El futuro de la calidad educativa sin interdisciplinariedad.Quien se queda con el ICTA

(Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos)

Sin profundizar mucho en el tema de la calidad educativa, en la UN se podría resumir, en que es una palabra que ha sido utilizado de manera funcional a los intereses de las personas que definen los rumbos de la universidad, y en la Universidad Nacional no es su comunidad universitaria, por el contrario, los que acá deciden se jactan de ser poseedores de la verdad y de la erudición para llevar los rumbos de la universidad, pero realmente a su decadencia. ¿Quiénes deciden en la UN? En el Consejo Académico hay que iniciar por el rector de la universidad, una persona que si bien hace parte de los docentes de la universidad más bien hace un excelente papel de representante del gobierno, quien es el que lo puso en ese cargo y de ahí para abajo esta la camarilla de vicerrectores de las sedes, decanos de las facultades –en su gran mayoría- que no inmutan una palabra en contra de quien los puso en tan cómodas posiciones.

En cada sesión del consejo académico se hace evidente la ausencia de discusión académica y lo que prima es el interés administrativo. Durante el último Consejo Académico se agendo la propuesta del vicerrector de la sede Bogotá; para hacer de los institutos interfacultades de la Universidad unidades académicas básicas de una facultad.

La discusión no giro sobre la totalidad de los institutos sino sobre uno específicamente, el ICTA, que en una sesión anterior se había presentado y se había pospuesto por falta de elementos para dar tomar una definición. En esta sesión y por alrededor de dos horas se discutió sobre la propuesta, en donde inicialmente se presentó el interés de la facultad de ciencias agrarias y de medicina veterinaria y zootecnia para que el ICTA fuera una unidad básica de una de estas facultades, la comisión de área manifestó que veía favorable el hecho que fuera una unidad básica pero no definió a que facultad lo recomendarían.

Durante la discusión desde la representación profesoral y estudiantil se planteó lo inconveniente que era definir el futuro de un instituto sin tener realmente una posición por la comunidad universitaria y sobre como esto dejaba un precedente para otros institutos a los cuales ni siquiera se había consultado, por mencionar un ejemplo, el IEPRI del cual participan las facultades de Ciencias Económicas, Ciencias Humanas y Derecho y ciencias Política; incluso sin tener en cuenta otras propuestas como la de ingeniaría que ni siquiera se abrió el espacio para darla a conocer.

Uno de los inconvenientes planteados por las representaciones e incluso la decana de la facultad de medicina veterinaria y zootecnia es el riesgo para el desarrollo interdisciplinario de dichos institutos e incluso generar un modelo de competencia entre facultades por el presupuesto que estos manejan, por lo cual se propuso posponer la decisión y mirar una forma de reglamentación específica, incluso otras propuestas que no atentaran contra el desarrollo académico. Aun así, se aprobó que el ICTA pasara a ser una unidad académica básica de la Facultad de ciencias agrarias -como muchos temas- a la voz de mando del rector los demás se limitan a votar.

Como representación estudiantil se solicitó que el tema no fuera cerrado y que se abriera la discusión con la comunidad universitaria, que quedara en el acta la amenaza que significaba aprobar este cambio en la vía de la interdisciplinariedad de los institutos, así como que esto no fuera algo que determinara futuras decisiones de otros institutos, solicitud que fue rechazada por la mayoría de consejeros.

Desde la representación estudiantil rechazamos la forma antidemocrática y autoritaria de toma de decisiones del consejo académico, la constante falta de respeto a la representación estudiantil y profesoral y el poco compromiso con el desarrollo académico de las diferentes áreas del conocimiento, limitando todo a un tema pragmático, inconveniente con la generación de conocimiento y la responsabilidad social de la universidad.

De este tema quedan muchos puntos sueltos que es importante que como estudiantes los analicemos: los intereses no explícitos en la propuesta, financieros y administrativos, las macrofacultades, no por ser alarmistas pero en la universidad se asumió la política de meter las grandes reformas como la Palacios en pequeños cambios para que pases desapercibidas.

Hacemos un llamado a la comunidad universitaria a tomar las riendas de la universidad, a no permitir que cosas como estas continúen sucediendo e incluso a echar para atrás decisiones si las consideramos inconvenientes para el desarrollo y construcción de una academia comprometida con la sociedad y no bajo intereses particulares.

Solo por medio de organización de nuestros espacios estudiantiles y acción colectiva podremos asumir nuestro papel en la dirección de la Universidad Nacional, apostarle al cogobierno y a una reforma universitaria que le aporte a la futura transformación del modelo educativo.

La crisis esta no ha cambiado por el contrario se agudiza, muchas cosas tenemos por hacer y es el momento de hacerlas.

Cordialmente.

Carolina Rendón MendozaRepresentante estudiantil ante el Consejo AcadémicoPregrado.