coordinador - san antonio maría claret · claret: un apasionado lector de la biblia 35 el amor...
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COORDINADOR:
Lester Josué Sánchez B.
CORRECCIÓN Y FORMA:
David Martínez G.
Edgar Alejandro Salgado T. Jorge Luis Rodríguez H.
Víctor Manuel Padilla S.
EDICIÓN, DISEÑO Y
ESTILO:
Kelvin Adames D.
Jhon Fredy Sánchez G.
FOTOGRAFÍA:
Edgar Alejandro Salgado T. Josué Edilberto Lemus C.
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CONTENIDO
pág
Seducción de Jesús en la realidad 04
El éxodo de los más pequeños 07 ¿Por qué no cesan las violencias en los países de
América latina?
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La oración misionera 14 Estar siempre atentos 17 La palabra, un encuentro con Dios 21
La palabra 24 En búsqueda de la imagen vital de Jesús 26
Conocer y seguir al maestro 29 La misión en el corazón 32 Claret: un apasionado lector de la biblia 35
El amor como base humana para la intersubjetividad
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No hay historia sin dolor 41 Inicio y profesiones 44 Talleres 47
Deporte 51 Cumpleaños 54
Apostolados 56 Noches comunitarias 59 Otros sucesos 63
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SEDUCCIÒN DE JESÙS EN LA REALIDAD
partir del escrito Nos seduce Jesús1de los Ejercicios Espirituales, impartidos por el P.
Teófilo CMF, subrayo las ideas más significativas: Jesús vivió en medio de una realidad similar a la nuestra, y siendo un hombre de carne y hueso
como nosotros, alcanzó un grado de humanidad, libertad, sensibilidad y
compromiso, tales que en nuestras aspiraciones profundas deseamos alcanzar. Los ojos de Jesús vieron
mucho dolor y sus entrañas se conmovieron; vio a su pueblo
despojado de la tierra y del mar por el Imperio Romano.
Jesús vio a muchos campesinos que se convirtieron en arrendatarios al perder sus tierras, se encontró en los
caminos con enfermos, personas desposeídas, con mendigos. Percibió las injusticias sociales frente a las riquezas injustas e insultantes del Templo y de quienes
los administraban. Jesús al observar esta realidad, se conmovió y se indignó. Por ello, se comprometió en la
transformación de aquella realidad injusta y doliente. Se comprometió porque sus ojos veían a fondo y más allá otro mundo posible y necesario, donde todos pudieran
vivir digna y fraternalmente.
1 Resumen de una Conferencia muy reciente del teólogo y escritor
José Arregi)
A
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Si damos una mirada a nuestro alrededor, nos damos cuenta que nuestro mundo se ha deshumanizado, la violencia está presente en todos los ámbitos de la
realidad, sobre todo lo percatamos en nuestros países. Estas realidades han de llevarnos a comprometernos con
la sociedad y a construir un mundo diferente. Para cumplir esta tarea, hemos de dejarnos guiar por el Espíritu Santo, quien ilumina todo lo que debemos hacer.
Considero que los medios más idóneos para lograrlo son la oración y la Palabra de Dios, ya que ellos nos brindan
luces que nos permiten experimentar los sentimientos y reacciones que tuvo Jesús frente la realidad que le rodeaba. De ahí surge la pregunta: ¿Qué haría Jesús en
nuestro tiempo para transformar la realidad de injusticia existente? Para llevar a cabo esta tarea, se requiere pedir
la asistencia del Espíritu Santo para poder discernir a la luz de los signos de los tiempos.
Por otro lado, nuestro mundo se encuentra dominado por el sistema neoliberal que provoca violencia, que mata y
que discrimina; ante esta situación, Jesús da a conocer que el Reino de Dios es diferente a los reinados de este mundo, nos muestra un Dios de ternura y de compasión.
Promueve un movimiento inspirado en “el amor y la reconciliación”, dándole plenitud a los mandamientos de “no matar” y “amar al enemigo” (Mt 5). Hoy, como
misioneros Claretianos, hemos de sentirnos motivados a anunciar el
Evangelio en todas las periferias, despertando esperanza y vida en el pueblo de Dios. Como cristianos,
procuremos que sea Dios quien reine
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en nuestros corazones, practicando como discípulos suyos, el AMOR para con el prójimo.
Muchas cosas en la actualidad nos seducen: la tecnología,
la moda, el internet, etc. Pero Jesús pasa por nuestro lado
y nos seduce con su mirada, nos invita al compromiso de
tener la esperanza en otro mundo posible, en los que se
encarnen los valores del Reino.
Lester Josué Sánchez Betancourth
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EL ÉXODO DE LOS MÁS PEQUEÑOS
e acuerdo al texto de Teófilo Cabestrero CMF ¿Victoria de los vencidos? Latinoamérica en el
siglo XXI, en su capítulo II, apartado “Niños y jóvenes de la calle”, sobresalen las siguientes ideas:
Los niños y niñas de la calle, las maras o pandillas de jóvenes, no son
fenómenos exclusivos de Latinoamérica; sin
embargo, abundan en sus grandes
ciudades, sobre todo en Brasil,
Guatemala,
Colombia, Honduras, El Salvador, Nicaragua y México. El 60% de los niños viven en hogares pobres, sin acceso a
la canasta básica digna. Los niveles de pobreza del país obligan a los menores a trabajar para ayudar a la familia. Se señala que Guatemala es el país de la región donde se
ejerce mayor violencia, maltrato y abuso sobre los niños, seguido de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Costa
Rica. Los menores, que son el 51% de los 35 millones de
centroamericanos, crecen en un contexto de violencia generalizada, que se concreta sobre ellos en maltrato
físico y psicológico, abuso y explotación sexual; estos casos son frecuentes aquí en Guatemala. También se practica la adopción de los niños, donde el 99% son
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tramitadas por empresas internacionales. En Guatemala, Nicaragua y Honduras, se realiza lo que se llama limpieza social, es decir los niños de la calle son asesinados y
desaparecen con total impunidad a manos de fuerzas armadas, de vigilantes privados o miembros de la policía
y militares en sus horas libres de servicio. Esta práctica es muy conocida en países como Brasil.
Como resonancia a este tema, se puede afirmar que el problema de los niños de la calle no es sólo un flagelo
que afecta a América Latina sino que es un fenómeno de carácter global, provocando en algunos lugares más impactos que en otros. Esta es una realidad que debe
cuestionar a cada cristiano, que siendo seguidor de Jesús no puede ignorar esta realidad. Debemos animarnos cada
día para combatir esta realidad, haciendo conciencia para que los gobernantes aporten su granito de arena frente a esta situación que afecta a los más pobres. Así habría más
alegría en el cielo y aquí en la tierra porque al hacerlo por uno de estos más pequeños es a Jesús mismo que lo
hacemos (cfr. Mt 25:31-46). Hacer o dejar sufrir a los niños es hacer o dejar sufrir al mismo Jesús.
Ahora, preguntémonos: ¿Qué haría Jesús frente al sufrimiento o la situación inhumana de los niños de la calle: maltratados, humillados, sufridos, despreciados,
rechazados, abusados, violados, contratados, abandonados, etc.? Para Jesús, los niños son los
corazones del mundo, los niños son los dueños del Reino de los cielos. Y decía a sus discípulos: Dejen que los niños vengan a mí, y no se los impidan porque de los que
son como ellos es el Reino de los cielos. (cfr. Mt 19, 14;
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Mc10, 14). Así, hoy día, los niños y niñas, sobre todo los que viven en las calles, tienen sed de escuchar las voces de los cristianos (Alter Christus) diciéndoles: vengan a
mí. Que los veamos y sintamos sus sufrimientos con los ojos y sentimientos de Jesús. Así, frente a esta situación,
yo como seguidor e imitador de Jesús, ¿En qué me
comprometo para ayudar para que se cambie esta
situación?
Cajuste Yves Marie
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¿POR QUÉ NO CESAN LAS VIOLENCIAS EN LOS
PAÍSES DE AMÉRICA LATINA?
partir de la lectura que realicé del libro
¿Victoria de los vencidos? Latinoamérica en el
siglo XXI, escrito por el P. Teófilo Cabestrero
CMF, les comparto que me ha impresionado las
realidades que viven
nuestros pueblos,
especialmente
Guatemala, que cada
día es victima de la
violencia.
El sufrimiento que padecen las familias por diferentes
motivos, no es fácil, ya que son enfermedades que
afectan física y psicológicamente a cada persona. Por lo
tanto, seguir a Jesús, acercándose a estas realidades,
implica dejar el miedo; abrir nuestro corazón a los más
débiles, orar por ellos, ayudarles a luchar por su
dignidad, comprometerse y alzar la voz por sus derechos
que como seres humanos se les han arrebatado.
El grito de estos pueblos nos interpela, por eso, es
necesario ir a las periferias, como nos exhorta el Papa
Francisco. Que triste si a estas realidades no le ponemos
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atención, pues las víctimas se convertirían en seres
domesticados, a vivir en la pasividad sin actuar.
Como Misioneros oyentes y servidores de la Palabra,
hemos de estar abiertos al cambio, llevando esperanza,
alegría, ayudando a la gente a cultivar el sentido crítico;
ya que los primeros que sufren son los pobres, los
campesinos, etcétera; y quienes se enriquecen más son
los empresarios, los políticos, que no cumplen y son
deshonestos.
Los pobres ya no aguantan la corrupción, la violencia, las
injusticias, la emigración, el acaparamiento de riquezas,
la marginación de las culturas; están desesperados . Ellos
quieren ser los protagonistas, quieren trabajar, pero con
la falta de empleos, de tierra, y vivienda, no pueden
progresar.
Dios nos creó a imagen y semejanza suya, nos dio
capacidad para pensar y actuar en las comunidades, en
busca de la dignidad para todos, sin despreciar a nadie.
Según Cabestrero lo que no permite un cambio en la
sociedad es que “Nuevas violencias han sobrevenido, sin
que hayan desaparecido las antiguas” (2002: p. 99).
Como cristianos nos urge reaccionar, olvidando el
desamor, el egocentrismo, la insensibilidad, el miedo; ya
que esto nos impide pensar en los que sufren.
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De esta manera nos estaríamos identificando con el ideal
misionero de Jesús, buscando el bien del pueblo y
dejándonos mover por el Espíritu Santo, para que nos
ilumine a tomar conciencia de las victimas del
terrorismo, narcotráfico, hambre, desnudez y guerras,
que hoy en día crecen y destruyen la humanidad.
América Latina, es considerado como un continente que
tiene bien enraizado lo religioso, lo multicultural, pero a
la misma vez es el continente donde más injusticia se ve:
pobreza, educación, salud, desempleo y explotación de
la madre tierra. Estamos en pleno siglo XXI, donde se ve
muy fuerte la exageración de la violación de los derechos
humanos, la condena de personas, etcétera; para
nosotros ésta es la gran tarea, cargar la cruz de los
sufrimientos, insertándonos en la sociedad, conviviendo
con las victimas.
Es impresionante ver cómo en cada país se encuentran
cuerpos militares y agentes policiacos, aliados a un
determinado partido político, en complicidad con los
delitos que suceden en las ciudades y barrios. Cada día
aumenta exageradamente la inseguridad social, muertes
de niños recién nacidos, desnutrición, jóvenes
consumiendo drogas, mujeres embarazadas, femicidios,
entre tantas otras situaciones. Esto afecta el bienestar
de las personas en las unidades de buses por lo que la
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gente tiene miedo abordar las rutas, prefieren pagar un
taxi antes perder sus vidas, a causa de las extorsiones
que se dan diariamente.
Bismark Sánchez Córdoba
Referencia Bibliográfica
CABESTRERO, T. (2002). ¿Victoria de los vencidos?
Latinoamérica en el siglo XXI, PPC, Madrid 2002, 287 pp.
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LA ORACIÓN MISIONERA
“La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rueguen, pues,
al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 37-38)
a oración no se funda en una teoría, sino en una
persona: Jesús, el
misionero del Padre. El
hecho de ser misioneros
itinerantes de Jesús no hace de
nosotros unos activistas que
prescinden de la oración o que
pretenden una oración
cualquiera. Todo lo que Jesús
hizo iba precedido por la
oración, y de igual manera los apóstoles. Por ello hay que
tener en cuenta que el misionero va a la oración no a
buscarse a sí mismo, sino a un encuentro con Dios, y
luego se siente enviado por el mismo Dios a encontrarse
con los hermanos.
Al igual que Jesús y los apóstoles, San Antonio María
Claret fue un misionero orante. Como misionero
apostólico trabajó más de lo que podía trabajar un hombre
normal; aun así, conservó su fondo de interioridad, ese
encuentro con Dios en la intimidad. En la Autobiografía,
Claret dice: “El primer medio del que me he valido
siempre y me valgo es la oración”. (Aut. 264)
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El misionero que se siente enviado por Dios, debe
practicar una oración filial. Jesús nos enseña a dirigirnos
a Dios como a un Padre que nos ama, ya que la virtud que
más necesita el misionero es el amor; para ello, debe
primero experimentarse amado por el Padre. Nuestra
oración debe nacer del amor y conducirnos al amor.
La oración y la misión son dos realidades del misionero
que han de vincularse profundamente. Recordando que
nuestra misión es un servicio al ser humano, a la Iglesia, a
la construcción del Reino de Dios, en nuestro mundo. Y
esa misión, en el mundo actual, exige mucho del
misionero; la respuesta que demos a esas exigencias no
pueden darse únicamente desde nuestra dimensión
humana, sino que debe estar orientada por Dios a
producir fruto en abundancia, y sólo se puede llevar
acabo desde la oración, como ese elemento clave que da
vigor a nuestra misión.
Es clave en el noviciado recuperar a Cristo, y su proyecto
del Reino, como nuestra mayor motivación, eso que nos
mueve a actuar. Jesús nos enseña a orar, no solo con su
ejemplo, sino también con su doctrina, una oración
confiada en la bondad del padre. Es en el encuentro con
el Padre donde encontramos claridad de la misión que nos
encomienda, porque orar y entregarse a la misión son una
misma cosa.
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Si Jesús oró para iniciarse en el ministerio del anuncia del
Reino de Dios, con mayor razón necesitamos nosotros de
la oración para desempeñar la misión que Dios no ha
encomendado. Solo acompañada de la oración, la misión
podrá producir frutos abundantes.
Víctor Manuel Padilla Sandoval
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ESTAR SIEMPRE ATENTOS
uizás estas palabras
alguien más ya las haya escrito en algún otro momento de la
historia, tal vez con otra melodía y con un
ritmo distinto. Hoy le escribo a aquel maestro, al carpintero
del amor, que su vida entregó por los sueños
de los hombres; su sacrificio incalculable, sus acciones sin
precedentes; un acto único que cambió la
historia fueron su causa y su misión, poniéndose en manos del padre. A ti,
Jesús, maestro de oración.
Padre nuestro, de la vida y el amor, del novicio, de
toda la madre congregación. Tú que estas en el cielo, en la
capilla cuando oramos,
en la meditación y la
contemplación; en compartir en el
comedor, en el deporte, en el basquetbol o el futbol; en el aula, en la
lectura personal
, en las resonan
cias en
que ponemos
en una palabra
el
compromiso profundo de
nuestra propia vida; en las horas de sueño y descanso en nuestra
habitación; en el apostolado.
Tú que te manifiestas en la sonrisa de los niños,
el trabajo de los hombres y el amor de
una madre por su hijo.
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Tú que estás en cada espacio de vida, en cada corazón.
Santificado sea tu Nombre, santifica a cada
misionero claretiano, novicio, postulante o formador; que cada
mañana despertemos para iniciar, el nuevo
día con amor, con acción de gracias o quizás una petición,
dejando que Cristo sea el primer pensamiento
en la mañana y el último en la noche.
Santifica nuestras acciones, siendo, tú,
nuestro buen padre del cielo, maestro de oración, quien nos guie y
oriente, en el ejercicio de nuestras virtudes, como respuesta a la
propia vocación, poniendo nuestras vidas
en las manos de Dios para que él las conduzca, en clave de fe,
confianza y humildad.
Venga a nosotros tu Reino, un Reino de fraternidad, en el que se
haga posible la escucha, el compartir libre y
generoso de la propia identidad, de la historia vocacional, en el que
como hermanos de carisma, acojamos la
Palabra en el corazón; en el que oremos con un oído puesto en el
Evangelio y el otro en los clamores del pueblo
de Dios.
Un Reino de alegría, en el que cada día sea un
asombrarse, un dejarse sorprender, un reino en
el que como María, señora de la escucha
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atenta, mujer del corazón abierto, de la total disponibilidad,
seamos lámparas que se encienden al caminar;
por las sendas de la opción fundamental.
Que se haga tu voluntad, y no la nuestra. Tú que
conoces cada corazón, cada historia personal, haz que observantes
podamos reflexionar, asumir nuestra propia
realidad y revisar nuestra opción de vida, para encontrar lo inédito
y tradicional, al mismo tiempo sobre el Padre
celestial. Nuestro pan necesario
danos hoy. Danos el pan de la oración incesante, que nos hace más
cercanos a ti, nuestro padre, magnifico
hacedor: danos el pan del amor que nos hace hermanos de carisma;
danos el pan de la
humildad, que nos permite reconocernos imperfectos.
Danos el pan de la
disponibilidad, para echar una mano a los demás; danos el pan del
discernimiento, para buscar la voluntad de
Dios, para alcanzar el convencimiento de la llamada y esforzarnos
por dar una respuesta que nos configure con
Cristo. Perdona nuestras
deudas, como nosotros también perdonamos a
nuestros deudores. Perdónanos cuando, por nuestros intereses
personales, nos cegamos y nos entregamos al mundo consumista.
Aléjanos de las
angustias, de los momentos de tristeza, la falta de confianza de la
noche oscura; aleja de
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nosotros la oscuridad de la noche que produce la envidia y las pasiones.
Haz que perdonemos a nuestros hermanos, que
no guardemos rencor en nuestro corazón.
Presenta, en nuestras vidas, personas que nos
orienten y guíen nuestro camino de formación permanente, en la fragua
del divino amor. No permitas que nos
hagamos indiferentes ante la desigualdad y la opresión, ante el grito
que sale del alma de los pueblos oprimidos, de la
contaminación; sino que, seamos capaces de ser uno en la oración,
estando atentos a las necesidades del hermano, firmes en la
gracia de la vocación.
Ilumina nuestras vidas, Padre - Madre del amor, y que con alegría de ser
hijos del Inmaculado
Corazón de María juntos elevemos al cielo una oración, en la que la
Palabra sea el alimento que se posa en nuestra
boca, y que masticamos en la meditación, saboreándolo en la
contemplación, en la que con gozo y con dulzura
la amistad se recrea. Padre bueno de nuestro corazón. AMÉN.
Angel Fernando Padilla
Molina
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LA PALABRA, UN ENCUENTRO CON DIOS
a Palabra de Dios, que va dirigida eficazmente a cada ser humano, hay que acogerla con fe y por
eso el estudio de la misma implica una actitud de oyente, para escuchar la voz del Señor y configurarnos con Él en la experiencia de seguimiento. En la medida
que se experimenta la cercanía con la Palabra de Dios, vamos descubriendo que ella nos brinda luces para
responder cada día al llamado de Jesús. En este sentido, el documento Iniciación al Ministerio de la Palabra (1997) nos dice en cuanto a ella:
La Palabra
es una mediación
para el
encuentro con Dios.
La Escritura no
puede
entenderse como un mero libro de estudio, ni reducirse a su contenido ético o filosófico. El hombre, para ser
oyente de la Palabra, necesita de la fe; ella es imprescindible para acoger al Dios que le ama, le habla y le invita a pasar de la escucha y la acogida a la
obediencia en libertad, al seguimiento de Jesucristo (p. 21).
El núcleo de nuestra formación es la Palabra y, mediante la lectura asidua de la misma, voy cimentando mi
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vocación, así como descubriendo las actitudes propias de un discípulo: escucha, silencio y diálogo. Es esa misma Palabra la que me lanza, como una saeta, hacia la misión,
para comunicarla y compartirla con los demás, configurándome con Cristo en el proceso formativo.
Para ello, es necesario pedir la asistencia del Espíritu Santo, que es el intérprete de las Sagradas Escrituras, para
comprender mejor lo que Dios nos quiere revelar. Como cristiano y como misioneros debemos ir cultivando la
actitud de Oyente y Servidor de la Palabra, de una manera eficaz, con buena disposición y entrega a la misma. El enamorarse de la Palabra, como lo hizo Claret, es
escuchar la voz de Dios y tener ese diálogo íntimo con él.
La Biblia debe ser leída con amor y respeto, ya que ella es Palabra de Dios, que nos interpela cada día y nos hace enderezar nuestra vida a través de una conversión
interior, manifestada a través del testimonio hacia los demás. Este acercamiento con la Palabra nos debe
encaminar a un estilo de vida diferente, una vida coherente y trasparente, para no llegar a ser un predicador superfluo.
Nuestro fundador fue un apasionado y enamorado de la Palabra de Dios, fue coherente con lo que leía y con su
estilo de vida apostólica, a través del amar y servir. Esta es una de las grandes herencias que él nos ha legado.
Al hacer memoria de las palabras de Jesús: “No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios” (Mt 4,4), me hace reflexionar que así como
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buscamos el alimento material, también surge, un deseo por buscar cada día el alimento espiritual. Por tanto, cada vez que vayamos a tener el encuentro con la Palabra,
fijemos la mirada en la Virgen María, como ese modelo de escucha y de entrega al Evangelio, que supo guardar la
Palabra en su corazón y hacerla vida.
Norlan Antonio Ramírez López
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LA PALABRA
uchas han
sido las ocasiones en
que la gente pregunta acerca de lo propio de los Misioneros
Claretianos, qué es eso que nos identifica de
otras congregaciones y, gracias al taller de la palabra, la respuesta se
vuelve más clara.
Nuestro ser en la Iglesia está en el servicio misionero de la Palabra;
el rasgo de nuestra familia, heredado por
nuestro Padre, es el profundo amor hacia ella.
Vemos en Claret una
intrínseca relación con la Palabra de Dios, que es manifestada en sus
escritos por expresiones que revelan la gran
estima que le tiene.
De ahí que, el núcleo de
nuestra espiritualidad claretiana es, escuchar, acoger y testimoniar la
Palabra. Por lo que al lugar que nos envíen
tenemos que crear espacios propicios para que alumbre y dirija las
realidades de nuestros pueblos.
Como novicios, se nos propone tener el corazón
centrado en la Palabra, a tener una experiencia
original, auténtica, intensa con ella, para poder reproducir la
imagen de Cristo misionero.
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Nuestros documentos
congregacionales en los últimos años nos
exhortan a retomar y conservar este rasgo de nuestro Fundador y a
leer la Palabra de Dios “en clave carismática”
(IMP no. 38). A modo de resonancia,
comparto estos versos que surgieron a partir de
este taller, pues me parece que expresa más y mejor los sentimientos
que experimenté, que si lo hiciera en forma
narrativa: En el anochecer en mi
vida tu Palabra alumbra mi camino, ella desnuda
mi ser. ¡Cuántas veces me has hablado Señor, y yo que no he sabido
escuchar!
Con la luz que tu Palabra me da descubro que por
caminos errados voy,
ella me enseña el sendero correcto, hasta
ti, Señor, quiero llegar. En el silencio de mi casa
en escucha atenta de tu Palabra me pondré, ella
me hablará en el corazón dame poder entender lo que quieres decir.
Que tu Palabra sepa
encarnaren mi contexto vital, no quiero ser un activista social, sino
discípulo y testigo tuyo comprometido con la
realidad. Ya está cerca el clarear,
el Sol vuelve a iluminar; que tu Palabra en mi
peregrinar nunca deje de alumbrar.
Edgar Alejandro Salgado Tapia.
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EN BÚSQUEDA DE LA IMAGEN VITAL
DE JESÚS
a condición humana, vista desde nuestro entorno, está impregnada de un sinnúmero de imágenes, ya
sean reales o ficticias. Para basarme en esta verdad, encuentro como punto de partida la mente humana, ella se
encarga de multiplicar, a través de un procesamiento ininterrumpido,
ideas nutridas de lo que nos dicen o estamos aprendiendo en el largo camino de la vida.
Esta novedad ha sido iluminada
desde el taller sobre las imágenes de Jesús, impartido por el P. Teófilo Cabestrero CMF, despertando en mí, un estado de conciencia, y la
disposición en la búsqueda de la imagen vital de Jesús: ¿Cuántas cosas se han hablado y revelado de la persona
de Jesús, que quizá en ese mar de ideas, se distorsiona su verdadera imagen; o mas bien, ha prevalecido a lo largo de la vida una sola imagen? La importancia de haberme
sumergido en este conocimiento, me ha permitido descubrir, que en reiteradas ocasiones he falseado y mal interpretado a Jesús. Ahora la visión imaginaria me ubica
en otro espacio, desde la reflexión diaria del santo Evangelio, llegando a comprender su entorno y su modo
de actuar.
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Quisiera ahondar esta experiencia desde su antropología y fenomenología. No pretendamos, imaginar y querer comprender a una persona, sin antes acercarnos a su vida
y llegar a tener una relación íntima con su contexto, familia, pueblo, cultura, costumbres, religión, etcétera; no
conocer estos detalles conlleva a una idea errónea que sería tan sencillo aceptarla o ignorarla.
Quizá habrá quienes ni a sí mismo se comprendan, ¿cómo intentarán conocer al otro? Y lo más sencillo al
encontrarnos en este entorno, sería sacar a relucir el masoquismo o manipulación, por no enumerar una serie de elementos negativos, el acomodar a alguien a mis
propios intereses y eso es sin más, falsear a la otra persona. Es lo que comúnmente hacemos con la persona
de Jesús. Cabe mencionar al filósofo francés Jean Paúl Sartre, si alguien lee alguna de sus obras sin antes profundizar, su vida, su pasado infeliz, creerá que está
loco. Jamás lo entenderá, más bien, el filósofo, será acreedor a críticas sin fundamento. Pues, el hecho de
tener un pasado oscuro, no le permitió ver la realidad con otra óptica.
Lo mismo ocurre con Jesús, muchos lo vemos como un ser totalmente fuera de la realidad mundanal, no obstante, estuvo inserto en el mundo. Por el hecho de ser Hijo de
Dios lo imaginamos desde otra dimensión, con una visión centrada en lo divino, distorsionando con ello quizá su
realidad humana, cayendo en un mero enredo. El conocer un poco a Jesús, desde la antropología, me enseñó a verlo en una dimensión plenamente humana, un ser igual a
nosotros en todo, menos en el pecado.
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En definitiva, Jesús no es una cosa, o idea, de la que se habla y se sigue hablando. Es ante todo persona humana, y por consiguiente, ante una persona que no conocemos,
nos hacemos imágenes positivas y negativas; ojo en ello, pues nos podemos equivocar, hay que tener cuidado con
las imágenes. No debemos influir en los demás, pretender que esta u otra persona sea como nosotros. No es bueno observar a los demás como raros desde lo externo, la
vestimenta, el caminado, el hablar, debemos tomar conciencia que ante todos somos humanos. Imaginemos a
Jesús en nuestro contexto cultural. ¿Le aceptaríamos? He allí la importancia de conocer en todas las dimensiones la antropología humana de cada persona.
David Martínez Gómez.
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CONOCER Y SEGUIR AL MAESTRO
ierto día, caminando por las calles de Guatemala,
encontré una joven de unos 27 años, su aspecto no me era nada familiar, sus ropas como de otra
época, le salude y le pregunté su nombre, me contestó me llamo María Magdalena, y de dónde eres, le dije, de Jerusalén me contestó. Yo sorprendido le dije me podrías
hablar de Jesús de Nazaret, el Galileo, muy amablemente me pidió que me sentara. Ella preguntó eres cristiano,
respondí sí, soy cristiano, y sigo a Jesús al estilo de Claret. Preguntó ella ¿sigues
a Jesús porque le conoces o para conocerle le sigues? Me
quede en silencio y dije, yo no seguiría a un desconocido, creo que sí le conozco, por
eso le sigo.
Ella me contó un relato. Mira, cierto día, estaba junto al rio Jordán donde Juan bautizaba y en ese momento pasó Jesús, el Bautista dijo: “ahí esta el cordero de Dios, dos
de sus discípulos al oírlo hablar así siguieron a Jesús. Jesús se volvió y al ver que le seguían, les dice: ¿Qué
buscan? Respondieron maestro, ¿donde vives? Les dice vengan y vean. Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con el aquel día. Eran las cuatro de la tarde” (Jn. 1,35-
39). ¡Te das cuenta! Estos discípulos sin conocerle, a la primera presentación de Juan se disponen a seguirle, te
aseguro que cuando más de cerca le sigues más y
mejor le conoces, al no conocer la imagen vital de Jesús,
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tendemos a seguir nuestra propia idea, imagen o devoción. Y esto hace imperfecto nuestro conocimiento y seguimiento.
Pero no pierdas la paz cuando llegues a un momento en el
que tus debilidades y limitaciones humanas no te permiten conocer con certeza a Jesús, pues este trabajo es de toda la vida y, mediante el proceso de conocimiento,
nos adentramos a una imagen plena de Jesús que cada día será más verdadera y eficaz.
Sabes, el mismo Jesús preguntó a sus discípulos y discípulas: “¿quien dice la gente que soy yo?.. Y
ustedes ¿Quién dicen que soy yo? (Lc. 9 18. 20). Esto no era un examen, la intención de Jesús era hacer que sus
discípulos tomaran conciencia de la imagen que tenían de él y, conociéndola, la pudieran mejorar. ¡Te puedes dar cuenta que ni los que vivieron cerca de Jesús le
conocieron verdaderamente! Y eso que le vieron hacer todos los signos del Reino; pero no fue porque ellos no
quisieran conocerle, sino que sus limitaciones humanas y el contexto que les tocó vivir influyó mucho en ellos, como es normal.
Fue hasta después de su muerte y resurrección que nos vino la fuerza de lo alto “El Espíritu Santo”, él nos hizo
recordar y entender muchas cosas acerca de nuestro maestro. Es el Espíritu Santo quien nos otorga el acceso a
Jesús. Con el espíritu “revelador del misterio inefable”
de Jesús el seguimiento fiel, y el conocimiento verdadero, están al alcance de quien lo desee de verdad. El Espíritu
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Santo es nuestro cómplice en esta tarea de conocer y seguir al Maestro.
Te invito, amigo, ponte en camino, ya no esperes más, que para luego es tarde. Pero nunca olvides que seguir a
Jesús hoy implica proseguir su vida y su causa, su práctica del Reino, de paz, amor y justicia; sobre todo, hacer lo que Jesús haría hoy. Ánimo no te dejes robar la
fe, la esperanza y la alegría de seguir a Jesús de Nazaret, el Hijo, ungido y enviado del Padre.
Josué Edilberto Lemus Cruz
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LA MISIÓN EN EL CORAZÓN
n la actualidad, la Iglesia, al ir reflexionando
acerca de su actuar en el mundo, hace un intento
por llevar a cabo una renovación misionera a
través de una evangelización persona a persona, en donde
la alegría del Evangelio sea comunicado en todos los
ámbitos de la sociedad sin excluir a nadie. Esta acción se
convierte en una tarea que desafía a cada bautizado a salir
de sí mismo, para ir al
encuentro fraterno con el
otro. Ante esta realidad,
el Papa Francisco
propone en la Evangelii
Gaudium (nn. 127-129.
Persona a persona) dos
líneas de acción que nos
interpelan como
cristianos a entrar a ese
dinamismo misionero movidos por la fuerza del Espíritu
Santo.
1. Ser discípulos es tener la disposición permanente de
llevar a otros el amor de Jesús. Sólo se puede comunicar
lo que se vive, esto provoca que en el individuo arda su
corazón, como los discípulos de Emaús y se lance a
comunicar esa experiencia de fe sin miedo a ser
rechazado, pues sabe que lo que siente no puede callarlo,
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sino que necesita comunicarlo. Esa experiencia de Dios
se da por contagio ya que brota de lo más profundo del
corazón y se manifiesta con naturalidad en todas las
acciones que realiza el individuo. Para ser discípulos, hay
que estar en la escucha atenta del Maestro que es quien
seduce y que no excluye a nadie, porque ama a todos por
igual y sale al encuentro de la oveja perdida con ojos de
misericordia. Esta exhortación me invita a estar cada día
en una actitud de escucha, que pueda interiorizar esa
experiencia de fe y compartirla a los demás a través del
testimonio. Entre más me dejo seducir por Dios, mejor
será mi respuesta de seguimiento.
2. La Palabra de Dios habla a la propia existencia de cada
ser humano e ilumina las diferentes realidades a la que se
enfrenta, por lo que el anuncio misionero involucra
conocer primeramente los sentimientos del pueblo de
Dios: sus alegrías, tristezas, etc. Y después el anuncio del
Evangelio. Estas palabras, expresadas para la Iglesia
universal por el Papa Francisco, contienen en sí, una
invitación a los cristianos a crear iglesias samaritanas,
con olor a oveja, y exige una iglesia en salida, en busca
de la oveja perdida, y no permanezca encerrada en
estructuras.
En conclusión, sólo cuando se lleva la misión en el corazón se es capaz de comunicar a los demás la
experiencia de Dios con alegría y convicción, así como lo fue nuestro Padre Fundador, San Antonio María Claret,
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que al ser apasionado de las Sagradas Escrituras, se siente como saeta lanzado al mundo para ser testigo del amor de Dios a los demás. De esta manera, Jesús me invita cada
día a responderle con generosidad, a conocerle cada día por medio de la Palabra, a estar en una actitud de
discípulo, a la escucha del maestro en esta etapa de noviciado.
Jorge Luis Rodríguez Hernández
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CLARET: UN APASIONADO LECTOR DE LA BIBLIA
el material compartido en el taller “la misión claretiana” Claret: un apasionado lector de la
Biblia por el P. Luis Gonzalo Mateo, CMF Antonio María Claret fue un apasionado lector de la
Biblia, en una Iglesia que durante el siglo XIX se encontraba desnutrida de la Palabra de Dios.
Un estudioso de la época (Jiménez Duque) afirma lo siguiente: “La formación
bíblica (en el siglo XIX) “exprofeso” fue completamente nula en este
tiempo. La lectura de la Sagrada Escritura, muy
escasa”. En este sentido se puede afirmar que en tiempos del P. Claret, no era
frecuente la lectura de la Palabra de Dios. Cuentan los escritos que cuando Claret ingresó al noviciado jesuita en Roma, el maestro de
novicios le retiró la Biblia y le fue regresada cuando descubrió que esa no era su vocación.
El mayor problema de esta época radicaba en que la Biblia se encontraba privada de las manos del pueblo y de
los sacerdotes, por lo que se encontraban en desidia, según lo advierte el mismo Claret. Para contrarrestar esta
situación, se esforzó por acercar la biblia al clero y a las casas formativas mediante la publicación de una edición
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de la Vulgata en 1862, a la cual le añade una bella introducción que manifiesta lo siguiente: “Para que cese esa desidia que se nota en algunos de nuestros hermanos
y compatricios en leer y meditar las Santas Escrituras, desidia ocasionada las más de las veces por no tener a
mano un libro tan precioso”. Eran tiempos muy difíciles para el estudio y meditación de la Palabra de Dios. No obstante, nuestro P. Fundador fue un apasionado lector de
la Palabra de Dios. ¿Cómo leía la biblia Claret? Hacia una lectura carismática, en clave vocacional y misionera;
una especie de lectura orante de la Palabra muy propia de su estilo de vida.
Su amor y pasión por las Sagradas Escrituras, tienen su origen en el texto de (Mt. 16,26) “Pues, ¿de qué le sirve
al hombre ganar el mundo, si pierde su vida? Este texto, motivó al P. Claret a seguir radicalmente a Jesús evangelizador. Inspirado por la fuerza de la Palabra y el
Espíritu Santo, abandonó las cosas materiales, para vivir en sintonía con Dios padre, Abbá, papá bueno.
Un apasionado lector de la Palabra de Dios hoy, se convierte en un reto para mí, porque en la actualidad
existen muchas distracciones, ruidos externos e internos que me pueden distraer como: la TV, el internet, celular, PC, los carros o guaguas, etc. La Palabra se encuentra
como un elemento básico de mi espiritualidad. Esta Palabra me lleva a tomar consciencia a ejemplo del P.
Claret, sobre su importancia en el seguimiento de Jesús, siendo ésta la que me impulsa y me lanza como saeta; ir a la esencia, la causa del Reino, en favor de los más
necesitados.
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“Esta pasión por el Reino en términos claretianos, es el celo por la gloria de Dios y el bien del prójimo”.2La Palabra de Dios debe conducirme hacia un mayor
afianzamiento en Dios Padre, Abbá, y en la configuración con Cristo evangelizador. Haciendo lectura asidua todos
los días, en especial de los Evangelios. Pido la ayuda del Espíritu que inspiró la Biblia, para que me ilumine en mi formación misionera y en mi proceso de configuración
con Cristo.
Kelvin Adames Díaz.
2 Carta Circular del P. General, Aquilino Bocos, Los misioneros
hermanos, Roma, 1997, p. 43.
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EL AMOR COMO BASE HUMANA PARA LA INTERSUBJETIVIDAD
n el del taller de psicología, impartido por el psiquiatra
Julio Porras, se abarcaron temas como: bases humanas, valores y compromisos, dentro del proceso
vocacional en la vida religiosa; con el fin de revalorar y acentuarlas
dentro de la etapa de noviciado. Esto nos lleva a afirmar: “si no hay bases humanas sólidas, no hay una vocación sólida”; esta frase puede parecer muy
negativa, en principio, pero sirve para dejar claro que las exigencias de la vida religiosa tienen como fundamento
principal la ley del amor. El amor no es solamente un valor universal, sino una
práctica constante; no obstante, la invitación no es solamente amar a Dios, sino amar al hermano. La práctica
verdadera del amor es amar al hermano, pues, las relaciones interpersonales tienen su principio y su fin en la caridad; ciertamente, lo que se puede sustentar es que
en Dios está nuestro prójimo, por lo que amar al hermano, es amar a Dios.
Con base en lo anterior, podemos deducir que la humanidad vive en una constante dicotomía entre amor y
miedo, y es en las decisiones del propio ser humano donde el balance pierde su equilibrio y se inclina por una
de estas dos vicisitudes. En otras palabras, el amor ayuda a relacionarnos, el miedo impide la intersubjetividad, y al
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romper el núcleo central de las relaciones humanas, se rompen también los lazos de interacción social. En el argumento anterior se ha descrito cómo el ser humano se
mueve en dos polos: abandonar su ego y amar al otro, o ahogarse en su propio ego.
El Dr. Julio dice que al tener claro estos conceptos es necesario tener un conocimiento de sí mismo, para luego
conocer a los demás, y lo sintetiza en la siguiente frase: “es más fácil conocer el exterior que el interior”; por ello,
nos incitó a hacer los siguientes tres ejercicios: primero, hacer memoria de nuestros triunfos y cualidades que tuvimos en nuestra niñez; segundo, investigar las
cualidades positivas y defectos de nuestros padres; y tercero, recordar nuestra propia historia a través de un
mapa general de nuestra casa de la niñez, acentuando los lugares en donde se tuvieron experiencias positivas o negativas.
He querido centrarme en la actividad número tres. Este
ejercicio generó varias resonancias tanto a nivel personal como comunitario, puesto que nos permitió volver a la esencia y al origen a lo que éramos, para reconocer de
donde venimos y hacia dónde vamos. Con ello, logró que nuestra mente tuviera un viaje al pasado y, que en esas reminiscencias, cada uno de nosotros como novicios
llegamos a cuestionarnos ¿Cómo hacer para que nuestra historia de vida personal se convierta en un mensaje de
misión para los pueblos? En lo personal, puedo decir que este ejercicio trajo experiencias maravillosas, porque me imaginé recorriendo nuevamente aquellos pasillos y
habitaciones de la vieja casona tan cálida y campesina, a
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lo que mi reflexión me llevo a mirar cuánto he cambiado, vivido y experimentado, al mirar fijamente el plano de mi casa las lágrimas no se hicieron esperar.
Esto me lleva a concluir que mi futuro no está marcado y que las decisiones que tome en el presente, serán mi
destino en el futuro. Es por eso, que si deseo continuar con este estilo de vida, debo procurar hacer el bien, donándome a los demás con amor “único puente de
relación”, pero reconociendo lo que soy, certificando mis talentos, controlando mi ego y entregándome a los demás
a ejemplo de Jesucristo.
José Willy Rojas
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NO HAY HISTORIA SIN DOLOR
Vencieron en virtud de la sangre
del Cordero y por la palabra
del testimonio que dieron, y no amaron
tanto la vida que temieran la muerte. (Ap. 12, 11)
o hay historia que no tenga secuelas de sufrimientos en la búsqueda del camino hacia la felicidad, y nuestra Congregación no es la
excepción. Su historia ha estado marcada por el dolor, el sufrimiento, la persecución y la muerte de muchos de
nuestros hermanos que han entregado la vida por un ideal. La palabra de Dios se convirtió en su principal fuente de persecución, pero nada de lo que vivieron en su
momento les hizo renunciar
y abandonar el camino del Reino de Dios.
Ya estamos
cerca de la celebración de nuestro XXV
Capitulo General, y es una gran alegría poder llevar varios años al servicio del Evangelio, por lo cual la
querida Congregación hoy está cada vez más convencida de que el seguimiento por Cristo vale la pena. Pero no hay que olvidar que dentro de esa larga historia hay
sucesos que nos han marcado y que hoy nos interpelan y nos hacen fuertes cuestionamientos, ¿seremos capaces de
ser unos verdaderos misioneros? De los que entregan su
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vida por el anuncio de la Buena Nueva del Reino, que están donde nadie quiere estar, de carne y hueso que sufren, luchan y mueren con y por el pueblo; dejándonos
un legado de seguir el camino de la vocación misionera al ejemplo de Jesús.
No es fácil el camino, tal como Jesús tuvo miedo en el Getsemaní, pero después abrazó con amor y cariño la
Cruz del martirio y miró con misericordia a sus verdugos, perdonándoles cada una de sus ofensas; de la misma
manera lo hicieron nuestro hermanos mártires, murieron fusilados por un ideal y abrazaron con amor
y cariño las sogas con que los ataron para
llevarlos al lugar de la ejecución, llevando entre sus labios
palabras de perdón y misericordia para sus
ejecutores.
“Mártires” una palabra que nos cuesta un poco aceptar y
que nos impacta saber que muchos de los que han seguido el estilo de vida misionera consagrada a Cristo han tenido que padecer este modo de terminar su vida
terrenal. Mártires de una causa, mártires por querer llevar la justicia y la paz a los lugares donde reina la
desigualdad y la guerra. Mártires de un ideal, dar la sangre por Aquél que nos lo da todo y que sólo nos pide pequeñeces. Así es la vida, y toda historia tiene sus
momentos difíciles y oscuros en los que los sacrificios
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son un medio para llegar a encontrar una verdadera alegría. Nuestros mártires Claretianos son un modelo de entrega que con su muerte nos enseñan que en los más de
160 años de vida congregacional se ha tenido que pasar por el dolor y el sacrificio. De esta manera es que
podremos decir que pasamos por el fuego y salimos victoriosos. Un dolor que nos hace fuertes y que nos invita a seguir el camino.
Jhon Fredy Sánchez G.
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El día 31 de diciembre del 2014 dio inicio el nuevo grupo de 14 novicios de las siguientes provincias:
Delegación Independiente de Antillas
- Cajuste Yves Marie - Kelvin Adames Días
Provincia de Centroamérica
- Bismark Sánchez Córdoba
- David Martínez - Dinar Alejandro Velázquez - Jorge Luis Rodríguez
- Josué Edilberto Lemus - Lester Josué Betancourt
- Norlan Antonio Ramírez - Víctor Manuel Padilla
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Provincia de Colombia Oriental y Ecuador
- Angel Fernando Padilla - Jhon Fredy Sánchez
- José Willy Rojas
Provincia de México
- Edgar Alejandro Salgado
El día 01 de enero del 2015 emitían su primera profesión 12 jóvenes novicios
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Taller “La Oración” con el P. Rodolfo Morales CMF
Taller de “La Palabra” con el P. Ismael Montero CMF
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Taller “Imágenes de Jesús” con el P. Teófilo Cabestrero CMF
Taller “La Misión Claretiana” con el P. Gonzalo Mateo
CMF
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Taller “Historia de la Congregación” con el P. Santiago Najarro CMF
Taller de Psicología con el Dr. Julio Porras
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Una gran liga de microfútbol
con los mejores
jugares del mundo…
Los mejores
basquetbolistas del año… aunque pidan un minuto de
descanso… traídos desde Honduras,
Nicaragua, México, Colombia, R. Dominicana,
Haití y Panamá.
También tenemos nuestra liga de volibol en la que todos son profesionales,
aunque algunos no lo noten y pregunten: “¿a que horas
empieza el juego?”.
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Y como no todo es color de rosa, en el noviciado 2015 hay una profecía que inicio con la provincia de Centroamérica. Nuestro hermano Dinar Alejandro
Velázquez jugando futbol se cayo y se fracturo un brazo, luego nuestro hermano de Colombia, José Willy Rojas,
jugando volibol se cayo, fracturándose una mano que tuvieron que enyesar y por ultimo en el mismo lugar y también jugando volibol se cayo nuestro hermano de
Antillas Cajuste Yves Marie. Solo falta uno de México para que la profecía se cumpla a total cabalidad.
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Cumpleaños Víctor Manuel Padilla
Cumpleaños Jorge Luis Rodríguez
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Apostolado en Hogar Nazaret
Apostolado en el asilo de las Hermanas de Calcuta
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Apostolado en Aldea S.O.S
Catequesis en la Aldea de Campanero
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Colombia
República Dominicana y Haití
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Honduras
Nicaragua
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México
Panamá
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El 02 de febrero participamos de la Eucaristía de la vida consagrada en la catedral.
El 04 de febrero tuvimos que ver partir del noviciado a nuestro Hermano de Carisma Dinar Alejandro Velázquez
de la provincia de Centroamérica
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El 19 marzo hicimos parte de la ceremonia de primera profesión de las hermanas Santos y María pertenecientes a la comunidad de Misioneras Cordimarianas.
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