La COMUNIÓN EN EL NT

La comunión intraeclesial en la Carta a los romanos

Cuando Pablo empieza su misión en el Egeo tiene lugar un hecho histórico: Claudio expulsa a los judíos de Roma porque están discutiendo a causa de un tal “Cresto”, según el historiador Suetonio. Este hecho hace que en Roma queden los creyentes en Jesús no hebreos.

En el año 54, tras la muerte del emperador, los judíos expulsados regresan a Roma y se encuentran una situación nueva, además de iglesias domésticas formadas por los creyentes que habían permanecido en la ciudad y continuaban reuniéndose en las casas.

Una de las intenciones de Pablo al escribir la carta, es facilitar la integración de los retornados proponiendo una identidad común a todos los creyentes.

La colecta y la comunión con la Iglesia de Jerusalén

Tras el incidente de Antioquía (Gal 2,11-14), Pablo se distancia de la Iglesia madre de Jerusalén por fidelidad a su vocación, ya que entiende que debe evangelizar a los gentiles, no a los judíos, y lealtad al plan de dios (cf. Is 66, 19-20).

A lo largo de los seis años que duró su misión independiente (49-55 d.C.) Pablo muestra un interés especial por realizar una colecta a favor de la iglesia de Jerusalén; el motivo estriba en que, consciente de no estar en plena comunión con ella, desea restaurarla.

En tales circunstancias, Pablo reflexiona acerca de la comunión.

El cisma jóanico

En las comunidades vinculadas a la tradición joanica se percibe una situación de ruptura entre dos bandos: el del autor de 1Jn y el de los secesionistas con ideas gnósticas que se habrían volcado hacia el docetismo, llegando a negar la humanidad de Jesús. El problema consistía en la interpretación del cuarto evangelio.

El autor de 2 y 3 Jn se hace llamar «presbítero» y aparece asociándose con una iglesia y señalando directrices a otra, advirtiéndoles de la exclusión de sus gentes.

Destacamos, a modo de conclusión, tres consejos referentes a dicha problemática: 1) Importancia de los líderes comunitarios; 2) La comunión entre ellos consiste en acoger; 3) El elemento que les une es la verdad.

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