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Productividad y Competitividad Mientras el país se sacude producto de las nuevas turbulencias que generan la ola de alianzas estratégicas, fusiones y ventas en sectores como el de aviación, tabaco, bebidas, y más recientemente en los de energía y telecomunicaciones, de las cuales se desprenden afirmaciones cargadas de entusiasmo con respectos al carácter atractivo que representa la economía colombiana para los grandes inversionistas, dispuestos a ampliar su participación en nuestro mercado; surgen planteamientos en su contra, como aquel derivado de la ausencia de una estrategia clara de internacionalización y globalización de la economía y los negocios, que le imprimen un carácter relativo a las bondades de estos cambios; tal como se infiere de la posición obtenida en el último Informe Global de Competitividad, realizado para el 2004, en donde el país alcanzó el puesto 63 entre 102 países evaluados. Allí, no obstante destacarse los avances en materia de seguridad y algunos de los logros obtenidos en materia macroeconómica, son cuestionables los resultados acerca del fortalecimiento institucional (corrupción), desarrollo tecnológico, infraestructura productiva, índice de calidad vida, aplicación de la justicia y defensa a los derechos humanos, todos ellos asociados a estrategias de mejoramiento de la economía que la hagan sostenible en el mediano y largo plazo. De los tres componentes que integran el Índice de Crecimiento de Competitividad se concluye una capacidad competitiva inferior a México, El Salvador, Trinidad y Tobago, Uruguay, Costa Rica, Brasil y Perú. En particular en el subíndice “contexto macroeconómico” se alcanzó el puesto 66, muy por encima de economías como Finlandia, primera en el ranking mundial, quien obtuvo la posición 2, Estados Unidos, segunda en el ranking, con la posición 14, y por encima de economías latinoamericanas como Chile (35) y México (54); en el “componente institucional”, con un valor de 60, el país fue superado por Finlandia (2), Estados Unidos (17), Chile (19), México (50), Brasil (53) y Perú (54); entre tanto, en el “componente tecnológico” la posición alcanzada fue la 60, mientras Finlandia (2), Estados Unidos (1), Chile (31), Brasil (35), México (43). Lo que expresa el relativo atraso que experimenta el país, no solo con respecto a los mejores sino también con economías homologas como las latinoamericanas. En este sentido, y ante la euforia del momento, producto de la presencia de nuevos inversionistas extranjeros, es oportuno recordar que el Informe Global de Competitividad se constituye en una contribución para ampliar nuestra comprensión de la realidad del país y de los retos clave asociados al crecimiento económico y la prosperidad. A través de su función de remarcar las fortalezas y debilidades de una economía, busca que los responsables políticos y los líderes de empresas encaucen sus

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Productividad y Competitividad

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Productividad y Competitividad

Mientras el país se sacude producto de las nuevas turbulencias que generan la ola de alianzas estratégicas, fusiones y ventas en sectores como el de aviación, tabaco, bebidas, y más recientemente en los de energía y telecomunicaciones, de las cuales se desprenden afirmaciones cargadas de entusiasmo con respectos al carácter atractivo que representa la economía colombiana para los grandes inversionistas, dispuestos a ampliar su participación en nuestro mercado; surgen planteamientos en su contra, como aquel derivado de la ausencia de una estrategia clara de internacionalización y globalización de la economía y los negocios, que le imprimen un carácter relativo a las bondades de estos cambios; tal como se infiere de la posición obtenida en el último Informe Global de Competitividad, realizado para el 2004, en donde el país alcanzó el puesto 63 entre 102 países evaluados. Allí, no obstante destacarse los avances en materia de seguridad y algunos de los logros obtenidos en materia macroeconómica, son cuestionables los resultados acerca del fortalecimiento institucional (corrupción), desarrollo tecnológico, infraestructura productiva, índice de calidad vida, aplicación de la justicia y defensa a los derechos humanos, todos ellos asociados a estrategias de mejoramiento de la economía que la hagan sostenible en el mediano y largo plazo.

De los tres componentes que integran el Índice de Crecimiento de Competitividad se concluye una capacidad competitiva inferior a México, El Salvador, Trinidad y Tobago, Uruguay, Costa Rica, Brasil y Perú. En particular en el subíndice “contexto macroeconómico” se alcanzó el puesto 66, muy por encima de economías como Finlandia, primera en el ranking mundial, quien obtuvo la posición 2, Estados Unidos, segunda en el ranking, con la posición 14, y por encima de economías latinoamericanas como Chile (35) y México (54); en el “componente institucional”, con un valor de 60, el país fue superado por Finlandia (2), Estados Unidos (17), Chile (19), México (50), Brasil (53) y Perú (54); entre tanto, en el “componente tecnológico” la posición alcanzada fue la 60, mientras Finlandia (2), Estados Unidos (1), Chile (31), Brasil (35), México (43). Lo que expresa el relativo atraso que experimenta el país, no solo con respecto a los mejores sino también con economías homologas como las latinoamericanas.

En este sentido, y ante la euforia del momento, producto de la presencia de nuevos inversionistas extranjeros, es oportuno recordar que el Informe Global de Competitividad se constituye en una contribución para ampliar nuestra comprensión de la realidad del país y de los retos clave asociados al crecimiento económico y la prosperidad. A través de su función de remarcar las fortalezas y debilidades de una economía, busca que los responsables políticos y los líderes de empresas encaucen sus decisiones por el camino adecuado, ya sea a través de la introducción de nuevas medidas económicas o reformas institucionales o la definición acciones estratégicas que les permitan superar sus limitaciones y de paso ampliar las posibilidades de competir en los mercados internacionales. De donde se infiere que más allá de estarse constituyendo en escenario atractivo para los inversionistas, el país responde paulatinamente a las presiones derivadas de la ausencia de una visón estratégica, en la que han quedado comprometidos los sectores público y privado, que bajo diferentes intereses responden a las presiones derivadas de la tendencia globalizante de las economías.

Muy seguramente esta será una de las importantes conclusiones a las que llegará el gran Gurú de la Competitividad, Michael Porter1, en la visita que realizará al país en los próximos días, y por la que cobrará 150.000 dólares. Una vez

1 Porter , profesor de Harvard Business School y director del Institute for Strategy and Competitiveness de la misma universidad, es el

gran gurú del tema. Desde la década de los 90, cuando la competitividad dejó de ser un concepto, para convertirse en una exigencia para quienes quieran hacer parte de la economía globalizada, traer a Michael Porter ha sido el sueño de todos los gobiernos, centros académicos y empresarios colombianos. Reconocido como el más influyente pensador en competitividad y estrategia, Porter -profesor de Harvard Business School y director del Institute for Strategy and Competitiveness de la misma universidad- ha sido el gran maestro de cuantos han pasado por una facultad de negocios. La metodología de Porter para analizar la competitividad de empresas, sectores y naciones ha sido durante décadas la 'Biblia' de empresarios y gobiernos, incluida Colombia, que en la década del 90 le encargó a Monitor, una compañía creada por Porter, la tarea de realizar el primer gran estudio de competitividad en el país. Desde entonces, muchos colombianos han tratado infructuosamente de traer al gran maestro, quien estará en Cartagena los próximos 20, 21 y 22 de octubre, en un taller con 200 presidentes de compañías y altos funcionarios del gobierno, encabezados por el presidente Álvaro Uribe. El objetivo de este taller, organizado por Gold Service International con el apoyo del Centro de Estrategia y Competitividad de la Universidad de los Andes, es definir las líneas estratégicas que deben seguir empresas y gobierno para impulsar la competitividad del país en los próximos cinco años. En el taller, que se desarrollará en varias etapas, los participantes usarán la metodología y el enfoque de Porter para analizar la competitividad del país, con el fin de identificar las prioridades para gobierno y empresarios. El resultado de este trabajo -que se iniciará en Bogotá y continuará en Cartagena- será el punto de partida para el debate con Porter, cuyo aporte será fundamental para avanzar en la construcción de la agenda de competitividad del país.

El apetito por Porter no es gratuito. Desde mediados de los 80, este profesor de Harvard ha sido asesor de cabecera de gobiernos y grandes empresas. Libros como Competitive Strategy, y The competitive advantage of Nations son texto obligado en todas las facultades de negocios, y sus estudios, fuente de consulta permanente. Porter fue uno de los impulsores del Informe Global de Competitividad, realizado anualmente por el Foro Económico Mundial, en el cual se analizan las condiciones de competitividad de 117 países del mundo,

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expuesta su visón acerca de la competitividad en el mundo globalizado, Porter denotará el carácter sui generis de una economía que a pesar de sus innumerables obstáculos derivados del conflicto que vive, realiza esfuerzos importantes para ajustarse a las nuevas condiciones de la economía mundial. Lo que no le impedirá señalar las carencias existentes para la consolidación de un gran proyecto económico que le permita aprovechar sus ventajas comparativas, y que deberá conducirnos por el énfasis puesto a estrategias de fortalecimiento local y regional. Todas ellas, enmarcadas en la lección central de su tesis: la clave de la competitividad esta en los aumentos de la productividad, y en esto es claro que el país requiere ingentes esfuerzos, tal como se deduce de escasa dinámica de los mercados laboral y de tecnología, y en la escasa capacidad para promover productos con alto valor agregado capaces de responder al test de los mercados internacionales. Por ahora, bienvenido, Señor Porter, y que sus lecciones contribuyan en algo a combatir el autismo de gran parte de nuestra dirigencia.

Finlandia es la economía más competitiva manteniendo la primera posición en el ranking del Indice de Competitividad de Crecimiento debido a un buen desempeño general. Los Estados Unidos mantiene una posición de liderazgo en el área de tecnología, pero esto es compensado por un debilitamiento de la calidad de sus instituciones públicas y de entorno macroeconómico, particularmente en finanzas públicas, donde el país está en el puesto 50 entre 102 países encuestados.

En Latinoamérica Chile continúa ocupando el lugar más destacado2. Seguido por México, El Salvador, Trinidad y Tobago, Uruguay, Costa Rica, Brasil y Perú. En Europa, además de Finlandia, Suecia y Dinamarca aparecen en los primeros lugares3. Perú ocupa el lugar más destacado a nivel de la Comunidad Andina de Naciones, seguido por Colombia, Venezuela, Bolivia y Ecuador. En general, América Latina y el Caribe se encuentran en posiciones bajas en los índices globales de competitividad. Esto se debe a la debilidad estructural en áreas importantes tales como la eficiencia institucional y el desarrollo del Estado de Derecho, así como la innovación y absorción de nuevas tecnologías. América Latina puede llegar a ser muy competitiva en la economía mundial. Sin embargo es necesario avanzar en el campo de progreso tecnológico e innovación. Estos países deben incrementar su inversión en el campo de educación, en especial en el ámbito universitario, y al mismo tiempo crear las condiciones idóneas para atraer inversión en campos como electrónica, telecomunicaciones y tecnologías de la información4.

El Informe Global de Competitividad anual del World Economic Forum evalúa el potencial para un crecimiento económico sostenido de 102 economías y los clasifica de acuerdo a él. Desde su primera edición en 1979, el Informe ha llegado a ser el más autorizado y comprensible estudio de este tipo. El Profesor Klaus Schwab del World Economic Forum y el Profesor Michael E. Porter de la Universidad de Harvard son Co-Autores del Informe.

La cobertura geográfica se incremento significativamente de 80 a 102 economías para el año 2004. Para este año se hicieron esfuerzos particulares para ampliar la cobertura de Africa, incrementándose de 8 a 25 el número de países africanos ahora incluidos en el Informe. Entre los otros nuevos ingresantes se estuvieron Algeria, Angola, Camerún, Chad, Egipto, Etiopía, Gambia, Ghana, Kenya, Madagascar, Malawi, Mali, Mozambique, Senegal, Tanzania, Uganda y Zambia. Otras nuevas economías incluidas en el Informe de este año son Luxemburgo; Macedonia, FYR; Malta; Pakistan y Serbia. La cobertura geográfica del Informe significa el 97.8% del PBI mundial.

incluida Colombia. El estudio constituye una de las herramientas más valiosas para el diseño de las políticas y la toma de decisiones tanto del sector público como del privado. Como complemento de este informe, Porter desarrolló el Índice de Competitividad de los Negocios, que evalúa las condiciones microeconómicas que definen el nivel de productividad de los países, en el cual Colombia ocupó el año pasado el lugar 582 Fuera de Chile, América Latina está quedando rezagada, no sólo respecto de Asia, sino también de Europa Central y del Este. Afirman

que en nuestra región el debate político es "pobrísimo" y está "desligado de los grandes temas que dominan el futuro de la economía mundial"3 Finlandia (1º) y Estados Unidos (2º) son escoltados en el ránking de Competitividad para el Crecimiento por Suecia, Taiwán,

Dinamarca, Noruega, Singapur y Suiza, en ese orden. Los países nórdicos, señala el Foro, se caracterizan por "una excelente administración macroeconómica" (todos tienen superávit presupuestario), niveles "extremadamente bajos de corrupción", un entorno de respeto general por la ley y los contratos, y empresas que se hallan a la vanguardia en innovación tecnológica.4 Las naciones que experimentaron las mayores caídas en el ránking GCI fueron la República Dominicana, Pakistán, Filipinas, Polonia y

Vietnam, además de Bolivia y Perú. En estos casos, las principales causas de pérdida de competitividad indicadas por el Foro son "la corrupción oficial; medidas contra la libertad de prensa y otras libertades civiles que contribuyen a la salida de capitales y a endurecer el humor de la comunidad de negocios; la inestabilidad política, vinculada a luchas internas que han conducido en algunos casos a disturbios civiles, y el debilitamiento del imperio de la ley

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En la tabla aparece una selección de los 102 países evaluados por el ICC global y los tres subíndices. A medida que disminuye la competitividad el nivel del rango aumenta. Para elaborar la tabla se escogieron un grupo de países altamente competitivos, países latinoamericanos, y un conjunto de países en el nivel más bajo de competitividad.

El informe es el único en el cual la metodología usada para calcular las posiciones de los países combina datos disponibles públicamente con datos de encuesta que captan las percepciones y observaciones de los líderes de empresas que operan en un determinado país. Un número récord de 7,741 respuestas a la Encuesta Ejecutiva de Opinión, efectuada en colaboración con una red de 104 instituciones contraparte, fueron recolectadas en el año 2004 año. El Informe usa dos índices complementarios para evaluar la condición competitiva de un país: el Indice de Competitividad de Crecimiento (Growth Competitiveness Index - GCI) y el Indice de Competitividad de Negocios (Business Competitiveness Index - BCI).

1. El Índice de Competitividad de Crecimiento (GCI) sirve para analizar el potencial de las economías del mundo para obtener un crecimiento económico sostenido en el mediano y largo plazo. El índice está basado en tres componentes centrales: el entorno macroecnonómico, la calidad de las instituciones públicas, y tecnología.

2. El Índice de Competitividad de Negocios (BCI), renombrado del Indice de Competitividad Microeconómica del año pasado, sirve para identificar los factores que sostienen la productividad actual y, por lo tanto, el desempeño económico actual medido por el nivel del PBI por persona. Refleja los fundamentos microeconómicos, con un subíndice que se centra en la sofisticación de la empresa y otro en la calidad del entorno de negocios.

El Índice de Competitividad para los Negocios (Business Competitiveness Index o BCI (denominación a partir de 2003 del previo índice de Competitividad Microeconómica o MICI) evalúa la eficacia con la que una economía utiliza su stock de recursos. Este índice se basa en dos grupos de variables: operaciones y estrategias de las empresas y calidad del ambiente nacional de negocios Los índices se construyen utilizando datos obtenidos a través de una encuesta de opinión realizada entre ejecutivos de todo el mundo; los entrevistados fueron 7.741 en 2003 y 4.800 en 2002. Los datos restantes proceden de instituciones como Naciones Unidas, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio y

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Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. El Informe de Competitividad Global 2003-2004 se extendió a 102 países; el 2002-2003, a 80.

Como dato por destacar el Informe Global de Competitividad 2003-2004 una reseña de los más importantes retos que enfrentan los responsables políticos en el mundo en desarrollo, las condiciones necesarias para la innovación nacional, el comportamiento reciente del crecimiento de productividad, y el gobierno y su efecto en el desarrollo económico.

Los dos índices se basan en data básica confiable y la información de la encuesta Executive Opinion Survey que se realiza anualmente por el World Economic Forum. Este año la encuesta fue realizada en colaboración con 104 Institutos Asociados al Programa de Competitividad del Foro Económico Mundial y el número de países que abarcó la encuesta se incrementó de manera significativa, de 80 a 102, básicamente con países del mundo en desarrollo, especialmente de África. Los países incluidos en el informe de este año representan el 97,8% del PIB mundial. Es decir, el informe es representativo de la economía global.

Índice de Competitividad para el Crecimiento (ICC), Growth Competitiveness Index

Crecimiento y el ICC

El propósito del ICC5 es evaluar la potencialidad de las distintas economías mundiales para lograr un crecimiento sostenido en el mediano y largo plazo. Está basado en la comprensión que actualmente tienen los economistas del complejo proceso del crecimiento económico y del desarrollo. El índice intenta sintetizar el conjunto de instituciones, políticas y estructuras que impulsan el crecimiento de países heterogéneos.

Los tres pilares

Este índice se fundamenta en tres pilares: el contexto macroeconómico, la calidad de las instituciones públicas, y la tecnología.

Aunque es cierto que la estabilidad macroeconómica por sí sola no puede mejorar la tasa de crecimiento de un país, también es cierto que los desequilibrios macroeconómicos matan las posibilidades de crecimiento. El crecimiento sostenido es muy difícil de alcanzar en un ambiente macroeconómico desfavorable.

El segundo pilar se refiere a las instituciones públicas. En una economía de mercado, la riqueza es creada en última instancia por las empresas, especialmente las privadas. Estas operan dentro del conjunto de instituciones que caracterizan a los distintos países. Por ejemplo, es importante que los derechos de propiedad estén garantizados por el sistema legal y judicial. Es difícil para las compañías operar eficientemente en países donde es inexistente el imperio de

5 Como gran novedad para este año, el reporte incluye un nuevo indice de competitividad el cual se diseño con el objeto de unificar los

dos índices actualmente utilizados, y se prevé que sean remplazados eventualmente en el Reporte. a información que reporta cada país es de dos tipos: cualitativo y cuantitativo. En el primer caso se utiliza una encuesta de opinión empresarial , n la cual se busca obtener la percepción que tienen los empresarios líderes sobre el entorno en el cual se desenvuelve su actividad productiva y la economía en general. En el segundo caso, se toman en cuenta variables cuantitativas que influyen en el crecimiento económico tomando como base, datos que permiten tener una visión clara del estado de la economía del país. La medición que realiza el WEF es un promedio ponderado de la información cualitativa y cuantitativa que entrega cada país, no es un promedio aritmético. El nuevo índice de competitividad que se introduce en el reporte de este año, IGC, pretende capturar tanto los aspectos macroeconómicos como los microeconómicos, así como sus consecuencias estáticas y dinámicas, lo que implica que reflejara la totalidad de los factores que determinan la productividad de las naciones. Este índice se basa en 3 principios: La complejidad de la productividad, los estados de desarrollo de los distintos países, y el estado de transición en el que se encuentran algunos países.

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la ley o donde resulte difícil instrumentar el cumplimento de los contratos, y pueden encontrar que es muy costoso operar en países donde la corrupción sea muy extendida y dominante.

El progreso técnico es el tercer pilar. Quizá la enseñanza más importante de la teoría neoclásica del crecimiento es que la fuente última del crecimiento de largo plazo es el progreso tecnológico. La razón para ello es que los otros determinantes del crecimiento tienen rendimientos decrecientes, y una vez que existe una institucionalidad relativamente adecuada y estabilidad macroeconómica, su aporte adicional al crecimiento sería limitada, pero el progreso técnico mantiene su rol fundamental. No existe ninguna razón que sugiera que existen rendimientos decrecientes de las ideas.

Los tres pilares están entrelazados. Ellos actúan en forma interdependiente para soportar o detener el crecimiento Por ejemplo, aunque la influencia de cada uno de los pilares es diferenciada, la innovación tecnológica depende del ambiente macroeconómico y de la calidad de las instituciones.

Empíricamente se usa data básica confiable, y la encuesta mencionada, para elaborar tres subíndices base: “ambiente macroeconómico”, “instituciones públicas” y “tecnológico”. Estos tres subíndices se combinan para elaborar el índice global, el ICC.

El GCI se descompone en tres índices menores: tecnología, ambiente macroeconómico e instituciones públicas; éstos, a su vez, en subíndices, que son calculados a partir de "datos duros" y "datos de encuesta". Tanto las respuestas a la encuesta de opinión entre ejecutivos como los datos duros se convierten a una escala de 1 a 7.Los países se dividen en dos categorías: innovadores centrales -con 15 patentes de invención registradas en EEUU por cada millón de habitantes- y el resto. En el caso de los primeros, el GCI pone un énfasis especial en el rol de la innovación y la tecnología: asigna un peso de 50% al subíndice de tecnología y de 25% a cada uno de los otros dos subíndices. Para el resto de las naciones el GCI se calcula dando el mismo peso (1/3) a cada subíndice. I) Tecnología: Para los países Innovadores Centrales los subíndices son Innovación; Tecnologías de la Información y la Comunicación, con un peso de 50% para cada uno. En el resto de los países, se agrega Transferencia de Tecnología y los pesos son: Innovación, 1/8; Transferencia de Tecnología, 3/8; Tecnologías de la Información y la Comunicación, 1/2. II) Ambiente Macroeconómico: Los subíndices son: Estabilidad macroeconómica (peso de 1/2), Calificación Crediticia (1/4), Despilfarro del Gasto del Gobierno (1/4). Este último reemplazó a partir del informe 2003-2004 a la variable anterior: Gasto del Gobierno como porcentaje del PBI. El despilfarro se midió a través de tres preguntas en la encuesta de opinión: 1) "En su país, los subsidios del gobierno a las empresas ¿mantienen vivas artificialmente industrias no competitivas o mejoran la competitividad de la industria?"; 2) "En su país, ¿cuán común es la desviación de fondos públicos a empresas, individuos o grupos debido a la corrupción?"; 3) "¿Cuán alta es la confianza pública en la honestidad financiera de los políticos?". III) Instituciones Públicas: Los subíndices -que tienen el mismo peso- miden cómo perciben los ejecutivos el respeto por los Contratos y Ley, por un lado, y la Corrupción, por otro.

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Foro Económico Mundial

Países

Competitividad

para el Crecimiento (GCI)

2004 2003

Finlandia 1 1

EEUU 2 2

Suecia 3 3

Taiwán 4 5

Dinamarca 5 4

Noruega 6 9

Singapur 7 6

Suiza 8 7

Japón 9 11

Islandia 10 8

Gran Bretaña 11 15

Países Bajos 12 12

Alemania 13 13

Australia 14 10

Canadá 15 16

Emir. Árabes 16 --

Austria 17 17

Nueva Zelanda 18 14

Israel 19 15

Estonia 20 22

Hong Kong 21 24

Chile 22 28

España 23 23

Portugal 24 25

Bélgica 25 27

Luxemburgo 26 21

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Francia 27 26

Bahrein 28 --

Corea 29 18

Irlanda 30 30

Malasia 31 29

Malta 32 19

Eslovenia 33 31

Jordania 35 34

Rep. Eslovaca 43 43

El Salvador 53 48

Turquía 66 65

R. Dominicana 72 62

Fuente: World Economic Forum: Global Competitiveness Report 2004-2005. Ránking de Competitividad Global 2004-2005

98

Componentes del Índice GCI 2004-2005Países seleccionados

País Ránking Global Tecnología Instituciones públicas Ambiente Macroec.

Chile 22 32 20 27

Page 8: conferencia

México 48 48 59 49

Uruguay 54 56 32 90

Brasil 57 42 50 80

Colombia 64 68 61 66

Perú 67 71 58 35

Argentina 74 57 79 94

Venezuela 85 70 91

Componentes del Índice GCI 2004-2005Países seleccionados

País Ránking Global TecnologíaInstituciones

públicas

Ambiente

Macroec.

Chile 22 32 20 27

México 48 48 59 49

Uruguay 54 56 32 90

Brasil 57 42 50 80

Colombia 64 68 61 66

Perú 67 71 58 35

Argentina 74 57 79 94

Venezuela 85 70 91 98

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Ránking de Competitividad Global 2004-2005Foro Económico Mundial

PaísesCompetitividad para los Negocios (BCI)

2004 2003

EEUU 1 2

Finlandia 2 1

Alemania 3 5

Suecia 4 3

Suiza 5 7

Gran Bretaña 6 6

Dinamarca 7 4

Japón 8 13

Países Bajos 9 9

Singapur 10 8

Hong Kong 11 19

Francia 12 10

Australia 13 11

Bélgica 14 15

Canadá 15 12

Austria 16 17

Taiwán 17 16

N. Zelanda 18 18

Islandia 19 14

Noruega 20 22

Israel 21 20

Irlanda 22 21

Malasia 23 26

Corea 24 23

Sudáfrica 25 27

España 26 25

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Estonia 27 28

Emir. Árabes 28 --

Chile 29 32

India 30 37

Eslovenia 31 30

Túnez 32 33

Portugal 33 36

Italia 34 24

Rep. Checa 35 35

Lituania 36 40

Tailandia 37 31

Brasil 38 34

R. Eslovaca 39 43

Bahrein 40 --

Grecia 41 39

Hungría 42 38

Jordania 43 41

Indonesia 44 60

Chipre 45 --

Marruecos 46 49

China 47 46

Costa Rica 48 45

Letonia 49 29

Malta 50 42

Namibia 51 55

Turquía 52 52

Mauricio 53 44

Jamaica 54 56

México 55 48

Rumania 56 76

Page 11: conferencia

Polonia 57 47

Colombia 58 51

Trinidad y Tob. 59 53

Panamá 60 59

Rusia 61 66

Botswana 62 54

Kenia 63 67

Ghana 64 63

El Salvador 65 64

Egipto 66 58

Gambia 67 70

Sri Lanka 68 57

Ucrania 69 73

Filipinas 70 65

Uganda 71 74

Croacia 72 62

Pakistán 73 75

Argentina 74 69

Bulgaria 75 77

Perú 76 81

Uruguay 77 71

Zambia 78 84

Vietnam 79 50

R. Dominicana 80 61

Nigeria 81 80

Zimbabwe 82 78

Macedonia 83 82

Malawi 84 72

Serbia y Mont. 85 79

Guatemala 86 86

Page 12: conferencia

Madagascar 87 90

Venezuela 88 85

Argelia 89 88

Tanzania 90 68

Mali 91 92

Georgia 92 --

Bosnia y Herz. 93 --

Ecuador 94 89

Bangladesh 95 91

Mozambique 96 93

Honduras 97 95

Paraguay 98 97

Etiopía 99 96

Nicaragua 100 94

Bolivia 101 98

Chad 102 99

Angola 103 101

Fuente: World Economic Forum: Global Competitiveness Report 2004-2005.

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Innovación versus imitación

La innovación tecnológica es el factor clave para el crecimiento de largo plazo. Sin embargo, los avances tecnológicos pueden tener distintas fuentes para diferentes países. Para aquellas economías que están cerca de la frontera tecnológica, la manera de mejorar el efecto de la tecnología sobre el crecimiento es por la innovación. Pero, para aquellos países que se encuentran lejos de esta frontera, las mejoras tecnológicas se pueden lograr parcialmente por innovación y parcialmente imitando o copiando tecnologías a través de transferencias. Por ello se diferencia entre países que están en el “centro” de la innovación de aquellos que están alejados, y el índice “tecnológico” tiene más peso en el índice global en los países que están en el “centro” de la innovación.

Despilfarro gubernamental

Este año se dio mas importancia a evaluar la calidad del gasto gubernamental en la construcción del subíndice de contexto macroeconómico, intentando medir el “despilfarro” del gasto de gobierno como variable que afecta en forma negativa a este contexto.

América Latina "está donde está fundamentalmente por malos manejos, líderes poco imaginativos y frecuentemente corruptos, y, por lo tanto, sin la autoridad moral para exigir sacrificios a sus respectivas poblaciones", agregó. "El debate político en la mayoría de estos países es pobrísimo, no enfocado en los grandes desafíos de cómo hacer estas economías más competitivas, cómo mejorar el entorno macroeconómico e institucional, sino más bien gira alrededor de temas de pequeña trascendencia, de naturaleza parroquial y desligados de los grandes temas que dominan el futuro de la economía global". Uno de los problemas más importantes de la mayoría de los países de América Latina ha sido "la naturaleza incompleta de las reformas, que se evidencia en las deficiencias del desarrollo institucional". En los casos donde se logró un entorno macroeconómico más estable, éste no se complementó con reformas más generales "de segunda generación”

Growth Competitiveness Index

En el índice de Competitividad para los Negocios (BCI). Las conclusiones del informe destacan que, salvo Chile, "América Latina se está rezagando, no sólo respecto de las economías del Este de Asia, sino, en forma más significativa, de las economías en transición de Europa Central y Oriental". La inestabilidad política, las burocracias ineficientes y la corrupción son citados como los factores más problemáticos. El trabajo subraya que "no hay ningún otro continente en el mundo" en el que se observe una "migración simbólica" de la región como la de Chile, que está 26 posiciones por delante de México, la segunda economía latinoamericana más competitiva. La nación trasandina "ha logrado crecer más rápido que muchos de los otros países del mundo en desarrollo, impulsando el ingreso per cápita y haciendo progresos adicionales en la reducción de los niveles de pobreza"

Ahora, para que Chile haga una transición exitosa hacia su próxima etapa de desarrollo, necesitará "una combinación de ventajas comparativas y la adopción de nuevas tecnologías que faciliten la emergencia de clusters, centrados principalmente en los sectores de recursos naturales y el desarrollo de industrias de apoyo con mayor valor agregado". Para ello requerirá "una modernización sustancial" de su sistema educativo, que sigue siendo ineficiente.

Índice de Competitividad para los NegociosComprende dos grandes categorías, que se subdividen a su vez en numerosos indicadores:

I) Operaciones y Estrategias de las Empresas: sofisticación del proceso de producción, naturaleza de la ventaja competitiva, alcance de la capacitación de los funcionarios, extensión del marketing, disposición a delegar autoridad, capacidad de innovación, gasto en investigación y desarrollo, presencia de cadena de valor, amplitud de los mercados internacionales, grado de orientación al consumidor, control de la distribución internacional, extensión de la política de marcas, confianza en la administración profesional, extensión de la compensación por incentivo, extensión de las ventas regionales, frecuencia del licenciamiento de tecnología extranjera.

II) Ambiente Nacional de Negocios.

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A) Condiciones de Factores. 1) Infraestructura física: calidad de la infraestructura en general; calidad de la infraestructura férrea, portuaria, de transporte aéreo y de teléfono/fax; calidad del suministro eléctrico; teléfonos celulares por cada 100 habitantes; usuarios de Internet por cada 100 habitantes. 2) Infraestructura Administrativa: protección de los negocios, independencia judicial, suficiencia del recurso legal en el sector público, carga administrativa para los nuevos emprendimientos, extensión de los trámites burocráticos. 3) Recursos humanos: calidad de las escuelas de negocios, escuelas públicas y educación en matemática y ciencias. 4) Infraestructura tecnológica: patentes per cápita, disponibilidad de científicos e ingenieros, calidad de las instituciones de investigación científica, colaboración para la investigación entre la universidad y la industria, protección de la propiedad intelectual. 5) Mercados de capital: sofisticación del mercado financiero, disponibilidad de capital de riesgo, facilidad de acceso a préstamos, acceso al mercado local de valores.

B) Condiciones de la demanda: sofisticación de los compradores, adopción de productos nuevos por parte de los consumidores, adquisición gubernamental de productos de tecnología avanzada, presencia de estándares regulatorios de demanda, leyes relacionadas con la tecnología de la información, rigor de las regulaciones ambientales.

C) Industrias Relacionadas y de Apoyo: calidad de los proveedores locales, estado de desarrollo de conglomerados (clusters) de empresas, disponibilidad local de maquinaria y de servicios especializados de investigación y capacitación, extensión de la colaboración en productos y procesos, cantidad de proveedores locales, disponibilidad local de componentes y partes.

D) Contexto para la Estrategia y Competencia de las Empresas:

1) Incentivos: extensión de subsidios gubernamentales distorsivos, favoritismo en las decisiones de los funcionarios de gobierno, cooperación en las relaciones entre trabajadores y empleadores, eficacia de las autoridades corporativas. 2) Competencia: liberalización de barreras comerciales ocultas, intensidad de la competencia local, extensión de los competidores de base local, efectividad de la política antimonopólica, descentralización de la actividad corporativa, costos de actividades ilegales de otras empresas, liberalización arancelaria.

Indice del Institute for Management Development (IMD)

Otro importanteindice de competitividad mundial, realizado anualmente por el Institute for Management Development (IMD) de Suiza, Argentina es anteúltima, igual que en 2003, sólo por delante de Venezuela, entre las 60 economías nacionales y subnacionales evaluadas (más sobre la metodología del IMD en Cómo se mide la competitividad). El ránking de competitividad del IMD es liderado por Estados Unidos, seguido por Singapur, Canadá, Australia, Islandia, Hong Kong, Dinamarca y Finlandia (Tabla general). Aquí también es Chile el país latinoamericano con mejor calificación (26º). Luego se ubica Colombia (41º), la región de San Pablo (47º), Brasil (53º), México (56º), Argentina (59º) y Venezuela (60º). La escuela de negocios suiza IMD publica anualmente un ránking de competitividad en el que medio centenar de países se evalúan en función de más de 300 criterios, haciendo uso de datos cuanti y cualitativos.

En 2002 las estadísticas provienentes de diversas organizaciones nacionales e internacionales abarcaron 128 criterios aplicados al cálculo de los ránkings y 71 utilizados como información de contexto. Una encuesta entre más de 3.500 ejecutivos cubrió otros 115 criterios. En 2003 el IMD realizó algunos cambios metodológicos. Además de dos nuevos países, que aumentó a 51 los Estados analizados, incorporó al ránking ocho economías subnacionales, entre ellas San Pablo. También se agregaron nuevos criterios, lo que llevó su número a 321.

Por otro lado, se construyeron dos ránkings para países y regiones subnacionales con población por encima o por debajo de los 20 millones de habitantes. Esto se debe a que, en opinión del instituto, el tamaño de las economías se está convirtiendo en un factor cada vez más importante. Las economías más populosas presentan un modelo competitivo diferente al de las más pequeñas. El informe del año 2004 añadió a Escocia, para construir un ránking de 60 economías, y extendió el número de criterios a 323.

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Los factores de competitividad incluidos en el análisis del IMD -que se desagregan a su vez en cuatro subfactores cada uno- son los siguientes:1) Desempeño económico: Economía Doméstica (tamaño, crecimiento, riqueza), Comercio Internacional, Inversión Internacional, Empleo, Precios. 2) Eficiencia del gobierno: Finanzas Públicas, Política Fiscal, Marco Institucional (Banco Central, eficiencia estatal, justicia y seguridad), Legislación para los Negocios (apertura, regulaciones para la competencia, el trabajo y los mercados de capital), Educación. 3) Eficiencia del sector privado: Productividad Gerencial, Mercado Laboral (costos, relaciones laborales, disponibilidad de trabajadores calificados), Finanzas (eficiencia de los bancos y del mercado accionario, autofinanciamiento), Prácticas Gerenciales, Impacto de la Globalización. 4) Infraestructura: Infraestructura Básica, Tecnológica y Científica; Salud y Medio Ambiente; Sistema de Valores. Los subfactores se dividen en categorías entre las cuales se distribuyen los criterios. La lista exhaustiva de categorías y criterios de medición puede consultarse en el sitio web del IMD (www.imd.ch/wcy).

El análisis del IMD, como el del Foro Económico Mundial, no arroja perspectivas brillantes para América Latina. Apunta en cambio que la "nueva generación" de competidores a escala mundial emerge actualmente de Asia y que, próximamente, lo hará de Rusia y Europa Central. Estos países "no sólo proporcionan fabricación o servicios a las empresas occidentales", añade el informe firmado por Stéphane Garelli, sino que "compiten por derecho propio con sus propias marcas. Invadirán los mercados occidentales, como antes Japón, pero en mucha mayor escala". Estas naciones "están absorbiendo rápidamente los estándares mundiales en management y tecnología".

De acuerdo con el instituto suizo, Asia atrae el 60% de la inversión dirigida a los países en desarrollo. China recibe por sí sola el 32,5% de esa inversión, América Latina el 34,5% y África sólo el 5,8%. Sin embargo, los flujos de inversión también se están desplazando hacia Europa del Este. La razón, destacada por el estudio, es que la mayoría de las naciones industrializadas tienen un costo laboral de 20 dólares la hora, con un máximo de 30 dólares en Alemania. En China, India y Rusia este costo es inferior a 1 dólar. En los estados del Báltico y Eslovaquia está por debajo de los 2 dólares; en Polonia y Hungría, de los 3 dólares.

Según el IMD, los nuevos miembros de la Unión Europea, la República Checa, Eslovaquia y los estados del Báltico, siguen el camino de Irlanda, donde los flujos de inversión directa dan cuenta del 20% del PBI. La posible relocalización de inversiones desde Europa Occidental hacia Europa del Este afectaría principalmente a Irlanda _-en la que el costo laboral ha crecido a 18 dólares la hora-, España y Portugal. Entre 1999 y 2003, Rusia creció a un ritmo de 6% anual, impulsada principalmente por las exportaciones de petróleo y gas. Pero el IMD advierte que el país no crecerá en forma homogénea, sino que la competitividad se concentrará en determinadas regiones. Rusia tiene "un potencial formidable", con la mayor reserva de materias primas del orbe y parte de la fuerza laboral "bien educada", como es el caso de sus ingenieros y científicos. A pesar de esto, atrae sólo el 5% del volumen de inversión externa que se dirige a China.

También en la India la actividad económica se concentra en áreas específicas, como Maharastra, Mumbai, Bangalore y Nueva Delhi. La competitividad del país descansa, para el IMD, en sus calificados ingenieros y científicos, sus bajos salarios y, especialmente, una fuerza laboral con dominio del inglés. El resultado es que muchas empresas globales están localizando allí operaciones administrativas, pero también está desarrollando su competividad en software, manufactura, entretenimiento y servicios financieros. Se estima que hasta 2008 serán relocalizados en la India unos dos millones de puestos en servicios financieros que se encuentran hoy en los países industrializados.

China creció en los pasados 10 años a un promedio de 8,1% anual. Con un stock de inversión extranjera superior a los 400 mil millones de dólares, se ha convertido en la localización más atractiva para los nuevos negocios y en el cuarto exportador mundial, luego de Alemania, Estados Unidos y Japón. Según Goldman Sachs, China será la economía más grande del mundo en el año 2050.

El desarrollo más importante en la competitividad mundial es el ascenso de Asia, que, de acuerdo con el IMD, representaba el 50% del producto mundial en 1820, cayó al 19% en 1950 y se recuperó hasta alcanzar casi el 40% en 2003. El ingreso per cápita en China y la India, que reúnen la tercera parte de la población mundial, se ha incrementado más en los últimos 50 años que en los 20 siglos anteriores. En estos países "está emergiendo una clase media con la capacidad de acumular activos y con un nuevo sistema de valores. Esta revolución está cambiando el rostro de la economía mundial".

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Otro fenómeno central en la evolución de la competitividad mundial es que, mientras se asiste un aumento formidable en la productividad manufacturera -debido al desarrollo tecnológico, los nuevos métodos de management y la globalización de las operaciones-, la industria está perdiendo importancia relativa en el PBI y en la creación de empleo. El estudio del IMD cita a Jeremy Rifkin para remarcar que, mientras la producción manufacturera mundial aumentó 30% entre 1995 y 2003, el empleo en la industria se contrajo 11% en las 20 economías más importantes, lo que representó un total de 31 millones de puestos. Estos empleos no están siendo transferidos a los países en desarrollo, pues en el mismo periodo China perdió 15 millones de puestos industriales. Esta tendencia "podría ser letal para los países industriales tradicionales y su fuerza de trabajo", afirma el IMD.

La competitividad de Asia, subraya el informe del IMD, se ha caracterizado siempre por su alto grado de volatilidad, así como por su excesiva dependencia de las tecnologías de la información (TI) y del mercado norteamericano. Los países del Sudeste Asiático, que han sufrido en distinto grado los efectos del colapso mundial del sector TI y el freno de la economía de Estados Unidos, están tratando de diversificar sus economías enfocándose más en actividades de servicios como finanzas y logística.

China, por su parte, "está en camino de convertirse en 'el' centro manufacturero del mundo". En 2001 recibió 44 mil millones de dólares de inversión extranjera directa (IED); en 2002, 52,7 mil millones. En poco tiempo ha acumulado el cuarto stock mundial de IED: 395 mil millones. Actualmente consume el 25% del acero del orbe. "Con una política de conglomerado (cluster) bien definida, especialmente en la costa oriental, y un enorme potencial de fuerza de trabajo (737 millones de personas), China está emergiendo como uno de los más formidables competidores en la escena internacional", destaca el IMD. El objetivo del gobierno es cuadruplicar el PBI hacia 2020.

India ha desarrollado "bolsones" de competitividad en regiones y estados como Bengalore, Maharashtra, Kerala o Gujarat. Posee una gran reserva de trabajadores calificados que son cada vez más buscados por las compañías globales. En cuanto a Japón, necesita "reformar su estructura competitiva", especialmente en finanzas, distribución, regulación de la competencia y revitalización de la pequeña y mediana empresa.

La competitividad de Europa está, en general, "infestada por un exceso de regulación y complejidad". Pero el continente puede ser dividido en tres categorías. Las economías más grandes -Francia, Alemania e Italia- han encontrado dificultades para reformar y adaptar el rol del gobierno a fin de mejorar su competitividad. Las pequeñas -especialmente Irlanda, pero también los estados nórdicos, Holanda y Suiza- no sufren tanto por sus "inadecuadas estructuras domésticas", sino a raíz de su vulnerabilidad a la situación económica internacional.

Los bajos salarios y costos de las economías europeas emergentes -Eslovenia, República Checa, Hungría, República Eslovaca, Estonia- les permitirán obtener "grandes beneficios" de su ingreso a la Unión. Arriesgan sin embargo alguna fuga de cerebros y población joven hacia los países que ofrecen mayores ingresos. También deberían monitorear cierta pérdida de control sobre la industria local que podría ser adquirida por inversores extranjeros. La economía de Rusia ha venido creciendo, pero las considerables inversiones que se requieren para que su infraestructura alcance los estándares mundiales "se dirigirán probablemente a sectores industriales y regiones específicos de la federación. Sólo éstos tendrán la capacidad de competir globalmente en el futuro cercano

Para el IMD, dos elementos esenciales de la competitividad de un país son su capacidad de desarrollar un sistema educativo de excelencia y de mejorar el nivel de conocimientos de su fuerza laboral. El director del Proyecto de Competitividad Mundial del IMD, Stéphane Garelli, destaca que "el conocimiento es quizás el factor de competitividad más crítico", y subraya que los países del Sudeste Asiático han hecho un formidable esfuerzo por mejorar sus sistemas educativos. "Además de ser competitivos (temporariamente) debido a su mano de obra barata, apuntan a desarrollar su nivel de competitividad para que se base (permanentemente) en una fuerza de trabajo educada", remarca (Ver informe 2002-2003). (5).

Los factores culturales de la competitividad

Esta breve revisión de algunas de las principales teorías de la competitividad muestra que ésta no consiste simplemente en un estado de equilibrio de ciertas variables macroeconómicas. Una nación competitiva es resultado del comportamiento armónico y dinámico de un conjunto muy amplio de actores: empresarios, trabajadores, funcionarios del gobierno, científicos, educadores...

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La conducta de estos actores está profundamente influida por la cultura. El mismo Porter indica que los "factores culturales" pueden ser determinantes para la ventaja competitiva, en especial porque "cambian lentamente y son difíciles de aprovechar e imitar por otros". El modo de organizar y gestionar las empresas; los objetivos que se proponen las compañías; las actitudes hacia el trabajo, la calificación profesional, la cooperación, la riqueza y el riesgo, son algunos de los comportamientos relevantes para la competitividad fuertemente influidos por los factores culturales, especialmente por el sistema de valores predominante en la sociedad (6).

Observemos ahora qué ocurre entre nosotros. Muy pocas empresas invierten en la capacitación de sus recursos humanos; menos aún lo hacen en investigación y desarrollo. Para el gobierno, el avance científico y tecnológico no es una prioridad, mientras el sistema educativo en todos sus niveles languidece sin que haya un debate de fondo acerca de cómo transformarlo y financiarlo.

¿Por qué hacemos todo al revés de lo que recomienda la teoría de la competitividad? Hay quienes creen que poderes externos, que nos habrían asignado un rol definido en el mundo, conspiran para mantenernos en un estadio inferior de desarrollo. No es lo que piensa el autor de este artículo.

Las universidades argentinas, por ejemplo, languidecen por la falta de presupuesto, pero principalmente debido a las mismas prácticas clientelísticas que predominan en todas nuestras instituciones.

A pesar de todo, el país sigue produciendo muy buenos científicos y profesionales, muchos de los cuales emigran para enriquecer el capital humano de otros países. Se van no sólo por razones económicas, sino porque ven que su capacidad no es suficientemente valorada, ni en el sector privado ni en el público. Uno de los principales científicos argentinos, Juan Maldacena, joven investigador de Harvard considerado una de las esperanzas de la física moderna, cree que "en la cultura hispana no se le da tanto valor al estudio y al conocimiento" (7).

Nos parece que, en realidad, lo que hay aquí es un ejemplo interesante de valores en conflicto dentro de nuestra cultura. Por una parte, la educación es un bien muy apreciado por la clase media, que siempre ha visto en ella un canal de progreso social, especialmente en épocas de crisis económica. Por otra, nos damos cuenta que la capacitación de una persona no se traduce necesariamente en un buen trabajo o una promoción, para los cuales se aplican otros criterios.

La lealtad personal, el amiguismo, la confianza que emana de la relación familiar, a los que se agrega el contravalor de la "viveza criolla", compiten con tanto éxito contra el mérito que en algunos grupos ha comenzado a debilitarse peligrosamente el aprecio por la educación y el esfuerzo. ¿A cuántos hemos escuchado preguntarse si vale la pena seguir estudiando, ya que para conseguir un buen trabajo o ascender son más importantes las conexiones y los amigos?

El activo que representa el valor dado a la educación en extensas franjas de la sociedad se ve compensado negativamente por otros rasgos culturales. ¿Qué ocurriría si estos últimos fueran removidos y se ofrecieran más estímulos al primero? Seríamos una sociedad que daría mejores oportunidades a las personas para desplegar su potencial. Nos convertiríamos en un país más competitivo, es decir, más rico y productivo.

Podemos llevar este análisis a otros activos y pasivos culturales. El deseo de progresar en la vida es otra característica de la clase media argentina, que crea un fuerte impulso al trabajo, favorable al desarrollo económico. Pero esa propensión se encauza en demasía en las profesiones liberales, la mera intermediación comercial y el empleo seguro. Nos hacen falta más emprendedores, decididos a afrontar los riesgos de la innovación, y una sociedad dispuesta a estimularlos y apoyarlos. Es sugestivo, por ejemplo, que nuestros egresados de las carreras de economía estén casi siempre interesados en el sector público y no en la vida de empresa.

Cuando se produjo en nuestro país la explosión de Internet y de las empresas punto com, muchos se apresuraron a afirmar que la Argentina tendría una presencia protagónica en la economía virtual. El activo cultural estaba allí: una población educada, que nos daba una ventaja competitiva para la producción de contenidos en lengua española. Sin embargo, llevar adelante un emprendimiento de Internet exige también un fuerte impulso empresarial, capacidad gerencial y gente dispuesta a arriesgar su dinero invirtiendo en una aventura. En todo esto la Argentina es débil.

El argentino es creativo, talentoso, y esta característica nos permite tener brillantes escritores, artistas, deportistas y no pocos científicos. Pero nuestro excesivo individualismo, un nivel muy alto de desconfianza interpersonal, los criterios erróneos ya mencionados que utilizamos para la selección y el ascenso del personal en nuestras organizaciones, impiden que la sociedad se beneficie colectivamente de esa cualidad.

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Como tenemos serios problemas para trabajar eficazmente en grupo, el talento sólo puede dar frutos por medio del esfuerzo personal. Generamos individualidades brillantes, pero no somos una sociedad brillante. Un ejemplo inverso es el de Japón, que ha sido llamado una "potencia económica sin rostro". En la cultura japonesa el grupo siempre ha sido mucho más importante que el individuo. Como apunta uno de sus intelectuales, en el resto del mundo "son raras las personas que conocen los nombres de algunos japoneses". La enorme capacidad para la cooperación grupal ha sido uno de los factores culturales clave del éxito económico del Japón, pero al sofocar al individuo el país ha sacrificado creatividad (8). En cuanto a los estadounidenses, su individualismo se ha equilibrado históricamente con su espontánea tendencia a asociarse para la búsqueda de objetivos comunes, una cualidad que había sido observada por Alexis de Tocqueville y Sarmiento.

A diferencia de países como Japón y EEUU, la mala calidad de nuestras instituciones políticas, jurídicas, educativas, representan obstáculos para el desarrollo económico y la competitividad.

La cultura y los objetivos económicosLa cultura tiene también una enorme influencia en las metas económicas que se plantea una sociedad, a través de los fines que persiguen las personas, gobierno, empresas y otras instituciones y grupos. La Argentina debería plantearse una meta ambiciosa de desarrollo, pero aquí también aparecen valores en conflicto.

Hemos aprendido (sea verdad o no) que nuestro país fue grande y que lo sería otra vez. Nos lo dicen expresiones como "el granero del mundo", "Argentina potencia" o "la tierra predestinada" de la que hablaba Enrique Larreta. No nos apresuremos a responder con una ironía, pues traducen un espíritu de grandeza que necesitamos mantener.

Sin embargo, vemos que la mayoría de nuestros dirigentes no se preocupan en absoluto por evitar la emigración de científicos, promover un sistema educativo de excelencia, capacitar a los recursos humanos de las empresas y el gobierno o invertir en investigación y desarrollo. Evidentemente los objetivos que se plantean son de muy bajo vuelo.

Como decíamos antes, ya es evidente para todos que la Argentina no volverá a ser un país rico sólo con sus productos primarios. Pero es dudoso que hayamos dejado de confiar en el concepto de ventajas comparativas. Por supuesto que éstas existen, pero los demás las pueden anular fácilmente. No es posible sostenerlas por mucho tiempo. Alemania o Japón no se hicieron grandes pensando en términos de ventajas comparativas. Tampoco España.

A pesar de que actualmente no tenemos ningún proyecto de país, una idea extendida entre nosotros es que el futuro de la Argentina pasa por agregar valor a sus productos primarios. Eso está muy bien, pero no alcanza. Es una forma mecánica de pensar, que sigue atrapada en la idea de que la riqueza existe sólo en la forma de recursos naturales fijos (para los cuales, claro, tenemos ventajas comparativas). Riqueza vegetal, animal o mineral a la que, una vez extraída, el hombre viene a añadirle más valor económico.

No: el hombre crea valor por sí mismo. ¿Cuál es la riqueza natural encerrada en un microprocesador? Virtualmente ninguna. Es puro conocimiento. ¿Cuántas latas de alimentos en conserva hacen falta para comprar el chip más veloz del momento? ¿Cuántas más necesitaremos en el año 2050 para comprar lo que sea que hayan inventado las Intel, Microsoft o Canon del mañana? ¿Seguirán lamentándose los argentinos del futuro por el deterioro en los términos del intercambio?

Pensemos por un momento en Japón a mediados del siglo XIX. Un país pequeño, montañoso, aislado, con muy pocos recursos naturales. Tenía ventajas comparativas para la producción de seda y algodón, como nosotros para las carnes y los granos. Los japoneses compraron máquinas occidentales para industrializar sus confecciones. Muy pronto comenzaron a fabricar también sus propias máquinas textiles. Después, aparentemente, se olvidaron de las ventajas comparativas para dedicarse a producir barcos, locomotoras, automóviles, relojes digitales, máquinas fotográficas, robots y cosas similares.

En cuanto a los argentinos, que a diferencia de Japón poseemos abundantes recursos naturales, olvidamos que también tenemos una producción natural de recursos humanos que dejamos emigrar o languidecer.

La solución depende de nosotros. Será necesario un cambio de paradigmas y de dirigentes, un consenso entre los principales actores sociales y un proyecto de país. Hará falta un gran trabajo colectivo para torcer nuestra larga historia de decadencia.

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Países y rangos

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Cadenas Productivas - Convenios de Competitividad Exportadora

Programa sectorial de la PNPC que promueve el espacio de diálogo y concertación entre los sectores público - privado para el diseño y puesta en marcha de acciones tendientes a mejorar la productividad y competitividad de las empresas que hacen parte de las cadenas, identificando los principales obstáculos que se presentan tanto para competir en los mercados externos e internos y gestionar soluciones de manera conjunta.

Durante el 2003, y después de las evaluaciones realizadas, se efectuó una reformulación de los Convenios, teniendo en cuenta las recomendaciones de organismos multilaterales (CAF, CEPAL, PNUD) y a las conclusiones de un taller de autoevaluación con representantes de todas las cadenas productivas y del sector público.

Según lo anterior esta es la redefinición de los Convenios:

1. Agenda Interna. Con los integrantes de cada una de las cadenas productivas se adelantan jornadas de trabajo en las cuales se concertá una visión como cadena y un nuevo mapa de proyectos, considerando los retos y desafíos de las cadenas frente a la negociación TLC Colombia-E.U. De igual forma, se realizaron 17 perfiles sectoriales como apoyo a las negociaciones comerciales.

2. Liderazgo sector privado: si bien, en las evaluaciones a los Convenios, se destaca la generación de confianza entre los sectores público y privado, se hace necesario propiciar el liderazgo privado en estos escenarios. Frente a lo cual el Ministerio, desde finales de 2003 y primer semestre de 2004 focaliza sus acciones a la promoción de ejercicios asociativos entre los empresarios, cuyo lider y articulador es el sector privado.

3. Coordinación Interinstitucional: Siguiendo los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo: Hacia un Estado Comunitario, particularmente en lo contemplado en el Capítulo II "Se continuará trabajando bajo el esquema de convenios de competitividad exportadora, los cuales tendrán que estar coordinados con los acuerdos sectoriales de competitividad agrícola", a partir de marzo de 2003 se inició el proceso de articulación de los Convenios de Competitividad con los Acuerdos de Competitividad Sectorial.

Esta coordinación se afianzó aun más con expedición la Ley 811 de 2003 por las que se crean las organizaciones de cadena en el sector agropecuario, forestal, acuícola, pesquero, coordinadas por el Ministerio de Agricultura, de esta forma, aquellos Convenios de Competitividad exportadora de carácter agroindustriales serían coordinados bajo el esquema de Acuerdos del Competitividad del Ministerio de Agricultura, con la participación de este Ministerio en los temas de fortalecimiento industrial, eslabonamientos y asociatividad, entre otros.

Los Convenios de Competitividad que eran coordinados por Mincomercio y que ahora cuentan con la coordinación de Minagricultura son: Algodón, textil, confecciones, Papa, Camarón de Cultivo, Atún, Camarón de Pesca, Floricultura, Café, Productos Naturales, Piscicultura, Cárnicos, Lácteos, Banano, Café, flores y Oleaginosas.

4. Bajo este enfoque, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, mantiene la coordinación de los Convenios de Competitividad de las Cadenas de Autopartes - automotor; Cuero, Calzado y sus Manufacturas de Cuero; Artefactos domésticos, Electrónica Profesional; Metalmecánica; Petroquímica; Productos Cosméticos y Aseo, Pulpa, Papel, Industria Grafica, , Consultoría e ingeniería; Servicios especializados de salud; Software y servicios asociados, Cultura Vallenata y Servicios Logísticos y de Transporte.

5. Visión de futuro: En el marco del Programa Nacional de Prospectiva Tecnológica e Industrial (PNPTI), este Ministerio conjuntamente con COLCIENCIAS realizó convocatoria para la realización de estudios de prospectiva tecnológica para las cadenas y/o sectores productivos de bienes y servicios, que fortalezcan las capacidades competitivas frente a los procesos de apertura comercial. El objetivo de estos estudios es identificar las necesidades estructurales que demanda el aparato productivo para mejorar su productividad y competitividad, relacionado con las variables de infraestructura, innovación y desarrollo tecnológico, formación del capital humano, regulación, reglamentación y normatividad, Inversión extranjera, nuevos mercados y productos, entre otros.

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6. Asociatividad: El programa de cadenas productivas trabaja en el fortalecimiento de esquemas asociativos, por lo que se realizaron talleres dirigido a los gremios y empresarios en los temas de clúster, cadenas, redes empresariales y asociatividad. De igual modo, se aplica la metodología del Social Network Analisys (redes empresariales) a las diferentes cadenas productivas.

De Igual modo, se realizó el taller "Lideres Promotores de Asociatividad"

7. Módulo de oferta Institucional: Se creó este módulo con información pública nacional y de Cooperación Técnica Internacional como apoyo al desarrollo empresarial, el cual se encuentra en la pagina de Colombia compite. Este Módulo contiene todos los programas y líneas de financiación y cofinanciación de las entidades del sector publico para el apoyo de proyectos empresariales

8. Logística: A través de este Ministerio se realizó convocatoria a las cadenas productivas con Convenio de Competitividad para la realización de estudios de logística, los cuales se cofinancian con recursos de Cooperación Técnica Internacional a través de la Fundación Sociedad Colombiana de Logística. La cadena seleccionada fue la de cosméticos y productos de aseo. Por otro lado, a través de un proyecto presentado a la CAF se realiza un estudio de logística para la cadena de Oleaginosas.