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1 CONCEPTUALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO Notas preliminares: En esta unidad nos aproximaremos a los dos conceptos que, indisolublemente imbricados entre sí, son el eje sobre el que gira nuestra materia: la sociedad y el Estado. Este abordaje conceptual es el punto de partida para el desarrollo de nuestro programa en el cual trataremos de comprender la dinámica interrelación entre estos dos términos desde la consolidación del Estado nacional en Argentina hasta la sociedad y el Estado en la actualidad. El término Sociedad aparece comúnmente en nuestro decir cotidiano. Hablamos de “nuestra sociedad”, de la “sociedad actual”, de la “sociedad argentina”, de la “sociedad capitalista”, de la “sociedad global”, de la “sociedad moderna”. Diversos adjeti vos califican el término sociedad, especificando, en estos ejemplos, una delimitación espacial o temporal. Indagando en el “origen” del concepto, “ Sociedad” refiere a una agrupación natural o pactada de personas, unidas con el fin de cumplir, mediante la cooperación, todos o algunos de los fines de la vida. Siendo el hombre un ser social por excelencia, algunas teorías consideran que la naturaleza y la necesidad son las que explican la conformación de las sociedades. 1 Desde la Antigüedad el término sociedad es utilizado para indicar a un grupo constituido, asociado, que persigue determinados fines. En la Edad Media predominaba un concepto de sociedad como un organismo ordenado y regulado por una entidad trascendente y la sociedad perseguía fines que trascendían a los individuos y a la vida terrena. Más allá de las diferencias respecto de la caracterización que hacen del hombre y de los modelos políticos que proponen, los pensadores ingleses Thomas Hobbes (1588-1679), John Locke (1632-1704) y Jean Jacques Rousseau (1712-1778) comparten la idea de CONTRATO SOCIAL. Éste es entendido como un acuerdo tácito o explícito basado en el consenso, un “pacto” que implica una instancia superadora del “estado de naturaleza” y la condición de posibilidad para la fundación de la sociedad civil. Ese “contrato” aparece como fundante de la sociedad porque permite vivir en paz, bajo un cierto orden, superando el “estado de naturaleza” o estado pre -político, en el cual los hombres viven libres de sujeción a un semejante y no están obligados a respetar normas de conducta u obedecer a una autoridad soberana. La concepción contractualista, entonces, interpreta a la sociedad como una sociedad de individuos unidos por un orden artificial, obtenido mediante la cesión a un tercero que encarna la autoridad (Hobbes) y puede utilizar la fuerza para ordenar y dar seguridad. La sociedad más antigua y natural, según sostenía J.J Rousseau en el Contrato Social, es 1 A modo de ejemplo, y ubicándonos aproximadamente 7000 años antes de Cristo, pensemos en el proceso de transformaciones que significó la Revolución Neolítica y la invención de la agricultura. Fue precisamente la necesidad de organizar las actividades imprescindibles para la agricultura (canales, diques, sistemas de riego) lo que llevó a que diversas aldeas conformaran las primeras sociedades urbanas en las que, además, comenzó a generarse un excedente económico que aceleró la división de tareas dentro de las primitivas ciudades y con esto la diferenciación social y la aparición de los conflictos.

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CONCEPTUALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO

Notas preliminares: En esta unidad nos aproximaremos a los dos conceptos que, indisolublemente imbricados entre sí, son el eje sobre el que gira nuestra materia: la sociedad y el Estado. Este abordaje conceptual es el punto de partida para el desarrollo de nuestro programa en el cual trataremos de comprender la dinámica interrelación entre estos dos términos desde la consolidación del Estado nacional en Argentina hasta la sociedad y el Estado en la actualidad. El término Sociedad aparece comúnmente en nuestro decir cotidiano. Hablamos de “nuestra sociedad”, de la “sociedad actual”, de la “sociedad argentina”, de la “sociedad capitalista”, de la “sociedad global”, de la “sociedad moderna”. Diversos adjetivos califican el término sociedad, especificando, en estos ejemplos, una delimitación espacial o temporal. Indagando en el “origen” del concepto, “Sociedad” refiere a una agrupación natural o pactada de personas, unidas con el fin de cumplir, mediante la cooperación, todos o algunos de los fines de la vida. Siendo el hombre un ser social por excelencia, algunas teorías consideran que la naturaleza y la necesidad son las que explican la conformación de las sociedades. 1 Desde la Antigüedad el término sociedad es utilizado para indicar a un grupo constituido, asociado, que persigue determinados fines. En la Edad Media predominaba un concepto de sociedad como un organismo ordenado y regulado por una entidad trascendente y la sociedad perseguía fines que trascendían a los individuos y a la vida terrena. Más allá de las diferencias respecto de la caracterización que hacen del hombre y de los modelos políticos que proponen, los pensadores ingleses Thomas Hobbes (1588-1679), John Locke (1632-1704) y Jean Jacques Rousseau (1712-1778) comparten la idea de CONTRATO SOCIAL. Éste es entendido como un acuerdo tácito o explícito basado en el consenso, un “pacto” que implica una instancia superadora del “estado de naturaleza” y la condición de posibilidad para la fundación de la sociedad civil. Ese “contrato” aparece como fundante de la sociedad porque permite vivir en paz, bajo un cierto orden, superando el “estado de naturaleza” o estado pre-político, en el cual los hombres viven libres de sujeción a un semejante y no están obligados a respetar normas de conducta u obedecer a una autoridad soberana. La concepción contractualista, entonces, interpreta a la sociedad como una sociedad de individuos unidos por un orden artificial, obtenido mediante la cesión a un tercero que encarna la autoridad (Hobbes) y puede utilizar la fuerza para ordenar y dar seguridad. La sociedad más antigua y natural, según sostenía J.J Rousseau en el Contrato Social, es

1 A modo de ejemplo, y ubicándonos aproximadamente 7000 años antes de Cristo, pensemos en el proceso de transformaciones que significó la Revolución Neolítica y la invención de la agricultura. Fue precisamente la necesidad de organizar las actividades imprescindibles para la agricultura (canales, diques, sistemas de riego) lo que llevó a que diversas aldeas conformaran las primeras sociedades urbanas en las que, además, comenzó a generarse un excedente económico que aceleró la división de tareas dentro de las primitivas ciudades y con esto la diferenciación social y la aparición de los conflictos.

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la Familia. Con el desarrollo del Estado Moderno, el término sociedad empezó a usarse como lo opuesto al Estado, un conjunto constituido donde operan relaciones sociales. Para el Positivismo, la sociedad podía ser interpretada como una sociedad industrial constituida por hombres productores. El marxismo no acepta hablar de sociedad en general, sino de sociedades históricamente determinadas, o sea una formación económico - social. La sociedad es un concepto distinto al de Comunidad. Comunidad refiere a un conjunto de relaciones familiares, afectivas, naturales, mientras que Sociedad es un sistema de relaciones impersonales, no naturales, basadas en el Contrato y con la presencia de un centro de dominio. Los funcionalistas (década del 40 y 50 del siglo XX) hablan de la sociedad como un aspecto de la vida asociada que no incluye la cultura, que está relacionada con ella y consideran Sociedad un conjunto de individuos inter- actuantes en un territorio. La Sociedad se caracterizaría también porque su existencia supera la vida biológica de los individuos que la componen. El estado-nación contemporáneo representa sociedades complejas, diferenciadas, con una alta división del trabajo, y un alto grado de institucionalización. Los partidos políticos, la Iglesia y el Estado, son considerados por Max Weber, un conjunto de relaciones sociales. En las sociedades modernas prevalecen relaciones sociales de tipo contractual. Según Ferdinand Tönnies en las Sociedades predominan relaciones secundarias, es decir contractuales, basadas en el intercambio económico y el cálculo racional. Sin embargo la investigación social empírica revela que en las sociedades modernas y tradicionales (basadas en la amistad, el parentesco, la vecindad) las relaciones sociales primarias y secundarias se entrelazan. Las sociedades industriales se caracterizan por el predominio de la población urbana, la alta división del trabajo y la racionalización de la organización del trabajo, la estratificación social con un fuerte aumento de los sectores medios, desarrollo de la escolarización y la declinación del modelo de familia extensa con un gran despliegue de la cultura material y de los medios de comunicación masiva que llegan a territorios también rurales. Como punto de partida para el desarrollo de nuestra materia, lejos de concebir a la SOCIEDAD como la sumatoria de individuos, la entendemos como el complejo entramado de relaciones (sociales) que entablan los hombres y mujeres entre sí, en un espacio y época determinados. Porque en toda sociedad existe un nivel de diferenciación básico que se relaciona con la posición que ocupan los hombres dentro de un sistema de producción y distribución de bienes. Es el concepto de producción (modo de producción) el que nos permite comprender las distintas sociedades a partir de las diversas formas de relación del hombre con la naturaleza y de los hombres entre sí. Y es el concepto de CLASE (social), entendida como agrupación de hecho, -como el conjunto de actores sociales que ocupan una posición similar dentro de un sistema de producción y consumo de bienes en relación a otros conjuntos o clases que ocupan otras posiciones dentro de la misma sociedad-, el que nos posibilita comprender la estructura de las desigualdades sociales –no naturales-, sobre todo en las sociedades que reconocen que todos los hombres –ciudadanos- son “formalmente” iguales ante la ley. Dentro de la teoría marxista, desde un punto de vista teórico, la noción de CLASE permite identificar las agrupaciones de hecho que surgen en la estructura de las desigualdades sociales; y desde un punto de vista histórico, permite identificar a los

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SUJETOS del curso de la historia. Ubicados en el plano del análisis teórico, bajo el modo de producción capitalista, burguesía (clase propietaria) y proletariado (clase no propietaria) se constituyen en clases antagónicas. Este fuerte antagonismo de clase (lucha de clases como “motor” de la historia) puede llevar a la disolución de las relaciones sociales capitalistas. De allí la importancia que asume el Estado, llamado a “amortiguar” ese antagonismo que se manifiesta, sobre todo, a nivel político. Por otro lado, ubicados en el plano del análisis histórico, ninguna sociedad presenta un modo de producción en estado puro. Siguiendo los aportes de Alessandro Cavalli 2, “La presencia simultánea de distintos modos de producción, en una misma sociedad, en una época histórica dada, recibe de Marx el nombre de formación social”. El análisis histórico –de las sociedades concretas a lo largo de la historia- permite superar el modelo dicotómico (burguesía versus proletariado) y da cuenta de una pluralidad de clases o de agrupaciones y fracciones dentro de las clases. 3

Y respecto del Estado: El Estado es fundamentalmente un actor social, político y soberano, dentro de un territorio determinado, producto de un proceso histórico, que tiene a su cargo el gobierno de un país, con una estructura material institucional y una estructura ideal, en el marco de una correlación de fuerzas en el que detenta el monopolio de las decisiones, de los recursos, de la coerción y de la legitimidad

El Estado es fundamentalmente un actor social, político y soberano…

1) El Estado es en primer lugar, un actor o agente porque tiene capacidad de acción y decisión. No es un simple reflejo de la economía, sino que puede influir en las distintas esferas de la vida social: la educación, la justicia, la administración, la cultura. 2) En segundo lugar, es un actor social porque implica una relación social de poder entre gobernantes y gobernados. El poder, asimismo, es una relación social, es decir sin otro, no hay poder. Es social, concretamente, porque produce y garantiza determinadas relaciones sociales inspiradas en el respeto a la ley, la democracia, la educación, etc. Porque su finalidad es garantizar el orden social (producir sociedad) y hacer el mejor

2 Alessandro Cavalli. En N. Bobbio, N. Matteucci y G. Pasquino. Diccionario de Política, Siglo XXI, 1982.- 3 A modo de ejemplo: El estudio de los procesos socio-económicos en Argentina nos permitirá identificar diversas clases (propietarias y no propietarias) y fracciones de clase dentro de ellas. Hablaremos de burguesía agraria, arrendatarios, peones rurales, de la burguesía industrial (con diversas fracciones según produzca para el mercado interno o externo o según sea la composición de su capital o su tamaño e influencia en el mercado); de burguesía financiera; de trabajadores, de sectores de clase media, de trabajadores “cuenta propia” y también de trabajadores desocupados, entre otros agrupamientos.

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uso de los recursos posible. El Estado es parte de la sociedad pero también se ubica fuera de ella, dependiendo del contexto y situación específica. Por ejemplo, cuando el Estado se sirve de sus FF.AA o agentes policiales para mediar conflictos u obligar el acatamiento de la ley, el Estado se ubica fuera de la sociedad. Pero cuando interiorizamos gran parte de sus preceptos a través de la educación pública, todos nos sentimos “parte del Estado” 3) En tercer lugar, es un actor político porque detenta el poder y está atravesado por diferentes ideas, proyectos, concepciones, responsabilidades, etc. Si bien es cierto que la política excede el marco del Estado, un nudo importante de condensación del flujo político de la sociedad se concentra en el Estado. Él es en sí mismo un concepto político porque implica una determinada forma de organizar la sociedad, de dirigir, apuntalar, articular, etc. No es sólo una organización que “administra” los asuntos de la comunidad nacional sino que es el centro del poder político de las clases e implica un factor de disputa por su control. El Estado, entonces, merece el adjetivo de “político” en tanto es condición y resultado de luchas y tensiones políticas. En la ciencia política, el poder es la sustancia de la política. Se entiende a la política como conflicto y también como orden. Mientras que el <conflicto> hace más hincapié en la fuerza, el <orden> pone el foco en el consenso.

4) Por último, el Estado es también un actor soberano porque representa la máxima autoridad dentro de un territorio

determinado. 4 Ha logrado constituirse como tal porque, siguiendo a los autores contractualistas, los ciudadanos previamente resignaron de su libertad máxima por miedo a los otros hombres. El miedo, por lo tanto, fue lo que verdaderamente los indujo a constituirse en sociedad. A raíz de este “contrato social” todos los ciudadanos respetan y obedecen al Estado en gratitud por la estabilidad y la seguridad que sólo un sistema o régimen político puede brindar. Todas estas “garantías” que son posibles con un Estado de derecho le permiten traducir su legitimidad y necesariedad en una autoridad suprema. Existen otros poderes jerárquicamente organizados, es cierto, pero el poder del Estado es supremo e inapelable. Es en el

4 Soberanía: titularidad legítima del mando. Supone la puesta en práctica del poder de mando supremo por parte de un Estado Nacional sobre un determinado territorio.

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interior del Estado y en relación con los individuos y grupos que integran la población donde realmente se ejercita el poder soberano, si bien es importante aclarar que el Estado es soberano también en relación con otros Estados. Es decir, la soberanía mira al orden interno como al externo del Estado. En este último aspecto, el reconocimiento recíproco entre Estados es uno de los fundamentos del sistema interestatal. Sin tal reconocimiento, el despliegue del poder soberano al interior de una población nacional se torna muy difícil y precario. Este sistema interestatal está sin embargo atravesado por luchas, conflictos y guerras. En el caso argentino, por ejemplo, se destaca el histórico reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, ocupadas por fuerzas militares británicas desde 1833 hasta la actualidad, fuerzas que de hecho siguen manteniendo a otros territorios (colonias) bajo ocupación.

dentro de un territorio determinado…

La noción de territorio implica la existencia de límites. En América Latina en general, y en Argentina en particular, los límites por lo general se establecieron a principios del XIX entre guerras y conflictos. Los Estados siempre tienen poder de acción en una determinada área geográfica. Por ello, el territorio es el espacio en el cual se despliega la acción soberana y donde se asienta la comunidad organizada que denominamos Estado. Permite saber hasta dónde puede llegar esta acción política. El territorio es un factor de integración social, un mecanismo de unidad de grupo que va creando identidades, afinidades y que consolida el sentimiento nacional.

producto de un proceso histórico…

Si algo intentaron Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) a lo largo de sus textos fue desenmascarar el carácter histórico y por tanto, transitorio, del Estado. Hay muchas formas de Estado en la historia moderna. Este no es universal, pues varía según tiempo y espacio, pero fundamentalmente, según la correlación de fuerzas sociales y económicas. Hablar de Estado moderno es hablar de Estado capitalista, producto del proceso de transformaciones que en el siglo XVIII consolidaron en Europa una forma particular de organizar el trabajo: el modo de producción capitalista. Siguiendo a Guillermo O’Donnell (El Estado burocrático autoritario, 1982) “(…) El Estado capitalista es garante y organizador de las relaciones sociales capitalistas y, por lo tanto, de la dominación que ellas concretan. Esto implica que el

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Estado no es garante de la burguesía, sino del conjunto de la relación que establece a esta clase como clase dominante. No es, por lo tanto, un Estado de la burguesía: es un estado capitalista, lo cual no es exactamente lo mismo. Esto entraña que, en tanto el Estado garantiza y organiza la vigencia de (…) las relaciones sociales capitalistas, es garante y organizador de las clases que se enlazan en esa relación. Esto incluye a las clases dominadas, aunque su garantía de éstas sea en el sentido de reponerlas, o reproducirlas, como tales clases dominadas. Esto tiene algunas consecuencias importantes. Una de ellas es que, no pocas veces, el interés general de reproducción de dichas relaciones (…) lleva al aparato estatal a desempeñar un papel custodial respecto de las clases dominadas, incluso en contra de demandas de la burguesía. (…)” Respecto de la Argentina, no estudiamos al Estado en abstracto sino su proceso formativo –desde mediados del siglo XIX- y el tipo particular de Estado que se consolidó en nuestro país hacia 1880. Podemos decir que no es lo mismo el Estado oligárquico que el populista, ni el Estado de los años ’90 con el que se inició en el 2003, aunque es indudable que no es todo quiebre o ruptura sino que existen líneas de continuidad. Es importante aclarar entonces que el Estado no es definitivo y eterno. Así como en el pasado lejano no existió el Estado, su continuidad tampoco es eterna según el materialismo histórico de Marx y Engels, pues, como hecho histórico, depende de circunstancias históricas, específicas, peculiares de cada lugar y de cada momento histórico determinado. Entre ellas podemos mencionar: el desarrollo de las fuerzas productivas, los recursos naturales disponibles, el tipo de relaciones de producción, la estructura de clases resultante, las relaciones económicas internacionales, etc.(Oszlak) Precisamente, su carácter histórico no lo hace inmune a los cambios sociales, sino que son justamente estos cambios los que le imprimen una forma particular al Estado. Es sustancial aclarar que pese a los distintos roles históricos del Estado, hay importantes líneas de continuidades o variables constantes que nos permiten conceptualizar (como lo estamos haciendo ahora) sus características y atributos principales.

Una parte del Estado es el gobierno, pero no lo es todo. El gobierno, si bien es quien está investido formalmente del poder estatal, no controla efectivamente todos los resortes claves para su ejercicio: tener el derecho a gobernar no siempre implica poseer el poder real para hacerlo. A esto se ha referido

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Que tiene a su cargo el gobierno de un país

Ralph Miliband (1992) al postular que “el gobierno es el que habla en nombre del Estado”. Lo que hay es, sí, un “sistema estatal”, del cual el gobierno sólo es una parte. La administración pública, el poder judicial, las fuerzas armadas y de seguridad, el parlamento y el gobierno subnacional conforman también, en sus relaciones recíprocas, el poder del Estado.

El gobierno, sin embargo, ocupa un lugar decisivo dentro del conjunto de instituciones públicas debido a que, siguiendo con el planteo de O’ Donnell, está constituido por los roles fundamentales dentro del Estado, movilizando los recursos controlados por el aparato estatal. En definitiva, el gobierno se encuentra contenido en la idea de Estado, pero no agota el concepto en su totalidad. Diferencias entre Estado, gobierno y régimen: 1-El Estado es más extenso que el gobierno. 2- El Estado es una entidad permanente continua y el gobierno es temporal, su cuerpo de funcionarios debe ser elegido periódicamente. 3- El gobierno es el medio por el cual el Estado ejerce su autoridad. 4- El Estado ejerce autoridad impersonal. 5- El Estado representa el bien común o la voluntad general, mientras que el gobierno representa la voluntad de sus votantes (aunque debe tender también al bien común). Por lo tanto, el Estado es la institución de orden político que impone y obtiene acatamiento de la sociedad valiéndose, a este fin, a la vez de poder o coerción y de autoridad o legitimidad; el RÉGIMEN es el modo regular de funcionamiento de esa institución; y el gobierno los cargos y funcionarios que toman y ejecutan las decisiones estatales. 5 El Estado de Derecho se asienta en la separación de los poderes del Estado Los tres poderes El Estado en la Argentina asume la forma republicana. De hecho, el nombre oficial de nuestro país es “República Argentina” Hace referencia entonces a un Estado Nacional que tiene tres poderes organizados de modo tal que cada uno se interrelaciona con el otro, controlando y limitando sus funciones

5 Carlos Strasser define al Régimen como el modo regular y característico de funcionamiento y gobierno de un Estado. Por régimen político se entiende el régimen de formación, formulación y ejecución de decisiones estatales. Comprende la forma, legalidad y el estilo o modalidad de selección e incorporación de su personal político, directivo y funcionarial, y de la representatividad o clases de representación de este personal.

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para evitar la concentración del poder en uno solo. Los tres poderes son: -Poder Ejecutivo Es ejercido por una sola persona, el presidente de la república, quien es electo en forma popular, directa, secreta y mayoritaria. Dura 4 años en su cargo y puede volver a desempeñarlo. Su función principal es administrar el país, ejecutar las leyes aprobadas por los órganos legislativos, es decir, está facultado para organizar la administración pública de acuerdo con las leyes constitucionales. -Poder Legislativo Tiene su competencia principal en la elaboración y sanción de las leyes y en el control político. Además, se encarga de revisar y/o aprobar las iniciativas de ley y está compuesto por la cámara de senadores y la cámara de diputados. En la práctica, los poderes ejecutivo y legislativo están en permanente interrelación. -Poder Judicial Se encarga de vigilar que se cumplan las leyes y no se violen los derechos de los ciudadanos, este poder lo ejerce la Suprema Corte de Justicia de la Nación y lo conforman jueces y magistrados. En la práctica, el Poder Judicial es el más vitalicio ya que permanecen en el cargo “mientras dure su buena conducta” y solo pueden ser removidos por el Ejecutivo y en caso de juicios políticos.

con una estructura material institucional…

El Estado constituye también la cristalización institucional de una determinada correlación de fuerzas entre los diferentes -y antagónicos- sectores en pugna de la sociedad. El Estado, en sentido estricto, son las instituciones. No hay Estado sin instituciones. Las instituciones “Son una configuración social, un conjunto de normas, roles, pautas y comportamientos aceptados en el seno de una determinada sociedad. Se caracterizan por la permanencia o arraigo social aunque pueden no estar sancionadas judicialmente. El concepto incluye a los grupos organizados que comporten una función social, por ejemplo, el parlamento, la Iglesia, las universidades, los partidos políticos, etc.” En un nivel más bajo de abstracción -descendiendo hacia lo concreto- podemos referirnos a los aparatos estatales la materialización o “parte visible” de las instituciones. La burocracia, los organismos públicos, el gobierno, parlamento, justicia, cultura, educación, comunicación, las FF.AA, las normas y procedimientos, aparecen todos como la encarnación concreta de la garantía estatal de las relaciones de producción,

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posibilitando a nivel material el ejercicio de la dominación. Todas estas instancias no deben considerarse como esferas separadas sino como partes de una totalidad articulada, compleja y contradictoria que es el Estado.

y una estructura ideal…

El Estado es también idealidad. Aquí se juega la capacidad de internalizar una identidad colectiva, mediante la emisión de símbolos que refuerzan sentimientos de pertenencia y solidaridad social y permiten, en consecuencia, el control ideológico como mecanismo de dominación. En este sentido, el Estado es narrativa de la historia, silencios y olvidos, símbolos, disciplinas, sentidos de pertenecía, sentidos de adhesión. Estado es también acciones de obediencia cotidiana, sanciones, disciplinas y expectativas. No es solamente institución, dimensión material del Estado, sino también concepciones, enseñanzas, saberes, expectativas, conocimientos. El proceso de formación del estado, es el resultado de un proceso convergente aunque no unívoco de constitución de una nación y un sistema de dominación. La constitución del sistema de dominación que denominamos <Estado>, es la instancia capaz de articular y reproducir el conjunto de relaciones sociales dentro del ámbito material y simbólicamente delimitado por la nación.

en el marco de una correlación de fuerzas

El surgimiento del Estado nacional argentino es el resultado de un proceso de lucha. Concebir el conflicto como un eje central permite trascender la lectura vulgar del Estado realizada por ciertas corrientes, que lo visualizan como un bloque monolítico e impermeable, y no como un “cuerpo” en el cual se condensa materialmente una relación (desigual) de dominación. Las relaciones, jerarquías, creencias o principios vertebrales de un Estado, por ejemplo, no surgen de la nada sino que son fruto de correlaciones de fuerza, de luchas, de enfrentamientos. Las instituciones, de igual forma, son también fruto de luchas, muchas veces de guerras, de sublevaciones, revoluciones, de movimientos, de exigencias y peticiones. Porque eso es precisamente el Estado, la materialización de una correlación de fuerzas.

El Estado supera, abarca más que una gestión y administración de lo público sino un monopolio de lo público. Es por definición un monopolio de la toma de decisiones. En cambio, un

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en el que detenta el monopolio de las decisiones…

movimiento social implica la democratización de la decisión. Si bien existen momentos de democratización (como en las elecciones) por lo general, las decisiones más importantes las toma el cuerpo de funcionarios especializados en distintas dimensiones del Estado. Según García Linera, tienen que convivir momentos de democratización y momentos de toma unilateral de las decisiones. El Estado toma las decisiones porque tiene el poder para hacerlo y porque le corresponde según las competencias constitucionales.

de los recursos…

Del uso de los recursos se derivan las políticas públicas. Éstas pueden definirse como el “Estado en movimiento”. Siguiendo a Oszlak y O’Donnell (1995) podemos expresar que esta dimensión consiste en “un conjunto de acciones y omisiones que manifiestan una determinada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que concita la atención, interés o movilización de otros actores en la sociedad civil”. Cabe aclarar que las políticas estatales no deben ser entendidas en términos de un acto reflejo o una respuesta aislada, sino enmarcadas en un conjunto de iniciativas o proyecto más general. Una misma medida puede significar cosas bien distintas de acuerdo al proyecto de Estado en el que se enmarque y de su forma histórica particular. Estos recursos provienen de los ingresos que capta el Estado vía impuestos, ventas propias, etc. De ello se deriva la capacidad de definir políticas sociales, políticas de empleo, inversión en medios de comunicación, en medios de transporte, en infraestructura vial; en distribución social, infraestructura médica y educativa, todas en favor de la ejecución de sus políticas públicas.

de la coerción y…

La coerción implica reprimir o presionar sobre alguien, grupos o sectores, para forzar su voluntad o conducta (por ejemplo, reprimir a manifestantes). La coacción es la imposición de condiciones empleadas para obligar a un sujeto a realizar u omitir una determinada conducta (por ejemplo, anunciar la posible represión a los manifestantes, rodearlos con fuerzas policiales sin necesariamente llegar al enfrentamiento físico.) De acuerdo a Weber, un Estado, en tanto asociación política, puede llegar a renunciar al monopolio del poder ideológico y del económico, pero no al coactivo y coercitivo, porque ello significaría la vuelta a una especie de “estado de naturaleza” hobbesiano. Como bien señala Bobbio (1992), si bien Weber no cita al autor del Leviatán, recoge su idea del Estado como producto de la renuncia al uso de fuerza individual, de ahí que sea el poseedor

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exclusivo del poder de coerción y coacción.

Dicho ejercicio efectivo del monopolio coercitivo a escala nacional es precisamente lo que le va a permitir hablar de la “soberanía” como uno de los pilares básicos del orden político moderno. El monopolio de la coerción tiene una dimensión material: fuerzas armadas, policía, cárceles, tribunales. Tiene una dimensión ideal: el acatamiento, la obediencia, y en cumplimiento de esos monopolios, que cotidianamente lo ejecutamos los ciudadanos también existe la necesidad de reflexionar sobre ellos.Pero a la vez este monopolio y su conducción, es fruto de la correlación de fuerzas, de luchas, de guerras pasadas, sublevaciones, levantamientos y golpes, que han dado lugar a la característica de este monopolio por el cual el Estado asume el ejercicio exclusivo de la violencia física. Esto es así debido a que la clase económicamente dominante -burguesía- no puede ser propietaria de los medios de coerción.

y de la legitimidad…

Se entiende por <legitimidad>, en principio, a todo que está de acuerdo con las leyes. En el nivel político, sería la capacidad del sistema para engendrar y mantener la creencia de que las instituciones políticas existentes son las más apropiadas para la sociedad. Las <creencias>, son los valores que se sustentan en determinados grupos sociales. En consecuencia, la legitimidad reflejará las valoraciones existentes en las sociedades modernas, como las tendencias homogéneas de las sociedades tradicionales. La legitimidad es una relación social de dominación. Es la capacidad de generar obediencia sin recurrir a la coerción y/o coacción. Es justamente el concepto de legitimidad, – sea tradicional, carismática o legal- lo que permite comprender la distinción entre dominación y poder. Weber sostiene que un Estado sólo puede subsistir si los dominados se someten. Entonces, analiza el “por qué” de ese sometimiento. Le preocupan especialmente los motivos internos de los individuos. Establece, por tanto, una tipología de dominaciones legítimas en el Siglo XIX, para lo cual es imprescindible un mínimo de voluntad de obedecer en toda relación social auténtica de dominación. Distinción entre dominación y poder: La primera (dominación) debe entenderse como “la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas dadas”, mientras que el segundo (poder) supone la posibilidad de imponer la propia voluntad, al interior de una relación social, aún contra la resistencia de quien recibe el mandato (1984, pp. 43).

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De ahí que sólo una relación de dominación legítima esté llamada a perdurar, y sólo una dominación duradera y constante pueda constituir un Estado en sentido estricto. Por ello, siguiendo a Max Weber, el monopolio de la violencia organizada en un área territorial definida es un requisito necesario, aunque no suficiente. Para que un Estado esté llamado a perdurar, dicho ejercicio debe ser, además, legitimo. Para demostrar la importancia fundamental de este factor, Weber da el ejemplo de una banda de ladrones asolando un pequeño pueblo: si bien ostentan transitoriamente el monopolio de violencia sobre un territorio determinado, no cuentan con legitimidad como para sostener, en términos temporales, a la misma. Incluso el hecho de que, tras su huida, escondan el botín, no hace más que reafirmar la creencia en la autoridad racional-legal del Estado. Garantizar el dominio de hecho sobre el territorio de manera continuada es entonces otro de los requisitos básicos del Estado. Según Weber, para saber por qué algunos individuos obedecen a otros hace falta indagar tanto en los medios exteriores del poder (fuerza monopolizada), como en los motivos internos de los súbditos (principios de legitimidad). Los fundamentos de la legitimidad son, por lo tanto, la justificación interna de la obediencia. Los dominados obedecen el mandato que emana de la autoridad por tres tipos de justificaciones internas que dan lugar a su vez a tres tipos de dominación legítima:

1. “El tradicional”, La legitimidad descansa en la autoridad del “pasado” y de las costumbres; los mandatos son legítimos por la fuerza de la tradición.

2. “El carismático”, La autoridad del “don o gracia” (o carisma) del líder político, derivada de sus cualidades extraordinarias, vinculación de carácter emotivo. Significa nuevos mandamientos, es la gran fuerza revolucionaria.

3. y “El legal”, es donde se obedece el Derecho: la obediencia se da dentro de una competencia limitada, racional y objetiva. .

Sólo el momento interno transforma el poder de hecho en “poder de derecho”. Y puesto que el poder del Estado es un poder de derecho, el aspecto interno se convierte en un elemento esencial de la teoría weberiana, siendo la dominación

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racional-legal la forma predominante que asume el Estado en las sociedades modernas. Entre legitimidad y hegemonía comparten algo de su sustancia: la idea de consenso. Para Gramsci, más allá del carácter inherentemente represivo del Estado, éste también está constituido por “el conjunto de actividades prácticas y teóricas con las que la clase dirigente justifica y perpetúa su dominación y además logra obtener el consenso activo de los gobernados” (Gramsci, 1999). Desde esta óptica, la clase capitalista consigue ser a la vez dominante y hegemónica, estructurando su primacía a partir de una compleja e inestable articulación entre el ejercicio de violencia física y la persuasión activa de los sectores subalternos. En Gramsci, el concepto de <hegemonía> tiene sus parecidos con el de <legitimad> por cuanto presupone indudablemente que el Estado que logra ser hegemónico tiene en cuenta los intereses y las tendencias de los grupos sobre los cuales se ejercerá sus funciones.6 Finalmente podemos decir que a mayor transparencia y participación (ciudadana en las políticas públicas), mayor legitimidad, con lo cual ligamos gobierno abierto, con fortalecimiento democrático, legitimidad y hegemonía. Por gobierno abierto se entiende a la Administración Pública informatizada, también llamado Gobiernos Electrónicos, “Nueva Gorbenanza”, (en oposición a la Administración Pública burocrática) etc. Los Gobiernos Abiertos se basan en tres principios:

1) Transparencia en la forma de gestionar el patrimonio público

2) Participación activa de los ciudadanos en las propuestas y elaboraciones de leyes y políticas públicas, en base a las redes que interconectan al Gobierno con los ciudadanos.

3) Colaboración entre gobiernos, ciudadanos, comunidades, ONG´s, partidos políticos y empresas.

Los Gobiernos abiertos o electrónicos (e goverment)

6 Según Gramsci, la hegemonía de un grupo social sobre toda la sociedad nacional es ejercida a través de las llamadas organizaciones privadas, entre las cuales se destaca la iglesia, los sindicatos, las escuelas. A diferencia de Marx, Gramsci no concibe a la sociedad civil como parte de la infraestructura, sino que la ubica en la superestructura, como mediación entre la base económico-social y el Estado en sentido estricto (aparto represivo). Estaría conformada por los organismos e instituciones responsables de la elaboración y/o difusión de la hegemonía cultural y política de un grupo social fundamental, sobre el conjunto de la sociedad, ligando de forma subordinada a sus diversos miembros a la clase dominante. A su vez, la sociedad política (momento coercitivo del Estado) garantiza legalmente la disciplina de aquellos que no consienten ni activa ni pasivamente con dicha dirección. Ver Hernán Ouviña. “El Estado: su abordaje desde una perspectiva teórica e histórica” En: Sara Lifszyc (comp). Introducción al conocimiento de la sociedad y el Estado, Gran Aldea Editores, Buenos Aires, 2002

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deben construirse en base a la soberanía tecnológica. Obviamente no se producen por generación espontánea son necesarios canales de diálogo permanente entre niveles de gobierno y ñas ONG´s, el sector privado y los ciudadanos.

Bibliografía

ABAL MEDINA, Juan y BARROETAVEÑA (1999), “El Estado” en Julio Pinto (ed.). Introducción a la Ciencia Política, Eudeba, Buenos Aires pp. 139-176. Bobbio Norberto et al., Diccionario de Política, Siglo XXI Editores. México. 1982.- DI TELLA. T, CHUMBITA. H, GAMBA. S, GAJARDO.P (2001), Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas, Editorial Emecé, Buenos Aires. GARCÍA LINERA, Álvaro (2010), “Conferencia magistral: La construcción del Estado”, Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, 9 de abril. GRAMSCI, Antonio (1999), Cuadernos de la Cárcel, Tomo 5, Editorial Era. MARX, Karl (1986), El Capital, Tomo 1, Volumen 1, Siglo XXI, México. O’DONNELL, Guillermo. El Estado burocrático autoritario, 1982 OZSLAK, Oscar (1997), La Formación del Estado Argentino, Editorial Planeta, Buenos Aires. Disponible en http://formardocente.com.ar/articulosnuevos/ozlak2.pdf OUVIÑA, Hernán (2002), “El Estado: su abordaje desde una perspectiva teórica e

histórica” En: Sara Lifszyc (comp). Introducción al conocimiento de la sociedad y el

Estado, Gran Aldea Editores, Buenos Aires.

STRASSER, Carlos. El orden político…

WEBER, Max (1964), “Las formas de Legitimidad” en Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, disponible en http://www.fhuc.unl.edu.ar/sociologia/paginas/biblioteca/archivos/Weberdominacion.pdf

MATERIALES Y PROPUESTAS DIDÁCTICAS

Como actividad, se proponen los fragmentos de Poulantzas para ver el “fin” último del estado capitalista desde una perspectiva no instrumentalista y que nos permite completar un poco la concepción del Estado para el marxismo y relacionarlo también con Gramsci y el bloque histórico. Analicen los siguientes fragmentos y luego elaboren su respuesta “Poulantzas sostiene que en la sociedad capitalista la contradicción económica esencial se centra en el carácter cada vez más social de la producción, por una parte, y en la persistente apropiación privada del producto excedente, por la otra. Esta contradicción presenta dos amenazas complementarias a la reproducción del sistema como un todo. Por un lado, la contradicción entre producción social y apropiación privada plantea la amenaza de la unidad de la clase obrera, la que se torna potencialmente más fuerte a medida que se profundiza la naturaleza social del proceso de producción y que eventualmente encierra la posibilidad de la destrucción del propio capitalismo. Por el otro, esta contradicción plantea la amenaza de la desunión de la clase capitalista que se nutre en la permanente apropiación privada y competitiva del excedente. Esta falta de unidad pone en peligro la capacidad de la

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clase capitalista de contener las luchas de la clase obrera. El Estado desempeña el decisivo papel de mediador de esta contradicción, de constituir el “factor de unidad en una formación social” que funciona para contrarrestar las amenazas combinadas de unidad de la clase obrera y desunión de la clase capitalista. Poulantzas analiza esta función del Estado capitalista –promover la unidad en una formación social- en base a su impacto sobre la clase obrera y la clase capitalista:

a) La clase obrera. El Estado cumple la función de atomizar a la clase obrera, de desintegrar su unidad política mediante la transformación de los obreros en ciudadanos, mientras, al mismo tiempo se representa a sí mismo como el interés integrado universal del conjunto de la sociedad. Esto se materializa a través de las instituciones de la democracia y la justicia burguesas, -las cuales crean una apariencia de igualdad, juego limpio, procedimientos legítimos, etc- y a través de diversos tipos de concesiones económicas efectuadas por el Estado que contribuyen a convertir la lucha política del conjunto de la clase obrera en estrechas luchas grupales de interés economicista libradas por segmentos particulares de esta clase.

b) La clase capitalista. El Estado cumple la función de garantizar los intereses a largo plazo

de esta clase en su conjunto. Poulantzas subraya que no se puede considerar a la burguesía como una clase dominante homogénea que posee un interés de clase amplio y sin ambigüedades. La burguesía es, en realidad, una clase altamente fraccionada, con intereses divergentes tanto a nivel político como económico. Estas distintas fracciones de clase se organizan en lo que Poulantzas –siguiendo a Gramsci- designa como el ‘bloque de poder’, coalición política bajo la dominación de una fracción hegemónica particular. Sin embargo, tal bloque de poder es siempre precario y dispone de una capacidad limitada para hacer valer aquellas concesiones a la clase obrera que son necesarias para la estabilidad de los intereses a largo plazo del conjunto de la clase capitalista. Por lo tanto, la única manera en que se pueden defender estos intereses es mediante la autonomía relativa del Estado, a través de una estructura estatal capaz de trascender los intereses locales, individualizados de capitalistas y fracciones de clase capitalista específicos. Un Estado que fuese instrumento de una sola agrupación capitalista sería totalmente incapaz de lograrlo.”

En: David A. Gold y otros. Recientes desarrollos en la teoría marxista del Estado capitalista

a) ¿Cuál es para Poulantzas la contradicción esencial del sistema capitalista? ¿Qué consecuencias produce esta contradicción respecto de la clase dominante y de la clase obrera? b) ¿De qué manera el Estado capitalista intenta mantener la “unidad” en una formación económica social? ¿Qué funciones cumple el Estado hacia la clase obrera y hacia la clase capitalista? ¿De qué forma las lleva a cabo?

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