con la democracia no alcanza

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Por estos días, estoy descubriendo mi ignorancia respecto de la organización política de un país. Si bien soy joven, si bien el país es joven, no puedo decir que es culpa de mi ignorancia. Me exculpa un poco, pensar que no sólo soy yo, sino que como país joven, somos muchos los que tenemos que aprender esto que yo ignoraba. Voy al punto. Por estos tiempos, aprendimos que la democracia es fundamental. Que no podemos seguir debatiéndonos entre gobiernos tomados por la fuerza y gobiernos elegidos cívicamente. Eso creo que hoy lo tenemos "aprehendido"; es una verdad indiscutible. Pero quedan resabios de lo no aprendido anteriormente. ¿Qué quiero decir?, pensamos que con la democracia bastaba; recordemos lo primero que dijimos cuando nacimos al nuevo concepto de verdad: "con la democracia se come, se educa, se cura...". Creímos que con lo nuevo aprendido, ya éramos adultos cívico- políticos; y, si bien elegimos a los gobernantes, no pudimos desprendernos del "caudillismo". No sólo tenemos gobernantes caudillistas, sino que los elegimos por esa "virtud". Esto es un resabio de lo no aprendido. Todo caudillo tiene algo de dictador; y todo servidor de caudillo, tiene algo de sumiso. Un gobierno tomado por la fuerza, tiene ese poder caudillesco, ese halo de "venir a poner orden allí donde hacía falta". Nuestros gobiernos de hoy tienen algo de aquello; siguen siendo gobiernos que vienen a poner orden, respecto de lo desastroso de lo anterior. Y con esa excusa razonable, buscan tener más poder del que les corresponde. ¿Qué es lo que no hemos comprendido?. Que con la democracia no alcanza. La democracia es incompleta, no limita el poder de los elegidos (incluso lo exacerba). ¿Qué nos falta aprender?. El valor de la república. Es una palabra que se está empezando a escuchar. No estábamos preparados para ella. Entendimos que debíamos comprender el valor de la democracia, ahora tenemos que comprender el valor de la república. Ahí están los límites a los caudillos. En la república vamos a empezar a encontrar la madurez cívico-política que nos falta. La república es limitadora de los excesos (hablo de una república verdadera, no la república que tenemos hoy, que es una fachada). Debemos comprender que el gobierno promovido por la mayoría, no es el gobierno de la mayoría, es el de

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Page 1: Con la democracia no alcanza

Por estos días, estoy descubriendo mi ignorancia respecto de la organización política de un país. Si bien soy joven, si bien el país es joven, no puedo decir que es culpa de mi ignorancia. Me exculpa un poco, pensar que no sólo soy yo, sino que como país joven, somos muchos los que tenemos que aprender esto que yo ignoraba. Voy al punto. Por estos tiempos, aprendimos que la democracia es fundamental. Que no podemos seguir debatiéndonos entre gobiernos tomados por la fuerza y gobiernos elegidos cívicamente. Eso creo que hoy lo tenemos "aprehendido"; es una verdad indiscutible. Pero quedan resabios de lo no aprendido anteriormente. ¿Qué quiero decir?, pensamos que con la democracia bastaba; recordemos lo primero que dijimos cuando nacimos al nuevo concepto de verdad: "con la democracia se come, se educa, se cura...". Creímos que con lo nuevo aprendido, ya éramos adultos cívico-políticos; y, si bien elegimos a los gobernantes, no pudimos desprendernos del "caudillismo". No sólo tenemos gobernantes caudillistas, sino que los elegimos por esa "virtud". Esto es un resabio de lo no aprendido. Todo caudillo tiene algo de dictador; y todo servidor de caudillo, tiene algo de sumiso. Un gobierno tomado por la fuerza, tiene ese poder caudillesco, ese halo de "venir a poner orden allí donde hacía falta". Nuestros gobiernos de hoy tienen algo de aquello; siguen siendo gobiernos que vienen a poner orden, respecto de lo desastroso de lo anterior. Y con esa excusa razonable, buscan tener más poder del que les corresponde. ¿Qué es lo que no hemos comprendido?. Que con la democracia no alcanza. La democracia es incompleta, no limita el poder de los elegidos (incluso lo exacerba). ¿Qué nos falta aprender?. El valor de la república. Es una palabra que se está empezando a escuchar. No estábamos preparados para ella. Entendimos que debíamos comprender el valor de la democracia, ahora tenemos que comprender el valor de la república. Ahí están los límites a los caudillos. En la república vamos a empezar a encontrar la madurez cívico-política que nos falta. La república es limitadora de los excesos (hablo de una república verdadera, no la república que tenemos hoy, que es una fachada). Debemos comprender que el gobierno promovido por la mayoría, no es el gobierno de la mayoría, es el de todos. Y para eso están los límites de la república, que contempla a todos. Un sistema de tres poderes independientes, que se controlan entre sí. Creo que en los años por venir, nos queda comprender el valor del sistema republicano. La importancia que tiene la independencia judicial como árbitro; la importancia del debate legislativo y la creación de leyes consensuadas entre mayoría y minorías; y un poder ejecutivo, que sea consciente que debe rendir cuentas a los otros dos poderes. Si no aprehendemos esto, vamos a seguir siendo un país inmaduro, librado al arbitrio del caudillo; un país gobernado por una mayoría, en detrimento de las minorías.

14 de Abril de 2013Juan Manuel Ortíz