33,1%), el criadazgo (21,2%), el trabajo en la víapública (15,8%) y el trabajo con máquinas y herramientas peligrosas(10,4%). Por el contrario, las niñas se concentran exclusivamente endos categorías: criadas (69,9%) y trabajo infantil doméstico (26,1%).Como en ocasiones anteriores, el trabajo de los niños es másdiversificado que el de las niñas.

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Nota: varios incluye a la cat .12 + cat . 18 + cat . 23 + otros.

En la distribución por áreas, las primeras cuatro categorías son igua-les para ambas, pero con pesos diferenciados. La primera categoríaes el criadazgo, que constituye el 37,3% de la niñez urbana y el46,9% de la rural. Las siguientes son transporte manual de cargaspesadas, trabajo infantil doméstico remunerado y trabajo ambulan-te en la vía pública.

Resumiendo, las conclusiones generales son dos:1) A mayor inserción en el mercado laboral, mucha mayor peligro-

sidad en la niñez de 5 a 17 años porque el trabajo infantil peli-groso alcanza al 38,5% de niñas y niños del trabajo remuneradoy no remunerado; y al 8% del trabajo doméstico.

2) El mayor volumen de niñas y niños en trabajo infantil peligrosoes, en cierto sentido, invisible porque se trata del trabajo de cria-das y criados, quienes son cuatro de cada diez niñas y niños entrabajo infantil peligroso.

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V. Conclusiones yrecomendaciones

El informe se basa en las encuestas de hogares de la DGEEC. En laprimera parte se analiza la evolución de la niñez económicamenteactiva de 10 a 17 años entre 2001 y 2004; en la segunda, la niñezque trabaja y la que no lo hace, de 5 a 17 años, según el módulo deEPH 2004; en la tercera, los tipos de trabajo de la niñez, de 5 a 17años, en la EPH 2004; y en la cuarta, estudios específicos de ciertosgrupos, de 5 a 17 años, en la EPH 2004.

1. Conclusiones por área de análisis

1.1. Respecto a la evolución de la niñez trabajadora de10 a 17 años entre 2001 y 2004

1) La niñez trabajadora de 10 a 17 años pasó de 288.717 en 2001a 338.833 personas en 2004. De esta cantidad, 232.719 sonniños y adolescentes (68,7%), 142.052 personas residen en elárea urbana (58,1%), 188.381 de 15 a 17 años (55,6%), 176.278son no pobres (52%) y 84.311 son pobres extremos (24,9%).

2) Teniendo como base a 2001 (100%), han crecido porcentualmentemás rápido: a) las niñas; b) la niñez de 10 a 14 años; y c) seencuentra una escalera perfecta entre mayor pobreza y mayorincremento en pobres extremos, pobres, pobres no extremos y–no pobres. Esto significa mayor presión por la incorporación delas niñas, de la niñez más joven y de la población más pobre almercado laboral.

3) La distribución de la niñez económicamente activa por quintilesde ingreso muestra el 57% de la niñez en los dos quintiles máspobres y el 22,5% en el más rico. En contrapartida, en la niñez noeconómicamente activa se trata del 46,7% y el 32,7%, respectiva-mente. En otras palabras, la niñez trabajadora cuenta con 10,3%más de población que la no trabajadora en los quintiles más po-bres, mientras que el 10,5% menos en el quintil de mayor ingre-so. En la primera se concentra mayor pobreza y menos riqueza,en la segunda menos pobreza y más riqueza.

4) Se encuentran diferencias en los servicios básicos de la viviendaentre la niñez que trabaja y la que no lo hace. Es pequeña encuanto a energía eléctrica, pero el 55,7% de la niñez económica-mente activa no cuenta con agua en red, en comparación al 40,1%de la no activa; y el 58,9% y el 39,3%, respectivamente, en inodo-ro con conexión. La importancia de estos indicadores para la sa-lud es sustantiva. No se encuentran diferencias relevantes porsexo dada la estructura familiar de equilibrio de sexos, pero sí

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por área de residencia, siempre en desmedro de la rural, y pornivel de pobreza, como puede esperarse.

5) Entre los bienes duraderos del hogar resulta relevante señalar lamayor carencia de heladera antes que de televisor, a pesar de suimportancia para la salud con las altas temperaturas típicas denuestro país. Las carencias de estos recursos, en orden creciente–o de lo que más se dispone a lo que menos se cuenta– sontelevisor, heladera, teléfono celular, teléfono fijo, computadorapersonal y computadora conectada a internet. Además de laheladera, los otros bienes son indicadores de la tenencia o no delas tecnologías de la información y la comunicación.

6) En 2004, en sus respectivos hogares, la niñez trabajadora mues-tra los siguientes indicadores: 28,8% sin televisor; 40% sinheladera; 71,4% sin teléfono celular; 91,4% sin teléfono fijo; 97,2%sin computadora personal y 99,9% sin computadora personal co-nectada a internet. Esto significa que de cada diez niños/as tra-bajadores, en sus respectivos hogares, alcanza a tres sin televi-sor, cuatro sin heladera, siete sin teléfono celular, nueve sin telé-fono fijo y nadie con computadora conectada o no a internet.

7) Las diferencias se dieron por área de residencia y pobreza, perosin mayores efectos en los últimos tres indicadores con una ex-clusión estructural en tecnologías de información y comunica-ción.

8) En cuanto a salud, en 2004 casi toda la niñez trabajadora (92,8%)carece de seguro de salud y el 29,5% ha tenido un accidente oenfermedad en los últimos 90 días. Estas proporciones son se-mejantes a la de la niñez no activa, evidencia de las limitacionesen la atención en salud a las unidades familiares.

9) La niñez económicamente activa (61,9%) en comparación con lano activa (43,2%) habla más guaraní y menos castellano, 13,9% y29,5%, respectivamente, con pequeñas diferencias en guaraní-castellano, 21,3% y 24%. Esto implica que la mayor proporciónde guaraní se compensa con la menor de castellano en la niñeztrabajadora, y la menor proporción de guaraní se compensa conla mayor de castellano en la no activa.

10)La educación formal e informal, el proceso de socialización glo-bal –incluyendo a los medios de comunicación y los requerimien-tos del mercado laboral, entre otros factores– influyen en el idio-ma hablado en el hogar por la niñez económicamente activa.Primero, la “desguaraniza” sustantivamente; segundo, eleva –peroen menor medida– la proporción de quienes se expresan enguaraní-castellano; y, tercero, aumenta ligeramente el grupo decastellano parlantes. Esto se infiere del análisis por edades sim-ples, de 10 a 17 años. A los 10 años, el 74,5% de la niñez econó-micamente activa se expresa en guaraní y el 52,9% a los 17 años.Por otra parte, el 10,3% de la niñez económicamente activa a los10 años habla guaraní-castellano y el 23,7% a los 17 años. Final-mente, también creció la proporción de castellano parlantes peroen mucho menor medida, de 14,8% a 20%, en los años inicial yterminal.

1.2. Respecto a las características de la jefatura y eltipo de hogar en 2004

1) El análisis de la jefatura comprende a los hogares nucleares com-pletos e incompletos, extendidos y compuestos. Se ha excluidoa los unipersonales por cuanto que no comprenden niños/as, yla proporción de las jefaturas de menores de 18 años es margi-

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nal. Se trata de 1.184.834 jefaturas. Son masculinas tres de cadacuatro, son urbanas seis de diez y son no pobres tres de cuatro.

2) El promedio de edad es 45,8 años y bastante. El promedio deaños de escolaridad aprobados también y es significativamentebajo: 6,9 años. En este caso los jefes cuentan con ligera mayorescolaridad que las jefas, la diferencia urbana-rural es grande yse tiene la escalera de mayor bienestar y mayor escolaridad yviceversa.

3) Las jefaturas dominantes son las nucleares completas, 52,3%, ylas extendidas, 32,3%. Las de hogares nucleares incompletos al-canzan el 11,8% y las de hogares compuestos, el 3,5%. Lapervivencia en el nivel global y hasta expansión de hogares ex-tendidos en el área urbana muestra pobreza y pobreza urbana,respectivamente.

1.3. Respecto al trabajo infantil según tipo de trabajoen 2004

1) Para identificar y cuantificar a la niñez trabajadora y no trabaja-dora de 5 a 17 años, compuesta por 1.824.499 personas, y te-niendo presente la disponibilidad de datos existente se las orga-nizó buscando categorías excluyentes. Se produjo el siguienteresultado: a) trabajo remunerado exclusivamente; b) trabajo noremunerado exclusivamente; c) trabajo doméstico exclusivamen-te: d) remunerado + doméstico; e) no remunerado + doméstico;y e) no trabaja. No se encontró población de trabajo remunerado+ no remunerado, evidencia de que el último es tránsito hacia elprimero; por inferencia tampoco existe la combinación remune-rado + no remunerado + doméstico.

2) Los tipos o formas de trabajo, el porcentaje que cada uno repre-senta y la cantidad de personas se encuentra en el siguiente cua-dro. Se optó por unir las combinaciones vinculadas al trabajodoméstico para evitar desagregación de datos que podríancomplejizar inútilmente el análisis y porque las combinacionesse inclinan más al doméstico desde este punto de vista. Por ello,se tiene al final del cuadro una fila más de la extendida categoríatrabajo doméstico, que comprende a éste exclusivamente, y éste+ remunerado y doméstico + no remunerado.

3) El cuadro se presenta así:

Tipo (o forma) de trabajo Porcentaje Cantidad de personas

Solo trabajo remunerado 6,0% 108.569

Solo trabajo no remunerado 6,1% 110.692

Solo trabajo doméstico 35,5% 648.276

Trabajo remunerado y doméstico 2,1% 39.075

Trabajo no remunerado y doméstico 3,5% 63.698

No trabaja 46,8% 854.139

Total 100% 1.824.449

Trabajo doméstico (extendido) 41,2% 751.049

Nota: en la niñez de 5 a 17 años que comprende a la de 10 a 17 años se encuentra

una porción de niñez económicamente pero desempleada.

4) Según la tasa de actividad, existe una marcada división sexualdel trabajo en cuanto que: a) los varones trabajan menos que lasmujeres, 46,2% y 60,6%, respectivamente; b) para las trabajado-ras domésticas la desigualdad es mayor, 26,6% y 56,6%, respec-tivamente; c) en contrapartida, exclusivamente trabajo remune-rado + no remunerado es 19,6% y 4%, respectivamente.

5) En el área urbana, de mayor bienestar, se cuenta con 46% deniños/as que trabajan, en comparación con el 61,2% de la rural.

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96 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

Asimismo, a mayor edad, mayor trabajo: lo hace el 24,8% de losniños/as de 5 a 9 años; el 67,2% de los de 10 a 14 años; y el78,4% de los de 15 a 17 años.

6) Al considerar sexo y grupos de edad se halla: a) los varoneshacen menos trabajo doméstico y éste disminuye sustantivamentecon la edad, mientras que aumenta su inserción en el mercadolaboral; y b) las niñas permanecen en el trabajo doméstico, aun-que también aumentan su empleo a medida que se incrementa laedad, pero en mucho menor proporción que los varones.

7) El área de residencia y el grupo de edad también implican dife-rencias pero en menor medida.

8) El trabajo de la niñez importa sobre todo por su incidencia en laasistencia o no a una institución educativa. Primero, se registrauna inasistencia a la escuela del 14,5% o 265.405 niñas y niños.Una de cada siete personas de 5 a 17 años del total (1.824.449)no asiste a una institución educativa, proporción significativa yque se agrava según área y edad más que por sexo.

9) La segunda cuestión relevante es que, independientemente de lacantidad de personas, a mayor inserción laboral, mayorinasistencia escolar. Efectivamente, no asiste a la escuela el 36,1%de quienes solamente hacen trabajo remunerado, el 27,2% dequienes exclusivamente se dedican al no remunerado y el 12,5%de quienes realizan trabajo doméstico.

10)La exclusión educativa es mucho más aguda en el campo que enla ciudad: 20,1% y 9,6%, respectivamente. La mencionada exclu-sión aumenta con la edad: no asiste a institución educativa el12,6% del grupo de 5 a 9 años, el 8,2% del de 10 a 14 años y el29,7% del de 15 a 17 años. El elevado porcentaje en el grupo demenor edad se explica por el tardío ingreso en el preescolar, 5años de edad, o porque directamente no lo cursan.

11)Entre quienes no asisten a la institución educativa, de 5 a 17años, las causas son: razones económicas (37,1%); no tiene edad(22,2%) que se refiere exclusivamente al grupo de 5 a 9 años; noquerer estudiar más (13,1%); y problemas del centro educativo(11,8%). Estas cuatro razones comprenden el 84,2% de las mis-mas.

12)La perspectiva de género permite visualizar razones diferencia-das en la inasistencia educativa. Las niñas se ven influenciadasmás que los varones por motivos familiares (puede presumirsepor el trabajo doméstico) y problemas en el centro educativo(por ejemplo, lejanía), mientras que ocurre lo opuesto en el casode la falta de edad (no tiene edad). En el caso de los varones,razones culturales y hasta económicas influirían en retrasar laentrada de los niños más que de las niñas en el sistema educati-vo.

13)Además de las razones económicas como factor principal paraambas áreas de residencia, los problemas del centro educativotienen mayor peso en el área rural, mientras que no tener edadpara la escuela y no querer estudiar en la urbana. La razón men-cionada en el área rural se puede considerar dentro de lo espera-do. Pero no tener edad puede leerse como excusa para no confe-sar pobreza más que condicionamiento cultural, mientras que elno querer estudiar podría deberse a la presión laboral y la perti-nencia de los programas educativos.

14)En los grupos de edad, las razones mayores de inasistencia sonno tener edad para ir la escuela para 5 a 9 años y razones econó-micas para 10 años en adelante.

15)La relación entre estudio y trabajo es inequívoca. Para quienestrabajan de una u otra forma, la razón fundamental de la exclu-

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sión educativa es la económica, cuyo promedio global es de 37,1%.Esta razón constituye el 61,7% de quienes realizan trabajo remu-nerado exclusivamente, 53,2% de los no remunerados exclusiva-mente y el 44,6% de los domésticos. Mayor inserción laboral omayor presión por ingresos impiden la continuidad en los estu-dios.

1.4. Respecto al trabajo remunerado en 2004

1) En el trabajo remunerado se encuentran 108.569 niños/as, queconstituyen el 6% de la población total de 5 a 17 años. Cuatrocategorías constituyen casi la totalidad y una sola más de la mi-tad. Los trabajadores no calificados (60,0%); los agricultores ytrabajadores agropecuarios y pesqueros (13,2%); los oficiales,operarios y artesanos (13,1%); y los trabajadores de servicios yvendedores de comercios y mercados (10%), o sea el 96,3%. Lasdiferencias mayores son por sexo y área antes que por nivel depobreza.

2) Según rama de actividad, la niñez de 10 a 17 años se parece a lapoblación adulta, con predominio muy claro del sector terciario.Trabaja en el comercio, restaurantes y hoteles el 27,9%, y enservicios comunales, sociales y personales, el 26,5%. Por otraparte, el 23,4% se encuentra en el sector primario y el 13,5% enla industria manufacturera. La desagregación por sexo es mayorque la de área de residencia, mientras que las diferencias porniveles de pobreza presentan líneas irregulares.

3) En promedio, la niñez de 5 a 17 años en trabajo remuneradoexclusivamente se dedica 38,8 horas semanales, trabajando máslas mujeres que los varones y con mayor trabajo a mayor edad.Se apunta que los no pobres trabajan más horas que los pobres,probablemente por menos oportunidades, no por menos caren-cias.

4) La razón de trabajo de este grupo de población es ayudar conlos gastos de la casa o para pagar o ayudar a pagar sus estudios,seis de diez; o para tener su propio dinero, una de cada cuatropersonas. Se encuentran importantes asimetrías por edad –amayor edad, mayores responsabilidades con la casa y el estudio–y por nivel de pobreza –a mayor pobreza, mayores recursos parala casa antes que para el estudio o el dinero propio.

5) Lo ganado se queda con quien lo ganó en dos de tres casos; o seentrega a los padres (madre, padre o persona encargada), el ter-cio restante. Resulta relevante el nivel de pobreza: a mayor po-breza, mayor entrega de recursos a padres. Finalmente, quienesse quedan con el importe de lo ganado, lo destinan a gastospersonales y a la educación, encontrándose que a mayor edad,más recursos a la educación.

6) Todos los niños y niñas de 5 a 9 años que se hallan en el trabajoremunerado lo hacen fuera de la casa, lo cual en principio signi-fica menor protección.

7) De este mismo grupo de edad, seis de diez trabajan entre 1 y 5días; y dos de diez entre 6 y 7 días por semana. Las semejanzasse dan entre hombre-urbana y mujer-rural, menor asimetría segúnpobreza-no pobreza, en desmedro de las niñas y la niñez rural.

8) La mitad de la niñez de 5 a 9 años trabaja a la tarde y un cuartoa la mañana y tarde. Los varones trabajan a la tarde o mañana ytarde, mientras que las niñas a la mañana o a la mañana y tarde,lo que redundaría en mayor protección a la niña. En el área urba-na, predominantemente a la tarde, y en la rural, a la mañana ytarde. La niñez no pobre trabaja predominantemente a la maña-

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na, mientras que la pobre a la tarde o la mañana y tarde, o seamayor pobreza y menor tiempo de estudio.

9) Sin embargo, la mitad de este grupo poblacional trabaja acom-pañada de adulto y la otra mitad sin él o ella. El promedio deedad de inicio en el trabajo es a los 7,6 años, independientemen-te de sexo, área o pobreza.

1.5. Respecto al trabajo no remunerado en 2004

1) En el trabajo no remunerado se encuentran 110.692 personas,que conforman el 6,1% del total de 5 a 17 años. Cuatro ocupacio-nes constituyen casi la totalidad de este grupo de edad y unasola tres de cada cuatro. Se trata de a) agricultores y trabajado-res agropecuarios y pesqueros, (74,3%); b) trabajadores de servi-cios y vendedores de comercios y mercados (12,4%); c) trabaja-dores no calificados (7,9%); y d) oficiales, operarios y artesanos(3,9%). Se encuentran asimetrías importantes por sexo, área ynivel de pobreza.

2) La rama de actividad de la niñez de 10 a 17 años presenta unaestructura radicalmente diferente a la del trabajo remunerado. Eltrabajo no remunerado está concentrado fundamentalmente enel sector primario, con el 75,8%; en el terciario, con el 16,9%; yen el secundario, con el 6,8%; y con asimetrías marcadas porsexo, área y nivel de pobreza.

3) Las horas trabajadas semanalmente por la niñez en trabajo noremunerado exclusivamente es 31,8 menos a las 38,8 de la ni-ñez en trabajo remunerado exclusivamente. Los varones traba-jan algo más que las mujeres, pero la significativa diferencia estáen los grupos de edad, es decir, a mayor edad, mayor carga detrabajo: 15,6 horas de 5 a 9 años; 30,2 horas de 10 a 14 años; y36,6 horas de 15 a 17 años.

4) En la niñez de 5 a 17 años se trabaja porque se requiere de unoficio desde joven, con el 43,2%; o lo hacen por gusto (35%) o leobligan (14,2%). Al unir la primera y tercera respuesta se halla acasi seis de diez niñas o niños. Las diferencias son por sexo ygrupos de edad, no por área.

5) Por otra parte, en la niñez de 5 a 9 años la frecuencia de trabajoes semejante a la del trabajo remunerado; el 63,6% de quienesno trabajan remuneradamente lo hace entre 1 y 5 días a la sema-na, y el 25,7% tiene una jornada de 6 a 7 días semanales. Lamayor diferencia se encuentra por sexo y nivel de pobreza antesque por área de residencia.

6) El momento del día trabajado es la mañana o la tarde, o la maña-na y tarde para una de cada tres personas, y el décimo restantelo hace en la tarde y noche. Si bien existen asimetrías por sexo,área y condición de pobreza, no son tan relevantes como en otroscasos.

7) El promedio de edad de inicio en el trabajo de la niñez en trabajono remunerado es de 6,9 y muy ligeramente menor al de la niñezen trabajo remunerado (7,6 años) porque las destrezas requeri-das son algo menores. Tampoco existen asimetrías significati-vas por sexo, área o pobreza.

1.6. Respecto al trabajo doméstico en 2004

1) El trabajo doméstico –aunque no exclusivo– comprende a 751.049personas o al 41,2% del total de 5 a 17 años. Las actividadesrealizadas, no excluyentes, son limpieza de la casa (93,8%) se-guida en menor medida por lavado de ropas (55,6%) y cuidado

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de niños/as (52,6%). En el tercer nivel se halla el planchado deropas (39,6%) y cocinar (39,5%) y finalmente otras tareas (21,4%).La división sexual del trabajo es muy marcada, al igual que losgrupos de edad. También se perciben diferencias por área y nivelde pobreza.

2) La cantidad de horas trabajadas diariamente en trabajo domésti-co resultó ser muy uniforme. Primero, el 85,3% de esta poblacióntrabaja de 2 a 4 horas diarias. Se estableció el promedio de horastrabajadas por día y resultó 3,4, con la menor asimetría encon-trada entre todas las variables consideradas.

3) Entre las razones del trabajo doméstico, los resultados fueron:porque quiere ayudar (34,4%), porque debe ayudar (29,4%) y por-que ayuda para aprender (22,8%), o sea casi nueve de diez perso-nas se ubican en estas respuestas. No se encuentran diferenciasrelevantes por sexo o área, aunque sí según grupos de edad yniveles de pobreza.

1.7. Comparaciones entre trabajo remunerado, noremunerado y doméstico

Ocupación

5 a 17 años

Trabajo No Calificado:60,0%

Agricultura: 13,2%

Obras y artesanía 13,1%

Serv. com.: 10,0%

Agricultura: 74,3%

Serv. com.: 12,4%

Trabajo No Calificado:7,9%

Obras y artesanía 3,9%

Rubro

10 a 17 años

Comercio: 27,9%

Servicio: 26,5%

Primario: 23,4%

Industria: 13,5%

Primario: 75,8%

Secundario:6,8%

Terciario: 16,9%

Frec. semanal

5 a 9 años

1- 5 días: 6 de 10

6-7 días:2 de 10

1-5 días:63,6%

6-7 días: 25,7%

Momento

5 a 9 años

Tarde: 50,0%

Mañana y tarde: 25,0%

Mañana: 1 de 3

Tarde: 1 de 3

Mañana y tarde:1 de3

Tarde y noche:1 de 10

Edad inicial

5 a 9 años

6 años pero la

mayor parte a

los 7 años

4-5 años: 17,0%

6-7 años:45,4%

8-9 años:37,6%

Horas trabaj.

5 a 17 años

36,5 horas x

semana

30,1 horas x

semana

Razones

5 a 17 años

Ayudar gasto casa o

pago estudios: 6 de 10

Propio dinero: 1 de 4

Requieren oficio de

joven: 43,2%

Por gusto: 35%

Le obligan: 14,2%

¿Dónde trabajan?

5 a 9 años

Todo/as fuera de la casa

Acompañado o no de

persona adulta. 5 a 9 años

La mitad sí, la otra mitad no

¿A quién entrega lo ganado?

5 a 17 años

Lo retiene: 2 de 3

Entrega a padre/madre: 1 de 3

Quienes lo retienen: ¿En qué

gastan? 5 a 17 años

Gastos personales y de educación

Exclusivamente trabajo remunerado

Trabajo doméstico, de 5 a 17 años, 751.049 personas o 41,2%

Razón de trabajo

Quiere ayudar: 34,4%

Debe ayudar: 29,4%

Ayuda para aprender: 22,8%

Horas trabajadas por día

De 2 a 4 horas: 85,3%

Promedio: 3,4 horas

Actividades

Limpieza de la casa: 93,8%

Lavado de ropas: 55,6%

Cuidado de menores: 52,6%

Planchado de ropas: 39,6%

Cocinar: 39,5%

Otras tareas: 21,4%

1.8. Respecto a la situación si la niñez dejara detrabajar

Al indagar acerca de lo que ocurriría en el caso de discontinuidaddel trabajo de la niñez a padres, madres o personas encargadas pa-reciera que han menospreciado el trabajo de los niños, niñas y ado-lescentes. Poco más de cuatro de diez señalaron que nada pasaría,casi igual proporción dijo que no aprenderían a trabajar y un pocomás de uno de cada ocho indicó que no habría quien realice lasactividades de la casa, o sea casi la totalidad de las respuestas.

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1.9. Respecto a la comparación de carga laboral enhoras

Como medida de síntesis de la carga de trabajo de la niñez se consi-dera el promedio de horas trabajadas por semana en cada una de lasmodalidades, así como el promedio general, sesgado por el pesodecisivo del trabajo doméstico. La conclusión más significativa es: amenor inserción en el mercado de trabajo, menor cantidad de horastrabajadas; trabajo remunerado exclusivamente (38,8 horas); no re-munerado exclusivamente (31,8 horas); doméstico (23,9 horas); y elpromedio global es de 26,4 horas semanales.

1.10. Respecto a la niñez en situación de criadazgo

En la población de 5 a 17 años se clasifica como criados/as a quie-nes llevan a cabo exclusivamente trabajo doméstico, son otros pa-rientes o no parientes de la jefatura de hogar, no tienen padre omadre o carece de ambos en el hogar y, por lo precedente, se asumeque trabajan en hogares de terceros. Se encuentran 60.298 niñas yniños y representan uno de cada diez personas dedicadas exclusiva-mente al trabajo doméstico. Casi todas son otros parientes; tres decuatro son niñas y, casi igual cantidad y proporción en el nivel urba-no y rural, cuestionando a la suposición de ser un fenómeno exclu-siva o mayoritariamente urbano Trabajan más, a mayor edad, sinhallarse niñas o niños de 5 a 9 años. De cada diez criados/as, pocomás de cinco hablan guaraní, uno de cada cuatro guaraní-castellanoy dos de diez castellano Asimismo, la mayoría se encuentra en hoga-res no pobres.

1.11. Respecto a la niñez que realiza trabajo infantilpeligroso

1) Se analiza el trabajo infantil peligroso en el trabajo remunerado,el no remunerado, el doméstico y en el conjunto. De la niñez entrabajo remunerado, el 61,9% se encuentra en trabajo infantilpeligroso; el 15,6% del no remunerado; y el 100% de criados/as deltrabajo doméstico. Al unificar remunerado y no remunerado se ha-lla a 84.458 niños/as en trabajo infantil peligroso o el 38,5% deeste grupo. Al incluir a criados/as se cuenta con 60.298 personas más.El conjunto constituye 144.756 niños/as en trabajo infantil peligro-so, lo que representa el 14,9% del total de la niñez trabajadora.

2) Dentro del conjunto de niños/as en trabajo infantil peligroso,las cuatro categorías que conforman casi nueve de cada diez ca-sos son criados/as (60.298 personas o 41,7%), transporte ma-nual de cargas pesadas (28.190 personas o 19,5%), el trabajoinfantil doméstico remunerado (16.820 personas u 11,6%) y eltrabajo en la vía pública y ambulante (14.354 personas o 9,9%).

3) En el mismo conjunto de niños/as en trabajo infantil peligroso,la mayor parte de los varones se halla en las dos primeras cate-gorías mencionadas y el trabajo en la calle, mientras que casitodas las niñas son criadas o están en el trabajo infantil domés-tico remunerado. Según área, se trata de las mismas categoríaspero con pesos diferenciados.

4) Resumiendo: por una parte, a mayor inserción en el mercadolaboral, mucha mayor peligrosidad en el trabajo de la niñez de 5a 17 años; y, por otra, un importante volumen de niñas y niñosen trabajo infantil peligroso es, en cierto sentido, invisible por-que se trata del trabajo de criadas y criados, quienes son cuatrode cada diez niñas y niños en trabajo infantil peligroso.

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1.12. Respecto al análisis de la recolección deinformación en 2004

La experiencia de la recolección de datos sobre el trabajo infantil34 apartir del módulo correspondiente permite anotar lo siguiente.

§ Sobre el trabajo de la niñez: 1) trabajo remunerado de 5 a 9años; y 2) no remunerado de 5 a 9 años, al estar separados delcuerpo principal de las preguntas, se prestan por momentos aalgún grado de confusión; pero 3) el trabajo doméstico es fácilde captar;

§ El trabajo remunerado de la niñez de 5 a 9 años de las familiaspobres se presenta con cierto orgullo, no así para sectores de laclase media-baja;

§ El trabajo no remunerado de la niñez de 5 a 9 años secompatibiliza con el trabajo familiar no remunerado de la pobla-ción de 10 y más años en cuanto a criterios; el no remunerado deeste grupo de edad está más vinculado al entorno familiar, comoen el caso de madre limpiadora y el/la niño/a que la ayuda, o elpadre o madre cartonero/a con el/la niño/a en la misma función;en el ámbito rural puede darse mediante el trabajo en la chacra(finca) del tío y el pago en especie es parte de lo cosechado;

§ Razones de trabajo; cabe recordar que el padre, madre o encar-gado/a responde por niñas y niños de menos de 15 años, quizásentonces corresponda “bajar” la edad de las personas que res-ponden por sí mismas. O sea, pasar de 15 y más a 12 o 14 y másaños;

§ Otro problema sustantivo es la adecuación de las preguntas dela encuestas al criterio de OIT-IPEC en cuanto a horas trabajadasmínimas para la niñez de 10 a 17 años porque, en principio, nose presentan problemas para formularla así para la de 5 a 9 años.Sin embargo, en el caso de cambios se perdería la continuidadde la serie de encuestas con módulos especiales en el caso de laniñez de 5 a 9 años, por una parte. Asimismo, probablementeresulte muy difícil adecuar las preguntas para la niñez de 10 a 17años al criterio de OIT-IPEC porque éstas están estandarizadaspor OIT y se encuentran en toda la serie de encuestas llevadas acabo por la DGEEC.Por otra parte, desde la perspectiva de este análisis, se agregaque otros aspectos que faltarían fortalecer son: a) en general unamayor representatividad de la muestra para obtener ocupacio-nes principales, edad de inicio en el trabajo de la niñez trabaja-dora como de la niñez en trabajo remunerado; y b) incluir lapregunta sobre rama de actividad de la niñez de 5 a 9 años.

En resumen:

• La experiencia señaló ciertas dificultades en el seguimiento delTI porque se encontraba en módulo separado, el TNR de la 5 a 9años se compatibiliza con el criterio de la de 10 y más años queno es igual al de OIT, entre las razones de trabajo responde lajefatura de hogar hasta los menores de 15 años, lo cual puededistorsionar respuestas.

• Desde la perspectiva de este análisis, se agrega que otros aspectosque faltarían fortalecer son i) en general una mayor representatividadde la muestra para obtener ocupaciones principales, edad de inicioen el trabajo de la NT como de la NTR y ii) incluir la pregunta sobrerama de actividad de la niñez de 5 a 9 años.

34 Para la elaboración se contócon la colaboración informa-tiva de Lourdes Leguizamón,de la Dirección General deEncuestas, Estadísticas y Cen-so.

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102 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

2. Recomendaciones

Las recomendaciones contemplan, por una parte, referencias sobreel módulo de Trabajo Infantil de la encuesta y, por otra, lineamientosde políticas futuras vinculadas a la prevención y erradicación deltrabajo infantil y protección del trabajo adolescente.

2.1. Recomendaciones sobre el módulo de TrabajoInfantil de la encuesta

Frecuencia de la encuesta

Si existieran restricciones económicas agudas, cada tres años o másfrecuentemente según circunstancias especiales; por ejemplo: unacrisis económica aguda y/o empobrecimiento intenso en un brevetiempo. Lo ideal sería cada dos años pero considerando recursos yque, dentro de las posibilidades de comparación no se han dadocambios radicales entre 2000/1 y 2004 aunque sí se insinúan, serecomienda cada tres años. Un factor clave es la continuidad; estoes, debe asegurarse la disponibilidad de los recursos. El monitoreode las políticas solamente es posible con información calificada yoportuna.

Capacidad de seguimiento de los módulos de lasencuestas

Si bien las encuestas pueden cubrir eventualmente nuevas áreas,resulta imprescindible que, en la medida de lo posible, sean compa-rables para el seguimiento de los indicadores. Esto es, ajustar laspreguntas a los objetivos nuevos pero permitiendo el seguimientode los anteriores. Por ejemplo, si se considera que el Trabajo Do-méstico es a partir de una hora por día cuando en la Encuesta Per-manente de Hogares (EPH) se considera a partir de dos horas dia-rias; en la nueva pregunta establecer la escala de: a) hasta 1 horapor día, b) entre 2 y 4 horas por día, c) entre 5 a 6 horas, y asísucesivamente (p. 3 del módulo de Trabajo No Remunerado de laEPH 2004).

Necesidad de mayor representatividad de la muestra

Desde la perspectiva de este análisis, se requiere una mayorrepresentatividad de la muestra para obtener ocupaciones principa-les, edad de inicio en el trabajo de la Niñez en Trabajo Remuneradoy en No Remunerado.

Inclusión obligatoria de algunas preguntas odesagregación de otras en el módulo

Dado que el módulo comprende a la niñez de 5 a 9 años para elTrabajo Remunerado y el Trabajo No Remunerado, se deben incluira preguntas que permitan comparar las características de este tra-bajo con el de 10 a 17 años que se encuentra en la parte general. Porresta razón parece necesario incluir la pregunta sobre rama de acti-vidad económica para ambos casos; y desagregar la pregunta sobrefrecuencia en el trabajo para Trabajo Remunerado y Trabajo No Remu-nerado de días trabajados por semana. Actualmente es de 1 a 5 días yconvendría explicitarlo entre 1 a 3 días y 4 a 5 días por semana.

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Desdoblar preguntas

En la misma pregunta, sobre frecuencia de la ocupación principal, yasumiendo que se pregunta sobre los últimos 7 días, no los últimos6 meses, deben analizarse dos cuestiones. Por una parte, se planteala naturaleza del trabajo si es permanente o temporal u ocasional.Posteriormente, por otra, se debe indagar acerca de los días trabaja-dos en la última semana.

Inclusión de nuevas personas para responder

Las respuestas sobre trabajo infantil están dadas por el padre, ma-dre o encargado/a para las personas de menos de 15 años, quizáspodría pedirse a las personas de 14 o 13 años que respondan por símismas. Esto podría ser interesante para verificar si existe un cam-bio de tendencia a partir de esta edad dado que usualmente se haencontrado una diferenciación entre el grupo de edad de 15 a 17años y los otros.

2.2. Recomendaciones sobre políticas referidas alTrabajo infantil y adolescente

La continuidad y fortalecimiento de la alianza establecida a partir de,tanto la Comisión Nacional contra el Trabajo Infantil (CONAETI) comode la Coordinadora para la Erradicación del Trabajo Infantil (COETI)constituyen puntos de partida imprescindible. De igual forma, cabela actualización e implementación del Plan Nacional de Prevención yErradicación del trabajo infantil y Protección del trabajo del adoles-cente. Estos esfuerzos deben articularse con la Política Nacional deInfancia de la Secretaría Nacional de la Niñez y Adolescencia (SNNA).

Considerando que la pobreza es una las causas fundamentales deltrabajo infantil y adolescente también cabe la articulación de losmencionados planes con las políticas y programas orientados a lareducción de la pobreza como la Estrategia Nacional de Reducciónde la Pobreza y la Desigualdad (ENREPD) o el Plan que el gobiernoestablezca al respecto.

Asimismo, debe contarse con las conexiones oportunas para laimplementación de la legislación vigente, especialmente la vigilancialaboral implementada desde el Ministerio de Justicia y Trabajo (MJT).

En todos los casos, es importante contar con una estrategia de Infor-mación, Educación y Comunicación (IEC) sobre el trabajo infantil yadolescente y sus perniciosos efectos sobre el presente y el futurode estas personas enfatizando la transmisión intergeneracional dela pobreza así como el aumento de la misma, en cantidades aunqueno necesariamente en porcentajes.

Asimismo, es necesario el continuo flujo de información mediante lainclusión del módulo sobre el Trabajo Infantil en las encuestas dehogares de la Dirección General de Encuesta, Estadísticas y Censo(DGEEC) y su correspondiente análisis. Información y análisis conti-nuo y oportuno no constituyen gasto sino insumos imprescindiblespara las políticas y programas, tanto en el diseño como monitoreo yevaluación de los mismos.

En las políticas contra el trabajo infantil y adolescente debe tenersepresente, en primer lugar, que mayor inserción en el mercado labo-ral implica mayor cantidad de horas dedicadas al trabajo, menor

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104 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

asistencia a la institución educativa y mayor peligrosidad. Estas acti-vidades dentro del Trabajo Infantil Peligroso representan, de menora mayor, Trabajo Remunerado exclusivamente, Trabajo No Remune-rado exclusivamente y Trabajo Doméstico.

En segunda instancia, el trabajo de la niñez de 5 a 9 años requiereintervención especial en cuanto a erradicación por la mayor vulnera-bilidad de sus componentes. Otra vez aquí, valen las prioridadesanotadas previamente.

Tercero, el trabajo doméstico en cualquiera de sus formas debevisibilizarse y señalar la importancia del mismo tanto por sus efec-tos perversos como en la importancia económica del mismo, demanera a evitar la subvaloración y hasta menosprecio que recibe porparte de las personas mayores. Este aspecto requiere de especial yfina intervención para evitar efectos contraproducentes.

Cuarto, como parte del trabajo doméstico, el trabajo en situación decriadazgo y el trabajo infantil doméstico remunerado deben recibiratención porque resulta como todo Trabajo Doméstico, invisible, poruna parte, y la peligrosidad que entraña, por otra.

Quinto, establecer intervenciones orientadas a reducir el TrabajoInfantil Peligroso. La cuestión merece líneas claras en cuanto a lasacciones así como a la IEC.

Sexto, integrar a las políticas y programas de intervención el enfo-que de género y políticas especiales contra el sesgo desfavorable ala niñez en el área rural.

Finalmente, todas las líneas de acción mencionadas deben orientar-se por una visión integrada y en busca de alianzas de manera a que,efectivamente, tengan impacto las intervenciones para la preven-ción y erradicación del trabajo infantil y protección del trabajo deadolescentes.

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VI. Bibliografíabásica reciente

Adepo/Fnuap (Ed). “Familia y pobreza en Paraguay”. Adepo/Fnuap.Asunción, 2004.

Barboza, Lourdes; Francezón, Silvina; Callizo, María del Pilar. “Mar-co normativo del Trabajo infantil doméstico en hogares de terce-ros en Paraguay”. Trabajo infantil doméstico en Paraguay. Vol. III.OIT-Proyecto de Prevención y Eliminación del Trabajo Infantil Do-méstico en Paraguay. Asunción, 2004.

Céspedes R., Roberto L. “Familias en Paraguay. Análisissociohistórico de estructuras familiares y pobreza”, en: Adepo/Fnuap. “Familia y pobreza en Paraguay”. Adepo/Fnuap. Asunción,2004.

Céspedes R., Roberto L. “Seguimiento de indicadores sobre la niñeztrabajadora de Paraguay según la encuesta de hogares”. OIT/IPEC,AECI, Unicef. Asunción, 2003.

GEOS. “Trabajo infantil rural en Canindeyú, Paraguay”. OIT/IPEC,AECI, MPDL. Asunción, 2005.

Giménez, Marta (comp.). “Trabajo infantil doméstico en Paraguay.Estoy tan cansada … pero quiero estudiar”. Trabajo infantil do-méstico en Paraguay. VOL.I. OIT-Proyecto de Prevención y Elimina-ción del Trabajo Infantil Doméstico en Paraguay. Asunción, 2004.

Gómez, Miguel. “Miles de trabajadores pequeños. Reflexiones, pro-puestas”. Unicef. Asunción, 1997.

González, Natalia y Obando, Lirio. “Análisis cualitativo de entre-vistas a extrabajadoras y trabajadores infantiles domésticos.Quería una vida mejor … ¿y qué voy a hacer hoy en día?”. Trabajoinfantil doméstico en Paraguay. VOL.II. Global Infancia y OIT-Proyec-to de Prevención y Eliminación del Trabajo Infantil Doméstico enParaguay. Asunción, 2004.

OIT-IPEC. “Manual de análisis de datos e informes estadísticossobre el trabajo infantil”. Programa de información estadística yde seguimiento en materia de trabajo infantil (Simpoc). Ginebra, 2005.

Sprandel, Marcia Anita; Antão de Carvalho, Henrique José; MourãoRomero, Adriana. “La Explotación Sexual Comercial de Niños, Ni-ñas y Adolescentes en las legislaciones de Argentina, Brasil, Pa-raguay: alternativas de armonización para el Mercosur”. OIT/IPEC-Proyecto Infancia y adolescencia prevenida de la explotación sexualen la Triple frontera. Asunción, 2004.

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Niñez y Adolescencia Trabajadora de Paraguay -Evolución 2001-2004 y análisis del módulo de laencuesta 2004 (pdf)

(Presentación) Niñez trabajadora (5 a 17 años) en laEPH 2004 (ppt).

Cuadros y gráficos de la evolución 2001-2004 yanálisis del módulo de la EPH 2004 (xls)

(Cuadro) Niñez (0 a 17 años) y pobreza, EPH 2000/1a 2005 (xls)

Anexos

• Cálculo de tipos de trabajo en la EIH 2000/1 (pdf)• Características de la muestra por Norma Medina, DGEEC (pdf)• Módulo sobre Trabajo Infantil en la EPH 2004 (pdf)• Manual del Módulo sobre Trabajo Infantil en la EPH 2004 (pdf)• Decreto 4951/2005 sobre Trabajo Infantil Peligroso (pdf)

Textos de referencia y complementarios (pdf)

• Gavilán, D.; Gavilán, S. 1995. Condiciones de vida de las/oscriadas/os en Asunción. Asunción: Base-Investigaciones Socia-les, 74 p.

• OIT (BECA; Houdin, C; Benítez, N. y Meza, N.). 2002. Prácticasculturales frente al trabajo infantil doméstico. Asunción: OIT,37 p.

• OIT (Global Infancia). 2002. Atención integral a niños y niñastrabajadores domésticos en hogares de terceros en el GranAsunción. Asunción: OIT, 41 p.

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Contenido del CDNiñez y AdolescenciaTrabajadora deParaguay

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108 Infancia y adolescencia trabajadora de Paraguay

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