constructores en la prensa - cuadernos de periodistas · ... esther malagón garcía, ... do lo que...

117
Constructores en la prensa En algunas empresas periodísticas, el consejo parece un auténtico y extraño who’s who de los negocios inmobiliarios y de construcción de la ciudad Salud y sanidad Nuevas oportunidades informativas y de negocio Práctica profesional Si no lo entiendes, no lo publiques NÚM. 10, ABRIL DE 2007

Upload: vuongcong

Post on 16-Oct-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Constructores en la prensaEn algunas empresas periodísticas, el consejo parece un auténtico

y extraño who’s who de los negocios inmobiliarios y de construcciónde la ciudad

Salud y sanidadNuevas oportunidadesinformativas y de negocio

Práctica profesionalSi no lo entiendes, no lo publiques

NÚM. 10, ABRIL DE 2007

�Director: Fernando González Urbaneja. Director adjunto: Julio Alonso. Consejo de Redacción: Guillermo Altares, Miguel Ángel Bastenier,

Montserrat Domínguez, Miguel Ángel García-Juez, Teodoro González Ballesteros, Carlos González Reigosa, Enric Juliana, Gumersindo Lafuente, María Rey, Felipe Sahagún, Gregorio Salvador, Juan Varela y Miguel Veyrat.

EDITA: DELEGACIÓN DE PUBLICACIONES DE LA A.P.M.Presidente: Miguel Ángel García-Juez. Vocales: Jorge del Corral, Fernando Ónega, Félix Madero y Carlos González Reigosa.

JUNTA DIRECTIVA DE LA A.P.M.Presidente: Fernando González Urbaneja. Vicepresidente 1º: Jorge del Corral y Díez del Corral. Vicepresidenta 2ª: Marisa Ciriza Coscolín.

Secretario general: José María Lorente Toribio. Tesorero: Luis Serrano Altimiras. Vocales: Nativel Preciado,Fernando Ónega López, María Jesús Chao Álvarez Sierra, Teresa Pérez Alfageme, Bernardino M. Hernando, Jesús Álvarez Cervantes,

Carmen del Riego de Lucas, Nemesio Rodríguez López, Esther Malagón García, Miguel Ángel García-Juez, María Rosa Penedo Jiménez,Pedro Luis Blasco Solana, Francisco Javier Olave Lusarreta y Diego Caballo Ardila.

REVISTA DE LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE MADRID

Juan Bravo, 6. 28006 Madrid. � 91 585 00 10. www.apmadrid.es [email protected]

© 2007, APM. Imprime: TGA, SA. Depósito legal: M-33.814-2004

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—5

7 JULIO ALONSO

Carta a los lectores. Las malas prácticas profesionalesconducen a estos lodos

11 Cartas

17 FERNANDO BARCIELA

A los constructores les va la prensa regional

25 ALFONSO PEDROSA

Salud y medios de comunicación

35 CARLOS DÍAZ GÜELL

Concentración de medios y su influencia en el pluralismoinformativo

51 LUIS NÚÑEZ LADEVÉZE

Sobre el manido tema de la imparcialidad informativa

59 CRISTINA LÓPEZ MAÑERO

Pautas en el tratamiento informativo del dolor

SUMARIO

BAD

GO

OD

ELL,

ART

VILL

E

6—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Sumario

71 ITZIAR BERNAOLA

El discurso político en televisión

79 ESTHER VÁZQUEZ GARCÍA

Al Jazira Internacional, en busca de su identidad

91 ALBOR RODRÍGUEZ

Últimas noticias sobre el periodismo en Venezuela

100 TEODORO GONZÁLEZ BALLESTEROS

Tribunales. La relación causa-efecto en la información

105 JOSU MEZO

Buena prensa. Abre los ojos

117 TINO FERNÁNDEZ

Tendencias

�–La APM respeta la libertad de expresión de los colaboradores y articulistas, pero no comparte necesariamente sus opiniones.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—7

JULIO ALONSO

E sta vez voy a comenzar el resu-men de presentación del núme-ro por atrás, llamando la aten-ción hacia una de las secciones

fijas. El hecho de que haya temas opreocupaciones con continuidad a lolargo de los números, y de que talesasuntos se concentren al final de la re-vista, como es práctica muy frecuen-te, no significa que sean de menor im-portancia. El artículo de Josu Mezo eneste número, titulado ‘Abre lo ojos’, esun buen ejemplo de ello.

Trata de una mala, y sin embargomuy consolidada práctica profesio-nal, consistente en dar por bueno to-do lo que se recibe de fuentes que setiene por fiables, sin someterlas si-quiera a la prueba del sentido común,

de lo que salta a la vista. “Tenemosasí”, escribe Josu, “que una virtud yun deber periodístico (deben publi-carse sólo afirmaciones contrastadasy basadas en fuentes fiables, a poderser múltiples) degenera en ocasionesen una indebida sumisión a las fuen-tes (pueden publicarse todas las afir-maciones que provengan de fuentespresuntamente fiables), renunciandoel periodista a su propia responsabi-lidad y a su capacidad de juicio críti-co para contrastar la información apor-tada por las fuentes con la lógica, ocon lo que él mismo puede observardirectamente”.

Que esto lo escriba en Cuadernos dePeriodistas alguien que no lo es, me pa-rece digno de mención. Josu Mezo no

CARTA A LOS LECTORES

Las malas prácticasprofesionales conducen aestos lodosLas pérdidas en audiencia y ventas se deben al cambio de losmodelos de negocio y hábitos de consumo propiciados por lasnuevas tecnologías; las de credibilidad, a fallos profesionales.

8—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Carta a los lectores

es periodista, sino un lector empeder-nido e impenitente recopilador deerrores periodísticos, al que se le es-capan muy pocas –véase si no su blogMalaprensa.com–, y si escribe en Cua-dernos es precisamente por su contri-bución a crear una buena prensa, quees el título de su sección.

Josu representa aquí a un tipo delector exigente, selectivo y crítico–afortunadamente, una especie cadavez más extendida–, al que de aquíen adelante las Redacciones tendránque prestar mayor atención por aque-llo de la interactividad y la participa-ción ciudadana.

Las pérdidas en audiencia o ventade ejemplares que acusan los mediosse deben en gran parte al salto tecno-lógico, a los modelos de negocio y deconsumo impuestos por las nuevastecnologías. La pérdida de credibili-dad de la prensa y de los periodistas,en cambio, sólo puede atribuirse auna mala práctica profesional.

El fenómeno del que se ocupa Jo-su Mezo es uno. Y otro, el del trata-miento informativo del dolor, del queescribe en este número Cristina Ló-pez Mañero, doctora en Comunica-ción Pública.

La línea que separa el interés in-formativo del sensacionalismo o elmorbo es muy fina, empieza por re-conocer la autora, y no siempre se ac-túa en circunstancias que den tiem-po a reflexionar, tanto a los afectadospor el dolor como a los propios infor-madores. Sin embargo, hay que con-

venir que esa linde se traspasa con har-ta frecuencia; sobre todo, en el mediotelevisivo. Y que, por tanto, se tratade una mala práctica profesional, nimás ni menos.

A veces, todo hay que decirlo, indu-cida por exigencias de las propias em-presas, siempre convulsas por la im-parable turbina del share, y otras porinercias derivadas del propio medio,la caja tonta. Un medio en el que, co-mo describe otra colaboradora de es-te número (Itziar Bernaola, guionistadel programa 59 Segundos de TVE y pro-fesora de Teoría y práctica de la tele-visión en la Universidad Europea deMadrid), “con frecuencia prima lo es-pectacular sobre los intereses colecti-vos, lo banal sobre lo realmente im-portante, la imagen sobre la informa-ción”.

Lo preocupante es que, de acuer-do al productor de televisión nortea-mericano Tony Schwartz, a quien ci-ta Itziar Bernaola en su artículo, titu-lado ‘El discurso político en televi-sión’, “en el pasado, los partidos po-líticos eran el vehículo de comunica-ción entre el candidato y el público.Los partidos actuales son las cadenasABC, NBC y CBS”.

O que, como argumenta el catedrá-tico de Periodismo Luis Núñez Lade-véze ‘Sobre el manido tema de la im-parcialidad informativa’, que ése esel título de su colaboración en estenúmero, “opinar libremente de todosin tener información de nada es unafacultad que sólo puede estar al al-

10—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Carta a los lectores

cance de los preadolescentes o de lostertulianos de los programas de so-bremesa de televisión”.

Es el mismo prisma, el de la tele-visión, el que utiliza Carlos Díaz Güellen su artículo ‘Concentración de me-dios y su influencia en el pluralismoinformativo’, cuando aboga por unaintervención legislativa “para conse-guir que se cubran unos nichos de mer-cado que, hoy por hoy, están absolu-tamente al pairo y desatendidos”. Lojustifica así: “No vale el argumentode que la audiencia es soberana y quetiene en sus manos desconectar aque-llo que no le gusta. El problema esmás complejo y demanda pautas ynormas que se cumplan y que permi-tan, como en los casos de adicción asustancias prohibidas, un proceso dedesintoxicación tutelado por alguienmás que no sea necesariamente elproveedor de las sustancias”.

La televisión, en fin, sirve tambiéncomo hilo conductor para otros dosartículos de este número de Cuader-nos. El de la periodista venezolana Al-bor Rodríguez, titulado ‘Últimas no-ticias sobre la prensa en Venezuela’,en el que se describen los pasos de es-te país hacia la dictadura (Itziar Ber-naola cita en su artículo una frase deUmberto Eco que viene muy al pelo:“Las dictaduras del futuro ya no se-rán políticas sino mediáticas”).

El otro artículo, escrito por EstherVázquez García, se ocupa del canal in-ternacional, vía satélite y en inglés,creado por la cadena qatarí Al Jazira,

aún sin una línea informativa defini-da y con una Redacción compuestaen su mayoría por periodistas prove-nientes de medios norteamericanosy británicos.

Concluyo por el principio de la re-vista. Con el artículo de Alfonso Pe-drosa, especialista en información sa-nitaria del Grupo Joly –se titula ‘Sa-lud y medios de comunicación’–, enel que se analizan las oportunidadesinformativas y de negocio que ofreceel mudo de la salud, la biomedicinay la sanidad. Y también de sus peli-gros, en cuanto son temas bandera pa-ra los políticos, o en la medida en quela poderosa industria farmacéuticaestá detrás de ellos.

Lo último, o lo primero, es la vozde alarma que lanza Fernando Bar-ciela, periodista económico, a propó-sito del desembarco de empresariosde la construcción en los consejos deadministración de la prensa regional.Y ello, según escribe, hasta el punto,de que “en algunas empresas perio-dísticas, el consejo parece un autén-tico y extraño who’s who de los nego-cios inmobiliarios y de construcciónde la ciudad”.

No todos los casos pueden medir-se con el mismo rasero, como mati-za en Barciela en su artículo, pero nodeja de ser preocupante esto otro queseñala: “La mayor parte de estos pe-riódicos, o son deficitarios o no pro-porcionan ingresos ni ganancias quejustifiquen los desvelos de sus propie-tarios”. �

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—11

Alejandro Armesto:

1 A Fernando González Urbaneja,presidente de la APM

Mi querido amigo y compañero: en larevista Cuadernos de Periodistas, que di-riges, se publica un largo artículo, re-portaje, o sabe Dios qué, del señorÁlex Grijelmo, presidente de la Agen-cia Efe. El tal artículo silencia y porello falta al respeto a cerca de 500compañeros –algunos de los cualesme han hecho saber su disgusto- quedurante muchos años trabajaron pa-ra hacer una agencia que se parango-nase sin desdoro con las mejores delmundo y creo que, aunque el señorGrijelmo lo ignore, lo consiguieron.

Durante mi etapa al frente de Efeorganicé en el Palacio de Congresosun homenaje a quienes me precedie-ron en la dirección de la Agencia. Allíestaban todos: Vicente Gállego, el fun-dador, Carlos Sentís, Manuel Aznar yCarlos Mendo, a quién yo había suce-dido en el cargo. Porque la Agencia,como sabes, no es un trabajo indivi-

dual en un tiempo determinado, si-no una tarea de muchos, incluso dedon Álex, durante muchos años.

Otro de los olvidados: Gómez Apa-ricio, a quien, como sabes, conocía to-da España como don Pedro Go, peroque estuvo 20 años como director deEfe.

Querido presidente de la APM, mu-cho te agradecería la publicación dela réplica que he enviado al señor Gri-jelmo.

Recibe un cordial saludo, Alejan-dro Armesto.

2 A Álex Grijelmo, presidente dela Agencia Efe

Estimado presidente: gracias por en-viarme el artículo que publicas en larevista Cuadernos de Periodistas de laAPM y en el que, seguramente por-que entre nosotros no “existían razo-nes de afinidad y amistad”, me citasde refilón e incluso, por ahorrar es-pacio seguramente, me hurtas el car-go de director de Efe. Gracias de nue-vo.

CARTAS

12—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Cartas

Que ACAN se resuma en una líneacuando fue el soporte y la clave de lainformación para América Latina esincomprensible y lamentable. Pero yoestoy desde hace mucho tiempo au-dessus de la mêlée y no movería una te-cla del ordenador si no fuera porquemuchos compañeros de aquel ilusio-nante viaje (que eso fueron mis sieteaños al frente de Efe) me pidieron quete ‘tirara de las orejas’ por tu ligere-za al despreciar con una breve líneaun tiempo que en muchos aspectosfue fundamental para Efe. Lo fue pa-ra su asentamiento en América Lati-na, equiparándose desde entonces alas dos grandes agencias mundiales,la UPI y la AP.

Nadie puede robarle a Carlos Men-do, extraordinario periodista, el ho-nor de ser el primero en la aventuraamericana. Él creó las primeras dele-gaciones en Hispanoamérica y tuvo,sin duda, una visión amplia, univer-sal diría, de la actividad (pienso quede la misión, si no sonara excesivo ypetulante) de Efe.

Perdona que te recuerde que hu-bo un señor apellidado Reuter que di-jo: “Tengo una noticia, pero si no ten-go manera de enviarla, no tengo na-da”. Eso hicimos nosotros. De unmontaje telefónico esporádico pasa-mos a una comunicación cablegráfi-ca total, 24 horas sobre 24. Abarca-mos toda América Latina y ACAN fueel eslabón final para ocuparla. Eso hi-cimos; por cierto, equilibrando el pre-supuesto y sin pérdidas.

A vuelapluma podía citar una do-cena de hechos relevantes de aquellaetapa. Por ejemplo, el acuerdo Efe-Reuter consolidando Comtelsa. Unacuerdo muy beneficioso, también enlo económico, para Efe y al que creocontribuyó mucho mi entrañableamistad con Gerry Long, el directordurante 20 años de la agencia britá-nica.

La creación de los Cuadernos Infor-mativos, de los que se publicaron másde cien; la implantación de las sec-ciones de francés y árabe; los prime-ros corresponsales con servicio radio-fónico. Y un hecho, quizá natural hoy,pero que entonces supuso un peque-ño sobresalto: la apertura ‘sin consul-tar’ (porque yo dirigí Efe con absolu-ta independencia), la apertura, digo,de delegaciones en La Habana –conla que se cubría al fin toda América–y en Moscú.

Y todo esto lo hicimos en un cli-ma de entusiasmo general, de eufo-ria informativa, de pasión en sumapor nuestro trabajo. La gente (enton-ces no pasábamos de 500 personas)vivía por y para Efe, en una dedica-ción absoluta, y si no fuera exagera-do, diría que en una comunión per-manente. Pregunta, pregunta.

Estas son algunas de las realidadesde aquella etapa de tanto trabajo, pe-ro tan maravillosa, para los que sen-tíamos profundamente esta profesiónde periodista. Entonces hubo un equi-po de gentes llenas de ilusión que tra-bajaban a destajo y que me parece

14—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Cartas

obligado recordar porque muchos deellos ya no están entre nosotros.

Son los Marañón, Poveda, GarcíaGallego, Velasco, Llorente, Valle, Ba-rona, García Alegre, Mora, Blanco To-bío, Borobó, Collazo, Tessier, J. Pardo,De la Lama, Villanueva, Calle, Medi-na, Bandín, Caño, Roldán… muchosde ellos ‘heredados’ de Carlos Mendo,que pusieron todo su amor por esteoficio nuestro para hacer una Agen-cia realmente grande. Ellos, con su de-dicación y su esfuerzo, consiguieronpara mí el premio Jaime Balmes almejor director de medio informativo.Les debo gratitud eterna.

En los archivos de Efe deben de fi-gurar mis palabras de despedida. Allí,en dos folios, se relatan a paso de car-ga mis alegrías y mis penas en la ges-tión de Efe: lo que hice y lo que dejéde hacer en mis siete años de direc-tor gerente.

En fin, volviendo a tu artículo, de-bo decirte que preferiría no ser recor-dado a serlo de un modo tan raquíti-co, tan precario y, decididamente, taninjusto.

La verdad es que, procediendo deEl País, un magnífico periódico conunos profesionales formidables, algu-no de los cuales ha trabajado conmi-go, esperaba de ti la seriedad, el ri-gor, que se requiere para quien diri-ge una empresa como Efe, junto a unacierta textura profesional. No lo hevisto… y lo siento. Lástima.

Recibe un cordial saludo, Alejan-dro Armesto.

Eugenio Suárez:

Mi querido presidente y amigo: en pri-mer lugar, un cordial saludo desde es-tas tierras donde ahora vivo, y un afec-tuoso recuerdo a todos los colegas dela Asociación.

Quizás porque por primera vez enmi vida tengo algo de tiempo y sosie-go para dedicarlo a temas no acucian-tes me animo a redactar estas líneas.Recibo Cuadernos de Periodistas y osagradezco el envío. Lo suelo leer, a ve-ces con nostalgia y siempre con cu-riosidad. En el número 9 tropiezo conun trabajo firmado por doña Almu-dena Sánchez Camacho, que se titu-la investigadora del CSI y diplomadade Estudios Avanzados, lo que no mesorprende.

Querido presi, este tipo de cosas–según mi personal criterio, que notiene otro ámbito que el propio– nodeberían aparecer en una publicaciónque se presume profesional y dirigi-da a profesionales. Esta señora, o se-ñorita, se ha armado una empanada,justificable en panfletos extremistasde la clandestinidad, pero que no secorresponde con la verdad. Se supo-ne a los periodistas informados deque en España hubo una guerra civily que este tipo de asuntos no tienennada que ver con el Open de Wimble-don, ni siquiera con una partida deparchís. Es algo notoriamente másbrusco.

Confunde la autora los inicios deaquella contienda y sus primeros

16—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Cartas

años, la existencia de una jurisdic-ción militar y los juicios sumarísimos,que cada uno califica como quiere, ylos casi 40 años que transcurrierondespués, donde todos nosotros y losque nos precedieron intentamos de-senvolvernos con la mayor honesti-dad posible, entre unos márgenes queno poníamos, pero que eran lo sufi-cientemente amplios para ejercernuestro oficio, satisfacer la vocación,ganarnos la vida y sacar adelante anuestras familias, sin el providenteauxilio de los gabinetes de informa-ción, que han venido mucho después.

Mezcla la sorprendente investiga-dora la Ley de Prensa con la de Res-ponsabilidades Políticas, el Tribunalde Represión de la Masonería y el Co-munismo y con la Biblia en pasta. Re-curre a una casuística muy cateta yquiere llevar un agua pasada a unmolino obsoleto, cuando nos porme-noriza las peripecias de Javier Bueno,reconocido su recuerdo en la Asocia-ción que ejerce la memoria intentan-do no levantar parapetos.

He querido recordar el oficio de“cerrador de prensa” (pág. 81) y salvoArias Salgado, Sánchez Bella y algúnotro, no recuerdo esa especialidad. Al-guien debería facilitar a esta eximiacientífica un ejemplar de la Ley de Pren-sa que padecimos todos y que no creoque figure entre los libros ‘raros’ o de

consulta restringida. Ahí no aparecesu increíble hallazgo del “extraña-miento” ni la deportación. Habíaunas sanciones, un rigor muchas ve-ces estúpido, pero eran las fronterasen que nos movimos sin tener la sen-sación de ser unos miserables cipayosdespojados de toda dignidad. Fue unperiodo largo, incómodo donde tenía-mos que utilizar una porción delcuerpo que parece atrofiada: la ima-ginación, la destreza, la inteligencia.

Querido Fernando, sin pretensio-nes de clase alguna, me permito es-cribirte esta carta. Textos como eseno se corresponden con la verdad–aunque no sea la falacia el propósi-to de su autora–, sino a una deforma-ción de nuestra historia personal yprofesional. Los nuevos periodistas de-berían conocer algo mejor cómo fueaquél largo paréntesis, que, a mi jui-cio, nada tiene que ver con el panfle-to publicado.

Haz el uso que te parezca conve-niente de esta misiva, incluso el demantenerla en el anonimato. Lo im-portante –si algo lo es, verdadera-mente– reside en conocer las cosascomo fueron. Personalmente, comocomprenderás, me trae casi todo alfresco.

Lo vigente es el cordial abrazo queos envía vuestro prehistórico amigoy compañero, Eugenio Suárez.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—17

FERNANDO BARCIELA

Andábamos todos tan obsesio-nados con la imparable he-gemonía de los llamadosgrupos multimedia –y los su-

puestos estragos provocados por sucultura financiera y bursátil– que ninos hemos percatado de una amena-za bastante más seria para la ya bas-tante alicaída credibilidad de la pren-sa española: la entrada en tropel, si-lenciosa, eso sí, de los empresarios deprovincias –especialmente construc-tores e inmobiliarios– en la propie-dad de periódicos, revistas y emiso-ras de radio. Toda una tendencia, unaverdadera moda, que sólo se ha vistoalgo frenada por el dominio de los gran-des grupos ‘profesionales’ –Vocento,Moll, Zeta…– sobre los principales

mercados de prensa regional y local.De haber encontrado el camino másdespejado de lo que está, es casi se-guro que los numerosos ejemplos quevamos a contar aquí se hubieran mul-tiplicado por tres o por cuatro.

Por lo pronto, y por extraño queparezca, tenemos ya en España comomedia docena de grupos de prensa con-trolados por este tipo de empresarios,promotores inmobiliarios ávidos derecalificaciones, constructores dis-puestos a todo para conseguir el con-trato de su vida o la concesión privi-legiada que los garantice ingresos sos-tenidos durante décadas, propietariosya de decenas de pequeñas cabecerasregionales o locales que sumarían demomento difusiones ya bastante res-

A los constructores les va la prensa regionalGrupos de empresarios regionales, dependientes de los favorespolíticos, se han puesto a coleccionar periódicos con la mismapasión con la que antes buscaban la presidencia de un club defútbol. Sale más barato y les trae aún más cuenta para susnegocios. ¿Perversión del sistema? Quizá, pero nadie pareceexcesivamente alarmado.

Fernando Barciela es periodista económico.

18—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� A los constructores les va la prensa regional

petables. Nombres como Prensa delSureste (El Faro de Murcia), Grupo Pro-motor Salmantino (La Gaceta Regionalde Salamanca), Soriana de Ediciones(Diario de Soria), Joaquín Ferrer (El Fa-ro de Ceuta y El Faro de Melilla), ZeroaMultimedia (Diario de Noticias de Na-varra), Editorial Compostela (El CorreoGallego) y Promocal (Diario de Burgos,Diario de Ávila, Diario Palentino y La Tri-buna de Ciudad Real).

Ante esta avalancha de empresa-rios ajenos a un sector –en su compo-nente de producto y de negocio, nieditores ni tampoco periodistas– quealgunos insisten aún en calificar de‘cuarto poder’ no vale la pena ni si-quiera mencionar el ejemplo de Fran-cisco Hernando Contreras, el popularPocero, convertido en caricatura deuna realidad bastante más seria quela protagonizada por el constructorde Seseña con sus dos o tres mediossemanales. Y de pueblo.

Claro que sería injusto meter a to-dos estos empresarios en el mismo sa-co. En el sector han confluido anti-guos constructores o inmobiliarios,que se han decantado seriamente porla prensa –vaya usted a saber por qué–y han hecho de ella su principal ac-tividad, y otros, con una visión pura-mente instrumental del negocio: unmedio para presionar –con mayor omenor sutileza– a los poderes regio-nales y locales y lograr así que susverdaderos negocios vayan lo más po-sible sobre ruedas.

Para ser justos, habría que incluir

entre los primeros al grupo del pro-motor y constructor burgalés MéndezPozo, próximo al Partido Popular yque en el pasado experimentó pro-blemas judiciales: Promecal (Promo-tora de Medios de Castilla y León),fundada en el año 2000. La empresa,que empezó en Castilla y León y des-pués se extendió a Castilla-La Manchay Navarra, incluye ahora a varias ca-beceras (15) de prensa diaria, periódi-cos gratuitos, revistas, emisoras de ra-dio, televisión. Su principal activo esel Diario de Burgos (14.200 ejemplares),seguido del Diario de Ávila, el Diario Pa-lentino y La Tribuna de Ciudad Real, to-dos en torno a 4.000 ejemplares.

Tampoco se podría decir en justi-cia que la empresa del Diario de Noti-cias, de Navarra (17.400 ejemplares dedifusión), sea producto de un claro con-tubernio de constructores para hacer-se con poder político gracias a sus in-fluencias mediáticas. Se trata de undiario fuertemente conectado con elnacionalismo vasco (algunos de susconsejeros están próximos al PartidoNacionalista Vasco) y editado por Ze-roa Multimedia (participada al 63,2%por la Compañía Multimedia del Nor-te, un grupo de Guipúzcoa). Ahorabien, Zeroa tiene entre sus conseje-ros, además de Juan Celaya, el patrónde Cegasa, a José Javier Oses Navaz,presidente de Construcciones ACR(Actividades de Construcción y Reha-bilitación), una de las primeras em-presas de su sector en la región, conuna facturación superior a los 70 mi-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—19

llones de euros. Y esto no es todo. Na-vaz también preside Sadar Reformasy alguna inmobiliaria como ACR 2Promociones.

Algo similar pasa en Galicia conla empresa de El Correo Gallego, Edito-rial Compostela, controlada por Feli-ciano Barrera, un empresario gallegocon muchos intereses en negocios re-lacionados con la construcción (Gra-nitos de Galicia, LaSagra Inmobilia-ria y Construcciones Grubar), y queposee el 57% de su capital. Barrera,economista, fundó su primera empre-sa, Constructora Ponteareas, ya en1960, una veteranía que alcanza tam-bién al mundo de la prensa. Al con-trario de la mayor parte de los em-presarios de los que estamos hablan-do (que se abalanzaron sobre el sec-

tor en los últimos cinco o diez años),Barrera entró en El Correo Gallego en1965, cuando aún no había despun-tado la actual ola de compras de pe-riódicos.

Pero estos empresarios, que abor-dan el negocio periodístico en clavevocacional, serían excepciones. RafaelMontero Palacios y Rafael MonteroÁvalos, los dueños de Joaquín Ferrery Compañía y de Prensa del Estrecho,las empresas que explotan El Faro deCeuta y El Faro de Melilla, tienen am-plios intereses en las dos ciudades, in-tereses muy polémicos y que sobre-pasan la importancia de las dos cabe-ceras. En algunas de estas empresasperiodísticas, el consejo parece un au-téntico y extraño who’s who de los ne-gocios inmobiliarios y de construc-ción de la ciudad. Era el caso del dia-rio La Tribuna de Córdoba, hoy cerrado,que parecía un estado mayor de to-dos los grandes inmobiliarios y cons-tructores del norte de Andalucía y elsur de Castilla-La Mancha. Su presi-dente hasta el cierre del periódico,Antonio Barco Fernández, es toda unapersonalidad en Castilla-La Mancha.Está presente en empresas construc-toras, inmobiliarias, sanitarias y agrí-colas. Preside una constructora, 4RReparaciones y Rehabilitaciones, ydos sociedades del sector de la salud,Construcciones Residenciales y Sana-toriales, propietaria de la clínica Co-rreias (Ciudad Real), además del Se-guro Colegial Médico Quirúrgico, unasociedad médica de la misma ciudad.

En algunas empresasperiodísticas, el consejoparece un auténtico yextraño who’s who de losnegocios inmobiliarios y deconstrucción de la ciudad.

20—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� A los constructores les va la prensa regional

Barco está también presente comoconsejero delegado en Inversiones Ae-roportuarias del Centro, que partici-pa en la sociedad promotora del aero-puerto Don Quijote, de Ciudad Real,y participa en varias inmobiliarias (Ur-baja, Promociones Nogalsa…). Ade-más, entre los accionistas de esta em-presa figuraba nada menos que la in-mobiliaria Prasa, de José Romero Gon-zález, una de las mayores de España,con una facturación de casi 500 mi-llones de euros en 2004.

¿Que son apenas dos casos? Hay mu-chos más. El consejo de la empresade La Gaceta Regional de Salamanca(15.000 ejemplares y 9,6 millones deingresos), en pleno y feliz funciona-miento, ha estado tradicionalmentecompuesto, a excepción de algún pro-fesor universitario, por constructores,inmobiliarios y otros empresarios. Enel consejo de la empresa (Grupo Pro-motor Salmantino), fundada en 1984por más de 200 accionistas, todos aje-nos a la prensa, al menos los conse-jeros –entre ellos, el presidente y elvicepresidente–, tenían fuertes inte-reses en edificación, vivienda y obrapública.

Y sigue siendo así, aunque hayacambiado algunos consejeros. PedroDíaz Mesonero, su presidente, presi-de también el grupo Ferpal, una in-mobiliaria que ha desarrollado, en-tre otras cosas, polígonos industria-les, urbanizaciones de chalés, edificiosen Béjar, Salamanca y Madrid. Meso-nero es también presidente de Edifi-

caciones y Proyectos Arpa y conseje-ro delegado de Los Llanos de Valdelo-bos. Díaz Mesoneros tiene tambiénuna empresa, Disan Alimentación, es-pecializada en gestión de comedoresde escuelas, residencias u hospitalesy en el catering a eventos. ¿Sus clien-tes? Empresas, pero también la Juntade Castilla-La Mancha, los ayunta-mientos y diputaciones de la zona,sin olvidar la Universidad. Figura tam-bién como vicepresidente de Asocar-sa, una empresa de mataderos queentre otras cosas gestiona la plantade Salamanca.

Julián Rodilla, vicepresidente deldiario, y vicepresidente de Inmobilia-ria Rodilla, ejerce también como con-sejero delegado de Promociones ElEncinar y Urbanizaciones Las Cumbres,y preside Corralero Beach. Otro con-sejero, Manuel García Honorato, espropietario de constructoras y otrosnegocios en la región. Otra personacon mucho peso en la zona es Alfre-do Martín Cubas, anterior consejerodel diario, y un empresario muy sig-nificado en Castilla y León. MartínCubas combina las actividades turís-ticas, inmobiliarias y agrícolas. Es elpresidente de la Academia Gastronó-mica de Castilla y León y del Conse-jo Regulador de Carne de Morucha.En el campo inmobiliario preside elCampo de Tiro y deportes, el Campode Golf de la Valmurza y está en pe-queñas inmobiliarias locales.

Un paradigma, éste, que se va ex-tendiendo por toda España. El presi-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—21

dente de Soriana de Ediciones, la edi-tora de El Mundo-Diario de Soria, Fran-cisco Rubio Garcés, preside tambiénla que es posiblemente la principalconstructora de Soria, Hermanos Ru-bios Cimentaciones y Estructuras,además de varias inmobiliarias, pro-piedad suya y de su hermano. Rubio,presidente del Numancia Fútbol Clubdesde junio del año pasado y de la Ca-ja de Ahorros de Salamanca y Soria(Caja Duero), representa como conse-jero a la entidad en empresas comoAutopistas de León.

Otra empresa propiedad de cons-tructores es Prensa del Sureste, queedita el diario El Faro, en sus edicio-nes de Murcia, Cartagena y Águilas,amén de semanarios, prensa gratui-ta y otros medios. Propiedad de Ra-

fael Montero Palacios, un empresariode Ceuta, hasta el 2005, está ahora enla órbita del Grupo Inversor Hispa-nia, presidido por Trinitario Casano-va Abadía, que fundó la empresa ha-ce dos décadas. El grupo, uno de losmás importantes en la región, se des-pliega por la construcción, la promo-ción inmobiliaria (con varios proyec-tos en marcha), los centros comercia-les y los supermercados.

En otros casos, ha sido al revés. Lapasión por la construcción ha podi-do con algún empresario de prensa.Es el caso de Carlos Herranz, propie-tario de El Adelantado de Segovia (3.740ejemplares), un medio creado por suabuelo y ahora participado tambiénpor la Promecal de Méndez Pozo. He-rranz ha creado la inmobiliaria Nireo,especializada en promociones de vi-viendas bioclimáticas. La primera pro-moción, La Encina, en los alrededo-res de Segovia, ha producido tambiénsu ración inevitable de polémica. Al-gunos ediles de la oposición en elAyuntamiento acusaron a Nireo deutilizar lo “bioclimático” como pre-texto para “especular” y a Herranz dehaber sido favorecido por las autori-dades y no dudaron en poner un re-curso contra su construcción.

Unos editores, pues, bastante insó-litos. Alguien podría recordarnos queel que sean constructores no tiene porque invalidarlos como empresariosde medios. Es posible que les guste elsector, o que estén sencillamente di-versificando. La cuestión es que no re-

En otros casos, ha sido al revés. La pasión por laconstrucción ha podido conalgún empresario de prensa.

22—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� A los constructores les va la prensa regional

sulta fácil entender su repentina pa-sión por el sector. Al margen de unascuantas excepciones, la mayor partede estos periódicos, o son deficitarioso no proporcionan ingresos ni ganan-cias que justifiquen los desvelos de suspropietarios. Los estados contables deestas empresas son más bien decep-cionantes: ingresos más bien flojos ybeneficios, la mayor parte de las ve-ces, irrisorios. De las citadas, sólo Pro-mecal, El Correo Gallego (30 millones)o el Diario de Noticias (14 millones) lo-gran facturaciones atractivas. El Dia-rio de Soria cerró 2005 con 1,1 millo-nes; Prensa del Sureste con 2 millo-nes; Joaquín Ferrer con 1,7 millonesy El Adelantado de Segovia, con 2,7 mi-llones. No facturan lo suficiente pa-ra encandilar a nadie.

En cuanto a los beneficios, no es-tá el asunto mediático regional comopara echar cohetes. Varias de estasempresas han tenido resultados dimi-nutos e incluso pérdidas. Es el casode la editora de El Faro de Ceuta y ElFaro de Melilla, que perdió 57.000 eu-ros en 2005, o de Prensa del Sureste,que perdió 1,4 millones. Tampoco los132.000 euros de Publicaciones delSur (2,5% de las ventas), los 167.000de El Adelantado de Segovia (6,2%), los38.000 de El Diario de Soria (3,3%) o los343.000 del Correo Gallego (1,1%) sonpara echar cohetes.

De ahí a creer que, de no ser porla influencia proporcionada, lo másprobable es que muchos de estos dia-rios hubieran cerrado ya sólo va un

paso. De hecho, esto ha ocurrido enel caso de La Tribuna de Córdoba. Y encierto modo ocurrió con los dueñosde El Faro de Ceuta y El Faro de Melilla,que optaron, en 2005, por vender suparticipación en Prensa del Sureste alGrupo Inversor Hispania. La venta sehizo, según parece, para relajar unasituación que empezaba a ser apura-da. Con unas ventas de 1,5 millonesde euros en 2004, las pérdidas alcan-zaban los 335.000. La posibilidad deejercer influencia y capacidad para en-cauzar las decisiones de los responsa-bles políticos de turno es la auténti-ca razón del interés.

Una opinión, ésta, bastante exten-dida. Ya hace tres años Óscar Campi-llo, director general de El Mundo de Cas-tilla y León, advertía que estamos an-te una “proliferación de empresas edi-toras cuyo principal objeto social noes el periodismo y que no contem-plan un negocio en sí mismo, sino co-mo complemento de su actividad y,circunstancialmente, como un instru-mento a emplear, sin muchos mira-mientos, a mayor gloria de los verda-deros intereses, o como elemento di-suasorio, una especie de brazo arma-do para blandir ante las administra-ciones públicas o los competidores”.

Lo que explica que los apasiona-dos por los medios se encuentren amanos llenas entre los constructoresy empresarios cuyos negocios depen-den más estrechamente del poder po-lítico. Esto es muy claro en el caso dela obra pública (contratos públicos),

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—23

la edificación (para clientes públicos),la vivienda (recalificación de suelo ypermisos) o la construcción de cen-tros comerciales, polígonos industria-les, complejos hoteleros o campos degolf, nada de lo cual se consigue sinlas pertinentes ‘campañas de sensibi-lización’. Tampoco es, pues, casuali-dad que estos grupos empresarialesde prensa se hayan ido extendiendoen los últimos años, al calor de lasmayores competencias ganadas porlos gobiernos autonómicos. Y de lasfortunas amasadas con el boom de lavivienda, un fenómeno sin parangónen el resto de Europa.

Por ejemplo, el caso de La GacetaRegional de Salamanca. A su presiden-te, Pedro Díaz Mesonero, no le vienemal su posición como editor del dia-

rio. Es propietario de una firma queobtiene buena parte de su negociocon contratos públicos. Además desus constructoras e inmobiliarias, tie-ne Disan Alimentación, una firma decatering que trabaja para entidades pú-blicas, muchas de ellas de la Junta odel Ayuntamiento de Salamanca. Me-sonero ha tenido, además, algún queotro problema con sus empresas. ElTribunal Superior de Justicia de Cas-tilla-La Mancha obligó al cierre de laincineradora de su matadero de Sala-manca. También se la condenó (a Aso-carsa) por vertidos incontrolados. ¿Ci-fra de la sanción?, 180 euros. Es posi-ble que también a Alfredo Martín Cu-bas, anterior consejero del mismo dia-rio, le haya valido las relaciones pa-ra sacar adelante un campo de golfen la región, una iniciativa que mo-vilizó a los ecologistas, vecinos y agri-cultores de la zona.

También en Ceuta, buena parte delas actividades de Rafael Montero Pa-lacios, presidente de Joaquín Ferrer yCompañía (El Faro de Ceuta) y Prensadel Estrecho (El Faro de Melilla) depen-den de una buena relación con lasautoridades de las dos ciudades autó-nomas. Y Montero Palacios sí las tie-ne. Al margen de sus empresas, Alma-cenes Rafa, Vicentino y Parque Ceutídel Automóvil (una empresa conce-sionaria de Toyota), ejerce como con-sejero delegado del Parque Marítimodel Mediterráneo, una sociedad crea-da por la empresa pública local Pro-cesa (de la que también es consejero

La mayor parte de estosperiódicos, o son deficitarios,o no proporcionan ingresosni ganancias que justifiquenlos desvelos de sus propietarios.

24—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� A los constructores les va la prensa regional

delegado) para modernizar la facha-da norte de la ciudad, es decir, la zo-na del puerto.

Su hijo, Rafael Montero Ávalos,miembro de la Cámara de Comercioy dueño de otras empresas, (ademásde presente en la empresa de medios),logró el pasado año de la AutoridadPortuaria de la ciudad la concesiónpor 30 años de las instalaciones de-portivas del puerto de Ceuta para Ma-rina Hércules, una empresa de la quees consejero. El proceso de concesión(31.460 metros de lámina de agua y14.397 metros de superficie terrestre)generó tales polémicas que tuvo queaplazarse dos veces. Al final salió ade-lante, pero con tan mal acogida porparte de los usuarios del puerto, queéstos le acusaron de subir las tarifas(en un 40%), además de quejarse deque las autoridades locales habíandesatendido sus quejas. Se les acusóde especulación por querer construiruna zona comercial de 1.800 metroscuadrados que resta espacio a losusuarios del puerto.

En el caso de Prensa del Sureste,es curioso que una de las tres edicio-nes de El Faro, periódico del grupo, sepublique en Águilas, una zona en laque Hispania, su propietario, tiene in-tereses inmobiliarios. Y bastante po-lémicos pues unas actuaciones suyasahí han sido contestadas judicialmen-te y han sido sujetas a un proceso derevisión. “Pese a que su medio ha to-mado posición”, comentan fuentesperiodísticas de Murcia, “no ha con-

seguido nada”. Dicho esto, habría quesubrayar que estas mismas fuentes se-ñalan que, a excepción de este hecho,Hispania ha tenido “un comporta-miento impecable”. Se le consideraun grupo más serio que el anteriorde Ceuta (que habría efectuado pre-siones de diverso tipo sobre las auto-ridades), interesado en rentabilizarsus periódicos (que ha modernizado).

Y ésta es, en definitiva, la situa-ción de unos grupos empresariales delos que se sospecha han entrado enel sector con propósitos no muy con-vencionales. Lo que extraña es que ha-yan logrado avanzar tan rápido ensus proyectos, al punto de haberse he-cho con varias decenas de cabecerasde prensa, radio e incluso televisiónsin encontrar resistencia. Porque, pordecirlo claro, el ambiente en las ciu-dades afectadas por esta avalancha deconstructores-editores es bastante pa-sivo. Pese a que la mayoría de los pe-riodistas consultados en esas ciuda-des por el autor son muy críticos consu actuación (uno de ellos opinó que“es un peligro que el ladrillo, con sucapacidad de presión, asuma tantopoder”), nadie ha decidido de mo-mento actuar para intentar corregiresa situación. ¿Imposible? Quizá, por-que, como nos explicaba un periodis-ta de un medio rival de una de estaspublicaciones “en un ambiente libe-ral como el que existe ahora, cadauno es libre de abrir un periódico. Yde hacer con él lo que quiera”. En esasestamos. �

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—25

ALFONSO PEDROSA

Los periódicos se enfrentan enla actualidad a un problema defalta de agilidad para adaptar-se a las demandas del público.

Una falta de agilidad que está relacio-nada con la enorme fuerza de las iner-cias de una cultura profesional cin-celada antes de la generalización dela televisión. Este condicionante haderivado en una notable ausencia deolfato prospectivo para conectar conlas pulsiones del público, definidas poractitudes y valores. Ese anquilosa-miento explica, al menos en parte,las tensiones a las que está sometido

el modelo clásico de prensa escrita:el músculo productivo de las empre-sas no está entrenado para hacer fren-te con suficiente rapidez y competen-cia a las demandas de la contempo-raneidad. Basta pensar en el fenóme-no Internet y en sus repercusiones pa-ra hacerse una idea de que la escle-rosis de los medios escritos es muchomás que una anécdota.

A pesar de ello, entre el desconcier-to conceptual y la torpeza técnica, enel sector mediático tradicional se em-pieza a entender que el momento ac-tual es clave para posicionarse en el

Salud y medios de comunicaciónLas noticias relacionadas con la sanidad, la biomedicina y la saludinteresan en la calle. Sin embargo, apenas se les prestabaatención en los medios. Quizá, porque no daban dinero. Pero lasituación ha cambiado. Ahora esos temas están en las agendasde los políticos y, sobre todo, de los laboratorios farmacéuticos, y esto significa nuevas oportunidades informativas y de negocio.En este último caso, con los condicionantes que tiene lapublicidad de fármacos.

Alfonso Pedrosa es el especialista en información sanitaria del Grupo Joly.

26—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Salud y medios de comunicación

mercado tanto en términos de viabi-lidad empresarial como de excelenciaprofesional. Un ejemplo que ilustralos esfuerzos de los periódicos paraadaptarse a las nuevas demandas nu-tricias de la cuenta de resultados y desatisfacción del público es el del in-cremento en su oferta de contenidosde información relacionada con la sa-nidad, la biomedicina y la salud.

Interés del público, desinterésmediáticoAun dejando de lado a los medios decomunicación especializados, de his-toria tricentenaria, definidos por laidentificación nítida de su público ynecesariamente limitados a un circui-to trazado por las propias fronterasde la especialización, la informaciónrelacionada con la salud es quizá tanvieja como el propio periodismo. Sinnecesidad de remontarse a los oríge-nes mitológicos del oficio para justi-ficar su pertinencia, la salud (o su ca-rencia) es un asunto que interesa enla calle: pueden citarse hasta el abu-rrimiento encuestas, barómetros deopinión y estudios sociológicos queasí lo indican. Y, sin embargo, para-dójicamente, esa bolsa variopinta dehistorias que contar, a la que se le pre-supone un alto interés ciudadano, noha merecido una atención precisa-mente privilegiada por parte de lasempresas propietarias de los mediosni de los responsables de sus redac-ciones. Las razones de esa condena

casi sistemática de las noticias sani-tarias a espacios de lucimiento me-nor son diversas, desde el tradicionalanalfabetismo científico español has-ta la preeminencia de facto otorgadaa la simbiosis de lo mediático con lavida política institucional. Entre losposibles motivos enumerables quepuedan explicar por qué los periódi-cos no han prestado a la informaciónrelacionada con la salud una aten-ción proporcional al interés ciudada-no del tema, destaca uno: en el mo-delo clásico de explotación de la cuen-ta de resultados de los periódicos, lasalud no daba dinero. Quizá lectores,pero tampoco en la misma medidaen que pudieran captarlos otras ofer-tas informativas. Así lo ha venido en-tendiendo, desde luego, la cadena demando de las redacciones.

Desde la óptica de la gestión tra-dicional de los medios, la salud, labiomedicina, la sanidad, son produc-tos informativos de lujo. No formanparte de su portfolio estratégico ycuando han tenido cabida en ellos lohan hecho encorsetándose en viejosmoldes: la información de tribunalesy sucesos (un juicio o una sentenciapor negligencia médica, una crisis desalud pública, un fallo en la presta-ción de servicios sanitarios, un medi-camento que mata); la informaciónpolítica (la erosión de un Gobierno osu afianzamiento en el poder a tra-vés de su actuación como Adminis-tración sanitaria); y el cajón de sastrede las antiguamente denominadas

28—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Salud y medios de comunicación

notas de sociedad, coto del esnobis-mo provinciano de cierto culto a lapersonalidad como elemento de pres-tigio del propio medio informativo(un científico famoso de paso por laciudad o la actividad benéfica de al-guna gloria local, un avance de inves-tigación consagrado como espectacu-lar por la comunidad mediática, unreportaje exquisito de divulgación).Fuera de estos casos, los temas sani-tarios no han sido realmente impor-tantes, salvo excepciones. Porque has-ta hace muy poco tiempo, en Españano había grandes estrategias de pu-blicidad ni grandes decisiones políti-cas vinculadas a ellos.

El tigre de papel se despiertaSin embargo, este panorama ha em-pezado a cambiar: cada vez con másfrecuencia aparecen en las portadasy en el interior de los periódicos asun-tos relacionados con el funcionamien-to de las organizaciones sanitarias,avances terapéuticos en determina-dos ámbitos clínicos e informacionesrelacionadas con el cuidado de la sa-lud. Porque ahora hay dinero e in-fluencia política en juego. Se dan almenos tres hechos que explican estecambio de tendencia:

1. La salud ha pasado de ser una rea-lidad pasiva, inerte, a convertirseen el núcleo del concepto contem-poráneo de bienestar, transfor-mándose en valor social y favore-

ciendo la explosión de un merca-do en torno a ese valor.

2. La sanidad ha entrado con fuerzaen las agendas políticas.

3. Buena parte de la industria farma-céutica ha empezado a adoptar de-cisiones estratégicas para partici-par proactivamente en la configu-ración de la opinión pública a tra-vés de los medios.

Un cambio socialLa elevación de los estándares de ca-lidad de vida en las sociedades opu-lentas, entre otros factores, ha traídocomo consecuencia el asentamientodel valor salud como una aspiraciónirrenunciable del individuo, que se havisto elevado a categoría suprema delmodelo de convivencia y se atribuyea sí mismo la posesión, en la prácti-ca, de derechos infinitos. Esta percep-ción es alimentada por la actual prác-tica de la gobernanza basada no tan-to en la ejecución de premisas ideoló-gicas destiladas en un programa elec-toral como en la máxima satisfacciónposible de las expectativas de los vo-tantes. Ese estilo de gobierno poten-cia, como es bien sabido, la desactiva-ción ideológica de la sociedad y la con-sagración del mercado como princi-pal elemento regulador de la organi-zación social, a su vez exigencia inne-gociable de la globalización. Múltiplesindicadores pueden expresar este pro-ceso. Entre ellos, el crecimiento delgasto sanitario privado español sobre

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—29

el público por encima deldoble en el último cuartode siglo.

El ciudadano, pues,mantiene una intensa li-gazón afectiva y efectivacon todo lo relacionadocon la salud , que a su vezforma parte importantede su universo de intere-ses a la hora de definir sudemanda mediática. Y esose concreta en la adopciónde determinados hábitosalimentarios, la identifi-cación de unas preferenciasde ocio y tiempo libre (yno otras) y, por supuesto,el consumo de productosy servicios sanitarios. Obviamente, to-do ello es traducible por las empresasde comunicación en términos informa-tivos y publicitarios.

La nueva política de la sanidadSuele decirse que el rédito electoralde la gestión de la sanidad siempre esnegativo: es un asunto que no da vo-tos, pero sí los quita. En cualquier ca-so, la política sanitaria ha empezadoa jugar en España en primera divi-sión. Desde la publicación de la LeyGeneral de Sanidad de 1986 y la ace-leración de las transferencias en estamateria a las comunidades autóno-mas, culminada con el cambio de si-glo, la afición a los resúmenes de pren-sa matutinos ha cundido en los des-

pachos del Ministerio deSanidad y de los gobier-nos autonómicos. Es lógi-co. La gestión del sistemasanitario se ha transfor-mado en una formidableherramienta para poneren práctica políticas dife-renciadas en un territorioque abarca ámbitos tandiversos como los recur-sos humanos, la políticafarmacéutica o el impul-so de una determinada lí-nea de investigación. Ca-da una de las decisionesadoptadas en esos ámbi-tos tenderá, por defini-ción, a favorecer la iden-

tificación del ciudadano con una mar-ca electoral, por mucho que en la su-perficie del discurso político se habledel tema como de un asunto de con-senso de profundo calado, aparcadodel debate partidista. De tal maneraque los medios en general y los perió-dicos en particular están recibiendohoy un desembarco masivo de men-sajes procedentes de diversas instan-cias de poder político, en un rango queva desde el centro de salud de un pe-queño municipio o la gerencia de unhospital de una gran ciudad hasta elgabinete de un ministerio o de unaconsejería autonómica. Además, par-tidos políticos, sociedades de especia-lidades médicas y de otras profesionessanitarias, asociaciones de pacientes,sindicatos sectoriales, colegios profe-

La gestión de lasanidad es unasunto que no davotos, pero sí losquita.

30—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Salud y medios de comunicación

sionales, instituciones académicas yde investigación y diversos francotira-dores mediáticos asedian diariamen-te las redacciones con diferentes in-tensidades y fortuna, pretendiendoposicionarse a favor o en contra deuna determinada decisión política. Enlos periódicos que todavía no se handado cuenta de que el aire ha cambia-do, la inmensa mayoría de esas opor-tunidades informativas (y de negocio)va directamente a la papelera.

El comienzo de una gran amistadY, last but not least, hay que constatarel afloramiento de estrategias prota-gonizadas por la industria farmacéu-tica para estar presente en la confi-guración de una opinión pública fa-vorable a sus intereses, o, al menos,no lesiva hacia su buena imagen. Es-te factor ha sido clave para que lasempresas mediáticas empiecen a to-mar en consideración la relevanciade la información relacionada con lasanidad. La industria farmacéutica haadolecido tradicionalmente de unproblema de comunicación: sus pro-ductos salvan vidas y, sin embargo,hay empresas de fabricación de arma-mento que gozan de una mayor acep-tación social. Sector prácticamentedesconocido fuera de los círculos bur-sátiles y empresariales, los laborato-rios han decidido salir a la calle a con-tar lo que hacen, conscientes de quesólo una minoría de la opinión pú-blica valora su trabajo y está dispues-

ta a apoyarles en su expansión comoempresas. Bajo estrictas limitacionespublicitarias pero bien asegurado elcanal de comunicación con sus inter-locutores directos en el mercado (fun-damentalmente, los médicos), los la-boratorios no se han preocupado his-tóricamente, al menos en España, porla dimensión mediática de su activi-dad, más allá de las habitualmentefavorables (dadas sus cuentas de re-sultados) informaciones en las pági-nas de las secciones de Economía.Tampoco se han inquietado demasia-do por la erosión de su imagen antela opinión pública a cuenta de infor-maciones más o menos sensacionalis-tas o de prácticas más o menos inde-seables relacionadas con la promo-ción de sus productos. No lo necesi-taban. Hasta que han acaecido varioshechos que han obligado a la indus-tria a buscar la alianza con el públi-co recurriendo, entre otras estrate-gias, a los medios de comunicación.

Resumiendo mucho una cuestiónque es enormemente compleja, losaños actuales marcan la fecha de ca-ducidad de algunas de las patentes dederechos de propiedad exclusiva demedicamentos de alta rentabilidad,sin que vayan a ser sustituidos en unfuturo inmediato en la misma medi-da por otras moléculas innovadoras:eso significa peligro para el margende beneficios. Además, las autorida-des reguladoras (los gobiernos) hanencontrado en los genéricos (medica-mentos bioequivalentes a la molécu-

32—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Salud y medios de comunicación

la original, puestos en el mercado unavez que ha expirado la patente de ex-clusividad) y en otras maniobras ad-ministrativas, como el impulso de laprescripción por principio activo y nopor marca, herramientas útiles paramantener una amplia prestación far-macéutica pública sin que la pobla-ción protegida cuestione abiertamen-te su calidad y, a la vez, controlar me-jor su factura de medicamentos: máspeligro para el margen de beneficio,especialmente para el de las grandescompañías, que suelen ser las más in-novadoras. Si esta potestad de inter-vención de los agentes reguladores enun escenario de precios controlados(como es el español) se aplica a la ca-pacidad normativa de las comunida-des autónomas, los laboratorios se en-cuentran, además, con un mercadofragmentado, en el aspectos esencia-les de la negociación se establecen na-da menos que a 17 bandas, dada laactual estructura administrativa delEstado.

Este escenario inquieta a la indus-tria farmacéutica. Y la industria se hapuesto manos a la obra. En lo que afec-ta a su imagen externa, los laborato-rios asociados a Farmaindustria (la in-mensa mayoría de los que operan enEspaña) han puesto en marcha medi-das de autocontrol en las actividadespromocionales que han cristalizadoen un código deontológico para cuyoincumplimiento se prevén sancioneseconómicas, entre otras medidas.Aquello de llevarse a los médicos de

viaje a todo tren para dos días de con-greso y cinco de Caribe se ha termi-nado. O, al menos, la industria quie-re que esté en francas vías de extin-ción. Y, desde luego, quiere que se se-pa. Otra línea estratégica abierta porla industria ha sido comenzar a ex-plicar públicamente que su pérdidade competitividad afecta a todo el pa-ís: a menos beneficio, menos inver-sión en I+D en el sector que, precisa-mente, lidera la I+D privada en Espa-ña y es soporte, en buena medida, dela investigación biomédica que se rea-liza en centros públicos de todo el pa-ís, por no hablar de la formación con-tinuada de los médicos, asunto en elque, históricamente, la Administra-ción ha hecho flagrante cesión de so-beranía a favor de los laboratorios. Fi-nalmente, algunas de estas empresashan potenciado notablemente sus po-líticas de Responsabilidad Social Cor-porativa a fin de ganar en legitimi-dad extramural. Con este esquema es-tratégico, la industria está empezan-do a favorecer, dentro de los límiteslegales impuestos a las relaciones pu-blicitarias entre los laboratorios y laprensa no especializada, el compro-miso de los medios con la informa-ción sanitaria. El mejor indicador deello es el florecimiento en los últimosaños de espacios concretos dedicadosa la información sanitaria a lo largoy ancho de la geografía mediática es-pañola. A su vez, otros agentes impli-cados en la cadena del medicamento(las empresas de distribución del sec-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—33

tor y las oficinas de farmacia), com-petidores de la industria por los seg-mentos y márgenes de beneficio queconfiguran el precio final del medi-camento, también están empezandoa abrir relaciones institucionales conlas empresas propietarias de los me-dios de comunicación. A cola de estasecuencia, el sector sanitario privadoestá también buscando una interlocu-ción mediática de privilegio para fa-cilitar la visibilidad de toda su pano-plia de servicios y prestaciones en unentorno de información especializa-da, dentro de la prensa generalista,que aporte credibilidad ante un pú-blico cada vez más exigente y mejorinformado (aunque, dicho sea de pa-so, no necesariamente sólo a través delos medios de comunicación al uso).

Al socaire de este contexto han sur-gido diversos instrumentos para ca-nalizar estos mensajes hacia los me-dios. Junto al compromiso de espa-cios publicitarios y la apertura de re-laciones institucionales con los me-dios de comunicación, estos gruposde interés respaldan actividades defundaciones, asociaciones de pacien-tes, sociedades científicas y otras or-ganizaciones cuyas inquietudes lle-gan a los periódicos. Agencias de co-municación especializadas diseñaninformaciones relacionadas con estosintereses estratégicos y las sirven a losmedios de comunicación como ma-terial de base para la elaboración denoticias. La misma industria farma-céutica asume la financiación de ini-

ciativas de formación continuada delos periodistas en sanidad, biomedi-cina y salud ante la desidia manifies-ta de las empresas propietarias de losmedios de comunicación.

Hablar con los bárbarosEstá claro que existen agentes intere-sados en fomentar la información sa-nitaria en los medios y que están apos-tando realmente por ello. Ahora bien,sus interlocutores en los medios, ¿losentienden? ¿Saben realmente lo quequieren? Podría decirse que la forta-leza de este planteamiento es la evi-dente oportunidad de negocio y deposicionamiento político que abre es-te nuevo escenario para las empresaspropietarias de los medios, y su debi-lidad, la inexperiencia (y, por tanto,la impericia) de esas mismas empre-sas en este ámbito, que las ubica enuna situación de riesgo (en ocasiones,incluso jurídico) derivada del desco-nocimiento de un terreno plagado depeculiaridades. Hablar de influenciamediática con una gran empresaconstructora no tiene nada que vercon hacerlo con una multinacionalfarmacéutica. Muchos medios de co-municación ignoran, aún, las diferen-cias y, si no caen en la cuenta, van amatar a la gallina de los huevos deoro. Un oro que puede marcar la di-ferencia entre sobrevivir o no en ple-na crisis del modelo mediático tradi-cional.

En cuanto a las redacciones, es ob-

34—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Salud y medios de comunicación

vio afirmar que todo sistema de de-sempeño profesional por cuenta aje-na en un contexto de mercado labo-ral lumpenizado implica que el talen-to personal se difumina en aras de laefectividad de la máquina producti-va. Y, como es bien sabido, los mediossuelen ser muy eficaces a la hora detirar por el desagüe lo mejor de sucapital humano. Dicho más clara-mente, según un término grato aRyszard Kapuscinski, la vocación pa-ra escribir ha quedado sustituida engran medida por la fidelidad al nego-cio de la información y los periodis-tas somos, fundamentalmente, mediaworkers, obreros mediáticos. Aun así,mientras la publicidad tenga que lle-gar a un potencial cliente y mientraslos políticos tengan que pasar cadacuatro años por las horcas caudinasdel sufragio universal, los periodistastendremos que seguir contando his-torias, siempre que el público pidaque seamos nosotros quienes se lascontemos. La impericia en este ámbi-to no afecta sólo a la cúpula empre-sarial de los medios; es un fenómenoque afecta al desempeño profesionalde quienes elaboran directamente lainformación. Sólo una minoría de pe-riodistas ha tenido la suerte en Espa-ña de poder contar con tiempo y re-cursos para hacer frente con un mí-nimo nivel de competencia a la ava-lancha de notas de prensa, convoca-torias especializadas y emergenciasinformativas relacionadas con la sa-nidad, la biomedicina y la salud. A

costa, fundamentalmente, de tiempoy esfuerzo invertidos en tareas forma-tivas, de estudio y documentación, almargen, la inmensa mayoría de lasveces, de la jornada laboral.

Una oportunidad para la inteligenciaParece evidente que el público de-manda información relacionada conla salud, que la sensibilidad políticahacia estos asuntos ha crecido nota-blemente y que los agentes del mer-cado de productos y servicios sanita-rios están dispuestos a influir en laopinión pública. Los directivos perio-dísticos y empresariales de algunosmedios han entendido el mensaje yhan hecho de esta área informativaun elemento clave de su cultura cor-porativa, adoptando las decisiones ne-cesarias conducentes a crear un en-torno favorable para su desempeño.Otros, todavía piensan que sus lecto-res son demasiado estúpidos paramostrar interés por este tipo de noti-cias o, quizá, buscan precisamentelectores estúpidos y maleables porahorrarse el esfuerzo de adaptarse alas demandas informativas que mar-ca la contemporaneidad o, peor, porocultar su propia incompetencia pa-ra asumir las nuevas reglas de juego.Como siempre ha ocurrido en este ne-gocio, el mercado dirá. Lo que nadiepodrá decir luego es que el cambiode modelo informativo y empresarialno se veía venir. �

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—35

CARLOS DÍAZ GÜELL

E spaña hace tiempo que dejó deser diferente y la concentra-ción de medios de comunica-ción y su teórica incidencia so-

bre el pluralismo y la diversidad in-formativa, base de todo sistema de-mocrático y de libertades, genera si-milares preocupaciones que en nues-tro entorno, aunque sin llegar a con-vertirse en centro de debate político.

La controversia, de forma genera-lizada, se centra con frecuencia enuna dialéctica maniquea que nos lle-va a debatirnos básicamente entre dos

posiciones legítimas, pero difícilmen-te conjugables: la ‘economicista’ y la‘ideológica’, entendiendo esta últimacomo la opción que se presenta co-mo defensora a ultranza del pluralis-mo informativo, fomentando, a suvez, el rechazo a posiciones empresa-riales que desde el punto de vista eco-nómico son, no sólo defendibles, si-no plausibles e incluso sanas para elfuturo de cualquier proyecto empre-sarial.

Dejémoslo claro desde el princi-pio: desde la óptica empresarial, una

Concentración de mediosy su influencia en elpluralismo informativoExiste el peligro de que los procesos de concentración lleven a posiciones oligopolísticas en el sector mediático y ello deberíaobligar a establecer sistemas de control que, respetando la libertad informativa y empresarial, impidan que se ponga enpeligro la libre competencia y el pluralismo informativo. El problema es cómo y cuándo.

Carlos Díaz Güell, periodista, es profesor en la Universidad Complutense de Madrid.

36—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

fusión, una compra o cualquier otromecanismo de concentración, posibi-lita un redimensionamiento de la em-presa y con ello una cadena de siner-gias que son buenas para el futuro dela compañía resultante y resultaríauna temeridad negar esa alternativaa ningún empresario que se precie yvele por la continuidad de su nego-cio.

Sobra decir que estos procesos dereestructuración, tanto en el mundode la empresa, en general, como en elde la empresa de comunicación, en par-ticular, son legítimos desde un pun-to de vista empresarial y suponen, enmuchos casos, una respuesta lógicade los operadores a los significativoscambios que se están produciendo enel mercado, y que son impulsados porfactores tales como la globalización,la convergencia tecnológica y la des-aparición de fronteras.

En el mundo de la economía, sonmuchas las causas que llevan a lasempresas a iniciar procesos de con-centración: desde el deseo de respon-der a la globalización del mercado,hasta la diversificación de riesgos, lapersecución de economías de escala–en el supuesto de que éstas existan–,o la búsqueda de nuevos mercados,pasando por el incremento de tama-ño o la búsqueda de control sobre de-terminados puntos estratégicos queaseguren una posición de dominio.Todas ellas son razones más que su-ficientes y respetables para entenderlos motivos que impulsan a un em-

presario a iniciar un proceso de con-centración.

Podríamos citar otra media doce-na de razones referidas al sector me-diático que legitiman los procesos deconcentración, como pueden ser ladesaparición de determinadas restric-ciones legales o el deseo de aumen-tar la difusión de una determinadaposición política, pero entendemosque es suficiente las hasta ahoraenunciadas para centrar el problemaque nos ocupa.

Y todo ello dentro de una axiomaa mi entender tan irrebatible y realcomo que crecer nos hace más fuer-tes, más seguros y, en definitiva, máspoderosos.

Y es esta afirmación la que nos lle-va a considerar que, en cualquier otrosector, un determinado desmán enun proceso concentrativo, entraría enel ámbito competencial de los orga-nismos reguladores, pero el sectormediático no es un sector cualquie-ra, sino que en esta sociedad del co-nocimiento o de la información en laque nos movemos, cobra un valor aña-dido sobre el que merece la pena tra-tar de diseñar un control, cuando me-nos diferente, al de cualquier otro sec-tor económico.

Desde el punto de vista de la prác-tica política, más etérea y peculiar, lascosas se ven de otro modo y cualquierconcentración mediático-empresarialsuele resultar negativa para los inte-reses de la libertad de información poraquello de que cuando “un medio se

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—37

va, algo se muere en el al-ma”. Es un hecho cierto,que supera con mucho eldebate teórico, que existeel peligro de que los pro-cesos de concentraciónlleven a posiciones oligo-polísticas en el sector me-diático y ello debería obli-gar a establecer sistemasde control que, respetan-do la libertad informati-va y empresarial, impi-dan que su actuaciónponga en peligro princi-pios constitucionales co-mo la libre competenciay el pluralismo informa-tivo. La cuestión está endeterminar, cuándo unaempresa mediática se fu-siona para encontrar po-siciones de tamaño quela hagan más rentables, o cuándo lohace para incrementar el grado depoder que detentaba hasta entonces,en detrimento de la diversidad infor-mativa.

Estado de la cuestión.Entre conceptos y definicionesLa ‘caída del muro’ y el consecuentetriunfo del liberalismo, facilita lairrupción de los medios audiovisua-les de ámbito privado en Europa ycon ello un cambio considerable enla estructura del sector de medios ennuestro entorno, proceso que se ve

fuertemente impulsadocon la aparición y des-arrollo de las tecnologíasdigitales y la expansiónde ese fenómeno que re-presenta Internet. Todoello ha propiciado la apa-rición de grupos multi-media cuyo ámbito de in-fluencia en la sociedadsupera con mucho lo quepodíamos imaginar nohace más de 20 años.

Si damos por buena lateoría que pone de mani-fiesto que no se puede ha-blar, sin más, de concen-tración empresarial demedios, sino que debe-mos adjetivarla en, al me-nos, cinco categorías–empresarial, de propie-dad, de mercado, de au-

diencia y política– tendremos queconvenir que el debate sube en inten-sidad, ardor que se acrecienta si ade-más incorporamos dos elementos co-mo son la pluralidad y el pluralismo1.

Aquí, como en todo, hay teoríaspara todos los gustos y si por ello fue-ra, otros autores y estudiosos en la ma-teria, sostienen la existencia de otrascinco clases de concentración basadaen el proceso productivo y en la po-sición de los mercados. Y así hablande integración horizontal o monome-dia; de integración vertical; multime-dia; conglomerados (integración mul-tisectorial), e internacional2.

En el sectormediático, que esespecial, merecela pena tratar dediseñar uncontrol, cuandomenos diferenteal de cualquierotro sectoreconómico.

38—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

Llegados a este punto y con obje-to de no disgregarnos semánticamen-te, busquemos definiciones de con-centración.

Ramón Tamames la describe co-mo el “proceso por el cual se produ-ce la acumulación, en pocas manoso centros de decisión, de toda una se-rie de propiedades y de capacidadesde poderío económico. (…). Las fuer-tes concentraciones generan desequi-librios importantes en términos socia-les, culturales y políticos”3.

Menos ambiciosa en la definición,desde el punto de vista ideológico, esla Real Academia Española que, enuna de sus acepciones, define concen-trar como “reunir bajo un solo domi-nio la propiedad de diversas parce-las” o “reunir en un solo punto o cen-tro lo que estaba separado”.

A efectos de lo que es nuestra ac-tividad profesional, no sería un atre-vimiento hablar –y así lo definen al-gunos teóricos–, de modificación es-table de la estructura de control deun operador económico, cuando dela misma se derive la fusión de doso más empresas anteriormente inde-pendientes, la toma de control con-junta sobre una empresa igualmen-te independiente; entendiendo porcontrol la posibilidad, de iure o de fac-to, de ejercer una influencia decisi-va sobre las actividades de una em-presa.

O si se quiere algo más simple, po-demos considerar como concentra-ción de medios de comunicación los

supuestos de crecimiento externo deuna sociedad por medio de operacio-nes tales como las fusiones, las adqui-siciones de control, la creación de em-presas en participación, etc.

Siguiendo con el proceso concep-tual, tratemos de centrar el términopluralismo, recordando que la Cons-titución Española, en su artículo 2º,se ocupa de él, y recurrimos nueva-mente a la RAE que lo define como“sistema que acepta o reconoce la plu-ralidad de doctrinas, métodos en ma-teria política, económica, etc”. Es,pues, un concepto eminentementepolítico de aceptación de conviven-cia, de tolerancia.

Si lo trasladáramos al mundo dela comunicación, su definición no so-lo pivotaría sobre la idea de diversi-dad, sino que llegaría, incluso, a con-fundirse con él.

Y metidos ya en este mundo de lasdefiniciones, no vamos a dejar al mar-gen este término de diversidad y asi-milémoslo con variedad, desemejan-za o diferencia. Al respecto, sigue vi-gente la definición del Consejo de Eu-ropa de 1992 al referirse a la diversi-dad como “la posibilidad de elegir enun momento determinado entre di-ferentes géneros periodísticos, dife-rentes temas y acontecimientos, dife-rentes fuentes de información, dife-rentes intereses, diferentes opinionesy valores, diferentes autores, diferen-tes perspectivas, etc.”.

Terminamos con un último sus-tantivo importante: la pluralidad,

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—39

concepto más numérico,más cuantitativo, que elpluralismo, más cualitati-vo y por eso la RAE lo em-pareja con multitud, co-pia y número grande dealgunas cosas.

Dejemos, por ahora, elmundo de las definicio-nes y señalemos que elpluralismo es una cues-tión de equilibrios y comotal debe moverse en elámbito de lo político. Hoypor hoy, el término estábendecido por la Consti-tución Española en su ar-tículo 20 y ello no es dedesdeñar.

La calidad de la demo-cracia se mide por mu-chos parámetros, perouno de ellos es por la plu-ralidad y libertad en que se desarro-lla la posibilidad de todo ciudadanopor acceder, de manera equitativa, almáximo de opiniones, ideas e infor-maciones. El pluralismo, por tanto,es un valor que asegura a los indivi-duos la diversidad informativa y elloes lo suficientemente importante co-mo para que las sociedades desarro-lladas traten de conjugar el pluralis-mo con la concentración y la plura-lidad con la diversidad.

¿Cómo conjugar esta complejaecuación? Aceptando la sentencia quepone de manifiesto que no hay mer-cado más intervenido que el libre, la

repuesta a esta preguntano es otra que la queapunta a la vía legislativa,y en este sentido la inter-vención del Estado, me-diante mecanismos regu-ladores, debería ser perfec-tamente válida, aunqueproblemática, porque latendencia de los políticosa ‘meter la mano’ y a uti-lizar cualquier proceso le-gislativo con fines parti-distas, es algo probado ynada desdeñable. La ‘solu-ción’ no resulta fácil e in-cluso se torna harto com-plicada, dado que los po-líticos, aquí y allá, no pa-recen dispuestos a quedar-se al margen de este tipode decisiones. El caso ita-liano, mexicano e incluso

el británico, que más adelante comen-tamos, no deja de producir alarma por-que en nombre del bien común se pue-den cometer sutiles tropelías.

En España, el asunto al que nos es-tamos refiriendo se contempla desdediferentes ópticas y doctrinas juris-prudenciales: la de la competencia, ladel derecho común, la del específicodel sector de medios y la procedentede la vía administrativa, que se reser-va la concesión de licencias, cuotas ypermisos en materia de radio y tele-visión con unos criterios normalmen-te poco ortodoxos. Así, hemos podi-do comprobar cómo el sistema ha

La intervencióndel Estado,mediantemecanismosreguladores,debería serperfectamenteválida, aunque esproblemática.

40—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

funcionado deficientemente en nues-tro país, en ocasiones, y basta recor-dar alguna acción contra la concen-tración vertical –producto del mono-polio de la televisión y el decodifica-dor– o sobre los derechos televisivosdel fútbol.

Como de lo que se trata es de con-trolar las concentraciones que se pro-duzcan en este sector y de prohibiraquellas que tengan un efecto perni-cioso en la competencia en este mer-cado o en el número de voces distin-tas que participan en el debate y, porconsiguiente, de la diversidad de opi-niones, el problema grave aparece ala hora de determinar los límites apartir de los cuales se ve afectado elpluralismo.

De la Cuadra Salcedo4 apunta endirección correcta al señalar que elproblema de la concentración consis-te en determinar la proporción ade-cuada de concentración en una socie-dad globalizada, para, sin renunciara la dimensión óptima necesaria, evi-tar el dominio de la información, lacultura y la opinión de unos pocos.

La cuestión clave es saber qué fun-ciones y elementos combina la pro-piedad de un grupo multimedia pa-ra conseguir las consabidas econo-mías de escala o de alcance, sin queestas afecten al mundo de la diversi-dad.

El proceso merece reflexión y es-tudio, aunque no es el momento deprofundizar. Por ello, nos vamos aconformar con enunciar algunas ex-

periencias que se han producido endiferentes países en cuya órbita nosmovemos.

El primer caso, hace referencia aEEUU, en donde el problema se abor-dó hace años por la Federal Comuni-cation Committee, organismo encar-gado de regular la mayoría de los as-pectos relacionados con las comuni-caciones, mediante la revisión y la ac-tualización de las normas de concen-tración existentes en su momento.

En el Reino Unido, el GobiernoBlair sacó adelante en el año 2003 laLey de Comunicaciones, tras un lar-go debate de casi cuatro años. La Ley,entre otras cosas, buscaba reforzar lagarantía del pluralismo, tratando deevitar fusiones que supusieran un pe-ligro para la pluralidad. Aunque en-focada a la radiodifusión y con lasombra de Murdoch planeando so-bre la literalidad y el espíritu de lanorma, la Ley británica consagra laprimacía/ intervención del poder po-lítico sobre los procesos de concen-tración que se puedan llevar a caboen este sector.

La Italia de Berlusconi tambiénabordó el problema, aunque es tal lacolusión de intereses que se producíaen ese país que resulta siempre com-plicado referenciarse en un sistemaen el que RAI, Madiaset y Fininvest,han convivido en un modelo turbiodonde los haya.

Tan poco ejemplarizante como elcaso italiano es el ejemplo mexicanocon su calificada como “infame” re-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—41

forma de la Ley de Comu-nicación, que consiguióotorgar un excesivo podera los dos grandes y domi-nantes grupos mediáticosdel país azteca (Televisa yTV Azteca) con el exclusi-vo fin de conseguir que es-tos monstruos del mundoaudiovisual apoyaran lascandidaturas del PAN ydel PRI en contra del can-didato que suponía unpeligro real para el man-tenimiento del sistema:López Obrador.

Es muy frecuente esta-blecer una relación gene-ral negativa en materiaconcentración-pluralismoy la tendencia, siemprepopulista, suele ser sim-ple: cuanto más grandesea el nivel de concentración de lapropiedad, menor será la oferta demedios y a partir de ahí el silogismose hace sencillo: a mayor concentra-ción, menos medios, y a menor ofer-ta, menor pluralismo.

Sin embargo la ecuación no resul-ta tan simple.

Doyle5 señala que la relación en-tre concentración de empresas me-diáticas y pluralismo no es tan direc-ta, ya que existen otros factores comola dimensión del mercado, los recur-sos disponibles en éste, la estructuradel sistema y los objetivos y competi-tividad de las empresas del sector, los

que impactan decisiva-mente en el pluralismo,en igual o mayor medida,que la propia concentra-ción de la propiedad em-presarial.

Lo que sí parece fuerade duda es que la falta depluralidad está en rela-ción directa con la estre-chez del mercado en susdiferentes variables: lin-güísticas, poblacionales,económicas… y este no esel caso de España. Porello, resulta más que evi-dente que el pluralismo enun territorio pequeño ymonolingüista es inferioral que gozan amplios es-tados democráticos, mul-ticulturales y desarrolla-dos. Y no hay que ir muy

lejos para encontrar casos como elenunciado.

Doyle apunta acertadamente quelas acciones que pueden promocio-nar el pluralismo no deben limitarsea las que afectan a las concentracio-nes de propiedad, porque es esa unaforma de caer en un reduccionismopeligroso: identificar pluralismo conpluralidad y pese a lo equivoco de loterminológico, no debe hacernos ol-vidar que frente a la variedad o diver-sidad que representa el primer térmi-no, emerge el número, la cantidaddel segundo concepto. Ambos soncomplementarios y en ningún caso pue-

La falta depluralidad está enrelación directacon la estrechezdel mercado ensus diferentesvariables:lingüísticas,poblacionales,económicas…

42—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

den utilizarse individualizadamentecomo arma arrojadiza.

El gran meollo en torno al plura-lismo se plasma en la necesidad dedefinir el grado óptimo del mismo quese desarrolla en una sociedad deter-minada, en el bien entendido de quetodos los factores de la ecuación sonvariables. Como no podía ser de otramanera, el reto se plantea cuando seintenta plasmar en normas o reglaslos límites de ese pluralismo, en lamedida en que –como se decía conanterioridad– pluralismo es un con-cepto político de carácter cualitativo,que persigue un grado de diversidadque para ser medido se debe recurrira mecanismos cuantitativos relacio-nados con la pluralidad, con el nú-mero.

Métodos de medición existen, co-mo señalan Sánchez Tabernero yCarvajal6, aunque no resulta fácil es-tablecer un índice a partir del cualse pueda decir que un grado de con-centración es excesivo o no tolerablepor los legisladores, ya que los resul-tados dependerán de las caracterís-ticas de cada mercado o del tipo denegocio. Cabría añadir que a la vis-ta del abanico de posibilidad de con-centración analizada anteriormen-te, siempre va a resultar complejo,cuando no imposible, objetivar elgrado óptimo de pluralismo de unasociedad.

Algunos autores apuntan, en rela-ción con la no existencia de una cier-ta simetría entre aumento de la con-

centración y reducción del pluralis-mo, que la tecnología juega en con-tra de una hipotética reducción delpluralismo. Y es verdad, aunque tam-bién hay que tener en consideraciónlo que hoy todavía resulta una incóg-nita: ¿en qué medida es viable la cons-titución de una empresa para la edi-ción de una sola publicación, o queposibilidades tiene de salir adelanteuna experiencia editorial indepen-diente en un mercado dominado porpotentes grupos multimedia? La ex-periencia de aquel Antonio Asensio,que con un capital de 500.000 pese-tas, fue capaz de dar con la veta deléxito periodístico con Interviú, millo-naria en audiencia y capaz de conver-tirse en el origen de lo que pudo serun gran grupo multimedia, en el ca-so de que no hubiera fallecido el fun-dador, no parece repetible en la ac-tualidad.

Y si nos metemos en otros jardi-nes, no menos trascendentes, comola concentración de contenidos, el de-bate puede alcanzar dimensiones deaurora boreal, aunque ciertos paíseshan conseguido legislar en este sen-tido, es difícil determinar si han lo-grado los objetivos fijados. Soy de losque piensa que esta concentración,provocada por lo que se ha dado endenominar ‘tiranía de la audiencia’,es el gran peligro que afecta al plura-lismo, hasta el punto de que convier-te a los medios de comunicación enproductos uniformes y clónicos. Y elpeligro se acrecienta cuando no sólo

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—43

se localiza en el mundode lo informativo, sinoque se traslada a áreas degran influencia social.

Sea como sea, cadatendencia política confi-gura su propia contradic-ción teórica y quizá porello ha alcanzado cierta fa-ma el enunciado por elcual bajo una misma pre-misa se ofrecen, al me-nos, dos soluciones posi-bles, según el ideario po-lítico del ‘matemático’ deturno. Así, frente al mo-delo que determina queprivatización es igual amultiplicación de canalesy que ello comporta unaumento de la oferta quea su vez se plasma en di-versidad y por ende enpluralismo, emerge la tesis que apues-ta por que la privatización nos llevaa la multiplicación de canales y éstaa una competencia de libro que des-embocará ineludiblemente en unahomogeneización de la oferta que nosconduce inexorablemente a la con-centración y con ella a la reduccióndel pluralismo.

Los grupos multimedia en EspañaNuestro país no está fuera de órbitaen este sector y como ocurre en otrospaíses occidentales, asistimos a la con-formación de distintos grupos multi-

media, bien por la vía delfavor político o bien porla dinámica del creci-miento puramente em-presarial.

Aunque no es el obje-to del presente análisis elestudio de cómo estánconfigurados los gruposmultimedia y demás gru-pos periodísticos de nues-tro país, sí resulta de in-terés para el estudio rea-lizar un repaso sobre có-mo está vertebrado el sec-tor mediático en España.

Fracasado con rotundi-dad el intento de configu-rar un gran grupo mediá-tico hace unos años, entorno a Telefónica, auspi-ciado por el poder políti-co y dejando al margen el

caso de RTVE, son varios los procesosactualmente en marcha, sin que nin-guno parezca claramente cerrado, si-no en vía de articulación. Y si haceunos años parecía claro que la con-centración iba a girar en torno a dos–Prisa y Vocento–, hoy hay que sumardos más –Planeta y Unedisa– queanuncia que la posible bipolaridad delsector puede ser sustituida por un pó-quer mediático, en torno al cual cabepensar que girará el sector en los pró-ximos años, aunque es tan fuerte laevolución tecnológica actual que se-ría temerario dar por cerrado el pro-ceso de concentración en este sector.

La concentraciónprovocada por loque se ha dadoen denominar‘tiranía de laaudiencia’ es elgran peligro queafecta alpluralismo.

44—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

Sin ánimo de ser exhaustivo y a tí-tulo referencial, ofrecemos una pano-rámica de las actividades de los ‘cua-tro grandes’, cuya cobertura, y a la es-pera de un estudio más profundo yriguroso, alcanza proporciones con-siderables. Así, en televisión, su ofer-ta concentra en torno al 60% de la au-diencia; en radio, este porcentaje seeleva a cerca del 80%, mientras enprensa escrita supera en algún pun-to este último ratio porcentual.

Dentro de esta cuádruple concen-tración sectorial que “amenaza” lapluralidad informativa española hayque hablar, en primer término, delGrupo Prisa. Dejando a un lado cuan-tas dudas se puedan suscitar sobre sufuturo, dado el proceso de cambio ge-neracional y familiar en el que estásumido, la realidad es la que es y hoy,no cabe sino hablar del único grupomultimedia de carácter internacionalcapaz de aparecer en los rankings in-ternacionales del sector. Pese a haberiniciado un proceso de desinversiónen el mundo de la prensa diaria pro-vincial y en el sector de la impresión,el grupo está presente en diferentessegmentos. Editoriales como Santilla-na, Alfaguara, Aguilar, Taurus y otras;prensa escrita de información gene-ral como El País; prensa especializadacomo Cinco Días y As; radio, como laCadena SER, Radio Caracol, Grupo La-tino de Radiodifusión o 40 Principa-les; televisión generalista nacional, lo-cal y de pago, como Cuatro TV, Ca-nal+, Canal Satélite Digital o Localia;

prensa internacional como La Razónde Bolivia, Extra, el Nuevo Día o Le Mon-de; revistas como Cinemanía, Rolling Sto-ne, Gentleman o Claves, Internet, pro-ductoras cinematográficas, publici-dad y alianzas nacionales e interna-cionales, conforman, en definitiva,todo un grupo multimedia líder.

No a poca distancia, se sitúan trescompetidores como Vocento, Planetay recientemente Unedisa, cada cualcon sus fortalezas y debilidades, quepermiten configurar el mapa españolde la concentración empresarial, queno de concentración de contenidos.

El grupo vasco, con clara proyec-ción nacional, tras su entrada en Abc,combina sus claros méritos empresa-riales en el ámbito regional –El Correo,Diario Montañés, Diario Vasco, La Verdad,Ideal, Hoy, La Rioja, El Norte de Castilla yEl Comercio– con ciertas dificultadescuando se trata de abordar proyectosde alcance nacional. Y así, combinala brillante trayectoria conseguida enlos diarios regionales con otras másdificultosas en el entorno de la pren-sa nacional o en el mundo de la ra-diofonía (Punto Radio). A ello, hay queunir su participación accionarial enla televisión generalista (Telecinco) yen productoras como BocaBoca, Árbolo Globomedia), en un claro exponen-te de reafirmación de su voluntadmultimediática, al que hay que aña-dir su presencia en el mundo de laprensa gratuita (Qué), en agencias deinformación (Colpisa), suplementossemanales (Taller de Editores) o una

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—45

presencia, más allá de lotestimonial, en diarios re-gionales argentinos comoLa Voz del Interior y Diariode los Andes. Internet estáigualmente presente enlas actividades del grupo

En similar nivel semueve el penúltimo enllegar, el grupo catalánPlaneta, que desde la ba-se de una potente multie-ditorial –Planeta, Seix Ba-rral, Espasa, Paidos, o Te-mas de Hoy, muchas deellas con fuerte presenciaen América Latina– se haincorporado a la carrerapara conformar un gru-po multimedia y lo ha he-cho, la mayoría de las ve-ces, a golpe de decisionesempresariales, de talona-rio. Una cadena de televisión comoAntena 3, una cadena de radio comoOnda Cero, un diario de informacióngeneral de tendencia conservadora co-mo La Razón y otro de ámbito nacio-nalista como Avui, forman parte de latarjeta de presentación de este rele-vante grupo editorial reconvertido amultimedia.

El último en llegar ha sido la ita-lo-española RCS MediaGroup, editoradel Corriere della Sera y la Gazzetta de-llo Sport, propietaria del 96% de Une-disa, el grupo que en España pivotasobre el diario El Mundo y que siem-pre ha buscado posicionarse en el ri-

co e influyente multime-dia. Sin haberlo consegui-do plenamente, su recien-te adquisición del GrupoRecoletos –Marca, Expan-sión, Actualidad Económica,Diario Médico o Gaceta Uni-versitaria, entre otros– leacercan más a ese objeti-vo, aunque la carencia deuna cadena de televisióny de una emisora de ra-dio de ámbito nacional,castra ese objetivo.

Los tres primeros su-fren y disfrutan de losdientes de sierra de la Bol-sa española y los tres pre-siden un movimiento alque otros se quieren o sehan querido unir: GrupoZeta, Grupo Godo, GrupoVoz, Grupo Joly o Media-

pro, entre otros, y que tratan, a tra-vés de proyectos de tecnología digi-tal, de concentraciones de contenidosy de alianzas varias, de uncirse al ca-rro del poder mediático.

Pero dentro de lo que es el mun-do de la concentración mediática, nopodemos ni debemos pasar por altolo que hemos denominado como con-centración de contenidos y que estálejos de lo que conocemos como or-todoxa concentración empresarial. Se-ñalar en este punto, la innegable y porsupuesto legítima alianza que se pro-duce entre destacados profesionalesde la COPE, El Mundo y otros medios

Prisa, Vocento,Planeta yUnedisa suman,juntos, el 60%de la audienciade televisión, el80% de la radioy algo más del 80% de losperiódicos.

46—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

ligados a los profesionales de unos yotros, para retroalimentarse informa-tivamente y conseguir un mayor gra-do de proyección informativa en lasociedad española. Lejos de una con-centración al uso, es ésta una reali-dad emergente de donde surge unaclara agrupación de contenidos, tanpotente o más que la que genera unaconcentración típica.

Sorprendentemente, esta tipologíaconcentradora es de imposible regu-lación, aunque llegara el momento,que no es el caso, de que pudiera po-ner en serio peligro la pluralidad in-formativa.

Y este fenómeno va más allá de lasutil concentración de intereses em-presariales que, en diferente grado, seproduce entre medios y empresas y delos que hay varios ejemplos en la geo-grafía mediática española y cuyo casomás significativo es Unión Radio y loque ello ha representado para los gru-pos que participaron en el proceso.

Con este rico y diverso panorama,pocos se atreverían a afirmar que elpluralismo en España está en peligro;pero éste, el de la concentración, esun fenómeno en el que no caben teo-rías inmovilistas, máxime cuando lasnuevas tecnologías generan transfor-maciones en periodos muy cortos detiempo.

Aunque nos reafirmemos en laidea de que gigantismo no es antagó-nico a falta de pluralidad, convienetener en cuenta que ese gigantismotampoco puede ser presentado, en el

sector de medios, de manera bonda-dosa y ‘buenista’, ya que su sola exis-tencia en posición dominante, comohemos visto con anterioridad, puedetaponar el surgimiento de nuevos pro-yectos de más humilde origen. Esasimple incógnita, requeriría una com-pleja contestación y hoy supone unahipótesis de trabajo que no convienedejar al margen.

Peligros por vías heterodoxasPese a quienes desde un planteamien-to reduccionista no tienen empachoen afirmar que el pluralismo infor-mativo está en peligro en España, ba-sándose en estrafalarias teorías ideo-lógicas y conspiratorias, no parece ra-zonable dar pábulo a tales manifies-tos, si bien es cierto que salvo el gru-po líder, claramente posicionado enuna línea editorial ideológica deter-minada y cuyos contenidos se adivi-nan, en ocasiones, antes de sentarsefrente a ellos, los otros grupos nave-gan, en mayor o menor medida y conmuchos matices, en un cierta indefi-nición que sólo es transgredida segúnsus intereses puntuales y por sus co-municadores estrella.

Es en la concentración de conteni-dos –en sus diferentes modalidades–,donde reside el gran problema de laconcentración y su consiguiente pe-ligro sobre el pluralismo informati-vo. Por muy preocupante que puedaresultar para algunos la concentra-ción de propiedades, más preocupan-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—47

te resulta la de contenidos,y bien mirado, ésta sí lle-va a una reducción delpluralismo sobre asuntosque están presentes, yque podía preocuparnose interesarnos bastantemás de lo que lo hace enla actualidad.

Es una realidad fácil-mente comprobable có-mo la actualidad infor-mativa de España pivotasobre muy pocos medios.De forma mecánica, lamayoría de los medios au-diovisuales españoles yotros escritos siguen, conuna fidelidad digna deencomio, los predicamen-tos informativos de estosmedios de referencia, has-ta convertir la pluralidady la diversidad informativa de nues-tro país en algo que cada día cuestamás alcanzar. La denominada terce-ra España deberá esperar mejores mo-mentos para dejar oír su voz.

Si aceptamos la máxima de que elgigantismo empresarial no tiene porque afectar a la pluralidad; que plu-ralidad, pluralismo y diversidad sontres conceptos que van especialmen-te unidos, pero que conviene no con-fundirlos; que la tecnología abre puer-tas inmensas a favor de la libertad, yque la concentración empresarialpuede propender a controlar el mer-cado impidiendo que otras experien-

cias menos poderosas,por no decir humildes,tengan éxito; la salud delpluralismo en nuestro pa-ís, entendida ésta a modotradicional, no pareceque esté en grave riesgo,aunque éste es un debatependiente de celebrar entoda su intensidad y queno suele producirse enpúblico, quizás por unaespecie de pudor que neu-traliza a los profesionalesde los medios.

Pero dicho esto, proce-de afirmar que la existen-cia de un duopolio infor-mativo de dimensiones do-mésticas, es una realidaden España y toma cuerpoen un proceso de defensadel bipartidismo político,

trufado únicamente por movimientosmediáticos de carácter nacionalista,aunque éstos, incluso, se incorporana uno u otro de los bandos de ámbitonacional cuando es menester.

Es una realidad que el debate po-lítico en España suele centrarse sobrela existencia de un duopolio informa-tivo –PSOE vs. PP–, y es ahí donde seproduce una real concentración decontenidos, como lo demuestra el díaa día de las portadas de los diarios ode las escaletas de los informativos delos medios audiovisuales.

Como señalábamos anteriormen-te, es una realidad incontestable que

La existencia deun duopolioinformativo dedimensionesdomésticas esuna realidad enEspaña, y tomacuerpo en unproceso dedefensa delbipartidismopolítico.

48—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

ese duopolio de contenidos vienemarcado por la existencia de periódi-cos líderes de los que se nutre buenaparte de los miembros de la coral me-diática, que para eso si son útiles losmultimedia. Todo pluralismo en Es-paña y en buena parte de nuestro en-torno político y cultural, se reduce,en demasiadas ocasiones, a eso: atransmitir versiones progresistas yconservadoras de una realidad que enocasiones se confunde, en una cons-tatación de que el sector de la comu-nicación es poder y ese poder ha lle-gado, en ocasiones, a suplantar al quesurge de las urnas.

Es esta una diversidad reducida enlo que se refiere a cuestiones domés-ticas y cotidianas y aunque nuestromercado es ancho y profundo, y me-recedor de ampliar sus contenidosplurales, la monotonía y la uniformi-dad se ha apoderado del sector.

El discurso, llegado a este punto,se torna político como no podía serde otra manera. Nos movemos en unprofundo espejismo porque el terre-no de juego está perfectamente mar-cado y las audiencias de los mediosde comunicación de masas están tanclaramente posicionadas, por la laborde las políticas de los grupos/parti-dos, que lo que es una utopía es con-siderar que, en esta sociedad del co-nocimiento o de la información en laque nos movemos, los ciudadanospuedan actuar al margen de los gran-des grupos mediáticos. La pinza fun-ciona.

Nunca como ahora es tan verdadaquel eslogan del 68 que hacía de lasmoscas referentes para los humanosy hacía un llamamiento a emular elcomportamiento alimenticio de losdípteros. Hoy, no hay grandes diferen-cias entre un adolescente de Bilbaocon otro de Osaka u otro de un su-burbio de Los Ángeles: cantan la mis-ma canción, se instalan el mismo pier-cing, se graban los mismos tatuajes oenseñan el mismo ombligo. Ello nosdebe mover a dedicar un pensamien-to a este fenómeno.

Extrapolando esta afirmación, car-gada de demagogia, la concentraciónmediática, sea del calado que sea, olos grandes grupos multimedia, hacenimposible unos escenarios más varia-dos, sean estos intrascendentes o demás alta consideración. Entre los pri-meros, es un hecho que se produceun cuasi monopolio en materia detransmisión de conocimiento en mu-chos ámbitos de nuestra cotidianei-dad. Entre los segundos, a modo desimple ejemplo, señalar que asuntosde gran calado como la globalización,el cambio climático o la situación enla que vive una gran parte del plane-ta se han estado aceptando como axio-mas irrebatibles de las sociedades de-sarrolladas o sólo hayan merecido laatención de los fines de semana. Y ello,cuando los grandes grupos mediáti-cos, nos han acostumbrado a no escu-char las voces de multitud de colecti-vos que, a lo mejor, están demasiadolejos para dejarse oír a gritos.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—49

Por ello no debe sor-prendernos que desde elmundo del subdesarrollose vea que el control delos medios y el repartomediático, que se produ-ce en Occidente, haga deeste un mundo lleno desordomudos y autistas enel que las culturas autóc-tonas corren peligro dedesaparecer y en el quelos grandes retos del pla-neta no se abordan, bienpor intereses muy defini-dos o bien por el perfilacomodaticio de las socie-dades desarrolladas y do-minantes.

A la postre, los proble-mas más graves de la con-centración afectan a la li-bertad de creación y deexpresión de todos los que se quedanfuera del sistema, y a la hora de bus-car ‘culpables’ no se les ocurre nadamejor a los ideólogos del sector queseñalar a la denominada ‘tiranía delas audiencias’. ¡Que calificativos so-mos capaces de inventar en esta so-ciedad mediática! Faltaría más. Qui-zás son ellas –seguro que lo son– lasque provocan la concentración decontenidos capaces de convertir losinformativos de televisión o de radioen programas clónicos, en los que lasnoticias se van encadenando en unorden muy poco excitante o en trans-formar las parrillas de las programa-

ciones en un calco depri-mente y muy poco profe-sional.

La tecnología comosolución… parcialFrente a los que se escon-den tras este concepto de‘tiranía de las audiencias’cabe recordar la frase cí-nica de un reconocidoprofesional de la pequeñapantalla que creo que re-coge fiel y abruptamentelo que realmente sucede:“Si a la audiencia le daspaja, come paja; si le dastrigo, come trigo”. Exce-lente diagnóstico.

Las nuevas tecnologíaspueden dar solución a es-ta ‘tiranía’, ya que pue-

den cubrir más demanda ofreciendoproductos de entretenimiento y ocioa minorías determinadas, aunque noparece que esta solución vaya a venirde la mano de los grandes grupos,ocupados y preocupados en mante-ner o aumentar su cuota de mercadoen lugar de asumir que la democra-cia y el pluralismo son también el res-peto por las minorías, que bueno se-ría que, alguna vez, se convirtieranen mayorías. Más bien habría que con-fiar en los movimientos sociales de laciudadanía –su presencia es hoy in-existente en este sector–, para conse-guir que se cubran unos nichos de mer-

Los problemasmás graves de laconcentraciónafectan a la libertad de creación y de expresión de todos los quese quedan fueradel sistema.

50—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Concentración de medios y pluralismo informativo

cado que, hoy por hoy, están absolu-tamente al pairo y desatendidos.

Y aunque muchos puedan no es-tar de acuerdo con la necesidad deuna intervención legislativa en defen-sa de ese proceso, bueno es, llegadosa este punto, repetir la idea, a mi mo-do de ver cierta, aunque paradójica,de que el mercado libre es el más in-tervenido. O dicho con otras palabras:mantener la libertad, exige perder in-dependencia. Si se obliga a financiarproducción cinematográfica, tam-bién se puede meter baza en otrosámbitos.

Porque confiar en las audiencias,tan tiranas ellas como mudas, no pa-rece que sea lo más prudente, aun-que son muchos los que apuestan poruna rebelión de las mismas en buscade un cambio de tendencia. No valeel argumento de que la audiencia es

soberana y que tiene en sus manosdesconectar aquello que no le gusta.El problema es más complejo y deman-da pautas y normas que se cumplany que permitan, como en los casos deadicción a sustancias prohibidas, unproceso de desintoxicación tuteladopor alguien más que no sea necesa-riamente el proveedor de las sustan-cias.

Pero no hay lugar para el pesimis-mo. Las sociedades mutan y lo hacencada vez a mayor velocidad. Hoy sepuede leer algo que arroja esperanzaa este debate, y ese algo es un estu-dio que pone de manifiesto que des-de finales del siglo pasado los niñoshan reducido el consumo de televi-sión generalista en 18 minutos diariosy los jóvenes adolescentes, en 12, op-tando ambos colectivos por canalesalternativos y temáticos6. �

1—Llorens, Carles. ‘La concentración de me-dios’. Quaderns del CAC, número 16.2—Pérez Gómez, A. ‘La concentración de me-dios de comunicación’. Quaderns del CAC, mar-zo de 2000.3—Tamames, Ramón. Diccionario de economía.Alianza Editorial, 1988.4—De la Cuadra Salcedo, Tomás. ‘Informe so-bre el régimen jurídico del audiovisual’. Se-minario sobre Régimen Jurídico del Audio-visual. Barcelona, noviembre de 1998.5—Doyle, Gillian. Media Ownership. SAGE. Lon-dres, 2002.6—Sánchez-Tabernero, Alfonso; Carvajal, Mi-guel. ‘Concentración de medios en el merca-do europeo. Nuevas tendencias y retos’. MediaMarkets Monographs. Pamplona, junio de 2002.

7—Informe de Corporación Multimedia.2006.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA:

Díaz Nosty, Bernardo. Medios de Comunicación/Tendencia 06. Madrid, 2006.Farias García, P.; Farias Batlle, P. En torno a lalibertad de empresa informativa. Ed. Complu-tense. Madrid, 1994.Kowalsky, Tadeusz. Media Concentration andpluralism in the light of national correspondents’and consultants reports (1995-1997). Estrasburgo.Consejo de Europa, 1998.VVAA. Televisión and media concentration. Regu-latory models on the nacional and the Europeanlevel. Estrasburgo. Audiovisual Observatory,2001.

LUIS NÚÑEZ LADEVÉZE

Una de las distinciones princi-pales de la práctica periodís-tica es la que separa informa-ción de opinión. Es tan obvia,

y tan próxima, que se explica quetambién sea frecuente y generaliza-da. Eso no quiere decir que no sea dis-cutible y discutida. En mi criterio esuna distinción clara que, considera-da abstractamente, no puede ser pues-ta en duda. No puede serlo, entreotras razones, porque está validadapor el propio lenguaje. No sé hastaqué punto ha de considerarse unaprueba en sí mis-ma, pero es pocodudoso que, sidisponemos dedos palabras consignificados dis-tintos y fácilmen-

te aplicables en la vida corriente, esporque tenemos necesidad de distin-guir las realidades empíricas o con-ceptuales que las palabras designan.Es obvio, o al menos a mí me lo pa-rece, que opinar es algo distinto a in-formar y resultaría vano tratar de ne-gar que haya distinción entre una co-sa y la otra.

Pero, justamente porque es obvio,no sería prudente negarse a compren-der que la naturaleza de la distinciónes compleja. Lo que se pide al estu-dioso es que aborde y aclare en qué

consiste esa comple-jidad que los propiosperiodistas comprue-ban a diario en suejercicio profesional.

Aceptado, pues,como punto de par-

� El comentario es libre, pero los hechos son sagrados”

C. P. SCOTT,Director del Manchester Guardian (5 de mayo de 1921)

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—51

Sobre el manido tema de la imparcialidadinformativaLa firmeza y validez de una opinión depende en gran parte de lainformación en que se sustenta.

Luis Núñez Ladevéze es catedrático de Periodismo.

52—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Sobre el manido tema de la imparcialidad informativa

tida que existe una clara diferenciaentre informar y opinar, lo que impor-ta, y lo que a la hora de la verdad sediscute, es si es posible que se puedadar una sin la otra o en qué gradosse da esta distinción en la práctica.Es decir, si, al hablar y exponer nues-tras opiniones, no nos valemos parahacerlo de suministrarinformación y si, al sumi-nistrar informaciones, nolo hacemos generalmen-te para expresar nuestrasopiniones. Más concreta-mente, si en la tarea pro-fesional del periodista sepuede separar tajante-mente la actividad de in-formar de la de opinar, oviceversa. En efecto, unacosa es que sean nocionesdistintas, y otra diferentees que, en la realidad,puedan darse por separa-do o que sean plenamen-te separables por el hechode que pueda parecérnos-lo porque disponemos depalabras con significadodistinto para referirnos auna u otra cosa.

En la práctica periodística se haimpuesto, no obstante, una especiede eslogan simplificador, de proce-dencia anglosajona que reza así: “lasopiniones son libres, los hechos sonsagrados”, un eslogan que presupo-ne que la separación tajante entreambas no sólo es posible sino que es-

tá al alcance de cualquier informa-dor. Esto resulta diáfano al conside-rar que el sentido de las palabras nolo es tanto cuando las palabras seaplican a la vida.

La idea de que hay informacionesque sólo son informaciones, es decir,enunciados sobre sólo lo que pasa, so-

bre datos no impregna-dos de juicios de valor, es,en principio, atractiva.Atrae porque parece re-flejar una experiencia co-mún al alcance de cual-quiera: continuamentenotificamos a otros las co-sas que ocurren a nues-tro alrededor, damoscuenta de los aconteci-mientos que se produceny eso no es opinar, sino no-tificar o informar.

Puede decirse, pues,que informar es algo quehacemos habitualmentey que, con esa palabra, ex-presamos una actividadcorriente. No menos cier-to es que opinar es algo quehacemos todos los días y

que refleja una actividad cotidiana.Ambas cuestiones son naturales se-cuelas del hecho de hablar, de que ha-blamos. Hablamos con otras personaspara muchas cosas, pero puede ase-gurarse que entre las cosas más fre-cuentes que hacemos al hablar estánel informar de y opinar sobre algo ca-da vez que hablamos. Incluso es po-

La información eslimitada, nunca esplena, y por esono tienegeneralmente unvalor en símisma. Ha de sercompletada pormedio de lainterpretación.

sible que las dos cuestiones, informary opinar, las hagamos no sólo frecuen-temente sino siempre que hablemos.Informar, como opinar, es una tareacontinua, algo que realizamos nor-malmente sin necesidad de que nosdetengamos a comprobar si lo que ha-cemos es lo que creemos que hacemoscuando nos dedicamos a informar oa opinar.

Pero es esa normalidad de ambasacciones lo que resulta confuso, por-que justamente que eso sea la nor-mal es lo que nos incita a preguntar-nos si no son también difícilmente se-parables, si es posible informar sinopinar u opinar sin informar, si cuan-do damos alguna información a al-guien no opinamos de alguna mane-ra, y si cuando opinamos sobre algono damos a la vez alguna información.

Limitación y sentido de la informaciónLa dificultad de separar a la hora dela verdad y, sobre todo en la prácticadel periodismo, información y opi-nión procede de que nunca tenemosinformación suficiente. La informa-ción es limitada, nunca es plena, ypor eso no tiene generalmente un va-lor en sí misma. Ha de ser completa-da por medio de la interpretación pa-ra poder formarse una opinión. Esoquiere decir que la información tie-ne un valor instrumental, es un me-dio para formarse opiniones. Servirde instrumento para la opinión o pa-

La mirada del periodistaJon Lee Anderson, 80 páginas.

El volumen contiene un perfil

del Rey publicado por el autor

en The New Yorker,

la intervención del reportero

en el VI Congreso Nacional

de Periodismo Digital y una

reflexión sobre la necesidad

de revisar la historia.

54—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Sobre el manido tema de la imparcialidad informativa

ra la certeza es la función de la infor-mación. Puede parecer discutible es-ta afirmación de que la informacióntiene un valor principalmente instru-mental o que es una observación de-masiado tajante, sobre todo si se tie-ne en cuenta que, desde el punto devista profesional, lo que tiene valores la información, y quela hipótesis de un perió-dico que no informase ysolamente opinara, resul-ta estrafalaria. Pero esmás estrafalaria aún de loque parece si se tiene encuenta que tampoco exis-te una opinión pura, en elsentido de que haya jui-cios que sólo sean opinio-nes. Las opiniones exclu-sivamente tienen valor siestán basadas en informa-ciones y es la aportaciónde datos o de informa-ción lo que presta consis-tencia a la opinión.

Hay, por tanto, una re-lación de interdependen-cia. No hay informaciónque no sea instrumental,que no sirva de base para sustentaropiniones. Y no hay opinión que pue-da mantenerse sin referencia a la in-formación. Por eso, los llamados gé-neros de opinión periodísticos se ca-racterizan por usar estratégicamentela información que contienen. Y tam-bién, por eso, los modos de expresar,ordenar y contextualizar la informa-

ción sirven para insinuar, sugerir oavalar opiniones no expresas, sino tá-citamente sugeridas a través de la for-ma adoptada por la información. Ensuma, el editorial, como el artículo ola crítica, son géneros informativos alos que se añade un comentario per-sonal, una opinión expresa o una te-

sis, aspectos que están ex-cluidos del tratamientode la información de ac-tualidad, cuyas tesis se in-sinúan aunque no se ex-presen.

Tiene interés com-prender, por eso, que, aefectos de la intermina-ble polémica sobre la ob-jetividad de la informa-ción, la forma de infor-mar es a veces más rele-vante que la informaciónsuministrada. La realidades que la pretendida obje-tividad no es más que unasunto de aplicación dereglas profesionales de ca-rácter deontológico quese han ido elaborando enla propia actividad perio-

dística con el fin de asegurar al lec-tor esa diferencia entre la obligacióndel periodista de ser imparcial y la di-ficultad de alcanzar en la práctica esaimparcialidad deseable. De hecho, ladiferencia entre unos y otros génerosno es algo que nos hayamos inventa-do quienes ahora, no sin haber sidoni dejar de ser cocineros a la vez que

No hayinformación queno seainstrumental, queno sirva de basepara sustentaropiniones.

frailes, nos dedicamos a la investiga-ción y a la enseñanza del periodismo.Cuando el director de un periódicoencomienda a un redactor que hagaun editorial, es obvio que le está con-fiando una tarea distinta de si le pi-de que haga una información.

Con relación a la máxima de Scottque introducen estas líneas, su false-dad no se encuentra en que lo que di-ce sea incierto sino en que permiteque se interprete de un modo simple,como si la diferencia entre informar yopinar fuera sencilla o inmediata y elperiodista pudiera aplicarla de unmodo mecánico o simple, cuando setrata de todo lo contrario. Un aspec-to importante de esa simplificacióntiene que ver con el estilo, es decir, aveces parece creerse que ser imparciales una propiedad que emana del es-tilo impersonal, aséptico, pasivo, no-minal o prepositivo y que la inclu-sión de adjetivos, observaciones per-sonales y pronombres en primera per-sona son un signo de parcialidad, por-que lo son de subjetividad. La subje-tividad no es, en sí misma, incompa-tible con la imparcialidad, ni la im-personalidad del estilo anglosajónque se ha extendido en tantos perió-dicos es un antídoto contra la parcia-lidad del informador.

Hay aspectos más importantesque, por experiencia, los periodistasconocen y administran cuando usanestratégicamente la información pa-ra influir u orientar la opinión (locual no debe extrañar, pues ése es el

fin de la información: servir a la opi-nión).

Hay una dificultad añadida, de laque se habla poco, para el periodistaque se propone ser imparcial en el tra-tamiento de la información. Se tratade que ser imparcial no es lo mismoque ser aséptico, pero es frecuenteconfundir la imparcialidad con laasepsia. El problema estriba en quela información no es imparcial. ‘Pasde nouvelles, bon nouvelles’, dice eladagio francés. Dicho en paladino, lasnoticias son buenas o malas, siemprevan impregnadas de la intencionali-dad humana. Lo que ocurre favorecea uno y perjudica a otro. Y nadie, opocos pueden permitirse ese lujo, so-mos testigos de lo que ocurre a losdemás, y siempre somos testigos im-plicados y concernidos por el flujodel acontecer. Si las noticias son bue-nas o malas, favorables o perjudicia-les se puede decir que las noticias noson imparciales. ¿Y de qué modo sepuede ser imparcial ante algo que nolo es?

Pondré un ejemplo de actualidad.En la portada del diario Times sobreDe Juana Chaos se denomina a ETAcomo “grupo independentista”. El pe-riódico evita referirse a los terroris-tas diciéndolo que lo son por pareceraséptico. Pero no se es imparcial si nose llaman a las cosas por su nombre.Y hay definiciones institucionales delterrorismo en que incurren gruposindependentistas. Por supuesto, ETAes independentista, pero también lo

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—55

56—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Sobre el manido tema de la imparcialidad informativa

es Aralar y, sin embargo, no son lamisma cosa, porque uno es, ademásde independentista, terrorista y elotro grupo no lo es. Igualar lo que noes igual no es asepsia es parcialidad.

En suma, el llamado problema dela imparcialidad u objetividad de la in-formación sobre los hechos tropiezacon la dificultad añadidade que son los hechos losque no son objetivos inde-pendientemente de que losean o no nuestras infor-maciones sobre los he-chos. Los hechos no sonobjetivos porque estamosimplicados en el aconte-cer y lo que ocurre favo-rece nuestras expectati-vas y nuestros intereses olos entorpece. De aquí lapropensión a interferiren el sentido de las noti-cias, que intentemos –in-cluso cuando ejercemosde informadores impar-ciales– cambiar su senti-do para que nos favorez-can cuando nos desfavo-rece. Por ello, se seleccio-nan o se dan más relevancia a unosu otros datos de una misma informa-ción según cual sea la tendencia delperiódico que informe de ella.

En primer lugar, las noticias no secuentan y sanseacabó. Al contrario,las noticias no sólo se cuentan, se je-rarquizan y valoran, y comienzan losproblemas, la crítica y la interpreta-

ción. En segundo lugar, no hay unlenguaje imparcial, hay términos co-munes del lenguaje y luego un len-guaje definido. Las reglas de impar-cialidad están relacionadas con las delas condiciones de definición y deaplicación de los términos.

Aceptado lo anterior, eso no signi-fica que no se pueda dis-tinguir entre informar im-parcialmente e informar opi-nando. Lo que ocurre esque la diferencia ni se dade antemano, ni dependedel estilo ni es la asepsiael método que nos asegu-re la exclusión de opiniónen las noticias.

Aceptada nuestra ca-pacidad para advertir ladiferencia entre una yotra cosa, en la práctica nohay una acción humanade informar objetivamente–narrar lo que pasó– queno contenga algún ingre-diente de subjetividad: alnarrar, no se habla sólode hechos, sino que es al-guien quien habla, desde

su perspectiva, con su lenguaje, selec-cionando unos datos, ordenando eltexto, orientándolo de una u otra ma-nera, insinuando. Es decir, no hay unreflejo objetivo de los hechos, sino unmodo subjetivo de aplicar más o me-nos correcta o adecuadamente reglassociales para la representación, reglasobjetivadas en el sentido en que lo

Las noticias nosólo se cuentan,se jerarquizan yvaloran, y ahícomienzan losproblemas, lacrítica y lainterpretación.

son todas las reglas de esta especie (co-mo las de aplicación del lenguaje), re-glas que no dependen de la voluntadde un sujeto sino de la anónima acep-tación social, del ejercicio de una pro-fesión. A la conformidad con ciertasde estas reglas no siempre escritas esa lo que se suele llamar objetividadinformativa.

No es, pues, un asunto simple, ylos periodistas lo admiten tambiénpor experiencia. Que no lo es y quelo admiten, aunque a veces haya sim-plificaciones sobre todo en la tradi-ción sajona, lo muestra el examencomparado y la autocrítica cotidianaque los periodistas hacen de la laborde sus competidores y de la propia.Son tantos los elementos implicadosque cualquiera de ellos puede ser usa-do de un modo interesado, de mane-ra que sirva, si no a una opinión, sía predisponer más o menos velada-mente al lector a favor o en contradel contenido de la información. Y vi-ceversa, no hay una acción humanade opinión que no se base en o no in-cluya algún ingrediente de informa-ción. Y, por fin, hay que tener en cuen-ta que, puesto que es imposible cono-cerlo todo, continuamente estamosinterpretando a partir de lo que cono-cemos: los motivos o las causas de porqué las cosas han ocurrido de un mo-do o de otro. Entre el acto de informary el de opinar se sitúa el de interpretarque también es una modalidad quese manifiesta en forma de género in-formativo diferenciado.

Informe anual de la profesiónperiodística 2006Pedro Farias (director),408 páginas, 24 euros (12 euros por internet).

Una ventana a la profesión

y los medios con referencias

estadísticas desde las

perspectivas profesional,

laboral, asociativa y formativa.

DE VENTA EN LA A.P.M.

58—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Sobre el manido tema de la imparcialidad informativa

¿Qué diferencia, entonces –paraconcluir–, a la información de la opi-nión? Justamente que el contenidodel juicio informativo está sometidoa reglas referenciales más estrictasque no se aplican al de opinión, deaquí que los hechos parezcan sagra-dos, –la información ha de cumplirreglas referenciales estric-tas– y las opiniones pa-rezcan libres –no estánsujetas a reglas referen-ciales estrictas, pero esono quita que no esté su-jeta a otro tipo de reglasque no se aplican a la in-formación, como son lasde la consistencia y la co-herencia–. No todas lasopiniones valen lo mis-mo y a la propiedad quepermite diferenciar lasopiniones válidas o funda-mentadas de las arbitra-rias e insustanciales osimples se le suele llamarautoridad. Una opinión eso no autorizada si quienla expresa tiene informa-ción o conocimiento cabaldel asunto sobre el que opina.

En nuestra sociedad liberal y de-mocrática se impone como algo na-tural que todo el mundo es libre deexpresar sus ideas o creencias, quepuede opinar como quiera y sobre loque quiera. El principio de libertadde opinión consiste en eso. Pero unacosa es la libertad de opinión y otra la

equiparación social de las opinionesaunque, desgraciadamente, comoconsecuencia de muchos factores alos que no vamos a referirnos ahora,una cosa haya conducido a la otra.

Sin embargo, no es cierto que, enla vida práctica, todas las opinionesvalgan socialmente lo mismo. Mejor

dicho, no es cierto que lasociedad otorgue el mis-mo crédito a todas las opi-niones. Hay múltiplesprocesos sociales de selec-ción, clasificación y reco-nocimiento de las opinio-nes. En la práctica, noexiste opinión vacía, esdecir, no existe opiniónque no se respalde en in-formación y, en ciertomodo, puede sostenerseque la firmeza y validezde una opinión dependeen gran parte de la infor-mación en que se susten-ta. Así pues, puede que laopinión sea libre, pero nopuede serlo tanto que de-je también en libertad ala sagrada información en

que se base. Opinar libremente de to-do sin tener información de nada esuna facultad que sólo puede estar alalcance de los preadolescentes o delos tertulianos de los programas desobremesa de televisión. Ahí sí que va-le la opinión sin base informativa. To-das valen lo mismo porque ningunatiene valor. �

Opinar librementede todo sin tenerinformación denada es unafacultad sólo alalcance depreadolescentes otertulianos de lassobremesas detelevisión.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—59

CRISTINA LÓPEZ MAÑERO

A l margen de que haya acon-tecimientos de especial reper-cusión mediática como lo fue-ron los atentados del 11- M,

el dolor es un tema sobre el que hayque informar prácticamente a diario.Al mismo tiempo, es uno de los másdifíciles de abordar y uno de los quemayor número de críticas genera. Elreto que plantea su tratamiento con-siste en encontrar respuesta a dosgrandes interrogantes: cuándo se de-be informar y cómo debe hacerse.

De ambas cuestiones se va a tra-tar en este artículo, dejando constan-cia desde el inicio de que hacer unplanteamiento teórico es relativa-mente fácil, pero llevarlo a la prácti-ca es muy complejo y está en funciónde múltiples circunstancias, distin-

tas en cada caso. Lo único que se pre-tende con estas líneas, por tanto, esenunciar principios generales, a mo-do de pautas mínimas que se debe-rían cumplir en toda información, yarrojar luz sobre aquellos otros aspec-tos que, en la medida de lo posible,se deberían tener en cuenta para ha-cer una información de calidad. Pe-ro siempre será el informador quien,a la vista de lo que observe y de acuer-do con sus planteamientos éticos yprofesionales, decida caso por caso sidebe informar, y, en caso afirmativo,el que determine el mejor modo dehacerlo, sin causar daño ni intromi-siones innecesarios.

Desde mi punto de vista, el origende las principales dificultades queplantea el tratamiento informativo del

Pautas en el tratamientoinformativo del dolorEn el caso de las noticias de dolor, la línea que separa el interésinformativo del sensacionalismo o el morbo es muy fina, así quehay que ser especialmente cuidadosos en la selección ytratamiento de esas noticias. La autora apunta algunas pautas.

Cristina López Mañero es doctora en Comunicación Pública.

60—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Pautas en el tratamiento informativo del dolor

dolor surge de la coincidencia de dosfactores: por un lado, la profunda co-nexión entre el sufrimiento y la dig-nidad de la persona; por otro, la faci-lidad para captar sus manifestacionesy también para aprovecharse injustae innecesariamente del dolor ajeno,en virtud del estado de debilidad enque queda la persona que sufre y dela atracción que su muestra despiertahabitualmente en la audiencia.

A esas dificultades en el trabajo in-formativo y a la atracción de las au-diencias se suman las innumerablescríticas. La polémica se suscita cadavez que se produce un accidente, unacatástrofe natural, una guerra, unatentado terrorista, un asesinato, unsecuestro, una muerte… Es entoncescuando se producen las acusacionesde comerciar con la desgracia ajenay de no respetar a quien sufre y cuan-do la sociedad en general reaccionacon una mezcla de crítica despiada-da y de atracción morbosa. Y, es en-tonces, también, cuando los informa-dores se encuentran muchas veces sinsaber cómo actuar y cuando, en mu-chas ocasiones, ellos mismos quedanemocionalmente afectados por las si-tuaciones de dureza que deben afron-tar, aspecto, este último, que tal vezno ha sido puesto de manifiesto conla importancia que tiene.

Interés informativoPara empezar a señalar algunas pau-tas, ante un acontecimiento o situa-

ción que implique dolor, el informa-dor debería plantearse si tiene inte-rés informativo y, por lo tanto, debeinformar, o si, en caso contrario, nodebe hacerlo. ¿Por qué digo esto, si eslo que se debería plantear en cual-quier ocasión? Porque el dolor y el su-frimiento ajenos son realidades quecontienen muchos ingredientes sus-ceptibles de desviar con facilidad elcriterio estrictamente informativopor criterios de otro tipo a los que en-seguida me referiré.

Antes de seguir, y para centrar eltema, no se debe olvidar que el papelde los medios de comunicación es po-sibilitar el intercambio de informacio-nes necesarias para la existencia dela comunidad. Entre una actividad yel ámbito en que se desarrolla debe

En ocasiones, los periodistasmismos quedanemocionalmente afectadospor las situaciones de durezaque deben afrontar.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—61

haber congruencia. En este caso, de-be haberla entre la función propia dela información, el ámbito público, yel contenido de lo que se comunica.El derecho del público a la informa-ción consiste, pues, en el derecho aconocer los asuntos de relevancia osignificación pública, es decir, comu-nitaria. Por eso no resulta apropiadala difusión por esta vía de informa-ciones de otra naturaleza, íntima oprivada, cuya comunicación tieneotro tipo de vehículos y reglas.

El proceso de selección de lo que,dentro del concepto amplísimo derealidad, pase a ser mensaje informa-tivo es, pues, fundamental, y la deci-sión de lo que se ponga en forma demensaje y se difunda corresponde alos informadores en cuanto encarga-dos de satisfacer profesionalmente elderecho a la información del públi-co. Pero tal misión no constituye unadecisión arbitraria.

Afirma Mike Pride al reflexionarsobre el tratamiento informativo querecibió la explosión del Challenger y lamuerte de una profesora de Concord:“Puesto que cada una de estas histo-rias era casi como las otras, yo me pre-guntaba por qué tantos periódicos ha-bían enviado gente a Concord […]. EnCabo Cañaveral, los reporteros esta-ban investigando y tratando de infor-mar al país de lo que le había pasadoa la nave. En una situación como esa,cuantos más reporteros, mejor. Peroen Concord la historia era el dolor, yeso no requería investigación”.

Algunas seudo-justificacionesinformativas

Hay ocasiones en que los informado-res seleccionan situaciones de sufri-miento y de dolor no por el interésinformativo que tales noticias tienen,sino porque se adaptan a sus caracte-rísticas formales, argumento frecuen-te en los medios audiovisuales ; o por-que son imágenes de gran carga emo-cional que gozan de poder para atraerla atención de los receptores; o porsu calidad artística; o porque lo hahecho la competencia o, precisamen-te, se difunden para anticiparse a ella;o para conseguir algún premio; o por-que saben que mostrar desgracias aje-nas atrae espectadores. Asimismo,hay veces en que la noticia pasa a ser,no ya el suceso en sí, sino el hechode que un periodista, un fotógrafo oun cámara de televisión estuviera allíen el momento preciso para recoger-lo. O que precisamente estuvieran allíporque con anterioridad habían sidoconvocados por alguien deseoso deque los medios asistieran e hicieranpúblico su dolor.

En el caso de las noticias de dolor,debido a la línea tan fina que en mu-chas ocasiones separa el interés infor-mativo de otros campos como el sen-sacionalismo o el morbo, el periodis-ta debe ser especialmente estricto enla selección de las noticias. Para eso de-be tener muy claro qué pretende real-mente con su mensaje, cuál es la fina-lidad que, honestamente, le mueve.

62—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Pautas en el tratamiento informativo del dolor

A modo de resumen y aunque seaun principio muy general, el criterioindispensable que el informador hade valorar a la hora de cubrir y difun-dir o no una noticia de dolor es si exis-te o no interés informativo y, en casoafirmativo, concretar dónde está loca-lizado. Sin embargo, aun con ser unrequisito indispensable, no basta coneso. En la elaboración y posterior di-fusión de los mensajes informativoshabrá que tener en cuenta otros cri-terios, entre otros, y en mi opinión fun-damental, plantearse la necesidad ono de incluir imágenes y testimoniosde experiencias concretas de dolor.

Incluir o no imágenes y testimonios concretosEl dolor y el sufrimiento ajenos sonasuntos que a priori y de forma gené-rica gozan de interés informativo. Pe-ro, al mismo tiempo, son experienciasmuy personales, muchas veces íntimas,por lo que, aunque el receptor puedaestar subjetivamente interesado enconocerlas o presenciarlas, no siem-pre pertenecen al ámbito público y,por lo tanto, no siempre habrá queinformar de ellas. Incluso aunque elsujeto que sufre quiera mostrar su do-lor ante los medios, habrá ocasionesen las que no será adecuado hacerlo.Otra cosa es que sí se informe de lascausas, las consecuencias o alguna delas circunstancias que lo rodeen. Pe-ro que un asunto que implique dolortenga interés informativo no quiere

decir que necesariamente lo tenga elsufrimiento de las personas concre-tas que lo están padeciendo, ni quese deba mostrar la imagen de la per-sona que está sufriendo o reproducirsus palabras, sus lágrimas o sus sollo-zos.

“¿Cuál es el valor de mostrar unamadre que acaba de perder a su hijoen un incendio? ¿Se supone que va atener un efecto disuasorio en los pi-rómanos?”, se preguntaba el directorejecutivo del Providence Journal-Bulletin,M. J. Ogden.

Por ejemplo, en el caso de la cogi-da y posterior muerte del torero Fran-cisco Rivera, Paquirri, si bien la corna-da en sí tenía en interés, momentostan íntimos como su agonía y muer-te no deberían haber sido difundidos,

Incluso aunque el sujeto quesufre quiera mostrar su dolorante los medios, habráocasiones en las que no seráadecuado hacerlo.

64—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Pautas en el tratamiento informativo del dolor

pese a la serenidad que mostró el dies-tro. Del mismo modo, no resulta ade-cuado entrevistar a las personas quese encuentran en pleno dolor, espe-cialmente justo cuando se acaban deenterar o incluso cuando se están en-terando en ese instante. En determi-nadas situaciones, los medios de co-municación nunca deberían estarpresentes.

Por lo tanto, y por decirlo una vezmás, si un asunto tiene interés infor-mativo y pertenece al ámbito públi-co, el deber del periodista es darlo aconocer, pero no tendrá derecho nideber alguno de difundir aquellasimágenes y aquellos aspectos que, porpertenecer a la intimidad, no debanser hechos públicos, mucho menos sino son necesarios, no tiene el consen-timiento del protagonista, no hay unaclara relación con el ámbito público,o puedan causar daño injustificada-mente.

De ahí que otra pauta que podríaformularse para afrontar estos conte-nidos es que, en cada mensaje infor-mativo de dolor, el profesional de lainformación debe estar convencidode la necesidad de incluir imágeneso testimonios concretos. A los infor-madores en general se podría aplicarlo que Paul Lester dice de los fotógra-fos: “Un fotógrafo debe tener una cla-ra razón por la que la imagen de unospadres sufriendo es necesaria”.

Además, en muchas ocasiones sepuede informar de una situación do-lorosa sin necesidad de mostrar di-

recta y explícitamente el dolor. Porejemplo, al día siguiente de la trage-dia de Dunblane (Irlanda), en la queun perturbado mental entró a unaguardería y mató a 16 niños y a sumaestra, los periódicos irlandeses, enseñal de duelo, se publicaron en blan-co y negro; también se puede mos-trar solidaridad y dolor ante un he-cho trágico con la música, el ritmodel reportaje, el tipo de planos, losmovimientos de cámara, etc., o condeterminadas fotografías simbólicas,como la de una caravana de cochesfúnebres. Hacerlo así tal vez resultemás costoso, menos emotivo y menosefectivo para captar de forma inme-diata la atención y el interés del re-ceptor, pero, al actuar de este modo,el informador estará siendo respetuo-

En cada mensaje informativode dolor, el periodista debeestar convencido de la necesidad de incluirimágenes o testimoniosconcretos.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—65

so con quienes sin duda lo merecen.De todas formas, habrá también si-

tuaciones en las que resulte imposi-ble deslindar unas realidades de otras.En estos casos, la reflexión del profe-sional se trasladará al mejor modo dellevar a cabo la información, a la for-ma y el fondo que reciba el mensaje,teniendo en cuenta de forma especialel necesario respeto a los derechos delos protagonistas de esas informacio-nes y a los de los receptores, entre losque puede haber familiares y amigosde los primeros y personas que tam-bién estén viviendo situaciones difí-ciles. Dice Joan Deppa: “Argumentaren contra de informar de gente ensus momentos más personales deaflicción no debería ser interpretadocomo abogar por que los medios decomunicación ignoren a la personaque está viviendo un momento de do-lor. Deberían considerar cuándo, dón-de y cómo se aproximan a ellos”.

A lo que se apunta, por lo tanto,no es a eliminar de forma sistemáti-ca todo posible mensaje o imagen dedolor o de sufrimiento concretos porel hecho de que sean vivencias perso-nales. Lo que se propone es que el in-formador reflexione previa y respon-sablemente en cada información so-bre la verdadera necesidad de hacer-lo, teniendo especialmente en cuen-ta el grado de interés informativo deese asunto y el respeto tanto a las per-sonas que están padeciendo dolor co-mo a los receptores de esas informa-ciones.

Emisiones en directo y repeticiónde imágenes

Muchos de los problemas para deci-dir lo que debe o no debe ser mostra-do en una información de dolor sepresentan cuando la radio o la tele-visión están emitiendo en directo,pues, además de que las decisiones hande tomarse con gran rapidez, en ca-so de que se produzca algún error osituación imprevista es imposibleechar marcha atrás. Por eso, en estassituaciones se impone especialmenteuna seria y cautelosa evaluación dela justificación del uso de tal técnica.

Y, si a pesar de estas precaucionesse produce una situación dañina pa-ra alguien, el informador ha de saberreaccionar a tiempo para, por ejem-plo, no enfocar a quien está especial-mente emocionado, y mucho menosintentar por todos los medios que esapersona hable. La rapidez del trabajole exige al informador sagacidad pa-ra resolver los casos urgentes ante losque no es posible detenerse a refle-xionar o a pedir consejo. Además, elmomento de más interés para los me-dios suele coincidir con el de mayorvulnerabilidad de los que sufren. Deahí la importancia de haber reflexio-nado previamente sobre estos temasy de haber adquirido los hábitos quele llevarán a actuar de la forma ade-cuada.

Asimismo, como se recoge en lasRecomendaciones del Consell de l’Au-diovisual de Catalunya sobre el trata-

66—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Pautas en el tratamiento informativo del dolor

miento informativo de las tragediaspersonales, “el sentido de la mediday las proporciones es fundamental enla política informativa de un medioante un desastre o una tragedia. De-ben evitarse los despliegues despro-porcionados de medios, las conexio-nes innecesarias o el mero seguidis-mo de las autoridades que visiten ellugar o los afectados. Así como el efec-to acumulativo del uso reiterado delas mismas imágenes”. Creo, sin em-bargo, que todas estas prácticas sondemasiado frecuentes y habituales enla actualidad en los medios de comu-nicación españoles, y que muchas ve-ces no aportan nada a las informa-ciones y no cumplen uno de los prin-cipales requisitos de la noticia: la no-vedad.

No aprovecharse del que sufre y respetar su voluntadUna vez que se ha reflexionado sobreaspectos vinculados de manera másdirecta con el mensaje informativo,vamos a pasar a hacerlo, a continua-ción, acerca de la relación entre el pe-riodista y los protagonistas de las in-formaciones.

La información del sufrimiento ydel dolor demanda de los profesiona-les de la información sensibilidad, hu-manidad, prudencia y compasión. Elperiodista no ha de olvidar que en to-da tragedia de la que deba informarhay alguna persona que está sufrien-do, a quien debe respetar y no perju-

dicar, ni siquiera molestar. Los suje-tos que sufren no pueden desapare-cer nunca de la mente ni del corazóndel profesional de la información.

En concreto, la relación entre elinformador y el sujeto doliente ha deestar presidida, a mi juicio, por trescriterios básicos que en cierto modoya han sido apuntados: no aprove-charse de las circunstancias de supe-rioridad del informador con respec-to a la indefensión del doliente ni desu inexperiencia con los medios, encaso de que sea así; un profundo res-peto hacia quienes, ya sea de formavoluntaria, ya como iniciativa del pe-riodista intervienen en el mensaje in-formativo; y profundo respeto, asimis-mo, a su voluntad de participar o noen una información, siempre, claro

Christopher Meyers: “Nopuedo reclamar legítimoderecho a la informaciónsobre el sufrimiento deotros, a no ser que ellos melo quieran dar”.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—67

está, que sea necesario y posible soli-citarla.

Una buena actuación del profesio-nal de la información ante las situa-ciones que requieran la participaciónde los sujetos dolientes y que, por suinterés informativo, deba difundir,tendrá que respetar la libertad de losafectados. A veces, serán las propiaspersonas que están sufriendo quienesquieran participar en el mensaje. Pe-ro, del mismo modo, el informadorha de asumir que la persona que su-fre se puede negar a ser entrevistada,que no tiene ninguna obligación dehacerlo si no quiere, y que no se lepuede obligar a ello ni presionarle detal forma que se sienta impelido a ha-cerlo. En esos casos, por ejemplo, siel testimonio es necesario y la perso-na directamente implicada no puedeo no quiere ser entrevistada, se pue-de pedir que lo haga un amigo o unrepresentante de la familia. AfirmaChristopher Meyers: “No puedo recla-mar legítimo derecho a la informa-ción sobre el sufrimiento de otros, ano ser que ellos me lo quieran dar.Eso es así incluso si tiene el potencialde hacerme más cuidadoso y mejorpersona. Es su decisión si va a permi-tir que su experiencia sirva para me-jorar mi educación moral”.

Luka Brajnovic, por su parte, lla-ma la atención acerca de que las es-peciales condiciones de los sujetos in-mersos en una situación de dolor pue-den variar su voluntad de ser entre-vistados, lo que incrementa la respon-

sabilidad del informador: “En unascircunstancias normales el entrevis-tado tiene la posibilidad de no con-testar, pese a la posible insistencia delentrevistador. Pero hay situaciones(un herido grave que teme por su vi-da, por ejemplo) en que el dolor, elmiedo, la excitación, el estupor sontan grandes que impiden la más mí-nima reflexión acerca de las pregun-tas formuladas y, por supuesto, de lasrespuestas concedidas, sobre todocuando las preguntas están hechassugerentemente, de tal manera queinducen a dar una contestación conun sí o un no”. Por eso, cuando el in-formador vaya a hacer una entrevis-ta, es importante que cree el climaadecuado, para lo cual es probableque sea necesario –o, al menos, con-veniente– que, siempre que pueda ha-cerlo, hable con el personaje antes derealizar la entrevista, que se interesepor conocer su estado, que le expli-que en qué va a consistir su interven-ción y lo que se pretende de ella y quele haga entender la importancia desu aportación informativa.

Para quien está sufriendo, el sen-tido de comunicar al resto su dolorestará, en unos casos, en la satisfac-ción de erigirse en representante deun grupo, de ser el portavoz que ha-ga ver al resto de los hombres sus ca-rencias y necesidades; o se hará parapedir ayuda; o para ensalzar y recor-dar a un ser querido; otras veces elsentido para el doliente estará en lanecesidad de sentirse acompañado

68—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Pautas en el tratamiento informativo del dolor

anímicamente; o en desahogarse con-tándole a alguien su vivencia; o por-que, dado su papel público, conside-re una obligación hacerlo; o por sen-tir que su revelación puede ser de uti-lidad para el resto, para evitar que seproduzcan las situaciones que han ge-nerado su sufrimiento; o para ayudarcon su testimonio a quien esté su-friendo o incluso a quienes puedansufrir en un futuro por una causa si-milar a la suya y transmitirles espe-ranza. Ser útiles es para los dolientesla única forma de justificar la angus-tia que con frecuencia supone parti-cipar en una información. Su valen-tía y generosidad merecen por partede los informadores y de los recepto-res un tratamiento y una atenciónrespetuosas y honestas.

La decisión de respetar la volun-tad de los que sufren a la hora de in-cluirlos o no en un mensaje informa-tivo es especialmente delicada en loscasos de una comunicación involun-taria de su dolor y cuando su imageno las manifestaciones sonoras de susufrimiento se producen en un espa-cio público. “Cuando se producen tra-gedias personales, los implicadosreaccionan en público, pero no estánhaciendo públicas sus reacciones, lohacen afectados por las circunstan-cias”, se dice en el Documento sobre tra-tamiento informativo del terrorismo delConsejo de Administración de RTVE,con fecha 15 de enero de 2002. Des-de un punto de vista ético, informarcuando se han producido si bien no

contra la voluntad del sujeto, sí al me-nos al margen de ésta, no deja de serel aprovechamiento de la falta de con-trol del propio dueño de su intimi-dad. Mucho más en aquellas ocasio-nes en las que, una vez manifestada,el sujeto advierte la presencia de losinformadores y se protege de las cá-maras o les pide que se vayan, aun-que no sea de forma verbal, cubrien-do por ejemplo su rostro o dando laespalda intencionadamente a la cá-mara.

En todo caso, cuando alguien in-voluntariamente se convierte en su-jeto de interés público o cuando la in-formación de su dolor sea necesaria,la meta debería ser minimizar el da-ño, nunca aumentarlo con la laborinformativa.

“Cuando se producentragedias personales, los implicados reaccionan enpúblico, pero no estánhaciendo públicas sus reacciones, lo hacenafectados por lascircunstancias.”

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—69

Minimizar el daño

Una de las formas de minimizar eldaño y de no aumentar innecesaria-mente el sufrimiento es no hurgar enel dolor ya existente. Ese hurgar enlas heridas se puede producir, entreotras prácticas, por el tipo de pregun-tas que se formulen, por la insisten-cia en ellas, y por el momento elegi-do para hacerlo. Las informacionesde los aniversarios de acontecimien-tos dolorosos o la celebración de jui-cios suelen ser, también, motivo desufrimiento para quienes los vivie-ron y para su círculo más cercano,por lo que hay que ser muy estrictocon las imágenes, los comentarios ylos sonidos que se emiten con talesmotivos. Para informar a la opiniónpública del transcurso del juicio delos atentados del 11-M, ¿qué sentidotiene y qué aporta reproducir en uninformativo las palabras de un poli-cía en las que recuerda el olor a san-gre y a cabello quemado? ¿Puede ha-ber alguien a estas alturas que toda-vía no se haya hecho cargo del ho-rror que se vivió aquel día? ¿Quéaporta eso al desarrollo del juicio yde la investigación?

Precisión en los detallesOtra de las causas más frecuentes porlas que las actuaciones de los infor-madores provocan un sufrimientoadicional es debida a las inexactitu-des que pudieran contener estas in-

formaciones. Cometer un error en undato, un nombre o un detalle, por pe-queño que sea, suele generar paraellos una situación de profunda tris-teza y de falta de respeto. Por eso, ytambién para no generar alarmas in-fundadas, resulta fundamental extre-mar la precisión en los detalles y evi-tar cualquier especulación o conjetu-ra tanto sobre los sucesos trágicos co-mo sobre sus causas o sus consecuen-cias, tal y como recomienda en el do-cumento antes citado del Consell del’Audiovisual de Catalunya.

Para intentar que no se produz-can, un criterio útil, si bien no apli-cable en todos los casos, puede ser lacoordinación de las organizacionesinformativas con la policía, las auto-ridades públicas y los hospitales. Elproblema es que tales institucionespueden no comprender ni compartirlos valores informativos.

No molestarPor otra parte, en la obtención de in-formaciones de dolor, un procedi-miento especialmente molesto es elacoso físico al que en determinadasocasiones someten los informadoresa quienes están viviendo una situa-ción de dolor, bien con sus cámaras,focos y micrófonos en busca de unaimagen o una declaración, bien tele-foneando insistentemente a sus hoga-res, o haciendo guardia a las puertasde donde se encuentren. Además, nor-malmente esto sucede en los prime-

70—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Pautas en el tratamiento informativo del dolor

ros momentos de una noticia, que esprecisamente cuando más necesidadinformativa hay, pero también cuan-do quienes sufren están más aturdi-dos. Además de que, normalmente, sonsituaciones evitables, en estos casosla lucha por las exclusivas no tienemucho sentido.

Junto con el hecho de no moles-tar con su presencia física, a la horade llevar a cabo su trabajo los infor-madores deberían tener en cuentatambién cuestiones como el ruido delas cámaras de fotos o la presencia delos focos que, aunque en otras cir-cunstancias probablemente no pre-sentarían mayor objeción, en situacio-nes de especial tensión y que requie-ren un ambiente de recogimiento, co-mo, por ejemplo, un funeral, puedenresultar muy molestas.

Apelar al corazónDe todas formas, el papel de los me-dios de comunicación en las informa-ciones de dolor no ha de limitarse amostrarlo o a darlo a conocer, sinoque pueden y deben llevar a cabo unimportante papel formativo, preven-tivo, de apoyo a los que sufren y devehículo de solidaridad. Pero tampo-co hay que olvidar los efectos perju-diciales que se pueden generar comoconsecuencia de una cobertura infor-mativa equivocada, provocando in-sensibilidad ante el dolor ajeno comoconsecuencia de un tratamiento in-formativo desproporcionado y sensa-

cionalista, o fomentando el interéspor el morbo y la desgracia por la des-gracia.

Las informaciones de dolor, por elcontrario, deberían apelar al corazónde la audiencia, de modo que a nin-guna persona le resultara indiferen-te el sufrimiento ajeno y que movie-ran a cada cual a reflexionar, lo quese logrará en la medida en que los in-formadores acierten a coordinar eldeber de informar que legitima suprofesión con el respeto que mereceuna de las experiencias más próxi-mas a la dignidad del hombre: el do-lor. Con palabras del fotógrafo espa-ñol Javier Bauluz, el propósito del in-formador no debería ser revolver elestómago de los receptores, sino sucorazón. �

Según Javier Bauluz, el propósito del informadorno debería ser revolver elestómago de los receptores,sino su corazón.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—71

ITZIAR BERNAOLA

Y a se sabe que el poder políti-co y los medios de comuni-cación han mantenido desdesiempre una relación conflic-

tiva de mutua necesidad y descon-fianza. El primero siempre ha inten-tado controlar y utilizar al segundo,mientras que los medios han llegadocon frecuencia a querer marcar a lospolíticos el camino que debían seguir.En todo caso, ambos poderes son ab-solutamente interdependientes.

El interés por estudiar el papel dela comunicación en la política vienede lejos. Pensadores clásicos comoAristóteles y Platón ya estudiaron en

su día el arte de la retórica y su apli-cación en el campo de la política. Laposterior aparición de los medios decomunicación y su irrupción en lapolítica provocó numerosas conse-cuencias, entre otras, el nacimientode una nueva disciplina académica:la comunicación política.

La representación política de an-taño, cuando los partidos políticosconseguían atraer a millones de vo-tantes a través de recursos casi exclu-sivamente ideológicos, pasó a la his-toria. Hoy en día, los antiguos parti-dos de masas han sido sustituidos porlos llamados catch-all parties, que inten-

El discurso político en televisiónDesde su aparición a mediados del siglo pasado, la televisión haido transformando el modo de hacer política, imponiendo susreglas de juego y obligando a los políticos a adaptar su discurso aeste medio. Si los partidos quieren hacer llegar su mensaje a losciudadanos, deberán adaptarse a una lógica mediática en la que,con frecuencia, prima lo espectacular sobre lo informativo, lobanal sobre lo realmente importante, la forma sobre el contenido.

Itziar Bernaola es guionista del programa 59 Segundos de TVE y profesora de Teoría y práctica de la televisión en la Universidad Europea de Madrid.

72—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� El discurso político en televisión

tan acaparar el mayor espectro posi-ble de votantes, moderando para elloen muchos casos su discurso ideoló-gico, y adaptándose en gran medidaa la lógica mediática y su representa-ción de la realidad.

En las últimas décadas hemos po-dido comprobar cómo esta lógica me-diática se imponía sobre el ámbito delo político. Se trata de una lógica qui-zá perversa, en la que con frecuenciaprima lo espectacular sobre los inte-reses colectivos, lo banal sobre lo real-mente importante, la imagen sobrela información. Mientras tanto, el ciu-dadano, la persona activa que inter-venía hace tiempo en política, se haido transformando en mero especta-dor de lo que acontece. El espacio pú-blico se ha convertido en algo que seobserva a través de los medios de co-municación y éstos ejercen de vehí-culo de transmisión entre el ciudada-no y sus gobernantes. Como asegurael productor de televisión norteame-ricano Tony Schwartz, “en el pasado,los partidos políticos eran el vehícu-lo de comunicación entre el candida-to y el público. Los partidos actualesson las cadenas ABC, NBC y CBS”.

Los medios han conseguido impo-ner su lógica a los políticos, y la de-mocracia clásica ha sido sustituidapor lo que ya hay quien califica co-mo “democracia mediática”. Es evi-dente, por ejemplo, la capacidad delos medios de influir en la opiniónpública, liderar la llamada agenda set-ting -esto es, no decir a los ciudada-

nos qué deben opinar sino sobre quéhan de hacerlo- y ordenar el debatepolítico. Los partidos han tenido queadaptarse a las nuevas reglas del jue-go y planificar sus actos, en gran me-dida, en función de la posible cober-tura mediática de los mismos. Un mi-tin de una campaña electoral, porejemplo, no tendrá importancia en símismo, sino en la medida en que serefleje en los medios y sirva como “ca-nalizador” de determinados mensajes.

En general, los niveles de informa-ción del ciudadano medio son bajos.Su día a día se centra fundamental-mente en su trabajo y su familia, yno dispone de mucho tiempo paramantenerse informado sobre la vidapolítica. Esta falta de tiempo ha favo-

Tony Schwartz: “En elpasado, los partidos políticoseran el vehículo decomunicación entre elcandidato y el público. Lospartidos actuales son lascadenas ABC, NBC y CBS”.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—73

recido que, desde que en 1952 la te-levisión irrumpió por primera vez enuna campaña electoral americana, sehaya ido convirtiendo en el medio decomunicación preponderante, en elprincipal proveedor de informaciónpolítica para los ciudadanos, en defi-nitiva, en el primer medio de infor-mación para millones de votantes. Dehecho, un núcleo importante de la po-blación se informa exclusivamente através de la ‘caja tonta’. Según el Ba-rómetro de enero del CIS, un 72% deespañoles se informa todos los díasde política por televisión, un 21% va-rios días a la semana, y un 6,7% lohace con menos frecuencia o nunca.Sin embargo, las páginas políticas delos periódicos son seguidas a diariopor el 17,4% de los consultados, mien-tras un tercio (36,8%) nunca las ho-jea, un 28,9% las lee varios días porsemana y un 16,7% lo hace con aúnmenor frecuencia. Por lo que respec-ta a internet, aún no se ha reveladoen España como un medio masivo pa-ra recibir este tipo de información,ya que 8 de cada 10 consultados ase-gura que nunca acude a la red paraello.

A mediados del siglo pasado, la lle-gada de la televisión marcó un granpunto de inflexión en muchos cam-pos. En el ámbito social, y como ha-bía ocurrido con la radio, llevó el en-tretenimiento a los propios hogares.Ya no era necesario ir al teatro o alcine; era posible asistir a un espectá-culo sin moverse de casa. Pero, ade-

más, el nuevo medio suponía una he-rramienta inmejorable para llegar fá-cilmente a los ciudadanos, un graninstrumento de poder político y eco-nómico. La aparición del gran mediode comunicación de masas por anto-nomasia impuso rápidamente su ló-gica: ya no servían los grandes discur-sos ni las formas clásicas de hacer po-lítica, los políticos debían ajustar susmensajes al formato televisivo.

Desde sus comienzos, la televisiónse ha interrelacionado en distintosámbitos con la política. Tan sólo unadécada después de su aparición en Es-tados Unidos, el nuevo medio ya sehabía convertido en la mayor fuentede información política para el públi-co norteamericano. Su creciente in-fluencia se vio reforzada al permitira los espectadores seguir en directolos grandes acontecimientos políti-cos, y a veces con mayor intensidadincluso que aquellos que se encontra-ban en el mismo lugar del evento. Latelevisión transmite inmediatez, emo-ción y espectáculo, y traslada su pro-pia versión de la realidad al hogar delos espectadores.

Pero, además de la cobertura delos grandes acontecimientos, proba-blemente el aspecto del proceso polí-tico que se ha visto más influido porla televisión sean los procesos electo-rales. Desde el año 1952, cuando seretransmitió la primera campañaelectoral en Estados Unidos, hastanuestros días, el nuevo medio ha idoconvirtiéndose en una herramienta

74—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� El discurso político en televisión

clave en los periodos electorales. Lospartidos y sus programas han perdi-do peso frente a la imagen de sus lí-deres, que personalizará las campa-ñas, y éstos han tenido que ir cedien-do parcelas de su intimidad para ga-narse al gran público.

Los procesos electorales tambiénaportaron otro tipo de espacios parala información política en televisión:los debates entre candidatos. Los pri-meros –que tuvieron lugar en 1960entre el vicepresidente Nixon y el jo-ven senador Kennedy– jugaron, se-gún los observadores de la época, unimportante papel en la victoria del jo-ven candidato demócrata. Fue el pri-mer debate televisado; luego, estos‘cara a cara’ entre candidatos se iríanconvirtiendo en un auténtico show te-levisivo, aunque últimamente en Es-paña nos esté costando mucho quenuestros políticos se presten a este ti-po de encuentros.

Es importante destacar que la te-levisión tiene una serie de caracterís-ticas propias, que condicionan elmensaje que se quiere transmitir,también el político. En primer lugar,se trata de un medio de difusión ma-siva, que debe ofrecer productos pa-ra la gran mayoría, y esto se traducecon frecuencia en una simplificacióny empobrecimiento de la informa-ción. En este sentido, el sociólogofrancés Pierre Bourdieu denuncia quela televisión banaliza y homogeneiza;busca el sensacionalismo, lo dramá-tico, lo extraordinario; lleva a primer

plano lo insignificante, lo anecdóti-co, lo accidental.

Salvo los canales de noticias ‘24horas’, la información ocupa una mí-nima parte de la programación tele-visiva. Incluso los informativos se de-cantan cada vez más por noticias másespectaculares, visualmente atracti-vas o morbosas. La imagen es el so-porte básico y esencial del mensajeen televisión. A menudo, la imagenprovoca emociones más que facilitainformaciones. Lo visual producesiempre más conmoción que la pala-bra y, por ello, se tiende a emitir imá-genes cada vez más espectaculares yemotivas, que se retengan en la reti-na del espectador. Esta dependenciade la imagen es un condicionante fun-

La televisión banaliza yhomogeneiza; busca elsensacionalismo, lodramático, lo extraordinario;lleva a primer plano loinsignificante, lo anecdótico,lo accidental.

damental: las ‘piezas’ se elaboran enfunción de las imágenes que se reci-ben en la redacción y con frecuencialas televisiones dan noticias, que noencajan en la radio o la prensa, sólopor la espectacularidad de las imáge-nes.

Entretener o informar: éste es eldilema de la televisión actual, en laque el componente informativo pier-de peso. La televisión debe ofrecer in-formación, pero también espectácu-lo, debe informar y entretener (lo de‘formar’ ya pasó a la historia), y confrecuencia prima lo segundo. De he-cho, las parrillas televisivas cada vezcuentan con más programas de info-tainment (infoentretenimiento). Sonespacios que informan, pero en un con-texto cómico, satírico y desenfadado,que permite mezclar información,opinión y puro entretenimiento, de-jando a un lado con frecuencia tan-to el rigor como la objetividad. Es unaconsecuencia de la creciente ‘espec-tacularización’ del medio y una ma-nera de dar la información de formaque al espectador le resulte más atrac-tiva y digerible. Los políticos se venobligados a aparecer en este tipo deespacios si quieren tener un huecoen televisión, y darse a conocer a laopinión pública. Salir en este tipo deprogramas será también una formade ‘humanizar’ su imagen y hacerlamás cercana para los ciudadanos.

La audiencia se decanta cada vezmás por los programas de entreteni-miento. En los últimos 10 años la au-

El Parlamento de papelIgnacio Fontes y Manuel Ángel Menéndez,dos tomos (1.180 y 544 páginas),70 euros.

Un ensayo sobre la historia

de la prensa no diaria

del franquismo crepuscular:

la existente, la que nació

en esos años para oponerse

a la dictadura, y la espectacular

floración que sucedió a la

muerte de Franco, que elevó

su número por encima

de 7.000 títulos.

DE VENTA EN LA A.P.M.

76—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� El discurso político en televisión

diencia de los informativos de televi-sión ha pasado del 57,7% al 48,9%,con una pérdida de 3,6 millones deespectadores, especialmente de losmás jóvenes. Y este hecho ha obliga-do a los políticos a intentar ‘colar’ susmensajes en programas no puramen-te informativos, desde una entrevis-ta en un magacín a un ‘cameo’ en unaserie de ficción.

La trivialización de la informaciónes cada vez mayor. Los políticos de-ben adaptarse a esta nueva forma decomunicación: tendrá más trascen-dencia la anécdota, el gesto puntual,la broma, que lo que se haya tratadode fondo en una cumbre de la UniónEuropea, por ejemplo. La informaciónpolítica se presenta cada vez más co-mo un espectáculo y los políticos hande plegarse a esta nueva realidad.

El poder central de la televisión esla imagen y los políticos deben ple-garse a este hecho. Diversos estudiosdemuestran que lo que el candidatodice constituye menos del 10% de loque acapara la atención del especta-dor. El tono de voz, los gestos, la ac-titud, incluso el vestuario, es lo queel espectador registra, mucho másque la lógica de la argumentación.

Otra característica fundamentalde la televisión está relacionada conla limitación del tiempo. Ya en losaños 50, el alemán Emil Dovifat esta-bleció una norma básica para el pe-riodismo, la llamada regla de las tresces, es decir: claridad, construccióncautivadora y concisión. Esta última

se refería al arte de eliminar lo super-fluo y es especialmente importanteen televisión, donde los mensajescomplejos no tienen cabida, la densi-dad informativa debe ser especial-mente moderada porque el especta-dor no tiene tiempo para descodifi-car. Las frases en televisión deben sercortas, ágiles, sencillas. Por eso losasesores de comunicación recomien-dan a los políticos simplificar su dis-curso, rebajarlo ‘al nivel de la calle’,incluir anécdotas y ejemplos perso-nales para reforzar el mensaje, darrespuestas simples y claras, huir detecnicismos o de un lenguaje rebus-cado.

Se trata de una tendencia que vaa más. Las noticias en televisión son

La información política se presenta cada vez máscomo un espectáculo y los políticos han deplegarse a esta nuevarealidad.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—77

cada vez más cortas, y también las de-claraciones de los políticos que apa-recen en ellas. La máxima expresiónde esta limitación de tiempo son loque los norteamericanos conocen co-mo sound bites, es decir, mensajes muybreves, simples y fácilmente digeri-bles y repetibles por los espectadores.Ejemplos como “Read my lips: no newtaxes”, pronunciado por George Bushpadre, o “It’s the economy, stupid”,ideada por un asesor de Bill Clinton,son recordados por todos.

Los políticos y su equipo de aseso-res deberán conseguir el máximo es-pacio en los medios. Obtener la aten-ción de éstos no siempre es fácil y encualquier caso siempre habrá que eva-luar los posibles riesgos que ello con-lleva. La forma más sencilla que uti-lizan los políticos para aparecer enlos medios pero controlando la infor-mación es generar la noticia. Los me-dios siempre están ávidos de nuevasnoticias, y conociendo la lógica de és-tos –en este caso de la televisión– noserá difícil crear noticias para ellos.

El control político de la informa-ción se puede realizar desde distintosfrentes. De esto saben mucho los nor-teamericanos, expertos en dotar alciudadano-espectador de imágenes-símbolo, que se grabarán en su reti-na y en su mente. Cuando en abril de2003 las tropas de EEUU entraron enBagdad, era necesario encontrar unaimagen que simbolizara y pasara a laposteridad como el fin del régimende Sadam Husein. Los norteamerica-

nos habían alojado estratégicamentea la gran mayoría de los periodistasen el Hotel Palestine de la capital ira-quí. La elección no fue, ni mucho me-nos, casual: enfrente del hotel habíauna gran estatua del dictador. El es-cenario era perfecto para facilitar alos reporteros la imagen que simbo-lizaría la victoria de EEUU y sus alia-dos. Las televisiones de todo el mun-do retransmitieron cómo los solda-dos norteamericanos, ayudados porjóvenes iraquíes, conseguían derribarla estatua del líder iraquí. La figurade Sadam aparecía tendida en el sue-lo. El régimen había sido derrocado.

Estos espacios simbólicos debenser fácilmente comprensibles por elgran público, cada vez con mayor di-ficultad para enfrentarse a mensajescomplejos y con matices debido al es-caso tiempo libre del que dispone. Enel caso de la guerra de Iraq, el desco-nocimiento del país por la mayoríade la opinión pública internacionaly la dificultad para comprender suspeculiaridades culturales, étnicas yreligiosas, hicieron necesario facilitaral máximo la tarea a los espectado-res. Para ello, la Administración Bushdecidió inventarse una baraja de los“iraquíes más buscados”. Los especta-dores retendrían con dificultad unarelación de nombres árabes de difícilpronunciación, o una serie de fotosde hombres con rasgos similares. Sinembargo, recordarían mucho mejorque se había conseguido detener al‘as de picas’ o al ‘tres de corazones’.

78—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� El discurso político en televisión

En nuestro país, el gran punto deinflexión que marcó el nuevo papelque iba a jugar la televisión en la vi-da política, se produjo en los años no-venta con la llegada de las cadenasprivadas. Se rompió el monopolio in-formativo de TVE, parcialmente que-brado ya en los ochenta con la apari-ción de algunas cadenas autonómicas,y esto conllevó numerosas consecuen-cias. Fue durante esa década cuandola política se fijó más en la pequeñapantalla. Todo, o casi todo, se hacíaen función de su posterior difusión através de televisión, especialmente enépocas electorales. Durante estosaños, las campañas buscaron en la te-levisión su mejor aliado y se descu-brió la posibilidad, por ejemplo, detransmitir una frase concreta en di-recto en el informativo.

Desde entonces, los políticos hanido aprendiendo a controlar su ima-gen y la puesta en escena tiene unaimportancia creciente. En las últimaselecciones generales del 14 de marzode 2004, los dos principales partidos,PP y PSOE, encargaron por primeravez la organización de sus campañasa dos productoras de televisión, quese encargaron de ofrecer a los perio-distas su propia señal institucionalde los mítines y actos electorales.

La actual multiplicación de la ofer-ta televisiva irá produciendo una seg-mentación de las audiencias, y ello,lógicamente, va a modificar la rela-ción entre política y televisión. Cadavez será más difícil llegar a grandes

audiencias, pero sí a segmentos de lapoblación más concretos, por lo queel mensaje deberá dirigirse a nichosmás específicos. Además, la televisiónse ha convertido en un gran centrode poder político y económico. Comosugiere Umberto Eco, las dictadurasdel futuro (y algunas del presente) yano serán políticas sino mediáticas. Eldictador no tendrá necesidad de con-trolar todos los medios, le bastará concontrolar la televisión.

Parece claro que en los próximosaños la televisión seguirá favorecien-do la ‘espectacularización’ de la polí-tica y que las imposiciones de la lógi-ca televisiva continuarán afectandoal mensaje político. Pero cabría pre-guntarnos, por último, cómo afecta-rán al espectador-ciudadano-votante.Algunos estudios demuestran que,desde los años sesenta, se ha genera-lizado un sentimiento de escepticis-mo y falta de credibilidad hacia lospolíticos y las instituciones. Pero, ade-más, la forma actual de dar las noti-cias probablemente redunde en elgrado de información de los ciudada-nos, aunque no existen muchas in-vestigaciones recientes al respecto.¿Podemos informarnos a base desound bites de 15 segundos? En plenasociedad de la información, quizá se-pamos más cosas, es cierto, pero noestá tan claro que las sepamos mejor.Y esto es aún más grave, porque si lafalta de información ocasiona igno-rancias, la sobrecarga causa falsas sa-bidurías. �

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—79

ESTHER VÁZQUEZ GARCÍA

A l Jazira, la isla en árabe, ha-ce honor a su nombre y susede se ubica en pleno cen-tro de Doha, la capital del es-

tado de Qatar. Un recinto repleto deactividad, en medio de una tranqui-la ciudad, al borde del golfo Arábigo.

Con una extensión similar a la pro-vincia de Valencia, y con menos deun millón de habitantes, Qatar, unode los países con mayor renta per cá-pita del mundo, y que alberga la ba-se militar estadounidense más gran-de de la zona, es ahora más conoci-do en la esfera internacional graciasa su televisión por satélite. El canalno sólo ha revolucionado el panora-

ma de los tradicionales medios de co-municación árabes, sino que tambiénha traspasado fronteras y se ha con-vertido en un referente de libertad deexpresión y un nuevo modelo de pe-riodismo árabe.

Rodeada de vanguardistas edifi-cios, que compiten en altura, la sedede la televisión árabe por satélite esun lugar modesto y sencillo al que,sin embargo, no paran de llegar visi-tas. Durante una de ellas, realizada enel año 2000, el presidente egipcio Hos-ni Mubarak –según relata el periodis-ta Hugh Miles, autor de un libro so-bre esta cadena1–, exclamó: “¡Tantoproblema por una caja de cerillas co-

Al Jazira Internacional, en busca de su identidadAl Jazira Internacional, que aspira a mantener –como su cadenahermana– altos niveles de audiencia, tendrá que buscarse supropio espacio y para ello deberá optar por una línea informativaoriginal e independiente. De su éxito dependerá también que la voz y el sentimiento de los árabes sean mejor conocidosen Occidente y, por tanto, que exista mayor comprensión y entendimiento, algo tan necesario en estos tiempos.

Esther Vázquez García es periodista.

80—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Al Jazira Internacional, en busca de su identidad

mo ésta!”. El presidente seextrañaba por que un pe-queño lugar como ese lehubiera ocasionado tan-tos problemas por deter-minadas emisiones sobresu país. Recientemente, elpresidente de Venezuela,Hugo Chávez, recorríatambién las instalaciones,interesado por el funcio-namiento de Al Jazira.

A medida que aumen-taba su influencia, crecíala curiosidad por este me-dio, delegaciones, perio-distas de prensa escrita yde televisión de todo elmundo, estudiantes, inves-tigadores… Muchos quie-ren conocer de cerca el funcionamien-to de esta cadena. En los últimos años,se han escrito numerosos artículos,tanto en prensa árabe como occiden-tal, sobre la cadena, han aparecido li-bros, tesis doctorales y comentarios yanálisis sobre su repercusión.

El interés ha aumentado con el na-cimiento, hace unos meses, de su her-mana Al Jazira Internacional. el nue-vo canal de satélite en inglés. Situa-do uno frente al otro, los dos edifi-cios, Al Jazira en árabe y Al Jazira In-ternacional, comparten el mismo es-tilo innovador, aunque ambos funcio-nan independientemente.

Dotado aún de mejores infraes-tructuras que su antecesor, Al Jaziraen inglés ha comenzado sus emisio-

nes con cierto retraso,más de un año, según elcalendario previsto. Estademora, que ellos acha-can a problemas técnicos,ha sido también objeto decomentarios sobre posi-bles diferencias en la lí-nea editorial, entre los di-rectivos de la nueva cade-na y los del canal árabe.Hay que tener en cuentaque la mayoría del perso-nal que integra la planti-lla de la nueva emisora esoccidental, y muchos deellos provienen de me-dios norteamericanos obritánicos, cadenas comola BBC, la CNN y ABC. Al-

gunos temen que la nueva emisora sedesvíe de las líneas básicas que hanconstituido, hasta ahora, la persona-lidad de Al Jazira.

El capital invertido en el nuevo ca-nal y su presupuesto no han sido, es-ta vez, desvelados. Los responsables dela cadena aseguran que ésta es una in-formación absolutamente confiden-cial, de la que no está permitido darninguna referencia. Pero, al igual queAl Jazira en árabe, este medio está fi-nanciado por el Ministerio de Econo-mía de Qatar y bajo el patrocinio desu emir. Según su director general, Ni-gel Parsons, antiguo director de Asso-ciated Press Television, el nuevo canalespera llegar a una audiencia de 80millones de personas, a través de la

Posiblesdiferenciaseditoriales entrela nueva cadenay la árabe.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—81

televisión por cable y por satélite. Ade-más del nacimiento de Al Jazira en in-glés, la familia ha ido creciendo en losúltimos años: el canal documental (AlJazeera Documentary Channel), el ca-nal para niños (Al Jazeera ChildrenChannel), el canal de emisiones en di-recto (Al Jazeera Mubashar) y tres ca-nales de deportes, además de dos pá-ginas web (Al Jazira en árabe y Al Ja-zira en inglés). El nuevo canal en len-gua inglesa nacía poco después de quese celebrara el décimo cumpleaños deAl Jazira en árabe.

Nuevo modelo de panarabismoEl 1 de noviembre de 1996 comenza-ron las emisiones de la cadena Al Ja-zira, árabe. Su logo, el nombre de lacadena en caracteres árabes, en dora-do, se sumergía en un fondo azul, ysurgía de nuevo, con empuje, haciael exterior. Era un símil de lo que lacadena pretendía: sobresalir, con fuer-za, del resto de los medios árabes.Pronto lo consiguió. En poco tiempo,se convirtió en líder de audiencia ypionera en la zona. Por primera vez,los árabes contaban con un medioque les relataba en su idioma y des-de su perspectiva las noticias; querompía tabúes al hablar, en directo,de los temas más controvertidos enel campo de la política, la religión odiferentes problemas sociales, y quese permitía criticar a los diferentes re-gímenes árabes. Además, narraba lainformación de un modo diferente,

con mayor profesionalidad, utilizan-do otros esquemas a los habituales alas televisiones de la región, con ungran dinamismo y con cierta inde-pendencia.

Su creación fue un empeño perso-nal del emir de Qatar, jeque HamadBin Califa Al Thani, que llegó al po-der tras derrocar a su padre en ungolpe de Estado, en junio de 1995. Cu-riosamente, Al Jazira, un medio inde-pendiente y trasgresor en la zona, na-ce en un país conservador, con me-dios de comunicación controlados ydonde la familia gobernante perma-nece intocable.

El emir, que ha prometido eleccio-nes generales para este año, introdu-jo algunas reformas en el país tras sullegada al poder. Qatar fue el primeremirato del golfo Arábigo-pérsico enestablecer elecciones municipales, enlas que también, por primera vez, par-ticiparon las mujeres. Se redactó unanueva Constitución y se abolió el Mi-nisterio de Información y la Oficinade Censura de prensa. A pesar de ello,aún no existe democracia en el país.Los partidos políticos siguen siendoilegales y hay censores, aunque bajola tutela del Ministerio de Asuntos Is-lámicos.

Los asuntos que afectan al Estadode Qatar, sus rencillas con países ve-cinos, como los temas fronterizos, lascuestiones de política interna no sue-len aparecen en los programas de AlJazira, que, por el contrario, sí soncríticos con la política de otros esta-

82—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Al Jazira Internacional, en busca de su identidad

dos; en esta televisión sehan podido expresar li-bremente muchos oposi-tores de otros regímenes.Casi todos los gobiernosárabes han encontrado al-go en los programas deAl Jazira que les ha mo-lestado, e incluso, que leshan hecho tomar medi-das contra la cadena. Nu-merosas oficinas de Al Ja-zira en países árabes hansido clausuradas y algu-nos de sus corresponsalesexpulsados por órdenesde los dirigentes que sehan sentido afectados porsus críticas. Pero, tam-bién en Occidente, la ca-dena ha tenido problemas. EstadosUnidos bombardeó sus sedes en Afga-nistán y en Iraq. Su corresponsal enBagdad, Tarek Ayub, moría a conse-cuencia de este ataque. Los responsa-bles de la cadena consideraron estosbombardeos como ataques delibera-dos. Varios corresponsales en Iraq fue-ron detenidos por las fuerzas nortea-mericanas. El entonces secretario deDefensa de Estados Unidos, DonaldRumsfeld, protestaba por la cobertu-ra de esta cadena de los ataques nor-teamericanos a la ciudad iraquí de Fa-luya. Rumsfeld dijo que las informa-ciones eran “malintencionadas, im-precisas e inexcusables”.

Los intentos de acallarla han sido,sin embargo, un aval más para su fa-

ma y credibilidad, entrela población árabe. Conun presupuesto inicial de500 millones de reales qa-taríes (el equivalente a100 millones de euros) pa-ra los primeros cincoaños, que el propio emirdesembolsó, la cadenacontaba con lograr su in-dependencia económicaa través de las suscripcio-nes, la venta de exclusi-vas y la publicidad. Pero,10 años después, todavíaes imprescindible para sufuncionamiento el dine-ro de las arcas del emir.Los ingresos publicitariossiguen siendo escasos. Po-

cos anuncios interrumpen sus emi-siones. Una de las razones principa-les es que Arabia Saudí es quien con-trola el mercado publicitario en la re-gión, y la cadena Al Jazira es non gra-ta para la monarquía Al Saud.

Siguiendo el modelo de la BBC, AlJazira no sólo ofrece noticias del mun-do árabe, sino que recoge cualquierinformación de actualidad en el mun-do. Con acceso a todas las agencias deinformación, como Reuters y Associa-ted Press, su principal baza ha sidocontar lo sucedido con una amplia redde corresponsales y oficinas, que amenudo han elaborado su propia in-formación –gran parte, en directo–,y que han podido en muchas ocasio-nes difundir imágenes captadas por

Más de 500profesionalesárabes de distintasnacionalidades y creencias.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—83

sus cámaras. Al Jazira en árabe cuen-ta con más de 30 oficinas en el ex-tranjero y 66 corresponsales.

La mayoría de su personal provie-ne de un proyecto frustrado entre lossaudíes y la BBC, que intentó haceunos años crear una cadena similara lo que hoy es Al Jazira. En 1994, laBBC y el grupo saudí ORBIT firmaronun acuerdo, pero pronto surgieronlas diferencias en la línea editorial ylos problemas entre los gobiernos deArabia Saudí y Gran Bretaña eranconstantes. El cierre de ese canal de-jó a una plantilla de 250 periodistasy administrativos en la calle; 120 deellos pasaron a engrosar las filas deAl Jazira. Actualmente, la cadenacuenta con más de 500 profesionalesárabes de distintas nacionalidades ycreencias.

El mundo árabe en el ojo del huracánLos importantes acontecimientos quesucedieron en el panorama interna-cional en los siguientes años al naci-miento de la cadena árabe dieron unempujón definitivo a su éxito. En di-ciembre de 1998, la cadena Al Jaziracubrió la operación militar nortea-mericana contra Iraq, denominadaZorro del Desierto. Sus corresponsa-les ofrecieron información en direc-to desde la zona. Un año después, AlJazira amplió su horario a 24 horasde emisión, a través de tres satélitesdiferentes. Se pueden seguir sus emi-

siones desde Oriente Próximo, Áfricadel Norte y Europa.

En 2000, los acontecimientos sesuceden y el interés por la cadena au-menta. En septiembre de ese año, elmundo estaba pendiente de lo queocurría en Palestina. La Segunda In-tifada ya tenía como testigos a los me-dios árabes.

Al Jazira, y otras cadenas árabes afi-nes, que surgieron tras el impacto dela cadena qatarí2 siguieron de cercalos acontecimientos. El problema pa-lestino-israelí empieza a contarse deuna manera diferente. Ya no sólo estratado desde el punto de vista occi-dental, sino que se muestran desdeuna perspectiva árabe. La forma decontarlos tampoco era la habitual ala que los espectadores árabes estabanacostumbrados. Los israelíes cuentan,por primera vez, con contrincantes den-tro de los medios. Hasta entonces, elGobierno israelí no había tenido pre-sente la versión árabe de su conflic-to. Las influencias de las nuevas tele-visiones árabes y, en concreto de AlJazira, dan un vuelco al entramadomediático en la zona.

Las imágenes del asesinato de Mo-hamed Al Durra, un niño palestino quemuere mientras intenta protegersecon su padre de los disparos del ejér-cito israelí, se convierten en el símbo-lo de esta Segunda Intifada, al igualque aquellas imágenes de los soldadosrompiendo con piedras los brazos delos palestinos lo fueron de la prime-ra revuelta. Pero, en esta ocasión, al

84—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Al Jazira Internacional, en busca de su identidad

Jazira las emite una y otravez, logrando una enor-me repercusión e impac-to en todo el mundo ára-be y musulmán.

Los enfrentamientos,manifestaciones y los su-frimientos, en general,del pueblo palestino tie-nen su propia caja de re-sonancia. Otro de los éxi-tos de la cadena para elmundo árabe, y una cau-sa más de las críticas des-de fuera, ha sido el len-guaje utilizado por estacadena para contar algu-nas noticias. Por ejemplo,términos como ‘mártir’para referirse a los terro-ristas que se inmolaban en Israel y ‘fuer-zas invasoras’ para denominar al ejér-cito norteamericano en Iraq. Algunoscorresponsales de Al Jazira en esas zo-nas aseguran que emplean los térmi-nos con los que muchos en la calleárabe se identifican y que, de esta ma-nera, logran mayor proximidad conla audiencia. Muchos árabes conside-ran también que las grandes agenciasde información de países occidenta-les utilizan vocablos que marcan unalínea en su información, como, porejemplo, cuando utilizaban el térmi-no ‘zona de seguridad libanesa’ al re-ferirse al territorio que Israel ocupa-ba en el sur del Líbano.

La cadena qatarí ha sido la prime-ra en el mundo árabe que ha roto el

tabú y ha permitido quelos israelíes se expresenen sus programas. En losdebates de este canal, in-vitados palestinos e israe-líes han discutido el pro-blema palestino-israelí endirecto.

Las suscripciones al ca-nal Al Jazira se incremen-taron en más de un 300%un mes después de losatentados del 11 de Sep-tiembre. Estos ataquescontra las Torres Gemelasy el Pentágono en 2001fueron retransmitidos endirecto por todas las tele-visiones del mundo antemillones de espectadores

que no podían creer lo que estabanviendo. En el mundo árabe, Al Jaziraacaparó la audiencia. La cadena ára-be permitió también conocer las reac-ciones al atentado en esa parte del mun-do, y que algunos se pudieran, públi-camente, desvincular de estos atenta-dos, como ciertos grupos palestinos,a quienes en un principio se les lle-garon a achacar.

La guerra de Afganistán supusootro acontecimiento clave para el éxi-to de la cadena. Cuando comenzaronlos bombardeos norteamericanos, latelevisión qatarí era la única emiso-ra extranjera que contaba con unaoficina en la zona controlada por lostalibán, con la posibilidad de reali-zar información en directo. Al Jazira

Los programas dedebate, los quehan generadomayor audiencia.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—85

mostró los daños ocasionados a la po-blación civil y los corroboraba con suspropias imágenes. Esto a veces supo-nía un desmentido a la informaciónoficial estadounidense. El correspon-sal de la cadena Taysir Allouni logra-ba la primera entrevista al líder dela organización terrorista Al Qaeda,Osama Ben Laden, después de losatentados del 11 de Septiembre.Allouni, de nacionalidad española yorigen sirio, se encuentra actualmen-te bajo arresto domiciliario en Espa-ña, tras haber sido enviado a prisiónen 2003 por el juez Garzón, acusadode ser miembro de la célula españo-la de Al Qaeda. La cadena ha defen-dido la inocencia de su corresponsal.En su sede de Doha, un gran retratode él se exhibe en uno de los pasillosdel inmueble, y durante algún tiem-po sus compañeros que salían en pan-talla portaban un pin con su foto pa-ra apoyarle.

La venta de exclusivas comenzó.Por primera vez, se podía ver el logode Al Jazira en televisiones norteame-ricanas y británicas, que difundíansus imágenes. Los vídeos de Ben La-den, el hombre más buscado por Es-tados Unidos, y de otros miembros dela organización terrorista Al Qaedaempezaron a hacerse famosos, a tra-vés de la cadena Al Jazira. Al igual que,posteriormente, otros enviaron susmensajes a través de esta televisión,como Sadam Husein durante la ocu-pación norteamericana a Iraq.

Muchos han criticado la difusión

de algunos de estos vídeos, como losde los secuestradores en Iraq, por con-siderar que se les daba la oportuni-dad a grupos terroristas de difundirsus hechos e ideas, pero la cadena AlJazira justificaba su emisión asegu-rando que son parte de la informa-ción.

Junto a los informativos, los pro-gramas de debate son los que han ge-nerado más audiencia a esta cadena:La dirección opuesta es uno de los máscontrovertidos, y de los que más éxi-to ha logrado. En él se reúne, junto auna misma mesa, a rivales, e inclusoenemigos, para debatir asuntos de ac-tualidad relativos al mundo árabe, enlos que cada uno puede exponer supunto de vista. Según estimacionesde la propia cadena, su audiencia hallegado a los 40 millones de telespec-tadores.

Además, en estos programas, se hahablado de temas políticos y religio-sos, hasta entonces impensables deser aireados, más allá de detrás de laspuertas de casas particulares. Algunasde las conversaciones mantenidas enlos estudios entre los invitados po-dían haber sido consideradas delicti-vas y motivo de cárcel, si se hubieranregistrado en cualquier cafetín o ca-lle de algunos países árabes.

En torno al televisor, Al Jazira halogrado agrupar a árabes de distintasnacionalidades y ser un referente pa-ra ellos de lo que sucede actualmen-te en Oriente Próximo y en el mun-do. Conscientes de su éxito, los res-

86—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Al Jazira Internacional, en busca de su identidad

ponsables de esta cadenapensaron en un proyecto,aún más ambicioso, parallegar a todos los telespec-tadores, más allá de lasaudiencias árabes. El pe-riodista Hugh Miles3 se-ñala en su libro que el en-tonces viceprimer minis-tro iraquí, Tareq Azizen,eligió hablar en inglés du-rante una entrevista en laque condenaba los bom-bardeos a Iraq, aunquetanto él como su entrevis-tador eran árabes.

Con la misma inten-ción (llegar a otras au-diencias que no hablenárabe) se planeó crear AlJazira en inglés. La emisora conserva-ría, según sus creadores, el mismo es-tilo que su matriz, Al Jazira en árabe,tendría su propia personalidad y lle-garía a una mayor audiencia: hijos onietos de emigrantes en Europa o Es-tados Unidos, que son angloparlantes,musulmanes de países no árabes…Además, se convertiría en competido-ra directa de las grandes cadenas deinformación en inglés como la nor-teamericana CNN y la británica BBC.

Al Jazira InternacionalA las 12 horas del 15 de noviembre de2006, desde su sede en Doha, todo sepuso en marcha en el nuevo canal, conel nerviosismo propio del estreno.

Cuenta con cuatrocentros de emisión. Si-guiendo al sol, la progra-mación empieza en Dohadurante 12 horas, des-pués en Londres 4 horas,prosigue en Washingtony finalmente en KualaLumpur (Malaisia). El sue-ño se había hecho reali-dad. Surgía la primera ca-dena en inglés en Orien-te Próximo.

En los estudios de lanueva emisora en Doha sepueden ver las mayores in-novaciones tecnológicas,el dinero no ha sido impe-dimento para que la nue-va televisión cuente con el

sistema digital de alta definición,HDTV, de una mayor calidad que lostradicionales NTSC, SECAM o PAL. Loscentros en Kuala Lumpur, Londres yWashington DC están dotados de fibraóptica.

Dos presentadores iniciaron eseprimer día el saludo de la cadena conhistóricas imágenes, ocurridas en losúltimos tiempos, como los atentadosdel 11-S, la captura de Sadam Husein,el entierro del presidente Arafat…

La cadena exhibió también una am-plia red de corresponsales y oficinas,esparcidos por todo el mundo. Más de60, incluidas las sedes de Al Jazira enárabe. Entre ellas, 12 en África, un con-tinente al que el nuevo canal quiereprestar una atención especial.

Apuesta por una cobertura del continenteafricano.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—87

En la nueva emisora, según asegu-ran sus directivos, tienen gran espa-cio aquellos lugares generalmente ol-vidados por los medios de comunica-ción, o que sólo aparecen en las pan-tallas cuando están inmersos en con-flictos bélicos. Éste es el caso de Áfri-ca. Al Jazira en inglés apuesta por unacobertura del continente africano,desde el punto de vista político, perotambién social y cultural. Reportajessobre asuntos que preocupan en es-tos países, dar a conocer a los demássus problemas y sus aspiraciones.

En Oriente Próximo, la cadenacuenta con una decena de oficinas re-partidas por varios países. En ellas, don-de ya operan los corresponsales de lacadena árabe, los nuevos periodistasde la filial en inglés comparten cono-cimientos y material. Muchas de lasimágenes de las que dispone Al Jazi-ra en árabe son propias y muy difíci-les de conseguir para los medios oc-cidentales. Además, cuentan con elpunto de vista de los periodistas deorigen árabe, que trabajan en esta ca-dena desde hace 10 años, con unaperspectiva diferente a la hora de na-rrar los hechos. Por su parte, la cade-na árabe también se podría benefi-ciar, de modo recíproco, de la colabo-ración con sus colegas occidentales.Sin embargo, algunos piensan que vaa ser difícil compaginar la línea edi-torial que ha mantenido la cadenaárabe con la nueva cadena en inglés,a pesar de que los responsables de és-ta han mantenido que Al Jazira Inter-

nacional pretende romper moldescon respecto a las otras empresas in-formativas occidentales.

En un artículo de Khalid Amay-reh, comentarista político y periodis-ta palestino, se asegura que en la pá-gina web de Al Jazira en inglés las no-ticias referidas al problema palestinoestán repletas de informaciones queprovienen de agencias como Reuters,Associated Press y France Press. Esto,según el citado periodista, conlleva unainformación afín a las cadenas occi-dentales ya establecidas, con las queAl Jazira Internacional no se distan-cia. Para este periodista, se trata deun ejemplo de que Al Jazira Interna-cional puede perder esa identidadárabe, que ha sido una de las clavesdel éxito de la cadena matriz.

Muchos periodistas occidentalestrabajan en la nueva emisora. Por unlado, la cadena ha ofrecido buenossalarios a profesionales con experien-cia en otros medios de gran prestigiointernacional, pero también les hapermitido nuevas iniciativas en elcampo del periodismo. Varios de losprofesionales que ahora forman par-te de esta cadena reconocen que laidea de formar parte del equipo eramuy atractiva, sobre todo, porque lesdaba carta blanca y les permitía po-ner en marcha nuevas ideas y proyec-tos, algo imposible en las cadenas másconsolidadas.

Entre las caras conocidas en la es-fera internacional se cuentan sir Da-vid Frost, con 30 años de experiencia

88—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Al Jazira Internacional, en busca de su identidad

y un gran programa en la BBC que leha hecho más popular, Desayunos conFrost; Stephen Cole, de la misma em-presa, o antiguas estrellas de la cade-na norteamericana CNN, como RizKhan o Verónica Pedrosa.

Pero además de la experiencia pro-fesional y sus conocimientos, estos pe-riodistas tendrán que adaptarse a unanueva forma de contar la informa-ción, con otra visión, que es lo quesus creadores han defendido a la ho-ra de crear esta nueva emisora.

Hasta el momento, y aunque hantranscurrido tan sólo unos meses desu inicio, muchos echan de menos enel nuevo canal algunas de las cosasque hicieron famosas a la otra cade-na. El lenguaje de Al Jazira en ingléses mucho más cauto, no utiliza losmismos términos que la cadena ára-be, sino que se aproxima mucho mása las otras cadenas occidentales. Losdebates no abordan temas tan contro-vertidos como los que se han debati-do en el programa estrella de la otracadena, La dirección opuesta. La influen-cia de la cadena árabe y lo que ha sig-nificado en estos 10 años puede con-dicionar mucho el desarrollo de estenuevo experimento qatarí en los me-dios.

En estos tres meses, y aunque to-davía no disponen de datos fiables deaudiencia, algunos de los programasmejor valorados, según fuentes de AlJazira Internacional, han sido: Every-woman, un programa de debate sobrelos problemas de las mujeres en to-

do el mundo, y de temas controverti-dos como religión, sexo…; Witness, unprograma documental que se emitediariamente; y también los informa-tivos semanales de deporte.

El programa dedicado a las muje-res intenta repetir el éxito que tuvouna versión parecida, Sólo para muje-res, que se emitía en la cadena árabe,uno de los más controvertidos. Este es-pacio ha dejado de emitirse. Segúnfuentes del programa, porque el equi-po prepara algunos cambios. Las mis-mas fuentes han asegurado que vol-verá a estar en antena en unos meses.

La audiencia a la que va dirigidala nueva cadena es mucho más dis-par. Al Jazira en árabe tiene sus prin-cipales seguidores entre los árabes,que, aunque engloban 22 países (loscomprendidos en la Liga Árabe), tie-nen además del idioma y la religiónmayoritaria –el islam–, principios yvalores afines a la hora de seleccio-nar sus informaciones. Además, Al Ja-zira en árabe representó un cambiorespecto a los cánones establecidosen el mundo árabe en cuanto a liber-tad de expresión y contenidos.

Respecto al futuro de su línea edi-torial, también dependerá de la finan-ciación y si consigue privatizarse. Adiferencia de Al Jazira en árabe, la ca-dena en inglés sí espera obtener in-gresos publicitarios. Hasta ahora,compañías como Nokia, Motorola,BMW, Reuters y diferentes oficinas deturismo y aéreas han comunicado yasu deseo de anunciarse.

El nacimiento de Al Jazira Interna-cional ha impulsado a que otras cade-nas, en este caso occidentales, inten-ten hacer algo parecido, pero en sen-tido contrario. Dirigirse a los telespec-tadores árabes en su idioma. Así, laBBC planea la aparición este mismoaño de un canal en árabe, al igual quela televisión francesa France 24. Esta-dos Unidos tiene desde 2004 un canalpor satélite denominado Al Hurra (LaLibertad en árabe), que intentó queles sirviera para frenar el sentimien-to antiamericano en el mundo árabe,tras la guerra de Iraq y la Intifada pa-lestina. Sin embargo, en el mundo ára-be, pocos siguen sus emisiones, la ma-yoría conectan con esta cadena cuan-do quieren conocer el punto de vistade Estados Unidos en alguna crisis,pero no goza de credibilidad algunaentre el público árabe. �

1, 3—Miles. H. Al-Jazeera The inside store of thearab news channel that is challenging the West.Grove Press. Nueva York.2—Pocos meses después del nacimiento deAl Jazira, surgió la cadena Arab News Net-work (ANN), con sede en Londres, propiedadde Sawmar el Assad, sobrino del difunto pre-sidente sirio Hafez el Assad. En 2000, apare-ce Abu Dhabi Televisión, de Emiratos ÁrabesUnidos, y un año después, la que mayor com-petencia representa para el canal qatarí, AlArabiya, cuya sede se encuentra en la mo-derna ciudad de los medios de Dubai, en losEmiratos. Esta cadena es propiedad del gru-po saudí Middle East Broadcasting Center(MBC) e intenta un estilo de información másmoderado que Al Jazira, pero no consiguearrebatar los niveles de audiencia de la ca-dena de Qatar.

Los cronistas de la ConstituciónManuel Ángel Menéndez Gijón y Carmen Fernández López-Monís,446 páginas, 25 euros.

Una antología de los mejores

artículos, viñetas y fotografías

de las Cortes constituyentes

(1977-1978).

DE VENTA EN LA A.P.M.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—91

ALBOR RODRÍGUEZ

A l presidente venezolano, Hu-go Chávez, sólo hay que es-cucharlo con atención y dar-le crédito a lo que dice. Fue-

ron varias las oportunidades en quedijo que le revocaría la concesión alas televisoras que “difunden mensa-jes de odio” y “promueven el desco-nocimiento de las autoridades”. Y esoes lo que está próximo a ocurrir: el27 de mayo se le vence la concesióna Radio Caracas Televisión y es casiun hecho que ésta no le será renova-da.

La desaparición de RCTV por señalabierta y una multa al diario vesper-tino Tal Cual y al humorista Laurea-no Márquez –por un artículo que su-puestamente vulneró los derechos dela hija menor del presidente– son las

dos últimas noticias sobre el periodis-mo en Venezuela. Malas noticias pa-ra quienes defienden la libertad deexpresión como pilar fundamentalde una sociedad democrática; buenasnoticias para el Gobierno y sus segui-dores, persuadidos como están de quelos medios de comunicación privadosse han dedicado a atentar contra elpueblo. Y es que en una sociedad co-mo la venezolana, atravesada por sen-timientos de odio y veneración haciasu gobernante, no hay tema que sesalve de la lógica de la polarización.El desempeño de los medios menosque ninguno.

El de Chávez ha sido un Gobiernosignado por una pugnaz relación conlos medios de comunicación privadosy, a su vez, por un uso desmedido de

Últimas noticias sobre elperiodismo en VenezuelaEmpresas y periodistas venezolanos se sienten cada vez másinseguros. De las amenazas y destemplanzas verbales se hapasado a la agresión física, la coacción administrativa, la censura ylos procesos judiciales. Por otra parte, Chávez dispone de unanada desdeñable plataforma mediática gubernamental.

Albor Rodríguez es una periodista independiente venezolana.

92—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Últimas noticias sobre el periodismo en Venezuela

los medios privados y públicos a tra-vés de obligatorias transmisiones con-juntas (cadenas) y un programa tele-visivo dominical denominado ‘Aló,presidente’, que ahora se escucha ade-más por la radio dos veces a la sema-na. Ya desde 1999, el presidente co-menzó a referirse a algunas empre-sas periodísticas en un tono beligeran-te y ofensivo, y los medios y algunosperiodistas de alto perfil, que al prin-cipio fueron neutrales o favorables asu proyecto político, se convirtieronen claros factores de oposición.

En febrero de 2000, comenzarona registrarse agresiones callejeras desimpatizantes de Chávez contra pe-riodistas y, en los primeros días de ma-yo de ese año, los reporteros recono-cían que había un clima de intimida-ción y violencia que atentaba contrael libre ejercicio de la profesión. Co-mo nunca antes, organizaciones in-ternacionales de defensa de la liber-tad de expresión centraron su aten-ción en Venezuela y siguen pendien-tes de lo que aquí ocurre.

Pero lo que en un principio eran ame-nazas, agresiones y palabras destem-pladas fue transmutándose en un en-tramado legal también amenazante;en la configuración de un inédito Es-tado-comunicador; en medidas admi-nistrativas contra las empresas de co-municación; en cada vez más juicioscontra periodistas y medios ventiladosen los tribunales; en serias dificultadesde acceso a la información pública y,ahora, en una multa millonaria con-

tra una diario y la inminente salida delaire de un canal de televisión.

1 La noche del 9 de diciembre de2002 quedó grabada en la me-

moria de los periodistas venezolanoscomo una noche de terror. No preci-samente por asuntos del azar. Ese lu-nes grupos armados visitaron casi ala misma hora 26 medios de comu-nicación en varios puntos del país. Al-gunos sólo lanzaron insultos desde lacalle, pero otros ingresaron en los edi-ficios y causaron destrozos en las ins-talaciones. En algunos casos se vio adiputados oficialistas arengando a losviolentos.

Se trataba de seguidores del presi-dente Chávez que, poseídos por la có-lera, gritaban consignas contra la“parcialidad de los medios de comu-nicación con los sectores privilegia-dos, que quieren darle un golpe deEstado a la revolución bolivariana”.El canal del Estado, Venezolana de Te-levisión, no informó sobre la violen-cia que acechaba a otras televisoras yperiódicos; apenas interrumpió suprogramación para informar que ha-bía sido objeto de un ataque por par-te de opositores al Gobierno y paradarle la palabra al ministro del Inte-rior y Justicia, Diosdado Cabello,quien justificó que el pueblo estuvie-ra en la calle “defendiendo sus prin-cipios”. También puso al aire, dos ve-ces esa noche, al secretario general dela Organización de Estados America-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—93

nos, César Gaviria, condenando losataques. “Hago un llamado apremian-te a las autoridades para que actúeny cesen tales amenazas”, dijo visible-mente contrariado.

Gaviria estaba en Venezuela desdehacía un mes, cuando se había insta-lado la Mesa de Negociación y Acuer-dos entre Gobierno y oposición. Unahuelga general, convocada por la cú-pula empresarial privada (Fedecama-ras) y la Confederación de Trabajado-res de Venezuela (CTV) llegaba a su oc-tavo día. En Caracas, podía verse en lasfachadas de casas y edificios la bande-ra nacional ondeando a media asta.

Fueron días terribles aquellos quevivió Venezuela en el año 2002. En abril,una marcha multitudinaria para so-licitar la renuncia del presidente ha-bía terminado con un saldo de 19muertos y cientos de heridos, un gol-pe de Estado, las airadas protestas delos chavistas reclamando el regresode su líder, y por último, la vuelta deChávez en plena madrugada. Todoocurrió en 48 horas, durante las cua-les las pantallas de las cadenas de te-levisión privadas se mostraron inmu-nes a toda realidad que favoreciera aChávez. Fue un silencio informativoque minó la credibilidad de los me-dios y del que ninguno, hasta hoy, seha podido recuperar. En su agonía, elGobierno desplegó todo su poder decomunicación. Sólo el 9 de abril secontabilizaron 17 transmisiones con-juntas en radio y televisión que su-maron 4 horas y 12 minutos.

La escalada de violencia continuóel resto del año, que concluyó con unparo cívico nacional que se extendiópor dos meses, hasta el 3 de febrerode 2003. La programación de todoslos canales de televisión y las páginasde los periódicos se consagraron a és-te como casi único tema. Desde losmedios privados se impuso el discur-so de que la única solución a la crisisde gobernabilidad era la salida de Chá-vez y poco de lo que hacía la dirigen-cia opositora era digno de crítica. Na-rraban lo que ocurría, pero tambiéneran parte importante del conflicto.

Pasada la tormenta, una investiga-ción cualitativa sobre los sentimien-tos y modos de pensar hacia los me-dios de comunicación en sectores Dy E de ocho ciudades de Venezuela,realizada en 2005 por la empresa Mer-caconsult, reveló hasta qué punto lapolarización afectó la credibilidad delos medios. Los consultados, chavis-tas y opositores por igual, dijeron nosentirse bien informados con un so-lo medio, fuese éste privado o públi-co. Hicieron énfasis en la necesidadde comparar y comprobar la informa-ción. “Los medios son muy sospecho-sos” fue una de las frases más soco-rridas durante las sesiones.

2 Chávez, desde su famoso “Porahora” –frase con la que admi-

tió en un discurso televisado en 1992que su golpe de Estado había fracasa-do–, ha demostrado tener una concien-

94—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Últimas noticias sobre el periodismo en Venezuela

cia insólita de que el éxito de su pro-ceso revolucionario pasa por el domi-nio del espacio mediático. ¿Cómoreaccionó la oposición política? Puesentendiendo que era en el espacio me-diático donde debía dar la batalla con-tra el proyecto chavista. ¿Y cómo reac-cionaron los medios privados? Em-pleando su capacidad de formaciónde opinión pública e inclinando labalanza informativa hacia los esfuer-zos de la oposición. Por eso, la bata-lla más dura que ha protagonizadoel Gobierno venezolano no ha sidocontra los partidos políticos sino con-tra los medios de comunicación.

Las primeras frases contra los me-dios las pronunció Chávez a escasosmeses de haber llegado a la Presiden-cia. El 30 de abril de 1999 reaccionócon disgusto ante un titular del ves-

pertino El Mundo, titulado “Qué vai-na es ésta”, en el cual se hablaba deun supuesto aumento salarial del 60%para los militares. El presidente negóde manera tajante la información yafirmó que se trataba de “una inmen-sa mentira”. El 21 de diciembre, el au-tor del incómodo titular, Teodoro Pet-koff, convocó a una rueda de prensapara explicar su salida de la direccióndel diario. Dijo que el Gobierno ejer-cía inusitadas presiones sobre los pro-pietarios, la familia Capriles. “Temoque la libertad de expresión no salgabien parada de este episodio”, expre-só. Ahora, desde Tal Cual, le toca en-frentar una multa.

El 7 de junio del mismo año, elpresidente estuvo durante cuatro ho-ras en las oficinas de El Universal, ha-blando con su presidente y director,

Un canal para el pueblo

Vestido con uniforme verde oliva y boi-na roja, el presidente Hugo Chávezanunció lo que hasta entonces era só-lo una amenaza: “Es mejor que vayapreparando sus maletas y vaya viendoa ver qué va a hacer a partir de mar-zo. ¡No habrá nueva concesión paraese canal golpista que se llamó RadioCaracas Televisión!”, dijo en el acto desalutación de fin de año a la FuerzaArmada Nacional el 28 de diciembrepasado. “No se va a tolerar aquí nin-gún medio de comunicación que estéal servicio del golpismo, contra el pue-

blo, contra la nación, contra la inde-pendencia nacional, contra la dignidadde la República, Venezuela se respeta”.

El 27 de mayo próximo –y no enmarzo como dijo el mandatario– esla fecha, aunque en este dato radicauno de los puntos que genera dudassobre la legalidad de la medida gu-bernamental de no renovarle la con-cesión de la señal del canal 2 a RCTV,que según han dicho voceros oficia-les es irreversible. El canal pasará “amanos del pueblo”.

El Gobierno se basa en el Decreto1.577 del 27 de mayo de 1987, dicta-do por el entonces presidente Jaime

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—95

Andrés Mata Osorio. No habían trans-currido dos semanas cuando criticóduramente al periódico por publicarlos resultados de una encuesta segúnla cual su popularidad iba en descen-so. Y el 3 de diciembre, en plena cam-paña electoral por la aprobación dela nueva Constitución, el presidentesubió el tono: “Manipulan de mane-ra perversa, insensible. No respetan anada ni a nadie”. Puso como ejemploa El Nacional, diario al que acusó dealinearse “con la oligarquía explota-dora”. Y concluyó: “La campaña me-diática ha llegado al asco”.

Después vinieron lo que se convir-tió en rutina: las agresiones contra pro-fesionales de la comunicación, estre-chamente vinculadas con el discursoanimoso de Chávez. Sólo un ejemplo:el sábado 5 de enero de 2002, el jefe

del Estado visitó Lomas de Urdaneta,un sector en el oeste de Caracas. Lareseña de El Nacional describió los fuer-tes cacerolazos que se escucharon enmedio del acto, en repudio a la ges-tión presidencial. Chávez criticó la co-bertura y, dos días después, la sededel periódico fue ‘visitada’ por un gru-po de seguidores del presidente. Losmanifestantes se quejaban por la lí-nea editorial del matutino e hicieronmención a la reseña del evento en Lo-mas de Urdaneta. La protesta no tar-dó en tornarse violenta.

El Instituto de Prensa y Sociedad(Ipys) elabora todos los años un infor-me sobre la situación de la prensa enVenezuela. En 2002 contabilizó 142eventos, actos o casos de agresioneso inhibitorios de la acción periodísti-ca. Entre las violaciones señaladas, la

Lusinchi, que le otorgó a RCTV la con-cesión por 20 años. Pero la directivadel canal sostiene que, según el artí-culo 210 de la Ley de Telecomunica-ciones, promulgada en 2000, el orga-nismo encargado debió entregarles lahabilitación administrativa adecuán-dose al nuevo ordenamiento legal. Eseartículo señala que “mientras ocurrela señalada adecuación, todos los de-rechos y obligaciones adquiridos alamparo de la anterior legislación per-manecerán en pleno vigor, en los mis-mos términos y condiciones estable-cidos en las respectivas concesionesy permisos”. De allí que el presiden-

te de las empresas 1BC, Marcel Gra-nier, argumente que, al haber cum-plido todos los trámites legales en2001 para obtener la habilitación, aRCTV le correspondería una prórro-ga automática de su concesión por20 años más. Es decir, ésta venceríael 12 de junio de 2022.

La respuesta gubernamental a es-te argumento es que lo que se hizoen 2001 fue un censo para conocer elnúmero real de operadores de teleco-municaciones existente en el país, yque el mismo no es vinculante. Peroconsideraciones legales aparte, es ine-vitable suponer que se trata de una

96—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Últimas noticias sobre el periodismo en Venezuela

de mayor recurrencia fue la agresión,que ocurrió en 25,7% de los casos, se-guida por la censura con 21,6% y laintimidación con 15,6%. “Los datosofrecen indicios de un correlato en-tre el discurso del Ejecutivo y la ac-tuación de los particulares. Ello con-siderando que el mayor número dehechos violentos […] son responsabi-lidad de personas que se identificancomo simpatizantes del Gobierno Na-cional”, indica el informe.

Otro informe, presentado ante la Co-misión Interamericana de DerechosHumanos, en Washington, dio cuen-ta de que entre finales de 2000 y ene-ro de 2003 se registraron 205 casos deagresiones a periodistas, que dejaroncomo resultado 156 personas afectadas,13 lesionados graves, 5 que requirie-ron intervenciones quirúrgicas y tra-

tamientos médicos, 14 amenazas demuerte y un fotógrafo asesinado el 11de abril de 2002 (Jorge Tortoza).

Entre enero de 2002 y febrero de2003, la Comisión Interamericana deDerechos Humanos (CIDH) dictó 20medidas cautelares de protección, ensu mayoría a favor de periodistas, em-presarios de medios y defensores dederechos humanos. Pero estas medi-das estuvieron lejos de cumplir su co-metido. En las audiencias públicas dela Corte Interamericana de DerechosHumanos en Costa Rica, en febrerode 2003, la CIDH denunció: “El Esta-do venezolano ha continuado toleran-do, incentivando, fomentando y or-ganizando directa o indirectamenteamenazas y ataques contra los perio-distas […]”. La respuesta del entoncesagente del Estado venezolano ante el

decisión gubernamental en reaccióna la incómoda línea editorial del ca-nal más antiguo del país. Las palabrasdel mismo presidente Chávez, acu-sando a RCTV de “golpista”, abonanel terreno para estas interpretaciones.

Organizaciones nacionales e inter-nacionales como el Instituto de Pren-sa y Sociedad, el Bloque de Prensa Ve-nezolano, Reporteros sin Fronteras, laFederación Internacional de Periodis-tas, la Asociación Iberoamericana deDerecho de la Información y de la Co-municación, el Comité para la Protec-ción de los Periodistas, Human RightsWatch, el Instituto Internacional de

Prensa, la Sociedad Interamericana dePrensa y la misma Comisión Inter-americana de Derechos Humanos sehan pronunciado en contra de la me-dida. Incluso, ésta generó un impasseentre el presidente Chávez y el secre-tario general de la Organización deEstados Americanos (OEA), José Mi-guel Insulza. Mediante un comunica-do oficial, Insulza instó al Gobiernoa revisar su decisión. “El cierre de unmedio de comunicación masivo es unhecho muy poco común en la histo-ria de nuestro continente y no tieneprecedentes en las últimas décadas dedemocracia”, dijo en el documento.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—97

sistema interamericano, Jorge Dugar-te, fue que los ataques contra la pren-sa venezolana eran reacciones violen-tas lógicas de grupos que sentían ungran malestar por la posición políti-ca que habían asumido los medios.Pero los magistrados de la CIDH fue-ron concluyentes: la inobservancia delas medidas de protección ponía enevidencia la impunidad y el encubri-miento que el aparato estatal venezo-lano proporcionaba a las agresionescontra periodistas.

3 La violencia cedió luego del re-ferendo revocatorio en el que

Chávez fue ratificado. El informe delIpys de 2005 –el del año 2006 estápróximo a publicarse– indica una re-ducción de los casos en los cuales se

limitó el derecho a la libertad de ex-presión e información en 14,18%. Delos 121 casos, sólo 15 correspondie-ron a agresiones. La intimidación si-guió siendo el tipo de violación másfrecuente, pero un nuevo factor se in-corporó en el segundo lugar: el hos-tigamiento judicial.

“Ya no se puede afirmar, como enaños anteriores, que –a pesar de losataques y amenazas– no ha habido pe-riodistas presos ni medios de comu-nicación cerrados. Así lo confirman lasdetenciones de los periodistas Gusta-vo Azócar e Ibéyise Pacheco; y los cie-rres temporales de diarios y emisorasradiales”. Según Andrés Cañizález,profesor de la Universidad Andrés Be-llo y corresponsal de Reporteros SinFronteras en Caracas, a diciembre del2006 “se cuentan más de 30 procesos

Esas frases le valieron una respuestade Chávez nada diplomática: “Su pos-tura es bien insulsa. Da vergüenza.Usted debería renunciar por atrever-se a jugar el papel de virrey del im-perio. Vaya que bien pendejo (idiota)[…] No sea pendejo, perdió la moral.Señor, no se meta con Venezuela. Nose lo permitimos, somos soberanos”.

RCTV anunció que apelará a un re-curso de amparo ante el Tribunal Su-premo de Justicia para garantizar losderechos de trabajadores y accionistasde la empresa. Pero, a juzgar por latendencia política dominante entre losmagistrados del TSJ y por sus senten-

cias dictadas hasta ahora, las posibili-dades de que se revierta la medida sonescasas.

DesequilibrioEl desequilibrio informativo continúasiendo una de las materias pendien-tes del periodismo venezolano. Unamuestra de esto se desprende del in-forme presentado por la misión de ob-servación de la Unión Europea a pro-pósito de las pasadas elecciones pre-sidenciales. Según este estudio, la es-tatal Venezolana de Televisión dedicóel 86% de su espacio informativo al

98—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Últimas noticias sobre el periodismo en Venezuela

judiciales abiertos contra periodistaspor ‘delitos de opinión’, en los últimosdos años”. Uno de los casos que cau-só mayor impacto, pero contra un pe-riódico, fue la demanda intentada porel fiscal general de la República, IsaíasRodríguez, por el editorial ‘Justiciaarrodillada’ del diario El Universal.

También comenzó a ser monedacorriente la utilización del mecanis-mo tributario para sancionar y cerrartemporalmente medios de comunica-ción. El Servicio Nacional de Adminis-tración Integral Aduanera y Tributa-ria (Seniat) cerró y multó el diario ElImpulso de Barquisimeto, y en el esta-do Bolívar cerró simultáneamente ca-si todos los medios de esa entidad.

Luego hay que mencionar el entra-mado legal que se ha ido construyen-do en Venezuela desde el año 2001.

Ese año, la sentencia 1.013 del Tribu-nal Supremo de Justicia declaró quelos periodistas carecen del derecho aréplica y sin venir al caso abundó enconsideraciones sobre la libertad deexpresión y de información. Despuésvino la sentencia 1.942 del mismo Tri-bunal, que validó la censura previa ylos delitos de desacato.

En 2005, entró en vigencia la Leyde Reforma Parcial del Código Penal,que le dio un segundo aire a los de-litos de opinión, incorporando nue-vos delitos, aumentando las penas alos de vilipendio o desacato y suman-do más funcionarios públicos a la lis-ta de protegidos. Y antes, en 2004, fuepromulgada la Ley de ResponsabilidadSocial en Radio y Televisión, que es-tablece 78 sanciones posibles –sobrela base de criterios considerados am-

aspirante a la reelección, Hugo Chá-vez, y el restante 14% al candidato opo-sitor, Manuel Rosales. Mientras tanto,las privadas Radio Caracas Televisióny Globovisión le dedicaron a Rosalesentre el 69 y el 65%, respectivamen-te, en contraste con el 29 y el 35% alprimer mandatario. Venevisión, tam-bién privada y visiblemente oposito-ra antes del referendo presidencial en2004, destinó el 84% del tiempo de in-formación política a la posición delGobierno y sólo el 16% a la oposición.

El Gobierno venezolano en reali-dad no necesita de los medios priva-dos para dar a conocer su versión de

la realidad. Un fenómeno inédito enVenezuela y probablemente en Amé-rica Latina es el de una vasta plata-forma que, sumada al talento propiodel presidente Hugo Chávez para lacomunicación y al uso de las cadenasoficiales (de acuerdo con un estudiodel Instituto Prensa y Sociedad, el Go-bierno transmitió 1.159 transmisio-nes obligatorias con una duración to-tal de 709 horas entre 2002 y 2005),constituye un enorme “arsenal” paraeventuales batallas de información ycontrainformación. Esa plataforma,que comenzó a levantarse en 2002,incluye:

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—99

biguos–, abre la posibilidad de la cen-sura previa y, aunque indica las res-ponsabilidades de las empresas pres-tadoras de servicio, no menciona enninguna parte cuáles son sus dere-chos. Entre las sanciones figura el cie-rre temporal o definitivo del medio.

Fue justamente esta última ley unode los mecanismos legales que utilizóel juez Florencio Silano para prohibiren enero de 2006 publicar la más mí-nima información relativa a la inves-tigación sobre el asesinato del fiscal Da-nilo Anderson en 2004 y mencionaraspectos de la vida del testigo princi-pal. El procedimiento se inició por“obstrucción a la justicia” contra 10medios, incluida Venezolana de Tele-visión.

A la Ley de Responsabilidad Socialen Radio y Televisión también se le

atribuye cierto “aquietamiento” de losmedios radioeléctricos. “Durante 2005se registró una reducción significati-va de los tiempos dedicados a los pro-gramas de información y opinión enlos principales canales de televisión pri-vados. Los programas 24 Horas, de Ve-nevisión, La Entrevista, Línea Abierta y30 Minutos de Televen y En Profundidadde CMT desaparecieron para dar pa-so a programas de entretenimiento.Entre septiembre de 2004 y de 2005se registró una reducción de poco másde 10 horas en este tipo de programasinformativos y de opinión”, señala elinforme del Ipys. Es claro que el Go-bierno venezolano dispone de más he-rramientas legales y administrativas pa-ra enfrentar a los medios que le seanhostiles. Las leyes existen y están ahípara usarlas. �

�—Seis canales de televisión: Vene-zolana de Televisión, TV AN (el canaldel Parlamento), Vive Tv, Telesur (ca-nal internacional), Canal Metropoli-tano (antes privado y recientementeadquirido por Telesur, que ahora em-plea su señal abierta) y Ávila TV (dela Alcaldía Metropolitana de Caracas).

�—Dos cadenas de radio: Radio Na-cional de Venezuela (con tres emiso-ras) y Circuito Nacional (con cuatroemisoras).

�—Una agencia de noticias.�—Una red de portales y páginas

web oficiales.�—CVG-Telecom: empresa de tele-

comunicaciones creada por las esta-tales Corporación Venezolana de Gua-yana-CVG y Electrificación del Caro-ní (Edelca).

�—28 cadenas de televisión y 167emisoras de radio comunitarias (se-gún cifras oficiales de las que han si-do habilitadas hasta diciembre de2006, pero se sabe que hay muchasmás que sin haber sido habilitadasestán en pleno funcionamiento) y 72periódicos comunitarios (según datosde 2005 publicados en la página webdel Parlamento), en su mayoría arti-culados directa o indirectamente conel proyecto político gubernamental.

TRIBUNALESTEODORO GONZÁLEZ BALLESTEROS

La relación causa-efecto en la información

100—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

L a causa legitimadora del dere-cho a emitir información, queviene a justificar social y legal-mente la labor de los profesio-

nales de la comunicación informati-va, no es otra que hacer efectivo el de-recho fundamental de los ciudada-nos a recibir información, con la fi-nalidad tácita de que éstos puedanejercen, libre y conscientemente, elderecho de participación en la vidapública. Derecho que en un sistemade convivencia democrático tiene sumáxima expresión en la elección delos gobernantes. Como acertadamen-te dice la STC de 16 de marzo de 1981,“los derechos y libertades que la Cons-titución reconoce y protege en su art.20.1, garantizan el mantenimiento deuna comunicación pública libre, sinla cual quedarían vaciados de conte-nido real otros derechos consagradosen el textos constitucional, reducidasa formas hueras las instituciones re-presentativas y absolutamente falsea-do el principio de legitimidad demo-crática que es la base de toda nuestraordenación jurídico-política”.

Puede colegirse, por tanto, que laslibertades de la comunicación, y enconcreto de la de información, coad-yuvan junto a otras fuentes, cultura-les o no, a la formación de la opiniónpública, y del ciudadano que miem-bro de una comunidad participa, odeja de hacerlo intencionadamente,en la vida pública. Esta conjetura noslleva a preguntarnos si determinadoscomportamientos o actitudes del su-jeto receptor son consecuencia, o no,de la información que recibe. Y, enconcreto, si esa información puedeser indiciaria, precursora o incitado-ra de un mal posterior. En otros tér-minos, si cabe interpretar la relacióncausa-efecto en la información. Al res-pecto vamos a examinar la STC 105/83, cuya doctrina no ha sido explíci-tamente modificada.

La sentencia denegó el amparo so-licitado por un periodista condenadopor la Audiencia Nacional, de acuer-do con la Ley Penal vigente, como au-tor de un delito de imprudencia te-meraria profesional con resultado dedos asesinatos y graves daños a un

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—101

grupo de personas y familias, a la pe-na de siete años de prisión mayor. Alefecto el Tribunal no apreció la exis-tencia del dolo, sino la de culpa. Nohubo intención de causar mal, aun-que como el mal se origino existe cul-pabilidad. Los hechos probados man-tienen que el periodista público dosreportajes-entrevistas la última sema-na de año 1979 y la primera de 1980en la revista I, bajo el título comúnConfesiones de un infiltrado, y subtitula-dos el primero de ellos ‘Cómo actúanlos ultras vascos’ y el segundo ‘Quisi-mos atentar contra Monzón’. En am-bos reportajes se identificaba a unaserie de personas acerca de las cualesse aportaba, además de sus fotogra-fías, datos sobre sus costumbres, mo-vimientos, lugares que visitaba, etc.,citándolas con frases tales como “fa-nático y peligroso ultraderechista”…“confidente asiduo de la Policía y laGuardia Civil”…”organizador de co-mandos incontrolados” etc. Días des-pués, el 5 de enero de 1980, “perso-nas no identificadas, pero pertene-cientes al grupo organizado y arma-do ‘Eta’”, se presentaron en el lugardonde se encontraba una de las per-sonas que aparecían en el reportaje,y una de ellas “situándose a su espal-da le disparó el arma cuatro veces, pro-duciéndole la muerte inmediata”. Asi-mismo, “personas no identificadas,pero pertenecientes a ‘Eta’” el 23 deenero, entraron en el local donde seencontraba otra de las personas cita-das, e intimándole le obligaron a

acompañarles a un automóvil esta-cionado en la calle, en el que fue tras-lado a un descampado donde le dis-pararon varios tiros que le ocasiona-ron la muerte instantánea.

El defensor del periodista, a la ho-ra de invocar el amparo lo hace, en-tre otras causas, por violación del art.20.1.a) de la CE, considerando que seha conculcado su “derecho a trans-mitir información veraz, a la que tie-ne derecho el público, habiendo de-sempeñado el informador su profe-sión conforme a Derecho y atenién-dose a la lex artis de la actividad pe-riodística”. De forma concreta se ar-gumenta la falta de nexo causal en-tre su actividad y el resultado que sele atribuye, que no era objetivamen-te previsible, lo que implica, demásuna vulneración de la presunción deinocencia, ya que la prueba en que sebasó la condena se ha reducido a sim-ple especulación acerca de una merasucesión temporal de hechos que lostribunales transformaron en presun-ción contraria al condenado y a su ino-cencia. Impugna, por tanto, que laAudiencia Nacional admitiese una re-lación causal entre el actuar del pro-cesado y el resultado producido sinque exista base probatoria para ello,puesto que la declaración de respon-sabilidad exige en estos casos de res-ponsabilidad de carácter culposo, co-mo uno de sus elementos esenciales,la relación o nexo causal entre el he-cho que se estima productor del da-ño y éste, es decir, que haya una re-

102—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Tribunales

lación de causa-efecto entre uno yotro, y que no basta que exista tal ne-xo, sino que es preciso además laprueba del mismo.

El Constitucional considera en susfundamentos jurídicos que “la deter-minación del nexo causal ha de ins-pirarse en la valoración de las circuns-tancias y condiciones que el buen sen-tido señale al examinar cada caso co-mo índice de responsabilidad dentrodel innúmero y multiforme encade-namiento de causas y efectos”, sien-do admisible que una cierta situaciónde hecho corresponda, según la ex-periencia, a un curso causal típico ydeterminado, pudiéndose considerarque la causa fijada ha producido cier-to resultado y que la alegación pue-de tenerse por probada, concepto quecorresponde a la apreciación de laprueba por el juzgador.

Sobre la inexistencia de relaciónde causalidad, acepta el TC la impu-tación de la Audiencia que se argu-menta en que el recurrente, sin tenerconocimiento acerca de la veracidado no de las gravísimas imputacionesdelictivas que se contenían en la pu-blicación contra personas concretasy determinadas, consciente de que detal modo se creaba un gran riesgocontra la integridad de las mismas eindiferente a los males que pudieransufrir, e incluso acompañando foto-grafías de esas mismas personas, ac-tuó en tal sentido, “viéndose obliga-das la mayor parte de ellas a abando-nar inmediatamente el territorio vas-

co en compañía de sus familiares… lle-gando una de ellas –luego asesinada–a enviar una patética carta a la direc-ción de la revista en que los artículosfueron publicados, a la vez que des-mentía la veracidad de las imputacio-nes que se le hacían, lo que reflejabael estado angustioso de temor a su-frir represalias, precisamente a con-secuencia de la propia publicación,destacando también los juzgadoresque a los pocos días de la misma seprodujeron los dos asesinatos, conse-cuencias letales que eran perfecta-mente previsibles, habida cuenta dela realidad social públicamente cono-cida de aquel lugar, de todo lo cualse infiere una base probatoria real”.Se sienta así la conclusión de que exis-te relación de causalidad entre unadeterminada conducta y un resulta-do típico, cuando, aplicando las nor-mas de experiencia o de las ideas yconvicciones aceptadas por la gene-ralidad de las gentes, procede enten-der que el agente, al tiempo de actuar,pudo y debió prever o conjeturar quecon la misma ponía en riesgo o peli-gro un bien jurídicamente protegido,cuando, posteriormente, “el peligropotencial se haya convertido en rea-lidad”.

En cuando a la violación de los de-rechos del art. 20. 1.d) el Constitucio-nal interpreta que en el mismo se re-coge un derecho fundamental diver-so del que consiste en expresar y di-fundir pensamientos, ideas y opinio-nes en aras de un interés colectivo en

el conocimiento de hechos que pue-dan encerrar trascendencia pública yque sean necesarios para la real par-ticipación de los ciudadanos en la vi-da colectiva, tratándose de un “dere-cho doble” que se concreta en comu-nicar la información y recibirla demanera libre en la medida en que lainformación sea veraz. “El objeto deeste derecho”, señala el TC, “es porconsiguiente el conjunto de hechosque puedan considerarse como noti-ciables o noticiosos para la participa-ción ciudadana y de él es sujeto pri-mero la colectividad y cada uno desus miembros, cuyo interés es el so-porte final de este derecho, del quees asimismo sujeto, órgano o instru-mento el profesional del periodismo,puesto que a él concierne la búsque-da de la información y su posteriortransmisión”. Entiende el máximo in-térprete de la Constitución que no haexistido violación del art. 20 puestoque al periodista no se le impidió suderecho a comunicar información,incidiendo en que tal derecho, comoderecho de libertad, se concreta y sa-tisface en un comportamiento de sutitular consistente en la realizaciónde aquellos actos en que el propio de-recho consiste, y que la lesión direc-ta se produce en todos aquellos actosen que tal comportamiento –los ac-tos de comunicación y de difusión–se ven impedidos por vía de hecho opor una orden o consignación que su-ponga un impedimento para que lainformación sea realizada. Siendo así

República,periodismo yliteraturaJavier Gutiérrez Palacios,992 páginas, 48 euros.

Cinco años de la historia de

España (1931-1936) a través de

los artículos de 68 autores.

Entre ellos, Azorín, Baroja,

Camba, Unamuno, D’Ors, Pérez

de Ayala, Alberti o Cernuda.

DE VENTA EN LA A.P.M.

104—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Tribunales

que el periodista no impugna unaobstaculización de su derecho en for-ma directa, sino la limitación que almismo marcan las consecuencias ul-teriores que los tribunales han extraí-do de su ejercicio.

Posteriormente, el TC, siguiendosu primitiva interpretación, ha con-siderado que el citado art. 20, ademásde consagrar el derecho a la libertadde expresión y a comunicar o recibirlibremente información veraz, garan-tiza un interés constitucional: la for-mación y existencia de una opiniónpública libre, garantía que reviste unaespecial trascendencia, ya que, al seruna condición previa y necesaria pa-ra el ejercicio de otros derechos inhe-rentes al funcionamiento de un siste-ma democrático, se convierte, a suvez, en uno de los pilares de una so-ciedad libre y democrática. Para queel ciudadano pueda formar libremen-te sus opiniones y participar de mo-do responsable en los asuntos públi-cos, ha de ser también informado am-pliamente de modo que pueda pon-derar opiniones diversas e inclusocontrapuestas. En este sentido la doc-trina legal ha puesto reiteradamentede manifiesto que el derecho a la in-formación no sólo protege un interésindividual, sino que entraña el reco-nocimiento y la garantía de una ins-titución política fundamental, que esla opinión pública, indisolublemen-te ligada con el pluralismo político.En lo que se refiere a informacionessobre terrorismo, no cabe duda de

que la erradicación de la violencia te-rrorista encierra un interés político ysocial de la máxima importancia, pe-ro no autoriza, sin embargo, a alte-rar la esencia de un Estado democrá-tico imponiendo límites a su difusión,ya que, para su existencia y desarro-llo, presupone el sometimiento de lascuestiones relevantes para la vida co-lectiva a la crítica o aprobación deuna opinión pública libremente cons-tituida. En este sentido cabe afirmarque la lucha antiterrorista y la liber-tad de información no responden aintereses contrapuestos, sino comple-mentarios, orientados al asegura-miento del Estado de derecho. La li-bertad de información juega un pa-pel esencial como garantía institucio-nal del principio democrático que ins-pira nuestra Constitución, el cual pre-supone el derecho de los ciudadanosa contar con una amplia y adecuadainformación respecto a los hechosque les permita formar sus conviccio-nes y participar en la discusión rela-tiva a los asuntos públicos (STC.159/86).

Esta interpretación del TC no hamodificado, a falta de otros pronun-ciamientos que le obligaran a plan-tearse la cuestión, si la responsabili-dad social y jurídica del periodista es-tá en directa relación con los efectosque la información origine en los re-ceptores. Ni tampoco ha resuelto demanera determinante y precisa el as-pecto probatorio. Es decir, la relacióncausa-efecto en la información. �

BUENA PRENSAJOSU MEZO

Abre los ojos

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—105

Amenudo nuestros medios decomunicación me traen a lamemoria la frase que en lapelícula Sopa de ganso pro-

nunciaba el personaje de Chico Marx(aunque vestido como si fuera Grou-cho): “¿A quién va usted a creer, a mío a sus propios ojos?” Y es que condemasiada frecuencia los medioscreen lo que les dicen sus fuentes, ydesprecian lo que les dice (o deberíadecir) su sentido común e incluso li-teralmente sus propios ojos. Tenemos asíque una virtud y un deber periodís-tico (deben publicarse sólo afirmacio-nes contrastadas y basadas en fuen-tes fiables, a poder ser múltiples) de-genera en ocasiones en una indebidasumisión a las fuentes (pueden publi-carse todas las afirmaciones que pro-vengan de fuentes presuntamente fia-bles), renunciando el periodista a supropia responsabilidad y a su capaci-dad de juicio crítico para contrastar lainformación aportada por las fuen-

tes con la lógica, o con lo que él mis-mo puede observar directamente.

En el caso más extremo nos en-contraríamos periodistas que se cree-rían exonerados de cualquier error,por absurdo que fuese, por el hechode que éste viniera avalado por lasfuentes. En cierta ocasión un periodis-ta que había incurrido un error debulto al interpretar una estadística,se defendía argumentando que él ha-bía preguntado sobre esas estadísti-cas (en su errónea lectura) a variaspersonas a las que había entrevista-do mientras preparaba el reportaje yninguna le había sacado de su error.El mensaje implícito era que él habíacumplido con su obligación mencio-nando a los entrevistados la estadís-tica y eran ellos los que no habían cum-plido, por no darse cuenta ni adver-tirle de su confusión.

Desde que recopilo errores perio-dísticos he encontrado diversas va-riantes de este vicio de dar a las fuen-

Josu Mezo es profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y editor de Malaprensa.com([email protected]).

106—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Buena prensa

tes más crédito del que merecen y sus-pender la propia capacidad de análi-sis crítico. Aquí voy a presentar algu-nos ejemplos, y algunas ideas (másbien obvias, por otra parte), sobre có-mo huir de ellos. El primer modelose referiría a las noticias que incum-plen lo que debería ser en mi opiniónuna norma básica del periodismo: sino lo entiendes, no lo pu-bliques. Y no estoy ha-blando aquí del pobre pe-riodista generalista quese vea obligado a publi-car una noticia de ciencia,y consciente de su igno-rancia trate de repetir lomás fielmente posible loque digan las agencias pa-ra no decir disparates. Odel que tiene que escribirde economía, o de otrasección especializada, sinconocer la jerga específi-ca o los conceptos bási-cos. Me refiero más biena situaciones en las queuna noticia sobre un te-ma genérico, que en prin-cipio no es especialmen-te complejo, está tan malexplicada que es incom-prensible… y sin embar-go se difunde.

En el caso español, parece que laDirección General de Tráfico es espe-cialmente habilidosa para generar in-formación oscura que acaba siendomuy mal entendida por los medios,

lo que nos les impide publicarla. Ha-ce ya algún tiempo se lanzó un glo-bo sonda sobre la posibilidad de pro-hibir a los conductores más novelesconducir por las noches, porque te-nían muchos accidentes en las horasnocturnas. La explicación que publi-caron muchos medios, al menos enlas primeras versiones de la noticia,

era simplemente incom-prensible (“el 18% de losaccidentes nocturnos convíctimas mortales se pro-ducen con conductoresnoveles al volante, una ci-fra que disminuye en seispuntos respecto a los si-niestros en los que inter-vienen conductores másexpertos”).

Más recientementefue el propio presidentedel Gobierno el que dioconfusísimas noticias enlas que, por lo que he po-dido colegir, mezclaba in-formación sobre dos pro-yectos relacionados, perodistintos, de la DGT. Porun lado, se quiere estable-cer en León en breve pla-zo un sistema centraliza-do, informatizado y auto-

mático de recoger y procesar todaslas infracciones detectadas por los ra-dares y transformarlas en multas efec-tivas; y por otro lado, a mucho máslargo plazo, se piensa en desarrollarnuevos procedimientos de medición

Norma básica del periodismo: si no loentiendes, no lo publiques.

de la velocidad, y de control del cum-plimiento de la distancia de seguri-dad, y otras reglas del tráfico. El pre-sidente mezcló ambas cosas y dijo que“en un plazo de ocho meses, la másavanzada tecnología vigilará el cum-plimiento de la normativa de tráficoy aquellos que cometan una infrac-ción tendrán una denuncia automá-tica que quedará registrada en el másavanzado sistema informático”. Lite-ralmente interpretado, esto significa-ría que en ocho meses estaría ya enmarcha y funcionando una tecnolo-gía de la que no habíamos oído ha-blar hasta ahora, sobre la que tampo-co había habido ninguna discusiónni decisión legislativa, y que aparen-temente conseguiría detectar todaslas infracciones. Estaba claro que al-go fallaba, pero aún así, las declara-ciones fueron recogidas por muchosmedios radiofónicos y en Internet, re-quiriendo una posterior nota aclara-toria de la DGT. El caso plantea pre-guntas interesantes. ¿Se debe difun-dir cualquier cosa que diga el presi-dente del Gobierno, aunque no se en-tienda o parezca inverosímil? ¿Inclu-so cuando trata de un tema secunda-rio y decididamente no urgente? Miopinión es, claro, que no. Pero supon-go que esto es mucho pedir en un am-biente en el que el periodismo de de-claraciones ocupa tantísimo espacio.

Como apuntaba al comienzo deeste artículo, otra regla de oro del pe-riodismo debería ser que si las fuen-tes contradicen lo que tú puedes ver,

El humor gráfico en EspañaLuis Conde Martín,576 páginas, 45 euros.

Una antología del humor

gráfico español de los últimos

dos siglos y medio.

DE VENTA EN LA A.P.M.

108—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Buena prensa

debes fiarte más bien de tus propiosojos. A veces da la impresión de quelos medios olvidan que la importan-cia que se da tradicionalmente a lasfuentes parte de la suposición de queel periodista no ha sido testigo direc-to de lo que está contando. Cuandouno ha contemplado en persona loque narra, no necesita recurrir a lasfuentes. Le basta con con-tar lo que ha visto o estáviendo, sabiendo siem-pre, claro, que lo visto di-rectamente puede ser só-lo un retrato parcial deuna realidad compleja omás amplia, y que hayque tener cuidado extre-mo con los sesgos cons-cientes o inconscientesen la selección de la par-te de la realidad que unoha decidido contemplar ocon la que se ha topado.

Un ejemplo de renun-cia a confiar en los propiosojos particularmente lla-mativo, por lo obvio, y porlo unánime, se produjotras el fallecimiento delpapa Juan Pablo II. Comorecordarán, unos días des-pués de su muerte, se ins-taló una capilla ardiente en la Basíli-ca de San Pedro, y una gran multitudhizo cola para poder desfilar ante elféretro y rendir un último homenajeal pontífice. La capilla se abrió con-cretamente el lunes 4 de abril, a las

ocho de la tarde, y el miércoles 6 deabril casi todos los medios españoles(todos los periódicos importantes, lastelevisiones, las radios) comenzarona decir que entre el lunes y el martes(en 27 horas, pues durante la nochela capilla se cerró durante una hora)habían desfilado ya más de un millónde personas. Nadie precisó la fuente

de esta información quese atribuyó genéricamen-te a fuentes vaticanas, loque contrasta con el he-cho de que la página webde la propia Radio Vatica-na dijera, a última horade la tarde del martes,que habían desfilado“cientos de miles” de per-sonas1.

Ahora bien, la televi-sión vaticana estabatransmitiendo constante-mente por televisión, e in-cluso a través de su pági-na web, las imágenes dela capilla ardiente, en lasque se podía visualizarperfectamente, en tomasfijas bastante largas, a to-das las personas que pa-saban junto al féretro delPapa. Por lo tanto, todos

los medios de comunicación (y cual-quier internauta desde su casa) po-dían fácilmente hacer su propia esti-mación de cuantas personas desfila-ban cada hora (bastaba con contar laspersonas que pasaban durante unas

En ocasiones,lo que contradicea las fuentes noson los propiosojos, sino lalógica y elsentido común.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—109

cuantas tomas, que solían ser de en-tre 15 y 30 segundos, calcular el nú-mero medio de personas por minu-to, y luego multiplicar por sesenta).

Mi propia estimación fue que des-filaban como máximo unas 12.000personas a la hora, lo que hubierapermitido pasar, en 27 horas, a unas320.000 personas. Por lo que yo he po-dido averiguar, ningún medio hizotal cálculo. En lugar de fiarse de suspropios ojos prefirieron repetir la ci-fra mágica del millón de personas, dela que ni siquiera había una fuenteespecificada. Más bien parece que hu-bo un efecto rebaño por el que algu-nos medios empezaron a citar la ci-fra redonda y abultada, y los demásles siguieron.

Lógica y sentido comúnEn otras ocasiones lo que contradicea las fuentes no son los propios ojos,sino la lógica y el sentido común. Uncaso trivial, pero divertido, fue el dela travesía entre Jávea e Ibiza que rea-lizó el nadador David Meca. Se anun-ció que tardaría 26 horas (finalmen-te fueron sólo 22,5), pero también al-guien dijo que daría un millón de bra-zadas, y muchos medios lo reprodu-jeron sin darse cuenta de que esto im-plicaba dar casi once brazadas por se-gundo. Un clásico de este tipo son lasnoticias sobre acciones policiales con-tra la delincuencia organizada, el con-trabando de drogas, la piratería, o lacorrupción. Demasiado a menudo las

fuentes (casi nunca con nombres yapellidos) facilitan a los medios cifrasabultadísimas, contradictorias o fácil-mente refutables, que estos reprodu-cen sin cautela ninguna. Por ejemplo,cuando hace un año estalló finalmen-te el larvado escándalo de Marbella,todos los medios reprodujeron sin so-meter a juicio crítico la estimaciónpolicial de que el famoso señor Rocapodría tener una fortuna personal de2.400 millones de euros, lo que le co-locaría entre las 10 mayores fortunasde España, por encima incluso de lospresidentes de algunas de las grandescompañías constructoras del país.

Al informar de capturas de alijosde droga se han publicado a veces ci-fras incongruentes sobre el númerode dosis o de valor de la droga en elmercado, con resultados absurdos, co-mo que el precio de una dosis de co-caína fuera de menos de un euro. Enla misma línea, en la información so-bre una operación contra los discosy DVD piratas, en noviembre de 2004,aparte de sobreestimar su capacidadde producción (basándose en que to-dos sus reproductores estuvieran fun-cionando las 24 horas del día), se de-cía que 1,1 millones de discos causa-ban a los propietarios de los derechosde autor 17 millones de euros de pér-didas. Se trata de una estimación dis-paratada basada en dos falsedades. Laprimera, que en ausencia de copiaspiratas sus compradores hubieran ad-quirido el mismo número de discos,pero a un precio mucho mayor (cuan-

110—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Buena prensa

do lo más probable, en todo caso, esque hubieran gastado la misma can-tidad de dinero, pero en muchos me-nos discos). La segunda, que los ingre-sos de los derechos de autor habríansido unos 15,5 euros por cada disco,lo cual es evidentemente falso, tenien-do en cuenta el precio medio de losdiscos legales, y la parte de ese pre-cio que corresponde a losimpuestos, a las tiendasde discos, y a intermedia-rios. No era necesaria lacalculadora para darsecuenta de la evidente exa-geración. Pero ni un solomedio importante pusoen duda las cifras policia-les.

Aún peor, en la mismarueda de prensa el minis-tro del Interior dijo que“un kilo de discos piratassale a los traficantes cin-co veces más rentable queun kilo de hachís”. Cálcu-los elementales permitenver la magnitud de la ton-tería (un kilo de CDs con-tiene unos 80 discos, quea precios de top-mantapueden generar unos250-300 euros de ingre-sos; el precio en la calle de un gramode hachís, según los propios informesde la policía para estimar el valor delas incautaciones sería de unos 4,5euros/gramo, lo que da unos ingresosde 4.500 euros/ kilo). Y sin embargo

todos los medios reprodujeron elerror del ministro, sin comentarios,anotaciones ni enmiendas.

La ‘guerra de cifras’Pero quizá el caso más ominoso enlos últimos años de renuncia de losmedios y los periodistas a contrastar

con sus propios ojos lo quedicen las fuentes es el dela famosa y criticada gue-rra de cifras que se produ-ce en torno a las grandesmanifestaciones. No esun problema únicamen-te español. Ya en los sesen-ta en Estados Unidos fue-ron muy sonoras las dis-crepancias sobre el nú-mero de asistentes a lasgrandes concentracionescontra la guerra de Viet-nam, y el número míticode un millón de asisten-tes ha sido utilizado a me-nudo como referencia uobjetivo por distintos gru-pos que han convocadomanifestaciones en el Na-tional Mall de Washing-ton, el parque donde Mar-tin Luther King dio su

más famoso discurso (I have a dream),sin que casi nunca haya acuerdo so-bre si esa cifra espectacular se ha ob-tenido o no. También en diversos paí-ses europeos es común que haya dis-crepancias entre organizadores y au-

El caso másominoso derenuncia acontrastar lo quedicen las fuenteses el de la guerrade cifras que seproduce en tornoa las grandesmanifestaciones.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—111

toridades a la hora de estimar la asis-tencia a las manifestaciones. Las últi-mas más sonadas fueron en febrerode 2003, en torno a las protestas con-tra la guerra de Iraq. En Londres lapolicía estimó que se habían manifes-tado 750.000 personas, mientras losorganizadores hablaban de dos millo-nes. En Roma las cifras respectivaseran 650.000 y tres millones.

En España por supuesto, el emble-mático millón fue usado por el régi-men de Franco para referirse a las ma-nifestaciones de adhesión inquebran-table que ocasionalmente convocabaen la Plaza de Oriente (que mide unas25 veces menos que el Mall de Was-hington, y donde apenas cabrían,muy apiñadas, unas 150.000 perso-nas). No había en ese momento, porsupuesto, prensa libre que pudieraponer en cuestión las cuentas, perolo importante es que la cifra del mi-llón de personas quedó también aquíinstalada como umbral esperable deuna manifestación masiva. Y así,cuando en la Diada de 1977 se cele-bró en Barcelona una gran manifes-tación en defensa de la autonomíapara Cataluña, se habló, claro, de unmillón de personas2. Y tras el 23-F sedijo que en Madrid se podría habermanifestado un millón y medio depersonas3.

Al tratarse de convocatorias (máso menos) unitarias, y de gran trascen-dencia simbólica, los medios de co-municación no hicieron ningún es-fuerzo por cuestionar la realidad de

esas cifras tan hinchadas, mantenien-do así vivo el mito franquista de lasmanifestaciones millonarias. Mien-tras tanto, en los años setenta y ochen-ta en el País Vasco se producían ma-nifestaciones casi semanales, y sólo oca-sionalmente unitarias, por lo que losmedios de comunicación sí intenta-ron en un principio informar sobreel número aproximado de personasque respondían a cada convocatoria.Pero las discrepancias entre las diver-sas fuentes se hicieron tan cotidianasque al final los medios desistieron dedar una cifra siquiera aproximativa,y pasaron a hablar, simplemente, de“miles” o “decenas de miles” de ma-nifestantes, según la manifestaciónfuera pequeña o más bien grande.

También en Madrid, ya en los añosochenta, hubo alguna manifestaciónanti-gubernamental en la que se pro-dujo la famosa guerra de cifras. Porejemplo, en 1984 una manifestacióncontra la LODE reunió a 250.000 per-sonas según el Gobierno Civil, y1.200.000 según los organizadores. Pe-ro en líneas generales no hubo gran-des manifestaciones contra el Gobier-no de Felipe González. Durante losaños noventa, al contrario, volvierona celebrarse en Madrid algunas gran-des manifestaciones unitarias contraETA, en las que de nuevo los cálculosde asistencia fueron hechos con no-table laxitud y no se cuestionaron des-de ningún medio de comunicación im-portante4.

De forma que en realidad el fenó-

112—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Buena prensa

meno de las grandes manifestacionescon posturas opuestas de los dos gran-des partidos nacionales, es un fenó-meno relativamente nuevo, que no seconvierte en familiar hasta la segun-da legislatura de gobierno del Parti-do Popular (cuando las manifestacio-nes del 20-J, el Prestige, y la guerra deIraq, entre otras). Es entonces cuandolos medios de comunica-ción españoles tuvieronque enfrentarse más seria-mente al problema de lafamosa guerra de cifras, yaque efectivamente las es-timaciones de asistenciade los organizadores y delas autoridades empeza-ron a ser alarmantemen-te dispares (ver tabla en lapágina siguiente).

Como puede verse enla tabla, desde 2002 sehan celebrado al menos14 grandes manifestacio-nes en las que los organi-zadores o institucionesafines han proclamadoque han asistido entre 3y 25 veces más manifes-tantes que los reconoci-dos por la Delegación delGobierno (Policía Nacio-nal), con una media de 11 veces más.En términos absolutos, la discrepan-cia ha oscilado entre 285.000 y1.860.000 manifestantes. La media esde 1.070.000 manifestantes ‘perdidos’por las fuentes oficiales y sin embar-

go encontrados y contados por los afi-nes.

¿Y cuál ha sido la reacción de losmedios de comunicación ante esta gue-rra de cifras? Por supuesto, muchos deellos la han comentado en tono más omenos cínico, humorístico o desespe-ranzado. Pero lo curioso es que, con al-guna honrosa excepción, ninguno pa-

rece haberse planteadocuál es su propia respon-sabilidad ante la cuestión.Como si estuvieran indefen-sos ante las fuentes, y sutarea se limitara a repro-ducir lo que dicen unos yotros, sin poder elaborarsu propio juicio sobre elasunto: ‘Señores lectores/espectadores/ oyentes,unos dicen que ayer hubo150.000 manifestantes yotros que 1,5 millones. Yose lo cuento, y allá ustedesse las compongan con es-ta información’.

Parece, una vez más,que olvidan que el perio-dismo no consiste en re-producir lo que digan lasdiversas fuentes, por ab-surdo o disparatado quesea, sino utilizar infor-

mación de múltiples fuentes paraaveriguar la verdad y hacérsela lle-gar al público. Parece que olvidanque pueden mirar a las manifesta-ciones con sus propios ojos. Esta es lacuestión clave: ¿podrían los periodis-

El periodismo noconsiste enreproducir loque digan lasfuentes, sino envalerse de ellaspara averiguar laverdad yhacérsela llegaral público.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—113

tas por sus propios medios llegar auna estimación de cuántas personashay en una manifestación? ¿No seríannecesarios para ello demasiados re-cursos, quizá un enorme desplieguede periodistas in situ? ¿No daría re-sultados siempre discutibles y portanto poco valiosos?

Se trata de dudas razonables, perocomo se verá enseguida, salvables. Pa-ra entender esto debemos revisar bre-vemente cómo se mide la asistencia auna manifestación. Aunque hay otrasposibilidades, el método más comúny aceptado es el de estimar la super-ficie ocupada por la manifestación y

multiplicarla por un número de per-sonas medio por metro cuadrado. Pa-ra lo primero hace falta determinarcuáles son los límites del gentío. Enuna manifestación pequeña o media-na esto es sencillo, ya que los partici-pantes se colocan detrás del punto de-signado para la partida, o se van su-mando a lo largo del recorrido oficial,por lo que basta casi con que una per-sona se coloque en la parte final de lamanifestación y observe hasta dóndellega cuando la manifestación termi-na para poder calcular bastante pre-cisamente la extensión máxima de lamisma. En las macro-manifestaciones

1. Grandes manifestaciones contra el Gobierno con ‘guerra de cifras’, desde 2002

FECHA LUGAR Y MOTIVO ESTIMACIÓN DELEGACIÓN ESTIMACIÓN CONVO- FACTOR DEDEL GOBIERNO CANTES O AFINES* MULTIPLICACIÓN

20 jun. 2002 Madrid, huelga general 20.000 500.000 25

Barcelona, huelga general 20.000 500.000 25

15 feb. 2003 Madrid, no a la guerra 650.000 2 millones 3,1

Barcelona, no a la guerra 350.000 1,5 millones 4,3

23 feb. 2003 Madrid, Prestige 100.000 1,5 millones 15

15 mar. 2003 Madrid, no a la guerra 120.000 1 millón 8,3

5 abr. 2003 Barcelona, contra PHN 15.000 300.000 20

4 jun. 2005 Madrid, contra diálogo con ETA 240.000 850.000 3,5

18 jun. 2005 Madrid, contra matrimonio gay 166.000 1,5 millones 9

12 nov. 2005 Madrid, contra la LOE 407.000 1,5 millones 3,7

25 feb. 2006 Madrid, contra negociación con ETA 111.000 1,7 millones 15,5

25 nov. 2006 Madrid, contra negociación con ETA 130.000 1,3 millones 10

3 feb. 2007 Madrid, contra negociación con ETA 181.000 1,5 millones 8,3

10 mar. 2007 Madrid, contra política antiterrorista 342.000 2,2 millones 6,4

* En las manifestaciones de Madrid, en algunos casos, esa organización es la Comunidad de Madrid.

114—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Buena prensa

esto se complica por dos razones: lagente intenta llegar al recorrido ofi-cial en diferentes puntos, y debido ala asistencia masiva se queda atrapa-da en los alrededores (calles adyacen-tes), por lo que harían falta muchosmás observadores para estimar los lí-mites; además, debido a la larga du-ración, es posible que muchas perso-nas se vayan antes del mo-mento de máxima exten-sión (aunque esto tam-bién puede observarse ytenerse en cuenta al hacerlos cálculos). Una vez de-terminados los límites,calcular la superficie delárea dentro del perímetrotampoco es demasiado di-fícil. Algunos ayunta-mientos publican, preci-samente con este fin, lasuperficie pisable (exclui-do mobiliario urbano, jar-dines, fuentes y otros ele-mentos) para las calles dela ciudad más utilizadasen manifestaciones. Si noes el caso, existen variaspáginas web que permi-ten calcular aproximada-mente la superficie de lascalles de que se trate5.

La estimación de la densidad me-dia de personas por metro cuadradoexigiría también varias personas ob-servando la manifestación in situ a di-ferentes alturas para poder hacer unaestimación global de la manifestación

al completo o por áreas. En definiti-va, dependiendo del tamaño de la ma-nifestación, podrían ser necesarios en-tre dos y cinco periodistas desplaza-dos durante dos a cuatro horas al lu-gar de la manifestación para poderhacer una estimación propia. Pareceun esfuerzo asumible para todos losgrandes medios de comunicación,

que sin embargo sólo unperiódico realiza con cier-ta regularidad6. Esto mis-mo es lo que vienen ha-ciendo desde hace un parde años en el blog El Ma-nifestómetro unos ciudada-nos privados (exactamen-te cinco), que acuden a lasmanifestaciones más im-portantes convocadas enMadrid, toman fotos desus límites externos a lahora de la lectura del co-municado, y calculan asíla asistencia aproximada(o una horquilla razona-ble de valores posibles),dejando en evidencia a lamayoría de los perezososmedios que se abstienende hacer tal cosa (y queparadójicamente, sin em-bargo, en algunos casos

han empezado a citar este blog)7.Por otra parte, existe una alterna-

tiva más cara, pero mucho más pre-cisa, que sería sobrevolar la manifes-tación con un helicóptero y tomar fo-tografías e imágenes de vídeo a todo

Para dilucidar sien unamanifestaciónhabía más bien300.000 personaso más bien 1,5millones no esnecesario ningúngran despliegueinformativoadicional.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—115

lo largo de su recorrido, lo que per-mite estimar con precisión su exten-sión a diferentes horas, incluyendoposibles ‘desbordamientos’ y tam-bién observar de manera bastanteexacta las diferentes densidades endistintos puntos del recorrido (conimágenes de resolución adecuada in-cluso se pueden tomar muestras desecciones representativas y literal-mente contar cuántas personas haypor metro cuadrado)8. De hecho es-te método es utilizado por la policía,que por razones de vigilancia y segu-ridad suele sobrevolar las manifesta-ciones más importantes, y aprovechatambién para tomar imágenes paralas estimaciones oficiales de asisten-cia. No veo razón para que esas mis-mas imágenes no fueran facilitadasa todos los medios de comunicación,pero si por causas que se me escapanla policía se las reserva, el alquiler deun helicóptero no parece un gastoexcesivo, al menos para los grandesmedios televisivos, que los utilizan aveces para cosas más triviales, comograbar imágenes aéreas vistosas depaisajes cubiertos por la nieve en lostemporales. De hecho, en las mani-festaciones importantes en la capitalTelemadrid ya emite imágenes desdeun helicóptero propio. Sólo haría fal-ta grabar (y emitir) vídeos con un ba-rrido meticuloso desde el comienzoal final de la manifestación, en dife-rentes momentos, para poder haceruna estimación muy aproximada tan-to de los límites de la manifestación

como de las densidades en diferen-tes puntos. En un clima entre los me-dios más cooperativo que el actual tam-bién sería posible que el helicópterofuera fletado por un consorcio de to-dos los medios importantes, que com-partieran sus imágenes, o por unaagencia de noticias.

Pero en realidad este desplieguede medios puede no ser ni siquieranecesario. Recordemos que en las gue-rras de cifras que hemos padecido enlos últimos años la duda no se plan-teaba entre 200.000 y 250.000 perso-nas, sino entre 300.000 y un millóny medio, y discrepancias similares (demedia, más de un millón de perso-nas de diferencia). Para dilucidar sien una manifestación había más bien300.000 personas o más bien 1,5 mi-llones no es necesario ningún grandespliegue informativo adicional. Ladiferencia es tan abismal que bastacon la contemplación de las imáge-nes del conjunto de los medios, parapoder estimar una zona aproximadacubierta por la manifestación. Utili-zando las herramientas públicas enInternet antes citadas se puede calcu-lar la superficie aproximada (la des-viación será hacia arriba, al no ex-cluir fuentes, mobiliario urbano…). Yfinalmente si se multiplica esa super-ficie por una densidad de cuatro per-sonas por metro cuadrado (imposiblede mantener en todo el espacio deuna gran manifestación, sólo sueledarse realmente en algunas zonasmuy compactas en el centro del reco-

116—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Buena prensa

rrido) se puede obtener una estima-ción generosa del número máximode manifestantes.

Cualquier persona puede haceresas operaciones muy sencillamentedesde casa, con las imágenes obteni-das de los medios y de hecho cada vezmás lo están haciendo, y publicándo-lo en blogs. Es un procedimiento debrocha gorda. Pero aún así, dadas lasabismales diferencias en las estima-

ciones, suele ser suficiente para teneruna idea razonable de cuál de las dosestimaciones se aproxima más a larealidad9. No hay excusa, por tanto,para cargar el mochuelo de averiguarla verdad (aproximada, claro) a los lec-tores. Desgraciadamente, sin embar-go, nuestros medios siguen la máxi-ma marxista, y prefieren dar crédito alas fuentes antes que a su propia ca-pacidad de observación. �

1.—El texto está aún disponible en su pági-na web: http://www.oecumene.radiovatica-na. org/spa/Articolo.asp?id=327812.—Según la página web Contrastant, la cifrareal estuvo seguramente más cerca de las250.000 personas. http://www.contrastant.net/mani/110977.htm3.—No conozco ningún estudio para el 23-Fequivalente al de Contrastant para la Diada.Pero una estimación rápida de la superficiedel recorrido de la convocatoria me permi-te calcular que serían unos 140.000 metroscuadrados. Si todo su recorrido hubiera es-tado en algún momento completamente lle-no (lo cual probablemente no sucedió), po-dría quizá haber albergado a 600.000 perso-nas. Las crónicas de la época dicen que mu-chas calles adyacentes estaban también aba-rrotadas, así que quizá habría que sumar al-gunos más.4.—En esas marchas, la Delegación del Go-bierno calculó 850.000 asistentes en 1996;millón y medio en 1997 y 1,1 millones en2000.5.—El Ministerio de Agricultura permite ha-cerlo a través del sistema SigPac, que contie-ne fotos aéreas de toda España en las que sepuede calcular la extensión de cualquier‘parcela’ que puede ser una calle o conjun-to de calles. Existen también páginas espe-cíficas por comunidades autónomas. Más in-

formación en http://www.mapa.es/es/sig/pags/sigpac/intro.htm

Por otra parte, existen otros sistemas ba-sados en Google Maps como el Planimeter(http://www.acme.com/planimeter/).6.—Se trata de El País, que desde aproxima-damente 2002 viene calculando la asisten-cia a las grandes manifestaciones celebradasen Madrid.7.—Véase manifestometro.blogspot.com. Los au-tores también comentan ácidamente lemas,fotos, carteles y aspectos de los manifestan-tes, y no disimulan sus filias y fobias. Peroello no les impide ser bastante rigurosos enlos cálculos, y desinflar las cifras hinchadasde manifestaciones de uno y otro signo.8.—Fue el método utilizado por el San Fran-cisco Chronicle para estimar con precisión lacantidad de gente que asistió, en febrero de2003, a la manifestación contra la guerra deIraq en aquella ciudad, calculando que lamultitud fue más bien de 65.000 que de200.000 personas, como decían los promo-tores o incluso la policía de la ciudad. Véa-se http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?file=/c/a/2003/02/21/MN240732.DTL9.—Mi experiencia en los últimos años es queeste método tan aproximativo es suficientepara ver que casi siempre son más realistaslas estimaciones de las autoridades que lasde los convocantes.

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—117

Comunidades, redessociales y fidelización de grupos concretos

Disney pretende poner en marchauna nueva propiedad online llamadaDisney Family, dirigida a las madresde familia que acuden a la red en bus-ca de respuestas a cuestiones sobre laeducación y el cuidado de sus hijos.Por supuesto, el nuevo sitio incorpo-rará blogs y se suma al fenómeno delos contenidos generados por la au-diencia. Se trata de lo que se conocecomo ParentPedia, una recopilaciónde información sobre más de un mi-llar de cuestiones que puede ser am-pliada por los propios usuarios.

Con esta iniciativa, Disney trata deconstruir una comunidad de usua-rios basada en la mezcla exacta decontenidos de elaboración propia conla habilidad de establecer lazos conla audiencia y los contenidos proce-

dentes del exterior. Los responsablesdel proyecto pretenden conseguir queDisney se identifique con una marcaconfiable.

Los padres se han convertido yaen la mayor parte de la audiencia on-line de Disney, que se establece enunos 25 millones de visitas al mes. Lamayoría son mujeres, y madres, y lacompañía estima que sólo las madresblogueras suponen 9 millones de vi-sitantes únicas cada mes.

Además, Disney confía en el sitioFamilyFun.com, que está asociado a unarevista y del que colgarán nuevos pro-yectos dedicados a las familias con hi-jos pequeños.

Nickelodeon, uno de los competi-dores de Disney, también utiliza estetipo de estrategias de fidelización. Lacadena, famosa por su captación deespectadores “desde la cuna”, preten-de también enganchar a los padresde sus fieles seguidores. Entre las es-trategias para fidelizar a estos jóve-nes adultos con hijos y captarlos a to-dos juntos, Nickelodeon ha decidido

TENDENCIASTINO FERNÁNDEZ

118—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Tendencias

aprovechar el fenómeno creciente delas redes sociales en Internet. La ca-dena de televisión pretende cautivara aquellos que un día fueron niños–y clientes– y hoy pueden volver a ser-lo. Hay grandes oportunidades en laprimera generación, y es posible es-tablecer una relación basada en lamarca Nickelodeon.

La idea general es que las redes so-ciales online, representadas por sitioscomo MySpace o Facebook, son elgran polo de atracción de las audien-cias más jóvenes, y es cierto que lasjóvenes generaciones manejan las tec-nologías interactivas, la mensajeríainstantánea, los dispositivos móvileso las redes sociales de una manera quela mayoría de los adultos son incapa-ces. Pero según Ketchum/ USC, creceel número de público adulto que par-ticipa en las redes sociales online, al-go que los diarios deben conocer y so-bre lo que se pueden tomar medidas.

Actualmente, 30 millones de ma-dres en mercados como el estadouni-dense están conectadas a Internet, yun 70% de ellas visitan frecuentemen-te redes sociales como ClubMom o New-Baby.com.

Otras redes de este tipo, pero quegiran alrededor del mundo del depor-te, consiguen captar importantes co-tas de audiencia masculina de entre25 y 54 años. Así, la comunidad Spor-ting News se vanagloria de retener a500.000 de estos usuarios. El públicomayor de 50 años se siente cada vezmás atraído por estos sitios. Incluso

si miramos a MySpace, la más famo-sa entre las redes sociales online, losdatos ofrecidos por ComScore Media-metrix revelan que más de la mitadde sus visitantes supera los 35 años,mientras que sólo un 12% son más jó-venes de 17.

Fuentes: Associated Press, Ketchum/USC y Mediascopio de Expansión.

La credibilidad de los medios tradicionales y la confianza en otrosnuevosEl que fuera conductor de las noticiasde CBS, Dan Rather, una de las últi-mas ‘figuras caídas’ en la crisis de cre-dibilidad que afecta a los medios tra-dicionales, ha declarado recientemen-te que ve Internet como “una herra-mienta grandiosa para la informa-ción, con un potencial ilimitado”.

Esta confianza en las posibilida-des de la red le llega a Rather –queahora trabaja en la red de HDNet, deMark Cuban– después de que la has-ta hace poco estrella de la CBS hicie-ra públicos, en septiembre de 2006,una serie de documentos que mostra-ban que George Bush habría tenidoun comportamiento reprochablecuando formaba parte de la GuardiaNacional. En un reportaje que acusa-ba al presidente de haberse negado asometerse a exámenes físicos obliga-

torios, denunciaba que la influyentefamilia Bush había conseguido mejo-rar los informes de conducta del ac-tual presidente. El trabajo fue emiti-do por el programa 60 Minutes, perolos propios lectores de un blog llama-do Powerlineblog.com detectaron y de-nunciaron casi inmediatamente unaserie de inexactitudes en el trabajo pe-riodístico de Dan Rather. El caso ter-minó con la dimisión del conductorde telediarios, que en un artículo deSouth by Southwest Interactive opinabasobre el estado de la profesión perio-dística en la que “demasiados profe-sionales se han convertido en perrosfalderos en vez de ser perros guardia-nes”.

El número de descontentos con laprensa tradicional ha aumentado dra-máticamente. La confianza del públi-co hacia los medios se debilita cadaaño y las organizaciones periodísti-cas y los medios tradicionales ven có-mo su credibilidad se erosiona desdehace dos décadas. En mercados comoel estadounidense, sólo una de cadasiete personas otorgaba una puntua-ción baja en credibilidad a la prensaen 1985. Hoy esa proporción se da enuno de cada tres. Los periódicos, ade-más, son los más afectados por esa ba-jada dramática en los índices de cre-dibilidad. Hace dos décadas, sólo un16% de los estadounidenses asegura-ban no creer nada o muy poco de loque leían en los diarios. Hoy ese por-centaje alcanza ya el 45%.

El Pew Research Center for the Pe-

Emilia Pardo Bazán,periodista de hoyEdición, estudio y notas, Carlos Dorado;142 páginas.

Textos, hasta la fecha

prácticamente desconocidos,

de una de las primeras mujeres

comprometidas con el oficio

periodístico en un mundo

entonces hostil para dicha

causa.

120—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Tendencias

ople & the Press ha realizado un in-forme que titula, de forma muy reve-ladora, Medios: más voces y menos credi-bilidad, en el que se hace referencia ala caída de audiencia de las fuentestradicionales de información y alcambio de naturaleza de la competi-ción entre los medios: cambia la de-mografía, los estilos de vida, las ten-dencias de negocio y las tecnologías,que transforman la manera en la queel público accede a las noticias. Esta-mos en un nuevo escenario, con nue-vas preferencias y los jóvenes aban-donan los medios tradicionales enbusca de alternativas de informaciónque encuentran en internet o en loslate night de la televisión.

Rather no se excluía del grupo decriticables y se lamentaba de la pér-dida de la confianza del público enlos periodistas. “En multitud de aspec-tos”, aseguraba Rather, “lo que el pe-riodismo necesita es un transplantede columna vertebral”. Además, el ve-terano periodista aseguraba que “elnexo entre los profesionales más in-fluyentes y las personas que están enel Gobierno o que mantienen el po-der corporativo es cada vez más cer-cano, y esa gente poderosa utiliza alos periodistas”.

Dan Rather añade que la consoli-dación del poder de un pequeño nú-mero de compañías periodísticas “hahecho mucho daño a la búsqueda dela verdad en las redacciones. A medi-da que los conglomerados se hacenmás grandes, los objetivos están en-

caminados a satisfacer a los accionis-tas antes que a los ciudadanos”, y ma-nifiesta asimismo una nueva confian-za en el gran potencial de la blogos-fera, aunque muestra también unacierta preocupación sobre el anonima-to en numerosos blogs y sitios. “Resul-ta muy fácil atacar cuando no tienesque dar tu nombre para que luego otrosse quejen de lo que dices”. El ex pe-riodista de CBS no está seguro de có-mo lograr el balance adecuado entreperiodismo profesional y periodismociudadano, pero considera que “elmercado será el que dé solución a es-te problema”.

Fuentes: CNET, South by SouthwestInteractive, Pew Research Center for thePeople & the Press y Mediascopio deExpansión.

Publicidad en Internet…¿cuánta hace falta?

Las organizaciones periodísticas sien-ten cada vez más la presión que im-pone la búsqueda de nuevos modelosde negocio en un nuevo escenario deconsumo y hábitos de la audiencia.En números anteriores se reflejabacómo los anunciantes perciben la po-sibilidad de grandes retornos para susinversiones online. Forrester Researchestima que para 2010 el gasto publi-citario online sólo en Estados Unidosserá de 26.000 millones de dólares. En-tonces, la publicidad online habrá su-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—121

perado a la que prefiere la radio. Y elsiguiente paso será superar a la queva a los periódicos. Y los expertosanuncian que en 2007 veremos me-nos anuncios en televisión, pero unamayor variedad en Internet.

Pero un estudio del Project for Ex-cellence in Journalism, State of theNews Media 2007, señala que “las espe-ranzas de que la publicidad en Inter-net sea equivalente a lo que ahora su-pone en la prensa escrita y la televi-sión no tienen demasiado sentido”.La investigación sugiere que la canti-dad invertida en la publicidad onlinesigue creciendo, y la audiencia siguemigrando hacia los medios online, pe-ro esa publicidad nunca será suficien-te como para compensar las cantida-des conocidas en los medios tradicio-nales.

Fuente: Project for Excellence in Journalism.

¿Quién se prepara mejorpara el nuevo escenariode competencia?

El reciente rediseño de la revista Ti-me (que también ha lanzado un nue-vo concepto de versión online que in-cluye una cobertura de noticias las 24horas, durante los 7 días de la sema-na, y un blog de noticias llamado TheAg, y que ha cambiado de día de pu-blicación de la revista impresa, para

adecuar ésta a la competencia de losnuevos medios y a un escenario deconsumo de la información totalmen-te distinto) es un ejemplo de cómo elsector de revistas trata de atraer a la‘generación Web’ y de competir enun nuevo escenario con otros medios.El editor general, Richard Stengel, ase-guraba recientemente que el cambiode diseño busca que Time sea el ejem-plo de lo que la prensa escrita puedehacer e Internet no es capaz.

Entre otras cosas, Time ha decidi-do enfocarse hacia el análisis y los re-portajes en profundidad para diferen-ciarse todo lo posible de las breakingnews, que quedan ya para Internet.Stengel asegura que “la mayor partede los usuarios que entran en mediosonline no están buscando informaciónen profundidad” y concluye con unanálisis gastronómico de lo que hade ser la estrategia de la prensa escri-ta para los próximos tiempos: “Unarevista es como un bufé. Algunas ve-ces, los lectores tienen ganas de pro-bar un aperitivo; otras llegan conhambre y desean la chuleta más gran-de; e incluso pueden desear sólo unaensalada. Todo eso lo pueden encon-trar en una revista cada semana.

También Jon Meacham, directorde la revista Newsweek, competidorade Time, prepara la publicación parael nuevo escenario de competencia:“Teníamos una mentalidad ancladaen la Guerra Fría, pero ahora mismocompetimos con todo el mundo onli-ne”, asegura Meacham, quien añade

122—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Tendencias

que a los lectores no les importan tan-to las declaraciones de intencionesque las publicaciones podamos hacercomo lo que encuentran cada sema-na en nuestras páginas o lo que vencada día en nuestras versiones online”.

Newsweek no ha adoptado las estra-tegia de Time de cambiar al viernes sudía de salida a los quioscos. Newsweeksigue saliendo los lunes y, según Me-acham, la revista prepara a los lecto-res para la semana que tienen por de-lante. El editor de Newsweek ve a la re-vista en el negocio de contar historias,en el de los reportajes y en el del aná-lisis.

Fuentes: Reuters, Maketwatch, Mediascopiode Expansión, Gawker.

Una nueva medida del éxitoQue las ediciones impresas se concen-tran sobre todo en el análisis de his-torias y dejan las breaking news parala edición online es un hecho, en elmarco de la reinvención necesaria derevistas y periódicos. Arthur O. Sulz-berger, editor de The New York Times,se refería recientemente al procesode dirección eficaz de la transicióndel periódico impreso a Internet, y so-bre esa cuestión aseguraba que el Ti-mes “está inmerso en un viaje que con-cluirá el día que la compañía decidadejar de imprimir el diario. Eso mar-cará el final de la transición. Es un

largo viaje, plagado de obstáculos porel camino”. The New York Times está enla línea de diferenciar los contenidosy añadir más blogs e historias multi-media, del mismo modo que The Was-hington Post, USA Today o The Wall Stre-et Journal. Los recientes rediseños deThe Wall Street Journal y de WSJ.com, yareseñados en artículos anteriores sonuna muestra evidente de este cambio,o transición necesaria.

El reto ahora es vender la idea deque lo que importa más que los da-tos de circulación es un índice de lec-tura pleno en una comunidad, queincluye a los lectores de papel, perotambién a otros lectores, entre los quese cuentan los online.

El debate sobre la inclusión de loslectores de internet en los datos dedifusión no es nuevo. Uno de los pio-neros en este sentido es The Wall Stre-et Journal, que ya en 2003 decidió in-cluir las suscripciones a su versiónelectrónica en la circulación total delperiódico. En realidad, el número deejemplares vendidos por The Wall Stre-et Journal –independientemente deque las ediciones sean en papel o elec-trónicas– está verificado por el AuditBureau of Circulations. Esta institu-ción tuvo que enfrentarse a la cues-tión de permitir a los periódicos lainclusión de los lectores de Interneten los datos de circulación, y ya enjulio de 2002 y julio de 2003 estable-ció como norma el que los suscripto-res online fueran contabilizados en lacirculación del diario, con la condi-

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—123

ción de que éstos tengan acceso a to-do el contenido impreso del diario através de la Web.

En Europa, organismos como elAudit Bureau of Circulations británi-co siempre han sido contrarios a quelas publicaciones electrónicas sean in-cluidas en los datos de circulación delas publicaciones impresas, basándo-se en que la experiencia de los lecto-res online es sustancialmente distintaa la de los lectores offline.

Algunos expertos opinan que lasnormas establecidas por el Audit Bu-reau of Circulations estadounidensepuede ser una respuesta parcial a 30años de decadencia en la circulaciónde los diarios, aunque implica tam-bién algunos problemas: es posibleque los anunciantes no comprendanque las audiencias son diferentes pa-ra los sitios web y los periódicos. Ade-más, existe el peligro de que los dia-rios ofrezcan una promesa de lecto-res superior a la realidad de ejempla-res que distribuyen cada día, y queeso pueda enfadar a los anunciantes

Otros diarios, como The Telegram &Gazette, de Worcester –propiedad dela empresa editora de The New York Ti-mes–, utilizan las suscripciones onlinepara financiar los costes de los sitiosde noticias. The Telegram & Gazette pre-senta sus resultados de circulaciónincluyendo sus clientes de Internet.Tiene 2.300 suscriptores de su versiónelectrónica, y éste número se incre-menta en un 5% cada mes. El Telegram& Gazette, con una circulación de pa-

go diaria superior a los 102.000 ejem-plares, ofrece a sus lectores una va-riada gama de posibilidades de sus-cripción a su sitio web, incluida unaoferta de acceso diario por 50 centa-vos de dólar.

Transición por el buencamino

En esa batalla por utilizar las armasde Internet (la transición obligada dela que habla Arthur Sulzberger), TheNew York Times ha decidido lanzar CityRoom, un nuevo modelo de informa-ción local para cubrir desde la ver-sión online cinco distritos de la GranManzana, con breaking news, fotos, ele-mentos multimedia y recursos deotros sitios de Nueva York.

Casi coincidiendo con la apariciónde City Room, Julia Wallace, editora delAtlanta Journal Constitution, emitía uncomunicado para todos los redacto-res del diario llamando a la “reorga-nización de la redacción” sobre la ba-se de “reposicionarla para el futuro yproporcionar una renovación conti-nua y una reinvención constante”, te-niendo en cuenta que los lectores tie-nen hoy más fuentes de informaciónque nunca, y por eso es necesariocambiar la manera en la que se ope-ra. Julia Wallace propugna que el fu-turo y sus exigencias obliga a creceren lo digital; que es necesario rein-

124—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007

��� Tendencias

ventar el medio impreso y crear nue-vos contenidos locales diferenciadosque el lector no pueda encontrar enningún sitio, mejorando los sistemasde recogida de información. “La es-tructura actual del AJC es adecuadapara el paso y la demanda de un dia-rio impreso, pero no para la inmedia-tez online ni la evolución de nuevasnecesidades. Se ha acumulado dema-siada burocracia, demasiadas capas,que han hecho que el periódico nosea ágil”.

El proyecto de Wallace pretendeconfigurar una estructura que man-tenga al AJC como el diario impresopredominante y también la principalfuente de información online, y paraello, una de las bases es que la ver-sión online muestre que el AJC es elque mejor conoce Atlanta, ofrecien-do un grado superlativo de noticiase información, y convirtiéndose en elmedio preferido para conectar conlas comunidades locales.

Fuentes: The New York Times, Atlanta JournalConstitution.

Gratuitos, jóvenes y evoluciónLa experiencia de los gratuitos de in-formación que pretenden captar alpúblico joven sigue su evolución. EnChicago, donde Red Streak y Red Eyeiniciaron un movimiento estratégicocomo gratuitos para enganchar a las

jóvenes generaciones a la lectura deperiódicos, es el segundo el que hacompletado su modelo con un sema-nario alternativo dirigido a jóvenesprofesionales urbanos. La distribu-ción será de 100.000 ejemplares,50.000 menos que su hermano dia-rio, y estará disponible en 3.000 pun-tos, a lo que se suman los 1.000 sus-criptores que están dispuestos a pa-gar 1 dólar mensual para recibirloen su casa.

Chicago Tribune Co. lanzó Red Eyepara dirigirlo al público de 18 a 34años que no lee el Chicago Tribune.Mientras los anunciantes acogieron bienel diario para jóvenes, los lectores semostraron remisos a pagar por cadaejemplar. Hay que recordar que aun-que ahora Red Eye y Red Streak cuestan25 centavos, inicialmente se distri-buían de forma gratuita. El reto eraconseguir una audiencia que no estáacostumbrada a pagar por los conte-nidos informativos, en este caso los25 centavos que cuesta el diario. Ade-más, las dos experiencias de Chicago,capitaneadas por el Chicago Tribune(Red Eye) y el Chicago Sun-Times (Red Stre-ak), han servido también para compro-bar que, lejos de servir como reclamopara llevar a los jóvenes a sus herma-nos mayores tradicionales, estos nue-vos diarios empiezan a canibalizar ladifusión de pago.

En Roma, Colosseo pone en la calleuna edición de diario gratuito quedistribuye 85.000 ejemplares dirigi-dos a niños de 6 a 12 años. Con 20

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—ABRIL DE 2007—125

páginas, este gratuito para menorespretende promover la lectura, fomen-tar el ansia del conocimiento y dar-les a conocer distintos aspectos y re-ferencias de la ciudad en la que vi-ven. Colosseo incluye noticias relacio-nadas con la política, la tecnología,la música, la cultura, el ocio y los de-portes contadas de una manera sen-cilla para hacer más participativos alos niños y para educarlos en los nue-vos medios de comunicación, e inclu-ye artículos de Dario Fo, el composi-tor Ennio Morricone, la astrofísicaMargherita Hack o el alcalde de Ro-ma, Walter Veltroni.

Este diario gratuito italiano es he-redero de otras experiencias pioneraspara niños, como la iniciativa deAllen Neuhart, el fundador de USA To-day, que desistió finalmente en su pro-yecto de crear The Paper 4 Kids, un pe-riódico semanal infantil de 36 pági-nas y formato inferior al de un cómictradicional con el que pretendía lle-gar a los 50 millones de norteameri-canos menores de 13 años.

En Francia, el grupo Play Bac Pres-se, publica cuatro periódicos para ni-ños con una circulación combinadade 200.000 ejemplares. Se trata de pe-riódicos diseñados para ser leídos en10 minutos, con gráficos y mucho co-lor. Tratan de implicar al lector jovenen la propia selección de las historias,en la redacción y en los procesos deevaluación y, según su director, se to-man muy en serio a los niños, perono son periódicos serios (por aburri-

dos). Además, la principal diferenciaentre las publicaciones de Play BacPress y otras similares es que las desu grupo son verdaderos diarios pa-ra niños que les informan sobre asun-tos que les interesan, mientras que elresto trata de información de adultosexplicada de una manera que los máspequeños puedan entender.

Mon Quotidien y Le Petit Quotidien–que tiene cuatro páginas– son los demayor éxito, y cuentan cada uno concerca de 65.000 suscriptores. L’Actu, di-rigido a un segmento de edad más avan-zada, tiene 16 páginas y unos 20.000suscriptores, mientras que Quoti, tam-bién de cuatro páginas, supera los30.000 suscriptores. Además, las agen-cias de noticias también se han dadocuenta de que este filón puede serrentable: Associated Press cuenta conun proyecto que permita a sus suscrip-tores crear ediciones individualizadaspara niños o distribuirlas en los cole-gios como parte de las iniciativas ba-jo el nombre de Newspaper in Edu-cation (NIE). Los diarios para niños es-tarían diseñados a medida de cadaperiódico, con publicidad y conteni-dos locales.

Algunos ven en esta iniciativa nosólo una manera eficaz de crear unhábito de lectura de diarios entre losmás pequeños, sino también una ines-timable ayuda para incrementar losingresos por suscripción en los hoga-res, ya que fidelizar a los hijos supo-ne convencer a sus padres de que seconviertan en suscriptores. �